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LA LITERATURA

1)- La palabra literatura proviene del término latino litterae, que hace referencia al
conjunto de saberes para escribir y leer bien. El concepto está relacionado con el arte
de la gramática, la retórica y la poética. Para el Diccionario de la Real Academia
Española (RAE), la literatura es el arte que emplea como medio de expresión una
lengua. También se utiliza el término para definir al conjunto de las producciones
literarias de una nación, de una época o de un género (como la literatura persa, por
ejemplo) y al conjunto de obras que tratan sobre un arte o una ciencia (literatura
deportiva, literatura jurídica, etc.).

2)- El objeto de la ciencia literaria no es la literatura sino la literaturidad


(literaturnost), es decir, lo que hace que una obra dada sea una obra literaria. Si los
estudios literarios quieren convertirse en una ciencia han de reconocer
elprocedimiento (priem) como su “personaje” único. Después, la pregunta principal es
la de la aplicación, la de la justificación del procedimiento.

Roman Jakobson citado por Tzvetan Todorov

3)- En el mundo de la narración, una cuestión que me parece importante señalar es el


tipo de voz que tiene el narrador, sea un personaje real, un personaje interno de la
trama o alguien que cuenta esa historia; eso podría entenderse como una persistencia.
Es algo que la literatura nos da: la sensación de una voz interna que nos ayuda a
comprender lo que se está narrando de una manera distinta a como se comprende un
relato audiovisual, se trate de un filme o de imágenes que se superponen en cualquier
formato. Esa relación entre el lenguaje y los tonos del lenguaje es algo que la literatura
practica y modula de una manera única. Por otra parte, la literatura por su propia
dinámica tiende a pensar más en lo que no existe. Se adapta a los cambios y se adapta
de una manera muy fluida a los formatos, a las técnicas, a todo lo que está renovando.
Pero al mismo tiempo, puede incorporar un debate, una discusión o una visión que
tiene el aire de una pausa en medio de un rumor rápido.

Fragmento de entrevista a Ricardo Piglia (Ñ, febrero de 2012)

4)- Creo que ese desasosiego, ese malestar, ese espíritu crítico es siempre un motor de
cambio, de reforma, de progreso. La literatura contribuye a la formación de buenos
ciudadanos. La literatura es un arma magnífica, no sólo para enriquecer nuestra
imaginación y nuestra sensibilidad, sino para actuar de una manera creativa en el
mundo en que vivimos. Que haya una reacción muy violenta contra el sistema es
comprensible, y ojalá eso se vuelva creatividad y contribuya a reformar el sistema y no
a destruirlo.

Mario Vargas Llosa, declaraciones a la agencia Efe poco después de haber recibido el
Nóbel.
5)- Las opiniones que mantienen que la teoría literaria debería centrarse
exclusivamente en el «texto literario» son injustificadas e ideológicas: no sólo son
importantes las estructuras del texto literario, sino también sus funciones, así como las
condiciones de producción, elaboración, recepción, etc., tal como son investigadas en
estudios psicológicos, sociológicos, antropológicos e históricos. En una teoría de este
tipo tiene su lugar adecuado una consideración pragmática de la literatura. Se parte
del supuesto de que en la comunicación literaria no sólo tenemos un texto, sino de que
la producción (y la interpretación) de dicho texto son acciones sociales.

Teun van Dijk, La pragmática de la comunicación literaria

6)- De esta manera se desvela el sentido total de la escritura: un texto está formado por
escrituras múltiples, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen
un diálogo, una parodia, un cuestionamiento; pero existe un lugar en el que se recoge
toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el
lector: el lector es el espacio mismo en que se inscriben, sin que se pierda ni una, todas
las citas que constituyen una escritura; la unidad del texto no está en su origen, sino en
su destino, pero este destino ya no puede seguir siendo personal: el lector es un hombre
sin historia, sin biografía, sin psicología; él es tan sólo ese alguien que mantiene
reunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen el escrito.

Roland Barthes, “La muerte del autor”

7)- Cualquier cosa puede ser literatura, y cualquier cosa que inalterable e
incuestionablemente se considera literatura -Shakespeare, pongamos por caso- puede
dejar de ser literatura. [...] Si no se puede considerar a la literatura como categoría
descriptiva “objetiva”, tampoco puede decirse que la literatura no pasa de ser lo que la
gente caprichosamente decide llamar literatura. Así, lo que hasta ahora se ha
descubierto no se reduce a ver que la literatura no existe en el mismo sentido en que
puede decirse que los insectos existen, y que los juicios de valor se relacionan
estrechamente con las ideologías sociales. En última instancia no se refieren
exclusivamente a lo que le gusta en particular a un individuo, sino lo que conciben
ciertos grupos sociales y mediante lo cual ejercen poder sobre otros y lo conservan.

