Sei sulla pagina 1di 6

INSTITUCION PARTICULAR BILINGÜE

“LOS ANDES”

TEMA:
La Amistad de David y Jonathan
CURSO:
Educación Cristiana
DOCENTE:
Norka Panta Farfan
INTEGRANTES:
 Castañeda Guzman, Rosita
 Castro Elera, Santiago
 Cortez Infante, Gabriela
 Rodriguez Prieto, Valentina
 Piminchumo Quispe, Luciana
 Dayra

TRUJILLO – PERU
2019
TRABAJO GRUPAL
Tema:
La Amistad de David y Jonathan
Metodo:
Dramatizacion
Responsables:
 Castañeda Guzman, Rosita
 Castro Elera, Santiago
 Cortez Infante, Gabriela
 Rodriguez Prieto, Valentina
 Piminchumo Quispe, Luciana
 D Dayra
Reseña:
En esta oportunidad presentaremos un tema muy bonito dedicado a la
amistad que el señor les permitio tener a David y Jonathan, aquí podremos
resaltar l valor de la amistad y la fidelidad entre estos dos personajes, asi como
la presencia de Dios en cada una de sus vidas.
Dialogo:

Título: Un Ejemplo de Amistad

Narrador: Esta es una linda historia sobre dos jóvenes que eran muy buenos
amigos.

Uno era el hijo del rey Saúl llamado Jonatán y el otro era el hijo de un pastor de
ovejas de la región de Belén, el joven se llamaba David, y entre ellos había
nacido una hermosa amistad.

Un día el rey Saúl quiso asesinar a David y este huyó, e irónicamente fue el hijo
del rey, Jonatán quien ayudó a evitar su muerte.

La historia de esa increíble amistad se encuentra en 1 Samuel 20, donde vemos


a David buscando desesperadamente una respuesta de su amigo de confianza,
Jonatán.

David: (Implorando) Jonatán dime: ¿Qué hice yo? ¿Cuál es mi ofensa? ¿En
qué me equivoque que tu padre trata de matarme?

Jonatán: ¡Por Dios! No puede ser mi papa no está tratando de matarte. Si así
fuera me lo hubiera dicho, El no haría nada sin decírmelo ¡No puedo creerlo!
David: Tu papa sabe que somos amigos, habrá pensado que si te lo decía
tú me lo dirías. Pero tan cierto como que tu vives y el Señor vive Te aseguro
que estoy muy cerca de la muerte.
Jonatán: ¿Qué deseas que haga?

David: (Pensativamente) Mañana es la fiesta de la luna nueva, y deberé cenar


con el rey. Déjame ir y esconderme en el campo hasta la tercera noche. Si tu
padre nota mi falta, entonces dile: "David me pidió que lo dejara ir a hacer una
visita rápida a su hogar en Belén, pues es el sacrificio anual de toda su familia".
Si él dice: "Está bien", será una buena señal para mí; pero si él se enoja, sabrás
que él quiere matarme. (Seriamente).

Querido Jonatán, hicimos un pacto delante de Dios, si soy culpable entonces tú


mismo me puedes matar, pero no me lleves ante tu papá.
Jonatán: (Atónito) ¡Claro que no! Si descubro que mi padre planea tu muerte, te
avisaré.

David: ¿Cómo me lo harás saber?

Jonatán: (Pensativo) Ven vamos al campo.


Narrador: De esa forma fueron juntos al campo y Jonatán le dijo a David:
Jonatán: (Intensamente) Te prometo ante Dios de Israel que averiguaré lo que
mi papá piensa sobre ti. Si piensa bien o no y te enviare un mensaje al campo,
si mi papá quiere hacerte daño yo te lo haré saber y si no Que El Señor me
castigue si no hago lo que he dicho, y mientras yo viva tendrás mi amistad fiel,
como el Señor requiere; y si yo muero, tu continuarás siendo leal a mi familia
para siempre.

