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LOS PARLAMENTARIOS DE AYER, HOY Y MAÑANA

En 1990, una nueva política de estado fue impulsada por el gobierno fujimorista;
desacreditar hasta su desaparición a los partidos llamados tradicionales. Luego del
fracaso del APRA en el gobierno, la percepción de la población hacia estos fue
empeorando. El gobierno de entonces en contra el momento de iniciar toda un show
mediático y periodístico para hacerle creer a la población que los partidos con historia
se oponían a la modernidad del país (por casos de historia esto se está viviendo
nuevamente). Recordemos, que Fujimori logró la victoria en las elecciones generales,
pero no obtuvo mayoría en la cámara de diputados y de senadores, es más, ni siquiera
se ubicó como la segunda fuerza legislativa. FREDEMO, que era la unión del llamado
Movimiento libertad, de quien era parte el escritor Mario Vargas Llosa, el Movimiento
de Bases Hayistas, liderado por un ex aprista histórico Andrés Townsend y por los
partidos históricos el Partido Popular Cristiano(PPC) y Acción Popular (AP), ellos
obtuvieron más representantes en las cámaras. La segunda fuerza legislativa, aunque
parezca raro, fue el APRA, quien obtuvo en las elecciones de primera vuelta cerca del
20% de votación. En tercer lugar, recién se ubicaría el llamado Cambio 90.
El inicio de los otorongos podríamos establecerlo en esta fecha. El fujimorismo llevo a
personas que no tenían preparación alguna al parlamento, solo era necesario su discurso
de independientes. Es más, ni el mismo Fujimori conocía quienes integraban su plancha
legislativa. No obstante, los partidos políticos llamados tradicionales, fueron grandes
culpables de esta crisis, empezaron a dejar de lado la preparación de nuevos cuadros
políticos que eran necesarios para el entendimiento del cambio global que vivió el
mundo y el Perú, he ahí uno de los factores de la crisis de hoy y de los mismos rostros
de siempre. ¿Qué clases de parlamentario teníamos antes de esta década?
Durante la primera mitad del siglo XX el Partido Aprista Peruano dominó la escena
política del Perú, la gran organización, disciplina y fe en este movimiento por parte de
sus integrantes, mantuvieron al partido de la estrella como el dominador de las grandes
masas del Perú. Grandes figuras resaltaban dentro de ello, además del gran Víctor Raúl
Haya de la Torre, el aprismo tenía figuras notables que deslumbraban en sus
intervenciones plenarias en el parlamento, resaltaban la figura del tres veces rector de
la UNMSM Luis Alberto Sánchez, quien fue admirado y respetado por apristas y no
apristas. Este ejemplar ciudadano, es considerado como el mejor parlamentario del siglo
XX según el reconocido periodista Cesar Hildebrandt y el crítico literario Marco Aurelio
Denegri, además el primero indicaba que Sánchez era invencible en esgrimas
semánticas, esto hacía que escucharlo sea un placer. Estaban también Ramiro Prialé un
humilde profesor, diputado y senador que murió pobre y vivió honradamente. Manuel
Seoane, el príncipe de la oratoria, el que para muchos viejos apristas llego a superar al
mismo Haya de la Torre. En mujeres (vaya que fue el APRA quien lucho porque el voto a
la mujer, por su incursión en la política, poniendo a las dos primeras ministras mujeres
de la historia) la gran Ilda Urizar, mujer de verbo y coraje grandilocuente, que a pesar de
estar en su momento en estado de gestación no dejo su labor como parlamentaria (en
el periodo 2006-2011 la señora Keiko Fujimori faltó cerca de 600 días al congreso) y
porque no mencionar al siempre revolucionario Armando Villanueva, el socrático, el que
decía que para vivir en política solo eran necesarias dos cosas: tener buen humor y
mantener la ironía. Grandes parlamentarios tuvo el aprismo, eran políticos de acción e
intelectuales, pero pareciera que ese nivel ha venido disminuyendo.
En el lado de Acción Popular, como no recordar al siempre sarcástico y técnico Manuel
Ulloa, director del diario Expreso quien sufrió la persecución del velasquismo. Tal como
indica el ex diputado de Izquierda unida (IU) el inteligentísimo Enrique Bernales, hay que
rescatar a esta gran figura de la política peruana, un hombre de derecha sí, pero que
sirvió al país siendo leal a sus principios y que enseño a muchos pulpines revoltosos de
ese entonces, que hay que ser tolerante con el que piensa diferente. A Jorge Melgar,
diputado de la región San Martin quien escribió uno de los mejores libros de historia del
partido de Acción Popular llamado “A Belaúnde, lo que es de Belaunde”. A Javier Pérez
de Cuellar, ex secretario general de la ONU y ex canciller de la república y como no
mencionar a Valentín Paniagua, aunque tengo algunas críticas sobre él, fue un gran y
valiente parlamentario que se enfrentó a la mafia Fujimontesinista.
En el lado del PPC, mi respeto al “Tucán”, al ya inmortal Luis Bedoya Reyes, quién pudo
en su momento obtener la presidencia de la asamblea constituyente de 1978, pero en
un gran gesto político (rechazó los votos que lo ofrecieron los líderes de izquierda de ese
entonces, la izquierda se le arrodilló a la supuesta derecha) hizo que la de los 26
constituyentes del PPC votaran por Haya de la Torre; eso es ser político. El generó
grandes debates con otro gran político de ese tiempo el abogado Héctor Cornejo Chávez,
considerado como el político más inteligente en ese entonces. Sin embargo, el apoyo al
régimen de Juan Velasco Alvarado hizo que menguara su popularidad política.
