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Funciones vitales

Los seres vivos tienen la capacidad de intercambiar con el medio que les rodea materia y
energía. Toman del medio las sustancias nutritivas y la energía que necesitan para vivir y
expulsan al medio las sustancias de desecho que fabrican.

La función de nutrición es fundamental para la supervivencia de los seres vivos, ya que les permite
crecer, desarrollarse, renovar los tejidos dañados o deteriorados y disponer de la energía necesaria
para el funcionamiento del organismo.

Funciones vitales: relación

La relación es la función vital que nos permite reaccionar y generar una respuesta o estímulo ante un
determinado cambio. Cuando hablamos de estímulo nos referimos a una variación del medio,
mientras que cuando decimos respuesta estamos haciendo referencia a la reacción tanto de las
células como de los seres vivos. En general, son los estímulos los que generan una respuesta, que
puede ser positiva, cuando el movimiento va en la misma dirección, o negativa, si va en la dirección
opuesta. Un ejemplo claro de estímulo puede ser la sensación de hambre, cuya respuesta positiva
sería el instinto y acto de cazar para alimentarse.

Funciones vitales: relación

La relación es la función vital que nos permite reaccionar y generar una respuesta o estímulo ante un
determinado cambio. Cuando hablamos de estímulo nos referimos a una variación del medio,
mientras que cuando decimos respuesta estamos haciendo referencia a la reacción tanto de las
células como de los seres vivos. En general, son los estímulos los que generan una respuesta, que
puede ser positiva, cuando el movimiento va en la misma dirección, o negativa, si va en la dirección
opuesta. Un ejemplo claro de estímulo puede ser la sensación de hambre, cuya respuesta positiva
sería el instinto y acto de cazar para alimentarse.

Funciones vitales: reproducción

La reproducción es la función vital que nos permite asegurar la proliferación de las especies. Sin ella,
nos extinguiríamos y conformaríamos un planeta exento de vida. Mediante la reproducción, los seres
vivos pueden generar organismos semejantes a sí mismos y lograr, así, la supervivencia a largo plazo
de la especie a la que pertenecen. Existen dos grandes tipos de reproducción, la sexual y la asexual.

La reproducción sexual es la que requiere de la intervención de dos individuos de sexo opuesto, es


decir, uno femenino y otro masculino. Se realiza mediante la unión de las células sexuales (óvulos y
espermetaozoides), o gametas, de cada uno de los individuos, la cual se denomina fecundación. Dicha
unión puede producirse de manera externa, en la que las células sexuales se unen fuera del cuerpo
de los individuos y los huevos, por tanto, se forman fuera (es el caso de muchos de los animales
marítimos, por ello este tipo de fecundación se produce en el agua); o interna, en la que las células
masculinas, espermatozoides, deben entrar en el cuerpo de la hembra a través de los órganos
reproductores, unirse con sus gametas, óvulos, y fecundarlas. Así, el feto se desarrolla dentro del
cuerpo de la hembra (se produce en los animales mamíferos y seres humanos).
Los estímulos internos son todos aquellos que provienen del interior del organismo o célula.
Ejemplos:
 Sensación de hambre
 Dolores musculares
 Sensación de sueño
 Sensación de sed
 Calambres

Los estímulos externos provienen del exterior del organismo y provocan cambios en él.

Ejemplos:
 La luz solar
 El agua
 La temperatura
 Olores
 Sabores

Tenemos que los estímulos internos son aquellos que provienen del organismo, que son ejecutados
por el organismo. En cambio, los estímulos externos son aquellas que provienen del ambiente y de
todo lo que lo rodea, permitiendo obtener alguna sensación.
Los órganos sensoriales forman parte del sistema sensorial y son órganos que son sensibles a
varios tipos de estímulos existentes en el medio externo e interno, y la transforman en impulsos
nerviosos que se transmiten al cerebro donde son interpretados para obtener información del entorno
y generar una respuesta adecuada. Hay órganos sensoriales externos que obtienen información del
mundo exterior, como la lengua, la piel, la nariz, los ojos, el oído, etc. Al mismo tiempo, los seres vivos
necesitan recibir información del funcionamiento de los órganos internos para propiciar el estado de
equilibrio indispensable; la homeostasis Los ojos reciben y transforman energía en forma de luz.
Los oídos captan y perciben energía en forma de sonido. La piel es sensible a la energía que llega
al cuerpo mediante la temperatura, la presión y el contacto. Las reacciones químicas que se producen
en la lengua y en la nariz provocan a su vez reacciones eléctricas que finalmente se traducen
en gusto y olfato.

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