E – 5-048-M-20

Alcohol y embarazo
C. Dano, A. Fournié, F. Le Geay, C. Lefebvre-Lacoeuille, S. Fanello,
P. Descamps

El alcoholismo provoca anomalías dismórficas que dan lugar al síndrome de alcoholismo

fetal. Cuando el consumo es moderado, el alcohol provoca trastornos del desarrollo
neurológico que alteran la escolaridad. Un diagnóstico de la intoxicación permite realizar
un control regular del niño y una rehabilitación apropiada que limite los estragos. La
detección precoz del alcoholismo y la prevención mediante una buena información a las
futuras madres son imperativos de salud pública.
© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Alcohol; Alcoholismo; Malformaciones; Embarazo;

Síndrome de alcoholismo fetal

Plan Se distinguen dos tipos de consumo, que pueden estar

asociados:
■ Introducción 1 • el consumo «habitual», que se valora en general en
número de vasos a la semana, en el que se distingue
■ Consumo de alcohol y mujer embarazada 1 un consumo leve, ocasional, un consumo medio a par-
■ Efectos del alcohol en el embarazo y el niño 2 tir de dos vasos a la semana y un consumo importante
Metodología de los estudios 2 (o grave) cuya definición varía: seis vasos a la semana
Clasificación 2 en Estados Unidos, siete en Australia, nueve en Reino
Complicaciones descritas 2 Unido, 14 (dos al día), para Drabble et al [1] . Cabe señalar
Umbrales 4 que en la mujer no embarazada, la Organización Mun-
■ Fisiopatología 4 dial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de
Posibles mecanismos 4 14 unidades a la semana;
Papel de los factores genéticos 4 • el consumo agudo, que conduce a excesos alcohóli-
Otros factores 4 cos (binge drinking): cinco vasos o más en un momento
■
puntual (cuatro para algunos). El binge drinking es
Conducta práctica 5
una manera de beber que conduce a una «borrachera
Alcoholismo desconocido 5
exprés». Henderson et al [2] han observado un aumento
Alcoholismo conocido 6
de la frecuencia de estos alcoholismos agudos en Reino
■ Conclusión: alcohol, embarazo y salud pública 6 Unido. Se observa la misma tendencia en 2010 en Fran-
cia (22% entre los 15-25 años, frente a un 14% en 2005)
y en la región del Loira (31% entre los 15-25 años, frente
a un 21% en 2005 para tres borracheras en los últimos
 Introducción 12 meses [3] ).

En la actualidad, el alcohol es el principal agente

teratógeno conocido y la primera causa de déficit men-
tales congénitos. Estos efectos nefastos siguen siendo a
menudo ignorados; el consejo pregestacional debe mejo-
rar la información de las parejas.
 Consumo de alcohol y
mujer embarazada
La unidad internacional de alcohol es el vaso, que con-
tiene de media 10 gramos de alcohol puro (un vaso de
vino, una copa de champán, una jarra de cerveza, un
whisky, etc.). Los ingleses utilizan en ocasiones la onza
en lugar del gramo (1 onza equivale a 28,35 g, es decir
casi tres unidades).
“ Punto fundamental
La frecuencia de las alcoholizaciones agudas
aumenta en los jóvenes.
Esquemáticamente, el 80% de las mujeres consume
alcohol en Francia. Su consumo disminuye con el emba-
razo. Sin entrar demasiado en detalles, no hay que olvidar
que el consumo inadecuado es frecuente, sobre todo fuera
del embarazo, y disminuye durante la gestación. Se puede
ilustrar este hecho con los resultados de dos encuestas rea-
lizadas en las maternidades de Caen (Cuadro 1) [4] y de

EMC - Ginecología-Obstetricia 1
Volume 49 > n◦ 1 > marzo 2013
http://dx.doi.org/10.1016/S1283-081X(13)64081-3
E – 5-048-M-20  Alcohol y embarazo
Cuadro 1.
Estudio de los consumos nocivos de alcohol antes y durante el
embarazo (según [4] ).
Antes del Durante el
embarazo (%) embarazo (%)
Cualquier consumo 79 43
Consumo regular 0,6 2,6
únicamente
(> 14 vasos/semana)
Consumo ocasional 23,3 5,3
(> 4 vasos en cada
ocasión)
Regular y 9,3 2 sabilidad en los hematomas retroplacentarios empieza
ocasionalmente
Total 33,2 9,9
Nantes [5] . Ambos estudios muestran una tasa comparable
de consumo antes del embarazo (79%). El embarazo se
acompaña de una disminución importante de los consu-
mos. El estudio realizado en Nantes distingue el consumo
del primer trimestre (63%) y el del segundo y tercer tri-
mestre (20%; es posible que se inicie esta disminución al
confirmar el embarazo y en la primera visita prenatal).
