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Biografía de Edward Tolman

Edward Chace Tolman nació en Newton, Massachussets en 1886. A pesar de que


su padre quería que continuara el negocio familiar, Tolman decidió estudiar
electroquímica; no obstante, después de leer a William James descubrió su
vocación para la filosofía y la psicología, disciplina a la que acabaría dedicándose.
Se graduó en Psicología y filosofía en Harvard. Poco después se mudó a
Alemania para continuar formándose en su camino hasta el doctorado. Allí estudió
con Kurt Koffka; a través de él se familiarizó con la psicología de la Gestalt, que
analizaba la percepción centrándose en la experiencia global en lugar de en los
elementos por separado.
De nuevo en Harvard, Tolman investigó el aprendizaje de sílabas sin sentido bajo
el mando de Hugo Münsterberg, pionero de la psicología aplicada y de la de las
organizaciones. Obtuvo su doctorado con una tesis sobre la inhibición
retroactiva, un fenómeno que consiste en la interferencia del material nuevo en la
recuperación de recuerdos previamente aprendidos.
Tras ser expulsado de la Northwestern University, donde trabajó como docente
durante tres años, por oponerse públicamente a la intervención americana en la
Primera Guerra Mundial, Tolman empezó a enseñar en la Universidad de Berkeley
en California. Allí pasó el resto de su carrera, desde 1918 hasta su muerte en 1959.
Aportaciones teóricas a la Psicología
Tolman fue uno de los primeros autores en estudiar los procesos cognitivos
desde el marco del conductismo; aunque se basaba en la metodología
conductista, quiso demostrar que los animales podían aprender información sobre
el mundo y utilizarla de forma flexible, y no únicamente respuestas automáticas a
estímulos ambientales determinados.
Tolman conceptualizó las cogniciones y otros contenidos mentales (expectativas,
objetivos…) como variables intervinientes que median entre el estímulo y la
respuesta. El organismo no es entendido como pasivo, a la manera
del conductismo clásico, sino que maneja de forma activa la información.
Este autor se interesó especialmente en la vertiente intencional de la conducta, es
decir, en el comportamiento orientado a metas; por ello sus propuestas se
categorizan como “conductismo propositivo”.
 Quizás te interese: "Iván Pávlov: biografía de este referente del conductismo"
Los modelos de aprendizaje E-E y E-R
A mediados del siglo XX existió un profundo debate dentro de la orientación
conductista en torno a la naturaleza del condicionamiento y al papel del refuerzo.
Así, se opusieron el modelo Estímulo-Respuesta (E-R), personificado en autores
como Thorndike, Guthrie o Hull, y el paradigma Estímulo-Estímulo (E-E), del que
Tolman fue el representante más importante.
Según el modelo E-E el aprendizaje se produce por la asociación entre un estímulo
condicionado y otro incondicionado, que pasa a evocar la misma respuesta
condicionada en presencia del refuerzo; en cambio, desde la perspectiva E-R se
defendía que el aprendizaje consiste en la asociación entre un estímulo
condicionado y una respuesta condicionada.
Así, Tolman y autores afines consideraban que el aprendizaje depende de que el
sujeto detecte la relación entre dos estímulos, lo cual le permitirá obtener una
recompensa o evitar un castigo, frente a los representantes del modelo E-R, que
definían el aprendizaje como la adquisición de una respuesta condicionada a la
aparición de un estímulo previamente incondicionado.
Desde el paradigma E-R se proponía una visión mecanicista y pasiva del
comportamiento de los seres vivos, mientras que el modelo E-E afirmaba que el rol
de quien aprende es activo puesto que implica un componente de procesamiento
cognitivo voluntario, con una meta determinada.
Experimentos sobre aprendizaje latente
Hugh Blodgett había estudiado el aprendizaje latente (que no se manifiesta como
respuesta observable de forma inmediata) mediante experimentos con ratas y
laberintos. Tolman desarrolló su célebre propuesta sobre los mapas cognitivos y
buena parte del resto de su obra a partir de este concepto y de los trabajos de
Blodgett.
En el experimento inicial de Tolman tres grupos de ratas fueron entrenados para
recorrer un laberinto. En el grupo control los animales obtenían comida (refuerzo)
al llegar al final; en cambio, las ratas del primer grupo experimental sólo
consiguieron la recompensa a partir del séptimo día de entrenamiento, y las del
segundo grupo experimental a partir del tercer día.