En el lado de la izquierda peruana, tan desunidos los supuestos herederos de
Mariátegui, tuvieron grandes representantes. Están Jorge del Prado quien fue uno de
los que reivindicó la figura mariateguista, líder durante gran parte del siglo XX del Partido
Comunista del Perú pro soviético, un gran señor, dogmático, pero que vivió y murió
defendiendo sus principios. Javier Diez Canseco otro gran parlamentario, muy
inteligente (el expresidente Alan García en su momento señaló que al único con el que
temía debatir era con Diez Canseco) y sarcástico, luchó siempre por sus principios y
contra el fujimontesinismo. Y como no recordar, a quien para mí es el más respetable
líder de izquierda que ha tenido nuestro país, el gran Alfonzo Barrantes. El hombre que
nunca fue dogmático, el que luchó por lo más pobres del país, el conversador y maestro,
el gran frejolito que lamentablemente fue maltratado por la propia izquierda del país.
Luego tal como lo afirmó él y Enrique Bernales, ha venido de todo menos izquierda.
Estos grandes parlamentarios tuvieron nuestro país, leales a sus principios. Indica Cesar
Hildebrandt que ese fue otro país. Quiero contradecir lo dicho por el periodista. La
política de antes era de principios, de respeto a un ideal y se daba porque había
preparación y acción de cuadros políticos. Enseñanza y sacrificio distinguió este tiempo
parlamentario del país.
¿Qué tenemos ahora? Si antes eran solo tres o cuatro partidos políticos (y las tantas
facciones de izquierda) que vivían en la escena política del país. Hoy el Perú cuenta con
más de 20 partidos políticos nacionales (y la cifra va en aumento, como si crear partidos
políticos fuera la solución), pero casi todos han olvidado la preparación de nuevos
cuadros políticos. Antes de morir Haya de la Torre ofreció una entrevista al hoy conocido
Alfredo Barnechea, este último le realizó la siguiente pregunta: ¿cuál cree Don Víctor
Raúl es el mayor problema político en el Perú? El jefe del aprismo sentenció que en el
país no había entendimiento político, porque no había educación política. Los partidos
han olvidado impartirla, es por ello nuestra fragilidad de nuestro sistema político. Desde
el movimiento Cambio 90, a los tantos nombres que utilizó Fujimori para volver a
reelegirse, al partido del corrupto de Toledo, al partido nacionalista de los Humala-
Heredia, ambos promotores del oportunismo, del me cambió porque ya no me sirve este
partido. Aunque a veces se ganan las críticas, los llamados partidos tradicionales
(nombre absurdo que les ponen los supuestos nuevos que intentan introducirse a la vida
política) el PPC, Acción Popular, APRA, son los que nunca llevan parlamentarios y al final
terminan cambiándose de camiseta política. ¿Por qué? Porque hay respeto a la
institución y los sus militantes. Pero el Congreso de la República de hoy no enseña (y
opino a título personal, no llevándome del circo mediático de la prensa que hoy se
encuentra a los pies de Vizcarra), parlamentarios sin noción básica en temas como
agricultura, constitución, Defensa, etc., otros que les interesa solo show y las encuestas,
como Salaverry, Lezcano y tantos izquierdistas. Por otro lado, tenemos a una mayoría
que no supo reivindicar su partido ante el Perú, con 72 congresistas podían haber
llevado a cabo grandes reformas, pero no lo hicieron porque no están comprometidos
con el pueblo peruano. En el caso, del partido más antiguo del Perú, los apristas parecen
haber olvidado a qué partido representan y lo confunden con uno simple. Pero esto no
quiere decir que no haya buenos parlamentarios, la podredumbre y los medios no los
hacen notar.
Sumado a ello, tenemos la figura de un presidente incapaz, que gobierna para los grupos
de poder, uno de ellos los medios de comunicación del Perú, para ser directos al grupo
que controla al 80% de estos. Un mentiroso que utiliza el show político para atribuirse
la figura del luchador contra la corrupción y que juega con la esperanza de los más
pobres ¿dónde están los 1000 colegios, los más de 30 hospitales, la reconstrucción con
cambios del norte que prometió? Vizcarra es de los peores presidentes que ha tenido el
país. No tiene partido, pero lleva a cabo una reforma política con personas que nunca
han militado en uno de ellos. Lo peor, viola constantemente la constitución (que, aunque
nos guste o no es la que nos rige hoy por hoy). Ese el presidente que tenemos.
¿Hay esperanza para el Perú? Hace 100 años en el país una generación juvenil se alzó
contra la política de los notables, de los oligarcas, de los que se creían dueños de este
país (dentro de ellos estaba el grupo El Comercio), como bien los establecen en sus
escritos, no tenían maestros, tenían que forjar sus propios caminos, luchar por
reivindicar los derechos sociales. La situación del Perú de hoy en algunos aspectos es
semejante, no hay maestros a quien admirar, pero hay democracia, con fragilidades,
pero la hay. Tenemos derecho a expresarnos, a no ser perseguidos o encarcelados como
se hace en otros países.
Hay una generación juvenil que se está haciendo escuchar, pero que necesita seguir
preparándose para lograr que este país tenga más justicia social. La democracia se
sustenta en la pluralidad de los partidos políticos, ellos juegan un rol importante, deben
formar, educar, pero no dogmatizar. El dialogo es la mejor herramienta de una
democracia, quien este en contra de ellos, debe ser dado a notar. La generación del
bicentenario debe despertar ya. El Perú nos necesita.

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