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Capítulo III
ELEMENTOS DE DISEÑO
DISTANCIA DE VISIBILIDAD
Consideraciones Generales
Por otro lado, la trayectoria y velocidad de los vehículos motor sobre las carrete-
ras y calles están sujetas al control de los conductores cuya pericia, entrenamien-
to, y experiencia son muy variadas.
Por seguridad en las carreteras, el proyectista debe proveer distancia de visibili-
dad de suficiente longitud para que los conductores puedan controlar la operación
de sus vehículos y evitar golpear contra un objeto inesperado sobre la calzada.
(1) las distancias requeridas para detención, aplicable a todas las carreteras;
(2) las distancias requeridas para el adelantamiento de vehículos superados;
(3) las distancias necesarias para tomar decisiones en lugares complejos; y
(4) los criterios para medir estas distancias para usarlas en el diseño.
El diseño del alineamiento y perfil -para proveer estas distancias y cumplir con es-
tos criterios- se describen después en este capítulo.
Las condiciones especiales relativas a las distancias de visibilidad en las intersec-
ciones se tratan en el Capítulo IX.
III.2 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Este intervalo incluye el tiempo requerido para decidir que es necesaria una de-
tención.
El valor del tiempo-de-reacción medio para estos conductores fue de 0.66 seg con
un porcentaje de 10 que requirieron 1.5 seg o más.
Estos hallazgos se correlacionan con los de estudios anteriores, en los cuales se
usaron también conductores alertados.
Otro estudio (2) da 0.64 seg como valor promedio: 5 por ciento de los conductores
requirieron más de 1 seg.
En un tercer estudio (3) los valores de los tiempos de reacción variaron desde 0.4
seg hasta 1.7 seg.
En el estudio (1) de Johansson y Rumar, cuando la señal fue inesperada, se
encontró que las respuestas de los conductores aumentaban aproximadamente 1
seg o más; algunos tiempos de reacción fueron 1.5 seg o más.
Esto incrementa el sustento de anteriores pruebas de laboratorio y campo, en las
que se concluyó que el conductor requería de 0.2 a 0.3 seg si estaba alertado, y
1.5 seg bajo condiciones normales.
• Así, los tiempos de reacción mínimos podrían ser por lo menos de 1.64
seg; 0.64 seg para los conductores alertados más 1 seg para la señal inesperada.
Debido a que en los estudios se usaron simples señales predispuestas, ellos
representan las condiciones menos complejas.
Aun bajo estas simples condiciones, se encontró que algunos operadores pueden
tardar más de 3.5 seg para responder.
Dado que las condiciones reales en la carretera son generalmente más complejas
que las de los estudios, y dado que hay una amplia diversidad en el tiempo de
reacción requerido, es evidente que el valor adoptado debería ser mayor que 1.64
seg.
En la determinación de la distancia de visibilidad para el diseño, el tiempo de reac-
ción debería ser mayor que el promedio de todos los conductores bajo condicio-
nes normales.
Distancia de Frenado
V²
d = ────
254f
donde:
d =distancia frenado, m;
V =velocidad inicial, km/h;
f =coeficiente de fricción entre neumáticos y calzadas.
• La Figura III-1A ilustra los coeficientes de fricción hallados por diferentes in-
vestigadores.
Los valores deberían abarcar casi todos los tipos significativos de pavimentos, y
probables condiciones de campo.
La Figura III-1B resume los resultados de una serie de 600 mediciones hechas en
Alemania sobre pavimentos modernos (6).
Sin embargo, la Figura III-1B indica que hay una amplia variación entre los coefi-
cientes de fricción para varios pavimentos, lo cual refleja el efecto que la textura
de la superficie tiene en la distancia de visibilidad de detención, y, por lo tanto, la
importancia de este factor.
Valores de Diseño
V²
d = 0.278tV + ────
254f
donde:
Para asegurar que los nuevos pavimentos tendrán inicialmente y retendrán los
coeficientes de fricción comparables a los dados en la tabla, los diseños deberían
cumplir los criterios establecidos en las AASHTO Guidelines for Skid Resistant
Pavement Design (7).
Aunque los datos de investigaciones puede demostrar que los pavimentos
propuestos tendrán inicialmente, y retendrán, coeficientes de fricción mayores que
los datos en la Tabla III-1, este hallazgo no debería justificar el uso de valores de
distancia de visibilidad de detención menores que los máximos contenidos en esta
tabla.
Las variaciones en los resultados (particularmente debido a los métodos de
determinación de los coeficientes de fricciones) impiden tales comparaciones
directas.
De mantenerse parte de los pavimentos existentes -como podría considerarse en
el caso de proyectos de rehabilitación- deberían hacerse pruebas de deslizamien-
to.
Aunque no pueden compararse directamente, la necesidad por aumentar las
longitudes de la distancia de visibilidad de detención debería considerarse cuando
las prueban den coeficientes de fricción significativamente por debajo de los de la
Tabla III-1.
• La Tabla III-1 incluye datos para las velocidades directrices más altas para
condiciones húmedas donde no se dispone de ninguna prueba disponible.
Los valores arriba de 100 km/h se extrapolaron desde las curvas para las
velocidades más bajas de la Figura III-1A
Por regla general, la distancia de visibilidad disponible sobre las bajadas es más
larga que sobre las subidas.
Esto puede explicar por qué las oficinas de diseño no corrigen la distancia de vi-
sibilidad debido a la pendiente.
Las excepciones son los caminos y calles de un sentido, y las carreteras divididas
con rasantes de diseño independientes para las dos calzadas, por lo cual las
correcciones separadas por pendiente están en orden, y el refinamiento en el
diseño está en el mantenimiento de los estándares generales usados.
Como un todo -especialmente las unidades más grandes y pesadas- los camiones
requieren distancias de detención más largas desde una dada velocidad que los
vehículos de pasajeros.
Sin embargo, hay un factor que tiende a equilibrar las adicionales longitudes de
frenado para camiones para dadas velocidades, con respecto a las de los
vehículos de pasajeros.
• Hay una situación que debería tratarse con precaución, en la cual todo
esfuerzo debería hacerse para proveer distancias de visibilidad de detención
mayores que el mínimo valor de diseño.
Cuando las restricciones visuales horizontales ocurren en pendientes de bajada,
particularmente en los extremos de largas bajadas, la mayor altura del ojo del
camionero es de poco valor, aun cuando la obstrucción visual horizontal sea un
talud de corte, y aun cuando (sobre largas bajadas) las velocidades del camión
pueden aproximarse estrechamente a las de los vehículos de pasajeros.
Aunque el camionero medio tiende a ser más experimentado que los de los
vehículos de pasajeros y más rápidos para reconocer los peligros, es mejor ante
tales condiciones proveer una distancia visual que cumpla o supere los valores de
la Tabla III-1.
Sin embargo, a menudo estas distancias son inadecuadas cuando los conducto-
res deben tomar complejas o instantáneas decisiones, cuando la información es
difícil de percibir, o cuando se requieren inesperadas o inusuales maniobras.
La limitación de las distancias de visibilidad a las provistas para detención pueden
también impedirle a los conductores ejecutar maniobras evasivas, las cuales a
menudo son menos peligrosas y por lo demás preferibles a la detención.
Aun con un apropiado complemento de dispositivos de control de tránsito
estándares de acuerdo con el MUCTD (8), las distancias de visibilidad de deten-
ción pueden no dar suficientes distancias de visibilidad a los conductores para
corroborar alertas de prevención y para realizar las maniobras necesarias.
Es evidente que hay muchos lugares donde sería prudente dar distancias de
visibilidad más largas.
En tales circunstancias, la distancia de visibilidad de decisión provee la mayor lon-
gitud que los conductores necesitan.
Muchos adelantamientos son realizados sin que el conductor vea adelante una
sección de seguro adelantamiento, pero el diseño basado en tales maniobras no
tiene el deseado factor de seguridad.
Dado que muchos conductores cautelosos no intentarían adelantarse bajo tales
condiciones, el diseño sobre esta base reduciría la utilidad de la carretera.
Una alternativa para proveer distancia de visibilidad de adelantamiento se
encontrará después en este capítulo en la sección Secciones de Carriles de Ade-
lantamiento en Caminos de Dos-Carriles.
Muchos conductores aceleran a una tasa realmente alta hasta justo más allá del
vehículo a rebasar y luego completan la maniobra, ya sea sin mayor aceleración o
a reducida velocidad.
Por simplicidad, las maniobras extraordinarias se ignoran y las distancias de ade-
lantamiento se desarrollan usando velocidades y tiempos observados que se
ajustan a las prácticas de un alto porcentaje de conductores.
• Entre los años 1938 y 1941, Prisk (12) realizó extensivas observaciones de
campo sobre el comportamiento de los conductores durante las maniobras de
adelantamiento.
d2 = 0.278vt2
donde:
t2 = tiempo en que el vehículo que pasa ocupa el carril izquierdo, seg; y
v = velocidad media del vehículo que se adelanta, km/h.
Longitud despejada (d3). Las longitudes despejadas entre los vehículos de sentido
opuesto y los que se adelantan -al final de las maniobras halladas en el estudio de
adelantamiento- variaron desde 30 hasta 90 metros.
III.18 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Valores de Diseño
La curva total de la Figura III-2 está determinada por la suma de los elementos
nombrados.
Las velocidades supuestas para los vehículos que se adelantan de la Tabla III-5
representan la probabilidad de velocidades de adelantamiento en carreteras de
dos carriles.
La Tabla 8.1 del HMC 1985 (13) muestra, por ejemplo, que para una velocidad de
operación media de 90 km/h sobre terreno llano el caudal se reduce desde
aproximadamente 760 vehículos de pasajeros por hora, donde no hay restriccio-
nes visuales, hasta unos 530, donde sólo se dispone distancia de visibilidad de
adelantamiento en el 40 por ciento de la carretera.
Este valor se basa en estudios (14, 15, 16, 17) que muestran que las alturas me-
dias de los vehículos disminuyeron desde 1960 hasta 1.30 m, con una correspon-
diente disminución en las alturas medias del ojo hasta 1.07 m.
Las alturas medias de los vehículos disminuyeron 6.6 cm en este período, lo cual
se correlaciona bien con la reducción de 5.3 cm en la altura media del ojo.
En el mismo período, la altura mínima del ojo disminuyó 6.4 cm, hasta 1.00 m.
Debido a este significativo cambio en las alturas mínimas del ojo, la altura-de-ojo
de diseño se ha reducido desde 1.14 m hasta 1.07 m.
Este cambio en la altura del ojo tiene el efecto de alargar las curvas verticales
convexas mínimas en aproximadamente 5 por ciento, proveyendo por eso
alrededor de 2.5 por ciento más de distancia de visibilidad.
Para camiones grandes la altura del ojo del conductor varía desde 1.8 m hasta 2.4
m, siendo la más común 2.4 m.
Para camiones se supone una altura del ojo de 2.4.
La base para esta selección fue en gran parte una arbitraria racionalización de los
posibles tamaños de objetos peligrosos, y de la capacidad del conductor para
percibir y reaccionar ante una situación peligrosa.
Si sólo los otros vehículos fueran el único peligro probable de ser encontrado, la
altura de las luces traseras, 0.46 a 0.6 m, sería una altura de objeto suficiente.
Sin embargo, tal altura impediría que un conductor viese pequeños animales,
rocas, u otros escombros que probablemente pueden encontrarse en la platafor-
ma.
Se considera que un objeto de 15 cm de altura es representativo del objeto más
bajo que pueda crear una condición peligrosa, y que pueda ser percibido como un
peligro por un conductor, con tiempo suficiente para detenerse antes de alcanzar-
lo.
El uso de las alturas de objetos menores de 15 cm para los cálculos de la
distancia de visibilidad de detención resulta en curvas verticales convexas
considerablemente más largas.
Por ejemplo, si la superficie de la plataforma se usa como el objeto visto (altura
nula), las curvas verticales convexas tendrían que ser 85 por ciento más largas
que cuando se usa una altura de objeto de 15 cm.
Dado que los vehículos son los objetos que más deben verse durante el adelanta-
miento y la altura media de la carrocería de los vehículos de pasajeros se ha
reducido a su actual altura de 1.30 m sobre el pavimento, se usará esta altura
para los cálculos.
III.24 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Obstrucciones Visuales
El diseño del alineamiento horizontal y del perfil vertical usando la distancia visual
y otros criterios se trata más adelante en este capítulo, particularmente el diseño
detallado de las curvas horizontal y vertical.
Gráficos similares a los de las Figuras III-24A y III-24B son útiles para determinar
el radio de la curva horizontal, o el correspondiente desplazamiento-lateral nece-
sario para proveer la requerida distancia visual.
La visibilidad horizontal se mide con un borde recto, como se indica arriba a la iz-
quierda de la Figura III-3.
III.26 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Donde haya cambios de pendiente coincidentes con las curvas horizontales que
tienen limitaciones visuales por taludes de corte en el interior de la curva, la línea-
de-visión intercepta el talud en un nivel ya sea más bajo o más alto que la
supuesta altura media.
En la medición de tales distancias el error en el uso de la altura supuesta de 0.6 o
1.1 m puede usualmente ignorarse.
Las distancias de visibilidad menores que 500 m pueden ser medidas a escala
hasta los 10 m más próximos y las más grandes que 500 m hasta el más próximo
50 m.
