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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA – 2º Cuatrimestre 2016

Ficha de clase: lunes 07/11/2016 (17-19hs.)


Prof. Esteban Bieda

La clasificación aristotélica de las ciencias


El tema de hoy es muy esquemático, y pretende ordenar toda la unidad de Aristóteles. Vieron que
para Platón en general se suele ordenar su pensamiento en distintos períodos cronológicos
(diálogos de juventud, madurez y vejez); es un pensamiento más dinámico, en el sentido de que va
cambiando, etc. (recuerden las críticas que Platón se hace a sí mismo en el Parménides). El caso de
Aristóteles es un poco más complicado: si bien es cierto que hay textos de diferentes períodos de
producción, la pretensión de la filosofía aristotélica –y esto a lo largo de toda su producción, de
una manera o de otra, se sostuvo- es de sistematicidad. Se trata de generar un sistema filosófico
que se pueda aplicar a las distintas ramas de conocimiento que Aristóteles pretende abarcar. Esto
hace siempre problemático elegir un lugar por donde entrar en la filosofía aristotélica. Para esto es
sumamente útil algo que Aristóteles hizo: una clasificación integral de las distintas ciencias. La
clase de hoy la vamos a dedicar a algo muy concreto, que quizás tengan que ubicar como tema
previo para abordar otros temas de Aristóteles. Les decía que la cuestión de por dónde empezar en
Aristóteles es mucho más compleja que en el caso de Platón, donde uno puede elegir comenzar por
los primeros diálogos, se puede trazar una evolución cronológica de su pensamiento, aun cuando
eso de “evolución” es ciertamente discutible. En el caso de Aristóteles la pretensión es de
sistematicidad, más allá de que lo logre o no. Entonces, el mapa de la filosofía aristotélica es un
poco distinto del mapa que se puede hacer de la filosofía platónica. De modo que hoy vamos a ver
el tema de la clasificación de las ciencias, que podemos tomar como una suerte de mapa
conceptual de la obra aristotélica. El propio Aristóteles hace una clasificación de las distintas
ciencias –siendo la filosofía una clase de ciencia. Esto lo hace fundamentalmente en Metafísica VI,
capítulo 1 (texto número 15 de la antología de textos aristotélicos). Claro que esto no se hace allí
de casualidad. En el libro VI se viene llevando a cabo un trabajo que comienza en el libro I. En el
libro I de la Metafísica Aristóteles define a la metafísica o filosofía primera –como él la llama–
como la ciencia que busca los primeros principios y las primeras causas. Ahora bien, en ese libro I
no se dice primeras causas y primeros principios de qué, cuál es el objeto concreto de esta filosofía
primera o “metafísica” (que a esta altura ya saben que no es un vocablo aristotélico). En el libro IV
se da una especie de respuesta y se dice cuál es el objeto de la filosofía primera. La respuesta es
que la filosofía estudia “el ser en tanto ser”, “el ente en tanto ente”, “lo que es en tanto que es” –
dependiendo de la traducción-. Ese es el objeto de estudio de la filosofía primera. Ahora bien, lo
que en el libro IV no se explica de una manera demasiado clara es qué es eso que es en tanto que
es. Se dice que se lo estudia, pero no se explica o no se dan demasiados detalles respecto de qué es
eso. ¿Es algo universal o particular? Si es universal, ¿qué clase de universal es? Es decir, lo que es
en tanto que es ¿es producto de una abstracción de las cosas que son? Si es particular ¿qué clase de
objeto particular es, de qué índole? Estas preguntas que surgen de los planteos del libro IV, en el
libro VI un poco se retoman. Digo esto porque el capítulo 1 del libro VI es prácticamente la
continuación de los planteos hechos en el libro IV. Tengan presente que entre el libro IV y el VI
está el libro V, que es una especie de diccionario. Argumentativamente del IV se salta al VI, donde
se empieza a precisar qué es esto que es en tanto que algo que es; fundamentalmente a qué ciencia
le corresponde estudiarlo. Es a propósito de esto que Aristóteles va a distinguir distintos tipos
de ciencia para despejar cuál es la que estudia eso que es en tanto que algo que es, y qué
estatus tiene el objeto de esa ciencia. Tomemos esto a modo de contextualización.

