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problemas
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Tabla de Contenidos
Introducción
8.1 Por qué se descuida la definición de problemas
8.2 ¿Cuál es el problema con no definir el problema?
8.3 ¿Qué implica la definición de problemas?
8.4 Guía para la definición de un problema
8.5 Desafíos clave para definir un problema
Conclusión
Introducción
Si bien parece evidente que necesitamos definir el problema, la mayoría de nosotros y
nosotras - si somos honestos/as - no somos muy rigurosos/as para hacerlo. En lugar de esto,
preferimos ir directo a la solución y comenzar a cabildear a favor de su implementación.
Sin embargo, cuando no definimos adecuadamente el problema, terminamos aplicando
soluciones que, sin importar cuán innovadoras sean, simplemente no funcionan. Por el
contrario, una buena definición del problema nos ayuda a tener claridad respecto de
nuestros objetivos finales. Nos permite encontrar oportunidades específicas donde se
puede avanzar en relación con problemas más grandes y aparentemente inabordables, e
invita a la colaboración mediante una afirmación convincente de qué estamos tratando
de lograr. Este módulo se propone explicar algunos de los motores de la tendencia a
apresurarse a encontrar soluciones, de modo que podamos realizar acciones para mitigar
su influencia. También expresamos por qué es importante una buena definición de
problemas y trabajamos contigo para crear una definición de un problema que puedas
usar como punto de partida para tu propio proyecto de justicia abierta. El módulo
concluye con una introducción a algunas técnicas de diseño centrado en personas que
pueden ayudarte a definir el problema que deseas abordar de una forma que conduzca
al desarrollo de soluciones más eficaces.
Objetivos:
¿Qué es un problema?
¿Qué es la definición de problemas?
¿Cómo se procede a formular un problema?
¿Cómo se puede distinguir una buena definición de problemas de una mala
definición de problemas?[4]
Una clase experimental de aprendizaje basado en problemas con tan solo 13 estudiantes
en University of Limerick en Irlanda, que requería que los/las estudiantes lidiaran con un
problema del mundo real, fue considerada tan singular - los autores y autoras declararon
que la experiencia había sido completamente desconocida para los/las estudiantes
participantes - que obtuvo una reseña en una de las principales revistas de la Asociación
Americana de Ciencia Política (American Political Science Association).[5]
En segundo lugar, si bien claramente no es algo exclusivo del sector público, existen fuertes
incentivos, sobre todo en el gobierno, para presentar soluciones en lugar de tomarse el
tiempo para definir problemas porque las burocracias son martillos en busca de clavos.
Esto quiere decir que aun cuando se reconozca la necesidad de definir el problema, el
rígido contexto organizacional genera un desincentivo para la formulación de problemas
que podrían sugerir soluciones innovadoras y nuevas, ya que una burocracia solo tiene
ciertos tipos de soluciones que normalmente puede ofrecer.[6] Generalmente, se
establecen organismos y programas para entregar las soluciones a un problema, a
menudo, bajo los auspicios de un estatuto prescriptivo. “Una vez que una organización ha
reunido el conjunto adecuado de capacidades funcionales y las ha organizado en torno a
sus procesos operativos centrales, se establece la mayor parte de su práctica operativa
rutinaria”.[7] Por ende, la capacidad de las personas de definir el problema dentro de una
burocracia con límites organizacionales establecidos y prácticas históricas puede ser
limitada. En general, los funcionarios y funcionarias tienen muy poca libertad individual
para maniobrar, especialmente en casos en los que la definición del problema iría en
contra de los fundamentos orgánicos de la razón de ser de la organización.
Además, la mayoría de nosotros/as tiene mucho que hacer y muy poco tiempo para
detenerse. Como personas impulsadas por objetivos que trabajan a favor del interés
público, las funcionarias y los funcionarios públicos anhelan zambullirse y generar cambios.
Queremos promulgar nuevas políticas, crear programas, lanzar sitios web, entregar servicios
y ayudar a las personas. Invertir en la definición de problemas requiere disciplina y valor. Si
somos sinceros/as, solemos ser poco rigurosos/as, y preferimos ir directo a la solución y
cabildear para que se implemente. ¿Quién no quiere crear una nueva aplicación, lanzar
un programa nuevo o crear un nuevo mecanismo de financiamiento? Sin embargo,
cuando no definimos adecuadamente el problema, terminamos desarrollando soluciones
que no funcionan. Por ende, tenemos un incentivo para favorecer la definición del
problema, provenga de partes interesadas, laboratorios de ideas y grupos de interés, o del
conocimiento generalizado del problema desarrollado entre funcionarios/as públicos/as
de trayectoria. Si agregamos a este impulso la presión política partidista de evitar
identificar problemas, existen innumerables presiones para rehuir la definición de
problemas.
