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Pan germinado

A diferencia de los panes comunes hechos con harina de trigo, maíz, espelta u otras harinas, los panes germinados
contienen la parte más valiosa del cereal en sí: el grano o semilla del propio cereal germinado.

No contienen levadura, huevos ni productos lácteos añadidos, son panes muy digestivos y con un alto valor
nutricional ya que contienen vitaminas del grupo B que nos ayudan a estabilizar el sistema nervioso, vitamina E, que
es uno de los mejores antioxidantes, proteínas vegetales, enzimas y una gran cantidad de fibra, ideal en casos de
estreñimiento.

En el proceso de germinación se utiliza agua pura filtrada y la mejor selección de los granos de cereal, condiciones
indispensables para obtener un pan de textura única y con un punto de dulzura. El grano una vez germinado se
transforma aumentando significativamente la cantidad de minerales que contenía el grano entero.

Se recomienda a personas diabéticas puesto que en el proceso de germinación desaparecen la mayoría de almidones
(azúcares complejos); a personas que hacen deporte puesto que aportan fuerza y energía, en estados de
desmineralización, anemia, astenia física, embarazo, lactancia y, en general, a todo el mundo quien quiera obtener
todos sus beneficios.

¿Qué necesitamos para hacer este pan? (ingredientes )

 Aunque tradicionalmente se ha hecho a base de trigo germinado también podemos hacerlo con
espelta o centeno germinado.
 Podemos, si así lo deseamos, añadir a nuestro pan semillas de girasol o sésamo, frutos secos, sal
marina e incluso alguna especie como hinojo, ajo, anís, té verde, etc. Al añadir estos
ingredientes estamos consiguiendo que el pan esenio tenga más nutrientes.

Cómo hacer pan esenio o pan germinado (preparación )


Primero necesitamos germinar el cereal: trigo, espelta o centeno, estos son los pasos a seguir:

 Dejaremos en remojo, cubierto de agua templada y durante toda la noche, un vaso de trigo en
grano.
 Por la mañana lo escurrimos y lo ponemos dentro de un recipiente, sin agua, cubierto con una
malla o gasa.
 Una vez al día lo lavamos con agua templada y lo dejamos escurrir (invertimos el recipiente que
al tener la gasita impide que caigan los granos) al suelo.
 Al cabo de dos o tres días el germinado ya tiene unos tres milímetros (misma medida que el
propio grano) Ya está listo para nuestra receta.
 Recordemos que para germinar el grano este no quiere ni mucha humedad (se pudre), ni
sequedad (no germina) ni frío (lo ideal es cubrir el recipiente con un paño grueso)

Ahora pasamos a elaborar el pan germinado:

 Tras obtener el germinado podemos añadir los otros ingredientes optativos (semillas, hierbas,
frutos secos, etc.)
 Molemos todos los ingredientes juntos y ya tenemos una especie de masa (lo ideal es lavar el
molino al momento ya que luego cuesta mucho de limpiar esa masa pegajosa).
 Aunque antiguamente este tipo de pan no se cocía (se dejaba secar al sol) hoy si lo hacemos por
lo que una vez obtenida la masa le damos forma y lo ponemos al horno.
 Es conveniente que la temperatura no sea superior a 70º a fin de que el pan esenio no pierda los
nutrientes de la germinación y al tiempo evitamos que nos quede un pan demasiado duro y seco
por fuera pero poco hecho por dentro.
 El tiempo de cocción depende del grosor del pan esenio o pan germinado y de la humedad de la
masa pero en general lo ideal sería que fueran varias horas. Hay personas que lo hornean incluso
hasta 7 u 8 horas muy lentamente. Todo es cuestión de ir haciendo pruebas en casa nuestra.

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