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Las resoluciones judiciales.

Se dijo que los actos procesales pueden provenir de distintos


sujetos, existiendo aquellos actos que emanan del órgano jurisdiccional y que
específicamente los realizan los jueces o magistrados que los integran,
pudiendo en consecuencia realizarse el acto por un juez único si se trata de un
tribunal unipersonal o por varios jueces o ministros si el tribunal es colegiado.

El juez realiza en el proceso actos de diversa naturaleza, pero de


ellos los más destacados son las resoluciones judiciales por diversas razones
como dice Ortells Ramos: por ser la manifestación más notoria de la potestad
jurisdiccional; por la eficacia que tienen durante todo el proceso y en su
terminación y por su mayor abundancia en relación con otros actos del juez.

El CPC no define, en general, las resoluciones judiciales, sino que


da un concepto específico de cada una de las distintas clases que existen. La
doctrina ha propuesto definiciones de las resoluciones judiciales, que son
bastante coincidentes.

Las resoluciones judiciales son los actos procesales que realiza el


tribunal que consisten en declaraciones ya sea para resolver peticiones de las
partes o para disponer medidas procesales.

El mismo profesor Ortells afirma que las resoluciones judiciales son


declaraciones de voluntad del órgano jurisdiccional con eficacia imperativa
sobre el desarrollo del proceso y sobre el objeto del mismo.

Casarino sostiene que resolución judicial es todo acto que emana


del tribunal destinado a sustanciar o a fallar la controversia materia del juicio.

Cordón Moreno dice que las resoluciones judiciales, con


independencia de la forma que adopten, son declaraciones del órgano
jurisdiccional acerca de cuál es la voluntad de la ley en el caso concreto.

Clasificación de las resoluciones judiciales. Existen distintas clases


de resoluciones judiciales:

1. La principal distinción que puede hacerse, atendiendo a su


contenido o materia del pronunciamiento, es aquella que se refiere a:
- resoluciones de ordenación procesal, que son aquellas que dicen
relación con la dirección formal o desarrollo del proceso, sin resolver
cuestiones de fondo, o sea, se trata de pronunciamientos o declaraciones que
sirven para sustanciar el proceso; y

- resoluciones sobre el objeto del proceso, que son aquellas


llamadas de fondo, o sea son pronunciamientos o declaraciones que deciden
las cuestiones que son materia del pleito, ya sea la cuestión principal o las
cuestiones accesorias.

2. Según la nacionalidad del tribunal que las pronuncia, pueden ser:

- resoluciones dictadas por tribunales nacionales; y

- resoluciones dictadas por tribunales extranjeros.

La importancia de esta clasificación reside en la forma en que se


lleva a efecto la ejecución de unas y otras, ya que existen procedimientos
distintos para ello en el CPC. Artículos 231 y siguientes y 242 y siguientes.

3. Hay otras clasificaciones que, en realidad, no son propias de las


resoluciones sino que se refieren al tribunal que las dicta (ordinario, especial o
arbitral); a la instancia en que se dictan (única, primera o segunda); al asunto
en que recaen según si existe o no controversia (contenciosas o no
contenciosas); a la naturaleza de la contienda (civiles o penales); etc.

4. Clasificación legal. El artículo 158 del CPC hace esta clasificación


considerando el contenido de la resolución judicial y distingue las siguientes
cuatro clases: sentencias definitivas, sentencias interlocutorias, autos y
decretos, providencias o proveídos. Esta es la clasificación más importante en
nuestro ordenamiento procesal, razón por la cual para calificar o denominar
una determinada resolución judicial hay que atender a las definiciones que
indica esta norma legal.

