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ESTUDIANTES:
LIMA- PERÚ
2019
INDICE
INTRODUCCIÓN
I. ANTECEDENTES
a. Internacionales
b. Nacionales
II. DESARROLLO DE LOS TEMAS
A. SEXUALIDAD Y SEXO
a. Definición
b. Características
c. Importancia
B. CONDUCTA SEXUAL DEL ADOLESCENTE
a. Definición
b. Características
c. Importancia
C. EMBARAZO Y PATERNIDAD RESPONSABLE EN LA ADOLESCENCIA
a. Embarazo en adolescencia
b. Paternidad responsable en la adolescencia.
b.1 Paternidad en la adolescencia
b.2 Familia del padre o madre adolescente en el rol de paternidad
responsable
b.3 Estrategias de enfermería
D. ROL DE PADRES Y MAESTROS
a. Rol de padres
a.1. Actitudes positivas de los padres
b. Rol de maestros
E. VIOLENCIA SEXUAL ADOLESCENTE
III. PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA DIRIGIDO A UN PACIENTE Y
FAMILIA ESPECÍFICO.
IV. ARTÍCULO DE ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
INTRODUCCION
Los adolescentes sufren de presión social ya sea por sus compañeros de clase, sus
amigos de barrio, por los spots publicitarios de los medios de comunicación para
consumir alcohol, tabaco o para iniciar la vida sexual a edades cada vez más
tempranas, que representan un riesgo de traumatismos, embarazos no deseados,
infecciones de transmisión sexual como el VIH entre otros.
Como bien menciona la OMS, “Los adolescentes son diferentes de los niños
pequeños y también de los adultos. Más en concreto, un adolescente no es
plenamente capaz de comprender conceptos complejos, ni de entender la relación
entre una conducta y sus consecuencias, ni tampoco de percibir el grado de control
que tiene o puede tener respecto de la toma de decisiones relacionadas con la salud,
por ejemplo, decisiones referidas a su comportamiento sexual.” Por dicha
incapacidad el adolescente puede ser vulnerable a la explotación sexual y a la
práctica de conductas de alto riesgo, que comprometan su salud física y mental, y
sus metas a futuro.
Por todo lo expuesto, el presente trabajo realizado por nosotros como futuros
profesionales de enfermería que tenemos la responsabilidad de la salud del
adolescente, es de suma importancia para conocer más sobre la sexualidad,
conducta sexual, violencia sexual, problemas, rol de padres y maestros durante la
etapa adolescente con enfoque de salud sexual.
I. ANTECEDENTES
a. Internacionales
Carolina Figueroa, C. Saavedra, ECTAL. Realizo la investigación titulada
“Significado de ser padre siendo adolescentes “en la ciudad de Colombia-
Bogotá, año 2017. Tuvo como objetivo describir los significados de ser padre
desde la visión del adolescente mismo. Metodología con enfoque cualitativo
con abordaje fenomenológico realizado en la Localidad Cuarta de San
Cristóbal (Bogotá, Colombia) mediante entrevistas semiestructuradas,
observación participante, fotografías, grupos focales y diarios de campo. El
análisis de la información se realizó mediante el método fenomenológico de
Amadeo Giorgi. Donde se concluye:
“La paternidad adolescente fue interpretada por los participantes como
un cambio positivo, debido a que formularon un proyecto de vida, se
alejaron de sus pares y adquirieron responsabilidades económicas y
sociales. En este sentido, convertirse en padre adolescente fue una
salida para dejar de consumir sustancias psicoactivas y alejarse de
conductas juveniles de riesgo. Para terminar, como las políticas
públicas para la prevención del embarazo adolescente tradicionalmente
se han centrado en la mujer, es indispensable que se tengan en cuenta
las necesidades y expectativas de los hombres adolescentes,
desarrollando programas educativos que sean acordes a su contexto
sociocultural.”
