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Todo lo que hacemos los seres humanos está regulado por normas, desde
que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos todo lo hacemos
en función de normas o de costumbres más o menos estables. Dependiendo de
qué aspectos de nuestra vida regulen las normas serán de un tipo o de otro. Por
ejemplo, la norma que dice que debemos lavarnos los dientes después de comer
es una norma de higiene o de salud, puesto que regula nuestra conducta para
que seamos higiénicos o sanos. Una norma siempre implica un haz esto o no
hagas esto otro, una norma es una indicación acerca de lo que debemos o no
debemos hacer. El que lo hagamos o no ya es cosa nuestra. El hecho de que
existan normas no quiere decir que todas las normas sean buenas. Hay normas
absurdas y normas que consideramos malas. Por ejemplo las leyes (que no son
más que un tipo de normas) que promovieron la discriminación racial en algunos
estados de Estados Unidos y en Sudáfrica (haciendo que negros y blancos no
pudieran ir a los mismos colegios, o que no pudieran utilizar el mismo autobús,
o prohibiendo a la población negra que accediera a ciertos puestos de trabajo o
beneficios sociales, etc.); o las normas de algunos pueblos que hacen obligatoria
la ablación del clítoris, o aquellas leyes que permiten la lapidación, etc. La moral
hace referencia a las normas que regulan nuestra conducta diciéndonos lo que
está bien y lo que está mal. Ejemplos de normas morales serían: «No se debe
mentir», «No se debe matar», «No se debe robar», etc. La ética sería una
reflexión filosófica acerca de la moral y de sus normas. Veamos esto más
despacio.
2. Ética y moral
La palabra «ética» procede del griego «ethos» que significa «costumbre, modo
acostumbrado de obrar». Igual significado tiene la palabra latina «mos, moris»
que ha dado en castellano «moral». Ética y moral coinciden desde el punto de
vista etimológico. Ambas se refieren a nuestras costumbres y forma de actuar,
en la medida en que podemos considerarlas como buenas o malas, correctas o
incorrectas.
La filosofía, sin embargo, usa estos conceptos de un modo distinto. Así la moral
se ocupa de establecer las normas y los criterios que utilizamos cuando
calificamos determinadas acciones como correctas o incorrectas, buenas o
malas en sentido absoluto. Por ejemplo, sería misión de la moral definir las
normas y criterios que deben regir las relaciones entre los miembros de una
familia, o entre el médico y su paciente. La moral respondería a preguntas como:
¿Debe el médico decir la verdad al paciente por desagradable que sea? La ética
se ocuparía más bien de discutir racionalmente la validez de estas normas y
criterios que la moral nos da. Es decir, la ética se ocuparía de cuestiones como:
¿por qué es moralmente correcto o incorrecto decir la verdad? La ética trata de
reflexionar críticamente acerca de las normas que la moral establece. El objeto
de la ética es la moral y la moralidad. La ética hace que nos planteemos si las
normas y valores por los que guiamos nuestra conducta son válidas o no.