ALINEAMIENTO HORIZONTAL
Consideraciones Teóricas
Para un diseño vial equilibrado, todos los elementos deberían -tanto como sea
económicamente posible- determinarse para proveer seguridad y operación
continua a una velocidad posible bajo las condiciones generales para esa
carretera o calle.
En su mayor parte, esto se hace por medio del uso de la velocidad directriz como
un control total.
III.28 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Aunque estas relaciones surgen de las leyes de la mecánica, los valores reales
para usar en el diseño dependen de límites prácticos y factores determinados más
o menos empíricamente sobre el rango de variables involucradas.
Estos límites y factores se explican debajo, con la determinación de los controles
lógicos para el diseño de las
curvas de la carretera.
e+f v² 0.0079V² V²
──── = ──── = ──────── = ────
1-ef gR R 127R
donde:
Consideraciones Generales
Peralte
En las zonas sujetas a hielo y nieve, la tasa de peralte no puede ser mayor que
aquella sobre la cual los vehículos detenidos o que viajan lentamente puedan
deslizarse hacia abajo de la sección transversal, cuando el pavimento esté
congelado.
Cuando se viaja lentamente por una curva con alto peralte, se desarrollan fuerzas
negativas y el vehículo es mantenido en la trayectoria adecuada sólo cuando el
conductor dirige el volante hacia arriba de la pendiente o contra la dirección de la
curva horizontal.
Con amplia variación en las velocidades de los vehículos sobre las curvas,
usualmente hay una fuerza desequilibrada si la curva está peraltada o no.
Esta fuerza resulta en un tirón lateral del neumático, el cual es contrabalanceado
por la fricción entre los neumáticos y la superficie.
La contrafuerza de fricción se desarrolla mediante la distorsión del contacto de la
zona de pisada de contacto del neumático.
V²
f = ────── - e
127R
Dado que las curvas viales se diseñan para evitar las condiciones de desli-
zamiento con un margen de seguridad, los valores de f deberían ser sus-
tancialmente menores que el coeficiente de fricción de inminente deslizamiento.
En todos los casos los estudios muestran una disminución en los valores de la
fricción para un crecimiento de la velocidad (18, 19, 20).
La parte del factor de fricción lateral que pueda usarse con confort y seguridad por
la vasta mayoría de los conductores debería ser el máximo valor permisible para
el diseño.
A más bajas velocidades de marcha no uniformes, las cuales son típicas en las
zonasurbanas, los conductores son más tolerantes a la incomodidad , permitiendo
así el empleo de una cantidad mayor de fricción lateral para usar en el diseño de
las curvas horizontales.
El indicador del banco-de-bola ha sido usado ampliamente por los grupos de in-
vestigación, reparticiones locales, y departamentos viales como una medida
uniforme para el punto de incomodidad para establecer las velocidades seguras
en curvas.
La bola está libre de rodar excepto por el efecto de amortiguación del líquido en el
tubo.
Debe hacerse una corrección para esa parte de la fuerza tomada en el pequeño
ángulo de rodadura del cuerpo.
La fuerza lateral indicada percibida por los ocupantes del vehículo está así en el
orden de F≈tan(α-ρ).
III.32 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
• La Figura III-5 resume los hallazgos de las pruebas citadas con relación a
los factores de fricción lateral recomendados para el diseño de las curvas. Aunque
se nota alguna variación, todos están de acuerdo en que el factor de fricción
debería ser menor para altas velocidades de diseño que para bajas.
Refiérase a las secciones siguientes en este capítulo (Diseño de Todos las
Carreteras Rurales y Calles Urbanas de Alta Velocidad y Diseño de Calles
Urbanas de Baja Velocidad) por los valores recomendados de f.
En la Figura III-6 se
comparan los factores
de fricción supuestos
para los tres tipos
diferentes de obras
viales, para los cuales
aquí se suponen
factores de fricción
diferentes:
(1) todas las carrete-
ras rurales y calles
urbanas de alta
velocidad,
(2) calles urbanas de
baja velocidad, y
(3) plataformas de
giro.
Para una velocidad directriz dada, hay cinco métodos para contrarrestar la fuerza
centrífuga sobre las curvas mediante el uso de e o f, o ambos. A continuación
siguen estos métodos, y las relaciones resultantes se ilustran en la Figura III-7:
Este método podría parecer un medio ideal de distribuir el factor de fricción lateral,
pero su éxito depende del viaje a velocidad constante de cada vehículo en la co-
rriente de tránsito, sin tener en cuenta si el viaje es en recta, en una curva de
grado de curvatura intermedio, o en una curva con la curvatura máxima para esa
velocidad directriz.
Esta tendencia apunta hacia la deseabilidad de proveer tasas de peralte para las
curvas intermedias algo en exceso de las que resultan del uso del método 1.
Por lo tanto, no se necesita ningún peralte en las curvas suaves que requieren
menos fricción lateral que la máxima permisible para los vehículos que viajan a la
velocidad directriz. (Ver la curva 2 en la Figura III-7A.)
Cuando se necesita peralte, éste aumenta rápidamente mientras las curvas -con
la máxima fricción lateral permisible- crecen en curvatura.
Dado que este método es completamente dependiente de la fricción lateral
disponible, su uso generalmente está limitado a lugares donde la velocidad de
viaje no es uniforme, tal como en las calles urbanas.
Elementos de Diseño III.37
Además, como lo muestra la curva 3 de la Figura III-7C, para los vehículos que
viajan a la velocidad de marcha media, este método de peraltar resulta en fricción
negativa para las curvas desde muy abiertas hasta alrededor del medio del rango,
arriba de cuya curvatura la fricción lateral crece rápidamente hasta el máximo,
para el máximo grado de curvatura.
Esta velocidad de marcha media fue una aproximación que, como se presenta en
la Tabla III-12, varía desde 83 a 100 por ciento de la velocidad directriz.
Este método tiene las mismas desventajas que el método 3, pero se aplica a un
grado de curvatura menor.
Por otro lado, también es deseable favorecer el método 1, el cual evita una parte
sustancial del rango de curvas con máximo peralte.
III.38 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
El uso del método 5, una línea curva (la curva 5, como se muestra dentro del
rango triangular de trabajo entre las curvas 1 y 4 de la Figura III-7A) representa
una distribución del peralte y de la
fricción lateral que satisface razonablemente ambos aspectos.
La curva 5, de forma parabólica, representa una distribución práctica sobre el ran-
go de curvatura.
Consideraciones de Diseño
Las máximas tasas de peralte utilizables en las carreteras están controladas por
varios factores: condiciones climáticas, es decir, frecuencia y cantidad de nieve y
hielo; condiciones del terreno, es decir, plano o montañoso; tipo de zona, es decir,
rural o urbana; y frecuencia de vehículos de movimiento muy lento que pudieran
estar sujetos a inciertas operaciones.
Aunque tasas de peralte más altas ofrecen una ventaja al grupo de conductores
que viajan a velocidades altas, la práctica corriente demuestra que tasas de 0.12
y superiores están más allá de los límites prácticos para caminos abiertos.
Elementos de Diseño III.39
Así, una tasa de peralte de 0.10 parece representar un valor máximo práctico
donde la nieve y el hielo no existen.
Puede usarse una tasa de peralte de 0.12 en caminos de bajo volumen recubier-
tos de grava para facilitar el drenaje superficial.
Una serie de pruebas (18) dan valores del coeficiente de fricción variables desde
0.05 hasta 0.20, dependiendo de la condición del hielo, es decir, húmedo, seco,
limpio, suave, o rugoso.
Similares valores bajos pueden prevalecer con finas capas de barro sobre la
superficie del pavimento, con aceite o sectores sueltos, y con altas velocidades y
una profundidad de agua sobre la superficie del pavimento suficiente para permitir
el hidroplaneo.
En estas zonas es difícil alabear para el drenaje los pavimentos que se cruzan sin
peralte negativo para algunos de los movimientos de giro.
III.40 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
El radio mínimo es un valor limitador de la curvatura para una dada velocidad di-
rectriz y está determinado por la máxima tasa de peralte y el máximo factor de
fricción lateral permisible.
El uso de la mayor curvatura para esa velocidad directriz requiere un peralte más
allá del límite considerado práctico o una operación con fricción de las cubiertas
más allá del límite seguro, o ambos.
Así, el radio mínimo de curvatura es un valor significativo en el diseño del alinea-
miento.
El radio mínimo de curvatura es también un valor de control necesario e importan-
te para determinar las tasas de peralte para curvas más suaves.
728148 (emáx+fmáx)
G°máx = ─────────────────
V²
En todos los caminos rurales, en las autopistas urbanas, y en las calles urbanas
donde la velocidad es relativamente alta y uniforme, generalmente las curvas
horizontales se peraltan, y las curvas sucesivas son generalmente balanceadas
para proveer una transición de suave manejo de una curva a la siguiente.
• La Figura III-8 muestra, con una línea llena sobrepuesta sobre las curvas
de análisis de la Figura III-5, los valores recomendados del factor de fricción
lateral para todas las carreteras rurales, y las calles urbanas de alta-velocidad.
Figura III-8. Factores de fricción lateral para carreteras rurales y calles urbanas de
alta velocidad
III.42 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Las tasas más bajas en las velocidades bajas dan un mayor margen de seguridad
para compensar la tendencia de muchos motoristas a sobreconducir en las
carreteras de baja velocidad directriz.
Tabla III-6. Radios mínimos (curvatura máxima) para el diseño de todas las
carreteras rurales y las calles urbanas de alta velocidad usando valores límites de
e y f.
III.44 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Los factores de fricción lateral mostrados por la línea llena de la Figura III-8 re-
presentan los máximos valores permisibles de f para cada velocidad directriz.
Cuando estos valores se usan en conjunción con el recomen-
dado método 5, determinan las curvas de distribución de f para varias velocida-
des.
Al restar estos valores f calculados del valor calculado e+f a la velocidad de di-
seño, se obtiene la distribución final de e.
(Ver Figura III-9.)
e+f v² JV²
──── = ──── = ─────
1-ef gR R
1
donde J = ───────────────── = 0.00787 = 1/127
9.806(3600/1000)²
Así, las distribuciones de e y f pueden calcularse como sigue, sin tener en cuenta
el término 1-ef y dadas: VD = velocidad directriz, km/h; VM = velocidad de
marcha, km/h; emáx = peralte máximo, m/m; y fmáx = factor de fricción lateral
máximo permisible.
V²
Rmín = ─────────────── (a)
127(emáx+fmáx)
donde RPI =radio en el punto de intersección, PI, de ramas (1) y (2) de la curva
de distribución parabólica de f (= R en el punto de intersección de emáx y (e+f)M)
VD²
hPI = emáx (───) - emáx
VM²
También,
S1 = hPIRPI (c)
fmáx - hPI
S2 = ─────────── (d)
1 1
──── - ────
Rmín RPI
L1L2(S2-S1)
MO = ─────────────
2(L1+L2)
1 1 1 S2-S1
MO = ─── (──── - ────)(───────) Rmín (e)
RPI Rmín RPI 2
(emáx+fmáx)Rmín
(e+f)D = ────────────── (f)
R
en la cual R = radio en cualquier punto.
Y x
─── = (───)²
MO L
RPI S1
f1 = MO(────)² + ──── (g)
R R
─────────────────────────────────────────────────────────────
NOTA DEL TRADUCTOR (Ver nota de página III.40)
Aplicando el concepto de grado de curvatura G° del sistema métrico, las expre-
siones anteriores de (a) a (h) se convierten en:
K(emáx+fmáx)
G°máx = ──────────── ; K = 728148 (a)
VD²
Kemáx
G°PI = ────── (b)
VD²
hPI
S1 = ───── (c)
G°PI
fmáx-hPI
S2 = ─────────── (d)
G°máx-G°PI
S2-S1
MO = G°PI(G°máx-G°PI) ─────── (e)
2G°máx
(emáx+fmáx)G°
(e+f)D = ───────────── (f)
G°máx
Elementos de Diseño III.53
G°
f1 = MO(────)² + S1G° (g)
G°PI
G°máx-G°
f2 = MO(─────────)² + hPI + S2 (G°-G°PI) (h)
G°máx-G°PI
─────────────────────────────────────────────────────────────
Las Tablas III-7 a III-11 muestran, además de la longitud L del desarrollo o transi-
ción como se tratará más tarde, los valores de R y G°, y el peralte resultante para
varias velocidades directrices, para cada uno de los cuatro supuestos peraltes
máximos, es decir, para diferentes condiciones generales
de diseño.
Los radios mínimos para cada uno de los cinco peraltes máximos supuestos se
calcularon de la fórmula estándar del peralte, usando los valores de f de la Figura
III-8.
Tabla III-7. Valores para los elementos de diseño relacionados con la velocidad
directriz y la curva horizontal. emáx = 4.0%
III.54 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Esto se ilustra en la Figura III-6 que compara los factores de fricción supuestos
para varios tipos de carreteras y los factores de fricción lateral máximos disponi-
bles en ciertos pavimentos húmedos y secos de hormigón.
• El término bombeo normal (BN) designa las curvas que son tan abiertas
que la eliminación del bombeo adverso no se considera necesaria, y así pueden
usarse las secciones de bombeo normal.
