Sei sulla pagina 1di 5

TRABAJO PRÁCTICO Nº1

TEORÍA GENERAL DE LAS


PERSONAS
“FALLO FAL”

Profesora: Mabel Dellacqua


Comisión: 0079
Grupo 7:
- Magistris Elizalde, Malena
- de la Fuente, Mercedes
- Robaldo Benjumeda, Juliet

1
“F.A.L”. F. 259. XLVI.F., A. L. s/ medida autosatisfactiva. CSJN 13-03-2012
Introducción.

El fallo F.A.L. marcó un antes y un después en los derechos de la mujer. Durante


muchos años el artículo 86 del Código Penal se interpretó de distintas maneras sin dar
una respuesta certera a las mujeres que habían sufrido un embarazo desencadenado de
una violación. La doble interpretación de este artículo se basaba en que según se
desprendía de su redacción, el aborto no es punible en caso de violación o atentado al
pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. Muchos doctrinarios entendían el
artículo incluyendo a una mujer sana que había sido violada sin necesariamente ser idiota
o demente, pero muchos otros entendían que solo se encuadraban en este artículo las
mujeres idiotas o dementes, dejando desprotegidas a una gran cantidad de mujeres.

Hechos, derecho y sentencia


El 14 de enero de 2010, “A. F.”, cuyas siglas han sido utilizadas para proteger la
identidad de la mujer, en representación su hija (“A.G”) de 15 años de edad solicitó a la
justicia penal de la provincia de Chubut que se dispusiera la interrupción del embarazo de
la adolescente, sobre la base de lo normado por el art. 86 inc. 1º y 2º del Código Penal.
Cabe destacar que en el mismo fuero se tramitaba una causa contra su padrastro, esposo
de A.F., por la violación de la hija. El día 3/12/09 se había realizado una denuncia ante el
Ministerio Fiscal y a los pocos días obtuvieron un certificado médico que acreditó que A.
G. (hija) se encontraba embarazada y en la octava semana de gestación. En su momento,
el juez penal sostuvo que carecía de facultades para adoptar medidas como la solicitada
durante la etapa de investigación, ordenando en consecuencia, el pase de las
actuaciones a la fiscalía. El Fiscal declaró que ese fuero no era competente para resolver
el pedido, de modo que la madre de A. G. inicia una medida autosatisfactiva que originó la
presente causa. Paralelamente, con fecha 22/01/10 plantea ante la justicia de familia sus
solicitudes anteriores vinculadas con la interrupción del embarazo de su hija, peticiones
que fueron rechazadas tanto en primera instancia como en la Alzada.
El Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Chubut, con fecha 8/03/2010
revocó la decisión de la instancia anterior admitiendo la solicitud de la presentante y
estableció que el caso encuadraba en el supuesto de “aborto no punible” previsto en el
inc. 2º, primera parte del art. 86 del Código Penal y que esta hipótesis de interrupción del
embarazo era compatible con el plexo constitucional y convencional.
Finalmente, la intervención médica para llevar a cabo el aborto se produjo el
11/03/2010 en el Centro Materno Infantil del Hospital Zonal de Trelew. El decisorio fue
cuestionario a través de un Recurso Extraordinario Federal interpuesto por el Asesor
General Subrogante de la provincia de Chubut en su carácter de Tutor Ad-Litem y Asesor
de Familia e Incapaces, quien argumentó que no obstante haberse llevado a cabo la
práctica médica, el caso revestía gravedad institucional y que la interpretación del art. 86
inc 2º del C. P. que efectuó el a quo al no haberse restringido su interpretación y
procedencia para el caso de la víctima violada idiota o demente vulneraba el plexo
constitucional según el cual el Estado Argentino protege la vida a partir de la concepción (
art. 75 inc. 23 de la C. N.) y de los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional.
Por su parte la Defensora General de la Nación, asumiendo la representación de A.
G., interpretó que correspondía confirmar la sentencia apelada ya que entendía que todos
los casos de embarazo forzado a causa de violaciones debían ser considerados como
abortos no punibles, más precisamente, como casos particulares de hipótesis general de
peligro para la salud de la gestante (art. 86 inc. 1º del C. P.). Así también se le confirió

2
traslado a la Defensora Pública de Menores e Incapaces, quien solicitó que se revocara la
sentencia recurrida.
Tras este fallo un funcionario judicial provincial apeló la resolución ante la C.S.J.N.
aunque el aborto ya se había realizado. En esta sentencia, la corte determinó que
cualquier aborto producto de una violación, sin importarla salud mental de la mujer, no es
punible, tanto para la mujer como para la persona que cause la interrupción embarazo.
Asimismo, el fallo convocó a los poderes judiciales de todas las provincias a no judicializar
los casos de aborto que la ley no prohíbe. Además, se le encargó a los poderes ejecutivos
nacionales y provinciales que implementen protocolos hospitalarios para llevar a cabo los
procedimientos necesarios.

