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UNIVERSIDAD DE LA SABANA

COMPETENCIAS IDIOMÁTICAS BÁSICAS


DISCURSO DE EXAMEN FINAL
Daniela Anzola Marín

CICATRICES DEJADAS POR LA GUERRA

Buenos días, mi nombre es Daniela Anzola Marín de la Facultad de Medicina. En esta

presentación voy a exponer la importancia de tener una reparación integral a las víctimas

que ha generado el conflicto armado y del mismo modo mostrar lo importante que es tener

memoria histórica para garantizar la no repetición de los hechos, para ello centraré mi

atención en el caso del conflicto armado colombiano.

Sin embargo, antes de iniciar quiero compartir con ustedes una frase-testimonio de

Erlendly Cuero (víctima del conflicto en Colombia y actual vicepresidenta de la Asociación

Afrocolombiana de Desplazados (Afrodes): “A mi papá lo mataron los paramilitares.

Primos y tíos también han muerto en la guerra. El año pasado me mataron a mi hermano. Y

yo soy desplazada y fui abusada sexualmente por la guerrillaӬ

Para iniciar contextualicemos acerca de cómo se entiende el concepto de víctima en el

Estado colombiano. Según la Ley de Reparación, víctima será toda aquella persona que

hubiese sufrido un daño ya sea individual o colectivo, incluyendo lesiones físicas o

mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus

derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan una

violación a las normas internacionales de los Derechos Humanos.

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Colombia ha logrado dar un paso importante hacia la paz; después de más de medio

siglo de conflicto armado, el Gobierno colombiano y los miembros de la guerrilla más

antigua de occidente, las FARC, se han sentado a negociar para finalmente concretar un

acuerdo de paz para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y

duradera.

En todo proceso de paz es indispensable conocer la verdad, perdonar, pedir perdón,

recuperar las tierras perdidas, recobrar la dignidad arrebatada, convivir sin sentimientos de

venganza, ver de frente al enemigo, dar la mano al verdugo, aceptar la culpa y pagar por

ella, no es solo negociarla y firmarla como ha sucedido en el caso colombiano. Al día de

hoy se conocen muchos testimonios de victimas las cuales expresan su inconformidad

frente a la implementación del acuerdo pactado hace ya más de un año.

Es entonces cuando se habla de una reparación integral la cual debe ser entendida como

un proceso humano y psicosocial para poder evidenciar a las víctimas como el sujeto de la

reparación y no el objeto de esta. Mientras más se posponga el ejercicio de reparación, más

lejos se estará de avanzar hacia la consolidación de una sociedad justa y de una democracia

estable e incluyente y acorde a su realidad.

El caso colombiano ha sido objeto de atención por parte de organismos internacionales

dedicados a la protección de los derechos humanos por cuanto para la inclusión de la

victimas al proceso y acuerdo final se tuvieron en cuenta tanto experiencias de otros países

que ya han recorrido este camino como el propio caso colombiano tan especial en su

especie. Aunque para el caso colombiano los diferentes actores del proceso hicieron

importantes aportes teniendo como eje central las víctimas y la reparación a las mismas, a

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partir de experiencias recogidas en otras naciones y de nuestra historia, que lograron sellar

acuerdos de paz, lamentablemente por razones básicamente de índole política se ha hecho

caso omiso al centro del acuerdo de paz, las víctimas.

Es aquí cuando se empieza a hablar de la importancia que tiene la memoria histórica ya

que sin esta estamos condenados a repetir los sucesos del pasado sin alguna mejora. Para

esto, después del acuerdo pactado, se creó el Museo Nacional de la Memoria y Archivo de

Derechos Humanos y Memoria Historia como medida de reparación simbólica para las

víctimas con el fin de darles un espacio de dignificación, la construcción de garantías de no

repetición y al mismo tiempo reconocer la importancia de poseer una cultura respetuosa de

los Derechos Humanos.

Del mismo modo se ha documentado en papel varios testimonios de las víctimas en un

libro titulado “Basta ya!” el cual tiene el fin de generar memoria histórica en todos los

colombianos puesto que en una sociedad en guerra todos terminamos siendo víctimas

directa o indirectamente, es tan amplio el campo afectado que inevitablemente toda la

sociedad queda marcada por la guerra. Todos terminamos perdiendo.

Pero la violencia no solamente llega con armas: el maltrato en los hogares, la pobreza y el

abandono estatal en el que viven sumidas las regiones, hacen parte del día a día. En

suma, Colombia es un país en el que los niños muchas veces entran a la guerra huyendo de

otras violencias

Para finalizar y reforzando el concepto de verdad y reparación a las víctimas de la guerra, el

Papa Francisco en su encuentro en Colombia con víctimas nos dejó esta reflexión: “Verdad

es contar a las familias desgarradas por el dolor lo que ha ocurrido con sus parientes

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desaparecidos. Verdad es confesar qué pasó con los menores de edad reclutados por los

actores violentos. Verdad es reconocer el dolor de las mujeres víctimas de violencia y de

abuso”.

Para continuar construyendo futuro en nuestra sociedad no podemos simplemente olvidar

nuestra historia por violenta y cruda que haya sido, debemos construir sobre ella una mejor

sociedad incluyente para todos.

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