El termino bombeo removido (BR) designa las curvas donde es adecuado eliminar
el bombeo adverso (exterior a la curva) mediante el peralte de toda la calzada con
la pendiente del bombeo normal.
Tabla III-8. Valores para los elementos de diseño relacionados con la velocidad
directriz y la curva horizontal. emáx = 6.0%
Elementos de Diseño III.55
Tabla III-9. Valores para los elementos de diseño relacionados con la velocidad
directriz y la curva horizontal. emáx = 8.0%
Tabla III-10. Valores para los elementos de diseño relacionados con la velocidad
directriz y la curva horizontal. emáx = 10.0%
III.56 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Tabla III-11. Valores para los elementos de diseño relacionados con la velocidad
directriz y la curva horizontal. emáx = 12%
Tabla III-12. Radio mínimo de curva para sección con pendientes transversales
normales.
Elementos de Diseño III.57
Para los propósitos de esta discusión, aquí se usa un valor de 1.5 % como un solo
valor representativo de los pavimentos de alto-tipo no contenidos por cordones.
Generalmente, las pendientes transversales más empinadas se necesitan en
pavimentos con cordones para minimizar la inundación en el lado exterior del
carril directo.
El tránsito que entra en una curva hacia la derecha tiene algún peralte en la
pendiente de la sección normal.
El tránsito que entra en una curva hacia la izquierda tiene un peralte negativo o
adverso en la pendiente de la sección normal, pero con curvas amplias la fricción
lateral requerida para contrarrestar la fuerza centrífuga y el peralte negativo es pe-
queña.
Sin embargo, sobre sucesivas curvas más fuertes para la misma velocidad, se
alcanza un punto donde la combinación de la fuerza centrífuga y el peralte
negativo supera la fricción lateral permisible, y es deseable una pendiente positiva
a través de todo la plataforma para contrarrestar la fuerza centrífuga.
Una parte de cualquier peralte estándar es una expresión para esa condición, la
mínima curvatura para la cual se requiere el peralte, o establecida de otra forma,
la máxima curvatura para la cual una sección transversal de bombeo normal es
adecuada.
Cuando se use este método, debe tenerse cuidado en asegurar que la pendiente
transversal es suficiente para proveer drenaje superficial y reducir la posibilidad
de hidroplaneo de los vehículos, y deslizamientos por humedad, especialmente en
curvas planas y de alta velocidad.
El último método es más realista y se ajusta a las relaciones peralte-velocidad-
curva previamente tratadas.
III.58 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
• Para una tasa de pendiente transversal media de 1.5 % y las curvas de pe-
ralte de la Figura III-13 (emáx = 0.10), el correspondiente radio para cada
velocidad directriz se muestra en la tercera columna de la Tabla III-12.
Estas son las curvaturas mínimas que requieren peralte hasta la cantidad de la
pendiente transversal normal y, por lo tanto, indican el límite de las secciones de
bombeo normal.
Sin embargo, la operación del tránsito en el lado alto de la calzada no recibe tanto
beneficio como cuando se cambia desde una sección de bombeo normal a una
sección plana para todo el ancho.
• En una curva suficientemente fuerte como para requerir una tasa de peralte
superior a alrededor de 2 %, debería usarse una pendiente plana a través de toda
la calzada.
Sobre pendientes largas y suaves, los conductores tienden a viajar algo más
rápido en el sentido de bajada que en el de subida.
En la forma práctica más simple, los valores de las Tablas III-7 a III-11 pueden
usarse directamente suponiendo una velocidad directriz algo más alta para la
bajada, y algo más baja para la subida.
En un aspecto, los dos sentidos de tránsito tienden a equilibrarse uno con otro, y
el ajuste del peralte no es necesario.
Sin embargo, la velocidad de bajada es la más crítica, y en algunos casos puede
ser deseable el ajuste.
Más práctico sería un ajuste para toda la calzada como se determina por una
velocidad de bajada, porque la pendiente transversal extra no afectaría significati-
vamente el viaje de subida, con la posible excepción de los camiones pesados
sobre largas pendientes.
También debe considerarse el énfasis general para evitar los cambios menores
en los valores de las velocidades directrices.
En general, es aconsejable seguir la práctica común de descartar tal ajuste del
peralte en calzadas indivisas.
III.60 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
General
Longitud de espiral
La ecuación siguiente, desarrollada en 1909 por Shortt (23) para la obtención gra-
dual de la aceleración centrípeta en las curvas de vías ferroviarias, es una expre-
sión básica usada por algunos para calcular la mínima longitud de espiral:
0.0214V3
L = ─────────
RC
donde:
L= mínima longitud de espiral, m;
V = velocidad, km/h;
R = radio de la curva, m; y
C = tasa de cambio de la aceleración centrífuga, m/s3
Desarrollo-del-Peralte
Longitud requerida.
Para que sea placentero en apariencia, el Ddp de los bordes de calzada no debe-
ría parecer distorsionado a la vista de los conductores.
A menudo, las longitudes de espiral determinadas de otra forma son más cortas
que las determinadas por la apariencia general, de modo que los valores de la
fórmula de la espiral dan lugar a valores del Ddp empíricamente mayores.
Varias oficinas viales han establecido uno o más controles de longitudes del Ddp
con un rango de alrededor de 30 a 200 m, pero no hay base empírica univer-
salmente aceptada, considerando todos los probables anchos de calzada.
En una expresión empírica ampliamente usada, la longitud requerida está
indicada en términos de la pendiente del borde exterior de la calzada con relación
al perfil de la línea central.
• La práctica actual indica que para apariencia y confort, la longitud del Ddp
no debería exceder una pendiente longitudinal (borde en relación con la línea cen-
tral de una carretera de dos-carriles) de 1:200.
En otras palabras, cuando se considera una carretera de dos-carriles con
secciones planas, la diferencia de gradiente longitudinal entre el perfil del borde
de la calzada y el perfil de la línea central no debería superar el 0.5 por ciento.
• En otra fuente (24) la misma pendiente 1:200 se usa para una velocidad
directriz de 80 km/h y más.
Donde las velocidades directrices son menores que 80 km/h, se usan las pen-
dientes relativas mayores.
Para reflejar la importancia de una velocidad directriz más alta y para armonizar
con los elementos curvos más suaves -tanto horizontales como verticales- parece
lógico extrapolar el cambio de la pendiente relativa hasta las velocidades directri-
ces más altas, como se da en la Tabla III-13.
III.64 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
• Los gradientes relativos máximos entre los perfiles de los bordes de calza-
das de dos-carriles son el doble que los dados en la Tabla III-13.
• Sobre esta base, la longitud del Ddp es directamente proporcional al
peralte total, el cual es el producto del ancho de carril y la tasa del peralte.
Sin embargo, hay ciertas longitudes mínimas de Ddp que deberían proveerse por
razones de apariencia general y para evitar abruptos cambios de los perfiles de
borde-de-pavimento.
La longitud del Ddp es aplicable en todas las curvas peraltadas, y se concluye que
este valor debería usarse para mínimas longitudes de la espiral.
Este valor es consistente con la práctica de diseño, y la experiencia indica que los
valores de la Tabla III-14 para longitudes del Ddp podrían también ser satisfacto-
rios para usar como longitudes de espirales.
Las mínimas longitudes de diseño se dan en las Tablas III-7 a III-11 con relación
al radio y tasa del peralte.
Los valores dados son para carriles de 3.6 m.
Para otros anchos de carril, las longitudes del Ddp varían en proporción al
verdadero ancho de trocha con respecto a 3.6 m.
Las longitudes más cortas podrían aplicarse para diseños con carriles de 3 y 3.3
m, pero consideraciones de uniformidad y uso práctico de valores empíricamente
deducidos sugieren que en todos los casos deberían usarse los valores para 3.6
m.
Sobre esta base, las longitudes para carreteras de cuatro-carriles deberían ser el
doble que los valores deducidos para carreteras de dos-carriles, y las de seis-ca-
rriles serían el triple.
III.66 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
• Sobre una base puramente empírica, se concluye que las longitudes del
Ddp mínimas para el diseño para calzadas más anchas que dos-carriles deberían
ser como sigue:
Esta tasa de remoción debería ser la misma que la usada para efectuar el Ddp.
Sin embargo, donde el peralte es menor que el máximo, la longitud de Rex puede
ser menor como se trata en la siguiente sección sobre Métodos de Obtención del
Peralte.
En el diseño del alineamiento con espirales, el Ddp se efectúa sobre toda la curva
de transición.
La longitud del Ddp es la longitud de la espiral con la tangente-a-espiral (TE) en el
comienzo, y la espiral-a-curva (EC) en el fin.
Entre las TE y EC (el Ddp) la calzada rota para alcanzar el peralte total en la EC.
Este procedimiento se revierte al salir de la curva. Por este diseño toda la curva
circular tiene el peralte completo.
Se han empleado métodos empíricos para ubicar la longitud del Ddp con respecto
al principio de la curva (PC).
Ningún método para la división ente la recta y la curva circular puede racionalizar-
se completamente.
Con el peralte total en PC, el Ddp cae enteramente sobre la recta de aproxima-
ción, donde teóricamente no es necesario ningún peralte.
La mayoría de las oficinas viales que no usan espirales, diseñan con parte de la
longitud del Ddp en la recta y parte en la curva.
En este control de diseño por compromiso, la recta recibe algo pero no el máximo
innecesario peralte, y la parte final de la curva circular recibe algo menos que el
peralte necesario.
(1) giro de la calzada con bombeo normal alrededor de la rasante de la línea cen-
tral,
(2) giro de la calzada con bombeo normal alrededor de la rasante del borde-
interior,
(3) giro de la calzada con bombeo normal alrededor de la rasante del borde-
exterior, y
(4) giro de la pendiente transversal recta de la calzada alrededor de la rasante del
borde-exterior.
Figura III-16. Rasantes diagramáticas que muestran los métodos de obtención del
peralte en curvas a la derecha.
En este caso, la rasante del borde-interior está determinada como una paralela a
la rasante calculada de la línea-central.
• El cuarto método, como se muestra en la Figura III-D, gira una calzada que
tiene una típica pendiente transversal recta, en vez de la típica sección transversal
ilustrada para los primeros tres métodos.
• Los controles de diseño para alcanzar el peralte son casi los mismos para
todos los cuatro métodos.
Donde el peralte sea menor, las longitudes de la Rex serán más largas si se
mantiene la misma pendiente relativa que para el Ddp.
Entre las secciones B y C de las Figuras III-16A, III-16B y III-16C, el carril o los ca-
rriles exteriores cambian desde una condición horizontal a una peraltada a la mis-
ma tasa de pendiente transversal normal, tasa que se mantiene en los carriles in-
teriores.
Para obtener los resultados más placenteros y funcionales, cada sección del Ddp
debería considerarse un problema individual.
Donde haya que destacar la apariencia general, los métodos de las Figuras III-
16C y III-16D son ventajosos porque la rasante del borde superior -el más notable
para los conductores- retiene la suavidad del perfil de control.
La forma y dirección de la rasante de la línea central puede determinar el método
preferido para alcanzar el peralte en los primeros tres métodos.
Aun donde se usan las máximas pendientes relativas (mínima longitud de Ddp), la
longitud de la curva vertical requerida para conformarse al quiebre de 0.67 por
ciento a la velocidad directriz de 50 km/h y al quiebre de 0.4 por ciento a 120 km/h
no necesita ser grande.
Donde la calzada gira alrededor de un borde, estos quiebres de pendiente son
doblados a 1.3 por ciento para la velocidad directriz de 50 km/h, y a 0.8 por ciento
a la velocidad directriz de 120 km/h.
No pueden citarse controles positivos para las longitudes de las curvas verticales
en los quiebres de los perfiles diagramáticos.
Sin embargo, para una guía aproximada la mínima longitud de la curva vertical en
metros puede usarse como numéricamente igual a dos-décimos de la velocidad
directriz en km/h.
Según la condición general que el perfil pueda determinar, deberían usarse las
mayores longitudes posibles.
Alguno calcula los perfiles de borde sobre la base de la línea recta de la Figura III-
16, e inserta las curvas verticales como ajustes a ojo en el campo.
Otras oficinas especifican longitudes mínimas de curvas verticales en los quiebres
de los perfiles de borde.
Alguna emplea una seleccionada curva vertical reversa para toda la sección de
transición, con resultantes perfiles de borde calculados.
Cuando las curvas verticales de los bordes están sobrepuestas con una curva
vertical de la línea central, este método resulta laborioso.
Esto provee controles esenciales al proyectista y debería dar resultados unifor-
mes.
Estas varias ventajas hacen a este método preferible sobre los métodos de
desarrollar detalles de perfiles para las secciones del Ddp.
Según el ancho del cantero y su sección transversal, hay tres casos generales
para el diseño del Ddp:
Caso II. El cantero es mantenido en un plano horizontal y las dos calzadas giran
separadamente alrededor de los bordes del cantero o, donde sea aplicable,
alrededor de las líneas de cunetas interiores.
Caso III. Las dos calzadas se tratan separadamente para el Ddp con una resultan-
te diferencia variable en cota, de los bordes del cantero.
Aunque este tipo de sección transversal puede usarse con canteros anchos,
especialmente en terreno llano, su uso general está limitado a canteros no tan
anchos como para favorecer el tratamiento del Caso III.
