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editorial

el ACOMPAñamiento
espiritual

Durante los primeros días de Pascua he- llamado Emaús”); ahora vuelven a Jerusalén
mos leído en la liturgia dos veces el texto de con un destino definido y sabiendo lo que tie-
los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35): en la nen que encontrar. Ahora vuelven como pere-
semana pascual y en el 3º domingo. Este texto grinos, con un horizonte que ilumina el cami-
(entre muchas otras cosas) nos muestra cómo no (“En ese mismo momento se pusieron en
desde el principio los testigos y discípulos del camino y regresaron a Jerusalén”).
Señor son acompañados por Él para recono- La experiencia de compartir comunita-
cerlo en el camino de la vida. riamente el encuentro con Jesús resucitado
Los discípulos recuperan el “entusiasmo al llegar a Jerusalén, confirma la experiencia
pastoral” al descubrir a Jesús como compañe- propia y la enriquece. No son ellos los que
ro de camino (“no ardía acaso nuestro cora- contarán algo nuevo a los demás, que no se-
zón, mientras nos hablaba en el camino…?”). pan. Ellos reciben un anuncio (“Es verdad, el
Jesús, al hablarles mientras caminan, llega al Señor ha resucitado y se apareció a Simón”)
interior del corazón devolviendo el sentido a y así confirman y enriquecen su propia expe-
los acontecimientos al comienzo incompren- riencia (“Ellos por su parte contaron lo que
didos (“Hombres duros de entendimiento”). les había pasado en el camino…”). El acom-
Jesús, desde las Escrituras, desde la Palabra, pañamiento comunitario sostiene y fortalece
va iluminando los sucesos vividos para que en la experiencia de encuentro con Jesús y de la
ellos, los discípulos, puedan reconocerlo (“… misión encomendada por Él. Ser acompañado
les interpretó en todas las Escrituras lo que se por otro/os fortalece la fe y la enriquece.
refería a Él”).
La Palabra que interpreta la vida lleva a Los sacerdotes somos discípulos que ne-
abrir los ojos en el gesto eucarístico, para que, cesitamos ser acompañados para no perder
recuperado el ardor, el encuentro con Jesús el ardor que nos impulsa a la misión. Nece-
resucitado se experimente como algo vivo y sitamos también escuchar una Palabra que
lleno de sentido (“entonces se les abrieron los ayude a interpretar los acontecimientos de la
ojos y lo reconocieron”). Lo reconocieron en vida cotidiana para que sean oportunidad de
la vida (iluminada por la Palabra explicada encuentro con Jesús. Necesitamos que alguien
por Jesús) y en la Eucaristía (como presencia nos acompañe para sostener y afianzar nuestra
cercana: “quédate con nosotros”). vida espiritual vinculada con el ejercicio del
La vida de estos discípulos cambia radi- ministerio. Y lo somos de verdad de tantas ma-
calmente: si se estaban alejando de Jerusalén neras, a través de sacerdotes amigos, familias,
hacia una ciudad pequeña, casi sin rumbo y comunidad parroquial y amigos en general.
como errantes (“iban a un pequeño pueblo Pero hay un ámbito en particular en el que

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de abrirse a la Palabra, de disponibilidad, de


ser enseñado…
Dedicamos este número de Pastores al
tema del “acompañamiento espiritual”, pen-
sando en el sacerdote que necesita ser acom-
pañado y al que también se busca para acom-
pañar.
Comenzamos compartiendo la experien-
cia del Taller sobre Acompañamiento Espi-
ritual organizado por el Secretariado para la
Formación Permanente de los Presbíteros, de
la CEMIN, realizado en la Casa de Ejercicios
Nuestra Señora de Fátima, Rosario, Santa Fe,
los días 8 al 12 de octubre de 2007. Estuvo
a cargo del P. Hugo Massimino cpcr, del cual
publicamos un escrito que incluye los conteni-
dos trabajados por los sacerdotes en esos días.
Comparte su testimonio el P. Mario Ludueña,
de la diócesis de San Francisco, participante
del encuentro.
En la línea del acompañamiento espi-
ritual de sacerdotes y la importancia de ser
acompañado, ofrecemos dos artículos: unos
del P. Bernard Pitaud P.S.S, y otro de Mons.
Melguizo Yepes. Se muestran allí, entre otros
temas, las dificultades que encuentran los sa-
debemos ser acompañados por algún otro sa- cerdotes para ser acompañados, el lugar del
cerdote, que es el de nuestra búsqueda interior discernimiento espiritual, la unidad de vida,
de Jesús y su amor para identificarnos con Él. el marco de la fraternidad sacerdotal, etc. En
Sin embargo el encuentro personal con otro cuanto a las notas propias para desempeñar
sacerdote que nos ayude como guía, director o el ministerio del acompañamiento espiritual
acompañante espiritual de modo periódico se presentamos un artículo de Jesús Sastre, Pro-
nos hace difícil. Hay excusas como la distan- fesor de la Universidad de Comillas-España.
cia geográfica, la falta de tiempo, la dificultad Y finalmente una Carta de los obispos de Bél-
de encontrar sacerdotes referentes en esta ta- gica a los sacerdotes que refleja otro modo de
rea de acompañar, etc. acompañamiento: el de dar estímulo, ánimo y
También constatamos que el pueblo de esperanza.
Dios nos pide ser acompañado. Muchas con-
fesiones se transforman en espacios donde la En un segundo grupo de artículos se-
gente busca una palabra para interpretar y en- guimos reflexionando sobre Aparecida y su
tender, desde Dios, qué le está pasando. Aquí mensaje. Presentamos un trabajo del P. Víctor
también la necesidad de un guía, director o Fernández, con claves para la interpretación
acompañante espiritual se hace evidente, pero del Documento Conclusivo y su puesta en
muchas veces nos hacemos los distraídos ex- práctica; un análisis de Mons. Luis Villalba,
cusándonos que no somos especialistas o no Arzobispo de Tucumán y participante de la
fuimos formados para el acompañamiento es- Vª Conferencia, donde vincula “Navega mar
piritual. adentro” con el texto de Aparecida; y por úl-
Al mismo tiempo la Iglesia en América timo el documento de la Comisión Especial
Latina nos pide crecer como discípulos misio- para la Misión Continental, del CELAM, que
neros, lo que invita a ser acompañados, ya que da orientaciones para implementar un camino
lo propio del discípulo es la actitud receptiva, de Iglesia misionera. w

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Aco
pañam
Espirit
acompañamiento
espiritual

“vemos renacer en la Iglesia respondiendo a di-

versas influencias, un definido interés por la di-

rección espiritual aunque hoy se prefiera hablar,

de “acompañamiento espiritual”, sin duda para ex-

presar mejor que, este ministerio, consiste en ser

testigo del trabajo del Espíritu Santo en un alma.

Se trata en verdad de lo que tiempo atrás se de-

signaba con el nombre de “dirección espiritual.”

[ P. Bernard Pitaud
P. S. S ]
pastoral sacerdotal

[ P. H u g o N a z a r e n o M a s s i m i n o ]
Cooperador Parroquial de Cristo Rey

La Dirección Espiritual de
sacerdotes como proceso
de discernimiento

introducción como una ayuda para encontrar, para discernir


la dirección, la orientación, el rumbo hacia el
Al dar los Ejercicios Espirituales de San Padre.1 La V conferencia del Episcopado La-
Ignacio, cuando llega el momento de sugerir tinoamericano y del Caribe en su documento
a los ejercitantes que comiencen a preparar el conclusivo, Aparecida, pone de relieve la ne-
aterrizaje a la vida cotidiana, a mirar desde cesidad del acompañamiento de los discípulos
Dios el después de la experiencia, suelo con- y lo especifica según la vocación específica,
tarles lo que decía un director de Ejercicios afirmando: “Cada sector del Pueblo de Dios
durante una tanda y lo repetía con frecuencia: pide ser acompañado y formado, de acuerdo
“No me hagan Ejercicios Gloria al Padre”. con la peculiar vocación y ministerio al que
Tanto insistió en esto, que un ejercitante le ha sido llamado: ... los presbíteros, cooperan-
preguntó: ¿Qué significa: “No me hagan Ejer- do con el ministerio del obispo, en el cuidado
cicios Gloria al Padre”. A lo que el Director del pueblo de Dios que les es confiado”2
respondió: Se inician los Ejercicios y se des-
cubre que estamos hecho para la gloria del Pa- 1. La Dirección Espiritual como
dre, por lo tanto decimos interiormente Gloria proceso de discernimiento
al Padre; luego nos centramos en el Hijo hasta para una vida teónoma
llegar a decir Gloria al Hijo; en toda la expe-
riencia se invoca al Espíritu Santo y uno se La Dirección Espiritual es importante
siente movido, iluminado por Él, de ahí que para toda la vida, si bien el acompañado irá
surge: Gloria al Espíritu Santo, pero... para dependiendo cada vez menos de la misma y
seguir uno: “como era en el principio, ahora y cada vez más del Espíritu Santo, el maestro
siempre y por los siglos de los siglos. Amén”, interior, el primer protagonista en nuestra
o sea, con el frecuente peligro de que después vida espiritual. Magistralmente lo expone el
de unos días de fervorosos retiro, se siga como P. Mendizábal: “El ideal del director humano
antes, sin ningún signo real de progreso. será llevarle sencillamente a una teonomía –es
Para que esto no ocurra en nuestro mi- la palabra exacta, más bien que hablar de au-
nisterio ordenado, es decir no se tenga la im- tonomía-, es decir, a ser guiado por Dios, go-
presión o de hecho se viva como que no pasa
nada, que siempre es lo mismo, a pesar del
paso del tiempo, en la vida espiritual-ministe- 1
hCf. Rodríguez Miranda, T., La Dirección Espiritual:
rial, percibiendo ésta como una meseta, ayuda Pastoral del acompañante espiritual, Buenos Aires,
muchísimo la Dirección Espiritual, entendida San Pablo, 2006, 7.
2
Aparecida 282.

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bernado por Dios.”3 Lo central de la Dirección


Espiritual está, entonces, en ayudar a acrecen-
tar la vida en el Espíritu, a que el acompañado
sea fiel en todo momento al querer de Dios.
En todo este acompañamiento no podrá
faltar que el Director Espiritual alimente en
el dirigido el deseo de Dios, el conocimiento
de sí mismo, de su propia estructura personal;
que le ayude en el ordenamiento de la pro-
pia vida, a la integración de la afectividad; lo
guiará asimismo en la experiencia de oración
facilitando la personalización de la misma en
la unión con Dios; le ayudará a que ejercite
las virtudes teologales y morales; incentivará
en el radicalismo evangélico, lo mantendrá
abierto a la formación permanente entendida:
“como la disponibilidad constante a aprender,
que se expresa en una serie de actividades or-
dinarias, y luego también extraordinarias, de
vigilancia y discernimiento, de ascesis y ora-
ción, de estudio y apostolado, de verificación
personal y comunitaria, etc., que ayuden coti-
dianamente a madurar en la identidad... y en la
fidelidad creativa a la propia vocación en las
diversas circunstancias y fases de la vida. Has- aprendizaje de quien desee llegar a la madura-
ta el último día”4; acompañará especialmente ción de su vida cristiana”.
y delicadamente en las situaciones de crisis, Les cito, asimismo, algunos párrafos en
de grandes pruebas y tentaciones; incentivará los que Tomás Rodríguez Miranda, en su libro
a lecturas espirituales adecuadas; derivará, si La Dirección Espiritual: Pastoral del acompa-
es necesario, a un terapeuta; pero fundamen- ñante espiritual, expresa también con claridad
talmente hará iniciar y apoyará el camino de y argumentación la importancia de un acom-
discernimiento del dirigido, sea para las gran- pañamiento en clave de discernimiento: “Si el
des decisiones como para descubrir el plan de dirigido es una persona que está determinada
Dios en la vida diaria, invitando a realizarlo a dejarse acompañar por un largo período de
comprometidamente. tiempo (tenga o no problemas más o menos
El P. Ruiz Jurado desarrolla un capítu- urgentes que resolver), entonces el director le
lo sobre el Discernimiento en la Dirección podrá proponer un camino más largo pero más
Espiritual5 y allí expresa su convicción: “No seguro de discernimiento espiritual, llevado a
pudiendo imaginar otro tipo y modelo de san- cabo con un cierto nivel de vida interior y de
tidad cristiana que no se encuadre en estas oración personal. En el proceso de ese discer-
coordenadas fundamentales: seguimiento de nimiento espiritual el dirigido irá encontrando,
Cristo, obediencia y docilidad al Espíritu divi- a través de las inspiraciones que Dios le vaya
no, es claro que el discernimiento espiritual de dando, el camino de salida a muchas situacio-
la voluntad de Dios entra esencialmente en el nes tensas y conflictivas, así como el camino
de comportamiento diario normal en todas
sus situaciones comunes, es decir, en la vida
3
Mendizábal L. M., Dirección Espiritual: Teoría y corriente”6; un poco más
práctica, Madrid, BAC, 1982, 27.
4
Cencini A., La formación permanente, Madrid, San
Pablo, 2002, 40-41.
5
Ruiz Jurado, M., El discernimiento espiritual. Teolo- 6 Rodríguez Miranda, T., La Dirección Espiritual: Pas-
gía. Historia. Práctica, Madrid, BAC, 1994, 290. toral del acompañante espiritual, 355.

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adelante agrega atinadamente: “Es fundamen- tido, transitan el camino del desencanto, de la
tal centrarse en la experiencia espiritual de la huída, de la fe perdida, de la desesperanza y de
persona (experiencia de Dios) y, por tanto, en la amargura, abandonando la comunidad.
la vida de oración. Y seguir con constancia un
acompañamiento prolongado con entrevistas
periódicas para ir discerniendo y dilucidando 3. Los tres momentos del
por dónde lo lleva el Espíritu. Tendrá que ir discernimiento
aprendiendo y aplicando las normativas para
realizar el “discernimiento”, a fin de ir discer- 3.1. Primer momento: “Sentir”.
niendo prolongadamente la vida interior acti-
va que lleve, e ir practicando una dinámica de ¿Qué hace el Acompañante por excelencia
elecciones y decisiones aplicando los diversos ante esta situación? No se impone, se acerca a
“tiempos oportunos”1. Finalmente, acota: “Y los dos, camina con ellos y los escucha, más
esta clase de dirección espiritual es la que vie- aún les hace unas preguntas abiertas: “¿Qué
ne necesitando, a la larga, toda persona que comentaban por el camino?... ¿Qué cosas?”
lleve un compromiso cercano con Dios, como (Lc 24, 17 y 19); seguramente que el Señor
serían los/las religiosos/sas especialmente los/ Resucitado sabía lo que les pasaba pero quie-
las jóvenes que están en etapa de formación, re saber cómo ellos lo están viviendo, quiere
seminaristas mayores, o los jóvenes laicos que hacerles tomar conciencia de la situación que
buscan un compromiso vocacional verdadera- viven y que manifiestan a nivel emocional
mente auténtico”2. Yo no dudaría de agregar y afectivo con expresiones espontáneas, les
en esta lista, desde mi experiencia, a mis her- ayuda a “hacer memoria” de lo doloroso que
manos presbíteros. viven; les está ayudando a dar el primer paso

2. Un acompañamiento Es fundamental centrarse en la


ejemplar: Emaús
experiencia espiritual de la per-
¿La Palabra de Dios nos dice algo al res- sona (experiencia de Dios) y, por
pecto? Sí, sobre todo en los evangelios y de
los mismos rescato el acompañamiento de Je- tanto, en la vida de oración) Y
sús Resucitado a los discípulos de Emaús, ya seguir con constancia un acom-
que realmente es paradigmático.
En la vida consagrada se piensa, reciente- pañamiento prolongado con
mente, que los acompañados por el Señor Re-
entrevistas periódicas para ir
sucitado en el camino de Jerusalén a Emaús,
son un hombre y una mujer, a mí me gusta discerniendo y dilucidando por
identificarlos con dos presbíteros en una gran
dónde lo lleva el Espíritu.
crisis, que “están de vuelta” porque perdieron
el sentido de la vida, tienen una crisis de sen-

del discernimiento, como lo expresa siglos


después, San Ignacio en su librito de los Ejer-
cicios, cuando en el primer número de las Re-
glas de discernimiento dice: “Reglas para en
alguna manera sentir y conocer las varias mo-
ciones que en la ánima se causan: las buenas
para recibir y las malas para lanzar..” [313]3.

1
Ib., 356. 3
Las palabras en negrita son mías para destacar los
2
Ib., 357. tres niveles o fases para discernir.

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Sentir, precisamente, significa advertir lo que Espiritual debe dar pautas para que también
está pasando dentro. el dirigido diferencie, interprete, su situación
Esta es una tarea propia del acompañante con la inteligencia iluminada, auxiliada por la
espiritual: ayudar a que caigan en la cuenta, fe, con el ejercicio posible de los dones del Es-
presten atención psicológica de las mocio- píritu Santo, y si el Señor lo ha dado, también
nes, es decir del movimiento interior4; éstas se con el carisma de discreción de espíritus. Este
sienten, hasta se localizan en el cuerpo a lo lar- es el segundo paso o fase del discernimiento,
go del día, en los momentos de oración y fuera que hay que facilitar al dirigido, quien fre-
de los mismos, a veces con mucha fuerza, la cuentemente tarda mucho en clarificar el con-
mayoría de las veces, como una brisa suave. tenido, ya que no siempre aparece el mensaje
Es tarea del Director educar a percibirlas y no claramente.
pasar en esto como “gatos sobre brasas”, sino Para esto, como lo hizo Jesús que les
que las detecten y se percaten que les puede ayudó a sus discípulos hasta que “los ojos
sugerir insistentemente un comportamiento, se abrieron y lo reconocieron” (Lc 23, 31),
una línea de acción. Por eso, hay que ayudar a hay que dar criterios para diferenciar, según
detenerse y a examinar. el principio de la paz espiritual o del Espíritu
No hay que ahogar los sentimientos, sino Santo, ya que el fruto del Espíritu según nos
provocamos una especie de mutilación; más dice San Pablo en la carta a los Gálatas 5, 22
aún, a los jóvenes hay que favorecerles este es: “amor, alegría y paz, magnanimidad, afa-
sentir, pero sin descuidar los niveles siguientes bilidad, bondad y confianza, mansedumbre y
que expondremos. Avivarse, entonces, ya que temperancia”. ¿No será por esto la exclama-
“la procesión va por dentro”. ción de los discípulos de Emaús: “No ardía
acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba
3.2. Segundo momento: “Conocer” en el camino y nos explicaba las Escrituras?”
(Lc 23, 32).
Siguiendo con el episodio de Emaús, ve- Conviene aclarar que la verdadera alegría
mos cómo Jesús “les interpretó” (Lc 24, 27) y gozo en el Espíritu siempre viene de y lle-
seguidamente lo sucedido; les brindó la clave va a una relación interpersonal con Dios, es
de interpretación. Y precisamente el Director obra de Dios y lleva a la comunión con Él. No
es, como propone la New Age (Nueva Era),
buscar tener paz y bienestar, aunque no haya
alteridad con Dios ante quien crecer en un
4
La moción interna contiene tres elementos: a) es un
estado afectivo; b) tiene un contenido mental-represen- encuentro y relación plenificadora o teniendo
tativo y c) posee un movimiento: un impulso o invitación una existencia inmoral, en una compra y
que dirige hacia algo.

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venta de paz interior a través de prácticas de obstáculo”.3 Cooperar a detectar las mociones
relajación y otros materiales. Esta vivencia fá- que provienen del amor al Señor porque llevan
cilmente llevará a un egoísmo espiritual en un el signo del verdadero consuelo, lleva a una
gran relativismo moral. relación más estrecha con Dios.
n Discernir por el sentido religioso: mi-

3.2.1. Criterios para discernir. rando a largo plazo la moción para diferenciar
si me abre a Dios, a los demás, a aceptar y
El P. Randle1 ha sintetizado magnífica- cumplir la voluntad de Dios o no. Auxiliar
mente estos tres criterios: para que el dirigido se pregunte: ¿hacia dónde
me lleva esta moción?, ¿me ayuda o no?
n Discernir por los efectos o consecuen- Como criterios para evaluar las mociones
cias: si el celíaco come algo con harina, rápi- todavía podemos enseñar a detectar:
damente su organismo lo detecta y reacciona n lo sorpresivo y novedoso: Según el
drásticamente, también podemos percibir en santo de Loyola en el [330] de los Ejercicios
nosotros consecuencias ante opciones, proyec- cuando tiene la consolación esta característica
tos, deseos, etc.: dejan paz o no; hay entonces, es inconfundiblemente de Dios y no hay enga-
que preguntarse: ¿cómo quedé, cómo me dejó ño ya que no tiene causa precedente, inmedia-
la moción que tuve o sigo teniendo? tamente anterior; es decir, no se sigue de una
n Discernir por contraste: el hábito de actividad o deseo nuestro.
comer un buen, tierno y sabroso asado, me lle- n Unida a los criterios anteriores hay que

va a diferenciar cuando no es bueno, está duro tener en cuenta también la persistencia: es


o la carne está en mal estado; igualmente, el propio de Dios insistir en una dirección.
Director Espiritual debe ayudar a vivir cons-
cientemente la vida espiritual y así diferenciar 4. “Recibir... lanzar”
las mociones, distinguir en las propias viven-
cias las consolaciones de las desolaciones y Pero esto no termina aquí, el texto evan-
los contrastes que se dan ante una decisión a gélico nos dice que: “En ese mismo momento,
tomar. Si el dirigido busca vivir en la voluntad se pusieron en camino y regresaron a Jerusa-
de Dios en una determinada decisión, sentirá lén...” (Lc 23, 33). El Director Espiritual debe
posiblemente sentimientos contrarios, que lle- ayudar a dar el tercer paso, consecuencia de
van a opciones también contrarias. “En estos los pasos anteriores: que su hermano sacerdote
casos, a fin de discernir su camino, uno suele tome una decisión y la ponga en práctica, que
pasar por el proceso normal de divergencia y ejecute lo discernido haciéndolo vida o no,
convergencia hasta llegar a la emergencia”.2 porque así uno llega a ser protagonista de la
El Director Espiritual le ayudará a interpretar propia vida y se crece como persona, en la fe,
esa contrariedad que a la mayoría confunde en el ministerio ordenado, en la caridad pasto-
y consecuentemente mal interpreta: “Con in- ral; la tentación está en no llegar a decidirse,
quietudes te abate y paraliza el mal espíritu, ya que como dice el proverbio: “del dicho al
oponiéndose a lo que estás experimentando hecho hay un largo trecho”. Hay una doble al-
de Dios, a la quietud que te da. Cuando ex- ternativa, si las mociones llevan a la verdadera
perimentas dos sentimientos contrarios, que vida hay que recibirlas, ya que así se recibe a
te llevan a opciones contrarias, el sentimiento la Santísima Trinidad que está detrás de esas
bueno es el que anima y el malo el que pone mociones, que son sus mensajeros; si, en cam-
bio, la perjudican, hay que rechazarlas, como
lo hizo Jesús: “Ponte detrás de mí Satanás”
1
Cf. Randle, G., La ciencia del espíritu: adiestramien- (Mt 16, 23).
to integral para acompañantes espirituales: dimen-
sión funcional de la teología espiritual, Buenos Aires,
San Benito, 2006. 3
Mi fascículo ¡Maestro, que vea! II Botiquín de pri-
2
Nemeck, F. K.-Coombs, M. T., El camino de la Di- meros auxilios para el discernimiento espiritual,
rección Espiritual, Madrid, Editorial de Espiritualidad, Rosario, Asociación de los Cooperadores Parroquiales,
1987. 2005, 25-26.

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El Director Espiritual acompaña en el pro- teniendo en cuenta las Reglas de discernimien-


ceso de discernimiento y deja que el dirigido to de espíritus, más apropiadas para la primera
dé el tercer paso con la mayor libertad posible. semana, de San Ignacio de Loyola: [313-327],
El Acompañante debe motivar para que el favorece el crecimiento con una mirada de fe,
dirigido presbítero lleve su cuaderno espiritual llena de esperanza, abriéndose a la caridad y
o que tome nota en su computadora; especial- manifestándola. “Las virtudes teologales...
mente que lleve una planilla en la que registre se fortalecen al buscar perseverantemente a
los movimientos espirituales notables, indi- Dios y su voluntad. Si no, se atrofian por in-
cando los acontecimientos principales con sus
sentimientos y pensamientos predominantes.
Semanal o mensualmente, debe aprender a ha-
cer una re-lectura orante y seleccionar cuáles
hechos, sentires y pensares parecen más recu-
rrentes, pidiendo la sabiduría de distinguir en
el resumen de las “notabilidades”, cuáles tie-
nen un denominar común y hacia dónde lo lle-
van, aplicando los criterios de discernimiento,
y así asumir y ser fiel a los desafíos del Señor
o rechazar las veces que vengan las tentacio-
nes, muchas veces con apariencia de bien. Si
se tiene dudas o no se ve del todo claro o deja
alguna perturbación, se deja de lado o se pide
más luz. acción. Son como dinamismos divinos que pi-
No deben ser anotaciones largas y deta- den desarrollarse”5; se acrecentarán en el dis-
lladas, sino incluirá simplemente lo necesario, cernimiento las virtudes teologales con estas
breves notas para que luego el acompañado cualidades: “humilde [324, 1], paciente [321,
recuerde y hable desde ellas con el Director 1], perseverante, no cambiando el propósito
Espiritual. y resolución [318], aún más, sincera porque
pide consejo con la conciencia abierta [326];
5. Discernir = crecimiento en valiente, resuelta, con coraje, sin cambiar las
las virtudes teologales resoluciones pero sí cambiándose a sí mismo,
disponiéndose a la consolación con la lucha de
Ayudar a que el presbítero acompañado la oración perseverante y la penitencia [319];
camine en el discernimiento no es algo bala- vigilante con el examen de conciencia [319],
dí, es ayudarle a que viva el sustantivo de la para escrutar los puntos débiles y reforzándo-
vida espiritual. “El discernimiento beneficia los para el futuro [327]; no instalándose en lo
el desarrollo de nuestra vida espiritual y nos gozado [323]”6.
dispone a la santidad y a la vida eterna (Cf. 1 El Espíritu nos habla por la consolación y
Ts 5, 8), porque nos ayuda a ejercitar las “fa- nos purifica con la desolación. Debemos, en-
cultades” sobrenaturales, que son las virtudes tonces, dejarnos guiar por el Espíritu Santo sin
teologales (fe, esperanza y caridad) para po- esperar grandes intervenciones, sino atentos
nernos en contacto, en relación, en comunidad a ese movimiento espiritual. Cuando se elige
de vida con Dios Padre, Hijo y Espíritu San- bien el Señor continúa dando, fundamental-
to, recreándonos interiormente, haciéndonos mente, paz interior. Si nos equivocamos en
hombres nuevos, hijos, partícipes de la vida nuestra opción, nos la quita.
divina (2 Pe 1, 4)”4.
El ayudarles a los sacerdotes a discernir,
5
P. Hugo Massimino, ¡Maestro, que vea! II Botiquín de
primeros auxilios... 107.
6
P. Hugo Massimino, ¡Maestro, que vea! II Botiquín de
4
P. Hugo Massimino, ¡Maestro, que vea! II Botiquín de primeros auxilios... 105.
primeros auxilios... 107.

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6. Discernimiento afinado influencias, lo que Dios quiere de ti?


Ayudando al presbítero acompañado a ejer-
El acompañante espiritual tiene que abrir, citar el discernimiento al filo de la vida, éste se
sin complicar la vida del acompañado, a un va haciendo connatural, porque uno aprende a
discernimiento más afinado: a descubrir, di- escuchar las voces (= movimientos interiores),
ferenciar, las tentaciones bajo apariencia de tratando de acoger los buenos y rechazar los
bien, cuando se trata de deseos, aspiraciones, malas y esto se hace más rápidamente que si
convicciones, ideas, predilecciones, etc., que uno tuviera que tomar en consideración los
consuelan. Suelen ser frecuentes en nuestra criterios que le daría otra persona.
vida de pastores las ilusiones espirituales, ini-
ciando y favoreciendo las falsas entregas, la 8. Discernimientos
falsa discreción y nos hacen caer en una ma-
raña de engaños, incluso cuando uno creía se- ¡Cuántas ayudas habrá que dar al hermano
guir a Cristo y todos estaban asombrados de presbítero! para discernir entre el falso senti-
nuestro celo y sabiduría. miento o conflicto de culpabilidad y el verda-
dero sentido de culpa; para asumir un verda-
dero y no un falso criterio de pertenencia a la
Iglesia, madre y esposa, en sus expresiones de
El Espíritu nos habla por la con-
culto: liturgia y devociones o en las situacio-
solación y nos purifica con la nes prácticas-pastorales que no se comprenden
o en las cuales se ven deficiencias en los que
desolación. Debemos, entonces,
ejercen autoridad (el Santo Padre, Obispos,
dejarnos guiar por el Espíritu Superiores...); para descubrir y vivir desde la
vocación dentro de la vocación presbiteral o
Santo sin esperar grandes in- vocación personal, o sea, consciente de la par-
tervenciones, sino atentos a ese ticipación original en la filiación divina, vivir el
propio y personal modo único de ser presbíte-
movimiento espiritual. ro; para discernir una decisión importante que
tenga consecuencia para sí y para los demás:
cambio de destino, de misión, etc., es necesa-
Hay que equipar de clarividencia y ex- rio brindarle para esto los tiempos de elección;
periencia ante estas tentaciones solapadas y cada tiempo tiene su oportunidad específica de
tramposas. San Ignacio nos da pautas concre- percibir la elección de Dios1, para discernir si
tas en los números [328-336] del librito de los se está creciendo o no en la identidad sacerdo-
Ejercicios. tal como en la pertenencia al presbiterio; para
discernir la entrega en el ministerio apostólico
7. Discernimiento al servicio del pueblo de Dios; para discernir
en la vida diaria si se está potenciando adecuadamente la for-
mación en sus cuatro dimensiones: humana,
¿Cómo discernir cuando uno no tiene espiritual, intelectual y pastoral; para discernir
tiempo para una parada reflexiva, sino cuan- el ejercicio de una pastoral adecuada; para dis-
do hay que hacerlo sobre la marcha? Algunos cernir cómo está la caridad pastoral que debe
ejemplo: ¿cómo asumir o no un servicio, cuan- animar y unificar su vida y su ministerio; para
do ya me pidieron otro, pero éste me parece discernir su situación de presbítero-discípulo,
más importante?, ¿qué hacer: rezar las víspe- de presbítero-misionero, de presbítero-servi-
ras en los diez minutos que me reservé o aten- dores de la vida; etc.
der en el Sacramento de la Reconciliación a la Aprender a discernir puede llevar a practi-
señora que pidió confesarse justo en este mo- car en el presbiterio, en el consejo presbiteral
mento? En un momento tienes que contestar:
sí o no. ¡Cuántas presiones en la vida cotidia-
na! ¿Cómo te es posible conocer, ante distintas 1
Cf. [169-188].

