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Para referirnos a adquisición del lenguaje hay que tomar en cuenta el término como tal, puesto que la
palabra adquisición indica tomar, llevar consigo, algo que se tiene o se obtiene; en cambio el término
lenguaje es la facultad que tiene el ser humano para comunicarse, capacidad para expresar sentimientos,
pensamientos, intercambia ideas, a través de una lengua por medio del habla. Cabe mencionar que al
hablar de lenguaje también se hace referencia a la lengua y al habla, ya que no se da el uno sin el otro, por
lo que lenguaje, lengua y habla son lo mismo. Entonces, el ser humano comunica primero por la
necesidad innata de socializar y segundo por la capacidad que tiene de formular pensamientos; todo ser
humano nace con la facultad de adquirir un lenguaje, pero lo desarrolla porque vive en sociedad.
Muchos son los estudios que se han realizado sobre la adquisición del lenguaje. A lo largo de muchos
años, filósofos, psicólogos y lingüistas han querido mostrar la manera en la que el niño adquiere una
lengua sin llegar a nada concreto, sólo basados en teorías y postulados. Sin embargo, todas esas teorías
refutadas y muchas rechazadas tienen algo de verdad, puesto que basándonos en lo empírico hay que
decir que para la adquisición del lenguaje es necesario el estímulo ambiental o externo desde el enfoque
conductista de Skinner y sociocultural de Vygotsky en donde ellos postulan que el niño aprende por
desarrollo del ser humano a través de la interacción y transmisión del conocimientos en un medio
comunicativo y social, o sea, la cultura. El lenguaje es polifuncional, ya que actúa como herramienta de
interacción social, pero también como una forma de representación abstracta al servicio del razonamiento
lógico. Por lo tanto el lenguaje es el logro mas importante de la niñez (Blanck, 1990). Asimismo, el
pensamiento; de esta manera los niños adquieren una mente cuya configuración refleja la estructura social
y cultural en la que les ha tocado vivir. (Rogoff y Chavajay, 1995; Wertsch y Tulviste, 1992) ya que el
verbal que tiene una función interna. Por lo tanto, lenguaje y pensamiento son dos cosas distintas, con
orígenes distintos pero tienen una interconexión en las funciones mentales, en el que el pensamiento se va
verbalizando y el habla se va volviendo racional, de tal manera que se planifica y regula la acción. En
definitiva, el pensamiento influye en el lenguaje, es decir, para que haya lenguaje previamente debe haber
un pensamiento, aunque puede haber pensamiento sin lenguaje. De ahí que Piaget, psicólogo suizo,
desde el enfoque de su teoría cognitiva dice que la adquisición del lenguaje depende del pensamiento y
del desarrollo de la inteligencia. En esta teoría se refleja cómo se desarrolla el conocimiento cognitivo en
una persona desde sus primeros años de vida hasta alcanzar madurez intelectual. Por otro lado, Piaget
sostiene que el pensamiento y el lenguaje se desarrollan por separado, ya que la inteligencia empieza a
desarrollarse desde el nacimiento antes de que el niño comienza hablar, por lo que va aprendiendo a
hablar según su desarrollo cognitivo, alcanzando el nivel necesario para el habla; plantea que es el
pensamiento el que hace posible adquirir el lenguaje, lo que implica que cuando el ser humano nace no
posee un lenguaje innato, sino que lo va adquiriendo poco a poco como parte del desarrollo cognitivo.
Una vez adquirido un lenguaje ayudará también a su desarrollo cognitivo, puesto que realmente el
lenguaje sirve para representar el pensamiento; es un subproducto periférico, es solo uno de los muchos
procesos simbólicos que se utilizan para representar la realidad y carece de importancia para el desarrollo
cognitivo.
