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En mi opinión, la Terapia Gestalt es una filosofía de vida que sirve de terapia. Y no sólo una
terapia. La Terapia Gestalt es una filosofía y forma de ser que nos acompaña en nuestra
intencionalidad y perseverancia de ser humanos, más humanos y más dignamente humanos. A ella
le interesa nuestra esencia humana que no es una abstracción, sino aquella que va inseparada a
nuestra vida, nuestra existencia y el universo.
Ser o pretender ser un terapeuta Gestalt es aceptar desde la humildad y la solidaridad que se
es parte de una comunidad de aprendizaje humano que desde ella misma se conoce, reconoce,
valora y crece. Ser terapeuta Gestalt no es un status ni un rol. Es un quehacer compartido donde, a
veces damos, a veces recibimos. Donde, en esencia, interaccionamos como seres humanos. Como
toda forma de ser, la terapia incluye principios, historia, personalidades, procesos, cambios, errores
y aciertos. Y, en ello, es acertada cuando se acepta imperfecta, cambiante y, a la vez, perseverante y
responsable.
La Terapia Gestalt no es una parte de Fritz Perls. Fritz Perls es una parte de la Terapia
Gestalt. Una parte muy importante, pero no más importante que la singularidad del encuentro e
interacción de dos o más seres humanos vivos que hoy se reúnen a explorar su esencia y existencias
propias. En cada uno de esos encuentros es posible que se recreen o recreemos formas de “ajuste
creativo” como las que ideó y desarrolló Fritz. Es posible que términos como “silla caliente”, “silla
vacía” y otros surjan y lo hagan con toda la fuerza y valor que posee la historia. Y, más allá de ello,
con la profundidad que implica la red de relaciones y trama de la vida interactiva. Sin embargo, lo
esencial de la Gestalt es, precisamente, esa Gestalt que ocurre aquí y ahora, anudando pasado,
presente y futuro.
Con los años nuestra propia relación de congruencia / incongruencia nos va permitiendo, de
algún modo u otro, encarnar nuestros propios principios y junto con ellos desarrollar una cierta
actitud de vida e interacción. Es desde este hecho que, posiblemente, generamos las herramientas y
recursos de acompañamiento y participación que aportan a la auto comprensión y cambio humano
que, más que terapéutico, es dignificador.
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Cada comunidad de aprendizaje humano (de lo humano) lo que busca, entre muchas cosas,
es permitir a cada integrante una profunda y amorosa conversación interna que le lleve, desde su
esencia, a ser del modo más pleno y auténtico el ser que podría y aspiraba a ser.
El famoso ¡hazlo! (do it! de la Terapia Gestalt) no ocurre porque alguien lo pida, exija o
proponga para otro, sino porque, en la conversación interna, ese ser descubre el cómo hacerlo y, en
consecuencia, si lo elige, puede hacerlo.
Luego de treinta años de trabajo puedo afirmar que, en síntesis, lo que he hecho ha sido ir
desarrollando un modelo de cambio, aprendizaje y desarrollo que llamo: Modelo de Desarrollo
Personal. Este modelo es autónomo y equidistante al modelo clínico y al modelo pedagógico. Su
núcleo u centro integrador ha sido lo que denomino Terapia Gestalt Integrativa o simplemente
Gestalt Integrativa.
Seis áreas de trabajo integran este modelo que es el fruto de la interacción y trabajo con más
de mil quinientos alumnos de nuestro Programa de Formación desde 1983, y con probablemente
más de 10.000 participantes en mis talleres desde 1973. Estas áreas son:
Durante estos últimos veinte años pude participar en la creación, instalación y generación
de varios equipos profesionales de trabajo que dieron paso, entre otros, a la Sociedad Chilena de
Desarrollo Personal, la Escuela Chilena de Desarrollo Personal. EsalenSur, la Escuela Ecuatoriana
de Desarrollo Personal de la Fundación Cre-Ser, el Programa de Desarrollo Personal de la
Corporación de Salud y Educación de la comuna de San Bernardo. En todos ellos fuimos gestando,
desde la teorización y sistematización a posteriori, este Modelo.
En Latinoamérica, por cierto, existen actualmente varias propuestas distintas para este
propósito de cambio, aprendizaje y desarrollo. En Chile podemos reconocer escuelas matrices
importantes como la de Adriana Schnake, Alejandro Celis, Rolando Toro, y la misma Sociedad
Chilena de Desarrollo Personal actualmente bajo la dirección de Clyde Michaelsen; En Ecuador la
Fundación Cre-Ser que dirige Yolanda Suárez, la Fundación Holística de Carlos Palacios y la
escuela integral de Vera Kohn; en Argentina la escuela de Daniel Taroppio, en Colombia la naciente
escuela de Dora Herrera. Son propuestas completas, algunas nacidas desde nuestro modelo y otras
diferentes a partir del enfoque de sus gestores. También se han desarrollado escuelas especializadas
en tan solo un área o método, como la escuela de Terapia Corporal, la Sociedad de PNL, o el rolfing
de Samy Frenk. Todos cual más, cual menos nos reconocemos dentro de un enfoque Humanístico-
Transpersonal y una metodología experiencial-interactiva. Todos adscribimos una forma de
trabajo que es el “taller” (workshop).
