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Juan Diego Velásquez Fuerte 201618220 Español-Sección 29

Texto de reflexión

Mis fortalezas en el proceso de escritura son, sobre todo, la ortografía. Evidencia de esto es que,
en los talleres de tildes, mi nota mínima fue un 4,5; además de que rara vez encontraba alguna
anotación sobre la falta del acento gráfico. Del mismo modo, tengo facilidad en construir oraciones
gramaticalmente correctas y con su debida puntuación, tal como la siguiente frase presente en la
reseña del tercer texto: «El conflicto armado en Colombia, que desde mediados del siglo XX ha
sido una constante en el país, se ha caracterizado por la existencia de innumerables violaciones a
los derechos humanos, las cuales, han quedado (en su mayoría) en el completo olvido por parte del
colectivo colombiano.». Como se puede ver, la oración está formada por dos partes fácilmente
diferenciables (sujeto, «El conflicto armado en Colombia»; predicado, lo demás); subordinaciones
correctamente separadas por comas; e incisos determinados por los paréntesis. Así pues, puedo
decir que la gramática simple (identificar sujetos y predicados) y la puntuación (en general) son
mis fuertes al momento de escribir, por lo que mis textos se hacen más entendibles en este sentido.

Por otro lado, un aspecto en el que debo mejorar es en la puntuación en cuanto a cuándo
usar el punto y coma (;) en vez de la coma (,). Desde el inicio se nos dijo que el punto y coma era
el signo de puntuación más difícil de utilizar, lo que queda demostrado, en mi caso, en gran parte
de los ejercicios de puntuación en los que mi mayor error fue confundir el uso de este signo de
puntuación; y en el siguiente ejemplo, correspondiente al resumen de la primera lectura: «…hechos
violentos, que se intensificaron con el asesinato de Gaitán en 1948, con el cierre del parlamento
(controlado por los liberales) en 1949, con la elección del conservador Laureano Gómez como
presidente en 1950, y con la creación de guerrillas liberales y grupos conservadores que se
enfrentaron entre sí.». Fácilmente se puede observar que es una enumeración cuyos componentes
son tan largos que para separarlos requieren de un punto y coma (;) en vez de una coma. La cuestión
es que, en ese momento, no lo tuve en cuenta, por lo que, en la corrección, la profesora reemplazó
los signos erróneos por los que correspondían. De este modo, queda en claro mi debilidad en el uso
del punto y coma (;).

. Otro aspecto para mejorar que encontré en los trabajos es que suelo alargarme en los
párrafos, haciéndolos muy largos o usando expresiones que fácilmente podrían reducirse a unas
pocas palabras. Por ejemplo, en la reseña basada en la segunda lectura, para indicar que sus
divisiones trataban varias temáticas estructuralmente no diferenciadas, escribí lo siguiente: «...que,

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a su vez, están divididos (aunque no explícitamente) en varias temáticas…». La profesora lo


corrigió de esta forma: «…que, a su vez, comprenden varias temáticas…». Como se puede ver,
utilicé primeramente 5 palabras para dejar en claro una idea; mientras que en la corrección solo se
necesitó de un solo término para decir lo mismo. Así pues, queda establecido que algo en lo que
tengo que mejorar es en la economía verbal, la cual sirve para hacer al texto mucho más fluido y
entendible para el lector.

Para mejorar en estos aspectos, considero que lo primero es revisar detenidamente el


material que se nos ha brindado en la clase en cuanto al uso del punto y coma (;) y, con base en
ello, buscar ejercicios por internet para practicar lo aprendido. Así mismo, en el caso de las
oraciones y párrafos largos, la mejor manera de superarlo es planeando antes de escribir lo que se
va a decir; para, de este modo, tener claro qué es lo más importante para resaltar y, por consiguiente,
buscar expresarlo en la menor cantidad de palabras posibles. Creo que en este punto también sería
importante usar un diccionario de sinónimos y antónimos: porque se pueden buscar palabras menos
largas y que quieran decir el mismo significado.

