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UNA PUERTA AMPLIA Y EFICAZ

Cuando nuestro Señor dio a los suyos las órdenes de marcha para iniciar la era de la propagación
del evangelio, las dio a fin de alcanzar a todas las personas del mundo. Él dijo: “Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura”. Con seguridad, él pensaba que también a los niños había que
decirles que él murió por sus pecados, que fue sepultado, y que resucitó para que ellos puedan tener un
Salvador que puede, y quiere, entrar en su corazón para limpiarlo y vivir en ellos. En otra parte del Nuevo
Testamento, se dan las bases de un programa que nos dirige hacia los niños.

I.- EL HOGAR
A.- Los padres cristianos como evangelizadores
Ellos deben evangelizar a sus propios hijos. Ef. 6:4, dice: “Y vosotros padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Esta es la responsabilidad de
un padre. Si no la cumple, será la tarea de la madre. ¡Ay del padre cristiano que no puede guiar a su hijo
hacia el Calvario mientras que aún es pequeño! Debemos darnos cuenta de que ésta es, en primer lugar,
la tarea de los padres cristianos, antes de que se convierta en tarea del pastor o del maestro de la Escuela
Dominical. Como padres cristianos, debemos cumplir este ministerio en nuestro propio círculo familiar.
Si no lo entendemos y hacemos así, habremos adelantado bastante para frenar la declinación que hay en
la eficacia de nuestro testimonio unido.

B.- Los padres como reproductores


Dios nos ha dado la capacidad física para reproducir nuestra especie. Junto con esta capacidad,
nos ha dado la inteligencia innata suficiente como para educar a nuestros niños para que vivan en este
mundo. Los hechos constituyen un argumento en sí mismos. En realidad, si no fuera así, este sería un
mundo triste. ¿Es esto menos real en el reino espiritual? Si él nos dio capacidad necesaria para instruir a
nuestros hijos de modo que sean hombres y mujeres maduros, ¿no nos dio también lo necesario para
guiarlos a una vida espiritual, y para encaminarlos en la senda del Espíritu. Por lo tanto, que los padres
cristianos aviven su responsabilidad en este sentido, y construyan de nuevo el altar familiar, que ha caído
en desuso, y disfruten del privilegio especial de poder llevar ellos mismos a sus hijos a Cristo.

C.- Los padres como pastores


El programa de Dios para reunir a los suyos, comienza entre las cuatro paredes del hogar cristiano.
Los niños de los hogares cristianos tienen todo el derecho de escuchar el evangelio de labios de aquellos
que los trajeron al mundo. Tienen todo el derecho de encontrar a su Salvador por medio del ministerio
personal que sus padres ejerzan para con ellos. Todo esposo y padre cristiano tiene un rebaño del cual es
el pastor, y por el cual, un día, tendrá que dar cuenta. ¡Pobres hijos e hijas de padres cristianos que llegan
a la adolescencia sin tener una experiencia personal con Cristo en su corazón!

El lugar donde los niños deben tener la primera oportunidad de recibir a Cristo, ha sido, en gran
medida, descuidado, y no ha cumplido su responsabilidad elemental para con ellos. El círculo familiar
cristiano, que fue diseñado para ser la defensa contra la incredulidad, se está convirtiendo en terreno fértil
para la incredulidad. La salvación personal de los hijos, ha sido descuidada en el hogar, y se dejó en
manos de quienes, generalmente, no asumen la debida responsabilidad.

¿Por qué esto es así?


 Porque muchos padres cristianos han dejado en manos de otros la evangelización de sus hijos.
 Porque han fallado en reconocer el poder creciente de la inclinación innata al pecado.
 Porque ignoran la Palabra de Dios, que dice que “se apartaron los impíos desde la matriz, se
descarriaron hablando mentira desde que nacieron”, Sal.58:3.
 Porque fallaron en darse cuenta con qué naturalidad tiene lugar la conversión de un niño, como
se presenta en la Palabra y se ha visto en la experiencia.
 Porque no han considerado la seriedad de descuidar a los niños, de acuerdo con lo que dice Mt.
18:6-10.
 Porque no hemos reclamado nunca la promesa de Mt. 18:14; una promesa que cualquier padre
puede reclamar al amante Padre celestial, y orar de acuerdo con su voluntad.
 No se han dado cuenta de que los niños que no son guiados a Cristo en forma positiva, serán
alejados de él en forma segura y rápida.

D.- El círculo familiar: El arma más poderosa contra el mundo incrédulo


Aquí, los hijos de creyentes pueden ser nutridos en un profundo ambiente espiritual, y pueden ser
enseñados en las riquezas de la Palabra de Dios. Si el hogar es cristiano, en el verdadero sentido que esto
implica, los hijos serán afirmados en la fe, de modo que puedan enfrentar a Satanás y sus emisarios sin
miedo ni vergüenza; pero debemos señalar cuáles son

E.- Los fundamentos de nuestra vida familiar


1.- La vida piadosa de los padres, que se debe manifestar en la vida diaria.

2.- El culto familiar, donde el padre enseña.

3.- La Palabra de Dios, con la que guía cada día a su pequeño rebaño hacia los manantiales de
misericordia. Esta, debe convertirse en la fuerza de cada familia cristiana.

4.- La responsabilidad
Se debe asumir la responsabilidad de la paternidad en todos sus requisitos espirituales, y los
padres deberán rogar delante de Dios, e interceder por sus hijos, para que éstos puedan tener el privilegio
de encontrar a Cristo dentro del círculo de la familia y puedan ser afirmados en la Palabra de Dios.

II.- LA ESCUELA DOMINICAL


El segundo muro de defensa, constituido por las fuerzas organizadas de la iglesia,
desafortunadamente también ha comenzado a desintegrarse.
 La Escuela Dominical debería ser la agencia evangelística por excelencia; pero muchos de los
que asisten a nuestras Escuelas Dominicales, van de un lado a otro, sin ser evangelizados, ni
salvados. Hay algo que anda mal.
o ¿Por qué no creen en la Palabra de verdad? ¿Es porque no la oyen?
o ¿Cuántos maestros y líderes habrá que enseñen con diligencia la Biblia, tal vez con mucha
ortodoxia, pero que nunca han presentado a sus alumnos las demandas personales de
Cristo?
o ¿Cuántos hay que nunca han presentado el camino de salvación, expresado con sencillez
desde un corazón anhelante por ver la salvación de los niños?
o ¿Cuántos habrá que, habiendo presentado un “plan” de salvación, nunca les pidieron a
esas almas que recibieran en sus corazones al Cristo resucitado que ese plan anuncia?
 Juan 21, habla a los líderes
El Señor le dijo a Pedro: “Apacienta mis corderos”, y por medio de él, les habló a los
obreros de la iglesia. Aquí no le está hablando a un padre, sino a un líder. Los niños dentro de la
esfera de influencia de la iglesia, o de la Escuela Dominical que profesa predicar la Palabra de
Dios, sin duda son los “corderos” por quienes un día darán cuenta los pastores, los maestros de
Escuela Dominical, y los obreros de las fuerzas organizadas de la iglesia. ¡Cómo rendirán cuentas
los líderes y obreros cristianos delante de su Señor el día de la evaluación de su servicio!
 La inversión es mayormente al mundo adulto
Se dice que la iglesia gasta mucho dinero para ganar a un adulto para Cristo. En cambio,
no cuesta mucho presentar el evangelio a un niño. Si la iglesia diera el énfasis correcto a la
evangelización infantil, podría evangelizar al mundo en una generación.
o No hay mejores misioneros que los niños.
o Ningún grupo de creyentes es tan diligente para ganar almas, como lo es un grupo de
niños.
o No hay otros tan fieles y entusiastas al confesar a Cristo, como lo son los niños.
o Ganemos a los niños de nuestra patria, y este mundo será cristiano en una generación.
o Ganemos a los niños, y tendremos asegurada la salvación de los adultos de mañana.
o ¡Las Escuelas Dominicales deben evangelizar a los niños!
 Enseñar en una clase de Escuela Dominical, es una tarea ardua
Las demandas son intensas. A veces cuesta mucho trabajo. A menudo la preparación no
es nada fácil. Habrá días en los que el maestro se desanimará tanto, que surgirá la pregunta: ¿Vale
la pena el costo? Sí. Vale la pena. No hay ningún trabajo tan vital en los esfuerzos organizados
de la iglesia. Poco significa el costo, comparado con su valor. Al maestro de la Escuela Dominical
se le presenta una oportunidad de oro y, junto con ella, una gran responsabilidad.

A.- Los primeros frutos de la cosecha de hoy


Los niños que sean ganados para el Señor en la Escuela Dominical, son parte de la cosecha que
ya está preparada. Para ellos, la salvación es tan real como lo es para los mayores. Sin embargo, no
constituyen la cosecha total. Si los ganamos, ellos serán solo los primeros frutos de una gran cosecha.
Gane a un niño, y se le abrirá una puerta amplia y eficaz: la puerta del hogar donde viven sus mayores.

Con frecuencia hemos visto que un niño que llegó a conocer al Señor Jesucristo como su único
Salvador personal, influyó para que toda su familia llegara a la iglesia, y asistiera a la Escuela Dominical.
Tal vez no los gane para el Señor mediante su testimonio en la niñez (aunque esto sucede muchas veces),
pero abrirá la puerta de su casa para el ministerio cariñoso del pastor, o de los consejeros de la iglesia
loca. A través de esa puerta abierta, ellos pueden entrar en el nombre de Jesucristo y de su iglesia con el
mensaje del evangelio de la gracia. No hay una forma tan segura de ganar la confianza y el afecto del
círculo familiar, como por medio del corazón de un niño. Esto es tan evidente, que no necesitamos
detenernos para demostrarlo. Sólo queremos llamar su atención con respecto a esto, y lo alentamos para
que usted lo aproveche.

Su trabajo, entonces, puede ser el comienzo de un trabajo grande, y de mayor alcance, que será
continuado y llevado a término por las fuerzas trabajadoras de la iglesia. Como puede apreciar, su
oportunidad no se limita a ganar a un niño, sino que consiste en avanzar hacia la meta de ganar a la
familia de ese niño.

1.- Más alumnos


Esta gran llave para la expansión de la Escuela Dominical, aunque no es la única, está en manos
de sus maestros. Una Escuela Dominical tomó esto como una premisa para desarrollar su trabajo. Los
maestros de los Primarios aceptaron su responsabilidad de ganarlos para el Señor por medio de una
conversión real del corazón, y por la regeneración, y de hacerlo en sus clases. Se concentraron en esto.
Pronto, los resultados fueron evidentes. El Día de Promoción resultó agradable ver un número de niños
salvos que pasaron al departamento de Intermedios. Había sólo una pequeña pérdida numérica. Los
lugares de los que fueron promovidos, fueron ocupados por niños provenientes de la clase de los
Primarios, y por los que venía de fuera.

Un resultado inesperado fue, que no sólo ganó alumnos el departamento de la siguiente edad en
la Escuela Dominical, sino todos los demás departamentos. La mayoría de los niños Primarios tenían
hermanos y hermanas. Todos tenían familiares mayores, y muchos de ellos respondieron a las
invitaciones que los maestros de los Primarios les hicieron para asistir a las clases que les correspondían.
Muchos de ellos, habiendo oído el evangelio, se convirtieron y se incorporaron a la comunión de la
iglesia. ¡Y todo comenzó cuando los maestros de los niños se dieron cuenta de esta valiosa oportunidad,
y se decidieron a aprovecharla!

2.- Evangelismo en la iglesia


El hecho de que el Señor trabajó en el corazón de esos niños, y el ver que hubo salvación de
almas, sirvió para crear un espíritu de evangelismo que afectó todas las áreas del ministerio de la iglesia.
Por lo tanto, como se puede apreciar, cuando ganamos a un niño para Cristo, estamos logrando, a la vez,
proveer un carbón encendido que puede producir el fuego de un avivamiento.

B.- Obreros para la cosecha del mañana


Volvamos otra vez al niño en sí. Tiene una vida por delante. Puede dedicarla al servicio cristiano.
Si la dedica, o no, al servicio del Señor, depende en gran manera del hecho de que lo ganemos para
Cristo. Si no lo ganamos, no hay seguridad de que otro lo haga. Él tiene un alma que debe ser salva y, en
lo que a nosotros respecta, no hay otra persona que tenga la posibilidad de guiarlo al Calvario.

Una vez que el niño sea salvo, edifíquelo en la fe, y tendrá un obrero para la cosecha del Señor.
Recuerde la tarea de los siervos de Dios que han sido usados en forma notable. La mayoría de ellos
fueron ganados en la niñez, y muy temprano en la vida, fueron llevados por el camino de crecimiento en
la gracia mediante el ministerio personal de algún otro. Saque del ministerio, de los campos misioneros,
y de las congregaciones, a los que fueron salvos y edificados en la fe en su niñez, y quedará muy poco
de utilidad inmediata. No limitemos nuestra visión a los resultados de hoy, sino que pensemos también
en el futuro. Cuando el Señor comenzó un programa para llamar a un pueblo para sí, emprendió un trabajo
que daría resultados por lo menos durante dos mil años.

III.- EL MUNDO CRISTIANO


No podemos limitar la responsabilidad a los padres y líderes cristianos. El pueblo del Señor, en
su totalidad, es responsable de ganar a los niños. En los barrios donde hay hogares cristianos establecidos,
en las calles por las que caminan los cristianos, hay miles de niños que están esperando que alguien les
diga lo que hizo Dios por ellos en Cristo, y que les insten a recibir su salvación.

La oveja perdida de Mateo 18:13, es el pequeño del cual habla en Mateo 18:14. No es la voluntad
del Padre que una de esas pequeñas ovejas se pierda. Nosotros, su pueblo, debemos buscarlas y traerlas
a él y a la comunión con Su pueblo. No hemos hecho esto en una medida suficiente. El pueblo de Dios
ha fracasado en el mundo de los niños. ¿Cómo los reuniremos? ¿Qué agencias usaremos? ¿Qué fuerzas
emplearemos?

No se necesita ninguna maquinaria nueva, sino que se debe obtener una nueva determinación y
un nuevo objetivo inmediato.
 Que los padres ganen a sus propios hijos.
 Que la iglesia se organice para tener una continua cosecha de almas mediante la Escuela
Dominical y las actividades relacionados.
 Que los maestros tomen en serio su responsabilidad, poniendo en la primera fila de su ministerio
el ganar para Cristo a cada niño que llegue a la Escuela Dominical, aunque sea de visita.
 Que haya oraciones incesantes a favor de los “corderos” del campo de la iglesia, que es el mundo.
A.- El club bíblico hogareño
Este es un gran medio que se puede utilizar para alcanzar a los que todavía no han sido alcanzados,
traerlos a Cristo y desarrollarlos en él, y por último, identificarlos con la iglesia.

Los hogares cristianos deben ser agencias misioneras. Los niños del vecindario deben tener el
privilegio de ir a estos hogares, y escuchar una y otra vez del amor de Dios y del poder limpiador de la
sangre de Cristo. No importa qué prejuicios tengan los hogares de los que ellos provienen, irán a una
reunión así aunque quizá nunca entraran a un templo. No hay otra agencia más grande que pueda usar la
iglesia para alcanzar a las personas, como lo es este simple plan de reunir a los niños del barrio en un
hogar cristiano para estar una hora juntos en un estudio informal de la Biblia.

Es asombrosa la cosecha que se reúne mediante los clubes bíblicos en los hogares. Las iglesias
que tienen conciencia de la eficacia de un programa de esta naturaleza, han agregado a sus listas de
candidatos a un gran número de personas que, de otra forma, no hubieran figurado entre las familias
alcanzadas. Una de estas iglesias, alcanzó a 52 personas en una temporada, mediante diez clubes bíblicos.
Para otra iglesia, es normal recibir veinte niños nuevos en un solo domingo. Otra, abrió 150 puertas para
el ministerio de extensión de la iglesia, mediante ocho clubes que se realizaron por períodos cortos; y
muchas otras iglesias, están desarrollando Escuelas Dominicales en barrios nuevos, en los que aún no se
ha establecido ninguna iglesia.

El plan es simple:
 Se fija un día
 Se abren las puertas de un hogar
 Se designa un maestro
 Se hace un recorrido por el barrio, con el propósito de pedir permiso a los padres para que dejen
asistir a sus hijos.
 Se entregan invitaciones a los niños
 Cuando llega el día y la hora, ¡los niños están allí! ¡Esto rara vez falla!

Qué incluye la reunión: Durante una hora


 Cantos
 Memorización bíblica
 Oración
 Lectura bíblica
 Invitación a la salvación

Durante una hora canta, aprenden pasajes de las Escrituras, oran, y llegan a su clímax mediante
una lección bíblica bien narrada, por lo general, con la ayuda de un franelógrafo, para que los niños
puedan visualizar la historia. En la primera reunión se evangeliza a los niños, y ellos reciben algunas
instrucciones concernientes a la salvación.

Una vez que se rompe la barrera denominacional, queda abierto el camino para invitar en forma
individual a cada niño y a sus padres para que asistan a la Escuela Dominical. Las puertas que quizá se
habían cerrado de golpe cuando otros miembros de la iglesia hicieron la invitación, tarde o temprano se
abren por este medio.

B.- Cultos especiales para niños


La iglesia se está dando cuenta cada vez más, de que el trabajo eficaz entre los niños debe incluir,
cuando sea posible, un programa especial para ellos los domingos por la mañana. Los niños absorben
más de lo que nosotros nos damos cuenta en los cultos y sermones para adultos, pero tendrán más
beneficio en una hora que sea específica para ellos, con aulas y muebles adecuados para su edad.

Un especialista en la Escuela Bíblica de Vacaciones, insiste en que el primer día debe ser
totalmente evangelístico, para que pueda tener el ministerio de la enseñanza del Espíritu Santo obrando
en los alumnos tanto como sea posible. Su enfoque tiene buen fundamento en las Escrituras, y las
actividades que realiza tienen mucho éxito.

C.- Campañas especiales


Toda iglesia local debe tener campañas evangelísticas para niños con tanta frecuencia como las
tienen para los adultos. Hay siervos de Dios preparados en forma especial, que están dispuestos a hacerlo.
Los niños responden de forma increíble. Es un motivo constante de asombro que un gran número de
niños asiste y responden al llamado del Salvador. Un esfuerzo especial de esta naturaleza, siempre
provoca un aumento en la asistencia y el interés por la Escuela Dominical.

La iglesia no debe descuidar ninguna oportunidad que se le presente para reunir a los niños
alrededor de la cruz y la tumba vacía. Un niño puede comenzar a asistir a la Escuela Dominical cuando
tiene apenas cuatro años, y dejar de hacerlo a los catorce. Esto, le permite tener un promedio de diez años
de educación religiosa. Hagamos una operación matemática, considerando que en la Escuela Dominical
promedio podrá recibir .45 min. de instrucción bíblica cada semana. Multipliquemos ésos 45 min. por
las 52 semanas que componen un año, obtendrán 23.40 hrs. en un año; y si lo multiplicamos por esos
posibles 10 años en la Escuela Dominical, tendríamos un gran total de 234 horas.

Durante ese mismo período, habrá recibido en la escuela secular lo siguiente: De las ocho de la
mañana a la una de la tarde: Cinco horas diarias. Multiplicadas por semana: 25 hr. por semana;
multiplicamos eso por el período escolar de 45 semanas, obtendremos un total de: 1,125 horas.
Multiplicándolas por los mismos diez años, tendremos un total de: 11,250 hr.

¡Once mil doscientas cincuenta horas en la escuela secular! ¡Doscientas treinta y cuatro
horas en la Escuela Dominical! ¡Tendrá más de once mil horas de preparación para esta corta e
incierta existencia, y sólo doscientas treinta y cuatro que lo prepararán para la eternidad!

D.- Evangelismo al aire libre


La objeción perenne que se hace a este trabajo, es que se puede hacer muy poco para el
seguimiento de los niños que se convierten. Desde el punto de vista humano, esto podría ser cierto.
Aunque el problema de cómo mantener el contacto con los niños, y de su futuro desarrollo espiritual se
presenta en todos los casos, nunca es más crítico como en el evangelismo al aire libre. Alguien podría
decir: “Si en este trabajo no se puede hacer una obra de seguimiento, no lo intenten”. Una conclusión así
no es correcta. Sería lo mismo que decir que es mejor dejar que un niño no creyente crezca en un ambiente
de incredulidad, en la que casi con toda seguridad vivirá y morirá sin Cristo, para, finalmente, pasar la
eternidad en el infierno, que llevarlo a una fe inicial con Cristo y dejarlo en manos de Dios, aunque no
se pueda hacer con él una tarea de seguimiento.

Hudson Taylor eligió este método al realizar su trabajo en China cuando, a pesar de los
argumentos de otros, viajó por todo el país llevando un mensaje evangelístico simple, ganando a algunos,
y dejándolos en manos de Dios. En ejemplos como estos, se puede ver que Dios puede completar la obra
que ha comenzado, aunque no haya a mano maestros humanos. Casi no hubo ciudad de aquellas, en las
que Hudson Taylor predicó, donde no hayan quedado creyentes que se mantuvieron en la fe cuando se
retiró de allí años más tarde, aunque fueran espiritualmente inmaduros y carentes de capacitación.

¡No! No nos desatendamos de este punto. Se puede evangelizar a los niños en una reunión al aire
libre. Allí Dios puede entrar en sus vidas. Allí él puede comenzar una obra que continuará hasta la
eternidad. Manos a la obra, entonces, haciendo lo que podamos, y dependiendo de Dios, para que él
continúe el contacto y provea para el “seguimiento”.

El mayor campo misionero del mundo toca a su puerta. La cosecha de almas más accesible está
esperando que usted comience la siega. La niñez está esperando para recibir el evangelio que usted tiene.
Ese evangelio es el poder de Dios, y está en su poder proclamarlo. Los niños oirán. Creerán. Dios nos da
la orden, y junto con el mandato, está dispuesto a capacitarnos para que lo cumplamos. Vayamos, pues,
en las fuerzas que Dios da, y ganemos a los niños para Cristo, trayéndolos hacia él.

Alguien dijo: “junto con sus mandamientos, Dios nos da la capacidad para cumplirlos”; y esto es
cierto. La obra es Suya, y él está listo para suplir todas nuestras necesidades, si nos rendimos en
obediencia a Su voluntad.
 Si usted es padre, acérquese al hijo que Dios le dio, y guíelo al Señor.
 Si usted es un líder, o un obrero en las fuerzas organizadas del Señor, tome el yugo en el cual él
lo está esperando, y gane al niño.
 Sea quien sea, si usted es un hijo de Dios, diríjase a los niños de su barrio en la forma en que el
Señor le indique, de acuerdo a sus circunstancias particulares, y enseñe el evangelio a esas almas
que están esperando para confiar en Él.

Los mandamientos de Dios, son nuestras posibilidades.


SIGNIFICACIÓN DE LA VIDA

Se ha dicho que la cosa más grande del mundo es el amor; pero hay algo aún más grande: la vida.
Al venir al mundo, Cristo expresó el gran amor de Dios, pero vino para que los hombres tengan vida (Jn.
10:10).

I.- IMPORTANCIA DE LA VIDA


Hasta cierto punto, puede descubrirse la importancia de la vida según el valor que se le otorgue,
su extensión, y sus posibilidades.

A.- El valor de la vida – Consideremos lo siguiente:


1.- Cómo la valora el hombre
 Las guerras, los credos religiosos, los móviles, las supersticiones, y la ideología del pueblo, dan
a entender mucho del valor que el hombre otorga a la vida.
 La diferencia en la evaluación de la vida humana se descubre más fácilmente al comprar los
valores de las naciones que han retenido alguna lealtad hacia los ideales cristianos, con los de
aquellas que los han rechazado, o en las que dominan otros valores religiosos, el comunismo o el
humanismo.
 ¿Quién no ha oído de los campamentos de trabajo forzado, del sacrificio de 20 o 30 millones de
vidas en la Nueva China, o del sistema de comunas que sumerge al individuo en una sociedad
semejante a una máquina carente de fe?
 Cabe recordar también que, durante la segunda guerra mundial, las misiones suicidas japonesas
(kamikazes) fueron corrientes.
 Nos vanagloriamos de que es en nuestras patrias civilizadas donde se tiene en más alta estima la
vida. Sin embargo, hoy se ha olvidado su valor. Aumentan los suicidios y homicidios, muchos de
ellos por motivos triviales.
 La importancia en el manejo de armas de fuego y en la conducción de automóviles, nos hace
pensar que muchos valoran en muy poco su vida y la de los demás.

Ningún cálculo humano puede precisar el inmensurable e incomprensible valor de la vida. Hay
que investigar otras fuentes para hallar la solución respectiva.

2.- Cómo la valora Dios


Cuando Dios, mediante el diluvio castigó al mundo por la corrupción y desobediencia imperantes
en ella, puso en manos del hombre la función judicial del gobierno. Al hacerlo, estipuló: “El que
derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es
hecho el hombre”, Gn. 9:6.

Es evidente que, en este período de la historia del mundo, Dios estableció su ley respecto a la
vida. Sólo había un modo de valorar la vida. No podía pagarse con acciones ni bonos financieros, con
tierras o con oro. Sólo podía bastar el equivalente de otra vida (Ex. 21:22,25; Lv. 24:17-22; Dt. 19:21;
Mt. 26:52; Ap. 13:10).

3.- Cómo la valora Cristo


El Señor Jesucristo fue quien dijo: “¿Qué aprovechará el hombre si ganare todo el mundo y
perdiere su alma?”, Mr. 8:36. Nadie conquistó jamás el mundo. Nadie ha obtenido jamás la mayor parte
del mismo. Los hombres más eminentes han tenido que contentarse con una conquista menor; pero Cristo
dijo que, si un hombre ganara todo el mundo, esto valdría menos que su vida. Cristo estaba hablando en
términos que sus discípulos pudieran entender, refiriéndose a este mundo tal como lo conocemos. Este
mundo no es más que un puntito, un grano de arena, en comparación con otros mundos y sistemas. Cristo
podría haber añadido: “¿Qué aprovechará el hombre si ganare el universo, y perdiere su vida?”.
Solamente la Biblia mide el valor de la vida en los términos más excelsos que se conozcan.

B.- Extensión de la vida


¡Qué solemne pensar que, si bien todo hombre tiene comienzo, ninguno tiene fin! ¡Cuánto tiempo
dedican los hombres a discutir el tiempo, la moda, las costumbres, y trivialidades que cambian
continuamente! Sin embargo, las criaturas humanas son las únicas, en todo el universo de Dios, con
derecho a emplear la palabra “eterno”, que no se aplica a nada más en el universo visible. Mediante sus
cálculos, algunos astrónomos calculan que el sol y los planetas han existido durante millones de años,
pero, con el pesimismo que al fin siempre se apodera de los evolucionistas, prevén el fin inevitable de
todo. Sólo el hombre es eterno, y habrá de continuar viviendo aún después de que los gigantescos soles
del universo hayan exhalado su último fulgor.

C.- Posibilidades de la vida


1.- Capacidad infinita de saber
Los más sabios y mejores de los hombres, jamás han ido más allá del ABC de las enseñanzas
eternas. El infante humano, es el más desvalido de todos los recién nacidos, pero, en pocos años, avanza
con pasos gigantescos hasta alcanzar mayores maravillas de la inteligencia. Sondea los ocultos misterios
de la naturaleza, calcula la distancia a las estrellas, y descubre los secretos del átomo; pero cuanto más
descubre, tanto más se da cuenta de lo poco que sabe, y tanto más desea saber. Los más grandes sabios
de la actualidad, están apenas en la escuela de párvulos de la eternidad. Aquí en la tierra, la memoria
falla. Hay preguntas que han de quedar sin respuesta; pero más allá de este reino de oscuridad, se
resolverá toda duda. Dios revelará a los suyos los secretos de la tierra, el mar, y los cielos (1 Co. 13:12).

2.- Infinita capacidad de libertad


El hombre no ha experimentado aún la plena libertad de este universo de Dios. Este mundo
encierra al hombre, por así decirlo, dentro de los muros de una celda estrecha. La Biblia es la ventana
que le abre las infinitas posibilidades del alma inmortal, liberada de las cadenas del pecado y del presidio
de esta tierra (Jn. 8:32).

3.- Infinita capacidad de poseer


Los hombres anhelan poseer el mundo y lo que en él hay; pero, ¿qué son estas bagatelas,
comparadas con la inmensa e inconmensurable creación que hay más allá? La tierra, no es sino un granito
en la montaña de la existencia; una gota en el océano de la creación; pero este majestuoso universo
tachonado de estrellas, es herencia reservada a los hijos de Dios (Ap. 21:7). Ahora tenemos la promesa
de que “todo es vuestro” (1 Co. 3:21), y pronto entraremos en posesión de ello.

4.- Infinita capacidad de poder


Los hombres ansían el poder, y continuamente luchan por obtener mayor influencia; pero aun
cuando dominen la naturaleza, encadenen sus rayos, y aprovechen sus vientos y sus olas, su fuerza es
insignificante comparada con el irresistible poder que desarrolla la tierra al desplazarse por espacio de
un segundo en el espacio. Los hombres no pueden resistir el poder del sol a 150 millones de kilómetros
y, no obstante, el sol es el más cercano e insignificante de los diez mil millones de miembros del universo
estelar. ¿Qué es el poder terrenal cuando un Josué puede ordenar al sol y a la luna detenerse para la gloria
de Dios y la realización de su propósito? “Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; el Dios de Israel,
él da fuerza y vigor a su pueblo”, Sal. 68:35.
5.- Infinita capacidad de felicidad
¿Cuánta dicha puede obtenerse de la amistad, los libros, y las muchas delicias del reino natural?
Todos los goces del presente, no colman la capacidad del alma. Hay mejores y más permanentes cosas
por venir. No hay en el mundo éxtasis comparable con la invitación del Maestro: “Entra en el gozo de
tu Señor”, Mt. 25:21. En este mundo, el gozo está mezclado con el dolor y las lágrimas que
inevitablemente empañan el rostro más feliz; pero hay gozo inexpresable, desconocido y sin fin más allá,
en el bienaventurado lugar donde no se conocen el pecado, el sufrimiento, ni el dolor. La felicidad
presente suele terminar por limitaciones humanas. El hombre carece de fuerza, medios, y el tiempo para
ir en pos de las cosas que acarrean felicidad; pero viene el día en que habrá tiempo, fuerza, y libertad
para todo estudio, todo viaje, y todo amor. La vida aguarda esa esa bendita promesa (Sal. 16:11).

II.- IMPORTANCIA DE LA VIDA INFANTIL


El hombre es distinto de los animales. Su infancia es prolongada. La mayoría de los animales
llegan a la madurez poco después de nacidos, pero los niños pasan por un prolongado período de
dependencia y preparación. En efecto, puede decirse que el hombre pasa por tres períodos durante su
existencia terrenal, cada cual con sus especiales características y requisitos:
 Infancia Del nacimiento a los 11 años
 Adolescencia De los 12 a los 24 años
 Adultez De los 25 años, en adelante

A pesar de la prolongada infancia del hombre, y del considerable aporte de ésta a su bienestar,
este período de la vida se descuida lastimosamente. El filósofo pagano Sócrates dijo que, si hubiera
podido llegar a la más elevada cima de Atenas, habría alzado la voz, y proclamado: “¿Qué hacéis,
conciudadanos, que arañáis cada piedra para reunir una fortuna, y dais tan poca atención a vuestros hijos,
a quien un día habréis de dejarles todo esto?”. Juan Crisóstomo, uno de los padres de la iglesia del Siglo
IV, dijo: “¿Existe acaso, algo más importante que la educación de la niñez? El maestro que plasma el
carácter de los niños, es más grande que el pintor más admirable, o el escultor más famoso”. La
importancia de la vida infantil, puede juzgarse por los siguientes hechos:

A.- Cristo se hizo niño


Cristo pudo haber vivido entre los hombres solo como individuo adulto, pero tuvo a bien pasar
por las extensas etapas preparatorias de la infancia y la adolescencia, antes del comparativamente breve
período de su vida adulta. Cristo representó el ideal de la niñez, y santificó para siempre todo lo que a
ésta pertenece.

2.- Cristo magnificó la vida infantil


El Antiguo Testamento revela la actitud de Cristo hacia la niñez: “Como pastor apacentará su
rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién
paridas”, Is. 40:11. El Nuevo Testamento cumple está profecía:

1.- Se valió de niños para ilustrar las enseñanzas espirituales


Cristo ilustró la verdadera sencillez, humildad, fe, y confianza, cuando llamó a un niño y enseñó
a sus ambiciosos discípulos algo de aquel espíritu infantil que era (y es) requisito indispensable para ser
apto para el reino de los cielos (Mt. 18:2-6).

2.- Reprendió a sus discípulos cuando rechazaron a los niños


Cuando las madres llevaron sus hijos a Cristo, los discípulos les dijeron que el Maestro estaba
ocupado. Tenía mucho qué hacer. Los adultos lo necesitaban. No había tiempo para los niños; pero Jesús
dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”,
Mt. 19:14. Parecía profetizar un día en que los intereses de los adultos casi monopolizarían la atención
de la iglesia, pues también dijo: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo
que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”, Mt. 18:10. Éstas
empíreas y eternas criaturas, son los guardianes de los pequeños a quienes el hombre es dado a despreciar
y descuidar.

3.- Destacó la importancia de enseñar a los niños


En el último encargo de Jesús a Pedro, le oímos decir: “Apacienta mis corderos”, Jn. 21:15. Para
Cristo, lo triste de la vida era que todos los hombres habían comenzado como niñitos, cercanos a Dios,
próximos a su corazón, pero todos se habían extraviado en el pecado. Al estudiar el contexto de la
parábola de la oveja perdida, parece indicársenos que se trataba de un cordero extraviado por el cual el
buen Pastor dejó las 99 y salió a explorar los montes. No es la voluntad de Dios “que se pierda uno de
estos pequeños”, Mt. 18:14.

III.- VALOR POTENCIAL DE LA VIDA DEL NIÑO


Dice la Biblia: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos”, Sal. 127:3. Los propósitos de Dios
respecto a los niños, tienen derivaciones eternas. Guiar las tiernas vidas por el camino de la virtud y la
santa obediencia, es una obra magna, y los largos años que a ella se dedican, no pecan de excesivos por
su número o por la lentitud de su progreso, cuando se examinan a la luz de los resultados eternos de la
crianza cristiana cuidadosa y completa.

A.- Los niños sirven a la humanidad


1.- Son el móvil del hogar
No sólo es necesario el hogar para los hijos, sino que, en el más genuino y estricto sentido, los
niños son necesarios para el hogar. El nacimiento de un bebé suele servir de poderoso freno a la mala
conducta de los padres. La dependencia misma de los niños, obliga a los padres a ser más útiles. El
espíritu confiado del niño, es lo más bello del mundo. No hay, para los padres, cumplido comparable al
rostro inocente de un niño que expresa admiración y confianza. Su fe ciega, disipa la duda y estimula la
confianza mutua entre marido y mujer. Los niños fortalecen los fundamentos del hogar.

2.- Son el aliciente de la sociedad


La existencia, debilidad, y necesidad de los niños, se convierte en vigoroso argumento en pro de
la cooperación y la vida de la comunidad. La vida infantil ha hecho grandes aportes a la paz y progreso
de los pueblos. Es el niño quien da al mundo dulzura y esperanza; y si no hubiera niñez, la raza caería en
el pesimismo, el odio, y la desesperación.

3.- Son los conductores de la humanidad


Muchas veces Dios ha hablado a los adultos incrédulos valiéndose de un niño. Es conocidísima
la historia bíblica de la pequeña cautiva israelita que, por su fe y confianza en el profeta Elías, logró
restituir la salud de Nahamán, el poderoso capitán del ejército sirio. Muchas veces, Dios ha hablado
mediante un niño.

B.- La vida infantil es dócil


Casi podría decirse, que el hábito es fundamento de la vida. Los hábitos -físicos, intelectuales, y
morales- generalmente se adquieren en la niñez.

La oración, la lectura de la Biblia, la obediencia a la Palabra de Dios, pueden desarrollarse como


resultado de la disciplina fiel. La consecuente práctica de dichos hábitos, puede formarse en todo período
de la vida, pero cuando se forma después de la madurez, tiene que lucharse perpetuamente con una
multitud de hábitos contrarios que persisten toda la vida. La formación de los hábitos es, por lo tanto,
mucho más fácil que la reforma de los mismos.

Según algunos psicólogos, a los 30 años de edad, el individuo ha forjado el surco por el cual
transcurrirá su vida. De allí en adelante, un gran porcentaje de cuanto el hombre haga, es resultado de
sus hábitos, buenos o malos.

El niño es cera fácil de modelar, pero luego, como granito, retiene la forma impuesta. Cierto
profesor universitario, al renunciar a su puesto de instructor de adultos, a fin de enseñar a niños, dio esta
razón: “Si quisieran escribir su nombre en un ladrillo para que permaneciera impreso indeleblemente,
¿lo escribirían antes, o después de hornearlo?”.
EL NIÑO Y LA BIBLIA

“Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos
pequeños”, Mt. 18:14. El Señor está interesado en que los niños sean alcanzados cuando todavía son
niños.

Hay muchos que no creen que los niños pueden tener una conversión genuina y un nuevo
nacimiento. Casi sin excepción, cuando los niños responden a una invitación en reuniones evangelísticas,
hay quienes los desaprueban diciendo que no saben lo que están haciendo. En algunos casos resulta cierto
que ellos no han comprendido, pero en muchas más ocasiones de las que creemos o estaríamos dispuestos
a admitir, captan con claridad cuál es su necesidad, cuál es la respuesta de Dios en Cristo, y la realidad
de que pueden aceptarlo a él como Salvador personal. Si elimináramos de la membresía de la iglesia a
los que recibieron a Cristo en su niñez, veríamos cerradas las puertas de muchas iglesias.

Algunos opinan que hay que dejar que el niño decida si va a aceptar, o no, al Señor como su
Salvador cuando llegue a una edad más madura. La idea, es que hay que dejarlo crecer sin influencia
directa, hasta que llegue el momento (alrededor de los 20 años) en que pueda tomar la decisión por sí
mismo. Esto parece razonable, pero es muy insensato. En nuestro tiempo, ningún niño puede crecer sin
recibir influencias. Si no reciben suficiente influencia a favor de Cristo, llegarán a estar contra él. Aun
en las actividades más comunes de su niñez, respiran la atmósfera del escepticismo ateo. No deberíamos
permitir que ningún niño crezca en nuestro mundo de incredulidad y pecado sin haber oído el evangelio,
con su invitación persuasiva, y la posibilidad de creerlo y aceptar la salvación; pero (tal vez diga usted)
¿puede un niño comprender el significado y la intención del evangelio? ¿Por qué no? Un niño que tiene
la capacidad de pecar, ¿no tendrá también la capacidad de creer? ¿A qué edad puede un niño experimentar
la culpa consciente por su pecado? ¿A qué edad puede escuchar que una persona vivió y murió en el
pasado, y aceptar esto como un hecho? A esa misma edad puede escuchar y creer que Dios vino en la
persona de su Hijo para morir y resucitar, y que, si cree en él, sus pecados pueden ser perdonados. En
una ocasión, Spurgeon dijo: “Un niño de cinco años, instruido en forma adecuada, puede creer y ser
regenerado, como cualquier adulto”.

