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LECCION 27

EL ORIGEN DE LA MALDICION
OBJETIVOS:
 Entender que es una maldición, su origen y las señales de que está operando.
“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del
árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu
causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el
pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres,
y al polvo volverás” (Génesis 3:17-19)

¿Qué es una maldición?


Es empoderar a una persona para fracasar. En otras palabras, una persona bajo una
maldición permanece atrapada en un patrón en el que, aunque haga todo lo correcto, no
logrará obtener buenos resultados y lo que a otros les funciona, a ellos no.
Aunque Jesús ya pago el precio completo en la cruz, muchas maldiciones continúan
operando en la vida de quienes por ignorancia de la Palabra o por no apropiarse de esta
revelación, no caminan en el poder de esa verdad. Bien dice la Escritura que “Mi pueblo
perece por falta de conocimiento” (Oseas 4:6)
¿Cuál es el origen de la maldición?
La maldición entro por el pecado del hombre, pero Dios no maldijo al hombre. Los espinos
y cardos a los que hace referencia Génesis 3 representan las luchas, dificultades, escasez y
pobreza; porque con la maldición vienen las enfermedades, las aflicciones y la pobreza.
Señales de una persona bajo maldición.
1. Es estancamiento. La persona se estanca en un área, como por ejemplo en la finanzas, o
en cualquier otra área; y esto ocurre temporada tras temporada.
2. La maldición resiste, demora, se opone y detiene el progreso. Es como si una mano
invisible se levanta contra usted y cada vez que está listo para actuar, algo pasa; y lo que
debió ser una bendición se torna en pérdida o retroceso. Cuando la maldición está operando
en sus emociones, la madurez emocional se estanca, sus emociones quedan en el pasado y
no hay un proceso sano de madurez. Se le dificulta salir de patrones dañinos o tener buenas
relaciones con los demás.
Asimismo, una maldición puede producir estancamiento en el propósito y relación con
Dios. Por más que una persona quiera crecer espiritualmente, algo le hala hacia atrás, a la
vieja manera de pensar, a las amistades indeseadas o a adicciones que lo hacen volver al
mundo. Las maldiciones manifestadas en forma de enfermedades físicas y mentales
siempre van a obstaculizar y detener el progreso de una persona y el cumplimiento de su
propósito en el Reino de Dios.
“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá sin causa” (Proverbios 26:2)
Revise su vida.
Así podrás descubrir un patrón, en el que cada acto de obediencia desató un ciclo de
bendiciones; pero al mismo tiempo, con cada acto de desobediencia se desató un ciclo de
maldiciones. La pregunta para usted hoy es, ¿Qué activo la maldición que está operando en
su vida?
Su estancamiento también puede proceder de alguien que lo maldijo. Pudo haber sido su
papá, su mamá, un familiar, o una figura de autoridad que le dijo: “Nunca vas a prosperar,
no sirves para nada, eres un inútil”. Sin embargo, usted debe saber que Jesús ya pagó el
precio para que seamos libres de toda maldición, pero la desobediencia y el pecado las
vuelve a activar y estas siguen operando en su vida.
Así como cada acto de obediencia activa una bendición, cada acto de desobediencia activa
la maldición. Sin embargo, hoy vamos a romper las maldiciones que han venido sobre su
vida. El poder de Dios está aquí para liberar. ¿Está usted listo?
Preguntas:
 ¿Qué es una maldición?
 ¿Cuál es el origen de la maldición?
 ¿Cuáles son las señales de que una maldición esta operando?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Orará pidiendo perdón por los actos de desobediencia.
 Romperá el espíritu de estancamiento en diferentes áreas y ministrará sanidad
interior y liberación a quienes estén bajo la influencia de una maldición.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 28

LA PASION GENUINA POR DIOS


OBJETIVOS:
 Entender de donde viene la pasión por Dios y lo que produce en nosotros.
“Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante,
había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de
sufrirlo, y no pude” (Jeremías 20:9)

Cuando la Biblia habla del “fuego ardiente” de Dios, se refiere a la pasión por hacer Su
voluntad. Esta es una fuerza interna que proviene de Dios y nos impulsa a conocerlo más y
caminar en Su amor y poder.
La pasión de Jesús por cumplir Su propósito en la tierra fue la fuerza interna que lo empujo
a vencer el sufrimiento. La pasión de Jesús era la misma pasión del Padre por ver un mundo
salvo, sano y liberado.
Los remplazos del fuego de Dios.
El fuego por Dios puede apagarse, Jesús lo llamó: perder el primer amor. Cuando una
persona pierde la pasión por Dios y por hacer las cosas que Dios le mando hacer, es porque
no supo mantener el fuego encendido en su altar personal.
El espíritu de esta edad – que niega la pasión por Dios y le llama fanatismo - ha querido
traer remplazos a la pasión genuina por Dios. Entre esos reemplazos están: el entusiasmo, el
pensamiento positivo, los mensajes motivacionales, la inspiración y el optimismo. Sin
embargo, el optimista no espera nada, mientras que quien vive por fe siempre está a la
expectativa de lo nuevo que Dios hará en su vida. No confunda la pasión con el entusiasmo
o el optimismo pues los dos últimos no producen cambios. Donde no hay presencia de
Dios, no hay fuego para purificar, ni pasión para cumplir el propósito de Dios.
Hay tres tipos de pasión por Dios.
1. La que viene de la presencia de Dios. Es el resultado de ofrecer sacrificios espirituales
a Dios. Cuando oramos, ayunamos, ofrendamos y nos presentamos ante El de continuo,
también de continuo Su presencia está en nosotros.
2. La que viene por asociación. Esta resulta de asociarse con gente enamorada de Dios,
porque la pasión de Dios es contagiosa. Un mentor apasionado contagiará a sus discípulos a
caminar en un nivel mayor de disciplina. Cuando la gente ve como es usado por Dios,
anhelan se usados de igual manera.
3. La que viene del llamado de Dios en nosotros. A Jeremías la pasión le consumía por
dentro, y era más fuerte que su propia voluntad. Todos necesitamos: fuego para adorar,
orar, servir, evangelizar y cumplir nuestro propósito. Una pasión que nos queme los huesos.
¿Qué produce el fuego en nosotros?
El apasionado se levanta cada mañana con el deseo ardiente de ver a la gente salva, el
endemoniado libre y muchas vidas transformadas. El fuego de Dios le impulsa a vivir con
expectativa por lo que Dios hará cada día. El fuego de Dios produce en nosotros:

1. Cambio en nuestro corazón.


2. Transformación de la mente.
3. Compromiso con Dios.
4. Hambre por su presencia.
5. Demanda por lo sobrenatural.
6. Que otros se contagien de ese fuego.
7. Perseverancia para vencer la oposición.
Quien no tiene pasión por Dios le cuesta vencer el sufrimiento, pero el apasionado posee
una fuerza interna que lo impulsa a decir: “estoy caído, pero no derrotado”. La pasión por el
propósito de Dios en nuestras vidas nos ayuda a vencer el dolor del pasado, la baja
autoestima, el rechazo y los problemas financieros; nos impulsa a salir adelante y a vencer
el sufrimiento.
Hoy necesitamos renovar nuestra pasión por Dios para evangelizar, orar, predicar, enseñar,
alabar y adorar. Necesitamos avivar nuestra pasión por la visión de la Casa, por ganar
almas y por demostrar el poder de Dios con milagros, señales y maravillas.
Preguntas:
 ¿Qué es pasión y de dónde viene?
 ¿Qué cosas tratan de remplazarla?
 ¿Qué produce en nosotros la pasión por Dios?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Orará para que el Espíritu Santo le revele lo que está remplazando la pasión por
Dios en cada uno.
 Los guiará al arrepentimiento y clamará por el genuino fuego de Dios.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 29

CAMINANDO EN LA DIMENSION DE
SEÑALES
OBJETIVOS:
 Conocer la diferencia entre milagros y señales.
 Enseñar a los discípulos a caminar en la dimensión de señales.

“testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos


milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad” (Hebreos 2:4)
Nada hay que manifieste el poder de Dios más efectivamente que un milagro o una señal.
Por eso debemos orar para empezar a caminar en la dimensión de señales y milagros.
¿Qué diferencia un milagro de una señal?
Milagro es la intervención sobrenatural de Dios en la imposibilidad de los hombres. En
cambio una señal es una marca que Dios pone en las cosas o en la vida de las personas que
las distinguen de cualquier otra. Una señal divina siempre apuntará a reconocer a Dios y
manifestará Su presencia en circunstancias específicas.
¿Cuál es el propósito de las señales de Dios?
* Nos recuerdan Sus obras. En la Biblia vemos que Dios, por medio de Moisés, había
amenazado a Faraón con plagas si seguía negándose a dejar ir a Su pueblo. Pero como
Faraón era terco y obstinado, Dios tuvo que dar señales de Su poder. “y para que cuentes
a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice
entre ellos; para que sepáis que yo soy Jehová” (Éxodo 10:2)
* Maravillan a la gente. Solo Dios hace señales y maravillas y no hay una generación que
no las haya presenciado. “¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus
maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en
generación.” (Daniel 4:3)
* Respaldan a los siervos de Dios. Las señales pueden venir cuando un siervo de Dios
sufre persecución a causa de predicar el evangelio del Reino. Cuando esto sucede, indican
que la autoridad que esa persona carga le ha sido dada por Dios. “El salva y libra, y hace
señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de
los leones” (Daniel 6:27)
* Favorecen el avance del evangelio. Las señales siguen a los creyentes y respaldan la
predicación del evangelio a donde van. Además, muestran el poder sobrenatural de Dios,
confirman Su Palabra y ayudan a avanzar el Reino. “Y ellos, saliendo, predicaron en
todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que
la seguían. Amén” (Marcos 16:20)
* Distinguen a las personas de las demás. Nuestro mayor reto como hijos de Dios y
líderes en este tiempo es, ¿Cómo evitar ser uno más del montón, o como poder
diferenciarnos de los demás? Muchos predican o enseñan la Palabra de Dios, pero no son
capaces de demostrar lo que predican. Usted no se conforme ni sea uno más del montón,
aunque eso le cueste persecución, rechazo o difamación.

Dios confirma por medio de las señales.


“Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban
cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los
gentiles” (Hechos 15:12)
Entre las numerosas enseñanzas e institutos bíblicos que existen, ¿Cómo podemos saber si
alguien nos está enseñando algo nuevo de parte de Dios o solo está repitiendo algo
aprendido como una tradición?
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre
los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de
Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no
está Dios con él” (Juan 3: 1,2)
Las señale siempre seguirán a alguien que posea una verdad espiritual. La confirmación de
la Palabra con milagros y señales nos demuestra que quien habla dice la verdad y tiene
autoridad dada por Dios. ¡Hoy es un buen día para empezar a caminar en la dimensión de
señales!
Preguntas:
 ¿Para qué sirven las señales?
 ¿Nombre cinco propósitos de las señales?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Orará por señales que respalden a quienes predican y hacen labor evangelística.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 30

POR QUE DEBEMOS GANAR ALMAS


OBJETIVOS:
 Conocer tres razones fundamentales que deben motivarnos a ganar almas.