Vargas E., Henao J., y Gonzalez C., son autoras del artículo que lleva por
nombre “Toma de decisiones sexuales y reproductivas en la adolescencia”.
El objetivo he dicho artículo es avanzar en el conocimiento sobre los estilos
de toma de decisiones sexuales y reproductivas de los adolescentes y las
cogniciones asociadas a ellas. Fue un estudio descriptivo de tipo cualitativo,
a través de ésta técnica de obtención de información, se buscó obtener
evidencia directa de las cogniciones que las y los jóvenes han construido
acerca de la sexualidad y que guían su comportamiento. La población fue de
72 adolescentes entre los 13 y 19 años de edad, de diferentes estratos
socioeconómicos en Bogotá y Cali. Las conclusiones fueron que, con
respecto a las relaciones románticas la información de los jóvenes mostró
que en la toma de decisiones juega un papel relevante la presión de los
pares. Sin embargo, se encontró que la presión de los pares disminuye su
importancia con la edad, y que tal como se ha encontrado en otros estudios
(Vargas Trujillo y Barrera, 2002), la influencia de los compañeros no es
permanente, sino que constituye una oportunidad de transición hacia el
surgimiento de la capacidad de los adolescentes para dirigirse por sí mismos
y para seleccionar críticamente sus compañías. De hecho, también se pudo
establecer que en la medida en que aumenta la edad y el número de
relaciones, la elección de pareja se hace más selectiva y que, más allá de la
atracción física y la presión de los pares, los adolescentes empiezan a
considerar las características de la persona como criterios para elegirla, así
como sus expectativas de vinculación afectiva
a. Internacionales
NOTICIA LATINOAMERICA
En el año 2017, los Centros Emergencia Mujer (CEM) del MIMP registraron
30 681 casos de violencia a niñas, niños y adolescentes menores de 18
años, de los cuales 6 030 son casos de violencia sexual a niñas y
adolescentes mujeres y 563 de niños y adolescentes hombres.
Esta situación se torna aún más dramática cuando las niñas o la adolescente
resultan embarazadas como producto del abuso sexual.
A. SEXUALIDAD Y SEXO
SEXUALIDAD
a. Definición
La OMS (2000) define: “La sexualidad es un aspecto central del ser humano a lo
largo de la vida y tiene en cuenta aspectos como el sexo, la identidad y roles de
género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La
sexualidad se experimenta y se expresa a través de pensamientos, fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas y relaciones.
Mientras la sexualidad incluye todas estas dimensiones, no todas son expresadas o
experimentadas. La sexualidad está influenciada por las interacciones entre lo
biológico, lo psicológico, lo social, lo económico, lo político lo cultural, lo ético, lo
legal, lo histórico, lo religioso y por factores espirituales”.
La sexualidad forma parte importante de cada uno de los ciclos vitales del individuo.
Como características distintivas, durante la adolescencia se produce la exploración y
experimentación para la incorporación de la sexualidad a la identidad de la persona.
Los cambios neurobiológicos conducen a la maduración social, emocional y cognitiva
a la par de los cambios físicos apropiados para preparar al individuo para la
reproducción (Suleiman, Galván, Harden y Dahl, 2016).
Encontrar una definición de sexualidad es una tarea difícil ya que la sexualidad hace
referencia a un concepto multiforme, extenso, profundo y variadísimo de elementos
que todos unidos forman el concepto de sexualidad como un todo. Es un término
dinámico; no podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino
como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la
historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal
de cada individuo.
b. Características
Global: No es posible comprender la sexualidad sin tener en cuenta a la
persona en su conjunto. La sexualidad está presente en las tres dimensiones
que configuran al ser humano: Biológica (las primeras células del organismo ya
están diferenciadas sexualmente), Psicológica (cada persona tiene su propia
orientación sexual y la vive de una forma particular) y Social (nuestra
socialización y educación están filtradas por el hecho de que seamos chicos o
chicas).