Desde luego este modelo y forma de trabajo nace a partir de mi formación en el Esalen
Institute de California (1977). La diferencia estriba en que el Instituto, por esos años, ofrecía
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simultáneamente y de manera no-orgánica estas áreas de trabajo, a través de sus talleres, programas
estadías y residencias. Dicha forma, además de demandar un alto costo económico no era, a mi
entender, ni sistemática ni continua ni integrada, en cuanto a formación. El modelo desarrollado,
entonces, por nosotros, en Chile y Latinoamérica, asume que la sistematización, organicidad,
continuidad e integración tanto en el proceso de cambio y desarrollo como en el de aprendizaje y
formación son necesarias. El orden es clave en el proceso y, en mi experiencia, este fluye de mejor
manera si pasa de lo corporal a lo emocional, de lo emocional a lo verbal y de aquí a lo meditativo;
mientras paralelamente va ocurriendo un proceso de inclusión, conocimiento, confrontación y
afecto en el plano interactivo y comunitario.
Luego de años, nos ha sido posible seleccionar y desarrollar ciertos principios, directrices,
conceptos claves y recursos de trabajo. Estos están, desde luego, expresados en la historia de la
psicología humanística, de los grupos de encuentro y de la psicología transpersonal. De Rogers
aWilber, pasando por Maslow, Reich, Perls, Naranjo, Lowen, Feldenkrais, Selver, Rolf, Schutz,
Ichazo, Castaneda, Grof, Bateson, Satir, Stevens, Moreno, Watts y Kurtz, entre muchos más, ha
habido una nutrida literatura de sustento de este enfoque.
Pienso que los cinco principios expuestos por Ron Kurtz en “Psicoterapia centrada en el
Cuerpo” vienen a sintetizar cuarenta años de psicología humanístico-transpersonal en buena
medida. Ellos son:
Una mañana, a fines de noviembre de 1977 durante mi formación como terapeuta Gestalt
en Esalen, Dick Price, nuestro Director y formador, nos sintetizó los principios y directrices que
nos había estado inculcando. Habló del principio de urgencia y del principio de lo obvio. El
principio de urgencia lo describió como “aquello que una persona está haciendo” y el de lo
obvio, como “aquello que percibimos”. Retroalimentar a una persona en sus necesidades y en la
relación de congruencia e incongruencia entre su lenguaje de contenido y relativo (verbal y no-
verbal) pasó a ser una de nuestras principales directrices. Se trataba de percibir lo que la persona
está haciendo. Otras directrices que enunció fueron: “Escuchar el propio cuerpo”, “Pasar de la
fantasía a la realidad” (es decir, el famoso ¡hazlo! o ¡do it!), “Hacer explícito lo implícito” y,
especialmente, “No presionar” y “Cerrar la Gestalt”.
En agosto del 2002, mis alumnos del Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, en Ecuador,
crearon un juego didáctico que reúne los principios, directrices y recursos habituales de nuestro
quehacer de “acompañantes”. Además de los principios del Hakomi quedaron expuestos, desde el
ámbito de la Terapia Gestalt:
Principio de Integración.
Principio Homeostático.
Principio Organísmico.
Principio Holístico.
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Principio de Congruencia.
Principio de Polaridad.
Principio de Actualidad
Principio de lo Obvio.
Principio de lo Urgente.
Uno de los desafíos más interesantes y nutritivos que he tenido en este quehacer es el que
acarrea el concepto de “elegancia en terapia”. Joseph Zinker en “El Proceso Creativo en la Terapia
Guestáltica” refiriéndose al esencial tema del experimento dice: “Proceso elegante es aquel que
sigue un ritmo apropiado, tal que cada parte de la tarea sea fácilmente observada y asimilada por el
cliente. Asocio elegancia con claridad y lucidez de propósitos...el trabajo es suave, fluente y sin
prisa...como una sinfonía”.(p.126). El tema, para mí, en estos términos, es que la no-violencia es
más elegante que la estrategia de la frustración. Diverso autores comparten esta idea y también
comparten la idea de que es más difícil. Patricia Baumgardner atribuye su uso (a la estrategia de
frustración), en terapeutas novatos, a “un asunto de pragmatismo”.
