Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Los críticos del iusnaturalismo dicen que es un error intentar presentar, por ejemplo,
como Derechos Humanos universales las exigencias morales de libertad, igualdad
y dignidad humana, como lago que deba ser reconocido por las constituciones de
las naciones con contextos socio-históricos distintos, ya que, según estos críticos,
la naturaleza no produce derecho alguno.
Esta teoría identifica a los Derechos Humanos con exigencias éticas que emanan
de la dignidad humana. Para sus críticos no ofrece una base racional de
fundamentación, pues, dicen, apela un concepto que solo se supone, que es el de
la dignidad humana, pero que no se lo explica. En consecuencia preguntan: ¿Cómo
y por qué los hombres tiene una especial dignidad?
Sí existen los derechos humanos pero como derechos políticos que solo pueden
ejercerse en comunidad con otros hombres. Esta postura se pregunta ¿a qué
hombre es que se refieren esos derechos? Marx entiende que tales derechos se
refieren básicamente a un miembro que pertenece a la sociedad burguesa. Este
hombre se explica como un ser que viene a ser el hombre por antonomasia, al cual
se le conocen sus derechos con el nombre de Derechos Humanos. Por
consiguiente, los Derechos Humanos que nos vienen de la Revolución Francesa
están muy lejos, dice Marx, de concebir al hombre como un ser genérico y lo que
hacen es hacer aparecer la sociedad como algo externo a los individuos,
limitándoles su independencia originaria. Por eso, para la teoría marxista, la
Revolución Francesa no liberó al hombre de la propiedad privada, sino que le dio la
libertad de propiedad. No lo liberó del egoísmo de la empresa capitalista, sino que
le dio la libertad de empresa.
Los derechos naturales perennes del hombre, desde su promulgación, son para
Marx los siguientes: la igualdad, la libertad, la seguridad y la propiedad. ¿En qué
consiste la libertad?, se pregunta Marx y responde, según lo entendió la
Revoluciona Francesa, es el poder propio del hombre de hacer todo lo que no
lesione los derechos del otro. El limite lo fija la ley. Esta forma de entender la libertad,
dice Marx, no se basa en la unión del hombre con el hombre, sino, por el contrario,
en la separación del hombre con respecto al hombre. Esto es así para Marx porque
en la sociedad capitalista que nos viene de la Revolución Francesa, la aplicación
práctica del derecho humano de la libertad es el derecho humano de la propiedad.
Ahora bien ¿En qué consiste para Marx este derecho? Consiste en el derecho de
todo ciudadano a gozar y disponer a su antojo, de sus bienes, de sus rentas, de los
frutos de su trabajo y de su industria. Esto quiere decir que el derecho humano de
la propiedad privada es, por tanto, el derecho de quien tiene realmente esa
propiedad en su poder para su disfrute.
La igualad es para Marx la idea de que todo hombre se considere por igual como
una mónada3 atenida así misma. La Constitución francesa de 1795, la definió como
la aplicación de la misma ley a todos, tanto como cuando protege como cuando
castiga, pero no hace referencia a la igualdad en la tenencia de las condiciones de
existencia necesarias para el desarrollo autónomo de los individuos. Por tanto, dice
Marx, la igualdad fue concebida allí en un sentido jurídico y no político.
“(… )Ninguno de los derechos humanos va mas allá de hombre egoísta, del
hombre como miembro de la sociedad burguesa, o sea, del individuo replegado
en si mismo, en su interés privado y en su arbitrariedad privada, y disociado de
la comunidad.”4
“Tenemos entonces que para la ética del discurso y la lógica de argumentación, los
Derechos Humanos son universales porque son susceptibles de ser fundamentados
exclusivamente desde el punto de vista moral, lo cual no los despoja, dice
Habermas, en absoluto de su calidad jurídica, ni hace de ellos normas morales.”