Dinámica: El comportamiento sexual ha ido cambiando en función de la
realidad de cada época, y también varía a lo largo de la vida de una persona. La
Organización Mundial de la Salud (1974) definió la salud sexual como “la
integración de los elementos físicos, emocionales, intelectuales y sociales del
ser sexual, por medios enriquecedores que potencien la personalidad, la
comunicación y el amor”.
c. Importancia
La educación sexual integral hacia los adolescentes sigue siendo un punto crítico en
el Perú, No hay un programa especial de educación sexual ni existe una estrategia
para trabajar con los docentes y alumnos. Solo hay grandes lineamientos, pero no
una planificación anual que sea transversal al contenido educativo y, por ello,
finalmente esta educación sexual no está llegando a todos.
SEXO
a. Definición
b. Características
a. Definición
b. Características
La conducta sexual se refiere a todo tipo de práctica sexual que una persona puede
realizar consigo misma, con otra persona, bien sea homosexual, heterosexual o
bisexual, o incluso en grupo.
El beso, las caricias, el coito vaginal o anal, la masturbación, el sexo bucal, las
fantasías o la combinación de varios de ellos, son algunas de las conductas sexuales
más comunes.
Se expresa en los planos personales, interpersonales y comunitarios. La persona que
practica un comportamiento sexual responsable se caracteriza por vivir la sexualidad
con autonomía, madurez, honestidad respeto, consentimiento, protección, búsqueda
de placer y bienestar.
c. Importancia
Continúa siendo de gran preocupación el alto índice de embarazos adolescentes.
Según los resultados de la ENDES (Encuesta Demográfica y de Salud Familiar) 2013,
del total de adolescentes de 15 a 19 años el 13.9% ya estuvo alguna vez embarazada.
Los mayores porcentajes de maternidad adolescente se presentan entre las mujeres
con educación primaria (36.2 %), en las residentes de la Selva (23.7%), entre las que
se encuentran en el quintil inferior de riqueza (23.9%) y en el área rural (20.3%).
Mientras que menores porcentajes se aprecian en Lima Metropolitana (10.6%), entre
aquellas con educación superior y en las del quintil superior de riqueza (8.5% y 5.6%,
respectivamente).
Perú se mantiene firme en la lucha contra el VIH/ SIDA. El primer caso diagnosticado
de SIDA en el país fue en el año 1983. Hasta el 2014, se han reportado 31 893 casos
de SIDA. 4.8% de los afectados son menores de 19 años de edad. Este porcentaje
representa 1547 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 926 son hombres y 621
son mujeres.
Los casos de VIH/SIDA en este grupo de la población están relacionados más
frecuentemente a la práctica de relaciones sexuales en condiciones inseguras, falta de
educación sexual apropiada, en el desconocimiento de las medidas de protección, uso
inadecuado de inyectables, situaciones de violación o patrones culturales de género,
contexto que empuja, principalmente en los varones, a situaciones riesgosas, tanto
para su salud sexual como para la de sus parejas.
a. EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA
Definición
El embarazo adolescente ocurre en todo el mundo y las niñas con escasos recursos,
sin educación, de minorías étnicas o de grupos marginados, y de áreas remotas y
rurales, tienen tres veces más riesgo de quedar embarazadas que las adolescentes
con educación y de zonas urbanas.
En América Latina y el Caribe, se estima que existe una población de 140 millones
de jóvenes. La región tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del
mundo y se estima que casi el 18% de todos los nacimientos corresponden a
mujeres menores de 20 años de edad.
Características
Importancia
La pobreza es otro factor de riesgo, 24 de cada 100 estudiantes que viven en estado
de pobreza han estado embarazadas y 4 de cada 100 adolescentes no pobres han
estado embarazas.
La adolescencia es “una etapa donde los individuos son altamente vulnerables por
ser una época de transición en todos los aspectos: aspectos sociales, psicológicos,
físicos y sexuales, es en esta última fase, la transición hacia una paternidad
responsable, ya que en su vida sexual, definirá en el adolescente, muchos aspectos
de su futuro inmediato”.
