ESTRATEGIAS PARA EQUIPOS DE SALUD QUE

ABORDAN PROBLEMAS DE CONSUMO

INTRAFAMILIAR
UNIDAD N° 1: Introducción a la conceptualización de
las familias // CLASE N° 1
Material de lectura: Introducción a la
conceptualización de las familias
Profesora Lic. Melina Menichelli

Para dar inicio a este primer bloque temático, vamos a comenzar señalando
una serie de transformaciones a nivel económico y sociocultural que se
suscitaron en los últimos 50 años y a partir de las cuales las instituciones
cambiaron manifestándose en dos procesos sociales denominados
desinstitucionalización e individualización.

El llamado proceso de desinstitucionalización, implica que las instituciones

clásicas como lo son la escuela, la familia, la religión, la fábrica, etc.; ya no son
capaces como antes de construir las pautas de vida de las personas que
forman la sociedad, quedando las mismas en la esfera de las decisiones
personales.
Las instituciones hace 50 años estaban atravesadas por mandatos sociales que
decían, por ejemplo, que había que casarse y formar una familia. Y que esa
familia tenía que estar fundada por un hombre y una mujer.
La desinstitucionalización es un proceso que configura de manera distinta a
las normas, los valores y a los individuos, donde las instituciones ya no son
capaces de producir a los sujetos con sus mandatos.

La individualización es la fragmentación de las formas sociales existentes a

partir de la cual queda en la esfera individual la construcción de las pautas de
vida. Es decir, que se socializa la ilusión de que “cada uno tiene la libertad de
hacer lo que le gusta”.
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Usualmente escuchamos decir que la “institución familia” está en crisis y por

ello es importante considerar a los procesos antes mencionados ya que, la
conceptualización clásica de las familias se ha transformado la
desinstitucionalización de la familia representa sólo una cara de la moneda. En
la otra cara, hay nuevos procesos de institucionalización que dan lugar a
nuevas configuraciones familiares. Tal como lo dice la Psicóloga Argentina
Alicia Stolkiner “las familias no son, están siendo”.

Nuevas configuraciones familiares:

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Las familias: breve recorrido histórico

Desde una perspectiva social sabemos que cuando los seres humanos han
constituido una sociedad previamente han constituido una familia, formando
ésta el núcleo de la comunidad. Y a la vez la sociedad es el soporte en cual es
posible que se desarrolle la familia.
Las familias se establecen como una institución social capaz de ordenar
cuestiones claves de la vida de las personas y de la sociedad, cumpliendo la
función de primer agente de socialización. Es decir que, el conocimiento que
adquiere el sujeto en el curso de la socialización es el que mediatiza la
internalización dentro de la conciencia individual de las estructuras
objetivadas del mundo social1.

Claude Lévi-Strauss en 1968 define a la familia como: familia conyugal

monógama y sus características son: tener origen en el matrimonio formada
por el marido, la esposa y los hijos nacidos de ese matrimonio, además de otros
parientes que puedan estar cerca de este grupo nuclear.
Los miembros de la familia están unidos por: lazos legales, derechos y
obligaciones económicas, religiosas, etc.
Este modelo tradicional de familia ha sido predominante durante muchas
décadas, sin embargo, como veíamos a lo largo de los años los cambios
sociales generaron la existencia de otros tipos de configuraciones familiares:
las familias ensambladas, monoparentales, homoparentales, entre otras formas
diversas.

Más allá de la idea tradicional de familia o las

nuevas configuraciones familiares, nos
interesa resaltar que la necesidad de
agruparse alrededor del núcleo de identidad
que promueve la familia en cualquiera de sus
formas, es universal.

De los cambios sociales mencionados podemos destacar, además, el acceso

de la mujer al mercado del trabajo y a la educación formal, el control de la
reproducción y la institucionalización del divorcio.
Las familias ordenan también las conductas de sus miembros a través de la
implementación de límites, es decir, de lo que se puede y de lo que no se puede
hacer. Así como también se establecen roles definidos que posibilitan el
conocimiento de formas de acción que van tipificando las estructuras
socialmente aceptadas.

1 Berger y Luckman, 1986, La construcción social de la realidad.

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La construcción de los roles familiares es un correlato necesario de la

internalización del comportamiento, ya que al desempeñar un rol las personas
participan en un mundo social y al internalizarlos ese mismo mundo cobra
realidad para ellos subjetivamente.