Ahora bien, ¿puede decirse que las habilidades desarrolladas en el curso de Español han
contribuido a mi desarrollo personal y profesional? En efecto, considero que son muy útiles para
desenvolverse personal y profesionalmente, puesto que la escritura, como método para expresar
ideas, es un proceso formativo y necesario para cualquier carrera, profesión o vivencia personal
(en el caso de que la requiera) en la medida en que hace parte de la cotidianidad de estos. Así pues,
mientras mejores sean las habilidades de redacción y ortografía de la persona, su vida profesional
y laboral será más fructífera y llevadera.

En primer lugar, hay que entender a la escritura como una habilidad no innata, es decir, no
adquirida desde el momento en el que nacemos. Así pues, es comprensible que se aprende y
desarrolla progresivamente con el paso de los años; lo que hace de la escritura un método de error
y corrección en el que se va mejorando conforme se adquieren mayores capacidades para esta tarea.
Dicho esto, las coevaluaciones y revisiones del profesor adquieren importancia en la medida en la
que yo, como escritor, puedo darme cuenta de los errores que cometo al redactar un texto de
cualquier tipo para corregirlos y aprender de ellos. De este modo, una de las cosas que ha entrado
en mi cabeza que para quien lea mis textos los puedan comprender es necesario recurrir a un
lenguaje que, además de apropiado y formal, sea sencillo y fluido; por lo que se tienen que evitar

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el uso de palabras rebuscadas, complejas y/o desconocidas. Por ejemplo, en una reseña que escribí
con base en las tres primeras partes del informe del CNMH1, ¡Basta ya!, para decir que en una de
estas divisiones se señalaba que los actores del conflicto armado en Colombia recurrieron
mayormente a determinadas modalidades de violencia utilicé la siguiente frase: «…en el que se
sigue una lógica de entablar quiénes recurrieron más a estas prácticas…», la cual, la profesora me
corrigió de esta forma: «para dilucidar quiénes recurrieron…». Como se puede ver, la segunda
oración es una manera mucho más simple para expresar lo mismo, lo que me lleva a pensar sobre
la naturalidad del lenguaje escrito y, por lo tanto, me invita a tener en cuenta este aspecto para mis
textos posteriores.

Un ejemplo más de lo anterior lo pude observar en la coevaluación que uno de mis


compañeros hizo a otro de mis trabajos escritos, cuyo fin era comparar los dos estudios sobre la
Violencia en Colombia que habíamos leído hasta ese momento. En la conclusión, redacté la
siguiente oración: «…tanto el uno como el otro están más concentrados en cierto aspecto que en el
otro», la cual, según la anotación que encontré, confundió a mi coevaluador. Posteriormente, la
cambié por esta frase: «…tanto el uno como el otro están más concentrados en determinado
aspecto…», más entendibles por el hecho de que ningún término se repetía. Esto es algo que me
sucedía repetidas veces en los diferentes trabajos, en los que podía usar fácilmente una misma
palabra tres veces en un solo párrafo. Así, en el primer texto que hice (el resumen de la primera
lectura) usé el verbo “generar” en tres formas distintas en una oración, tal como se puede ver en lo
siguiente: «…Lo anterior, de acuerdo con el autor, ha generado que en el país se genere una
discusión sobre si los colombianos son violentos por naturaleza…, por lo tanto, lo “irracional” de
la Violencia está necesariamente sujeto al contexto social que este fenómeno genera.». Puede que,
desde mi perspectiva como escritor, la idea se entienda, pero el uso reiterativo de una misma
palabra en sus diferentes formas contribuye a que el lector se confunda al concentrarse mayormente
en dicho término repetitivo (como considero que sucedió en el ejemplo mostrado al inicio de este
párrafo). De este modo, puedo tener en consideración para los escritos venideros que una manera
de garantizarles fluidez y claridad en lo que quieren expresar es que hay que recurrir a los sinónimos
de aquellas palabras que sean necesarias utilizar redundantemente; por lo que un diccionario de

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Siglas de Centro Nacional de Memoria Histórica.