Una vez el adolescente recibe la noticia que va a ser padre, busca en el grupo de
pares el apoyo y consejo que mitiguen los sentimientos ambivalentes que despierta
en sí mismos la noticia de la paternidad. Si bien los pares responden a ese pedido,
se encontró que ellos comparten la misma ambivalencia de los padres adolescentes
frente a la paternidad. Cruzat y Aracena (2006) coinciden en afirmar que los
adolescentes padres y no padres consideran el impacto que tiene la paternidad sobre
los proyectos de vida del adolescente y de esta manera asumen una posición a partir
de la identificación con la idea u opinión en contra que tienen los adultos y la
sociedad sobre la paternidad adolescente. También son susceptibles a la presión
social, temiendo dar un mal ejemplo y fallar ante los seres queridos y la comunidad.
Otro estudio refiere que en los adolescentes se genera el temor a no poder asumir el
papel de padre y las consecuencias que esto acarrea para la autoestima, pueden
llevar a la comprensión de la inestabilidad en las parejas jóvenes, esta situación se
agrava por el nulo papel asignado al hombre durante el embarazo, nacimiento y
crianza de los hijos. Muchas veces se suma la descalificación de otros hombres
(familiares y /o grupo de pares). No poder cumplir con las funciones asignadas
socialmente a la paternidad lleva a una crisis de identidad con riesgos como el
abandono de la pareja y los hijos o la generación de conductas violenta (Denise
Benatuil, 2005).
Por otra parte, una fuente importante para el desarrollo de capacidades para la
parentalización está relacionada con las experiencias previas que tuvieron los
adolescentes en el ambiente familiar, esto es la participación en actividades propias
del cuidado de hermanos y sobrinos. Desde dichas experiencias ellos reconocen en
sí mismos una disposición especial para participar del cuidado físico del bebé y un
referente vincular que los apoya representacionalmente para saber hacer con su
propio hijo.
La participación en la crianza
Maldonado y Micolta (1999), quienes señalan que el nacimiento del hijo implica la
adaptación al nuevo rol de padres y trae consigo nuevas demandas relacionadas no
solo con el rol materno y paterno, sino también con las exigencias propias de un
vínculo de pareja que requiere renuncias personales en la vida cotidiana del
adolescente.
Las estrategias educativas por parte de enfermería, para favorecer una paternidad
responsable en las que se promueve la postergación del inicio de la vida sexual
activa son intervenciones que prometen una mayor efectividad que las desplegadas
por los programas que promueven la abstinencia sexual o la protección por
metodología anticonceptiva.
Por ello para la enfermería la investigación sobre las experiencias sobre una
paternidad se hace necesaria ya que ese rol permite equipar vivencias y
conocimientos a los adolescentes tantos hombres y/o mujeres para involucrarse más
en las vidas que ellos mismos experimenten a través de lo vivido. Se cree que más
allá de la propia experiencia personal, los resultados de investigaciones proporcionan
pruebas convincentes de que la restauración de la paternidad responsable es una
prioridad fundamental para nuestros niños, adolescentes, familias, sociedad y país.
Las reglas que los padres imponen sin una correcta relación pueden derivar en
rebelión de los hijos. Antes de dar reglas es necesario una buena relación.
Compartir tiempo y espacio con ellos.
Escuchar en forma adecuada, atendiendo sus emociones y sentimientos.
Dar confianza. Tener por norma de relación que el niño es inocente.
Hasta que se demuestra lo contrario, no es culpable.
Cuando se necesite corregir, hacerlo en privado. La crítica pública humilla y
daña la comunicación ulterior.
Ser consecuente pero flexible y aprender a ceder en determinadas
circunstancias.
