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CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS “UNIMINUTO”

ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL

RESOLUCION DE CONFLICTOS – NRC 5953

ACTIVIDAD SEMANA No 3

PRESENTADO POR:
CAMILA ANDREA SANCHEZ ID: 571587

TUTOR:

HERSAYN GONZALEZ CERQUERA

NEIVA - HUILA

AGOSTO - 2019
CONFLICTO

ARTICULO DEL ESPECTADOR

“MÁS SEGUROS, SIN CONFLICTO ARMADO” JORGE RESTREPO

Los principales dividendos de terminar el conflicto se verán limitados por la carencia de


una reforma institucional que aumente esas capacidades.

24 May 2016 - 2:49 PM


Para 2020 Colombia ya se habrá deshecho del conflicto armado interno, ese que hasta hace
10 años no existía oficialmente. Será un país más seguro, pero aún inseguro. Los intereses
corporativos en la justicia impedirán reformas dirigidas a aumentar la efectividad del
aparato judicial y de la política criminal.

Así, los principales dividendos de terminar el conflicto se verán limitados por la carencia de
una reforma institucional que aumente esas capacidades.

Si bien es previsible que el crimen organizado logre reconfigurarse y expandirse, es


también probable que sea menos violento. En Colombia ese crimen organizado ha
evolucionado en un proceso de “civilización”: aprendiendo del pasado en el que
organizaciones criminales cometieron el error de crecer demasiado, de politizar su
enriquecimiento ilícito y hasta de atacar al Estado.

La lenta reforma de la política de lucha contra el consumo y el tráfico de narcóticos, hacia


la descriminalización de la producción para el autoconsumo y la reducción del
encarcelamiento de consumidores, significará que parte de las rentas producto de la
prohibición se reducirán.

No sólo el conflicto armado será pues asunto del pasado, sino que la violencia del
narcotráfico comenzará a serlo para 2020. Es probable que para entonces la tasa de
homicidios en el país esté más cerca de diez por cien mil habitantes que de veinte por cien
mil habitantes.

¿Dónde estarán entonces las amenazas a la seguridad?


Primero, en el crecimiento de la corrupción organizada. Las organizaciones criminales que
fijan su objetivo en la captura de rentas del Estado: aduanas, impuestos, grandes
presupuestos de compra, salud pública y educación seguirán siendo fuente de inseguridad y
daño. Pero con menos violencia.

Muchos ven la negociación con las Farc como la semilla de la inseguridad durante la
próxima década. Se oponen a la negociación por los supuestos peligros que trae, porque
repetiríamos una supuesta tragedia centroamericana en Colombia. A eso no hay que
temerle, pues marchitará. No se desmontarán instituciones de policía y las fuerzas militares
como resultado de la negociación, como allá y como en Irak, por ejemplo.

Sí hay que temerle es a la oferta de servicios violentos de resolución de conflictos que


puedan hacer grupos de autodefensa: el riesgo de paramilitarismo sigue latente.

No descarto que en aquellas regiones donde hay conflictos serios por la tierra y sus rentas,
y demanda de protección armada, por carencia de seguridad pública, pueda crecer el
neoparamilitarismo.

Es probable que muchos líderes sociales y políticos morirán como resultado de la violencia
política asociada. Sin embargo, no creo que esto nos lleve a reanudar el conflicto. Habrá
que ver si la oferta de justicia logra conjurar ese enorme riesgo. Dudo que el aparato
judicial colombiano lo logre con sus actuales dirigentes y estructura.

Es probable también que persistan los problemas de inseguridad ciudadana, principalmente


aquellos relacionados con el hurto callejero, la apropiación del espacio público y la
extorsión continuada.

El cobro rutinario de servicios de protección será la principal fuente de rentas del crimen
organizado, y se convertirá en un obstáculo serio al desarrollo, afectando más a las clases
populares y a los pobres. Si bien la extorsión continuada no generará un aumento del
homicidio, sí traerá un daño enorme para los pobres: esta trampa de pobreza, la de la
inseguridad, seguirá impidiendo el desarrollo de quienes más lo necesitan.
BREVE REFLEXION DEL ARTÍCULO

He aquí en pocas palabras que no hay nada que justifique el conflicto armado interno, ese
que hasta hace 10 años no existía oficialmente. Será un país más seguro, pero aún inseguro.
Los intereses corporativos en la justicia impedirán reformas dirigidas a aumentar la
efectividad del aparato judicial y de la política criminal.

Dado que muchos ven la negociación con las Farc como la semilla de la inseguridad
durante la próxima década. Se oponen a la negociación por los supuestos peligros que trae,
porque repetiríamos una supuesta tragedia centroamericana en Colombia. A eso no hay que
temerle, pues marchitará.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO MÁS SEGUROS, SIN CONFLICTO ARMADO

La Tipología del artículo del conflicto “más seguro, sin conflicto armado” es un conflicto
estructural. Actualmente Colombia se encuentra una situación que presenta una revisión
bibliográfica de las causas del conflicto armado colombiano. Su objetivo principal es
entender por qué ha ocurrido una reducción desigual en los niveles de conflicto violento a
través de las regiones del país, para el período 2020. Analiza las causas económicas,
institucionales y sociales, así como los debates teóricos vigentes y la lenta reforma de la
política de lucha contra el consumo y el tráfico de narcóticos, hacia la descriminalización
de la producción para el autoconsumo y la reducción del encarcelamiento de consumidores,
significará que parte de las rentas producto de la prohibición se reducirán Es probable que
muchos líderes sociales y políticos morirán como resultado de la violencia política
asociada. Sin embargo, no creo que esto nos lleve a reanudar el conflicto. Habrá que ver si
la oferta de justicia logra conjurar ese enorme riesgo. Dudo que el aparato judicial
colombiano lo logre con sus actuales dirigentes y estructura donde también es probable
que persistan los problemas de inseguridad ciudadana, principalmente aquellos
relacionados con el hurto callejero, la apropiación del espacio público y la extorsión
continuada, el cobro rutinario de servicios de protección será la principal fuente de rentas
del crimen organizado, y se convertirá en un obstáculo serio al desarrollo, afectando más a
las clases populares y a los pobres. Si bien la extorsión continuada no generará un aumento
del homicidio, sí traerá un daño enorme para los pobres: esta trampa de pobreza, la de la
inseguridad, seguirá impidiendo el desarrollo de quienes más lo necesitan. Se concluye que
es precisamente la múltiple causalidad del fenómeno colombiano lo que lo hace tan
complejo, razón por la cual los estudios encaminados a analizar la variación en el conflicto
violento deben incorporar todas las variables causales y perpetuadoras del mismo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

https://www.elespectador.com/colombia2020/opinion/mas-seguros-sin-conflicto-armado-jorge-
restrepo-articulo-854414

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