La Terapia Gestalt, desde luego, superó el uso de esta estrategia, en sus años venideros,
aplicando, en su trabajo, una gran dosis de creatividad, sabiduría y amor. De ello dan cuenta, en sus
libros, por ejemplo tanto Zinker como Yontef. Y que decir de Kurtz y Johanson en “Revelación de
la Gracia. Psicoterapia en el Espíritu de el Tao-te-King”.
En síntesis, a los principios de Polaridad, Actualidad o Urgencia tan propios del meollo del
trabajo gestáltico hemos podido agregar, hoy, los principios de Ampliación de la Conciencia y de
No-Violencia para llegar a generar una forma de interacción claramente amorosa, respetuosa y de
mayor profundidad.
La terapia es una conversación, nos dice Kurtz, que pasó de ser una conversación “acerca
de algo” (terapia tradicional pre-60’), a una conversación con alguien que te invita a hacer y
experimentar, aquí y ahora, algo (terapia experiencial post-60’) para desembocar en los 90’ en una
conversación profunda consigo mismo, acompañado por alguien que te invita a establecer los
significados de esa conversación profunda (terapia transformacional post-90). Anteriormente a los
años 60’ y aún en muchos casos hoy, la terapia consistía en una conversación entre dos personas: el
terapeuta y el cliente, paciente o como fuese que se le llamase. Era una conversación acerca de algo
que le estaba sucediendo a esa persona. El cambio paradigmático que ofreció la Terapia Gestalt fue
“hacer algo” además, en vez de solamente conversar acerca de algo. Por ejemplo, contactar las
propias sensaciones y sentimientos del momento, imaginar lo posible, representar las partes de un
diálogo, expresar emociones, moverse, danzar, etc. A este cambio se le llama hoy, haber pasado de
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una terapia conversacional a otra experiencial. Si agregamos, al menos, el estado de ampliación de
la conciencia y la significación de la experiencia nos encontramos con la terapia transformacional
De modo que lo que sucede, en la relación participante / acompañante, actualmente, desde lo que
llamaré aquí el enfoque Gestalt-Hakomi, es una conversación que contiene cuatro conversaciones:
Algo así:
Participante C1 Acompañante
C2 C3
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Un modelo experiencial-interactivo.
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1. La Gestalt Participante / acompañante donde el Participante es “figura” y el
Acompañante, “fondo”.
2. La Gestalt Comunidad de cambio y aprendizaje donde Participante / acompañante son
“figura” y el Grupo, “fondo”.
La terapia Gestalt con el aporte Hakomi y con los de su propio proceso de reflexión y
crecimiento es hoy una terapia (donde la palabra terapia es inadecuada) experiencial-
transformacional. A su base fenomenológica y existencial se agrega el aporte espiritual del taoísmo
y budismo zen (del que ya Fritz nos hablara). A su definición de “estudio de la superficie de
contacto de un organismo/ambiente”(p. 229) en el clásico “Gestalt Therapy” de Perls, Hefferline y
Goodman de 1951, podemos agregar hoy, el de la autocompresión profunda y amorosa de ese
propio organismo y ser. Y el concepto de “terapia” ha dado paso al de “comunidad humana de
aprendizaje de lo humano”.
Otro aspecto a considerar es que desde el enfoque gestáltico, proceso y forma son figura, y
fondo, contenido. Este ha sido uno de los mayores acierto de la Terapia Gestalt. La atención en la
voz, tanto del participante como del acompañante, constituyen un verdadero tratado central en
nuestro quehacer. Si agregamos a esto el aporte del método Hakomi en relación al contenido en
tanto observación de las creencias, temas centrales y hábitos que se deducen de la conversación
interna del participante da de resultas una alianza formidable para el aprendizaje y cambio tanto
del participante como de toda la comunidad en aprendizaje. En estos últimos años hemos
desarrollado una técnica que denominamos “Gestaltdrama”. Ella es la representación, por parte
del grupo, del mundo interno mostrado por el participante durante la “cama cálida”, para su mejor
comprensión y significación. Aquí la consideración metodológica de sus hábitos, creencias y temas
centrales manifestados, explícita o implícitamente, durante su conversación interna, resulta ser un
elemento de alto aprendizaje para todos; participante, acompañante y grupo.
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1. Etapa de Interacción Participante / acompañante.
2. Etapa de Retroalimentación Grupal.
3. Etapa de Sistematización en Grupo.
4. Etapa de Teorización Colaborativa.
Ejemplos.
Ejemplo 1.
Manuel:
Momento 2. La propuesta.
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Momento 13. Sonda de los pantalones.
Teorización.
Ejemplo 2.
Marcela.
- representar
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- hacer sondas
- pasar de la fantasía a la realidad. Hazlo.
- Imaginería de la casa
- Uso de metáforas y analogías
- Silla vacía
- Liberación no-verbal
- Acompañamiento corporal.
