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DESCUBRA SU AUTÉNTICO LIDERAZGO

Bill George, Peter Sims, Andrew N. McLean & Diana Mayer

Jhon Alexander Torres López

Existe una característica esencial para el éxito del ser humano cuando
decide involucrarse con el mundo empresarial. La misma pese a ser la columna
vertebral de su éxito futuro, no le es enseñado en la academia (por lo menos en
instituciones Colombianas), por lo tanto, cada quien se ve obligado a creerse el
cuento de que se nace con ella o se debe trabajar duro para desarrollarla. Dicha
característica es el liderazgo.

Para comenzar hay que dejar claro que nadie nace líder, solamente
desarrolla su potencial de liderazgo. No existen uno rasgos universales del “líder”
pues hay tantos estilos de liderazgo como situaciones y equipos de trabajo a los
cuales una persona se enfrentará a lo largo de su vida. Además, todos tenemos
cualidades de líder, sólo que hay algunos que encuentran el camino para
desarrollarlas, otros no.

Ahora bien, pese a no existir un modelo de líder, sí hay unas pautas a tener
en cuenta que pueden ser el inicio de la puesta en escena del liderazgo que radica
al interior de las personas. Como tal, estas pautas comprenden: ser auténtico,
tener claras las motivaciones la igual que los valores personales
(autoconocimiento) y cultivar la capacidad para relacionarse.

Debe comenzarse por entender y aceptar la historia personal, pues es a


través de la misma en la que se pueden identificar las habilidades que se han
adquirido y desarrollado, evidenciadas tanto en las adversidades, como en los
logros obtenidos. Cada persona a lo largo de su vida vive experiencias
transformadoras, es en las mismas donde es posible identificar cual es el camino o
ruta a seguir, ello para lo cual se está predestinado, en donde probablemente será
más efectiva la puesta en escena del liderazgo.

Sin embargo, de nada sirve encontrar el camino para copiar a otros, no, los
líderes se caracterizan por ser auténticos. Con esto no se quiere decir que no sea
adecuado seguir pautas adecuadas que aplican los demás, sino que no desean
parecerse a nadie puesto que se cuenta con suficiente confianza y originalidad,
que se está seguro del alcance que se tiene cuando se proyecta hacia un objetivo.
Dicha autenticidad de igual forma termina siendo atractiva para los demás, los
cuales son fundamentales puesto que un líder necesita compañeros que lo apoyen
y estén dispuestos a dar de sí en función de aportar al cumplimiento de los
objetivos que se trace.

En ese sentido, un líder se rodea de las personas más fuertes y genera un


equipo cohesionado, no teme a que los demás sobrepasen sus capacidades, por
el contrario, consciente y constantemente impulsa a sus colaboradores a que
mejoren cada día a través de la retroalimentación. En ella, es clave transmitir la
necesidad de conocerse a sí mismo, el cual termina siendo uno de los factores
más preponderantes a la hora de desarrollar el liderazgo.

En ese orden de ideas, la construcción de un líder se hace a través del


autoconocimiento, mediante la reflexión acerca de sus fortalezas al igual que de
sus debilidades, estableciendo planes de acción en favor de cerrar las brechas
existentes y/o potencializar sus capacidades más desarrolladas que logró
identificar en su proceso de analizar su historia. De igual manera está en la
obligación de autocuestionarse en función de entender la mejor forma de
interactuar en el entorno que lo rodea, definir su forma de aprendizaje, establecer
su capacidad para tomar decisiones, entre otros.

Este autocuestionamiento le permite al líder definir en qué momento debe


resignarse y decir “no”, al identificar que no cuenta con la capacidad suficiente de
enfrentar el reto que tiene en frente, sea un proyecto, un cargo o la misma
empresa en la que se encuentra, porque el líder cuenta con un estructurado
sistema de valores, los cuales pueden alinearse o no con los valores de las
organizaciones para las que trabaje. Cuando no encuentre la compatibilidad
esparada, deberá retirarse, pues empezaría a condenarse a sí mismo al
desempeño inadecuado al igual que a su equipo de trabajo.
Finalmente, los líderes son catalogados como tales no por ellos mismos,
sino por las personas que los rodean y que en algún momento los han seguido. Si
bien un líder lidera con la razón, lo hace igualmente con el corazón, por ende,
cuenta con una elevada capacidad para empatizar con los demás y ponerse en
sus zapatos. Esto les permite estructurar relaciones significativas con sus
compañeros y colaboradores, pues entiende que cada ser es un universo
diferente, por lo tanto las capacidades varían. Por ello aprende a conocer a su
equipo profundamente, pues el camino hacia el objetivo va soportado por la
puesta en escena de las fortalezas de cada colaborador, a quien ubicó de manera
estratégica en función de explotar su potencial e igualmente avanzar hacia el
objetivo, así todos ganan bajo el direccionamiento de un líder.

El líder sabe que las carreras exitosas no son planeadas. Se desarrollan


cuando las personas están abiertas a enfrentar las oportunidades que les da la
vida, conociendo su historia, sus valores, sus motivaciones siendo auténtico y
amando a los demás en la medida que avanzan de la mano hacia los objetivos
conjuntos.

Y para resumir: “Los líderes auténticos demuestran una pasión por su


propósito, practican sus valores consistentemente y lideran tanto con el corazón
como con la cabeza. Establecen relaciones significativas de largo plazo y tienen la
autodisciplina para obtener resultados. Saben quiénes son” (George et al, 2011).

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