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pastoral sacerdotal

o en el consejo pastoral, el discernimiento en sólo en sus crisis, sino en la historia de su


común, que es un modo de buscar y hallar jun- vida, sobre todo en sus experiencias fundan-
tos la voluntad de Dios concreta aquí y ahora, tes que estuvieron marcadas por la consola-
bajo la influencia del Espíritu Santo, con estilo ción auténtica.
evangélico, o sea buscando la verdad con li- La segunda carta de San Pablo a los
bertad, responsabilidad y caridad. Corintios empieza con un saludo que habla de
consolación: “¡Bendito sea el Dios y Padre de
9. “El Paráclito, el Espíritu nuestro Señor Jesucristo, Padre de las miseri-
Santo, les enseñará todo y les cordias y Dios de toda consolación, que nos
recordará lo que les he dicho” consuela en toda tribulación nuestra para po-
(Jn 14, 26) der nosotros consolar a los que están en toda
tribulación, mediante el consuelo con que no-
“Entonces los ojos de los discípulos se sotros somos consolados por Dios! (2 Co 1,
abrieron y lo reconocieron, pero él había 3-4) Es tarea del Director Espiritual favorecer
desaparecido de su vista” (Lc 23, 31) Jesús la apertura a la presencia vivificante del Es-
desaparece enseguida, hay que seguir buscán- píritu que hace que demos sus frutos: “amor,
dolo en la fe. Las consolaciones espirituales alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad,
auténticas son como un relámpago para ver la fidelidad, mansedumbre, dominio de sí”
ruta, son hitos de gracia, con luz y fuerza sufi- (Gál 5, 22). Tiene que hacer de buen espíritu
ciente no sólo para mostrar y abrir caminos en abriendo al consuelo y a “hacer el memorial”
el momento de experimentarlas, sino también de esos consuelos, especialmente en los mo-
para después, sobre todo para los tiempos de mentos difíciles.
pruebas y de desolaciones que pueden venir.
Son puntos de referencia a los cuales el Direc- Conclusión
tor debe hacer volver, y especialmente en los
tiempos de dificultades. San Ignacio precisando las tácticas del
El Director Espiritual que sigue al maes- mal espíritu en el [326] dice que éste busca
tro interior, debe ayudar al dirigido presbítero el secreto y la clandestinidad; es decir, induce
a hacer el memorial, ya que el desolado y el al mutismo, como hace el lobo que al atacar a
tentado pierde la memoria de las gracias re- una oveja del rebaño, para que no alborote a
cibidas y más aún, el mal espíritu es megaló- las demás con su balido e incluso despierte al
mano, agranda exageradamente lo negativo y pastor, la atrapa mordiéndole el cuello. ¿Cómo
crea amnesia, ya que nos hace olvidar, perder hay que proceder, entonces? Es importante
la memoria. Para esto el Acompañante pres- descubrir con claridad la tentación recurrien-
bítero debe conocer al presbítero dirigido no do al Acompañante Espiritual o Confesor o a
una persona espiritual calificada. Así se tendrá
ya media batalla ganada, sobre todo cuando se
está tentado de no decir las propias vivencias
o a no hacerlo de manera clara, sea porque no
le puede poner nombre o porque da vergüen-
za, o diferirla para más tarde. ¡Cuántas veces,
en cambio, como los discípulos de Emaús, nos
acercamos tendenciosamente a alguien que
está igual o peor que uno mismo! y así la os-
curidad es mayor.
En el camino de Emaús, Cristo mete el
dedo en la llaga de los discípulos y así pueden
hablar, sacar de adentro y les va devolviendo
la fe, la esperanza y el amor; les comunica su
alegría.
La Dirección Espiritual permite conocer,

PA S T O R E S
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pastoral sacerdotal

discernir, poner nombre y vivir mejor; cuan- Ejercitar este ministerio valorizando el dis-
do perdemos la sinceridad y la transparencia cernimiento, ayuda a que el presbítero acom-
nos vamos volviendo más opacos con noso- pañado, haga sus descubrimientos personales,
tros mismos y con Dios. Dios, lo sé por expe- pueda desenterrar el auténtico tesoro, quizás
riencia, bendice la claridad de conciencia con en sí mismo insignificante pero fundamental
el guía. El simple hecho de narrar, de contar, y pueda ver con claridad sus lados débiles. El
ayuda a objetivar y a clarificarse a sí mismo. fruto es el descubrimiento que facilita el escla-
El ministerio de la Dirección Espiritual a recimiento y la degustación del misterio. De-
los presbíteros es un servicio delicado, frater- trás del misterio se realiza el nuevo misterio
no, caritativo, para ayudar a abrir los ojos, a del encuentro del hombre con Dios.
que se den cuenta, a que emerja lo que sienten El ministerio de acompañamiento encuen-
y puedan diferenciar si es gracia o tentación; tra totalmente su significado si abre al presbí-
para que puedan recuperar la vista y lleguen a tero a Dios, es decir, a la percepción de que lo
tener una mirada nueva sobre los motivos para que él vive lo supera; si adquiere el gusto de
seguir andando, recuperando de esta manera el vivir y de rehvivir (saborear, agradecer, con-
sentido de la vida y haciendo que los mismos tar, celebrar...) el paso de Dios con sus dones
dirigidos presbíteros se comprometan. por su vida. w

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testimonio

[ P b r o . M a r i o L u d u e ñ a ]
diócesis de san francisco

1° Taller sobre
Acompañamiento Espiritual

Si tuviera que señalar una palabra que


definiera el 1° Taller utilizaría la palabra: ex-
pectativa.
Según el diccionario esta significa: espe-
ranza de conseguir algo.
Y ¿qué es lo que se esperaba conseguir?
Herramientas para un tema tan delicado
como es la dirección espiritual.
Es lo que recibimos.

En un clima de fraternidad, los días trans-


currieron en la casa de los Cooperadores Pa-
rroquiales de Cristo Rey con un sereno desa-
rrollo del encuentro en donde se combinaron
las exposiciones a cargo del P. Hugo Massi-
mino cpcr., los momentos de trabajo grupal y
los diálogos informales que nos enriquecían y
ayudaban a mantener un clima cordial.

Con una buena combinación de edades


y años de ministerios, lo primero que se pre-
sentó fue la evidencia de la necesidad de este
encuentro formativo.

El arte del discernimiento del paso del


Espíritu en nuestras propias vidas y en las de
los demás, nos obligaron a mirar con sincera
crudeza, la enorme carencia que sobre el tema
existe al menos en los lugares de donde venía-
mos los participantes del taller.1

1
Cf. Aparecida 192.

PA S T O R E S
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testimonio

Sin embargo, también fue clara la po- Estas palabras de la V° Conferencia Ge-
sición de no esperar más sobre el tema en neral de Episcopado Latinoamericano y del
cuestión. La posibilidad de profundizar en el Caribe, confirman la intencionalidad de este
acompañamiento es una gracia que debe me- 1° Taller.
dirse en toda su dimensión.1 Con este breve comentario queremos
¿Qué servicio más esperado de los sacer- agradecer al P. Hugo Massimino y a toda la
dotes que ser quienes enseñan a reconocer el Casa de Fátima, siempre tan servicial y frater-
paso de Dios por la vida de las personas? na y alentar a seguir el camino emprendido. La
Iglesia lo reclama. w
Al referirse el documento de Aparecida,
en el contexto de una cultura relativista reinan-
te, comenta lo siguiente: “El Pueblo de Dios El arte del discernimiento del
siente la necesidad de presbíteros-discípulos:
que tenga una profunda experiencia de Dios paso del Espíritu en nuestras
(…), dóciles a las mociones del Espíritu (…)” propias vidas y en las de los de-
(199) y, en el número siguiente se refiere a una
pastoral presbiteral “…que privilegie la espiri- más, nos obligaron a mirar con
tualidad específica y la formación permanente sincera crudeza, la enorme ca-
e integral de los sacerdotes…” (200).
rencia que sobre el tema existe

al menos en los lugares de don-

1
Ibidem 22. Son elocuentes las siguientes palabras del de veníamos los participantes
Papa en su Discurso inaugural en Aparecida:”…Si
del taller.
no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda
la realidad se convierte en un enigma indescifrable;
no hay camino y, al no haber camino, no hay vida
ni verdad”

PA S T O R E S
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Espiritualidad

[ P . B e r n a r d P i t a u d P . S . S . ] 1

Acompañamiento
espiritual de sacerdotes 2

introducción Al recibir estos pedidos de acompaña-


miento espiritual, algunos sacerdotes se han
Vemos renacer, en, la Iglesia, respondiendo preguntado: ¿no hay una carencia en nuestra
vida, si nosotros mismos no buscamos tam-
12

a diversas influencias, un definido interés por


la dirección espiritual aunque hoy se prefiera bién un "acompañamiento", vale decir, lo que
hablar, de “acompañamiento espiritual”, sin antes se hubiera llamado una "dirección"?3
duda para expresar mejor que, este ministerio, Las líneas que siguen quisieran responder
consiste en ser testigo del trabajo del Espíritu a esta pregunta.
Santo en un alma. Se, trata en, verdad, de lo
que, tiempo atrás, se designaba con el nombre 1. ALGUNOS OBSTÁCULOS
de “dirección espiritual”. La necesidad de ex-
presarse para analizar los diversos elementos Cuando dialogamos con sacerdotes acerca
de una vida compleja y darles una coherencia, de este tema, comprobamos que los obstácu-
la dificultad del discernimiento cuando faltan
elementales puntos de referencia, un sentido
más agudo de la vida espiritual como de un 3
Nota de la Redacción del “Boletín de Espiritualidad”:
largo camino bajo la acción del Espíritu, expli- de ley ordinaria de la Providencia, nadie es buen maes-
tro que no haya sido previamente buen discípulo. Como
ca en parte, este rebrote de interés.
dice G. Colomás (El monacato primitivo, tomo II -La
Es cierto que los sacerdotes, son los más Espiritualidad-, BAC, Madrid, 1975, p. 104), “la vida se
solicitados. Por otra parte, en el marco de los trasmite a través de la paternidad: la vida monástica
movimientos o de las casas de retiro, religio- no es una excepción a esta ley universal. Los antiguos
sos, religiosas y laicos se han formado tam- estaban persuadidos de que nadie puede ser monje (en
nuestro caso, acompañante o padre espiritual) sin tener
bién para ejercer este ministerio.
un pa­dre (en nuestro caso, un acompañante espiritual)
que le comunique la vida monástica (en nuestro caso,
el arte del acompañamiento espiritual). Nadie puede
eximir al novicio de buscarse uno, de obedecerle, de
1
Superior Provincial de Francia de la Compañía de los respetarle, de amarle. El monje (en nuestro caso, el que
Sacerdotes de San Sulpicio. Profesor de Teología, Supe- luego será acompañante espiritual) se forma lentamen-
rior de Seminario y Director del Instituto de Formación te. Y le forman la doctrina, la corrección..., el ejemplo
de Educadores de Sacerdotes. de un ‘anciano’, de un padre es­piritual que, en el fon-
2
Tomado de « Boletín de Espiritualidad  », del Centro do, no hace más que trasmitirle el sagrado depósito de
de Espiritualidad Ignaciana de Argentina. Traducción de una tradición viva”. De la misma manera nadie es buen
M. M.Bergadá, a partir de B.Pitaud, L’accompagnement acompañante espiritual que no haya sido previamen-
spirituel des prétes, PRETES DIOCESAINS, Janvier 1989, te acompañado por otro, del cual haya aprendido este
n. 1268, pp.6-10. “arte” del acompañamiento espiritual.

PA S T O R E S
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Espiritualidad

para la práctica personal del acompañamiento entonces consiste en saber si hay que reducir
son, en general, de tres tipos. el acompañamiento espiritual a un medio para
la crisis.
n Una primera dificultad es de orden to-
talmente práctico: no siempre es fácil, en algu- n Otro obstáculo puede presentarse, de
nas regiones, encontrar a distancia geográfica manera más difusa, bajo la forma de cierta la-
razonable, un “acompañante” o “director” –se- situd espiritual: se experimenta el sentimien-
gún el vocabulario que se prefiera-. Se puede, to de que un progreso espiritual ya casi no es
con bastante facilidad encontrar un confesor posible. Se ha hecho el balance de los propios
entre los sacerdotes vecinos. La elección de un recursos y de las propias limitaciones. ¿Para
“acompañante” es más delicada: implica una qué, enton­ces, empeñarse en un combate que,
real libertad en la relación, la certeza de una a largo plazo estima­mos estéril? Y si no tene-
competencia en aquél a quien nos dirigimos. mos muchas ganas de entrar en tal combate,
Si no estamos verdaderamente motivados, ¿para qué recurrir a medios que nos pondrían
corremos el riesgo de abandonar demasiado en riesgo de desestabilizar el equilibrio alcan-
pronto la búsqueda, o de no admitir un despla- zado sin conducirnos, en cambio, mucho más
zamiento que juzgamos excesivo. lejos? Hay, más bien, en esta actitud una falta
de esperanza y de vitalidad espiritual.
n Una segunda dificultad se vincula con

la idea que algunos pueden hacerse del acom- n Son estos tres obstáculos, bien diferen-
pañamiento espiritual: a veces se lo percibe tes entre si, los que pueden estorbar el recurso
como una consulta “puntual” en caso de pro- al acompañamiento espiritual. No son, por su-
blema grave. El “acompañante” es sobre todo puesto, los únicos y corresponde naturalmente
un consejero que nos puede permitir superar a cada uno el interrogarse sobre las propias
sin daños un momento de crisis; pero, cuando reticencias.­
“todo va bien” se vuelve inútil. El problema

PA S T O R E S
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Espiritualidad

2. UNA PRACTICA MOTIVADA dóciles entre sus manos. Es éste el pri­mer


POR LA EXPERIENCIA beneficio de un acompañamiento espiritual,
incluso diríamos que es el beneficio esencial:
La dificultad mayor reside en el hecho de hacernos mejores servidores, más atentos, más
que ningún argumento, en este terreno, pue- sensibles a la Palabra, más prontos para res-
de acarrear automáticamente la convicción. ponder, porque nos hacemos menos apegados
Solamente la experiencia justifica, de manera a nosotros mismos.
vital, lo bien fundado del acompañamiento Esta libertad se hace posible por la actitud
espiri­tual. del a­compañante espiritual: éste no se pone en
Y, ¿qué nos dice la experiencia? lugar del que le habla, sino que le ayuda a vivir
su propia libertad en la gracia. No es primaria-
[2.1] En primer lugar, expresar a alguien mente un consejero, aun si le llega el caso de
lo que vivimos nos permite conocemos mejor dar consejos. Es alguien que escucha: su pala­
y compren-dernos mejor: otro nos escucha, bra le permite al otro encontrar el sentido de lo
nos interroga, nos invita a buscar una relación que es­tá viviendo, escuchar los llamados que
entre dos acontecimientos o dos actitudes, nos Dios le dirige, y responder a ellos.1
volvemos menos opacos a nosotros mismos y,
al mismo tiempo, si aceptamos lo que nos es [2. 2] Lo dicho nos lleva a una segunda re-
así revelado, somos más verdaderos con no- flexión que atañe al discernimiento espiritual.
sotros mismos: nos volvemos entonces más Sabido es hasta que punto el Vaticano II, en su
disponibles a la acción del Señor en nosotros, decreto “Ministerio y vida de los sacerdotes”,
dejamos que se despliegue ante nosotros un ha destacado este aspecto del ministerio pres-
espacio de conversión, somos espiritual­mente biteral: reconocer el trabajo del Espíritu Santo,
más libres. escuchar sus llamados, buscar la voluntad de
Dios para efectuar las necesarias elecciones.2
Este discernimiento, los sacerdotes deben vi

1
N. de la R.: “… encontrar el sentido de lo que está vi-
viendo, escuchar los llamados que Dios le dirige...”, es a
lo que ayuda, según S. Ignacio, el acompañante -que es
quien da los Ejercicios- “de quien es -como dice en su
Directorio autógrafo, n.19- ayudar a dis­cernir los efec-
tos del bueno y del mal espíritu”, a través de los cuales
se discierne la voluntad sobre el acompañado.
2
N. de la. R.: uno de los problemas de la vida de los
presbíteros que el Concilio se ha planteado explícita-
mente es el de cómo “redu­cir a unidad su vida interior
con el tráfago de la acción externa” (PO n.14); y dice al
respecto que “esa unidad de vida no puede lograrla ni
la mera ordenación exterior de las obras del ministe-
rio, ni -por mucho que contribuya a fomentarla- la sola
práctica de los ejercicios de piedad. Pueden, empero
-continúa diciendo-, construir­la los presbíteros, si, en el
cumplimiento de su ministerio, siguieren el ejemplo de
Cristo, cuya comida era hacer la voluntad de Aquel que
lo envió para que llevara a cabo su obra (cfr. Jn 4,34)”.
Y dice luego que “los presbíteros conseguirán la unidad
de su vida u­niéndose a Cristo en el conocimiento de su
voluntad...”. Y termina diciendo que “para que puedan
verificar... concretamente la unidad de su vida, conside-
ren todas sus empresas, examinando cuál sea la volun-
Esta libertad nos ayuda a ser más recep- tad de Dios”. Ahora bien, esta búsqueda constante de
la voluntad de Dios es lo que se llama discernimiento,
tivos a los llamados de Dios en nuestro mi-
fuente -como se ve- de la unidad de vida interior y de
nisterio, a convertirnos en instrumentos más trabajo exterior.

PA S T O R E S
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Espiritualidad

virlo en comunidad (o “equipo de trabajo” pas- pastoral. Alertados y atentos en nuestra vida
toral). La experiencia muestra hasta qué punto personal, podemos más fácilmen­te hacer este
es delicada esta tarea. Exige mucha libertad discernimiento colectivo.
personal1 ya que, de lo contrario, pronto pue-
de verse trabada por los conflic­tos interiores [2. 3] Una tercera reflexión puede formu-
y los conflictos de poder. El acompañamien- larse en torno a la unidad de vida. La impor-
to espiritual nos ayuda a analizar y a purifi- tancia de este tema resalta en el decreto conci-

car nuestras motivaciones, a tomar una sana liar ya citado. Es en la caridad pastoral donde
distancia respecto de nuestras convicciones. el Concilio ve realizarse la unidad de vida de
Favorece esa búsqueda de la voluntad de Dios los sacerdotes. El texto describe la dispersión
que transforma una mera reunión de trabajo a que estamos sometidos en razón de la mul-
en un verdadero esfuerzo de discernimiento tiplicidad de nuestras tareas; pero al mismo
tiempo nos conduce hacia su centro unifica­
dor: la comunión con Cristo-Pastor. Comul-
1
N. de la R.: y exige también lo que es fuente de esta gando en el amor de Cristo por los hombres,
libertad que es la práctica personal del discernimien- encontramos la unidad de nues­tro ministerio y
to. Como dice A. Baruffo, en el Nuevo Diccionario de de nuestra vida.2
Espiritualidad, Paulinas, Madrid, 1983 (edición 2da.), El diálogo con un acompañante espiritual
pp. 371-372 (art. Discernimiento), distinguiendo entre permite justamente dejarnos poco a poco con-
el discernimiento personal y el comunitario, “los dos
aspectos, personal y comunitario, son distintos, pero no
ducir al “centro”. Al hablar de todas nuestras
están separados. El segundo supone el primero, porque
una comunidad o grupo puede ponerse en situación de
discernimiento en la medida que sus miembros hayan 2
N. de la R.: Es verdad que la comunión -o unión- con
hecho o hagan en su vida una experiencia profunda de Cristo es la manera de “reducir a unidad la vida interior
la búsqueda de Dios, y se dejen guiar por el Espíritu en con el tráfago de la acción externa”; pero el Concilio
sus mociones. También el primero supone el segundo, indica, además, que esa comunión -o unión- se ha de
al menos en forma embrionaria, en cuanto que la escu- dar “en el conocimiento de su voluntad”; y a esto ayuda
cha de Dios en la vida personal pasa necesariamente a precisamente el discernimiento -como indicamos en la
través de la mediación de la Iglesia... La expresión mí- nota 3- que, a su vez, es ayudado por el acompañante
nima de esta mediación está constituida por el diálogo espiritual.
con el consejero o director espiritual”.

PA S T O R E S
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Espiritualidad

actividades, de todos nuestros en­cuentros, re-


tomamos conciencia del movimiento que los
anima en profundidad: el frecuente olvido de
ese movimiento nos hace vivir en la superfi-
cie de nosotros mismos. Al expresar la frag-
mentación de nuestro tiempo, la dispersión
de nuestros centros de interés, hacemos apa-
recer, a con­traluz, la trama sólida y profunda
de nuestra vida, ese amor por aquellos que nos
acompañado es vivida como significativa de la
han sido confiados, amor solamente dejado a
relación con Dios mismo, el otro aparece como
la sombra porque es difícil vivir cada día y a
el testigo del amor mi­sericordioso y exigente
cada instante a ese nivel. El acompañamiento
del Señor. La palabra que hace salir del silen-
espiritual nos ayuda a hacerla.
cio, símbolo éste de la muerte, nos hace entrar
en el abandono a Dios y nos abre a la vida.
[2. 4] Por último, hay que subrayar la im-
portancia de los umbrales, de las etapas que
franqueamos todo a lo largo de nuestra vida. CONCLUSIÓN: UN MINISTERIO
Decíamos más arriba que hay que evitar hacer VIVIDO EN VERDAD
del acompañamiento espiritual una realidad
demasiado “puntual”, válida solamente para En definitiva, podríamos decir, que el
“tiempos de crisis”. Sin embargo, hay que re- acompañamiento espiritual nos ayuda a situar
conocer que, en determinados momentos de nuestro ministerio en su verdadero nivel, ya
nuestra vida, tenemos más necesidad de este que efectivamente se trata para nosotros, sa-
acompañamiento. Por ejemplo, llega el mo- cerdotes, de entrar en el Espíritu de Cristo Pas-
mento en que sentimos que comenzamos a en- tor, de entregarnos al Espíritu que animaba al
vejecer: nuestras facultades se alte­ran, nuestra mismo Cristo en toda su vida y dejarlo, poco
memoria pierde su fidelidad. Estos momentos a poco, tomar po­sesión de lo más íntimo de
pueden ser vividos en un silencio un poco nosotros mismos. Pues el objetivo último del
amargo, o bien en una resignación revestida de diálogo entre acompañante y acompañado es
cierto humor, pero sin verdadera aceptación. el trabajo del Espíritu Santo en nosotros: te-
Poder hablar de ello es, a menudo, liberador: nemos que comprender por qué caminos nos
nos permite integrar, a nuestra vida espiritual, conduce, reconocer sus llamados, hacernos
esta “disminución” de nosotros mismos, y ha- disponibles para responder a ellos.
cer de ella un camino de salvación. El acompañamiento espiritual puede, pues,
Hay también otros umbrales, previstos o permitir­nos vivir nuestro ministerio en verdad,
imprevistos: un fracaso que nos ha marcado, en la unión con Cristo a la que somos llama-
que ha afectado nuestro dinamismo, un cam- dos por nuestra ordenación. Ciertamente no
bio de ministerio que trae consigo cierto tras- pretende ningún monopolio. Otras relacio­
trueque en nuestras concepciones, en nuestro nes concurren al mismo objetivo. E incluso la
modo de vivir; una evolución en nuestra vida experien­cia muestra, que otros lugares en que
afectiva causada por tal o cual acontecimiento, se da un compartir en profundidad (en equipos
etc., etc. Estas etapas de nues­tra vida pueden de revisión de vida, p.ej.) permiten al acompa-
ser benéficas en el plano espiritual, si acepta- ñamiento personal cumplir acabadamente su
mos ver en ellas, cada vez que se producen, un función. Pero sabemos bien que, en esos otros
llamado del Señor para entrar en el misterio de casos y aun, cuando en ellos nos hallemos
su muerte y de su resurrección. muy libres, la discre­ción impide a menudo
El acompañamiento espiritual, en tales abordar todos los aspectos de nues­tra vida con
momentos, puede ser una poderosa ayuda, la misma libertad que en el acompañamiento
pues el abrirse a otro es ya­ una forma de re- personal. Este desempeña, pues, en nuestra
nunciamiento de sí mismo y, por ende, de libe- vida espiritual, un papel privilegiado.w
ración: cuando la relación entre acompañante y

PA S T O R E S
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Espiritualidad

[Mons. Guillermo Melguizo Yepes]


Vice-Rector Pastoral ITEPAL - CELAM. Colombia

Dirección espiritual
entre sacerdotes

Así como Jesucristo, Maestro, Sacerdote El Presbiterio es la familia, cuyo Padre


y Pastor, prolonga su obra, su palabra, su per- es el Obispo. Son los Diáconos, Presbíteros
sona, su acción salvífica a través de un “signo y Obispo de una Iglesia Particular. Toda la
personal”, que es el sacerdote, de la misma unidad y la vitalidad de la Iglesia Diocesana
manera se prolonga a través de un “signo co- descansan principalmente sobre la unidad y
lectivo”, que es el Presbiterio. vitalidad del Presbiterio.
Ese Presbiterio será “signo colectivo” (co- Si en el Presbiterio hay alguien sólo o
legial) de Cristo sólo cuando sea una verdade- aislado, enfermo o muerto espiritualmente es
ra “fraternidad”. Y cuando el Vaticano II habla porque allí no existe ni unidad ni vitalidad.
de “fraternidad sacramental”, está hablando de “La soledad no tanto física cuanto psico-
un signo eficaz de gracia. La fraternidad es la lógica y espiritual de un sacerdote del Presbi-
condición indispensable para que el signo sea terio es un absurdo teológico y pastoral creado
sacramental. por el egoísmo “, ha escrito bellamente Mons.
Juan Esquerda Bifet. Es por eso por lo que se
La soledad no tanto física cuan- nos pide vivir a plenitud nuestra fraternidad
to psicológica y espiritual de un sacerdotal.

sacerdote del Presbiterio es un


La fraternidad sacerdotal
absurdo teológico y pastoral sacramental
creado por el egoísmo. Tenemos que partir de la base de que la
amistad sacerdotal, la fraternidad sacerdotal,
Entonces, no por simple consejo piadoso, la unión entre los Presbíteros es una fuente en-
sino por la exigencia de la ordenación sagrada riquecedora de espiritualidad sacerdotal.
y de la común misión para que haya verdade- La relación de los Presbíteros entre sí sólo
ra fraternidad sacramental, debemos ser todos se entiende desde la comunión con el Obispo.
los sacerdotes de un mismo Presbiterio mutua- Porque a los sacerdotes no nos une una sim-
mente responsables de nuestras preocupacio- ple amistad profesional, ni siquiera una co-
nes espirituales, culturales, pastorales y aun mún necesidad pastoral. Estamos unidos por
económicas. De la conciencia y vivencia de una “íntima fraternidad sacramental”, en frase
esta amistad y de esta fraternidad sacerdotal felizmente acuñada por Lumen Gentium 28 y
depende en gran parte la eficacia de la propia por Presbyterorum Ordinis 8.
santificación y la eficacia de la misma evange- De estos dos textos conciliares se colige
lización (Cfr. Puebla 663).

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Espiritualidad

como un “centro piloto”, “un ambiente experi-


mental” donde se vive y experimenta en forma
concreta la caridad eclesial, signo de la pre-
sencia santificante de Cristo y de su Espíritu
en la Iglesia (cfr. LG. 28; PO.5-6-7y8). Dicha
fraternidad sacerdotal hay que llevarla hasta
sus últimas consecuencias: hasta el acompa-
ñamiento espiritual que es más importante y
delicado que el acompañamiento físico.

Dentro de la Formación
Permanente

El acompañamiento espiritual de los sa-


cerdotes lo ubico dentro de la Formación Per-
manente. Esta es ante todo un proceso dinámi-
co de identidad vocacional. Es renovación en
la fidelidad. Envuelve la dimensión humana,
espiritual, intelectual y pastoral de la persona-
lidad del ministro ordenado.
La Formación Permanente se hace en el
Presbiterio. La Iglesia Particular es la respon-
sable de una formación que acompañe toda la
vida y todo el ministerio del ministro ordena-
que la auténtica amistad sacerdotal no es una do. A la Formación Permanente se la mira hoy
simple necesidad humana. Es una intrínseca como la continuación natural y absolutamente
exigencia sacramental en donde entran los pa- necesaria de aquel proceso de estructuración
rámetros de la fe. de la personalidad presbiteral iniciada en el
Esta amistad sacerdotal, que debe cul- Seminario (Cfr. PDV 71). Porque hay que
tivarse y vivirse, será entonces una amistad respetar la intrínseca relación que existe entre
fraterna o una fraternidad amistosa, que crea la formación que precede a la ordenación y la
“especiales lazos de caridad apostólica” y que que la sigue. No puede haber discontinuidad
es una realidad mucho más honda que lo pu- entre estas dos fases.
ramente moral. Así como el sacramento del “Si hubiese discontinuidad o incluso de-
orden nos asimila ontológicamente con Cristo formación entre estas dos fases formativas, se
Cabeza, así también este sacramento del orden seguirán inmediatamente consecuencias gra-
nos confiere una misteriosa homogeneidad de ves para la actividad pastoral y para la comu-
suerte que adquirimos un nuevo título y un nión fraterna entre los Presbíteros, particular-
nuevo derecho para llamarnos hermanos. mente entre los de diversa edad” (PDV 71).
Una primera consecuencia de lo anterior La Formación inicial y la Formación Per-
es que el sacerdote no puede ser ni física ni es- manente no son dos compartimentos estanco;
piritualmente sólo o aislado: se relaciona esen- no se pueden separar; una no es inferior a la
cialmente con sus hermanos del Presbiterio, otra; ni la segunda es mayor o mejor que la
merced al vivo lazo sacramental que lo une al primera. Cada época de la vida tiene y exige
cuerpo episcopal y a los demás presbíteros, y su propia formación. Ambas tienen el mismo
por su vinculación desde luego con Jesucristo objetivo. Sólo que se amplían y renuevan de
de quien proceden la gracia sacramental y la acuerdo con las propias circunstancias, con la
misión. edad si se quiere, y sobre todo con los signos
Si vivimos esta realidad, el Presbiterio no de los tiempos, pero una y otra tienden a for-
se mirará ya como una estructura más, sino mar pastores para el anuncio del Evangelio al

PA S T O R E S
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Espiritualidad

hombre de hoy. a la vida. Y es porque la formación inicial no


Las razones que la hacen urgente y que la puede separarse, como ya dijimos, de la for-
justifican se derivan de la misma identidad del mación permanente. De ahí que sea necesario
ministerio presbiteral, como don del Espíritu hacer un poco de historia.
Santo que exige ser constantemente renovado
(Cfr. 2 Tim 1, 6). a. Fue la Exhortación Apostólica Menti
Es muy clara esta afirmación de la Confe- Nostrae de Pío XII (23 de septiembre de 1950)
rencia Episcopal Italiana: “a fin de que el mi- la que quizás por primera vez en la época mo-
nisterio no se vuelva un pragmatismo sin alma derna habló del señalado papel del Director
que produce el síndrome del cansancio físico Espiritual en la formación sacerdotal. Así lo
y psicológico, generador de escepticismo y recoge el Decreto Optatam Totius del Vatica-
encerramiento en sí mismo, con pérdida de la no II (25 de octubre de l965): “La formación
pasión por el Reino.” (Conferencia Episcopal espiritual ha de estar estrechamente unida a
Italiana: La “formazione Permanente dei Pres- la doctrinal y pastoral y, con la colaboración
biteri nelle nostre chiese particolari”). sobre todo del Director Espiritual, debe darse
Es preciso recordar también que la for- de tal forma que los alumnos aprendan a vivir
mación espiritual, dentro de la formación en trato familiar y asiduo con el Padre, por su
permanente, es el desafío de la radicalidad y Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo” (OT 8).
el corazón de toda formación, y que una au-
téntica formación permanente tiene que llevar b. Las Normas Básicas para la Forma-
necesariamente a cultivar y profundizar la fra- ción Sacerdotal (RFIS) del 6 de enero de 1970
ternidad sacerdotal. afirman: “Teniendo constantemente presente
el fin pastoral de toda formación sacerdotal,
El acompañamiento espiritual, desarróllese ordenadamente la vida espiritual
medio práctico para vivir la de los alumnos en sus diversos aspectos, con
fraternidad sacerdotal la ayuda del Director Espiritual” (RFIS 45). Y
más adelante: “La naturaleza de la formación
Son varios los medios que fomentan la sacerdotal es tal que debe perfeccionarse cada
fraternidad sacerdotal. Uno de ellos es la ora- día más, durante toda la vida” (RFIS 100).
ción, otro es la corrección fraterna. No puede
faltar, en efecto, la oración asidua y afectuosa c. La misma Congregación para la Educa-
de unos por otros, si somos mutuamente res- ción católica escribe así en 1980: “En el con-
ponsables en la santificación y en el ministerio. texto del sacramento de la penitencia, digna y
La corrección fraterna, el otro medio, está sin auténticamente recibido, la luz del Señor pasa
estrenar entre nosotros, y sería el mejor reem- libremente y va mucho más allá del simple
plazo de la crítica de sacristía, dañina y des- perdón. Un sacerdote que “confiesa” llega a
tructora como la que más. Pero yo sólo quiero ser en muchos casos, a partir de la confesión,
detenerme ahora en un tercer medio que es el un “director de conciencia”, pues ayuda a dis-
de saber dar y saber recibir la dirección espi- cernir los caminos del Señor”. (Carta Circular
ritual, o saber acompañar y saber aceptar ese sobre algunos aspectos más urgentes de la for-
acompañamiento espiritual. mación espiritual en los seminarios.
El sacerdote, en efecto, necesita encontrar
ayuda y amistad entre los que tienen la misma d. La Congregación para la Evangeliza-
vocación. Pero se requiere saber buscarla y po- ción de los Pueblos anota también: “Es deber
der encontrarla. Sentir la necesidad y tener la de los formadores el alentar a los seminaristas
seguridad de que hay alguien que me va a aco- a valorar este medio indispensable, el Direc-
ger y me va a ayudar en el campo espiritual. tor de conciencia, para la madurez espiritual,
Yo pienso que si el magisterio de la Iglesia también en vista de su necesidad para toda la
insiste tanto en la dirección espiritual de los vida” (“Algunas normas sobre la formación en
futuros sacerdotes es porque ésta está pensada los seminarios mayores”.
no tanto de cara al sacerdocio, cuanto de cara