 Efectos del alcohol
en el embarazo y el niño
Metodología de los estudios
Esquemáticamente, existen dos tipos de estudios:
• las encuestas efectuadas durante el embarazo (realiza-
das por un encuestador o mediante autocuestionario);
• las encuestas retrospectivas, llevadas a cabo a partir de
la codificación de las complicaciones maternas en la
clasificación internacional de las enfermedades o inten-
tando detectar, a partir de lesiones fetales sugestivas de
un origen tóxico, la importancia del consumo de alco-
hol. Se han realizado algunos estudios sobre los niños
de madres que han participado en encuestas durante su
embarazo [6] .
Muchas de estas encuestas son declaratorias y todas
ellas corren el riesgo de infravalorar el alcoholismo y la
importancia de la intoxicación.
Clasificación
Las formas más graves provocan un síndrome de alco-
holismo fetal (SAF). Los criterios que permiten hablar de
SAF han sido desarrollados por el Fetal Alcohol Study
Group de la Research Society on Alcoholism. Se constatan
las siguientes asociaciones:
• un retraso de crecimiento prenatal o posnatal (peso,
longitud, talla);
• una anomalía de la extremidad cefálica (como la micro-
cefalia o una anomalía facial);
• y una anomalía del sistema nervioso central estructu-
ral o funcional, como una hiperactividad o un retraso
mental.
Las demás anomalías no específicas descritas pueden
estar asociadas o no al SAF. Se han agrupado bajo el tér-
mino general de «efectos del alcoholismo fetal» (EAF) o
«defecto de nacimiento en relación con el alcoholismo».
La frecuencia del SAF es variable: en Estados Unidos es
del 0,4-3% (la frecuencia de los EAF está valorada en un
1%). En Europa, los valores van desde un 1,6% en Suecia
a un 1,8-2,9% en Francia [7] . Hay que mencionar que en
Francia la incidencia varía mucho de una región a otra.
Estas frecuencias dependen en parte de la calidad de la
detección precoz.
2 EMC - Ginecología-Obstetricia
En general, el SAF puede ser responsable de aproxima-
damente un 5% de las anomalías congénitas. Los efectos
neurológicos en el desarrollo mental hacen del alcohol el
primer agente teratógeno.
Complicaciones descritas
Se han descrito numerosas complicaciones.
Abortos y fallecimientos fetales
El riesgo de aborto espontáneo sería del doble, sobre
todo tras una intoxicación aguda. No parece constatada
una responsabilidad en las muertes fetales, pero la respon-
a demostrarse (posible papel de una carencia de ácido
fólico).
Retrasos del crecimiento intrauterino
El alcohol disminuye el peso al nacimiento. La impor-
tancia del retraso de crecimiento está relacionada con
la duración de la exposición. El crecimiento intraute-
rino retardado (CIR) comienza en la segunda parte del
embarazo, es armonioso y afecta sobre todo a los huesos
largos [8] . Este CIR se observa en consumos moderados de
alcohol [9] . El efecto del tabaco se suma al del alcohol.
Anomalías craneofaciales
Son características y entran en la definición del SAF.
Algunas de ellas se detectan en la ecografía (Figs. 1 y 2).
Las principales anomalías son:
• estrechamiento de las hendiduras palpebrales;
• acortamiento de la nariz con el caballete marcado y
anteversión de las narinas;
• filtrum convexo hacia delante y alargado, labio supe-
rior fino con desaparición de los pilares y del arco de
Cupido;
• frente abombada y estrecha con fosas temporales pro-
fundas;
• hipoplasia del maxilar inferior con microrretrognatia;
• microcefalia.
Es posible observar otras anomalías que es interesante
conocer para orientar la etiología [10] : implantación baja
del cabello, cejas redondeadas en forma de «alas de
gaviota», hipoplasia del tabique nasal, boca en forma de
sombrero de gendarme, hendiduras labiales o labiopala-
tinas, hirsutismo frontal, sutura metópica sobresaliente.
