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RESUMEN
La primera imagen que construye el ser humano es la de su cuerpo y tal vez le tome toda la
vida entender que el cuerpo no es un aditamento, una añadidura de la mente, sino
precisamente esa amalgama de intenciones, sensaciones y palancas que lo hacen, como bien
dijo Paul Valéry: “El órgano de lo posible". Apropiarse del cuerpo significa entender que la
herramienta que tiene el hombre para “conocer” es la acción, mediada por las sensaciones,
las experiencias y las relaciones que establece con otros hombres, con el entorno y con los
objetos, y entonces, hacerse cargo del propio cuerpo, posibilita reconocerse en los demás
desde una realidad constituida por seres humanos equivalentes que se afectan y se
significan mutuamente.
La tarea social y cultural de la danza como expresión de la cultura podrá hacerse evidente
cuando entendamos que danzar no se reduce a la réplica de formatos técnicos sino a la
construcción de discursos artísticos, y es en este espacio de formación del artista en donde
el maestro/creador/investigador es definitivo en su rol de mediador del proceso de
aplicación de la técnica como recurso de producción de cultura y no de repetición de
patrones de movimiento. Si la pretensión es construirnos culturalmente y ubicarnos en
diálogo con el entorno para ser parte del devenir del país, dos son los desafíos pendientes.
Uno, buscar, explorar y re-elaborar constantemente el arte de danzar y la creación de
opciones y estrategias que permitan construir un futuro que nos incluya a todos y nos
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interese habitar, y, dos, IN - CORPORARNOS, hacernos cuerpo, crisol de historias propias
y emergencia de metáforas vitales.
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discursividades que identifiquen al grupo en que interactúa, para evitar la costumbre de
prestar palabras de otras culturas y empezar a edificar lugares de enunciación
emancipatorios que nos permitan como colombianos hacer oír nuestra voz y dejar de ser
siempre aquellos que escuchan.
El propósito general del discurso dancístico, a la luz de estas premisas, sería diseñar
espacios de comunicación con el contexto, de interlocución con el “otro”, de interpretación
del fenómeno vital y de construcción de procesos para acceder al conocimiento, desde una
experiencia de corporización dinámica del mundo.
Comunicar una intención discursiva a partir de la profunda convicción de que hacer danza
no es solamente desempeñarse con maestría en una técnica, obedece esencialmente a una
TENDENCIA, a una actitud, a una manera de pensar el saber y de disponerlo, de traducirlo
en herramienta de la vocación, de darle perspectivas y proponerlo, es decir, de verificar un
hacer intencionado, en contexto y con el otro.
Todo lo anterior permite situar las premisas de esta propuesta, a saber: 1. Entender la danza
en clave contemporánea significa situarla en la época presente y en las culturas actuales; y,
2. Para elaborar el postulado de la danza como tendencia, es decir como una manera de
pensar el saber dancístico y de disponerlo, la vamos a tratar en calidad de discursividad
corporal de movimiento1, más allá del género dancístico en el que se reconoce.
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Cuando hablamos de discursividad, aludimos a la intencionalidad del discurso, a la
cualidad/calidad de lo que se quiere decir y al efecto que se quiere lograr. La naturaleza somática y
dinámica de la danza, es decir, su condición de ser movimiento corporal, será elaborada, más
adelante, a la luz de la Teoría del Movimiento Inteligente TMI como marco epistemológico de su
dimensión cinética (motora). Así mismo, será su marco de inteligibilidad, pues hace de la danza un
“saber” necesario y necesitado de SABER- SE.
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2. CORPORALIDAD INTELIGENTE: DANZA, MOVIMIENTO,
PENSAMIENTO
El movimiento para el hombre es una necesidad que se verifica desde dos ámbitos distintos.
El hombre se mueve porque está diseñado corporalmente para hacerlo y porque de su
movimiento depende la posibilidad de relacionarse con otros hombres, con los eventos y
con los objetos, y por lo tanto construye una forma particular de vivir y de actuar como ser
social. La segunda instancia desde la cual se verifica el movimiento humano es la
dimensión del goce, el espacio en donde moverse obedece a un impulso interior de
expresarse, de comunicarse, de entregarse, de amar y de ser feliz.
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recreación, lo biológico, el condicionamiento físico y el rendimiento deportivo, es más, lo
cognitivo se ha asociado tradicionalmente con lo lógico matemático y lo lingüístico, y en
general, con procesos de abstracción mental, mientras que lo motor hace parte de la
experiencia concreta, de la acción directa sobre los objetos de la realidad.
Ser cuerpo, entonces, implica encarnarse como instancia que nos instala en lo real, que hace
posible que nos reconozcamos unos en otros y con otros y nos relacionemos para “conocer
a través de la acción”, mediada por las experiencias en co-implicación, en afectación
recíproca, en co-determinación ontológica.
