En el artículo se busca hacer una revisión y mostrar los principales factores de
riesgo relacionados con el problema de depresión en los jóvenes y los principales problemas conceptuales para definir con claridad lo que es la depresión y sus interrelaciones con el estrés, ansiedad y sus implicaciones con el diagnóstico. Sus autoras son Graciela Pardo, Adriana Sandoval y Diana Umbarila. La importancia de este artículo radica en que se facilita la comprensión del término y la problemática presentada en la actualidad con los adolescentes, puesto que en la adolescencia, aproximadamente entre los 12 y los 20 años, no siempre es fácil detectar la depresión; sin embargo los problemas familiares, la disminución del rendimiento escolar, los delitos, el abuso de drogas, los trastornos de la conducta alimentaria, etc., pueden hacernos sospechar que el adolescente sufre un estado depresivo. La Política Nacional de Salud Mental en Colombia (Ministerio de Salud, 1998), revela información epidemiológica en donde se establece una alta prevalencia de alteraciones de salud mental en la población general y un aumento progresivo en su incidencia como resultado de múltiples factores relacionados con la transición de la salud de los colombianos. Dichos problemas relacionados con el comportamiento y la salud mental de los individuos y las comunidades son actualmente de tal magnitud que deben ser considerados como problemas prioritarios de salud pública. La depresión constituye actualmente un grave problema de salud pública que requiere mayor y mejor atención. Si bien los trastornos depresivos son más prevalentes en las mujeres, en los hombres sus consecuencias pueden tener repercusiones de gravedad aún mayores que en las mujeres. El estigma hacia la depresión en los hombres puede conducir a que se intente enmascarar los síntomas mediante conductas de alto riesgo. Las mujeres tienen mayores tasas de intento de suicidio, pero en los hombres los intentos son más letales. La depresión tiende a presentarse con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres. Por ejemplo, se ha reportado que en Estados Unidos la prevalencia del trastorno depresivo mayor a lo largo de la vida corresponde al 21.3% en mujeres y 12.7% en hombres (Blazer, Kessler, McGonagle & Swartz, 1994, citados por Cassano & Fava, 2002). Especialmente en el caso de Colombia, las condiciones que podrían explicar un alto índice de prevalencia de depresión son la alta tasa de migración de zonas rurales a urbanas, la alteración de la red de soporte social y de las relaciones personales familiares, como consecuencia de la alta violencia que coloca a los individuos en una continua situación de duelo. Los jóvenes son uno de los grupos etéreos que presenta mayor probabilidad de sufrir depresión, ya que en la etapa de la adolescencia se llevan a cabo procesos de cambio físico, psicológico, sociocultural y cognitivo, que demandan de los jóvenes el desarrollo de estrategias de afrontamiento que les permitan establecer un sentido de identidad, autonomía y éxito personal y social (Blum, 2000). Pese a las barreras y escasos recursos en las instituciones de salud y educación, será necesario continuar desarrollando alternativas que permitan una mejor atención de la problemática de salud mental en la población joven, aun cuando sus necesidades no puedan ser expresadas directamente o que los motivos de consulta sean “otros”, frecuentemente enmascarados por conductas problemáticas, como la violencia y las adicciones, entre otras. Las personas que sufren depresiones durante la adolescencia y que tienden a desarrollar problemas psiquiátricos durante su adultez temprana se han caracterizado como jóvenes que presentan episodios depresivos más severos, es decir, de mayor duración, con múltiples episodios, mayor número de síntomas e historia de intentos de suicidio. En cuanto a las manifestaciones clínicas de los trastornos depresivos en la adolescencia, en ocasiones se destacan algunos síntomas que aparecen desde la infancia y se recrudecen después de la pubertad. El síntoma característico de la depresión es el cambio notable en el estado de ánimo, que puede ser encubierto por irritabilidad o por problemas de conducta. En los cuadros depresivos de los escolares mayores y los adolescentes menores hay cambios graduales. Los escolares mayores tienden a somatizar más sus quejas, a presentar mayor agitación psicomotora y, en ocasiones, alucinaciones. La apariencia depresiva en estas edades no es