Entonces, en el libro VI, 1 se dice que lo que es en tanto que algo que es es diferente a lo que es
por accidente (que se trata en el capítulo 2 del libro VI) y que es diferente de lo que es en tanto
verdad (uno de los modos de ser según Aristóteles, que se trabaja en el capítulo 4 del libro VI). Y
en el capítulo 1 se diferencia a lo que es en tanto que es de las ciencias particulares.

Lo que es se dice de muchas maneras, el ser por sí, el ser accidental, el ser como potencia y acto y
el ser como verdadero y falso. Esos son los sentidos del ser. La pregunta es cuál de esos tipos de
ser estudia la filosofía primera. Lo que es en tanto que es ¿Qué es? En el libro VI se dice que es
distinto del ser accidental, que es distinto del ser en tanto verdadero y, fundamentalmente, lo que
es en tanto que algo que es es distinto del ser de las ciencias particulares. Ya verán que en la
expresión “ciencias particulares” hay una incipiente contradicción o tensión conceptual, porque si
es una ciencia en principio no podría ser particular.

Leamos el texto n°15 de la antología de textos aristotélicos, Metafísica VI, 1:

Se trata de buscar los principios y las causas de las cosas que son, pero obviamente, en tanto que
cosas que son. Alguna causa hay, en efecto, de la salud y del bienestar corporal, y hay principios y
causas de las realidades matemáticas y, en general, toda ciencia discursiva, o que participe en
alguna medida del pensar discursivo, se ocupa de causas y principios más exactos o más sencillos.
Reparen en que por momentos retomamos el libro IV pero buscando los principios y causas de las
cosas que son en tanto que son. Es decir, no las cosas en tanto que son árbol o número, porque el
estudio de las causas de las cosas en tanto que son árbol le corresponderán a la botánica, mientras
que el estudio de las causas de las cosas que son en tanto que número le corresponderán a la
matemática, a la aritmética concretamente. De modo que no estamos buscando las causas de las
cosas que son en tanto son algo determinado, sino en tanto que son, estamos buscando no la causa
de lo que las cosas son sino la causa del ser de las cosas. Es decir, las causas y los principios del
ser de las cosas, no por qué un árbol es árbol, no qué es un árbol, sino por qué el árbol es, qué
quiere decir que el árbol es, que existe, qué es el ser del árbol. Eso es lo que estamos buscando, por
eso la expresión “las cosas que son en tanto que son”. Reparen en que ahí se dice que hay
principios o causas de la realidad corporal y principios y causas de las realidades matemáticas, en
general toda ciencia discursiva y que participe en alguna medida del pensar discursivo. Ahí se
habla de “ciencia discursiva”, son las ciencias que se manejan con diánoia, ciencias dianoéticas
dice textualmente. Las ciencias dianoéticas o ciencias discursivas operan diacrónicamente, muchas
de ellas acumulando conocimientos, otras deduciendo conocimientos.

Estas ciencias, que en definitiva son las particulares, trabajan acumulando conocimientos,
discurriendo discursivamente, diacrónicamente, a diferencia de una ciencia intelectual que supone
una captación inmediata, que no supone un progreso, no supone una acumulación, sino que es un
acto instantáneo e infalible. Aquí Aristóteles está hablando de las ciencias dianoéticas, que en
definitiva son las particulares. ¿Por qué se llaman particulares? Porque tienen como objetivo una
parte de la realidad recortada, porque dentro del ámbito de lo que es recortan un aspecto de lo que
es. Por ejemplo, de todas las cosas que son, la botánica estudia sólo las que son plantas; de todas
las cosas que son, la matemática estudia las que son número. Ahora bien, la matemática estudia
todos los números y la botánica estudia todas las plantas. Entonces la botánica, desde cierto punto
de vista, es universal, porque estudia todas las plantas, eso la vuelve una ciencia, la vuelve
universal, pero, desde otro punto de vista, es particular, porque las plantas no son todo lo que hay,
no son todo lo que es, hay más cosas que son. Entonces, desde el punto de vista de su objeto de
estudio las ciencias particulares estudian todos los miembros de su especialidad. Eso las vuelve
universales. Pero desde el punto de vista del ser de su objeto de estudio son particulares. Porque su
objeto de estudio además de ser, por ejemplo, árbol, también es algo que es, a secas, pero no es lo
único que es. Los números también son y la botánica no estudia los números, entonces desde el
punto del vista del ser, la botánica ya no es universal. No es universal desde el punto de vista del
ser de su objeto de estudio. De allí que la única ciencia absolutamente universal es la que estudia
lo que es, las cosas que son, pero no en tanto que son esto o aquello, sino en tanto que son.