A nivel de los ojos, se puede observar ptosis del párpado,
estrabismo, oblicuidad antimongoloide de las hendidu-
ras palpebrales, epicanto, catarata, opacidades corneales,
retinitis pigmentaria y microftalmia. Las orejas están des-
pegadas, mal definidas, son de implantación baja, con
borde superior horizontal, rotación posterior del hélix y
concha mal formada.
Durante la infancia, los rasgos persisten y se modifican
en la adolescencia. En la edad adulta, el rostro es alargado
con una nariz muy prominente. La barbilla es ancha pero
retraída. La microcefalia persiste en alrededor del 50% de
los casos.
Otras malformaciones
Se detectan otras malformaciones en el 10-30% de los
casos.
Las malformaciones cardiovasculares más frecuentes
son las comunicaciones interventriculares, las comunica-
ciones interauriculares, la tetralogía de Fallot, la atresia
pulmonar con tabique abierto.
Las malformaciones cerebrales son: anomalías del tubo
neural, agenesia o hipoplasia del cuerpo calloso, hidro-
cefalia, anomalía de la rotación por trastornos de la
migración neuronal, microcefalia con hipoplasia cerebral
predominante en el córtex frontal [11] y anomalías del
hipocampo e hipoplasia del vermis cerebeloso [12] .

A tivo y de la memoria [6] ), lesiones del cerebelo (problemas
B de 66 para Thackray y Tifft [14] . Incluso si el CI es normal,
Figura 1. Recién nacido de 38 SA con 1.800 g de peso que
presenta una dismorfia facial completa detectada en período
antenatal, asociada a otras malformaciones (agenesia del cuerpo
calloso, comunicación interventricular, aneurisma gigante de la
aurícula derecha) (A, B). La madre es una alcohólica crónica
de 37 años. Se propuso una interrupción médica del emba-
razo ante el pronóstico desfavorable, pero fue rechazada por los
padres.
Figura 2. Imagen ecográfica del recién nacido de la Figura 1
(documento del doctor Lépinard).
Las malformaciones esqueléticas son numerosas: pec-
tum excavatum, anomalías vertebrales y defecto de cierre
del tubo neural, anomalías de los dedos (anomalías
de las falanges, polidactilia, artrogriposis, camptodac-
tilia, sindactilia), sinostosis radiocubital, pies y manos
zambos, etc.
EMC - Ginecología-Obstetricia
Alcohol y embarazo  E – 5-048-M-20
Se han observado malformaciones urogenitales: ecto-
pias, hipoplasia o aplasia renales, hidronefrosis, dupli-
cación ureteral, clitoromegalia, hipoplasia de los labios
mayores, hipospadias, criptorquidia, etc.
Las demás alteraciones consisten en anomalías de
los pliegues palmares, hirsutismo pronunciado, angio-
mas tuberosos extensos, hoyuelo sacro, hipoplasia de las
uñas, estenosis del píloro, hepatomegalia, arteria umbili-
cal única. Una insuficiencia de la red capilar subcutánea
puede explicar la palidez de estos niños.
Anomalías neuroconductuales
Están relacionadas con un adelgazamiento de la subs-
tancia blanca en algunas partes de la zona frontal, por
ejemplo, una disfunción del hipocampo (déficit cogni-
motores), pérdida de neuronas en las estructuras hipo-
talamolímbicas (anomalías del comportamiento). Existe
además un volumen cerebral reducido en más de 20 uni-
dades/semana [6] .
En la primera infancia, el desarrollo psicomotor es
lento, con, sobre todo, trastornos de la motricidad y un
tono muscular bajo.
En la edad escolar, la inestabilidad psicomotora, los tras-
tornos de la atención y las anomalías de la motricidad fina
alteran el aprendizaje. La adquisición del lenguaje, de la
lectura y de la escritura es más tardía. Todo ocurre como
si los procesos neuroconductuales se ralentizaran. Se ha
observado una hiperactividad en los niños que no reúnen
todos los criterios.
El cociente intelectual (CI) suele estar disminuido. En
general, cuanto más grave es la dismorfia, menor es el CI.
En los SAF, el CI medio es de 70 para Lemoine et al [13] y
pueden existir problemas de educación relacionados con
agitación y trastornos de la atención. Una rehabilitación
precoz iniciada desde el nacimiento y continuada durante
los primeros años permite ofrecer un mejor futuro.
“ Punto fundamental
Se tienen que identificar las anomalías morfoló-
gicas del niño debidas al alcoholismo materno,
para poner en marcha lo antes posible las medidas
de rehabilitación que limitarán las consecuencias
neuroconductuales.