Según Piaget, los niños desarrollan un habla egocéntrica para nombrar su entorno, de manera que el
Aquí entra en contraposición con la teoría innatista de Chomsky plantea que el niño al nacer está
capacitado congénitamente para adquirir la lengua, ya que nace con una estructura cerebral, y, por
La adquisición del lenguaje se debe a factores biológicos y no culturales. El ser humano llega al mundo
con una herencia biológica de la cual depende su inteligencia; el lenguaje es posible porque existen
predisposiciones innatas y sistemas de principios lingüísticos innatos a lo que los innatistas consideran
como Gramática Universal descrita como conjunto de principios comunes a cualquier lengua humana.
(Miguel Serra, 2000. P 376). Es decir, que acoge cualquier lengua condicionada por su medio social o
cultural. Esto es así, puesto que nuestro creador Dios, nos ha dotado de esta habilidad natural propia solo
de los humanos.
Otras de las teorías es la de Brunner o enfoque pragmático que habla de la tercera vía interaccionista y
que lo esencial es la cognición y los contextos. Además, postula que la adquisición del lenguaje es
pragmática y enfatiza el uso y la función a la hora de explicar la adquisición del lenguaje. Como es tan
importante que el niño aprenda a comunicarse; la sociedad considera eso como lo mas importante y no
sistematicidad, lo que mueve al niño a hablar es la necesidad comunicacional, que aprende a usar el
Para que los niños adquieran una lengua es necesario que sean capaces de discriminar los sonidos que
componen el habla. Cuando nacen ya son capaces de distinguir los diferentes sonidos, nacen
acostumbrados al habla, ya que cuando están en el útero oyen el habla y otros sonidos (la música). Son
capaces también de diferenciar desde el punto de articulación, el bebé es inicialmente sensible a todas
potencialidades de voces que se pueden emitir con el aparato fonador, tiene una percepción auditiva
sensible. Desde que nacen hacen ruidos y sonidos, la percepción de los sonidos es una cuestión básica
para comprender la adquisición del lenguaje como es por ejemplo el llanto. Esto evoluciona hacia
balbuceo en el que los bebés van produciendo ritmo, entonación y melodía, donde se pasan largos ratos
haciendo juego vocal sonoro en el que se incluye cambios de vocales y consonantes, sonido previo al
lenguaje o vocalización. Etapa en la que los fonemas aparecen con valor fonológicos (las palabras).
En este aspecto la adquisición del lenguaje se divide por etapas:
Es llamada etapa preverbal o etapa oral no lingüística. En esta se produce actividad fónica que sirve de
precedente al futuro funcionamiento de los órganos destinados a la realización del lenguaje y al desarrollo
del aparato auditivo, corresponde a la ejercitación articulatoria, en el que el niño se da cuenta que sus
movimientos o manifestación de llanto o sonrisa tiene una repercusión en el medio que le rodea, es decir
que el desarrollo socio emocional y el detonante de la comunicación oral es precisamente el entorno. Aquí
comienza el proceso comunicativo emitiendo a través del llanto dolor, sueño, hambre, según la tonalidad
y sonidos gestuales y vocálicos principalmente /a/, /e/, /i/, /oi/,/ui/, /ua/; silabas aisladas como iau- uau-
miau- y redoblamiento de silabas: ( bababa – bobobo – mamama – mamimami- papapa – tatata). Durante
sus primeros meses, el niño presta atención a algunos sonidos, reacciona a la voz y a la cara y produce
actividades bucofonatorias que aparecen en los estados de vigilia. Es lo que se conoce como balbuceos.