Contexto de descubrimiento y de justificación y dentro de este último


precisar la justificación interna y/o externa.

Por lo expuesto podemos afirmar que en el presente fallo la premisa fáctica es la


situación de una menor de edad que ha sido víctima de una violación lo que le generó
graves perjuicios a su salud física, psíquica y moral. Producto de esa violación la menor
queda embarazada y se presenta ante la justicia para solicitar que se la autorice a
realizarse un aborto.

La premisa normativa ronda alrededor del art. 86 inciso 2° del Código Penal
principalmente. Se trata de analizar el alcance y la interpretación del mismo y si este se
aplica o no al caso en concreto. Se busca delimitar el art 86 inc 2° del CP y definir si
cuando dice que un aborto no es punible cuando proviene de una violación o de un
atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente, se aplica o no a casos
como este. Para justificar su postura el Juez también utiliza comparativamente otras
normas de jerarquía constitucional, como son por ejemplo el art. 19 CN, el art. 75 inciso
23, artículos pertinentes de los tratados de derechos humanos celebrados por nuestro
país y principios básicos de nuestro ordenamiento jurídico que forman parte también de la
premisa normativa del caso.

La conclusión a la que llega el Juez es entonces, que el mencionado artículo debe


interpretarse de forma amplia, y no restrictiva. Es decir, que las mujeres víctimas de
violencia sexual tienen el derecho a la interrupción del embarazo producto de esa
violencia, con independencia de la capacidad mental.

El juez llega a su decisión analizando primeramente las normas en juego,


realizando una justificación interna del planteo. El juez justifica su decisión en que las
normas que utiliza el demandado para la búsqueda de una interpretación restrictiva del
artículo no son conducentes y de ellas no se deriva indicio o regla alguna de que así debe
ser su interpretación. Para ello analiza una por una las normas citadas, interpretándolas y
mencionando el fin de las mismas. Por ejemplo dice que el artículo 75 inciso 23 le atribuye
al poder legislativo la facultad de promover, mediante acciones positivas el ejercicio de los
derechos fundamentales particularmente respecto de los sectores tradicionalmente
postergados, el objetivo que anima esta previsión como los propios términos de su
enunciado lo indican es atribuir competencia a este poder en materia de dictar un marco
normativo especifico de seguridad social y no uno punitivo.

También dice que de la previsión contemplada en el art. 3° de la Convencion


Americana, en cuanto estipula el derecho a toda persona al reconocimiento de su
personalidad jurídica, tampoco se puede derivar base alguna para sustentar la tesis

3
postulada por el demandado. Esto en tanto la interpretación del alcance que corresponde
darle a dicho precepto, con relación a las obligaciones del Estado en lo que hace la
protección normativa del nasciturus como sujeto de derecho, no puede ser realizada en
forma aislada del articulo 4° darle un alcance de tal amplitud que implique desconocer que
la Convención no quiso establecer una protección absoluta del derecho la vida de este.

Tampoco el agravio invocado por el recurrente encuentra sustento en las


disposiciones de los artículos 3 y 6 de la Declaracion Universal de Derechos Humanos
que consagran respectivamente el derecho a la vida y el derecho al reconocimiento de la
personalidad jurídica. Esto en atención a que, a fin de asegurar la coherencia de la
interpretación de este instrumento, dichas previsiones deben ser analizadas en conjunto
con lo dispuesto en el articulo 1° (Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos, y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros).

Por lo tanto el Juez resuelve que las normas de jerarquía supra legal que son
citadas por el demandado no restringen la interpretación amplia del artículo, sino por el
contrario, da cuenta de que la interpretación restrictiva del articulo ya genero objeciones
de los comités de seguimiento de los tratados de derecho humanos.

Además también utilizando los principios de igualdad, no discriminación y dignidad


de la persona llega a la conclusión de que estos impiden una distinción irrazonable entre
víctimas de un mismo delito. Establece que no hay ninguna justificación para establecer
consecuencias diferentes para dos personas (una mujer con discapacidad mental y una
mujer sin discapacidad mental) que hubieran sido víctimas del mismo delito (la violación
sexual). Admitir una interpretación contraria implicaría sostener que sólo las mujeres con
discapacidad mental pueden ser sometidas sexualmente.