En la edad adulta, Davis et al [15] han observado pro-
blemas de salud mental en el 90% de los casos, una
interrupción de la escolaridad en el 60%, actos de delin-
cuencia en el 60%, reclusión en centros en el 50%,
trastornos del comportamiento sexual en el 50% y toxi-
comanía en el 30%. Las personas más afectadas no son
autónomas y frecuentan centros para discapacitados. Sin
embargo, muchos individuos con SAF pueden tener una
vida personal, desde luego precaria, pero que les permite
fundar una familia. Lamentablemente, cerca del 50% de
estos niños sufre alcoholismo [16] .
Alteraciones funcionales neonatales
Existe un incremento del riesgo de insuficiencias res-
piratorias en el prematuro, por defecto de las proteínas
estructurales del surfactante SP-A y de SP-C [17] . Cabe
señalar que el aumento de la frecuencia de las muertes
súbitas del recién nacido se debe al alcoholismo materno
(por falta de vigilancia de los padres) [18] .
3
E – 5-048-M-20  Alcohol y embarazo
Umbrales
Determinar un umbral a partir del cual el riesgo fetal
existe o comienza a ser importante es primordial, ya que
algunas pacientes aceptan disminuir la cantidad ingerida
pero no aguantan una abstinencia total. Los estudios epi-
demiológicos antiguos establecen un primer umbral en
cinco bebidas al día. Sólo el 1% de las mujeres alcanza o
sobrepasa este umbral, pero en este grupo el riesgo de SAF
es alto.
El análisis de literatura realizado por Henderson et
al [19] , que han estudiado los abortos, las muertes feta-
les, los retrasos de crecimiento, la prematuridad y las
malformaciones, muestra que en estas enfermedades no
hay un efecto estadísticamente significativo del consumo
leve a moderado sobre el futuro del embarazo (menos de
84 g/semana, es decir 12 g/d); en lo referente al alcoho-
lismo agudo (60 g de una sola vez) [2] , se puede observar
un efecto en el desarrollo neurológico. Hay que recor-
dar que las encuestas pueden subestimar la frecuencia
del alcoholismo agudo en mujeres que no consumen
más de una o dos bebidas pero que durante las borra-
cheras de fin de semana sobrepasan con creces esta
cantidad [21, 22] .
El consumo moderado provoca trastornos del des-
arrollo neuroconductual [9] . Se ha observado un efecto
dependiente de la dosis en las dificultades del apren-
dizaje y de la atención, principalmente en lo relativo
a la lectura y al cálculo [22, 23] . Un consumo moderado
de alcohol y fumar al principio del embarazo no pare-
cen tener efectos directos y consecuencias sobre el CI [24] .
Globalmente, existe una relación lineal entre la cantidad
consumida y los efectos sobre el feto, sin olvidar que estas
complicaciones no se observan en todos los niños expues-
tos [20, 23] . Dada la gran susceptibilidad individual, debe res-
petarse la regla de no consumir nada de alcohol durante el
embarazo.
“ Punto fundamental
No existe un umbral a partir del cual aparezcan
las anomalías del niño. Un consumo moderado
puede provocar anomalías del comportamiento.
Los factores genéticos condicionan la susceptibili-
dad individual.
Los consejos que se ofrecen varían, sin embargo, de
un país a otro. Un estudio realizado en seis países por
Drabble et al [1] muestra que se recomienda la abstinen-
cia total o se dice que la abstinencia es la mejor elección
para evitar así las conductas más peligrosas, o se dice
que un consumo bajo, sin duda alguna, no es peligroso.
Pero cada vez son más las recomendaciones recientes
que abogan por la abstinencia completa; en materia
de consumo de alcohol durante el embarazo, la norma
social parece haberse inclinado hacia el consumo cero de
alcohol [25] .
 Fisiopatología
El período de máxima vulnerabilidad es el primer tri-
mestre del embarazo, pero los estudios epidemiológicos y
experimentales han demostrado que la toxicidad del alco-
hol está presente durante toda la gestación. En el primer
trimestre se afectan la migración, la proliferación y la orga-
nización de las células del cerebro; en el último trimestre,
las lesiones atañen sobre todo al cerebelo, el hipocampo
4 EMC - Ginecología-Obstetricia
y el córtex prefrontal [15] . El efecto de las intoxicaciones
agudas podría ser mayor que el del alcoholismo cró-
nico [21] , lo que evidentemente es muy preocupante, ya
que este consumo agudo es frecuente en los jóvenes y va
en aumento; ahora bien, la mayoría de las mujeres jóve-
nes que beben de este modo no toma anticonceptivos,
por lo que puede haber una intoxicación aguda antes del
diagnóstico de embarazo.