Lo cierto, es que miles de niños han oído el evangelio, han creído en Cristo, y han dado pruebas
de su regeneración por medio de vidas cristianas útiles y serviciales. Recordemos la larga lista de los
santos de Dios que han sido baluartes de la iglesia, los pioneros en las misiones mundiales, y los que han
enseñado a la gente acerca de Dios. La gran mayoría, se convirtieron en su niñez:
 Matthew Henry, se convirtió a los once años
 El doctor Watts, a los nueve años
 Jonathan Edwards fue un teólogo, pastor congregacional y misionero para los nativos americanos
durante la época colonial. Es conocido como uno de los más grandes y profundos teólogos
protestantes en la historia de los Estados Unidos. Su obra tiene un alcance muy amplio, pero suele
ser a menudo asociada con su defensa de la teología calvinista y el patrimonio puritano. Se
convirtió a los ocho años
 Richard Baxter fue un célebre teólogo puritano no conformista, poeta y escritor de himnos. Su
padre era un rico propietario arruinado por la pasión del juego; esta catástrofe, el estado enfermizo
del niño y la triste situación en que se encontraban entonces los establecimientos de instrucción
en Inglaterra, no favorecieron el desenvolvimiento intelectual del joven Baxter. La lectura de un
libro de Bunny le hizo tomar la resolución de estudiar teología. La muerte de su madre y la
felicidad de escapar de una grave enfermedad le confirmaron su designio. En 1638 fue ordenado
por el obispo de Worcester. Richard se convirtió a los seis años
 Policarpo de Esmirna fue un obispo de la Iglesia primitiva. Considerado por la Iglesia católica
como padre apostólico o conocedor en vida de algunos de los apóstoles. Fue obispo de la ciudad
de Esmirna, siendo presuntamente consagrado por San Juan. Existen pocos datos acerca de su
vida, aunque se sabe por una relación posterior, acerca de su muerte en la hoguera que es
considerada ejemplo evangelizador de los primeros cristianos. Fue quemado en el año 155 de la
era cristiana, durante el gobierno del emperador Antonino Pío. No tenía más de nueve años
cuando recibió a Cristo, y le sirvió fielmente durante 86 años.
 Charles Haddon Spurgeon fue un pastor bautista reformado inglés. Según la Internet Christian
Library, a lo largo de su vida evangelizó alrededor de 10 millones de personas y a menudo
predicaba 10 veces a la semana en distintos lugares. Sus sermones han sido traducidos a varios
idiomas y es conocido como el «Príncipe de los Predicadores». Tanto su abuelo como su padre
fueron pastores puritanos, por lo que creció en un hogar de principios cristianos. Sin embargo, no
fue sino hasta que tuvo 15 años en enero de 1850 cuando hizo profesión de fe en una Iglesia
metodista. Poco después de haber cumplido los 12 años, Spurgeon pidió permiso a su familia
para visitar diferentes iglesias. Aunque su padre y su abuelo eran ministros del evangelio, él
estaba buscando a alguien que le pudiera decir cómo podía librarse de la carga de pecado que
sentía en forma muy intensa. Tal vez, esta es la razón por la que se convirtió, en su tiempo, en un
precursor de la evangelización del niño.
 Uno de los más grandes misioneros de todas las épocas, y el individuo que hizo más por el avance
de la causa de las misiones protestantes durante el siglo dieciocho y fue un noble alemán. el conde
Nicolás Luis von Zinzendorf se tuvo una influencia poderosa en los comienzos del cristianismo
protestante, que en muchos aspectos igualó o superó la de sus amigos Juan Wesley y Jorge
Whitefield. Inició el evangelismo ecuménico, fundó la Iglesia Morava y escribió muchos himnos;
pero, por encima de todo, impulsó un movimiento misionera mundial que preparó la escena para
Guillermo Carey y el “Gran Siglo” en las misiones que vino posteriormente. Zinzendorf nació
en 1700 en una familia rica y noble. La muerte de su padre y el nuevo matrimonio de su madre
hizo que quedara al cuidado de su abuela y de su tía, las cuales lo criaron. Su ferviente pietismo
evangélico inclinaba su corazón a los asuntos espirituales. Su primera enseñanza fue reforzada
por su educación. A la edad de diez años fue enviado a estudiar a Halle, donde recibió la
inspiradora enseñanza del gran pietista luterano August Hermane Francke. Allí Zinzendorf se
reunió con otros jóvenes devotos, y de su asociación surgió la “Orden del Grano de Mostaza”,
una hermandad cristiana dedicada a amar a “toda la familia humana” y a la propagación del
evangelio. De Halle, Zinzendorf fue a Wittenberg a estudiar derecho como preparación para la
carrera de estadista, única vocación aceptable para un noble. Pero él no estaba contento con lo
que le deparaba el futuro. Anhelaba entrar al ministerio cristiano, pero el rompimiento de la
tradición familiar parecía imposible. La cuestión lo abrumó hasta 1719, cuando un incidente,
durante una gira por Europa, cambió el curso de su vida. En una visita a una galería de arte, vio
una pintura (el Ecce Homo de Domenico Feti) que mostraba a Cristo sufriendo el dolor producido
por la corona de espinas, y una Inscripción que decía: “Yo hice todo esto por ti, ¿qué haces tú por
mí?”. Desde ese instante, Zinzendorf supo que nunca podría ser feliz viviendo al estilo de la
nobleza. A pesar del precio que tendría que pagar, buscaría una vida de servicio al Salvador que
había sufrido tanto por salvarlo. A la edad de cuatro años firmó esta oración que él mismo
redactó: “Querido Salvador, sé mío, y yo seré tuyo”.
 Era hijo de Anthony Ashley Cooper, 2. o conde de Shaftesbury y Lady Dorothy Manners, hija del
conde de Rutland. Su educación primaria fue supervisada por John Locke, aprendiendo griego y
latín. Después fue enviado a estudiar al Winchester College, abandonando los estudios en 1688 e
iniciando un viaje por el extranjero. Tras la Revolución Gloriosa de 1689 volvió a Inglaterra,
dedicándose a los estudios. Fue elegido parlamentario por el partido Whig en 1695, pero su frágil
salud —sufría de asma— le obligó a renunciar en 1698, viajando a Holanda en busca de un clima
mejor. De vuelta a Inglaterra, fue nombrado vicealmirante de Dorset, cargo que perdió con la
ascensión de la reina Ana al trono, por lo que volvió a la vida privada. Posteriormente retornó a
Holanda, instalándose en Rotterdam. En 1704 estaba nuevamente en Inglaterra, donde su salud
era ya delicada, y desde entonces se dedicó a escribir. En 1709 se casó con Jane Ewer, naciendo
su único hijo al año siguiente. En 1711 su salud exigió que se mudase a Italia, estableciéndose en
Nápoles, donde continuó escribiendo. Falleció en Nápoles y su cuerpo fue trasladado de vuelta a
Inglaterra, donde fue sepultado en la propiedad familiar. Atribuyó su decisión de aceptar a Cristo,
a una enfermera cristiana que le habló del Salvador cuando apenas terminó su infancia.
 En las conclusiones de un estudio, se informa que, “de 71 miembros integrantes de la Junta
Americana de Misiones, 19 declararon que se habían convertido a una edad tan temprana que no
la podían recordar.
 La esposa del famoso Defensor de Malta dijo en una ocasión, que no recordaba un tiempo en el
que no hubiera creído en Cristo como su Salvador, y que creía que su madre le había guiado a
Cristo, tal vez a través de una lámina, a la tierna edad de tres años.

Los de mayor edad tenemos un evangelio que es poder de Dios para salvación a los que creen. Lo
hemos creído, y experimentamos su poder; pero nuestra fe en el evangelio no agota el tema. Así como lo
recibimos para nosotros mismos, lo recibimos también como una verdad para otros que han de creer por
nuestra palabra, ya sean niños o adultos. La Palabra de Dios no establece ningún límite de edad para
creer. La obra que completó Cristo, es tanto para los niños como para los ancianos. ¿Por qué, entonces,
los cristianos que creen que el evangelio es poder de Dios cuando lo comunican a los adultos, se niegan
a creer que es también poder de Dios cuando lo transmiten a los niños?

Lo es, sin duda alguna. ¿No dijo acaso nuestro Señor: “Te alabo Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”, Mt.
11:25? ¿No dijo también: “De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza”, Mt.
21:16? ¿No estaba sosteniendo un niño en sus brazos, cuando dijo: “Estos pequeños que creen en mí”,
Mt. 18:6?

Consideremos las palabras de Jesús en este último pasaje:

I.- AFIRMACIONES IMPORTANTES DE CRISTO EN MATEO 18:1-14


El tema del discurso del Señor se centra alrededor de un niño pequeño. ¿Cuán pequeño era?
Marcos 9:33-37 nos da un indicio, cuando nos dice que estaba en los brazos del Señor. Recién había
empezado a caminar. En medio de un discurso así, sólo habría podido alzar a un niño pequeño.

La ocasión surgió de la pregunta egoísta y orgullosa acerca de la preeminencia personal entre los
discípulos; pero notemos que, aparte de una breve respuesta a la pregunta acerca de lo que ellos discutían,
lo único que Jesús dice en el pasaje, se refiere al niño que tenía en sus brazos. Era de mayor importancia
que los discípulos comprendieran el valor y el lugar de un niño en el plan misericordioso de Dios y en
sus propósitos, que todo lo referente a su propio lugar y prominencia en el reino celestial.

Veremos por lo menos ocho afirmaciones importantes que el Señor hizo en su sermón acerca de
un niño, que todo cristiano debe examinar con cuidado.
A.- La conversión se produce al nivel del niño – Vr. 3
Parece que la mayoría de los cristianos consideran la conversión como una experiencia
para los adultos, a la cual, sólo pueden llegar, en algunas ocasiones, los niños espiritualmente precoces;
pero no es esto lo que el Señor dice. No sólo es posible la conversión de un niño, sino que es condición
para el adulto volverse como un niño, si quiere entrar en el reino de Dios. El niño, porque es niño, está
al nivel en el cual la conversión siempre es posible, necesitándose sólo la presentación y aceptación de
los hechos. Todos los demás deben humillarse para entrar. El adulto sólo es salvo si se vuelve como un
niño en sencillez y confianza, regresando al estado del cual se liberó y que tiende a despreciar.

B.- La humildad, que es una cualidad esencial en el reino de Dios, pertenece al niño en forma
natural – Vr. 4
Aquí no se trata tanto de la humildad de espíritu, sino más bien de un humilde estado de debilidad
y dependencia que determina la grandeza. Hasta un niño puede ser orgulloso. Cuanto más crecemos,
tanto más orgullosos somos. Se requiere una gran humildad de espíritu para admitir nuestra infantil
debilidad y total dependencia del Señor cuando nos acercamos a él en los años adultos. Cuando el niño
es conducido al Señor, lo acepta como Salvador, y es guiado a crecer en la gracia siendo aún pequeño,
es difícil que abandone su humilde dependencia.

C.- Recibir a un niño en el nombre del Señor Jesús, es como recibir al Señor – Vr. 5
Los que trabajan con niños, comprueban muy pronto esta bendición. La presencia de Dios se hace
manifiesta en el momento en que él entra para hacer su morada en el corazón de un niño. El Señor se
manifiesta también en la vida del que evangeliza a los niños, de una manera muy sagrada y bendecida.

D.- Un niño puede creer en Cristo – Vr. 6


El maestro dijo: “Estos pequeños que creen en mí”. Esto debería resolver la pregunta con respecto
a la salvación de un niño. Recuerde que este era un niño pequeño. Tan pequeño como para poder se
sostenido en los brazos de Jesús mientras hablaba. Isaías pregunta: “¿A quién se enseñará ciencia, o a
quién se hará entender doctrina?”, Is. 28:9. En seguida se da la respuesta: “¿A los destetados? ¿A los
arrancados de los pechos?”. Un niño que tiene edad suficiente para escuchar un cuento antes de ir a
dormir, puede escuchar acerca del Salvador y, habiendo oído, creer en él. No hay otra conclusión que
podamos sacar de las palabras del Maestro. Un niño puede creer en Cristo. No lo dejemos de lado. Sus
palabras son claras y sencillas.

E.- El que hace tropezar a un niño, merece la muerte y el infierno – Vrs. 6 y 8


Cualquiera que ofende, o hace tropezar a un niño, debería ser echado en el fuego del infierno.
Esta es la afirmación de Dios sobre lo serio que es pecar contra un niño. Afortunadamente, él es un Dios
de gracia, y no trata con nosotros los adultos según lo que merecemos, sino sobre la base del Calvario.
¡Cuántos han ignorado la preocupación de los pequeños acerca de su alma, por fijarse en la limitación de
su edad! ¡Cuántos padres, o maestros, les han negado a los niños el escuchar la palabra del evangelio,
logrando como único resultado que crecieran sin Cristo y, por último, murieran sin Él! Esto es algo muy
serio. Es una cuestión de vida o muerte.

F.- No apreciar a un niño, es dejar de lado la evaluación de Dios, ya que los niños son objeto de
preocupación celestial – Vr. 10
Dios asigna una apreciación especial a las almas de los niños. Cualquiera que sea el significado
total del pasaje, por lo menos nos muestra la mente del Señor con respecto a este asunto. Los niños son
tan preciosos, que “sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”.
Nosotros tenemos la tendencia de menospreciarlos, aún al punto de considerar su conversión como algo
de poca importancia. Se hace mucho énfasis en la conversión de un pecador de 70 años, mientras que los
que de los pequeños se dice: “Son sólo niños”. Ellos tienen por delante una vida de servicio, mientras
que los que se convierten siendo ancianos, sólo tienen una vida malgastada en el pasado. Cuando le
preguntaron a un evangelista acerca de los resultados numéricos de la predicación, contestó: “Se
convirtieron tres personas y media. Ah -dijo el interlocutor- tres adultos y un niño. No -fue la respuesta-
tres niños y un adulto”. No menospreciemos a los pequeños que se entregan a Cristo.

G.- Deberíamos buscar a un niño de la misma forma en que el pastor busca a la oveja descarriada
– Vrs. 12 y 13
Por lo general, se interpretan estos versículos con relación a los pecadores adultos. Sin embargo,
los versículos anteriores se refieren a los niños, así como el versículo que sigue habla de “uno de estos
pequeños” que Jesús tenía en sus brazos. Cualquiera que sea la regla de interpretación que se use, la
parábola de la oveja perdida también se refiere a un niño. El hecho de que aquél niño debería ser buscado
y encontrado del mismo modo que la oveja descarriada, tal vez no sea el único significado de la parábola,
pero, en realidad, es la primera aplicación que se debe hacer a la luz del contexto en que aparece.

H.- No es la voluntad del Padre que se pierda un solo niño – Vr. 14


Esta promesa es clara. Al darnos a conocer la voluntad del Padre, nos anima a prevalecer en
oración, ya que sabemos que nos oye y que nos concederá las peticiones hechas (1 Jn. 5:14,15). Por
cierto, las palabras de Jesús forman parte de una declaración negativa; pero, ¿cuántos prevalecerían en
oración por el alma de un niño, si la declaración comenzara de modo afirmativo? Por lo general, nos
inclinamos a desentendernos de nuestra propia responsabilidad, excusándonos en lo referente a la
voluntad de Dios. Comprendamos esta expresión de la voluntad del Padre, y actuemos con absoluta
disposición para hacer lo que él nos guíe a hacer, para que estos niños sean llevados al conocimiento de
su Hijo como Salvador.

II.- CARACTERÍSTICAS DE LA NIÑEZ


A.- La edad crédula
1.- El evangelismo entre los niños, es un ministerio fructífero
Más fructífero que el evangelismo entre personas de cualquier edad. R. A. Torrey dijo: “Guiar a
un niño entre cinco a diez años de edad a una definida aceptación de Cristo, es casi lo más fácil del
mundo. Es más difícil guiar a Cristo a un niño entre los diez y los quince años, pero es más fácil guiar a
Cristo a un niño entre los diez y quince años, que a un joven de 20 a 25 años. Cuanto antes comience
usted a trabajar con los niños para guiarlos a aceptar a Cristo, tanto más fácil y satisfactorio será el
trabajo”.

2.- La niñez es la edad de la dependencia y la confianza


Son los años en que los niños dependen totalmente de sus mayores para que suplan sus
necesidades. El niño confía en que sus padres le proveerán de comida, de protección, de ropa, y de los
pequeños deleites que iluminan los primeros años. Este es el tiempo de la vida en que aun el conocimiento
se adquiere porque el niño cree en sus mayores. A cada momento el niño ejercita la fe. En realidad, esta
fe está puesta en amigos y en consejeros humanos; pero es fe. Hay solo una clase de fe; la distinción, es
el objeto en el cual la depositamos.

3.- La niñez es la edad propicia para afirmar por la eternidad la naciente fe del niño
La fe en un Salvador que puede responder en forma total a su confianza. El escepticismo no ha
controlado aun la situación, y no se ha interpuesto en el camino de su creencia en Cristo. Es tan natural
para un niño confiar en su Salvador cuando alguien le habla de Su obra, como lo es creer en la bondad
de un pariente suyo a quien nunca vio, pero del cual le han hablado. En los días que el Señor Jesús estuvo
en la tierra, los niños creían en él (Mt. 18:6). Puede ser una realidad también en nuestro tiempo.
B.- La edad sensible
1.- La conciencia nunca es tan sensible como en la niñez
El corazón de un niño es tierno. Por cierto, parecería que la historia del crecimiento y del
desarrollo es la historia del gradual endurecimiento del corazón. La conciencia, a menos que sea
despertada por Cristo, se vuelve insensible poco a poco, hasta que al fin de una vida pecaminosa se
observa poca aflicción de corazón y mente. Mientras que los años vienen y van, la gente se torna cada
vez más y más insensible a la realidad del pecado. Este es un hecho de la vida que se puede ver por todas
partes; pero no sucede así en la niñez.

2.- El pecado es real para los niños


Es algo que les produce angustia. Muchas veces no pueden dormir a causa de inquietudes que los
agobian. Saben, por la conformación moral que poseen, cuándo han pecado y, en consecuencia, sienten
culpa. Tal vez no lo pueden expresar en palabras, pero el sentimiento de culpa está presente.

3.- El sentimiento de culpa puede agobiar a un niño


Este hecho es tan real, que la siquiatría moderna, al tratar muchos casos que se presentan,
investigan la causa de la culpa, a fin de obtener la curación. Se ha dicho que algunas de las enfermedades
nerviosas y mentales que tratan los siquiatras, se deben a un sentimiento de culpa originado en la niñez.
Este sentimiento de culpa permanece mucho tiempo después que el incidente que lo ocasionó haya sido
olvidado. Esto influye en todos los aspectos de la vida, y se manifiesta más tarde, no como culpa, sino
en formas torturantes como el temor, preocupación, depresión y desaliento, o como alguno de muchos
otros trastornos mentales y emocionales, que desparecen al descubrirse los sentimientos de culpa
olvidados hace tiempo.

Uno de los muchos casos tratados por un especialista contemporáneo, fue el de un abogado que
había sido acosado por preocupaciones durante años. Se dio cuenta de que su preocupación era infundada,
y trató de eliminarla, pero las preocupaciones no se pueden alejar con la sola autodeterminación. Por
último, se preocupaba por sus preocupaciones, y tuvo que abandonar su trabajo. La conclusión del
profesional que lo trataba, fue que su preocupación había sido causada por una travesura hecha cuando
niño, la que le trajo un permanente, pero inconsciente sentimiento de culpa. El sentimiento permaneció,
aun cuando en apariencia, la travesura pronto había sido olvidada. Esto se manifestó en años posteriores,
en forma de extrañas e injustificadas preocupaciones, que continuaron a pesar de sinceros esfuerzos por
controlarlas, hasta que el especialista identificó el sentimiento de culpa, y el abogado pudo enfrentarlo
con inteligencia.

Puede suceder que los obreros cristianos no se den cuenta de la realidad del pecado en la vida de
un niño, pero un siquiatra sí lo hace. Él sabe que el pecado y la culpa constituyen en la niñez fuertes
realidades. ¡Un obrero de evangelismo entre niños, puede brindar un gran servicio a la luz de este hecho!

4.- El niño puede experimentar el perdón


Tenemos un evangelio que trata con el pecado, atacándolo tanto en su raíz, como en su fruto. Si
un niño puede sentir culpa, ¿no puede también experimentar el perdón? Sería inconcebible que Dios haya
formado al niño dándole una naturaleza espiritual que puede sufrir la carga del pecado, sin darle la
oportunidad de ser incluido en la compañía de los que pueden beneficiarse por el sacrifico de Cristo. Si
el niño tiene la capacidad de pecar y darse cuenta de los resultados del pecado, tales como la culpa y la
vergüenza, sin duda un Dios de amor no le negará la capacidad de recibir el evangelio y las bendiciones
eternas.
5.- El corazón del niño puede responder a la historia del sufrimiento de Cristo por el pecado
La crueldad de la cruz, tiene mucho significado para el niño y, cuando se le presenta el evangelio,
él ve el Calvario, con toda su fealdad, como consecuencia del pecado humano. También comprende el
amor de Dios que lo llevó a cargar el pecado sobre la persona de Su Hijo. El niño es sensible al pecado,
y lo es también al amor. El niño puede comprender el significado del Calvario.

C.- La edad afectiva


1.- Responden de todo corazón al amor
Los niños son criaturas de amor. Están preparados para poner sus afectos en cualquier persona
que les demuestre algún interés. Vivimos en un tiempo de mucha ocupación, de tanto trabajo y trajín,
que los niños crecen con falta de afecto. Esto es cierto, en forma especial, en los últimos años en que la
vida moderna produjo cambios radicales en la vida del hogar. Con frecuencia, muchos niños sienten que
son un estorbo.

2.- El niño responderá a Cristo, si se lo presentan.


El niño de hoy responderá al amor con tal de que lo conozca. El libro sin palabras, quizá la mejor
lección objetiva evangélica, fue usado por años sin mucho éxito. Se usaba comenzando con la página
negra, presentando los hechos del pecado, la culpa y el castigo; después, se mostraba la página roja y la
obra completa de Cristo; en seguida, se mostraba la página blanca, que significaba la limpieza que
tenemos al recibir a Cristo; concluyendo con la página dorada, que daba un mensaje acerca del cielo.
Luego, se cambió la forma de presentarlo. En lugar de comenzar con el hecho del pecado, los maestros
empezaron a presentar en primer lugar, el cielo y el amor de Dios. Los resultados fueron asombrosos.
Los corazones hambrientos de los niños respondieron en forma inmediata al amor de Dios. El amor se
encargó de poner en relieve el hecho del pecado. La sangre de Cristo se vio como la más preciosa e
incomprensible revelación de amor. Los niños están hambrientos por recibir amor. Responden al amor
de Dios, si les decimos que él los ama, y les mostramos lo que hizo por ellos.

Podemos estar seguros de que, cualquiera que sea el grado de conocimiento que el niño
inconverso tenga acerca de Dios, lo que menos sospecha es que él es amor. Quizá otros le han hablado
de que Dios está presto a castigarlo. Se lo han presentado como una fuerza, o un poder. Sólo usted, un
hijo de Dios, puede decirle al niño que Dios lo ama, y que, por amor a él, envió a Su Hijo al mundo para
que fuera castigado en su lugar. El hecho de que los niños responden a este amor, ha sido demostrado
una y otra vez. Gócese en este hecho, y úselo para ganar el corazón de los niños.

D.- La edad del aprendizaje


1.- Los niños tienen facilidad para aprender
La niñez es la edad en la que se adquiere la mayor cantidad de conocimientos.

2.- Es la edad de las preguntas


La edad en la que el niño recibe un cúmulo de conocimientos formales, la mayoría de los cuales
acepta más bien por la confianza en sus maestros, que por haberlos experimentado.

3.- En esta etapa, la mente está más alerta que nunca, y la memoria tiene mayor capacidad de retención
Nos asombramos de lo mucho que se aprende en los primeros años de la vida. Es el tiempo ideal
para enseñar las cosas eternas, para que las vidas tiernas se acerquen al Maestro de lo eterno, el único
que puede instruirlos en los caminos de Dios.
4.- El plan de salvación, y las verdades espirituales, son asunto de fe, no de comprensión
Muchos se preguntan: ¿Puede un niño comprender el plan de salvación, y las verdades espirituales
que se relacionan con él? Nadie puede entender estas cosas en toda su dimensión, pero puede creerlas.
“¡Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus
juicios, e inescrutables sus caminos!”, Ro. 11:33.

El niño, recibe en su educación secular un cúmulo creciente de hechos que debe asimilar. La
comprensión, es decir, la apreciación de los hechos en sus interrelaciones, se produce más tarde. Hechos
de cualquier índole, pueden ser aceptados por cualquier persona, niño, o adulto, si se presentan en un
vocabulario que les sea comprensible. La salvación se obtiene al creer los hechos históricos, y al aceptar
a la persona histórica, el Señor Jesucristo. Ambos pueden presentarse en términos familiares, aun a los
más pequeños. La salvación es por la fe; y la comprensión de la experiencia, puede tener lugar más tarde.

No nos equivoquemos. Estamos analizando el comienzo mismo de la vida cristiana, y no su


desarrollo. Esta enseñanza se refiere a un sistema continuo de educación cristiana, con la esperanza errada
de que, en un tiempo futuro, llegará a ser de Cristo por el sólo hecho de conocer y comprender lo
suficiente. El crecimiento en el conocimiento, sigue a la aceptación de Cristo; nunca puede precederlo.

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”, 1 Co. 2:14. Una vez que
el Espíritu de Dios entra, puede haber una verdadera recepción de la verdad divina, y un crecimiento y
desarrollo consecuente. Conduzca al niño al Señor en los contactos iniciales, de modo que los mejores
años de aprendizaje sean aprovechados espiritualmente.

5.- Estos años receptivos, constituyen un tiempo de excelente oportunidad para el pastor, para el maestro
de una clase de Escuela Dominical, para el líder del club bíblico, y para los padres.
Si se deja pasar la oportunidad, muy pronto otras influencias desviarán el corazón y la mente de
los niños. Será cada vez más difícil lograr que presten atención a la Palabra de Dios. Durante los años de
la adolescencia se pierde el contacto con muchos de los niños de la Escuela Dominical. Si hemos
fracasado en edificarlos en Cristo durante el tiempo oportuno, en la juventud quedan fuera de nuestra
influencia. Se podrán perder para siempre. Esto nos lleva a un solemne examen de conciencia que debiera
motivarnos a aprovechar cada oportunidad para ganar a los niños para el Salvador.

III.- ¿QUÉ SUCEDE CUANDO CREE EN CRISTO UN NIÑO EVANGELIZADO PASO A


PASO?
Primeramente, tomemos en cuenta una o dos señales de precaución.

El niño que ha sido bien evangelizado, y cree en Cristo, es regenerado. Nace de nuevo y es
transformado. Sin embargo, las manifestaciones externas y los sentimientos internos no son los mismos
en todas las conversiones. Es una necedad insistir en que el niño reaccione de la misma forma que un
adulto. Lo que acompaña la regeneración de un niño de siete años, es diferente a lo que experimenta un
pecador quien, después de 70 años de vida pecaminosa, se somete a las demandas de Cristo.

Un diácono, examinando a una niña de ocho años que quería bautizarse, se alarmó de que no
derramara lágrimas de arrepentimiento. “Parece que no sabes nada del ‘estado de abatimiento’”, le dijo.
“Es que no vine por ese camino”, le respondió ella. No demandemos de los niños los mismos sentimientos
que tendría un adulto en una experiencia similar.
Se cometen muchos errores cuando se intenta traer a los niños a un conocimiento salvador de
Jesucristo, pero ninguno es tan perjudicial como el de esperar demasiado de parte del niño convertido a
Cristo. Con frecuencia, resulta fatal para su desarrollo espiritual. Los niños creyentes son todavía niños
en su apariencia y comportamiento. Podemos esperar que muestren fruto, y que crezcan en la gracia, sin
perder de vista el hecho de que, aunque hayan nacido de nuevo, puede ser que no demuestren un alto
nivel de santificación. Esto vendrá, pero a su debido tiempo.

¿Qué ocurre cuando un niño cree plenamente en Cristo, luego de haber sido evangelizado paso a
paso? Decimos “evangelizado paso a paso”, porque se pone tanto énfasis en guiar al niño al Calvario
que, muchas veces, parece que la tarea concluye con el simple resultado de guiar al niño a aceptar a
Cristo como su Salvador. Nada está más lejos de la verdad. Como veremos, la evangelización paso a
paso va mucho más a fondo. El niño acepta a Cristo como Salvador y amigo, como Señor y como
ayudador.

Aquí es donde se produce la evangelización paso a paso. No termina en el Calvario y el perdón


de los pecados, sino que va hasta la tumba vacía y la vida de obediencia y de poder.

Al tiempo que el niño es consciente del hecho de que es pecador, y experimenta su propia culpa
y la convicción de pecado por medio de la Palabra, se le debe presentar el cuadro de Cristo en la cruz. Se
enfatizará el amor de Jesucristo al morir por los pecadores, y el amor de Dios al enviar a Su Hijo a morir
por nosotros. Hay tres versículos que son importantes, y que el niño deberá memorizar y repetir cada vez
que cometa maldad: Jn. 3:16; 1 P. 2:24, y 1 Jn. 1:9. Cuando le presentamos a Cristo como Salvador, el
niño lo acepta como Salvador por medio de un acto voluntario; pero, además de ser su Salvador, también
es su amigo. El niño puede comprender esto. Cuando tiene problemas, sus dificultades son reales para
él. Necesita al Amigo de los niños. Dado que presentamos al Señor Jesús como Salvador y amigo de los
niños, puede acudir a él de una forma práctica.

Si la evangelización es minuciosa, incluirá la presentación de Cristo como Señor y Ayudador. No


deberíamos permitir que ningún niño se aleje de un obrero cristiano, hasta que éste le haya señalado el
camino de obediencia al Maestro. No hay verdadero amor por Cristo, sin el ánimo dispuesto a obedecerle.
Debemos guiar al niño de modo que comprenda que, el nacer en la familia de Dios, es sólo el primer
paso en la dirección correcta. De ahora en adelante, necesitará ayuda de lo alto. La ayuda que siente en
su corazón deseo de hacer todo lo que sea necesario de su parte. El niño evangelizado acepta a Cristo
como Salvador y Amigo, y como Señor y Ayudador. No hace falta que ocurra una manifestación
extraordinaria. Con frecuencia, los padres y maestros, esperando lo que ellos llaman “el cambio”, se
descuidan en guiar al niño a la obediencia que hace posible el cambio.

¿Qué resultados se ven cuando un niño acepta a Cristo de esta manera?

A.- Ama al Señor con un amor que solo puede ir creciendo con los años
El amor es natural en la niñez. Un niño puede amar a Cristo de todo corazón.

B.- Conocerá a Cristo de modo más real cada día


Con frecuencia, los adultos tienen dificultad en establecer una relación íntima con Cristo, pero
esto no es difícil para un niño. Para él, Cristo siempre está presente, y se convierte en alguien muy real y
personal.
C.- Comenzará a confiar en Cristo con una confianza firme
Por experiencia diaria, sabe lo que es confiar en un padre y una madre. Jesucristo pagó la deuda
por el pecado. No se precisa hacer nada más para tener el derecho de acercarse a Dios. El niño que ha
sido enseñado a tomar en serio las palabras de Jesús, y a confiar en él para salvación y para aquellas
cosas que acompañan a la salvación, lo hará sin vacilación.

D.- En seguida, viene la obediencia


La confianza no es visible, pero la obediencia es la evidencia y el efecto de la confianza. El
concepto de la confianza debe ser enseñado al niño desde el principio, y debe repetirse esta enseñanza
hasta que la obediencia constituya la evidencia de su fe.

En lo dicho hasta aquí, fue tomando en cuenta el punto de vista humano. Veámoslo brevemente

E.- Desde el punto de vista divino


Cuando un niño cree en Cristo con fe salvadora, ocurre lo mismo que en el caso de cualquier otra
persona que cree:
 Él se convierte en el objeto de la gracia
 Es contado entre los elegidos
 Ha experimentado el arrepentimiento y la fe
 Se ha convertido
 Se ha unido a Cristo en una unión sólida
 Es justiciado
 Ha nacido de nuevo
 Ha sido adoptado en la familia de Dios
 Dios ha comenzado en él una obra que se ha comprometido terminar
 El Espíritu Santo ha hecho su morada en el niño, para ser su Consolador, su Maestro, y su
Capacitador.

El resultado que se ve en la vida de un niño que ha aceptado a Cristo, luego de ser evangelizado
paso a paso, es positivo.

F.- Jesucristo llega a ser su Salvador y Amigo, su Señor y su Ayudador.

G.- Sabe que puede amarlo, conocerlo, confiar en él, y obedecerlo.


Los niños pueden ser salvos. No les debemos negar el mensaje del evangelio. Tenemos un
mensaje que ellos pueden recibir. Las formas de actuar de Dios, son las mismas para ellos que para otros.
No es Su voluntad que uno de ellos se pierda. Entonces, ¿no nos entregaremos a la evangelización de los
niños por los cuáles también murió Cristo?

IV.- ENSEÑANZAS DE PABLO EN CUANTO A LA EVANGELIZACIÓN INFANTIL


A.- Efesios 1:1 y 6:1; Col. 1:2 y 3:20
Ambas epístolas fueron dirigidas a los “santos”; y luego, Pablo se dirige a los niños, mostrando
directamente que él los consideraba santos nacidos de nuevo. Los exhorta a obedecer “en el Señor” a sus
padres, término que sólo se emplea cuando se habla de creyentes.
B.- Efesios 6:4
Criar a un niño en el Señor, requiere que se le evangelice, ya que el nuevo nacimiento es necesario
antes de que uno pueda tener entendimiento espiritual de las Escrituras (2 Co. 3:6, y 1 Co. 2:14).

C.- Tito 1:6


Los hijos de los ancianos tenían que ser creyentes. Estas iglesias en Creta eran nuevas, mostrando
así, que la evangelización del niño se enseñaba a la vez que se evangelizaba al adulto.

D.- 2 Tim. 3:14-17


Al recordar a Timoteo lo aprendido en su niñez, reconoce la importancia de la enseñanza
espiritual en el hogar por su valor formativo en el niño que responde positivamente a ella.

La habilidad de un niño para experimentar la salvación, no depende de la edad, porque no hay


ninguna mencionada en la Biblia. La única condición necesaria para llegar a ser hijo de Dios, es creer y
recibir al Señor Jesucristo. Tan pronto como el niño tiene suficiente edad para reconocerse pecador, creer
que Cristo murió por él, y recibirle como Salvador, está listo para ser regenerado (Jn. 1:12).

En la actualidad

El 68% de los cristianos llegaron a conocer a Cristo entre los 4 y 14 años de edad.

El 65% de los misioneros, sintieron el llamado de Dios antes de los 12 años.


LOS HIJOS PUEDEN SER GANADOS PARA CRISTO

Los siguientes relatos de la suerte de dos familias, revela algunos contrastes conmovedores:
 Max Jukes vivía en el estado de Nueva York. No creía en la educación cristiana, y se casó con
una muchacha de carácter semejante. Desde esta unión, se han estudiado a 1026 descendientes, y
se ha encontrado que
o 300 de ellos murieron prematuramente
o 100 fueron enviados a la penitenciaría por un promedio de 13 años cada uno
o 190 mujeres fueron prostitutas
o 100 fueron borrachos
o En total, la familia ha costado al Estado un millón doscientos mil dólares, y no ha hecho
contribución alguna a la sociedad.

 Jonathan Edwards vivía en el mismo Estado. Creía en la preparación cristiana, y se casó con una
muchacha del mismo carácter. Desde esta unión, se han estudiado 719 descendientes, y se ha
encontrado que de esta familia han procedido
o 300 predicadores
o 65 profesores universitarios
o 13 presidentes de universidad
o 60 autores de buenos libros
o 3 diputados al Congreso de los Estados Unidos
o Un vicepresidente de los Estados Unidos; y
o Fuera de Aarón Burr, nieto de Edwards, que se casó con una persona discutible, esta
familia no ha costado un solo dólar al Estado.

La diferencia entre estas dos familias, está en la preparación en la juventud, y la conversión de


corazón.

Un poeta dijo, que hay niños que van por el camino alto, mientras que otros siguen el de abajo, y
que la mamá puede determinar ese camino.

La Biblia dice muy claro: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él”, Pr. 22:6.

¿Cuál es tu responsabilidad? Instruirlo; y la promesa de Dios, es que él lo guardará en el camino


recto.

Un bien conocido hombre de negocios y escritor, dice: “Hay ahora mil veces más tentaciones
para nuestros hijos, que las que tuvimos hace 25 años. Nuestros hijos pelean la mayor batalla de todos
los tiempos… La juventud está siendo explotada por fuerzas del mal por todos lados, y la delincuencia
juvenil crece… Crimen, comunismo, ateísmo, influencias inmorales y malvadas, todas operan
constantemente, tratando de destrozar toda nuestra vida familiar”.

¿Cuál es la causa de esta confusión moral? La respuesta es conmovedoramente sencilla: la


delincuencia de los adultos. David D. Allen resume el problema en estas palabras: “Millones de almas
perdidas se levantarán frente al Gran Trono Blanco y, al oír su condenación, histéricamente gritarán:
‘Acuso a mis padres’…
 Hay millares de padres que han dado a sus hijos todo, excepto a Dios.
 Los han provisto de
o Nutritivos alimentos
o De vestidos calientes, y
o De educación liberal, pero no del Salvador.
 Los han cubierto de dádivas, y los han protegido de daños, pero no les han proporcionado un altar
familiar.
 Les han leído de Dick Tracy y de Superman, pero no de la Biblia.
 Los han llevado al cine, pero no a la Escuela Dominical.
 Han maldecido delante de sus hijos, pero nunca han orado. Así que, millares de niños han vivido
maldiciendo a sus padres por traerlos al mundo y criarlos sin Cristo. La delincuencia juvenil no
es, sino el producto de la delincuencia de los adultos. El hijo no será mejor que su padre, ni la
hija mejor que su madre.
 Un padre borracho, sin Dios, sin Biblia, producirá un hijo igualmente indigno.
 Una madre callejera, fumadora y bebedora de cerveza, producirá una hija de vida disoluta y
amante de placeres”; pero hay un aspecto brillante en este cuadro. La Biblia dice: “… cuando el
pecado abundó, sobreabundó la gracia”, Ro. 5:20.

Sí, Dios tiene más gracia salvadora para tu familia, que el diablo tentaciones y pecado. Él, quien
dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”,
Mt. 19:14), te capacitará para ganar a tus hijos para él.

Tú eres responsable de tus hijos, como una madre lo expresó: “Cuando Dios nos da esos
sonrosados y alegres pimpollos, nos confía almas que para él son más preciosas que todo el mundo. No
nos atrevamos a fallarle a él, ni a ellos; no debemos permitir que se pierdan esas almas preciosas”.

¡Qué potencialidad hay en la vida de tus hijos! Alguien ha expresado este hecho con las palabras
siguientes: “Cuando un niño os confía sus manitas, pueden estar sucias de helado de chocolate, o por
haber acariciado a un perro, o pueden tener una verruga debajo del pulgar, y una venda en el meñique;
pero lo importante es que esas son las manos del futuro. Esas manos, algún día sostendrán una Biblia, o
una pistola; tocarán el piano en el templo, o harán girar una ruleta; cubrirán las heridas de un leproso, o
temblarán miserablemente, sin poder ser dominadas por la mente de un alcohólico.

Precisamente ahora, esas manos son vuestras. Demandan ayuda y dirección; representan a una
personalidad en miniatura en plena madurez, que ha de respetarse como un individuo cuyo crecimiento
día tras día hacia la madurez cristiana es vuestra responsabilidad”.

Dirige esas manos hacia Cristo, siguiendo esos bien probados pasos de una triunfante preparación
cristiana:

I.- EL CULTO FAMILIAR


Este punto se encuentra precisamente donde debe estar: ¡a la cabeza de la lista! El culto en la
familia es de suma importancia en la educación de los hijos. La iglesia, o la Escuela Dominical, nunca
podrán tomar el lugar de él. ¿Por qué? Una buena razón es el elemento tiempo.

A.- ¿Sabías que, de las 105,000 horas de vigilia desde la niñez a la madurez
 Sólo se emplean 1,000 en la Escuela Dominical
 7,000 en la escuela diaria
 97,000 en el hogar?
Sacando el porcentaje, resulta:
 Menos del 1% empleado en la Escuela Dominical
 7% en la escuela diaria, y
 92% en el hogar
B.- ¿Por qué no dar preparación religiosa en donde el niño pasa la mayor parte de su tiempo: en
el hogar?

Recuerda que el culto familiar cambiaría a más de una familia. Aun es cierto que, la “familia que
ora junta, se mantiene unida”. No podemos dejar toda la enseñanza y preparación a un período de 45
minutos del domingo por la mañana, como tampoco dejaríamos toda nuestra alimentación para una sola
comida dominical.

Tu familia será delincuente, si no deliberáis, oráis, estudiáis, y adoráis juntos”, advierte V. E.


Fridley. “Si estas actividades faltan en vuestro hogar, estáis criando posibles delincuentes juveniles. Si
esto ocurre, no será culpa de los hijos, la responsabilidad es tuya”.

C.- ¿Cómo encontrarás tiempo para el culto familiar?


No lo hallarás, necesitas tomarlo. Arrebatas media hora de tu día para ver tu programa favorito
de televisión, o quince minutos para leer el periódico, porque quieres hacerlo; y, si realmente quieres
tener devociones familiares, tomarás el tiempo de algo que no sea tan importante. Que tu lema sea: “¡No
Biblia… No almuerzo!”.

La señora Susana Wesley, madre de 19 hijos, tomaba una hora cada tarde para orar; y vivía en
una época en que las madres hacían los vestidos de sus hijos y, frecuentemente, tenían que ser sus
maestras. No había lavadoras de ropa automáticas, ni se entregaban las mercancías a domicilio; y sin
embargo, ella utilizaba una “dulce hora de oración” cada día. No es de sorprender, que dos de sus hijos
llegasen a ser los grandes evangelistas Juan y Carlos Wesley.

