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Análisis comparado

Ahora vamos a realizar un análisis comparado de dos documentos que


pertenecen a la categoría de textos de aplicación del derecho público y privado,
concretamente dos contratos de arrendamiento de una vivienda, en inglés
single family lease. Uno de los contratos proviene de Florida,(Estados Unidos)
y el otro es un modelo español, lo que quiere decir que podemos encontrar otro
tipo de contratos de arrendamiento de vivienda, podemos encontrar variantes
según quien lo redacte. Aun así, más o menos tendrán las mismas
características. En este análisis vamos a ver aspectos como el formato de los
contratos, su estructura, fraseología y términos utilizados en ambos, qué
diferencias y semejanzas podemos encontrar… Todo esto nos ayudará a
hacernos una idea global que nos permitiría traducir un contrato de una manera
correcta y eficiente.
En primer lugar, podemos ver que su macroestructura es, en general, casi igual
o muy parecida. Los dos tienen introducción, antecedentes, cláusulas,
fórmulas de conclusión y firmas. En el caso del contrato español también
encontramos que tiene un anexo, donde se especifican cuestiones que no se
habían visto en las cláusulas. Esto también puede ocurrir en el contrato
americano, pero en el ejemplo que disponemos no es así. A pesar de tener una
estructura parecida, podemos observar varias diferencias en cuanto a la forma.
También podemos encontrarnos con contratos más elaborados que otros, no
hay limitación en cuanto al contenido. En nuestro caso, vemos que el lease
americano está organizado de una manera más esquemática que el contrato
español, que está más desarrollado. Ya al inicio del contrato podemos ver una
diferencia en cuanto a la parte de la introducción: el contrato español se inicia
con el lugar y la fecha en el que se celebra el contrato, mediante la fórmula
en… a …. de…… de 201… Esto no aparece así en el contrato americano, que
vemos que pasa directamente a hablar de las partes contratantes. Otra
diferencia es la manera de exponer el plazo por el cual se realiza el
arrendamiento, en el contrato americano aparece en el tercer punto bajo el
nombre de term, y en el contrato español está dentro de las cláusulas. Este
ejemplo nos permite ver como cambia la forma de los contratos. En el
americano en ningún momento encontramos una señal de que empiecen las
cláusulas, y en el contrato español se indica claramente con esta palabra.
Como semejanza vemos que en la parte de los contratantes se pide los
mismos datos: email, teléfono y dirección. En el contrato americano
encontramos que todo está numerado, lo que hace un poco difícil separar las
partes que forman el contrato, porque va todo seguido. En cambio, en el
contrato español está separado de una manera muy clara, usando las palabras
intervienen, exponen etc. En el contrato español, se empieza a enumerar
cuando se empiezan a exponer las cláusulas. El tema de la numeración es
también distinta, en el lease está numerado de esta manera: 1,2,3… y en el
contrato no está enumerado así, sino por primera, segunda, tercera…
En definitiva, podemos concluir que aunque la macroestructura es
prácticamente la misma, el formato no lo es, y cada contrato adopta una forma
distinta, es decir, se desarrolla por desigual. Vemos que cada contrato expone
unas cláusulas distintas, pero esto es normal ya que los contratos, y en
especial sus cláusulas tienen un comportamiento más libre, se pueden poner
las que las dos partes acuerden. De este modo y hablando de las cláusulas,
podemos ver una particularidad en el lease americano que no aparece ni en
este contrato español ni en general en ninguno, es una fórmula más bien propia
de allí. Nos referimos a los cuadraditos (box) que aparecen en blanco para que
las partes las marquen según su conveniencia. Es como mínimo, curioso.
Siguiendo con la forma, vemos que el uso de la mayúscula y la minúscula es
muy parecido, en ninguno de los dos contratos se le da un uso distinto al otro.
Respecto a la fraseología y términos que nos encontramos, vemos que los dos
contratos usan fraseología parecida y que podemos encontrar términos
equivalentes o muy parecidos. En los contratos de alquiler a veces podemos
encontrarnos con términos arcaicos, sobretodo en los contratos ingleses. En
nuestro caso, podemos observar que ninguno de los dos contratos los use.

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