El etanol y el acetaldehído, producto de la degradación
hepática del etanol, han sido implicados. Ambos atra-
viesan fácilmente la barrera placentaria. Las capacidades
enzimáticas hepáticas del feto son muy bajas y las de la
madre pueden sobrepasarse en caso de alcoholismo grave
y/o crónico. El feto puede, por lo tanto, verse expuesto a
una alcoholemia igual a la de su madre, pero la elimina-
ción del alcohol a nivel del compartimento fetal es mucho
más lenta, por lo que el feto está expuesto más tiempo. El
alcohol interfiere con las etapas de la multiplicación de
las células cerebrales, con la migración neuronal y con
la sinaptogénesis [26] . Su papel causal está confirmado por
el hecho de que las mujeres que han tenido hijos con
SAF y que después se han hecho abstemias tienen hijos
sanos [16] .
Posibles mecanismos
Se han propuesto varias explicaciones a las lesiones, que
no son incompatibles entre sí:
• el déficit de ácido retinoico, provocado por competi-
ción enzimática con la degradación del etanol, favorece
la apoptosis celular de las crestas neurales y las ano-
malías de migración, que conducen a las anomalías
cerebrales y faciales [16, 27, 28] ;
• una modificación del funcionamiento de varios recep-
tores de las células cerebrales, lo que favorece la
degeneración neuronal [7] ;
• un defecto de unión a los receptores de la insulina,
necesarios para la viabilidad, la formación de las sinap-
sis y la producción de acetilcolina [29] .
El etanol actúa como un neurotóxico y causa estrés
oxidativo, lesiones del ácido desoxirribonucleico (ADN)
y disfunción mitocondrial.
Papel de los factores genéticos
Intervienen la susceptibilidad individual de la madre
(actividades enzimáticas hepáticas) y la del feto. El poli-
morfismo del gen ADH1B de la alcohol-deshidrogenasa en
la madre, así como tal vez en el feto, interviene en la sus-
ceptibilidad a las lesiones. La expresión del gen CYP2E1
del citocromo P450 E1 interviene también en el metabo-
lismo del etanol y puede influir en la susceptibilidad al
SAF.
Las diferencias entre gemelos indican que los factores
genéticos intervienen en el impacto del alcohol sobre el
desarrollo fetal: entre las parejas de gemelos dicigotos, las
afectaciones presentan distinta gravedad, mientras que
los monocigotos presentan SAF concordantes [14, 21, 30] . Los
factores genéticos podrían intervenir en la existencia o no
de las lesiones y en su grado.
Otros factores
No hay que olvidar la desnutrición, cuyo papel no es
esencial en el determinismo del CIR, las carencias de ácido
fólico y de zinc. Se han descrito también el papel de una
disminución de las reservas y del uso del glucógeno fetal,
una menor resistencia a la hipoxia y el papel del taba-
quismo asociado [31] .
Para Jacobson [32] , las mujeres relativamente mayores
pondrían más en peligro al feto que las jóvenes (pero el
alcoholismo crónico aumenta con la edad).

 Conducta práctica
Alcoholismo desconocido
Durante la consulta preconcepcional y al principio del
embarazo, es esencial identificar las intoxicaciones, lo que
supone que se conocen bien los medios de detección pre-
coz.
Búsqueda de las mujeres más expuestas
Los datos de la literatura son múltiples, pero desta-
can dos ideas principales. Las mujeres expuestas son las
que presentan factores de vulnerabilidad y aquellas cuya
intoxicación es un alcoholismo «profesional», sostenido.
Los factores de vulnerabilidad citados son múltiples: ado-
lescentes o mujeres jóvenes, solteras, con bajo nivel de
estudios [20] , antecedentes de violencia física, psicológica
o sexual [33] , antecedentes de depresión [34] . Se observan
otro tipo de intoxicaciones (principalmente tabaquismo)
en las mismas poblaciones, por lo que debe asociarse
la búsqueda de otras intoxicaciones. La importancia de
la herencia materna es mayor al tratarse de mujeres de
medios sociales más desfavorecidos [35, 36] . El tabaquismo
de la madre de la mujer podría favorecer la intoxicación
alcohólica (más de 20 cigarrillos al día: riesgo de alcoho-
lismo en la descendencia) [37] .