Amor incondicional
El amor incondicional de los padres hacia los hijos es fundamental en fomentar
bases sólidas para su autoestima y salud emocional. Esto significa aceptarlo por lo
que es y no por lo que tiene o hace. El niño no debe ganarse el amor de los
padres, debe ser tácito, por derecho de ser hijo. Si un niño presenta carencias
afectivas precoces tendrá un terreno propicio para cultivar enfermedades mentales
y patologías sexuales. Se describen cuadros psiquiátricos graves como depresión
y esquizofrenia, en estas situaciones. Carencias afectivas que se desarrollan más
tardíamente, ya sean por disgregación familiar, ruptura, abandono o deserción de
uno de los padres, entre otras múltiples situaciones, tienen su expresión en
trastornos en la esfera afectiva con inmadurez para establecer vínculos sociales
estables, satisfactorios y duraderos.
La ausencia de afecto y amor incondicional, sumada a la percepción que él es un
estorbo para los padres puede crear serias frustraciones con riesgo de
desembocar en trastornos emocionales y sexuales en el futuro.
Fomentar su autoestima
La autoestima es el valor y la aceptación adecuada de sí mismo. Según tenga ésta
capacidad podrá valorar y aceptar a los demás. Quien se siente amado y valorado
desde los primeros años de su vida, experimenta la sensación de aprecio y
adquiere una saludable sensación de importancia y valía personal. Todo esto
contribuye para que en el futuro, tenga la sensación y la seguridad de que otros lo
amarán a él.
Cuando hay una baja autoestima, aparecen sentimientos de rechazo cuyas
manifestaciones se hacen ostensibles en múltiples áreas de su vida, entre ellas la
sexual. La ausencia de manifestaciones positivas por parte de la familia hacia el
menor, pueden traducirse tarde o temprano en trastornos de conducta o en
desconexiones afectivas. La pérdida de confianza en sí mismo también es un
factor de riesgo para buscar sustitutos como el alcohol y la droga con la ilusión de
encontrar un sentido y seguridad que su familia no ha podido brindar. La
autoestima adecuada en un menor es una vacuna que inmuniza y que otorga
anticuerpos frente a estas situaciones.
b. Rol de maestros
El acceso a una educación integral de la sexualidad oportuna, integral, gradual,
científica, con enfoque de género y pertinencia cultural es un derecho y, si bien la
educación no se reduce al sistema educativo, la escuela es la institución con
mayor audiencia cautiva y cuyas funciones de socialización, transmisión de la
cultura y desarrollo de la personalidad, son universalmente reconocidas. Trabajar
para generalizar este tipo de educación en todos los niveles y modalidades del
sistema educativo constituye una contribución a crear una cultura de paz a la
consecución de la equidad de género y étnica.
Características
Sus manifestaciones incluyen sexo forzado o degradación sexual como: intentar
que la persona tenga relaciones sexuales o practique ciertos actos sexuales
contra su voluntad (incluye la penetración oral o anal), llevar a cabo actos
sexuales cuando la persona no está conciente, o tiene miedo de negarse, lastimar
físicamente a la persona durante el acto sexual o atacar sus genitales, incluyendo
el uso de objetos penetrantes o armas, forzar a la persona a tener relaciones
sexuales sin protección, criticar e insultar a la persona con nombres sexualmente
degradantes, acusar falsamente de actividades sexuales con otras personas,
obligar a ver películas o revistas pornográficas, forzar a observar a la pareja
mientras ésta tiene relaciones sexuales con otra persona, etc.(1)
Tipos de abuso sexual
a. Tipos de abuso sexual con contacto físico
El contacto físico abusivo se puede dar de las siguientes maneras:
Contactos bucales en zonas genitales u otras vinculadas a la actividad
sexual y que suelen estar cubiertas por la ropa (pecho, vientre, pelvis y
glúteos). Estos contactos pueden incluir besos y otras formas de
gratificación oral como lamer o morder.
Caricias, frotamientos o tocamientos de las zonas del cuerpo ya señaladas,
con la finalidad de excitarse o explorar el cuerpo del o la menor de edad.
Esto incluye la estimulación de los órganos sexuales del niño o niña.