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Espiritualidad

e. Muy claro es el pensamiento de la Igle- El acompañamiento espiritual,


sia en Presbyterorum Ordinis: “A fin de cum- un ministerio
plir con fidelidad su ministerio, gusten de co- indispensable hoy
razón del cotidiano coloquio con Cristo Señor
en la visita y culto personal de la Santísima El crecimiento espiritual en cada uno de
Eucaristía, vaquen de buen grado el retiro es- nosotros es obra del Espíritu Santo. Sabemos
piritual y estimen altamente la dirección espi- que el gran director espiritual de la Iglesia es
ritual” (PO 18). el Espíritu Santo. “Los conducidos por el Es-
píritu, esos son los hijos de Dios” (Rom 8,14).
f. Finalmente, el Papa Juan Pablo II en También sabemos que El se manifiesta a través
la Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vo- de mediaciones humanas. Esas mediaciones se

convierten en un ministerio pastoral que tiene


bis, cuando habla de los momentos, formas y por fin llevar a la santidad. Esas mediaciones
medios de la Formación Permanente, se refie- en el acompañamiento se llaman: el Papa, el
re a la dirección espiritual en éstos términos: Obispo, el párroco, el rector del Seminario, el
“Igualmente la práctica de la dirección espi- maestro interior, los directores espirituales, en
ritual contribuye no poco a favorecer la for- fin, los expertos en los caminos del Espíritu.
mación permanente de los sacerdotes. Se trata “En perfecta armonía con la obra del Espí-
de un medio clásico, que no ha perdido nada ritu Santo entra en el proceso de santificación
de su valor, no sólo para asegurar la forma- la colaboración humana. Es una exigencia
ción espiritual, sino también para promover y natural de la economía cristiana, que corres-
mantener una continua fidelidad y generosi- ponde a la tendencia comunitaria del hombre.
dad en el ejercicio del ministerio sacerdotal” Semejante colaboración nace precisamente de
(PDV 81). la abundancia del Espíritu, no de eventuales

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Espiritualidad

lagunas de su obra. Además de santificados de ayuda” al estilo de Rogers o de Carkuff,


con su gracia, hace a los hombres santifican- porque a la hora de la verdad es uno mismo el
tes”, (Ruiz Salvador, “Caminos del Espíritu”. que tiene la última palabra sobre su vida ínti-
El acompañamiento espiritual de unos sa- ma y sobre las grandes decisiones de su vida.
cerdotes para con sus hermanos sacerdotes no Pero se necesita siempre de alguien que me
es otra cosa que el hacer camino con ellos. Es acompañe en la soledad de mi interior.
ser testigos de su camino. Es ayudarles a dis- Pues bien, la identidad del Presbítero y el
cernir su camino a la luz de la Palabra de Dios. ejercicio del ministerio como fuente de espiri-
Es madurar procesos con ellos. tualidad es el objetivo de este acompañamien-
Su papel es parecido al del campesino: co- to, para poder así responder al deseo del Após-
nocedor de la montaña y de la espesura, guía tol: “Reaviva el carisma que hay en ti”.
y orienta al peregrino, pero unas veces va ade-
lante, otras al lado, otras detrás. Fisonomía del acompañante
Ese itinerario va marcado, como el del espiritual
pueblo de Dios, por oasis o por desiertos, por
frescuras o por sequías, por luz o por noches, El sacerdote acompañante o compañero
por confianza o por incertidumbres, por es- espiritual de sus hermanos sacerdotes es ante
peranzas o por temores. Pero el objetivo será todo un llamado: tiene una vocación interior a
siempre ayudar al otro a conocerse mejor a sí desempeñar un ministerio urgente, delicado y
mismo y a conocer mejor la acción de Dios en necesario. Es ante todo un amigo de sus her-
su vida, de suerte que pueda llegar a ser cada manos, “ fratrum amator”, como se llamó en
vez más autónomo y pueda conducir su tarea 2 Macabeos 15,11-15 al Profeta Jeremías: el
con Dios en forma personal. que ama a sus hermanos. Un hombre abierto a
En la tradición de la Iglesia este ministe- la comunión. Un convencido, un creyente, un
rio ha sido desempeñado por hombres llama- comprometido. Un experto en humanidad y en
dos: Director Espiritual, Consejero Espiritual, sacerdocio (cfr. G. Lo Giudice, “Animiamo il
o Padre Espiritual. Es verdad que el término Presbiterio”.
Director Espiritual aparece ya un poco supe- Es un verdadero don del Señor para un
rado, sin duda por reacción a las desviaciones, Presbiterio la existencia de sacerdotes ani-
por ejemplo de la “directividad” de ciertos di- madores del Presbiterio, y el primero de esos
rectores, o de su entrometimiento en la con- animadores es el animador espiritual, el com-
ciencia de sus dirigidos. pañero espiritual.
También el mismo término “acompaña- Es importante y es necesario llegar a ser
miento” es un poco limitado y tiene sus ambi- acompañados y llegar a ser acompañantes de
güedades. Porque nosotros no acompañamos los hermanos del Presbiterio. Es que la vida
al otro en todo su vivir, solo para ayudarle a del Presbítero Diocesano es, como la de todo
discernir o a decidirse. En el nuevo contexto cristiano, un camino, un itinerario de respues-
cultural se agrega la conciencia más viva de ta a una llamada constante de perfección y
respeto a la obra del Espíritu Santo, dentro de de plenitud en Cristo. Somos unos llamados
la libertad del otro. (Cfr. Pitaud Bernard s.j, a crecer (cfr. Ef 4,13), a combatir (cfr. 2 Tim
“L’accompagnement spirituel des Prêtres. 2, 3), y a caminar de una manera digna de la
Hoy se habla más modernamente de “coun- vocación recibida (cfr. Ef 4, 1).
seling” o de dirección no directiva o de “coloquio Esta animación espiritual es un arte que
supone ciertas cualidades de escucha, de jui-
cio, de discernimiento, de discreción. Si al-
guien es solicitado, descubre pronto que tiene
necesidad de formarse para esta labor y que
está llamado a vivir con generosidad este mi-
nisterio de la Iglesia.
La Unión Apostólica del Clero nos re-
cuerda en el artículo 29 de sus Estatutos:

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“Los miembros de la UAC, con el propósito dirección o el acompañamiento espiritual se-


de ayudar a la vida espiritual de los ministros rían puro formulismo. Esta necesidad incluye
ordenados, ponen su esfuerzo de animación al de una parte la obligación de prestar la ayuda
servicio de la Diócesis ofreciendo dirección que se nos pide o de ofrecer inclusive la ayuda
espiritual a los hermanos en el ministerio y a aunque no se nos pida, y de otra la obligación
cuantos buscan un proyecto de vida”. de promocionarse en la propia vocación (en su
El compañero o acompañante espiritual teología y en su espiritualidad), a fin de saber
del hermano sacerdote no necesariamente tie- dar y saber recibir.
ne que ser el santo del grupo, porque la ver- Insisto en que hoy más que nunca es ab-
dad es que todos estamos luchando la misma solutamente indispensable este ministerio del
aventura y tenemos los mismos problemas. acompañamiento espiritual entre sacerdotes,
Pero se requiere del consultor, del consejero, porque el ministerio presbiteral es un carisma
del amigo, del confidente, del escuchador. (cfr. de “totalidad” y “un para siempre”. Aunque no
Hermann Hesse, “El confesor”). fuera sino, como dijo el P. Congar, “para evitar
Si no existiera una dinámica de creci- que tengamos conciencia solitaria”. w
miento y de entrega cada vez más generosa, la

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Espiritualidad

[ JESUS SASTRE ]
Profesor de la Universidad de Comillas-España

El ministerio del
acompañamiento espiritual
El arte de acompañar 1
¿Qué es y qué no es el acompañamiento espiritual?

introducción guían y confirman a sus hermanos en la fe, la


esperanza y el amor (Hb 2, 3-4; 13, 7).
Empecemos refiriéndonos a los dos térmi-
1

nos que componen el título del contenido que I. FUNDAMENTO BÍBLICO


pretendemos desarrollar. El término ministerio
viene del latín ministerium que significa servi- En los textos bíblicos vemos cómo la Pa-
cio. En las primeras comunidades de la Iglesia labra de Dios se dirige a personas en diferentes
vemos una gran variedad de servicios, fun- situacio­nes humanas y de fe: maduros, débi-
ciones y tareas que reciben la denominación les, probados, alejados, exclui­dos, poderosos,
común de ministerios. Pablo recuerda encare- pecadores, etc. La Palabra de Dios necesita de
cidamente a la comunidad de Tesalónica que la me­diación de creyentes que ayuden al evan-
valore “a esos de vosotros que trabajan duro, gelizado a acoger y res­ponder a la llamada de
haciéndose cargo de vosotros por el Señor y Dios. “Más valen dos que uno, pues ob­tienen
llamándonos al orden” (1 Tes 5, 12). Dentro mayor ganancia de su es­fuerzo” (Qo 4, 10);
de la rica pluralidad de carismas, ministerios “sin consejo no hagas nada, y no te arrepenti­
y funciones de la Iglesia (Rom 12, 6-8; 1 Cor rás de tus acciones” (Si 32, 19); “busca el
12, 4-11; Ef 4, 11-12), hay tres ministerios a consejo de los pruden­tes y no desprecies nin-
los que se da un valor nuclear: los apóstoles, gún aviso saludable” (Tb 4, 18).
los profetas y los doctores (1Cor 12, 28); junto En el cami­no de Damasco, Pablo es remi-
a estos estan los evangelistas y los pastores (Ef tido por el Señor resucitado a Ananías para que
4, 11), y los responsables de cada comunidad le ayude a clarificar lo vivido y a dar los pri-
(2Cor 1, 1; Fil 1, 1; Rom 16, 3 ss). La teología meros pasos después de su conversión (Hch 9,
sobre el ministerio la tenemos sintetizada en 6-19); se trata de una auténtica experiencia de
Ef 4, 1-6. En las cartas pastora­les el obispo es acompañamiento espiritual. Pablo tendrá pre-
el que preside la comunidad; los presbíteros y sente lo vivido cuando escribe las cartas a las
diáconos aparecen como colaboradores ínti- distintas comunidades; en este sentido, Pablo
mamente asociados a los obispos (Tit 1, 5-7; 1 desarrolla am­pliamente al tema del discerni­
Pe 5, 1-2; Hch 20, 17-28). En la carta a los He- miento propio del creyente que ha llegado a
breos se habla de los “primeros testigos” que la madurez.
El Espíritu Santo habita en el interior del
cre­yente (1 Cor 3, 16) y desde ahí actúa (Rom
8, 14: “son guiados por el Espíritu Santo”). Los
1
Tomado de Revista Testimonio Nº 197, Año 2003 frutos de la acción del Espíritu aparecen en las
pág. 41

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obras: “amor, alegría, paz, tolerancia, agra- hombre de Dios con los hi­jos de Dios, como
do, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de hombre de fe con los creyentes, como experto
sí.”(Gál 5, 22). De esta manera el creyente se en ascética y en proyectos divinos con las per-
va configurando con Cristo; es una labor co- sonas que desean ser iluminadas, darse cuenta
munitaria y personal, pues hay que animar a de lo que Dios espera de ellos y valorar lo que
“cada uno” de muchas maneras para que viva realmente pueden llevar a cabo” (A. Mercate-
conforme a la digni­dad y vocación a la que ha llo, a.c. 1443).
sido llamada. “Os tratamos con delica­deza,
como una madre que cría con mimo a sus hi- II. QUE ES EL ACOMPAÑAMIENTO
jos; sabéis per­fectamente que tratamos con
cada uno de vosotros personalmente, como El acompañamiento espiritual consiste en
un padre con sus hijos, ex­hortando, con tono la relación interperso­nal entre acompañante y
suave o enérgico, a vivir como se merece Dios, acompañado en la que el acompañante ayuda
que os ha llamado a su reino y gloria” (1Tes al acompañado a reconocer, acoger y respon-
2, 7.11-12). der a la acción de Dios que pasa como salva-
Este mismo tono emplea el apóstol cuan- dor y señor por su vida.
do se dirige a los ancianos (responsables) de El objetivo fun­damental de la madura-
la comunidad de Efeso: “por eso estad aler- ción de la fe es que los bautizados “se for­men
ta: recordad que durante tres años, de día y para vivir según el hombre nuevo en justicia
de noche, no he cesado de aconsejar con lá- y santidad de verdad, y así lleguen al hombre
grimas en los ojos a cada uno en particular” perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo”
(Hch 20, 31). En definitiva, se tra­ta de ayudar (GE 2); la madurez cris­tiana se manifiesta en
a otros a rastrear el paso de Dios por su vida “la estabili­dad de espíritu, la capacidad para
para que vean cómo seguir avanzando en el se- tomar decisiones y la rectitud en el modo de
guimiento de Cristo. “Como ejercicio de ‘leer’ juzgar sobre los acontecimientos y los hom-
en el secreto de los corazones y como posibili- bres” (OT 11).
dad de dar consejos adecuados a las peculiares La madurez cristiana es un proce­so que
condiciones del individuo, la dirección espiri- exige orientación, cultivo personal, esfuerzo y
tual tiene en cierto sentido su origen en las ‘es- aprendizaje de los modos con los que el Espí­
cuelas’ de pensadores, en las primitivas comu- ritu Santo actúa en el secreto de los corazones.
nidades ascéticas, en la vida de los primeros Las características de una fe inmadura son: el
cristianos, en la enseñanza de los apóstoles, vivir según la carne, la lectura reduccionista
hasta nuestro tiempo en que destacó, junto con del Evangelio, el estancamiento en la vida de
la práctica sa­cramental y con la oración, casi oración, la confianza en las propias fuerzas más
como una condición necesaria para seguir un que en la gracia de Dios, el discernimiento in-
camino determinado en la vida de perfección teresado, la falta de fundamento, la inmadurez
(o como hoy suele decirse, de santi­dad)” (M. afectivo-sexual y la utilización de lo religioso
Mercatelli, NDE, San Pablo 1991, 146). al servicio de la vani­dad o el poder.
El Concilio Vaticano II resaltó y relacio- Por el contrario, la madurez cristiana tiene
nó adecuadamente en la vida cristiana los si- los si­guientes rasgos: la distinción clara entre
guientes aspec­tos: la responsabilidad personal, el bien y el mal, dejar a Dios tomar la inicia-
el respeto a la conciencia y la docili­dad a la ac- tiva en la vida, dejarse convertir por el Evan-
ción del Espíritu Santo (cf. LG 12; 31; 41; GS gelio, vivencia de la fe como algo que afecta a
14; 16). Pablo VI en EN invita a los sacerdotes, la totalidad de la persona, afectividad oblativa,
a través del sacramento de la reconciliación y pertenencia-referencia eclesial, compromiso
del diálogo pasto­ral, a “guiar (a los fieles) por con los pobres y disponibilidad vocacional.
los caminos del Evangelio, confirmarles en su “En el plano ontológi­co, la madurez afectiva
esfuerzo, levantarles y atenderles con discer- es la plenitud de la afectividad espiritual y su
nimiento y responsabilidad” (n 6). integración en la afectividad sensible. Si falta
La persona que ejerce el acompañamien- esta integración, es decir, esta capacidad de la
to es­piritual está llamada a sentirse “como afectividad espiritual de asumir en su propio

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nivel a lo sensible, enton­ces el hombre se verá ritu Santo. Ahora nos preguntamos ¿qué no es
arrastrado por las pasiones o quedará dividi­do el acompa­ñamiento espiritual?
en sí mismo” (R. Zavalloni, Madurez espiri-
tual, NDE, 1128). La persona madura es capaz No es:
de cooperar con otros, de asumir cau­sas y pro- n La entrevista puntual, cuando hay algún

yectos, de adaptarse y de intentar resolver las problema, con al­guien que me puede ayudar.
dificultades que se vayan planteando. Es necesaria la ayuda en esta si­tuación, pero a
El paso de la inmadurez a la ma­durez co- esto solo no se puede llamar acompañamiento
mienza por el control de las afecciones des- espiritual aunque pueda ser asumido dentro
ordenadas y así poder abrirse a la acción del de él.
Espíritu Santo, de la gracia que nos encamina n La entrevista de vez en cuando para ha-

hacia el ideal de vivir la vida humana desde blar de generalidades referentes a lo cotidiano
Dios. El resultado final es una persona mucho tales como los estudios, el trabajo, el tono vi-
más integrada y centrada en lo fundamental, la tal general, la oración, los problemas, etc. Esto
fe. Entonces co­mienza la “carrera” que Pablo debe hacerlo el animador de grupo con cada
describe en Flp 3, 9-17 a partir del “sentirse uno de los componen­tes de su grupo, pero ni
alcanzado por Cristo Jesús”. es ni suple al acompañamiento espi­ritual.
n El tratamiento de problemas psicológi-

III. LO QUE NO ES EL cos o morales para ayudar a la persona a asu-


ACOMPA­ÑAMIENTO ESPIRITUAL mir el pasado, a curar heridas y a ga­nar con-
fianza ante el futuro. Esto puede ser una parte
El acompañamiento espiritual se estructu- del acompañamiento, pero este comienza de
ra, como hemos visto, al servicio del itinerario otro encuadre (la madurez cristiana) y respon-
del creyente hacia Dios. Sabemos que este ca­ de a otros dinamismos (la gracia).
mino solo es posible en la experiencia del dis- n El diálogo con el responsable o el for-

cipulado, es decir, en el seguimiento de Cristo, mador sobre los aspectos externos de la vida
en contexto eclesial y bajo la acción del Espí- del grupo o comunidad referidos a la convi­

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Espiritualidad

vencia, al funcionamiento res­ponsable, al ren- las preguntas de sentido. Necesitan y sienten


dimiento acadé­mico y al cumplimiento de lo las carencias de los valores espiritua­les” (J.
establecido. En este caso faltarían los aspec­tos Sastre, Acompañar por los caminos del Es-
interiores como las motivaciones, los ideales, píritu, Cuadernos de Interior, Monte Carmelo
los valores, el proceso de maduración perso- 2002, 22). Algo importante está pasando en la
nal, etc. transmisión de la fe; bastantes jóvenes necesi-
n La relación de ayuda en clave directiva, tan reconstruir el universo de lo religioso des-
pues el orientador es quien sabe lo que pasa de los cimientos, con creatividad y asumiendo
y cómo resolverlo. El acompañamiento espiri­ los retos del presente. Vivimos una situación
tual no es directivo, pues pone el subrayado en religiosa coloreada por la “metamorfosis de lo
la persona a la que se orienta para que, con las religioso”; esto afecta no solo a las mediacio-
debidas ayudas y apoyos, pueda, clarificar lo nes eclesiales y sacramentales, sino al mismo
que le pasa y encontrar los medios para solu- sentido de lo religioso.
cionar sus problemas y poder seguir avanzan-
do en el proceso. 1. Acompañar desde las motiva-
n No es una charla entre amigos sobre ciones profundas
temas o situaciones perso­nales para encontrar,
en el intercambio de opiniones, alguna luz u Las motivaciones son la base de la vida hu-
orientación que pueda resultar útil; esto se mana y el impulso para la acción. Es decisivo
hace desde la confianza y el conocimiento per- que cada persona conozca lo que realmente le
sonal. La relación establecida es simétrica; por mueve en la vida para poder ver qué hay que
el contrario, en el acompañamiento personal la purificar e integrar adecuadamente en el con-
relación suele ser asimétrica, pues supone por junto de la personalidad. A ello llegamos si
parte del acompañante más edad (aunque no vamos armonizando elementos que parecen
siempre), más madurez personal, formación y contrarios, y de cuya síntesis depende la ma-
competencia experiencial. duración personal; nos referimos a los siguien-
n La mera presen­tación de criterios, su- tes: “estima personal / autocrítica, pulsiones
gerencias o de­cisiones al responsable para re- (agresividad - libido) / rela­ciones de coopera-
cabar el visto bueno, su parecer o el permiso ción, inmediatez en la satisfacción (ansiedad) /
correspon­diente. En este caso faltaría el ejerci- aplazamiento de metas (integrar la frustración),
cio del dis­cernimiento para tratar de compro­ emotivismo (no hay objetividad) / capacidad de
bar si lo que se propone es o no voluntad de objetivar lo que se siente, falsa seguridad (no
Dios. Además, tampoco aparece el mundo in- enfrentarse a los conflictos) / responsabilidad
terior ni el proceso propio del acompañamien- (afrontar los conflictos), autenticidad (tomar la
to espiritual. vida en serio) / mentira (no asumir la vida como
tarea), se impone el ambiente (no dirige la vida)
IV. EL ARTE DE ACOMPAÑAR / se busca el sentido de la vida, indivi­dualismo
(ausencia de relaciones significativas) / vida
Vivimos en una época en que to­dos, pero de grupo des­de las ideas, creencias y compro­
especialmente los más jóvenes, presentan una misos. Si los valores no se entron­can en los de-
serie de características que están inducidas de seos y los potencian, terminan siendo ideología
los estudios psico-sociológicos sobre valores moralizante; y si los intereses vitales no tienen
nómicos y religiosos. “Viven en la comple- la motivación de los valores pueden terminar en
jidad y la incertidumbre, proyectados en el comportamientos egoístas y deshumanizado-
presente, puntualmente solidarios, tolerantes res” (J. Sastre, El acompañamiento es­piritual,
en pautas sociales, poca correspondencia en- San Pablo 1994, 47-48). Trabajar esta síntesis
tre los valores finalistas (los ideales que dicen no es fácil, pues requiere armonizar contrarios
vivir) y los valores instrumentales (lo que po- que el propio interesado ve, en un primer mo-
sibilita alcanzar los va­lores finalistas), poco mento, como no conver­gentes; la madurez del
sentido del deber y del sacrificio, tolerantes, acompañante es vital para poder hablar desde la
cierto predominio del deseo y poco abiertos a vida y ofrecer pautas de trabajo personal.

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Espiritualidad

2. Acompañar según el modelo


de la pedagogía divina

Juan Pablo II dice en Catechesi Tradendae


que el modo de hacer de Dios en la historia
de salvación “debe seguir siendo el modelo de
la pedagogía de la fe” (n. 58). El Directorio
General de Catequesis precisa la pedagogía de
la fe con estas palabras: La Sagrada Escritura
nos presenta a Dios como Padre misericordio-
so, un maestro, un sabio que toma a su cargo a
la perso­na, individuo y comunidad en las con-
diciones en que se encuentra, la libera de los
vínculos del mal, la atrae hacia sí con lazos
de amor, la hace crecer progresiva y paciente­
mente hacia la madurez del hijo li­bre, fiel y
obediente a la palabra” (n. 138). Jesús de Na-
zaret es quien visibiliza plenamente la peda-
gogía divina tal como la presentan los evan-
gelios: acoge al pobre y al pecador porque tar responder a esta pregunta nos encontramos
Dios los ama y busca, anuncia la buena noticia con un dato insoslayable: al Dios cristiano se le
de que Dios es Padre, encarna una forma de encuentra en los más pobres. El creyente debe
amar cercana y liberadora, invita a la confian- estar muy atento a la confluencia entre la auto-
za en Dios y en su Reino, emplea los recursos comunicación de Dios en Jesús de Nazaret, la
de los profetas y comparte con la comunidad escucha de Dios que habla en lo profundo de
apostólica su vida y destino. Dios y los herma- la conciencia y el reconocimiento interpelador
nos son las dos referencias de Jesús, sus dos del rostro de Dios en el rostro desfigurado del
fidelidades; en el acompañamiento espiritual hermano. El hombre interior crece cuando el
la referencia fiel a la revelación de Dios y el ser humano se siente “imagen y semejanza”
respeto al ritmo personal del acompañado son de Dios (Gn, 2, 7) e “imagen del Hijo Amado”
los supuestos básicos. (Rom 9, 28); hay que dejar al Espíritu Santo
que plenifique lo que somos por naturaleza y
3. Acompañar el crecimiento gracia hasta que lleguemos a “tener los mis-
del “hombre interior” mos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2, 5)
que hizo la voluntad del Padre y entregó su
La vida del creyente camina hacia su ple- vida a los hermanos.
nitud cuando la fe en Jesucristo alcanza los El avance en este camino tiene una serie
“criterios de juicio, los valores determinantes, de momentos decisivos:
los puntos de interés, las líneas de pensamien- n la experiencia de conversión que permi-
to, las fuentes inspiradoras y los modelos de te comprobar el plus de sentido que la fe apor-
vida” (EN 20). Acompañante y acompañado ta a la existencia humana, es decir, constatar el
deben responder al mismo interrogante: ¿cómo valor profundamente humanizador de la fe;
adentrarse en las “experiencias estructurantes” n la relación íntima entre los aspectos
de la vida cristiana? Hasta llegar a constatar constitutivos de la fe: “ser en Cristo”, “ser en
lo que dice X. Zubiri: “El hombre no es que Iglesia” y “ser en el mundo”, pues los tres se
tenga expe­riencia de Dios, es que el hombre fundamentan en la vida trinitaria y la perte-
es experiencia de Dios” (El hombre y Dios, nencia a la Iglesia como sacramento universal
Madrid 1984, 325). de salvación;
¿Cómo llegar a descubrir ya vivir en rela- n la disponibilidad vocacional como ele-
ción interpersonal con la realidad que nos fun- mento constitutivo de la fe madura; el sentirse
damenta y trasciende, Dios mismo? Al inten- llamado a ser laico/a, religioso/a o presbítero

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Espiritualidad

es la necesaria germi­nación de los sacramen-


tos de la iniciación cristiana. En este sen­tido, El acompañante es mediación
lo vocacional es la pers­pectiva globalizadora
que facilita, que sirve, que tes-
de toda la acción pastoral de la Iglesia y, en
consecuencia, también del acompañamiento tifica el paso liberador de Dios
espiritual;
por la vida de los creyentes, y
n la puesta en práctica en lo coti­diano de

lo que se va descu­briendo en el acompaña- alienta la mejor respuesta por


miento; aunque la meta del “hombre in­terior”
esté todavía lejos, el acompañado necesita ver parte del acompaña­do.
la co­nexión de los datos de fe con la vida y
percibir la vida teologal, no como una añadi-
do, sino como el elemento estructurador de la a El remite a sus discípulos y tiene muy claro
vida humana. cuál es su cometido: “conviene que El crezca
y que yo disminuya”.
4. Respetar el paso de Dios por Por su parte, el acompañado tiene que co-
la vida nocer las “reglas del juego” de la relación de
ayuda en clave no directiva para no pedir, im-
El acompañante es mediación que facili- plícita o explícitamente, al acompañante que
ta, que sirve, que testifica el paso liberador de asuma roles que no le pertene­cen. Para evi-
Dios por la vida de los creyentes, y alienta la tar este peligro hay que ser conscientes de las
mejor respuesta por parte del acompaña­do. No transfe­rencias que se dan y cómo mane­jadas;
es fácil esta misión, pues con la mejor buena las transferencias se dan cuando el acompa-
voluntad el acompañante puede ser directivo ñado proyecta en el acompañante reacciones
y tratar de imponer su visión de las cosas; en emoti­vas que vivió en la infancia y que, ­como
consecuencia, puede re­emplazar o distorsio- tales, responden a relaciones de dependencia,
nar la acción de Dios que es única e irrepetible rechazo o agresi­vidad. Hay personas que bus-
en cada creyente. La figura de Juan el Bautis- can en la relación de ayuda un fácil desahogo
ta tiene rasgos que ilustran el ministerio del de alto tono emotivo, y la presencia de alguien
acompañante: prepara el camino del Mesías, que haga de padre o madre que escucha, con­

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Espiritualidad

suela, comprende y excusa. Evi­dentemente, de esto, el acompañante necesita competen­


el acompañamiento corresponde a otro nivel cia experiencial, formación espiri­tual propia
de rela­ción y busca otros fines, que inexora- y habilidad pedagógi­ca. No podemos olvidar
blemente pasan porque la persona orientada que “el hombre contemporáneo escucha más
clarifique, asu­ma y decida sobre su situación, a gusto a los testigos que a los maestros, y si
pues solo ella es la que puede dar una respues- escucha a los maestros es porque son testigos”
ta positiva. (Pablo VI).

5. Nivel de comunicación
... el acompañamiento corres-
John Powel habla de cinco niveles de co- ponde a otro nivel de rela­ción y
municación: comunicación tópica (saludos y
preguntas gené­ricas y estereotipadas), hablar busca otros fines, que inexora-
de otros (“cotilleo”), comunicación de ideas
blemente pasan porque la per-
y opiniones personales, expresión de emocio-
nes y senti­mientos (“se habla con las tripas”) sona orientada clarifique, asu­
y comunicación plena (matrimo­nios o amigos
ma y decida sobre su situación,
íntimos). Lo propio del acompañamiento es la
comu­nicación de lo sentido y vivido; por eso pues solo ella es la que puede
las emociones y senti­mientos son muy impor-
dar una respuesta positiva.
tantes en la relación de ayuda, tanto para ver
lo que pasa realmente, como para entender el
lenguaje con el que Dios habla y para detec- La competencia expe­riencial es como el
tar las resistencias al cambio. Nuestro cono- pozo de “sabi­duría” que la vida va dejando
cimiento personal está condi­cionado en gran cuando esta se vive con verdad y con pasión,
medida por lo que sepamos comunicar a los en disponibilidad a la acción del Espíritu Santo
de­más siguiendo estos pasos: qué siento y por y en compromiso con los más desfavo­recidos.
qué (caer en la cuenta), identificar la emoción, La apertura a la acción de la gracia supone en
ver de dónde viene esta emoción, comu­nicarla el acompañante una psicología sana tejida por
y precisar la actuación consiguiente. Llegar el conocimiento personal, la bue­na relación
a una comu­nicación de este tipo no es fácil y con uno mismo y la comunicación sincera y
requiere un aprendizaje en el que el acompa- profunda con los demás. La formación que
ñante es decisivo para crear un clima y unos necesita el acompañante para ejer­cer bien su
cauces que propicien la comunicación inter­ ministerio bebe en la teología espiritual, la psi-
personal. cología y la pedagogía personalizadora.
El ejercicio del ministerio ayuda a refor-
V. LA ESPECIFICIDAD DEL mular lo aprendido que se enriquece constan-
MINISTERIO DEL ACOMPAÑANTE temente en el intercambio de experiencias con
otros acompañantes. La habilidad pedagógica
“El papel del padre espiritual su­pone la capacita al acompañante para poder clarificar
fe en los medios sobrena­turales, una doctrina, al acompañado el camino que está recorrien-
una misión pastoral que no siempre puede es­ do, ayudarle a unificar su vida desde el nuevo
tar prisionera de una “benévola neutralidad”, centro que es la persona de Jesucristo y darle
y su función va diri­gida, más que a personas pistas para mantener en lo cotidia­no lo que
que se encuentran en una situación especial gozosamente va descu­briendo. Los elementos
de desorientación o de pertur­bación, a las que formati­vos se sostienen en la coherencia per-
buscan ayuda para desarrollar plenamente su sonal que unifica el mundo in­terior y exterior
personalidad cristiana” (A. Mer­catelli, Padre del acompañante, y le posibilita la aceptación
espiritual, NDE, 1446). La condición nece- incon­dicional de la persona acompaña­da y a
saria, por básica, para que uno pueda acom- ponerse en su lugar (empa­tía) para ayudarle
pañar es que haya sido acompañado. Además desde la situación que vive. w

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[ O b i s p o s d e B é l g i c a ]
enero 2007

«Dios ha querido
darnos un gran ánimo»
(Heb. 6,18)
Carta de estímulo a los sacerdotes

Primera Parte
“La esperanza no quedará
defraudada” (Rom. 5,5)

“Por las dificultades del tiempo presente...”