También justifica su postura haciendo uso del principio de inviolabilidad de la


persona, dice que requiere que se considere a cada una de ellas como un fin en sí
misma, evitando que pueda ser usada utilitariamente. El ordenamiento jurídico no puede
exigir de una persona una conducta heroica, como sería obligar a una mujer a que lleve a
término un embarazo producto de una violación.

Si bien estos argumentos que pertenecen a un tipo de justificación interna parecen


contundentes, por las particularidades del caso, y por los derechos y circunstancias
involucradas en el, el Juez necesita también realizar una Justificación externa que sume a
su argumento y asegure su decisión.

Es por ello que el Juez desarrolla la siguiente idea valorando los derechos en
juegos y utilizando criterios de tipo sociológicos para tal conclucion.

Refiere que de la mera lectura del artículo 86, inciso 2º, del Código Penal se
evidencia que el legislador, al utilizar una conjunción disyuntiva al referirse a “…(s)i el
embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer
idiota o demente” (énfasis agregado), previó dos supuestos diferentes para el caso de
embarazos provenientes de un delito de esta naturaleza. Explica que en efecto, este
precepto comienza su redacción estableciendo, como premisa general, que por su técnica
de redacción constituye un requisito común para los dos supuestos que detalla
seguidamente, que no serán punibles los abortos allí previstos que fueran practicados por
un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta. Es precisamente porque

4
este extremo no es aplicable respecto de la mujer incapaz, que, como excepción a dicho
requisito general, en la última parte del segundo supuesto previsto, se tuvo que establecer
en forma expresa que “en este caso” —referencia que sólo puede aludir al caso del
atentado al pudor y que obliga a distinguirlo, desde la sola semántica, del de violación—
“el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”. Por
ello, debe descartarse la tesis restrictiva en tanto otorga una indebida preeminencia a una
de las partes de la norma dejando inoperante sus demás previsiones. Pero además dice
que, a esta conclusión también se arriba analizando esta norma de modo conjunto con las
disposiciones relativas a los hechos ilícitos que pueden causar embarazos no consentidos
por las niñas, adolescentes o mujeres que son sus víctimas. En efecto, el mencionado
artículo 86, inciso 2º, del Código Penal, en concordancia con el sistema de los abusos
sexuales (regulados a partir del artículo 119 del mismo cuerpo legal), diferencia dos
grupos de causas de embarazos: la violación propiamente dicha y el atentado al pudor
sobre una -20- mujer “idiota o demente”. Como la ley está haciendo referencia a causas
de embarazos, el “atentado al pudor” no puede ser sino un acceso carnal o alguna otra
situación atentatoria contra la sexualidad de la víctima que produzca un embarazo.
Puesto que todo acceso carnal sobre una mujer con deficiencias mentales es considerado
ya una forma de violación (la impropia), no es posible sostener que cuando al principio
dice "violación" también se refiera al mismo tipo de víctima. Es evidente que por
exclusión, “violación” se refiere al acceso carnal violento o coactivo sobre mujeres no
“idiotas ni dementes”. Lo mismo ocurre con las menores de trece años, cuya mención no
es necesaria porque la ley descarta la validez de su consentimiento, y declara que
cualquier acceso carnal con ellas es ya una violación (impropia). Por ello, este análisis
sistemático del artículo 86, inciso 2º, del Código Penal en conjunto con las disposiciones
que tipifican los supuestos de violencia sexual que, de provocar un embarazo, dan lugar a
su aplicación, corrobora que cualquier víctima de éstos que se encuentre en tal
circunstancia puede realizarse un aborto no punible y que, en el caso de las deficientes
mentales e incapaces, que no pueden consentir el acto, se requiere de sus
representantes legales.

Se puede ver como el Juez delimita los criterios de violación y atentado al pudor
haciendo uso de sus conocimientos y criterios sociológicos que permiten valorar y llegar a
la conclusión de que la interpretación del artículo debe hacerse de forma amplia.

Consideramos que este caso se encuadra como “difícil” ya que el mismo es un


problema de interpretación de una norma (art. 86 CP). El mismo surge de un exceso de
información (la norma aplicable puede aplicarse de varias maneras que resultan
incompatibles entre sí) en este caso como previamente dijimos se chocan las teorías de sí
toda mujer embarazada producto de una violación puede realizarse un aborto no punible
o si simplemente aquellas que tienen discapacidades mentales. Luego se debe optar por
una de las teorías posibles, descartando todas las demás. Se debe justificar la
interpretación propuesta en un esquema de reductio ad absurdum, determinando que
ciertas interpretaciones son inaceptables. Por último, hay que pasar de la O las nuevas
premisas a la conclusión. Hay que justificar internamente, deductivamente, la conclusión.

Potrebbero piacerti anche