En la práctica, es imperativo buscar este consumo en
todas las mujeres. La información y la divulgación de la
abstinencia deben incluirse de rutina en los cuidados pre-
natales [38] .
Métodos de detección precoz
El estado de la adicción ante el consumo de alcohol se
determina a partir de autocuestionarios validados en la
población general francesa.
Herramientas no específicas del embarazo
El cuestionario CAGE (Cutt off, Annoyed, Guilty, Eye ope-
ner) presenta una buena sensibilidad para la población
general pero ha sido criticado para las mujeres embara-
zadas.
El Audit-C (Alcohol Use Disorder Identification Test) tiene
en cuenta, al mismo tiempo, la frecuencia del consumo
en los últimos 12 meses, el número de vasos bebidos
un día normal de consumo y la frecuencia de los epi-
sodios de consumo puntuales de grandes cantidades.
Existe una versión corta del Audit, desarrollado bajo
el auspicio de la OMS, para detectar a los consumido-
res de alcohol de riesgo o con problemas. Incluye tres
preguntas sobre la frecuencia de consumo y la canti-
dad de alcohol ingerida en los últimos 12 meses. La
clasificación de los bebedores según el Audit-C incluye
cuatro niveles: las personas «sin riesgo ocasional», «sin
riesgo regular», «de riesgo puntual» y «de riesgo crónico
o dependientes».
Herramientas específicas del embarazo
Los cuestionarios T-ACE y TWEAK han sido elabo-
rados para la detección precoz del consumo perinatal
de alcohol que expone a la paciente a riesgos [39, 40]
(Cuadros 2 y 3). La Société Française d’Alcoologie reco-
mienda el T-ACE publicado en 1989, al principio validado
en su versión anglosajona [41–43] . La herramienta ALPHA
tiene como objetivo detectar precozmente el consumo
materno de drogas psicoactivas (incluido el alcohol).
Incluye preguntas validadas para identificar los factores
de riesgo psicosociales relacionados, como la violencia
doméstica o la depresión posparto [44] .
Límites de los cuestionarios para la identificación
La infradeclaración se debe a la reprobación moral
de la sociedad en general y de los sanitarios en parti-
cular. La recogida de datos mediante autocuestionario
en el posparto inmediato parece inducir una menor
EMC - Ginecología-Obstetricia
Alcohol y embarazo  E – 5-048-M-20
Cuadro 2.
Cuestionario T-ACE.
T ¿Cuántos vasos tiene que beber para
(Tolerabilidad) sentir los primeros efectos del alcohol?
A ¿Le ha molestado alguna vez gente que
le criticaba en relación con su consumo?
C ¿Siente alguna vez la necesidad de
reducir su consumo?
E ¿Alguna vez toma una copa al levantarse
(Eye-opener) de la cama para calmarse o hacer
desaparecer la resaca?
Puntuación: T: 2 puntos si ≥ 3 vasos; A, C, E: 1 punto para cada
respuesta afirmativa
Un total de 2 puntos o más indica que la paciente es susceptible
de presentar un problema con el alcohol.
Cuadro 3.
Cuestionario T-WEAK.
T Tolerabilidad
W ¿Personas cercanas a usted se han preocupado o
quejado de su consumo en el último año?
(Worried)
E Eye-opener
A ¿Un amigo o miembro de su familia le ha
contado cosas que usted ha dicho o hecho en
estado de intoxicación y que no recuerda?
(Amnesia o pérdida de conocimiento)
K ¿Siente usted en ocasiones la necesidad de
reducir su consumo? (Cut-down)
Puntuación: T: 2 puntos si ≥ 3 vasos; W, E, A, K: 1 punto para
cada respuesta afirmativa
Un total de 3 puntos o más indica que la paciente corre riesgos
por su consumo
infradeclaración [45, 46] , a pesar de que esta recogida intro-
duzca un sesgo de memorización de los consumos al inicio
del embarazo.
Signos de alarma ecográficos
El control ecográfico del embarazo puede orientar hacia
un SAF. Los principales signos de alarma ecográficos son
un CIR precoz, simétrico, con una disminución de la
relación circunferencia cerebral/circunferencia abdomi-
nal y del diámetro cerebeloso [47, 48] y una disminución
del fémur [47] , malformaciones cardíacas y cerebrales y un
síndrome dismórfico facial.