Leemos un poco más:

Ahora bien, todas estas <ciencias>, al estar circunscritas a algo de lo que es, es decir, a un cierto
género, se ocupan de éste, pero no de lo que es, en sentido absoluto, es decir, en tanto que algo que
es, y tampoco dan explicación alguna acerca del qué-es, sino que tomándolo como punto de partida
—unas, tras exponerlo a la percepción sensible; otras, asumiendo el qué-es como hipótesis—
demuestran, con mayor necesidad o con mayor laxitud, los atributos que pertenecen, por sí mismos,
al género de que se ocupan.
Seguimos en la descripción de las ciencias particulares. Cuando hablamos de ciencia la palabra
griega es epistéme y más bien es un tipo de conocimiento científico, un conocimiento de las causas
de un conjunto de cosas. No deben confundir con lo que actualmente nosotros podemos asociar
con ciencia. Estamos hablando de un conjunto de proposiciones, una teoría, en definitiva, una clase
de conocimiento de un conjunto de cosas o fenómenos.

En esto que acabamos de leer seguimos con la descripción de las ciencias particulares y se dice que
recortan un género de lo que es. Es eso lo que las vuelve particulares, porque según esta afirmación
nosotros podemos ratificar algo que mencionábamos más temprano: que lo que es tiene distintos
géneros, entendiendo por géneros distintas cosas que son. Por ejemplo, las plantas son un género
de lo que es, los animales son un género de lo que es, los números son un género de lo que es; estas
ciencias particulares o dianoéticas se circunscriben a un género de lo que es (por eso son
“particulares”). Ahora, ustedes notan respecto del problema de la universalidad cómo el concepto
de género (génos, en griego) tiene la ambigüedad de la que hablábamos antes. Porque un género
desde un cierto punto de vista es universal, pero desde otro punto de vista es particular. Si
consideramos “hombre” es universal, pero si yo digo “animal” ¿qué le pasa a “hombre” respecto
de “animal”? Resulta que hombre no es tan universal como animal. Esta relación de género a
especie en definitiva también opera para estas ciencias que, por ser particulares, no dejan de ser
universales. Aristóteles lo que está buscando es la que está por encima de todas las ciencias
‘particularmente universales’, si se me permite la expresión; está buecando la ciencia que estudia
lo que es no en tanto que es este género o aquel, sino en tanto que es.

Para definir qué características tiene la disciplina científica que lo estudia está describiendo todas
las otras disciplinas científicas, para mostrar cómo la que él está buscando se diferencia de
aquellas. El modo de encontrar la filosofía primera es describiendo lo que hacen todas las otras
ciencias, las ‘particulares’, y mostrando cómo es que esta que él está buscando hace algo distinto.
En concreto: las ciencias particulares no se preguntan por el qué es (la esencia) ni por la
existencia del objeto que estudian, no se preguntan por el ser de las plantas o el número, lo dan
por existente, lo suponen, lo toman como punto de partida. La crítica de fondo es que ninguna de
estas ciencias se pregunta por qué las cosas que estudian son, y no hacen eso porque no les
corresponde. La ciencia primera se hará, precisamente, esa pregunta que las ciencias particulares
no se hacen.

A propósito de estas cuestiones hay una cita de la Enciclopedia de la ciencia de la lógica de Hegel,
que viene muy a cuento:

La filosofía no tiene la ventaja que tienen las otras ciencias de poder presuponer el propio objeto del
método.
La ciencia, tal como hoy nosotros la manejamos, tiene la gran ventaja de suponer el propio objeto,
es decir, la biología no se pregunta por la existencia del cuerpo, el psicoanálisis no se pregunta por
la existencia del inconsciente; la filosofía tiene que preguntarse por la existencia de su propio
objeto. También el método, eso agrega Hegel ahí: no puede dar por sentado el modo en que
trabaja. El filósofo se tiene que preguntar por el objeto que va a estudiar y por el método que va a
utilizar para estudiarlo.