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sinónimos y antónimos (y la búsqueda de un vocabulario más variado por medio de la lectura) son
buenos elementos para el cumplimiento de este aspecto.

Ahora bien, ¿qué se puede resaltar de los ejemplos anteriormente expuestos? Ya se dijo
anteriormente: puede que las ideas que se manejan en un texto sean entendibles en cuanto a su fin;
pero si la forma en las que son redactadas no es la más apropiada, entonces la comprensión del
lector de estas se verá afectada. Así pues, en el proceso de escritura, la estructura es igual de
importante que el contenido, por lo que recurrir a falencias en el primer aspecto (ya sea usando un
lenguaje complicado, repitiendo palabras, etc.) tendrá sus consecuencias negativas para lo segundo.
Dicho esto, solo es pensar, a modo de otro ejemplo, en una tesis de grado en la que se cometan
todos estos errores de escritura y que, en consecuencia, sea rechazada al no entenderse lo que quería
decir. Igualmente, se puede imaginar un proyecto laboral que, aunque exponga muy buenas ideas,
no sea tenido en cuenta debido a la forma confusa y mal estructurada como se presentan. De este
modo, tener buenas habilidades de escritura es fundamental para cualquier persona que recurra al
medio escrito como método de expresión, puesto que un mensaje correctamente estructurado en
cuanto a su forma hace más llevadera su recepción.

No obstante, el proceso de escritura no solo se basa en un uso correcto, sencillo y variado


del lenguaje, sino que la puntuación también es importante en el momento de redactar cualquier
texto. En este punto sucede lo mismo que en lo anterior: puede que se tenga muy en claro la idea
que se quiere exponer, pero si no se estructura correctamente será más difícil para el lector
comprender lo que se quiere decir. Ahora bien, las faltas o excesos en el uso de los diferentes signos
de puntuación contribuyen, del mismo modo, a un mejor o peor entendimiento de los conceptos
manejados en un escrito. Tal como se puede observar en el siguiente ejemplo, presente en el
resumen que hice de la primera lectura, la falta de comas (,) hacen que la frase, además de larga,
no se comprenda completamente: «Luego muestra ciertas causas de toda índole y finalmente da
una explicación alternativa basada en dos diferentes tipos de “violencia” con el fin de señalar
diversos aspectos estructurales que son fundamentales para entender este periodo de tiempo.». De
la misma manera, la frase presente a continuación (incluida en la comparación entre las dos
primeras lecturas) muestra el uso excesivo que hice de las comas: «Como bien se sabe, el fenómeno
de la Violencia en Colombia, ha sido un fenómeno que, dado su alto grado de complejidad, ha
influido sobremanera en las dinámicas políticas, económicas, sociales, y culturales, que

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actualmente rigen al país.»; lo que llevó a que mi coevaluador comentara que era confusa. Así pues,
queda establecido que el empleo restringido o exagerado de los signos de puntuación influyen en
la comprensión de las ideas escritas, por lo que es necesario saber cuándo recurrir a determinado
signo. De ahí que en el curso se nos haya explicado detalladamente lo anterior: comas, puntos,
punto y comas, dos puntos, etc., tienen sus usos preestablecidos, los cuales, son necesarios tener
en cuenta para que todo texto que escribamos sea entendible.

En conclusión, las habilidades y reglas aprendidas en el curso de Español son determinantes


para cualquier momento en el que se requiera la escritura como método para expresar ideas. Tanto
la puntuación como la redacción, la gramática y el uso variado del vocabulario son importantes
para que el mensaje que se quiera transmitir sea entendible, por lo que desarrollar al máximo estas
capacidades permitirá mayor efectividad en cuanto a la transmisión y recepción de mensajes. No
importa en qué instante se necesite de ella; la escritura siempre estará presente en nuestras vidas
personales y profesionales. Por lo tanto, hay que estar lo suficientemente preparados para hacer
uso de ella y, de esta forma, poder llevar mejor tanto nuestra carrera universitaria como nuestra
profesión y nuestra vida.

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