Tolman encontró que la tasa de errores de las ratas del grupo control descendió
desde el primer día, mientras que las de los grupos experimentales lo hicieron de
forma brusca a partir de la introducción de la comida. Estos resultados sugerían que
las ratas aprendían el recorrido en todos los casos, pero sólo llegaban al final del
laberinto si esperaban conseguir refuerzo.
Así, este autor teorizó que la ejecución de una conducta depende de la
expectativa de obtener refuerzo, pero que sin embargo el aprendizaje de dicho
comportamiento se puede producir sin necesidad de que se dé un proceso de
reforzamiento.
 Artículo relacionado: "Psicología cognitiva: definición, teorías y autores
principales"
El estudio de los mapas cognitivos
Tolman propuso el concepto de los mapas cognitivos para explicar los resultados
de sus experimentos y de los de Blodgett. Según esta hipótesis, las ratas
construían representaciones mentales del laberinto durante las sesiones de
entrenamiento sin necesidad de refuerzo, y por tanto sabían cómo llegar a la meta
cuando ello tuviera sentido.
Lo mismo sucedería con las personas durante la vida cotidiana: cuando
repetimos una ruta de forma frecuente aprendemos la localización de un gran
número de edificios y lugares; no obstante, sólo nos dirigiremos a estos en caso de
que resulte necesario para alcanzar una meta determinada.
Para demostrar la existencia de los mapas cognitivos Tolman hizo otro experimento
similar al anterior, pero en el que después de que las ratas aprendieran el recorrido
del laberinto éste se llenaba de agua. A pesar de ello los animales conseguían llegar
al lugar donde sabían que encontrarían comida.
De este modo confirmó que las ratas no aprendían a ejecutar una cadena de
movimientos musculares, como defendían los teóricos del paradigma E-R, sino
que eran necesarias variables cognitivas, o al menos no observables, para explicar
el aprendizaje que habían adquirido, y la respuesta utilizada para alcanzar el
objetivo podía variar.
Biografía de Edward Tolman

Edward Chace Tolman nació en Newton, Massachussets en 1886. A pesar de que


su padre quería que continuara el negocio familiar, Tolman decidió estudiar
electroquímica; no obstante, después de leer a William James descubrió su
vocación para la filosofía y la psicología, disciplina a la que acabaría dedicándose.
Se graduó en Psicología y filosofía en Harvard. Poco después se mudó a
Alemania para continuar formándose en su camino hasta el doctorado. Allí estudió
con Kurt Koffka; a través de él se familiarizó con la psicología de la Gestalt, que
analizaba la percepción centrándose en la experiencia global en lugar de en los
elementos por separado.
De nuevo en Harvard, Tolman investigó el aprendizaje de sílabas sin sentido bajo
el mando de Hugo Münsterberg, pionero de la psicología aplicada y de la de las
organizaciones. Obtuvo su doctorado con una tesis sobre la inhibición
retroactiva, un fenómeno que consiste en la interferencia del material nuevo en la
recuperación de recuerdos previamente aprendidos.
Tras ser expulsado de la Northwestern University, donde trabajó como docente
durante tres años, por oponerse públicamente a la intervención americana en la
Primera Guerra Mundial, Tolman empezó a enseñar en la Universidad de Berkeley
en California. Allí pasó el resto de su carrera, desde 1918 hasta su muerte en 1959.
Aportaciones teóricas a la Psicología
Tolman fue uno de los primeros autores en estudiar los procesos cognitivos
desde el marco del conductismo; aunque se basaba en la metodología
conductista, quiso demostrar que los animales podían aprender información sobre
el mundo y utilizarla de forma flexible, y no únicamente respuestas automáticas a
estímulos ambientales determinados.
Tolman conceptualizó las cogniciones y otros contenidos mentales (expectativas,
objetivos…) como variables intervinientes que median entre el estímulo y la
respuesta. El organismo no es entendido como pasivo, a la manera
del conductismo clásico, sino que maneja de forma activa la información.
Este autor se interesó especialmente en la vertiente intencional de la conducta, es
decir, en el comportamiento orientado a metas; por ello sus propuestas se
categorizan como “conductismo propositivo”.