Terry Eagleton, Una introducción a la teoría literaria

8)- El contraste en la actitud humana fundamental no puede pasar desapercibido: allí


la actitud de distancia observadora frente a la impresión objetiva; aquí, la entrega del
poeta a la esencia de las cosas; allí, la captación animadora de la forma rigurosamente
estructurada, de contornos sólidos; aquí, una sensitiva inmersión en los más leves
movimientos, en las más tenues vibraciones, en las más delicadas ramificaciones de
este proceso objetivo; allí, el enfrentamiento del objeto espiritualmentc significativo y
de la percepción consciente y reflexiva; aquí, la fusión con la vida del objeto; allí, el
presentimiento del símbolo en el enunciado de las cosas; aquí, el hablar desde las cosas
mismas y partiendo de ella.

Rainer María Rilke citado por Wolfgang Kayser


9)- ¿Qué intenta el arte sino mostrar en la naturaleza y en el espíritu, fuera de nosotros
y en nosotros, cosas que impresionan explícitamente nuestros sentidos y nuestra
conciencia? El poeta y el novelista que expresan un estado de alma no lo crean por
entero; no lo comprenderíamos si nosotros no observáramos en nuestro propio interior,
hasta cierto punto, lo que ellos nos dicen de los demás. A medida que nos hablan se nos
revelan matices de la emoción y del pensamiento que pudieran haber sido
representados en nosotros hace tiempo, pero que permanecían invisibles: como la
imagen fotográfica que no se ha sumergido aún en el baño que la revelará. El poeta es
ese revelador.

Henri Bergson, La energía espiritual

10)- El modo de ser de la literatura tiene algo peculiar e incomparable, y plantea una
tarea muy específica a su transformación en comprensión [...] Por eso, la capacidad de
lectura, que es la de entenderse con lo escrito, es como un arte secreto [...] En él
parecen cancelados el espacio y el tiempo. [...] Cuando se trata de hermenéutica
literaria, se trata primariamente de la esencia de la lectura. Por mucho que se
reconozca la primacía de la palabra viva, la originalidad del lenguaje que está vivo en
la conversación, lo cierto es que la lectura remite a un ámbito más vasto. Así se
justifica el concepto amplio de literatura. Se trata de una «lectura» en el sentido
«eminente» del término. [...] En realidad la lectura es la forma efectiva de todo
encuentro con el arte.

Hans Gadamer, Verdad y método II

11)- A menudo pisamos los valles de Castalia


y de antiguas cañas oímos la música silvana,
ignorada del común de las gentes;
e hicimos nuestra barca a la mar
que Musas tienen por imperio suyo,
y aramos libres surcos por ola y por espuma,
y hacia lar más seguro no izamos reacias velas
hasta bien rebosar nuestro navío.
De tales despojados tesoros algo queda:
la pasión de Sordello y el verso de miel
del joven Endimión; altivo Tamerlán
portando sus jades tan cuidados, y, más aún,
las siete visiones del Florentino.
Y del Milton severo, solemnes armonías.

Oscar Wilde, “Amor intelectualis” (versión de E. Caracciolo Trejo)


Ejercicio

La primera tarea es leer los fragmentos detenidamente y marcar aquellas palabras u oraciones
que se estimen más significativas en cada uno de ellos.

Luego, imaginando una tarea que se desarrolla en el aula, los estudiantes deberán dividirse en
grupos de entre tres o cuatro personas y debatir cada una de las definiciones durante un
tiempo no mayor a los siete o diez minutos para cada caso. Cada grupo designará a un
miembro que será el encargado de tomar un mínimo apunte de las conclusiones a las que se
arribe.

La síntesis rápida de lo que se discuta será volcada en el pizarrón tratando de enfatizar los
“polos de atracción” que subyacen a los pequeños textos, y que se pueden convertir en un
listado de palabras: por ejemplo, lector.

Finalmente, cada alumno deberá sumar un nuevo fragmento al listado. El ejemplo debe ser
breve (no más de media docena renglones), y el estudiante explicará de dónde lo ha
seleccionado y cuál es, según su juicio, el valor de este y con cuáles de las definiciones ya vistas
se puede relacionar.

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