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Entendemos lo cognitivo, espiritual, estético, ético, deontológico, sensible, racional, emocional,
etc., como dimensiones de una sola unidad carne-mundo llamada CUERPO.
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Una de las urdimbres en donde la simbiosis cuerpo/movimiento/pensamiento se expresa
con gran lucidez es la DANZA, y tiene en este momento de transición epocal, un telar
privilegiado para dejar su huella.
La danza de hoy, actualiza el evento vital. Es una fuerza expresiva que construye
simbologías propias desde su interés por explicarse lo corporal en su acción social sin
pretender inscribirlo en un espacio pre-determinado y pasivo. La danza del tercer milenio es
además un proceso investigativo que abandona la tarea de reproducir historias ajenas a la
dramaturgia honesta del ser y opta por ocuparse de observar e interpretar la vida en sus
propios escenarios.
En Danza, diría Elliot Eisner (1998, p. 54) “(…) la obra elogia o condena, pero comenta el
mundo y nos hace sentir algo frente al objeto que representa, a condición de que
hayamos aprendido a leer su mensaje.”
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En MAYÚSCULAS. Me refiero a toda la danza, la de todos los géneros y técnicas. Por el hecho de
ser “una danza de hoy” es contemporánea, por lo tanto, situada en esta época y en esta sociedad en
particular con la que necesita con-versar, construir versiones consonantes y/o disonantes, pero de
todas maneras resonantes.
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La danza como lenguaje universal contemporáneo, deviene tendencia en cuanto sitúa
ángulos de mirada, toma partido, propone alternativas, sugiere, evoca, resiste,
transgrede. Lo que le es inherente a cada género particular de danza es la técnica, el
oficio diario de sistematización del gesto motor que plantea un reto permanente,
poniendo a prueba la voluntad y la disciplina, al servicio de la ejecución efectiva.
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La calidad discursiva de la danza nos sugiere este paralelo con la lingüística a manera de
herramienta para los procesos de composición y creación con la intención de situarla, de
contextualizarla, de hacerla dialogar con su época y de volverla inteligible e inteligente.
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Por el contrario, en la dinámica dialógica del Discurso Corporal con una época y un lugar
particulares, la semántica y la pragmática favorecen la ampliación del espectro
comprensivo e interpretativo de la técnica de movimiento. Allí es donde el movimiento es
actuación: acción con intención, en contexto.
La Construcción del Discurso Corporal es el paso de la técnica como finalidad del proceso
de formación del cuerpo que danza, a la técnica como instrumento de construcción de un
lenguaje auténtico, que gracias a sus características específicas (vocabulario, sintaxis,
ortografía) permite darle al gesto corporal un sentido, es decir convertirlo en significante
(semántica), para que el inter-locutor (público) le asigne significados partiendo de la lectura
que hace de la propuesta escénica, desde su experiencia, su memoria de vida y la
comprensión del contexto interactivo que plantea la obra (pragmática).
Dice Rudolf Von Laban de Isadora Duncan, que su principal logro fue
haber reanimado una forma de expresión, la expresión de la vida de su
alma, por lo tanto, “debe mencionarse finalmente que la nueva técnica
de Danza trata de integrar el conocimiento intelectual con la habilidad
creativa” (Von Laban, 1993, 23)
En los últimos sesenta años se han transformado nuestras realidades de manera tan
dramática, que han generado nuevas formas de corporalidad en niños, jóvenes y adultos.
Hablar de discursividad corporal como otra forma de referirnos a la danza ha implicado
entender que ella no se puede pensar hoy de manera aislada, las expresiones artísticas
actuales tienen la cualidad de ser performativas, son inter y trans disciplinares, integran
posibilidades expresivas múltiples e híbridas, cuyo sentido es precisamente dar respuesta a
las necesidades comunicativas polifónicas que demandan las realidades hipertextuales y
conectadas de estas nuevas generaciones digitales.
La vida de los jóvenes tiene que ver cada vez menos con un modelo lineal de progreso o
desarrollo: nacer, crecer, estudiar, enamorarse, casarse, emplearse, tener hijos, etc., como
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sería deseable en un mundo pensado “a posteriori” y anclado en la memoria y en la
tradición, y cada vez más con una propuesta de mundo pensada y actuada con los
coetáneos, in situ y de manera colaborativa, pero, además, amparada en referencias
inciertas que habrá que ir develando casi sobre la marcha, “a priori”. Más aún, para la
mayoría de ellos en todo el mundo, al verse envueltos de alguna manera en las “sociedades
red”, la vida se percibe como más contingente e incierta, de ahí que estos cuerpos creen
soluciones simbólicas que incluyen formas grupales de auto-invención de estilos de vida y
prácticas de consumo que ya no se inspiran en las certezas del pasado, y que les permiten
conservar su localidad identitaria, en la itinerancia global: glocalidad.