Es lo cierto que en la práctica se suelen presentar algunas


dificultades para calificar determinadas resoluciones judiciales. Estas
dificultades provienen en ciertas ocasiones del mismo texto de la ley al
denominarlas erróneamente o porque según la costumbre se les ha dado
siempre un nombre equívoco. Así por ejemplo, dentro del vocabulario judicial a
la resolución que recibe la causa a prueba se le denomina comúnmente auto
de prueba, en circunstancias de que se trata de una sentencia interlocutoria y
no de un auto. En materia penal se suele hablar del auto acusatorio cuando
realmente es una sentencia interlocutoria. En los asuntos no contenciosos es
común referirse al auto de posesión efectiva, en circunstancias que se trata de
una sentencia definitiva.

En todo caso, no debe considerarse la denominación que se haga


por costumbre o equívocamente por la ley, ni tampoco hay que atender a la
forma externa que revista la resolución para determinar su naturaleza o
calificarla, sino que debe estarse únicamente a lo establecido en el artículo 158
del CPC.

En otros casos, como se verá, hay dificultad para encasillar ciertas


resoluciones en alguna de las cuatro clases que la ley contempla. Por ejemplo
es lo que sucede con la resolución que falla un recurso de casación.

Importancia de la clasificación legal. La clasificación del artículo 158


del CPC reviste particular importancia para distintos aspectos:

a) Para determinar los requisitos de forma y fondo que se exigen


para las diversas resoluciones.

b) Para determinar los recursos procesales que pueden intentarse


en contra de cada una de esas resoluciones.

c) Para determinar la cantidad de jueces o ministros que deben


dictarlas en el caso que se pronuncien por tribunales colegiados.

d) Para precisar los efectos jurídicos que producen cada una de ellas
y muy específicamente el de cosa juzgada.

e) Para determinar cómo se conoce el recurso de apelación ante el


tribunal superior; los efectos de la concesión de este mismo recurso y cual es el
plazo de prescripción de este recurso.

f) Para determinar la forma de notificación de la resolución judicial.

Estudio de las resoluciones según el artículo 158 del CPC. Esta


norma contempla cuatro clases de resoluciones, que pasaremos a estudiar, y
además las define, lo que es habitual en el código. Ello revela la importancia
que el legislador otorga a esta clasificación.

Decretos. El vocablo decreto es sinónimo de providencia o


proveído, utilizándose todos ellos indistintamente.

Decreto, providencia o proveído es aquella resolución judicial que,


sin fallar sobre incidentes o sobre trámites que sirven de base para el
pronunciamiento de una sentencia, sólo tiene por objeto arreglar o determinar
la substanciación del proceso.

El artículo 70 inciso 3 del COT, por su parte, agrega que se entiende


por providencias de mera substanciación las que tienen por objeto dar curso
progresivo a los autos sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes.

Por consiguiente, en virtud de estos decretos, providencias o


proveídos el tribunal ordena la realización de los diversos trámites que son
necesarios para la substanciación regular del juicio o, en su caso los denegará,
permitiendo con ello darle curso progresivo al proceso. Se trata, entonces, de
las típicas resoluciones de ordenación procesal ya que mediante ellas no se
resuelven las cuestiones planteadas.

Ejemplo de este tipo de resoluciones son: traslado; vengan las


partes a comparendo de conciliación; téngase presente; como se pide; etc.

Autos. Son aquellas resoluciones judiciales que fallan incidentes sin


establecer derechos permanentes en favor de las partes. Se trata de
resoluciones que establecen derechos transitorios o variables en el proceso.

Como dice Anabalón los autos resuelven en su mayoría cuestiones


de orden procesal o cuestiones sobre derechos transitorios.

Determinar si una resolución judicial establece o no derechos


permanentes en favor de las partes, es una cuestión de hecho que queda
entregada en último término a la apreciación del tribunal. Ello tiene importancia
en atención a que tanto los autos como las sentencias interlocutorias resuelven
incidentes del juicio, con la particularidad que en un caso no se establecen
tales derechos permanentes y en el otro sí se establecen.
La diferencia entre los autos y los decretos es que estos últimos no
resuelven jamás incidentes.

Ejemplos de estas resoluciones: la que resuelve sobre medidas


precautorias, sin previa oposición, según la doctrina mayoritaria; la que ordena
dar alimentos provisorios, la que ordena ampliar o reducir el embargo.

Sentencias interlocutorias. Son aquellas resoluciones judiciales


que fallan un incidente del juicio estableciendo derechos permanentes en favor
de las partes o que resuelven sobre algún trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria.

Clases de sentencias interlocutorias. Puede ser de dos tipos:

1) Según el tipo de pronunciamiento:

- la que falla un incidente estableciendo derechos permanentes en


favor de las partes; y

- la que resuelve sobre un trámite que debe servir de base para el


pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria.

Ya se dijo que determinar si una resolución establece o no derechos


permanentes en favor de las partes, es una cuestión de hecho que en definitiva
la determina el propio tribunal. La importancia radica en que ello permite
determinar si la resolución es un auto o una interlocutoria.

Ejemplos de interlocutorias que establecen derechos permanentes


en favor de las partes son: la que se pronuncia sobre una excepción dilatoria; la
que declara la nulidad de lo obrado o la nulidad de una prueba; la que acepta o
rechaza la impugnación de un documento; la que se pronuncia sobre el
abandono del procedimiento; la que acepta el desistimiento de la demanda.

Ejemplos de sentencias interlocutorias que resuelven sobre un


trámite que sirve de base para el pronunciamiento de una sentencia definitiva o
interlocutoria están: la que recibe la causa a prueba; la que ordena despachar
mandamiento de ejecución y embargo; la que cita a las partes para oír
sentencia.

2) Según si ponen término al juicio o hacen imposible su


continuación, lo que reviste importancia para determinar la procedencia del
recurso de casación, conforme al artículo 766 del CPC. De acuerdo con esto
pueden ser:

- sentencias interlocutorias que ponen término al juicio o hacen


imposible su continuación (respecto de ellas procede la casación).

- sentencias interlocutorias que no ponen término al juicio o no


hacen imposible su continuación (no procede la casación).

Ejemplo de las primeras: la que acepta el desistimiento de la


demanda; la que declara la deserción o prescripción de un recurso de
apelación; la que declara el abandono del procedimiento; la que declara la
incompetencia del tribunal.

Ejemplo de las segundas: la que recibe la causa a prueba; la que


cita a las partes para oír sentencia.

Sentencias definitivas.

La sentencia definitiva es aquella resolución judicial que pone fin a la


instancia, resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio.

Se trata de la resolución más importante de todas las que se dictan


en el proceso, ya que a través de la sentencia definitiva el tribunal decide la
cuestión de fondo promovida en cada una de las instancias a que haya lugar.

Para que una resolución judicial sea sentencia definitiva se requiere


que cumpla con dos condiciones copulativas: 1. Que ponga fin a la instancia; y
2. Que resuelva la cuestión o asunto que es objeto del juicio.

Instancia para estos efectos es cada uno de los grados


jurisdiccionales fijados por la ley para que los tribunales conozcan y fallen los
diversos asuntos que se someten a su decisión. En cada instancia los
tribunales tienen amplias atribuciones para pronunciarse sobre todas las
cuestiones de hecho y de derecho planteadas por las partes. En nuestro
sistema de enjuiciamiento existe la doble instancia, de manera que podrán
existir tantas sentencias definitivas como instancias hubiere.

Por consiguiente si la resolución sólo pone fin a la instancia, pero no


resuelve la cuestión o asunto controvertido, no se trata de una sentencia
definitiva. Así sucede por ejemplo con la resolución que acepta el desistimiento
de la demanda, o con aquella que declara desierto o prescrito un recurso de
apelación.

Resolver la cuestión o asunto que ha sido materia del juicio significa


que esta resolución debe decidir sobre el objeto del proceso, o sea, sobre la
cuestión de fondo planteada o pretensión formulada y que constituye la
competencia específica otorgada al tribunal.

Clasificación de las sentencias definitivas. Hay varios tipos de


sentencias definitivas:

1. a) En relación a la instancia en que se pronuncian:

- sentencias definitivas de única instancia;

- sentencias definitivas de primera instancia, y

- sentencias definitivas de segunda instancia.

Tiene importancia esta clasificación para determinar los requisitos,


tanto de forma como fondo, que debe reunir cada una de ellas.

b) A su vez, las sentencias definitivas de segunda instancia


pueden clasificarse en:

- sentencias confirmatorias;

- sentencias modificatorias, y

- sentencias revocatorias.

Ello según si la resolución mantiene, modifica o revoca lo resuelto en


la sentencia definitiva de primera instancia.

2. Otros tipos de sentencias. El legislador suele usar otra


terminología respecto de algunas sentencias y es así como se refiere a las
sentencias de término, a las sentencias firmes o ejecutoriadas y a las
sentencias que causan ejecutoria.

- Sentencias de término. En algunas disposiciones legales se alude


a la sentencia de término, por ejemplo en el artículo 98 del CPC, pero el
legislador no señala lo que debe entenderse por estas.
Del contexto de las disposiciones legales aplicables, la doctrina
entiende que sentencia de término es aquella sentencia definitiva o
interlocutoria que pone fin a la última instancia del juicio.

De este modo, si un juicio se falla en única instancia, la sentencia


que recae en esa única instancia tendrá la calidad de sentencia de término.

Si el juicio se ha seguido tanto en primera como en segunda


instancia, será sentencia de término la que recae en la segunda instancia.

La casación no constituye instancia, por ello la sentencia que la


resuelve no puede ser sentencia de término ya que esta última se refiere
exclusivamente a la instancia.

- Sentencias firmes o ejecutoriadas. Son aquellas sentencias


inmodificables, cuya decisión resulta ser inamovible debido a que no proceden
recursos o no es posible deducir recursos en su contra y que, por lo mismo,
permiten pedir su cumplimiento o ejecución. Lo anterior por cuanto:

- según la ley, no procede recurso alguno en su contra; o

- porque si procedían recursos estos fueron interpuestos y han sido


fallados por el tribunal correspondiente; o

- porque si procedían recursos han transcurrido los plazos para


interponerlos sin que las partes interesadas los hayan hecho valer.

Momento desde el cual se entiende firme o ejecutoriada una


sentencia. Para determinar el momento preciso desde el cual se entiende firme
o ejecutoriada una sentencia, y en general toda resolución judicial, hay que
estarse a lo que dispone el artículo 174 del CPC sobre este particular.

Hay que distinguir en cada caso lo siguiente: si no proceden


recursos o si proceden recursos en su contra:

- Si no proceden recursos en su contra, la sentencia queda firme o


ejecutoriada desde que ha sido notificada legalmente a las partes; y

- Si proceden recursos en su contra, en este caso hay que ver: si los


recursos fueron interpuestos o si no fueron interpuestos.
En el primer caso, si los recursos fueron interpuestos por las partes,
la sentencia queda firme o ejecutoriada una vez notificado el decreto que la
mande cumplir (el “cúmplase”), después de terminados los recursos deducidos.

En el segundo caso, si procediendo recursos las partes no los hacen


valer, la sentencia queda firme o ejecutoriada desde que transcurren todos los
plazos que la ley concede para la interposición de esos recursos sin que se
hayan hecho valer por las partes. En este último caso, tratándose de
sentencias definitivas el secretario del tribunal certificará el hecho a
continuación del fallo, el que se considerará firme desde ese momento, sin más
trámites.

- Sentencias que causan ejecutoria. Se entiende por tales aquellas


sentencias que sin estar firmes pueden cumplirse o ejecutarse, no obstante
existir recursos pendientes que han sido deducidos en su contra, en las que la
decisión no es inamovible ya que puede cambiar dependiendo lo que se
resuelva al fallarse los recursos.