Recuerda que, si las muchas ocupaciones para atender a tu familia no te dejan tiempo para orar,
tu familia sufrirá las consecuencias de “tu ocupación”.

Por lo tanto:
 Aparta un tiempo definido por la mañana o por la tarde, cuando toda la familia puede reunirse,
aunque sean cinco o seis minutos.
 Sujétate a ese tiempo, a pesar de cualquier posible interrupción.
 No dejes que nada te aparte a ti y a tu familia de esta cita con el Señor.
D.- ¿Cómo podrás, como padre cristiano, evitar que el culto familiar sea monótono para tus hijos?
 Puedes variar las lecturas bíblicas
o Una semana que sean relatos de aventuras, como la de David y Goliat, los muros de Jericó,
Gedeón y sus 300;
o la siguiente semana, narraciones de amor: Isaac y Rebeca, María y José; y así por el estilo.
 La búsqueda de versículos añade deleite a la lectura de la Biblia.
Quizás cada sábado podrás ver cuál de tus hijos puede hallar un versículo más
rápidamente.
 Con la ayuda de una concordancia busca varias referencias sobre un mismo tema: obediencia,
reverencia, honestidad, o cualquiera que sea el problema de la familia.
 Si tienes Biblia con mapas a colores de la Tierra Santa, o tienes reproducciones de obras maestras
de pinturas religiosas famosas, únelas a tus lecturas bíblicas.
 Vivimos en una época en que se ama la pintura; por tanto, utiliza los cuadros, pinturas, y
fotografías, para despertar el interés en el más grande de los libros que se han escrito: la Biblia.
Un cuadro vale tanto como 10,000 palabras.
 Varía el período de oraciones. Este período puede ser de formulismo, o de poder espiritual. La
manera en que lo dirijas, determinará la diferencia.
o No hagas todas las oraciones tú mismo. Enseña a cada uno de tus hijos a orar en su propia
manera.
Puede ser una oración de una frase solamente; pero, una frase del corazón de tu
hijo, es mejor que ocho de una oración de fórmula. Tan pronto como sea posible, rompe
el hábito de que tus hijos sólo repitan oraciones aprendidas de memoria. Descubrirás que
les gusta más el momento de la oración, si pueden pronunciar sus propias oraciones.
Exprésales sincero elogio cuando oren bien.
o Si tus hijos tienen edad suficiente para leer, las peticiones pueden escribirse en hojas de
papel, y ponerse en un ánfora, y cada miembro de la familia tomará una, dos, o tres
peticiones. Esto añade el elemento de sorpresa que agrada a los niños.
o Orar por los misioneros, y aprender geografía, pueden unirse mediante este plan
Recorta un mapa de África, de América del Sur, o de otro campo misionero; y pega
el nombre de un misionero o misionera en el país donde este cumple su ministerio. De
este modo, tu hijo tendrá a la vista el país por el cual ora: “Amado Dios, bendice al
misionero “X”, de Nigeria, que trata de ayudar a aquellos leprosos a mejorar su salud, y
a encontrar a Cristo”. Este es un sencillo ejemplo de esta clase de oración representada
geográficamente.

El Señor te ayudará a desarrollar tus propias ideas para mantener el interés en el culto familiar, y
a mantener la fuerza espiritual de tu hogar, para el reino de Dios, y para todo el mundo.

E.- ¿Quién dirigirá el culto familiar?


Preferiblemente, el papá. Si él dirige a la familia en las finanzas y en la disciplina, debe también
hacerlo en la formación del carácter cristiano, sin el cual, realmente nada importa.

Desafortunadamente, muchos padres tienen la actitud del esposo de la Sunamita, de quien se habla
en el capítulo cuatro de 2 Reyes. Cuando su hijo enfermó y clamó a su padre, éste dijo a uno de sus
criados: “Llévalo a su madre”. Muchos hombres repiten hoy la excusa de este padre: “Lleva a mis hijos
a su madre para su instrucción religiosa; yo estoy muy ocupado ganando dinero para vivir”.

¡Cuán admirable es cuando un padre comprende y acepta su responsabilidad! El señor Wesley L.


Gustafson tuvo un padre así. Él recuerda: “Mi padre tuvo el culto familiar por la mañana y por la noche.
Tan pronto como terminaba la cena, tomaban la Biblia familiar, y la leía; y, por la mañana, aun cuando
tuviese mucho trabajo en el campo y tuviese que salir temprano, nos levantaba lo suficientemente
temprano para dedicar un tiempo a la comunión con Cristo, antes de que saliésemos a nuestros trabajos.
Ahora, él ve los resultados en los hogares cristianos de sus hijos”; pero, si un padre elude la tarea que
Dios le ha dado, la mamá debe venir al rescate. Muchos santos dicen: “Aprendí acerca de Dios en las
rodillas de mi madre”. Un escritor ha dicho: “Podréis tener palpables e incontables riquezas, arcas de
joyas, y cofres de oro, más nunca seréis más ricos que yo, porque yo tengo una madre que lee para mí”.

Si no tienes en tu hogar el culto familiar, comiénzalo ahora, con todos los medios a tu alcance.
Recuerda: ¡Mañana puede ser demasiado tarde! Padres, “el futuro de vuestros hijos está en el hueco de
vuestra mano”, pero, preguntas: “Si comienzo el culto familiar, ¿puedo estar seguro de que esto llevará
a mis hijos a Cristo? ¿Se hará el milagro en nuestra casa? Nosotros creemos que se hará.

Escucha lo que estas autoridades dicen:


 Toma el libro de Proverbios, y en él encontrarás 31 capítulos, uno para cada día del mes. Durante
un año, lee un capítulo por día, y te prometo, basado en mi experiencia personal en mis 40 años
en el ejercicio de la medicina, y algunos más como cristiano, que todo problema de la juventud
será satisfecho en este solo libro”.
Recuerda la Palabra de Dios: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no
se apartará de él”, Pr. 22:6). Esta promesa hecha a otras generaciones, podemos demandarla para
nosotros hoy. Dios traerá a sí mismo a aquellos que han tenido adecuada instrucción. Este es un
hecho absoluto; pero no podemos abandonar la instrucción, y reclamar la promesa. Si quiero que
mis hijos conozcan a Dios, tengo que instruirlos; luego, puedo confiar en Su promesa. Él tendrá
cuidado de traer a cada uno de ellos a Sí mismo”, Wesley L. Gustafson.
 “Si tienen un hogar piadoso y feliz, y la inconmovible fe en que la Biblia es ciertamente la Palabra
de Dios, tendrán un fundamento que las fuerzas del infierno no podrán sacudir”, Billy Graham.

Por lo tanto, haced vuestra parte, padres. Instruid a vuestros hijos en casa, iniciando ahora el culto
familiar. Este es el primero, el más grande de los pasos que llevará a vuestros hijos a Cristo. No permitáis
que esta oportunidad escape de vuestras manos. Dios exigirá una respuesta algún día. ¿Qué vas a
responderle?

II.- LA ESCUELA DOMINICAL


“Enviar a vuestros hijos a la Escuela Dominical, ciertamente ayudará. Llevarlos es bueno. Ir con
ellos es lo mejor”.

A.- ¿Por qué el énfasis en la Escuela Dominical como segunda recomendación para salvar las almas
de los miembros de la familia?
 Porque el 82% del mundo eclesiástico procede de las clases de la Escuela Dominical.
 Porque William James, el gran psicólogo, dijo: “Una persona raramente cambia sus costumbres
después de haber llegado a la madurez”.
 Porque, como el presidente Woodrow Wilson afirmó: “No puede haber educación liberal, sin el
conocimiento de la Biblia”. La Escuela Dominical enseña la Biblia, su libro oficial de texto.

Estas tres razones, además de otras, podrían darse sobre por qué creemos que la Escuela
Dominical es “obligatoria” para ganar a tus hijos para Cristo, y solamente una verdadera enfermedad, o
alguna otra circunstancia verdaderamente imprevista, podría excusarte a ti o a tus hijos de no acudir a la
hora más admirable de la semana: la hora de la Escuela Dominical. Ni 40 minutos extra de sueño; ni la
visita a la tía, o al abuelo, pueden cambiarse por lo que la Escuela Dominical hace por tu familia.

B.- ¿Eres tú como el padre que no quiere que su hijo tenga demasiada “iglesia”?
 ¿Quieres que él decida por sí mismo sobre religión?
 ¿Dejarías que tu hijo decidiese si debe ser o no honrado, o veraz, o si va al templo o se queda en
casa?
 ¿Dejarías que tu hijo decidiese por sí mismo si es seguro jugar con fósforos?
 ¿Debe faltar a la escuela un día a la semana, para que no se canse?
 Si no lo dejas decidir sobre esto, ¿por qué has de permitírselo en asunto tan importante como la
religión?

Si la Escuela Dominical que tienes próxima es lo que debe ser, tus hijos tendrán maestros
ganadores de almas. En verdad, en donde tú fracasas ellos tienen éxito. Por lo tanto, ora para que el Señor
utilice al maestro de la Escuela Dominical para que ayude a “Juanito” a ir a Cristo. Recuerda que fue un
piadoso maestro de Escuela Dominical llamado Eduardo Kimball, quien ganó para Cristo al gran
evangelista D. L. Moody.

III.- LA ESCUELA BÍBLICA DE VACACIONES


Es pariente cercana de la Escuela Dominical. Tiene características de una campaña de
evangelismo de adultos, pero apela a lo que aman los niños:
 Trabajos manuales
 Competencias
 Aprender divirtiéndose.
La Escuela Bíblica de Vacaciones, es uno de los más grandes ganadores de almas de los tiempos
actuales. Puede ganar a tus hijos para Cristo.

IV.- ACTIVIDADES DE TIEMPOS VACACIONALES


Añade variedad a la dieta espiritual de tus hijos, permitiéndoles que asistan a
 Campamentos juveniles de verano
 Institutos bíblicos
 Campañas de avivamiento juveniles
 ¿Qué decir de las lecturas propias para la vida cristiana?
¿Animas a tus hijos a leer las revistas y los excelentes libros cristianos para niños y jóvenes, que
pueden conseguirse hoy a precios razonables? La Escuela puede enseñarles cómo pensar, pero el hogar
debe enseñarles qué creer.

El apóstol Pablo dijo a Timoteo: “Ocúpate de leer”, según lo que tus hijos lean, será lo que
llegarán a ser. Por lo tanto, usa la poderosa página impresa para llevar a tus hijos al Señor; pero recuerda
esto: los libros cristianos, la Escuela Dominical, y aun el culto familiar, fracasarán a menos que incluyas
el siguiente elemento esencial

V.- VIVIR UNA VIDA CRISTIANA


 Alguien preguntó a un muchachito: “¿Son cristianos tus padres? Creo que lo son”, contestó
lentamente, “pero no se esfuerzan mucho por serlo”. Nadie puede ver a las personas como los
niños; y tus hijos juzgan al cristianismo por la forma como ven que sus padres lo viven.
 Se dice que Roberto Ingersoll, el famoso conferencista agnóstico, se volvió contra el cristianismo
por la forma cruel en que vio que su padre, que supuestamente era ministro, trataba a su mamá.
“Si esto es el cristianismo, lo combatiré por el resto de mi vida”, determinó; y, exactamente eso
hizo.
 Ghandi, de la India, dijo: “Yo sería cristiano, si no fuera por los cristianos que conozco”.
 Una familia disputaba tanto sobre la Biblia, que dos de sus hijos se volvieron enemigos de las
cosas de Dios. Hoy, ambos son borrachos.
 Por otro lado, tenemos a un joven cristiano que puede decir con suma verdad: “Nunca vi a mis
padres discutir delante de mí”; y hay un hombre que, cuando discutían sobre las diversas
versiones de la Biblia, declaró: “La mejor versión de la Biblia, es aquella que mi madre vivió”.
 Un gran escritor refiere, que lo único que le evitó llegar a ser incrédulo, fue un solo argumento a
favor del cristianismo: el carácter cristiano, y el constante ejemplo de su padre.

A.- El ejemplo sigue siendo el mejor maestro. Medita en estas joyas de pensamientos:
 “Puedes predicar un mejor sermón con tu vida, que con tus labios. Podemos hacer más bien siendo
buenos, que de cualquier otra manera” – Rowland Hill.
 “El padre que azota a su hijo por jurar, y él mismo maldice mientras lo azota, hace mayor mal
con su ejemplo, que bien con su corrección” – Fuller.
 “El ejemplo, es la escuela de la humanidad. Esta no aprenderá de ninguna otra manera” – Beecher.
 “Como sea tu conducta delante de tus hijos, así será la de ellos detrás de ti” – Quarles.
 “Hay un poder trascendente en el ejemplo. Reformamos a los demás inconscientemente cuando
andamos rectamente” – Switchine.
 “Nadie predica mejor que la hormiga, y ella nada dice” – Franklin.
 “Los padres se admiran de que las corrientes sean amargas, cuando ellos mismos han envenenado
la fuente” – Locke.

Los padres que quieren instruir a sus hijos sobre el camino que deben seguir, deben andar por el
mismo camino que quieren que sus hijos sigan.

Cuando Platón vio a un niño hacer un perjuicio, reprendió al padre del niño por el daño.

B.- Preguntas: “Bueno, ¿qué clase de ejemplo debo ser para mostrar a mi hijo que el cristianismo
es verdadero?”.
La Biblia tiene la respuesta en Gálatas 5:22: “… el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”. Si muestras estas cualidades cada hora
de cada día, tus hijos sabrán que “has estado con Jesús”. La luz de tu vida les mostrará el camino hacia
Cristo.

Íntimamente relacionado con la forma de vida, se halla el siguiente paso para llevar a tus hijos a
Cristo

VI.- FIRME DISCIPLINA EJERCIDA CON AMOR


“Guarda la vara y echa a perder al hijo”, es un proverbio hace tiempo probado. La Biblia dice:
“La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”.
“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma”, Pr. 29:15,17.
Vivimos en una época de autoexpresión a causa de la suavidad de las riendas de nuestra disciplina.
¿Será provechoso? ¿Son más felices los niños y jóvenes que ahora llaman al padre “el viejo”, y a la madre
“la vieja”? Los titulares de los periódicos, dan la tremenda respuesta:
 “Ochenta muchachos de 18 años desaparecieron el último mes”.
 “La policía captura a una pandilla de ladrones de automóviles, todos menores de 16 años”.
 “Aumenta el número de crímenes sexuales entre los jóvenes”.
Los padres que no ejercen firme disciplina, moderada con amor, se perjudican a sí mismos y a
sus hijos. Necesitamos un reavivamiento del temor hacia los padres. Si tu hijo no te respeta, sólo te teme,
no te amará.

Una cosa es cierta: los padres deben estar de acuerdo en la necesidad de la disciplina. Los padres
que difieren en cuanto a esto, producen confusión en sus hijos. Deben estar de acuerdo en qué forma de
disciplina es mejor:
 La conversación íntima
 La supresión de algunos privilegios, o
 El castigo corporal; y deben persistir en ello
Preguntas: “¿Por qué la disciplina me ayudará a guiar a mis hijos hacia Cristo?”. Aquí tenemos
varias razones:

A.- La corrección se enseña en la Biblia


Dios sabía que la humanidad estaba fuertemente inclinada al mal camino; que debía ser reprimida
y dirigida por canales constructivos; y tú, como padre, debes comenzar ese proceso.

B.- La disciplina es una parte vital de la vida cristiana


La Biblia dice: “El Señor a quien ama castiga”. El apóstol Pablo dijo que tuvo que “sujetar su
cuerpo”. ¿Cómo puede un adulto dominar estos principios cristianos, a menos que sus padres le hayan
enseñado mientras fue niño, el valor de la disciplina?

C.- El temor reverente precede a la salvación


La Biblia dice: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová…”, Sal. 111:10. No podrás
nunca esperar que tu hijo tema a Dios y a Sus mandamientos, sino hasta que él, o ella, aprendan a
respetarte a ti y a tus palabras. En realidad, las ideas de tu hijo acerca de Dios, están en proporción directa
con sus ideas acerca de ti. Si eres un padre siempre amante, que nunca disciplina, ¿cómo creerá que un
Dios de amor puede castigar en un infierno eterno a las almas que rechazan a Cristo?

Ejerce la disciplina amorosa, pero firmemente. Si pierdes la serenidad, o aplicas el castigo sin
misericordia, necesitas “la aporreada” más que tu hijo; pero si castigas a tu hijo con dolor de tu corazón
y mano firme, Dios te lo aprobará sonriente. Él lo utilizará como un paso para llevar a tu hijo hacia Sí.

Otro importante paso en ganar las almas de tu hijo, es

VII.- ATIENDE A LAS NECESIDADES PSICOLÓGICAS DE TU HIJO


 “Papá nunca tiene tiempo de jugar conmigo. Parece que nunca ha sido joven”.
 “Nunca he creído que pueda confiar en mi madre. Siempre he tenido temor de que no comprenda
mi problema personal”.
Estas son las quejas comunes de la generación más joven. Dicen que no se “sienten cerca”
de sus padres.

Estas afirmaciones son trágicamente ciertas. Muchos magníficos padres cristianos pierden a sus
hijos precisamente por esto, porque no satisfacen las necesidades de la personalidad particular de cada
uno de sus hijos.

Por ejemplo: ¿Explicas a tus hijos los “hechos de la vida” en una forma cristiana, sensible, sin
desconcierto? Sólo he descubierto a un joven cristiano que pudo orgullosamente decir: “Mi padre
cristiano me dijo lo que debería saber acerca de la vida y el amor”. Los demás, concordaron diciendo:
“Nuestros padres fueron cobardes. No discutían los asuntos, como si fueran cosas pecaminosas. Por eso,
aprendimos en callejones apartados y en sucios libros y grabados”; y muy pocas madres cristianas hablan
a sus hijas de la santidad del sexo. ¿Son madres avergonzadas del hermoso plan divino de la
reproducción?

A causa del descuido paternal, sus hijos sufren complejos de culpa por el problema de la
masturbación; y muchas hijas son fuertemente heridas cuando comienza su menstruación. Una niña de
14 años se suicidó, pensando que su menstruación significaba que tenía una enfermedad venérea; y luego
los padres se admiran de por qué sus hijos se pierden en una descarriada multitud. La razón debe ser
obvia. Han encontrado a otros que tienen el mismo problema, que los comprenden y los escuchan cuando
les hablan de ellos.

 Menos del 10% de los jóvenes a quienes se ha preguntado, han dicho que su decisión de llegar a
ser cristianos, fue tomada por influencia paternal.
 La mayoría de ellos, señalaron como factores clave a sus “amigos” o al “sermón”.
 Menos de la mitad, dijeron que podrían discutir sus problemas personales con sus padres, y más
de las dos terceras partes, preferían llevar sus problemas a sus amigos.
 Al responder a la pregunta: ¿por qué no llegaste a ser cristiano antes?
o 37% dijeron que no habían tenido oportunidad
o 17% respondieron: “Pensaba que ya era cristiano”
o Solamente 13% dieron el “temor y el orgullo” como razones.

Padres, determinaos ahora a hacer que vuestros hijos sepan que pueden referiros todo, cualquier
problema, cualquier proyecto, y que vosotros les comprenderéis. Cuanto más cerca se sienta esa alma de
vosotros, más llegará a Dios.

Ahora, debemos mencionar el siguiente paso frecuentemente olvidado

VIII.- INSTA A TUS HIJOS A RECIBIR A CRISTO CUANDO SON JÓVENES


Desafortunadamente, demasiados cristianos piensan en forma ligera sobre la conversión de los
niños. “No entienden lo que hacen”; “Su conversión no durará”, son las objeciones que escuchamos; pero
nosotros nos permitimos diferir.

A.- Muchos niños toman decisiones que duran toda su vida.


 El autor de este libro, se convirtió cuando sólo tenía ocho años de edad, y su esposa se ganó a los
diez.
 Roberto Moffat, el gran misionero de África, fue ganado cuando aún era niño.
 Un cuestionario, en el cual se preguntó a 1,500 ministros sobre la edad de su conversión, reveló
que el promedio era de doce años de edad.
Sí, los niños frecuentemente saben lo que hacen. O el Señor, o el diablo, los ganan cuando
son jóvenes. ¿Quién ganará a sus hijos?

La señora J. G. Kruger, de Canadá, que es madre y abuela, cree en las conversiones a edad
temprana, y lo ha probado en su propia familia. He aquí sus palabras: “¿Existe mayor tragedia, más
grande tristeza en este mundo, que haber criado hijos e hijas que están todavía sin Cristo? Cada grupo de
oración, recibe angustiosas solicitudes como la siguiente que se me presentó: Por favor, oren por la
salvación de mis tres hijas grandes. Siendo madre, puedo comprender tal pena; pero, con todo el amor y
la mayor ternura, debo decir: Madre, quizá ignorantemente cometiste el mayor error que puede cometer
una madre: No hiciste lo que hicieron las madres de Salem, no llevaste a tus hijos a Cristo cuando aún
eran pequeños. Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el
reino de Dios, Mr. 10:14. Claramente les impedimos, si no les damos la oportunidad de decidirse a
aceptar a Cristo”.

“Madres, y padres también, no hay razón alguna por la cual un niño de cinco a ocho años no sea
cristiano. Yo amo a los niños, y en mis años de trabajo en el evangelismo infantil, y en mi propia familia,
he descubierto que difícilmente hay un niño que no reciba a Cristo, si se le explica su condición de
perdido, y el sencillo camino de la salvación”.

“No hay razón alguna, cuando confiamos en Dios, para que se descarríe el niño que es enseñado
como dice Deuteronomio 6:7: “… y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. La Palabra de Dios también dice: Instruye
al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”, Pr. 22:6. Esa es la Palabra de Dios,
y yo he hallado que Su Palabra es fiel, aunque hace algunos años no comprendía la facilidad con que mis
hijos más jóvenes pudieron ser llevados a Cristo”.

“El temor, y el terror de que mis propios hijos se perdieran, angustiaba mi corazón, y me llevaron
a traer a cada uno de mis hijos a aquel que dijo: Dejad a los niños venir a mí. Se me dijo: Sí, son salvos
ahora, pero se descarriarán. Otra vez, con temor y temblor, clamé: ¡Oh Dios, confiaré en ti para que los
guardes, mientras yo, con tu ayuda, haré lo mejor que pueda para instruirlos conforme a tu Palabra! No
se descarriaron, sino que ahora son felices en Su servicio y en prepararse para él. Dos son hoy misioneros
en África”.

“Guié hacia Cristo a mi nieto de cuatro años y medio. Un niño difícil de tratar. Dos semanas
después, él tuvo que hacer algo que su madre quería, y quedó malhumorado. Amablemente le dije al
oído: ¿No crees que Jesús se alegraría si fueses con tu mamá, y le dijeses: lo siento, mamá, perdóname?
Inmediatamente dijo: Sí; y corrió a la cocina con sus brazos extendidos, hasta que su madre lo detuvo.
Entonces dijo, abrazándola: Lo siento, mamá. Nunca antes había hecho nada semejante”.

B.- “Muchos padres se preguntan: ¿Cuándo es la edad de la responsabilidad? En otras palabras:


¿Cuándo ve Dios pasar a un niño de la llamada “inocencia” a la responsabilidad de aceptar o rechazar a
Cristo Jesús? No puede darse respuesta.
 Algunos creen que es a la edad de doce años; y
 Otros, a la de cinco, o siete.
 Sin embargo, la regla más segura, es considerar la propia personalidad del niño.
Exactamente como el “cociente intelectual” difiere, y los educadores lo toman en
consideración para enseñar a tu hijo, así tú debes conocer el “cociente espiritual” de tu hijo.
 Algunos niños que han tenido más intensa preparación, y un mayor ambiente religioso (como los
hijos de los ministros), sentirán la culpa del pecado antes que algunos otros.
 Estudia al niño. Contempla sus reacciones cuando se predica el evangelio. Si parece convencido
por el Espíritu Santo, ofrécele en todas formas orar por él. Te estará eternamente agradecido si lo
haces”.
o “Yo hubiera venido al Señor aún más al principio de mi vida”, dice un joven cristiano, “si
alguien solamente me hubiese pedido que lo hiciera; pero supongo que pensaban que,
puesto que mi padre era ministro, también yo era cristiano; pero yo sabía que no era salvo,
y al fin decidí acercarme a Dios por voluntad propia…”.
o Este joven, es ahora un evangelista, y cuando sirve en alguna iglesia, inmediatamente
pregunta a los hijos del ministro y de los diáconos si han “nacido otra vez”. “Esto,
naturalmente molesta algo del orgullo paternal”, dice sonriendo. “La mayoría de ellos
piensa que sus hijos son ángeles, y que se encuentran bien en lo espiritual.
o “Cuando platiqué a un diácono y a su esposa que acababa de llevar a su hijo de once años
a los pies del Señor, resoplaron: ¡Siempre ha sido cristiano!”; pero les dije que él me había
dicho que no era convertido, y que estaba terriblemente convencido de su pecado. Por eso
fue que oré con él. Por supuesto, ellos se sorprendieron”.
 “Recuerda que nacer y ser criado en un hogar cristiano, no convierte al niño en cristiano; como
nacer en un granero no convierte a una persona en caballo.
 Cada hijo debe aceptar definidamente a Cristo Jesús, si quiere ver a cada uno de ellos en el cielo.

C.- ¿Estás seguro que tus hijos han nacido otra vez, según el capítulo tercero del Evangelio de
Juan?”.
“Determínate ahora a asegurar que tus hijos reciban a Cristo mientras sean pequeños. ¡Mañana
puede ser demasiado tarde!”.

Otro paso para llevar a tus hijos a Cristo, es el siguiente

IX.- NO SEAS DEMASIADO ESTRICTO; PERMÍTELES ALGUNA LIBERTAD


Gordon procedía de un hogar muy estricto. Sus padres cristianos tenían una religión de negativas.
Sin importarles lo que deseaba hacer (y algunos de sus deseos no eran malos), sus padres encontraban
alguna razón religiosa por la que no debía hacer lo que quería. Después de 16 años de vivir en esta actitud
negativa, abandonó su hogar para trabajar por su cuenta; y la primera noche que pasó fuera de su hogar,
murió de una congestión alcohólica.

A.- La religión negativa, de cara larga, hace que se rebele el corazón de la persona joven
Tarde o temprano tratará de “saltar las trancas”, y gozar de la vida en mala forma.

B.- No puedes esperar que tus hijos sean como adultos; los muchachos son muchachos
 Algunas cosas que querrán hacer, tal vez no te gusten, pero si la Biblia no prohíbe esas
actividades, tómalas en consideración.
 El cristianismo está lleno de tradiciones de hombres, y quizá tus decisiones sean causadas por
estas tradiciones, y no por lo que dice Dios.
Toma, por ejemplo, los deportes. Muchos padres cristianos prohíben a sus hijos que vayan a un
juego de pelota, o a un torneo de baloncesto, o a otro deporte sano, porque estos juegos no interesan a
los padres; y porque los padres se disgustan con tales actividades, es fácil para ellos creer que Dios se
desagrada de ellas también. Tal vez no sea así, a menos que el juego se tenga en el día del Señor, o se
hagan apuestas, o se juegue al azar en ese deporte.

Se le dice a Juanito: “No puedes ir; ese no es un lugar para cristianos”. ¿Qué ha de hacer Juanito?
Murmurar por teléfono, como lo hace su madre “cristiana”, o hartarse a la hora de la cena, como su padre
“cristiano”. Éstos hábitos de “adultos”: la murmuración, el libertinaje, están condenados en la Biblia; el
béisbol ni siquiera se menciona. No nos sorprende que Juanito se halle confundido. Tampoco nos
sorprende que sueñe, en medio de sus lágrimas, en el día cuando hará sólo lo que él quiera. ¿Cuál es la
solución a este problema?

C.- Debemos tener reglas


Hay algunas actividades en las que los padres no deben permitir que participen sus hijos:
 Defraudar
 Robar
 Mentir, y
 Otros pecados condenados por la Biblia
Otras actividades, como:
 Deportes
 Excursiones
 Paseos
 Escuchar la radio
 Ver algunos programas de televisión
 Escuchar música, etc.
Deben considerarse con un espíritu de amor y longanimidad.

Condenar todos los deportes, todas las radiotransmisiones, todas las proyecciones de televisión,
es ser “demasiado estrictos”.

Ninguna de estas cosas es mala en sí misma. Sin embargo,


 Si la televisión, o los deportes, violan los principios de la Biblia, deben condenarse como casos
individuales; pero que
 No se hagan amplias generalizaciones.
D.- Si condenas todo, excepto a la iglesia, la Escuela Dominical, y las reuniones de oración,
probablemente perderás el alma de tu hijo.
Él necesita estas actividades, pero, además, necesita diversión, compañerismo, y ejercicio. No
trates de hacer de tu hijo un viejo, un adulto sosegado; dale alguna libertad, y tendrás mayor éxito en
cuanto a conducirlo al Señor Jesucristo.

Íntimamente relacionado con este punto, se halla otra llave para el alma de tus hijos
X.- MANTÉNLOS OCUPADOS EN ACTIVIDADES CRISTIANAS CONSTRUCTIVAS
El antiguo adagio: “Satán halla trabajo para las manos ociosas”, es del todo verdadero; pero
también es cierto que “Cristo dará ocupación a las manos voluntarias”.

Muchos padres cristianos necesitan aprender a destacar lo positivo. Haz del cristianismo una vida
de “afirmaciones”, más que de “negativas”, y tus hijos lo amarán.

Aquí tenemos un ejemplo: Si no quieres que Juanito vaya a un lugar dudoso de diversión, dile
que tienes proyectado algo mejor y más emocionante. Puede ser un paseo para contemplar la naturaleza,
una oportunidad para mostrarle algo de la obra de Dios. O, ¿qué te parece una competencia de
distribución de folletos en la ciudad? Ver quién puede distribuir mayor número de folletos: Juanito, o el
papá. En otras palabras, equilibra tu mandato negativo con alguna acción positiva. Los niños aman la
actividad. Ellos tienen una energía sin límites. ¿Por qué no canalizas esta actividad hacia el servicio
cristiano? Tus hijos querrán venir a Cristo.

Aún hay otro factor vital

XI.- ENTÉRATE DE LOS HÁBITOS DE TUS HIJOS


A.- Una vez que se han formado los hábitos, es más difícil que la gente crea que puede vivir la vida
cristiana.
Si tus hijos adquieren los indeseables hábitos de maldecir, fumar, mentir, defraudar, y otros,
procura cortarlos desde el principio.

Recientemente, un padre cristiano refirió a un ministro: “Antes de que yo lo supiera, mi hijo había
adquirido el hábito de fumar. Quise ayudarle a vencer ese vicio, pero descubrí que ya éste tenía un
poderoso dominio sobre su vida, y me dijo que no podía destruirlo… Hoy, es un próspero negociante,
pero piensa que no puede ser cristiano mientras no destruya el poder de la nicotina. ¡Si solamente hubiese
podido evitar antes de que llegar a ser tan dominante!”.

B.- Cristo puede destruir los más fuertes hábitos; pero, algunas veces, es difícil convencer al
pecador de esto.
 Ve sobre seguro, atendiendo a éstos hábitos cuando aparecen.
 Muestra a tus hijos cómo éstos pueden llevarlos al cáncer, al robo, y a otros trágicos callejones
sin salida.
 Algunas veces, ayuda una buena “conversación” sobre esto. Otras veces, hacen más bien el
“amor” y la “paciencia”.

C.- Pide a Dios sabiduría para descubrir los hábitos que fácilmente adquirirán tus hijos.

D.- Pide fortaleza para tratar con ellos en forma firme, pero cristiana; esto te ayudará a ganar a
tus hijos para Cristo.

Un punto predominante en ganar las almas de la familia, es este

XII.- CUIDADO CON LA VECINDAD DONDE VIVES


Hay un dicho: “Dios hizo el campo; pero el hombre formó la ciudad, para andar en ella”.
Sea que críes a tus hijos en el campo, o en la ciudad, ten cuidado de escoger un buen ambiente
para tus hijos.

Lot escogió Sodoma para vivir, teniendo un punto de vista puramente materialista. Sodoma, moral
y espiritualmente, era el peor lugar que podía haber escogido; pero, como muchos padres cristianos en la
actualidad, pensó que “negocios son negocios”. Como resultado, sus hijas obraron mal, y su esposa, que
amaba a Sodoma, se convirtió en estatua de sal. Lot debió haber pensado en este impío ambiente, antes
de preferir esa inicua ciudad.

Joubert ha observado sabiamente: “Todos nosotros somos como ecos, que repetimos
involuntariamente las virtudes, los defectos, los movimientos, y los caracteres de aquellos entre quienes
vivimos.”.

Antes de que decidas cambiarte a una nueva comunidad por provecho material, pregúntate:
¿Significará esto pérdida espiritual para mi familia? Recuerda que “los pasos en el camino de un hombre
bueno, son ordenados por el Señor”, y así también sus “altos” en el camino. ¿Debes cambiarte, o
quedarte? El Señor te lo dirá, si verdaderamente quieres conocer su voluntad.

Otro punto que va de la mano con este, es

XIII.- SÉ CUIDADOSO CON LOS AMIGOS DE TUS HIJOS


Estas son palabras llenas de verdad: “El hombre, es conocido por las amistades que conserva, y
también por las que no conserva”.

Como padre, tienes el derecho de


 Escoger la ropa apropiada
 El mejor alimento
 Los lugares correctos a los cuales pueden asistir tus hijos.
 También es responsabilidad tuya el permitir a tus hijos jugar con buenos amigos, y
 Prohibirles asociarse con malos compañeros.
Recuerda que algunos niños son veneno, moral y espiritualmente, para tus hijos. Éstos
“portadores de pecado”, enseñarán a tus muchachos a robar, mentir, fumar, y desarrollar hábitos
inmorales. El “instinto gregario”, puede llevar a tus hijos a cometer malos actos (por presión
social) que nunca pensarían en ejecutar por sí mismos.
 Por tanto, ayúdalos a escoger amigos que sean limpios y honestos, y que asistan a la Escuela
Dominical. Su influencia te ayudará en la gran tarea de llevar a tus hijos a Cristo; y,
 Cuando éstos muchachos sean adolescentes y extiendan su vista hacia la educación superior,
ayúdalos.

XIV.- ESCOGER LA MEJOR ESCUELA


No precisamente la mejor desde el punto de vista académico, sino la mejor espiritualmente para
ellos. Esto no quiere decir que deban asistir a una escuela cristiana (aunque esto es considerado lo mejor
por muchos dirigentes religiosos); pero significa que debes creer que su educación cristiana debe
prosperar, y no disminuir, durante estos años esencialmente formativos.

Una escuela laica puede ser lo mejor para tu “genio”, si estás seguro de que está bien firme en su
fe y bien capacitado para refutar las condenables doctrinas de la evolución, y las muchas llamadas
“ciencias”, pero si Juanito ha tenido dificultades como cristiano en la escuela, piénsalo dos veces, antes
de ponerlo en un ambiente agnóstico de una escuela laica.

Protege a tu adolescente mediante sabia orientación en su educación superior. La escuela a la cual asista,
puede determinar su destino eterno; y luego, recuerda que tus hijos desarrollados proyectarán seguir por el sendero
con quienes haya escogido para su vida. Entonces, tú puedes proporcionarles el conocimiento de tus años de
experiencia; y si lo das en forma no dogmática, sino como ayuda, tus hijos te lo agradecerán.

Por tanto, oriéntalos cuando

XV.- ESCOJAN AL COMPAÑERO O COMPAÑERA DE SU VIDA


¿Qué tiene esto que ver con ganar a tu hijo para Cristo?
 Bien, en la mayoría de los casos, si la esposa, o el esposo de tu hijo o hija no es creyente “regenerado”, él
o ella apartarán a tu hijo de Dios.
 Es de primerísima importancia que tu hijo, o hija, se casen con un creyente.
 Debes hacer todo lo que esté dentro de tus posibilidades para instar a tus hijos a escoger solamente
“amistades” cristianas.
 Bondadosa, pero firmemente, desanímalos a relacionarse con incrédulos. La Biblia desaprueba el “yugo
desigual”; así, pues, tú tienes a Dios, que apoya tus convicciones.
 Sin embargo, si tu hijo o hija no aceptan tu consejo, entonces encomienda el asunto al Señor, y si se casan
con individuos no salvos, acepta a quienes hayan escogido, muestra ante ellos una actitud cristiana, y
centra entonces tus oraciones sobre ellos, hasta que lleguen a Cristo.

Una palabra final con respecto a ganar a tus hijos para Cristo

XVI.- NO ACEPTES LA DERROTA


 Recuerda que “demora” no quiere decir “negativa”.
 Pueden pasar días, meses, o años, antes de que tus hijos se ganen para Cristo; pero no te impacientes, Dios
nunca tiene prisa, sino que siempre está a tiempo.
 Él oye tus oraciones, y obra en el corazón de tus hijos.
 Por tanto, no te desanimes, Dios está aún en el trono, y puede suavizar los más duros corazones.
 No des lugar al desaliento, que es la mejor arma del maligno; no dejes que la use en ti.

Jorge Müller, el gigante de la fe, oró diariamente por la salvación de dos hombres. Aún en su lecho de
muerte, el señor Müller creía que Dios contestaría sus oraciones, y que salvaría a esos dos hombres. Poco después
de su muerte, un poderoso avivamiento inundó esa parte de Inglaterra, y esos dos hombres fueron genuinamente
convertidos.

Durante varios años, una madre encanecida oró por la salvación de su hija, una hermosa maestra de
escuela. Cuando la hija triunfó en un concurso de belleza, y Hollywood le ofreció un contrato, la madre le dijo:
“Si vas a Hollywood contra mis deseos, iré contigo, para orar por ti hasta que vuelvas al Señor”.

La voluntariosa hija fue a Hollywood, y también su mamá. Mientras la bella joven actuaba, su madre iba
tras el escenario para orar por su hija.

“Finalmente no pude seguir”, confesó la hija, “Dios contestó las oraciones de mi madre, convenciéndome
de mis pecados y egoísmo. Llegué a ser muy desdichada, y permanecí en esa desgraciada condición hasta que me
arrepentí ante el Señor. Ahora soy salva y feliz, ¡sirviéndole!

 Dios, quien contestó las oraciones de esta madre, responde a tus oraciones.
 Él te ayudará a ganar a tus hijos para Cristo. Confía en su ayuda HOY.
INVITANDO A LOS NIÑOS A CRISTO

Los niños pueden ser alcanzados por el evangelio de Jesucristo. Un obrero de niños llama al grupo
de jóvenes preadolescentes
 “El campo misionero más fructífero del mundo”. Un investigador evangélico estima que,
 “El 80% de todos los convertidos a Cristo, son ganados antes de cumplir los quince años.
 Muchas organizaciones eclesiásticas como la Confraternidad para la evangelización de los niños,
Pioneras para Cristo, Awana, Brigada de servicio cristiano, Pan de vida, etc., existen con el único
propósito de ganar a cada generación de niños para el Salvador; pero….

Desafortunadamente, un número creciente de denominaciones ha abandonado este vasto


campo misionero. ¡La iglesia necesita ser llamada nuevamente a la evangelización de los niños!

I.- LA INVITACIÓN DEL EVANGELIO HECHA A LOS NIÑOS


Porque los jóvenes preadolescentes son intelectual, emocional, y socialmente inmaduros, el
ministro debe darse cuenta de que la evangelización entre este grupo es un proceso extremadamente
delicado. La mayoría de los niños pueden ser manipulados fácilmente para hacer compromisos
superficiales, o aun, pseudo compromisos con Cristo. A través del uso de la presión del grupo, la promesa
de recompensas, o el deseo interno de satisfacer al obrero cristiano, muchos niños son, a menudo, guiados
a tener experiencias de aparente conversión. Esos métodos no escriturales pueden llevar a consecuencias
no deseables y, a veces, ponen trabas a una decisión legítima por Cristo más tarde. Obreros entrenados
en forma inadecuada, a pesar de tener buenas intenciones, muchas veces hacen más mal, que bien.

El hecho de que en la evangelización de los niños éstos han sido víctimas de abusos, no sugiere
que debería ser abandonada. Al contrario, Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de Dios”, Mt. 10:14. En otra ocasión, él amonestó a los discípulos con
estas palabras: “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” Mt. 18:3.
En forma similar, el apóstol Pablo recordaba a Timoteo: “Que desde la niñez has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación”, 2 Tim. 3:15.

