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“F.A.L”. F. 259. XLVI.F., A. L. s/ medida autosatisfactiva. CSJN 13-03-2012
Introducción.
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traslado a la Defensora Pública de Menores e Incapaces, quien solicitó que se revocara la
sentencia recurrida.
Tras este fallo un funcionario judicial provincial apeló la resolución ante la C.S.J.N.
aunque el aborto ya se había realizado. En esta sentencia, la corte determinó que
cualquier aborto producto de una violación, sin importarla salud mental de la mujer, no es
punible, tanto para la mujer como para la persona que cause la interrupción embarazo.
Asimismo, el fallo convocó a los poderes judiciales de todas las provincias a no judicializar
los casos de aborto que la ley no prohíbe. Además, se le encargó a los poderes ejecutivos
nacionales y provinciales que implementen protocolos hospitalarios para llevar a cabo los
procedimientos necesarios.
La premisa normativa ronda alrededor del art. 86 inciso 2° del Código Penal
principalmente. Se trata de analizar el alcance y la interpretación del mismo y si este se
aplica o no al caso en concreto. Se busca delimitar el art 86 inc 2° del CP y definir si
cuando dice que un aborto no es punible cuando proviene de una violación o de un
atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente, se aplica o no a casos
como este. Para justificar su postura el Juez también utiliza comparativamente otras
normas de jerarquía constitucional, como son por ejemplo el art. 19 CN, el art. 75 inciso
23, artículos pertinentes de los tratados de derechos humanos celebrados por nuestro
país y principios básicos de nuestro ordenamiento jurídico que forman parte también de la
premisa normativa del caso.
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postulada por el demandado. Esto en tanto la interpretación del alcance que corresponde
darle a dicho precepto, con relación a las obligaciones del Estado en lo que hace la
protección normativa del nasciturus como sujeto de derecho, no puede ser realizada en
forma aislada del articulo 4° darle un alcance de tal amplitud que implique desconocer que
la Convención no quiso establecer una protección absoluta del derecho la vida de este.
Por lo tanto el Juez resuelve que las normas de jerarquía supra legal que son
citadas por el demandado no restringen la interpretación amplia del artículo, sino por el
contrario, da cuenta de que la interpretación restrictiva del articulo ya genero objeciones
de los comités de seguimiento de los tratados de derecho humanos.
Es por ello que el Juez desarrolla la siguiente idea valorando los derechos en
juegos y utilizando criterios de tipo sociológicos para tal conclucion.
Refiere que de la mera lectura del artículo 86, inciso 2º, del Código Penal se
evidencia que el legislador, al utilizar una conjunción disyuntiva al referirse a “…(s)i el
embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer
idiota o demente” (énfasis agregado), previó dos supuestos diferentes para el caso de
embarazos provenientes de un delito de esta naturaleza. Explica que en efecto, este
precepto comienza su redacción estableciendo, como premisa general, que por su técnica
de redacción constituye un requisito común para los dos supuestos que detalla
seguidamente, que no serán punibles los abortos allí previstos que fueran practicados por
un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta. Es precisamente porque
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este extremo no es aplicable respecto de la mujer incapaz, que, como excepción a dicho
requisito general, en la última parte del segundo supuesto previsto, se tuvo que establecer
en forma expresa que “en este caso” —referencia que sólo puede aludir al caso del
atentado al pudor y que obliga a distinguirlo, desde la sola semántica, del de violación—
“el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”. Por
ello, debe descartarse la tesis restrictiva en tanto otorga una indebida preeminencia a una
de las partes de la norma dejando inoperante sus demás previsiones. Pero además dice
que, a esta conclusión también se arriba analizando esta norma de modo conjunto con las
disposiciones relativas a los hechos ilícitos que pueden causar embarazos no consentidos
por las niñas, adolescentes o mujeres que son sus víctimas. En efecto, el mencionado
artículo 86, inciso 2º, del Código Penal, en concordancia con el sistema de los abusos
sexuales (regulados a partir del artículo 119 del mismo cuerpo legal), diferencia dos
grupos de causas de embarazos: la violación propiamente dicha y el atentado al pudor
sobre una -20- mujer “idiota o demente”. Como la ley está haciendo referencia a causas
de embarazos, el “atentado al pudor” no puede ser sino un acceso carnal o alguna otra
situación atentatoria contra la sexualidad de la víctima que produzca un embarazo.
Puesto que todo acceso carnal sobre una mujer con deficiencias mentales es considerado
ya una forma de violación (la impropia), no es posible sostener que cuando al principio
dice "violación" también se refiera al mismo tipo de víctima. Es evidente que por
exclusión, “violación” se refiere al acceso carnal violento o coactivo sobre mujeres no
“idiotas ni dementes”. Lo mismo ocurre con las menores de trece años, cuya mención no
es necesaria porque la ley descarta la validez de su consentimiento, y declara que
cualquier acceso carnal con ellas es ya una violación (impropia). Por ello, este análisis
sistemático del artículo 86, inciso 2º, del Código Penal en conjunto con las disposiciones
que tipifican los supuestos de violencia sexual que, de provocar un embarazo, dan lugar a
su aplicación, corrobora que cualquier víctima de éstos que se encuentre en tal
circunstancia puede realizarse un aborto no punible y que, en el caso de las deficientes
mentales e incapaces, que no pueden consentir el acto, se requiere de sus
representantes legales.
Se puede ver como el Juez delimita los criterios de violación y atentado al pudor
haciendo uso de sus conocimientos y criterios sociológicos que permiten valorar y llegar a
la conclusión de que la interpretación del artículo debe hacerse de forma amplia.