Los conceptos de límites y roles los vamos a trabajar y

ampliar durante la próxima semana, en la 2da. parte de la
Unidad N° 1.

Las familias regulan la conducta sexual y establecen reglas de comportamiento

que permiten ordenar el impulso sexual. Son reglas que están dentro de todos
nosotros, la que tiene más fuerza es la prohibición del incesto la cual es
considerada la ley universal y mínima para que una cultura se diferencia de la
naturaleza. Pero también son reglas poderosas las contenidas en la exogamia
y la endogamia, la regulación del intercambio sexual ordenado dentro y fuera
del grupo social al que pertenecemos.

De aquí en adelante cuando hablamos de familias, estamos nombrando

a las personas significativas para la vida y la estructuración de un
sujeto, es decir, su entorno afectivo más próximo.

¿Porque trabajamos con las familias y/o el entorno afectivo de una persona
con consumo problemático?

Es necesario establecer algunos puntos fundamentales en relación el concepto

de familia como punto de partida para el desarrollo conceptual que será la
base de apoyo para nuestras intervenciones.

Para ello tomaremos desde la Psicología Social la definición de Pichón Rivière

sobre familia, la cual es entendida como una estructura intermedia entre el
individuo y la sociedad. La unidad básica de interacción, el instrumento
socializador en cuyo ámbito la persona adquiere su identidad. El modo en que
se establezcan los vínculos primarios va a ser determinante en la constitución
del sujeto, teniendo en cuenta que el vínculo primario es de sustancial
importancia para el desarrollo.

La familia constituye, entonces, la matriz básica con la que cuenta el

sujeto para afrontar las problemáticas de su existencia.
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En el abordaje familiar es de suma importancia redefinir a las familias como

sistema de apoyo ya que constituyen el grupo básico de pertenencia donde se
estructuran las primeras experiencias del sujeto, se significan las relaciones
humanas, los procesos de identificación básicos y se establecen los modos
vinculares.

Si bien el Psicoanálisis nace como un método de tratamiento individual, fue el

primero en considerar que el sujeto humano es inconcebible sin la existencia
de los otros, al punto tal que los síntomas tienen un sentido no sólo para los
individuos, sino también para los demás2.

La familia como variable interviniente en el problema del consumo de

drogas

Constitución de la subjetividad
Desde el Psicoanálisis, fue Freud el primero en advertir el sentido intersubjetivo
de los síntomas. Muchos de sus pacientes denunciaban a través de su
sintomatología conflictos familiares e interacciones patológicas que
generaban y sostenían el síntoma.

Según el psicoanálisis, la identificación primaria, aquella que se da en la

relación temprana madre-hijo, es constitutiva del sujeto y constituye la
manifestación más temprana de la ligazón emocional con otra persona3. Esto
genera la presencia de los otros en nosotros. Así los deseos de los padres u
otras personas significativas se expresan a través de esta identificación
primaria. El modo en el que se establezca va a influir en gran parte sobre el
estilo de cada sujeto. De esta manera, se verá más o menos favorecido el
crecimiento, el desarrollo y la autonomía del sujeto.

Donald Winnicott4 considera que, al principio, madre e hijo son inseparables,

constituyen una unidad, una díada, donde la madre y luego toda la familia será
la encargada de satisfacer las necesidades del bebé, así como también la de
facilitar el desarrollo de las potencialidades con que el niño nace.
A medida que el niño crece va elaborando la separación con el ambiente y se
va produciendo cierto grado de reconocimiento del propio cuerpo, diferente
del cuerpo de los demás.
La persona se va desarrollando en un proceso que va desde la dependencia
absoluta a la dependencia relativa para finalmente alcanzar la independencia
(o, mejor dicho, una dependencia más o menos madura). En consecuencia, el
cuidado materno se verá modificado en función de la edad del niño5.