Charles Haddon Spurgeon, considerado por muchos como el más grande predicador expositivo
de Gran Bretaña, creía que un niño de sólo cinco años podía recibir a Cristo como Salvador.

La mayoría de los psicólogos evolucionistas, están de acuerdo en que, entre los cinco y los nueve
años, el niño comienza a desarrollar su conciencia, que le permite distinguir internamente entre el bien y
el mal. Aunque no hay consenso entre los psicólogos acerca de la edad exacta en que aparece la capacidad
(la que difiere en cada niño), generalmente se está de acuerdo en que la conciencia es totalmente
operacional antes de la adolescencia. Esta observación tiene implicaciones teológicas significativas.
Como concluye el doctor Cos Davis: “Si un niño ha alcanzado el grado de madurez en el que es
moralmente responsable, también es responsable ante Dios por sus pecados”.

La historia confirma que los niños pueden ser evangelizados efectivamente y ganados para Cristo.
 Jonathan Edwards, líder del gran avivamiento, tenía sólo siete años cuando se convirtió.
 Corrie Ten Bom y Ruth Graham, vinieron a Cristo a la edad de cinco años.
 El evangelista Leighton Ford, también sse convirtió a los cinco años.
El escritor de la biografía de Ford, relata el día del evento: “Los niños… fueron a una casa
en Keswick, de Canadá, para la “hora feliz” diaria de Frances Thomas. Leighton, un poco más
alto y delgado que la mayoría, tomó su lugar en la fila del frente. Con su franelógrafo, el pizarrón,
y coloridas ayudas visuales para la enseñanza, la ex misionera en China, mantenía a los pequeños
embelesados con la historia de Nicodemo, ese distinguido maestro judío que una vez le preguntó
a Jesús: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?”; y luego, como lo hacía cada mañana en
Keswick, la señorita Thomas pedía a los niños que levantaran su mano si querían responder a la
invitación de Dios para salvación. La mano de Leighton se levantó”.
“No, Leighton”, susurró la señorita Thomas, “Tú eres demasiado pequeño. Por favor,
quédate quieto”.
“Nuevamente hizo la invitación, y otra vez Leighton levantó la mano. Ella trató otra vez
de disuadirlo”.
“La tercera vez que la mano de Leighton se levantó, la señorita Thomas percibió que el
niño de cinco años había entendido, y que estaba preparado para comprometerse con el Salvador”.

La conversión de Leighton Fort fue real. Dios usó los esfuerzos fieles de una ex misionera para
ganar al niño para Cristo. Hoy, Leighton Ford es un evangelista internacionalmente conocido, y
vicepresidente de la Asociación Evangelizadora Billy Granham.

La evangelización efectiva de los niños es posible. Ciertamente, “la mies es mucha”.

II.- CÓMO PRESENTAR EL MENSAJE A LOS NIÑOS


A.- De la misma forma que se hace con los adultos
Los niños vienen a una relación salvadora con Cristo, en la misma forma en que lo hacen los
adultos. Todos deben escuchar el evangelio, y luego, responder personalmente en arrepentimiento y fe.
No hay dos evangelios: uno para niños y otro para adultos. El mensaje es universal en su aplicación. El
contenido del evangelio es la muerte, entierro y resurrección de Jesucristo. Aparte de estos factores, no
hay otro evangelio.

B.- De tal manera que el niño más pequeño lo comprenda


Muchos pastores, evangelistas, y obreros juveniles, cometen un grave error tratando de llevar a
un niño a Cristo, sin presentarle a Jesús como Salvador. Ellos asumen, erróneamente, que el mensaje es
demasiado difícil para que un niño pequeño lo comprenda. Dejando de lado los elementos esenciales,
como el sacrificio hecho en sustitución del pecador, y la resurrección de Jesús, el obrero cristiano elimina
inadvertidamente la base entera sobre la cual uno puede ser salvo. Ningún niño puede experimentar la
salvación sin estar cara a cara con la cruz.

C.- Predicándoles igualmente acerca de la cruz de Cristo


Otros, dejan de lado el evangelio, porque se niegan a creer que los niños son pecadores
responsables ante Dios, y, en consecuencia, sienten que no hay necesidad de predicarles acerca de la
cruz. En un estudio de una Denominación, un grupo de hombres de esa iglesia concluyó: ¡que los niños
no podían perderse antes de los 16 años!

Más allá de la opinión de los hombres, el dejar el contenido del evangelio fuera de la presentación
evangelizadora no es una opción. El evangelio sólo, es poder de Dios para salvación (Ro. 1:16).

D.- No use lenguaje teológico ni abstracto


El problema que enfrenta el obrero cristiano no es: “¿Debería yo predicar el evangelio de la cruz
y a Jesucristo como Salvador?”, sino, “¿Cómo puedo poner el evangelio en términos que un niño pueda
entenderlo?”. En consecuencia, el primer obstáculo que enfrenta el predicador, es la barrera del lenguaje
teológico que usa.
Siendo que los niños piensan en términos concretos, es necesario aprender a decir palabras de
naturaleza abstracta en términos concretos. Palabras y frases como:
 Pecado
 Convicción
 Crucifixión
 Resurrección
 Espíritu Santo
 Arrepentimiento
 Fe
 Sangre del Cordero
 Da tu vida a Cristo
 Admite que estás perdido
 Ven a Jesús
 Lavado en la sangre de Cristo
 Pídele a Cristo que te salve
 Invita a Cristo a tu corazón
 Toma una decisión por Cristo

Hay algunas otras que necesitan ser redefinidas para las mentes de los niños.

Todos pueden relacionarse con la frustración que deben experimentar los niños cuando se
confrontan con estas “lenguas extrañas”. Es muy común que uno vaya al médico, al especialista, o al
abogado, y después, salga del consultorio, o de la oficina, sin entender lo que dijo el experto.

Cos Davis, observa: “Este es el tipo de confusión que enfrenta un niño cuando asumimos que va
a entender lo que intentamos comunicarle con palabras religiosas. Sólo por el hecho de que apruebe lo
que estamos diciendo, no significa de ninguna manera que está comprendiendo”.

Un evangelizador de niños dice: “Si usted les dice a los niños que Jesús “vertió” su sangre, ellos
pueden imaginar a Jesús vaciando su sangre en una cubeta. Si usted les dice que dejen que Jesús entre en
sus corazones, pueden pensar: ¿Cómo es posible que un hombre ya crecido puede realmente entrar o
caber en su corazón? Esto me sucedió cuando comencé a enseñar a los niños… Un hombre joven vino a
mí después de la reunión, y me llamó “mentiroso”, pues dijo: Lo que usted está enseñando es un conjunto
de mentiras. Acabo de salir de mi clase de ciencias, y no hay forma de que un hombre pueda entrar en
mi corazón”.

Para la mente literal de un niño, “lavado en la sangre” podría traer imágenes terribles a su
conciencia ingenua. Hay que explicar con cuidado el concepto de tales palabras, al igual que otras que
frecuentemente usamos.

El lenguaje abstracto debe ser definido concretamente, e ilustrado, para la satisfacción del niño.
¿Qué bien hace usar una terminología correcta, si no se entiende? Términos como los mencionados en la
lista anterior, deben ser transmitidos al lenguaje de los niños.

E.- Todo mensaje del evangelio dirigido a los niños, debiera comenzar con
1.- El hecho del amor de Dios. Los niños deben estar seguros de que Dios los ama, se preocupa por ellos,
y quiere ser su Amigo para siempre.
2.- Se les debe enseñar que Dios es su Creador. Que él los hizo, y que él es responsable por su existencia.
La mayoría de ellos no tendrá problemas con estos conceptos básicos.

3.- Luego, debe presentárseles el tema del pecado.


Este es un concepto más difícil de explicar, pero puede ser tratado en forma adecuada. Al hablar
a un niño acerca del pecado,
 No use ejemplos como “adulterio”, “asesinato”, o “violación”. A pesar de que son pecados reales,
no se relacionan con la experiencia propia de los niños.
 Más bien, hable de
o La mentira
o La desobediencia
o El egoísmo
o Golpear a alguien
o Quitarle a alguien sus juguetes
o Las peleas
o Hacer “berrinches”

Éstos, son pecados que un niño comprende, porque son actos de rebelión que él comete.

4.- El niño también necesita comprender que el pecado es un acto que comete en contra de Dios, tanto
como en contra de sus padres, hermanos, y amigos.
El pecado es elegir hacer lo que él quiere, cuando Dios quiere que haga otra cosa.

5.- Debería explicarse, en consecuencia, que el pecado conduce a una consecuencia drástica: merece un
castigo.
El niño debe comprender que sus pecados no van a quedar sin castigo (Ro. 6:23). Así como sus
padres lo castigan por sus actos de rebeldía, Dios hace lo mismo. Esta retribución no niega el amor de
Dios hacia el niño, de la misma forma que los actos de disciplina de sus padres, tampoco niegan su amor
hacia él.

6.- El predicador puede ahora desarrollar el punto central de su mensaje, el evangelio de Jesucristo.
Es importante explicar a los niños que, aunque el pecado debe ser castigado, Dios les ama, y no
desea verlos sufrir las consecuencias de este. Por eso Dios dejó el cielo, vino a la tierra, tomó forma
humana, y murió en su lugar. Dios tomó personalmente el castigo que les correspondía a ellos.

Este sacrificio en sustitución del propio pecado, tiene que ser presentado con claridad a los niños.
Si se explica en términos concretos
 Cuadros que ilustren las palabras, los niños pueden entender esta gran verdad. Muchas casas
publicadoras afiliadas a la iglesia, y muchas organizaciones eclesiásticas tienen materiales
impresos para ayudar al obrero de niños a ofrecer, en forma efectiva, el mensaje del evangelio.
La Liga para la Evangelización del Niño, produce una variedad de lecciones de franelógrafo que
explican claramente, y en el lenguaje de los niños, la muerte de Cristo en la cruz.
 Ayudas Visuales, Inc., ha producido una serie de
 Lecciones bíblicas ilustradas y
 Lecciones objetivas, como el famoso “Libro sin palabras”, para ayudar al obrero cristiano a
enseñar efectivamente el evangelio a los niños.
Algunas veces, una simple historia ilustrada (como “El barquito recuperado”), puede
llevar al corazón de los niños las verdades bíblicas de la expiación.
7.- Cualquiera que sea el método concreto que se usa para comunicar la verdad del evangelio, es
imperativo que se enseñe a los niños un concepto adecuado de la cruz.
Como señala un comentarista, la cruz significa: un Dios que deja nuestros pecados en manos de
una tercera persona inocente. Esta falsa interpretación, causó que una niñita dijera: “Yo amo a Jesús,
pero odio a Dios”. Los niños deben ser llevados a darse cuenta de que fue Dios mismo quien tomó el
castigo que les correspondía a ellos.

8.- Todos los mensajes de evangelización efectivos, incluyen la verdad de que Jesús fue levantado de los
muertos, y que, como un Salvador viviente, va a aceptarnos como sus amigos para siempre, sobre la base
de su muerte. Los niños no cuestionan la resurrección literal. La aceptan como un hecho.

9.- Al presentar el evangelio, es sabio recordar que la atención de un niño es breve. No deje que la historia
decaiga. Sea entusiasta, enseñe la verdad central: el sacrificio en sustitución, y repítalo frecuentemente.
La repetición es la clave. Nadie es salvo aparte de la comprensión de la cruz. Esté seguro que usted está
transmitiendo esta verdad.

III.- EL LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO Y LA FE


Una vez que el evangelio ha sido predicado, el niño necesita que se le diga que Dios espera que
responda positivamente al mensaje. Aquí es donde muchos obreros de niños fallan. Muchas veces llaman
a los niños a pronunciar una oración pidiendo la salvación, o a levantar su mano si desean recibir a Cristo.
A pesar de que el niño puede hacer una de esas acciones, esos movimientos pueden hacerlo caer en un
falso sentido de seguridad a través de una creencia fácil. La Biblia es clara en que, antes de convertirse
(incluyendo a un niño), debe uno arrepentirse y creer en Cristo.

 Arrepentimiento. George B. Eager cree que todo mensaje del evangelio para los niños debe ser
seguido de un llamado al arrepentimiento. Éste incluye un reconocimiento de parte del niño de
que sus pecados causaron la muerte de Cristo; y necesita darse cuenta de las terribles
consecuencias del pecado, el precio que Dios pagó para rescatarlo. Un corazón arrepentido, es
producido a través del poder convincente de la Palabra (Heb. 4:12), y del Espíritu Santo (Jn.
16:8). El Señor Eager, siente que el arrepentimiento debería ser explicado a los niños como “estar
lo suficientemente tristes por los pecados, que deseen dejarlos”.
Adicionalmente, el niño necesita comprender que, a menos que se arrepienta, tendrá que
dar cuenta a Dios por sus pecados. los niños entienden el juicio mejor de lo que nosotros
pensamos.

 Fe. Es fácil llevar a un niño a creer en Cristo como su Salvador. Ellos responden al amor. La
confianza se inculca en los niños desde la infancia. De hecho, el doctor Erick H. Erickson, un
psicólogo del desarrollo, famoso mundialmente, observa que el primer estado del desarrollo
psicosocial del niño, es el de la confianza.

A causa de su necesidad, el niño tiene una capacidad innata para creer o confiar en otro. Como lo
explica claramente el doctor Cos Davis: “Desde el tiempo de la concepción, hasta el crecimiento, el niño
es dependiente de los padres y de otros que le brindan cuidado, para hacer por él lo que él no puede hacer
por sí mismo. Así, sus necesidades físicas, emocionales, sociales, intelectuales, y espirituales como una
persona creciente, dictan que él debe ser capaz de confiar en otros para que le ayuden a satisfacer estas
variadas necesidades. Más que en cualquier otra etapa o posición en la vida, el niño ha de confiar en
otros. Al ver la confianza de un niño reforzada por aquellos que conscientemente buscan satisfacer sus
necesidades, es algo tremendamente importante y bello”.
“Tan tremenda como la necesidad del niño de confiar es su habilidad para confiar. El niño está
tan seguro de que sus padres pueden hacer todo lo que se necesita, que esto nos desarma y humilla. ¡Qué
simple y pura es su fe! Él niño permite a los adultos que se preocupen sobre los detalles de cómo satisfacer
sus necesidades, y simplemente cree que van a hacerlo. Le demora un tiempo darse cuenta de que la fe
absoluta que tiene en nosotros, de alguna manera está mal situada”.

“Uno de los pensamientos más serios que podrían ocupar la mente de los padres, es que la primera
fe del niño está en ellos. ¡Qué tremenda responsabilidad ser el primer objeto de la fe de una vida en
desarrollo!”.

Los niños pequeños expresan su fe de muchas maneras. Oyen un trueno, y pueden correr a sus
brazos por protección. Ellos le hacen saber cuándo están mojados o sucios, con la seguridad de que usted
va a tener cuidado de ellos. Simplemente, asumen que usted va a cuidar de su alimento y vestimenta.
También esperan que usted les va a poner límites, para protegerlos de ellos mismos y de las cosas del
mundo que les pueden hacer daño. Todas estas, son expresiones de la fe del niño”.

“Los psicólogos del desarrollo del niño, enfatizan el sentido de confianza, como una de las
primeras tareas del desarrollo que el niño debe alcanzar. La confianza es desarrollada cuando los padres
satisfacen las necesidades básicas del niño. Por ejemplo: Alimentar al niño cuando tiene hambre, indica
que usted se preocupar por él. Traduce su respuesta a su necesidad como: confianza. En cualquier estado
del desarrollo, satisfacer la necesidad del niño, le ayuda a confiar en usted”.

“Cuando uno entiende cómo se desarrolla la habilidad para confiar, no es sacrílego decir, que el
padre es el primer “dios” del niño. Antes que él pueda concebir la posibilidad de la idea de Dios, él cree
sólo en sus padres. Ellos asumen un papel de intermediario en su peregrinaje de la fe en Dios”.

“Los padres, los primeros objetos de fe del niño, influyen en su habilidad para confiar en otras
personas, y, finalmente, en Dios. El niño sano, está listo para hacerse de amigos, y para confiar en
personas adultas significativas tales como un maestro, el pastor, o un doctor. A medida que la vida se
expande, y las experiencias se multiplican, el niño que crece va a aprender a usar la fe que le han enseñado
en todo tipo de relaciones.”.

“Es de esperar que haya un tiempo cuando su fe en los padres, va a permitir al niño poner su fe
en Jesús como Salvador. Sin tomar real conciencia, la fe del niño ha estado en el proceso de transferencia
entre el padre y Jesús por algún tiempo. La simple y confiada fe en sus padres, es expresada en forma
suprema a Jesús como Dios. Su conciencia creciente en los padres como personas falibles, no va a
permitir que el niño siga confiando en ellos completamente como en Dios, pero, la transferencia de esta
fe simple, puede ser hecha a Dios, que no tiene falta. Los mejores padres tienen faltas, y se complacen
en saber que sus niños han puesto su fe en Uno que no les va a fallar”.

A causa de la temprana capacidad del niño para confiar, no es difícil guiarlo a Cristo.

A través del uso del versículo de Juan 3:16, el obrero cristiano puede mostrar al niño, con la
Escritura, lo que Dios espera de él. Puede hacerlo sustituyendo los pronombres con el nombre del niño,
para personalizarlo: “Porque de tal manera amó Dios a Guillermo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que Guillermo que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
IV.- EXTENDIENDO LA INVITACIÓN
No es suficiente decir al niño qué hacer. El obrero debe dar al niño la oportunidad de hacerlo.
Debe extenderse una invitación para que se arrepienta inmediatamente de sus pecados, y confía en Cristo
como su Salvador.
Aquí hay algunas sugerencias prácticas de la forma de hacer la invitación.

A.- Sea consciente de que los niños pequeños son susceptibles de sentir la presión de compañeros.
Usualmente, los niños menos agresivos van a seguir al líder del grupo. Esto podría crear un
problema mayor. Si el líder levanta la mano, o pasa adelante, muchos otros pueden seguir su ejemplo,
resultado esto en pseudo-decisiones. Si el líder no respondiera, otros podrían hacer lo mismo. La presión
de compañeros puede ser una barrera importante para la invitación efectiva de los niños a venir al
Salvador. Ellos quieren sentirse parte del grupo. Ninguno quiere sentirse extraño.

¿Cómo hace el obrero cristiano para combatir la presión de los compañeros?

Extendiendo una invitación que no sea “pública” en su naturaleza. Es sabio, al extender una
invitación del evangelio a los niños, que todos los presentes inclinen su cabeza y cierren sus ojos. Una
vez que nadie mira, el evangelista puede pedir a aquellos que desean recibir a Cristo, que miren hacia
adelante por un momentito, y captar su atención, o que simplemente levanten su mano brevemente. Este
procedimiento elimina la presión de los compañeros, ya que nadie sabe lo que los demás están haciendo.

B.- El ministro debe tener cuidado de no hacer creer a los niños que deben responder positivamente
al evangelio sólo por complacerlo.
La naturaleza de los niños pequeños tiende a complacer a las figuras adultas de autoridad. Es
esencial que sus motivos para venir a Cristo sean puros, no para ganar la aceptación o el apoyo del líder.

Este enemigo de la evangelización de los niños, puede ser combatido por el obrero, si evita decir
cosas tales como: “No hay cosa que me complacería más, que el que alguno de ustedes venga a Cristo”.
El niño necesita conocer que la decisión que está haciendo por Cristo es para su propio bien, y que al que
está complaciendo es a Dios.

C.- El obrero nunca debe manipular al niño ofreciendo recompensas, o privilegios especiales, en
respuesta a su decisión.
Algunos programas de evangelización de niños, están basados en un sistema de retribuciones y
promociones. Uno debe cuestionar la legitimidad de cualquier decisión que se haga vía inducción.

D.- Nunca haga sentir vergüenza a un niño


La niñez es un período crítico en el desarrollo de la estima propia. Un llamado para el compromiso
público es difícil para algunos niños. El obrero cristiano nunca debe violar el derecho del niño de
comprometerse privadamente con Dios.

E.- Es imperativo que aquellos niños que levantaron sus manos, reciban consejo personal
inmediato, sea privadamente después de la reunión, o tan pronto como sea posible, a través de una
visita a sus hogares.
En este tiempo, ellos necesitan que se les diga de la necesidad de compartir su decisión con otros.

El propósito de la invitación es el de agrupar a aquellos en los que se ha producido convicción, o


la fe, y en los que el trabajo personal cuidadoso puede darnos la seguridad de que el niño ha tenido una
experiencia real de regeneración. Puede ser que el niño haya aceptado a Cristo durante el mensaje. Esto
sería lo ideal. Por otra parte, pudo solamente haber quedado convencido, pero, por causa de algunas
dudas que surgieron en su mente, y que quedaron sin responder, o por causa de alguna otra barrera contra
la fe, no ha recibido a Cristo, aunque desearía hacerlo. En ambos casos, se debe hacer la invitación para
que el niño pueda ser llevado aparte, con el propósito de prestar atención a su necesidad individual. Como
puede apreciarse, la respuesta a una invitación pública no es el fin, sino el medio para conseguir el fin.

El gran peligro de las invitaciones públicas es que, al hacerlas, los oyentes responden, alguien
toma nota de cuántos respondieron, y ¡eso es todo!; pero, decidir aceptar a Cristo, y aceptarlo de verdad,
no siempre es lo mismo.

Al concluir el tema haciendo la invitación, se da al niño la oportunidad de decidir; pero no se le


da ninguna información sobre cómo vivir la vida cristiana. En realidad, éste ha sido el problema de las
invitaciones públicas, que no van más allá de eso, ya sea que se trate de niños o de adultos. Cada persona
que responde en forma pública al llamado del evangelio, debe ser guiado paso a paso a través de las
verdades del evangelio una y otra vez, y a una aceptación de Cristo o afirmación de que ha creído
realmente en él.

Hay tres aspectos distintivos en la acción de la voluntad al aceptar a Cristo como Salvador:

1.- Consideración
Se fija la atención en una alternativa, se descarta, y luego se fija la atención en otra. Muchas veces,
la deliberación lleva a abandonar la idea sin hacer nada al respecto. El período de deliberación, o de
“meditarlo bien”, a veces se hace muy largo. Es un tiempo de pensar en el asunto desde distintos puntos
de vista.

2.- Decisión
El debate debe llegar a un final y a una decisión. Después que el hijo pródigo debatió su condición,
dijo: “Me levantaré e iré a mi padre”. La decisión pone punto final a la deliberación, y requiere un
esfuerzo de la voluntad. “Tomar una decisión” no siempre es fácil. Ya que la decisión es mejor cuando
va unida a una acción, psicológicamente es correcto levantar la mano, o hacer algún otro gesto similar,
que indique que se tomó una decisión.

3.- Acción
La tercera cosa, es consumar la decisión. Muchas veces no se lleva a cabo una buena decisión. El
secreto de llevar al éxito fina una decisión de la voluntad, está en encontrar el camino para ejecutarla.
Como maestro, usted debe sugerir un plan para ayudar a sus alumnos a tomar su decisión.

V.- ¿QUÉ CLASE DE INVITACIÓN PÚBLICA HAREMOS?


El mensaje concluyó. Hubo niños que levantaron la mano. Se hizo una oración. Se está llegando
al final de la reunión. Tal vez se esté por cantar un último coro, y se despida al grupo. La invitación
pudiera hacerse de la siguiente manera:

A.- “Me gustaría hablar con quienes han creído en el Señor Jesucristo. Vamos a cantar otro coro, y luego
terminaremos la reunión. Si tú has creído en el Señor Jesús, o quisieras aceptarlo como tu Salvador, pero
no sabes cómo, ven aquí mientras los demás se retiran, y conversaremos acerca del Señor Jesucristo y
de cómo puedes llegar a ser un hijo de Dios”.

Luego, se canta un último coro, se hace una oración final, y se despide al resto del grupo.
Nunca ha dejado de ser un milagro el hecho de que, entre el bullicio, la animación, y el apuro
para salir, hubiera más de un niño que se acerque.
 Algunos vacilarán, moviéndose con lentitud y recorriendo un camino indirecto.
 Otros, vendrán en forma directa.
 Algunos vendrán haciendo ruido.
 Algunos más, vendrán en silencio, y turbados; pero vendrán. Éstos, serán luego atendidos ya sea
en grupo, haciendo confesiones individuales de su fe persona, o, si hay consejeros disponibles,
serán aconsejados personalmente acerca de las bases del evangelio. Podría, tal vez, utilizar de
nuevo, en forma de síntesis, el libro sin palabras.

B.- Otro método para hacer una invitación pública, es pedir a los niños que inclinen su cabeza y cierren
sus ojos.
Brevemente, se repiten las cosas fundamentales, y se da la oportunidad para tomar una decisión.
“Inclinemos la cabeza, y cerremos los ojos. Que nadie esté mirando. Junten sus manos, y les pregunto:
¿Hay algunos de ustedes que nunca ha aceptado al Señor Jesús como Salvador y ahora quiere recibirlo
en su corazón? Si quieres hacerlo, o si lo hiciste hoy, levanta tu mano para que yo te pueda conocer, y
saber así que quieres recibirlo. ¿Hay alguien?”. Siempre es mejor decir “hay alguien”, para que ésta sea
una invitación individual. No señale a los que levantan sus manos. Los niños levantarán su mano muchas
veces más y más alto. En lo que a ellos respecta, no hay otros involucrados en la invitación.

 Espere a que levanten la mano.


 Deles tiempo para tomar la decisión.
 Observe con cuidado, y verá que hay vacilación, indecisión, y finalmente, una fe victoriosa que
se manifiesta cuando el niño levanta su mano. Ésta comenzará a levantarse, y tal vez se bajará
rápido; pero de nuevo el niño comenzará a levantar su mano. Recuerde que el enemigo está
obrando, y tal vez la mano volverá abajo; ¡y luego, con vigor y victoria, la subirá bien alto!

C.- Mientras que los niños tienen aún su cabeza inclinada, guíelos en oración, pidiendo a los niños
creyentes que oren en silencio. Con su cabeza todavía inclinada, pida a los niños que levantaron sus
manos, que pasen al frente.
 Haga una breve invitación a los demás. Diga a los que no levantaron sus manos, pero quisieran
ahora recibir al Salvador, pueden pasar al frente porque usted quiere hablar con ellos acerca del
Señor.
 Deberá esperar un poco de tiempo, y repetir una o dos veces lo que quiere que hagan. Deles
suficiente tiempo.
 Luego, con el grupo delante de usted, explique brevemente el mensaje otra vez, tal vez usando
otra vez el libro sin palabras, y
 Lléveles a un lugar aparte y hable con ellos. Envíe al resto del grupo a una sala adyacente, o de
por terminada la reunión, y continúe en el mismo lugar sólo con los niños que han tomado la
decisión.
El espíritu de decisión individual, y la atmósfera de oración, evitan una respuesta masiva
sin fundamento.

VI.- DESPUÉS DE LA INVITACIÓN, ¿QUÉ?


Otro propósito de la invitación pública, es proporcionar una oportunidad para trabajar en forma
individual con cada niño, y debe ser bien aprovechada. Aquí hay algunos puntos de ayuda para la charla
después de la reunión.
Suponemos que ya se ha realizado mucho del trabajo evangelístico, y que los niños han
demostrado, en alguna medida, el deseo de ser salvos. Las siguientes instrucciones cubren el aspecto más
minucioso de guiar a un niño a Cristo durante el curso de una conversación personal, tal vez sobre la
base de las preguntas que haga el niño en lo referente a las cosas espirituales.

A.- Asegúrese de abrir la Biblia - Ábrala, y manténgala así.


 No sólo debe citarla, sino leerla. El niño debe entender que ésta es la Palabra de Dios para él, y
no los pensamientos o razonamientos del maestro. Sólo así, usted podrá satisfacer algunas
preguntas que pueden surgir sobre enseñanzas un tanto conflictivas con las que el niño ha tenido
contacto.
 Pida al niño que lea en la Biblia, si ya puede hacerlo. Si no lee con fluidez, o si hay varios
presentes, permita que cada uno, por turno, ponga el dedo sobre el pasaje que usted leyó.
 Es conveniente utilizar pocos pasajes. Demasiados textos bíblicos, tiende a confundir al niño, y
a tornar casi imposible la aclaración de cada punto. Use uno o dos pasajes, como máximo, para
cada punto, y tómese el tiempo para explicar cada uno.
 Un método que ha sido útil es la repetición del significado de algunas frases después de haber
leído el pasaje entero.
 Luego, continúe con preguntas apropiadas para ayudar al niño a entender el significado de los
versículos.

B.- Asegúrese de que su explicación del evangelio sea clara


Su pasaje básico será 1 Corintios 15:3. Esta es la definición bíblica sobre el evangelio. Úsela. Lea
el pasaje, y explíquelo. Deje que la conversación sea tan completa, como las necesidades del niño lo
requieran. Si hay alguna duda de que el niño haya sido evangelizado lo suficiente, vuelva a las bases:
 Comience con el amor de Dios y el cielo – Ap. 21:4,21,27; Jn. 3:16.
 Continúe desarrollando el factor del pecado, que ya enseñó con Ap. 21:27, y usando Ro. 3:.23.
 Luego, presente las bases del evangelio de 1 Co. 15:3
o La muerte de Cristo por nuestros pecados
o Su sepultura
o Su resurrección
 Enfatice el hecho de que este evangelio es poder de Dios para salvación de aquellos que creen
(Ro. 1:16).

Señale los cinco pasos básicos del evangelio indicándolos con los dedos, pidiendo que los niños
los repitan:
 Dios me ama
 He pecado
 Cristo murió por mí
 Yo creo en él
 Recibo la vida eterna

C.- Asegúrese de que el Espíritu Santo está obrando


 No es nuestra obra, es del Espíritu Santo. Busque evidencia de que él está obrando. Si es
necesario, espere. Sólo él puede convencer de pecado y de la necesidad de un Salvador, aun
cuando se trate de un niño.
 No fuerce la decisión. Sea tierno. Recuerde que usted es un adulto, y el que está en frente es un
pequeño. El niño vive en el mundo de los adultos y, por lo tanto, puede sentirse presionado a
hacer una decisión aparente sólo por complacer al que le está hablando. No se apresure. Dé lugar
al Espíritu Santo para que, mientras usted continúa con el diálogo, use la palabra que le ha sido
compartida y se produzca la convicción necesaria.
 Observe sus ojos. Son el espejo del alma. Usted podrá ver en ellos la preocupación del niño; su
reconocimiento de pecado; su esperanza despierta; su alegría de recibir al Señor. Esos ojos le
dirán cuándo puede pasar al siguiente punto. ¡Obsérvelos!

D.- Asegúrese de no dar nada por sentado


Haga preguntas a cada paso.

1.- Formúlelas de modo que la respuesta sea evidente.

2.- Por momentos, haga preguntas contundentes para examinar la comprensión que el niño ha tenido de
alguna fase particular de la verdad que le está presentando.

3.- Al leer los versículos que utilice para comprobar las verdades de la Palabra, haga una pausa para hacer
las preguntas que le permitan apreciar la comprensión de los niños, y que confirmen la verdad.

Veamos algunos pasajes que podría usar, y también algunas preguntas útiles.
 Romanos 3:23
o ¿Cuántos han pecado?
o ¿Significa que nosotros también hemos pecado?
o ¿Significa que tú has pecado?
o ¿Es pecado mentir?
o ¿Tú puedes borrar un solo pecado?

 Isaías 53:6: ¿Qué hizo Dios con nuestros pecados?

 1 Corintios 15:3,4
o ¿Por quién murió Jesús?
o ¿Murió por tus pecados?

 1 Pedro 2:24
o ¿Qué hizo Dios con nuestros pecados?
o ¿Cargó también tus pecados?

 Apocalipsis 3:20
o ¿Entrará el Señor Jesús a nuestro corazón si se lo permitimos?
o ¿Tú le dejarás entrar a tu corazón?
o ¿Él prometió entrar?
o ¿Tú lo invitaste a entrar?
o Entonces, ¿entró?
o ¿Puedes señalar con tu dedo el versículo donde Dios hace esta promesa?

4.- Cuando usted utilice otros pasajes, y cuando la ocasión lo requiera, le vendrán a la mente otras
preguntas. Al hacerlas, demuestre que espera respuestas verbales. No siempre es suficiente el
asentimiento con la cabeza. Las respuestas verbales son mejor. Usted tendrá que formular la pregunta
varias veces, o tal vez, reformularla, antes de que obtenga la primera respuesta. Sin embargo, la
experiencia demuestra que, una vez que se rompe el hielo, llega la respuesta. Luego de la primera
respuesta dada, tal vez, con vergüenza y timidez, viene una completa libertad para contestar otras
preguntas y, al desaparecer la timidez, el niño dará sus respuestas tan pronto como comprenda la verdad.

E.- Asegúrese de mantener presente el propósito de que el niño reciba a Cristo – Ap. 3:20
Tantas veces como sea necesario, enfatice el hecho de que la salvación viene por creer en el
mensaje de Dios, el evangelio, y por recibir a una persona: al Señor Jesucristo. No confunda este
propósito con ninguna otra cosa, por importante que le parezca. El Señor tiene su manera de obrar para
que las cosas salgan bien. Su objetivo al enseñar, es que los niños abran el corazón frente a usted. A
través de esa puerta abierta, usted espera que ellos reciban a Jesucristo como su Salvador personal,
permitiéndole que viva para siempre en su vida. Manténgase firme en el lograr ese objetivo.

Apocalipsis 3:20 es un pasaje básico que se usa en forma casi exclusiva con relación a esto. Se
presenta aquí, una transacción que el niño puede entender. Si surgen dudas, deben ser aclaradas. Una
niña de cinco años, después de haber oído este versículo, dijo: “Pero ¿cómo puedo abrir la puerta?”. El
obrero lo relacionó con alguien que toca a la puerta de su casa para entrar, y se le explicó, con brevedad,
que para que esa persona entre, debemos darle permiso. Ella, entonces, respondió de forma inmediata:
“Ah, ¡ya sé! Él no entrará hasta que lo dejemos entrar, ¿verdad?”. En seguida, inclinó su cabeza, y en
una oración, recibió a Cristo en su corazón.

VII.- ¿QUÉ ES LO PRÓXIMO?


La tarea de guiar a un niño a Cristo, es sólo el principio. El trabajo no está terminado, sino que
apenas comienza. Queda aún
 Vivir una vida de fe en el poder del Espíritu Santo
 Hace falta crecer en la gracia y el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo.
 Hay, también, una vida de servicio que debe ofrecerse en la iglesia, por el poder del Espíritu
Santo.

Con frecuencia, las instrucciones completas se dejan en manos de otros. En todo caso, deben
dejarse en las manos del Maestro, y debemos hacer el seguimiento de cada niño en oración, confiando
en que lo que Dios comenzó en la vida de ese niño en particular, lo perfeccionará hasta el día de Jesucristo
(Fil. 1:6).

En ninguna ocasión debe dejar al niño, sin darle, basado en la Palabra de Dios, la seguridad de la
salvación. Puede usar los pasajes de Juan 1:12 y 5:24.

Instruya al niño en aquellas cosas que él puede comenzar a hacer ese mismo día:
 Leer una porción de la Biblia cada día
 Orar regularmente, y en cada oportunidad que sea necesario y tenga oportunidad
 Confesar ante otros a Cristo como su Salvador

NOTAS IMPORTANTES:
 Las conversiones de la niñez, son una ganancia real para la causa de Cristo. No sólo se salva un
alma, sino que también se redime toda una vida.
 Las conversiones de la niñez, resultan en años de servicio cristiano.
 Las conversiones de la niñez, producen vidas cristianas libres de ser estropeadas por años de
pecados vergonzosos.
 Las conversiones en la niñez, resultan en vidas liberadas del miedo a la muerte.
 ¡Qué bendición recibe el obrero cristiano cuando tiene el privilegio de guiar a un niño al Salvador!
LA TAREA DEL MAESTRO

La tarea del maestro cristiano no es fácil ni ligera. Se trata de asuntos sobre el cielo y el infierno.
Hay oposición satánica. Aún en un niño, la naturaleza humana es totalmente depravada. La enseñanza
de la Palabra de Dios a los niños, exige de ellos lo mejor que puedan dar.
 Requiere una dedicación diligente a la tarea que tiene en sus manos.
 Exige una preparación a través del estudio.
 Se necesita oración constante, una
 Devoción incesante, y una
 Atención sincera a cada detalle.

Existe la idea equivocada de que, al enseñar la Biblia, el maestro sólo transfiere a su alumno
alguna información que éste no tenía. Enseñar es mucho más que eso. La verdad se comprende mejor
por la forma en que la vivimos. Su personalidad debe demostrar que la verdad que enseña, es algo muy
real. La clase debe sentir el poder de su personalidad en la verdad que enseña. Su constante aspiración
debe ser: combinar la verdad que le transmite al alumno, con el ejemplo de su vida. La verdad debe ser
manifiesta en su diario vivir, y no sólo en lo que dice con sus labios (1 Ti. 4:16).

I.- EL MAESTRO
A.- Debe ser un cristiano nacido de nuevo
Si usted no conoce el camino, ¿cómo puede guiar a otros? Si no ha tenido una experiencia personal
de salvación por medio de Cristo, ¿cómo espera hacer su trabajo? ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? El
fundamento sobre el cual debe edificar el maestro, está en Juan 3:7: “Os es necesario nacer de nuevo”.

B.- Debe, además, tener un propósito definido en la enseñanza


Este propósito, debe ser el correcto. Entre los obreros del Señor, no debe haber lugar para las
ambiciones personales. Si la motivación correcta para su trabajo ha sido reemplazada por su deseo de
prominencia y de ocupar un lugar donde pueda ser visto, está en el camino equivocado. La enseñanza de
la Palabra de Dios requiere un examen cuidadoso de los propósitos y los motivos.

C.- Debe ser también consciente de lo sagrado de su tarea, y del depósito que se le confía, además
de la tremenda responsabilidad que implica el uso de la Palabra de Dios cuando están en juego las almas
de los niños. ¡Esta es una tarea muy seria!

II.- EL MÉTODO DEL MAESTRO


¿Qué enseñamos? ¿Una lección? Más que eso. Cuando se le preguntó a un niño si había aprendido
de Jesús en su clase, respondió que no, porque esa lección estaba al final del libro. Con su respuesta, el
niño estaba poniendo en evidencia al grupo de maestros que meramente enseñan una lección.

A.- Nuestra enseñanza es la enseñanza de la cruz


Esto es clave. Es el fundamento. Todo lo demás, proviene de la transacción del Calvario. Por
tanto, cada lección debe señalar a la cruz. Debemos

1.- Presentar el evangelio en cada lección


No es necesario que ocupe la lección entera, pero sí que ocupe algún lugar.
2.- Cada niño debe tener la oportunidad de escuchar, en cada reunión, la historia de la redención, aunque
sea en forma breve. No solo esto, sino que debe tener una oportunidad para recibir al Señor Jesucristo,
que murió por él en la cruz.

B.- Además de la importancia de la cruz, está la de la tumba vacía


Las dos están ligadas de manera inseparable. Aquellos que vez tras vez están alcanzando a niños
nuevos, saben que, por lo general, hay en la misma clase dos grupos de necesitados: los que aún no han
sido salvos, y los que sí lo son. Cada grupo tiene sus necesidades particulares, ya sea de Cristo como
Salvador, o de Cristo como Señor. Debemos tenerlo en consideración todo el tiempo. El problema, es
saber enseñar de tal manera que se puedan satisfacer las necesidades de cada grupo.

Teniendo en cuenta que el amplio ministerio de enseñanza que realiza el Espíritu Santo no puede
llegar a ser eficaz en el individuo hasta que su vida no se constituya en la morada de él por el nuevo
nacimiento, la conversión debe ser la meta básica.

1.- Primero evangelice

2.- Luego, su enseñanza de la Palabra podrá lograr que el niño reciba las cosas del Espíritu de Dios, y
que llegue a “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”, 2 Pedro 3:18; pero,
también es verdad que “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las pueden entender, porque se han de discernir espiritualmente”, 1 Co. 2:14.

Entonces, cada lección debe combinar los dos elementos en la proporción que lo requiera la
composición de la clase. El maestro debe proveer para el niño que aún no ha sido salvo. Él necesita
comprender bien el camino de la salvación, aunque sea explicado en forma breve. Esto es algo que puede
lograrse. Ninguno de los sermones escritos de Spurgeon falló en esto, considerando aún aquellos
mensajes en los que se dirigía a los creyentes. También está el niño que ya recibió a Cristo. Sus
necesidades son del todo distintas. Ha recibido una nueva vida en Cristo, pero necesita desarrollarse en
su andar con Dios.