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El interpretar como hermenéusis, hermenéutica para crear. El segundo interpretar es la puesta en
escena del discurso corporal situado, contextualizado en una época y en una cultura.
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gestor gestado por la dialógica vital de versar en común con su época, de con-versar. Es
aquí en donde está la tarea trascendental del compositor (coreógrafo/dramaturgo), su acción
social debe trascender el compromiso e ir más allá, su mirada no se queda en lo inmediato,
el hacer no es un propósito para hoy solamente, el hacer tiene consecuencias, y esa es la
razón que lo fundamenta.
La Danza como hecho social no puede ser ajena a las consecuencias que su hacer implica,
pues el Ser en su ser y hacer cotidianos es también un ser trascendental, historizado, y como
tal, su hacer transforma o mantiene, instituye o es instituido, conserva o dibuja nuevos
horizontes.
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Ciurana, Emilio, Roger (2017). Una antropología compleja para entrar en el siglo XXI. Claves de
comprensión. El presente texto se publicó en portugués en el libro colectivo titulado O pensar
complexo. Edgar Morín e a crise da modernidade. Garamond. Rio de Janeiro. 1999. Puede verse
aquí: https://emiliorogerciurana.com/
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La Teoría del Movimiento Inteligente TMI es una propuesta elaborada por la autora para abrir
espacios alternativos de trabajo con el movimiento que consideren su potencialidad en la
configuración de procesos cognitivos. Esta propuesta se elabora en el texto: Mallarino, Claudia
(2010). La Articulación de la Dimensión Motora y la Dimensión Cognitiva: Una Propuesta
renovada para La Educación del Movimiento. Cali: Editorial Bonaventuriana.
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Para dar trámite a esta doble condición, elaboraremos, a manera de muestra, una propuesta
de Gramática del gesto corporal a la luz de la Teoría del Movimiento Inteligente TMI.
El vocabulario del gesto motor esta constituido en primera instancia por factores corporales
(partes, peso, lateralidad, etc.); espaciales (direcciones, dimensiones, ejes, planos, etc.); y,
temporales (duración, secuencias, intervalos, etc.) del movimiento; y, en segunda instancia,
por Formas Básicas (caminar, correr, lanzar, girar, traccionar, etc.), Formas Construidas
(caminar en una viga de equilibrio, girar en la punta del pie, lanzar a distancia una pelota,
etc.), Habilidades Genéricas (flexibilidad, equilibrio, fuerza, velocidad, resistencia, etc.), y,
Formas Técnicas (pirouettes, pas de bouree, spiral, release, beat, bomber, conquer, lunares y
solares, ocho infinito, etc.) de Movimiento, como veremos a continuación: 8
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Los referentes traídos al texto de la TMI, son apenas una muestra que permite ilustrar la propuesta
de investigación y composición en danza como discurso corporal de movimiento.
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Formas Básicas de Movimiento: acciones que el cuerpo realiza naturalmente por estar diseñado
como está.
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Formas Construidas de Movimiento: Formas básicas integradas a factores espaciales y temporales
de movimiento: correr rápido, saltar en el centro o en la periferia, etc.
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INVENTAR TONO-LOCALIZACIÓN POSICIÓN – OPOSICIÓN PROGRESIÓN
TRANSFERENCIA-PROLONGACIÓN CONTRASTES CONTRASTES
PROPONER
INTER-INTRA REGULACIÓN EVOLUCIONES SINCRONIZACIONES
Las Categorías de la Acción son operaciones mentales que ilustran la actuación corporal en
los diferentes dominios de desempeño, verbos asociados a la manifestación de la acción del
sujeto consigo mismo / mismidad (percibir, representar, discriminar); con el otro y lo otro /
otredad (identificar/diferenciar); socialmente / corporatividad (convocar, asociar,
cohesionar ) y de manera creativa / enactividad (inventar, gestar, indtituir).
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Habilidades Genéricas: Cualidades físicas de movimiento.
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Formas Técnicas de Movimiento: Formas Construidas de Movimiento ejecutadas en el marco de
una técnica específica de movimiento.
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La danza contemporánea, un hablar liberador del “presente” y como tal un reflejo de la
actualidad, es el mejor argumento que tenemos para que partiendo del lenguaje
técnico, se genere la posibilidad de configurar discursividades propias de la
narrativa poética de cuerpos que habitan un espacio y un tiempo históricos
propios, y que participan activamente en la construcción de su cultura sin usar
lenguajes prestados, definiendo un lugar desde el cual mirar -tendencia- que nos
sitúe como protagonistas y nos libere finalmente de la mímesis indiscriminada.