(1 Cor. 7,26)

Cada tiempo es un tiempo de gracia. Y


también un tiempo de prueba. “Debemos”,
dicen Pablo y Bernabé, “pasar por muchas tri-
bulaciones para entrar en el Reino de Dios”
(Hech. 14,22). Como sacerdotes, vivimos de
hecho, tiempos difíciles. Son demasiado nu- veces tienen una capacidad profesional más
merosos los problemas para citarlos todos: elevada que la de él.
secularización e indiferencia; tensiones inclu- Por otro lado, el trabajo pastoral se hace
so dentro de la Iglesia, tanto sea en cuanto al cada vez más difícil. Constantemente el sacer-
dogma, como a la moral; disminución numéri- dote debe construir puentes, entre la ley y la
ca de sacerdotes, religiosos y religiosas; pocas misericordia; la teoría y la práctica; la exigen-
vocaciones en nuestras regiones, disgregación cia y la comprensión; entre conservadores y
del voluntariado; extinción tanto del cristianis- progresistas. Un verdadero trabajo de buen na-
mo sociológico, como de una cultura cristiana vegante en una corriente que se acelera cada
homogénea. vez más. Agreguemos que las preguntas que
También la figura del sacerdote está en se le hacen son cada vez más complicadas:
pleno cambio: al tener una mayor responsa- problemas que antes sólo llegaban a la mesa
bilidad en un territorio cada vez más amplio, del teólogo –sobre todo en moral–, ahora, cada
éste corre el riesgo de encontrarse muy solo, sacerdote se los encuentra casi cotidianamen-
pues los lazos con la comunidad concreta son te. La situación se agrava aún más, dado que,
cada vez más tenues. El encuadre pastoral de a causa de la pérdida de la memoria cristiana,
las comunidades sufre racionalizaciones y muchos no conocen su “lengua materna” y, en
reestructuraciones de manera cada vez más estas condiciones, se hace más difícil respon-
avanzada. El sacerdote, implicado en una red der a sus inquietudes. La fragilidad personal
de consejos y órganos de concertación, debe del sacerdote –su debilidad– puede sintetizar-
aprender a trabajar con personas que muchas se en aquello que decía Pablo: “este tesoro, lo

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llevamos en vasijas de barro” (2 Cor 4,7). En marles y agradecerles. Que el Dios de Nuestro
efecto, el verdadero eje de nuestro sufrimien- Señor Jesucristo... ilumine sus corazones, para
to (como sacerdotes) se halla en lo profundo que ustedes puedan valorar la esperanza a la
de cada cual, es decir, en nuestra alma. Y éste que han sido llamados, los tesoros de gloria
lleva un nombre: desánimo. Desánimo frente que encierra su herencia entre los santos (Ef.
a la situación actual, y a lo que puede toda- 1, 17ss). Con Jesús, vuestros obispos les dicen
vía venir... Todos estos sentimientos existen a cada uno de ustedes: “ustedes son los que
igualmente en el corazón de vuestros Obispos, han permanecido siempre conmigo en medio
quienes toman en serio la palabra de Jesús a de mis pruebas” (Lc. 22, 28).

Pedro: “confirma a tus hermanos” (Lc. 22,32). La esperanza divina


Y Pablo por su parte manda a uno de sus co-
laboradores a la comunidad de Tesalónica a ¿Pero sobre qué descansa nuestro ánimo?
fin de darle coraje: “Hemos enviado a Timo- ¿Podría consistir tan sólo en una palmada ami-
teo, hermano nuestro... a fin de que nadie se gable sobre la espalda?; ¿o un simple gesto de
deje perturbar por estas tribulaciones” (1Tes. un temperamento feliz, o una astucia psicológi-
3,2-3). A los Obispos no se les confía sola- ca? ¿Podría ser el fruto de una sabiduría munda-
mente un servicio de vigilancia, sino también na que diría: “no llegamos hasta allí”, o “un día
el ministerio de animar. todo se arreglará”, o también “con un poco más
Este es el motivo de la presente carta, de costumbre y de ardor habremos remontado la
especialmente dirigida a los sacerdotes: ani- pendiente”? No. Nuestro estímulo no se apoya,

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ni en consideraciones humanas, ni en hallazgos a Babilonia para que su pueblo aprendiese en


o técnicas inéditas en pastoral, sino que tiene carne propia, que no podía afirmarse más que
sus raíces únicamente en la esperanza teologal. sobre Él. En lugar de crecer en una confianza
No descansa más que sobre la promesa de Dios en sí mismo, debía crecer poseyendo “un co-
y su fidelidad: “Yo estaré siempre con Ustedes razón humilde y arrepentido”.
hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20). ¿No será, quizás, que nuestra Iglesia cre-
Este es sin duda el verdadero mal que su- yó demasiado en sí misma, cuando en reali-
frimos: ¿vivimos la virtud de la esperanza? Si dad ella sólo puede construir teniendo por
la respuesta fuese afirmativa, aún podemos fundamento a Cristo? Convengamos que esta
preguntar: ¿lo hacemos en todo o sólo en par- tentación no es sólo de hoy: “Me abandona-
te? ¿no ocurre en ocasiones, que creemos que ron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse
la solución a los problemas está al alcance de cisternas agrietadas, que no retienen el agua”
medios humanos, dejando de lado la interven- (Jer. 1,13).
ción de Dios? Ahora bien, no solamente nuestra Justamente es durante el exilio en Babilo-
esperanza es la que está enferma, sino que tam- nia cuando, para confortar y consolar a Israel,
bién nuestra fe. Ella es demasiado débil. Por su fueron escritos los textos más tiernos y mater-
parte, nuestra caridad se ha vuelto muy tibia. nales de toda la Biblia. En esa ocasión, Dios no
Pero ha llegado la hora, en la que debemos vivir aparece sólo como un jefe guerrero poderoso
en la esperanza. Esta esperanza no está fundada que va a la cabeza del ejército de Israel, sino
sobre palabras, sobre un texto, o un libro, sino como el Dios cercano y lleno de ternura. En
sobre una persona viviente: Cristo. Él es nues- Babilonia el Pueblo aprendió la humildad de
tra esperanza: “Tengan valor, yo he vencido al entregarse plenamente sólo a Dios. De la mis-
mundo” (Jn. 16,33). ma manera, este tiempo difícil puede llegar a
ser tiempo bendito de gracia y de esperanza.
¿El exilio en Babilonia? Esto es quizás, hoy, lo más saludable que Dios
puede darnos. Pero claro, eso nos duele.
Cada vez menos podemos contar con que Por tanto, el sufrimiento actual puede ser,
nos rodee una cultura cristiana, o que nos sos- de parte de Dios, una invitación a crecer como
tenga una red social: el tiempo de la civitas cristianos y como sacerdotes. Para ello, necesi-
christiana ha pasado. Vivimos en una diáspo- tamos una renovada conversión cada día. Esto
ra espiritual en compañía de una multitud de significa que la solución está en el interior, no
otras religiones, con multiplicidad de sentidos en el plan de trabajo. La racionalización y la
y concepciones de vida. Por otra parte, es
�������
jus- reestructuración, la redistribución de tareas y
tamente en este contexto, en el cual nació y se de responsabilidades, indudablemente es in-
desarrolló el cristianismo. Por aquellos tiem- dispensable, pero la verdadera reconstrucción
pos los cristianos también estaban “presentes vendrá de la conversión del corazón. La solu-
en todas partes y en ningún lado” (Carta a Di- ción está en nosotros, por ello, es bueno que
ogneto). nos preguntemos: ¿vivimos y pensamos sufi-
Mucho se ha escrito sobre cuál podría ser cientemente según el Evangelio?
el sentido de la pérdida de protagonismo del
cristianismo en la sociedad. Evidentemente que Una escuela de confianza: cuatro parábolas
sobre esto hemos de continuar pensando, pero de Jesús
la cuestión más bien debiese ser la siguiente:
“¿Dios, que piensa de esto?” ¿No se tratará de Un desánimo similar, una “depresión”
un nuevo “exilio en Babilonia”? Israel pensa- parecida sufrieron, sin duda, los discípulos.
ba que todo debía estar en sus manos para, de ¿Qué propone Jesús en éste caso? Marcos nos
este modo, poder construir sólidamente: un lo dice en el cuarto capítulo de su Evangelio:
rey, el templo y su sacerdocio, sinagogas, la Jesús les enseña cuatro parábolas para desper-
montaña santa, la tierra santa. Solamente había tarles el valor y generar en ellos la confian-
olvidado que era sobre Dios sobre quien debía za. Quizás la respuesta de Jesús se deba a una
construir. Entonces, el Señor condujo a Israel pregunta que estaba latente y que se refería a

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“si el Reino de Dios viene gracias a nosotros, el Reino de Dios, no se rige por la ley de la
entonces, no hay mucho que esperar”. proporcionalidad entre los que se invierte y el
Jesús subraya las modalidades propias producto que se saca: “Se parece a un grano de
del Reino, las cuales se diferencian de las que mostaza. Cuando se la siembra, es la más pe-
rigen el mundo, tanto sea en economía, en el queña de todas las semillas de la tierra, pero,
universo financiero, como en las previsiones una vez sembrada, crece y llega a ser la más
y los cálculos humanos. En el mundo de hoy grande de todas las hortalizas, y extiende tanto
cuentan, más que nunca, para la obtención del sus ramas que los pájaros del cielo cobijan a su
éxito, la eficiencia, la racionalidad, la produc- sombra” (Mc. 4,30-32). También dijo Jesús a
tividad, y el uso de los medios, no dejando es- sus discípulos, que quien comienza a trabajar
pacio para la gratuidad, la prodigalidad y el en el Reino hace bien en continuar: “¿Acaso se
“derroche” generoso. trae una lámpara para ponerla debajo de un ca-
“Vean al sembrador”, dice Jesús, él cono- jón o debajo de la cama? ¿No es más bien para
ce los problemas de su campo: las piedras, los colocarla sobre el candelero?” (Mc. 4,21)
senderos pisoteados, las espinas y los cardos, Nosotros, sacerdotes, ¿no debemos apren-
pero sabe que la buena tierra, existe siempre der a ver lo que vive y crece en las comuni-
en alguna parte: en toda circunstancia, en toda dades? Miles de pequeñas plantas, frágiles,
época, y en cada corazón humano (Mc. 4, 1-9). apenas visibles, crecen en silencio y no las
La inquietud exagerada (Mc. 4, 26-29) tiene percibimos.
algo de perverso, ya que la cosecha –indepen-
dientemente de que sembremos la semilla– no Radicalidad evangélica
depende de nuestro esfuerzo “vean el labrador,
siembra, luego se va a dormir”. Siembra y se Todo verdadero estímulo comienza, en
ocupa de otra cosa y la cosecha viene auto- nuestro corazón de sacerdote, con la oración.
máticamente. “La tierra por sí misma produce Frecuentemente la oración es presentada como
primero un tallo, luego una espiga, y al fin el un medio en la vida del sacerdote para poder rea-
grano abundante en la espiga” (Mc. 4, 28). En lizar una fecunda obra pastoral, pero no es así.

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Una vida según el sermón de la montaña

Además de la oración, nuestro estilo de


vida es también muy importante. Y esto no
solamente para con quienes nos rodean, sino
también para con nosotros mismos. Una cier-
ta radicalidad –según la medida de la gracia
de Dios y de nuestra generosidad– hace que
nos sintamos mejor. A pesar de su exigen-
La oración no es un medio, es un fin. Ella es el
cia, a veces en contradicción con nuestros
lenguaje del Espíritu en nosotros. Ser portado-
instintos, el sermón de la montaña es fuente
res del Espíritu es la esencia de nuestro sacer-
de gran felicidad. Los que viven el Evange-
docio. Rezar es a la vez creer, esperar y amar.
lio en su radicalidad, siempre son personas
Somos sacerdotes. La oración surge espontá-
alegres. Es la mediocridad la que vuelve tris-
neamente del núcleo mas intimo de nuestro
te. “Si quieres ser un sacerdote feliz, haz de
sacerdocio. Somos orantes con Cristo. “El que
serlo completamente”, decía un viejo refrán.
me ama, será fiel a mi palabra, y mi Padre lo
Sobriedad, amor desinteresado, generosidad,
amará; iremos a él y habitaremos en él” (Jn.
perdón, son actitudes que nos vuelven felices.
14,23). Esta palabra de Jesús nos concierna
Miles de santos y santas nos lo han mostrado.
esencialmente a nosotros sacerdotes.
Raramente se encontró alguien que viviera de
manera más evangélica que Francisco de Asís,
Reservar tiempo
y nunca hubo sobre la tierra un hombre más
alegre que él.
La oración es amor. Y el amor exige tiem-
La receta de la felicidad del Evangelio
po sobre todo en nuestros días donde el actuar
se encuentra en la justicia sobreabundante.
supera constantemente al ser. El futuro de
La moral cristiana, si bien tiene bases sólidas
nuestra Iglesia está ligado también a la cuali-
donde asentarse no tiene techo, siempre es
dad de su oración, tanto la de sus sacerdotes,
posible llegar mas alto: “Sean perfectos como
como la de sus comunidades. Todo lo demás,
es perfecto el Padre que está en el cielo” (Mt.
planificar, pensar, actuar, lo realizan muchos
5,48). Este ideal de justicia sobreabundante no
otros, pero no rezar. Jesús lo dijo claramente:
debe ser del orden cuantitativo (hacer más); lo
“Separados de mi nada pueden hacer” (Jn. 5,5).
que nos hace falta es ser más evangélicos. El
Además, Él mismo nos ha salvado en la cruz
Sermón de la Montaña no nos invita a hacer
por su oración de confianza: “Padre entre tus
más, sino a ser más.
manos...” No podía hacer más nada: oraba.
En cuanto a la oración, nuestro problema
El celibato
es ante todo un problema de gestión de tiempo,
un problema de agenda. Orar significa en pri-
Los sacerdotes diocesanos no son monjes,
mer lugar reservar tiempo, independientemen-
ni religiosos. Sin embargo, de los tres consejos
te de lo que hagamos con él. En efecto, dar
evangélicos prometen observar dos: el celiba-
nuestro tiempo, en una existencia tan agitada
to y la obediencia. Es sobre todo el celibato el
como la nuestra, es amar. Entonces, lo impor-
que en nuestros días está bajo fuertes presio-
tante es planificar nuestro tiempo de oración,
nes. Aún en el interior de la Iglesia, para mu-
como planificamos nuestro trabajo pastoral.
chos, ha llegado a ser difícil apreciar éste tipo
Buena parte de nuestro cansancio proviene,
de vida. La revalorización de la sexualidad y
no tanto de la cantidad de trabajo, como de la
del matrimonio en el interior del cristianismo,
ausencia de espacio que nos reservamos para
han hecho palidecer la aureola que en el pasa-
descansar cerca de Dios. Además, en nues-
do rodeaba al celibato del sacerdote. Por otro
tros días, la urgencia en la cual se desarrolla
lado, una serie de fracasos y abandonos del
nuestra actividad pastoral, lejos de atraer a los
estado eclesiástico, tales como infidelidades e
jóvenes hacia el sacerdocio, tiene un efecto
hipocresías, lo han desacreditado. Muchos
contraproducente.

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concluyen que se trata de un estilo de vida sino aquellos a quienes se les ha concedido”
imposible y le reprochan a la Iglesia imponer- (Mt. 19,11).
lo a sus sacerdotes. No mencionemos ahora Es verdad que la Iglesia puede modificar
la incidencia que tiene el hiper-erotismo del la ley del celibato, ya que se trata de una ley
ambiente que nos traen los medios masivos de eclesiástica, y de hecho esto se verifica en al-
comunicación. gunas “Iglesias Católicas”. De modo que es
La crisis del celibato está siempre ligada a posible que esto suceda. Pero, actuar de este
otra cosa: al hecho de que se debilita cada vez modo sería lo mismo que pedirle a sus sacer-
más la fe en la vida después de la muerte. ¿Qué dotes que dejen de imitar a Cristo radicalmen-
sentido tiene vivir el celibato si después de la te, de tomar radicalmente su palabra: “El que
muerte no queda nada de mi? Pablo lo expre- ama a su padre o a su madre, más que a mi, no
saba así: “Si los muertos no resucitan ‘coma- es digno de mi” (Mt. 10,37).
mos y bebamos, porque mañana moriremos” No cabe duda que la vivencia del celiba-
(1 Cor. 15,32), y también: “Si nosotros hemos to es difícil, y que incluso en nuestro tiempo
puesto nuestra esperanza en Cristo solamente sea más difícil que antes. En efecto, los sacer-
para esta vida, seríamos los hombres más dig- dotes hoy día, están menos acompañados por
nos de lástima” (1 Cor. 15,19). El juicio sobre parte de una comunidad que los comprenda y
el celibato del sacerdote depende totalmente proteja. Además, tanto la gran promiscuidad,
de la fe en la resurrección. Agustín definía el como los medios, la publicidad, tienen una
celibato sin hacer la menor alusión a la sexua- orientación que va en otro sentido. En suma, la
lidad “Virginitas est: in carne corruptibili per- sociedad no protege la salud moral. Por esto,
petua inmortalitatis meditatio” (“la virginidad además de una intensa vida de oración y de
es meditar continuamente, en esta carne mor- un amor personal a Cristo, la vida en común
tal, que somos inmortales”). La valoración del con los colegas, o al menos su proximidad y
celibato por parte de nuestra sociedad, es pro- su apoyo, son indispensables. Vivir el celibato
porcional a la fe en la resurrección de los cuer- requiere en efecto un intenso amor.
pos. Monjes y religiosos, y también nosotros,
sacerdotes, lo atestiguamos. Este testimonio
constituye un sostén para muchos otros, tanto El que ama a su padre o a su ma-
para los que sin quererlo no pueden casarse,
como para aquellos que estando casados han dre, más que a mi, no es digno de
de permanecer en la fidelidad conyugal. mi. (Mt. 10,37).
Desde hace muchos siglos la Iglesia La-
tina pide a los sacerdotes la vivencia del celi-
bato. Esta exigencia no concierne a la esencia
del sacerdocio, pero sí hace a su bienestar, Agreguemos, además, que la pureza evan-
como un valor agregado. ¿Cómo? El celibato gélica es una pequeña planta que no puede
es la respuesta colectiva de la Iglesia a una crecer aislada en el jardín de Dios, necesita
exigencia de imitar a Jesús radicalmente, en su vecindad de otras plantas. Sin una cierta
desde muy cerca. “Cualquiera que venga a pobreza-sobriedad y sin obediencia, se debili-
mí y no me ame más que a su padre y a su ta. Nunca pueden separarse del todo estas tres
madre, a su mujer y a sus hijos, a sus herma- hermanitas pequeñas.
nos y hermanas, y hasta su propia vida, no En nuestra época, vivir la radicalidad
puede ser mi discípulo” (Lc. 14,26). Para el evangélica en cuanto a la pobreza, signifi-
sacerdote, el celibato es también una indica- ca renunciar a la propia voluntad, a las pro-
ción válida de que el sacerdocio no es para él pias preferencias, cultivando la obediencia y
una simple función, sino una vocación. No de- la disponibilidad. El contexto pastoral actual
bemos extrañarnos de que no todos lo entien- reclama, hoy en día, una gran movilidad: se
dan. Sólo puede comprenderse desde la lógica requiere atender varias parroquias; cambiar
del amor. Semejante cosa solo puede aceptarla de puesto; renunciar a lo hogareño. Todo lo
quien ama: “No todos entienden éste lenguaje, cual, puede ser crucificante en una época que

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se caracteriza por poseer una baja capacidad por ustedes, y completo en mi carne lo que
de resistencia al sufrimiento; una época en la falta a los padecimientos de Cristo para bien
que cada uno busca su propia estabilidad, se- de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col. 1,24).
guridad y confort. Quizás la obediencia es de En nosotros se cumple el misterio de la pasión
todos los consejos evangélicos, el más difícil de Cristo mismo. No somos nosotros los que
para seguir. sufrimos, es Él quien sufre en nosotros para la
Comunidad. Eso debería llenarnos de alegría,
El sufrimiento apostólico más que de pesar. Era lo que Pedro y Juan sin-
tieron cuando apaleados dejaron el Sanedrín:
Ser sacerdote implica sufrimiento, pues el “Dichosos de haber sido considerados dignos
trabajo sacerdotal conoce fracasos. El hecho de padecer por el nombre de Jesús” (Hech.
de ser discípulo de Jesús conlleva una carga de 5,41). Los conflictos con las potencias de éste
sufrimiento: “El que no carga con su cruz y me mundo no deberían inquietarnos porque: “les
sigue, no puede ser mi discípulo” (Lc. 14,27). entregarán a los tribunales, y los azotarán en
Esto es plenamente así para quien quiere ser las sinagogas... Cuando los entreguen, no se
radicalmente su discípulo y seguir muy de preocupen de cómo van a hablar o qué van a
cerca al Maestro. Pero el sufrimiento está en decir: lo que deban decir se les dará a conocer
flagrante contradicción con la sensibilidad de en ese momento” (Mt. 10, 17.19).
nuestra cultura. A veces estamos tentados de
creer que nuestros fracasos son debidos a una Creer en nuestro sacerdocio
falla de competencia de nuestra parte, a nues-
tra torpeza, o a una falta de ardor y de gene- Debemos elaborar en nuestro interior otro
rosidad. O también lo imputamos a la falta de gran trabajo. Necesitamos fortalecer nuestra
los cristianos, o a la de la Iglesia. Todo esto propia conciencia en cuanto sacerdotes. De-
es en cierta medida verdad, pero si estas fal- bemos instalarnos con serena confianza en
tas y estos defectos no existieran, e incluso si nuestra identidad sacerdotal. La valorización
en la Iglesia la gente fuera perfecta, los fra- del sacerdocio bautismal de todos los fieles,
casos existirían igual. El sufrimiento es parte en el Concilio Vaticano II conlleva hermosos
integrante del apostolado. Cuando quisieron frutos en la Iglesia. Cada día tenemos pruebas
linchar a Pablo, éste escribía: “Queremos her- de ello. Pero también puede ocurrir que, en
manos, que ustedes conozcan la tribulación ocasiones, los límites se confundan y se pierda
que debimos sufrir en la provincia de Asia: la lo específico sacerdotal. El sacerdote no pue-
carga fue tan grande que no podíamos sobre- de vivir en una especie de neblina alrededor
llevarla, al extremo de pensar que estábamos de su identidad y de su obligación específica.
a punto de perder la vida. Soportábamos en Ni tampoco la comunidad. En ese Concilio,
nuestra propia carne una sentencia de muer- la Iglesia confirmó claramente que los dos
te, y así aprendimos a no poner nuestra con- sacerdocios son sustancialmente distintos, di-
fianza en nosotros mismos, sino en Dios que ferentes por su naturaleza y no solo de grado,
resucita a los muertos” (2 Cor. 1, 8-9). Aún si aunque complementarios en la construcción
actuáramos perfectamente, igualmente habría de la Iglesia.
resistencia y oposición: “Me han odiado sin En nuestra época, existe la tendencia a
motivo” (Jn. 15, 25). relacionar la identidad de alguien con lo que
Más que antes, para la gente de hoy, el hace. Pero la identidad del sacerdote viene so-
límite de sensibilidad al sufrimiento es bajo. bre todo por lo que es, antes de que por lo que
Y para nosotros sacerdotes, también lo es. Te- haga. Los sacerdotes son quienes hacen pre-
nemos que defendernos del sufrimiento, pero sente a Cristo en la Iglesia. Con los fieles son
si se trata del sufrimiento pastoral lo que esta miembros del Cuerpo de Cristo, pero para los
en juego es mucho más serio. El sentido más fieles, y frente a ellos, representan a Cristo Ca-
profundo del sufrimiento apostólico es un beza. Y, si bien la cabeza no esta separada del
misterio entre el apóstol y su Señor. Pablo lo cuerpo, aquella no coincide con él. Este estar
expresa así: “Ahora me alegro de poder sufrir relacionado determina el obrar del sacerdote.

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Cuando habla en cuanto sacerdote, lo hace meros en ser confrontados ante los múltiples
con la autoridad de Cristo: es evangelizador problemas que se plantean.
y predicador más que orador o conferencista.
Cuando celebra puede hacer suya la palabra La parroquia
de Cristo y pronunciarla: no solamente habla
en nombre de Cristo, sino que es Cristo quien Sobre la parroquia se tiene la tendencia a
habla a través de él: “esto es Mi Cuerpo”. Es creer que ha existido siempre, de hecho ella es
el celebrante y no el animador. Cuando es ca- muy antigua. Sin embargo, los primeros cris-
beza de la comunidad, lo hace con la autoridad tianos no conocían éste principio territorial.
pastoral que Cristo le confiere: es Pastor y no Ellos, tal como nos describe, de manera casi
simplemente líder. idílica, el Libro de los Hechos de los Apósto-
El sacerdote por lo tanto está revestido de les, se contentaban con formar pequeñas co-
Cristo, es portador de su Espíritu. No está aje- munidades. Pero, ni bien el cristianismo em-
no a la debilidad, a la ignorancia y al error, ni pezó a organizarse, la liturgia domestica fue
tampoco al pecado. Por eso, su sacerdocio no abandonada, y nació la parroquia. Esto ocurrió
es en primer lugar un título honorífico, o una sobre todo cuando la fe empezó a expandirse
postura de dominio que puede revindicar a su fuera de las ciudades. Allí surgió la necesidad
favor, sino una carga pesada que lleva sobre indispensable de organizarse territorialmente.
las espaldas. Tendiendo en cuenta las dificultades en lo que
Es indispensable para ser feliz, una pro- se refiere a los medios de comunicación y de
funda fe en lo específico de su ser y de su obrar. movilidad, los cristianos estaban obligados a
Los fieles lo saben: “Obedezcan con docilidad reunirse alrededor de iglesias parroquiales.
a quienes los dirigen, porque ellos se desvelan Toda la vida cultural, incluida la que se refie-
por ustedes, como quien tiene que dar cuenta. re a la fe, se volvió sedentaria. Debido a las
Así ellos podrán cumplir su deber con alegría distancias entre las diversas comunidades te-
y no penosamente, lo cual no les reportaría a rritoriales, éstas tuvieron, en la medida de lo
ustedes ningún provecho” (Hech. 13,17). posible, que ofrecer todos los servicios: predi-
cación, celebración y diaconía.
¿La parroquia es eterna? Durante los úl-
Segunda Parte timos decenios, las condiciones de vida han
Saber interpretar los signos sido seriamente modificadas. No se vive ya
de los tiempos (Mt. 16, 3-4) de manera sedentaria, desarrollando todas las
actividades en un mismo territorio. Por tanto,
Para ser sacerdote en nuestra época ne- la proximidad física no es ya un factor deter-
cesitamos mucha esperanza y confianza. En minante para la formación de una comunidad.
primer lugar necesitamos de la esperanza teo- Uno se puede desplazar y elegir. Es probable
logal. La cual, no anula la necesidad de pensar, que el principio territorial no sea nunca aban-
o de responder a un contexto pastoral constan- donado totalmente, porque la gente vive siem-
temente nuevo; tampoco impide que nos ejer- pre en alguna parte. Pero la forma concreta de
citemos en técnicas pastorales actualizadas, las parroquias va a cambiar. Se impondrá, tan-
por aquello que: “Los hijos de éste mundo son to la ampliación territorial de las comunida-
más astutos en su trato con los demás que los des, como la colaboración entre ellas, aunque
hijos de la luz” ( Lc. 16,8). más no sea por el escaso número de sacerdotes
La semilla del Evangelio es la misma, el (y de laicos comprometidos). De modo que las
que la entrega también, pero los sembradores comunidades devendrán complementarias y
no dejan de renovarse y, en cada época, el trabajarán de modo subsidiario. Pero, ¿vamos
campo a sembrar está siempre rediseñándose. hacia un sistema que supone parroquias “cen-
Esto supone que en el trabajo pastoral siempre trales” que poseen “filiales”, como ocurre en
se vuelva a analizar la “política” de la siembra los países de misión? Puede ser. Pero, además
–en el tiempo adecuado– en medio de tiempos de esto, hemos de determinar una jerarquía, un
que cambian. Los Pastores han de ser los pri- orden en lo que se refiere a los servicios que

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proveemos: en primer lugar hemos de ofrecer los sacerdotes que se encontraban en las diaco-
la predicación y la celebración, luego la dia- nías alrededor del Papa en Roma; en los presb-
conía. ¡No es posible asegurar todos los ser- yteria alrededor de los Obispos en los primero
vicios, inmediatamente y siempre! Añadamos siglos; en los Monjes sacerdotes de las Aba-
finalmente que el fenómeno de la parroquia días de la Edad Media; en los misioneros del
“de elección” va a extenderse. ¿Todo esto es nuevo mundo; en los predicadores populares
tan inquietante, tan desmoralizante? Es cierto itinerantes como Luis M. Grignon de Monfort;
que ya no podemos sentarnos en el conforta- en los sacerdotes dedicados al servicio de los
ble sillón de la tradición y de las costumbres pobres y los enfermos como Vicente de Paul;
establecidas, Pablo aún pudiendo escribía: en los sacerdotes de parroquias “clásicas” tales
“Me hice débil con los débiles, para ganar a como el Cura de Ars; en los sacerdotes educa-
los débiles. Me hice todo para todos, para ga- dores y en los modernos capellanes de movi-
nar por lo menos a algunos, a cualquier pre- mientos y asociaciones... Cada época, puede
cio” (1 Cor. 9,22). decirse que ha “modelado” a sus sacerdotes

Un nuevo tipo de sacerdote de manera diferente y ha puesto a su disposi-


ción instrumentos pastorales adecuados.
Tanto el retrato del sacerdote, como el de El retrato del sacerdote del mañana nadie
su acción pastoral van a ser modificados. Han puede hoy trazarlo con certeza, se desarrollará
pasado tantas cosas durante el último medio orgánicamente con la civilización ambiental
siglo. Desde el principio del cristianismo exis- y con sus vicisitudes; pero una cosa es segu-
tieron diferencias: Santiago era sedentario, ra: tendrá gran flexibilidad. Desde ahora hay
residiendo en Jerusalén, Pedro hacía el reco- ciertas capacidades que no podemos dejar de
rrido de las comunidades de origen Judío para adquirir: ha de crecer, tanto la capacidad para
fijarse finalmente en Roma, Pablo permanece trabajar con otros (en un circulo agrandado),
siempre como misionero itinerante. Incluso así como la facultad de coordinar el trabajo.
hubo posteriormente diferencias: pensemos en La única cosa que puede prepararnos eficaz

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mente para estas mutaciones es la docilidad a Vivir y trabajar juntos


lo que dice el Espíritu cada día a las Iglesias.
El sacerdote del futuro será sin duda más Cada día más se afirma la necesidad de
itinerante que sedentario. Sin duda también colaboración entre los sacerdotes. Esto no
deberá a menudo prescindir de la seguridad de sólo por el escaso número de sacerdotes, sino
una comunidad local cálida, y a medida hu- particularmente surge como necesidad frente
mana. Sin dejar de ser Pastor, deberá dejarse al aislamiento del “yo”, y al individualismo
ayudar. Todo reflejo de “prefiero hacerlo yo creciente. Por este mismo motivo, nuestros
mismo” (pues lo hago mejor) deberá ser aban- contemporáneos, buscan más que antes, co-
donado. Esto le dará la satisfacción de ser el munidades pequeñas y cálidas. El apoyo de las
que inspira, más que el que organiza. No obs- grandes redes sociales ha desaparecido, aho-
tante, su ser quedará idéntico, lo mismo que su ra se aspira a lazos más próximos. Lo mismo
tarea: hacer presente Cristo en las comunida- ocurre con los sacerdotes.
des. Además, su trabajo como sacerdote segui- De todos modos, existen otros motivos
rá siendo un servicio de amor, un servicio del para que los sacerdotes crezcan en comunión.
corazón, más que lo que pueda hacer, con sus En primer lugar hay algo muy pragmático:
esfuerzos, en las múltiples tareas. dado que no reciben ayuda adecuada –“no en-
Los jóvenes sacerdotes ya lo están expe- contró la ayuda adecuada” (Gn. 2, 18.20)–,
rimentando. Las circunstancias en que han y sólo han de contar con ellos mismos, tan-
llegado a ser sacerdotes los acostumbraron a to para la vivienda, la comida, y las diversas
cambios rápidos. Sin duda puedan enseñárselo atenciones, entonces, ayudarse entre dos o
a sus mayores. Pero a la inversa, los jóvenes tres posibilita administrarse mejor en lo que
pueden aprender de los pastores más experi- se refiere al tiempo de oración y de descanso.
mentados el sentido de la paciencia, de la per- Otro motivo es el hecho de que Jesús mismo
severancia y la cruz. envió a misionar sus discípulos de dos en dos:
“Después de esto, el Señor designó a otros se-

