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MATRICULA: ES1921017207
GRUPO: 020
UNIDAD 1
Contenido
SESION 1 ACTIVIDAD 1................................................................................................................. 2
SESION 1 ACTIVIDAD 2................................................................................................................. 4
SESION 1 ACTIVIDAD INTEGRADORA RELACION ENTRE ESTADO, CONSTITUCION
Y GOBIERNO ................................................................................................................................... 5
BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................................... 12
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SESION 1 ACTIVIDAD 1
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fundamental no puede
haber estado.
2. Señala en otro cuadro las características de los siguientes elementos fácticos del
Estado:
CARACTERISTICAS
PUEBLO Elemento humano, indispensable en la
concepción del estado moderno. En el
pueblo reside la soberanía, de la cual
emana, a través de sus representantes, el
derecho y las instituciones del orden
jurídico.
PODER POLITICO La evolución de las sociedades puede
seguirse en buena medida conforme a la
evolución de los entes o sujetos que
detenten el poder político según la época o
circunstancias de la historia. Este poder es
la autoridad a la que están sometidos los
ciudadanos. El poder político es un poder
que gobierna porque así lo aceptan los
gobernados. En el principio de la historia
era detentado por el jefe patriarcal, luego
en las sociedades absolutistas por el rey a
quien se le confería un derecho divino, y en
los estados modernos el poder político
queda establecido desde la norma
fundamental y constitucional, con total
separación de cualquier connotación
divina, y que finalmente se personifica en
individuos u órganos pero que actúan como
meros representantes del pueblo en quien
reside la soberanía.
TERRITORIO El territorio es otro elemento esencial del
concepto de estado y condición de su
existencia. Es el espacio o ámbito físico de
organización de la comunidad constituida
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en estado, y sobre la cual este ejerce su
dominio y su capacidad de regulación
sobre los diversos aspectos de la vida
social, económica y política de una nación.
SESION 1 ACTIVIDAD 2
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SESION 1 ACTIVIDAD INTEGRADORA RELACION ENTRE ESTADO,
CONSTITUCION Y GOBIERNO
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mantener la vigencia de nuestro marco normativo y regulatorio y así conservar y
reforzar el impacto del derecho en nuestras sociedades.
Traemos aquí, en relación con lo antes expuesto, dos pasajes del gran jurista
mexicano Ignacio Burgoa, “es evidente que no puede haber ningún derecho positivo
especifico sin materia, pero también es ineluctable que esta, amorfa, es
inconcebible, y sin forma jurídica, estéril infructuosa e inoperante”. Entendemos este
pasaje como una forma contundente de dejar claro que el derecho da sentido y
viabilidad a las distintas áreas del actuar social, económico y político, que pueden
existir sin el derecho, pero al final, sin él, no cumplirían su teleología.
¿y por qué el análisis especifico precisamente sobre la constitución?, por esto: “la
ingente importancia del derecho… adquiere mayor significación tratándose del
derecho supremo y fundamental que se expresa en la constitución. En efecto, es
ella el ordenamiento jurídico que proclama los principios políticos, sociales,
económicos, culturales y humanos que se derivan del ser, del modo del ser y del
querer ser de un pueblo en su devenir histórico mismo, o sea, que manifestación
jurídica de su historia”. Que forma bella y clara de expresar la relevancia y el porqué
del análisis jurídico y político de la constitución.
Estamos hablando pues de que, por medio del análisis jurídico y político de la
constitución, en realidad estamos abordando el estudio de la historia de nuestras
sociedades desde diferentes enfoques, pero siempre desde la perspectiva jurídica.
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Y al hacerlo, no solo entendemos mejor los procesos históricos, sino que nos
prepara para estar en capacidad de aportar, con el respaldo de la enseñanza de los
grandes juristas, sobre los temas actuales de nuestra convivencia social, poseyendo
incluso los fundamentos y antecedentes para proponer cambios legislativos o
reglamentarios que requieran nuestras sociedades para continuar su desarrollo e
impregnándolo del contenido humanista que los estudiosos del derecho asimilamos
nuestras fuentes.
Dos de los conspicuos juristas que han expuesto con vehemencia sus visiones,
contrapuestas, sobre la relación de génesis y producto entre constitución y estado,
son el mexicano Ignacio Burgoa y el francés Carre de Malberg.
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El estado no produce el derecho, sino que el derecho crea al estado como sujeto
del mismo, dotándolo de personalidad, y que a su vez el derecho se establece por
un poder generado por la comunidad nacional en prosecución del fin que estriba en
organizarse o en ser organizada políticamente. De estas consideraciones se
desprende la trascendental significación que tiene el orden jurídico fundamental –
constitución_ en la formación del estado, ya que este es creado por el como persona
moral, es decir, como centro de imputación normativa, como sujeto de derechos y
obligaciones, y al través del cual la nación realiza sus fines sociales, culturales,
económicos o políticos, satisface sus necesidades, resuelve sus problemas, en una
palabra, cumple su destino histórico.
