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 UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES Y


POLÍTICAS

LÓGICA Y ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

DOCENTE
AB. ANTONIO ENRIQUE YAGUAL NOBOA

TEMA
INTERPRETACIÓN DEL DERECHO

CURSO
5/7

INTEGRANTES
SHARON VÁSQEZ GARCÍA
MARÍA DE LOS ANGELES REAL MOSQUERA
YULIA NAZARENO MOSQUERA
JANESKY MONCAYO MACÌAS
KATHIUSCA LLAGUNO
ANDREA YAGUAL VILLAGÓMEZ

AÑO LECTIVO
2018 - 2019

INDICE
RESUMEN ..................................................................................................................................... 3

CONGRESO DE PANAMÁ .......................................................................................................... 6

1.1. Antecedentes .................................................................................................................... 6

1.2. Países convocados ............................................................................................................ 7

1.2.1. Bolivia ....................................................................................................................... 7

1.2.2. Argentina................................................................................................................... 8

1.2.3. Chile .......................................................................................................................... 8

1.2.4. Paraguay.................................................................................................................... 8

1.2.5. Brasil ......................................................................................................................... 9

1.2.6. Estados Unidos.......................................................................................................... 9

1.2.7. Reino Unido ............................................................................................................ 10

1.2.8. Países Bajos ............................................................................................................ 10

1.3. Desarrollo y acuerdos ..................................................................................................... 11

1.4. Cierre del Congreso de Panamá y traslado a Tacubaya ................................................. 13

1.5. Consecuencias ................................................................................................................ 14


RESUMEN
El 22 de junio de 1826 se instala el Congreso Anfictiónico de Panamá, proyecto
integracionista del Libertador Simón Bolívar “Entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, se
reunió en Panamá el Congreso Anfictiónico, el cual tenía el gran objetivo de crear una
confederación de los pueblos iberoamericanos, desde México hasta Chile y Argentina.

Era el momento cumbre de las revoluciones independentistas hispanoamericanas. Simón


Bolívar y el Mariscal Antonio José de Sucre, acababan de liberar el Alto Perú (Bolivia), último
bastión del realismo español en el continente. Salvo Cuba y Puerto Rico, toda la América hispana
era finalmente libre, luego de décadas de sangrientas guerras contra el poder colonial. El Congreso
Anfictiónico de Panamá fue, a la vez, la culminación del máximo sueño de Bolívar y el comienzo
de su fracaso.

Esta magna asamblea debía fundamentar una gran nación que, por extensión, población y
riquezas naturales jugaría un papel de primer orden el mundo, puso al descubierto todas nuestras
debilidades. Frente a la gran capacidad visionaria del Libertador, sin duda el hispanoamericano
más preclaro de su tiempo, se opuso la cortedad de miras de oligarquías regionales de latifundistas
y comerciantes supeditados a los capitalistas extranjeros. La idea de la confederación no implicaba
para Bolívar el desconocimiento de las particularidades regionales, las dificultades geográficas y
las diferencias económicas. En la Carta de Jamaica, éste reconoce la posibilidad que, de la
independencia lleguen a surgir hasta 15 ó 17 estados “independientes entre sí”. Bolívar visualiza
la consolidación de seis repúblicas principales: México, Centroamérica (incluyendo al Istmo de
Panamá), la Gran Colombia (de la unidad de la Nueva Granada y Venezuela), Perú (incluyendo lo
que sería luego Bolivia), Buenos Aires y Chile.

Estas repúblicas habrían de conformarse siguiendo la tradición del “uti possidetis iuris”, es
decir, manteniendo la conformación política que le dio la administración colonial española a sus
enormes posesiones en América. Sus gobiernos deberían ser centralistas, a criterio de Bolívar, ya
que para él, el federalismo a ultranza fue la causa de la división y fracaso de las primeras repúblicas
proclamadas hacia 1810, período que se ha dado en llamar en Colombia de la 'patria boba'.
Eso sí, el Libertador rechaza tajantemente la idea de sujetarlas bajo un régimen monárquico.
Principio que sostuvo hasta el final de sus días, pese a que reiteradamente le fue propuesto
proclamarse emperador, como Napoleón. Siempre se mantuvo ferozmente republicano, aunque
fuera bajo un régimen con libertades recortadas, por temor a la anarquía. Cuando, en la Carta de
Jamaica, el Libertador especula con la idea de crear una sola nación continental adquiere un tono
más bien escéptico, veamos: 'Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo
una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un
origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo
gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque
climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la
América'.