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tenta y dos, y los envió de dos en dos para que trabajo pastoral. Desacuerdos y tensiones no
lo precedieran en todas las ciudades y sitios hacen más que paralizar: “Un hermano ofen-
adonde él debía ir” (Lc. 10,1). Más tarde Pe- dido es más inaccesible que una plaza fuerte,
dro se unirá a Marcos, y Pablo trabajará con y los litigios son como cerrojo de ciudadela”
Lucas, Timoteo, Tito y muchos otros. (Proverbios 18,19). A medida que el número
Cada vez menos, el sacerdote en activi- de sacerdotes disminuye, “el presbyterium”
dad, es capaz de vivir solo. En efecto, muchas toma un aspecto más concreto. En efecto, re-
veces, éste debe prescindir del apoyo de una unirse alrededor del Obispo –por ejemplo para
comunidad local que lo tome a su cargo. Hijo la Misa Crismal y otras reuniones de oración–
de su época, cada vez más se siente afectiva- es más viable que antes.
mente solo. Se ha podido decir que un cristia-
no aislado es un cristiano en peligro de muerte. La pastoral de los sacramentos
Esto es cierto también para el sacerdote. Una
vida sacerdotal comunitaria puede presentar La pastoral de los sacramentos es a la vez
un sin número de modos: puede ir desde la la alegría y el tormento de muchos sacerdotes.
reflexión en común sobre del trabajo, comer Ellos saben cómo éste ministerio es precioso
y rezar juntos, o realizar pequeños retiros co- en la Iglesia: los sacramentos son los canales
munitarios, hasta llegar incluso a compartir la de la gracia confiados a sus manos. Pero al
vida comunitariamente. mismo tiempo, a menudo, ellos son superados
por el desnivel entre lo que ellos quieren ofre-
cer y lo que demandan los fieles. Así se ven
obligados a elegir entre laxismo y rigorismo,
El sacerdote del futuro será como entre Caribdes y Scila. Una y otra acti-
tud testimonian indudablemente una preocu-
sin duda más itinerante que pación pastoral legítima: la de la seriedad de
la práctica sacramental, o la de saber que el
sedentario. Sin duda también
sacramento está allí, para la gente.
deberá a menudo prescindir de El problema es tan viejo como la Iglesia:
consiste en navegar, por un lado, entre una
la seguridad de una comunidad
gran exigencia de seriedad y por otro lado con
local cálida, y a medida humana. una plena comprensión misericordiosa. La
historia del sacramento de la reconciliación es
Sin dejar de ser Pastor, deberá
una ilustración de lo más clara: la diferencia es
dejarse ayudar. flagrante entre la penitencia canónica antigua
(única después de un largo y riguroso tiempo
de expiación) y la práctica actual de la confe-
sión. Una cosa es segura: la Iglesia siempre se
La comprensión ente nosotros, sacerdo- sintió menos cómoda del lado de los rigoristas,
tes, es esencial a la construcción futura de la que del de los misericordiosos y los mansos.
Iglesia. En cada época en la cual se puede ha- En todo caso, la persona que pide un sa-
blar de una cierta “refundación de la Iglesia”, cramento ha de ser recibida tal como ella es,
el punto de partida siempre ha estado en las tratando de llevarla lo más lejos posible en
Comunidades. Así, por ejemplo, en Occiden- la comprensión y profundidad del sacramen-
te, desde las Abadías, como por ejemplo aque- to que solicita. De todos modos junto a estos
lla de San Norberto, es desde donde se funda acercamientos individuales, hay que efectuar
la Orden Premonstratense abriendo nuevos un trabajo de iniciación sacramental que su-
caminos para la Iglesia. Agreguemos que el ponga al conjunto de la comunidad, en espe-
amor y la aceptación mutua en el interior del cial a los padres, particularmente cuando se
“presbyterium”, reunido alrededor del Obispo, trata de los tres sacramentos de iniciación:
constituyen, tanto un fuerte testimonio para el Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
exterior, como una fuente de eficacia para el

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¿Y para aquellos que se encuentran a la como a los paganos. Debemos acostumbrar-


puerta? nos a captarlos allí donde están y hacer nuestra
su cultura, exactamente como lo hizo Pablo en
Dado que, tanto la época de la civi- el Aerópago. Porque en cada pagano, –en esa
tas cristiana, como la del cristianismo so- época y hoy día– duerme un alma que busca
ciológico ha pasado, y que nuestra socie- a Dios. “De pie, en medio del Aéropago, Pa-
dad se ha convertido en una mezcla de blo dijo: “Atenienses, veo que Ustedes son,
diversos puntos de vista religiosos, se im- desde todo punto de vista, los más religiosos
pone la urgencia de una nueva pastoral. de todos los hombres. Mientras me paseaba
mirando los monumentos sagrados que uste-
De esta nueva pastoral no tenemos sino una des tienen, encontré entre otras cosas un altar
experiencia sumaria: la evangelización de los con esta inscripción: `Al dios desconocido´.
“semi-creyentes” y de los no creyentes. De una Ahora, yo vengo a anunciarles eso que ustedes
pastoral “de mantenimiento”, pasamos, indu- adoran sin conocer.” (Hech. 17,22-23).
dablemente, a una pastoral misionera. Esta es
nuestra mayor preocupación para los decenios
que vienen. Es verdad que habrá que adaptar-
De pie, en medio del Aéropago,
se y aprender nuevas técnicas pastorales, pero
sobre todo ha de ponerse el acento en cambiar Pablo dijo: Atenienses, veo que
de mentalidad. Sabemos que “Dios quiere que
Ustedes son, desde todo punto
todos los hombres se salven y lleguen al co-
nocimiento de la verdad (1 Tim. 2,4), y que a de vista, los más religiosos de
todos les es necesaria la fe. Pero, aquella men-
todos los hombres. Mientras
talidad relativista que afirma que todos serán
salvados en su propia fe, apaga toda llama mi- me paseaba mirando los monu-
sionera y contradice la orden que Jesús nos dio
antes de dejarnos y hacer discípulos para todas mentos sagrados que ustedes
las naciones (Mt. 28,19). El hecho de que Dios tienen, encontré entre otras
quiere salvar a todos los hombres no dispensa
a la Iglesia de su misión de anunciar la Buena cosas un altar con esta ins-
Noticia a todos los pueblos. Llegar a todos los cripción: `Al dios desconocido´.
que no conocen a Jesús, o lo conocen vaga-
mente, depende también de un sentimiento de Ahora, yo vengo a anunciarles
simpatía y de amor para con todos: aquel que eso que ustedes adoran sin co-
no hubiera tenido ese sentimiento, le faltaría
algo del corazón de Cristo. “Al ver la multi- nocer. (Hech. 17,22-23).
tud, tuvo compasión, porque estaban fatigados
y abatidos, como ovejas que no tienen pastor”
(Mt. 9,36). Pero hace falta algo más que un La primera predicación se limita al “keryg-
sentimiento de compasión. Nosotros sacerdo- ma”, a la proclamación del núcleo central del
tes, por lo general, estamos poco o nada pre- Evangelio. Luego vendrán la Justificación
parados, “técnica y mentalmente” como para y la explicación. El kerygma es siempre una
ir a los paganos, tal como lo hizo Pablo. Nos palabra de testimonio: mensaje y mensajero
parecemos más a Pedro, quien sabía predicar no se hacen más que uno. Pero el kerygma es
en los medios Judíos más conocidos. Pablo era también una palabra firme –parrésia– que sin
diferente: “Porque el que constituyó a Pedro complejo, ni arrogancia, hace que a través de
Apóstol de los judíos, me hizo también a mí la fe inquebrantable de quien habla sea el Es-
Apóstol de los paganos” (Gal. 2,8). píritu mismo de Cristo quien se comunica. Así
Hoy urgentemente necesitamos de ese Pablo estaba convencido de que: “es Cristo el
don Divino que nos permita predicar, tanto a que habla por medio de mí” (1 Cor. 13, 2-3).
los “prosélitos que se encuentran a la puerta”, De este modo el que evangeliza sabe que el

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impacto de su palabra proviene del Espíritu nos dirige al corazón: “El mismo Espíritu se
que le da fuerza, y no de su propia elocuen- une a nuestro espíritu para dar testimonio de
cia: “Por mi parte, hermanos, cuando los visité que somos hijos de Dios” (Rom. 8, 16), de que
para anunciarles el misterio de Dios, no llegué somos llamados. El primer signo que apare-
con el prestigio de la elocuencia o de la sabi- ce en nuestro corazón cuando descubrimos
duría... me presenté a ustedes débil, temeroso nuestra vocación es la constatación de que no
y vacilante. Mi palabra y mi predicación no la hicimos nosotros mismos, sino que hemos
tenían nada de la argumentación persuasiva de chocado con ella, la encontramos en nosotros.
la sabiduría humana, sino que era demostra- Es verdad que la hemos seguido, que hemos
ción del poder del Espíritu” (1Cor. 2, 1.3-4). dicho sí, pero, la vocación en sí misma preside
Muchas veces es el primer anuncio el que a ese sí. Podemos preguntarnos, ¿éramos me-
se encuentra con a la resistencia más activa y jores que otros, más competentes, más perfec-
pone a prueba el Apóstol. ¿No dijo el Señor en tos? Evidentemente no, aunque ¡sí diferentes!
relación a Pablo: “Yo le haré ver cuánto tendrá En el fondo de nuestro ser hemos descu-
que padecer por mi Nombre” (Hech. 9, 16)? bierto al mismo tiempo un gran amor por Cris-
Pero después de su primer testimonio frente al to. Entre Él y nosotros hay algo. El nos “hirió”
Sanedrín, Pedro y Juan “salieron del Sanedrín en lo más intimo de nuestra alma y de esta heri-
dichosos de haber sido considerados dignos de da jamás nos hemos sanado. Todo en nosotros
padecer por el nombre de Jesús” (Hech. 5, 41). habla de Él, este es el motivo por el cual sus
Ciertamente, además del kerygma, es ne- amigos, los pobres, los pequeños y los peca-
cesario justificar la propia fe, particularmente dores nos cautivan. Todo esto nos puede hacer
en estos tiempos, en los cuales, el nivel de es- pasar un mal rato, varias veces nos dicen que
tudios de nuestros contemporáneos, al ser su- somos tontos, inadaptados, que no sabemos
perior a otros tiempos, hace que los mismos se nada del mundo. Pero nuestras convicciones
planteen justamente, cuestiones más críticas son más fuertes que nosotros mismos. En cada
que antes. En catequesis y en teología, la deta- uno existe el deseo de entregar la vida a tra-
llada explicación del contenido de la fe es hoy vés de palabras y de los gestos; a través de esta
más exigente que en el pasado. Pero, también fuente de vida que son los sacramentos. Cada
es cierto que contamos con la ventaja de po- sacerdote quiere ser padre, dar la vida: “Porque
seer, desde hace un tiempo, en ciertos rubros, aunque tengan diez mil preceptores en Cristo,
más experiencia. no tienen muchos padres, soy yo el que los ha
engendrado en Cristo Jesús” (1 Cor. 4, 15).
La alegría del sacerdote El que ama a Cristo siempre tiene un gran
amor por la Iglesia. Quien ama la Cabeza, ama
Numerosos son los problemas que se pre- también los miembros. En ocasiones nos toca
sentan hoy en día a los sacerdotes. Pero, te- sufrir por nuestra Iglesia, por su debilidad, por
nemos un motivo que nos llena de esperanza su tibieza y falta de compromiso, pero aún así
y confianza: nuestra vocación. La misma tie- la amamos, y más aún cuando envejecemos.
ne dos facetas: una objetiva, y otra subjetiva. A veces la criticamos, pero sabemos cuán-
Ambas parten de hechos manifiestos en cuan- to le debemos, sobre todo por nuestro sacer-
to signos visibles y audibles de Dios sobre los docio. En efecto, tanta gente viene a nosotros
que podemos edificar. La vocación objetiva, para ser escuchada y recibida, que somos cons-
está constituida, tanto por nuestra elección cientes que no merecemos semejante crédito.
por la Iglesia, como por la imposición de las Conocemos también la alegría interior,
manos y la oración del obispo. Como pode- porque nuestra alegría es sobre todo interior.
mos apreciar, es un hecho en el tiempo que Alegría de orar, del servicio discreto y devo-
no puede ser puesto en duda: ocurrió. Cuando to, alegría de que tanta gente nos confía sus
la Iglesia nos llama y nos ordena no hay más dificultades. También conocemos la alegría de
dudas: Dios nos quiere como sacerdotes. En la intercesión, tal como la que poseía Moisés
relación a la vocación subjetiva hemos de de- cuando en la montaña intercedía por los de-
cir que la constituye todos los signos que Dios más. (cf. Ex. 32, 7-14).

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Por último está la alegría de la libertad sus Obispos en estos tiempos difíciles, decía
evangélica, del desprendimiento con respec- Jesús a los Apóstoles la víspera de su muerte:
to a la riqueza, a la familia y a la propia vo- “Ustedes son los que han permanecido siem-
luntad. Ésta es fuente discreta de felicidad. pre conmigo en medio de mis pruebas” (Lc.
Ser pobres nos hace libre; ser célibes para 22,18). Cada uno de nosotros lo dice con agra-
el Reino hace que nuestro corazón no tenga decimiento.
división. En cuanto a la obediencia, ésta no Hay esperanza para el futuro por eso les
disminuye la iniciativa, sino que aumenta las rogamos: “no se desanimen en la esperanza”.
fuerzas, porque se apoya en la poderosa vo- Hasta Dios mismo puede asombrarse “la fe
luntad de Dios: “El que a causa de mi Nombre que amo más, dice Dios, es la esperanza. La
deje casa, hermanos o hermanas, padre, ma- fe no me asombra, no es asombrosa... pero la
dre, hijos o campos, recibirá cien veces más esperanza, dice el Señor, esa sí que me asom-
y obtendrá como herencia Vida Eterna (Mt. bra.” (Ch. Péguy, Le porche de la deuxiéme
19,29): quien renuncia será feliz, dice Jesús, vertu). “Que el Dios de la esperanza los llene
y ya en esta vida. de alegría y de paz en la fe, para que la es-
Queridos hermanos sacerdotes, queremos peranza sobreabunde en ustedes por obra del
agradecerles haber sido fieles colaboradores de Espíritu Santo” (Rm. 15,12). w

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Ap
hacia u
lo misio
aparecida,
hacia un
renovado
estilo misionero

“Estamos en un momento crítico para la recep-

ción de Aparecida. De nuestra apertura para asu-

mir esta novedad del Espíritu y para plasmarla

en cauces concretos, dependerá que se convierta


en un momento verdaderamente renovador para

América Latina o que caiga pronto en el olvido.”

[ Pbro. Víctor Manuel Fernández


Vice decano de la Fac.
de Teología de la UCA]
TEOLOGIA PASTORAL

[ P b r o . V í c t o r M a n u e l F e r n á n d e z]
Diócesis de Río Cuarto Vice decano de la Fac. de Teología de la UCA

Claves de interpretación y
aplicación del Documento
de Aparecida1

Estamos en un momento crítico para la


1

recepción de Aparecida. De nuestra apertura


para asumir esta novedad del Espíritu y para
plasmarla en cauces concretos, dependerá que
se convierta en un momento verdaderamente
renovador para América Latina o que caiga
pronto en el olvido. En orden a la recepción y
aplicación del Documento propongo algunas
claves de lectura.
labras modificadas por la propuesta de algún
miembro muy respetable, pero que no siempre
1. Criterio fundamental de representan las preocupaciones de la mayoría.
interpretación En esos detalles es posible que no siempre
haya consenso. Algunos leen una frase que
¿Cuál es la propuesta de la V Conferen- no les agrada, y por eso ya arrojan todo el
cia?. El Documento trata muchísimos temas documento a la basura, olvidando que lo que
de actualidad: desde el cambio de época, la interesa aquí son las grandes propuestas que
economía de mercado, la integración latinoa- resultaron de un proceso de intenso debate y
mericana o la ecología, hasta los migrantes, la constante participación. Tampoco tiene mu-
comunicación social, los padres de familia o la cho sentido preocuparse por encontrar lo que
pastoral bíblica. el Documento dice sobre un tema que a uno le
Pero más que ver cuáles son los variados interesa. Los que van sólo a mirar qué se dice
temas que aborda, lo importante es percibir las sobre un asunto que les apasiona (la pastoral
grandes líneas que le dan forma. Este es un juvenil, o la pastoral del turismo, o la ecología,
principio hermenéutico fundamental para un o las CEBs), seguramente se desilusionarán. Si
documento de este tipo. Hay que tener muy el Documento dice poco sobre ese tema o no
en cuenta que un documento hecho por más de dice lo que ellos esperan, posiblemente des-
260 personas, con una metodología que favo- preciarán el esfuerzo realizado. Pero esa ac-
recía una amplia participación.
titud es precisamente lo que impide entrar en
Por eso no conviene leerlo para buscar
una pastoral de conjunto, que exige subordinar
frases interesantes, ya que hay frases coloca-
los propios intereses a un camino comunitario
das por insistencia de alguna persona, o pa-
que el Espíritu Santo suscita en el Continente.
Este Documento es el resultado de mu-
1
Adaptación de un artículo publicado en Medellín 131 chos días de discusión y de oración comunita-
(septiembre 2007). ria para ir encontrando grandes coincidencias,

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TEOLOGIA PASTORAL

algunos consensos fundamentales que nos sino que nos ayuda a desarrollarnos plenamen-
unan a todos los que queremos evangelizar en te y a disfrutar más de la existencia. Así queda
América Latina y el Caribe. Por eso, lo que claro que la fe católica no pretende hacer sufrir
interesan aquí son las grandes líneas, los nú- a las personas o limitar su felicidad legítima.
cleos de fondo que estructuran el conjunto y La propuesta de Jesús siempre debería dar ga-
que permiten comprender el sentido que se nas de vivir, llenar de ilusión y de esperanza:
quiere dar a las distintas frases y a los diversos “Su amistad no nos exige que renuncie-
párrafos. mos a todos nuestros anhelos de intensidad vi-
Este mismo presupuesto hermenéutico es tal, porque él ama nuestra felicidad también
el que invita a no otorgar demasiada impor- en esta tierra. Dice el Señor que Él creó todo
tancia a los cambios que se realizaron al texto ‘para que lo disfrutemos’ (1 Tim 6, 17). La
después de su votación, precisamente porque vida nueva de Jesucristo toca al ser humano
esos cambios no modifican los grandes con- entero y desarrolla en plenitud la existencia
sensos y los núcleos básicos del Documento, y humana... Sólo así se hará posible percibir
se refieren a cuestiones particulares sobre las que Jesucristo es nuestro salvador en todos
que podrían haber diferentes opiniones. Por los sentidos de la palabra. Sólo así manifesta-
ejemplo, para las CEBs, más importante que
remos que la vida en Cristo sana, fortalece y
leer lo que se dice sobre ellas mismas, es reco-
humaniza” (DA 355-356).
nocer el acento del documento sobre la opción
Esto tiene expresiones muy concretas.
preferencial por los pobres, puesto que dice
Vale la pena detenerse a leerlas:
que “debe atravesar todas nuestras estructuras
“La vida en Cristo incluye la alegría de
y prioridades” (DA 396), e insiste en la nece-
comer juntos, el entusiasmo por progresar, el
sidad de una mayor cercanía real a los pobres
gusto de trabajar y de aprender, el gozo de
(cf. DA 397).

2. Los tres ejes básicos

La clave principal para entender bien el


texto es precisamente el tema general de la V
Conferencia: “Discípulos y misioneros de Je-
sucristo para que nuestros pueblos, en él, ten-
gan vida”. El tema engloba tres grandes ejes
que son las que de hecho estructuran todo el
Documento: vida-misioneros-discípulos.

[1] El gran eje del tema es “para que ten-


gan vida”. El “para qué” es sumamente im-
portante, porque indica la finalidad de toda la
actividad de la Iglesia: “La propuesta de Jesu-
cristo a nuestros pueblos, el contenido funda-
mental de esta misión, es la oferta de una vida
plena para todos” (DA 361). A veces se acusa
a los cristianos de una prédica más bien ne-
gra o negativa, hablando más de prohibiciones
que de propuestas positivas. Pero su mensaje
es el Evangelio de Jesucristo, que es una oferta
de vida. Esto significa que todo lo que hace la
Iglesia debe ser para promover una vida más
digna y más plena, para que la gente pueda vi-
vir mejor. Hoy queremos mostrar que la rela-
ción con Jesucristo no nos hace menos felices,

PA S T O R E S
NUM. 41 • ABRIL 2008 49
TEOLOGIA PASTORAL

servir a quien nos necesite, el contacto con la solidaridad, ni la amistad, ni la preocupación


naturaleza, el entusiasmo de los proyectos co- por los pobres, ni el compromiso ciudadano.
munitarios, el placer de una sexualidad vivida El Documento recuerda que una ley de la vida
según el Evangelio, y todas las cosas que el es que la vida crece en la medida en que uno
Padre nos regala como signos de su amor sin- la comunica (DA 360). Así aparece el segundo
cero. Podemos encontrar al Señor en medio gran eje, que es la misión: El empeño por com-
de las alegrías de nuestra limitada existencia, partir y comunicar lo que hemos recibido.
y así brota una gratitud sincera” (DA 356). A partir de esta convicción se quiere pro-
Es interesante que un documento diga que mover una actividad misionera mucho más
la vida en Cristo incluye el entusiasmo por pro- intensa, para llegar especialmente a las perife-
gresar y el placer de la sexualidad. Así queda rias y a los que están más abandonados, como
claro que la fe católica no pretende hacer sufrir pidió insistentemente al Papa en Brasil. Con-
a las personas o limitar su felicidad legítima. siste en buscar una mayor cercanía, sobre todo
Este acento puesto en la vida digna y ple- con los pobres.
na que Jesús nos quiere dar, tiene consecuen- En este llamado misionero no se trata sólo
cias pastorales muy prácticas en todo lo que de predicar. Cada uno lo realizará según su
haga la Iglesia: propia vocación. Un periodista lo hará particu-
“La doctrina, las normas, las orientacio- larmente buscando la verdad y promoviendo
nes éticas, y toda la actividad misionera de la valores, un político lo hará buscando since-
Iglesia, deben dejar transparentar esta atrac- ramente y con sacrificio el bien común, más
tiva oferta de una vida más digna, en Cristo, que la mera conquista del poder, un docente
para cada hombre y para cada mujer de Amé- lo hará disfrutando de su misión de ayudar a
rica Latina y de El Caribe” (DA 361). crecer a sus alumnos. Pero a todos se convo-
Esto no implica renunciar a educar las ca, más allá de sus actividades ordinarias, a
pasiones y los deseos, cosa tan necesaria hoy, buscar a los que están alejados de Jesucristo o
pero siempre habrá que hacerlo de tal mane- prescinden de él en sus vidas.
ra que se manifieste que esa educación está al Dentro de esta actividad misionera se des-
servicio de una vida más digna y feliz. taca el aliento para que los laicos colaboren
Esta propuesta de vida está íntimamente en la transformación de las estructuras de la
unida a Jesús mismo. La relación personal con Sociedad civil. Cuando se lamentan las som-
él nos amplía los horizontes para alcanzar una bras de la Iglesia en América Latina se dice:
felicidad más plena, para encontrarle el sentido “Constatamos el escaso acompañamiento dado
más profundo a todo lo que nos pasa, también a los fieles laicos en sus tareas de servicio a la
a los momentos duros: “Jesucristo nos ofrece sociedad” (DA 100c). Sin duda esta es una de
mucho, incluso mucho más de lo que espera- las preocupaciones que reaparece, de una for-
mos… Se entrega él mismo como la vida en ma o de otra, en todo el Documento.
abundancia” (DA 357). La relación personal Sostiene también que “es una contradic-
con Jesucristo ha sido alegría y esperanza para ción dolorosa que el continente del mayor
millones de personas a lo largo de 2000 años y número de católicos sea también el de mayor
lo sigue siendo hoy. inequidad social” (DA 527). Se percibe que
aquí no se logró iluminar y transformar con el
[2] Vamos a un segundo aspecto de este Evangelio la realidad social, y se destaca “una
gran tema. Se quiere mostrar que una vida notable ausencia en el ámbito político, comu-
digna y feliz no se realiza en el aislamiento nicativo y universitario, de voces e iniciativas
y en la comodidad individualista. Uno de los de líderes católicos de fuerte personalidad y
grandes peligros de la época en que vivimos de vocación abnegada que sean coherentes
es que cada uno se encierre sólo en su mundo con sus convicciones éticas y religiosas” (DA
privado, buscando nada más que sus intereses 502). Al mismo tiempo, se reconoce que “si
personales y cuidando sus espacios de como- muchas de las estructuras actuales generan
didad y placer de un modo enfermizo. Así no pobreza, en parte se ha debido a la falta de
es posible una vida digna, no es posible la fidelidad a sus compromisos evangélicos de

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muchos cristianos con especiales responsa- 3. Las palabras de Aparecida


bilidades políticas, económicas y culturales”
(DA 501). Pero si queremos profundizar un poco
La propuesta misionera incluye este fuerte más, propongo un recurso para reconocer el
llamado a la participación de todos en la vida tono novedoso, el estilo propio y los acentos
pública. También se pide a las parroquias que del documento de Aparecida: es ver cuáles son
no se ocupen sólo de sus agentes pastorales las palabras que más aparecen, y también reco-
sino de formar y acompañar a “los laicos in- nocer cuáles no se repiten tanto como uno su-
sertos en el mundo” (DA 306). pondría. En este documento aparecen palabras
El Documento es muy profético en lo que nuevas, y otras se destacan más que en docu-
respecta a la misión, porque pide que todas las mentos anteriores. Por otra parte, hay expre-
estructuras de la Iglesia se reformen de mane- siones más bien negativas que aparecen poco.
ra que sean más misioneras, que estén más al Me gusta repetir que el Documento de
servicio de esta vida digna y plena de la gente. Aparecida, más que el resultado del trabajo
Pero también pide “abandonar las estructuras
de algunos teólogos, es una obra común lle-
caducas” que no sirvan a esta finalidad (DA
na de imperfecciones, pero que recoge mucha
365). Habrá que ver el coraje de las Diócesis y
riqueza. Los temas que están más destacados
de todas las instituciones de la Iglesia a la hora
y repetidos son los que realmente interesaban
de sacar las consecuencias concretas de estas
afirmaciones.
En este llamado misionero no
[3] Finalmente, vamos al tercer eje: No- se trata sólo de predicar. Cada
sotros, los cristianos, creemos que podemos uno lo realizará según su propia
ofrecer un mejor servicio al pueblo argentino vocación. Un periodista lo hará
si somos realmente discípulos de Jesucristo. particularmente buscando la
No es lo mismo alguien que proclama una verdad y promoviendo valores,
verdad creyendo que es un sabio o un dueño de
un político lo hará buscando
la verdad, que alguien que se considera un hu-
milde discípulo, necesitado del Maestro, que sinceramente y con sacrificio
aprende de él todos los días, que necesita vol- el bien común, más que la mera
ver a escucharlo, volver a consultarlo, volver conquista del poder, un docente
a imitarlo. Al mismo tiempo, alguien que tiene lo hará disfrutando de su misión
corazón de discípulo sabe que también tiene de ayudar a crecer a sus alum-
que aprender de los demás, y por eso fomenta nos. Pero a todos se convoca,
el diálogo con los diferentes, se deja cambiar
más allá de sus actividades ordi-
los esquemas, se deja enriquecer por los otros.
narias, a buscar a los que están
Evidentemente, no es lo mismo un sacerdote,
un político o un docente, si tiene o no tiene un alejados de Jesucristo o pres-
corazón de discípulo. cinden de él en sus vidas.
Se quiere remarcar que todos somos dis-
cípulos (el Papa, los empresarios, cada ama a la gran mayoría, expresan una “conciencia
de casa, etc.) y que siempre somos discípulos, colectiva” y representan el pensamiento de la
hasta la muerte. Por esta misma razón se de- V Conferencia, no el de algunos grupos parti-
dica todo el largo capítulo seis al encuentro culares. Estas preocupaciones son verdaderos
personal con Jesucristo y a la formación per- signos de los tiempos, que marcan nuevas ten-
manente de los cristianos. dencias en la Iglesia latinoamericana y caribe-
Este eje también invita a simplificar la ña actual. ¿Cuáles son?
vida y la predicación, porque destaca, siguien-
do al Papa, que se trata ante todo del encuentro Palabras que gritan
con Cristo, más que de una decisión ética o de En primer lugar, veamos las trece palabras
una mera doctrina (DA 243). más repetidas en todo el documento, excep

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tuando, obviamente, artículos, pronombres y Un tono positivo y renovador


preposiciones. Menciono doce, porque estas La palabra “vida”, de lejos, lleva la de-
palabras se repiten más de 200 veces cada una. lantera. Aparece 631 veces en el documento.
Son, en orden decreciente: Vida, Jesucristo, Esta palabra indica la plenitud vital que Jesús
Iglesia, misión/misionero/a/s, Dios, hombre, ofrece, y da un tono marcadamente positivo a
discípulo/a/s, comunidad/comunitario, cultu- todo el documento.
ra, amor, formación/formar, América Latina/ El segundo acento es el de la misión, indi-
Continente. Este grupo de palabras que se des- cada más de 380 veces. Así se remarca el inte-
taca sobremanera, indica ya una orientación rés por lograr un dinamismo misionero eficaz,
básica, que se concentra con mucha fuerza en eliminando lo que aliente un cristianismo ce-
los agentes pastorales (discípulos, misioneros, rrado, cómodo, individualista o intimista.
formación), pensados comunitariamente, para La palabra “discípulo/a” aparece como en
llevar la vida y el amor de Jesucristo al ser hu- ningún otro documento de la Iglesia, más de
mano y a la cultura en América Latina. 260 veces. Esto también marca un estilo.
Pero hay un segundo grupo de diez pala- Si tomamos en cuenta palabras que indican
bras, que aparecen más de 100 veces, y que tareas privilegiadas, sin duda se destacan los
permiten reconocer algunas tareas importantes pobres (130 veces). Con respecto a la opción
dentro de este gran marco. Son: pueblo/s, pas- por los pobres, lo que agrega esta V Conferen-
toral, familia/s, social, pobre/s, evangelizar, cia a lo ya dicho en las anteriores es indicar
fe, educación, verdad, Biblia/Escritura. Este que el sentido de la expresión “preferencial”
segundo grupo de palabras permite reconocer es que “debe atravesar todas las estructuras y
a los pobres como destinatarios privilegiados, prioridades pastorales” (DA 396), y que tene-
acentuando la dimensión social de la actividad mos que pasar de las ideas y palabras a una
pastoral (pueblo, social), pero enmarcando cercanía real, que implica dedicar tiempo a
claramente esta preocupación dentro de una los pobres y llegar a ser sus amigos, para así
propuesta evangelizadora que no se separa de poder reconocer sus valores y acompañarlos
la fe, del amor a la verdad, y de la luz de la verdaderamente en la defensa de sus derechos
Palabra. Junto con esta cuestión fundamental, (DA 397-398). Aquí se acogió la autocrítica
se sitúa la preocupación por la familia y por la de muchos, que han reconocido que hablamos
educación. mucho sobre los pobres, pero pocos estuvimos
realmente cerca de ellos. Los barrios pobres