El error es, en efecto, creer que sea posible dar una constitución jurídica a los
acontecimientos o a los actos que pudieron determinar la fundación del estado y de
su primera organización. Para que semejante construcción fuera posible, seria
preciso que el derecho fuese anterior al estado y en este caso, el procedimiento
creador de la organización originaria del estado podría considerarse como regido
por el orden jurídico preexistente a él. Esta creencia en un derecho anterior al estado
constituye el fondo mismo de los conceptos emitidos en materia de organización
estatal, desde el siglo XVI al XVIII, por los juristas y los filósofos de la escuela del
derecho natural; inspiro igualmente a los hombres de la revolución, pero, si bien no
es posible discutir la existencia de preceptos de moral o de justicia superiores a las
leyes positivas, también es cierto que estos conceptos, por su sola virtud o
superioridad, aun que esta sea trascendente no podían constituir reglas de derecho,
pues el derecho, en el sentido propio de la palabra, no es sino el conjunto de las
reglas impuestas a los hombres en un territorio determinado, por una autoridad
superior, capaz de mandar con potestad efectiva de dominación y de coacción
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irresistible. Ahora bien, precisamente esta autoridad dominadora solo existe en el
estado; esta potestad positiva de mando y de coacción es propiamente la propiedad
potestad. Por lo tanto, se ve que el derecho propiamente dicho solo puede
concebirse en el estado una vez formado este, y, por consiguiente, es inútil buscar
el fundamento o la génesis jurídicos del estado. Por ser la fuente del derecho, el
estado, a su vez, no puede hallar en el derecho su propia fuente. Resulta de esto
que la formación inicial del estado, así como su primera organización, no pueden
considerarse si no como puro hecho, no susceptible de clasificarse en ninguna
categoría jurídica, pues ese hecho no está gobernado por principios de derecho.
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A partir de esta breve pero atinada descripción, podemos ahora plantear que existen
teóricos del derecho que equiparan el concepto de estado con el de orden jurídico,
de manera sobresaliente lo encontramos en Kelsen en su teoría pura del derecho”
orden jurídico total, que comprende el conjunto de los órdenes jurídicos parciales y
es denominado habitualmente con el nombre de estado.” Y la “persona jurídica del
estado, que es la personificación de un orden jurídico nacional”.
Esta concepción la vemos en Burgoa: las teorías que aseveran que el estado es un
orden jurídico cometen el error de identificarlo con uno de los elementos que
componen su ser esencial, sin advertir que, tras el poder y el derecho esta un
elemento que los genera y produce, cual es el pueblo o la nación, o al menos, un
grupo o una persona dominante, que al desplegar el uno crea al otro y lo impone.
Además, ninguna de tale teorías puede explicar por qué el estado es sujeto de
derecho y obligaciones interior y exteriormente, pues es evidente que el solo poder
como actividad, fuerza o dinámica, y el derecho, como conjunto de normas, no
tienen esa capacidad. Un poder no puede contratar, ni obligarse, ni adquirir
derechos y muchos menos puede realizar estos actos el orden jurídico, que solo
son susceptibles de efectuarse por las personas físicas o morales. Por ende,
sostener que el estado es un poder o un orden jurídico, significa postular un estado
son personalidad, o sea sin la capacidad mencionada y concluir que los tratados y
convenio internacionales, por ejemplo, son inexistentes por falta de sujeto
contratante, lo que sería verdaderamente paradójico. En esta visión, el estado
contiene no solo al orden jurídico como uno de sus elementos, sino también al poder
del que emana: en el estado convergen elementos formativos, o sea, anteriores a
su creación como persona moral o jurídica, y elementos posteriores a su formación,
pero que son indispensables para que cumpla sus finalidades esenciales. Dentro
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los primeros se encuentra la población, el territorio, el poder soberano y el orden
jurídico fundamental, manifestándose los segundos en el poder público y el
gobierno.
Respecto a la primera pregunta que hemos tratado de responder con ese ensayo:
¿Cuál es la relevancia respectiva del análisis jurídico y político de la constitución?,
nuestra crítica y posición al respecto ya la hemos dejado sentada en el cuerpo de la
respuesta que aquí hemos ofrecido. Por ello, y para no ser repetitivos, en este
apartado nos abocaremos a exponer nuestra opinión sobre lo correspondiente a la
segunda pregunta que nos plantea la relación entre constitución, estado y orden
jurídico.
Ante el debate aquí analizado, sobre cuál es el orden en la génesis producto del
binomio constitución estado nos inclinamos definitivamente por la doctrina expuesta
por el maestro Burgoa. Es decir que es la constitución, como norma fundamental, la
que crea al estado. Pero aquí haremos una acotación que consideramos necesaria
para aclarar nuestro punto de vista.
Nos identificamos con la primera posición, pues si bien concordamos con carre de
malberg, que interpretamos en el sentido de que puede haber o existen estados
antes de cualquier derecho positivo, tales estados podemos entenderlos que existen
en un nivel básico o en formación, que serían sociedades organizadas, pero en un
orden político y social que podemos denominar como factico, en tanto no cuentan
con un soporte institucional basado en un derecho positivo. En cambio, si como
estado entendemos la concepción jurídica que aquí hemos revisado (con
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personalidad jurídica sujeto de derechos y obligaciones), entonces no cabe duda de
que su generación tiene que proceder necesariamente de una norma fundacional o
constitucional, tal como Burgoa lo expone.
BIBLIOGRAFIA
ARMENTA LOPEZ, L.(2005). La forma federal de estado. Mexico: unam
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