“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que
acabe su obra. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la
siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida
eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega” (Juan 4: 34-
36)
Todo creyente debe ganar almas para el reino de Dios. Muchos toman la predica del
evangelio como algo reservado para pastores y evangelistas, pero el Señor nos ha escogido
para Su gran comisión. Cristo regresará cuando el evangelio haya sido predicado a todas
partes del mundo y es nuestra responsabilidad y honor ser parte de este movimiento global.
Razones por las que predicamos.
Hay tres grandes razones que deben movernos a predicar las buenas noticias.
* Por el temor de Dios. El hecho de que una persona vaya al infierno debe producir en
nosotros temor santo, si hemos tenido la oportunidad de hablarle y no lo hicimos. Es triste
ver cuantos creyentes nunca le predican a sus amigos ni a su familia. Su corazón no está en
las almas. Pero, ¿a qué vino Jesús y por qué estamos aquí, si no es por el perdido?
* Porque la voluntad de Dios es ganar almas. Mientras vamos por la vida podemos
alcanzar almas para Cristo: en las calles, en un ascensor, cuando entra una llamada
equivocada, en el supermercado, en una estación de gasolina, el hospital, el bus, el
aeropuerto, la escuela, la universidad, el barrio, etc. Asimismo hoy tenemos la tecnología
para que miles reciban a Cristo a través de las redes sociales y medios de comunicación.
* Por el amor de Dios. Pidámosle a Dios que cada día nos dé más amor por las personas y
más amor por aquel que no tiene a Jesús en su corazón. Cuando usted esté lleno de amor,
no le molestará predicar el evangelio, sino que lo hará con ánimo. Es tiempo que camine en
amor, que perdone a quien lo ha ofendido y cuando tenga un encuentro con Dios no llegue
amargado, sino lleno de amor para la gente.
Crea por la salvación de sus amigos y familiares, persista y ore; siga invitándolos a la
iglesia, así lo rechacen o maldigan, siga amándolos. No desmaye en amar a quien quizás
pueda ser un futuro pastor, adorador o evangelista.
La sangre de Jesús fue derramada por la salvación de la humanidad y no hay dinero en el
mundo que pueda igualar su valor. Debemos despertar, alzar los ojos y mirar que la cosecha
de almas está lista, solo se requiere que alguien vaya a recogerla. Dediquemos nuestros
dones, tiempo, energía y recursos a cumplir con la gran comisión.
El amor se demuestra en la calle.
Demuestre el amor de Dios en la calle, cuando va al médico, a la peluquería. Salude, abrace
a la gente y diga: “Señor dame una palabra de ciencia para esta persona”. Verá que el Señor
le revelará si están pasando por una situación específica, para que ore por ellos. Si va a un
restaurante dele una buena propina al mesero y después pídale que le permita orar por él o
ella. El amor de Dios nos mueve a evangelizar.
Lamentablemente la iglesia de Cristo tiene endurecido el corazón. Juzgamos a las personas,
aun a nuestra propia familia. Hoy, vamos a amarlos y así querrán lo que nosotros tenemos.
Ganemos almas porque es la voluntad de Dios, por temor de Dios y por Su precioso amor
que nos motiva a hacerlo.
Preguntas:
 ¿Cuáles son las tres grandes razones que deben motivarnos a ganar almas?
 ¿Dónde se demuestra el amor de Dios?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Invitará al grupo a salir a evangelizar antes de la casa de reino de la próxima
semana.
 Orará pidiendo al Espíritu Santo que durante el evangelismo les revele los rostros de
personas a quienes les hablaran de Jesús.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 31

COMUNION CON DIOS Y CON LOS


DEMAS
OBJETIVOS:
 Entender que de nuestra relación con Dios depende nuestra relación con los demás.
 Aprender cómo desarrollar una buena relación con Dios y con nuestro prójimo.

“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como
él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su
Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1: 5 - 7)
Nada hay más importante en la vida de un cristiano que su relación con Cristo. Cuando
tenemos una buena relación con Dios, también mantenemos una buena relación, paz y
comunión con los demás. No podemos decir que amamos a Dios y tener falta de perdón o
resentimiento hacia otras personas; no saludar a nuestros hermanos o hablar mal de ellos,
porque ante los ojos de Dios eso equivale a hipocresía y caminar en tinieblas.
Como iglesia, debemos quitarnos la máscara de religiosidad y aprender a confrontar con
sabiduría. No con la intensión de ganar el argumento, sino de restaurar lo que está roto.
Solo de esta forma aprenderemos a perdonar a quienes nos han herido y la sangre de Jesús
nos redimirá de todo pecado.
¿Qué hace nuestra relación con Dios?
De la condición de nuestra relación con Dios dependerá la relación que tengamos con
nuestro prójimo. ¿Qué resulta de nuestra buena relación con El?
* Tratamos y servimos mejor a la gente. Estar llenos del amor de Dios produce
compasión, paciencia y amor en nosotros, para con los demás. Si servimos a los demás con
la motivación o la actitud incorrecta, lo mismo haremos con Dios y pronto perderemos la
pasión por servir.
* Recibimos bendición para ser de bendición. Cuando usted hace lo correcto y se pone
en posición de recibir la bendición de Dios, Él nos la imparte. Pero recuerde que las
bendiciones de Dios no solo son para nosotros, sino para compartirlas y crear un circulo de
Su amor y poder.
* Tenemos influencia en el mundo espiritual y en la gente. Cuando tenemos una buena
relación con Dios, las compuertas de bendición se abren sobre nuestra vida. Cierran
contratos que antes no se le daban, es beneficiado por otras personas, pero, además, Dios le
da influencia sobre los demás. Todo, como resultado de tener una buena relación con Dios,
de estar de rodillas, de sembrar y obedecer.
¿Cuáles son las bases para desarrollar nuestra relación con Dios?
* Un pacto de compromiso. No existe relación sin compromiso, Dios no se compromete
con usted, hasta que usted se comprometa con El.

* El amor a Dios. El motivo de toda relación debe ser el amor. Debemos buscar a Dios
porque le amamos por quien Él es, no por lo que hace o por lo que nos da.
* El temor de Dios. Toda relación está basada en el temor de Dios y en el respeto que le
tenemos.
* La obediencia a Dios. Nuestra relación con Él se basa en la obediencia a Su Palabra.
* La comunicación. Es la base para nuestra relación con Dios y con los demás. Nos
comunicamos con Él a través de la oración. Sin comunicación no hay relación.
¿Cómo desarrollamos nuestra relación con Dios?
Poniendo a Dios primero, sobre todas las cosas. En nuestra relación con Dios aprendemos a
arrepentirnos de todo pecado, trasgresión e iniquidad. El pecado fue el que rompió nuestra
relación con Dios. Donde hay pecado la relación con Dios está rota.
Nuestra relación con Dios se alimenta diariamente de oración, de Su Palabra, alabanza y
adoración. De esa forma le mostramos que estamos disponibles para Él y le damos tiempo
de calidad.
Es hora de caminar en luz, perdón, compañerismo y paz con los demás. Cuando hacemos
esto, removemos todas las cosas que obstaculizan nuestra relación con Dios o que quieren
tomar el lugar que le corresponde a Él.
Preguntas:
 ¿Cómo influye nuestra comunión con Dios en nuestra relación con los demás?
 ¿Cuáles son las bases para una buena relación con Dios y como se desarrolla esta
relación?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Guiará en oración a quienes necesiten perdonar a otros o restaurar relaciones rotas.
 Orará por los que ya tienen una relación con Dios, para que sepan llevar ese amor y
paz a sus relaciones con otros.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 32