Para algunos investigadores, estos sonidos se producen como consecuencia de ejercicios motóricos
incontrolados. Por el contrario, para otros son la base del desarrollo de las posteriores habilidades que
conducen al habla. Los niños, en sus balbuceos, profieren sonidos parecidos al lenguaje, pero carentes de
sentido. Pueden pertenecer a cualquier idioma, ya que no es hasta el año de edad cuando se hacen
selectivos y emiten sólo aquéllos que corresponden a su lengua materna. Para algunos autores, las
primeras vocalizaciones son articulaciones profundas de la cavidad bucal difíciles de analizar, ya que la
Jakobson con su teoría estructural planteó que un niño es capaz de articular en su balbuceo una suma de
sonidos que nunca se encuentran reunidos a la vez en una sola lengua, ni en muchas lenguas, que no tiene
ni estructura ni patrón evolutivo. Teoría que ha sido criticable, puesto que se ha demostrado que el
esto quiere decir que hay una discontinuidad entre el balbuceo y el periodo o etapa fonológica. El
Jakobson en su teoría dice que a parir de que comienza a utilizar los fonemas construyen un sistema
fonológico que es un sistema de oposiciones o contraste. El niño no aprende fonemas aislados sino que en
su sistema lo va construyendo en ese sistema que es Contraste Máximo, la cual consiste en máxima
abertura /a/ por un lado y el cerramiento, por tanto, la obstrucción labial con la /p/ con la variante de
escape de aire nasal con la /m/. Los primeros contraste son entre vocal /a/ y consonante /p/, y
posteriormente entre consonantes oral y nasal /p/ y /m/. A partir de estos contraste se formara otro entre
grave (labial) y agudo (alveolar) produciéndose entonces oposición entre /p/ y /t/ y entre /m/ y /n/.
Los niños van adquiriendo progresivamente la habilidad de expresar significados a partir de sonidos, a
pesar de que continúan dependiendo del contexto social y sonoro. Aparece un primer lenguaje no
combinatorio, el uso de las primeras adquisiciones son asimilados y generalizado con algunas
ejemplo “desmeter” por “sacar”; añadiendo flexiones inapropiadas a los nombres,”mariposas”, sofases”.
Es este momento cobra especial relevancia la importancia de un contexto comunicativo con el que el niño
interactúa y evoluciona en su lenguaje a través de la imitación. De esta forma situamos el comienzo de las
intenciones comunicativas a través de un sistema con carácter oral, en el que se llega a un punto decisivo
en el proceso de adquisición del lenguaje la denominada constitución del signo lingüístico en el que se
presume que esta constituido en la comprensión , ya que cuando el niño reconoce una emisión fónica ,
ósea un significante emitido por un adulto lo relaciona con un significado concreto, señalando un dibujo o
un objeto, así ante la imagen de una pelota, un pájaro, un osito o árbol se le pregunta qué es esto? O
dónde está? El niño lo señala con claridad, porque comprende los significantes y los identifica con una
imagen. Entre los estímulos que recibe el niño se encuentra el ruido de la naturaleza y de los animales.
b) Etapa lingüística:
El cambio de una etapa a otra es progresivo aunque aparecen los significantes, sigue existiendo una
actividad fónica .
Alarcón (1976. P. 14) explica que el periodo pre lingüístico se prolonga mas allá del momento en el que
el niño lleva a cabo el descubrimiento del signo; la actividad fónica se desdobla en dos actividades
claramente diferenciada una libre, creadora, privada de intención comunicativa que sucede en el balbuceo
y otra intencional. Esta fase o período es también denominada "etapa holofrástica" (palabra-frase). Estos
primeros significantes tienen ya significados concretos, así como funciones diferenciadas, ambos
condicionados por el contexto situacional. El significado y la función del significante son determinados
por el tono que el niño emplea y los gestos con los que lo acompaña, normalmente señalando el objeto al
que se refiere. Aparecen las primeras palabras, que suelen ser monosílabos y sustantivos; su articulación
