Sei sulla pagina 1di 4

Universidad Santo Tomas Sede Villavicencio

Facultad de Derecho

Investigación Grupo: 6E

Estudiante: Ricardo Muni Toro

Actualmente se puede evidenciar que la humanidad se encuentra al borde de un


colapso ecológico. La deforestación global, la destrucción de la capa de ozono, la perdida
de la biodiversidad, el cambio climático, el aumento del número de especies en vía de
extinción, la sobreexplotación de la pesca, la indebida disposición de los residuos, el
inadecuado manejo de los vertimientos, la sobrepoblación, el cambio climático, entre
otros factores, constituyen una mínima muestra de ellos. Si las condiciones ambientales
no mejoran, la destrucción será inminente.

En la Constitución de 1991 la defensa de los recursos naturales y medio


ambiente sano es uno de sus principales objetivos, como quiera que el
riesgo al cual nos enfrentamos no es propiamente el de la destrucción
del planeta sino el de la vida como la conocemos. El planeta vivirá con
esta o con otra biosfera dentro del pequeño paréntesis biológico que
representa la vida humana en su existencia de millones de años,
mientras que con nuestra estulticia sí se destruye la biosfera que ha
permitido nacer y desarrollarse a nuestra especie estamos
condenándonos a la pérdida de nuestra calidad de vida, la de nuestros
descendientes y eventualmente a la desaparición de la especie humana.
(Corte Constitucional, Sala plena, sentencia C-339, 2002)

El principio de precaución es una disposición encaminada a prevenir el deterioro


ambiental que principalmente se materializa con las acciones y decisiones humanas, es
asi como la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en su principio
numero 15 dispone:
Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar
ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades.
Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza
científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente.

En la legislación colombiana el principio de precaución se encuentra consagrado


en la ley 99 de 1993, la cual señala lo siguiente:

Artículo 1. Principios Generales Ambientales. La política ambiental


colombiana seguirá los siguientes principios generales: 1. El proceso de
desarrollo económico y social del país se orientará según los principios
universales y del desarrollo sostenible contenidos en la Declaración de
Río de Janeiro de junio de 1992 sobre Medio Ambiente y Desarrollo.

6. La formulación de las políticas ambientales tendrá en cuenta el


resultado del proceso de investigación científica. No obstante, las
autoridades ambientales y los particulares darán aplicación al principio
de precaución conforme al cual, cuando exista peligro de daño grave e
irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse
como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir
la degradación del medio ambiente.

Entre los principios que integran el ordenamiento juridico interno, el principio de


precaución es sin duda determinante, en la medida en que su aplicación involucra varias
dimensiones, pues, además del plano jurídico, es necesario atender, dentro de su
comprensión y aplicación, extremos relacionados con consideraciones científicas y con
el diseño de las políticas públicas. La protección de los intereses ambientales debe ser
un pilar en cualquier toma de decisiones que pueda conllevar un deterioro ambiental, es
por esto que:

es de suma importancia la aplicación del principio de precaución en la


defensa de dichos intereses, si se tiene en cuenta que su objeto es
adelantarse a la certidumbre científica sobre las causas de los riesgos o
amenazas a que pueden estar sometidos estos derechos colectivos (el
calentamiento global del planeta, el deterioro de la capa de ozono, la
lluvia ácida, la gestión de los residuos radioactivos, etc.) y, en
consecuencia, la calidad de vida de las futuras generaciones. (Ovalle
Bracho & Castro de Pérez, 2012, p.98)

El principio de precaución ha tenido un progreso lento. En la época en que


comenzó a ser invocado y aplicado, los gobiernos advirtieron la existencia del riesgo de
daños graves que podían causarse por la aplicación de las nuevas tecnologías, y que
debían ser evitados a pesar de la incertidumbre científica al respecto, por eso:

Fue la necesidad de proteger el medio ambiente lo que motivó que la


precaución fuera invocada y aplicada originaria y exclusivamente en esta
materia, y sólo a nivel de la Comunidad Europea. La jurisprudencia
comunitaria forjó este principio, primero, en el obiter dictum de diferentes
decisiones, y luego como rationae causa de otros pronunciamientos, lo
que marcó su paso al estado de “principio”, aplicado únicamente al medio
ambiente. (Troncoso, 2010, p.8)

Las sociedades contemporáneas se enfrentan en muchas ocasiones a situaciones


en las que se plantean conflictos entre promover el desarrollo económico y tecnológico,
industrial, agrario y demás campos de la actividad humana que puedan afectar directa o
indirectamente al medio ambiente. Por un lado, y por el otro, proteger el entorno, sus
recursos y el desarrollo sostenible, para lo cual se han adicionado al ordenamiento
juridico normativas que buscan generar un equilibrio entre desarrollo, conservación y
recuperación de los ecosistemas.

Por lo anterior se hace necesario asumir como lo dice Bermúdez Cárdenas (2016)

el principio de precaución como una garantía de conservación y


protección del ambiente y de los recursos naturales, por lo tanto la
aplicación del mismo no debe obedecer a un ejercicio de mera liberalidad
y arbitrariedad, más aún cuando para su aplicación, se deben tener como
mínimo el cumplimiento de tres requisitos: (i) la certeza de la ocurrencia
de un daño irreversible, (ii) que la decisión adoptada este encaminada a
impedir la consolidación de un impacto ambiental negativo y (iii) que el
acto que fundamenta su aplicación esté debidamente motivado y sea
proferido por la autoridad ambiental competente. (p.22).

Referencias

Bermúdez Cárdenas, S.M. (2016). La evolución del principio de precaución en Colombia


y su aplicación para la protección y cuidado del ambiente. (Trabajo de
investigación para optar al título de especialista en derecho administrativo,
Universidad Santo Tomás
Bogotá).Recuperadodehttps://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/214
4/bermudezsandra2016.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Congreso de Colombia. (22 de diciembre de 1993). Por la cual se crea el Ministerio del
Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de la gestión y
conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza
el Sistema Nacional Ambiental, SINA y se dictan otras disposiciones.[Ley 99 de
1993].DO:41.146.Recuperado de
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0099_1993.htm

Corte Constitucional, Sala plena. (7 de mayo de 2002). Sentencia C-339/02. [MP Jaime
Araujo Renteria]. Recuperado de
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/c-339-02.html

Ovalle Bracho, M.L.& Castro de Pérez, Z.N. (2012). Introduccion al principio de


precaución. Recuperado de https://editorial.urosario.edu.co/pageflip/acceso-
abierto/temas-de-derecho-ambiental.pdf

Troncoso, M.L. (2010). El principio de precaución y la responsabilidad civil. Revista de


Derecho Privado, n. º18,2010, pp.205a220. Recuperado de
file:///C:/Users/Admin/Downloads/407-Texto%20del%20art%C3%ADculo-1253-2-
10-20180126.pdf

Potrebbero piacerti anche