Por eso, cuando a partir de 1824, frente a una América casi completamente liberada, Bolívar
retoma la idea para concretarla, no está pensando en crear un solo estado nacional bajo un gobierno
presidido por él, como falsamente adujeron oligarcas extranjerizantes, como Rivadavia para
justificar el boicot al Congreso Anfictiónico. Más bien tenía en mente una Liga o Alianza que fuera
política, económica y militar, sin que ello significara la disolución de los gobiernos y repúblicas
que le conformaran.

El 7 de diciembre de 1824, dos días antes de la batalla de Ayacucho, como jefe de Estado de
Perú, Simón Bolívar dirige una convocatoria a los gobiernos de Colombia la Grande, México, el
Río La Plata, Chile y Guatemala (América Central), para instalar una Asamblea de
Plenipotenciarios en Panamá, para “obtener el sistema de garantías que, en paz y guerra, sea el
escudo de nuestro nuevo destino...”. Sobre los objetivos de esta asamblea, dice: 'Entablar aquel
sistema y consolidar el poder de este gran cuerpo político, pertenece al ejercicio de una autoridad
sublime que dirija la política de nuestros gobiernos, cuyo influjo mantenga la uniformidad de sus
principios, y cuyo nombre sólo calme nuestras tempestades. Tan respetable autoridad no puede
existir sino en una asamblea de plenipotenciarios, nombrados por cada una de nuestras repúblicas
y reunidos bajo los auspicios de la victoria obtenida por nuestras armas contra el poder español'.
Sobre la elección del sitio, lo sustenta en los siguientes términos: 'Parece que si el mundo hubiese
de elegir su capital, el Istmo de Panamá sería señalado para este augusto destino, colocado, como
está, en el centro del globo, viendo por una parte el Asia, y por la otra el África y la Europa. El
Istmo de Panamá ha sido ofrecido por el gobierno de Colombia, para este fin, en los tratados
existentes. El Istmo está a igual distancia de las extremidades; y, por esta causa podría ser el lugar
provisorio de la primera asamblea de confederados'.

A inicios de 1826, en unas notas tituladas 'Un pensamiento sobre el Congreso de Panamá',
Bolívar visualizaba: Este Congreso parece destinado a formar la liga más vasta, o más
extraordinaria o más fuerte que ha aparecido hasta el día sobre la tierra. La Santa Alianza será
inferior en poder a esta confederación (...)”
CONGRESO DE PANAMÁ
El Congreso de Panamá, designado a menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en
recuerdo de la Liga Anfictiónica de Grecia antigua, fue una asamblea diplomática que tuvo lugar
en 1826 en la ciudad de Panamá. El congreso fue convocado por el llibertador venezolano Simón
Bolívar con el objetivo de buscar la unión o confederación de los estados de América, sobre la
base de los anteriores virreinatos hispanoamericanos, en un proyecto de unificación continental,
como lo había ideado el precursor de la independencia hispanoamericana, el prócer venezolano
Francisco de Miranda. El congreso se llevó a cabo en el antiguo convento de San Francisco -hoy
Palacio Bolívar- de la ciudad de Panamá.

Asistieron al congreso: la Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de Centro


América. Bolivia y Estados Unidos no llegaron a tiempo. Las Provincias Unidas del Río de la Plata
y Chile no mostraron interés. Paraguay no fue invitado. El Imperio del Brasil tampoco mostró
interés. Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.1

El salón donde fue celebrada dicha convención recibe el nombre de Salón Bolívar y reposan
allí una espada del Libertador, juntos con los originales “Protocolos del Istmo”, primeros acuerdos
firmados por los ministros plenipotenciarios que asistieron a esta reunión en 1826.2

1.1. Antecedentes
Ya la idea de crear una gran nación cuya extensión abarcara lo que es Hispanoamérica se
había originado con el prócer venezolano Francisco de Miranda, quien propuso el nombre de
Colombia para esa eventual nación. Simón Bolívar, también, en la Carta de Jamaica de 1815
expresó:

"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo en una sola nación con
un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua,
unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase
los diferentes estados que hayan de formarse; [...] ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese
para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de
instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar
y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres
partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de
nuestra regeneración..."