de los fonemas del lenguaje aun no es la correcta y puede aparecer confusiones (dopo po roto, ti por si),
(pato por zapato, otra por pelota). Su comprensión es mejor que su expresión; comprende mas lenguaje
del que puede usar. A partir de los dieciocho meses se adquieren los sonidos /y/, /b/, /j/, /g/, /n/, /tʃ/, se
produce un considerable aumento de vocabulario, construye frases de dos elementos, Estas primeras
combinaciones de dos palabras están formadas, fundamentalmente, por sustantivos y verbos, como por
ejemplo: quiero agua. No utilizan las llamadas palabras funcionales: artículo, preposición, verbo auxiliar,
etc. Incluyen sólo las palabras esenciales: un sintagma nominal y un sintagma verbal. La gramática
empleada sigue su propio sistema, no es una simple copia del adulto. Suelen combinar las palabras para
la adquisición de vocabulario era relativamente lenta, pero en este período se va a hacer mucho más
rápida, pudiendo pasar, aproximadamente, de las 50 palabras a más de 200 a los dos años. Aparecen
nuevas funciones del lenguaje: la utiliza para explorar el entorno y aprender y para crear un ambiente de
fantasía e imaginación. En el período del lenguaje constituido se adquieren los sonidos /l/, /ɲ/, /f/, /s/,
y tiempo verbal, pronombres (aunque conviene distinguir entre los personales y los de tercera persona:
estos últimos se adquieren más tarde y, aunque antes de los tres años ya pueden estar utilizando
hasta pasar esta edad), adverbios (como los de lugar y cantidad; los de tiempo son más tardíos),
carácter específico o referente del nombre). Utilizan la interrogativa y la negativa como los adultos, a la
simple yuxtaposición. A los tres años, la coordinación mediante conjunciones, y las subordinadas, que
van introducidas por es, como, como por ejemplo, ¿es que...?, o precedidas de falsas oraciones de
relativo, que no aparecerán incluso a los tres años y medio. La capacidad para formar
plurales, inflexiones verbales, etc., lleva, a su vez, al niño a cometer errores: se trata del fenómeno de la
regularización o sobre regularización. Este fenómeno no implica que los niños cometan errores en la
adquisición del lenguaje, sino que estos errores surgen porque están aprendiendo las reglas de su lengua
nativa y las aplican con inflexibilidad (flexionan los verbos irregulares como regulares), lo que parece un
gramática (ya que en un primero momento el niño estorbe usando correctamente las formas irregulares,
pero después, cuando aprende las reglas, sustituye las formas correctas del verbo irregular por sus
A partir de los cuatro años aparecen los sonidos /d/ y /r/, además de las subordinadas causales y
consecutivas, se dominan las inflexiones, aumentan las preguntas y juegos de palabras, se concluye el
A los cinco años se adquiere el sonido /rr/, se observa un considerable aumento de léxico y una
complejidad sintáctica (subordinación, marcas formales, comprensión de la pasiva, etc.). A pesar de tener
adquiridas las reglas básicas, no es hasta los 8 o 9 años cuando este proceso se puede dar por conseguido.
A medida que progresa el desarrollo lingüístico, el niño usa correctamente formas mas complejas; utiliza
inicialmente las reglas gramaticales simples que logra aprender, después aplica simultáneamente esas
construcciones hasta que aprende otras normas y así sucesivamente (McNeil, 1970). El niño ya adquirió
las principales estructuras gramaticales de su lengua, lo que no quiere decir que la adquisición del
lenguaje haya finalizado, sino que se prolonga al largo de toda la escolaridad primaria e incluso en la
secundaria, dado que tiene que aprender a usar su lengua en diferentes contextos y situaciones
comunicativas.
El nivel semántico hace referencia al significado de las palabras, en este apartado se describe en qué
medida el niño aprende el significado de las palabras. El aspecto mas estudiado son las primeras palabras
que dicen los niños, la cual los estudiosos llaman léxico inicial o primer léxico, en la que abarca el primer
y segundo año de vida del niño. El desarrollo semántico trata de cómo los niños aprenden palabras y su
significado.