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han sido los menos atendidos pastoralmente. lugar en la vida pública, aunque no se asuman
En esta misma línea, se quiere asumir un nuevo las ideologías de género.
estilo, más evangélico, que se caracterice por También, aun con los cambios que sufrió
la cercanía a la gente, compartiendo su vida. el texto, adquieren un espacio novedoso las
Se advierte también el interés por pro- Comunidades eclesiales de base. Se advierte
mover un mayor contacto de los fieles con la una inédita preocupación por la ecología y
Biblia, por lo cual se quiere evitar hablar de la defensa de la Amazonia, por los ancianos
la pastoral bíblica como de un sector de la ac-
y por los medios de comunicación (incluyen-
tividad pastoral, y se prefiere concretar la ani-
do una valoración positiva de Internet). Una
mación bíblica de toda la pastoral (DA 248).
relevancia nueva se dio a la pastoral especí-
Esto despertaba un gran interés dentro de la V
Conferencia, cosa que no sucedía con esa in- ficamente urbana (ciudad/urbano aparece 87
tensidad en las Conferencias anteriores. veces). Además se retoma la preocupación por
Se reafirma que la misión propia y espe- la integración regional.
cífica de los laicos “se realiza en el mundo, de
tal modo que con su testimonio y su actividad Estos son ciertamente nuevos signos de
contribuyan a la transformación de las reali- los tiempos que dan a la V Conferencia un
dades y la creación de estructuras justas” (DA rostro bien actual.
210). Las palabras “política/os” (66 veces) y
“economía/económico” (75 veces) tienen una Lo que no se nombra
llamativa frecuencia. Hay palabras ausentes o que se repiten
muy poco. Algunas tienen una historia. Por
La irrupción de nuevas palabras ejemplo, veamos que la palabra “sectas”
Hay palabras que expresan nuevas pre- aparece sólo una vez. Aunque se decía en
ocupaciones, que no tienen un desarrollo tan
los medios de comunicación que la principal
amplio, pero recogen inquietudes que han to-
preocupación de la Iglesia en América Latina
mado mucha fuerza en los últimos años, y que
era el éxodo de católicos hacia las sectas, eso
tenían menos relevancia en las Conferencias
anteriores. no se ve reflejado en el Documento. En los
Ciertamente el fenómeno de la globaliza- primeros debates e intervenciones, la palabra
ción y el cambio de época, que se analiza en “sectas” aparecía mucho, pero algunos obis-
sus diversas manifestaciones, como el desem- pos hicieron notar que a veces, dentro de esa
pleo, el subjetivismo, etc., pero sin dejar de re- expresión, se incluían despectivamente las
conocer algunos aspectos positivos. comunidades eclesiales que están en diálogo
Entre las cuestiones más particulares, apa- ecuménico con la Iglesia Católica. Se pidió
rece la situación de los migrantes, que angustia disculpas a los evangélicos presentes y se
sobre todo a los obispos de América Central, prefirió cuidar más el lenguaje al respecto.
de México y del Caribe. Si bien “bioética” y “aborto” aparecen 7
Otra es la de los indígenas, a quienes se veces cada una, no aparecen jamás “anticon-
presenta como los “otros diferentes” y con cepción, preservativos, control de la natali-
quienes se quiere tener espacios de diálogo, dad”. Se evidencia así que, a la hora de hablar
respetando sus culturas y su modo de vivir, y
de esos temas se prefirió poner el acento en
no sólo acercándose a ellos con actitudes pa-
los que tienen mayor importancia.
ternalistas.
Junto con ellos se destacan los afroame-
ricanos, con quienes también se quiere desa- Sólo me permito advertir que, además de
rrollar un diálogo que respete su identidad, sus las repeticiones, es importante ver los adje-
proyectos propios, su memoria cultural, etc. tivos y el tenor de muchas frases donde apa-
En esta misma línea de respeto y valora- recen estas palabras, porque también ocurre
ción de las diferencias, se dedica un espacio a que una expresión no tenga tanta frecuencia
las mujeres (78 veces), pero reconociendo no pero que sea remarcada de otras maneras. Por
sólo el valor de la maternidad sino también su ejemplo, si bien la Palabra de Dios aparece

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mucho más1 que la Eucaristía –lo cual es no- que nos da el Documento de Aparecida, ya nos
vedoso y renovador– el modo de referirse a la aportan orientaciones prácticas que permiten
Eucaristía y a los Sacramentos es muy signi- concretar la Misión. Creo que las mediaciones
ficativo. que permitirían que este acento misionero sea
Igualmente, si bien la expresión “neolibe- un verdadero hito en la historia, serían ante
ral” aparece sólo una vez, cuando uno lee el todo tres:
diagnóstico de la realidad del capítulo 2, pue- [1] Organizar en cada Diócesis una misión
de reconocer que todo lo que hoy se critica al en las periferias más pobres, alejadas y aban-
neoliberalismo está bien presente. Basta leer donadas, dotándola generosamente de perso-
los puntos 61-69. nas y de recursos.
Si bien no aparece jamás la “teología de la [2] Pero no debería reducirse a una misión
liberación”, como reflexión característica de- en los hogares, cosa que no todos podrían ha-
sarrollada en América Latina, sí se dice que la cer. Aquí aparece entonces un segundo cauce
opción preferencial por los pobres “es uno de para la misión: Crear espacios de acompaña-
los rasgos que marca la fisonomía de la Iglesia miento y de formación de los laicos que cum-
latinoamericana y caribeña” (DA 391), y se in- plen su misión específica en la vida pública.
vita a “valorar la rica reflexión posconciliar de [3] Incorporar constantemente en la predi-
la Iglesia presente en América Latina y el Ca- cación las motivaciones que alienten el com-
ribe, así como la reflexión teológica, filosófica promiso misionero de todos los cristianos.
y pastoral de nuestras Iglesias” (DA 345). Dentro de este marco, hay dos cuestiones
muy resaltadas en el Documento que podrían
4. Sentido y cauces de la Misión integrarse en esta misión: la animación bíblica
Continental de toda la pastoral (misión con la Biblia en la
mano) y la preocupación por llevar a todos al
A la hora de aplicar el Documento de banquete dominical de la Eucaristía, aunque no
Aparecida, el tema crucial es el de la concre- siempre pueda celebrarse la Misa (DA 253).
ción de la Misión Continental. La V Confe- Si se quiere incorporar un signo de comu-
rencia no quiere sobreponerse a los planes y nión que permita advertir, recordar y celebrar
líneas pastorales de las distintas Conferencias el espíritu latinoamericano de esta Misión,
Episcopales y de las Diócesis. Sólo pretende podría establecerse un domingo anual en el
promover un estado permanente de misión que todas las Diócesis de América Latina y el
que comunique la alegría de ser discípulos y Caribe celebren simultáneamente, en un acto
ayude a experimentar una vida digna y plena masivo o en cada parroquia, el día de la Mi-
en Cristo. Ahora se espera que “las Confe- sión Continental y reaviven así el ardor y el
rencias Episcopales y otros organismos loca- compromiso.2
les avancen en consideraciones más amplias, En un próximo artículo veremos cual
concretas, y adaptadas a las necesidades del sería el perfil sacerdotal que resulta de la
propio territorio” (DA 431). En general no se transformación misionera que propone
piensa en nuevas superestructuras continenta- Aparecida y de qué maneras concretas el
les. Se pone el acento en la creatividad de cada llamado a la misión interpela también a
Diócesis y en todo caso de cada Conferencia los sacerdotes diocesanos. Es decir, cómo
Episcopal. Por eso se prefiere no hablar de una la renovación “extática” y “kerygmática”
misión “del” Continente sino de iniciar una pueden transfigurar la vida y la misión de los
misión permanente “en” el Continente. presbíteros que se quedan en su Diócesis.w
Pero los fuertes planteos del Papa en su
visita a Brasil, insistiendo en llegar a las peri-
ferias con todas las fuerzas vivas, y las líneas
2
Para la lectura y aplicación del Documento en nuestras
comunidades, ofrezco un aporte más completo en mi
1
Comparemos la frecuencia de “Biblia,bíblica,Palabra, libro: Aparecida. Guía para leer el documento y cró-
Escritura” (105 veces) con la frecuencia de “Eucaristía, nica diaria, San Pablo (Buenos Aires) – Dabar (México),
Misa, eucarístico/a” (56 veces). 2007.

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[ M o n s e ñ o r L u i s H . V i l l a l b a ]
Arzobispo de Tucumán

Navega Mar Adentro


Aparecida y la Misión
Continental

INTRODUCCIÓN A su vez la Misión debe tener dos ejes


transversales:
n la animación bíblica de toda la pastoral
Este trabajo tiene dos partes.
n una fuerte espiritualidad mariana

La primera parte analiza las coincidencias


entre Navega Mar Adentro y el Documento PRIMERA PARTE
Conclusivo de Aparecida con respecto al tema Navega Mar Adentro
de la misión. y Aparecida

La segunda parte propone una forma con- 1. Tanto Aparecida como NMA tienencomo
creta de realizar la MISIÓN que nos pide Apa- objetivo el impulsar la misión evangeliza-
recida. dora de la Iglesia.
Esta MISIÓN debe ser asumida por la
Diócesis, presidida por el Obispo, y con la [A] Aparecida
colaboración de los presbíteros, diáconos,
consagrados, consagradas y laicos, que deben “Nos reunimos en Aparecida... como pas-
ser los protagonistas de la MISIÓN. Todas las tores que queremos seguir impulsando la ac-
comunidades eclesiales deben asumir la MI- ción evangelizadora de la Iglesia” (DA1)1.
SIÓN como propia: parroquias, escuelas cató- “La Iglesia está llamada a repensar pro-
licas, movimientos, instituciones, grupos. fundamente y relanzar con fidelidad y audacia
La Conferencia Episcopal deberá animar su misión en las nuevas circunstancias latinoa-
y apoyar la tarea de las diócesis. mericanas y mundiales. No puede replegarse
Esta MISIÓN debe ser permanente como frente a quienes sólo ven confusión, peligros y
proponen NMA y Aparecida. amenazas…” (DA11).
Por eso no se debe hablar de la Misión al “Esto requiere… una evangelización mu-
Pueblo de Dios sino “Del Pueblo de Dios en cho más misionera, en diálogo con todos los
misión”. cristianos y al servicio de todos los hombres”
(DA13).
La MISIÓN debe encarar la “pastoral de
la fe” y está centrada en torno a tres ejes:
la predicación
la catequesis 1
El subrayado en los documentados citados no es del
la piedad popular. original; es usado par remarcar lo que se quiere seña-
lar.

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estudio

“Los pastores quieren dar ahora un nuevo “Al terminar la Conferencia de Apareci-
impulso a la evangelización, a fin de que estos da, en el vigor del Espíritu Santo, convocamos
pueblos sigan creciendo y madurando en su a todos nuestros hermanos y hermanas, para
fe...” (DA16). que, unidos, con entusiasmo realicemos la
“Hoy, toda la Iglesia en América Latina y Gran Misión Continental. Será un nuevo Pen-
El Caribe quiere ponerse en estado de misión” tecostés que nos impulse a ir, de manera espe-
(DA 213). cial, en búsqueda de los católicos alejados y de
“Esta firme decisión misionera debe im- los que poco o nada conocen a Jesucristo, para
pregnar todas las estructuras eclesiales y todos que formemos con alegría la comunidad de
los planes pastorales de diócesis, parroquias, amor de nuestro Padre Dios. Misión que debe
comunidades religiosas, movimientos y de llegar a todos, ser permanente y profunda”
cualquier institución de la Iglesia” (DA 365). (Mensaje de la V Conferencia a los pueblos de
“La conversión pastoral de nuestras co- América Latina y El Caribe, 5).
munidades exige que se pase de una pastoral
de mera conservación a una pastoral decidida- [B] Navega Mar Adentro
mente misionera” (DA 370).
“Esta V Conferencia... desea despertar la Hemos dicho que permaneciendo vigen-
Iglesia... para un gran impulso misionero. No te el contenido de Líneas Pastorales para
podemos desaprovechar esta hora de gracia. la Nueva Evangelización, con Navega Mar
¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Nece- Adentro “perseguimos idéntico objetivo: alen-
sitamos salir al encuentro de las personas, las tar y sostener una más orgánica y vigorosa
familias, las comunidades y los pueblos para acción evangelizadora...Entregamos Navega
comunicarles y compartir el don del encuentro mar adentro deseando que cada agente pasto-
con Cristo... No podemos quedarnos tranquilos ral se sienta orientado e impulsado a provocar
en espera pasiva en nuestros templos, sino urge el protagonismo de todos los bautizados para
acudir en todas las direcciones...” (DA 548). evangelizar más hondamente a nuestro pue-
“Para convertirnos en una Iglesia llena de blo” (NMA 1).
ímpetu y audacia evangelizadora, tenemos que “Navega Mar Adentro, en cuanto actuali-
ser de nuevo evangelizados y fieles discípu- zación de las Líneas Pastorales para la Nueva
los...” (DA 549). Evangelización, habrá de orientar una nueva
“Es el mismo Papa Benedicto XVI quien etapa en la evangelización de la Argentina me-
nos ha invitado a «una misión evangelizadora diante una acción pastoral más orgánica, reno-
que convoque todas las fuerzas vivas de este vada y eficaz, procurando que todo miembro
inmenso rebaño…: sacerdotes, religiosos, re- del pueblo de Dios, toda comunidad cristiana,
ligiosas y laicos». Es un afán y anuncio misio- todo decanato, parroquia, asociación o movi-
neros que tiene que pasar de persona a persona, miento, se inserten activamente en la pastoral
de casa en casa, de comunidad a comunidad. orgánica de cada diócesis” (NMA 2).
«En este esfuerzo evangelizador, -prosigue el “Somos misioneros porque hemos reci-
Santo Padre-, la comunidad eclesial se destaca bido un bien que no queremos retener en la
por las iniciativas pastorales, al enviar, sobre intimidad... Lo que hemos visto y oído recla-
todo, entre las casas de las periferias urbanas y ma que lo trasmitamos a quienes quieran es-
del interior, sus misioneros»” (DA 550). cucharnos. La Iglesia existe para evangelizar.
“Este despertar misionero, en forma de una Tiene como centro de su misión convocar a
Misión Continental...Buscará poner a la Iglesia todos los hombres al encuentro con Jesucris-
en estado permanente de misión” (DA 551). to” (NMA 15).
“Desde el cenáculo de Aparecida nos “Nada en la Iglesia tiene sentido si no se
disponemos a emprender una nueva etapa de orienta a esta ardiente audacia misionera, ya
nuestro caminar pastoral declarándonos en que ella es evangelizadora por naturaleza”
misión permanente” (Mensaje de la V Confe- (NMA 16).
rencia a los pueblos de América Latina y El “Reconocemos un firme llamado del Es-
Caribe, 4). píritu a través del Papa Juan Pablo II, que nos

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impulsa a inaugurar con firmeza y perseve- un camino de variada participación, hace posi-
rancia una nueva etapa de la evangelización ble la pastoral orgánica, capaz de dar respuesta
de nuestro pueblo. El mandato misionero nos a los nuevos desafíos. Porque un proyecto sólo
introduce en el tercer milenio invitándonos a es eficiente si cada comunidad cristiana, cada
tener el mismo entusiasmo que los cristianos parroquia, cada comunidad educativa, cada
de los primeros siglos” (NMA 98). comunidad de vida consagrada, cada asocia-
“La Iglesia en la Argentina quiere asumir ción o movimiento y cada pequeña comunidad
un nuevo dinamismo pastoral y recrear un in- se insertan activamente en la pastoral orgáni-
tenso ardor evangelizador” (NMA 99). ca de cada diócesis. Cada uno está llamado a

2. Tanto Aparecida como NMA impulsan evangelizar de un modo armónico e integrado


una misión evangelizadora en la que deben en el proyecto pastoral de la Diócesis” (DA
participan todos los miembros del pueblo 169).
de Dios y todas las comunidades eclesiales “Pero, sin duda, no basta la entrega ge-
en un proyecto diocesano de Pastoral Orgá- nerosa del sacerdote y de las comunidades de
nica, conducido por el Obispo. religiosos. Se requiere que todos los laicos
se sientan corresponsables... en la misión...
[A] Aparecida La integración de todos ellos en la unidad
de un único proyecto evangelizador es esen-
“La Diócesis presidida por el Obispo, es cial para asegurar una comunidad misionera”
el primer ámbito de la comunión y la misión. (DA 202).
Ella debe impulsar y conducir una acción pas- “El proyecto pastoral de la Diócesis, ca-
toral orgánica y vigorosa de manera que la mino de pastoral orgánica, debe ser una res-
variedad de carismas, ministerios, servicios y puesta consciente y eficaz para atender las exi-
organizaciones se orienten en un mismo pro- gencias del mundo de hoy, con «indicaciones
yecto misionero para comunicar vida en el programáticas concretas, objetivos y métodos
propio territorio. Este proyecto, que surge de de trabajo, de formación y valoración de los

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agentes y la búsqueda de los medios necesa- del pueblo de Dios, toda comunidad cristiana,
rios, que permiten que el anuncio de Cristo lle- todo decanato, parroquia, asociación o movi-
gue a las personas, modele las comunidades e miento, se inserten activamente en la pastoral
incida profundamente mediante el testimonio orgánica de cada diócesis” (NMA 2).
de los valores evangélicos en la sociedad y en “Es tarea urgente de cada diócesis, pre-
la cultura» (NMI 29). Los laicos deben partici- sidida por el obispo como pastor, lograr que
par del discernimiento, la toma de decisiones, la fuerza viva de Jesucristo y de su Evangelio
la planificación y la ejecución (cf. ChL 51). llegue hasta el último rincón del territorio y
Este proyecto diocesano exige un seguimiento a todos sus sectores y ambientes evangelizan-
constante de parte del obispo, los sacerdotes y do la cultura. Pero esto sólo es posible con la
los agentes pastorales, con una actitud flexi- colaboración del presbiterio, la ayuda de los
ble que les permita mantenerse atentos a los diáconos, la integración de las comunidades
reclamos de la realidad siempre cambiante” de la vida consagrada con sus carismas, y la
(DA 371). participación activa de todos los fieles laicos...
Tenemos por delante la apasionante tarea de
hacer renacer el celo evangelizador, en el hori-
Jesús invita a todos a participar zonte exigente y comprometido de la pastoral
de su misión. ¡Que nadie se quede ordinaria. Pero este acento, no significa que
cada uno realice sus tareas al margen del resto,
de brazos cruzados! (Mensaje de
sino que desarrolle su misión de un modo ar-
la V Conferencia a los pueblos de mónico e integrado en el proyecto pastoral de
América Latina y El Caribe, 4) la diócesis, que surja en un camino de variada
participación: es la llamada pastoral orgánica”
(NMA 70).

“Para que los habitantes de los centros ur- “Invitamos a todas las fuerzas apostólicas:
banos y sus periferias... puedan encontrar en parroquias, comunidades religiosas, colegios
Cristo la plenitud de vida, sentimos la urgen- y universidades, instituciones, asociaciones,
cia de que los agentes de pastoral en cuanto movimientos, grupos y organizaciones laica-
discípulos y misioneros se esfuercen en desa- les, a sentirse llamadas a hacer su aporte inte-
rrollar: grándose activamente en la pastoral orgánica
n Un plan de pastoral orgánico y articu- de la diócesis, desde su identidad y función
lado que integre en un proyecto común a las específica” (NMA 71).
parroquias, comunidades de vida consagrada, “Cada parroquia ha de renovarse en or-
pequeñas comunidades, movimientos e ins- den a aprovechar la totalidad de sus potencia-
tituciones que inciden en la ciudad y que su lidades pastorales para llegar efectivamente
objetivo sea llegar al conjunto de la ciudad” a cuantos les están encomendados. Con sus
(DA 518). organismos e instituciones han de asumir de-
“Jesús invita a todos a participar de su mi- cididamente un estado permanente de misión,
sión. ¡Que nadie se quede de brazos cruzados! en primer lugar dentro de su propio territorio,
(Mensaje de la V Conferencia a los pueblos de dado que la parroquia es para todos los que
América Latina y El Caribe, 4). integran su jurisdicción, tanto para los ya bau-
tizados como para los que todavía ignoran a
[B] Navega Mar Adentro Jesucristo, lo rechazan o prescinden de Él en
sus vidas” (NMA 72).
“Navega Mar Adentro, en cuanto actuali- “Es imprescindible una sabia planifica-
zación de las Líneas Pastorales para la Nueva ción y programación pastoral que sume, inte-
Evangelización, habrá de orientar una nueva gre y brinde orientación a tantos esfuerzos que
etapa en la evangelización de la Argentina me- se vienen realizando en las diócesis del país”
diante una acción pastoral más orgánica, reno- (NMA 87).
vada y eficaz, procurando que todo miembro

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3. Tanto en Aparecida como en NMA la [B] Navega Mar Adentro


misión evangelizadora tiene como destina-
tarios llegar a todos, especialmente a los “Queremos encontrar los modos de llegar
católicos alejados. a todos los bautizados, propiciando su inser-
ción cordial en la vida de la Iglesia, porque la
[A] Aparecida mayor parte de los bautizados no han tomado
plena conciencia de su pertenencia a ella. Se
“La V Conferencia es una oportunidad sienten católicos, pero no siempre miembros
para que todas nuestras parroquias se vuelvan de la Iglesia...La Nueva Evangelización im-
misioneras. Es limitado el número de católicos plica un esfuerzo por salir al encuentro de las
que llegan a nuestra celebración dominical; es mujeres y los varones de nuestros ambientes,
inmenso el número de los alejados, así como el especialmente de los que se sienten más ale-
de los que no conocen a Cristo. La renovación jados, allí donde se hallan y en la situación en
misionera de las parroquias se impone tanto que se encuentran, para ayudarles a experi-
en la evangelización de las grandes ciudades mentar la misericordia del Padre” (NMA 77).
como del mundo rural de nuestro continente, “Destacamos tres acciones que, por sus
que nos está exigiendo imaginación y creativi- características abarcativas y englobantes, son
dad para llegar a las multitudes que anhelan potencialmente muy evangelizadoras y tien-
el Evangelio de Jesucristo. Particularmente, den a alcanzar al mayor número de personas...
en el mundo urbano, se plantea la creación de Cada Iglesia particular habrá de traducirlas en
nuevas estructura pastorales, puesto que mu- programas e iniciativas concretas conforme a
chas de ellas nacieron en otras épocas para sus necesidades y a sus posibilidades pastora-
responder a las necesidades del ámbito rural” les” (NMA 82).
(DA 173). “Nuestra acción pastoral habitual llega a
“El párroco… debe ser un ardoroso mi- atender a un porcentaje pequeño de los bau-
sionero que vive el constante anhelo de buscar tizados. La Nueva Evangelización se dirige,
a los alejados y no se contenta con la simple primaria y principalmente, a los bautizados no
administración” (DA 201) practicantes que todavía no se sienten Iglesia,
“Los Consejos Pastorales Parroquiales pero tienen derecho a recibir de ella la pleni-
tendrán que estar formados por discípulos mi- tud del Evangelio y de la gracia de Jesucristo”
sioneros constantemente preocupados por lle- (NMA 90).
gar a todos” (DA 203). “Es necesario orientar los esfuerzos pas-
“Son muchos los creyentes que no... se in- torales para que cada bautizado pueda vivir
sertan activamente en la comunidad eclesial... plenamente su dignidad de hijo de Dios y, aun
Este fenómeno nos interpela profundamente a en medio de una existencia muy dura, expe-
imaginar y organizar nuevas formas de acerca- rimentar la alegría de pertenecer a la Iglesia”
miento a ellos...” (DA 286). (NMA 91).
“Al terminar la Conferencia de Apareci- “La caridad pastoral de la Iglesia, que en-
da, en el vigor del Espíritu Santo, convoca- tre sus recursos cuenta con una gradual peda-
mos a todos nuestros hermanos y hermanas, gogía, tiene la misión de conducir a sus hijos
para que, unidos, con entusiasmo realicemos hacia una vida cristiana plena. En efecto, mu-
la Gran Misión Continental. Será un nuevo chos no participan en la vida de las comuni-
Pentecostés que nos impulse a ir, de manera dades cristianas, debilitándose su sentido de
especial, en búsqueda de los católicos alejados pertenencia y el crecimiento en la fe. Ante esta
y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, realidad de fragilidad espiritual, cada vez más
para que formemos con alegría la comunidad acentuada, tenemos que poner un particular
de amor de nuestro Padre Dios. Misión que empeño para que, mediante un vigoroso anun-
debe llegar a todos, ser permanente y profun- cio del Evangelio, ningún bautizado quede sin
da” (Mensaje de la V Conferencia a los pue- completar su iniciación cristiana, facilitando
blos de América Latina y El Caribe, 5). la preparación y el acceso a los sacramentos
de la Confirmación, la Reconciliación y la Eu

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caristía. Con suave pero firme persuasión pas- cialmente, a los católicos alejados.
toral, hemos de invitar a participar de una vida Ahora bien, ¿Cuál es la finalidad de esta
cristiana que se distinga por el arte de la ora- misión?
ción, y ponga su mirada en alcanzar la pleni- Aparecida lo expresa así: “Para que nues-
tud de la participación eucarística, sobre todo tros pueblos tengan vida en Él”, en Jesucristo
en la celebración dominical. En tal sentido, las (DA 1).
familias, parroquias, colegios, movimientos y Entonces, la finalidad de la misión evan-
otros organismos eclesiales, han de ofrecer los gelizadora de la Iglesia es comunicar la vida
ámbitos concretos donde los bautizados pue- nueva en Cristo
dan nutrirse de la Palabra de Dios y descubrir
fácilmente la atrayente belleza del seguimien- ¿Qué debe hacer la Iglesia para comunicar
to de Cristo… Todos los esfuerzos, mediante vida?
la implementación del itinerario catequístico Para comunicar la vida, la Iglesia debe
permanente y el asiduo recurso al Catecismo conducir a los hombres y mujeres hacia el en-
de la Iglesia Católica, ha de dirigirse a una cuentro con Jesucristo.
renovación de la catequesis para que cada uno Para comunicar la vida la Iglesia debe po-
de los bautizados experimente cada vez más ner a los hombres en contacto, en comunión
la presencia y la cercanía de Cristo vivo en su con Jesucristo, que es la Vida: “Yo soy la Resu-
Iglesia en la participación en el Sacrificio eu- rrección y la Vida” (Jn. 11, 25).
carístico” (NMA 92). Aparecida dice que la Iglesia anuncia “que
“En esta acción destacada queremos indi- Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la
car dos acentos complementarios: Palabra y la Vida, vino al mundo a hacernos
«partícipes de la naturaleza divina» (2 Ped.
a) Acoger cordialmente a quienes se acer- 1,4), a participarnos de su propia vida. Es la
can a nuestras comunidades… vida trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu
b) No podemos contentarnos con esperar Santo, la vida eterna. Su misión es manifestar
a los que vienen… una comunidad evangeliza- el inmenso amor del Padre, que quiere que sea-
dora se siente movida continuamente a expan- mos hijos suyos” (DA 348).
dir su presencia misionera en todo el territorio Entonces el hombre está llamado a encon-
confiado a su cuidado pastoral… Para ello, cabe trarse con Jesucristo y participar de su Vida.
destacar la importancia de…” (NMA 94): Pero este encuentro con Jesús es un en-
cuentro de fe. El ser discípulo de Jesucristo
n Misiones populares es, por tanto, encontrarse personalmente con el
n Misioneros de manzana Señor, reconocerlo en la fe y seguirlo en la
n Comunidades de base vida.
n Grupos de oración en las casas Como afirma Aparecida “El encuentro con
n Movimientos eclesiales Cristo… se realiza en la fe recibida y vivida en
n Pastoral sectorial la Iglesia” (DA 246).
n Multiplicación de capillas, centros La finalidad última de la misión de la
de culto y de catequesis Iglesia es llevar a los hombres al encuentro
personal con Jesucristo en la fe.
4. Tanto en Aparecida como en Navega Este es el punto central: la fe es el tema
Mar Adentro la misión evangelizadora de fundamental de nuestro discipulado en Cristo
la Iglesia tiene la finalidad de comunicar la y de la misión que Él nos encomienda. Y, por
vida plena a nuestros pueblos mediante el tanto, también de la renovación de la acción
encuentro con Cristo en la fe. pastoral de nuestra Iglesia
Hace alrededor de un año el Papa decía:
Dijimos que tanto Aparecida como Nave- “En la difícil situación de nuestro tiempo, la fe
ga Mar Adentro impulsan una misión evange- debe tener realmente prioridad” (L´ Osservato-
lizadora que debe ser permanente y profunda. re Romano, 17/11/2006).
Esta misión tiene como destinatarios, espe- Mediante la evangelización, por la que se

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trasmite la Palabra revelada por Dios, la Buena co siglos...En la actualidad, esa misma fe ha
Nueva, se busca sembrar en el corazón de los de afrontar serios retos...A este respecto, la V
hombres la semilla de esa Palabra revelada y Conferencia general va a reflexionar sobre esta
suscitar la fe, suscitar el creyente. El objeti- situación para ayudar a los fieles cristianos a
vo de la evangelización es suscitar la fe (y vivir su fe con alegría y coherencia” (DI 1)
consecuentemente la esperanza y la caridad). “Ante la nueva encrucijada, los fieles es-
El objetivo es suscitar hombres creyentes, peran de esta V Conferencia una renovación y
esperanzados, que tengan amor: es suscitar la revitalización de su fe en Cristo” (DI 2).
vida nueva de la gracia. “...«Los pastores quieren dar ahora un
Por lo mismo, en la evangelización, así nuevo impulso a la evangelización, a fin de
como corresponde al evangelizador el anuncio que estos pueblos sigan creciendo y maduran-
de la Buena Nueva, corresponde en el evan- do en su fe» (Benedicto XVI)” (DA 16).
gelizado el acto de prestar fe. “La misión no se limita a un programa o
La fe es la actitud con que el oyente de la proyecto, sino que es compartir la experiencia
Palabra revelada acoge la Buena Nueva. La del acontecimiento del encuentro con Cristo,
escucha no sólo con sus oídos sino abriendo testimoniarlo y anunciarlo de persona a perso-
las puertas de su corazón y de su inteligencia. na, de comunidad a comunidad” (DA 145)
Por la fe “el hombre libremente se entrega to- “«No se comienza a ser cristiano por una
talmente a Dios, le ofrece el pleno homenaje de decisión ética o una gran idea, sino por el en-
su entendimiento y de su voluntad, asintiendo cuentro con un acontecimiento, con una Per-
voluntariamente a lo que Él revela” (DV 5). sona, que da un nuevo horizonte a la vida y,
Evangelizar es anunciar a Jesucristo para con ello, una orientación decisiva» (Benedicto
que éste sea recibido por los hombres median- XVI)... Un encuentro de fe con la persona de
te la fe. Jesús” (DA 243).

La FE es salvífica, pues engendra la vida


eterna: No se comienza a ser cristiano
“Sí, Dios amó tanto al mundo, que entre- por una decisión ética o una gran
gó a su Hijo único para que todo el que cree idea, sino por el encuentro con
en él no muera, sino que tenga Vida eterna” un acontecimiento, con una Per-
(Jn. 3, 16). sona, que da un nuevo horizonte
“Les aseguro que el que escucha mi pala-
a la vida y, con ello, una orienta-
bra y cree en aquel que me ha enviado, tiene
Vida eterna” (Jn. 5,24). ción decisiva.
“Les aseguro el que cree tiene Vida eter-
na” (Jn. 6,47).
“Estos han sido escritos para que ustedes
crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, “El encuentro con Cristo, gracias a la
y creyendo, tengan Vida en su Nombre” (Jn. acción invisible del Espíritu Santo, se rea-
20,31). liza en la fe recibida y vivida en la Iglesia”
“Les he escrito estas cosas, a ustedes que (DA 246).
creen en el nombre del Hijo de Dios, para que “Esto constituye un gran desafío que
sepan que tienen la Vida eterna” (1 Jn. 5,13). cuestiona a fondo la manera como estamos
educando en la fe... O educamos en la fe, po-
Pasemos ahora a los aspectos coincidentes niendo realmente en contacto con Jesucristo e
en los dos documentos que nos ocupan. invitando a su seguimiento, o no cumpliremos
nuestra misión evangelizadora” (DA 287).
[A] Aparecida “El llamado de Jesús en el Espíritu y el
anuncio de la Iglesia apelan siempre a nuestra
“La fe en Dios ha animado la vida y la acogida confiada por la fe. «El que cree en mí
cultura de estos pueblos durante más de cin- tiene la vida eterna»” (DA 349).