MAS ALLA DE LA NECESIDAD


OBJETIVOS:
 Entender la revelación contenida en Mateo 6:25-32 referente al afán.
 Entender la diferencia entre buscar a Dios por necesidad y tener una relación con Él.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá,
por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (…) Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad
de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6: 25-27; 32-33)
La Palabra de Dios nos enseña que Dios provee para todas nuestras necesidades, pero las
riquezas del cielo son para aquellos que no se conforman a su situación y para quienes han
renovado su mente en Cristo. En la cita bíblica anterior, Jesús mismo nos dice cómo
hacerlo. Analicemos la Escritura:
* “No os afanéis”. Jesús nos dice aquí que no debemos dar lugar al estrés. El estrés es una
señal de falta de fe, porque le demostramos a Dios que Él no va a solucionar nuestros
problemas. El estrés aparece cuando, en nuestras fuerzas, queremos cambiar las cosas que
solo Dios puede cambiar. Por eso, cuando dudamos, herimos el corazón de Dios.
* “Los gentiles buscan todas estas cosas”. Los gentiles representan a aquellos que no
tienen pacto con Dios. Son esas personas que trabajan y trabajan, pero no disfrutan el fruto
de su labor. Tristemente, muchos creyentes viven igual, trabajando y persiguiendo con afán
el dinero. Sin embargo, quienes viven bajo el pacto de Dios, trabajan, pero confían en Él
cómo su fuente de toda provisión.
*”Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”. Dios no es un Padre
irresponsable; Él sabe que tenemos necesidades, pero tocamos Su corazón cuando
confiamos que Él nos dará todo lo que necesitamos. Pero por favor, no pongan la necesidad
primero.
*”Mas buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y toda estas cosas os serán
añadidas”. Dios mismo establece las prioridades y Él debe ser nuestra primera prioridad.
Techo, comida, vestido y otras necesidades, cuéntelas entre las añadiduras. Busque primero
a Dios, adórelo, hónrelo, obedézcalo y vera como Dios se revela en su vida.
Necesidad vs. Relación
Dios sabe que usted tiene necesidad de una casa, un carro, un trabajo, un esposo(a), pero Él
nos pide buscar primero Su reino, establecer una relación con El y todas las otras cosas
serán añadidas. La casa llegará, el carro también, el trabajo y hasta la pareja que buscas;
pero Dios tiene que ser primero.
Las necesidades comienzan cuando se daña o se rompe la relación con Dios. Hay muchos
ahogándose en su necesidad, pero no tiene una relación de padre a hijo con Dios. Quien
busca a Dios solo en la necesidad, una vez que se le suple no lo busca más. Dios no es una
maquina dispensadora de bendiciones, Tampoco es un bombero que sale ante las
emergencias. Él es nuestro Padre; Él quiere oír su voz, y que usted le oiga; quiere que usted
levante un altar en su casa y le adore, quiere que le dé el primer lugar en su vida.
Su meta debe ser siempre fortalecer su relación con Dios, porque hay una impartición de
poder, de provisión y de bendición que se desata en el curso de esa relación. Búsquelo
primero con la intención correcta en su corazón y todo será añadido.
Preguntas:
 ¿Qué es el afán y el estrés?
 ¿Qué son las añadiduras?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 El líder llevara al grupo a pedir perdón por poner las necesidades por encima de la
relación con Dios y a hacer el compromiso de buscarle porque le ama y no por lo
que pueda darle.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 33

ACTIVANDO NUESTRA BENDICION


OBJETIVOS:
 Aprender como activar las bendiciones a través de la obediencia..

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y


poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová
tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.2 Y vendrán sobre ti
todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”
(Deuteronomio 28:1,2)
Cuando Dios nos bendice, nos empodera y nos prospera, contra todas las posibilidades y
contra todo pronóstico. La bendición es una señal de que Dios está con nosotros y respalda
lo que hacemos. No es lo mismo hacer algo con la bendición del Padre, que hacerlo solo
con Su consentimiento.
El consentimiento y la bendición.
En la parábola del hijo prodigo en Lucas 15, vemos que el hijo se fue con el consentimiento
del padre, pero no con su bendición. Para que un padre desate una bendición sobre sus
hijos, el primer requisito es que los hijos sean responsables. Si no lo son, no están listos
para recibir la bendición.
Consentir es dar permiso para hacer algo. Sin embargo, bendecir es endosar; es colmar de
bienes o hacer que prospere. Actuando con permiso nadie prospera; solo prospera quien es
bendecido.
¿De donde viene la bendición y como se activa?
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, (Efesios 1:3)
Toda bendición viene de Dios y del sacrificio de Jesús en la cruz, porque en ella Jesús llevó
nuestra maldición para que seamos bendecidos. La bendición se activa con la obediencia a
Cristo. El no bendice actos de rebelión. Pero si nos rendimos a Dios y a la autoridad
delegada por El, la obediencia mueve Su corazón y nos bendice.
Hay tres niveles de obediencia: la gananciosa, la conveniente y la que demanda sacrificio.
Muchos, cuando les piden algo, solo buscan lo conveniente, lo que les favorece, lo que les
produce ganancia, pero cuando les piden sacrificio no todos están dispuestos a obedecer.
Sin embargo, ese acto de obediencia es el que iniciará un ciclo de bendiciones.
¿Cómo trabaja la bendición?
 Las bendiciones de Dios corren en ciclos. Dios tiene ciclos de bendición y nuestra
obediencia es la que los desata. Muchos esperan la bendición de Dios, pero Dios
espera que usted obedezca. La obediencia de un padre de familia garantiza la
bendición para sus hijos; pero la obediencia del hijo desata bendición para sus
generaciones por venir.
 Todo acto de obediencia a Dios desata Su favor. El favor es la gracia de Dios que
nos da acceso divino y nos acerca a personas y recursos que de otra no podríamos
tener. El favor de Dios se activa cuando nos atrevemos a dar pasos de fe. Del uso
que le demos al favor de Dios, dependerá que Él nos otorgue otros recursos.
 El diezmo y la ofrenda abre caminos. Obedecer este principio es lo que nos entra
en los ciclos de bendición de la economía del Reino.
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en
vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a
medir. (Lucas 6:38)
El diezmo activa nuestra bendición financiera. Si no cumplimos este principio, no hay
autorización para prosperar.
Reciba la bendición de Dios.
“Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra” (Isaías 1: 19)
Hoy es un día para ser bendecidos. Dios nos da la opción de escoger el nivel de Su poder o
la medida en que queremos ser prosperados. Obedezca, manténgase a la expectativa y vera
la bendición del Padre sobre su vida.
Preguntas:
 ¿Qué es obediencia?
 ¿De dónde viene la bendición y como se activa?
 ¿Cómo trabaja la bendición?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Guiará al grupo a arrepentirse por haber actuado sin la bendición de Dios.
 Orará pidiendo al Espíritu Santo que desate bendición a causa de la obediencia.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 34

LA LLENURA CONTINUA
OBJETIVOS:
 Estudiar el objetivo bíblico de la llenura continua.