Leemos un poco más de Aristóteles:

Asimismo, nada dicen tampoco acerca de si existe o no existe el género de que se ocupan: y es que
corresponde al mismo pensamiento discursivo poner de manifiesto el qué-es y si es o existe.
Estas ciencias particulares se ocupan simplemente de un género del ser y no muestran o no
problematizan por qué aquello que es, es. Eso sería el resumen de todo esto que venimos leyendo.
En las ciencias particulares el ser de su objeto está supuesto, en la filosofía primera el ser es el
objeto de estudio, el ser de lo que es, no se lo supone, es eso lo que se quiere buscar y estudiar. Es
importante tener en cuenta esta diferencia.

Avanzamos:

Ahora bien, puesto que resulta que la ciencia física se ocupa también de un cierto género de lo que
es (se ocupa, efectivamente, de aquel tipo de entidad cuyo principio del movimiento y del reposo
está en ella misma), es obvio que no es ciencia ni práctica ni productiva.
Este es uno de esos textos que nos da la pauta de que Aristóteles no está pensado en que lo leamos
nosotros, está pensado para discípulos; miren ese “es obvio”, si no. ¿Es obvio? En principio se
nombra a la física, se dice de qué se ocupa la física, se ocupa de un tipo de entidad cuyo principio
de movimiento está en ella misma, es decir una entidad que se mueve, y por eso “es obvio” que no
es ciencia ni práctica ni productiva. Hasta el momento Aristóteles dijo que había ciencias que se
llamaban productivas, otras que se llamaban prácticas, y dijo que la física no era ninguna de las
dos. La física va a formar parte de otro grupo de ciencias que no son prácticas ni son productivas.

Continuemos leyendo:

(y es que el principio de las cosas producibles está en el que las produce —trátese del
entendimiento, del arte o de alguna otra potencia— y el principio de las cosas que han de hacerse
está en el que las hace, (y es) la elección: lo que ha de hacerse y lo que ha de elegirse son, en efecto,
lo mismo);

Este paréntesis pretende explicar una característica de las ciencias productivas y las ciencias
prácticas. De las ciencias productivas se ha dicho que el principio del objeto que las ciencias
productivas tienen está en el productor; mientras que respecto de las ciencias prácticas el
principio del objeto está en el que actúa. Entonces, en las ciencias productivas tenemos a un
agente que produce, en las ciencias prácticas tenemos un agente que practica, que actúa. ¿Cuál es
ese objeto de estudio de las ciencias productivas? Literalmente, productos. ¿Qué son los
productos? Son cosas que hace un productor. Las ciencias productivas, entonces, tienen la
característica de que el objeto de estudio es algo diferente al sujeto que lo produce, porque tal
objeto es un producto producido por ese productor. Las ciencias productivas generan un producto,
generan algo. Ahora bien, el principio del objeto, lo que hace que ese objeto exista, en el caso de
las ciencias productivas es el productor, el que lo produce. Pongamos un ejemplo de Aristóteles,
una ciencia productiva es la retórica o la poética. La Poética es un libro que da una serie de
instrucciones con vistas a producir una tragedia, una obra de arte. Si uno estudia la Poética y tiene
habilidad para la escritura va a producir una tragedia; ese producto, esa tragedia, es algo diferente
al trágico que la produce, y existe gracias al productor mismo, es decir: el principio de su
existencia no está en ella misma (en la tragedia), sino en el tragediógrafo que la escribe. Ese pasaje
del no ser al ser se produjo gracias a que un productor la produjo. Entonces, en las ciencias
productivas el objeto es un producto diferente del agente que lo produce, que sería el productor. El
principio que hace que ese objeto exista está en el productor, no en el producto. Piensen como
ejemplo la tragedia en el caso de la poética, y, en el caso de la retórica, la producción de discursos
persuasivos.