Narrador: Jonatán renovó su promesa a David por causa de su amor por él,
pues lo amaba como a sí mismo. Entonces le dijo:
Jonatán: Mañana es luna nueva, y se darán cuenta de tu ausencia cuando vean
tu lugar vacío. Por lo tanto, vete al caer la noche, por tercera vez, al mismo lugar
donde te escondiste en la tarde de la fiesta, y queda allí escondido. Cuando yo
vaya, lanzaré tres flechas en aquella dirección, como si estuviera intentando
acertar un blanco. Mandaré a mi ayudante que vaya a buscar las flechas. Si yo
le digo: "Mira, las flechas están de este lado, júntalas", entonces podrás salir del
escondite. Estarás seguro, te lo prometo. Pero si yo le digo: "Mira, las flechas
están del otro lado, más adelante", entonces el Señor te habrá dicho que debes
partir. El Señor quede entre tú y yo para siempre.

Narrador: Así que David se escondió en los campos. Llegó la luna nueva, la
cena estaba preparada, y el rey se sentó para cenar. Saúl se sentó en su lugar
de costumbre junto a la pared. Y Abner (tío de Saúl) se sentó a su lado; Jonatán
también estaba presente, (hacer una pequeña pausa), pero el lugar de David
estaba vacío. Aquel día Saúl no dijo nada, pues pensó que David estaba ausente
por algún motivo, tal vez por estar ritualmente impuro. Pero al segundo día, y al
tercer día, el lugar de David todavía estaba vacío, y Saúl le dijo a su hijo
Jonatán: "¿Por qué el hijo de Isaí no vino a la fiesta, ni ayer ni hoy?"
Jonatán: David me pidió permiso para ir a Belén:
Su familia estaba haciendo sacrificio en la ciudad y su hermano le pidió que
estuviera allí. Por eso no vino a cenar con el rey.

Saúl: (Enojado) ¡Hijo de madre perversa y rebelde! Te hiciste amigo-del hijo de


Isaí sólo para traer vergüenza a ti mismo y deshonra a tu madre, pero yo lo voy
a arreglar. Mientras el hijo de Isaí viva, ni tú ni tu corona estarán seguras. Manda
que lo busquen, merece morir.
Jonatán: (Enojado) ¡El merece morir! ¿Por qué? ¿Qué hizo?
Narrador: Entonces Saúl tomó su lanza e intentó matarlo; y él supo que su padre
quería la muerte de David. Jonatán dejó la mesa violentamente y no comió nada
ese segundo día de las fiestas; pues estaba indignado por causa de David, pues
su padre lo había humillado. A la mañana siguiente, Jonatán salió al campo para
encontrar a David en la hora acordada, llevando un ayudante con él. Le dijo al
muchacho:
Jonatán: Corre a buscar las flechas; voy a tirarlas.
Narrador: El muchachito corrió, y él tiró las flechas por sobre su cabeza. Cuando
el muchacho llegó al lugar donde las flechas habían caído, Jonatán gritó:
Jonatán: ¡Mira, las flechas están más allá. Rápido! ¡No hay tiempo que perder!
¡Apresúrate!
Narrador: El muchachito juntó las flechas y se las llevó a su maestro; pero sólo
Jonatán y David sabían lo que significaba; el muchacho no entendió nada.
Jonatán entregó sus armas al ayudante y lo mandó que las llevara de vuelta a la
ciudad. Cuando el muchacho se fue, David salió de su escondite y se inclinó
humildemente tres veces. Se besaron y lloraron juntos, y el dolor de David era
todavía mayor que el de Jonatán. Jonatán le dijo a David:
Jonatán: ¡Vete y ponte a salvo! Porque juramos ambos en el nombre del Señor,
que es el testigo para siempre entre mí y tí, y entre tus descendientes y mis
descendientes.
Narrador: David se fue y Jonatán volvió a la ciudad. Sus caminos se separaron
en ese momento, pero estaban unidos para siempre por la amistad.

Potrebbero piacerti anche