Simón Bolívar, Carta de Jamaica, Kingston, 6 de septiembre de 1815

El congreso fue convocado por Simón Bolívar, desde Lima, el 7 de diciembre de 1824 y el
patriota peruano José Faustino Sánchez Carrión, nombrado por Bolívar ministro de Gobierno y
Relaciones Exteriores del Perú, y quien compartía plenamente con Bolívar el ideario de la unidad
hispanoamericana, cursó a los gobiernos americanos la invitación.

Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público,
y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del
Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras
relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?

Simón Bolívar, Convocatoria del Congreso de Panamá, Lima, 7 de diciembre de 1824

1.2. Países convocados


Tras la convocatoria hecha por Bolívar se enviaron comunicaciones a los gobiernos del resto
de la Suramérica independiente, así como a México y América Central. La influencia política de
Bolívar sobre la Gran Colombia, Perú y Bolivia hizo que la asistencia de dichos estados estuviera
poco menos que asegurada. La asociación mental del Istmo de Panamá con el Istmo de Corinto
causó que Bolívar eligiera a la ciudad de Panamá como sede del Congreso.

1.2.1. Bolivia
El gobierno boliviano estaba presidido por el mariscal Antonio José de Sucre, compañero de
armas de Bolívar y uno de los principales partidarios de éste, por lo cual se daba por asegurada la
asistencia de una delegación del país. No obstante, pugnas políticas causaron demoras en la
designación de los delegados bolivianos, y cuando éstos quedaron listos para embarcarse hacia
Panamá, se supo que el Congreso había concluido en dicha ciudad. Además, el clima político
boliviano se había tornado desfavorable a Sucre -y por ende, contrario a los planes de Bolívar- lo
que impidió que se pudiera contar con la participación boliviana

1.2.2. Argentina
El gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata recibió la invitación de Bolívar pero
los intereses argentinos del momento estaban centrados, en el ámbito interno, en la organización
política del país, amenazada por los caudillos federales. En el ámbito externo las preocupaciones
argentinas estaban en la Guerra del Brasil, para mantener a la Banda Oriental como una provincia
de Argentina, y fortalecer los vínculos comerciales con Gran Bretaña antes que con el resto de
Sudamérica, por lo cual hubo escaso interés en el Congreso.

El presidente Bernardino Rivadavia se hallaba en pugna con el Imperio del Brasil y prefería
contar con el apoyo bélico de todas las provincias argentinas para superar la crisis en vez de esperar
apoyo de Bolívar; asimismo, la mayoría de los políticos argentinos -incluyendo al propio
Rivadavia-, desconfiaban del proyecto bolivariano y temían que esto significara el inicio de una
"hegemonía" de la Gran Colombia en América del Sur.

1.2.3. Chile
Chile fue invitado pero declinó asistir. El gobierno chileno dirigido por Ramón Freire no
mostraba simpatías por Simón Bolívar ni por su enorme influencia política sobre los países
sudamericanos con costas en el Océano Pacífico. Además, la fuerte pugna política chilena entre
liberales y conservadores, llamados pipiolos y pelucones respectivamente, reducía la preocupación
de los políticos chilenos por el proyecto bolivariano, del cual además desconfiaban, prefiriendo
basar su política externa en mantener buenas relaciones con sus principales socios comerciales:
Gran Bretaña y los Estados Unidos.

1.2.4. Paraguay
Paraguay, aunque ya era un estado independiente desde 1811, estaba gobernado por el doctor
Gaspar Rodríguez de Francia, partidario de una política de completo aislacionismo. Tras la Batalla
de Ayacucho y la declaración de la Independencia de Bolivia en 1825, el propio Simón Bolívar
trató de lograr contactos políticos con Paraguay, enviando a Asunción representantes para solicitar
el inicio de relaciones diplomáticas. Pese a esto los enviados de Bolívar no tuvieron comunicación
alguna con los funcionarios paraguayos y sólo recibieron una carta del doctor Francia para Bolívar,
donde el dictador paraguayo rechazaba todo vínculo diplomático de su país y defendía el
aislacionismo. Ante este rechazo, Paraguay no fue invitado al Congreso de Panamá.