En el caso de las ciencias prácticas el objeto de estudio es la acción; ya no son productos, sino que
el objeto de estudio de las ciencias prácticas son las acciones. La acción coincide siempre con el
agente que actúa. La razón por la cual no se puede decir que producimos acciones es que para
Aristóteles producir es generar un objeto diferente, ajeno, que no está encarnado en el agente. No
hay acciones por fuera de agentes, siempre son encarnadas. Para Aristóteles se es bueno siendo
bueno, actuando de manera correcta. En Ética nicomaquea se dice que no es que estudiamos lo que
está bien para saber lo que está bien, sino que estudiamos lo que está bien para ser buenos, en la
práctica concreta. Es por eso que, en las ciencias prácticas, a diferencia de las productivas, la
acción (que es su objeto de estudio) no se puede diferenciar del agente que actúa, sino que
coinciden el agente y el objeto; mientras que en las ciencias productivas no coinciden el agente y el
objeto. En la productivas el agente produce un objeto que es algo distinto. Este punto, que tiene
que ver con el estatus del objeto, es lo que diferencia a las ciencias prácticas de las productivas, a
saber: que en un caso el agente no coincide con su objeto, mientras que en las ciencias prácticas sí,
eso es lo que las diferencia. Ahora ¿qué es lo que las asemeja? ¿Qué es lo que comparten las
ciencias prácticas y las productivas? El hecho de que en las ciencias prácticas el principio del
objeto, aquello que hace que el objeto exista también está en el agente, también está en el
hombre, porque para que una acción exista un hombre la tiene que realizar. Entonces la causa de
que la acción exista también está en quien la ejecuta. Tal como la causa de que una tragedia exista
está en quien la compone. En este punto hay una coincidencia entre estas dos ciencias. Ejemplos de
ciencias prácticas son la Ética, la Política, la Económica.

Dicho esto, vuelvo a leer lo que leímos recién:

Ahora bien, puesto que resulta que la ciencia física se ocupa también de un cierto género de lo que
es (se ocupa, efectivamente, de aquel tipo de entidad cuyo principio del movimiento y del reposo
está en ella misma), es obvio que no es ciencia ni práctica ni productiva.
Ahora sí podemos saber por qué “es obvio” que la física no es práctica ni productiva: porque el
principio del movimiento o de la existencia de su objeto está en el objeto mismo, y no, como en
las productivas y en las prácticas, en el sujeto. Noten que aquí aparece una diferencia fundamental
con las ciencias productivas y las prácticas, cuyos objetos de estudio –producto y acción
respectivamente– tenían el principio de su existencia no en ellos mismos (como aquí se nos dice
que tiene la física), sino en el agente que produce o actúa. Sigamos leyendo el paréntesis:

(Y es que el principio de las cosas producibles está en el que las produce —trátese del
entendimiento, del arte o de alguna otra potencia— y el principio de las cosas que han de hacerse
está en el que las hace, (y es) la elección: lo que ha de hacerse y lo que ha de elegirse son, en efecto,
lo mismo). De modo que, si todo pensar discursivo es o práctico o productivo o teórico, la física
será una ciencia teórica, pero teórica acerca de un determinado tipo de lo que es, de aquello que es
capaz de movimiento, y de la entidad entendida como la definición en la mayoría de los casos, sólo
que no separable (de la materia).

En principio, la física es teórica o teorética porque no es ninguna de las otras dos. En las teoréticas
el principio del ser del objeto está en el objeto, con lo cual el científico que estudia ese objeto no
tiene ninguna incidencia en lo que a la existencia de su objeto respecta; es el mundo lo que
estudian las ciencias teoréticas, el mundo que se halla frente al hombre, cuya existencia no
depende el hombre que tan sólo puede contemplarlo y conocerlo. El objeto de las teóricas es la
teoría (en términos griegos, theoría). Theoría es una palabra que se suele traducir por
“contemplación” de ahí que también se las llame “contemplativas”. Es una contemplación con el
ojo del alma, una contemplación teórica. Todas las ciencias, las tres, buscan obtener conocimientos
(por eso son ciencias). Ahora bien, en el caso de las productivas se busca un saber para producir
algo, en las prácticas se busca un saber para hacer algo; en las teoréticas, en cambio, se busca el
conocimiento por el conocimiento mismo. No buscamos conocer para hacer otra cosa con ese
conocimiento (producir algo o actuar de determinada manera), sino por el conocimiento mismo.