“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras


lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos 2:4)
Muchos creyentes consideran que hablar en lenguas es el único don del Espíritu Santo; por
eso, la mayoría dolo son llenos de El pocas veces en su vida. Sin embargo, la Biblia hace
énfasis en el bautismo y la llenura continua de Espíritu.
Debemos entender que hay un solo bautismo en el Espíritu Santo, en el cual somos
sumergidos por completo en el poder de Dios y la evidencia inicial es que hablamos en
otras lenguas. Sin embargo, estamos llamados a recibir muchas llenuras del Espíritu.
Consecuencias de estar vacíos.
Si a diario servimos, ayudamos a otros, peleamos batallas espirituales, levantamos a nuestra
familia, y damos de lo que hemos recibido, pero no tomamos tiempo para volver a
llenarnos, llega un momento en que nos secamos. Entonces nos volvemos mecánicos en
nuestra vida espiritual y en el servicio a Dios. Como en el mundo espiritual no pueden
existir vacíos, las obras de la carne empiezan a llenar nuestra lama. Las finanzas se secan,
viene el desánimo y carecemos de poder espiritual para reprender a los demonios, porque la
llenura del Espíritu Santo que antes teníamos, hace tiempo se acabó.
¿Que contendrá ahora el vaso que antes estaba lleno del Espíritu? Muchos están llenos de
lujuria, droga, falta de perdón, miedos, traiciones, chismes y dudas. Por tanto, necesitan
desesperadamente ser llenos del Espíritu.
“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos
fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
(Hechos 4:31)
Como mantenernos llenos del Espíritu.
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” (Juan 7:37)
En este verso, Jesús llama a todos aquellos que tienen sed del Dios vivo. Cuando usted
anhela más de Dios, nadie tiene que recordarle que vaya a la iglesia ni que adore a Dios,
porque eso le sale del corazón. Hoy el Espíritu de Dios quiere darle a beber agua fresca al
que esta sediento. Necesitamos pasar más tiempo en la presencia de Dios y llenarnos
constantemente para no ser vasos secos.
La gente hoy en día no muestra hambre y sed por recibir “más de Dios”. Se conforma con
un Dios al cual “visita” solo los domingos, y pueden estar en medio de un mensaje
motivador, pero nunca piensan en servir a los demás.

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios,
el alma mía.2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios?” (Salmo 42:1-2)
Cuando usted tiene sed, no le importa lo que tenga que hacer para saciarse. Dios anda
buscando hombres y mujeres con hambre y sed de Su poder sobrenatural. Él quiere oír el
clamor de Su pueblo.
Clame a Dios de todo corazón.
Muchos han estado pasando desiertos, crisis, problemas y están secos a causa de las
pruebas. Nunca se avergüence de clamar a Dios. Dígale: “Señor, no puedo vivir sin Ti,
necesito que avives mi vida”.
“El que cree en mi, como dice la Escritura, de su interior correrán riso de agua
viva”. (Juan 7:38)
Un vaso seco y vacío es propenso a la opresión e influencia demoniaca. Pero el que tiene
sed continuamente, va a Cristo y continuamente será llenado.
Preguntas:
 ¿Por qué necesitamos la llenura continua del Espíritu Santo?
 ¿Qué necesitamos para ser llenos?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Los guiará a clamar por más hambre y sed de Dios.
 Orará para que una llenura fresca del Espíritu Santo venga sobre sus vidas.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 35

OFRESCAMOS SACRIFICIOS
ESPIRITUALES
OBJETIVOS:
 Conocer los sacrificios espirituales que debemos presentar continuamente a Dios.
 Entender por qué presentamos estos sacrificios, y que producen cuando los
hacemos.

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más
para Dios escogida y preciosa,
5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por
medio de Jesucristo.” (1 Pedro 2: 4-5)
En el Antiguo Testamento se ofrecían animales como sacrificio a Dios. Sin embargo, en el
Nuevo Testamento, Jesús se da a Si mismo como supremo sacrificio, muriendo por
nosotros en la cruz. Tristemente el mensaje de la cruz ha sido tergiversado. Se ha llevado al
extremo de creer que ya no tenemos que ofrecer sacrificio alguno a Dios; que no tenemos
que ayunar, que Cristo ya lo hizo todo; pero esa es una verdad a medias. Sí, es verdad que
Cristo lo hizo todo; no obstante, la Biblia nos enseña que Jesús nos hizo reyes y sacerdotes.
“y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por
los siglos de los siglos. Amén”. (Apocalipsis 1:6)
“y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.” (Apocalipsis 5:10)
¿Por qué debemos presentar sacrificios espirituales a Dios?
 Porque somos sacerdotes. La función de un sacerdote es ofrecer, por medio de
Cristo sacrificios espirituales a Dios. ¿Cuántas veces nos hemos acercado al altar
con las manos vacías; sin ayuno, ofrenda ni adoración? Nuestra vida solo será
fortalecida en la medida que ofrezcamos a Dios sacrificios espirituales y
mantengamos encendido en el altar el fuego de Dios continuamente.
 Por gratitud. Cuando ponemos sobre el altar alabanzas y ofrendas, no lo hacemos
para comprar el favor de Dios; eso sería un insulto a la sangre de Jesús por la cual la
obra ya está terminada. Si ayunamos, oramos, presentamos sacrificios espirituales,
servimos y adoramos a Dios es por gratitud.
 Porque queremos acercarnos a Él. Dice Romanos 12:1 “Así que hermanos, os
ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. En
el Nuevo Testamento la palabra “sacrificio” representa la muerte de Cristo, ofrecida
voluntariamente para el perdón de nuestros pecados, pero también significa
acercarnos a Dios, ofrendando nuestra vida. (Filipenses 2:17)
Sacrificios espirituales en el Nuevo Testamento.
Como sacerdotes del Dios Altísimo es imposible que vivamos alejados de un altar, porque
es ahí donde nos encontramos con Dios. Quienes se apartan de Dios, antes habían dejado de
presentar sacrificios espirituales, como: oración e intercesión, ayuno, muerte al yo,
alabanza adoración, ofrendas, servicio y presentar el cuerpo como sacrificio.
¿Qué hacen los sacrificios?
 Producen cielos abiertos. Crean una atmosfera de lo sobrenatural en la tierra, bajo la
cual las bendiciones de Dios se hacen más accesibles a Sus hijos.
 Producen fuego de Dios. Donde quiera que haya sacrificio continuo, el fuego de
Dios descenderá como una señal de aprobación.
 Producen poder. A mayor sacrificio, mayor poder. En 2 de Reyes 3:16-20 Dios le
habla a Su pueblo antes de enfrentarse guerra contra otro ejército y les pide un
sacrificio. Y dice la Palabra que en la mañana, cuando ofrecieron el sacrificio, Dios
cumplió Su promesa. Ahora, nuestros sacrificios como cristianos, ya no son de
animales, sino espirituales. Ofrecemos la sangre de Jesucristo que es el mayor
sacrificio de todos.
Al comenzar el año, deseamos que esta nueva temporada comience con sacrificios
espirituales a Dios. Presentemos nuestro cuerpo en sacrificio de alabanza, adoración e
intercesión. Ofrezcamos frutos de labios que confiesen el nombre de Jesús. Presentemos
ofrendas, hagamos lo bueno, sirvamos a Dios, a Su pueblo y Su fuego caerá sobre nuestro
sacrificio.
Preguntas:
 ¿Cuáles son los sacrificios espirituales que debemos presentar a Dios y por qué los
hacemos?
 ¿Qué producen los sacrificios espirituales a Dios?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 En oración guiará al grupo al arrepentimiento por haber descuidado la función
sacerdotal de presentar sacrificios espirituales.
 Pedirá la ayuda del Espíritu Santo para empezar a hacerlo y perseverar en ello.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 36

CON ESPERANZA DE RECIBIR


OBJETIVOS:
 Entender que es la esperanza y que debemos esperar.

“Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el
que trilla, con esperanza de recibir del fruto.” (1 Corintios 9: 10)
La “esperanza” es una confianza favorable y la anticipación de que algo bueno viene. Es la
expectativa basada en la fe, que cree en las cosas que Dios ha prometido y está haciendo.
Esperanza no es lo mismo que optimismo. La esperanza es sobrenatural, es la ley que le
pone demanda a la fe, mientras que el optimismo es natural; es solo pensar positivamente.
Cuando caminamos en esperanza (expectativa sobrenatural) cada mañana nos levantamos
con la convicción de que el Señor hará lago poderoso en nosotros y a través de nosotros.
Como caminar en esperanza.
Debemos tener esperanza en el futuro. Cuando servimos a otros, debemos esperar que Dios
bendiga a nuestros hijos. Si sembramos una ofrenda, lo hacemos con la esperanza de que
Dios bendiga nuestras finanzas. Si usted ha sembrado en buena tierra, ¿por qué no ha de
esperar buen fruto?
Así como un sembrador en el campo no pone una semilla en la tierra y la riega sin esperar
cosecha, así mismo, en el espíritu no hay por qué sembrar tiempo, amor, esfuerzo, oración y
ofrenda, sin esperar el fruto correspondiente. Todo lo que usted siembra, siémbrelo con la
expectativa de que algo grande viene.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por
los siglos de los siglos. Amén.” (Efesios 3: 20-21)
La tradición y el espíritu religioso dice: “yo doy y le sirvo a Dios, sin esperar nada”. Pero
eso contradice la Palabra. Si usted ha sembrado semillas, ofrendas, oraciones, alabanzas,
adoración, servicio a Dios, ¿Cuál es la acción correspondiente? ¡Ponerle demanda a Dios
por sus oraciones, ofrendas y pactos! ¡Háblele al futuro para que el futuro se manifieste
ahora!
¿Qué esperamos?
1. Espere lo esperado. Si usted diezma ¿qué espera? Que Dios habrá la ventana de los
cielos. Si se ha esforzado y ha estudiado, ¿Qué espera? Sacar buenas notas. Si ha sido buen
empleado, ¿Qué espera? Un aumento o una promoción. Si usted ha hecho lo correcto una
bendición está por venir; no solo para el futuro ¡sino para ahora!
2. Espere lo inesperado. En la mañana declare: “Señor, Tú me bendices hoy, algo bueno
viene para mi hoy”. ¡Las sorpresas de Dios vendrán!
Cuando revise su correo, es posible que encuentre un mensaje de que su deuda ha sido
cancelada, que no debe nada por su casa, un familiar del cual hace tiempo no tenía noticias
le llama de repente para contarle que recibió a Jesús y está en su primer amor; de repente su
jefe le promueve o recibe un bono en su trabajo que no esperaba. No espere solo lo
esperado, espere lo inesperado.
3. Espere lo que está por encima y más allá. Cristo multiplicó los panes y los peces,
alimento quince mil personas y al final sobraron 12 canastas de pan. La provisión fue por
encima y más allá. Si usted le estaba creyendo a Dios para que su hijo mejorara sus notas
en la escuela, el muchacho no solo mejora, sino que se gradúa con honores, o recibe una
beca para una de las mejores universidades. Esperaba un carrito que lo llevara y lo trajera,
pero Dios lo bendice con un carro nuevo. Dios no solo cambia el corazón de su esposo(a),
sino también el de la suegra y el de su familia, porque Dios está por encima y más allá. Ese
es el Dios en el que usted debe creer.
Hoy, levántese en fe, viva por fe, camine por fe. Suelte el dolor y el quebranto del pasado,
haga las correcciones necesarias y prepárese a recibir, porque Dios le dará lo esperado, lo
necesario y lo que está por encía y más allá.
Preguntas:
 ¿Qué es la esperanza?
 ¿Qué debemos esperar?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Orará para que cada uno de los asistentes tenga expectativas del futuro.
 Desatara la unción de rompimiento para que vengan las respuestas esperadas,
inesperadas y las que están por encima y más allá.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 37

UN LUGAR LLAMADO ALTAR


OBJETIVOS:
 Aprender que es el altar, quien es un sacerdote y que es un sacrificio.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se


acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
(Hebreos 11:6)
¿Dónde debemos buscar a Dios? Aunque es verdad que Dios está en todas partes, cuando
queremos encontrarnos con El, debemos buscarlo en un lugar llamado altar.
¿Qué es el altar?
Altar es el lugar donde Dios y el hombre se juntan. Es el sitio al cual podemos correr en
medio de las circunstancias difíciles de la vida. Además, el altar es donde nos llenamos de
poder para sostener las bendiciones que hemos recibido, donde nos damos cuenta de la
realidad de Dios, donde somos santificados y donde presentamos sacrificios espirituales a
Dios.
Jesús nos enseña: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá;
y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” (Lucas 9:23-24)
¿Qué es negarse a sí mismo?
Negarse a sí mismo significa morir o decir “no” a nuestros deseos, para decir “si” a los
deseos de Dios. Cuando usted le ofrece al Señor algo que le cuesta tiempo y esfuerzo, está
ofreciendo su vida misma como sacrificio. Dios espera que traigamos al altar algo que nos
cueste parte de nuestra vida.
Las ofrendas en las que hemos invertido tiempo y dinero forman parte de nuestra vida.
El ayuno es también un sacrificio, pues morimos al deseo de comer. Por eso, la ley del
sacrificio enseña que, quien sirve a Dios sacrifica de su tiempo y es recompensado, pero
quien nunca rinde su vida, no puede recibir la vida de Jesús.
La ley del sacrificio
Esta es una de las más altas leyes espirituales. Establece que “algo tiene que morir para que
algo más viva” El sacrificio debe ser aceptable a Dios, hecho por fe y no para ganar Su
favor. En el Antiguo Testamento, el sacrificio consistía en poner sobre el altar sangre de
animales, a fin de ganar la gracia y el perdón de Dios. En el Nuevo Pacto, sabemos que la
sangre de Cristo ya pagó por todo. Nosotros tomamos la iniciativa de acercarnos a Dios,
porque le amamos y cuando más le amamos, más fácil es rendirle nuestra vida y ofrecerle
sacrificios.
Un sacrificio se mide por cuanto le rendimos a Dios. Por eso mismo, toda bendición
empieza con un sacrificio. De ahí que el inicio de una nueva temporada en su vida, siempre
estará vinculada a un sacrificio nuevo que usted hizo.
¿Quién es un sacerdote?
“Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y
sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer”
(Hebreos 8:3)
“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por
medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5)
Apocalipsis 1: 5-6 dice que Jesús nos hizo reyes y sacerdotes. Un rey gobierna y un
sacerdote ofrece sacrificios a Dios. No podemos ser reyes sin antes ser sacerdotes, porque
para poder gobernar, primero debemos encontrarnos con Dios en el altar. Por ejemplo, un
hombre cabeza de hogar no será un buen esposo ni padre, si antes no es un buen sacerdote.
Para poder gobernar bien su casa y tener autoridad, previamente debe haber estado en el
altar presentando sacrificios espirituales a Dios.
El altar, es el lugar donde nos encontramos con Dios, donde Él nos santifica, donde no
podemos llegar con las manos vacías. Es el lugar donde rendimos nuestro ego; donde
presentamos ayuno, oración y adoración continuos como sacrificios espirituales al Señor.
Cuando entendemos esto, Su fuego cae y nuestro altar arde constantemente.
Preguntas:
 ¿Qué es el altar y cuál es nuestra función allí?
 ¿En qué consiste la ley del sacrificio?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Guiará al grupo a arrepentirse por no haber cumplido su función sacerdotal,
especialmente quienes cumplen la función de cabeza de hogar.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 38

¡DIOS LO HARA OTRA VEZ!


OBJETIVOS:
 Entender que es el testimonio y la importancia de compartirlo con otros.

“El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a


nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; Para que lo sepa la generación
venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos”
(Salmos 78:5-6)
La historia de Israel está llena de grandes vitorias. El pueblo vio a Dios hacer milagros,
señales y maravillas. Tristemente, con el pasar del tiempo, el pueblo poco a poco se fue
olvidando de las cosas que Dios hizo por ellos. Comenzaron a quejarse hasta que se
rebelaron contra Él. ¿Qué pasó? Pues, se olvidaron de dar testimonio. Dejaron de hablar de
lo que Dios había hecho. “No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la
angustia. Cuando puso en Egipto Sus señales y Sus maravillas en el campo de Zoán”
(Salmo 78: 42-43)
Es importante hablar hoy y que aprendamos del poder del testimonio, uno de los pilares que
nos permite sostener un avivamiento o mover de Dios. Tenemos la responsabilidad de
decirles a los demás lo que Dios ha hecho por nosotros, contarles a nuestros hijos el
testimonio de nuestra salvación, los milagro que hemos visto y personalmente
experimentado y exaltar el nombre de Dios por Su fidelidad en nuestra vida.
¿Qué es el testimonio?
Testimonio, es la declaración audaz, osada, escrita o hablada de lo que Dios ha hecho. Es
una declaración, relato o registro de la historia y obras poderosas de Dios en y a través de
nuestra vida. Cada vez que damos testimonio de la grandeza de Dios, Él nos respalda y
empieza a crear la atmosfera para que nuestro milagro y bendiciones vuelvan a ocurrir.
¡Qué poderoso y maravilloso es saber que cada vez que declaramos un testimonio de
sanidad, finanzas, restauración familiar o liberación, se desata el ambiente propicio para
que el milagro se repita en quienes lo están oyendo!
Vivamos lo que dice la Palabra: “Por heredad he tomado tus testimonios para
siempre, porque son al gozo de mi corazón” (Salmos 119: 111)
Los testimonios, lo que Dios ha hecho en su vida y la forma como Él lo ha usado para ser
de bendición a otros, son su herencia para siempre. Así que no se canse de hablar de las
obras maravillosas de Dios. Comparta esas bendiciones con su familia, hijos y amigos.
Todos en su entorno deben conocer las bendiciones que Dios ha derramado sobre sus vidas.
La diferencia entre predicar y testificar.
Predicar, es proclamar el evangelio de salvación. Testificar, es hablar de nuestra propia
experiencia, como resultado de vivir la Palabra. Testimonio, es una forma de medir si lo
que enseñamos está funcionando. Predicar el evangelio debe producir milagros de
salvación, liberación, provisión, salud y mucho más. Por consecuencia, esto produce
testimonios que se deben compartir. Una persona sin testimonio de lo que Dios ha hecho es
su vida, no tiene nada para respaldar su mensaje o lo que predica. Una iglesia sin
testimonio, no tiene credibilidad porque el testimonio que acompaña la Palabra hace creíble
el evangelio.
Seamos fieles a la Palabra. El Salmo 119: 46 nos dice: “hablaré de tus testimonios
delante de los reyes, y no me avergonzaré”. Avergonzarse o no testificar detiene el
fluir o la multiplicación de la bendición. No se conforme con el mismo testimonio de hace
años. El Espíritu de Dios se mueve constantemente para producir testimonios frescos de
sanidad física, mental y emocional; de liberación de demonios y adicciones, de restauración
familiar, pago de deudas, transformación del corazón y aceleración sobrenatural en todas
las áreas.
El testimonio es su legado, una declaración audaz de los hechos poderosos de Dios que se
repite cuando se comparte. Por lo tanto, no tema. Compártalo y diga: ¡Dios, hazlo otra vez!
Preguntas:
 ¿Qué es el testimonio?
 ¿Por qué es importante compartir el testimonio?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Guiará al grupo a arrepentirse por no haber compartido su testimonio con otros.
 Permita que las personas compartan un breve testimonio en parejas.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!
LECCION 39

MANTENGASE A LA EXPECTATIVA
OBJETIVOS:
 Entender que significa mantenerse a la expectativa y que debemos hacer cuando
recibimos una revelación de Dios.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:


olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.” (Filipenses 3: 13-14)
¿Qué significa mantenerse a la expectativa?
La expectativa, es tener una firme convicción de que algo va a suceder. Algunos viven
esperando siempre lo malo, pero la vida cristiana es una vida llena de buenas expectativas
en la que siempre debemos mirar hacia adelante esperando cosas nuevas de Dios para
nosotros, conforme a Sus propósitos.
¿Qué ofrece el mundo?
 Pensamiento positivo. Esto es bueno, pero en él no hay poder para cambiar.
 Optimismo. El optimismo es bueno, pero no tiene como base a Jesucristo.
 Esperanza. La esperanza sin Jesús es un deseo intangible, sin sustancia.
¿Qué expectativas ofrece Dios?
 Planes y grandes propósitos.
 Bendición y rompimiento en cada área de nuestra vida.
 Su fidelidad, protección y provisión divina.
 Intimidad, acercarnos más a Él y ver la manifestación de Su poder y Su gloria.
Nuestra expectativa debe estar basada en Dios, no en un “ojalá” o en un pensamiento
positivo. Nosotros sabemos que es Dios: la base de nuestras expectativas, el que nunca
cambia, fiel, todo amor y el que quiere lo mejor para nosotros. Por eso confiamos en que El
responderá a nuestras peticiones, porque nuestra expectativa no está fundamentada en el
optimismo, sino en nuestra fe en Él, en Su Palabra y en Su voluntad.
¿Qué debemos hacer cuando recibimos una revelación de Dios?
Cuando tenemos revelación de una verdad de Dios, podemos actuar conforme a esa
revelación, confiando en la Persona de Dios, en Su carácter, en lo que Él quiere, en Sus
caminos, en Su Palabra y en Su propósito; por tanto, cuando declaramos y oramos algo
conforme a Su voluntad, sabemos que Él nos oye y que Él lo hará.
¿Tiene nuevas expectativas para el año que viene o piensa que todo va a seguir igual? ¿Se
resignó a vivir endeudado, triste y enfermo o está a la expectativa de que Dios va a hacer
algo grande, y a traer un rompimiento en su vida?
Si usted está cargado, atribulado y no ha tenido un buen año, crea que un año mejor se
aproxima. Dios quiere hacer algo bueno en su vida que le traerá gozo, pero esté a la
expectativa. De pasos de fe con la convicción de que Dios responderá.

A veces nuestras expectativas del futuro son obstáculos por nuestras acciones pasadas. El
apóstol Pablo vivió muchas cosas buenas: milagros extraordinarios y gran revelación de la
Palabra, pero también cosas malas: desvelos, persecuciones, naufragios; pero no se detuvo.
Él tomó la decisión de no conformarse ni enorgullecerse por sus logros y de no detenerse
por los fracasos. Él decidió dejar a tras lo bueno y lo malo y proseguir expectante en su
caminar con Dios.
No se conforme. ¡Hay algo mejor y más grande que Dios tiene preparado para su visa!
Gócese y de testimonio de los milagros pasados, pero crea por más, vaya por más, siga
caminando por fe, manténgase en el reto de creer a Dios por algo mayor. Y si no le fue
bien, no se rinda, no se quede inmóvil, lamentándose o resentido por el sufrimiento que
pasó. Reconozca si quizás su propio pecado fue el que causó los problemas. Y si fueron
otros los que le hirieron, entienda que los seres humanos pueden fallar, pero Dios no.
Ponga sus ojos en Jesús. Pida a Dios la gracia para dejar el pasado atrás y camine con
expectativa. Si empieza a tomar acción en fe tendrá buenos resultados. Pare de usar
métodos naturales para asuntos que requieren soluciones sobrenaturales. Ríndase a Dios y
va a tener ese rompimiento que ha estado esperando. Este es el tiempo para ver la
manifestación de la gloria de Dios.
Preguntas:
 ¿Qué expectativas ofrece Dios?
 ¿Qué debemos hacer cuando recibimos una revelación de Dios?
Oración:
 El líder hará el llamado a los nuevos (si los hay) para hacer la oración de
fe.
 Guiará al grupo en oración, rompiendo ataduras del pasado (falta de perdón, abusos,
desilusiones, etc.)
 Declare rompimiento y guie al grupo a comprometerse a estar a la expectativa de lo
que Dios tiene para el nuevo año.

Oración de fe: Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi


pecado me separa de ti. Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que
Jesús es el Hijo de Dios, que El murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo
resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis
pecados. Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, y hago
un nuevo pacto contigo Jesús, para amarte y servirte cada día de mi vida. Jesús,
entra en mi corazón y cambia mi vida. ¡Amen!

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