 Quizás te interese: "Iván Pávlov: biografía de este referente del conductismo"
Los modelos de aprendizaje E-E y E-R
A mediados del siglo XX existió un profundo debate dentro de la orientación
conductista en torno a la naturaleza del condicionamiento y al papel del refuerzo.
Así, se opusieron el modelo Estímulo-Respuesta (E-R), personificado en autores
como Thorndike, Guthrie o Hull, y el paradigma Estímulo-Estímulo (E-E), del que
Tolman fue el representante más importante.
Según el modelo E-E el aprendizaje se produce por la asociación entre un estímulo
condicionado y otro incondicionado, que pasa a evocar la misma respuesta
condicionada en presencia del refuerzo; en cambio, desde la perspectiva E-R se
defendía que el aprendizaje consiste en la asociación entre un estímulo
condicionado y una respuesta condicionada.
Así, Tolman y autores afines consideraban que el aprendizaje depende de que el
sujeto detecte la relación entre dos estímulos, lo cual le permitirá obtener una
recompensa o evitar un castigo, frente a los representantes del modelo E-R, que
definían el aprendizaje como la adquisición de una respuesta condicionada a la
aparición de un estímulo previamente incondicionado.
Desde el paradigma E-R se proponía una visión mecanicista y pasiva del
comportamiento de los seres vivos, mientras que el modelo E-E afirmaba que el rol
de quien aprende es activo puesto que implica un componente de procesamiento
cognitivo voluntario, con una meta determinada.
Experimentos sobre aprendizaje latente
Hugh Blodgett había estudiado el aprendizaje latente (que no se manifiesta como
respuesta observable de forma inmediata) mediante experimentos con ratas y
laberintos. Tolman desarrolló su célebre propuesta sobre los mapas cognitivos y
buena parte del resto de su obra a partir de este concepto y de los trabajos de
Blodgett.
En el experimento inicial de Tolman tres grupos de ratas fueron entrenados para
recorrer un laberinto. En el grupo control los animales obtenían comida (refuerzo)
al llegar al final; en cambio, las ratas del primer grupo experimental sólo
consiguieron la recompensa a partir del séptimo día de entrenamiento, y las del
segundo grupo experimental a partir del tercer día.
Tolman encontró que la tasa de errores de las ratas del grupo control descendió
desde el primer día, mientras que las de los grupos experimentales lo hicieron de
forma brusca a partir de la introducción de la comida. Estos resultados sugerían que
las ratas aprendían el recorrido en todos los casos, pero sólo llegaban al final del
laberinto si esperaban conseguir refuerzo.
Así, este autor teorizó que la ejecución de una conducta depende de la
expectativa de obtener refuerzo, pero que sin embargo el aprendizaje de dicho
comportamiento se puede producir sin necesidad de que se dé un proceso de
reforzamiento.
 Artículo relacionado: "Psicología cognitiva: definición, teorías y autores
principales"
El estudio de los mapas cognitivos
Tolman propuso el concepto de los mapas cognitivos para explicar los resultados
de sus experimentos y de los de Blodgett. Según esta hipótesis, las ratas
construían representaciones mentales del laberinto durante las sesiones de
entrenamiento sin necesidad de refuerzo, y por tanto sabían cómo llegar a la meta
cuando ello tuviera sentido.
Lo mismo sucedería con las personas durante la vida cotidiana: cuando
repetimos una ruta de forma frecuente aprendemos la localización de un gran
número de edificios y lugares; no obstante, sólo nos dirigiremos a estos en caso de
que resulte necesario para alcanzar una meta determinada.
Para demostrar la existencia de los mapas cognitivos Tolman hizo otro experimento
similar al anterior, pero en el que después de que las ratas aprendieran el recorrido
del laberinto éste se llenaba de agua. A pesar de ello los animales conseguían llegar
al lugar donde sabían que encontrarían comida.
De este modo confirmó que las ratas no aprendían a ejecutar una cadena de
movimientos musculares, como defendían los teóricos del paradigma E-R, sino
que eran necesarias variables cognitivas, o al menos no observables, para explicar
el aprendizaje que habían adquirido, y la respuesta utilizada para alcanzar el
objetivo podía variar.