Igualmente, los frotamientos que la persona abusadora efectúa “como por
descuido”, o aprovechando situaciones en donde el cuerpo de la o el
menor de edad es accesible, por ejemplo, al pasar por un lugar estrecho,
cuando se está en el microbús, cuando se comparte la misma cama, y
aprovechando situaciones de expresión de afecto.
Realización del acto sexual o coito, lo cual se denomina violación sexual.
Esto puede darse mediante la penetración del pene en la vagina o en el
ano. Incluye también la penetración con otras partes del cuerpo (los dedos)
o con objetos. El denominado sexo oral también se ha definido como una
modalidad de violación sexual.
El sexo interfemoral que consiste en la realización del acto sexual sin
penetración. El órgano sexual masculino se excita por frotamiento entre las
piernas de la o el menor de edad. Algunos abusadores suelen recurrir a
este acto y evitar la penetración que tiene penas de cárcel más severas.
VALORACIÓN
Datos de Filiación:
Gesta: 01
Planificación familiar: No
Método Anticonceptivo: Ritmo
Grupo Sanguíneo: O Factor RH: +
Controles prenatales: 01
Complicaciones: Hiperémesis gravídica en el 1° trimestre
Observación: Madre soltera
Recolección de datos:
Objetivos:
- Hb: 10.2 gr/dL (18/04/2019)
- Apariencia: Palidez en rostro y manos.
- Piel y foráneos: Llenado capilar mayor a 2 segundos, conjuntivas pálidas y mucosas
resecas, cabello y uñas quebradizas.
- Maniobras de Leopold:
Situación: Longitudinal
Posición: Dorso derecho
Presentación: cefálica
Grado de encajamiento: Alta y móvil
Subjetivos:
Paciente refiere: “Interdiario como en las noches pollo frito sin ensalada porque no
me gusta y acompañado de gaseosa”.
“No me gusta el hígado ni la sangrecita, aunque ya me han dicho que debo comerla”
“Tengo el apoyo de mis padres, aunque voy a dejar mis estudios porque todos me
juzgan; por ello voy a trabajar por mi hijo”.
DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA
OBJETIVOS
Rev. perú. med. exp. salud publica vol.30 no.3 Lima jul. 2013
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Uno de los aspectos menos atendidos en las políticas públicas de salud corresponde
a las necesidades y demandas de las poblaciones de adolescentes y jóvenes. A esto
se puede agregar el desconocimiento de sus derechos a un ejercicio libre, informado
y responsable de su sexualidad, situación solo recientemente revertida mediante el
fallo del Tribunal Constitucional que despenaliza las relaciones sexuales consentidas
entre y con adolescentes (1), pero cuya implementación práctica mediante servicios y
orientación pertinentes no se avizora próxima.
De
manera
SITUACIÓN Y TENDENCIAS
Según muestran las proyecciones de población derivadas del censo del 2007, el país
es cada vez más urbano, y la población rural se reduce en términos absolutos,
pasando de 8,3 a 7,2 millones. Esto, mientras a nivel nacional ha venido creciendo el
número total de las gestantes adolescentes, pues, en tanto las prevalencias se
mantenían relativamente estables, venía aumentando la población de este grupo de
edad, que alcanzó su pico histórico en el año 2011. Según estas tendencias el área
urbana, sobre todo la de menores ingresos, seguirá concentrando el mayor número
de gestaciones en este grupo de edad, en un contexto en el que desde hace más de
veinte años disminuye anualmente la cantidad total de nacimientos, también por
primera vez en la historia del Perú (3).
Otro aspecto por considerar es el leve aumento del embarazo en adolescentes con
mayor educación, que, aunque de niveles menores al valor nacional, se registra
incluso en Lima Metropolitana. Haría falta saber, sin embargo, la influencia que en
estas cifras tiene el embarazo no planificado, o en cuánto son atribuibles a
decisiones libres e informadas (4).