Lo anterior demanda una reflexión profunda sobre los cuerpos emergentes del tercer
milenio, así como de las condiciones culturales que ponen en escena estas
sociedades globalizadas en donde, además de los saberes ya dichos y repetidos
acerca de “todo”13, asoman saberes enunciándose, y aún por enunciarse, que van
a poner en entredicho los grandes metarelatos que fundaron la Modernidad. La
tarea ineludible del arte es encontrar la manera de darle cuerpo a los invisibles y
a los innombrables; repatriar a los desterritorializados y narrar danzando en
presente.
El cuerpo en Colombia había sido un objeto inefable hasta mediados del siglo antepasado,
cuando surgen discursos sobre la higiene, la raza, la disciplina, el control; y más tarde,
asuntos como la sexualidad, el género, las experiencias corporales y las técnicas y lenguajes
del cuerpo que lo fueron haciendo aparecer, le fueron dando nacimiento y otorgándole
historicidad, lugar y fecha.
El cuerpo empieza a ser desligado de los discursos anatomistas y biológicos, como objeto
de descripción, y gana un lugar en el interés de los académicos de diferentes disciplinas,
hasta ser hoy bandera de muchas apuestas investigativas y metodológicas, que le han
permitido surgir como objeto de indagación con un campo discursivo particular, que en
nuestro país comienza a dibujarse con mucha fuerza. De poder ser cartografiado, descrito,
prescrito o regulado, el cuerpo hoy ha puesto en duda las certezas que lo rodeaban y,
aunque en ocasiones aparezca desmaterializado, está más presente que nunca. Es momento
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El paradigma científico moderno explica “todo” lo que le interesa visibilizar y sobre lo cual
impone su verdad (singular), una porción de realidad que ha silenciado una enorme cantidad de
verdades en plural, y que hoy gracias al alumbramiento de lo diverso, van abriéndose paso.
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de que la DANZA no le siga sacando el cuerpo al CUERPO, esa es la invitación cuando la
enunciamos en clave contemporánea
Muchos son los autores que desde la segunda mitad del siglo XX, se han dado a la tarea de
recomponer las miradas sobre la experiencia vital y sus instancias históricas, y lo han hecho
incluyendo al cuerpo en la reflexión, para erguirse y fundar un lenguaje que esté a la altura
de las circunstancias de su época, verbigracia: la posmodernidad de Lyotard (2006), la
modernidad líquida de Bauman (2003) y la hípermodernidad y la era del vacío de
Lipovetsky y Serroy (2012); las ciberculturas de Pierre Levy (2007) y las culturas
postfigurativa, cofigurativa y prefigurativa de Mead (2006); los rizomas y los pliegues de
Deleuze (1999); el habitus y los capitales culturales de Bourdieu (1979); el tribalismo de
Maffesoli (1990); las heteroglosias y las arquitectónicas de Bajtín (1982); el
acontecimiento y el pensamiento menor de Lazzarato (2006); los destiempos de Martín-
Barbero (1998); las tecnologías, las anatomopolíticas y las biopolíticas de Foucault (2008);
las sociedades autorreferentes y autopoiéticas de Luhmann (1997); y tantos otros, que han
hecho posible enunciar las corporalidades emergentes y empezar a delinear una ruta para
pensarse lo que está por venir.
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El acto creativo convoca al pensamiento divergente. La pluralidad de formas
representativas de la realidad, no son eventos redundantes de la posibilidad comunicativa
del Ser humano. El pensamiento vinculante parece ser el invitado de gala en el escenario de
la creación contemporánea. El fenómeno sistémico complejo; las redes conceptuales; el
orden - desorden – organización; las realidades solidarias y conflictivas; las nociones
contradictorias; la transdisciplinariedad y la potencia creativa; entre muchas otras
semánticas y pragmáticas, serán en el transmilenio, la carta de navegación del Discurso
Artístico.
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BIBLIOGRAFÍA
Bourdieu, Pierre. (1979). Los tres estados del capital cultural. Sociológica - Revista del
Departamento de Sociología, 5: 11-17. Actas de investigación en Ciencias
Sociales.
Lazzarato, Maurizio. (2006). Políticas del acontecimiento. Buenos Aires: Tinta Limón.
Lipovetsky, Gilles. & Serroy, Jean. (2012). La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad
desorientada. Colección Argumentos. Barcelona: Anagrama.
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Mallarino Flórez, Claudia (2010). La Articulación de la Dimensión Motora y la Dimensión
Cognitiva: Una Propuesta renovada para La Educación del Movimiento. Cali:
Editorial Bonaventuriana.
_______________________ (2017). Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última
década del siglo XX en Colombia. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.
Martín-Barbero, Jesús. (1998). Jóvenes: des-orden cultural y palimpsestos de identidad. En
M.C. Laverde (Ed.). Viviendo a toda. Jóvenes, territorios culturales y nuevas
sensibilidades (pp. 22-37). Bogotá: Siglo del Hombre, Departamento de
Investigaciones, Universidad Central.
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