Edward Tolman Fue un psicólogo estadounidense que hizo importantes contribuciones a los
estudios de aprendizaje y motivación. Considerado hoy en día un conductista cognitivo, desarrolló
su propio conductismo, nivelándose a la talla de Watson. Tolman se matriculó en la Escuela de
Harvard como una filosofía y estudiante de postgrado de psicología. En ese momento, las
disciplinas eran un departamento combinado. Un curso de ética, impartidas por Ralph Barton Perry,
así como lecturas de McDougall, finalmente llevó a su interés en la motivación. Después de su
primer año como estudiante graduado, se fue a Giessen en Alemania a estudiar para su examen
de doctorado en Alemania (en ese momento todos los exámenes de doctorado se llevaron a cabo
en francés, alemán o ruso). Fue en Alemania, donde fue introducido en la psicología Gestalt a
través de las enseñanzas y lecturas de Koffka. A su regreso a Harvard de su verano en Alemania,
Tolman estudiando en el laboratorio de Hugo Munsterberg y Langfeld investigaron las sílabas sin
sentido en el aprendizaje. Su tesis doctoral fue un estudio de la inhibición retroactiva .Recibió su
doctorado en 1915. Más tarde regresó a Giessen para aprender más acerca de la psicología
Gestalt en el otoño de 1923. Tolman se convirtió en un instructor en la Universidad Northwestern y
enseñó durante tres años después de recibir su doctorado. Él mismo se describe como tímido,
incapaz de expresarse, y temeroso de sus clases. Sus puntos de vista pacifista lo llevó a perder su
trabajo cuando, durante la Primera Guerra Mundial, fue llamado a la decana de las declaraciones
anti-guerra, informó en una publicación estudiantil pacifista. Tolman llegó a ser instructor en la
Universidad de California en Berkeley en el otoño de 1918, donde permaneció por el resto de su
vida. Al igual que en su stand de la libertad académica se muestra en la Universidad Northwestern,
su pasión por la búsqueda de la verdad llevó a su negativa a firmar el juramento de lealtad de
California. Durante el “Año del Juramento” (1949-50), la universidad intentó imponer juramentos de
lealtad en su facultad, de conformidad con la ley estatal. Él aconsejó a sus colegas a firmar y dejar
la contienda hasta los que son como él, que fueron capaces de pagarlo. Este acto de valentía le
dio gran reconocimiento. Teoría. Edward Tolman hizo varias contribuciones importantes al campo
de la psicología. Fue en Berkeley, donde creó una teoría cognitiva del aprendizaje, que se convirtió
en su marca para el campo. Pensó en el aprendizaje como en desarrollo a partir de fragmentos de
conocimientos y conocimientos sobre el medio ambiente y cómo el organismo se relaciona con
ella. Esto estaba en contraste con las teorías de Thorndike y Hull, que pensó en el aprendizaje
como una relación estricta de estímulo-respuesta. Para estudiar el aprendizaje, Tolman llevado a
cabo varios experimentos con ratas clásica. Uno de sus estudios más conocidos que participan
laberinto en ejecución. Se examinó el papel que desempeña el refuerzo en la forma en que las
ratas aprenden su camino a través de laberintos complejos. Estos experimentos condujeron
finalmente a la teoría del aprendizaje latente que describe el aprendizaje que se produce en
ausencia de una recompensa obvia. Hugh Blodgett llevó a cabo el primer experimento utilizando el
paradigma de aprendizaje sin recompensa en 1929. Tres grupos de ratas fueron entrenadas para
ejecutar un laberinto. El grupo control, grupo 1, se alimentó al llegar a la meta. El primer grupo
experimental, grupo 2, no fue recompensado por los primeros seis días de entrenamiento, pero que
se encuentran los alimentos en la meta en siete días y, posteriormente, todos los días. El segundo
grupo experimental, el Grupo 3, no fue recompensado por los dos primeros días, pero que se
encuentran los alimentos en la meta en el tercer día y después de eso todos los días. Los dos
grupos experimentales demostraron menos errores cuando se ejecuta el laberinto del día después
de la transición desde la ausencia de recompensa para premiar a las condiciones. El rendimiento
marcados continuó durante el resto del experimento. Esto sugiere que las ratas habían aprendido
durante los ensayos iniciales de ninguna recompensa y fueron capaces de utilizar un “mapa
cognitivo” del laberinto cuando se introdujeron las recompensas. La formación inicial que se
produjo durante las pruebas de recompensa no era lo que se refiere a Tolman como el aprendizaje