La incapacidad de definir problemas no es exclusiva del sector público o de problemas
públicos. Como escribe Thomas Wedell-Wedellsborg en Harvard Business Review: “¿Qué tan
buena es su empresa para resolver problemas? Probablemente, bastante buena si sus
ejecutivos son como los de las empresas que he estudiado. Resulta que sus dificultades no
tienen que ver con la resolución de problemas, sino con descubrir cuáles son los
problemas”. Después agrega que en encuestas de 106 ejecutivos/as del cuerpo directivo,
un 85% estuvo muy de acuerdo o de acuerdo con que sus organizaciones eran malas para
el diagnóstico de problemas, y el 87% estuvo muy de acuerdo o de acuerdo con que esta
falla tenía costos significativos. “Estimulados por una tendencia a la acción, los gerentes
tienden a entrar rápidamente en el modo solución sin verificar si realmente entienden el
problema”.[11]
[3] Para alcanzar un nivel más alto de competencia estudiantil como pensadores críticos y
políticos, Gorham (2005 346) sugiere que es más probable que el pensamiento político se
dé "cuando la experiencia de la clase en sí está integrada al aprendizaje-servicio como
espacio público". Este enfoque a la enseñanza de política refleja la exhortación de Stoker
(2006) de que debemos dejar de hablar de política y, en su lugar, crear más oportunidades
para practicarla. Problem-Based Learning and Civic Engagement - Shifting the Focus of
Learning in Public Policy Education, Chris McInerney and Maura Adshead, Political Science
and Politics, Vol. 46, No. 3 (julio de 2013), pp. 630-636. American Political Science
Association. http://www.jstor.org/
[4] David Dery, Problem Definition in Policy Analysis, University of Kansas Press, 1984, p. 3.
[5] Problem-Based Learning and Civic Engagement - Shifting the Focus of Learning in Public
Policy Education, Chris McInerney and Maura Adshead, Political Science and Politics, Vol.
46, No. 3 (julio de 2013), pp. 630-636. American Political Science Association.
http://www.jstor.org/ (“A la fecha, la experiencia educativa de nuestros estudiantes fue en
gran parte dentro de un "paradigma de enseñanza" donde las charlas y clases seguían
formatos tradicionales”).
[6] Katz and Kahn, 1966, p. 277. Dery, p. 94-95.
[7] The Character of Harms, Operational Challenges in Risk Control, Malcolm K. Sparrow.
[8] ASME: Jordan Robert “Project Success: Defining The Problem.” Performance by Jordan
Robert, Project Success: Defining The Problem, ASME, Apr. 2016, www.asme.org/career-
education/media/career-development/video-project-success-defining-problem
[9] Mark Moore, Public Value 17.
[10] Sanderijn Cels, Jorrit de Jong, Frans Nauta, Agents of Change: Strategy and Tactics for
Social Innovation (Brookings 2012), 53.
Albert Einstein
Sin tomarnos el tiempo para detenernos y definir el problema - contentándonos solo con
una afirmación amplia del problema - nunca sabemos si nos estamos enfocando en el
problema adecuado y, a menudo, definimos el problema de forma demasiado amplia o
no lo definimos para nada, desperdiciando tiempo y recursos, y contribuyendo aún más a
la creación de políticas y programas ineficaces y de los que se desconfía. El economista
popular Stephen Dubner dice que si defines el problema de manera demasiado amplia,
hay un alto precio que pagar en términos de debilitar el optimismo y la energía de las
personas. Más bien, uno debería pensar en pequeño - como un niño - para resolver
problemas más rápidamente. Pensar de forma más restringida ofrece una mejor
oportunidad para hacer algo.[14]
A veces, lo que se requiere no es definir el problema de forma más restringida, sino solo de
modo diferente. En El Arte de Resolver Problemas de 1978, Russell Ackoff ilustra con el
ejemplo del “problema del ascensor lento”. Los huéspedes de un hotel se quejan al
administrador de que el ascensor es demasiado lento. Él consulta a un ingeniero, que
define el problema mecánicamente y propone la solución obvia de reemplazar el
ascensor a un costo muy alto. Pero el administrador indaga un poco más y contrata a un
sicólogo, quien reformula el problema como “la espera es molesta”. Entonces, de pronto se
vuelve evidente que agregar espejos fuera del ascensor para que las personas se miren o
folletos con información para leer reducirá la frustración a un costo más bajo. Por supuesto,
los espejos no hacen que el ascensor sea más rápido.[15] En lugar de esto, resuelven un
desafío más imperioso y accionable que tiene un sinnúmero de soluciones innovadoras. Al
formular el problema de otra manera, de pronto descubres una oportunidad más
transformativa y accionable que culmina en soluciones innovadoras y trabajables. El
espacio de solución cambia y se abre cuando el problema se reformula y replantea.[16]
En Vietnam, un caso famoso es el de la pareja de profesionales del desarrollo de Save the
Children, Jerry y Monique Sternin, que buscaban reducir el hambre entre las poblaciones
de aldeas locales del distrito de Quong Xuong en la provincia de Than Hoa, unas cuatro
horas al sur de Hanói. En Vietnam, la desnutrición afectaba al 65% de los niños menores de
5 años. La ayuda alimentaria internacional era costosa y no tan eficaz como se esperaba.