1.2.5. Brasil
El Imperio de Brasil sí fue convocado, pese a ser un estado monárquico y abiertamente
esclavista, regido además por los descendientes de Casa de Braganza, una dinastíaeuropea, del
cual recelaban abiertamente las cancillerías del resto de Sudamérica. En el caso brasileño, Simón
Bolívar remitió la invitación a la corte imperial de Río de Janeiro sólo para halagar a Gran Bretaña
-que era la principal aliada de Brasil y preocupada por el aislamiento de éste- pero resultaba
evidente que la desconfianza de las repúblicas hispanoamericanas y del propio Bolívar hacia Brasil
influiría en las decisiones del Congreso.

Brasil precisaba mantener la neutralidad entre las monarquías europeas y sus vecinos
republicanos hispanoamericanos, y en octubre de 1825 aceptó la invitación de Bolívar, pero la
Guerra del Brasil contra las Provincias Unidas del Río de la Plata hizo temer al emperador Pedro
I una recepción demasiado hostil en Panamá, lo cual era contrario a sus intereses. Por ello decidió
no enviar a los delegados brasileros a pesar que ya los había designado.

1.2.6. Estados Unidos


Inicialmente el proyecto de Bolívar no consideró invitar a Estados Unidos pero el presidente
de la Gran Colombia, el general Francisco de Paula Santander, remitió una invitación formal al
presidente estadounidense John Quincy Adams a inicios de 1825. Asimismo los gobiernos de las
Provincias Unidas de Centroamérica y de México apoyaron la participación de Estados Unidos en
el Congreso y enviaron a Washington DC las invitaciones respectivas. Bolívar, entonces presidente
de Perú y residente en Lima, aceptó el hecho consumado.

En los Estados Unidos la participación en el Congreso de Panamá no fue recibida con


aceptación unánime, de hecho los estados del sur -eminentemente esclavistas- aconsejaron no
enviar representantes en tanto la postura de Bolívar contra la esclavitud era ya bien conocida, y
bloquearon el financiamiento del viaje de diplomáticos estadounidenses; mientras tanto, los
estados del norte -abolicionistas- sí estaban interesados en el Congreso de Panamá pero sólo como
medio de entablar contactos comerciales.

El gobierno estadounidense envió a dos representantes: Richard C. Anderson y John


Sergeant, también con instrucciones muy concretas: estimular solamente los acuerdos de comercio,
evitar comprometer a Estados Unidos -tanto en el aspecto político como en el económico- en la
confederación propuesta por Bolívar y rechazar todo pedido de ayuda en un conflicto contra
España. Los delegados estadounidenses no pudieron cumplir con sus cometidos: Anderson murió
de fiebre amarilla en el viaje desde Cartagena, mientras que Sergeant llegó a la ciudad de Panamá
en el mes de agosto, cuando el Congreso estaba terminado y los embajadores ya habían partido.

1.2.7. Reino Unido


Simón Bolívar acordó también invitar a dos países europeos como observadores, a causa de
los intereses comerciales que tenían en Hispanoamérica: Reino Unido y los Países Bajos. La
invitación al gobierno de Londres buscaba estimular la asistencia de Argentina y Chile que tenían
en aquél país a su principal socio comercial. Reino Unido aceptó la propuesta y envió un
observador, Edward James Dawkins, pero con órdenes precisas del ministro George Canning:
limitarse a buscar acuerdos comerciales y disuadir a la Gran Colombia y México de apoyar
expediciones a las islas de Cuba o Puerto Rico para independizarlas de España.

1.2.8. Países Bajos


El observador por los Países Bajos, Jan van Veer, fue enviado para proponer la mediación
neerlandesa entre las repúblicas hispanoamericanas y España, pero no tuvo la acreditación
necesaria; a esto se unió que la monarquía holandesa no había reconocido la independencia de
ninguna república hispanoamericana, por lo cual el delegado neerlandés fue recibido únicamente
a título individual.
1.3. Desarrollo y acuerdos
El Congreso logró instalarse en la ciudad de Panamá el 22 de junio de 1826 y dejó de sesionar
el 15 de julio de ese año. Asistieron dos representantes por cada país concurrente: la Gran
Colombia (que abarcaba los actuales estados de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), Perú,
México, y las Provincias Unidas del Centro de América (que comprendía las actuales repúblicas
de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). El propio Bolívar se abstuvo de
intervenir en sesiones del Congreso al considerar incompatible su presencia allí mientras
desempeñaba la presidencia de Perú.