3.- Su responsabilidad como maestro, es descubrir cuál es la necesidad que hay en el corazón de cada
niño a quien está ministrando la Palabra de Dios.

C.- Será necesario que estudie lo más que pueda a los niños con los que trabaja, si es que quiere
satisfacer sus necesidades.

1.- Acérquese al nivel de su necesidad

2.- Edifique cada vida desde su nivel, recordando que “nadie puede poner otro fundamento que el que
está puesto, el cual es Jesucristo”, 1 Co. 3:11.
Su meta debe ser: llevar a los niños a Él y edificarlos en Él. Podrá alcanzar esto para todo el
grupo, solo si lo logra en forma individual, con cada uno.

III.- EL PROPÓSITO DEL MAESTRO


El maestro de niños que alcanza éxito, tratará de lograr en cada lección tres cosas esenciales:
 Comunicar el conocimiento de la Biblia, en forma tal, que las capacidades mentales de cada
alumno puedan asimilarlo.
 Ilustrar y aplicar el conocimiento impartido hasta el punto en que despierte las emociones,
para que el alumno pueda sentir lo que debe “hacer”, o “ser”, de acuerdo con lo que aprendió. No
se alarme por la expresión “despertar las emociones”. Como veremos en seguida, ésta es una
actividad muy importante de la mente.
 El maestro animará al alumno para que haga lo que siente que debe hacer.

A.- Alcanzando la voluntad


NUNCA OLVIDE ESTO: Las operaciones de la mente pueden ser resumidas en tres divisiones:
Conocimiento, sentimiento, voluntad.

1.- Conocimiento
Involucra las capacidades de la mente, tales como, la
 Memoria
 Imaginación
 Deliberación
 El juicio
 El razonamiento

2.- Sentimiento, o las emociones


Comprende aquellos estados de la mente que producen placer o dolor, como el
 Amor
 Odio
 Enojo
 Celos
 Alegría
 Aflicción
 Vergüenza

3.- Voluntad
Abarca los estados mentales que conducen a la acción, tales como
 El impulso
 La decisión
 La acción

Cuando usted enseña la Palabra con eficacia, sus alumnos ejercitan estas tres operaciones de la
mente, y siempre en ese orden. Por ejemplo:
 Usted presenta el mensaje del evangelio, y su alumno lo escucha con inteligencia (conocimiento).
 Ilustra y aplica la verdad, hasta que el alumno se da cuenta que él no es salvo, pero desea hacerlo
(sentimiento).
 Entonces, él decide recibir a Cristo como su Salvador, y actúa (voluntad).

Como maestro, debe seguir los dos primeros pasos del proceso, antes de tener la esperanza de
poder conquistar el centro de la voluntad de su alumno. Muchos tienen la idea equivocada de que
presentar los hechos y desafiar a la acción, producirá la decisión del alumno; pero no es así, hay que dar
el segundo paso.

B.- El poder detrás de la voluntad: el sentimiento


No nos alarmemos sobre este tema de despertar los sentimientos de los alumnos.
1.- La voluntad nunca se ejercita, sin que se estimulen las emociones.
Esta es la forma en que el Señor creó el género humano. Nadie actúa sobre la base del
conocimiento, sin que intervengan los sentimientos, ni siquiera los intelectuales. El orden siempre ha
sido, es, y será:

2.- Que la voluntad mueve a la acción. Conocemos claramente, sentimos profundamente, actuamos
rápidamente.
 La verdad incita a los sentimientos
 Los sentimientos mueven la voluntad
 La voluntad produce la acción

Lo que procuramos, es que se produzca la acción.

¿Por qué los sentimientos mueven la voluntad? Es así: Cuando se despiertan los sentimientos por
la verdad, se ha hecho una impresión profunda. Una impresión de este tipo, siempre busca expresarse de
algún modo. Cuanto más profunda sea la impresión que se haga, tanto más intensa será la emoción que
se sienta, y será más urgente el deseo de ponerlo por obra por medio de la acción. Un hombre que se
haya enojado con violencia, puede llegar a destruir cosas. Un niño, podrá tirarse al piso, patalear, y
chillar. Las expresiones pueden diferir, pero la acción es similar en ambos casos.

3.- Como puede apreciar, el sentimiento es la central eléctrica cuyo combustible es la información
No intente transitar desde un montón de combustible de conocimiento, a las líneas de alta tensión
de la acción, sin pasar por la central eléctrica de la emoción. No se puede hacer.

Esto es verdad tanto con respecto a la mente de los niños, como a la de los adultos. No hay
diferencia. Todos actúan de la misma forma. Por lo tanto, no tenga temor de despertar las emociones en
sus alumnos. Más bien, intente despertarlas mediante la clase correcta de conocimiento: los hechos de la
Palabra de Dios.

C.- Tres pasos


1.- Debe despertar la mente de sus alumnos, y dirigirlos a los hechos que desea recalcar
El alumno debe comprender los hechos que usted le presenta. Debe recibirlos.

2.- Debe ilustrar y aplicar esos hechos, hasta el punto en que se pongan en juego las emociones del niño,
y éste sienta que debe hacer algo.

3.- Por último, la fusión del conocimiento y el sentimiento debe arder como una llama cuando se produce
la convicción, y se ejerce la voluntad por medio de la decisión: “Haré esto”, “Seré aquello”.

Nuestro interés está en la voluntad, para que esta sea sometida a Cristo. Éste propósito es bueno.
Asegúrese de que el procedimiento sea el correcto. Así como no hay dos huellas digitales iguales,
tampoco hay dos mentes iguales. Sin embargo, los accesos principales para llegar a la voluntad, son
siempre los mismos. En algunos, una medida de conocimiento, más una doble medida de sentimientos,
producirá la acción. En otros ocurre que, con mucho conocimiento, y poco sentimiento, se llega al mismo
resultado; y entre estos dos, hay muchos matices.

Tenga en cuenta que los pasos son siempre los mismos: Conocimiento, sentimiento, voluntad.

IV.- LA NARRACIÓN ES LA CLAVE


Ningún medio de enseñanza ofrece una oportunidad para alcanzar la voluntad del niño por medio
de los sentimientos, como lo hace una historia bien narrada. Este es el método de enseñanza ideal. Nuestro
Señor lo usó una y otra vez, con efectos significativos en sus oyentes. Ese debe ser también nuestro
método.

Una historia es eficaz si se ejercita la imaginación del alumno. Si el conocimiento es el


combustible que llega a la central eléctrica del sentimiento, entonces, la imaginación es la leña que
comienza el fuego. La imaginación incita a los sentimientos, y ya hemos aprendido que este es el paso
que antecede a la acción de la voluntad.

A.- El valor de la narración


Cuando presentamos las verdades en forma vívida, se convierten en realidad en la mente.

1.- La imaginación fortalece la memoria, de tal modo, que una vez que veamos la verdad con la
“imaginación”, queda fijada con intensidad. ¿Por qué recordamos las historias de la niñez? Porque una
vez la imaginación las hizo reales.
 Las vivimos, y llegaron a ser una parte vital de nuestro equipaje de experiencias.
 Cuando utilizamos en la enseñanza el método narrativo, los personajes de la Biblia se convierten
en personajes reales, y podemos observarlos como individuos.
 Podemos resaltar de tal forma sus peculiaridades, sus debilidades, y sus virtudes, que la
imaginación del niño toma esos personajes, los viste de realidad, y vive ese tiempo con ellos. El
personaje camina con ellos, y les habla.
 De esta forma, los personajes de la Biblia son una influencia viviente para el alumno.

2.- La narración enseña por la vía de la identificación


 El alumno, por medio del poder de su propia imaginación, llega a identificarse con el personaje
principal de la historia. En realidad, él se convierte en ese personaje principal. Mientras se
desarrolla la historia,
 Siente que todo lo que le sucede al héroe, le está sucediendo a él:
o Sufre con él
o Se alegra con él
o Lucha con él; y
o Triunfa con él
En ese momento, el alumno es el David que está ganando la victoria sobre Goliat; es
Moisés junto a la zarza que ardía y no se consumía; es Pablo en el camino a Damasco; o quien
sea el personaje de la historia.

B.- Una característica de la niñez, es que los hechos y las fantasías se deben combinar unos con
otros.
El niño vive todo el tiempo en “el país de las maravillas”. Para él, la fantasía puede cambiar las
cajas en castillos, las escobas en caballos, las piedras en frutas y pasteles. Esta capacidad innata del niño,
de ejercitar su imaginación, le hace posible introducirse en la historia, y convertirse en el personaje
principal. Sin embargo, debe notarse que los niños muy pequeños no pueden distinguir entre la fantasía
y la realidad, en especial, cuando las cosas que pueden ver (los dibujos animados en la televisión) son
fantasías; mientras que las que no puede ver (como al Padre celestial) son realidad. El maestro debe
ayudar al niño a distinguir y captar este concepto, entre toda una gama de verdades espirituales abstractas,
teniendo en cuenta que su sistema de creencias se basa en un proceso que incluye el tiempo y la madurez.
Una vez más, afirmamos que hay tres pasos relacionados con la mente y el aprendizaje: Conocimiento,
sentimiento, voluntad. Analice cómo la historia, con facilidad y naturalidad sigue este camino hacia la acción. En
primer lugar, aporta los hechos que deben ser conocidos, y lo hace de la manera más aceptable, presentándolos en
la corriente de acción de la historia. La mente del niño los capta como algo común y, a medida que la imaginación
los hace reales, son acumulados en el tesoro de la memoria.

Como puede apreciar, la narración de una historia es el método ideal para la enseñanza. Por consiguiente,
utilícelo.

V.- DOS VARIEDADES DE HISTORIAS


A.- La historia como ilustración
Es la historia que ilustra una verdad bíblica.

1.- Por lo general, se trata de una historia que no se refiere a un hecho real

2.- Se centra en sí misma, y

3.- Suele terminar con una aplicación bíblica


Muchos maestros usan este tipo de historias con cierto éxito. Sin embargo, no es el mejor método. Fracasa
al no tener en cuenta el sistema con que actúa la mente.
Una historia así, despierta los sentimientos con información que no proviene de la Palabra de Dios, sino
que constituye el vehículo al cual la Palabra de Dios se acopla. La aplicación bíblica aparece después que los
sentimientos han sido despertados. Este no es el mejor orden, y es dudoso que el conocimiento que se agrega al
final de la historia sea en realidad absorbido.

4.- También es cuestionable si la voluntad será alcanzada en forma eficaz, ya que, siguiendo una secuencia de este
tipo, hay poca consistencia en el modelo de enseñanza: información secular, o moral, sentimientos; aplicación
bíblica; apelación a la voluntad.
Estas historias “casi” bíblicas, pueden tener su lugar como una ilustración incorporada a una historia
bíblica. Sin embargo, no deberían ser preponderantes.

B.- La historia bíblica


Hay un concepto erróneo de que los niños deben recibir una información bíblica bien diluida. Es por este
motivo que el tipo de historias como el que acabamos de describir, ha entusiasmado a tantos maestros; pero hay
un camino más excelente.

1.- Los niños no necesitan recibir la leche de la Palabra mezclada con agua. La pueden recibir tal como es.

2.- Si esta es la Palabra que Dios ha revelado para que la usemos para salvar almas, y edificarlas en Cristo, entonces
nuestros mensajes e historias deben tener tanto contenido bíblico como sea posible. Deje que sus historias sean
bíblicas, tomadas del texto de la Palabra de Dios. Esto es razonable, ya que no acercamos a la mente del alumno
sobre la base de impartir el conocimiento bíblico.

3.- Este conocimiento, aplicado e ilustrado, enciende las emociones, y es captado por la imaginación y, cuando la
voluntad actúa, lo hace sobre base firme. El orden es el correcto, y los resultados son seguros.

Las historias basadas en experiencias reales, despiertan la imaginación de los niños. A ellos les encantan
los héroes, y les gusta oír sobre las hazañas valientes de los hombres. Entonces, ¿no es sabio usar las historias
reales y verídicas de la Biblia?

4.- Felizmente, la Biblia puede ser el libro de historias más atractivo, si lo sabemos manejar en forma correcta.
Permita que se la fuente de recursos para sus historias.
CÓMO ENSEÑAR LA BIBLIA

I.- EL EVANGELISMO DE LOS NIÑOS ES UN MINISTERIO DE ENSEÑANZA


 Bajo la ley, Dios mandó a los padres que enseñaran sus mandamientos diligentemente a sus hijos
cuando eran pequeños (Dt. 6:4-9).
 En Efesios 6:4, se ordena a los padres criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del SEÑOR.
Esto quiere decir, que cuando los niños pequeños hay que darles todo el consejo de Dios, de
acuerdo con las normas de la Escritura.
 Jesús fue el más grande MAESTRO. Nos ordenó enseñar a todas las naciones a “guardar todas
las cosas que os he mandado”, Mt. 28:19,20. En este texto, vemos claramente que la enseñanza
es necesaria, antes de que confiesen a Cristo, y que mucha enseñanza debe seguir a esto.
 El Señor “dio maestros para perfeccionar a los santos”, y esto se aplica a todos los nacidos de
nuevo, ya sean niños o adultos (Ef. 4:11,12). Los pequeños santos necesitan enseñanza quizá más
que otros, y si se les enseña fielmente cuando son pequeños, no podrán ser “llevados por otros
vientos de doctrina”, Ef. 4:14, cuando sean mayores.
 El plan de Dios es que las Escrituras sean enseñadas por maestros llenos del Espíritu Santo, y
que, a su vez, sean maestros enseñados por él mismo.

II.- LO QUE IMPLICA LA ENSEÑANZA


A.- En primer lugar, enseñar es importar información o declarar hechos
Los hechos de la Escritura, que son los más poderosos del mundo y, naturalmente no son
conocidos, deben entonces ser enseñados. Cada uno de los niños es un aprendiz, y todos los que le rodean,
inconscientemente son sus maestros. Si no les enseñamos las verdades de Dios, entonces su mente se
llenará con los errores de este mundo; pero la enseñanza verdadera imparte la verdad de Dios, y pone esa
verdad en orden, simplificándola para que pueda ser comprendida y aplicada a la vida.

B.- Nadie puede enseñar las verdades de Dios, con excepción de aquellos que las conocen
Los que las conocen, y no las viven, sin indignos de enseñarlas. El Espíritu Santo es el Maestro
más grande de todos; pero él enseña por medio de la Palabra. No por la Palabra abandonada, una Biblia
olvidada, sino por medio de la Palabra que se lee y estudia para enseñarla.

El mundo está lleno de religión e irreligión. Si no enseñamos el evangelio fielmente, nuestros


niños vendrán a ser religiosos, o irreligiosos, pero nunca verdaderamente cristianos. Recordemos que las
verdades de Dios son “discernidas espiritualmente”, 1 Co. 2:14. A los que perecen, son insensatez, y
para los que son salvos, son el poder de Dios.

C.- Tenemos derecho para esperar y rogar que el Espíritu Santo ilumine los corazones y mentes de
los que no son salvos, para que puedan comprender el evangelio sencillo, y puedan creerlo para ser
salvos cuando lo enseñamos.
Toda experiencia, muestra que el evangelismo que no imparte al que pregunta los hechos del
evangelio, causa desilusión.

D.- El Espíritu Santo no hace por nosotros, lo que se nos ha ordenado hacer
Se nos ha ordenado predicar el evangelio, pues esa es nuestra tarea, y no la del Espíritu Santo. Su
trabajo (de él) es iluminar, convencer, enseñar como enseñamos, y no lo hace independiente de la Palabra,
y luego, regenerar. Esperar que el inconverso avance en conocimiento espiritual y comprensión, es
absurdo. Así que, si no evangelizamos a nuestros niños, ellos no podrán crecer en conocimiento
espiritual. De aquí, que su desarrollo espiritual esté estancado, mientras su educación física, mental y
emocional, está desarrollándose para bien o para mal. Debemos enseñar a evangelizar. Enseñar el
evangelio sencillo. Debemos evangelizar para enseñar. Si un niño no es evangelizado y nacido otra vez,
le habremos cerrado las puertas de toda enseñanza espiritual. Tratamos de enseñarle, y él se subleva.
¿Hay alguna razón para que nos extrañemos de su actitud? Sería como tratar de dar de comer avena a los
gatitos.

III.- LA ENSEÑANZA QUE DEBE PRECEDER A LA ACEPTACIÓN DE CRISTO


A.- El niño debe conocer el evangelio, o no podrá creerlo; y si no lo cree, no podrá ser salvo.
El orar con un niño, y no enseñarle el evangelio, si no lo ha escuchado con anterioridad, es colocar
la oración en mal lugar. Muy pocos son los niños que conocen el evangelio, aún de entre aquellos que
asisten a una Escuela Dominical. Si es que dudamos de esta afirmación, basta con preguntar a varios de
esos niños cómo podemos ser salvos. Encontrarán que, la gran mayoría, contestará: “Siendo buenos”,
“orando”, “siendo miembros de la iglesia”, etc. El niño que da tal respuesta, da muestras muy evidentes
de una ignorancia absoluta de lo que es el evangelio.

Gracias a Dios que el evangelio es un mensaje sencillo y limitado. Tan sencillo, que hasta un
niñito pequeño lo comprende. Por eso, el apóstol Pablo lo declara en una sola oración: “Cristo murió por
nuestros pecados conforme a las Escrituras y… fue sepultado y… al tercer día resucitó conforme a las
Escrituras”, 1 Co. 15:1.4. También dice que por este evangelio “sois salvos”, explicando claramente que
todo lo que es necesario es saber y creer, porque la salvación está contenida en esas palabras que están
en una oración. En otra parte, el apóstol dice: “este es el evangelio que también recibí”; y en Gálatas
1:12 dice que lo recibió directamente del Cristo resucitado. En romanos 1:16 dice que el evangelio (este
mismo evangelio), “es poder de Dios para salvación a todo aquél que cree”.

Este evangelio es tan limitado, que Pedro predicó todo un sermón, incluyendo la información que
se encuentra en Hechos 10:34-43, y que contiene solamente 217 palabras. Fue un sermón poderoso, y
muy bendecido por Dios, pues vemos que resultó en la conversión de “todos los que le oyeron”. Un
ministro podrá predicar cien sermones, todos ellos bíblicos, pero sin contener en ellos una partícula del
evangelio. Un maestro puede hacer lo mismo con cien lecciones, pero no olvidemos que el evangelio es
un mensaje sencillo y limitado. En los 24 volúmenes de sermones de Carlos H. Spurgeon, cada sermón
tiene en sí el evangelio. ¡No nos extrañe que diez mil almas hayan encontrado a Cristo como Salvador
en la iglesia que él pastoreaba! Cuán triste es decir que eso, desgraciadamente, no es posible en muchos
de los sermones que escuchamos en la actualidad.

Analicemos este evangelio sencillo, para que veamos más claramente, y con más exactitud, lo
que, en primer lugar, debe saber un niño, y luego creer, a fin de ser salvo.

 CRISTO – El enviado de Dios, es el Hijo unigénito de Dios


 MURIÓ – Dio su misma vida (se hizo hombre para estar sujeto a la muerte)
 POR – Al morir, lo hizo por nosotros, tomando nuestro lugar como nuestro sustituto
 NUESTROS – Él murió por los pecados tanto de los adultos como de los niños
 PECADOS – Todos somos pecadores, y tan malos, que solamente Cristo, muriendo por nuestros
pecados, nos puede salvar.
 CONFORME A LAS ESCRITURAS – Las Sagradas Escrituras prueban que Jesús es Aquél a
quien Dios envió.
 FUE SEPULTADO – Tanto nos amó, que se entregó por nosotros. Murió, y su sangre fue
derramada por nuestras culpas.
 RESUCITÓ – Este es un milagro poderosísimo que revela el hecho de que su sacrificio fue
aceptado ante Dios.
 AL TERCER DÍA – Fue una obra completa. La deuda por nuestros pecados fue pagada
totalmente.
 CONFORME A LAS ESCRITURAS – Ellas dijeron con anterioridad lo que Cristo iba a hacer,
dándole el sello del endoso completo de Dios.
Cuando un pecado convicto recibe a este mismo Salvador en su corazón como Salvador personal,
ese pecador nace de nuevo en un instante. Todo esto es tan sencillo, que hasta un niño puede entenderlo,
si se lo explica un maestro que sabe cómo simplificar la verdad. Este mismo evangelio está declarado
por nuestro Señor en Juan 3:16 solamente en 30 palabras. Esta enseñanza siempre deberá tener por
culminación el dar al niño la oportunidad de que en ese mismo instante reciba al Señor como su Salvador
personal.

Un evangelista que dedica mucho tiempo al evangelismo de los niños, ha compartido el dolor que
ha sentido al tener que dejar a sus niños convertidos, frecuentemente, en manos de aquellos que no lo
seguirán enseñando como debe ser.

B.- Al niño que ha aceptado a Cristo, debe asegurársele, por medio de la Palabra de Dios, que es
salvo, hasta que el Espíritu Santo le haga comprender esta verdad en su corazón.
El Espíritu Santo no lo hará si el niño es solamente uno que “pretende” haber aceptado a Jesús.
Esta enseñanza acerca de la seguridad, debe repetirse frecuentemente, porque el niño es un ser inclinado
a dudar de su salvación (1 Jn. 5:10-13; Jn. 3:36; Hch. 13:38,39).

C.- Como una práctica, debe enseñársele a orar, una oración real
 Para que crea
 Cómo orar para libertarse del pecado cuando éste lo tiente
 Cómo orar por las necesidades y por la salvación de la familia y de los compañeros de juego (1
Jn. 1:9).

D.- Cómo y dónde confesar a Cristo y testificar de él, son cosas que se le deben enseñar bien
claramente.

E.- Debe enseñársele cómo usar la Biblia, cómo encontrar los versículos, cómo leerla; pero puesto que
un niño rara vez lee algo con persistencia, mucha de la enseñanza debe ser aprendida de memoria en la
clase; por eso deben enseñársele los textos que le sean más usuales durante su niñez.

F.- Se le debe guiar para que ore y labore por la salvación de otros, trayéndolos a la clase, o a Cristo.

G.- Se le debe enseñar conducta cristiana, de tal manera que la aprenda de la misma Palabra de Dios,
y no de aquellos a quienes no conoce y que no saben qué es bueno y qué no lo es ante los ojos de Dios.
 Debe saber sus deberes hacia Dios
 Hacia los demás
 Con su casa
 Con su iglesia, y
 Para con su país
H.- Mucha enseñanza sencilla acerca de cómo salir victorioso sobre los hábitos pecaminosos
Diga al niño que Jesús vino a su corazón para vivir en él cuando lo aceptó, y que tendrá victoria
sobre el pecado si se rinde completamente a Cristo y confía en él.

I.- Enseñarle las grandes doctrinas de la Biblia renglón por renglón, como verdades vitales. Entre ellas

1.- La inspiración de la Biblia.

2.- La fe, la gracia, la regeneración, la expiación, la consagración, las recompensas, y otras doctrinas.

3.- La Trinidad:
 El Padre – Como
o Creador
o Padre
o Juez, que tiene todo el poder, todo el conocimiento, que siempre está presente.
 El Hijo – Como
o Salvador
o Señor
o Pastor
o Rey que viene.
 El Espíritu Santo – Como una persona que
o Enseña
o Da poder
o Santifica
o Guía.

4.- Historia, biografías y geografía bíblicas.


El maestro debe trabajar de tal manera, que haga todas estas verdades tan sencillas, que hasta los
más pequeñitos las puedan comprender. Las ilustraciones objetivas deben usarse variadamente. Bajo este
sistema de enseñanza, los niños crecerán en gracia y en conocimiento, y podrán vivir para Cristo
experimentando su poder sobrenatural en su vida desde pequeños. Esto los fortificará para los días
futuros, cuando tengan contacto con la atmósfera de duda y mundanalidad, y tengan que pasar por las
tentaciones de la juventud

Al venir al Señor en una temprana edad, también les llamará pronto a los sitios de servicio donde
él quiere que laboren para que una vida larga pueda dedicarse a ese servicio, si el Señor no viene antes.

Los niños así enseñados, se desarrollarán en hombres y mujeres cristianos que llegará a ser
columnas del templo del Dios viviente.

Los maestros, y también los alumnos que han probado la fascinación del verdadero estudio de la
Biblia, están enseñados para siempre, y jamás gustarán de los métodos vacíos empleados para solamente
entretener a los niños durante la hora de la Escuela Dominical, o a quienes solamente les cuentan
historietas de otra índole, como si no tuvieran la capacidad para aprender algo más importante. Cuando
recordamos que las tres cuartas partes de la educación de un niño se obtienen durante sus primeros años,
nos damos cuenta que los métodos vacíos de enseñanza cristiana resultarán completamente perjudiciales.
Cuando los niños son aún muy pequeños, debemos dedicarles horas que serán muy preciadas,
porque es cuando ellos están deseosos de aprender; cuando recuerdan con mucha habilidad, y están listos
para creer cada cosa de las que les contemos. Entonces, debemos llenar hasta el borde sus corazones con
las preciosas enseñanzas de las verdades de Dios, dándoles tales cantidades, y de una manera tan
atractiva, que su apetito espiritual pedirá cada vez más.

IV.- ¿CÓMO ENSEÑARLA?


Los padres, colocados como están en el mundo incomparable de hoy, afrontando el insondable
futuro próximo, y poseyendo un libro de guía con sus enseñanzas eternas cuidadosamente presentadas,
todavía tienen el problema de hacer que aquellas enseñanzas lleguen a manifestarse de manera natural
en sus hijos que van creciendo.

A.- Con el ejemplo


Primero, está la inevitable influencia del ejemplo. Sobre esta fase del asunto, no se puede decir
demasiado. Ninguna enseñanza, por fuerte que sea por la vía oral, puede alcanzar la fuerza y el poder del
ejemplo. El adagio: “Lo que eres, habla tan fuertemente, que no puedo oír lo que dices”, es tan verdadero
hoy, como el día en que fue escrito.
 No podemos hablar a los niños de un Dios que comprende los motivos y las expresiones de su
corazón, y luego, dejar de comprenderlos e interpretarnos nosotros mismos.
 No podemos citar aquel “espíritu afable y apacible, el cual es de grande estima delante de Dios”
(1 P. 3:4), y luego, permitir que nuestra propia irritabilidad contradiga las palabras ante el niño
vivaz.
 No podemos aconsejar al niño que busque a Dios en la oscuridad y en la tormenta, si Dios no es
real para nosotros en semejantes ocasiones.
Nuestra conducta se echará de ver a través de nuestras actitudes y acciones, mucho más
poderosamente que por medio de palabras. “Depende de nosotros: padres, maestros, mamás, no sólo
entregar el mensaje de Dios a los niños desde el principio, sino también, el formar nuestra vida de tal
manera que ésta revele Su misma presencia”, declara un autor.

B.- Con el trato personal


1.- Su importancia
Como no hay fuerza instructiva como la del ejemplo, no hay sustituto para el trato personal entre
los padres y sus hijos. Los padres son personas muy ocupadas. Ellos están en los años maduros de
conquistas, y el mundo exterior los está llamando a cada hora del día; pero la primera obligación está en
su hogar. Con esta bien cumplida, su influencia en el mundo exterior se multiplicará y vivirá por más
tiempo. Una madre, conocida por su trabajo fuera del hogar, se dio cuenta de la preeminencia de su tarea
en él, tomó una decisión: “Me retiraré del mundo, y reapareceré en las vidas de mis hijos”; y cuando
éstos llegaron a ser adultos, cada uno sobresalió en su profesión escogida y en el servicio en su población.
Ellos pudieron lograr más en número y en personalidad, de lo que la madre hubiera podido hacer ella
sola.

2.- El método de grandes maestros


Al hacer lugar para el cuidado personal, nos alineamos con algunos de los más grandes maestros
en la historia del mundo. Jesús vivió con sus discípulos como un padre lo hace con sus hijos, día y noche.
Tal compañerismo durante las horas comunes de trabajo y juego en las tareas colaterales, como en las
asociadas, es un medio rico de enseñanza doméstica. En tales ocasiones, Jesús hacía uso de: preguntas,
relatos, tareas asignadas, repaso de la historia, recompensas y castigos, ejemplo, oración, ternura y
censura.
3.- Dedicar tiempo
Los padres pueden dedicar tiempo a sus hijos cuando hay la voluntad de incluir esto en el horario
del día.
 Una mamá que desempeña un trabajo de interés nacional, comentó: “He puesto aparte un período
del día para estar a solas con cada una de mis hijas. Ellas están en el colegio desde las nueve de
la mañana hasta las cinco de la tarde, y en ese tiempo, yo tengo que hacer todo mi trabajo de
afuera. Cuando ellas están en casa, yo estos allí, y me dedico exclusivamente a mi esposo y a
ellas”.
 Otra mamá, esposa de un prominente pastor de iglesia, cuenta cómo ella hacía el plan del día: A
las nueve de la mañana, cuando los niños van a la escuela, nosotros cerramos la puerta de la casa
tras nosotros, y salimos a estudiar, a trabajar, y a visitar, para estar de vuelta para recibir a los
niños cuando regresen”.
 Un padre de tres niños, se dio cuenta de que estaba perdiendo los años más dulces e importantes
de la vida de ellos, de modo que fijó de nuevo sus horas de trabajo, para tener compañerismo con
ellos. Él dice: “Las horas de la cena, y las siguientes, son de ellos. Jugamos, leemos, y
aprendemos. Cuando llega la hora de acostarnos, vamos todos juntos. Para las cuatro de la
mañana, me he disciplinado para levantarme e ir al trabajo. Realmente es más fácil hacer, en la
frescura del día, lo que había estado dejando para las horas de la noche”.

C.- Con selecciones apropiadas


Un tercer método de enseñar la Biblia en el hogar, es por medio de selecciones apropiadas. Una
señorita que por muchos años ha trabajado con niños en la Escuela Dominical, refirió cómo su madre
empleaba este método. Cada día, por la mañana, ella reunía a sus hijos, y les daba un versículo para que
lo aprendieran de memoria. Este versículo, tenía que ver con actitudes y conducta. Ellos tenían que
observarlo como su lema, hasta poderlo poner en práctica en su vida. Cuando llegaba la noche, ella
preguntaba qué progreso habían hecho. Su conducta tenía que mostrar que lo habían hecho una parte de
su vivir, si no, el mismo versículo era retenido hasta que lo hicieran. Otra mamá, siguió un plan
especialmente útil para el ambiente de la familia en ese momento. A grandes rasgos, trazaba un versículo
en un cartel, y lo colocaba en la pared antes de que la familia se despertara. La sorpresa del nuevo
versículo, siempre creaba interés en la familia. Aquél versículo “misterioso” quedaba por varios días,
siendo leído y releído debido a su posición prominente, y después, venía uno nuevo a ocupar el lugar.

D.- Con la conversación espontánea


1.- Las preguntas de los niños, esos heraldos que anuncian que las compuertas de la mente están abiertas,
sirven como oportunidad inestimable para darles enseñanzas bíblicas.
Éstas, no deben ser necesariamente calificadas como procedentes de la Palabra de Dios. Algunas
veces, una historia bíblica en aderezos modernos, llevarán la verdad a los oídos más atentos.

2.- No sólo las preguntas, sino también los incidentes que cuentan los niños, son de grande significación
para el padre precavido.
Les han sucedido a ellos, y a otros, experiencias que necesitan interpretación e instrucción. En la
riquísima Palabra de Dios se halla una solución para todas las situaciones.

3.- Busquemos profundamente en


a.- La vida y enseñanzas de Jesús

b.- En la conducta de los primeros discípulos


c.- En los preceptos de los escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento y,

d.- Hallando principios, apliquémoslos al curso de acontecimientos diarios.

E.- Con versículos de memoria


Parece que en años idos se hacía más hincapié al trabajo de memorizar trozos de la Biblia en el
hogar, de lo que se trata de hacer hoy. Demasiada confianza en la Escuela Dominical moderna, tal vez
ha dado a los padres una excusa para descuidar este trabajo tan importantísimo; pero la Escuela
Dominical, por eficiente que sea, no puede, en los 30 minutos del período de la lección, ocupar el lugar
del estímulo que en el hogar se puede dar al aprender de memoria la Escritura. Los adultos de nuestros
días, en cuyos hogares paternales se les exigió aprender pasajes bíblicos, cuentan de su incomparable
valor para ellos durante toda la vida. El período de oro para usar la memoria, es aproximadamente, entre
los ocho y los doce años. Lo que los niños atesoran en sus mentes durante estos años, tiende a ser mucho
más permanente. Puede ser que el niño no comprenda en ese momento todo lo que repite, pero las
palabras quedarán grabadas en su mente y, a medida que vengan a su vida experiencias y reflexiones,
estos pasajes empezarán a tener mayor importancia. “Os recordará todas las cosas”, es una promesa de
la obra del Espíritu Santo en el corazón, pero nunca nos puede recordar algo que nunca hemos aprendido.

Podemos aplicar algunos de nuestros modernos métodos de enseñanza a esta buena costumbre de
aprender versículos de memoria. Un escritor dice: “El mejor valor para la buena instrucción, es la
atención involuntaria captada y retenida por un genuino interés”. Las experiencias del niño en la vida,
producen esta atención involuntaria. En su trato personal con el niño, el padre puede aprovechar estas
ocasiones. “¿Sabes lo que dice la Biblia acerca de…?”. “¿Qué?”. La mente está predispuesta para el
pensamiento bíblico. Cuénteselo de una manera fascinante. El interés perdurará mientras sea hallada la
referencia, y sean aprendidas las palabras como aparecen en el texto.
LA EVANGELIZACIÓN DE LOS NIÑOS

Uno de los mayores desafíos en el área de evangelización, son los niños. No hacen falta
estadísticas para darnos cuenta del gran número de niños que se encuentran en todas partes. Los
encontramos
 En las calles
 En las plazas
 En las escuelas
 En los supermercados
 En centros de juegos electrónicos

En los barrios más pobres, el futuro de los niños es incierto


 Son manipulados por traficantes fraudulentos, y entrenados para robar.
 Además, con las fallas de la educación pública, poco es lo que aprenden, porque la mayor parte
del tiempo los maestros están en huelga. De modo que, sin nada que hacer, la niñez es presa fácil
de la delincuencia.
 Por otra parte, están en auge los programas de televisión para niños, naturalmente, con fines
comerciales. Nadie ignora el hecho de que algunos animadores de programas infantiles se están
enriqueciendo a costa de nuestros niños, aprovechándose, inclusive, con motivos económicos de
la popularidad que logran entre la niñez. Algunas de estas animadoras, con un carisma especial,
han logrado extraer excesivamente a los niños, y están influyendo profundamente en la educación
de los niños.

¿Qué es lo que estas personas están enseñando a nuestros niños? En algunos casos, podemos
observar aspectos recreativos saludables, y ello puede ser muy positivo, pero está faltando una cosa:
introducir a Dios en la vida de los niños, y esto es algo que los programas no están haciendo, y si lo
hacen, no lo hacen con la verdad del evangelio.

Por éstas, y otras razones, las iglesias del Señor Jesucristo deben ser desafiadas a dar mayor
atención a este campo de la evangelización.

I.- METODOLOGÍAS Y ESTRATEGIAS


En la evangelización de los niños se pueden utilizar, por lo general, los métodos de evangelización
personal y masivos. Podemos fácilmente iniciar un diálogo con un niño, y podemos también promover
reuniones, cultos para niños, y otro tipo de programas. Sin embargo, las estrategias y las técnicas deben
ser aplicadas con mucho cuidado. Damos a continuación algunas opciones

A.- La escuela pública


Es común la práctica de enseñar religión en algunas escuelas, pero para algunas denominaciones,
este es un asunto controversial. Sin embargo, no vemos motivos para la discrepancia. Si la iglesia católica
lo hace, por mandato legal o sin él, ¿por qué nosotros los evangélicos no podemos también hacerlo?
Sabemos la superioridad del evangelismo sobre la catequesis. Nuestro sistema de comunicar el mensaje
del evangelio es atrayente por naturaleza, y siempre gana la preferencia de los niños. Por consiguiente,
esta oportunidad no debe ser desaprovechada. Tenemos que utilizar todos los medios para depositar en
la vida de los niños cosas positivas cada vez que tengamos oportunidad para hacerlo (Ef. 6:4; Gn. 18:19;
1 Sam. 3:13,14).
B.- La iglesia
Las iglesias tienen en sus manos un gran número de posibilidades de trabajar con niños,
comenzando con los propios hijos de los miembros. Veamos algunas opciones:

1.- La Escuela bíblica Dominical


Las iglesias deben invertir lo suficiente en personal especializado, y en materiales para hacer de
la Escuela Dominical no sólo una agencia de educación religiosa, sino, además, de evangelización.
Tenemos que entender que la simple educación religiosa no lleva a la salvación. Hay muchas personas
que tienen en sus cabezas cosas muy buenas de la religión cristiana, pero no son convertidas. Así, pues,
la Escuela Dominical debe dar atención a la evangelización de los niños.

2.- Los clubes de niños


Generalmente, éstas se realizan en el hogar de una familia creyente. El sistema de clubes de niños
ofrece tremendas oportunidades para atraer a los niños del barrio:
 Realizar con ellos actividades manuales
 Actividades recreativas
 Actividades deportivas
 Presentarles una historia bíblica y
 Nunca olvides impartirles el mensaje de salvación.

3.- Cultos al aire libre


Nuestros cultos tradicionales al aire libre son muy eficaces para el trabajo evangelístico de los
niños, sobre todo, porque ellos son los primeros que se acercan cuando observan cualquier actividad en
las plazas públicas. Si hiciéramos una investigación, descubriríamos que muchas iglesias comenzaron
con el trabajo entre los niños.

4.- Las conferencias evangelísticas


Las iglesias no siempre piensan en los niños cuando programan una campaña evangelística, pero
deben pensar en ellos, para que no queden de su cuenta, y hasta perjudicando el desarrollo del servicio
de los adultos. Lo más conveniente, es hallar a alguien especializado en el trabajo con los niños, y tener
para ellos un servicio paralelo cada día de las conferencias, dado que, con toda seguridad, estarán
presentes otros niños, aparte de los hijos de los miembros de la iglesia.

5.- Los campamentos


La estrategia de los campamentos, tan utilizada en nuestros días, debe utilizarse también con los
niños. Muchos siervos del Señor han tenido su encuentro salvador con Jesucristo en un campamento de
niños. Respecto a los campamentos, hay dos opciones:

a.- Podemos elaborar programas paralelos, cuando haya programas para adultos, facilitando con ello que
los adultos estén acompañados de sus niños.

b.- Podemos también, programar temporadas específicas para los niños. Sin embargo, cuando tengamos
que trabajar con muchos hijos de personas no creyentes, deben ser tomadas algunas precauciones, y
preparar una buena estructura en lo referente a la responsabilidad por los niños.

C.- El plan de salvación


El plan de salvación debe presentarse también a los niños. Podría parecer inconveniente hablar
del pecado con los niños, pero, si no hay pecado, no hay tampoco necesidad de salvación.
Los niños deben ser evangelizados cuando lleguen a la edad de tener conciencia moral.
Naturalmente, esta edad varía de una persona a otra, pero no sería difícil saber cuándo cierto niño ya es
capaz de distinguir entre lo bueno y lo malo.

Debido a la naturaleza del niño, la conversación sobre la salvación debe partir siempre de algún
hecho positivo. Las historias bíblicas son muy adecuadas para iniciar la conversación. También podemos
hablar de historias morales.

El plan de la mano ha sido muy útil en la evangelización de los niños:


 Mostrándoles la mano, comenzamos con el dedo pulgar, diciendo: “Dios me ama” – J. 3:16.
 El dedo índice, que sirve para apuntar, puede utilizarse para hacer la declaración: “Tú eres
pecador” – Ro. 3:23.
 El dedo medio nos recuerda a Cristo crucificado entre dos malhechores, y recuerda la declaración:
“Cristo murió por ti” – Ro. 5:8.
 El dedo anular, recuerda el anillo de bodas, y de allí, la idea de recibir. Sirve para declarar:
“Recibo a Cristo como mi Salvador” – Jn. 1:21.
 Finalmente, el dedo meñique nos recuerda a un bebé y, juntamente con ello, la idea de ser una
nueva criatura, o del nuevo nacimiento – 2 Co. 5:17.

De cualquier manera, el evangelizador debe inventar recursos y caminos nuevos para presentar el
plan de salvación a los niños. A ellos no se les debe enfatizar tanto la idea del infierno, sino más bien,
resaltar la idea del cielo y del amor de Dios. Para averiguar y trabajar con la idea o conciencia de pecado,
debemos conocer al niño, o lo que éste piensa sobre el pecado.