Ejemplo 3.
Momento 2. Personalizar la boa. “no quiero hacerte daño, sino sólo asustarte. La boa se
va.
Momento 9 Descanso.
Momento 10 Teorización.
Hace un par de años, uno de mis alumnos ecuatorianos (Enrique Ponce) acuñó, para
describir mi modo de acompañar el trabajo de integración de sueños de un participante, la
sigla APPI. Significa: Actualizar-Personalizar-Polarizar-Integrar. De esta manera,
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además, resulta bastante efectivo enseñar Gestalt, usando el trabajo de integración de
sueños.
Ejemplo 4.
Vilma.
Momento 3: Contacto con “esta posición me paraliza”, “no me muevo para no perder el
control”, “Sentiría vergüenza, si me descontrolo”, “tenso mis muslos”.
Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Vilma. Luego, le propongo que se focalice en su percepción del
entorno y de su cuerpo, usando los canales auditivo, kinestésico y visual.
Vilma deriva a su sensación de frío en las manos. La propuesta es que se
focalice pormenorizadamente en esta sensación (recurso: focusing corporal
de Gendlin). Luego, bajo el recurso de uso de las polaridades, ella se
contacta con el calor de su espalda. Desde allí, deriva a lo incomodo y
paralizante de su posición. Uso el recurso de repetición y pausa, para un
mejor darse cuenta. Ante la invitación de cambio (recurso: haz lo que
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necesitas hacer), ella expone su temor y vergüenza al descontrol. En vez de
forzar la situación de cambio, le invito a que la acepte y se acomode
ligeramente. Es el momento en que empieza a llorar. Me acerco a ella, la
acompaño e invito a que libere su pena. Como tiene dificultades, le sugiero
que sonorice sus exhalaciones y le ayudo presionándole el abdomen. Llora
y luego ríe. Vilma expresa que lleva tiempo controlando el llanto y la risa.
Hace referencia a sus 17 años, cuando se rió en el funeral de su abuelo. Le
propongo que relate en presente ese momento y luego que lo represente
(tanto a sí misma como a su abuelo). Recurso: silla vacía. Viene un
momento de fuerte expresión verbal de sentimientos guardados de rabia,
pena e impotencia. Luego, la representación es repetida con el padre. Vilma
acepta la incapacidad del padre de expresarle verbalmente que la quiere.
Ante el recurso: “Hija, no se decirte que te quiero, pero te quiero mucho”
(sonda verbal, se emociona, llora y respìra profundo. Vilma se reconoce
similar a su padre. Le propongo que desde su edad actual converse con su
padre de 30 años. La relación es modificada. Vilma acepta la conducta del
padre a esa edad, la comprende y perdona. El proceso va llegando a su
cierre natural.
Ejemplo 5.
Isabel.
Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Isabel. Luego, ella inicia su amplificación de conciencia desde
lo cual deriva a una imaginería (la casa, etc). Le propongo los recursos de:
relatar en presente, establecer las partes del paisaje, representar cada parte
(personalizando el lenguaje) y, luego, realizar cambios de fondo / figura.
Aquí, Isabel toma contacto con la frase: “Yo soy la que soy y...”. Desde esa
frase ella cierra el proceso con un fuerte y sólido sentimiento de identidad.
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Ejemplo 6.
Amalia.
Amalia Tato
Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Isabel. Luego, ella inicia su narración del sueño, este se trae al
presente (cambiando la forma verbal) y se representan sus partes
( personalizando los pronombres). Amalia se va conectando con situaciones
familiares pasadas (situaciones pendientes). Inicia diálogos con los padres
(silla vacía). La situación pendiente de fondo es “mi hermano se fue” y sus
sentimientos al respecto. Finalmente, ella contacta estos sentimientos y
recuerdos y los integra a su percepción y presente.
En síntesis.
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Lo que hace que realmente podamos hablar de “comunidad humana de cambio,
aprendizaje y desarrollo humano” (en vez de terapia o terapia grupal) lo constituye el hecho
de que entre todos (participantes, acompañante, facilitadores) no sólo se vive el proceso
sino que se le sistematiza, teoriza y re-crea tanto en su aspecto práctico como teórico. La
teoría que surge es propia y singular de quienes estamos ahí, es elaborada con nuestros
propios constructos, conceptos, sentimiento y términos. Nos pertenece. Nuestro modelo, por
lo tanto, es un modelo colaborativo, horizontal, participatorio, democrático y, por
ende, sumamente crecedor.
Para finalizar, algunas grandes frases finales, de síntesis final de talleres, que he
escuchado o dicho:
“Sí, pero no”, con una sonrisa jovial y cómplice (Nuno Uribe)
Con un abrazo,
Pato Varas
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Bibliografía.
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