Según se aprecia en la Tabla 3, son cada vez más las adolescentes embarazadas
que hubieran querido ese embarazo más tarde, cifra que llega cerca al 60% en el
2012, y que fuera casi la mitad de este valor hace dos décadas. Mientras, quienes
efectivamente buscaban quedar embarazadas bajaron de 52,6 a 31,7%. Se trata de
situaciones que responden a cambios en la mentalidad, en los planes y expectativas
de vida, y a una mayor educación y acceso a información en múltiples medios (que
por sí sola no es suficiente para prevenir los embarazos no planificados).
A su vez, el efecto sobre las formaciones familiares también puede ser identificado.
Si una adolescente pobre resulta embarazada, será mayor la probabilidad que pase
a formar un nuevo hogar, generalmente precario e inestable. Cerca de dos tercios del
total de madres adolescentes (63,8%) es conviviente. Pero si se trata de una
adolescente de los estratos más altos (más educada) no habrá intención de unirse, y
es su propia familia quien la apoya con la crianza y los cuidados del niño (9),
mientras ella continua con su educación, y accede, a la larga, a mejores empleos.
Otro aspecto que considerar radica en la violencia sexual contra las mujeres, incluso
en menores de 15 años. En nuestro país, según la ENDES 2012, el 6% de
adolescentes unidas han sido víctimas de alguna forma de violencia sexual por parte
de sus parejas. Las situaciones de violencia tendrán mayor relevancia en
poblaciones en las que hay alta movilidad poblacional, asociados a ciclos expansivos
de explotación de recursos naturales o comercio, como sucede en muchas áreas de
la selva y ceja de selva. En estas zonas se trata de un negocio cuya rentabilidad
forma parte del comercio de bebidas alcohólicas y alimentos, y no obedece a una
lógica criminal organizada, sino a un conjunto de redes familiares (10).
Por otro lado, en cuanto al análisis global del rango de edad adolescente, también se
debe considerar el hecho que el grupo de 15 a 19 años es heterogéneo, lo que
tendría implicancias para la prevención. En los últimos veinte años el grupo de 15 a
17, que en su mayoría está en la escuela secundaria, presenta porcentajes de
embarazo relativamente estables, por debajo del 10%, mientras que el grupo de 18 a
19, generalmente fuera del sistema educativo, muestra prevalencias superiores al
20%. Obviamente, y tratándose de valores nacionales, lo que también debemos
considerar es que estos valores fluctúan hacia arriba o hacia abajo según analicemos
estratos, regiones naturales, etc.
Tanto a nivel individual como colectivo, son múltiples los impactos del embarazo
adolescente, sobre todo si no fue resultado de una decisión libre e informada que,
como vimos, son la mayoría. Algunos de los impactos más estudiados en nuestro
país, someramente esbozados en secciones anteriores, tienen que ver con la
limitación al ejercicio de derechos y oportunidades, que afectan los planes de vida y
la transición a la vida adulta, perpetuando la transmisión intergeneracional de la
pobreza (11). Menos reconocidos, pero no por falta de evidencias, son sus
asociaciones de riesgo con la desnutrición infantil y la muerte temprana (de la
adolescente y de sus hijos). En conjunto o por sí solos, configuran un potencial
efecto negativo para los intentos de capitalizar la oportunidad derivada del cambio
poblacional y hacer realidad el bono demográfico.
En el caso del embarazo adolescente, estudios realizados por el Banco Mundial han
encontrado que el costo de oportunidad de por vida, medido por el ingreso anual no
percibido por la madre adolescente durante toda su vida, varía entre 1% (en países
muy desarrollados, con baja fecundidad) hasta el 30% (países muy pobres, con alta
fecundidad) (15). Para el Perú, el costo que tiene la deserción escolar (para ambos
sexos), en términos de la producción no materializada durante la vida de la cohorte
actual de los jóvenes, ha sido estimado como equivalente a 17,1% del PBI (16).