Tras examinar la situación, los Sternin optaron por invertir el problema y preguntarse por qué
algunos niños y niñas de las aldeas, a pesar de vivir en la misma pobreza miserable,
estaban sanos/as y bien alimentados/as. Pidieron a voluntarios/as locales que encontraran
la respuesta y, al enfocarse en la “desviación positiva”, es decir, el problema de por qué
algunos niños y niñas prosperaban, descubrieron más rápido que las familias sanas estaban
agregando pequeñas cantidades de camarones, jaibas o caracoles escarbados a la
comida de sus hijos e hijas, y dándoles exactamente la misma cantidad de arroz, pero en
porciones más pequeñas durante el día.[17] Pensar en el problema desde distintos ángulos
y con una mirada nueva - en este caso, la de la comunidad local - hizo posible identificar
el problema correcto a resolver y descubrir soluciones innovadoras, diferentes y, con suerte,
más efectivas.[18] Si no hubieran comenzado por reformular el problema, habrían perdido
tiempo recolectando un montón de información y datos redundantes que no habrían
generado mejores resultados.[19] Cuando cambia la definición del problema, el conjunto
de soluciones cambia inevitablemente.[20]
Figura 8.2: La definición de problemas es esencial no solo para resolver problemas, sino
para resolver problemas en conjunto.
Ya hace un siglo, John Dewey dejó en claro que identificar el problema es el primer paso
en la resolución de problemas. Una “dificultad sentida” debe traducirse en un problema
específico a resolver (formulado de la forma más clara y precisa posible). “No se puede
aportar ideas para las mejores soluciones hasta que se haya definido lo más
concretamente posible el problema real”.[22] Einstein también enfatizaba que “la
formulación de un problema es muchas veces más importante que su solución, que puede
ser meramente una cuestión de habilidad matemática o experimental. Plantear nuevas
cuestiones, nuevas posibilidades, considerar viejos problemas desde un nuevo ángulo, todo
ello requiere de una imaginación creadora y marca los progresos reales de la ciencia”.[23]
[20] “Reframing Problems.” Performance by Roy Rosin, TEDx Talks, 16 de julio de 2016,
www.youtube.com/watch?v=ZL5ShvhyaXc.
[21] Scheider, Matthew C. "Problem, Definition of." Encyclopedia of Community Policing and
Problem Solving, Kenneth J. Peak, Sage Publications, 1st edition, 2013. Credo Reference,
https://ezproxy.library.nyu.edu/login?
url=https://search.credoreference.com/content/entry/sagecpaps/problem_definition_of/0?
institutionId=577. Consultado el 6 de junio de 2018.
[22] Dr. Harry Farra, The Reflective Thought Process: John Dewey Re-visited, The Journal of
Creative Behavior Vol. 22, No.1, 1988 Creative Education Foundation, https://doi-
org.proxy.library.nyu.edu/10.1002/j.2162-6057.1988.tb01338.x. Ver también John Dewey,
How we think, a restatement of the relation of reflective thinking to the educative process
(DC Heath, Boston, 1988).
[23] Einstein and Enfield (1938).
Es un ejercicio de múltiples etapas que implica profundizar cada vez más para encontrar la
causa del problema, que es lo que se necesita abordar, más que un mero síntoma.[24]
En un proceso exitoso de definición de problemas, las etapas de la definición del problema
y la solución del problema no necesitan estar perfectamente diferenciadas. De hecho, se
podría esperar que la definición del problema se haga más clara y más refinada en cada
etapa sucesiva del proceso de resolución del problema.
Redefinir el problema ilumina la búsqueda de soluciones. Podría esperarse que el problema
no se pueda formular claramente sin varios intentos.[25] Ya que el objetivo es encontrar
soluciones innovadoras para el problema correcto, el problema real puede ser más
profundo o diferente que la afirmación original del problema. Es más, como hemos visto, es
importante llegar a una definición que sea lo suficientemente restringida para ser
accionable, de modo que se puedan implementar soluciones. Por ende, existe un proceso
sucesivo de separar el problema del asunto mayor, tal como un escultor o una escultora
descubre el arte dentro del mármol.
[24] Cooper, Michael. “Defining the Problem: The Most Important Business Skill You've Never
Been Taught.” Entrepreneur, 26 Sept. 2014, .
[25] Getzels 90.
Conclusión
Cuando te entusiasma una posible solución, definir el problema puede sentirse como algo
que te frena. Sin embargo, pronto arroja beneficios en términos de la colaboración de
otras personas, la capacidad de manifestar un impacto y, lo más importante, poder
efectuar una mejora real en la vida de las personas.
Si sigues los pasos que hemos discutido, tendrás el comienzo de un proyecto de justicia
abierta. No obstante, para brindarle la mejor oportunidad de éxito a tu proyecto, deberás
considerar una serie de riesgos - el tema de nuestro siguiente módulo.