Usualmente, el diseño del Ddp para el Caso II tiene los perfiles de borde-de-
cantero como control.
Una calzada gira alrededor de su borde mas bajo y la otra alrededor de su borde
más alto.
Los controles del perfil diagramático son los mostrados en las Figuras III-16B, III-
16C, y III-16D, siendo el control de la pendiente de la línea central el mismo para
las dos calzadas.
• Las longitudes del Ddp para carreteras no divididas de cuatro y seis carriles
se mostraron como siendo 1.2 y 2 veces, respectivamente, las longitudes para
carreteras de dos-carriles.
Para los diseños según Caso I de las carreteras divididas, la longitud del Ddp
propiamente debería incrementarse en proporción al ancho total, incluyendo el
cantero.
• Bajo las condiciones del Caso II, con canteros angostos en un plano
horizontal, las longitudes del Ddp deberían ser las mismas que para carreteras
indivisas, como se muestra en las Tablas III-7 a III-11 para carreteras de cuatro-
carriles.
• Con las secciones transversales del Caso III, generalmente el cantero será
de 12 m o más de ancho, y los valores de dos-carriles para longitud de Ddp son
aplicables a plataformas de un-sentido, de carreteras de cuatro-carriles divididas.
Los valores para plataformas de un sentido de carreteras divididas de seis-carriles
deberían ser algo mayores.
En situaciones donde el cantero es menor que unos 12 m, la longitud del Ddp se
determina en la misma manera que para el Caso II.
Estos valores varían con la velocidad directriz desde 0.31 a 30 km/h hasta 0.19 a
60 km/h, siendo 60 km/h el límite superior para baja-velocidad establecido en la
discusión sobre velocidad directriz del Capítulo II.
Figura III-17. Factores de fricción lateral para calles urbanas de baja velocidad.
Para viajar seguro sobre las curvas más fuertes es necesario el peralte.
La máxima tasa de peralte cero de la Tabla III-15 establece el radio mínimo para
cada velocidad debajo de la cual no se provee peralte en las calles locales de las
zonas residenciales y comerciales, pero debería considerarse en las zonas
industriales u otras calles donde las velocidades de operación serán más altas.
Comúnmente se usa una tasa máxima de peralte de 4 a 6 %.
El radio mínimo (curvatura máxima) para una dada velocidad directriz se define
para calles urbanas de baja-velocidad al utilizarse la máxima tasa de peralte y el
máximo factor de fricción lateral permisible.
V²
e+fmáx = ─────
127R
Esta figura puede usarse para la determinación de las velocidades máximas para
curvas horizontales sobre calles urbanas de baja-velocidad.
Tabla III-15. Radio mínimo y longitudes mínimas del Ddp para valores límites de e
y f (calles urbanas de baja-velocidad).
2.72fVD
L = ────────────
C
donde:
Además, la tabla contiene las longitudes mínimas de Ddp para cada tasa de
peralte.
De esta tabla es posible calcular la mínima recta deseable entre dos curvas
reversas de radio mínimo.
Se incluye la tasa de peralte cero porque entre las curvas reversas -aun si
ninguna es peraltada- es necesaria la intervención de una longitud de recta.
Como se verá más adelante en el Capítulo IX, los vehículos que giran en las
intersecciones diseñadas con radios mínimos tienen que operar a baja velocidad,
quizás menos de 15 km/h.
En tanto es deseable -y a menudo posible- diseñar para que los vehículos operen
a más altas velocidades, frecuentemente es necesario -por seguridad y econo-
mía- usar velocidades directrices de giro más bajas en la mayoría de las intersec-
ciones a nivel.
Las velocidades para las cuales estas intersecciones podrían diseñarse depende
de las velocidades de los vehículos en las carreteras que se aproximan, el tipo de
intersección, y los volúmenes del tránsito directo y de giro.
Generalmente, una velocidad de giro deseable para diseño es la velocidad de
marcha media del tránsito sobre la carretera que se aproxima al giro.
Los diseños a tales velocidades ofrecen poco obstáculo al suave flujo del tránsito
y pueden justificarse en algunas ramas de distribuidores o en intersecciones a
nivel para ciertos movimientos que comprenden poco o ningún conflicto con
peatones u otro tránsito vehicular.
Elementos de Diseño III.81
Generalmente, los conductores operan a las más altas velocidades con relación al
grado de curvatura en curvas de intersecciones, que sobre curvas en camino
abierto.
• Varios estudios (25, 26, 27) han llevado a determinar la ubicación lateral
del vehículo y la distribución de velocidades en las curvas de las intersecciones.
• Con esta relación establecida y con las suposiciones lógicas para las tasas
de peralte que pueden desarrollarse en las curvas de las intersecciones, el
mínimo radio para las varias velocidades directrices se deduce de la fórmula
estándar de curva. (Ver la sección Consideraciones Teóricas.)
Figura III-19. Relación entre velocidad y el factor de fricción lateral sobre curvas
en las intersecciones.
Esto se hace suponiendo una probable tasa mínima de peralte (un valor conser-
vativo) que casi siempre pudiera obtenerse para cierto radio.
Si en realidad se provee un peralte mayor a ese mínimo, los conductores serán
capaces de tomar un poco más rápido las curvas, o las recorrerán más conforta-
blemente debido a la menor fricción.
Usando estas tasas y los factores de fricción lateral de la Figura III-19 en la fórmu-
la simplificada de curva, el mínimo radio seguro para las curvas de las intersec-
ciones para operación a la velocidad directriz se deduce como se muestra en la
Tabla III-16.
• Los mínimos radios de la Tabla III-16 están representados por la línea llena
gruesa a la izquierda de la Figura III-20.
La unión de las líneas gruesa y fina indica que las condiciones de carretera
abierta en curvas de intersecciones se aproximan cuando la curvatura es suficien-
temente suave como pare permitir operaciones entre 60 y 80 km/h.
Los puntos cuadrados (
) de la Figura III-20 son las velocidades 95-percentil ob-
servadas en los mismos estudios representados en la Figura III-19 para las ubica-
ciones donde se muestrearon más de 50 vehículos.
Los puntos indicados por cruces (+) en la Figura III-20 son velocidades medias
reales observadas sobre las mismas curvas de intersección referidas.
Para una dada velocidad directriz sobre la curva llena (superior) de la Figura III-
20, la velocidad de marcha supuesta cae verticalmente debajo de la línea a
trazos.
Estas velocidades de marcha se muestran en la última línea de la Tabla III-16.
Para los radios sugeridos en la Tabla III-16, debería tenderse a una tasa de 8 %
para todas las ubicaciones, y del 8 al 10 % para las ubicaciones donde la nieve o
el hielo no es un factor.
También donde grandes camiones usarán una intersección, el uso del peralte
puede estar limitado porque los camiones más grandes pueden tener problemas
al transitar sobre las curvas de la intersección con peralte.
Esto es particularmente cierto donde ellos deban cruzar desde una calzada o
rampa inclinada en un sentido, a una con inclinación en el otro sentido.
Si las vías no están provistas para conducir de una manera natural, muchos
conductores se desviarán de la trayectoria intentada y desarrollarán su propia
transición, a veces al extremo de invadir otros carriles o la banquina.
Longitud de Espiral
En las curvas de intersecciones, las longitudes de las espirales pueden ser más
cortas que en las curvas de carretera abierta, porque los conductores aceptan un
cambio más rápido en la dirección del viaje bajo las condiciones de la intersec-
ción.
Las tasas para curvas en las intersecciones se supone que varían desde 0.75
m/s³ para una velocidad de giro de 80 km/h hasta 1.2 m/s³ para 30 km/h.
Con el uso de estos valores en la fórmula de Shortt (23), las longitudes de las
espirales para curvas de intersección están desarrolladas en la Tabla III-17.
Las mínimas longitudes de espirales mostradas son para los radios mínimos en
cuanto están gobernados por la velocidad directriz.
Por ejemplo, dos curvas a conectar por una espiral tienen radios de 250 y 80 m, o
curvaturas de 22.9 y 71.6°Gm, respectivamente.
Las curvas circulares compuestas son ventajosas al efectuar las formas desea-
bles de calzadas de giro en intersecciones a nivel y en ramas de distribuidores.
Sin embargo, cuando los arcos circulares de radios ampliamente diferentes se
unen, el alineamiento parece abrupto o forzado, y las trayectorias de viaje de los
vehículos por lo tanto no siguen estrechamente la calzada o requieren considera-
ble esfuerzo en el volante.
Estas curvas están compuestas como las de relación 1.5:1 en las curvas más
amplias usadas en carretera abierta.
Observaciones generales sobre las ramas que tienen diferencias en radio con una
relación de 2:1 indican que normalmente la operación y apariencia son satisfacto-
rias.
• Donde sea posible, debería usarse una diferencia en radio más pequeña;
una relación máxima deseable es de 1.75:1.
Elementos de Diseño III.87
Donde la relación es mayor que 2:1, debería insertarse entre las dos curvas una
adecuada longitud de espiral o arco circular de radio intermedio.
En una serie de curvas de radio decreciente cada curva debería ser bastante
larga como para permitirle al conductor desacelerar a una tasa razonable, la cual
en las intersecciones se supone no ser más de 5 km/h/s, aunque es deseable 3
km/h/s.
Las longitudes mínimas sobre esta base, que usan las velocidades de marcha de
la Figura III-20, se indican en la Tabla III-18.
Tabla III-18. Longitudes de arco circular para una curva compuesta de intersec-
ción cuando es seguida por una curva de mitad de radio, o precedida por una de
radio doble.
Los anchos de las ramas de giro en las intersecciones están gobernados por los
volúmenes de tránsito y los tipos de vehículos a acomodar, y pueden diseñarse
para operación en uno o dos sentidos, según el patrón geométrico de la intersec-
ción.
Anchos
Los anchos de las ramas de giro se clasifican en los siguientes tipos de operacio-
nes:
• Bajo el Caso II, los anchos se determinan para permitir la operación a baja
velocidad con restringida separación para adelantarse a un vehículo detenido.
Los elementos del ancho de los vehículos que giran que se usan para determinar
el ancho de la rama de giro, mostrados diagramáticamente en la Figura III-21, se
explican separadamente a continuación.
Ellos ignoran los efectos del peralte insuficiente y de las superficies con baja
resistencia friccional, lo cual tiende a causar que las partes traseras de los
vehículos viajen a otra que baja velocidad al girar hacia afuera, desarrollando los
necesarios ángulos de deslizamiento.
Para los vehículos SU, el ancho de huella de giro, medida radialmente, es igual a
la normal más la sobrehuella:
U = u + RT - √(RT² - L²)
donde:
u= ancho de huella normal, 1.8 m para el vehículo de diseño P y 2.6 m
para el vehículo de diseño SU.
RT= radio de giro de la rueda delantera exterior, m; y
L= distancia entre ejes, 3.3 m para el vehículo de diseño P y 6.1 m para
el vehículo de diseño SU.
Este ancho adicional es un valor empírico que varía con la velocidad del tránsito y
el radio de la curva.
Elementos de Diseño III.91
Figura III-22 (A). Ancho de huella y saliente para vehículos de diseño operando en
curvas.
V
Z = ────
10√R
donde:
Z= tolerancia de ancho extra
R= radio de curva, m.
III.92 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Figura III-22 (B). Ancho de huella y saliente para vehículos de diseño operando en
curvas.
Elementos de Diseño III.93
Para el Caso II se supone un espacio lateral mitad de esta cantidad, es decir, 0.6
m para el vehículo detenido y 0.6 m para el vehículo que pasa.
• Las fórmulas separadas y los valores de los factores para cada caso se
muestran en la Figura III-21.
• En la Tabla III-19 se dan los anchos deducidos para varios radios y para
cada velocidad directriz.
• Para uso general en el diseño, los anchos requeridos dados en la Tabla III-
19 raramente se aplican directamente, porque usualmente las ramas de giro
deben acomodar más de un tipo de vehículo.
III.94 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Tabla III-19. Anchos (a) de ramas de giro para diferentes vehículos de diseño.
Tales anchos de diseño se dan en la Tabla III-20 para tres condiciones lógicas de
tránsito mixto.
Elementos de Diseño III.95
Sin embargo, donde los vehículos de diseño más grandes, como un WB-19 o WB-
35, usen una rama de giro o rampa, la vía debería acomodar sus giros como
mínimo para las trayectorias de la condición del Caso I.
Por lo tanto, los anchos del Caso I para el adecuado vehículo de diseño y los
radios mostrados en la Tabla III-19 deberían verificarse para determinar si ellos
exceden los anchos mostrados en la Tabla III-20.
Si es así, debería considerarse usar los anchos para el Caso I mostrados en la
Tabla III-19 como los mínimos para la rama de giro o rampa.
III.96 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
• La combinación de letras, tal como P─SU para el caso II, significa que el
ancho de diseño en este ejemplo permite a un vehículo P pasar un camión de
diseño SU detenido o viceversa.
Al suponer espacio lateral total, la tolerancia se hizo para los valores de C, tal
como ya se trató.
Elementos de Diseño III.97
En tales casos el ancho puede ser un poco más angosto que la dimensión
tabulada.
Los cordones barrera a lo largo del borde de un carril dan a los conductores la
sensación de restricción, y un ocasional vehículo grande no tiene espacio
adicional dónde
maniobrar; por esta razón, las plataformas debería ser un poco más ancho que
los valores de la Tabla III-20.