En conclusión, el niño debe entender el pecado como desobediencia, y el mejor ejemplo es la


desobediencia a los padres. Se les debe decir que la razón por la cual Dios condena el pecado, es la misma
por la cual los padres no quieren que los niños desobedezcan; porque ellos desean que sus hijos actúen
siempre bien.

D.- Algunas técnicas


Las técnicas, son los recursos que se utilizan para llegar a un objetivo. Son los recursos materiales.

1.- El libro sin palabras


Éste, es un excelente material ofrecido por la Liga para la Evangelización del Niño. El material
consiste en ciertas páginas de cartulina en colores. Cada color representa un valor espiritual:
 Amarillo – El cielo
 Negro – El pecado
 Rojo – La sangre de Cristo
 Blanco – La paz
 Verde – Crecimiento

2.- El franelógrafo
Este es uno de los recursos tradicionales eficaces más utilizado. En ciertos casos, la propia persona
que evangeliza, puede preparar las figuras y crear su historia. Con este recurso, apelamos a la curiosidad
e imaginación del niño.
3.- Diapositivas y filminas
Las que normalmente conocemos como proyección luminosa, puede resultar muy útil. Aquí
también, el propio evangelizador puede crear las historias y hacer sus fotografías. Hoy resulta muy fácil
que cualquier persona con una cámara fotográfica de 33 milímetros haga sus materiales. Las diapositivas
son rápidas, sólo hace falta enviarlas a revelar.

4.- Magia
No se escandalice. No se habla de magia realmente, sino de ciertos trucos que algunas personas
pueden hacer con algunos hilos, pañuelos, y otros objetos. Una persona puede realizar trucos que llaman
la atención y contienen lecciones.

5.- Muñecos de ventrílocuo


Esta es una técnica para enseñar muy eficaz, y es una pena que actualmente ya no se utilice tanto
este recurso.

6.- Títeres
Este es otro recurso muy valioso, y uno que no ha sido muy explotado. Aconsejamos a los
maestros, y a los que evangelizan niños, que se especialicen en esta técnica. Los títeres pueden ser
confeccionados por el propio evangelizador. El material es fácil de usar, y la técnica es más cómoda de
ser asimilada, pues no exige que la persona sea ventrílocua. Un show de títeres atrae hasta a los adultos.

Las anteriores, son apenas algunas técnicas que han sido utilizadas. Sugerimos a los
evangelizadores aplicar su creatividad, y sacar provecho de otras técnicas que puedan surgir para
comunicar el mensaje del evangelio a los niños.

E.- La radio y la televisión en la evangelización de los niños


Estrategias más costosas, pero muy eficaces.

1.- La radio
Debido a la fascinación audiovisual de la televisión, la radio ha perdido un poco de su atractivo.
Sin embargo, con cierta imaginación y creatividad, todavía es posible evangelizar a los niños por medio
de la radio.

Una de las principales técnicas podría ser la de las historias dramatizadas, es decir, novelas
radiales; pero éstas tendrían que ser
 Cortas
 No deben presentarse en capítulos continuados, pues sólo a través de la voz, en capítulos
seguidos, no se logra comunicar mucho a los niños.
 Las historias deben ser acompañadas de música apropiada para los niños.

Los programas radiales de concursos pueden también ser efectivos, particularmente, si se ofrecen
premios que interesen a los niños.

2.- La televisión
Ofrece numerosas opciones para la evangelización de los niños. Podría consistir en exhibir
películas preparadas con ese objetivo. Lamentablemente, todavía no disponemos de grandes recursos
para producciones de este tipo
Los programas shows también serían muy útiles. En ellos se podrían utilizar numerosas técnicas.
Por ejemplo:
 Muñecos de ventrílocuos
 Títeres
 Solistas infantiles
 Corales infantiles
 Declamadores infantiles
 Teatro

En un tipo de programa así, se podrían hacer muchas cosas. Naturalmente son programas
costosos. Sin embargo, si son bien hechos, podrían ser patrocinados por empresas evangélicas que se
dediquen a la producción de juguetes, alimentos, y productos de otra naturaleza.

3.- Videocasetes evangelísticos para niños


En la actualidad, hay una buena colección de videocasetes para evangelizar a los niños.
Generalmente, se pueden alquilar en librerías y distribuidoras cristianas de su ciudad, o en Asociaciones
que se dedican específicamente a trabajar en este ministerio evangelístico.

F.- El llamamiento
Cuando se evangeliza, éste puede hacerse tanto en la evangelización personal, como en la masiva.

1.- El llamamiento en servicios y reuniones con niños


Damos, a continuación, algunos pasos en cuanto al llamamiento:
 Prepare el ambiente a través de la oración
 Asegúrese de que todos han entendido el mensaje
 Explique claramente lo que quiere de cada uno de ellos: que acepten a Cristo como su Salvador.
 La prueba de que lo han hecho, puede ser levantando la mano, o pasando al frente. Los niños no
tienen problemas con eso.
 Trate de evitar que otros niños levanten la mano también sólo para imitar a algunos otros que lo
estén haciendo.
 Aclare que no se recibe a Cristo más de una vez; que esta decisión es para toda la vida.
 Ponga aparte a los niños que hicieron su decisión, y haga con ellos el trabajo de consejería.
Algunas precauciones especiales en cuanto esto:
o Someta a prueba la experiencia tenida por el niño
o Trate de averiguar si ha entendido bien lo que está haciendo
o Lea para el niño Juan 1:12 y 5:24. Muéstrele que lo que Jesús da es para siempre.
o Trate de enseñar al niño que, desde ahora, podrá tener victoria sobre el pecado, y que
podrá vencer siempre en Cristo.
o Muéstrele que Cristo es ahora su amigo para siempre, hasta cuando se convierta en adulto,
y el resto de su vida.
o Repita estas verdades varias veces, hasta estar seguro de que el niño asimiló el mensaje.
o Ore con el niño por sus pecados, y agradezca a Dios su salvación en Cristo.

2.- El llamamiento en la evangelización personal


Si el evangelizador está trabajando con sólo uno o dos niños, el llamamiento debe ser diferente.

 Este, será de acuerdo con la conversación y con la aceptación del asunto tratado por parte del
niño.
 Después de haberle expuesto el plan de la salvación, y de observar que el niño lo ha entendido,
el evangelizador hará, con toda naturalidad, la transición al llamamiento: “Y ahora, Marcos, por
lo que has oído y entendido, ¿quisieras entregar tu vida a Jesús y recibirlo como tu Salvador?”.
 Dialogue con el niño sobre la decisión
 Pídale que lo acompañe en una oración
 Haga una oración sencilla de decisión, y
 Después de que él haga la decisión, abrácelo y ore con él, dando gracias a Dios por haberlo
utilizado en la vida de ese niño.

¿Qué esperar de un niño convertido?


Ciertas cosas ocurrirán normalmente con un niño que haya sido convertido. Él tendrá

 Convicción de pecado y deseo de enderezar para siempre su vida delante de Dios y de los
hombres. Los niños son siempre muy fieles en lo que prometen.
 Amor por la Biblia. El niño debe ser estimulado a leerla.
 Deseo de testificar de Cristo. Ellos no pueden ocultar lo buen que descubren.
 Amor por la iglesia.

CONCLUSIÓN
Un niño realmente convertido, se transformará en un adulto triunfante y de buen carácter. Muchos
vicios jamás alcanzarán la vida de una persona que haya sido convertida a Cristo en su niñez. Las
estadísticas demuestran que los mejores líderes del mundo han sido aquellos que se convirtieron
temprano en su vida. Esto puede ser comprobado en niños donde el evangelio tiene más tiempo de
actuación, como en el caso de los Estados Unidos de América.

Por consiguiente, si queremos tener iglesias fuertes en el futuro, tenemos que invertir en la
evangelización y en la educación de los niños. Aquí se encuentra, por tanto, nuestro gran desafío.
CÓMO TRATAR AL NIÑO RECIÉN CONVERTIDO

I.- NUESTRA ACTITUD HACIA EL NIÑO


A.- Aceptar que es salvo

B.- Presentarlo como creyente o hijo de Dios a otros que le pueden alentar y ayudar.

C.- Buscar evidencias de cambios espirituales, tales como


1.- El deseo de orar

2.- Testificar

3.- Asistir a la iglesia, y no tanto los cambios de conducta.

D.- Ayudarlo en los primeros pasos de su formación cristiana, pues el niño necesita
1.- Protección

2.- Amor

3.- Cuidado

4.- Alimento

5.- Enseñanza

6.- Guía.

II.- ANTICIPAR LOS PROBLEMAS QUE PUEDA ENCONTRAR


A.- El problema de la tentación
1.- Satanás seguramente volverá a tentarle, pero

2.- Cristo en él es más fuerte (1 Jn. 4:4).

3.- Cristo es poderoso para auxiliar a los que son tentados (Heb. 2:18), y

4.- Puede reclamar la promesa de Dios de 1 Co. 10:13.

B.- El problema del pecado


1.- Si vuelve a pecar, se corta la comunión con Dios, pero

2.- Dios está dispuesto a volver a perdonarlo (1 Jn. 1:9), sólo tiene que

3.- Confesar aquello en que pecó (Lev. 5:5).


C.- El problema de la duda de su salvación
Dios es quien promete la salvación (1 Jn. 5:12,13; Jn. 3:16; 3:36; 10:28,29; Mt. 28:20).

D.- El problema de la oposición o burla


Anticiparle que esto le puede llegar, pero asegurarle que
1.- Dios nos promete Su ayuda (Heb. 4:15,16); que

2.- Podemos soportar estas cosas (Ro. 8:37); que

3.- No es necesario temer lo que otros nos pueden decir o hacer (Heb. 13:6).

III.- CONSIDERAR QUE LOS CREYENTES, TANTO COMO LOS INCOVERSOS, PUEDEN
TENER REACCIONES ADVERSAS.
A.- Padres

B.- Familiares

C.- Compañeros
1.- Del barrio

2.- De la escuela

3.- Del trabajo

IV.- LA RESPUESTA A ESTAS SITUACIONES


A.- Del hogar inconverso
1.- Indiferencia
 Hay que rodear al niño de amor y comprensión.
 Dedicarle tiempo.

2.- Oposición o prohibición


 Nunca tomar una posición en contra de los padres, sino llevar al niño a comprender su posición
de
 Ganarlos por su buen comportamiento, y
 Orar por ellos.
 Tratar de no perder contacto con el niño, enviándole mensajes, mostrándole seguridad de que el
Señor puede cambiar la situación
 Buscando que otros oren por él.

3.- Burla
 Darle apoyo en oración y amistad;
 Enseñarle que puede contarlo todo al Señor, quien también sufrió burla.
 Enseñarle a orar (Mt. 5:44).
B.- Del hogar creyente
1.- Incredulidad
 Prevenir, enseñando a los padres la necesidad de una experiencia de conversión de sus hijos,
despertando expectativa.
 Visitar el hogar, y explicar lo que la experiencia significa para el niño.

2.- Juicio
 Explicar a los padres los cambios que deben esperar en sus hijos. Explicarles la raíz de muchos
de los problemas de comportamiento, que no son espirituales.
 Enseñarles cómo tratar a su niño ahora que es salvo.

3.- Indiferencia
 Ser el primero en hablar con los padres, antes que el hijo, indicándole qué es el paso que ha dado.
 Indicarles también, la manera en que pueden ayudar a su hijo ahora.

CONCLUSIÓN
El maestro debe actuar con prudencia en todo momento, y depender de la dirección del Espíritu
Santo para ayudar al niño recién convertido en estas primeras semanas críticas para él.
DE LOS ABRAZOS A LAS ALABANZAS:
Lo que sus hijos de 0 a 4 años pueden aprender acerca de Dios

I.- EL FUNDAMENTO FIRME DEL AMOR DE DIOS


 Los primeros años del desarrollo del hijo presentan una maravillosa oportunidad para establecer
un fundamento espiritual.
 Los niños adquieren una asombrosa cantidad de información y habilidades en estos primeros
años, y el fundamento de lo que aprenderán y experimentarán espiritualmente en sus vidas puede
muy bien ser establecido durante este tiempo receptivo.
 Su tarea clave, en la primera etapa de la vida de los hijos, es poner una base firme de amor. Ante
todo, sus niños necesitan saber
o Que son amados
o Que son aceptados y deseados por usted, y también por un Dios que es real, que se ocupa
de ellos, y que es poderoso.
 Estos primeros años son los mejores para forjar en los hijos el conocimiento de la realidad, el
cuidado y el poder de Dios.

II.- Características de su desarrollo


Así que, ¿cómo se convierte este recién nacido, totalmente indefenso, en un dinámico y habilidoso
niño de cuatro años? ¡Con una increíble y rápida asimilación de destrezas e información acerca del mundo
que lo rodea! Piense en la poca similitud que existe entre un indefenso bebé que no tiene la capacidad de
comunicarse, y un parlanchín y vehemente preescolar. Estos son años maravillosos de aprendizaje.

A.- Desarrollo físico y mental


1.- Los recién nacidos no son pequeños seres siempre acostados que no hacen nada. Están trabajando
intensamente para aprender acerca de su cuerpo, y este lugar extraño en que se encuentra; y se mantienen
activos en una cantidad de tareas clave:
Formando un lazo fuerte (primero con su mamá)
Aprendiendo a ser aceptados
Desarrollando autonomía o independencia
Desarrollando un sentido de iniciativa: la habilidad de avanzar y descubrir el mundo por sí
mismos.

2.- Cuando llegan a los dos años,


tienen un cerebro que es 75% del tamaño que tendrán de adultos.
Caminan
Corren
Trepan
Pedalean un triciclo
Usan objetos para representar otros objetos
Juegan solos, y se relacionan poco con otros niños
Desarrollan una personalidad reconocible
Empiezan a hablar, y
Su mente absorbe como una esponja lo que sucede a su alrededor.

3.- Cuando llegan a los tres años,


Tienen un vocabulario de entre 500 a 1,000 palabras
Pueden formular frases de cinco o más palabras
Agregan unas 50 palabras por mes a su vocabulario, y
Su mente sigue absorbiendo todo como una esponja.

4.- A los cuatro años


Pueden saltar, aunque torpemente
Tienen más fuerza, resistencia y coordinación
Dibujan formas y muñecos de palo
Pintan cuadros
Arman estructuras con bloques
Juegan con otros niños
Han establecido los fundamentos básicos de la vida, y están dando un estirón –necesitan mucho
ejercicio
Descubren amigos
Se alimentan solos
Expresan emociones que cambian de un minuto a otro
Pueden pensar en Dios de un modo personal y confiar en él con una fe sencilla.

B.- Desarrollo espiritual


En lo que respecta al crecimiento espiritual, cada niño es un álbum en blanco que necesita fotos.
Aunque Dios creó a cada uno como un ser singular, desde el momento en que usted lo toma en sus brazos,
le está colocando una foto en su álbum, y formando su cuadro del mundo.

1.- Cuando protege y ama a sus hijitos supliendo sus necesidades básicas, aprenden que son amados, y
que el mundo es un lugar seguro. Necesitan saber que en el aspecto espiritual esto también es verdad; así
que, necesita demostrarles, con acciones y palabras, que Dios es como usted:
El los ama y cuida
Los mantiene seguros, y
Se asegura de que tengan lo que necesitan

Cuando los niños oyen y ven repetidamente esto, empiezan a forjar su conocimiento del mundo
con un fundamento cristiano que los prepara para la vida.

Tristemente, si esta base no se establece en esta etapa, los niños establecen otras como: “Tengo
que valerme por mí mismo”.

2.- En estos primeros años, los hijos dependen de los padres para su alimento y nutrición espiritual. Desde
el momento cuando el papá sabe que espera un hijo, ore por él oraciones sencillas y breves, que ratifiquen
el amor y cuidado de Dios. Cuando ora por los niños constantemente, ellos aprenden lo que es la oración
y el interés cariñoso de Dios por ellos. Puede comenzar esto aún antes de que los niños sepan hablar.
Sencillamente,

Agradezca a Dios en voz alta por ellos


Pídale que les dé un buen descanso durante la noche
Agradézcale por haberlos hecho parte de su vida. Al hacer esto, les está dando la base de la fe
cristiana:
o Dios es real
o Él los hizo
o Él los ama
o Los cuida, y que
o Orar es hablar con Dios.

Como padres, le están dando las primeras imágenes de la vida. Es probablemente una
composición de impresiones: amor, confort, seguridad, sonrisas, ceños fruncidos, felicidad, cuidado;
todo encerrado en un marco brillante que dice: “Mamá, papá y Dios me aman. Soy especial”. ¡Qué
manera magnífica de empezar el álbum de todos de su vida!

II.- MANERAS CLAVE PARA PREPARAR SU CORAZÓN


Los niños son receptivos entre el nacimiento y el kínder. Usted está haciendo todo lo necesario,
a fin de preparar a los hijos para una vida entera de relación con Dios cuando los ama, los nutre, y les
brida seguridad y cuidados. Todos los niños son diferentes, pero son similares en
Sus necesidades
Su capacidad de comprensión
Su manera de desarrollarse, y
Los métodos que dan mejor resultado.

A.- Sea consistente


Un elemento importante en el cariño y el cuidado de los hijos, tanto en lo físico como en lo
espiritual, es la constancia. Acostúmbrese a contarles cuánto los ama Dios. La constancia es clave porque
es imposible saber cuándo un niño comienza a entender lo que usted está haciendo; pero si usted es un
ejemplo continuo de una actitud positiva hacia Dios y de una relación cariñosa con él, su hijo empezará
a notarlo; y, a la vez, estará ofreciendo un ejemplo de quién es Dios: un Dios fiel y continuamente
presente.

B.- Sea ejemplo del amor de Dios al demostrar su amor


En esta etapa de amor y cuidado, es imposible enfatizar demasiado la importancia de ser un
ejemplo.

El crecimiento de los hijos es algo continuo.

1.- En un principio, usted es el modelo de Dios para sus hijos y de lo que representa tener una relación
con él a medida que les demuestra su propio amor y el de Dios. Ellos observan, y lo absorben.

2.- A medida que los hijos comienzan a entender lo que el papá les dice, puede comunicarles oralmente
que usted y Dios los aman.

3.- Luego, los conduce suavemente hacia el punto cuando empiezan a tener parte activa en su relación
con Dios.
Aún antes de que los hijos entiendan lo que el papá les está diciendo, les explica continuamente
las verdades básicas (por ejemplo: qué es la oración y por qué está orando). Su ejemplo consciente genera
preguntas en ellos que usted puede contestar en un ambiente de cuidado y cariño.

4.- Por último, sus hijos tratan de imitarlo. Es un ciclo natural del crecimiento, muy evidente en esta
etapa.

C.- Identifíquese con los hijos y sus intereses


Este crecimiento continuo, sucede en todas las áreas.
1.- Los niños aprenden más cuando su enseñanza se relaciona con la etapa en que se encuentran, y con
lo que a ellos les interesa. Por ejemplo, cuando usted ore con sus hijos,
Explíqueles lo que está haciendo
Anímelos a hacer preguntas
Luego, deje que ellos participen. Esto puede ser tan sencillo, como preguntarles sobre qué quieren
orar, y luego, hacer esas oraciones pro ellos, como: “Querido Dios, gracias por amarme. Ayúdame
a ‘hacer pipi’ en el baño y a dormir bien”. Esta oración se identifica con ellos, porque enfoca las
preocupaciones de ellos, y es lo suficientemente breve y sencilla como para que la capten. Por
supuesto, sus oraciones pueden ser más largas y cubrir más temas que éstos.

2.- La clave es no sobrepasar su capacidad de atención; manténgase siempre al “nivel del corazón” de
sus hijos. Gradualmente, al explicar y contestar sus preguntas, querrán orar sus propias oraciones.

D.- Enseñe obediencia


En esta etapa, también
Es importante establecer el principio de obediencia a los padres en el contexto de un ambiente de
cariño y apoyo. Una de las maneras como Dios ama y cuida a sus hijos, es enseñándoles y
dándoles orientación.
Los padres enseñan a sus hijos a ser obedientes a Dios, porque él sabe que Dios los ama y es
digno de confianza.
También deben obedecerle porque, al igual que Dios, los ama y quiere lo mejor para ellos. Los
niños dependen tanto de sus propias emociones y se concentran tanto en explorar su mundo, en
aprender cuáles son sus límites y en ser independientes que, al principio, la obediencia les resulta
difícil.
Los pequeños necesitarán ayuda. Explíqueles amablemente cuál es la reacción correcta una y otra
vez, y otra vez más.

E.- Mantenga el aprendizaje entusiasta


Capte la atención usando diferentes medios: videocintas bíblicas sencillas o casetes musicales.
Cree entusiasmo agregando acciones: jugando juegos, o dándoles un refrigerio mientras mira una
videocinta.
Mientras viajan en el auto, cante con ellos, e involúcrelos en juegos con sus manos y sus pies;
recuérdeles que Dios creó sus cuerpos.
Al pasearlos en su cochecito, hábleles acerca de las cosas que ven; comuníqueles su admiración
por la obra artística y creativa de Dios. La variedad de las actividades aumentará el placer de los
niños, y mantendrá vivo el interés.
Use relatos bíblicos adecuados a su nivel. Converse con ellos sobre las ilustraciones gráficas y lo
que significan. Relacione lo que está diciendo con algún episodio en la vida de los hijos.

F.- Haga que las actividades de la iglesia les resulten atractivas


Hasta donde sea posible, prepare desde el sábado por la noche la ropa, la ofrenda y el desayuno
para evitar las prisas y tensiones el domingo en la mañana.
Colabore con su iglesia, y asegúrese de que él área infantil sea atractiva, iluminada y alegre, y
que los niños no estén meramente recibiendo cuidado, sino que estén aprendiendo cantos sencillos
y relatos bíblicos.
Ofrézcase para ayudar en el aula de los hijos
Esfuércese por hacer que ir al templo sea una experiencia agradable para sus niños.

III.- REFLEXIONES HABITUALES SOBRE LA FE EN ESTA EDAD


No hay nada más emocionante que observar el desarrollo de la fe de los hijos. Afortunadamente,
usted podrá apreciar los efectos de su desarrollo espiritual.
Al ir creciendo, los hijos se van acercando a la próxima etapa en la que participarán más
activamente respecto a su propia fe y aprendizaje.
Entre tanto, disfrutarán de las diversas actividades que realizan junto con ellos y con Dios, tales
como orar, leer libros de historias bíblicas, y cantar; y querrán empezar a hacerlo “yo solito”, en
lugar de que el papá lo haga por ellos.
Empezarán a captar algunos conceptos básicos acerca de Dios y la fe cristiana:
o Comprenderán ciertas cosas sobre cómo Dios quiere que sean y se porten
o Comprenderán que Dios los ama y los hizo (a ellos y a todo lo demás) con un propósito
o Comprenderán que pueden hablar con él.

IV.- PIEDRAS MEMORIALES


Celebre el desarrollo espiritual de los hijos construyendo recuerdos significativos del crecimiento
que usted ve en la fe y la relación con Dios. Una excelente manera de hacer esto, es estableciendo “piedras
memoriales”.

El Antiguo Testamento dice que, en su primer día de trabajo, Josué debió realizar una tarea que
requería una fe extraordinaria. Como sucesor de Moisés, tenía que guiar al pueblo a cruzar el río Jordán
en la época cuando el nivel del mismo estaba más alto. Años antes, Dios había habilitado a Moisés a
partir las aguas del Mar Rojo para que Israel pudiera escapar de la esclavitud. Ahora, Dios les dijo a
Josué y a los sacerdotes, que volvería a partir las aguas. El Dios todopoderoso no sólo les había provisto
de una manera de escapar de Egipto, sino que también partió las aguas para que pudiera entrar en la tierra
que le había prometido a Abraham tantos años antes.

Cuando Josué y los sacerdotes habían logrado que todos pasaran sanos y salvos a la otra orilla,
Dios ordenó al nuevo líder que colocara “piedras memoriales”. Debían apilar doce piedras extraídas del
medio del lecho del río, y formar un monumento especial para conmemorar lo que Dios había hecho;
pero el propósito de las piedras no era meramente celebrar ese día; no era sólo para Josué y el pueblo que
había cruzado el río (Jos. 4:21-24).

Las “piedras memoriales” que Dios le ordenó colocar a Josué, eran un cuadro para los niños de
Israel.
El montículo de piedras se convirtió en un testimonio de lo que Dios había hecho, y
Una oportunidad para que padres e hijos se concentraran en observar la grandeza y el amor de
Dios.
Era un retrato de la fidelidad de Dios que podían mirar y comentar.

Una gran ayuda muy importante en la instrucción espirituales, es la creación de “piedras


memoriales” para su familia, y para cada integrante de su familia.

A.- La dedicación
Una “piedra memorial” común, pero muy significativa, es una dedicación formal. Tal como Ana,
la mamá de Samuel, dedicó su hijo al Señor (1 Sam. 1); y tal como María presentó a Jesús a Dios (Lc.
2:21-38), los padres pueden dedicar a sus hijos a Dios, y comprometerse a criarlos con su ayuda. Sus
hijos, es claro, decidirán más adelante por sí mismos; pero al dedicarlos a Dios, usted se compromete a
hacer todo lo posible a lo largo de su vida, para enseñarles y capacitarlos para
Seguir el camino de Dios, para vivir una vida centrada en Cristo, y para
Desarrollar una relación personal con él.
Dedicándolos a Dios, el padre mismo se está dedicando a aceptar el llamado que Dios le ha hecho
y a comprometerse a amarlos y cuidarlos.
Al dar los hijos a Dios, el padre reconoce a Dios como su socio en el cumplimiento de su función
de padre, y le pide su ayuda y sabiduría.

Generalmente, los niños son dedicados cuando son demasiado pequeños para recordarlo después.
Sin embargo, las fotografías y recuerdos de los miembros de la familia que participaron en el acto de
dedicación, les ayudarán a forjar recuerdos de esa ocasión.

B.- Promesas para toda la vida


Si van a tener un acto de dedicación de su hijo, considere es coger un versículo para su vida. A
continuación algunas ideas: Sal. 19:14; 139:23,24; Pr. 3:5,6; Jer. 29:11; Ef. 3:17-19.

Muchas iglesias incluyen el acto de dedicación de los infantes en sus cultos de adoración, donde
el pastor o uno de los líderes religiosos oran por el bebé, por los padres, y por toda la congregación que
participará en la educación cristiana del bebé.

Seleccione un “versículo para toda la vida”, para leer en la dedicación de los hijos. El versículo
puede expresar sus esperanzas y oraciones por ellos. Escríbalo en su álbum al lado de la foto.

Cuando los hijos tengan edad para comprender, reviva el momento mostrándoles las fotos y
explicándoles cómo los dedicó a Dios, y prometió que los instruiría en sus caminos.

V.- COSAS SOBRE DIOS QUE ESTÁN LISTOS PARA APRENDER


En cada una de estas tres áreas, hay una lista de temas y conceptos que los niños pueden captar.
¿Asombrado? ¡No se sorprenda! Las mentes como esponja de sus pequeños, pueden absorber todas estas
verdades espirituales, como podrá ver en los capítulos que siguen.

A.- Saber – Lo que los preescolares pueden saber acerca de Dios y de su propia fe
Lo que el niño preescolar puede saber consta de dos partes. Puede saber quién es Dios, y saber lo
que él ha hecho. El carácter y la personalidad de Dios, es un magnífico punto para que los creyentes de
cualquier edad inicien el desarrollo de su fe, así que, es una bendición increíble que un niño absorba esta
información en la edad entre su nacimiento y los cuatro años.

1.- Aprendiendo quién es Dios


¿Qué necesitan los bebés y los preescolares sobre todo lo demás?
Ser amados
Ser aceptados, y
Sentirse seguros

Desde el día que nacen, puede empezar a mostrarles que Dios los ama y los cuida. Al tenerlos en
sus brazos, amarlos, darles de comer, y mantenerlos calientitos, se establece que su mundo es bueno y
seguro. A su tiempo, cuando les comience a decir que Dios los ama y los cuida, harán la relación entre
su amor y el de Dios.

a.- Dios existe


La principal manera en que los pequeños aprenderán que Dios es real, y que ciertamente está
presente, es observando el comportamiento de los padres.
Con su constante testificar de la realidad y presencia de Dios, el niño aceptará de buen grado lo
que sus padres creen con tanta convicción.
Su constante comunicación con Dios
o A la hora de comer o
o Al acostarse
o En tiempos de estrés o necesidad
Todos éstos, son recordatorios constantes de que Dios está presente, escuchando.
Su constante comunicación acerca de Dios
o Explicando de dónde vinieron las ardillas
o Quién creó los árboles y los océanos, y
o Quién está en control del viento y la lluvia
Establecerá firmemente en el entendimiento del niño, que Dios es real.
La hora de acostarse es un momento apropiado para recalcar la existencia y el amor de Dios.
Hable con Dios en voz alta cuando acune al bebé o le frote la espalda. Al principio, los hijos no
sabrán quién es Dios, porque no lo pueden ver, pero a medida que se le recalca su existencia y su
amor con demostraciones verbales, visibles, y emocionales, darán por sentado su realidad.
Cuando el hijo tenga suficiente edad, puede repasar los pasajes bíblicos que expresan la completa
dependencia de la soberana realidad de Dios.
Las primeras palabras de las Escrituras son: “En el principio creó Dios” (Gn. 1:1). Diga al niño
que la realidad de Dios es tan evidente en su creación, que Dios espera que la gente lo conozca.
“Porque lo invisible de él –su eterno poder y deidad- se deja ver desde la creación del mundo,
siendo entendido en las cosas creadas; de modo que no tienen excusa” (Ro. 1:20).

b.- Dios te ama; Jesús te ama


¿Cómo puede enseñar a los hijos que Dios los ama?
Con abrazos y sonrisas
¡Afirmándoles que usted los ama! Así aprenden el significado de la palabra amor. Cuando
agregue que Dios los ama, captarán lo que eso significa.
La principal forma para enseñar a su hijo pequeño el amor de Dios, es por medio de las acciones
de amor que los padres les demuestren. Diga a los hijos que los ama, y muéstrelo a través de sus
palabras y acciones.
Luego, dígales de dónde viene el amor: del Creador. “Nosotros amamos, porque él nos amó
primero” (1 jn. 4:19).
Canten “Bueno es Dios”, y otros cantos que afirman el amor de Dios

Es posible que los preescolares tengan dificultad para separar la idea del amor de Jesús del de
Dios, y no hay problema, porque, por supuesto, Jesús es Dios. Así que cante “Cristo me ama, bien lo sé”,
y “Cristo ama a los niños” con los hijos, y dígales que Jesús nos mostró el amor de Dios. “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito. . .” (Jn. 3:16).

c.- Dios quiere cuidarte


La manera en que Jesús enseñó a sus seguidores acerca del deseo de Dios de cuidarlos y proveer
para sus necesidades, fue señalando cómo él provee para la naturaleza: “Mirad las aves del cielo,
que no siembra, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
sois vosotros de mucho más valor que ellas?... Mirad los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no
trabajan ni hilan… Si dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el
horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?” (Mt. 6:26,28,30). También
puede hacer notar el cuidado soberano de Dios y su control sobre la naturaleza.
Cuando los hijos se sientan enfermos, recalque el cuidado providencial de Dios confortándolos,
diciéndoles que usted los cuida y que quiere que se sientan mejor. Cuando agregue que Dios los
cuida y quiere que se sientan mejor, lo comprenderán.
Si los mismos padres se sienten inseguros del amor y el cuidado de Dios –quizá por sus problemas
económicos, alguna enfermedad, u otras dificultades- deben tomar tiempo para tratar con sus
dudas.
o Traten de leer pasajes de los Evangelios para descubrir, por medio del ejemplo de Jesús,
que Dios ama, acepta, es compasivo, bondadoso, perdonador, generoso, sanador y
proveedor. Él anhela ser todo eso en la vida de la familia.
o También podrían tratar de conseguir ayuda para esto hablando con su pastor o un
consejero cristiano.
o Pedir a Dios que los ayude a confiar en él para así poder ayudar a los hijos a hacer lo
mismo.

2.- Aprendiendo lo que Dios ha hecho


¡Mucho de lo que conocemos acerca de Dios, es el resultado de lo que le hemos visto hacer! De
la misma manera en que los niños están convencidos de que sus padres son confiables y consistentes –
puesto que lo han probado con sus acciones- los hijos llegarán a sentir la seguridad del poder, la
creatividad, y la generosidad de Dios al ver la manera en que él ha actuado. Así que, guíe a sus pequeños
a conocer lo que Dios ha hecho.

a.- Dios creó todo; Dios te creó a ti


Todos necesitamos saber que somos queridos y únicos. Así que, aun antes de que los hijos
entiendan, los padres deben decirles que Dios los hizo de manera que fueran especiales. Esto
muestra el cuidado que Dios tiene de ellos, y fortalece el sentido de valor personal de los hijos.
Hágales saber que Dios no sólo los hizo, sino que los hizo a propósito y con amor.
Dígales que Dios también hizo todo lo demás. Este hecho, es la primera idea de los hijos en cuanto
al poder y la inmensidad de Dios. Hasta un niño de tres años puede aprender el primer versículo
de las Escrituras: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn. 1.1), y la mayoría de los
libros de historias bíblicas incluyen el relato de cómo Dios creó el mundo y a las personas (Gn.
1:1-31).
Repase los conceptos encontrados en el Salmo 139, especialmente los versículos 13 a 16. Enseñe
a los niños la verdad del versículo 13: “Porque tú formaste mis entrañas; me entretejiste en el
vientre de mi madre”.
Cuando ore por los hijos y con ellos, dé gracias a Dios por haberlos hecho tan especiales, y por
habérselos dado a la familia. Sea lo más específico posible. Por ejemplo, al final de día en que su
pequeño construyó una torre de bloques más alta que nunca, dé gracias a Dios por haberle dado
una mano firme y una mente creativa.
¿A sus hijos les gusta comprobar su propia estatura, quizás de pie al lado suyo, o midiéndose la
altura, o mirándose al espejo? Aproveche estas ocasiones para hacer notar cosas específicas que
Dios diseñó en sus hijos, como
o Los ojos
o La boca
o La habilidad de reírse y divertirse
o La forma de la nariz
o El color del cabello.
“Dios hizo todo” es un concepto difícil de captar para los más pequeñitos, ya que “todo” es muy
amplio. Así que, sea concreto; destaque cosas específicas:
o Que hizo un árbol
o Montañas
o Personas
o Animales domésticos. Escoja lo que estimula la curiosidad del niño.
b.- Dios nos dio la Biblia
¿Por qué necesitan saber tempranamente sus hijos que la Biblia es el libro de Dios?
Porque será fundamental en su relación con Dios
Es un libro singular que sólo Dios pudo haber escrito ¡y lo escribió para usted y su familia!
Los niños necesitan saber que el libro de Dios es veraz, no un libro de cuentos como otros que
hojean, o que usted les lee. Con excepción de ciertas historias, como las parábolas, los eventos
incluidos en la Biblia realmente sucedieron, y las personas mencionadas en ella fueron personas
que realmente existieron.
A medida que se prepara para comunicar a sus niños esta verdad acerca del amor de Dios, repáselo
usted mismo, investigando versículos tales como Sal. 33:4; 119:160; Jos. 1:8; 1 Ts. 2:13.
Recuérdeles cuál es la fuente de las palabras de las Escrituras: “Toda la Escritura es inspirada
por Dios…” (2 Tim. 3:16).
Cuando los hijos empiecen a tener sus primeros libros, incluya entre ellos libros de historias
bíblicas sencillas.
Hágales notar su propia Biblia “para gente grande” y las de sus hermanos mayores; explíqueles
lo que son y cuánto les gustan. Ayude al pequeño a sentir entusiasmo por llegar a ser mayor y
tener una Biblia que contenga más sobre la historia de Dios.
De ser posible, escoja libros de historias bíblicas cronológicas que empiezan desde el principio
(la creación de Adán u Eva), hasta el final (la resurrección de Jesús, el crecimiento de la iglesia,
y la segunda venida de Jesús) y que presentan los personajes bíblicos principales.
Ayude a los hijos a comprender la idea de relatos “verídicos”; dígales algo así: “Yo soy tu mamá
(o papá). Tú eres mi hijo, y vives en la casa de mamá (o papá). Este relato es la verdad”.
Recuérdeles en detalle algún incidente reciente que incluyó al niño, y explíquele que también esto
es un relato verídico. Esto prepara a los niños a fin de que puedan comprender lo que quiere decir
cuando les menciona que la biblia y los relatos que contiene son verídicos.

c.- Jesús, el Hijo de Dios, murió por tus pecados para que puedas estar con Dios
La mayoría de los niños de tres y cuatro años captarán fácilmente lo básico de la historia de las
“buenas nuevas”. Podría expresar algo así:
o “Todos, aun tú, hacen algunas cosas que no están bien. Estas cosas malas son pecados, y
entristecen a Dios; pero
o Dios nos ama tanto que envió a Jesús, su Hijo
o Jesús murió por nosotros para que pudiéramos ser perdonados por Dios y pudiéramos ser
sus hijos.
o Así como necesitas decirme que lo sientes cuando has hecho algo que no está bien,
necesitas decirle a Dios que sientes haber hecho cosas malas, y pedirle que te perdone
gracias a lo que Jesús hizo. Él lo hará. Desde ese momento en adelante, eres hijo de Dios.
o Si haces algo malo después de eso, puedes pedirle a Dios que te perdone y que te ayude a
ser mejor, y él lo hará”.

El preescolar es muy pequeño para aprender Juan 3:16, un versículo fundamental para la
salvación, pero usted puede enseñarle las dos ideas que aparecen en 1 Jn. 4:10:
o “Dios nos ama” y
o “Dios envió a Jesús para limpiar nuestros pecados”.
Sin duda usted ha dedicado tanto tiempo para dirigirlo en estos años, que su hijo ya estará
consciente de lo que son los pecados: comportamiento que no agrada a Dios. ¿Se vale usted de
penitencias, palizas, o de quitar privilegios para disciplinar al niño?
o Trate de mencionarlos cuando explica el concepto del pecado, y
o Cómo Jesús recibió el castigo en nuestro lugar
o Los niños comprenden cómo las malas acciones desagradan a Dios porque saben cómo
reacciona usted cuando ellos desobedecen.
o Explique que las malas acciones los alejan de Dios, y que no pueden volver a acercarse
solos.
o Hable de que toda persona necesita de Dios, y de cómo nunca seremos suficientemente
limpios para Dios, sin su ayuda (“Porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios”,
Ro. 3:23. “La paga del pecado es muerte, pero el don de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús, Señor nuestro”, Ro. 6:23).
o Por eso vino Jesús, para darles la manera de acercarse a Dios y ser perdonados.
o Si sus hijos ya han aceptado a Cristo, enfatice que pueden acudir a Dios en cualquier
momento, por cualquier motivo, y él los perdonará cuando hayan hecho algo malo.
Los niños más pequeños pueden sentirse desconcertados ante la idea de que Jesús “murió en la
cruz”, especialmente si no entienden lo que es la muerte. Si le parece que hablar de la muerte
asustaría al preescolar, en lugar de dar explicaciones, concéntrese en hablar del amor y las
acciones de Jesús, especialmente destacando que vino a rescatarnos. Cuando su hijo llegue a la
etapa de poder entender lo que significó que Jesús diera su vida, explique esa parte de la historia
de salvación.

B.- Amar – Los preescolares pueden tener una relación con Dios
Muchos se preguntan qué tan temprano en la vida puede un niño entender el concepto de la
salvación y confiar en Cristo para obtenerla, pero la mayoría de los adultos creyentes que fueron salvos
cuando niños, dan crédito a estos primeros años como un verdadero inicio de su relación personal con
Dios.
Nunca es demasiado temprano para que las criaturas de Dios hagan aquello para lo cual él los
creó: tener una profunda amistad con él.
Ayuda al niño a crecer en una relación con Dios en la misma manera en que usted está creciendo
en una relación con él: por medio de la oración y del conocimiento de la Palabra de Dios. En
seguida, encontrará algunas verdades más que su niño pequeño puede absorber.