El impacto sanitario tampoco será menor, sobre todo si consideramos que casi el
60% de los embarazos en adolescentes no fueron planificados. Entonces, ¿Cuántos
de ellos terminan como aborto inducido? Según la Primera Encuesta Nacional de la
Juventud del 2011, cerca del 30% de adolescentes declaraba “cercanía con algún
conocido que se ha realizado un aborto” (18). A su vez, estudios más especializados
reportan datos por encima y por debajo a los estimados realizados para el país en
estudios internacionales (19,20). En todo caso, prevenirlos habría costado bastante
menos, tanto desde el punto de vista sanitario, psicológico, social y familiar, como
económico, el más invocado por quienes optan por aborto (21). Según algunos
estudios internacionales, en países como el Perú, evitar cada embarazo no
planificado en la adolescencia costaría entre US$ 43 y US$ 63 (22).
Algunas experiencias en América Latina han empezado a transitar por esos caminos.
En Colombia, el programa Subsidio Educativo ha contribuido a reducir el embarazo
adolescente, siendo la condición no solo asistir a la escuela secundaria, sino también
alcanzar un mínimo de rendimiento educativo, variable que hizo la diferencia
respecto de otros programas sociales (33). También en Brasil algunos estudios
encuentran que el programa Bolsa Familia ha logrado impactar sobre el embarazo
adolescente (34). De manera similar a lo registrado en Chile, país en el que la
extensión de la jornada escolar contribuyó a reducir la fecundidad adolescente,
explicando hasta en un tercio de la reducción observada (35).
En otras regiones del mundo, aun más pobres, se han registrado logros semejantes.
Es el caso de una experiencia local en el marco del programa de transferencias
condicionadas en Malawi, en el que la probabilidad del embarazo cayó en 30% en
quienes en un principio no formaban parte de él, mientras que la de unirse para
formar alguna pareja descendió en 40%. A su vez, la iniciación sexual resultó 38%
menor que en quienes no formaban parte del programa (36).
Para hacer frente a la situación descrita en secciones anteriores, este plan tiene una
sólida propuesta de intervención de política pública, aunque su aprobación está
pendiente desde hace dos años. Recoge lo más avanzado de la investigación
internacional y nacional, a partir del balance de las intervenciones que tienen efecto
probado para disminuir embarazo no planificado en adolescentes (37), y reconoce
que solo las intervenciones simultáneas y multisectoriales, nunca aisladas, habrán de
tener un efecto sostenible. Su horizonte temporal alcanza el año 2021 (bicentenario),
siendo su objetivo general reducir en 20% la prevalencia del embarazo en las
adolescentes. Sus objetivos específicos son:
CONCLUSIONES
Por otro lado, se registra un notable aumento de adolescentes que hubieran querido
postergar el embarazo, de 35,2% (1991/92) a 57,8% (2012), a la par de un notable
descenso en quienes efectivamente lo esperaban cuando se presentó (52,6 a
31,7%). En consecuencia, los riesgos sanitarios son mayores en ellas, al presentar
RMM superiores a todos los otros grupos de edad, y al tener sus hijos mayor
desnutrición. Según un estudio reciente del Ministerio de Salud y el UNFPA, para el
periodo 2007-2011, la RMM en este grupo fue 241 muertes maternas por cien mil
nacidos vivos, valor superior al doble del promedio nacional global (106); y si la
adolescente vivía en la selva, dicha razón llegaba a 453 muertes maternas
adolescentes por cien mil nacidos vivos.
Lo recomendable es que se pueda hablar abiertamente con los padres de todos los
temas: sexualidad, drogas, alcohol, etc. Será mejor recurrir a los padres en caso de
que se tenga una duda: con su experiencia, ellos tienen una respuesta más acertada
que la que pueden tener otros adolescentes. Desafortunadamente, no todos los
padres piensan así. Algunos tienen temor a establecer este tipo de comunicación
porque no saben qué responder ni cómo resolver las dudas con sus hijos
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES