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BIOGRAFÍA DE SIGMUND FREUD

El verdadero nombre de Freud fue Segismundo Schlomo Freud. Nació un 6 de mayo de 1856 a
las 6 y 30 de la mañana en Freiberg, Moravia, provincia del Imperio Austríaco (en esa época),
en el seno de una familia judía. Padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras del s.XX.

Jacob tenía 42 años cuando nació Sigmund, 20 años mayor que su tercera esposa Amalia
Nathansohn, aquella familia que vivía en una sola habitación con dos hermanastros adultos era
desconcertante para crecer. Tenía un padre que parecía lo suficiente mayor como para ser su
abuelo y dos hermanastros que parecían lo suficientemente mayores como para ser sus padres
o los maridos de su madre así que tuvo que ser todo un problema para Freud llegar a situar
cada pieza en su sitio. En 1859, el fracaso de los negocios de su padre obligó a la familia a
abandonar su hogar en Freiberg. Residieron en Leipzig y, en 1860, en Viena finalmente.

Sigmund nació con una membrana fetal sobre su cabeza, indicador, según la leyenda popular,
de estar destinado a ser un hombre afortunado. Mamó hasta el año de edad y siempre fue el
preferido de su madre, que lo llamaba Sigi. La muerte de su hermano Julius, cuando este tenía
8 meses de edad, fue un evento deseado por él.

Cuatro acontecimientos infantiles fueron siempre recordados y repetidamente soñados por


Freud (que ya desde niño anotaba cuidadosamente sus sueños).

 Excitación sexual al ver a su madre desnuda. Tenía 4 años.


 Juegos infanto-sexuales con su primo Hans, un año mayor que él.
 El hecho de haber orinado deliberadamente en el dormitorio de sus padres a los 7 años.
 El conocido episodio del “gentil” que de un sopapo hizo volar a su padre, Jacob, el
sombrero nuevo de piel. Tenía entonces 12 años.

Sigmund ingresó a Gimnasium Sperl (Educación Secundaria) a los 9 años, diez meses antes de
lo autorizado, y cursó estudios allí por ocho años, en seis de los cuales fue el mejor alumno de
la clase. Egresó a los 17 con la calificación Summa Cum Laude. Había llegado el momento de
elegir qué hacer con su vida.

Ingresó a la universidad de Viena con 17 años a la carrera de medicina. Finalmente, el 30 de


marzo de 1881, a los 24 años de edad, Sigmund Freud alcanzó la graduación como médico de
la Universidad de Viena con la calificación de “excelente”, especializándose en neuropatología.
Dos meses después fue promovido a demostrador del Instituto de Fisiología.

Por aquellas épocas los judíos no podían trabajar en instituciones públicas como los hospitales,
ni tampoco dar clases en la Universidad, por eso se situó en una consulta privada. Esto lo llevó
a tratar pacientes que padecían histeria, una reacción neurótica en la cual los conflictos
emocionales son convertidos en síntomas físicos como parálisis y sordera (en la actualidad, se
prefiere el término trastorno de conversión al de histeria).

Su paso a la psicopatología se produjo cuando conoció a Jean Martin Charcot, médico


especializado en enfermedades nerviosas, que practicaba la hipnosis para curar a las enfermas
de histeria en el Hospital de Salpetriere de París. El Gobierno francés le concedió una beca a
Freud para ir un año a estudiar en París y fue allí donde pudo observar el caso de Anna O. (su
nombre real era Bertha Pappenheim), el cual marcó un antes y un después en su carrera. Anna
O. era una paciente de Breuer que sufría histeria, pero ambos se hicieron cargo de su
problema. La paciente era una joven que en otoño de 1880 enfermó. Cuando tenía cumplidos
los 21 años, inesperadamente su padre cayó enfermo y se vio obligada a cuidar de él. Fue
tanta su atención hacía su padre, que el gran descuido que ella se dio a sí misma la condujo
hacia la anemia y debilidad. Pero estos problemas; que pronto la postraron en cama, fueron
seguidos por malestares aún más alarmantes: parálisis, una grave perturbación del lenguaje y
otros síntomas que aparecen tras de la muerte de su padre, y por la que es diagnosticada
como histérica.

El tratamiento de Breuer se centraba en inducir a la paciente a un estado hipnótico y


persuadirla para que rememorara las circunstancias previas a la primera aparición de cada uno
de los síntomas padecidos. Al salir del trance hipnótico, dichos síntomas histéricos iban
desapareciendo uno a uno. El médico realizaba este tratamiento dos veces al día, y Anna O. lo
solía llamar “cura por la palabra”. Breuer lo bautizó como método catártico. En el caso de Anna
O. se concluyó que había padecido abusos sexuales en su infancia por parte de un familiar, y
pese a que parecía que la terapia funcionaba, apareció una trasferencia sexual entre la
paciente y el médico. Luego hubo problemas con un falso embarazo de la paciente, enamorada
de su terapeuta, y Breuer se apartó hostigado por los celos de su mujer.

Así fue como sus estudios se fueron abriendo paso al desarrollo de una teoría de la neurosis
más diferenciada, dando inicio al psicoanálisis como lo conocemos.

En 1896, después de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a
transformar la metodología terapéutica que aquél había calificado de «catártica», basada en la
hipnosis, en lo que él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando solo,
víctima del desprecio de los demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar
los elementos esenciales de los conceptos psicoanalíticos de «inconsciente», «represión» y
«transferencia».

Mediante el análisis de los sueños desarrolló teorías sobre la sexualidad infantil y el complejo
de Edipo. Trabajó además la teoría de la transferencia. Por ese tiempo aparece su obra más
importante, La interpretación de los sueños (1900), donde analiza (además de algunos sueños
de sus pacientes) muchos de sus propios sueños, registrados durante tres años de autoanálisis
iniciados en 1897.

En abril de 1886 Freud se casa con Martha Bernays con quien llevaba prometido cuatro años.
Tuvieron seis hijos, entre ellos la pequeña Anna Freud, la única hija que siguió sus pasos dentro
del mundo del psicoanálisis.

Al final de su carrera contaba con un reducido número de alumnos y seguidores, entre los que
destacan: Alfred Adler y Carl Jung.

En 1910 se crea una organización de ámbito mundial denominada Asociación Psicoanalítica


Internacional.

Tras el comienzo de la I Guerra Mundial, abandonó prácticamente la observación clínica y se


centró en la aplicación de sus teorías a la interpretación psicoanalítica de fenómenos sociales,
como la religión, la mitología, el arte, la literatura, el orden social o la propia guerra.

En 1923 se le detectó un cáncer en la mandíbula, por el que tuvo que someterse a varias
operaciones quirúrgicas.

Cuando los nazis ocuparon Austria, en 1938, se trasladó a Londres, donde finalmente murió el
23 de septiembre de 1939.

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