Los temas de discusión en la agenda del Congreso eran los siguientes:

1. Renovación de los tratados de unión, liga y confederación;


2. Publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño que ha
causado al Nuevo Mundo;
3. Decisión sobre el apoyo a la independencia de las islas de Cuba, Puerto Rico, Canarias
y Filipinas;
4. Celebración de tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados;
5. Efectivización de la Doctrina Monroe de los Estados Unidos en contra de las tentativas
españolas de reconquista;
6. Organización de un cuerpo de normas de derecho internacional;
7. Abolición de la esclavitud en todos los Estados confederados;
8. Contribución de cada país para el mantenimiento de los contingentes militares
comunes;
9. Adopción de medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas
repúblicas y
10. Fijación de las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis,
tomando como base el año 1810.

El pleito entre Perú y la Gran Colombia por la provincia de Guayaquil, así como el litigio
entre México y Centroamérica por la región de Soconusco (actual Chiapas) impidió discutir la
aplicación del uti possidetis como criterio para la delimitación territorial, tomando como base el
año 1810. Ante el fracaso de las conversaciones sobre este tema y para evitar el agravamiento de
las pugnas ya existentes, estas cuestiones no se resolvieron en el debate, encargando la definición
de fronteras a los acuerdos bilaterales entre cada país.

La negativa de los Estados participantes a reducir sus aranceles impidió todo intento de fijar
acuerdos preferenciales de comercio, al ser evidente los desequilibrios en la balanza comercial de
cada asistente. Estos países eran dependientes de los aranceles como fuente de ingresos para sus
gobiernos, por lo cual se negaron a toda concesión al respecto. La exigencia del observador
británico Dawkins para contar con acuerdos comerciales de manera separada con cada estado
impidió las posiciones comunes entre los países hispanoamericanos por lo que el Congreso decidió
mantener el statuo quo sobre los aranceles y el comercio.

El intento de estimular la independencia de Cuba y Puerto Rico también recibió la opinión


contraria del observador británico, quien advirtió además los riesgos de lanzarse a una guerra
contra España en la región del Mar Caribe donde otras potencias -como la propia Gran Bretaña y
Francia poseían colonias.

La presión británica desaconsejó también invocar el apoyo de Estados Unidos para instaurar
por la fuerza la Doctrina Monroe, en tanto los estadounidenses eran, junto a España, los principales
actores comerciales en Cuba y Puerto Rico.

Finalmente discreparon México y la Gran Colombia sobre cuál de estos países debería liderar
el esfuerzo anticolonial en las islas del Mar Caribe, donde ambos Estados disponían de importantes
puertos. Esta pugna se agravó con la oposición del delegado británico a toda operación bélica
contra las colonias españolas, y causó que el Congreso finalmente evitara tomar alguna decisión
sobre el Caribe, mientras Gran Bretaña apenas ofrecía su mediación para lograr el reconocimiento
diplomático del gobierno español de los estados surgidos luego de las guerras de independencia
hispanoamericanas.

Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de una liga de
repúblicas americanas con jefes militares comunes, la formación de un pacto mutuo de defensa, y
el establecimiento de una asamblea parlamentaria supranacional, aunque sin acordar detalles
específicos sobre el funcionamiento de ésta ni sobre la organización de las tropas comunes de
defensa y menos aún sobre su financiamiento. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el
“Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que emergió
del Congreso y que, aprobado por todos los concurrentes, fue ratificado solamente por la Gran
Colombia en el mismo 1826.

1.4. Cierre del Congreso de Panamá y traslado a Tacubaya


Al terminar las sesiones en la ciudad de Panamá, el 15 de julio, los delegados mexicanos
sugirieron reiniciar el Congreso en Tacubaya, localidad a las afueras de Ciudad de México, opción
apoyada de inmediato por los delegados peruanos y centroamericanos, y que los representantes de
la Gran Colombia aceptaron para evitar las acusaciones de que el Congreso quedaría "bajo la
influencia omnímoda de Bolívar".