latente. Sostuvo que los seres humanos participan en este tipo de aprendizaje cotidiano como
conducir o caminar por la misma ruta todos los días y conocer la localización de varios edificios y
objetos. Sólo cuando tenemos que encontrar un edificio o un objeto de aprendizaje se hace
evidente. Controversia desarrollado a partir de la teoría de Tolman latente de aprendizaje, pero
varios investigadores demostraron que las ratas se aprende en la falta de recompensas. Tolman se
identificó como un conductista y evitó el tipo de introspección que fue practicada por Wundt y
Titchener. Sin embargo, se oponía también al conductismo de Watson. Era conocido por iniciar su
propia clase de conductismo, que se refirió como “conductismo intencional. Su idea del
conductismo intencional, o molar, como se ilustra en su libro intencional comportamiento en los
animales y los hombres (1932), trató de demostrar que la visión (el control cognitivo de
aprendizaje) no se limita a la capacidad evolutiva de los simios. Él defendido con firmeza a la
teorización en el nivel de los molares, que fue demostrado por varios estudios que muestran que
las ratas aprenden el lugar donde han sido recompensados en vez de los movimientos particulares
que se requieren para llegar allí (una demostración de su lugar de aprendizaje). Estos estudios
también apoyó la postura de Tolman que el aprendizaje no implicaba el fortalecimiento de las
conexiones entre estímulo y respuesta, o el aprendizaje condicionado .En uno de los experimentos
de Tolman para ilustrar el comportamiento intencional en ratas, Tolman utilizó el aparato en forma
de laberinto. Una fue el cajón de salida y B es el objetivo. Una rata hambrienta de aprender a
correr a B con gran rapidez y sin vacilación. Tolman se pregunta lo que se aprendió cuando esto
ocurrió. Una explicación es que la rata había aprendido la respuesta “girar a la derecha”, que llevó
a la alimentación. Sin embargo, Tolman preferido la explicación de que la rata había elaborado un
mapa cognitivo del laberinto y cuando el lugar de la recompensa se encuentra. Los que siguieron
Tolman, conocido como “Tolmaniacs”, desarrolló una prueba para determinar la respuesta
correcta. Una vez que una rata había aprendido a correr desde A a B, que se inició en C. La
explicación de estímulo-respuesta predijo que la rata se gire a la derecha y llegar a D. La
explicación mapa cognitivo predijo que la rata llegaría la recompensa en B. La prueba demostró
que la mayoría de las ratas alcanzaron B, lo que conduce Tolman a la conclusión de que un mapa
cognitivo lo más probable es desarrollada por las ratas en el laberinto en marcha. Tolman es más
recordado por ser un pionero de la psicología cognitiva en un momento en que los conductistas
dominó el campo. Es clasificado como un conductista cognitiva de hoy y el autor de la teoría
cognitiva. Su idea de los mapas cognitivos es una de sus teorías que todavía se utiliza hoy en
día. Los mapas cognitivos fueron los precursores a los conceptos de la memoria espacial y el
pensamiento espacial. Extendió la mayor parte de sus contribuciones al crédito de otras personas,
incluyendo a sus estudiantes, sus profesores en Harvard, y Kurt Lewin. Tolman también evocó las
teorías de la conducta y la motivación. En su opinión, un motivo impulsa el comportamiento de un
organismo hasta que algún estado interno se rectifica y hasta que eso ocurra, el organismo sigue
comportándose. También creía, como la mayoría de los psicólogos en ese momento, que el
comportamiento puede ser generalizado en todas las especies y se explica por el comportamiento
de la rata. Los que admiraban Edward Tolman la mayoría lo consideraba un hombre cuerdo y
sensato. No era un imperialista y nunca creyó que un punto de vista fue que todo lo abarca. Él era
de mente abierta y siempre estaba dispuesto a cambiar sus puntos de vista y revisar sus ideas
deben surgir nuevas pruebas. Nunca creía que la psicología debe ajustarse a sus formas y teorías,
sino que es siempre cambiante y siempre debe seguir siendo de esa manera. Gracias a Juan
Heredia por colaborarnos esta información… Para citar este articulo en formato APA: Revista
ARQHYS. 2011, 06. Edward Tolman. Equipo de colaboradores y profesionales de la revista
ARQHYS.com. Obtenido 11, 2018, de https://www.arqhys.com/general/edward-tolman.html.

Fuente: https://www.arqhys.com/general/edward-tolman.html

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