1.- Puedes tener una relación amistosa con Dios


a.- Orar es hablar con Dios en el nombre de Jesús; Necesitas hablar con Dios cada día
¿Cómo aprenden los niños pequeños acerca de las “relaciones”?
¡Por medio de observarlo a usted y de relacionarse con usted! Explique que, así como la intimidad
entre usted y sus hijos aumenta cuando están juntos y conversan, la intimidad con dios aumenta
por medio de la oración; que simplemente es hablarle a él. Es bueno mencionar que la oración es
algo diferente; por ejemplo, muchas veces
o Es provechoso cerrar los ojos para orar, porque esto nos ayuda a concentrarlos; y
o Las oraciones incluyen muchas veces las palabras “en el nombre de Jesús”, porque Jesús
es el que hizo el sacrificio que hizo posible que nos acercáramos a Dios.
o Explíqueles a sus hijos que Dios los escucha y quiere ayudarlos, de la misma manera
como usted los escucha y quiere ayudarlos; pero Dios es mucho más grande que usted, y
él sabe las mejores maneras de cuidarlos.
o Pueden hablar de lo que quieran; a Dios le encanta escucharlos, tal como le encanta a
usted escucharlos; y
o como estar cerca de Dios es tan importante, hablar con él tiene que estar en la lista de
cosas para hacer cada día.
Ya hemos mencionado maneras sencillas de incorporar la oración, comenzando desde los
primeros días de su hijo después del nacimiento, pero tal vez usted quiera proponerse enseñar a
su hijo de tres o cuatro años las palabras de las Escrituras que dicen: “Orad sin cesar” (1 Ts.
5:17). Mientras su pequeño aprende este versículo usted puede meditar sobre este otro: “Por nada
estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús” (Fil. 4:6,7).
Aún antes de que los hijos sepan hablar, deje que le escuchen orar a usted. Además de orar antes
de comer y de acostarse, procure orar en momentos inusuales; quizás
o Cuando los lleva del auto a su habitación cuando se están durmiendo, o
o Cuando observa una formación de nubes hermosas al estar caminando
o En el auto, mientras maneja, usted puede decir: “¡Gracias, Dios por la lluvia que tanto
necesitamos!”, o “¡Gracias, Señor, por la luz del sol!”. Si se acostumbra a hacerlo, es muy
probable que ellos también lo hagan.
En cuanto sea posible, orar debe ser fácil y placentero; ¡y hasta divertido! Aunque el hecho de
que se rían puede arruinar el momento de oración, ore mencionando cosas graciosas que
sucedieron se día; por ejemplo, dar gracias a Dios por algún chiste que compartieron, o por ver
al perro persiguiéndose la cola. Para mantener dentro del tiempo que pueden prestar atención a
esa edad.
Procure que sus oraciones sean breves y vayan al grano.
¡Sea usted mismo! La oración no tiene que ser formal ni contener ciertas palabras. Cuando ora
con sus hijos, use las palabras y la manera de hablar natural de ellos y de usted. Exigir un lenguaje
formal y desconocido, implica que Dios es “extraño” e imposible de conocer, y que los niños
tienen que hacerse los artistas cuando están en su presencia.
También, deje que sus oraciones reflejen sus sentimientos; si está entusiasmado, ¡demuéstrelo!
Con los niños más pequeños dentro de esta etapa, lo más probable es que usted diga las oraciones
y que sus hijos escuchen.
o Dígales que estas son oraciones de ellos, y que usted está orando a fin de mostrarles cómo
se hace.
o Pregúnteles sobre qué quisieran que usted ore
o A medida que los niños van avanzando en esta etapa, procure que vayan orando en voz
alta con usted.
o Al acercarse al final de esta etapa, ayúdeles a empezar a orar sus propias oraciones.
Ore sobre cualquier cosa, y por todas las cosas, especialmente sobre las cosas que ya les interesan
a sus hijos. Por ejemplo, si uno está aprendiendo a ordenar sus juguetes, ore: “Querido Dios,
ayuda a Osar a ser un niño grande y a guardar sus juguetes”. Esto lleva a los niños a percibir que
a Dios le interesan las cosas que son importantes para ellos.
De cuando en cuando, haga una pausa en su oración para recordarles a los niños por qué está
orando y a quién.
Recuérdeles que Dios de veras está presente, escuchando, y que no tienen que hacer grandes
esfuerzos para que sus oraciones lleguen a Dios. Él está atento y dispuesto a contestar.

b.- Necesitan escuchar con regularidad los relatos bíblicos acerca de Dios y Jesús
¿Ha aprendido usted a amar la Palabra de Dios?
Su propio amor por las Escrituras crecerá a medida que moldea el interés de su hijo por la Biblia
y su deseo por ella. A través del Salmo 119:130,131, se refleja un anhelo por las verdades de
Dios. ¡Transmita a los hijos esa clase de entusiasmo!
Aun a esta edad, los niños pueden dedicar un momento cada día para pensar en Dios. En el Nuevo
Testamento, el Apóstol Pablo, en las cartas que le escribió a Timoteo, alaba a la madre y a la
abuela de Timoteo por haberle enseñado a éste la Palabra de Dios desde su niñez (2
Tim. 3:15). Como padres, pueden ser como esas mujeres piadosas, leyendo lo más frecuentemente
posible un libro de historias bíblicas, o contándoles un relato bíblico. Al hacerlo, recuérdeles por
qué lo está haciendo: para aprender más de Dios y para conocerle mejor.
Explique que el Libro de Dios le dice
o Cómo es él
o Cómo se comporta, y
o Cómo quiere que se comporten ellos.
Si puede contar relatos bíblicos, en lugar de leerlos, ¡haga que la experiencia sea divertida! Sus
hijos pueden agregar efectos de sonido (golpear los pies contra el suelo para simular truenos,
palmearse las rodillas para simular lluvia, etc.). Incluya todo el drama y la expresión posible en
su voz. Además, ¡es probable que los niños mayores que se encuentran en esta etapa puedan
contar los relatos ellos mismos después de habérselos oído a usted!
A fin de recordarles a sus hijos que la Biblia o el libro de historias bíblicas es diferente de otros
libros, manéjelos de una manera distinta. Antes de abrirlo, ¡pídale a Dios que les ayude a usted y
a sus hijos a comprender lo que leen. Esto les servirá de ejemplo más adelante, cuando empiecen
a leer la Biblia ellos mismos.
Si el libro de historias bíblicas que está usando incluye lecciones, enfóquelas brevemente, y
procure relacionarlas con lo sucedido ese día; pero no es necesario sacar una “lección” de cada
historia.
Sea sensible a las preguntas de los niños, alentando el diálogo, y dando tiempo para conversar.

C.- Vivir
Los niños pequeños viven su fe en la misma manera en que lo hacen los adultos; siendo seguidores
de Cristo, y haciendo lo que agrada a Dios. Los preescolares, y aun los que son más pequeños, pueden
elegir voluntariamente inclinar sus actitudes y comportamientos hacia lo bueno, y no sólo agradarse a sí
mismos. Todos los adultos sabemos que esta elección de lo que agrada a Dios sobre lo que nos agrada a
nosotros, es una disciplina que dura toda la vida cristiana, así que, es emocionante ver cómo los pequeños
van dando sus primeros pasos en el camino de Dios.

1.- Puedes ser todo lo que Dios quiere que seas


a.- Dios quiere que seas bueno, bondadoso y cariñoso, como son él y Jesús
Sus hijos pueden aprender rápidamente que hay una manera correcta de comportarse; pero,
¿saben que existe una manera correcta de ser?
La conducta correcta nace de ser correcto
El modelo perfecto del ser y de la conducta es Dios mismo, como Jesús su Hijo nos lo ha
mostrado. Jesús nos dice: “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo
os he amado” (Jn. 15:12). Él se muestra como la guía y el ejemplo principales para nuestro
comportamiento.
Cuando sus hijos hacen algo malo, diga y demuestre lo que debieran haber hecho, no sólo lo que
hicieron mal. Diga algo como: “La próxima vez podemos hacerlo como Dios quiere”.
Sea breve en este proceso, pasando enseguida a abrazarlos y hacer cosas entretenidas que
subrayen su expectativa de que querrán seguir el ejemplo de Jesús.
En cuanto a los más pequeños, necesitará demostrarles lo que significa ser amable, bueno y
cariñoso. Por ejemplo, si su pequeña de dos años le pega a su hermano en la cabeza, arrodíllese
para estar a la altura de ella, y dele una breve lección sobre el tema del toque. Diga algo como:
“Cuando tocas a alguien, necesitas ser amable y delicada, como Jesús. Si quieres tocar a tu
hermano, este es el modo de hacerlo”. Tome su mano y ayúdele a acariciar el brazo de su
hermano. Explique que este tipo de toque hace sentir feliz y amada a la persona.
Cuando les habla a sus hijos acerca de ser amables y cariñosos, hágalo amable y cariñosamente.
Es fácil ser duro con el niño cuando acaba de hacer algo malo, pero eso no le enseña bondad. En
dicho caso, trate de expresar lo que quiere enseñarle de la manera más positiva posible. Por
ejemplo, recalque que ser amables y buenos, es parte de su identidad como familia: “Porque
amamos a Jesús, esta es la manera como nos portamos en nuestra familia2.

b.- Dios quiere que veas y pienses cosas buenas


Por lo general, los niños de esta edad no pueden separar lo que está sucediendo en su interior
(pensamientos y sentimientos) con lo que sale de ellos (acciones); pero a medida que van
avanzando en esta etapa, usted puede empezar a ayudarles a comprender que ver y pensar cosas
buenas, amables, y cariñosas, les ayudará a ser buenos, amables y cariñosos. Este concepto se
deriva directamente de las Escrituras, las cuales señalan al corazón como la fuente de nuestras
decisiones conductuales: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón
habla la boca” (Lc. 6:45).
Cuando esté escuchando música, o mirando la TV con sus hijos, de vez en cuando haga una pausa
y pregúnteles lo que sienten.
Aproveche sus respuestas como un trampolín para hablar sobre la manera como nos vamos
formando por lo que vemos y escuchamos. Si están escuchando un canto triste, y se sienten tristes,
hágales ver la relación. Haga lo mismo si están contentos cuando miran un programa alegre. Dios
quiere que vean y escuchen cosas buenas, porque los ama y quiere lo mejor para ellos.
¿Qué puede hacer cuando sus hijos copian las acciones de otros que se pelean o hablan
groseramente?
o Además de encarar la desobediencia misma
o Aproveche el incidente para explicar cómo lo que vemos y escuchamos nos puede
convencer a hacer cosas incorrectas.
o Por otro lado, aliente a los hijos cuando imiten conductas positivas
o Destaque que dios quiere que observemos y escuchemos ejemplos buenos.

2.- Puedes hacer todo lo que Dios quiere que hagas


a.- Dios quiere que asistas a la iglesia
La iglesia es la idea de Dios, ¡y con buena razón! Su intención es que sea parte del sistema de
aprendizaje y apoyo de cada creyente. Para mostrarles a sus hijos que la iglesia es de vital
importancia,
o Llévelos para que participen a la edad más temprana posible
o Llévelos a la clase de cuna o a la Escuela Dominical
o Asegúrese de que estén cómodos y seguros
o Si tienen problemas en quedarse en la clase cuando usted se retira, de ser posible quédese
y ayude una o dos veces.
o Ayúdeles a disfrutar de estar allí, a fin de que vayan formando un concepto positivo de la
iglesia.
o Cuando sus hijos lo puedan entender, cuénteles por qué asisten a la iglesia: para aprender
de Dios, para celebrar Su grandeza, y para estar con otros que lo aman.
¿No tiene una iglesia? ¡Busque una! Toda su familia puede beneficiarse del apoyo cristiano, y del
reto a profundizar su fe.
o Procure encontrar una cercana donde sus hijos puedan participar en las actividades cuando
vayan creciendo.
o Averigüe lo que pueda sobre la Escuela dominical, y otros programas para niños
o Busque un ambiente placentero y entusiasta que enfatice ayudar a los niños a aprender
acerca de Dios y de la biblia.
Involúcrese en lo que los hijos están haciendo en la iglesia
o Esté presente en algunas de sus clases, ayudando en lo que pueda
o Observe que, para cuando sus hijos tienen uno o dos años, están aprendiendo lecciones
básicas acerca de Jesús a través de cantos, historias, y actividades divertidas en la iglesia.
o Anímelos a participar en trabajos manuales, juegos y en cantos activos, y a responder
preguntas cuando puedan.
o Procure juntarlos con amigos de la iglesia para que jueguen, dándoles el mensaje de que
es importante y divertido dedicar tiempo a los amigos cristianos.
Ya sea que la iglesia se reúna el domingo en la mañana, o en otro momento, trate de que esa parte
de la semana sea especial.
o Cree recuerdos placenteros que sus hijos asociarán con su asistencia a la iglesia: un
desayuno favorito, un juego sencillo camino al templo, un picnic.
o Haga sus planes con tiempo, para evitar los apuros
o Hable con entusiasmo sobre lo que harán en la iglesia, y después, conversen positivamente
sobre lo que aprendieron.
Dé a su iglesia prioridad familiar; que no se vea estorbada por actividades de diversión, o por
estar reponiendo el sueño por haberse desvelado. El libro de Hebreos amonesta a los creyentes:
No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y
con mayor razón cuando veis que el día se acerca” (Heb. 10:25).

b.- Dios quiere que obedezcas a tus padres


Uno de los Diez Mandamiento dice: “Honra a tu padre y a tu madre…”; y
Honrar incluye obedecer. Los que honran a sus padres tienen la promesa de una vida larga (Ef.
6:1-3; Éx. 20:12).
Los niños necesitan saber que la obediencia no es optativa. De hecho, aprender a obedecerle a
usted es clave para aprender a obedecer a Dios. En esta etapa, obedecerle a usted es lo que agrada
a Dios (Col. 3:20).
Muestre a los hijos qué es obedecer
o Cuando esté manejando el auto, hágales ver la señal que indica el límite de velocidad y
cómo está usted obedeciendo la ley.
o Cuando lleve a sus hijos a un lugar de trabajo, explíqueles que está haciendo lo que Dios
quiere cuando mantiene a su familia.
o Explíqueles que usted también tiene que obedecer. Obedece a Dios, a su jefe, y las leyes
del país, porque obedecer está dentro del plan de Dios.
A medida que los niños van creciendo, necesitan confiar en que cuando usted les dice que hagan
algo, lo hacer por una buena razón. Cuando puedan comprender, dígales por qué tienen que hacer
–o no hacer- alguna cosa; no les diga: “Porque lo digo yo”, sino porque les ayudará a ser sanos,
les dará habilidades que necesitarán, etc.
Dígales sí a los hijos, siempre que pueda. Sólo diga no cuando tenga que hacerlo.
o Por ejemplo, en casos que tienen que ver con su seguridad, o inciden sobre la formación
de su carácter. Esto refleja el corazón de Dios.
o Pídales que hagan cosas que sean razonables y para su bien, y esté preparado para darles
las razones cuando tienen edad suficiente como para comprender. Esto también refleja a
Dios: todo lo que él nos dice que hagamos, es razonable y para nuestro bien.
o Encarar de este modo el tema de la obediencia, ayuda a los niños a medida que van
creciendo, a comprender que Dios no es arbitrario, ni un aguafiestas. Por medio de su
ejemplo, empezarán a comprender que el camino de Dios es el mejor.
c.- Dios quiere que aprendas a compartir tus cosas con los demás
Maribel, como otros pequeñitos de dos años, apenas está aprendiendo que su muñeca no deja de
existir cuando ella no la ve.
Antes de poder sentirse cómoda compartiendo su muñeca, necesita saber que todavía existe,
aunque otra niña esté jugando con ella. También necesita aprender que la muñeca le sigue
perteneciendo y que volverá a tenerla en un ratito. Antes de poder compartir, debe haber un
sentido de propiedad. Así que, con los niños más pequeños, enfatice dos verdades: Dios nos deja
tener cosas lindas, y quiere que las compartamos con los demás.
Durante esta etapa, los niños tienen a jugar solos, o lado a lado; no juntos.
o Para ellos, compartir significa simplemente dejar que otra persona use sus cosas por un
rato.
o Ayúdeles a saber que hacen feliz a la otra persona, y que volverán a recobrar sus cosas.
o Empiece a inculcar en ellos el hecho de que Dios atenderá sus necesidades; pueden
confiarle sus pertenencias y compartirlas.
La disposición a compartir y la generosidad, son distintivos de los hijos de Dios; esto lo vemos a
través de todas las Escrituras.
o En el Antiguo Testamento, el compartir y la generosidad están contenidos en los miles de
mandatos que Dios dio a los israelitas para vivir en comunidad y cuidar de los necesitados.
o Jesús modeló y enseñó un alto nivel de auto-sacrificio. Juan el Bautista enseñó: “El que
tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo” (Lc. 3:11).
o Pablo alentó a los creyentes a procurar las riquezas, no de cosas materiales, sino de obras
de justicia (1 Tim. 3:18).
En lugar de obligar a los hijos a compartir un juguete nuevo, deles tiempo para que primero lo
disfruten. Cuando ya hayan jugado con él, les resultará más fácil compartirlo.
Pruebe hacer que se intercambien los juguetes, y que se turnen. Es una buena manera de presentar
la idea de compartir. Si Calos y Caleb están jugando con sus naves espaciales, haga que las
intercambien durante más o menos un minuto. Al ir aprendiendo que las naves no desaparecen
cuando ya no las tienen en sus manos, que sus pertenencias les serán devueltas, puede aumentar
el tiempo del intercambio. O siéntese con los hijos, y jueguen juntos, turnándose brevemente para
jugar con varios juguetes.
Ayude a los niños a ver la diferencia entre propiedad (ser dueño de algo) y egoísmo. Cuando la
pequeñita de cuatro años se niega a dejar que su hermano mejor use uno de sus muchos crayones,
explíquele por qué el pedido de él es razonable.
o Destaque que tenemos que hacernos cargo de nuestras cosas sin ser egoístas, de la misma
manera como Dios no ha sido egoísta con nosotros.
o Con el tiempo, los hijos podrán comprender que, en definitiva, Dios es el dueño de todo;
así como comparte sus posesiones con nosotros, quiere que nosotros compartamos las
nuestras con los demás.
o Esto les ayuda a empezar a aprender que sus relaciones son más importantes que sus cosas.

C.- Chicos maravilla


¡Cuánto absorberá su aprendiz en los años entre su nacimiento y el kínder! Haga una fotocopia
de lo que quiere inculcar a su hijo durante estos años cruciales de enseñanza, y cuáles son los
conocimientos y comportamientos por los cuáles él es responsable.
UNA ETAPA PARA CULTIVAR RELACIONES
Niños de cinco y seis años

Su tarea clave durante esta etapa, es ayudar a los hijos a desarrollar su relación con Dios y con
los demás. Hasta ahora, usted ha hecho todo por los hijos, pero ahora ellos están listos para el próximo
paso; llévelos a Dios; instrúyalos y enséñeles activamente a hacer su parte en la tarea de aprender, hacer
y crecer. Ayúdeles a entregarse a Dios y desarrollar su propia relación con él.

Cuando usted deja a Dios ser una parte natural de su vida, por medio de cultivar una relación
constante con él, a sus hijos les resultará más fácil hacerlo también; procure que su relación sea auténtica
para que ellos adopten la práctica de incluirlo. La clave es procurar que Dios sea el primero en sus vidas,
que valoren lo importante de tener relaciones sanas con Dios y los demás, que sepan en qué consisten
esas relaciones sanas, y que las perfeccionen

I.- CARACTERÍSTICAS DE SU DESARROLLO


Los niños de cinco y seis años, son más sociables y desarrollan una gran cantidad de habilidades,
aunque su crecimiento físico es más lento.

A.- Desarrollo físico y mental


1.- Niños de cinco años
Por lo general, los niños han duplicado la estatura, y pesan de 16 a 23 kilos
Comen solos usando los cubiertos
Se viste y desvisten solos
Son activos y ágiles
Saben escribir su nombre en letra de imprenta grande
Tienen un vocabulario de unas 2,000 palabras, aunque comprenden una cantidad mayor
Son sociables, y les gusta jugar con otros
La aprobación y los elogios de los adultos son muy importantes, y brindarán su colaboración para
conseguirlos
Son curiosos, tienen entusiasmo por aprender
Sus emociones son estables.

2.- Niños de seis años


Empiezan a perder sus dientes de leche y comienzan a salirles los permanentes
Tienen proporciones similares a las de un adulto
Necesitan muchas oportunidades de moverse
A veces, ya saben andar en bicicleta
Tienden a usar una mano más que la otra
Sus emociones están a flor de piel, tanto, que pueden sentirse desconcertados y alarmados por sus
propios altibajos emocionales
Con frecuencia se ponen mandones y les gusta establecer reglas para que otros las obedezcan.
Pueden reflexionar sobre el pasado y el futuro; quieren sabe r sobre el pasado de sus padres (pero
sin la secuencia de los eventos)
Pueden asumir responsabilidades y cumplir tareas sencillas
Pueden deducir cómo una actividad afecta otra
Cantan y leen bien, aun cuando señalan con el dedo las palabras
Aprenden que los demás también tienen derechos
Empiezan a expresar sus emociones en formas socialmente aceptables
B.- Desarrollo espiritual
Los cinco y seis años son una etapa importante para aprender acerca de sus relaciones y cómo
funcionan, tanto con Dios como con otras personas. Ahora es cuando necesitan establecer una firme
comprensión fundamental de por qué sus relaciones son importantes, y cómo los afectan a ellos, a los
demás, a su diario vivir, y a sus vínculos con los que los rodean.

Los niños de esta edad se vuelven más activos. Están listos para participar en su propio desarrollo.
Es importante que ellos aprendan que no se trata sólo de la relación de usted con Dios, sino de la relación
de ellos con Dios. Así que ya pueden, por ejemplo, empezar a decir sus propias oraciones; y necesitan
leer regularmente con usted sus libros de historias bíblicas.

A esta edad, es seguro que los niños van a querer hacer otras cosas, en lugar de orar, leer la Biblia,
etc.; esto es normal. Si se les da a elegir entre trabajar y aprender o divertirse y pasar el tiempo sin hacer
nada, con frecuencia optarán por lo último (¡tal como sucede con muchos adultos!). ¿Cómo manejar esto?
Evite hacer que el momento que dedican a aprender de Dios parezca trabajo: algo que tiene que
hacer, pero quisiera terminar de una vez.
Su propia actitud positiva ayuda aquí enormemente
Cuando les lee historias bíblicas y ora con ellos, dedíqueles toda su atención.
Si tienen preguntas o comentarios, escúchelos
Si algo los molesta, tómese el tiempo de conversar sobre el asunto y orar por ello
No permita que lo que tiene planeado sea tan rígido que no pueda cambiarlo cuando conviene
hacerlo.
Este es el modo como nos escucha Dios, y este es el modo como podemos ofrecer a los hijos un
ejemplo de cómo Dios escucha.

II.- CLAVES PARA PREPARAR SU CORAZÓN


En esta etapa la frase clave es “autonomía en aumento”. Si en los retratos que hacen de su vida
hasta ahora siempre lo han incluido a usted al frente y en el centro, ahora empiezan a incluir a sus amigos
y sus recientes contactos sociales; con frecuencia, con usted en el fondo. La clave es conseguir que esos
retratos sean positivos.

A.- Hable con sus hijos sobre cómo les gusta ser tratados
Recuerde que a los niños hay que enseñarles cómo entablar relaciones con Dios y los demás.
Necesitarán aprender en qué consiste el tratar bien a los demás:
o Cómo hablar cortésmente
o Cómo compartir
o Cuándo pedir perdón, y por qué.
Necesitan aprender a respetar a los demás:
o Sus deseos
o Sus derechos, y
o Su propiedad.
Necesitan aprender todo esto de alguien: usted.
De un modo similar tiene que aprender cómo desarrollar una relación con Dios por medio de:
o La oración
o La adoración, y
o La lectura de su Palabra
Necesitan aprender a confiar en Dios, y a seguirlo.
Al enseñarles, recuerde que son únicos. Sea sensible a la personalidad y al desarrollo propio de
cada uno.
B.- Use su relación con ellos, y los vínculos que los unen
Usted está desarrollando una relación singular, y un vínculo particular con cada uno de sus hijos,
a medida que sus personalidades se hacen más evidentes y son más definidas. Usted está comenzando a
conocerlos. Use este vínculo y este cariño para mostrarles cómo es una relación con Dios. Por ejemplo:
ayúdeles a comprender que, si ellos nunca le hablaran a usted, o viceversa, no se conocerían muy bien,
ni usted podría suplir adecuadamente las necesidades de ellos. Lo mismo sucede con Dios.

C.- Recuerde concentrarse en la relación


La relación con Dios que establecen ahora, continuará por el resto de sus vidas. Es importante
establecer la base correcta de la misma:
Amor
Sana preocupación
Cuidado diligente, e
Interés
Por ejemplo: cuando están preocupados por los “monstruos” debajo de la cama, recuérdeles
que Dios los cuida; pueden confiar en él.

D.- Procure que empiecen a decir sus propias oraciones


Hasta ahora, usted ha orado por sus hijos, o expresado las oraciones en lugar de ellos; pero
necesitan avanzar hasta orar por sí solos. Usted puede ayudarles a decidir por qué orar; pero ellos pueden
orar por sus propios motivos con sus propias palabras. Mientras aprenden a hacerlo, pueden alternar: una
noche ore usted, la noche siguiente ellos; incremente gradualmente las noches en que lo hacen ellos.

E.- Conversen sobre las razones por las que deben obedecer.
Los niños ya han estado aprendiendo a obedecerle a usted; ahora pueden comprender que
obedecen debido a la relación que tienen con Dios, él quiere que lo hagan.
Hágales saber que usted también tiene que obedecer: tiene que obedecer a Dios, a su jefe, etc.
Explique cómo la colaboración y la obediencia facilitan las cosas; y
Deles siempre una razón por la cual deben obedecer: porque Dios los ama y sabe qué es lo mejor
para ellos. Les dice que hagan cosas que los beneficiarán a ellos y a otros a su alrededor. Esto
evita que Dios se convierta en el “pesado” o el disciplinario en los cielos.
En cambio, concentre la atención de los hijos en las cosas buenas acerca de Dios:
o Su amor por ellos
o Su habilidad y disposición para cuidarlos
o Su deseo de hacer lo mejor por ellos.

III.- REFLEXIONES HABITUALES SOBRE LA FE EN ESTA EDAD


Cuando los hijos estén listos para pasar a la próxima etapa,
o Tendrán un fundamento firme en el conocimiento global de la Biblia y en su relación con
Dios.
o Empezarán a ver cómo todo esto se relaciona entre sí
o Comprenderán que vivir implica establecer relaciones entre Dios y ellos, y entre ellos y
los demás.
o Tendrán habilidades sociales y espirituales básicas, y
o Estarán listos para aprender más
Recuerde la “piedra memorial” de la dedicación de los niños, un primer paso en el camino
de fe que ellos pueden evocar. De este acto tendrán sólo un recuerdo por las fotografías y las
memorias que usted guarda de ese día. Una “piedra memorial” de esta etapa de desarrollo, es un
punto decisivo si usted puede lograr que su hijo comprenda el mensaje básico del evangelio
(buenas nuevas) y de la salvación por medio de Jesús, y aún más si el niño escoge aceptar a Jesús
como Salvador y Señor.
Si ha estado leyéndoles a los hijos relatos bíblicos sencillos, ellos empezarán a comprender
el contexto de cómo su relación con Dios calza dentro de sus vidas.
A medida que crecen en el conocimiento de Jesús, serán capaces de entender el sencillo mensaje
de que la relación de Dios con ellos se ha roto a causa del pecado; de que Jesús, el Hijo de Dios,
murió en lugar de ellos; de que necesitan aceptar lo que Jesús hizo; y que pueden vivir con él para
siempre.
Satisfaga la curiosidad que sus hijos manifiesten sobre aceptar a Jesús. Dado que no sentirán
curiosidad por una información que no tienen, use una variedad de relatos, situaciones y medios
para hablar de la salvación. Aproveche épocas como Navidad y Pascua o bautismos en la iglesia,
para reforzar y aumentar su conocimiento de Jesús. Cuando se enteren de que Jesús murió en la
cruz, querrán saber por qué. ¡Qué oportunidad maravillosa para ayudarles a comprender el plan
de salvación!
No lo comprenderán todo, por lo menos no como los adultos, pero muchos niños invitan
a Jesús a su corazón a esta edad, o antes. El Espíritu de Dios los atrae a sí, y él sabe cuándo están
listos; y seguirá atrayéndolos a lo largo de sus vidas. Jesús dijo: “Dejad a los niños y no les
impidáis venir a mi…” (Mt. 19:14). También citó el Sal. 8:2: “De la boca de los pequeños y de
los que todavía maman has establecido la alabanza…”. (Ver también Mt. 21:169); y, por último,
¡Puede haber inmensa sabiduría en la sencilla comprensión de un niño de las “cosas profundas de
Dios”!

IV.- COSAS ACERCA DE DIOS QUE PUEDEN APRENDER


Aquí se muestra la información que los hijos están listos para aprender en esta etapa. En cada
área, hay una lista de temas que ellos pueden captar. Si parece que son demasiadas verdades para que
niños tan pequeños estén aprendiendo, recuerdo lo muchos que sus mentes tiernas pueden absorber, y
recuerde lo mucho que aprendieron desde su nacimiento hasta los cuatro años. Esta sección le ayudará a
incorporar todos estos conceptos a la agenda de los hijos para su aprendizaje espiritual durante esta etapa
de cinco a seis años.

A.- Saber – Lo que el niño de cinco y seis años puede aprender acerca del carácter y las acciones
de Dios.
En esta etapa de cultivar relaciones, será importante seguir construyendo sobre las verdades que
el niño ha aprendido acerca de quién es Dios (su carácter y personalidad) y lo que Dios ha hecho.

a.- Aprendiendo más acerca de quién es Dios


1).- Dios es tu Padre amante
Los niños necesitan aprender lo que “Dios es tu Padre amante” significa en términos prácticos.
Es muy probable que usted ya esté demostrando que el padre que ama a sus hijos quiere
o Cuidarlos
o Guiarlos
o Protegerlos
o Enseñarles
o Ayudarles a criarse saludables y sabios
o Vestirlos y alimentarios
o Darles consejos
o Ayudarles con las tareas escolares, y más.
Explíqueles que también Dios, su Padre celestial, quiere todo esto para ellos.
Los hizo porque quiere una relación amorosa y personal con ellos. Cuando les explique
claramente que Dios los ama, comprenderán que se pueden acercar a él, y querrán hacerlo.
Muestre al niño Santiago 1:17, y hable acerca de la consistencia de Dios y su invariable bondad:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces,
en quien no hay cambio ni sombra de variación”.
Enfatice al niño la característica más prominente de Dios: que él es amor: “Mirad cuán grande
amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo somos!” (1 Jn. 3:1).
Cuando el niño necesite algo, en lo posible, incluya a Dios en la solución. Por ejemplo: si el niño
le pide un vaso de leche, puede mencionar qué maravilloso es que Dios hiciera las vacas, y
ayudara a las personas a tener granjas lecheras y lecherías. Si el niño está preocupado por la
enfermedad de un animalito doméstico, o si le está costando superar una mala costumbre, oren
juntos sobre eso.
En las ocasiones cuando den regalos –Navidad y cumpleaños, por ejemplo- recuérdeles a los hijos
que, en última instancia, todo procede de Dios, y que a él le gusta darles cosas buenas. Esto no
significa quitarle mérito a la persona que ha dado un regalo; significa enviar oraciones de gratitud,
además de notas de agradecimiento.
Cuando los hijos estén enfermos, o se hayan lastimado, asegúreles que a Dios le importa lo que
les sucede, aun en el caso de que no los sane o cure inmediatamente. Sería bueno contarles el
relato de cómo Jesús no sanó inmediatamente a Lázaro, cómo lloró cuando vio que los amigos de
Lázaro lamentaban profundamente su muerte, y cómo Jesús finalmente lo resucitó (Jn. 11:1-44).

2).- En ciertos sentidos, eres parecido a Dios

Dios hizo al ser humano a su imagen, así que sus hijos se parecen a él en ciertos
sentidos:”Entonces Dios dijo: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen… Creó, pues, Dios al
hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó’” (Gn. 1:26,27).
o Puede contarles que, al igual que ellos, Dios siente emociones como tristeza, enojo, y
gozo; también ríe, habla, piensa, elabora cosas, y entabla amistades.
o Es importante que los niños sepan que fueron hechos “a la imagen de Dios”, porque
entonces saben que Dios los comprende y puede ayudarlos.
o También logra que Dios sea más real para ellos; les resulta más fácil creer en él, acercarse
a él y hablar con él.
Quizá los hijos pueden identificarse más fácilmente con Jesús, porque él
o Fue humano, de carne y hueso
o Sus actividades y elecciones fueron registradas de manera que él puede leerlas
o Su hijo se puede identificar con Jesús, quien tuvo las mismas sensaciones y tentaciones
que ellos experimentan (Heb. 2:14,18).
Disfrute descubriendo la creación única que son los hijos. Ayúdeles a relacionar los talentos y la
personalidad que tienen, con el carácter de Dios.
o Tal vez puedan realizar una exhibición de talentos en familia. Cada niño demostrará una
habilidad; sea lo que sea, desde tocar el piano, hasta hacer muecas cómicas.
o Después, conversen sobre los “talentos” de Dios. ¿Cuáles de ellos les ha dado a los seres
humanos (compasión, capacidad para perdonar, creatividad, gozo)? ¿Cuáles se ha
reservado para sí mismo (omnipotencia, soberanía, omnisciencia)?
Tenga a Dios como su huésped en una comida.
o Hasta puede reservarle un lugar, para recordarles a los hijos que él siempre está presente.
o Cuando rían juntos, dé gracias a Dios por la alegría
o Cuando mencione lo orgulloso que está de sus hijos, dígales que Dios también lo está.
o Cuando cuenten chistes, recuérdeles que también Dios tiene sentido del humor.
Saque a los hijos a pasear individualmente. Al hablar y escuchar, recalque su interés en la vida
de ellos. Luego, coménteles que también Dios disfruta de ellos. Recuérdeles que Dios está
pensando en ellos, y le gusta estar con ellos.

c.- En otros sentidos, eres muy distinto a Dios


Aunque fuimos hechos a la imagen de Dios, no somos sus iguales. Hágales saber que, a diferencia
de nosotros,
o Dios puede hacer de todo, sabe todo, y está en todas partes
o Nada es tan difícil que no lo pueda hacer, ni tan insignificante, que no se interese por ello;
o No hay nada que no entienda
o Ningún lugar está fuera de su alcance
Comprender estas verdades, ayudará a los hijos a confiar en Dios cuando el mundo
los atemoriza, confunde, o parece fuera de control.
Tome tiempo para explorar los textos de la Biblia que hablan de gran poder de Dios (Jer. 32:17).
Hable de las limitaciones de los humanos, y de que Dios puede hacer cualquier cosa (Mt. 19:26).
o Recuérdeles a los hijos que Dios lo sabe todo (Sal. 147:5; Mt. 10:30)
o Hágales saber que nada ni nadie puede esconderse de Dios (Jer. 23:24).
En esta etapa, los niños están comenzando a descubrir la inmensidad de la creación de Dios. En
muchos casos,
o Demuestran interés por el sistema solar, los volcanes, los dinosaurios, el mundo
submarino, y otras maravillas creadas por Dios.
o Saque de la biblioteca pública libros y videocintas que describan el gran tamaño de
Júpiter, las distancias increíbles entre las estrellas, y la profundidad de los mares.
o Miren juntos mapas y un globo terráqueo que muestren el tamaño de los países y
continentes.
o Cuando lo hagan, habla de lo poderoso que debe ser Dios para hacer cosas tan gigantescas.
Asegúreles que le pueden pedir a Dios cosas grandes. Él todo lo puede. Darles la idea de que haya
cosas que no deben pedir, siembra la duda y socava su sentido de confianza; pero, ¿qué hago si
los hijos quieren que Dios haga caer nieve en el verano? Quizá se pregunte usted. ¡Déjelos que
lo pidan! Explique que, a veces, esto significa que su respuesta será negativa; tal como usted a
veces tiene que decir que no, porque lo que piden no es bueno para ellos, porque no es el momento
apropiado, o porque tiene un plan mejor.
Si usted ha sufrido una desilusión por lo que consideró una oración sin respuesta, puede
resultarle difícil asegurarles a los hijos que Dios es capaz de hacer cualquier cosa. Quizá sienta
que los expone a que ellos también se desilusionen.
Particípeles que usted está aprendiendo a confiar en Dios
Investigue con ellos la Biblia, buscando versículos sobre la actitud de Dios hacia nuestros
pedidos. Considere leer o comentar algunos de los siguientes versículos que muestran lo que Dios
siente acerca de nuestras peticiones: Jn. 14:13,14; Ro. 8:31,32; Mt. 7:7-11; Ef. 3:20,21.
Tómese tiempo para reflexionar sobre cómo Dios es diferente a usted, y cuán grande y poderoso
es. Si le parece conveniente, converse sobre sus sentimientos con un pastor o un amigo cristiano
maduro. A medida que vaya creciendo su confianza en el poder de Dios y en la disposición de él
para responder con sabiduría, usted podrá enseñar mejor ese sentido de confianza a sus hijos.

4).- Jesús siempre ha estado con Dios, y es Dios


El Jesús con el que la mayoría de los niños está relacionado, es el Jesús-hombre, su amigo; pero
ellos también necesitan saber que él es Dios, con todas las cualidades y habilidades de Dios el
Padre.
o Ha vivido desde siempre, y estaba con Dios antes de que se iniciara el tiempo
o Él hizo todo (Jn. 1:14)
o Cuando los niños entienden que Jesús hizo todo, y que por lo tanto sabe cómo funciona y
se desenvuelve todo, comprenden que él sabe cuál es la mejor manera de vivir.
En lo posible, cuando les lea a sus hijos historias bíblicas acerca de Jesús, o cuando hable de él
en el transcurso del día, trate de proyectar lo maravilloso que es Jesús:
o Es el Hijo de Dios
o Que siempre ha existido
o Quien lo creó todo
Por ejemplo: al contar el relato de cómo Jesús alimentó a miles de personas, puede
decir: “Producir una comida abundante, usando unos pocos panes y peces, no fue
problema para Jesús; ¡él hizo todos los peces del mar!”. O cuando hable de cómo Jesús
bendijo a los niños, podría preguntar: “Si estuvieras formado en una fila para ver a Jesús,
¿estarías nervioso? ¿Te parece que esos niños sabían que él era Dios?”.
o Los comentarios que demuestran la maravilla, el portento que es Jesús, y el respeto que
merece, ayudan a sus hijos a empezar a entender la naturaleza divina de Jesús. Es fácil
dejar de maravillarse por quién es él y lo que hizo. ¡No caiga en esto, y comunique a sus
hijos ese sentido de maravilla!
En la época de Navidad, muchas veces nuestras celebraciones enfatizan el lado
humano de Jesús: el bebé vulnerable en el pesebre. Si quiere recordar a los hijos que Jesús
también es Dios, puede ser de ayuda un calendario de Adviento. A medida que los hijos
van abriendo cada día las pequeñas puertas del calendario durante el mes de diciembre,
podrán imaginarse juntos qué habrá estado sucediendo en el cielo mientras el Hijo de Dios
se preparaba para venir a la tierra en forma humana.

2.- Aprendiendo más sobre lo que Dios ha hecho


a.- En la Biblia, Dios te cuenta sobre ti mismo, sobre su Hijo Jesús, y su plan para ti
Una vez que los hijos sepan que la Biblia es el libro de Dios, necesitan aprender por qué él la dio.
o Hágales comprender que por medio de la Biblia pueden aprender del Dios que los ama
mucho, y de su plan para ellos.
o Es su manual de instrucciones para la vida (Sal. 119:105), y preparado por el propio
inventor de la vida (2 Tim. 3:16,17).
o ¡La biblia es una carta de amor!
o ¡Es una autobiografía!
o ¡Es un libro de historia!
o ¡Es una aventura verídica!
Haga referencia a la Biblia de varias maneras, a fin de que los hijos puedan percibir que tiene una
variedad de propósitos. Muestre el manual de instrucciones de su aparato de video, de su máquina
fotográfica, o de algún otro artefacto. Explique que el libro ayudará a saber bajo qué condiciones
funciona mejor el aparato, y cómo obtener de él un máximo rendimiento.
Destaque que la Biblia es nuestro manual de instrucciones para la vida, escrito por Aquél que nos
creó. Puede hacer lo mismo usando otro tipo de libros: una enciclopedia donde buscamos las
respuestas a nuestras preguntas; un atlas que nos muestra el camino a tomar cuando salimos de
viaje; y muchas cosas más.
No importa cuántas Biblias o libros de historias bíblicas tenga en su casa, asegúrese de que cada
niño considere como suyo o suya uno en particular. Los hijos necesitan Biblias, o libros de
historias bíblicas “de ellos”. Esto subraya la idea de que el libro especial de Dios es para ellos.
Si el libro de historias bíblicas que tienen no relaciona los relatos entre sí, procure hacerlo
usted mismo cuando los lee.
Ayude a los niños a entender el orden de los relatos. Por ejemplo: que Adán y Eva vivieron antes
de Noé, quien vivió antes de Abraham, quien vivió antes de David, quien vivió antes de Jesús.
Esto aumenta su comprensión de la historia en general. Lo mismo sucede cuando aprenden los
nombres y el orden de los libros de la Biblia, cosa que los niños de esta edad pueden empezar a
hacer.
Los niños necesitan saber que, aunque la Biblia se compone de muchos relatos, la suma de ellos
es el relato principal del plan de Dios para el mundo desde su creación, hasta la eternidad. Ese
plan es hacer posible que seamos sus hijos. Además de dar a los hijos el contexto de cada relato,
esto les ayuda a conocer la Biblia, e ir entendiéndola poco a poco. En consecuencia, habrá menos
probabilidad de que se sientan intimidados por las Biblias “grandes” más adelante.

b.- Dios envió a su Hijo, Jesucristo, para morir por ti


Es imprescindible que nuestros hijos conozcan los datos relacionados con la vida, muerte y
resurrección de Jesús; pero es aún más indispensable que comprendan por qué estas cosas son
importantes para ellos personalmente.