el único criterio a tener en cuenta, es necesario atender los reportes de los adolescentes acerca de una mayor incidencia de síntomas de desesperanza y falta de capacidad para disfrutar lo que hacen. De este modo, dichos trastornos se caracterizan por su impacto en el estado de ánimo y el afecto de las personas, ligados con cambios o problemas en otras esferas de la vida, como apetito, fatiga, sueño, dificultades cognitivas, culpa excesiva e ideación suicida, entre otras. Si bien las investigaciones científicas ofrecen nuevos elementos para comprender mejor la etiología de los trastornos depresivos, aún quedan preguntas fundamentales por resolver. Por ejemplo, algunos estudios identifican factores individuales, tales como la carga genética, traumatismos psíquicos y/o accidentes vasculares mientras que otros subrayan la importancia de factores psicosociales, como los eventos de vida y las crisis económicas y políticas, entre otros o bien, la interacción de diversos factores de manera compleja y que difícilmente pueden ser resueltos con abordajes exclusivamente enfocados en el individuo Esta discusión es importante, pues impacta de manera específica en lo que se refiere a la identificación y atención de la depresión en la población adolescente. Por ejemplo, un estudio reciente encontró diferencias importantes en los síntomas de depresión entre adolescentes y adultos mayores, con mayores tasas de ideación suicida entre los adolescentes y mayores tasas de síntomas somáticos en los adultos mayores. Los trastornos emocionales comúnmente surgen durante la adolescencia. Además de la depresión o la ansiedad, los adolescentes con trastornos emocionales también pueden experimentar irritabilidad excesiva, frustración o enojo. Los síntomas pueden superponerse en más de un trastorno emocional con cambios rápidos e inesperados en el estado de ánimo y los arrebatos emocionales. Los adolescentes más jóvenes también pueden desarrollar síntomas físicos relacionados con la emoción, como dolor de estómago, dolor de cabeza o náuseas. A nivel mundial, la depresión es la novena causa principal de enfermedad y discapacidad entre todos los adolescentes; la ansiedad es la octava causa principal. Los trastornos emocionales pueden ser profundamente incapacitantes para el funcionamiento de un adolescente, afectando el trabajo escolar y la asistencia. Retirar o evitar a la familia, a los compañeros oa la comunidad puede exacerbar el aislamiento y la soledad. En el peor de los casos, la depresión puede conducir al suicidio.
Lamentablemente, la depresión muchas veces pasa desapercibida. En la
adolescencia surge como consecuencia de la conjunción de una serie de factores distintos. Tiene como característica el que los adolescentes que la padecen presenten una actitud de tristeza y melancolía permanentes con el consiguiente desánimo para continuar con sus actividades cotidianas. El origen queda sujeto a las circunstancias peculiares de cada caso individual y del especialista que la diagnostique. Debido a que de por sí el adolescente está en una fase de desarrollo físico y psicológico muy característico que afecta a su estado de ánimo, en esta etapa la detección de esta es mucho más complicada. Adicionalmente, frecuentemente los padres están ausentes o están en conflicto con ellos por no poder lidiar con la situación que ellos los regañan o retan y buscan ir más allá de los límites para definir su identidad y personalidad propia. Sin embargo, las cifras al respecto que se han comentado en este artículo son alarmantes y además en su mayoría estos pacientes no reciben ningún tratamiento para su depresión o sus conductas adictivas. Si, por otro lado, se tiene en cuenta que existen tratamientos eficaces para estos problemas, la situación se aprecia con mayor preocupación. Sólo se puede terminar recordando que los profesionales de la salud y las instituciones públicas están en la obligación de hacer todo lo posible para resolver este grave problema, si queremos que esta etapa o edad no se convierta en sí misma en una situación de riesgo. El artículo será de gran ayuda para todos aquellos profesionales que requieren o que buscan entender de una mejor manera lo que es la depresión, cómo afecta y las consecuencias que tiene en los adolescentes. Además, es de gran ayuda para las personas que se están educando en este ámbito, puesto que como se explicaba anteriormente brindará entendimiento y posibilitará que se brinden ayudas o soluciones para los afectados.