“ Punto fundamental
La búsqueda de un alcoholismo materno debe ser
sistemática ante un CIR simétrico o ante una dis-
minución del perímetro craneal.
Marcadores biológicos
Los marcadores del alcoholismo crónico no son poten-
tes instrumentos de diagnóstico. La determinación de la
gamma glutamil transferasa (gamma GT) y la búsqueda
de una macrocitosis no son específicas y no presentan la
suficiente sensibilidad para permitir una detección pre-
coz eficaz. Además, en las pacientes embarazadas que
siguen bebiendo, la gamma GT desciende en la mayoría
5
E – 5-048-M-20  Alcohol y embarazo
Cuadro 4.
Tratamiento de los síndromes de abstinencia (recomendaciones
de la SOGC).
Tiamina: 100 mg por vía oral una vez al día, durante 3 días
Ácido fólico: 5 mg por vía oral una vez al día
Diazepam: 20 mg por vía oral cada 1-2 horas hasta minimizar
los síntomas
Administrar lorazepam, 2-4 mg sublingual o por vía oral cada
2-4 horas durante el trabajo de parto
Controlar el estado de hidratación y los niveles de electrólitos
de los casos en el segundo y tercer trimestre hasta alcanzar
valores normales [49] . La transferrina deficiente en carbohi-
dratos y la hemoglobina acetaldehído carecen también de
sensibilidad y especificidad para emplearse como pruebas
de detección precoz.
Sin embargo, de forma global, una elevación de estos
indicadores hace temer por un SAF grave, ya que traduce
una importante impregnación. Así mismo, estas pruebas
realizadas durante el estudio en función del descubri-
miento ecográfico de dismorfias faciales, de anomalías
cerebrales o de un retraso del crecimiento pueden orientar
hacia un alcoholismo.
Estudio alimentario
Los dietistas saben buscar y cuantificar la intoxicación
materna. Lamentablemente, no son muy numerosos, pero
puede requerirse su ayuda en caso de sospecha o durante
el estudio de un CIR.
Exploración del recién nacido
No es frecuente que la exploración del recién nacido
indique una intoxicación in utero, pero es muy impor-
tante reconocer pequeñas anomalías que orienten hacia
EAF para iniciar un seguimiento personalizado del niño y
desarrollar medidas de rehabilitación apropiadas. Lamen-
tablemente, no siempre es fácil reconocer estas anomalías,
hecho que debe mejorarse [50] . Con este fin, es muy impor-
tante la formación del personal que trabaja en el paritorio,
sobre todo de obstetras y matronas jóvenes. Con el
tiempo, en la práctica, resulta menos útil la sugerencia
del origen tóxico de las alteraciones neuroconductuales.
Alcoholismo conocido
Durante el embarazo
Se debe reforzar la vigilancia mediante una inter-
vención multidisciplinaria. En el plano obstétrico, se
recomienda una consulta semanal o cada 15 días y una
ecografía mensual. Se aconseja la prescripción de comple-
jos polivitamínicos y antioxidantes.
Debe establecerse un protocolo de tratamiento si la
paciente presenta alteraciones patentes de etilismo. Las
recomendaciones de la Société des Obstétriciens et Gyné-
cologues du Canada figuran en el Cuadro 4.
Se previene la recaída mediante el tratamiento del con-
sumo y el establecimiento de una red de apoyo. Las
intervenciones de corta duración pueden ir del simple
consejo formulado por el médico durante las sesiones
de «consejo motivacional», que consiste en el estableci-
miento de objetivos, hasta la resolución de los problemas
que son los factores desencadenantes. Estas intervencio-
nes han demostrado su eficacia [51, 52] .
Al nacimiento
El recién nacido puede presentar al nacimiento un sín-
drome de impregnación con una puntuación de Apgar
baja, seguida, a las 6-12 horas, de un síndrome de absti-
nencia con hiperexcitabilidad, alteraciones del tono, de la
succión y de la deglución, aumento del ritmo respiratorio
6 EMC - Ginecología-Obstetricia
y distensión abdominal y trastornos del sueño. Este cua-
dro experimenta una regresión en algunas semanas [53] .
Existe también un mayor riesgo de asfixia intrana-
tal (pH < 7,10; lactatos > 6,35 mmol/l, Apgar < 7 a los
5 minutos) [9] .
Se debe notificar el nacimiento al pediatra de la mater-
nidad.