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“Ninguna comunidad debe excusarse.....de De acuerdo a lo que venimos diciendo la


abandonar las estructuras caducas que ya no fe debe ser la finalidad de la MISION.
favorezcan la transmisión de la fe” (DA 365). “Esta V Conferencia se propone «la gran
tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo
[B] Navega Mar Adentro de Dios, y recordar también a los fieles de este
continente que, en virtud de su bautismo están
“La Nueva Evangelización ha de conducir llamados a ser discípulos y misioneros de Je-
a un encuentro con la eterna novedad de Cristo sucristo« (Benedicto XVI)”(DA 10).
vivo para alcanzar en Él vida eterna. La Iglesia Aparecida subraya que somos discípulos-
en América necesita hablar cada vez más de misioneros de Jesús.
Jesucristo” (NMA 53). La relación que une al discípulo-misione-
“El primer servicio de la Iglesia a los ro con Jesús no es, en primer lugar, de orden
hombres es anunciar la verdad sobre Jesucris- intelectual, sino la adhesión a su Persona por
to” (NMA 95). la fe.
Líneas Pastorales para la Nueva Evan- El discípulo es el que sigue al Señor y se
gelización impulsó “una acción pastoral más adhiere con todo su ser a la persona de Jesús
orgánica, orientada por líneas comunes de por la fe. Así lo ha recordado claramente el
contenido, espíritu y acción” Documento de Aparecida (n. 243) citando la
El “contenido” de las Líneas Pastorales encíclica Deus Caritas Est del Papa Benedicto
para la Nueva Evangelización “permanece XVI: “No se comienza a ser cristiano por una
vigente” (NMA 1). decisión ética o una gran idea, sino por el en-
Estas Líneas nos dicen que: cuentro…con una Persona” (n. 2).
“La Iglesia necesita, con su predicación y También la fe es la clave del misionero.
su testimonio, suscitar , consolidar y madurar El Papa Juan Pablo II nos dice en Redemptoris
en el pueblo la fe en Dios, Padre de nuestro Missio: “La misión es un problema de fe, es el
Señor Jesucristo, presentándola como un po- índice exacto de nuestra fe en Cristo” (n. 11).
tencial que sana, afianza y promueve la dig- Entonces tenemos que alimentar la fe de
nidad del hombre” («para que tengan vida») nuestros fieles. La fe íntegra, es decir, no sólo
(LPNE 16). creer en las verdades de la fe sino la fe en
“El Papa afirma que los primeros misione- cuanto adhesión personal a Cristo.
ros de América Latina, cuyas «huellas» hemos Debemos fortalecer la fe en cuanto entre-
de seguir, «tuvieron desde el principio una ga amorosa y comprometida al Señor. La fe es
clara conciencia, válida siempre, de su misión: una decisión que compromete toda la vida. Por
que el evangelizador ha de elevar al hombre, eso creer lleva a concretar la fe en la vida y se
dándole, ante todo la fe»... En la misma línea, hace testimonio creyente. Es lo que nos dice
nosotros subrayamos que el objetivo central de San Pablo: “Ustedes han manifestado su fe
la misión de la Iglesia, consiste en comunicar con obras” (1 Tes. 1,3).
la fe cristiana, mediante el testimonio de vida Debemos ir a la raíz de nuestra vida re-
y de palabra... La iglesia ha sido instituida por ligiosa, a su principio interior y originario, es
El (Cristo) para anunciar y celebrar la fe en su decir, a la fe para tratar de fortalecerla, reno-
persona, promoviendo una vida humana cohe- varla y confesarla con la vida.
rente con ella” (LPNE 18). En la medida en que nuestra fe crezca se-
remos de verdad discípulos del Señor y autén-
segunda PARTE ticos misioneros, “testigos de la luz” y “profe-
La Misión Continental tas del Dios viviente”.
Por cierto, de la fe en Cristo deriva una vi-
1. La Pastoral de la fe es la tarea de la MI- sión del hombre que contribuye a confirmar y
SIÓN CONTINENTAL. dar un nuevo fundamento a su dignidad, a sus
derechos y deberes y, por aquí, a promover una
Aparecida nos convoca a una MISIÓN en historia humana más humana (cf. LPNE 20).
el Continente. El Papa Benedicto XVI en el Discurso de

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Aparecida dijo: “Estos pueblos anhelan, sobre debemos alimentar la fe de los católicos no
todo, la plenitud de vida que Cristo nos ha traí- practicantes.
do: «Yo he venido para que tengan vida y la Entonces deberíamos encarar la MISIÓN
tengan en abundancia» (Jn. 10,10). Con esta como la Pastoral de la fe: fortalecer la fe, tanto
vida divina se desarrolla también en plenitud de los agentes de pastoral como de los fieles
la existencia humana, en su dimensión perso- alejados.
nal, familiar, social y cultural” (DI 4).
En este sentido la fe tiene una proyección 2. La predicación, la catequesis y la piedad
social. La fe debe mostrar toda su eficacia en popular.
la transformación de nuestra vida social. Nues-
tra fe cristiana tiene que ordenar las realidades La MISIÓN debe, entonces, encarar la
temporales conforme al Evangelio. pastoral de la fe en torno a estos tres ejes: la
El objetivo de la evangelización es anun- predicación, la catequesis y la piedad popular
ciar o proponer a Jesucristo como Salvador del En este sentido, me parece que, la Con-
mundo, para que sea recibido mediante la fe y ferencia Episcopal debería ayudar trazando
el bautismo y para que la fe se despliegue en líneas pastorales en esta dirección.
una vida cristiana regida por el mandamiento
nuevo del amor. [A] La predicación

Así la tarea de la Iglesia es, ante todo, Muchas veces Mons. Giaquinta habló de
comunicar la fe cristiana: suscitarla, ali- la necesidad de que los obispos abordásemos
mentarla, consolidarla, madurarla. Pedro le el tema de la predicación.
dijo al paralítico que pedía limosna a la entra- Las Líneas Pastorales para la Nueva
da del Templo: “No tengo plata ni oro, pero te Evangelización planteaban esta preocupa-
doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo ción diciendo: “Las respuestas a la Consulta
de Nazaret, levántate y camina” (Hech. 3,6). al Pueblo de Dios reflejan, con alto índice, la
La Iglesia como Pedro debe ofrecer la fe, existencia de homilías superficiales y poco
invitar a la fe, proponer la fe, sostener la fe. preparadas, como también alejadas de la vida
Me parece que esta debe ser la finalidad real”. Y agregaba: “Exhortamos a los forma-
de la MISIÓN que nos encomienda el Docu- dores de nuestros seminarios mayores a prepa-
mento de Aparecida y que está en consonancia rar especialmente a los seminaristas para este
con Navega Mar Adentro. ministerio. Invitamos a la vez a los diáconos y
Como Iglesia debemos evangelizar, es de- sacerdotes a realizar un cambio muy serio en
cir suscitar y madurar la fe de nuestros fieles, este aspecto,. Se trata de ser profundos, claros
simultáneamente, en el ámbito de la pastoral y breves, recurriendo a un lenguaje compren-
ordinaria y en el ámbito de la Nueva Evange- sible y sencillo en el ejercicio del ministerio
lización. de la Palabra viva y eficaz” (LPNE 51).
En el ámbito de la Pastoral Ordinaria de- Me parece que el tema de la predicación
bemos fortalecer la fe de los cristianos practi- sigue siendo una deuda pendiente.
cantes, de los agentes de pastoral: sacerdotes, La fe brota sólo en presencia del kerigma
consagrados y laicos. o del anuncio: “¿Cómo creer, -escribe San
En el ámbito de la Nueva Evangelización Pablo hablando de la fe en Cristo- sin haber
oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él,
si nadie lo predica?” (Rom. 10,14). Y conclu-
ye: “La fe, por lo tanto, nace de la predica-
ción y la predicación se realiza en virtud de
la Palabra de Cristo” (Rom. 10,17).
Hoy es necesaria una predicación kerigmática
para suscitar la fe donde todavía no está, o está
muerta.
La fe viene, por tanto, de la escucha de

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la predicación. Nos podemos preguntar si no es el mo-


Es necesario que el anuncio fundamental mento de encarar la preparación de catecismos
sea propuesto nítidamente a todos, teniendo en para niños, jóvenes y adultos, dejando en li-
cuenta que la mayoría de los fieles no han pa- bertad a cada Obispo para que los utilice o no.
sado por el catecumenado. Ya el Papa Juan Pablo II, en el discurso
Hay que reconocer que algunos de los nue- del 11 de octubre de 1984 en Santo Domingo,
vos movimientos eclesiales son el lugar donde en donde propuso una novena de años en pre-
muchos jóvenes y adultos tuvieron la oportu- paración a la celebración de los 500 años de la
nidad de escuchar el kerigma y encontrarse evangelización de América Latina, habló so-
personalmente con Jesucristo. Preguntémonos bre la necesidad de hacer un ilusionado esfuer-
si sucede los mismo en nuestras parroquias. zo catequístico y dijo que el mejor homenaje
Al proponer el tema de la predicación no a los primeros misioneros de América Latina
me refiero solamente y principalmente a que sería organizar a escala diocesana y nacional
preparemos esquemas de predicación para una intensa acción catequética.
nuestros sacerdotes. Más bien pienso en revi- La catequesis es una acción prioritaria en
sar con nuestros sacerdotes cómo son nuestras el conjunto de las acciones pastorales de la
homilías. Iglesia.
La proclamación del kerigma tendría que La catequesis es el camino privilegiado de
ocupar un lugar en nuestras predicaciones do- la Nueva Evangelización.
minicales y en los momentos fuertes de la vida Una catequesis al servicio de la Nueva
cristiana como ser la muerte, la enfermedad, el Evangelización ha de ser una catequesis evan-
nacimiento de un hijo, etc. gelizadora: esto significa que debemos partir
de la debilidad de la fe de nuestra gente. Por
[B] La catequesis eso cuando hacemos catequesis siempre debe-
mos comenzar por despertar la fe, por susci-
El tema de la catequesis nos preocupa tar la fe. Debemos fortalecer la fe de nuestros
desde hace años. cristianos.
Las Líneas Pastorales ya hablaron sobre La catequesis ha de llegar a todos, especial-
la importancia de la catequesis de niños, ado- mente a los más alejados. Por eso hay que salir
lescentes y adultos, y de la necesidad de imple- a buscarlos y no sólo esperar a que lleguen.
mentar el itinerario catequístico permanente. Una catequesis al servicio de la Nueva
Navega Mar Adentro retoma esta preocu- Evangelización ha de ser una catequesis mi-
pación por la catequesis: “Ante esta realidad sionera.
de fragilidad espiritual, cada vez más acen- La catequesis misionera ha de acoger con
tuada, tenemos que poner un particular em- esmero y delicadeza a los cristianos alejados,
peño para que, mediante un vigoroso anuncio que solicitan los sacramentos para sí o para
del Evangelio, ningún bautizado quede sin sus hijos.
completar su iniciación cristiana, facilitando No podemos excluir a nadie y no imponer
la preparación y el acceso a los sacramentos métodos de catequesis tan estrictos que, en la
de la Confirmación, la Reconciliación y la práctica, constituyan una barrera.
Eucaristía… Todos los esfuerzos, mediante
la implementación del itinerario catequístico
permanente y el asiduo recurso al Catecismo
de la Iglesia Católica, han de dirigirse a una
renovación de la catequesis para que cada uno
de los bautizados experimente cada vez más
la presencia y cercanía de Cristo vivo en su
Iglesia en la participación en el Sacrificio eu-
carístico” (n. 92).
Me parece que debemos acelerar este
tema. Ya llevamos muchos años.

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[C] La piedad popular parte de la Iglesia y una forma de ser misione-


ros” (264).
Navega Mar Adentro tiene reflexiones Por tanto, me parece que, además de la
muy valiosas sobre la piedad popular. Por predicación y la catequesis, la MISIÓN debe
ejemplo, en los números 33, 76, 91 y 94. Al tratar el tema de la piedad popular en orden a
preparar NMA se insistió en un texto breve y fortalecer la fe de nuestros fieles.
que luego se podrían sacar “subsidios” sobre
algunos temas. Uno puede ser, precisamente, 3. Ejes transversales de la MISIÓN.
el de la piedad popular.
También Aparecida considera el tema de La Misión debe tener dos ejes transversales:
la piedad popular. Al tratar los lugares del en-
cuentro con Jesucristo pone en lugar destacado [A] La animación bíblica de toda la
La piedad popular como espacio de encuentro pastoral
con Jesucristo (DA 258-265). Allí Aparecida La Misión debe tener un fuerte conteni-
dice: “La piedad popular es «un imprescindi- do bíblico. Es una oportunidad para promover
ble punto de partida para conseguir que la fe una adecuada pastoral bíblica y hacer accesi-
del pueblo madure y se haga más fecunda» ble la Biblia en los hogares.
(Congregación para el Culto Divino y la Dis-
ciplina de los Sacramentos, Directorio sobre [B] Una fuerte espiritualidad mariana
la piedad popular y la Liturgia, n. 64)” (262). María es el camino seguro para encontrar
Y también: “La piedad popular es una mane- a Jesús. Los pueblos de América por María lle-
ra legítima de vivir la fe, un modo de sentirse garon al encuentro con el Señor. w

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documento

[ C o m i s i ó n E s p e c i a l pa r a l a M i s i ó n C o n t i n e n ta l ]
CELAM. Colombia

LA MISIÓN CONTINENTAL
PARA UNA IGLESIA MISIONERA

Después de reunirse los días 28 y 29 del mes de noviembre de 2007 en la sede del CELAM en
Bogotá, Colombia, la Comisión Especial para la Misión Continental elaboró un plan que servirá
de base para la planificación y proyección de la Misión Continental que, como ha sugerido Apa-
recida, tendrá carácter de permanente y se desarrollará tomando en cuenta los distintos niveles
de Iglesia.
La Comisión Especial está conformada por arzobispos y obispos coordinados por Mons.
Víctor Sánchez, Secretario General del CELAM y lo completan 6 teólogos pastoralistas expertos
en misión. La conformación del equipo fue hecha por la Presidencia del CELAM después de
oídas las sugerencias de las Conferencias Episcopales y manteniendo representatividad de las 4
regiones o zonas pastorales del Continente.
Así mismo la Comisión Especial para la Misión Continental señaló lo que pueden ser los
roles a desenvolver por el CELAM, las Conferencias Episcopales y las diócesis para la concre-
tización de la misión.
El plan en sus detalles fue presentado a la Presidencia del CELAM y en reuniones con los
Presidentes y los Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales realizadas entre el 3 y 7
de marzo de 2008 en las cuales se hicieron aportes y correcciones al mismo.
Teniendo en cuenta los dos movimientos simultáneos que componen la invitación a un nuevo
estilo misionero en América Latina (conversión pastoral – acciones misioneras), el documento
consta de dos partes bien diferenciadas.
La primera tiene que ver más con la conversión pastoral donde se busca renovar las acciones
y estructuras ordinarias de pastoral desde una actitud misionera y de modo permanente. La segun-
da parte da orientaciones y sugerencias para implementar acciones y gestos concretos de misión.
Un estilo renovado misionero debe ir acompañado de gestos y acciones concretas de misión.

I. UNA IGLESIA MISIONERA del Señor de “ir y hacer discípulos entre todos
EN EL CONTINENTE los pueblos”1, desea despertar un gran impulso
misionero en la Iglesia en América Latina y
1. El espíritu nos impulsa a la El Caribe. Esta es, sin duda alguna, una de las
Misión principales conclusiones de ese gran encuen-

El documento conclusivo de la V Confe-


rencia de Aparecida, recordando el mandato 1
Mt. 28, 20

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66 NUM. 41 • ABRIL 2008
documento

tro eclesial. Este impulso misionero se puede cuentro de las personas, las familias, las co-
desglosar en cuatro consecuencias prácticas: munidades y los pueblos para comunicarles y
compartir el don del encuentro con Cristo, que
n aprovechar intensamente esta hora de ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de ver-
gracia; dad y amor, de alegría y de esperanza!”4.
n implorar y vivir un nuevo Pentecostés Así, la misión nos lleva a vivir el encuen-
en todas las comunidades cristianas; tro con Jesús como un dinamismo de con-
n despertar la vocación y la acción misio- versión personal, pastoral y eclesial capaz de
nera de los bautizados, y alentar todas las vo- impulsar hacia la santidad y el apostolado a
caciones y ministerios que el Espíritu da a los los bautizados, y de atraer a quienes han aban-
discípulos de Jesucristo en la comunión viva donado la Iglesia, a quienes están alejados del
de la Iglesia. influjo del evangelio y a quienes aún no han
n salir al encuentro de las personas, las experimentado el don de la fe.
familias, las comunidades y los pueblos para Esta experiencia misionera abre un nuevo
comunicarles y compartir el don del encuentro horizonte para la Iglesia de todo el continente
con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de que quiere “recomenzar desde Cristo” reco-
“sentido”, de verdad y amor, de alegría y de rriendo junto a El un camino de maduración
esperanza2. que nos capacite para ir al encuentro de toda
El Espíritu Santo nos precede en este ca- persona, hablando el lenguaje cercano del tes-
mino misionero. Por eso confiamos que este timonio, de la fraternidad, de la solidaridad.
testimonio de Buena Nueva constituya, a la
vez, un impulso de renovación eclesial y de 3. LA IGLESIA EN MISIÓN
transformación de la sociedad. PERMANENTE

2. NATURALEZA Y FINALIDAD DE LA La Iglesia en América Latina y El Cari-


MISIÓN be quiere ponerse en “estado permanente de
misión”5. Se trata de fortalecer la dimensión
La misión es parte constitutiva de la misionera de la Iglesia en el Continente y des-
identidad de la Iglesia llamada por el Señor de el Continente. Esto conlleva la decisión
a evangelizar a todos los pueblos. “Su razón de recorrer juntos un itinerario de conversión
de ser es actuar como fermento y como alma que nos lleve a ser discípulos misioneros de
de la sociedad, que debe renovarse en Cris- Jesucristo. En efecto, “discipulado y misión
to y transformarse en familia de Dios”3. Por son como las dos caras de una misma medalla:
eso, la misión que se realice como fruto del cuando el discípulo está enamorado de Cristo,
encuentro de Aparecida debe, ante todo, ani- no puede dejar de anunciar al mundo que sólo
mar la vocación misionera de los cristianos, él nos salva (cf. Hch 4, 12)”6.
fortaleciendo las raíces de su fe y despertando El “estado permanente de misión” implica
su responsabilidad para que todas las comuni- ardor interior y confianza plena en el Señor,
dades cristianas se pongan en estado de misión como también continuidad, firmeza y cons-
permanente. tancia para llevar “nuestras naves mar aden-
Se trata de despertar en los cristianos la tro, con el soplo potente del Espíritu Santo,
alegría y la fecundidad de ser discípulos de sin miedo a las tormentas, seguros de que la
Jesucristo, celebrando con verdadero gozo el Providencia de Dios nos deparará grandes
“estar-con-Él” y el “amar-como-Él” para ser sorpresas”7. El mismo Espíritu despertará en
enviados a la misión. “No podemos desapro- nosotros la creatividad para encontrar formas
vechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un
nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al en-

4
DA, 548.
5
DA 213 y 551.
2
Documento de Aparecida-DAp 567. 6
DI 3
3
GSp 40 7
DA, 551.

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NUM. 41 • ABRIL 2008 67
documento

diversas para acercarnos, incluso, a los am-


bientes más difíciles, desarrollando en el mi-
sionero la capacidad de convertirse en “pesca-
dor de hombres”.
En fin, “estado permanente de misión”
implica una gran disponibilidad a repensar y
reformar muchas estructuras pastorales, te-
niendo como principio constitutivo la “espiri-
tualidad de la comunión”1 y de la audacia (o,
por ejemplo, disponibilidad) misionera. Lo
principal es la conversión de las personas. No
cabe duda2. Pero ello debe llevar naturalmente las personas y los pueblos latinoamericanos
a forjar estructuras abiertas y flexibles capa- como acontecimiento fundante y encuentro
ces de animar una misión permanente en cada vivificante con Cristo. Él se manifiesta como
Iglesia Particular. novedad de vida y de misión en todas las di-
mensiones de la existencia personal y social.
LA MISIÓN CONTINENTAL Esto requiere, desde nuestra identidad católi-
ca, una evangelización mucho más misionera,
4. UNA ACCIÓN MISIONERA CONTI- en diálogo con todos los cristianos y al servi-
NENTAL PARA UNA IGLESIA EN MI- cio de todos los hombres.”6.
SIÓN PERMANENTE A esto nos ayuda la próxima realización
del Congreso Misionero Latinoamericano-
“A la pregunta ¿para qué la misión? res- COMLA8 y el Congreso Americano Misione-
pondemos con la fe y la esperanza de la Igle- ro-CAM3, lo mismo que el Sínodo de la Pala-
sia: nuestra misión es compartir la Vida que bra y la celebración del Año Paulino en 2009.
nos transmite Cristo.3 “El Amor es el que da
la vida; por eso la Iglesia es enviada a difun- [A] La misión es un rasgo constitutivo
dir en el mundo la caridad de Cristo, para que de la Iglesia.
los hombres y los pueblos “tengan vida y la Un objetivo esencial de la Misión Conti-
tengan en abundancia” (Jn 10, 10).”4 De esta nental es tomar conciencia de que la dimen-
manera la Iglesia es “misionera sólo en cuan- sión misionera es parte constitutiva de la iden-
to discípula, es decir, capaz de dejarse atraer tidad de la Iglesia y del discípulo del Señor.
siempre, con renovado asombro, por Dios que Por eso, a partir del Kerigma, ella pretende
nos amó y nos ama primero (Cf. 1 Jn 4, 10).5 vitalizar el encuentro con Cristo vivo y forta-
Este dinamismo misionero se da en un lecer el sentido de pertenencia eclesial, para
momento muy propicio. “Cuando muchos de que los bautizados pasen de evangelizados a
nuestros pueblos se preparan para celebrar el evangelizadores y, a través de su testimonio y
bicentenario de su independencia, nos encon- acción evangelizadora, nuestros pueblos lati-
tramos ante el desafío de revitalizar nuestro noamericanos y caribeños llegan a tener Vida
modo de ser católico y nuestras opciones per- plena en Él.
sonales por el Señor, para que la fe cristiana Para lograr ese objetivo “todos los bauti-
arraigue más profundamente en el corazón de zados estamos llamados a “recomenzar desde
Cristo”, a reconocer y seguir su Presencia con
la misma realismo y novedad, el mismo poder
de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo
su encuentro con los primeros discípulos a las
1
Cf. Juan Pablo II, NMI 43
orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los
2
Cf DA 10
3
RMi 11. “Juan Diego” del Nuevo Mundo. Sólo gracias
4
Benedicto XVI, Homilía de inauguración del V CELAM,
13 mayo 2007.
5
Benedicto XVI, Homilía de inauguración del V CELAM,
13 mayo 2007. 6
DA 13

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a ese encuentro y seguimiento, que se convier- cada vez más en ella “la perla preciosa” que
te en familiaridad y comunión, por desborde es Jesucristo, y sea siempre nuevamente evan-
de gratitud y alegría, somos rescatados de gelizada en la fe de la Iglesia y por su vida
nuestra conciencia aislada y salimos a comu- sacramental”11.
nicar a todos la vida verdadera, la felicidad y n La presentación de la vida de los santos,

esperanza que nos ha sido dado experimentar en especial de la Virgen María, como páginas
y gozar”7. encarnadas del evangelio que tocan el corazón
y motivan el camino del discípulo hacia Jesús
[B] Medios para la Misión. y del misionero hacia la gente.
“Por esto, hay que educar al pueblo en
a. Beber de la Palabra, lugar de encuen- la lectura y la meditación de la Palabra: que
tro con Jesucristo ella se convierta en su alimento para que, por
Si el objetivo central de la Misión es lle- propia experiencia, vea que las palabras de
var a las personas a un verdadero encuentro Jesús son espíritu y vida (cf. Jn 6,63). De lo
con Jesucristo, el primer espacio de encuentro contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje
con El será el conocimiento profundo y viven- cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo?
cial de la Palabra de Dios, de Jesucristo vivo, Hemos de fundamentar nuestro compromiso
en la Iglesia, que es nuestra casa.8. misionero y toda nuestra vida en la roca de la
La proclamación alegre de Jesucristo Palabra de Dios”12.
muerto y resucitado, a quien buscamos, y al
“que Dios ha constituido Señor y Mesías” b. Alimentarse de la Eucaristía
(Hech 2,36), ya es encuentro con la Palabra Un segundo medio para la misión es la Sa-
Viva, con Jesús mismo, la Palabra que salva. grada Liturgia, en especial, los sacramentos de
Para entrar y permanecer en este lugar de la Iniciación Cristiana, signos que expresan y
encuentro con Cristo que es la Palabra, instru- realizan la vocación de discípulos de Jesús a
mento privilegiado de la misión, hay que des- cuyo seguimiento somos llamados. De forma
tacar cinco metas particulares: significativa, la Eucaristía es lugar privilegia-
n el fomento de la “pastoral bíblica”, do del encuentro del discípulo con Jesucristo.
entendida como “animación bíblica de la Y es, a la vez, fuente inagotable de la voca-
pastoral, que sea escuela de interpretación o ción cristiana y del impulso misionero; “allí,
conocimiento de la Palabra, de comunión con el Espíritu Santo fortalece la identidad del dis-
Jesús u oración con la Palabra, y de evange- cípulo y despierta en él la decidida voluntad
lización inculturada o de proclamación de la de anunciar con audacia a los demás lo que ha
Palabra”9; escuchado y vivido”13.
n la formación en la Lectio divina, o ejer- Dentro de este segundo medio misionero,
cicio de lectura orante de la Sagrada Escritu- hay que destacar cuatro metas particulares:
ra10, y su amplia divulgación y promoción;
la predicación de la Palabra, de manera n Conducir, mediante la iniciación cris-
que realmente conduzca al discípulo al en- tiana, a la incorporación viva en la comuni-
cuentro vivo, lleno de asombro, con Cristo, y dad, cuya fuente y cumbre es la celebración
a su seguimiento en el hoy de la vida y de la eucarística, y dedicar tiempo y atención al
historia; seguimiento de quienes son incorporados a la
n el fortalecimiento, a la luz de la Pala- comunidad;
bra de Dios, del tesoro de la piedad popular n Cultivar en la celebración eucarística su

de nuestros pueblos, “para que resplandezca dimensión de renovación de la Nueva y Eterna


Alianza, lugar de encuentro con el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, con los ángeles, los

7
DA 549
8
Cf. DA 246 11
DA 549
9
DA 247 12
DI 3
10
DA 248 13
DA 251

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santos y entre los hermanos, de ofrecimiento nivel parroquial, para que la parroquia sea en
de la vida del discípulo, cargando con su cruz, verdad una comunidad de comunidades6;
a la vez que de envío misionero. n animar a las comunidades de Vida Con-

n fomentar el estilo eucarístico de la vida sagrada para que busquen compartir su tes-
cristiana, y recrear y promover la “pastoral timonio de comunión misionera con la gran
del domingo”1, dándole “prioridad en los pro- comunidad eclesial;
gramas pastorales”2, para un nuevo impulso a
la evangelización del pueblo de Dios3; Donde están dos o tres reuni-
n en los lugares donde no sea posible la

Eucaristía, fomentar la celebración dominical dos en mi nombre, allí estoy yo


de la Palabra, “que hace presente el Misterio
en medio de ellos. (Mt 18, 20)
Pascual en el amor que congrega (cf. 1Jn 3,
14), en la Palabra acogida (cf. Jn 5, 24-25) y
en la oración comunitaria (cf. Mt 18, 20)”4.
n todo esto orientado a la renovación de

c. Construir la Iglesia como casa y es- las estructuras pastorales, a fin de impulsar
cuela de comunión una nueva forma de ser Iglesia: más fraterna,
Un tercer espacio de encuentro con Jesu- expresión de comunión, más participativa y
cristo es la vida comunitaria. “Jesús está pre- más misionera7.
sente en medio de una comunidad viva en la fe
y en el amor fraterno. Allí Él cumple su pro- d. Servir a la sociedad, en especial, a los
mesa: “Donde están dos o tres reunidos en mi pobres
nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt Un cuarto medio de encuentro con Jesu-
18, 20)”5. Formar comunidad implica abrazar cristo y de acción misionera es el servicio a
el estilo de vida de Jesús, asumir su destino la sociedad para que nuestros pueblos tengan
pascual con todas sus exigencias, participar la vida de Cristo y, de un modo especial, el
en su misión, estar en actitud de permanente servicio a los pobres, enfermos y afligidos8
conversión y mantener la alegría del discípulo “que reclaman nuestro compromiso y nos dan
misionero en el servicio al Reino. testimonio de fe, paciencia en el sufrimiento y
Dentro de este tercer medio para la misión, constante lucha para seguir viviendo”9.
hay que destacar cinco metas particulares: Dentro de este cuarto medio para la misión,
n fomentar la conciencia de comunión a hay que destacar cuatro metas particulares:
nivel familiar para que cada hogar se convierta n la fraternidad con los más pobre y
en una iglesia doméstica, en un santuario de afligidos, hermanos nuestros en quienes nos
la vida, donde se le valora como don de Dios encontramos y servimos al Señor, y la de-
y se forma en ese sentido a las personas, una fensa de los derechos de los excluidos10, ya
verdadera escuela en la fe, un espacio en que que allí se juega la fidelidad de la Iglesia a
crecen misioneros de la esperanza y de la paz; Jesucristo11;
n formar pequeñas comunidades cris- n la renovación y fortalecimiento de la

tianas, abiertas y disponibles, en sus diversas pastoral social, a fin de que exprese en sig-
formas y expresiones. Cultivar en ellas la pas- nos concretos la opción preferencial por los
toral de la acogida para que las personas expe- pobres y excluidos, especialmente con las
rimenten su pertenencia a la Iglesia de modo personas que viven en la calle, con los mi-
personal y familiar; grantes, los enfermos, los adictos dependien-
n profundizar la dimensión comunitaria a

6
Cf RMi 20
1
Cf Sacranentum Caritatis 7
DA 379
2
DI 4 8
Cf. Mt 25, 37-40
3
DA 252 9
DA 257
4
DA 253 10
DA 257
5
DA 256 11
NMI 49

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tes, los niños en situaciones de riesgo y los 5. LA PEDAGOGÍA DE LA ACCIÓN MI-


detenidos en las cárceles12; SIÓN CONTINENTAL
n la atención pastoral de los constructores

de la sociedad, que tienen la misión de for- [5.1] Cinco aspectos de un proceso


jar estructuras justas, que estén al servicio de evangelizador
la dignidad de las personas y de sus familias; En el proceso de formación de los discí-
como asimismo de los comunicadores socia- pulos misioneros “destacamos cinco aspectos
les, para que alienten el crecimiento de una cul- fundamentales, que aparecen de diversa mane-
tura que sea manifestación del reinado de Dios. ra en cada etapa del camino, pero que se com-
n el apoyo decidido a todas aquellas per- penetran íntimamente y se alimentan entre sí”:
sonas e instituciones que “dan testimonio de ell Encuentro con Jesucristo. la Conversión.
lucha por la justicia, por la paz y por el bien el Discipulado. la Comunión y la Misión14.
común, algunas veces llegando a entregar la Esto implica:
propia vida”13. n conocer las búsquedas de las personas

-y los pueblos- que Dios nos confía, y llevarlas


Los medios de la misión, en su conjunto, a un encuentro con Jesucristo vivo,
deben ser nuestro instrumento para lograr la n que suscita una actitud de conversión,

gran meta: impulsar la realización de la Mi- n y la decisión de seguir los pasos de Jesús,

sión Continental de tal forma que las Iglesias n para que, viviendo en común-unión con

del continente se pongan en estado de misión. Cristo, como con-vocados por Él15, dentro de
Esto significa que la acción misionera intensi- la comunión de la Iglesia, crezca y sea vivo un
va sea tan motivadora, que asuman la misión fuerte sentido de pertenencia eclesial,
permanente como plan pastoral. n y un proceso de formación integral,
kerigmática, permanente, procesual, diversifi-
e. Simultaneidad y signos compartidos cada y comunitaria, que contemple el acompa-
Para ser “continental” se requiere la visi- ñamiento espiritual,
bilización latinoamericana y caribeña de cier- n los bautizados asuman su compromiso

tos momentos de la acción misionera, es decir, misionero y pasen de evangelizados a evange-


alguna simultaneidad y signos compartidos: lizadores, a fin de que el Reino de Dios se haga
n el tríptico obsequiado por el Papa Be- presente y así nuestros pueblos latinoamerica-
nedicto XVI en Aparecida, acompañado de una nos y caribeños tengan vida en Él.
sencilla catequesis sobre su simbología de fe;
n la oración propuesta por el mismo Papa Estas dimensiones del camino podemos
para preparar la V Conferencia y aquella con explicarlas con palabras que encontramos en
que termina su Discurso Inaugural; el mismo evangelio, y que describen el pro-
n el logo utilizado en Aparecida puede ceso de encuentro, formación y envío, de
seguir siendo distintivo para los misioneros quienes reciben la vocación de ser discípulos
y para los subsidios que se preparen para esa misioneros para que los pueblos tengan vida
labor; en Cristo16:
n a éstos signos pueden asociarse otros n Todo comienza con una pregunta:
actos inspirados y ojalá simultáneos relacio- “¿Qué buscan?” (Jn 1, 38). Comenta el docu-
nados con solemnidades litúrgicas, como la mento de Aparecida 279 a: “Quienes serán sus
Encarnación o Pentecostés, o fiestas Maríanas discípulos ya lo buscan. Se ha de descubrir el
especialmente de las advocaciones de Apare- sentido más hondo de la búsqueda, y se ha de
cida (12.10) y Guadalupe (12.12). propiciar el encuentro con Cristo que da ori-
gen a la iniciación cristiana”. (Búsqueda)