Se pactó que un miembro de cada delegación volvería a su país de origen y el otro partiría a
Tacubaya pero el clima político se había tornado muy contrario a Simón Bolívar en Perú lo que
provocó que los dos delegados peruanos (Manuel Lorenzo de Vidaurre y Manuel Pérez de Tudela)
retornaran a su país antes del proyectado traslado a Tacubaya. De esta manera Perú se desligó del
Congreso para todo efecto práctico y el gobierno peruano jamás ratificó el Tratado surgido del
mismo.

En agosto de 1826 los delegados de México, la Gran Colombia y Centroamérica (José


Domínguez, Pedro Gual, y Antonio Larrazábal, respectivamente) se reunieron finalmente en
Tacubaya para reiniciar las deliberaciones, y allí los alcanzó el observador estadounidense John
Sergeant que sobrevivió al viaje hacia Panamá. Al conocerse que Perú y Centroamérica no
ratificaron el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación
perpetua”, el gobierno mexicano perdió todo entusiasmo e interés por proseguir las deliberaciones
del Congreso Anfictiónico.

Mientras tanto el delegado de Estados Unidos, John Sergeant, manifestaba a los demás
representantes que sus instrucciones se limitaban a negociar acuerdos de comercio con las
repúblicas hispanoamericanas. Sergeant informó también que los Estados Unidos rechazaban
integrarse en una confederación continental y que también negaban su apoyo a toda acción de
guerra contra España en la región caribeña. Estados Unidos había comenzado su movimiento
ascensional y todas estas explicaciones fueron secundadas por el embajador estadounidense en
Ciudad de México, lo cual terminó por frustrar la agenda del Congreso.
Las propias convulsiones internas de la política mexicana impidieron su reanudación y el 9
de octubre de 1828 los delegados originales de la Gran Colombia, México y Centroamérica
declararon la conclusión definitiva del Congreso Anfictiónico.

1.5.Consecuencias
La creciente hostilidad de los políticos de Perú hacia Bolívar causó que tras el alejamiento
del Libertador de la presidencia peruana los nuevos gobernantes de dicho país declinaran ratificar
el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”. Cuando
en Bolivia cesó el gobierno del mariscal Sucre, también se desvaneció todo interés por el proyecto
unificador de Bolívar.

Las tensiones internas en las Provincias Unidas del Centro de América hicieron imposible
en éstas una posición unánime a favor de los acuerdos de Panamá, además que los litigios
territoriales de Centroamérica con México no habían quedado resueltos en el Congreso
Anfictiónico, dejando insatisfechos a ambos estados sobre un tema que precisaban solucionar antes
de integrarse a un proyecto de unión continental.

El propio “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación


perpetua” omitía cuestiones que el proyecto de Simón Bolívar consideraba fundamentales, como
la integración comercial y el cese de los pleitos territoriales, mientras que la alianza militar
defensiva no ponía fin a la efectiva separación de fuerzas entre los países hispanoamericanos. La
discordia entre las delegaciones había impedido llegar a acuerdos decisivos en muchos temas
proyectados, como aranceles y normas comunes de derecho internacional, restando fuerza a las
decisiones del Congreso.

El hecho que al terminar el año 1826 apenas uno de los cuatro estados participantes ratificara
los ya limitados acuerdos de Panamá, causó que el propio Simón Bolívar considerase al Congreso
Anfictiónico como una experiencia fallida, conclusión a la que arribó el Libertador poco después
que concluyeran las sesiones, señalando: "El Congreso de Panamá sólo será una sombra".

Cuatro años después del Congreso, en 1830, la Gran Colombia se disolvió en tres países, y
en 1834 las Provincias Unidas del Centro de América se desmembraron en cinco Estados.
Gran Bretaña, que había enviado un representante en calidad de observador, aprovechó la
situación para iniciar acuerdos comerciales con los países asistentes por separado; irónicamente el
gobierno británico fue el más beneficiado al obtener importantes tratados mercantiles con algunos
de ellos.

La idea de la unión de los países latinoamericanos se mantuvo en suspenso pero latente.


Años más tarde se creó la Unión Panamericana y luego la Organización de Estados Americanos
(OEA). También, actualmente hay un Parlamento Latinoamericano. También se promovió la
creación de una confederación o liga entre las naciones de América del que dio origen a la
conformación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

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