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Pedro Kozul – Documental “Historia de Concepción del Uruguay”

Hace unos meses, se proyectó la realización de una “Carta Orgánica para el


Municipio de Concepción del Uruguay” con el objetivo puesto en que los propios vecinos
puedan establecer sus derechos y obligaciones como miembros de una comunidad
organizada, garantizando el pleno ejercicio de la autonomía municipal, asegurando a la
población la prestación de servicios básicos que posibiliten y favorezcan al bienestar
general, planificando y favoreciendo el desarrollo y crecimiento de la ciudad y de la zona
rural, fomentando la producción, protegiendo sus recursos naturales y preservando el medio
ambiente y el sistema ecológico, resguardando el patrimonio histórico-cultural,
consolidando en general, las garantías y derechos de todo sistema democrático. Pero
debemos preguntarnos: ¿Desde cuándo contamos con un gobierno municipal en
Concepción del Uruguay tras la supresión del cabildo en 1820? ¿Sobre qué temas
deliberarían aquellas primeras instituciones municipales? ¿Quiénes fueron sus
protagonistas?
Sabido es que hasta el año 1867 no es posible encontrar en nuestra ciudad una
autoridad local que se encargue de llenar las necesidades del vecindario, las cuales crecían
día a día, pensemos que nos encontrábamos en una época signada por la ampliación de
derechos cívicos y políticos, desarrollo urbano, inmigración europea, cambios territoriales,
expansión de economías regionales y de una compulsión fiscal compensada por una mejora
relativa en ciertos servicios públicos. Sumado a esto, la comuna uruguayense ostentaba el
rango de capital provincial otorgado por la Constitución de la Provincia de Entre Ríos en
1860, estatus que conservaría hasta la reforma de 1883, por ende, estos edificios públicos
alojaban a la máxima investidura gubernamental, sus ministros y representantes del Poder
Legislativo. Aquel año, entonces, se crea la Junta de Fomento, primer gobierno municipal,
presidida por actores claves en la vida política nacional durante la segunda mitad del siglo
XIX que se encontraban dando sus primeros pasos en la esfera administrativa, tales como:
Benjamín Victorica o José Romualdo Baltoré, entre otros. Inmediatamente observamos a la
junta dictando importantes ordenanzas sobre higiene pública, levantando subscripciones
para el socorro de víctimas por cólera, recaudando patentes por leñas extraídas de la Isla
“Cambacüa”, recibiendo consultas de otras juntas sobre cómo proceder en el cobro de
algunos impuestos, elaborando un registro cívico que muestra la fuerte presencia europea
en los comicios electorales (superando el 70% del total de votantes) y sancionando un
Reglamento Interno para asegurar un buen funcionamiento. A pesar de estos avances, el
flagelo de las guerras en el Paraguay y de la primera rebelión jordanista, además de la
penosa situación económica de esos años, provocaron el cese de la junta.
Sin embargo, en mayo de 1872 se reglamentaría la Ley Orgánica de
Municipalidades para la provincia, nuevamente contaremos con una corporación
municipal electa en votación popular, pero esta vez, para siempre de manera
ininterrumpida. El primer día de 1873, los vecinos celebran la instalación de la
Municipalidad de Concepción del Uruguay asumiendo como “Presidente Municipal”
Antonio López Piñón y Ricardo Torino como “Secretario”. Se constituyeron cinco
comisiones: Seguridad, Higiene, Educación, Obras Públicas y Hacienda; que se ocuparon
en recabar información, deliberar y finalmente sancionar diferentes ordenanzas que hoy,
quizás sin reflexionar en ello, las asimilamos con plena naturaleza pero que estaban
presentes hace más de un siglo y medio, podemos mencionar: la numeración de casas,
proyectos de colonización en el ejido municipal (“Colonia Perfección”), fomento a la
exportación de ganado vacuno y lanar en nuestro histórico puerto, se calculaban los gastos
e ingresos mediante la elaboración de presupuestos siendo algunos años el más alto de toda
la provincia manifestando el progreso que tuvo la ciudad, agregamos la realización de
célebres bailes públicos y la fiesta más popular que nucleaba anualmente en febrero al
pueblo: el juego del Carnaval, también el embellecimiento de la Plaza Gral. Ramírez o la
creación de la “Plaza Constitución”, la mejora en el estado de calles con macadán y
nivelación de la planta urbana, promueve el alumbrado y limpieza pública, se instala el
Hospital a cargo de la Sociedad de Beneficencia, hasta las escuelas de instrucción primaria
o el Mercado Municipal “3 de Febrero” recibían la atención del municipio, crecía la prensa
local, se establecía el Registro Civil de las Personas, se levantaron padrones poblacionales,
y podríamos seguir enumerando labores de esta prolífica institución. Como vemos, un
nuevo mundo local, tal como lo conocemos hoy, estaba naciendo!
Si bien la reforma de la Constitución provincial en el año 1883, a pesar de haber
sesionado en nuestra ciudad y que la municipalidad haya intentado gestionar para
prevalecer como asiento capitalino, la misma se trasladaría hacia Paraná. No obstante,
respecto al régimen municipal, podemos afirmar que lo consolidó de un modo tal que se
asemeja, prácticamente en todo, al que disponemos en la actualidad: creando un
Departamento Ejecutivo elegido por el vecindario en forma “directa” y un Concejo
Deliberante compuesto de ocho vocales. Más allá de otras medidas novedosas que
resultaron de dicha convención constituyente, pero quedaba claro que la municipalidad se
garantizaba un preciado lugar en los uruguayenses…

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