Así acontece con la sentencia que ha sido apelada, cuando se


concede dicho recurso en el sólo efecto devolutivo y tratándose de la sentencia
que ha sido recurrida de casación, salvo las excepciones legales. Ambas
resoluciones pueden ejecutarse no obstante estar pendientes los recursos de
apelación o de casación. Es una situación especial ya que la ejecución tiene
carácter provisional mientras no se fallen los recursos.

- Sentencia o fallo de casación. Se trata de aquellas resoluciones


judiciales que fallan o resuelven respecto de un recurso de casación en la
forma o en el fondo. Artículos 785 y 786 del CPC.

Requisitos de las resoluciones judiciales. Las resoluciones judiciales,


como actos procesales que son, deben cumplir con ciertos requisitos que la ley
establece. Hay algunos requisitos o exigencias que son generales, es decir,
aplicables a todo tipo de resoluciones y hay otros particulares, específicos,
propios o especiales para cada resolución considerando su naturaleza.

1. Requisitos generales de las resoluciones judiciales. Se indican en


el artículo 169 del CPC y son los siguientes:

a) expresión en letras de la fecha y del lugar en que se expida.


b) la firma, al pié o al final de la resolución, del juez o de los jueces
que la pronuncian.

c) la autorización del secretario del tribunal, de acuerdo al artículo 61


inciso final del CPC y artículo 380 Nº 2 del COT.

Lo dicho es sin perjuicio de lo prescrito en el artículo 33 inciso 2 del


CPC, respecto de la facultad de los secretarios letrados de los juzgados civiles
de dictar por si solos decretos, en cuyo la autorización de estas resoluciones le
corresponderá al oficial primero del mismo tribunal.

2. Requisitos particulares o especiales de las resoluciones judiciales.


Estos requisitos son variables pues se establecen respecto de cada resolución
en particular.

A. Requisitos especiales de la primera resolución que se dicta en


una causa. La primera resolución que se dicta por el tribunal en una causa,
además de las exigencias generales, tiene que cumplir con las siguientes
menciones especiales que le son propias:

- indicar el número de rol o número de orden de la causa, con el cual


figurará hasta su terminación. Artículo 51 del CPC.

- puede contener la determinación de la cuantía de un asunto, lo que


reviste importancia para determinar el procedimiento aplicable.

B. Requisitos especiales de los decretos. Los decretos son


resoluciones que disponen meros trámites, razón por la cual deben indicar
necesariamente:

- cuál es el trámite concreto que se ordena y en virtud del cual se da


curso progresivo a los autos. Art. 70 inc. 3° COT.

Así por ejemplo ante la presentación del escrito de la demanda, un


decreto que se limita a tener por interpuesta tal demanda, sin establecer el
trámite preciso que debe ordenarse (traslado o cítese a comparendo), no
cumple con la exigencia anotada.

C. Requisitos especiales de los autos y sentencias interlocutorias. Si


estamos en presencia de un auto o sentencia interlocutoria, además de los
requisitos generales, deben cumplir con las exigencias especiales establecidas
en los artículos 144 y 171 del CPC, en la medida que tales sentencias
interlocutorias se pronuncien sobre incidentes. O sea, se trata de requisitos
especiales aplicables a ambos tipos de resoluciones, en cuanto ellas se
pronuncian sobre incidentes.

Deberán contener:

- la decisión del asunto controvertido, en este caso de la incidencia


promovida.

- pronunciamiento sobre las costas del incidente.

En cuanto la naturaleza del negocio lo permita, deberán contener


además:

- las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de


fundamento a la resolución, y

- la enunciación de las leyes o, en su defecto, de los principios de


equidad con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo del incidente, y

- en los tribunales colegiados, debe señalarse nominalmente qué


miembros han concurrido con su voto a formar la resolución o sentencia y qué
miembros han sostenido opinión contraria, según el artículo 89 del COT.

Existe -como se sabe- otro grupo de sentencias interlocutorias, de


acuerdo a lo que establece el artículo 158 del CPC, que no fallan incidentes
sino que resuelven sobre algún trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de otra sentencia posterior. Por ejemplo la resolución que
recibe la causa a prueba, que no dispone un “mero trámite”, sino que se
pronuncia sobre un trámite “esencial” del juicio.

Esta clase de interlocutorias no debe cumplir con los requisitos


especiales anteriormente indicados ya que no les resultan aplicables, por estar
referidos únicamente para aquellas resoluciones que resuelven incidentes. Este
otro grupo de interlocutorias, en consecuencia, deberá cumplir con los
requisitos particulares que en cada caso la ley pueda exigir para ellas,
indicando cual es el trámite que ordena. Por ejemplo, la interlocutoria de
prueba tendrá que cumplir con lo indicado en el artículo 318 del CPC.
D. Requisitos especiales de las sentencias definitivas.

Para determinar los requisitos especiales que deben cumplir las


sentencias definitivas, es necesario distinguir en que instancia se pronuncia
dicha resolución, o sea, si lo ha sido en única, primera o segunda instancia.

Requisitos de las sentencias definitivas de única o de primera


instancia.

1.- Requisitos contemplados en el artículo 170 del CPC.

Estas sentencias formalmente constan de tres partes, que se


diferencian claramente y cuyo orden es el siguiente: la parte expositiva, la
parte considerativa y la parte resolutiva o dispositiva.

Parte expositiva. Toda sentencia comienza por su parte expositiva,


en la que se deben individualizar a las partes litigantes y hacerse una
exposición breve o resumida de las pretensiones y excepciones que éstas han
hecho valer así como de sus fundamentos.

Los requisitos especiales sobre lo anterior están contenidos en los


números 1, 2 y 3 del artículo 170 del CPC. Son los siguientes:

- la designación precisa de las partes litigantes, su domicilio,


profesión u oficio.

- la enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por el


demandante y de sus fundamentos.

- igual enunciación de las excepciones o defensas alegadas por el


demandado.

Tiene importancia la individualización de las partes porque permite


saber contra quien se puede pedir el cumplimiento de la sentencia que vaya a
resolver el litigio, considerando los efectos relativos de los fallos judiciales, ya
que sólo respecto de estas partes van a producirse la acción y excepción de
cosa juzgada.

Tales requisitos del artículo 170 se deben complementar con


aquellos que contempla para la parte expositiva el auto acordado de la Corte
Suprema en sus números 1, 2, 3 y 4, que agrega dos requisitos nuevos que
deben consignarse:

- si se ha recibido o no la causa a prueba.

- si las partes fueron o no citadas para oír sentencia en los casos


previstos por la ley.

Parte considerativa. Como dicen algunos es la parte medular de la


sentencia ya que debe contener los fundamentos de hecho y de derecho que
justifican la decisión.

Sus requisitos están señalados en el artículo 170 números 4 y 5 del


CPC, en los que se indica que debe contener:

- las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de


fundamento a la sentencia.

- la enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de


equidad con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo.

Estas exigencias, según dijimos, se refieren a la necesidad de que


los fallos sean fundados, es decir, que el tribunal indique las razones por las
cuales decide el asunto controvertido en una determinada forma, con lo que se
pretende evitar la arbitrariedad judicial.

En esta parte considerativa deben consignarse además las


exigencias señaladas en los números 5, 6, 7, 8, 9 y 10 del referido auto
acordado, que son una reglamentación detallada en cuanto a cómo debe
cumplirse con las exigencias legales relativas a esta parte del fallo.

Debemos precisar que según la doctrina existe diferencia entre


fundar y motivar una sentencia, ya que: fundar una sentencia es basarla o
referirla a determinadas normas de derecho positivo que sirven de apoyo o
sustento a la decisión que se adopta en el fallo; y motivarla es apreciar
críticamente el material fáctico del pleito, las cuestiones de hecho y la prueba
rendida en la causa.

La motivación tiene como objetivo indicar la razón y justicia de la


decisión, señalándose los argumentos explicativos del tribunal para justificar su
resolución y en tal sentido cobran importancia las reglas del pensamiento
lógico.

Parte resolutiva o dispositiva. En esta parte final de la sentencia se


concreta la decisión o resolución propiamente tal sobre la cuestión objeto del
juicio adoptada por el tribunal, en base a todos los fundamentos indicados en
su parte considerativa.

Este requisito se señala en el numeral 6 del artículo 170 del CPC,


que expresa que la sentencia debe contener:

- la decisión del asunto controvertido.

En esta parte, entonces, se resuelve la cuestión que ha sido objeto


del pleito, debiendo indicarse en forma expresa las acciones y excepciones que
se aceptan o rechazan, ya que el pronunciamiento debe ser completo, pues la
ley señala que debe referirse a “todas” las acciones y excepciones que se
hayan hecho valer por las partes.

Con todo, si hay acciones o excepciones incompatibles con las


aceptadas, el tribunal está facultado para omitir pronunciarse sobre ellas,
debiendo indicar porque las considera incompatibles. Así lo señala también el
auto acordado en su Nº 11.

2. - Requisitos establecidos en el auto acordado de la Corte


Suprema de fecha 30 de Septiembre de 1920 sobre la forma de las sentencias.

3.- Pronunciamiento sobre las costas del juicio, conforme al artículo


144 del CPC.

4.- En los tribunales colegiados, señalar nominalmente qué


miembros han concurrido con su voto a formar sentencia y qué miembros han
sostenido opinión contraria y la mención del ministro redactor, conforme a lo
señalado en los artículos 85 y 89 del COT.

Algunos problemas que pueden suscitarse con los requisitos


formales de las sentencias. Es importante referirse a algunos problemas que
suelen presentarse con las sentencias definitivas en relación con el
cumplimiento de los requisitos contemplados tanto en el artículo 170 del CPC
como en el auto acordado referido.
Contradicción entre las partes considerativa y resolutiva. El tribunal
sentenciador, debe seguir en el fallo un orden lógico, que es el indicado en el
artículo 170 del CPC, en cuanto a señalar primeramente las consideraciones
pertinentes y luego la decisión. Como la parte considerativa constituye el
fundamento de lo resolutivo, es evidente que no puede existir contradicción
entre ambas partes de una misma sentencia, ya que de ser así la decisión no
tendría explicación válida que la justifique, sería un fallo infundado.

En el caso que existiere tal contradicción debe estimarse que esa


sentencia definitiva carece de considerandos, ya que no contiene los
fundamentos respecto de la resolución adoptada y por consiguiente el fallo
dictado en esas condiciones es susceptible de anularse a través de un recurso
de casación en la forma.

Ausencia de considerandos, insuficiencia o error en éstos. La


ausencia de considerandos es difícil que ocurra, ya que cuesta pensar que un
fallo no tenga ningún considerando, por lo que el problema se refiere más bien
a que la sentencia no tenga los considerandos requeridos para justificar una
determinada decisión, de las varias que puede contener. En este caso es más
fácil pensar que se dé este problema.

Sea como fuere, en tal situación e igual que en el caso anterior ese
fallo también podría ser anulado a través de un recurso de casación en la
forma, ya que sería infundado.

Pero si los considerandos son insuficientes o erróneos, y en la


medida que ello influya en la decisión, tal deficiencia de la sentencia de primera
instancia puede enmendarse a través de un recurso de apelación, pero si el
fallo fuere de única o de segunda instancia y al no proceder la apelación la
sentencia tendría que anularse mediante el recurso de casación en el fondo.

Acciones y excepciones que debe considerar el tribunal. La decisión


del asunto controvertido en la parte resolutiva de la sentencia debe
comprender, esto es, emitir pronunciamiento o resolución sobre las siguientes
acciones y excepciones para la debida congruencia:

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