Existen muchas teorías en la que intentan explicar ese desarrollo. Una de ellas plantea que las palabras de
los niños al principio tienen un significado muy especifico y luego lo van generalizando. Otras dicen que
adquieren primero significados muy generales que luego los van especificando, teoría de Clarck,
basándose en que las palabras están compuestas por una serie de rasgos semánticos de uno o dos y que el
niño progresivamente va añadiendo nuevos rasgos a esos significados haciéndolos mas específicos. La
naturaleza de las primeras palabras que emiten los niños es determinada por la prominencia perceptiva,
plantea (Clarck). Es decir, lo que más le llama la atención al niño: los objetos, y personas. La
comprensión inicial está limitada por los conocimientos y las experiencias del niño, por lo tanto está
circunscrita al “aquí” y al “ahora”, lo que quiere decir que nos dará un objeto que le pidamos, o entenderá
algo que acabe de suceder. No podemos llegar a saber qué significa para un niño una palabra
determinada, sólo podemos inferir su significado a partir del contexto lingüístico y no lingüístico a lo que
se denomina interpretación enriquecida. Por ejemplo, puede que un niño diga “abre” si vemos que está
luchando por ponerse el zapato, podemos interpretar que está pidiendo ayuda. El lenguaje se inserta sobre
el conocimiento del mundo que ya se ha adquirido, y sirve como medio de representar el mundo. Al
principio, el significado de una palabra puede estar restringido e incluso aplicarse a un referente en
exclusiva. Por ejemplo, “gua – gua” quizás solo se refiera al propio perro, pero no a todos los perros; los
niños van modificando su definición, hasta que en cierto momento esta definición coincide con el
significado de la palabra compartida por su comunidad lingüística; una palabra significa un referente,
pero ese referente no constituye el significado de la palabra, sino que se encuentra en los conceptos e
imágenes mentales de los usuarios de la lengua y no en los propios objetos. Es importante resaltar que los
niños ponen de manifiesto diversas funciones semánticas, y que pueden utilizar palabras aisladas para
Los niños aprenden las relaciones básicas entre las entidades que encuentran a su alrededor, y estas
relaciones se reflejan en las estructuras semánticas que producen en su lenguaje; empiezan a utilizar el
lenguaje para hablar sobre las cosas que conocen. La elección de las palabras también esta restringida por
el repertorio fonológico de los niños, así como por el contexto y por su cultura.
El niño después de los 6 años aprende sin la contribución inicial, gran cantidad de palabras de todo tipo,
no sólo de objetos, acciones, sino también acerca de valores, fantasías, instituciones, posibilidades que
deberá situarlas en el conjunto de conocimientos y palabras que ya posee, teniendo en cuenta sus
limitantes y su contexto de uso adecuado. A partir de la edad escolar, los niños van incrementando el
personales. Si bien el lenguaje infantil es diferente del de los adultos, no deja de ser un sistema simbólico
muy valido para los propios niños que para ellos funciona muy bien. La adquisición del lenguaje inicial
supone un paso importante en el desarrollo del lenguaje, los niños aprenden a expresarse mediante una
adultas. El crecimiento del vocabulario en los años escolares y posteriores suponen un periodo de
crecimiento en la comprensión de palabras y las relaciones que hay entre ellas; la mayoría de las palabras
que se aprenden depende de la lectura. El desarrollo semántico varia en gran medida dependiendo del
los significados de las palabras. La cultura es la forma mas estable de caracterizar el mundo que un grupo
de personas comparten y a partir de las cuales los niños aprenden a comunicarse, es decir a pensar para
entender y expresarse mediante las palabras. Palabra que necesariamente debe ajustarse a un componente
de organización.
La morfología es la rama de la lingüística que estudia la estructura interna de las palabras para delimitar,
definir y clasificar sus unidades, las clases de palabras a las que da lugar (morfología flexiva) y la
formación de nuevas palabras (morfología léxica). La morfología trata de la forma interna de las palabras,
de la estructura de la palabra.
Los niños tienen una rápida evolución en su desarrollo morfológico y sintáctico. Están en continuo
aprendizaje, por ello aprenden muchas regularidades en el uso de los morfemas, este tipo de aprendizaje
se debe a el esfuerzo intelectual y la capacidad de estos para analizar todos los fenómenos lingüísticos. El
ligado a la evolución del pensamiento. Esta evolución se basa en procedimientos de imitación, de manera
que el niño se servirá del material lingüístico que le ofrece el adulto para desarrollar sus estructuras
sintácticas y gramaticales.
Hacia los 18 meses los niños no diferencian entre artículos determinados e indeterminados, ni formas
masculinas ni femeninas, ni singular ni plural. destaca el uso de morfemas en esta edad, tales como el
pronombre y el adjetivo posesivo de primera persona en singular “mío", "mía”, “mi”, que inicialmente
utilizan para mostrar posesión de algo o cuando reclaman algo para ellos.
De 12 a 18 meses comienza a unir dos palabras formando frases. El tipo de unión puede ser: sustantivo +
verbo, sustantivo + adverbio, sustantivo + adjetivo, verbo + verbo, sustantivo + sustantivo, adverbio +
verbo, preposición + sustantivo, preposición + verbo. Utiliza "sí" o "no" con significado. Puede existir la
utilización del protoartículo del determinado: a, e, u. Aparición de preposiciones: de, para, en, a (marcan
posesión y beneficio).
De 18 a 24 meses: Expresa oraciones negativas por medio del "no" aislado, colocándolo al principio o al
final del enunciado. Una afirmación precede a una frase o a un verbo sólo. Aparecen y utiliza los
artículos: el, la, los, las. Aparecen los artículos indeterminados: un, uno, unos, unas; coexistiendo con el
protoartículo del determinado a. Primeras flexiones, primero de número y después de género. Aparecen
las primeras partículas interrogativas ¿Qué?, ¿Dónde? Utiliza la flexión verbal: 1ª, 2ª y 3ª persona del
S+V+A; Enlaza dos frases con nexos de unión como: y, que. Utiliza las partículas interrogativas ¿Por
qué? y ¿Quién? Utiliza los pronombres personales: yo, tu, él, ella; y los pronombres posesivos: mi, mío,
tuyo. Emplea los pronombres demostrativos: éste, ésta, ése, ésa. Los niños aprenden las reglas de la
morfología y una prueba de ello consiste en que a veces los aplican indebidamente inventando palabras.
flexión a palabras irregulares, generalmente verbos (puso-ponió; hizo-hició). Aunque también en los
sustantivos. (Verbos nominales y nombres verbales). Existe una invención de palabras por aplicación de
las reglas de derivación a nombres y verbos. Lo más frecuente es derivar verbos de nombres (pistolar en
Los verbos causativos son muy utilizados por la atribución de una función causativa a verbos intransitivos
("eso lo caíste tú"). Una vez que el niño combina los fonemas formando palabras y aprende su significado
exige que los niños fragmenten las palabras en sus morfemas constituyentes, y que clasifiquen las
palabras en clases semánticas. Por lo tanto, la segmentabilidad de una lengua es un aspecto que influye de
manera decisiva sobre la adquisición de los morfemas gramaticales. En general, los morfemas son
elementos lingüísticos difíciles de fragmentar fonológicamente, si bien algunos son más fáciles de
percibir que otros. Un aspecto que influye sobre la segmentabilidad son las propias características
morfológicas de las lenguas. Las reglas morfológicas se aplican a clases de palabras, como verbos,
adjetivos, etc. Así, -ando solo debe utilizarse con verbos, de manera que si alguien clasifica
incorrectamente alguna palabra como si fuera un verbo, cometerá errores como. “Estoy mantequillando el
pan”. Con frecuencia este tipo de errores son un reflejo de las limitaciones en el vocabulario.
El desarrollo lingüístico que tiene lugar durante la edad escolar consiste en la expansión de las formas
sintácticas ya existentes de manera simultánea con la adquisición de formas nuevas. Los niños continúan
ampliando el alcance de sus oraciones mediante la elaboración de las frases nominales y verbales. La
Aunque a los 5 años de edad los niños ya habían alcanzado una competencia básica en la estructura de la
frase, sin embargo todavía menos del 50% de los niños de 1.º de primaria podían producir correctamente
todos los pronombres, conexiones causales entre clausulas y gerundios. Y menos del 20% podían
Aprender a utilizar una regla morfológica parte de la hipótesis de que un pequeño conjunto de palabras
tienen que ser tratadas gramaticalmente de cierta manera. La primera utilización de un señalizador
morfológico se basa, casi con toda seguridad, en alguna forma de memorización mecánica. Después se
hará una generalización de la misma, y a partir de ahí se terminará por establecer la regla (Bybee y
Slobin, 1982).
Si bien durante los años escolares se van depurando algunos sufijos, el principal desarrollo que tiene lugar
en este ámbito se refiere a la adquisición de los principales prefijos de inflexión y sufijos de derivación
(Nagy, Diakidoy y Anderson, 1991). Los sufijos de derivación, los que cambian la clasificación de la
palabra, constituyen un conjunto mucho mas amplio que los sufijos de inflexión, y generalmente se
utilizan para modificar la palabra básica. Suelen utilizarse para muy pocas cosas, y están sujetos a muchas
irregularidades. Por ejemplo, -miento convierte el verbo aparcar en el nombre aparcamiento, pero sin
embargo no puede utilizarse con otros verbos tan comunes como hablar, comer o beber.
Aproximadamente el 80% de las palabras compuestas por sufijos de derivación ni siquiera significan lo
que sus componentes dan a entender (Nagy y Anderson, 1984; Power y White, 1989). A pesar de ello, su
conocimiento resulta fundamental para poder interpretar palabras nuevas (Lewis y Windsor, 1996). Los
sufijos de derivación suelen empezar a aprenderse de manera oral, si bien la lectura fortalece su
durante la adolescencia (Carlisle, 1987, 1988). Por ejemplo, el señalizador –joso que se utiliza para
construir adjetivos como esponjoso o pegajoso, derivados de esponja o pegar, se adquiere hacia los 11
años, mientras que el señalizador -mente, que se utiliza para construir adverbios como rápidamente, no se
Definiendo como patología aquella rama de la medicina que trata del estudio de las enfermedades y
anormalidades del organismo, la patología del lenguaje, se refiere a los trastornos o desórdenes del
lenguaje.
La neuropatología es la disciplina clínica y científica que estudia las enfermedades propias del sistema
nervioso.
El sistema nervioso humano consta del cerebro, la médula espinal y de todos los nervios y órganos
sensoriales asociados con dichas estructuras. El cerebro y la médula espinal componen el sistema
nervioso central; sistema nervioso periférico, que se encarga de conducir los impulsos nerviosos que
llegan o que salen del SNC. Ambos sistemas son responsables de controlar el estado del cuerpo enviando
mensajes desde los sentidos y otros órganos, y respondiendo a esa información con mensajes dirigidos a
los órganos y a los músculos. Estos mensajes se transmiten mediante los nervios. La neurona es la unidad
Por encima del tronco del encéfalo y del cerebelo encontramos el cerebro, que se divide en dos mitades
conocidas como hemisferio izquierdo y hemisferio derecho. En general, el funcionamiento sensorial y
motor del cerebro es contralateral, lo que significa que cada hemisferio controla el lado opuesto del
cuerpo. existe simetría entre el hemisferio izquierdo y el derecho respecto a muchos procesos sensoriales
y motrices, algunas funciones específicas como el lenguaje se caracterizan por una elevada asimetría. En
otras palabras, las diferentes funciones especializadas se distribuyen de manera diferente en ambos
escritas, aunque tiene dificultades para descifrar información utilizando reglas de correspondencia
grafema-fonema (letra-sonido). Otras capacidades del hemisferio derecho relacionadas con el lenguaje
música, la risa o los zumbidos (Gainotti, Caltagirone, Miceli y Masullo, 1981) En general, se trata de
habilidades que parecen estar limitadas a los aspectos receptivos del lenguaje. Resulta interesante destacar
que las personas que utilizan el lenguaje de signos, tanto si son sordos como oyentes, demuestran una
mejor memoria para los rostros y los objetos que las personas que no utilizan el lenguaje de signos, lo que
sugiere que al menos los aspectos viso-espaciales de los signos podrían estar asociados con el hemisferio
En casi todos los seres humanos, el hemisferio izquierdo está especializado en todas las modalidades del
lenguaje (oral, visual y escrito), en cálculos aritméticos y en el razonamiento lógico. Mientras que el
procesamiento paso-a-paso. Por lo tanto, el hemisferio izquierdo está muy adaptado para realizar una
percepción rápida de información secuencial variable, como son las características acústicas de los
representativo y con los conceptos subyacentes. El procesamiento lingüístico auditivo comienza cuando
se atiende a un estímulo auditivo. Las señales auditivas que se reciben en el tronco del cerebro por el
tálamo, se remiten a un área de cada corteza auditiva que se denomina circunvolución de Heschl. El
análisis lingüístico tiene lugar en el área de Wernicke, localizada en el lóbulo temporal izquierdo. La
información visual, auditiva y táctil, con la representación lingüística. Cuando alguna de estas áreas sufre
algún tipo de daño, se rompe la conexión entre el lenguaje oral y el visual, lo que puede provocar la
necesidad de realizar una lectura en voz alta para que ésta pueda ser comprendida. El área de Broca,
situada en el lóbulo frontal. El área de Broca se encarga de coordinar los detalles necesarios para
verbalizar el mensaje. A continuación, la señal pasa las zonas de la corteza motriz que activan los
El daño en cualquiera de estas áreas provoca problemas en la producción del lenguaje, aunque con
diferentes efectos. El daño en el área de Wernicke provoca dificultades tanto en las capacidades
expresivas como en las receptivas. Si el daño tiene lugar en el fascículo arqueado, probablemente la
forma de hablar apenas resulte afectada, si bien probablemente el mensaje no tenga sentido. Por último,
los daños en el área de Broca provocan dificultades en la producción del habla, pero no afectan a la
Las neuropatologías que impiden el desarrollo normal del lenguaje son las afasias. Las afasias significan
falta de comunicación por el lenguaje; es un estado patológico que consiste en la pérdida completa o
en el caso de un tumor cerebral. El trastorno deteriora la expresión y comprensión del idioma, así también
como de la lectura y escritura. La afasia podría ocurrir en conjunto con otros trastornos de habla, como la
disartria o la apraxia del habla, que también son resultados de daño cerebral.
a) Afasia de Broca o afasia motora: El origen es una lesión en el área de Broca. El lenguaje espontáneo
presenta una alteración en la articulación, es decir dificultad para pronunciar, posee un vocabulario
restringido y además agramatico. La capacidad de comprensión del afastico es mayor que su
pronunciación y en el nivel escrito de la lengua se muestra disgrafias. (elisión de fonemas) o trastorno de
la expresión escrita y dislexias (trastorno de la lectura).
c) Afasia global: Es una pérdida completa o casi completa del lenguaje en todos sus aspectos, tanto en el
nivel de la producción como en el de la comprensión y en los niveles oral y escrito del lenguaje, lo que
confiere una condición de aislamiento extremo, debido a la incapacidad de habilidades extralingüísticas
que pudieran compensar el bloqueo verbal. Tiene como origen una lesión que afecta conjuntamente las
áreas de Broca y Wernicke.
d) Anomia o afasia amnésica: Su ubicación es imprecisa. Se caracteriza por la dificultad para encontrar
palabras léxicamente plenas. El paciente suele recurrir a usar palabras generales o expresiones deicticas
para suplir ese déficit. La comprensión lingüística no se ve afectada.
5.- Afasia de conducción o síndrome de desconexión: Lesión causada en la conexión que une las áreas de
Broca y Wernicke. En la comprensión apenas presenta trastornos el paciente pero sí en la producción,
donde se observan parafasias e incapacidad para reproducir verbalmente lo oído.