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PATRONAZGO PARTIDARIO: es el partid antes que un líder político individual quien opera como
patrón colectivo en la relación de intercambio, con distribución de incentivos para crear redes
clientelares p/apoyo electoral.
CLIENTELISMO: los patrones/partidos/ políticos tienen clientes. La relación entre ambos es vertical
y caracterizado por un estatus de podes desigual. Los intercambios son personalizados, cara a
cara, entre una persona poderosa, usualmente un terrateniente o notable local e individuos o
grupos, quienes mantienen un alto nivel de dependencia respecto de sus patrones.
INTERMEDIACIÓN: el bróker no posee o incluso no controla directamente los recursos, sino que
actúa precisamente como un intermediario entre aquellos que están en posesión de los recursos,
principalmente el estado y la burocracia, y aquellos que necesitan esos recursos, pobres o rurales.
Lo brokers son valorados por su experticia y know how, habilidad para monopolizar y luego poner
a la venta su conocimiento especializado de los recursos estatales y sus canales de acceso a los
burócratas que distribuyen esos recursos.
En todos estos cambios, un agente especial es el partido de masas que alienta una integración
horizontal antes que vertical y que promueve la provisión de beneficios universales antes que
particulares (así han adaptado las prácticas para garantizar su supervivencia electoral).
Definición: representa una forma de control o de explotación institucional que funciona para el
beneficio de la organización partidaria. Es una estrategia para construir las redes organizativas de
los partidos en la esfera pública y semi publica. Puede ser considerado como un vínculo entre el
estado y el partido, más que como un vínculo entre la sociedad y el partido.
Distribución de empleos estatales: el poder de los partidos políticos para designar en cargos
dentro de las instituciones del estado y manera de medir el alcance de estos patronazgos.
- Como recurso interpartidario en manos del liderazgo, utilizado para recompensar/ castigar
a los funcionarios electos, o para promover la cohesión interpartidaria y la lealtad
organizativa (salarios, contactos, prestigio, información);
- Para el control en el diseño e implementación de políticas;
- Como un medio para gobernar más que para devolver favores.
Concebir el patronazgo como uno de los componentes centrales del gobierno de partido significa
considerarlo un fenómeno de gran importancia en sí mismo; podría ser ya no solamente una parte
normal de las actividades organizativas propias de la política interna de los partidos y de los
procesos de formación de gobierno, como lo ha sido siempre, sino que podría estar ofreciendo un
recurso crecientemente valioso con el cual los partidos pueden buscar asegurarse su supervivencia
organizativa y su éxito en los sistemas políticos contemporáneos.
Es aquí donde puede verse el significado emergente del partido como red, involucrando un rol en
el gobierno sustancialmente distinto del rol tradicional asociado a los partidos, y al partido de
masas en particular, donde una organización cerrada con un programa determinado busca
implementar sus ideas alcanzando el control de los altos mandos de un sistema jerárquico de
gobierno.
¿Qué motiva a los partidos a realizar designaciones de patronazgo? Deseo de controlar las
instituciones estatales designando individuos con ideas cercanas, asegurar la formulación e
implementación de políticas compatibles con los objetivos del partido/ político, deseo de
recompensar adherentes/activistas/ familiares/etc.
¿Cuál es el rol de los partidos políticos en las designaciones? Es difícil de definir, mayormente se
realizan por políticos más que por el partido (para ello el partido precisa mecanismos efectivos de
coordinación y control)
¿En qué medida las designaciones son compartidas entre los principales partidos políticos?
Depende si es patronazgo mayoritario (solo el /los partidos de gobierno) o consensua (incluye
también a la oposición)
- EL ROL DECLINANTE DEL PARTIDO EN EL CONTROL DEL PATRONAZGO:
Una de las conclusiones más relevantes que surgen de este estudio refiere al grado en el cual las
organizaciones partidarias han perdido cohesión en tiempos recientes, fragmentándose no solo en
términos verticales, con cada nivel de la organización adquiriendo muchas veces un nivel de
autonomía sustancialmente mayor que en el pasado, sino también al interior de cada uno de los
niveles, con los líderes individuales y sobre todo los ministros del gobierno operando en forma
creciente como actores independientes, desconectados de y sin necesidad de rendir cuentas
frente a la estructura partidaria.
Caso italiano: más personalizado, poco probable que los gerentes públicos sean reclutados a
través de los partidos como organizaciones. Se ve más la estratarquía, con los dirigentes
subnacionales ofreciendo a los líderes nacionales una base organizativa para utilizar en la
competencia política nacional, a cambio de que estos no interfieran en sus propias operaciones
políticas locales ni en el uso de los recursos públicos en nivel loca.
Caso búlgaro: no alcanza con estar en la red de un líder político, se requiere algo de identidad/
lealtad partidaria.
Caso español: el partido cumple un rol destacado, se ve a través del poder de las oficinas
organizativas de los partidos para recomendar las designaciones.
Caso húngaro: los ministros pueden desempeñar un rol importante, pero lo comparte con el
primer ministro/ liderazgo partidario.
Caso holandés: el patronazgo partidario es evidente, pero el partido juega un rol importante.
Caso Islandia: las designaciones se dan por redes personales más que por la jerarquía o el aparato
partidario.
Caso irlandés: las redes personales y las apelaciones de los candidatos son más importantes que
las lealtades partidarias.
Caso portugués: las lealtades personales con el líder del partido o de la facción son más
importantes que el concepto más abstracto de lealtad partidaria.
Aunque las lealtades personales puedan ser más importantes que las lealtades/identidades
partidarias en los procesos de designaciones, es precisamente a través del patronazgo que estos
tipos de redes pueden ser desarrolladas como un mecanismo para la construcción partidaria.
Una dificultad parar delimitar las motivaciones de recompensa y las motivaciones de control se
presenta en todos los casos, lo que lleva a determinar que las designaciones son una mezcla de
ambas: el profesionalismo es una condición necesaria mientras que los criterios políticos no lo son,
se requiere de eficiencia para poder ser designado ya que cuando los partidos/ políticos utilizan el
patronazgo para afirmar su control sobre el proceso de toma de decisiones, esto suele hacerse sin
un marcado componente ideológico.
A medida que uno comienza a salir de las esferas centrales del gobierno comienza a disminuir el
patronazgo, siendo menos fuerte en las instituciones de ejecución que en las agencias y
comisiones no ministeriales. Esto se debe a la enorme diversidad y por el número que representan
ambos grupos de instituciones.
Luego, no hay un área de política que sea altamente politizada en todos los países europeos. El
área de medios de comunicación es la que podría llegar a decirse que es la más intervenida, como
tampoco hay un área que sea la menos politizada.
1. En el pasado estaba dominado por las oficinas organizativas del partido/ comité central
que distribuía los empleos y controlaba la vida organizativa del partido.
Ahora las designaciones se originan en el partido en los cargos públicos, sin que el aparato
partidario imponga limitaciones. Los recursos aparecen en las manos de las elites que
ocupan cargos.
2. Antes era utilizado como estímulo para construir y sostener la infraestructura del partido,
incluyendo movilización de base y red de activistas. Ahora es menos probable que sea así,
y es más probable que los partidos privilegien designaciones que permitan ayudarlos a
gestionar la infraestructura del gobierno/ estado.
3. Antes el patronazgo partidario recaía en miembros de partido provenientes del interior de
las grandes organizaciones/grupos asociados. Mientras que ahora los designados son
reclutados por otros canales, fuera y dentro del partido.
Conclusión:
Todo apunta a sugerir la existencia de partidos como organizaciones abiertas/ de redes con un
conjunto flexible de objetivos programáticos representados e implementados por políticos
específicos/ ministros, que operan dentro de un sistema de gobierno multinivel disperso y
complejo. Partidos que pueden carecer de coherencia sustantiva en términos organizativos tanto
en sentido vertical como horizontal, pero que funcionan a través de equipos de líderes
relativamente desconectados y fragmentados, que se desarrollan en modos diversos, surgiendo
desde adentro mismo del partido en algunos casos, o constituyéndose como tales en el mismo
proceso por el cual son designados en otros casos, o constituyendo una mezcla de vínculos
personales/ profesionales/ partidarios.