Este autor antepone el concepto de función frente al sujeto que la realiza

(madre, padre o sustituto). La función implica una acción, un movimiento que

2
Losso, Roberto. (1984) Psicoanálisis de la familia. Recorridos teórico-clínico.
3 Freud, S. (1921) “Psicología de las masas y análisis del yo” en "Obras Completas" Vol. XVIII,
Ed. Amorrortu, Buenos Aires.
4 Donald Winnicott (1896-1971). Fue pediatra, psiquiatra y psicoanalista Inglés.
5Desde su comportamiento incondicional, en la constitución de la simbiosis inicial, hacia la

generosidad, que permita al niño el logro de la paulatina individuación, acompañándolo en el

camino hacia la autonomía y el afianzamiento de la identidad, y la capacidad para el ejercicio de
su libertad personal (Casarino, E. y Leonetti, M., 1992)
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posibilita un proceso, más allá del individuo concreto que realiza el cuidado.
Estas funciones primordiales están enfocadas en ir sosteniendo, conteniendo
y amparando a lo largo del desarrollo.

Para el desarrollo psíquico y emocional de un sujeto es de fundamental

importancia el Ambiente facilitador, siendo aquel capaz de adaptarse a las
necesidades cambiantes del niño que crece y tiene como función principal:

• Sostén (holding): Permite el pasaje de un estado de no integración a la

integración.
• Manipulación: Incluye la importante función del contacto corporal con
el niño como manifestación de afecto.
• Presentación de objeto: La madre se presenta al niño como alguien
diferente de él.

¿Qué sucede cuando las familias no pueden cumplir con estas funciones?

Pichón Riviere considera que la persona es la resultante de la interacción entre

individuos, grupos y clases, es decir que la persona no sólo es un ser en relación
con otros, sino que, a su vez, es producto de estas relaciones. Es así que la
enfermedad opera como denuncia de una conflictiva familiar y social, siendo
el “enfermo” el paciente identificado y el portavoz de aquellos aspectos
patológicos de la familia.

Vamos a tomar el siguiente párrafo del autor Kohut6 quien en 1978 plantea que
“son diversos los casos donde por su estructura psíquica, la madre (o quien
cumpla esa función, agregamos nosotros); no puede responder
empáticamente a los deseos y necesidades del niño, con lo cual, se producen
fallas en la función de sostén, de manipulación y de presentación de objeto.
Debido a esto, el Yo del niño se conforma desvitalizado, depresivo, con
importantes sentimientos de vacío, amenaza de fragmentación y
desintegración”.

Las relaciones materno-filiales patológicas muestran que la madre toma al hijo

como auxiliar o ideal, pero no como un objeto de amor diferenciado con
necesidades, tiempos y ritmos propios. De esta manera, los hijos funcionan
como compensadores del equilibrio afectivo de los padres y no son respetados
por su singularidad.

A partir de lo anteriormente dicho, entendemos que el consumo de una

sustancia por parte de algún/os miembros de las familias, evidencia también
dificultades en la estructuración y dinámica familiar a partir de la cual el
establecimiento de los vínculos no propicia el desarrollo individual y, por lo
tanto, la madurez y la autonomía.

6
Kohut Heinz (1913-1981). Fue un psicoanalista austriaco.
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Es importante destacar que aun cuando exista en el sujeto una

desconexión con sus vínculos primarios producto de la
La familia como sistemas
desvitalización y de relaciones de los mismos, subsiste una
el desamparo
representación interna del concepto de familia que lleva a hacer
lazos con otros.
Más adelante veremos cómo intervenir en estos casos.

Finalmente, vamos a introducir la definición de sistema entendido como un

“conjunto ordenado de normas y procedimientos que regulan el
funcionamiento de un grupo. Conjunto de reglas, principios o medidas que
tienen relación entre sí”; para pensar en las familias como un sistema que
establece relaciones de influencia entre sí.

Destacamos la cita del Dr. Marco Berstein7 quien describe la conflictiva familiar
atravesada por el consumo de la siguiente manera: “Desde un enfoque del
sistema familiar relacional nos encontramos con: una mala alianza marital. Una
simbiosis entre la madre y el hijo. Coaliciones entre las generaciones. Un
progenitor sobreinvolucrado y un progenitor periférico. Falta de fronteras
entre los subsistemas paterno y filial. No se respetan las jerarquías. Hay
constantes dobles mensajes contradictorios. Aparecen deseos de muerte
hacia el hijo adicto. Hay momentos de crisis en los pasajes de una etapa a otra
en el ciclo vital de la familia (…)”

7 Berstein, M. (2013). Desarrollos en terapia familiar adicciones Vol.2.