Lactancia
La teratogenicidad del alcohol persiste durante los pri-
meros meses de vida. Los niveles de alcohol en la leche
materna son idénticos a los niveles plasmáticos mater-
nos. Por lo tanto, se desaconseja la lactancia si persiste
el consumo [7] .
En el posparto
Se debe reforzar la vigilancia, ya que el posparto repre-
senta un período de especial fragilidad; los problemas al
tratar con el niño pueden conducir a la mujer a volver
a consumir o a incrementar su consumo. En este caso
resulta particularmente útil el soporte de los trabajadores
sociales y otros sistemas de apoyo.
Seguimiento del niño
Es necesario un seguimiento del niño durante varios
años, para detectar las alteraciones neuroconductuales y
tratarlas mediante una apropiada rehabilitación.
“ Punto fundamental
El coste medio de la intervención médico-social de
un niño que presenta SAF, entre el nacimiento y su
sexto aniversario, está estimado en la actualidad en
116 628 euros [56] .
Futuros embarazos
Los embarazos futuros suponen un importante riesgo
de recidiva: tras un primer hijo con SAF, el riesgo de afec-
tación del siguiente hijo es del 80%. Por lo tanto, se debe
hacer todo lo posible para evitar este hecho mediante una
intervención multidisciplinaria.
 Conclusión: alcohol,
embarazo y salud pública
“ Punto fundamental
La detección precoz del consumo materno de
alcohol es una necesidad de salud pública. Debe
promover el mensaje «nada de alcohol durante el
embarazo».
Un informe colectivo del Institut National de la Santé
et de la Recherche Médicale (INSERM) publicado en sep-
tiembre de 2001 ha concluido: «Se aconseja a las mujeres
embarazadas no consumir bebidas alcohólicas durante el
embarazo» [55] . La Société Française d’Addictologie acon-
seja también la abstinencia y reafirma el papel del
profesional sanitario en la difusión de este mensaje [56] . Es
primordial favorecer la difusión del mensaje de abstinen-
cia al conjunto de la población de mujeres embarazadas,

ya que se ha demostrado el impacto de la intervención
breve en términos de disminución del consumo en bebe-
doras moderadas.
Desde 2004, se han puesto en marcha una serie de
medidas para prevenir el SAF y el consumo de alcohol
durante el embarazo. En las etiquetas de las bebidas alco-
hólicas se ha añadido un mensaje sanitario preventivo que
recomienda no consumir alcohol durante el embarazo en
muchos países de nuestro entorno.
En 2006, el Institut National de Prévention et
d’Education à la Santé (INPES) inició campañas de sen-
sibilización de los profesionales sanitarios (ginecólogos,
parteras y personal de apoyo) en los riesgos fetales
generados por el consumo de alcohol, transmitidas por
campañas de información dirigidas a todo el público. El
nuevo diseño de la cartilla sanitaria de maternidad de julio
de 2007 menciona los riesgos del alcohol.
En Francia, una guía forma parte de un eje del plan
gubernamental 2008-2011: Preservar la salud del niño que
va a nacer y de la madre y tener en cuenta las características
de las mujeres consumidoras de drogas y alcohol.
Es prioritario mejorar los conocimientos del personal
hospitalario sobre las adicciones, sobre todo durante el
embarazo.
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C. Dano, Praticien hospitalier.

A. Fournié, Professeur honoraire des Universités, ancien praticien hospitalier (a.fournie@neuf.fr).
F. Le Geay, Praticien hospitalier contractuel.
Unité d’addictologie, Médecine E, CHU d’Angers, 4, rue Larrey, 49933 Angers cedex 9, France.
C. Lefebvre-Lacoeuille, Praticien hospitalier.
Service de gynécologie-obstétrique, CHU d’Angers, 4, rue Larrey, 49933 Angers cedex 9, France.
S. Fanello, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Département universitaire de Santé publique, CHU d’Angers, 4, rue Larrey, 49933 Angers cedex 9, France.
P. Descamps, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Service de gynécologie-obstétrique, CHU d’Angers, 4, rue Larrey, 49933 Angers cedex 9, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Dano C, Fournié A, Le Geay F, Lefebvre-Lacoeuille C, Fanello S,
Descamps P. Alcohol y embarazo. EMC - Ginecología-Obstetricia 2013;49(1):1-8 [Artículo E – 5-048-M-20].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

8 EMC - Ginecología-Obstetricia