34
cf. DA 278
12
Cf DA 399-430 15
cf. DA 154 y 156
13
DA 256 16
cf. DA 244, 245, 276, 278

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n Los discípulos, que quieren encontrarse comunidad… que sale al encuentro de los
con Cristo, le preguntan: “Maestro, ¿dónde alejados, se interesa por su situación, a fin de
vives?” (Jn 1. 38). Jesucristo los invita a vivir reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a vol-
una experiencia: “Vengan y lo verán” (Jn 1, ver a ella”1.
39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” Hay que ser concientes que sólo surgirán
(Jn 14, 6). (Encuentro) discípulos misioneros si en el proceso enun-
n Encontrado a Felipe le dijo: “Sígueme”, ciado, nuestras comunidades se comprometen
y más tarde, junto al lago de Galilea, asom- con la evangelización de los bautizados que no
brados por la enseñanza del Maestro y por la tienen conciencia de ser discípulos, acompa-
pesca milagrosa, también Pedro, Andrés, San- ñándolos para que puedan vivir una madura-
tiago y Juan, “dejándolo todo, le siguieron”. ción paulatina hacia la voluntad de servicio y,
(Conversión y Discipulado) así, respondan al envío que el Señor les da por
n Los llamó “para que estuvieran con él” medio de la Iglesia.
(Mc 3, 14) y “permanecieran en su amor”, En esta vivencia, la renovación de la con-
formando una comunidad de discípulos, que versión personal y pastoral de los pastores y
más tarde fue conocida por su solidaridad, y de todos los consagrados es un elemento indis-
por su unidad en la oración, en la fracción del pensable para que el testimonio coherente de
pan y en la enseñanza de los apóstoles. (Co- vida sea el cimiento pedagógico fundamental.
munión)
n Pero la llamada de Jesús al discipulado [5.2] Caminos hacia el encuentro con
es inseparable de la vocación misionera. Ya en Cristo
el encuentro a orillas del lago les manifiesta su Una auténtica propuesta de encuentro con
propósito: “Os haré pescadores de hombres”, Jesucristo debe tener en cuenta los siguientes
y cuando llama a los doce les dice explícita- elementos:
mente que los llama para “enviarlos a predi- n Una experiencia de la presencia de Je-

car” (Mc 3, 14). Y antes de ascender a los cie- sucristo en la vida personal y comunitaria del
los, los envía “a hacer discípulos a todos los creyente: en la lectura meditada y eclesial de la
pueblos, bautizándolos ...”. (Misión) Sagrada Escritura; en la celebración eucarísti-
ca, fuente inagotable de la vocación cristiana y
Para lograr este proceso, y recuperar a fuente inextinguible del compromiso misione-
personas que se han alejado “hemos de refor- ro; en el dinamismo de una vida comunitaria,
zar en nuestra Iglesia cuatro ejes”: participativa y fraterna; y en el servicio a los
n “un encuentro personal con Jesucristo, pobres y excluidos;
una experiencia religiosa profunda e intensa, n Una revalorización de la piedad popu-

un anuncio kerigmático y el testimonio per- lar, la cual es una “manera legítima de vivir
sonal de los evangelizadores, que lleve a una la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia
conversión personal y a un cambio de vida in- y una forma de ser misioneros, donde se reco-
tegral”; gen las más hondas vibraciones de la América
n “la vivencia comunitaria [pues] nues- profunda”2.
tros fieles buscan comunidades donde sean n Un fortalecimiento de la presencia cer-

acogidos fraternalmente … Es necesario que cana de María, “imagen acabada y fidelísima


nuestros fieles se sientan realmente miembros del seguimiento de Cristo”3, a la vez que ma-
de una comunidad eclesial y corresponsable
en su desarrollo”;
n “una formación bíblica-doctrinal […]

acentuadamente vivencial y comunitaria” que


es necesaria para madurar la experiencia re- 1
cf. DA 226
ligiosa y se percibe como una “herramienta 2
DA 264 La misión de la Iglesia es más vasta que la
fundamental y necesaria en el conocimiento “comunión entre las Iglesias”: ésta, además de la ayuda
espiritual, personal y comunitario”; para la nueva evangelización, debe tener sobre todo una
n “el compromiso misionero de toda la orientación con miras a la especifica índole misionera.
3
DA 270

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b. Pedagogía de Comunión. Es importante


realizar la misión en el continente como gran
expresión de comunión. Que se manifieste la
comunión con Dios en la oración unánime,
implorando con María, la madre de Jesús, el
Espíritu Santo, y la unidad con el Papa, entre
las Conferencias Episcopales y entre las Igle-
sias particulares, ayudándose recíprocamente
en su realización, especialmente en personal
y recursos;
“Toda Iglesia particular debe abrirse ge-
nerosamente a las necesidades de las demás.
La colaboración entre las Iglesias, por medio
de una reciprocidad real que las prepare a dar
y a recibir, es también fuente de enriqueci-
miento para todas y abarca varios sectores de
la vida eclesial. A este respecto, es ejemplar
la declaración de los Obispos en Puebla: “Fi-
dre y educadora de discípulos misioneros de nalmente, ha llegado para América Latina la
Jesucristo4; hora ... de proyectarse más allá de sus propias
n Un rescate de los testigos del Evangelio fronteras, ad gentes. Es verdad que nosotros
en América, varones y mujeres que vivieron mismos necesitamos misioneros. Pero debe-
heroicamente su fe en un camino de santidad, mos dar desde nuestra pobreza… La misión
junto a aquellos que derramaron su sangre en de la Iglesia es más vasta que la “comunión
el martirio”5 entre las Iglesias”: ésta, además de la ayuda
para la nueva evangelización, debe tener sobre
[5.3] Pedagogía del encuentro y de la todo una orientación con miras a la especifica
comunión índole misionera.”8.

a. Pedagogía del encuentro: La misión [5.4] La misión, tarea de todos y para


debe realizarse dentro del dinamismo de la pe- todos
dagogía del encuentro que puede darse de per-
sona a persona, de casa en casa, de comunidad a. Agentes pastorales y evangelizadores
a comunidad6. Siendo que todo pastor –lo que La realización de la misión “requeri-
vale también para cada misionero- ha de reflejar rá la decidida colaboración de las Confe-
al Buen Pastor, es evidente que nuestra pastoral rencias Episcopales y de cada diócesis en
tiene que estar entretejida de encuentros, en la particular”9.
sencillez, la cordialidad, la solicitud, la escu- El Obispo es el primer responsable de la
cha y el servicio a los demás. ”En este esfuerzo misión en cada Iglesia particular y es quien
evangelizador, la comunidad eclesial se destaca debe convocar a todas las fuerzas vivas de la
por las iniciativas pastorales, al enviar, sobre comunidad para este gran empeño misione-
todo entre las casas de las periferias urbanas y ro: “sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos
del interior, sus misioneros, laicos o religiosos, que se prodigan, muchas veces con inmen-
buscando dialogar con todos en espíritu de com- sas dificultades, para la difusión de la verdad
prensión y de delicada caridad”7. evangélica”10.

4
cf. DA 267, 270
5
cf DA 275 8
Redemptoris missio 64
6
DA 550 9
DA 551.
7
Benedicto XVI. Homilía a los Obispos de Brasil, 3. Mayo 10
Benedicto XVI. Homilía a los Obispos de Brasil, 3.
11 de 2007. Mayo 11 de 2007.

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“Esta firme decisión misionera debe im- En otras palabras, es necesario que el laico sea
pregnar todas las estructuras eclesiales y todos tenido muy en cuenta con un espíritu de comu-
los planes pastorales de diócesis, parroquias, nión y participación”3.
comunidades religiosas, movimientos y de La Misión Continental debe tener especial
cualquier institución de la Iglesia. Ninguna penetración en los sectores culturales, políti-
comunidad debe excusarse de entrar decidi- cos y de dirigentes sociales y económicos que
damente, con todas sus fuerzas, en los proce- identifican a nuestra sociedad globalizada.
sos constantes de renovación misionera, y de Para que esto sea posible, debemos reafirmar
abandonar las estructuras caducas que ya no vigorosamente la misión peculiar y específica
favorezcan la transmisión de la fe”1. del laico en el mundo secular4, evitando la ten-
Para los Ministros Ordenados es un gran tación de motivar a los laicos más comprome-
momento de gracia que les pide renovar la co- tidos con su fe, tan sólo a involucrarse en los
munión de los Presbíteros y Diáconos con el servicios que necesita la comunidad eclesial
Obispo y de ellos entre sí. Así como el entu- para formarse, sostenerse y crecer.
siasmo y la entrega al servicio del evangelio.
Ellos son los portadores primeros de todo este c. La misión inestimable de la Vida
impulso misionero y habría que sensibilizarlos Consagrada
especialmente en el espíritu y conversión pas- Para los miembros de los Institutos de
toral de Aparecida. Vida Consagrada, varones y mujeres que es-
“La renovación de la parroquia exige ac- tán llamados a dar un testimonio convincente
titudes nuevas en los párrocos y en los sacer- de la alegría de ser pertenencia de Dios como
dotes que están al servicio de ella. La primera discípulos y misioneros de Cristo, y de pro-
exigencia es que el párroco sea un auténtico digarse generosamente al servicio de sus hi-
discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacer- jos, especialmente de los más marginados, y
dote enamorado del Señor puede renovar una de manifestar en la Iglesia la multiplicidad de
parroquia. Pero, al mismo tiempo, debe ser un los dones carismáticos del Espíritu Santo, su
ardoroso misionero que vive el constante an- participación en la Misión Continental, como
helo de buscar a los alejados y no se contenta grandes colaboradores de los Pastores, contri-
con la simple administración” (DA 201). buirá fuertemente al despertar misionero de
América Latina y del Caribe.
b. El papel privilegiado de los laicos
Cualquier esfuerzo misionero exige, de d. Interlocutores y destinatarios
manera particular, la participación activa y Los destinatarios (o “interlocutores”) de
comprometida de los fieles laicos en todas la misión somos todos, comenzando por los
las etapas del proceso. “Hoy, toda la Iglesia discípulos misioneros que animan el proceso
en América Latina y El Caribe quiere poner- evangelizador, pero especialmente debe diri-
se en estado de misión. La evangelización del girse a los pobres, a los que sufren y a los ale-
Continente, nos decía el papa Juan Pablo II, jados5, e impulsar a los constructores de la so-
no puede realizarse hoy sin la colaboración de ciedad a su misión cristiana de transformarla.
los fieles laicos2. Ellos han de ser parte acti- Llegar hasta los más alejados debe ser
va y creativa en la elaboración y ejecución de siempre uno de los objetivos de la dimen-
proyectos pastorales a favor de la comunidad. sión misionera de la Iglesia, utilizando los
Esto exige, de parte de los pastores, una ma- medios adecuados a cada situación. “No po-
yor apertura de mentalidad para que entiendan demos quedarnos tranquilos en espera pasiva
y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la en nuestros templos, sino urge acudir en todas
Iglesia, quien, por su bautismo y su confirma- las direcciones para proclamar que el mal y
ción, es discípulo y misionero de Jesucristo.

3
DA 213
1
DA 365 4
cf. DA capítulo 10.
2
cf. EAm 44 5
DA 550

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la muerte no tienen la última palabra, que el b. Formación de misioneros


amor es más fuerte, que hemos sido liberados Aparecida asumió una “clara y decidida
y salvados por la victoria pascual del Señor de opción por la formación de los miembros de
la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y nuestras comunidades, en bien de todos los
que quiere multiplicar el número de sus dis- bautizados, cualquiera sea la función que de-
cípulos y misioneros en la construcción de su sarrollen en la Iglesia”9.
Reino en América Latina. Somos testigos y La formación debe estar impregnada de
misioneros: en las grandes ciudades y campos, espiritualidad misionera, que es impulso del
en las montañas y selvas de nuestra Améri- Espíritu que “motiva todas las áreas de la exis-
ca, en todos los ambientes de la convivencia tencia, penetra y configura la vocación espe-
social, en los más diversos “areópagos” de la cífica de cada uno. Así, se forma y desarrolla
vida pública de las naciones, en las situaciones la espiritualidad propia de presbíteros, de re-
extremas de la existencia, asumiendo ad gen- ligiosos y religiosas, de padres de familia, de
tes nuestra solicitud por la misión universal de empresarios, de catequistas, etc. Cada una de
la Iglesia”6. las vocaciones tiene un modo concreto y dis-
tintivo de vivir la espiritualidad, que da pro-
6. RECURSOS PARA LA MISIÓN fundidad y entusiasmo al ejercicio concreto de
sus tareas. Así, la vida en el Espíritu no nos
a. Convocación comunitaria cierra en una intimidad cómoda, sino que nos
La parroquia sigue siendo una referencia convierte en personas generosas y creativas,
fundamental en el proceso evangelizador, con felices en el anuncio y el servicio misionero.
sus comunidades eclesiales de base, movi- Nos vuelve comprometidos con los reclamos
mientos y grupos apostólicos. La misión está de la realidad y capaces de encontrarle un pro-
llamada a ser un dinamismo permanente de fundo significado a todo lo que nos toca hacer
gran importancia para que la parroquia se haga por la Iglesia y por el mundo”10. El Espíritu
“parroquia misionera”. entreteje vínculos de comunión entre los di-
La misión exige una convocatoria a los versas vocaciones para que realicen la única
discípulos misioneros y a las comunidades misión como miembros complementarios de
eclesiales. En la misión se debe aprovechar el un solo Cuerpo.
potencial educativo de la Iglesia, a través de
sus escuelas e institutos de formación, valo- Aparecida asumió una “clara y
rando el dinamismo misionero de los miem-
bros de la comunidad educativa. decidida opción por la forma-
Un fenómeno importante de nuestro tiem- ción de los miembros de nues-
po es la aparición y difusión de diversas for-
mas de voluntariado misionero7, conformado tras comunidades, en bien de
en buena parte por jóvenes, quienes están dis-
todos los bautizados, cualquie-
puestos a dar tiempo y talento para la misión.
Mención especial merecen los grupos y aso- ra sea la función que desarro-
ciaciones de niños misioneros, pues esto crea
llen en la Iglesia
una dinámica especial en las familias. Por otra
parte, se considera importante la labor de los
emigrantes como discípulos misioneros, quie- c. Signos y gestos de cercanía y dignifi-
nes “están llamados a ser una nueva semilla de cación de los más pobres
evangelización, a ejemplo de tantos emigran- “Por eso, no puede separarse de la solida-
tes y misioneros que trajeron la fe cristiana a ridad con los necesitados y de su promoción
nuestra América”8. humana integral: “Pero si las personas encon

6
DA 567
7
DA 386 9
DA 276
8
DA 391 10
DA 285

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tradas están en una situación de pobreza – nos conversión pastoral de nuestras comunidades
dice aún el Papa–, es necesario ayudarlas, exige que se pase de una pastoral de mera
como hacían las primeras comunidades cris- conservación a una pastoral decididamente
tianas, practicando la solidaridad, para que se misionera. Así será posible que “el único pro-
sientan amadas de verdad. El pueblo pobre de grama del Evangelio siga introduciéndose en
las periferias urbanas o del campo necesita la historia de cada comunidad eclesial”2 con
sentir la proximidad de la Iglesia, sea en el so- nuevo ardor misionero, haciendo que la Igle-
corro de sus necesidades más urgentes, como sia se manifieste como una madre que sale al
también en la defensa de sus derechos y en la encuentro, una casa acogedora, una escuela
promoción común de una sociedad fundamen- permanente de comunión misionera”3.

tada en la justicia y en la paz. Los pobres son b. Atención a los signos culturales: incul-
los destinatarios privilegiados del Evangelio turación y presencia en nuevos aerópagos.
y un Obispo, modelado según la imagen del Hay que tener en cuenta la compleja y
Buen Pastor, debe estar particularmente atento variada realidad de nuestro continente, como
en ofrecer el divino bálsamo de la fe, sin des- es el caso de las megápolis, los ambientes
cuidar el ‘pan material’”1. suburbanos y de las grandes periferias, como
La evangelización, como acción privi- asimismo de los ambientes campesinos, mine-
legiada hacia los pobres, debemos vivirla ros y marítimos, sin olvidar los hospitales, los
teniendo presente que los más humildes nos centros de rehabilitación y las cárceles, lo mis-
evangelizan. mo que las peculiaridades de las Iglesias en
las diversas regiones. La misión, siendo única,
7. CRITERIOS PARA LA MISION deberá ser al mismo tiempo diversa. Por eso,
es necesario estar atentos a los signos cultura-
a. Conversión personal y pastoral les de la época, de tal manera que las nuevas
La misión exige una indispensable con- expresiones y valores se enriquezcan con las
versión pastoral, tanto de las personas como buenas noticias del Evangelio de Jesucristo,
de las mismas estructuras de la Iglesia. Se de- logrando, “unir más la fe con la vida y contri-
ben reconocer las estructuras caducas y buscar buyendo así a una catolicidad más plena, no
las nuevas formas que exigen los cambios. “La

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solo geográfica, sino también cultural”4. esta misma fe deberá engendrar modelos cul-
turales alternativos para la sociedad actual”7.
c. En el contexto de la acción pastoral Esto ayudará a “comunicar los valores evan-
normal gélicos de manera positiva y propositiva. Son
La realización de una misión continental muchos los que se dicen descontentos, no tan-
debe darle dinamismo a los planes pastorales to con el contenido de la doctrina de la Iglesia,
vigentes, renovando las estructuras que sean sino con la forma como ésta es presentada”8
necesarias. “Esta firme decisión misionera y vivida.
debe impregnar todas las estructuras eclesiales En la misión hay que “optimizar el uso de
y todos los planes pastorales de diócesis, pa- los medios de comunicación católicos, hacién-
rroquias, comunidades religiosas, movimien- dolos más actuantes y eficaces, sea para la co-
tos, y de cualquier institución de la Iglesia. municación de la fe, sea para el diálogo entre
Ninguna comunidad debe excusarse de entrar la Iglesia y la sociedad”9.
decididamente, con todas sus fuerzas, en los Será muy importante hacer presente el
procesos constantes de renovación misionera, anuncio misionero en los medios de comuni-
de abandonar las estructuras caducas que ya cación en general, así como en los espacios
no favorezcan la transmisión de la fe”5. virtuales, cada vez más frecuentados por las
“No resistiría a los embates del tiempo nuevas generaciones. Así como en radio y te-
una fe católica reducida a bagaje, a elenco de levisión ya existen experiencias de programas
algunas normas y prohibiciones, a prácticas educativos en la fe, también un portal interac-
de devoción fragmentadas, a adhesiones se- tivo puede ser una opción útil en el desarrollo
lectivas y parciales de las verdades de la fe, a de la misión.
una participación ocasional en algunos sacra-
mentos, a la repetición de principios doctrina- 8. LUGARES DE COMUNION
les, a moralismos blandos o crispados que no
convierten la vida de los bautizados. Nuestra Las Conferencias Episcopales como es-
mayor amenaza “es el gris pragmatismo de la pacios de comunión entre las Iglesias locales
vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparen- necesitan reavivar su identidad y misión, para
temente todo procede con normalidad, pero en apoyar especialmente a las Iglesias con me-
realidad la fe se va desgastando y degeneran- nores recursos, motivando la generosidad y
do en mezquindad”. apertura.
A todos nos toca recomenzar desde Cristo, Cada Diócesis necesita robustecer su con-
reconociendo que no se comienza a ser cris- ciencia misionera, saliendo al encuentro de
tiano por una decisión ética o una gran idea, quienes aún no creen en Cristo en el ámbito de
sino por el encuentro con un acontecimiento, su propio territorio y responder adecuadamen-
con una Persona, que da un nuevo horizonte a te a los grandes problemas de la sociedad en
la vida y, con ello, una orientación decisiva”6. la cual está inserta. Pero también, con espíritu
materno, está llamada a salir en búsqueda de
d. Con nuevos lenguajes: comunicación todos los bautizados que no participan en la
En la misión es necesario tener muy en vida de las comunidades cristianas10.
cuenta la cultura actual, la cual “debe ser co- En la diócesis, el eje central deberá ser un
nocida, evaluada y en cierto sentido asumida proyecto orgánico de formación, aprobado por
por la Iglesia, con un lenguaje comprendido el Obispo y elaborado con los organismos dio-
por nuestros contemporáneos. Solamente así cesanos competentes, teniendo en cuenta todas
la fe cristiana podrá aparecer como realidad las fuerzas vivas de la Iglesia particular…
pertinente y significativa de salvación. Pero,

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Se requieren, también, equipos de formación ñas comunidades, también se podría llegar a los
convenientemente preparados que aseguren la alejados, a los indiferentes y a los que alimentan
eficacia del proceso mismo y que acompañen descontento o resentimientos frente a la Iglesia6.
a las personas con pedagogías dinámicas, ac- En la vida y la acción evangelizadora de la
tivas y abiertas1. Iglesia, constatamos que, en el mundo moder-
La parroquia ha de ser el lugar donde se no, debemos responder a nuevas situaciones y
asegure la iniciación cristiana y tendrá como necesidades. La parroquia no llega a muchos
tareas irrenunciables: iniciar en la vida cris- ambientes en las megápolis. En este contexto,
tiana a los adultos bautizados y no suficien- los movimientos y nuevas comunidades son
temente evangelizados; educar en la fe a los un don de Dios para nuestro tiempo, acogen
niños bautizados en un proceso que los lleve a muchas personas alejadas para que puedan
a completar su iniciación cristiana; iniciar a tener una experiencia de encuentro vital con
los no bautizados que, habiendo escuchado el Jesucristo y, así, recuperen su identidad bau-
kerygma, quieren abrazar la fe. En esta tarea, tismal y su activa participación en la vida de la
el estudio y la asimilación del Ritual de Ini- Iglesia. En ellos, “podemos ver la multiforme
ciación Cristiana de Adultos es una referencia presencia y acción santificadora del Espíritu”7.
necesaria y un apoyo seguro2. La opción por la Misión Continental y su
Los mejores esfuerzos de las parroquias, finalidad de impulsar la misión permanente,
en este inicio del tercer milenio, deben estar otorga a los organismos e institutos misio-
en la convocatoria y en la formación de laicos neros una responsabilidad particularmente
misioneros3. importante para dinamizar su labor habitual y
La renovación de las parroquias, al inicio ofrecer apoyo subsidiario a los diferentes ni-
del tercer milenio, exige reformular sus estruc- veles eclesiales.
turas, para que sea una red de comunidades y
grupos, capaces de articularse logrando que sus Invocación final
miembros se sientan y sean realmente discípu- Ponemos este proyecto en manos de Nues-
los y misioneros de Jesucristo en comunión4. tra Señora, bajo sus advocaciones de Apareci-
La renovación misionera de las parro- da y de Guadalupe, conscientes de que quien
quias se impone tanto en la evangelización de le abrió el camino al Evangelio en nuestro
las grandes ciudades como del mundo rural Continente será quien inspire, ayude y proteja
de nuestro continente, que nos está exigien- nuestro proyecto misionero. Ella no es sólo la
do imaginación y creatividad para llegar a las primera discípula y misionera del Evangelio
multitudes que anhelan el Evangelio de Jesu- sino aquella que, con un corazón inmensa-
cristo. Particularmente, en el mundo urbano, mente materno, goza más que nadie cuando su
se plantea la creación de nuevas estructuras Hijo es conocido y amado, y le va traspasando
pastorales, puesto que muchas de ellas nacie- a sus nuevos hijos con el “he aquí a tu hijo”
ron en otras épocas para responder a las nece- característico de su Hora pascual.
sidades del ámbito rural5.
Señalamos que es preciso reanimar los pro- II. SUGERENCIAS PASTORALES PARA
cesos de formación de pequeñas comunidades LA MISIÓN CONTINENTAL
en el Continente, pues en ellas tenemos una
fuente segura de vocaciones al sacerdocio, a 1. Objetivos
la vida religiosa, y a la vida laical con especial
dedicación al apostolado. A través de las peque- [1.1] Objetivo general:
Abrirse al impulso del Espíritu Santo para
promover la conciencia y la acción misionera
permanente de los discípulos mediante la Mi-
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sión Continental. rios y sujetos de la misión. Es necesario tener


[1.2] Objetivos específicos en cuenta que el discípulo se forma para la mi-
a. Fomentar una formación kerigmática, sión y, a la vez, la misión forma al discípulo.
integral y permanente de los discípulos misio- Por eso, al realizar la acción misionera, al mis-
neros que, siguiendo las orientaciones de Apa- mo tiempo que los discípulos se renuevan en
recida, impulse una espiritualidad de la acción la vida de Jesucristo, se preparan también para
misionera, teniendo como eje la vida plena en llevar la Buena Noticia a todos los pueblos.
Jesucristo. n Etapa 1: Misión con agentes pastorales

b. Promover una profunda conversión y evangelizadores.


personal y pastoral de todos los agentes pasto- A fin de que sean los pastores, los anima-
rales y evangelizadores, para que, con actitud dores y responsables de las comunidades los
de discípulos, todos podamos recomenzar des- primeros en asumir este desafío del discipula-
de Cristo una vida nueva en el Espíritu inserta do misionero.
en la comunidad eclesial. Se trata de Obispos – Presbíteros - Diáco-
c. Lograr que las comunidades, organiza- nos permanentes - Vida religiosa y consagrada,
ciones, asociaciones y movimientos eclesiales incluyendo Vida monástica y contemplativa
se pongan en estado de misión permanente, a - Laicos más comprometidos de las distintas
fin de llegar hasta los sectores más alejados de áreas pastorales - Dirigentes de movimientos y
la Iglesia, a los indiferentes y no creyentes. comunidades - Seminarios y Casas de forma-
d. Comunicar que la vida plena en Cristo ción - Consejos pastorales - Dirigentes de gru-
es un don y un servicio que se ofrece a la socie- pos, organizaciones, instituciones, colegios,
dad y a las personas que la componen para que universidades católicos.
puedan crecer y superar sus dolores y conflic- n Etapa 2: Misión con grupos prioritarios

tos con un profundo sentido de humanidad. Exige una conversión personal y pastoral
de los miembros de grupos, movimientos y
2. Itinerario de la Misión asociaciones para que pasen luego a evangeli-
zar a los diversos sectores de la comunidad.
La misión se realizará en cuatro etapas, Dirigido a grupos pastorales prioritarios: a
siguiendo los criterios de simultaneidad (pue- manera de ejemplo nombramos algunos:
den sobreponerse), la flexibilidad (según cir- Misión en espacios virtuales - Colegios y
cunstancias locales) e irradiación (se sustentan Universidades Católicas - Educadores, Catequis-
unas a otras). tas - Diversas áreas pastorales – Organizaciones
Habrá un tiempo introductorio de sensibi- de profesionales católicos - Grupos de Pastoral
lización y conversión pastoral de la Iglesia, de indígena y afrodescendiente - Cofradías, Her-
profundización de Aparecida a fin de que su mandades, Movimientos y Comunidades.
contenido sea estudiado, reflexionado y asimi- n Etapa 3: Misión sectorial

lado en todas las instancias eclesiales. Dirigido a los diversos sectores de la


n Etapa 1: Sensibilización de los agentes sociedad. Nombramos algunos a manera de
pastorales y evangelizadores ejemplo: Académicos - Educadores y mundo
n Etapa 2: Profundización con Grupos de la educación – Jóvenes - Empresarios y tra-
prioritarios bajadores - Comunicadores y todo el ámbito
n Etapa 3: Misión sectorial virtual – Políticos Mundo castrense y policial
n Etapa 4: Misión territorial - Mundo de la salud - Mundo carcelario - Or-
ganizaciones de voluntariado
Los misioneros formados en las etapas 1 y n Etapa 4: Misión territorial

2 son los agentes evangelizadores para la Mi- Dirigido a la pastoral territorial: Parro-
sión sectorial (Etapa 3) y territorial (Etapa 4). quias – Familias - Comunidades eclesiales de
base - Pequeñas comunidades - Organizacio-
3. Destinatarios de la Misión nes comunitarias civiles: juntas de vecinos,
clubes deportivos, ONGs.
Todos los cristianos son a la vez destinata- En esta etapa es necesario tener en cuenta

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a los alejados, indiferentes y no creyentes. n Preparar equipos a nivel nacional para di-

rigir retiros espirituales con base en Aparecida.


4. Signos y gestos comunes: expre- n Crear centros misioneros a nivel nacional.

sión de comunión y simultaneidad de la Igle-


sia en la Misión Continental [5.2] Rol de las Diócesis
“La Diócesis, en todas sus comunidades y
[4.1] Lanzamiento oficial de la Misión en estructuras, está llamada a ser una comunidad
el CAM3 (Agosto 17 de 2008) misionera” (DA 168) y, por tanto, el sujeto de
[4.2] Entrega de la Biblia y del Tríptico la misión.
con breve catequesis sobre su significado, n Revisar el plan pastoral a la luz de Apa-

especialmente a modo de un “altar familiar” recida a fin de darle una gran renovación mi-
para cada hogar. sionera que contemple, como signo de madu-
[4.3] Oración para la Misión continental rez, la misión ad gentes. La misión continental
[4.4] Logotipo (de Aparecida) debe abrir a las personas para ir más allá de
[4.5] Elenco de canciones misioneras y toda frontera.
eventualmente un Himno basado en la oración n Crear una comisión central que se en-

oficial, que se puede hacer a través de concur- cargue de animar la misión diocesana.
sos nacionales. Elaborar los subsidios que crea pertinen-
[4.6] Algunas celebraciones de grandes tes para la formación de los agentes pastorales
fiestas litúrgicas con sentido misionero: y evangelizadores para la realización del pro-
n Epifanía yecto misionero.
n Pascua n Ofrecer una propuesta de cursos de pre-

n Pentecostés paración y de Ejercicios espirituales para los


n Fiesta mariana de cada país. agentes pastorales y evangelizadores en cada
una de las etapas.
[4.7] Producción e intercambio de subsi- n Realizar un trabajo conjunto con las dió-

dios formativos misioneros. cesis vecinas, a nivel de provincias eclesiásti-


[4.8] Material divulgativo: Poster sobre cas, con un gran sentido de comunión eclesial.
la misión; Spots televisivos y radiales; Página
Web sobre la misión; Videos sobre la Misión [5.3] Rol del CELAM para la Misión
(hechos con los tiempos de TV) n Apoyar la preparación y seguimiento de

[4.9] Un gesto significativo en materia so- la misión continental.


cial en cada país. n Ofrecer una propuesta de cursos de pre-

paración y de ejercicios espirituales para agen-


5. Roles en la Misión Continental tes pastorales y evangelizadores en cada una
de las etapas, en coordinación con el ITEPAL
[5.1] Rol de las Conferencias Episcopales y el CEBIPAL.
n Dar orientaciones pastorales en clave de n Disponer de un equipo que pueda ser

misión continental (sintonía y sincronía) para invitado por las Conferencias Episcopales para
que todas las circunscripciones eclesiásticas la difusión de los contenidos de Aparecida.
se pongan en estado de misión permanente. Difundir subsidios existentes y elaborar
n Crear una comisión central para animar otros dirigidos a cada uno de los sectores de
la misión a nivel nacional. agentes pastorales y evangelizadores.
n Elaborar los subsidios que crea perti- Ofrecer información sobre las experien-
nentes para la formación de los agentes pasto- cias misioneras que se hayan llevado a cabo o
rales y evangelizadores para la realización del se estén realizando en el Continente, contando
proyecto misionero. con el apoyo del Observatorio Pastoral.
n Revisar o elaborar las Líneas o Directri- Elaborar los materiales catequísticos y li-
ces Pastorales Generales a la luz de Aparecida túrgicos para la misión que sean comunes a la
en orden a la formación y acción de discípulos Iglesia de América Latina y El Caribe. w
misioneros.

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