Los valores del Caso II pueden reducirse por el ancho adicional de banquina
estabilizada, pero no por debajo de los anchos para el Caso I; similarmente, los
valores del caso III pueden reducirse en 0.6 m.
Los valores del Caso I son mínimos para los vehículos de diseño y mayor
reducción es desaconsejable aun con una banquina utilizable, excepto en las
rectas.
III.98 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Cuando se usan cordones barrera en ambos lados, los anchos tabulados para los
casos I y III deberían aumentarse en 0.6 m; y 0.3 m para el caso II, porque la
operación de pasar un vehículo detenido es a baja velocidad.
Donde un cordón tal esté sobre un solo lado, el ancho adicional puede ser sólo de
0.3 m para los casos I y II, y nada para el caso II.
Con un cordón barrera de cada lado, no debería ser menor que 7.5 m.
El ancho de la plataforma para una rama de giro incluye las banquinas o espacios
laterales equivalentes fuera de la calzada.
Sobre todo el rango de las intersecciones, el ancho de banquina requerido varía
desde nada, o mínimo en calles urbanas con cordones, hasta la de una sección
transversal de carretera abierta.
Los casos más generales se tratan en los párrafos siguientes.
• Donde haya una rama separada para giros a la derecha, su borde izquier-
do delinea un lado de la isleta triangular.
Por otro lado, cuando el radio de giro es grande, el lado de la isleta puede ser
delineado por postes-guía, por delineadores, o simplemente por marcas del
pavimento y el borde de pavimento de la rama de giro.
En cualquier caso, una desarrollada banquina izquierda es normalmente innece-
saria.
Sin embargo, podría haber una separación si se usan cordones, o una sección a
nivel de ancho suficiente sobre la izquierda para evitar afectar la ubicación lateral
de los vehículos.
Dado que los vehículos que giran tienen una tendencia a invadir, debe conside-
rarse la provisión de banquinas derechas de buena capacidad portante para
acomodar estas más frecuentes cargas de ejes.
Aunque un cordón sobre el lado derecho podría ser ventajoso para reducir las
operaciones de mantenimiento causadas por los vehículos que se pegan al
interior de la curva y provocan depresiones del borde o desprendimientos de
material, la introducción de un cordón adyacente a las carreteras de alta velocidad
es un peligro y, como tal, debería desalentarse.
A veces, las calzadas en curva se ensanchan para hacer las condiciones compa-
rables con las de las rectas.
El ensanchamiento es necesario en ciertas curvas por una de las siguientes
razones:
(1) El vehículo o camión ocupa un ancho mayor debido a que, al girar sobre una
curva, las ruedas traseras generalmente siguen una trayectoria interior a la de las
delanteras, o
En las primeras carreteras con carriles angostos y fuertes curvas hubo una con-
siderable necesidad por el ensanchamiento de las curvas, aunque las velocidades
eran bajas.
Elementos de Diseño III.101
A pesar de las altas velocidades, en las carreteras modernas y calles con carriles
de 3.6 m y alineamiento de alto tipo ha disminuido considerablemente la necesi-
dad de ensanchar las calzadas.
• Cuando un vehículo recorre una curva sin peralte a baja velocidad, el eje
trasero es radial y la huella de las ruedas traseras interior a la de las delanteras.
Cuando un vehículo recorre una curva peraltada, las ruedas traseras pueden
seguir una huella interior a la de las delanteras en una cantidad más o menos
igual que la cantidad calculada sobre la base de arriba.
Con velocidades excesivas las ruedas traseras pueden aun seguir una huella del
lado exterior de las delanteras, una situación extrema.
El radio es la trayectoria del punto medio del eje delantero; sin embargo, para la
mayoría de los propósitos de diseño de las carreteras de dos-carriles y simplificar
los cálculos puede usarse el radio de la curva en la línea central.
Se supone que la separación lateral C por vehículo es de 0.6, 0.75 y 0.9 m para
anchos de carril en recta Wn de 6, 6.6 y 7.2 m, respectivamente.
Este ancho adicional es un valor empírico que varía con la velocidad del tránsito y
el radio de la curva.
Para caminos de alineamiento-abierto el ancho adicional ha sido expresado como
lo muestra la fórmula 5 de la Figura III-23.
La diferencia en los anchos de huella de los camiones de diseño SU, WB-12, WB-
15, WB-19, WB-20 y WB-35 son sustanciales para las curvas fuertes asociadas
con las intersecciones, pero para carreteras abiertas sobre las cuales los radios
son usualmente más grandes que 200 m, con velocidades directrices arriba de 60
km/h, las diferencias son insignificantes. (Figuras III-22 y III-23).
Los incrementos sugeridos de los valores tabulados para dos rangos de grado de
curvatura son generales, y no resultarán necesariamente en una completa
separación lateral C o un ancho extra Z, como se muestra en la Figura III-23 para
más altos grados de curvatura.
Sin embargo, con velocidades y volúmenes más bajos sobre caminos con tal
curvatura, pueden ser tolerables separaciones algo menores.
Se proveen curvas para ocho camiones de diseño, más el vehículo de diseño bus,
y la casa rodante que tira de un bote.
Si se desea considerar otros vehículos, tal como camiones de propósito especial
o vehículos recreacionales con características diferentes de las de los vehículos
estándares de diseño, debe usarse la fórmula.
Valores de Diseño
Por esta razón, y debido a que todos los elementos geométricos en una carretera
dividida son mantenidos en un estándar relativamente alto, el ensanchamiento
sobre una calzada de dos-carriles, un-sentido de una carretera dividida debería
ser el mismo que para dos-carriles, dos-sentidos, según se hace notar en la Tabla
III-22.
Donde haya obstrucciones visuales (tales como muros, taludes de corte, edificios,
y barandas de defensa bajo ciertas condiciones) sobre el lado interior de las
curvas, un diseño para dar adecuada distancia de visibilidad puede requerir
ajustes en la sección transversal normal de la carretera, o cambios en el alinea-
miento, si la obstrucción no puede removerse.
Para su uso en el diseño de una curva horizontal, la línea de visión es una cuerda
de la curva, y la aplicable distancia de visibilidad de detención se mide a lo largo
de la línea-central del carril interior alrededor de la curva.
Las Figuras III-24A y III-24B son gráficos de diseño que muestran las ordenadas
medias requeridas para zonas de visión despejada para satisfacer los valores
inferiores y superiores, respectivamente, de las distancias de visibilidad requeri-
das para curvas de varios radios.
Figura III-24 (A). Rango de valores superiores, relación entre el radio y el valor de
la ordenada media necesaria para proveer distancia de visibilidad de detención en
las curvas horizontales.
III.110 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Figura III-24 (B). Rango de valores inferiores, relación entre el radio y el valor de
la ordenada media necesaria para proveer distancia de visibilidad de detención en
las curvas horizontales.
Elementos de Diseño III.111
El solape de los rangos en las velocidades directrices más altas en esta tabla
impide el desarrollo de un solo gráfico.
Como fue el caso con las distancias de visibilidad de detención de la Tabla III-1,
debería usarse un valor en o cerca del límite superior como un mínimo siempre
que las condiciones lo permitan debido a la creciente seguridad que se provee.
Estas fórmulas se aplican sólo a curvas circulares más largas que la distancia de
visibilidad para la pertinente velocidad directriz.
Para cualquier velocidad directriz la relación de R a M es lineal.
Las relaciones de R, M, y V en estos gráficos pueden verificarse rápidamente.
Por ejemplo, con una velocidad directriz de 80 km/h y una curva de 350 m de
radio (grado de curvatura G°=16.4°), se necesita una distancia de visibilidad des-
pejada con una ordenada media entre 5.3 m (valor menor) y 7.5 m (valor mayor)
para distancia de visibilidad de detención.
Como otro ejemplo, para una condición de obstrucción visual con M = 6 m sobre
una curva de 175 m de radio (G°=32.7°), distancia de visibilidad resultante está
aproximadamente en el valor mayor del rango para una velocidad de 60 km/h.
Por los criterios de altura usados para distancia de visibilidad de detención, 1.07
m altura de los ojos del conductor y 15 cm altura del objeto, puede usarse una al-
tura de 0.6 m en el punto medio de la línea visual donde el talud de corte usual-
mente obstruye la visión.
Para una carretera con calzada de 6.6 m, banquinas de 1.8 m, sección de cuneta
de 0.6 m, y taludes de corte 2:1, la obstrucción visual está alrededor de 5.5 m
fuera de la línea-central del carril interior.
Esto es suficiente para adecuar la distancia visual a 50 km/h cuando las curvas
son de alrededor de 80 m de radio o más suaves (G°=71.6° o menos), y a 80
km/h cuando las curvas son de unos 300 m de radio o más suaves (G°=19.1° o
menos).
III.112 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Las curvas más fuertes que éstas requerirían taludes más suaves, contrabanqui-
nas, u otros ajustes.
Como ejemplo, una obstrucción de este tipo separada radialmente 1.2 m desde el
borde interior de la calzada tiene una ordenada media de alrededor de 3 m.
A 80 km/h esto provee adecuada distancia de visibilidad cuando las curvas son de
unos 550 m o más suaves (G°=10.4° o menos).
Cuando las Figuras III-24A y III-24B no sean aplicables, se aconseja verificar los
diseños ya sea utilizando procedimientos gráficos o de computación.
La línea visual cerca del centro de la zona interior a una curva es de alrededor
0.50 m más alta que para la distancia de visibilidad de detención.
Aun en terreno plano, estos criterios de diseño requieren las zonas interiores de
las curvas despejadas en un ancho que en algunos casos puede extenderse más
allá de la línea normal de zona de camino.
ALINEAMIENTO VERTICAL
Terreno
Pendientes
• Los estudios muestran que la operación sobre una pendiente en subida del
3-por ciento, comparada con la horizontal, sólo tiene un ligero efecto sobre las
velocidades de los vehículos de pasajeros bajo condiciones descongestionadas.
Otras variables que afectan la velocidad media sobre toda la longitud de pendien-
te son la velocidad de entrada, la resistencia del viento, y la habilidad del opera-
dor.
Las últimas dos sólo causan variaciones menores en la velocidad media.
Esto se determina comenzando sobre la curva para pendiente del 6 por ciento
correspondiente a 50 km/h, para la cual la distancia es de 450 m más, y conti-
nuando a lo largo de ella hasta el punto donde la distancia es de 300 m más, o
750 m, para la cual la velocidad es de unos 27 km/h.
Figura III-25 (A). Curvas velocidad distancia de un típico camión pesado de 180
kg/kW (134 kg/HP) para desaceleración (en tanto por ciento de pendientes de
subida).
Elementos de Diseño III.121
Esos datos totales sirven como valiosa guía para diseñar, valorando el efecto de
los camiones sobre la operación del tránsito para un dado conjunto de condicio-
nes del perfil.
Tal relación peso/potencia asegura una velocidad mínima de unos 40 km/h sobre
una pendiente en subida del 3 por ciento.
Por ejemplo, los datos muestran que para un peso bruto del vehículo de 18000 kg
la relación media peso/potencia disminuyó desde alrededor de 220 kg/Kw (164
kg/HP) en 1949, hasta alrededor de 190 kg/Kw (142 kg/HP) en 1955,
130 k/Kw (97/kg/HP) en 1975, 100 kg/Kw (75 kg/HP) en 1977, y hasta alrededor
de 80 kg/Kw (60 kg/HP) en 1985.
• Hay una tendencia hacia camiones más grandes y más pesados con hasta
tres remolques permitidos en ciertas carreteras de algunos Estados norteameri-
canos.
Los estudios indican que en cuanto el número de ejes aumenta, la relación peso
potencia aumenta.
Tomando en cuenta todos los factores, parece prudente y del lado de la seguridad
usar una relación peso/potencia de 180 kg/kW (134 kg/HP) al determinar la
longitud crítica de pendiente. Sin embargo, habrá ubicaciones donde esta relación
peso/potencia no será apropiada.
Donde esto ocurra, los proyectistas son alentados a utilizar una relación más
representativa o un método alterno que se ajuste más estrechamente a las
condiciones.
Elementos de Diseño III.123
Sin embargo, en ciertas rutas, tales como las designadas rutas recreacionales,
donde el bajo porcentaje de camiones no justificaría un carril para su ascenso,
suficientes vehículos recreacionales pueden indicar una demanda por un carril
adicional.
Esto puede evaluarse mediante el uso de los gráficos de diseño de la Figura III-27
en la misma forma como para camiones descrita en la sección anterior de este
capítulo.
Los vehículos recreacionales son de muchos tipos, incluyendo casas rodantes
con motores incorporados, camionetas para acampar, y remolques de numerosos
tamaños.
Se consideró vehículo crítico al que tira un remolque de viaje, y los gráficos de las
Figuras III-27 y III-30 se basan en esa suposición.
Las pendientes de control para 60, 70, 80, 90, 100 km/h son intermedias entre los
extremos anteriores.
En el otro extremo, para pendientes cortas menores que 150 m y para pendientes
de bajada de un sentido, el máximo gradiente puede ser alrededor de 1 por ciento
más empinado.
Para carreteras rurales de bajo-volumen, las pendientes pueden ser 2 por ciento
más empinadas.
Pendientes Máximas
Para una pendiente dada, las longitudes menores que las críticas resultan en una
operación aceptable en el rango de velocidades deseable.
Para mantener la deseada libertad de operación sobre pendientes más largas que
la crítica, deberían hacerse ajustes al diseño, tal como cambio de trazado para
reducir las pendientes, o la adición de carriles extras.
Los datos para las longitudes críticas de pendiente se usan con otras considera-
ciones pertinentes (tal como el volumen de tránsito con relación a la capacidad)
para determinar dónde pueden justificarse carriles adicionales.
Un estudio tal (35) usó la distribución de velocidad de los vehículos que viajaban
sobre las carreteras de un Estado, y la relacionó con la tasa de implicación en
accidentes (el número de vehículos implicados en accidentes por 161000000 ki-
lómetros de viaje) para obtener la tasa para camiones de cuatro o más ejes
operando sobre pendientes horizontales.
• Suponga que está por diseñar una carretera para 100 km/h y tiene una
III.132 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
La Figura III-29 muestra que 500 m de subida al 2 por ciento resultan en una
reducción de unos 11 km/h. Además, el gráfico muestra que la restante reducción
de velocidad permisible de 4 km/h se hará sobre 100 m al 5 por ciento de pen-
diente de subida.
Queda a juicio del proyectista determinar hasta qué punto debería incrementarse
la velocidad de los camiones en el fondo de la pendiente de impulso, por arriba de
la encontrada generalmente en aproximaciones horizontales.
Por ejemplo, donde haya una longitud moderada de 4 por ciento en bajada antes
de una subida del 6 por ciento, puede suponerse una reducción de velocidad
permisible de 25 km/h.
Para este caso la longitud crítica del 6 por ciento en subida es alrededor de 300
m.
Donde una curva vertical es parte de una longitud crítica de pendiente, debe
usarse una aproximada pendiente recta equivalente.
Donde la condición comprende curvas verticales de los Tipos II y IV de la Figura
III-38, y la diferencia algebraica de pendientes no es demasiado grande, la
medición de la longitud crítica de pendiente puede hacerse entre los puntos de
intersección vertical (PIV).
Elementos de Diseño III.133
Donde estén implicadas las curvas verticales de los Tipos I y III de la Figura III-38,
particularmente donde la diferencia algebraica de pendientes sea apreciable, alre-
dedor de un-cuarto de la longitud de la curva vertical puede tomarse como parte
de la pendiente en consideración.
Donde no puede evitarse una reducción de la velocidad más grande que la guía
de diseño sugerida, puede resultar un tipo de operación indeseable sobre caminos
con numerosos camiones, particularmente en caminos de dos-carriles con
volumen próximo a la capacidad, y en algunos casos en carreteras multicarriles.
Los datos de la Figura III-29 pueden usarse junto con otras consideraciones
pertinentes, particularmente los datos de volumen con relación a la capacidad y
los datos de volumen para camiones, para determinar dónde se justifican tales
carriles adicionales.
Carriles de Ascenso
Estos vehículos se adelantan a los que ascienden más lentamente, pero no por el
carril del tránsito opuesto como en el acostumbrado camino de dos-carriles.
Según las condiciones del alineamiento y perfil, pueden no solaparse (Figura III-
31A) o pueden solaparse (Figura III-31B) donde haya una cresta con una larga
pendiente a cada lado.
Donde se proveyeron, hubo un alto grado de cumplimiento de uso por parte de los
camioneros.
En carreteras con bajos volúmenes, sólo un vehículo ocasional es demorado, y
los carriles de ascenso, aunque deseables, puede que no se justifiquen económi-
camente aun donde se exceda la longitud crítica.
Camiones. Como se indicó en la sección anterior, sólo debe existir una de las tres
condiciones especificadas en el ítem 3.
Los procedimientos usados son los del HCM (13) para el análisis de pendientes
específicas en carreteras de dos carriles.
Las restantes condiciones del ítem 3 se evalúan usando estos procedimientos del
HCM.
Así, para un dado volumen de tránsito mixto y una sección transversal fija de
calzada, se experimenta un mayor grado de congestión en las pendientes
individuales que en la operación promedio sobre secciones más largas que inclu-
yan bajadas y subidas.
Elementos de Diseño III.137
Cuando el caudal verdadero es menor que el valor límite, por estos criterios no se
justifica un carril de ascenso.
Donde: SFD =caudal de servicio total en los dos sentidos para las condicio-
nes prevalecientes de calzada y tránsito, para nivel-de-servicio D en vph.
fg = 1/[1+(PpIp)]
Ip = 0.02 (E-E0)
Ehv = 1+(o.25+Pt/Phv)(E-1)
Tabla III-25. Factor de ajuste para distribución por sentidos sobre pendientes
específicas, fd.
Elementos de Diseño III.141
El procedimiento usa la ecuación para SFD de arriba, pero con valores adecuados
por las variables para nivel-de-servicio A, B, C.
Las distancias así determinadas pueden usarse para establecer el punto en el que
comienza el carril de ascenso.
El comienzo del carril agregado debe precederse por una sección abocinada,
deseablemente con una relación 25:1, pero al menos de 50 m de largo.
• El diseño ideal sería extender el carril de ascenso hasta un punto más allá
de la cresta, donde un camión típico pudiera alcanzar una velocidad que esté
dentro de los 15 km/h de la velocidad de los otros vehículos con la velocidad
deseable de por lo menos 60 km/h, aproximadamente en el nivel-de-servicio D.
Aun esto puede no ser práctico en muchos casos por la indebida larga distancia
requerida por los camiones para acelerar a la velocidad deseada.
Para una condición tal, un punto práctico para terminar el carril adicional es donde
el camión puede volver al carril normal sin indebido peligro, en particular, donde la
distancia de visibilidad es suficiente para permitir el adelantamiento con seguridad
cuando no hay tránsito de sentido opuesto o, preferiblemente, por lo menos 60 m
detrás de ese punto.
Además, debería proveerse una correspondiente longitud de abocinamiento para
permitirle al camión volver al carril normal.
Como se trató en esta sección, los carriles también proveen mejor seguridad.
En los diseños nuevos, los carriles de ascenso podrían hacer adecuada una
carretera de dos-carriles, en tanto que sin ellos sería necesaria una carretera
multicarriles mucho más costosa.
General. Los carriles de ascenso, aunque cada vez se emplean más, no se han
usado tan extensivamente en autopistas y carreteras multicarriles, quizás porque
las vías multicarriles frecuentemente tienen suficiente capacidad para manejar su
carga de tránsito sin congestionarse , incluyendo el porcentaje normal de vehí-
culos de movimiento-lento con altas relaciones peso/potencia.
Dado que normalmente las carreteras se diseñan para 20 años o más en el futuro,
hay menor probabilidad de que se justifiquen carriles de ascenso en vías multica-
rriles que en los caminos de dos-carriles por varios años después de la construc-
ción, aunque ellos estén destinados deseablemente para las horas pico en el año
de diseño.
Donde este sea el caso, hay ventaja económica en diseñar -pero difiriendo la
construcción- carriles de ascenso sobre vías multicarriles.
En esta situación, la gradación del futuro carril de ascenso se proveería inicial-
mente.
• Aunque primariamente una condición rural, hay casos donde los carriles de
ascenso serán necesarios en zonas urbanas.
Para usar la Tabla III-30 o la Tabla III-31, la velocidad de flujo libre debe determi-
narse o estimarse.
V
Vp = ─────────────
N*PHF*fhv
Elementos de Diseño III.151
fhv = 1/[1+PT(ET-1)+PR(ER-1)]
Para las autopistas, los ajustes se hacen hasta los caudales de servicio máximos
de la Tabla III-31, usando factores para anchos de carril restringidos y separa-
ciones laterales, y para conductores recreacionales y no familiarizados.
Esto se realiza usando el mismo procedimiento descrito arriba, y con los equiva-
lentes para camiones sobre pendientes de bajada de la Tabla III-32, en lugar de
los valores para camiones y vehículos recreacionales sobre bajadas.
Por lo tanto, es esencial que las transiciones desde cuatro a dos carriles sean
adecuadamente marcadas e identificadas con marcas del pavimento y señales
para alertar al conductor de que se está aproximando a una sección de carretera
de dos-carriles sobre la cual debe permanecer en el carril de mano derecha
(excepto para adelantarse) y sobre el cual el adelantamiento debe realizarse con
precaución.
Una señal anticipada, antes del fin del pavimento de cuatro-carriles es particular-
mente importante para informar a los conductores del pavimento angostado
adelante. (Ver sección 3B-8 del MUTCD (8).)
• Con éxito, varios organismos viales han propulsado métodos para proveer
más oportunidades de adelanto a lo largo de caminos de dos-carriles, en adición a
las tratadas en las secciones anteriores relacionadas con carriles de ascenso y
secciones de cuatro carriles.
Alguno de estos métodos más reconocidos -secciones de tres-carriles, apartade-
ros, banquinas de conducción y secciones de banquinas se describen en la guía
informativa Low Cost Methods for Improving Traffic Operations on Two-Lane
Roads de la Federal Highway Administration (36).
También ellos se proveen para mejorar las operaciones totales del tránsito sobre
carreteras de dos-carriles mediante la reducción de las demoras causadas por
inadecuadas oportunidades de adelanto sobre significativas longitudes de las
carreteras, típicamente 10 a 100 km.
Cuando se provee un carril adicional para mejorar las operaciones de tránsito
sobre una longitud de camino, sistemáticamente se construye a intervalos
regulares.
Por otro lado, la selección del lugar debería reconocer la necesidad por adecuada
distancia de visibilidad en la adición del carril y en los abocinamientos de pérdida
de carril.
Se recomienda una distancia mínima de 300 m en la aproximación a cada
abocinamiento.
Un carril agregado para mejorar las condiciones generales del tránsito debería ser
suficientemente largo, más de 0.5 km, para proveer una sustancial reducción del
pelotón de tránsito.
Usualmente, esta longitud óptima es de 1 a 2 km.
En cuanto el carril agregado se extienda más allá de 1.5 km, la reducción del
pelotón generalmente disminuye.
Típicamente, los beneficios operacionales resultan en la reducción del pelotón
para bajadas de 5 a 15 km dependiendo de los volúmenes y oportunidades de
adelanto.
Después de esto, los niveles normales de pelotón ocurrirán hasta encontrar el
siguiente carril agregado.
Normalmente, el ancho de un carril agregado debería ser como el de la carretera
de dos-carriles.
También es deseable que la banquina adyacente sea por lo mínimo de 1.2 m de
ancho, y, donde sea posible, acorde con el ancho de la banquina de la carretera
de dos-carriles.
Además, debería instalarse una señal en el comienzo del abocinamiento del carril
agregado para asegurar que el tránsito de movimiento más lento se mantenga a
la derecha.
Apartaderos
Esta costumbre es considerada como una cortesía hacia los otros motoristas, que
requiere poco o ningún sacrificio en velocidad por parte de cualquier conductor.
En tanto las oficinas viales pueden querer permitir tal uso como un medio de
mejorar las oportunidades de adelantamiento sin una inversión importante de
capital, debe reconocerse que la conducción por la banquina está actualmente
prohibida por ley.
Así, una oficina vial que considere la circulación por la banquina como una ayuda
para el adelantamiento, probablemente necesitará proponer una legislación para
autorizar tal uso, como también desarrollar una campaña pública de educación
vial para familiarizar a los operadores de vehículos con la nueva ley.
Esta es una aplicación más limitada del uso de la banquina por parte de los vehí-
culos de movimiento-lento que la circulación por la banquina descrita en la
sección previa.
El uso sólo debería marcarse donde las banquinas son por lo menos de 3 m, y
preferiblemente 3.6 m de ancho.
Se requiere la adecuada resistencia estructural para soportar las cargas previstas,
junto con buenas condiciones superficiales.
Debe darse particular atención a la condición de la banquina porque los conducto-
res son reacios a moverse hacia una banquina rugosa, rota o cubierta con escom-
bros.
Las señales deben erigirse al principio y al final de la sección donde se permite
usar la banquina.
Sin embargo, dado que la señalización sobre las secciones de uso de banquina
no está considerada en el MUTCD (8) será necesario crear una señalización
especial desarrollada por otros.
III.162 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
General
Los informes y estudios de las rampas existentes indican que sus características
operacionales proveen aceptables tasas de desaceleración, y permiten un buen
control de conducción del vehículo sobre la rampa.
• Las fuerzas que actúan sobre todo vehículo para afectar su velocidad
incluyen las fuerzas resistentes del motor, frenos, y tracción.
Las fuerzas resistentes del motor y frenos pueden ignorarse en el diseño de las
rampas de escape porque éstas deberían diseñarse para el peor caso, en el cual
la caja de cambios está en punto muerto y el sistema de frenos inoperante.
La Figura III-35 ilustra la acción de las varias fuerzas de resistencia sobre un vehí-
culo.
Está influida por el tipo y características del desplazamiento del material superfi-
cial de la calzada.
Necesidad y Ubicación
Al analizar las operaciones sobre una pendiente, una técnica para las vías nuevas
y existentes disponibles para usar en la pendiente, en adición al análisis de
accidentes, es el Sistema de Clasificación de los Grados de Gravedad, como se
describe debajo.
Deberían construirse antes de la curva horizontal más fuerte que no pueda ser
maniobrada con seguridad por un vehículo fuera-de-control, y antes de pasar por
zonas pobladas.
Las rampas de escape deberían salir por la derecha de la línea principal.
En carreteras multicarriles divididas, donde una salida por la izquierda pueda
parecer la única ubicación posible, pueden esperarse dificultades por el rechazo
de los vehículos ubicados en el carril izquierdo a ceder el paso a los vehículos
fuera-de-control que intentan cruzar carriles.
Tipos
Sin embargo, en las ubicaciones donde no hay espacio adecuado para otro tipo
de rampa, el montón de arena puede ser apropiado debido a sus dimensiones
compactas.
Este tipo de rampa es más largo que el lecho de detención de pendiente ascen-
dente.
Consideraciones de Diseño
Estos métodos pueden usarse para establecer una velocidad directriz para
específicos alineamientos en pendiente y horizontales.
V²
L= ───────
254(R±G)
donde:
L= distancia de detención (longitud de la capa de detención), metros;
V = velocidad de entrada, km/h;
G = pendiente, m/m; y
R = resistencia al rodaje expresada como equivalente a un porcentaje de
pendiente dividido por 100 (Tabla III-34).
Por ejemplo, suponga que las condiciones topográficas del lugar seleccionando
para ubicar una rampa para escapes de emergencia la limitan a una pendiente
ascendente de 10 por ciento (G=+0.10).
La capa de detención se construirá con grava suelta para una velocidad de
entrada de 140 km/h.
Mediante la Tabla III-34 se determina que R es 0.10.
La longitud requerida está determinada por
L = V²/254(R+G).
Vf² = Vi²-254L(R±G).
La velocidad final del vehículo al final de la primera pendiente se usa como la ve-
locidad inicial para la siguiente pendiente.
Elementos de Diseño III.173
• Los montones de material de lecho entre 0.6 y 1.5 m de alto con taludes
1:1.5 se han usado al final de las rampas en varias instancias como dispositivo de
última oportunidad.
Además, en el extremo, una rampa de gravedad con superficie dura, una cama de
grava, o un arreglo atenuador puede inmovilizar suficientemente al vehículo
accidentado para impedirle que se balancee hacia atrás y colee.
Donde se usen, los barriles deberían llenarse con el mismo material que el usado
en el lecho de detención, de modo que cualquier material más fino no contamine
la cama y reduzca la esperada resistencia al rodaje.
III.174 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Mantenimiento
Dado que el agregado tiende a compactarse con el tiempo, el material del lecho
debería ser limpiado de contaminantes y escarificado periódicamente para
mantener las características desacelerantes del material del lecho y mantener el
drenaje libre.
Curvas Verticales
Consideraciones Generales
Las curvas verticales para efectuar el cambio gradual entre pendientes rectas pue-
den ser cualquiera de los tipos convexo o cóncavo descritos en la Figura III-38.
Las curvas verticales deberían ser de aplicación simple y resultar en un diseño segu-
ro, de operación confortable, placentero en apariencia y adecuado para el drenaje.
El control principal para una operación segura sobre las curvas convexas es la provi-
sión de amplias distancias de visibilidad para la velocidad directriz.
En todos los casos debería proveerse la mínima distancia de visibilidad de deten-
ción.
Dondequiera que sea económica y físicamente posible, deberían usarse distancias
de visibilidad de detención más liberales.
En los puntos de decisión debería proveerse una distancia de visibilidad adicional.
Las fórmulas básicas para la longitud de una curva vertical parabólica, en términos
de la diferencia algebraica de pendientes y de la distancia de visibilidad son:
AS²
Cuando S<L L = ──────────────────── (1)
100[√(2h1)+√(2h2)]²
200(√h1+√h2)²
Cuando S>L L = 2S - ────────────── (2)
A
• Cuando la altura del ojo y la del objeto son 1.07 y 0.15 m, respectivamente,
como se usan en la distancia de visibilidad de detención,
AS²
Cuando S<L L = ─────── (3)
404
404
Cuando S>L L = 2S - ────── (4)
A
• La curva de trazos cortos abajo a la izquierda que corta estas líneas, indica
dónde S = L.
Los superiores valores redondeados de K están trazados como líneas llenas en la Fi-
gura III-39.
Los valores redondeados de K son más altos que los calculados, pero las diferencias
no son significativas.
Estos ajustes finales se muestran como las líneas verticales abajo a la izquierda de
la Figura III-39.
Como se trató con todo detalle en la sección Distancia de Visibilidad en este capítulo,
los estudios conducidos en los años recientes sobre el tránsito sobre pavimentos
húmedos y secos fallan para soportar esta hipótesis establecida.
No obstante, se ha calculado un rango de valores de distancia de visibilidad de de-
tención sobre la base de factores de fricción para pavimentos húmedos y veloci-
dades vehiculares iguales a la de marcha media, y directriz de la carretera.
III.180 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
La Figura III-40 provee las longitudes requeridas de las curvas verticales para dife-
rentes valores de A para proveer el rango más bajo de distancia de visibilidad para
cada velocidad (basadas en la correspondiente velocidad directriz).
Segundo, para curvas verticales convexas la zona de pavimento adelante del punto
de tangencia del rayo luminoso del faro con la superficie del pavimento está ensom-
brecido, y sólo recibe iluminación indirecta.
Dado que la altura de montaje de los faros (típicamente 0.6 m) es menor que la
altura del ojo del conductor (1.07 m para diseño), la distancia de visibilidad de un
objeto iluminado de 0.15 m de altura está controlada por la altura de los faros del
vehículo, más que por la línea directa de visión.
Cualquier objeto dentro de la zona de sombra debería ser lo bastante alto para
extenderse dentro del rayo de luz del faro para ser iluminado directamente.
Sobre la base de la fórmula 1, el fondo del rayo de luz del faro está alrededor de 0.4
m sobre el pavimento a una distancia adelante del vehículo igual al valor bajo del
rango de distancia de visibilidad de detención.
Aunque el sistema de faros del vehículo limita la longitud de visibilidad del pavimento
como ya se mencionó, hay algún efecto mitigador en que otros vehículos -cuya altura
de luz trasera típicamente varía desde 0.45 m hasta 0.6 m- y otros objetos de
tamaños peligrosos reciben iluminación directa de los faros a los valores de la
distancia de visibilidad de detención usados para el diseño.
También puede racionalizarse que los conductores son conscientes de que la visibi-
lidad durante la noche es menor que durante el día, sin importar las características
de diseño del camino, y que los operadores de los vehículos están así más atentos y
alertas.
Elementos de Diseño III.181
• Hay una sección horizontal de muy pequeña longitud sobre una curva vertical
convexa de Tipo I (Figura III-38), pero no se experimenta ninguna dificultad para el
drenaje de los pavimentos con cordones si la curva es lo bastante aguda como para
que en un punto alrededor de 15 m desde el vértice se alcance una pendiente de
0.30 %.
Esto corresponde a 51 m-por ciento de cambio en pendiente; está línea está trazada
en la Figura III-39 como el máximo para drenaje.
Se aplican las fórmulas generales 1 y 2, pero la altura 1.30 m del objeto resulta en
las siguientes fórmulas específicas con los mismos términos que antes:
III.182 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
AS²
Cuando S<L L = ─────── (5)
946
946
Cuando S>L L = 2S - ────── (6)
A
El esparcimiento hacia arriba del rayo de luz provee alguna longitud visible adicional,
pero generalmente esto no se tiene en cuenta.
AS²
Cuando S<L L = ───────── (7)
120+3.5S
120+3.5S
Cuando S>L L = 2S - ───────── (8)
A
• Para la seguridad general de los caminos, una curva vertical debería ser lo
suficientemente larga de modo que la distancia del rayo de luz sea casi la misma que
la de visibilidad de detención.
En consecuencia, es pertinente usar las distancias de visibilidad de detención para
varias velocidades directrices como el valor S en las fórmulas de arriba.
Las resultantes longitudes de curvas verticales para el valor superior del rango de
distancias de visibilidad para cada velocidad directriz se muestran en la Figura III-41
con líneas llenas.
III.184 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Se usan valores redondeados de K como se hizo para las curvas verticales con-
vexas y, para comparación, la línea punteada K = 26.6 es un valor no redondeado
para 70 km/h.
La Figura III-42 da las longitudes de las curvas verticales cóncavas para varias
diferencias algebraicas de pendientes para el rango más bajo de distancias de visibi-
lidad de frenado.
AV²
L = ─────── (9)
395
donde L y A son los mismos que en las fórmulas anteriores, y V es la velocidad di-
rectriz, km/h.
• El drenaje afecta el diseño de las curvas verticales de Tipo III (Figura III-38)
donde se usan secciones con cordones.
La longitud para cualquier otro criterio es mayor que la longitud mínima para otros
criterios arriba de 100 km/h y, es casi igual para otros criterios hasta 120 km/h para
longitud-mínima de curvas verticales.
• De lo anterior, es evidente que los controles de diseño para las curvas verti-
cales cóncavas difieren de los de las curvas convexas, y son necesarios valores
separados de diseño.
La base de la distancia de visibilidad de faros parece ser la más lógica para uso
general, y los valores determinados para distancias de visibilidad de detención están
dentro de los límites reconocidos en la práctica actual.
Se concluye en usar este criterio para establecer los valores de diseño de un rango
de longitudes de curvas verticales cóncavas.
Como en el caso de las curvas verticales convexas, es conveniente expresar el
control de diseño en términos de la tasa K para todos los valores de A.
Esto supone alguna desviación de los valores calculados para pequeños valores de
A, pero las diferencias no son significativas.
Las longitudes de las curvas verticales cóncavas sobre la base de los valores de K
para las velocidades directrices se muestran con líneas llenas en la Figura III-41.
Debe ponerse el acento en que estas longitudes son valores mínimos basados en la
velocidad directriz; siempre que sea posible son deseables curvas más largas, pero
debe ejercitarse la atención sobre el drenaje donde se use un valor de K superior a
51.
• Las curvas verticales más cortas que las longitudes calculadas de la Tabla III-
37 pueden justificarse por razones económicas en casos donde un elemento
existente, tal como una estructura no lista para su reemplazo, controla el perfil
vertical.
En ciertos casos las rampas también pueden diseñarse con curvas verticales más
cortas.
La fuente de iluminación fija es deseable en estos casos.
Para el diseño de calles, algunos ingenieros aceptan diseñar una curva convexa o
cóncava donde A es alrededor de 1 por ciento o menos, sin una longitud de curva
vertical calculada.
Consideraciones Generales
Los alineamientos horizontal y vertical son elementos de diseño permanente para los
cuales se justifica un completo estudio.
Así, los compromisos en los diseños de los alineamientos deben sopesarse cuidado-
samente, porque cualquier ahorro inicial puede ser superado por las pérdidas eco-
nómicas para el público en la forma de accidentes o demoras.
Aquí se supone que el trazado general ha sido fijado y que el problema remanente
es el específico diseño y armonización de las líneas verticales y horizontales, tal
como la terminada carretera, camino o calle serán una económica, agradable y
segura vía sobre la cual viajar.
La velocidad directriz determina los valores límites para muchos elementos tal como
la curvatura y la distancia de visibilidad, e influye en muchos otros elementos tales
como ancho, separaciones, y gradiente máximo; todos las cuales se trataron prece-
dentemente de este capítulo.
Los dibujos de trabajo deberían ser de escala pequeña, con el perfil trazado junto
con la planimetría.
Para ayudar en esta visualización hay también disponibles programas para computa-
doras personales (PC) que permiten a los proyectistas ver los propuestos alinea-
mientos verticales y horizontales en tres dimensiones.
Para la velocidad directriz seleccionada los valores para controlar la curvatura, pen-
diente, distancia de visibilidad, y longitud de desarrollo del peralte deberían estar a
mano y verificados gráficamente o con una PC o sistema DAC.
Esta necesidad puede ocurrir donde se necesitan notables cambios en las caracte-
rísticas del alineamiento, por inusuales controles del terreno o zona-de-camino.
Deben considerarse todos los aspectos del terreno, operación del tránsito, y aparien-
cia, y ajustarse y coordinarse las líneas horizontales y verticales, antes de comenzar
los costosos y largos cálculos, y la preparación de los planos de construcción a es-
cala grande.
Para carreteras con cunetas, deben examinarse los efectos de las transiciones del
peralte sobre la rasante de la cuneta.
A veces, ligeros cambios en las rasantes con relación a las curvas horizontales pue-
den eliminar el problema.
Drenaje
Las obras viales de drenaje se proveen para llevar el agua a través de la zona-de-
camino y para desviar el agua de lluvia del camino mismo.
Estas obras incluyen puentes, alcantarillas, canales, cordones, cunetas, y varios ti-
pos de drenes.
Mientras que las consideraciones de drenaje son una parte integral del diseño
geométrico vial, los criterios específicos no están incluidos aquí.
Además, otras publicaciones (42) se usan ampliamente y están disponibles para los
organismos viales en la FHWA o la National Technical Information Service.
Los efectos probables de una invasión vial de inundar peligrosamente otras propie-
dades y el riesgo del daño de la inundación al camino deberían evaluarse cuando se
está considerando un trazado sobre una llanura de inundación.
Las cotas de la superficie de agua de varios períodos de retorno influirán en las deci-
siones respecto del perfil de la carretera donde sea necesaria una invasión.
A menudo, los perfiles de la carretera en los cruces de corrientes de agua están de-
terminados por consideraciones hidráulicas.
III.202 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Hasta la extensión practicable, los cruces de las corrientes y otras invasiones viales
sobre las llanuras de inundación deberían ubicarse y alinearse para preservar la
distribución y dirección natural de la inundación.
Debe tenerse cuidado para asegurar que este cordón no invada la zona de despejo
de la carretera; refiérase a la discusión sobre separación horizontal a las obstruccio-
nes en el Capítulo IV.
Dado que las rejas pueden bloquearse por acumulación de arrastres de basura, para
las condiciones urbanas son ventajosas las aberturas de cordón o embocaduras
combinadas con reja y aberturas de cordón.
Las secciones discontinuas con cordones, como en el gore de las ramas, y los
cordones de separaciones variables no deberían usarse como expedientes para
conducir el drenaje del pavimento donde estas características podrían deteriorar la
seguridad vial.
Elementos de Diseño III.203
Las embocaduras deberían diseñarse y ubicarse para impedir que el cieno y detritos
llevados en suspensión se depositen sobre la calzada donde el gradiente longitudinal
se haya disminuido.
Deberían instalarse embocaduras extras cerca de los puntos bajos de las curvas ver-
ticales cóncavas para tomar cualquier sobreflujo proveniente de embocaduras blo-
queadas.
Las embocaduras deberían ubicarse de modo que el flujo concentrado y el grueso
flujo laminar no crucen los carriles directos.
Donde las superficies de pavimento sean alabeadas, como en los cruces de calles o
ramas, el agua superficial debería interceptarse justo antes del cambio de pendiente
transversal.
Además, las embocaduras deberían tener adecuada capacidad para evitar una
condición peligrosa sobre el camino y puentes, especialmente en las curvas ver-
ticales cóncavas donde el agua pueda estancarse.
El efecto general del drenaje sobre la geometría de pavimentos, banquinas, zanjas, o
cunetas y taludes laterales se trata más adelante en el Capítulo IV.
El concepto debería considerarse para usar en el diseño del drenaje vial donde
obras de conducción aguas abajo son inadecuadas para tomar los caudales pico
desde las obras de drenaje pluvial de la carretera, donde ésta contribuiría a acrecen-
tar los caudales pico y agravar los problemas de inundación aguas abajo, y como
una técnica para reducir los costos de construcción de desembocaduras desde las
obras de drenaje pluvial del camino.
Por supuesto, la aplicación más directa del control de la erosión ocurre en el diseño
del drenaje y en la preparación de las especificaciones de paisajismo y plantación de
los taludes.
Una segura zona de descanso es una zona lateral, con obras para estacionamiento
separadas del camino, provistas para que el motorista se detenga y descanse por
cortos períodos.
La zona puede proveer agua para beber, sanitarios, mesas y bancos, teléfonos,
obras de información, y otras para el viajero.
Una segura zona de descanso no está destinada para usar para reuniones sociales
o cívicas o para tales formas activas de recreación como paseos en barco, natación,
o juegos organizados.
Un mirador o vista escénica es una zona lateral provista para que los motoristas
estacionen sus vehículos, más allá de la banquina, primariamente para contemplar el
escenario o para tomar fotografías con seguridad.
Los miradores no necesitan proveer obras para confort y conveniencia.
Los planos del lugar deberían desarrollarse mediante el uso de un completo proceso
de planeamiento del lugar, que debería incluir la ubicación de las ramas de acceso,
áreas de estacionamiento, edificios, zonas para picnics, abastecimiento de agua,
obras de tratamiento de líquidos cloacales, y áreas de mantenimiento.
El objetivo es dar la máxima importancia a lo apropiado del lugar, más que el respeto
de una constante separación, en longitud o tiempo, entre los lugares.
• En A Guide on Safety Rest Areas for the National System of Interstate and
Defense Highways de AASHTO (47) se da mayor información relativa al diseño de
zonas seguras de descanso.
Iluminación
Hay evidencia de que en las zonas urbanas y suburbanas, donde hay concentracio-
nes de peatones e interferencias laterales, las fuentes de luz fijas tienden a reducir
los accidentes.
La iluminación de las carreteras rurales puede ser deseable pero la necesidad de ella
es mucho menor que en calles y carreteras en zonas urbanas.
El consenso general es que la iluminación de las carreteras rurales rara vez se justifi-
ca, excepto en cierta partes críticas, tales como distribuidores, intersecciones, cruces
ferroviarios a nivel, puentes largos o angostos, túneles, curvas cerradas, y zonas
donde la interferencia lateral es un factor.
La mayoría de las carreteras rurales modernas deberían diseñarse con una abierta
sección transversal y alineamientos horizontales y verticales realmente de alto tipo.
Por consiguiente, ellas ofrecen una oportunidad para un uso casi máximo de las
luces de los faros y resultante justificación para disminuir la iluminación fija de toda la
carretera.
Esta guía también contiene una sección sobre la iluminación de túneles y pasos bajo
nivel.
Por otro lado, las intersecciones con sustancial canalización, particularmente tra-
zados de multi-caminos y los diseñados a gran escala, a menudo son iluminados.
Las luces de los faros de los otros vehículos son un estorbo más que una ayuda
debido a la variedad de direcciones y movimientos de giro.
Sin iluminación puede haber una notable disminución en la utilidad del distribuidor
durante la noche, cuando podría haber más vehículos aminorando y moviéndose con
incertidumbre que durante las horas del día.
Debería considerarse hacerlo visible durante la noche mediante iluminación (o dispo-
sitivos de reflectorización) de las partes de estructuras de separación de niveles que
puedan ser peligrosas, tales como cordones, pilas y estribos. Cuanto mayor es el
volumen de tránsito, particularmente el de giro, más importante se vuelven las
fuentes fijas de iluminación en los distribuidores.
En algunos casos tal tratamiento puede aplicarse también a los cruces operados con
señales titilantes o barreras, o ambas.
Esta iluminación suministra una distribución uniforme de la luz sobre toda el área y
puede proveer guía del alineamiento.
Sin embargo, tiene la desventaja del impacto visual de la espuria luz que se incre-
menta en las comunidades vecinas.
• Siempre que sea práctico, los postes de iluminación deberían ubicarse fuera
de las zonas de despejo.
Las dimensiones adecuadas de la zona de despejo para las varias clasificaciones
funcionales se encontrarán en la discusión sobre separación horizontal a obstruccio-
nes del Capítulo IV.
Donde los postes están ubicados dentro de la zona de despejo sin importar la distan-
cia desde la calzada, deberían diseñarse para tener una adecuada característica de
atenuación de impacto; normalmente se usa un diseño rompible.
Los postes rompibles no deberían usarse en calles de zonas densamente desarro-
lladas, particularmente con veredas.
Cuando se los golpea, estos postes podrían ser peligrosos para los peatones y
causar daños a los edificios adyacentes.
Donde los postes se ubican sobre la derecha, la fuente de luz está más cerca de los
carriles de tránsito más usados.
General
Aquellos cruces de Sspp que con más probabilidad requieran futuro mantenimiento
deberían encerrarse o instalarse en túneles para permitir los trabajos sin interrumpir
el flujo de tránsito.
Urbana
• Donde haya secciones con cordones, los Sspp deberían ubicarse en el límite
de las zonas entre el cordón y la vereda, al menos 0.5 m detrás de la cara del cordón
y, donde sea posible, detrás de la vereda.
Para secciones urbanas sin cordones, refiérase a las discusiones sobre zona de
despejo en el Capítulo IV.
Rural
En una construcción nueva ninguna obra de servicio público debería situarse debajo
de parte del pavimento, excepto donde deba cruzar la carretera.
Las únicas excepciones permitidas podrían ser donde el accesorio es rompible o pu-
diera instalarse detrás de una barrera de tránsito erigida para proteger los vehículos
errantes de algún otro peligro.
Señalización y Marcación
Usualmente, las carreteras arteriales son rutas numeradas de tipo bastante alto y
tienen volúmenes de tránsito relativamente altos.
En tales carreteras, las señales y las marcas se emplean extensamente.
Los caminos locales son carreteras de tipo-bajo y usualmente tienen bajos volú-
menes y velocidades.
• Las señales viales son de tres tipos generales: señales regulatorias, usadas
para indicar el requerido método de movimiento de tránsito; señales de precaución,
usadas para indicar condiciones que pueden ser peligrosas para los usuarios viales;
y señales guía, usadas para dirigir el tránsito a lo largo de la ruta o hacia un destino.
Por detalles respecto del diseño, ubicación y aplicación de las señales, debería
remitirse al MUTCD (8).
• Debido a que los soportes de las señales viales tienen el potencial de ser un
peligro para los motoristas, las señales deberían ubicarse sobre estructuras, fuera de
la zona de despejo, o detrás de barreras de tránsito requeridas para protegerse de
otros peligros.
Si esas medidas no son posibles, los soportes de las señales deben ser rompibles o,
para soportes en voladizo o aéreos, protegidos por adecuadas barreras de tránsito.
Las Standard Specifications for Structural Supports for Highway Signs, Luminaires,
and Traffic Signals de AASHTO (53) provee los requerimientos para soportes de
señales rompibles.
Para carreteras y calles hay tres tipos generales de marcas en uso: marcas en el pa-
vimento, objetos marcadores, y delineadores.
Pueden suplementarse con otras marcas del pavimento, tales como aproximación a
obstrucciones, líneas de parada o de cruce, y varias marcas de palabras y símbolos.
Barreras Antirruido
En reconocimiento del efecto adverso que el ruido puede tener sobre la gente que
vive frente, trabaja en, o de otra forma usa la tierra adyacente a las carreteras, se
están usando barreras antirruido en una extensión creciente.
Tales barreras antirruido pueden construirse sobre nuevas o existentes carreteras.
Deberían hacerse todos los esfuerzos para ubicar las barreras antirruido para pro-
veer las separaciones horizontales a la obstrucción, fuera del borde del pavimento
establecidas en el Capítulo IV. Sin embargo, se reconoce que tal retranqueo* a veces
puede ser impracticable.
Cuando no se puede obtener esta separación horizontal, debe proveerse el mayor
ancho posible en comparación con la consideración del costo efectivo.
En tales casos puede ser necesario instalar planchas metálicas, en vez de barreras
laterales de hormigón, para mantener la adecuada distancia de visibilidad.
Debe ejercitarse el cuidado en la ubicación de las barreras antirruido en zonas cer-
canas a los gores. Ver Breve Glosario del Traductor en la página xxvi.
Las barreras deberían comenzar o terminar, según el caso, por lo menos 60 m
desde la nariz teórica.
• Por mayor información sobre barreras antirruido, ver la sección sobre control
de ruido del Capítulo IV.
• El objetivo de cualquier plan de control debería ser dirigir al tránsito con segu-
ridad, a una velocidad regulada a través, o alrededor de las zonas de construcción.
La geometría y dispositivos de control -tan cercanos como sea posible- deberían
redundar en condiciones comparables con las de operación normal, mientras se pro-
vee espacio para que el contratista trabaje efectivamente.
III.216 AASHTO ’94-Diseño Geométrico de Carreteras y Calles
Las normas para el uso y aplicación de las señales y otros dispositivos de control de
tránsito durante la construcción están establecidas en el MUTCD (8) cubriendo cada
clase de actividad de la construcción.
No hay una aplicación estándar en el MUTCD (8) que cubra cada tipo de actividad
de la construcción.
El tamaño y la distancia a las cuales debería ubicarse tal señalización con antici-
pación a las operaciones de construcción varía con la velocidad sobre la vía afec-
tada.
Por ejemplo en carreteras de alta-velocidad, donde haya una transición desde dos o
más carriles a solo uno, advertencias ubicadas 1.6 km o más son deseables, con
abocinamientos de 360 m o más de longitud precediendo al carril cerrado.
• Donde sea posible debería evitarse la detención del tráfico mediante banderi-
lleros u otros medios.
Cuando una carretera o calle existente se usa como un desvío, resultan mayores
volúmenes y puede ser necesario aumentar con anticipación la capacidad de tal ruta.
Es necesario ser muy cuidadoso en el trazado de estas zonas, en el uso de los dis-
positivos de delineación y advertencia, y en el establecimiento de zonas para las
operaciones del contratista, para minimizar el impacto sobre la seguridad de moto-
ristas y trabajadores.
Los ítem que deberían considerarse al desarrollar planes de control de tránsito inclu-
yen los siguientes:
Semáforos
Por esta razón la planeada operación del semáforo para cada intersección de una
vía debería integrarse con el diseño para obtener una eficiencia operacional óptima.
Las distancias de cruce para los vehículos y peatones deberían ser tan cortas como
posible para reducir la pérdida de tiempo al comienzo de la fase verde y el tiempo de
separación perdido al final de la fase.
El tiempo ahorrado de estos dos períodos resulta en más luz verde para el tránsito
directo.
Por consiguiente, el primer paso en el desarrollo de la geometría de la intersección
debería ser un completo análisis de la actual y futura demanda de tránsito.
Debido al gran volumen de tránsito que gira en y fuera de grandes áreas de estacio-
namiento, las entradas y salidas de las zonas de estacionamiento deberían diseñar-
se de forma que simplifiquen la operación de los semáforos afectados.
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