Como ejemplo teníamos primero a la física:

La física será una ciencia teórica, pero teórica acerca de un determinado tipo de lo que es, de
aquello que es capaz de movimiento, y de la entidad entendida como la definición en la mayoría de
los casos, sólo que no separable (de la materia).

Entonces, la física estudia objetos que se mueven y que son materiales. Por ejemplo, los astros, los
cuerpos celestes, la luna, los planetas.

¿Qué significa esto de la entidad entendida como la definición? “Definición” aquí debe tomarse
como sinónimo de “esencia”. La definición es lo que expresa la esencia de una cosa, es el aspecto
lingüístico o lógico, podríamos decir, de su forma (que sería el aspecto ontológico). La definición
de hombre es “animal racional”. Entonces, la física, si bien estudia objetos materiales, no los
estudia desde el punto de vista de su constitución material, la física estudia objetos que se mueven y
materiales pero desde el punto de vista de lo que los define, desde el punto de vista de su esencia,
que no es su materia, sino su forma. Son materiales los objetos de la física, pero lo que la física
estudia no es dicha materialidad, sino el hecho de que están en movimiento. Entonces, el libro de
Aristóteles titulado “Física” estudia el movimiento, pero no la madera como aquello de lo que está
hecho el carro que se mueve, sino el fenómeno del movimiento en sí mismo.

Avancemos con la lectura:

Conviene, desde luego, no pasar por alto de qué naturaleza son la esencia y su definición, pues, en
caso contrario, la investigación no producirá resultado alguno.
Acá precisa un poco cómo es que el objeto de la física no puede estar separado de la materia. La
física estudia cosas que se mueven, pero necesariamente materiales.

Saltamos un poco, porque viene un ejemplo, que pueden leer por su cuenta, de la nariz chata. Pone
un ejemplo de cosas por lo que esencialmente son, aun cuando sean inseparables de la materia se
las puede estudiar en términos de su definición. En concreto, es para ejemplificar esta cuestión de la
física. Se los comento un poco. Les leo la definición del diccionario de la Real Academia Española:

Chato: Que tiene nariz aplastada.


Entonces en la palabra “chato” hay por definición una referencia a algo material, no se puede hablar
de chato sin hacer referencia a una nariz (pensemos en nuestro “ñato” más bien). El concepto de lo
chato, inevitablemente, si bien es una forma geométrica, por su propia definición remite a algo
material. ¿Se puede estudiar lo chato prescindiendo de las narices? No, porque chato es “nariz
aplastada”. En esto está pensando Aristóteles cuando dice que la física estudia desde el punto de
vista de la definición algo que no se puede separar de la materia. Aristóteles define a lo chato como
que tiene una nariz cóncava. Si consideramos a continuación la definición de la palabra “cóncavo”,
les leo la definición de la Real Academia:

Cóncavo: dicho de una curva que se asemeja al interior de una esfera.

En principio es algo estrictamente conceptual. Si bien lo cóncavo tiene la misma forma de la nariz
chata, sin embargo, cuando uno dice “chato” necesariamente hay una referencia material a una
nariz, mientras que cuando uno dice “cóncavo” no necesariamente, pues se trata de un concepto
independiente de un objeto material. A la física le pasa eso: estudia sus objetos al modo de lo
“cóncavo”, es decir, sin preocuparse por su materialidad (aun cuando, lo repito, sus objetos sea
necesariamente materiales, no es esa materialidad lo que estudia la física).

Leemos:

Desde luego, de lo anterior resulta evidente que la física es teórica. Pero teóricas son también las
matemáticas. Y si bien está sin aclarar, por el momento, si (éstas) se ocupan de realidades inmóviles
y capaces de existir separadas, es evidente que ciertas ramas de la matemática las estudian en tanto
que inmóviles y capaces de existir separadas.
Reparen en lo que dice de las matemáticas. Entendamos “separadas” como separadas de la materia,
es decir, inmateriales. En definitiva, más adelante Aristóteles va a decir que el objeto de la
matemática es inmóvil (pensemos en los números o en las figuras geométricas), pero
probablemente materiales. El objeto es inmóvil pero probablemente material en un sentido similar
a lo que ocurría con los geómetras en la línea dividida de Platón: recuerdan que Sócrates les
criticaba la casi inevitable referencia a figuras sensibles para teorizar acerca de objetos inteligibles.
Cabe recordar que la aritmética y geometría de la época estaban muy arraigadas a las
representaciones materiales de sus objetos: tanto formas geométricas como números. De allí que
Aristóteles opine que los objetos de la matemática “probablemente” sean materiales, porque era uso
y costumbre representarlos materialmente. Entonces, a diferencia de la física, cuyo objeto de
estudio es móvil, el objeto de estudio de la matemática es inmóvil, probablemente material.
Probablemente sea imposible desligar al triángulo de una figura triangular material.

Avanzamos con la lectura:

Por otra parte, si existe alguna realidad eterna, inmóvil y capaz de existir separada, es evidente que
el conocerla corresponderá a una ciencia teórica: no, desde luego, a la física (pues la física se ocupa
de ciertas realidades móviles), ni tampoco a las matemáticas, sino a otra que es anterior a ambas.

El término “anterior” también se puede traducir por “primeras” de modo que podríamos pensar que
es primera respecto de ambas.

Seguimos leyendo un poco más:

En efecto, la física trata de realidades que no son capaces de existir separadas y tampoco son
inmóviles; las matemáticas, en algunas de sus ramas, de realidades que son inmóviles pero no
capaces, posiblemente, de existencia separada, sino inherentes en la materia; la (ciencia) primera,
por su parte, de realidades que son capaces de existencia separada e inmóviles. Por lo demás, todas
las causas son necesariamente eternas, pero muy especialmente lo son éstas, ya que éstas son causas
para las cosas divinas que percibimos.

Aquí viene la filosofía primera, cuyo objeto es inmóvil e inmaterial.

Conque tres serán las filosofías teóricas: las matemáticas, la física y la teología

En griego hay un detalle en el que no me voy a detener demasiado pero que vale la pena comentar.
Aristóteles no usa aquí el sustantivo “theología”, sino “theologiké”. La palabra theología
Aristóteles la usa en otros contextos, pero siempre para referirse a los mitólogos, a los que narran
mitos, a quienes hablan de Zeus, de Afrodita, etc, es decir: de los dioses del panteón tradicional
griego, los dioses de Homero, de Hesíodo. Acá no está hablando de eso, por eso no usa el término
“theología”, sino “theologiké”, que habría que traducir “teológica” (es decir: “ciencia teológica”),
más que “teología”. Esta teológica, este estudio de este dios, no se aboca al dios olímpico de los
mitos, sino que estudia el primer principio de todas las cosas, aquello que quizás constituya, en la
historia de la filosofía occidental, el primer dios filosófico enunciado como tal. Es una entidad que
no se mueve, que es inmaterial y que opera como causa del movimiento de todas las cosas que son.
Reparen en esto que veníamos hablando al principio de la clase. Esto que estudia la teológica es una
cosa que es, una cosa que existe, que además es inmaterial e inmóvil, y que genera el movimiento
de todas las cosas que son, aquello que Aristóteles llamará “primer motor inmóvil”: lo que mueve
sin ser movido. Me interesa que quede claro este punto: el objeto de estudio de la teología o
teológica es algo que es inmaterial, inmóvil y cuyo ser oficia como causa del movimiento de todas
las cosas que son.

Digo esto porque hemos llegado a este punto preguntándonos por lo que es en tanto que algo que es
y por la ciencia encargada de estudiarlo, ciencia que, según vimos, no podía ser una de las ciencias
particulares, que se ocupaban de cosas que son dentro de determinado género, pero sin preguntarse
por el ser de las cosas que son. Desde este punto de vista, todas estas ciencias son particulares
porque recortan un género del ser. La filosofía primera, en cambio, es universal. Ahora bien, se
abre un problema: ¿cómo va a ser universal si estudia una sola cosa, el primer motor inmóvil?
Ocurre que eso único que la filosofía primera estudia es causa del ser de todas las demás cosas, y
ahí radica su universalidad. Fíjense, entonces, cómo podemos volver al dilema del comienzo de la
clase. El dilema era: las ciencias particulares son particulares pero también son universales. Son
particulares porque recortan un género del ser, pero son universales porque dentro de ese género
abarcan todos los casos. Entonces, ¿por qué llamamos universales a las ciencias particulares?
Porque dentro de ese género del ser abarcaban todos los casos. Ahora bien, ¿por qué llamamos
universal a la filosofía primera? No porque abarque todos los casos particulares dentro de cierto
género del ser –habida cuenta de que su objeto de estudio es una sola cosa–, sino porque el objeto
que estudia es la causa del ser de todas las otras cosas. Reparen en qué medida la palabra
“universal” predicada de las ciencias particulares significa una cosa (a saber: que estudian todos los
miembros del género del ser que recortan), mientras que, en el caso de la filosofía primera o
teología o teológica, “universal” significa que estudian el único ente que es causa del ser de todas
las cosas. Son dos modos distintos de considerar “universal”, pero aquí se entiende cómo la
universalidad de la filosofía primera es distinta de la universalidad de las ciencias particulares. Es
esto lo que permite llamar a las otras particulares: respecto de la filosofía primera, las demás
ciencias son particulares.

Hay que agregar una cosa fundamental en el cuadro. Ustedes habrán oído nombrar libros de
Aristóteles que se llaman Categorías, o Tópicos, Primeros analíticos, Segundos analíticos, etc., una
cantidad de libros de Aristóteles que sería difícil ubicar dentro del cuadro que estuvimos realizando.
Existe un conjunto de libros que se los agrupó bajo un solo nombre: Organon. En el Organon lo
que encontramos son libros en los que Aristóteles se dedica a escribir, formular, pensar los métodos
con los cuales se hacen cada una de estas cosas. ¿Por qué el Organon recorre verticalmente las tres
clases de ciencias? Porque en el Organon no encontramos algo que le quepa a las ciencias
productivas, prácticas o teóricas de manera exclusiva, sino el modo en que las ciencias productivas,
prácticas o teóricas proceden. En Categorías Aristóteles define qué es una sustancia y sustancias
hay tanto en las ciencias productivas como en las prácticas y las teóricas. Entonces encontramos
herramientas conceptuales para hacer filosofía, en cualquiera de sus tres ramas.

Algo novedoso para destacar en Aristóteles es el hecho de haberle dado, tanto a las ciencias
productivas como a las prácticas, estatus de ciencia, porque si uno se queda con el primer Platón y
el Platón de madurez estas dos cosas probablemente quedarían relegadas al plano de la dóxa.
Aristóteles, sin embargo, les da estatus de episteme. Esto no solamente significa una evolución en
términos de dignidad, porque de eso se puede obtener conocimiento en el sentido pleno de la
palabra; lo cual no quiere decir que el tipo de conocimiento sea de la misma índole. Así como el ser
se dice de muchas maneras, ocurre que ciencia y conocimiento científico también se dicen de
muchas maneras.
TEORÉTICAS
Objeto de estudio: theoría (conocimiento por el conocimiento mismo)
Principio de existencia del objeto: en el objeto mismo (diferencia con
cs. productivas y prácticas).
teología o teológica: objeto inmóvil e inmaterial
(filosofía primera)

matemática: objeto inmóvil y probablemente


material

Tipos de cs. teoréticas


física: objeto móvil y material

PRÁCTICAS
Objeto de estudio: acción (prâxis) que no es algo diferente del agente
que actúa, sino que se realiza en él (diferencia con las cs. productivas)
CIENCIAS Principio de existencia del objeto: en el que actúa (el objeto, la acción,
existe gracias a que el agente decide actuar). Coincidencia con las cs.
productivas.
Ejemplos: Ética, Económica, Política.

PRODUCTIVAS
Objeto de estudio: producto diferente del agente que la produce, el
productor (diferencia con las cs. prácticas).
Principio de existencia y movimiento del objeto: en el productor (el
objeto existe gracias a que un productor lo produce). Coincidencia con
las cs. prácticas.
Ejemplos: Retórica, Poética.

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