Podría explicar el tema leyendo a los hijos lo siguiente:

“Jesús fue la persona perfecta que Dios necesitaba para su plan. Como él es el Hijo de Dios, es
la única persona, desde que Adán y Eva cometieran el primer pecado, que nació sin pecado. Se crio
como tú, obedeciendo a sus padres, haciendo sus tareas, yendo a la escuela, jugando y aprendiendo
cosas. Cuando Jesús tenía 30 años, empezó la obra que Dios le había dado. Recorrió su país hablándole
a la gente de cómo era Dios, y mostrándoles que Dios los amaba. Fue amigo de personas que otros
evitaban, y recibió amorosamente a los niños. Jesús también les mostró a las personas que Dios es
poderoso. Les enseñó acerca de cómo es el reino de Dios, cómo orar, y qué cosas son realmente
importantes. Por ejemplo: dijo que lo que tienes adentro es aún más importante que la manera como te
comportas.

A los líderes religiosos no les gustaba lo que Jesús enseñaba y hacía. Le tenían envidia, así que
planearon librarse de él. Le pidieron a Judas, uno de los seguidores de Jesús, que los ayudara. Una
noche, cuando Jesús estaba conversando con sus amigos, los líderes religiosos mandaron a Judas con
unos hombres para llevarlo preso. Lo llevaron al gobernante de la región, y le hicieron un juicio, porque
decía ser el Hijo de Dios. El gobernante trató de poner en libertad a Jesús, pero le tenía miedo al pueblo,
y finalmente lo entregó a los soldados para que lo clavaran a una cruz y lo mataran.

Jesús no había hecho nada malo. Era perfecto. Podía haber impedido que los soldados lo
mataran, pero no lo hizo. En realidad, no tenía por qué morir, porque nunca había pecado; pero murió
para pagar nuestros pecados, y para pagar los pecados de todos los que hayan vivido, para que tú
pudieras ser perdonado y ser hijo de Dios, como Dios siempre quiso; pero este no es el final de la
historia. Jesús no se quedó muerto. Cuando se levantó de la muerte, mostró que Dios es más poderoso
que la muerte, y que había aceptado su muerte en lugar de la de todos los demás. Jesús les dijo a sus
amigos que contaran la verdad a otros, y después, se fue al cielo para estar con Dios. Un día, Jesús
volverá para recoger a todos los hijos de Dios: los que creen que Jesús murió por ellos y, por lo tanto,
han sido perdonados. Todos estarán con Dios para siempre. ¡Nada volverá a separarlos nunca del amor
de Dios!”.

Para ayudar a los hijos a comprender el sacrificio de Jesús, puede


o Leerles el relato anterior
o Leerles un buen libro de historias sobre la muerte y resurrección de Jesús, o mostrarles un
video sobre el tema (no deje de verla usted primero, para asegurarse de que sea apropiada
para sus hijos).
o Muéstreles un pasaje en Juan, donde Jesús explica cómo se puede nacer de nuevo (Jn.
3:16).
o Conteste cualquier pregunta que tengan; y si no sabe las respuestas, prométales
averiguarlas y dárselas. Si no puede encontrar la respuesta en su Biblia, o en este libro,
consulte con el maestro de la Escuela Dominical de su hijo, o con el pastor de la iglesia.
Cuando los hijos demuestren entender lo básico sobre lo que Jesús ha hecho por ellos, diga
sencillamente algo así: “¿Te gustaría orar y pedirle a Dios que te perdone y te haga su hijo en este
mismo momento?”. Usar la frase “este mismo momento”, facilita el preguntarles lo mismo más
adelante, si no están listos todavía.
Si están listos, pídales que oren en sus propias palabras, o que digan con usted una oración
sencilla, como esta: “Querido Dios: sé que he hecho cosas malas, y que he pecado. Lo siento. Sé
que Jesús, tu Hijo, murió por mis pecados y se levantó de entre los muertos. Por favor,
perdóname, y hazme tu hijo. Ayúdame a confiar en ti, y a obedecerte, y a tomar las decisiones
correctas. Gracias por amarme y hacerme tu hijo. En el nombre de Cristo. Amén”.
¿Qué edad deben tener los niños cuando oran para aceptar a Jesús como su Salvador? Hay niños
que ya pueden hacer esto a los tres años, aunque la mayoría todavía no entiende del todo lo que
está haciendo. Si siente la inquietud de que su hijo ha “dicho la oración” sin captar toda la
teología, recuerde que los niños sólo tienen que comprender los puntos principales. Ser perdonado
y aceptar a Jesús como Salvador no es como firmar un contrato en el que uno tiene que tener
cuidado de leer hasta el más minúsculo detalle. Es el comienzo de una relación cariñosa; un
fundamento sobre el cual los niños edifican a lo largo de sus vidas.
Si sus hijos no aceptan a Jesús exactamente de la misma manera, o en la situación que usted había
imaginado, trate de no preocuparse y de no sentirse desilusionado. No hay una única manera
“correcta” de acudir a Jesús. Puede suceder con usted, en el culto, o en la Escuela Dominical, con
un amigo, o cuando están reflexionando solos; en cualquier parte. Puede ser algo emotivo, o
totalmente natural. Dios quiere una relación exclusiva con cada persona, y cada relación se inicia
de su propia manera.
Celebre con sus hijos cuando aceptan a Jesús en su corazón (Lc. 15:10). ¡Organice una fiesta!
Haga que esta sea una ocasión especial que será recordada y atesorada. Esta es una “piedra
memorial” en la vida espiritual de sus hijos, una “foto” que su hijo puede tener en su “álbum” de
recuerdos para siempre.

c.- Dios ha preparado un lugar para ti en el cielo. Jesús volverá por ti


¡Jesús va a regresar! El cómo y el cuándo no es tan importante como el hecho de que él va a
regresar.
o Para los niños, lo importante es saber la razón por la que él va a volver: para llevarlos a
ellos al cielo para que estén con él para siempre.
o Dígales que Dios está preparando un lugar maravilloso para ellos, y esperando el
momento en que estarán allá con él. Es un lugar tan maravilloso, que ni siquiera podemos
imaginarlo (1 Co. 2:9).
o Cuando les enseña a los hijos el futuro que les espera en el cielo, les da esperanza y el
comienzo de una percepción de eternidad que pone todas las cosas en su perspectiva
correcta (Is. 35:10; Jn. 14:2,3; Ap. 21:3,4).
Muchas personas tienen la idea de que el cielo es un lugar aburrido, estancado, donde nunca pasa
nada y todo el mundo anda por allí tocando el arpa. Si sus hijos han recibido esa impresión de la
TV o de otras fuentes, quizás se pregunten: “¿Quién puede querer ir allí?”. ¡Pero el cielo es
fantástico! La Biblia dice que allí no habrá llanto, ni tristeza, ni dolor, ni sufrimiento. Y el cielo
no es sólo la ausencia de cosas malas; el apóstol Pablo escribió que era mucho más grandioso de
lo que nadie se pueda imaginar. La próxima vez que usted y sus hijos disfruten de una comida
especialmente deliciosa, de un juego emocionante o de un paisaje imponente, comente que el
cielo es aún mejor.
Si al conversar sobre el cielo surgen preguntas sobre los ángeles, explique a los hijos que
o Los ángeles viven en el cielo, y
o Son los ayudantes de Dios
o Ellos llevan a cabo los planes de Dios, y
o A veces, nos traen sus mensajes (como Gabriel le trajo el mensaje de Dios a María y a
José), y
o Dios les encarga que cuiden a los creyentes (Sal. 104:4; Heb. 1:14).

B.- Amar – El niño de cinco a seis años y su relación con Dios


¡Este es un tiempo emocionante en la vida espiritual de un niño! Cuando los niños llegan a la
edad de cinco o seis años, ya tienen la capacidad de buscar una relación con Dios, y descubrir que ¡él
también está ansioso de tener una relación con ellos!

1.- Puedes tener una relación con Dios


a.- Puedes tener una relación con Dios al aceptar lo que Jesús hizo por ti
Sí, Jesús murió por los hijos de usted, a fin de que sus pecados pudieran ser perdonados; pero,
¿para qué? ¡Para que pudieran tener una relación cercana con Dios, su Padre celestial! (Jn. 14:6,7).

Asegúrese de que sus hijos sepan que Dios ansía tener una relación con ellos. Quiere tener una
amistad especial con él, una que él no puede tener con nadie más, porque cada niño es único. En
esta relación privada, llegan a conocer a Dios en su propia manera particular.
Los niños necesitan saber que al aceptar a Jesús como Salvador es el comienzo y no el final. Que
conocer a Dios es algo emocionante que harán durante el resto de sus vidas (Jn 14:23).
Deje que sus hijos vean cómo es su relación con Dios
o Permita que lo oigan orar con honestidad y como si fuera una conversación; anímelos a
orar de la misma manera, aun sobre cosas que pueden parecer triviales.
o Cuénteles algo que Dios le haya enseñado por medio de la Biblia
o Hable de ocasiones cuando se haya sentido especialmente cerca del Señor. Si a veces se
siente lejos de él, admítalo.
o Si considera difícil relacionarse con una persona que es invisible y no le habla a usted en
voz alta, admítalo también.
o Dígales que es lo que más extrañaría si no pudiera tener una relación con Dios. Cuando
los niños puedan aprender que una relación con Dios puede ser muy real con sus altibajos,
tendrán expectativas más realistas al iniciar su propia relación con él.
Confeccione recordatorios visuales de la relación entre sus hijos y Dios. Por ejemplo: los niños
pueden hacer un dibujo de ellos caminando con Jesús. O recorte una ilustración de Jesús de una
revista, o una hojita de las que usan en la Escuela Dominical, y péguela a un retrato de familia.
Coloque estos recordatorios donde sus hijos puedan verlos con frecuencia.

b.- Dios quiere tener una relación contigo; puedes hablar con Dios por medio de la oración
Es difícil sentirse cerca de alguien sin comunicación. Enseñe a los hijos que la manera principal
de desarrollar su relación con Dios es por medio de la oración. Explíqueles que, ya que Dios se
interesa tanto por ellos, quiere saber todo lo que hay en sus corazones y en sus mentes (1 P. 5:7).
En esta edad, es posible que oren mayormente estando usted presente y cuando usted se los
sugiera. Sin embargo, al avanzar en esta etapa, su meta será enseñarles cómo decir solos sus
oraciones (Mt. 6:6).
Al principio de esta etapa, según como sea su hijo, puede sencillamente hacer que repita las
oraciones después de usted.
o Pruebe las “oraciones ping-pong”: usted ora por algo, y luego su hijo continúa; luego lo
hace usted, y así sucesivamente.
o También puede usar las “oraciones empezadas”: después de compilar una lista de cosas
por las cuales orar, usted le da una pista de una o dos palabras de algo en la lista, y su hijo
ora por ese motivo. Esta progresión ayudará al niño a avanzar sin esfuerzo hasta poder
decir sus propias oraciones.
Al comenzar esta etapa, es posible que usted les esté indicando a los hijos sobre qué orar,
especialmente si tienen dificultad para expresar nuevas ideas. No obstante, procure hacer una
transición gradual hasta que puedan decir lo que quieren hablar con Dios.
o Ayúdeles a preparar una lista haciéndoles preguntas u ofreciendo sugerencias.
o Tarde o temprano podrán confeccionar su propia lista con un poquito de ayuda.
o Transferirles esta responsabilidad, les ayuda a ver que esta es la relación de ellos con Dios,
no la de usted.
En la variedad está el gusto, ¡también en la vida de oración! Aun si su momento principal de
oración siempre es al acostarse,
o Evite orar todas las noches por los mismos motivos, y de la misma manera.
o Procure que la oración de cada noche tenga la mayor relación posible con los
acontecimientos de ese día.
o A veces, pídale a su hijo que ore por los motivos de oración que usted tiene.
o Cambie a veces las rutinas de la hora de acostarse, a fin de que la oración no sea
meramente otro paso hacia “apagar las luces”.
o Esto refuerza la verdad de que la oración es importante.
¿Cómo podemos hablar con alguien a quien no podemos ver? Si los hijos tienen un problema con
esto, ayúdelos a comprender
o Poniéndose de pie cerca de ellos y
o Haciendo que cierren los ojos
o Guarde silencio por un momento
o Luego pregunte: “¿Estoy todavía aquí cuando tienes los ojos cerrados? ¿Cómo lo sabes?”.
o Luego explique: “Sucede lo mismo con Dios. Aunque no lo podemos ver, sabes en tu
corazón que él está aquí. Puedes saber que nunca se irá, porque la Biblia dice que siempre
estará contigo”.
Anime a los hijos para que actúen con naturalidad ante Dios. Existe una diferencia entre el respeto
y la demostración de respeto. El respeto es una cuestión del corazón, no de las palabras. Hablar
en tonos y términos reverentes puede sonar respetuoso, pero Dios ve el corazón. Está mucho más
interesado en una relación honesta, que en una que sólo “suena” piadosa.

2.- Puedes dar gracias a Dios y a Jesús por todo lo que han hecho y aún hacen por ti
Ayudar a los niños a ser agradecidos, es uno de los regalos más grandes que les puede dar.
o Ser agradecidos, los prepara para recibir la gracia de Dios
o Los guía de manera que confían en la providencia y el cuidado de Dios, y
o Fortalece su fe
o Una actitud de agradecimiento los lleva al contentamiento y la paz.
o Poder reconocer las bendiciones en todas sus formas, sean grandes o pequeñas, incidirá
sobre la formación de los hijos, y aumentará su felicidad.
o Cuando Pablo exhortó a los cristianos de Filipos a orar sin cesar, incluyó la oración de
gratitud (Fil. 4:6)
Estimular a los hijos a estar conscientes de lo que Dios está haciendo y agradecérselo, ayudará
para que se desarrolle en sus corazones una actitud de contentamiento (Fil. 4:12).
Dado que piensan en términos concretos, los niños no siempre relacionan sus oraciones con las
respuestas de Dios. Ni relacionan a Dios con las cosas maravillosas que tienen.
o Anime a los hijos a preparar una lista de sus diez cosas favoritas;
o Destaque que esta son regalos de Dios
o Si mantienen una lista de oración, ayude a los hijos a identificar también las respuestas.
De cuando en cuando, al final de un día transcurrido, hable con los hijos de las cosas no tan
buenas que hubieran podido suceder y que no sucedieron: podría haberse enfermado, tropezado
y caído, podría haber perdido el dinero para la merienda en la escuela, hubiera podido haber un
terremoto, etc. Agradezcan juntos a Dios por las cosas que no sucedieron.
Deje que los hijos perciban la gratitud de usted cuando adjudica a Dios las bendiciones que recibe.
Por ejemplo: a la hora de comer agradezca a Dios por otras cosas, aparte de la comida. Expresar
gratitud y contentamiento con lo que tiene, es un ejemplo positivo para que ellos imiten.

3.- Puedes pedirle a Dios sabiduría y orientación


Dios quiere que sus hijos pidan sabiduría: la habilidad de saber hacer lo correcto en una situación
dada. ¡Él tiene toda la sabiduría que ellos puedan necesitar! Aliente a los hijos a pedir sabiduría
regularmente durante sus momentos de oración y en cualquier momento que necesiten saber qué
hacer (Stgo 1:5; 3:15-17). Dios promete proveer dirección cuando sus hijos se lo pidan (Pr. 2:3-
5).
Aproveche las preguntas y frustraciones de los hijos para enseñarles cómo pedirle sabiduría a
Dios. Si se han alterado porque no pudieron desarmar un juguete, o volver a armarlo, recuérdeles
que Dios está pendiente para ayudar.
Muéstreles cómo detenerse y estar quietos un momento mientras le piden a Dios sabiduría.
Ayúdeles a estudiar su situación, y a ver cómo surgen las ideas. Si Dios parece indicarles que le
pidan ayuda a alguien, está bien. Dios nos proporciona sabiduría de muchas maneras diferentes
y en su tiempo.
Evite dar a los hijos la respuesta usted mismo cada vez que necesitan orientación.
o A veces, es bueno mostrarles cómo hacer algo, pero otras veces, usted puede guiarlos a
Dios para pedirle sabiduría.
o Necesitan saber qué hacer cuando usted no está con ellos.
o Así que, tómese el tiempo para explicarles el proceso de pensar y orar que pueden poner
en práctica cuando usted no está presente.

4.- Puedes leer acerca de Dios y su Hijo Jesús en la Biblia, o en un libro de historias bíblicas. Empiezas
a leer por ti mismo la Biblia y a tener tu momento a solas con Dios.
Ha llegado el momento para llevar la lectura bíblica a otro nivel.
o Indíqueles que Dios puede enseñarles muchas cosas cuando leen (Jn. 5:39).
o Cuando lean juntos, inicie con su hijo la costumbre de pedir a Dios que les ayude a
aprender lo que su Palabra puede enseñarles, y de pedirle también que les ayude a
comprenderla. Haga esto cada vez que se disponen a leerla.
o Tal vez pueda leer el Salmo 119 con el niño, buscando los versículos que alaban y valoran
“la ley” (la Palabra de Dios).
De cuando en cuando, mencióneles que llegará el día cuando ellos mismos leerán la Biblia.
o Ayúdeles a esperar esto con anticipación como parte de llegar a ser “grande”, y como
parte de pasar un momento con Dios diariamente, y de ir conociéndolo mejor.
o En esta etapa, es probable que usted esté leyendo con ellos, pero déjelos tomar algo de
iniciativa. Por ejemplo, pueden buscar su libro de historias bíblicas y guardarlo, pueden
poner un marcador cuando hayan terminado, y pueden ayudar a decidir si leerá usted una,
dos, o tres historias en esa ocasión.
Cuando lea, se sorprenderá con qué frecuencia algo en la historia bíblica coincide con sus luchas,
o aún, con algo que les sucedió ese día.
o Converse con ellos acerca de esas “coincidencias”.
o Muéstreles cómo lo que sucedió en la historia, se compara con lo que les sucedió ese día.
Esto les ayudará a ver lo pertinente que es la Biblia, y cómo Dios la usa para hablarles.
Busque oportunidades para incluir las verdades de la historia bíblica en el momento de la oración
del niño. Por ejemplo: puede orar: “Señor, ayuda a Clarita a confiar en ti como confió David
cuando tuvo que enfrentarse con Goliat”. Esto subraya que las lecciones bíblicas son para ser
aplicadas, y que podemos confiar que Dios puede ayudarnos a cambiar a medida que vamos
aprendiendo más y más de su Palabra.

C.- Vivir – Cómo pueden los niños de cinco y seis años vivir su fe
En la sección previa de este curso, hablamos acerca de cómo todos los creyentes, de cualquier
edad, viven su fe por medio de ser seguidores de Dios y hacer lo que le agrada. Su pequeño está listo
para avanzar en estas dos áreas significativas.

1.- Ser todo lo que Dios quiere que seas


a.- Dios tiene un plan para ti
A Dios no sólo le importa cómo son sus hijos ahora, sino también qué clase de personas llegarán
a ser. Le importa lo que van a hacer con su vida.
o Asegúreles que son especiales para Dios, y que él tiene un plan para sus vidas que se
adapta perfectamente a ellos.
o El Creador formó a sus hijos en una manera maravillosa (Sal. 139:14-16); y
o El Creador tenía una razón para crear a los hijos de usted (Ef. 2:10).
A la mayoría de los niños les encanta oír anécdotas relacionadas con su nacimiento, y acerca de
lo que hacían cuando eran chiquitos.
o Cuando usted cuente acontecimientos vinculados con el nacimiento de sus hijos, incluya
en sus relatos la obra de Dios en aquel momento.
o Dios no fue un Padre ausente; estaba presente, involucrado en la creación de ellos, y
esperando con entusiasmo su arribo a este mundo.
Tómese tiempo para soñar con sus hijos acerca del futuro. Pregunte: “¿Qué quieres ser cuando
seas grande? ¿Cómo podrías ayudar a otras personas de una manera que quizá nadie podría?”.
o Siembre la idea de que Dios tiene un plan para ellos.
o Recuérdeles que Dios quiere que lleguen a ser todo lo que pueden ser, y que él les ayudará
a lograrlo.
Los niños necesitan sentirse deseados
o Saberse queridos, constituye también un buen fundamento sobre el cual irán formando un
sentido de propósito en la vida.
o Usted puede ayudar a los hijos a saber que, tanto usted como Dios, los quieren, y que
están contentísimos de que estén en este mundo.
o Puede recordarles esto en cualquier momento, pero los cumpleaños son una ocasión muy
apropiada para hacerlo. Cuando usted dice: “Me alegro de que hayas nacido”, mencione
que Dios también se alegra.
b.- La Biblia te dice qué clase de persona quiere Dios que seas
Aun los niños pequeños pueden entender que la Biblia es el libro más importante que jamás
leerán, porque explica de qué se trata la vida, cómo es Dios, y cómo él quiere que ellos sean.
Explique que los relatos bíblicos, y los versículos, les ayudan a aprender cómo complacer a Dios
(2 Tim. 3:16,17).
¿Le tiene miedo el niño a algún chico agresivo en la escuela? Lean el relato de Daniel en
el foso de los leones (Dn. 6). ¿Se niega a perdonar a alguien? Conversen sobre la parábola del
siervo malvado (Mt. 18:21-35).
Cuando los hijos tienen problemas de estrés, o de conducta, recuérdeles relatos bíblicos que
puedan ayudarles a comprender cómo quiere Dios que sean, y que se comporten en las situaciones
que están viviendo. Esto refuerza la importancia de la Palabra de Dios y que a Dios le importa
cómo se sienten y actúan.
Compártales alguna cuestión con la que usted tiene problemas: controlar su genio, ser generoso,
confiar en Dios, etc.
o Muéstreles cómo usted puede buscar en la Biblia (comenzando con una concordancia) y
encontrar versículos que le ayudan a superarla.
o Deje que observen cómo usted anota algunos de los versículos en pequeñas tarjetas, y las
coloca donde las puedan ver con frecuencia.
o Coménteles más o menos cada semana cómo la Palabra de Dios le está ayudando a superar
su problema.
o A fin de mes, ayude a los hijos a hacer algo similar con las dificultades que enfrentan
ellos.

c.- El camino que Dios quiere, es el mejor para ti. Puedes ser todo lo que Dios quiere que seas si sigues
a Jesús.
Dios sabía que los niños necesitarían una motivación práctica y concreta para seguir su camino,
por eso hizo que Pablo lo expresara con palabras.
o Les dijo a los hijos que obedecieran a sus padres para que les fuera bien y vivieran o
disfrutaran de una larga vida (Ef. 6:1-3).
o Si sus hijos conocen a Dios, confían en él, y aprenden a hacer las cosas como él indica,
tendrán lo que necesitan para vivir realmente la vida, en lugar de que los aplaste
Dios también sabía que necesitarían un ejemplo. Por lo tanto, Jesús vivió como Dios indica, y su
historia en la Biblia les muestra a sus hijos cómo quiere Dios que se comporten (Jn. 1633).
Cuando use relatos bíblicos para mostrar cómo vivir de la manera que Dios quiere, ayude a sus
hijos a relacionar las acciones de los personajes con los resultados. Por ejemplo: José fue fiel a
Dios. Sufrió por un tiempo en la cárcel, pero más adelante Dios recompensó su fidelidad dándole
una posición de importancia, segunda después de Faraón, en todo Egipto. Jonás ilustra las
consecuencias negativas de hacer las cosas como uno quiere. Otros relatos que muestran
claramente las consecuencias son los del rey Saúl, Gedeón, y Faraón en el tiempo de las plagas.
Por otro lado, los relatos de la vida de Jesús, muestran la manera correcta de vivir.
Cuando uno está tenso o apurado, es fácil contestar las preguntas de los hizo con un: “Porque lo
digo yo”; pero esta falta de razonamiento no les ayuda a comprender que sus órdenes son para el
propio bien de ellos; eso no les ayuda a confiar en usted. Del mismo modo: “Porque Dios lo dice”,
tampoco es adecuado. En la Biblia, Dios no se limita a decirnos lo que tenemos qué hacer, sino
que muchas veces nos explica el por qué. Si no sabe usted el por qué detrás de un mandato,
investíguelo, o pregúntele a alguien que conozca mejor la Biblia.
d.- Dios quiere que en tu corazón pongas sólo cosas buenas
Los niños de esta edad, están empezando a mirar más programas de TV y videocintas. Es
importante enseñarles desde muy pequeños el concepto de guardar sus corazones. Puede decir
algo como: “Dios quiere que elijas cosas buenas para poner en tu corazón para que seas feliz. Así
como Dios es bueno cariñoso, queremos serlo también nosotros. En consecuencia, queremos
mirar cosas que son buenas y cariñosas”. Recuérdeles Lc. 6:45.
El apóstol Pablo presenta una lista de aquello que debe ocupar nuestro tiempo y nuestra atención
(Fil. 4:8).
¿Se pregunta cómo la TV, los libros, y otros medios están influyendo sobre los hijos? Los juegos
de los niños en que asumen el rol de algún personaje, son una manera excelente de percibir lo que
tienen en su corazón.
o Observe quiénes pretender ser, y verá lo que ha entrado en sus corazones. ¿Toman sus
soldaditos y “pelean” con ellos hasta la muerte? ¿Hacen que sus muñecas “hablen”
groseramente entre ellos, o que toquen temas “adultos”, inadecuados?
o Si puede seguirles la pista a estas conductas, y dar con los programas u otras fuentes
específicas que las generan, determine si necesita darles un corte a éstos, y explíqueles
por qué.
Los niños de esta edad pueden tener miedo y sufrir pesadillas, especialmente si están absorbiendo
cosas incorrectas.
o Explíqueles a los hijos que cuando tienen pesadillas puede ser por haber mirado cosas que
los molestan.
o Primero, consuélelos y ore por ello, luego, trate de ayudarles a identificar el origen de sus
temores.
o Recalque que, si quieren tener sueños agradables, tienen que poner cosas agradables en
sus corazones.
o ¿A sus hijos les molestan los programas de TV que tienen algo de violencia, que son de
miedo, o que dicen malas palabras? En lugar de darles a entender que son débiles,
elógielos por ser sensibles. Ayúdeles a tomar la determinación de darle la espalda a esos
programas.
Tenga cuidado de no practicar dobles normas en su hogar, comunicando “Tú no puedes mirar
ciertas cosas, pero yo puedo mirar cualquier cosa porque soy adulto”. Muéstreles a los hijos que
usted también se pone límites en lo que mira a fin de guardar su corazón y agradar a Dios.

e.- Cuando pecas, debes pedir a Dios que te perdone, y él lo hará


Es importante enseñar a los niños, cuando desobedecen a sabiendas y hacen algo malo, que
necesitan pedir a Dios que los perdone. También tienen que pedir perdón a los involucrados. Esto,
les ayuda a aprender la diferencia entre lo bueno y lo malo, y refuerza su decisión de hacer lo
bueno
Muchas veces, los niños (y los adultos) pueden caer en la costumbre de cometer siempre los
mismos errores. Necesitan llegar al punto en que conscientemente decidan: “¡No volveré a ser de
esta manera!”. O: “¡No volveré a hacer esto!”. El arrepentimiento les ayuda a hacerlo.
Cuando están cumpliendo una “penitencia” (tiempo de receso voluntario) por haberse portado
mal, hablándoles del perdón, dándoles los dos siguientes puntos:
o Cuando se arrepienten y piden perdón, están tomando la decisión de dejar atrás esa
conducta, y de pedir a Dios que les ayude a hacer lo correcto desde ese momento en
adelante.
o Dios quiere que aprendan a hacer lo correcto, porque quiere que tengan una vida buena.
Así que, cuando piden perdón, Dios instantáneamente los perdona (1 Jn. 1:9). Empiezan
de nuevo; borrón y cuenta nueva.
Después de corregir a los hijos, muéstreles lo que hubiera podido hacer en lugar de lo que
hicieron. Por ejemplo: si el hijo rompe algo, y luego niega haberlo hecho, o miente, explíquele
que el hecho de que haya mentido le molesta más que el hecho de haber roto el objeto. Explíquele
tranquilamente cuál debió ser la reacción correcta: debió haberse acercado a usted y contando
sencillamente lo que pasó. Entonces, usted sólo hubiera tenido que encarar el problema del
accidente, y no la cuestión de la mentira.
Asegúrese de no seguir insistiendo en el tema una vez que hayan hablado del pecado y orado con
respecto a él. Represente a Dios:
o Abrácelo
o Dígale cuánto lo ama
o Dígale lo contento que está con su conducta en general, y con la forma como reaccionó.
Cuando los hijos le están pidiendo perdón a Dios, pueden sentirse incómodos porque se sienten
muy mal. En este caso, es bueno que usted
o Verbalice la oración de ellos.
o Sea breve y sencillo
o Pídale a Dios que los perdone y les enseñe,
o Dele gracias por ciertas cosas buenas acerca de los hijos que usted valora.

2.- Puedes hacer todo lo que Dios quiere que hagas


a.- Dios quiere que compartas tu tiempo con otros creyentes
Si usted y sus hijos participan en actividades con sus pares en la iglesia, ¡adelante! Si no,
comiencen ya. El desarrollo de las relaciones es muy importante en esta etapa.
o Enséñeles a los hijos la diferencia entre, por un lado, amar y ser simpáticos con todos y,
por otro lado, encontrar buenos amigos con los cuales quieren compartir su tiempo.
o La Biblia enseña que llegamos a parecernos a las personas con quienes nos juntamos (1
Co. 15:33).
Los hijos deben participar en la Escuela Dominical, el culto infantil, o algún grupo donde puedan
aprender acerca de Dios, Jesús y la Biblia, y conocer niños con quienes entablar una amistad.
Ayúdeles también a conocer otros adultos cristianos que pudieran ser sus mentores (Heb.
10:24,25).
Usted no puede escoger los amigos de sus hijos; es posible que no se sientan atraídos por los
mismos tipos de personalidad que usted; pero puede elegir el ambiente del cual quiere que
obtengan amigos.
o Facilíteles que puedan estar con niños cristianos.
o Lleve a los hijos a las actividades de la iglesia
o Invite a niños cristianos a su casa, anímelos para que vuelvan.
Evalúe el tiempo que sus hijos pasan en el templo.
o Dialoguen sobre lo que aprendieron y cantaron, y cuáles fueron sus actividades favoritas.
o En algunas Escuelas Dominicales se entrega la Hoja del Alumno, que, por lo general, trae
un versículo para memorizar, si este es su caso, repáselo con los hijos.
o Asegúrese también de que comprendan la historia y la lección.
o Incluso, pueden leer juntos el relato bíblico durante la semana.
o Una manera de ayudarles a acordarse de repasarlos, es colocar el material de la Escuela
Dominical y los versículos para memorizar, en un lugar donde siempre los ven.
o Esta participación suya, demuestra silenciosa, pero poderosamente a sus hijos, que la
iglesia y lo que hacen allí es importante.
b.- Dios quiere que ayudes a otros y los trates bien, aprendiendo a llevarte bien con los demás
A esta edad, sus hijos están formando hábitos que mantendrán por el resto de su vida con respecto
a cómo se relacionan y comunican con su prójimo. Ahora es el momento para que aprendan a respetar el
cuerpo, la propiedad, el espacio, los derechos y los sentimientos de los demás. Usted puede enseñarles a:
Respetar que cada uno es dueño de su propio cuerpo. El cuerpo de la persona es suyo, y él o ella
establece los límites en cuanto a si quiere que lo toquen o cómo prefiere que lo hagan. ¿Cómo
puede enseñar a los hijos acerca de cómo tocar a alguien respetuosamente? Digamos que Delia
está en el camino de su hermano Miguel, entonces éste le da un empujón. Dígale a Miguel que el
cuerpo de Delia es de ello, y que él no tiene derecho de tocarlo, a menos que ella quiera. Explique
que no se debe empujar, golpear, ni pellizcar. Ni siquiera debe hacerle cosquillas si ella no quiere.
Cuando ella dice: “basta”, él debe detenerse. Indíquele a Miguel que le diga a Delia que por favor
se haga a un lado, porque a él le gustaría pasar por allí. De esta manera Delia puede complacerlo
sin que él la toque irrespetuosamente.
Respetar la propiedad ajena. Cuando algo pertenece a otro, sus hijos no pueden usarlo sin
permiso.
Respetar el espacio de los demás. Los niños necesitan ser comprensivos y compasivos con los
demás.
o Muéstreles cómo responder compasivamente hacia alguien –hermano, hermana, amigo-
que se haya lastimado o que esté molesto.
o Si alguien se lastima jugando, la primera reacción es generalmente echar la culpa a otro.
o Ayude a los niños a que lo primero que deben hacer es preocuparse por el que se lastimó
o se siente molesto.
o Cuando usted insiste en que primero hay que encarar los sentimientos, ofrecer disculpas,
el tema de quién tiene la culpa se olvida.
Respetar por medio de lo que dicen.
o Gritar, ser maliciosos, decir cosas crueles e insultos, no es aceptable.
o Los niños necesitan ser dulces, bondadosos, y cariñosos con sus palabras.
o Explique los beneficios a largo plazo de tratar bien a otros:
 Tener relaciones que son fuertes y queridas debido a la confianza y el cariño;
 Contar con la confianza, el cariño de otros, y el que otros quieran estar en su
compañía;
 llevarse bien con los demás en la escuela, en el campo de juego, con los amigos,
en la iglesia (y más adelante) en el trabajo.
Siempre ayude a los hijos a entender la importante razón de su interacción respetuosa con otros
(1 Jn. 3:23). Recuérdeles que mostramos cuánto amamos a Dios, por la manera en que amamos
a otros (1 Jn. 4:20).

c.- Dios quiere que le obedezcas y que sigas a Jesús en todo


Los hijos no siempre comprenderán por qué Dios dice que hagan algo; pero si les está enseñando
quién es Dios, y acerca de Su carácter, estarán más propensos a confiar en que la voluntad de él
es la mejor.
o Los niños también necesitan sabe r que, entiendan o no la razón, obedecer es de vital
importancia.
o La obediencia de ellos no depende de su comprensión, sino de que Dios es Dios.
Muestre a los hijos el énfasis que hace la Biblia en la conexión entre nuestro amor a Dios y nuestra
obediencia (Jn. 14:23,24). Nuestra obediencia mantiene nuestra relación con Dios clara y directa
(1 Jn. 3:21,22).
Muchos niños en esta etapa se sienten fascinados por el funcionamiento del cuerpo humano.
o Use libros apropiados para la edad de ellos, y explore con ellos la manera maravillosa y
compleja como Dios los creó; desde nuestras células sanguíneas, hasta nuestra piel, que
pueden curarse solas.
o Desataque que Dios sabe todo acerca de nosotros, porque él nos creó; él merece nuestro
respeto y obediencia, porque es nuestro Creador.
Enséñeles, también, que ellos tienen que obedecerle a usted enseguida, aunque no entiendan el
porqué de sus órdenes.
o Pueden hacer preguntas después de que le hayan obedecido. Si están por cruzar la calle,
y no ven que viene un auto, tienen que obedecerle inmediatamente cuando les dice que se
detengan y no crucen. Ese no es el momento para debatir las razones.
o Necesitan confiar en usted, en que usted les está ordenando algo que es para su bien, aun
cuando no puedan ver cómo obedecer los beneficia.
o Ocurre lo mismo con Dios.

d.- Dios quiere que compartas y cuides bien todo lo que él te da


Dios es dueño de absolutamente todo (Sal. 24:1). ¡Él hizo todo lo que existe!; pero le da una
porción a usted y los hijos para que la usen y administren para él. Esa es la tarea del mayordomo. Cuando
usted les dice que todo lo que tienen pertenece a Dios, y que ellos son sus mayordomos, especifique:
Juguetes
Ropa
Juegos
Videocintas
Libros
Dinero
El mundo natural a su alrededor
También son mayordomos de sus
Habilidades
Su tiempo
Su energía
Su mente
Su corazón
Su relación con Dios y con los demás, y
Son mayordomos de sus esperanzas para el futuro.
Todos estos son regalos de Dios (1 Co. 4:7). ¿Cómo deben usar estos regalos? Del modo
que Dios les ha mostrado con su ejemplo: generosa, altruista, y sabiamente.
Los niños pueden negarse a compartir si están preocupados de que no quedará bastante para ellos.
o Explíqueles que cuando comparten en obediencia a Dios, no tienen que preocuparse de
quedarse sin nada. La tarea de Dios es cuidarlos.
o La fe y confianza de ellos en su cuidado, se demuestran por medio de su disposición de
devolver a Dios lo que a él le pertenece, y de ayudar a otros.
¿Ha comenzado a dar periódicamente a los hijos una pequeña cantidad como dinero propio? De
ser así, es un buen momento para enseñarles por qué da usted su ofrenda a la iglesia.
o Explique que le devuelve a Dios algo de su dinero para darle las gracias por todas las
cosas maravillosas que él le ha dado.
o Ofrendar a la iglesia es también una manera de mostrar a Dios que confía en que él suplirá
sus necesidades, y ayuda a que la obra del Señor se cumpla.
La mayoría de los niños en esta etapa, pueden comprender fácilmente lo que significa ser
“mayordomos” de la creación de Dios:
o Cuidar el medio ambiente
o No desperdiciar agua, y otros recursos
o Mantener limpio el mundo por medio de no arrojar basura en cualquier parte, etc.
Explique que esto se aplica a todas las cosas que Dios les ha dado.
Cuando enseña a los niños a ser buenos mayordomos, les enseña, a la vez, otras verdades
espirituales. Por ejemplo:
o Dar el diezmo le enseña a ser agradecidos por el cuidado de Dios, y a valorar la iglesia de
Dios y la comunidad cristiana.
o Ofrendar para la obra misionera, les enseña que tienen la responsabilidad de alcanzar a
los que no conocen a Jesús.

e.- Dios quiere que comprendas y memorices versículos bíblicos


¿Para qué exhorta la Biblia la memorización de pasajes bíblicos?
o Para que la Palabra de Dios, atesorada en la mente y corazón de los niños, pueda guiarlos
(Sal. 119:105).
o Los premios y las recompensas pueden ayudar a motivar la memorización; pero si el
propósito no va más allá de eso, es como si memorizaran los escritos de cualquier autor.
o También es más importante que los niños comprendan, a que los sepan perfectamente.
Los mejores versículos para memorizar, son los que usted ha citado, o que han buscado juntos
cuando ha ayudado a los hijos a comprender alguno de los principios para aplicar en la vida.
o Al hacerlo, les ha dado un contexto que aclara su significado.
o Ayude a los hijos a entender que, al memorizar un versículo, lo hacemos nuestro (Stgo.
1:23-25).
Para ayudar a los hijos a memorizar un versículo aprendiendo su significado
o Léalo
o Guíelos a pensar en él
o Hable de lo que significa
o Léalo una vez más, y pregunte: “¿En qué momentos te podría ayudar este versículo?”.
o Recuérdeles que deben procurar tener el significado del versículo en su interior, en sus
pensamientos y en su corazón.
o Lea el versículo unas cuantas veces, luego cierre la Biblia, y dígalo de memoria junto con
ellos.
o Repítalo con ellos, hasta que lo hayan memorizado.
o La repetición, no la concentración en memorizar, es la clave para memorizar algo a esta
edad.
o Para variar, trate de usar ritmos o cantos para que se les peguen las palabras.
No exagere dando a los hijos demasiados versículos para memorizar, y evite elegir al azar los
versículos que van a memorizar. Elija aquellos que refuercen lo que usted les ha estado enseñando
últimamente.

Su hijo de cinco a seis años ya va encaminado, bien dirigido a conocer quién es Dios, a desarrollar
una relación con él, y a vivir su fe.

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