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MI EXPERIENCIA EN DESARROLLO PERSONAL Y TERAPIA GESTALT.

PATO VARAS SANTANDER

La Gestalt, una forma de ser.

En mi opinión, la Terapia Gestalt es una filosofía de vida que sirve de terapia. Y no sólo una
terapia. La Terapia Gestalt es una filosofía y forma de ser que nos acompaña en nuestra
intencionalidad y perseverancia de ser humanos, más humanos y más dignamente humanos. A ella
le interesa nuestra esencia humana que no es una abstracción, sino aquella que va inseparada a
nuestra vida, nuestra existencia y el universo.

Ser o pretender ser un terapeuta Gestalt es aceptar desde la humildad y la solidaridad que se
es parte de una comunidad de aprendizaje humano que desde ella misma se conoce, reconoce,
valora y crece. Ser terapeuta Gestalt no es un status ni un rol. Es un quehacer compartido donde, a
veces damos, a veces recibimos. Donde, en esencia, interaccionamos como seres humanos. Como
toda forma de ser, la terapia incluye principios, historia, personalidades, procesos, cambios, errores
y aciertos. Y, en ello, es acertada cuando se acepta imperfecta, cambiante y, a la vez, perseverante y
responsable.

La Terapia Gestalt no es una parte de Fritz Perls. Fritz Perls es una parte de la Terapia
Gestalt. Una parte muy importante, pero no más importante que la singularidad del encuentro e
interacción de dos o más seres humanos vivos que hoy se reúnen a explorar su esencia y existencias
propias. En cada uno de esos encuentros es posible que se recreen o recreemos formas de “ajuste
creativo” como las que ideó y desarrolló Fritz. Es posible que términos como “silla caliente”, “silla
vacía” y otros surjan y lo hagan con toda la fuerza y valor que posee la historia. Y, más allá de ello,
con la profundidad que implica la red de relaciones y trama de la vida interactiva. Sin embargo, lo
esencial de la Gestalt es, precisamente, esa Gestalt que ocurre aquí y ahora, anudando pasado,
presente y futuro.

En esencia, la Gestalt de cada ser y de todo ser es su sentido de congruencia. Su estar


siendo “aquí y ahora” su sentido de vida, aún desde nuestra naturaleza humana no-perfecta. El acto
de dedicarnos a ser un acompañante/participante gestáltico inmerso en una comunidad de
aprendizaje humano de lo humano supone aceptar una forma de ser y de vida congruente con dicho
acto. Desde luego, este es un asunto más complejo y profundo que una dada especialidad o
profesión. Y, a la vez, un asunto más exigente que la mayor de las exigencias profesionales.

En el meollo de todo gran compromiso están nuestros valores y nuestra afectividad. Y si


esto es de verdad así, también están, inexcusablemente, nuestro estudio, trabajo, intelecto, voluntad
y amor. En la historia existen muchos ejemplos de comunidades dedicadas a los más altos
compromisos valóricos y espirituales y, precisamente, por ello, dedicadas al estudio de modo
sistemático y continuo.

Con los años nuestra propia relación de congruencia / incongruencia nos va permitiendo, de
algún modo u otro, encarnar nuestros propios principios y junto con ellos desarrollar una cierta
actitud de vida e interacción. Es desde este hecho que, posiblemente, generamos las herramientas y
recursos de acompañamiento y participación que aportan a la auto comprensión y cambio humano
que, más que terapéutico, es dignificador.

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Cada comunidad de aprendizaje humano (de lo humano) lo que busca, entre muchas cosas,
es permitir a cada integrante una profunda y amorosa conversación interna que le lleve, desde su
esencia, a ser del modo más pleno y auténtico el ser que podría y aspiraba a ser.

El famoso ¡hazlo! (do it! de la Terapia Gestalt) no ocurre porque alguien lo pida, exija o
proponga para otro, sino porque, en la conversación interna, ese ser descubre el cómo hacerlo y, en
consecuencia, si lo elige, puede hacerlo.

El Modelo de Desarrollo Personal.

Luego de treinta años de trabajo puedo afirmar que, en síntesis, lo que he hecho ha sido ir
desarrollando un modelo de cambio, aprendizaje y desarrollo que llamo: Modelo de Desarrollo
Personal. Este modelo es autónomo y equidistante al modelo clínico y al modelo pedagógico. Su
núcleo u centro integrador ha sido lo que denomino Terapia Gestalt Integrativa o simplemente
Gestalt Integrativa.

Seis áreas de trabajo integran este modelo que es el fruto de la interacción y trabajo con más
de mil quinientos alumnos de nuestro Programa de Formación desde 1983, y con probablemente
más de 10.000 participantes en mis talleres desde 1973. Estas áreas son:

Área de Desarrollo Cuerpo-Mente


Área de Desarrollo Emocional Integrativo.
Área de Desarrollo Humanístico-Integrador.
Área de Desarrollo Meditativo-Trnaspersonal
Área de Desarrollo Interactivo-Creativo
Área de Desarrollo de la Autogestión Comunitaria.

Durante estos últimos veinte años pude participar en la creación, instalación y generación
de varios equipos profesionales de trabajo que dieron paso, entre otros, a la Sociedad Chilena de
Desarrollo Personal, la Escuela Chilena de Desarrollo Personal. EsalenSur, la Escuela Ecuatoriana
de Desarrollo Personal de la Fundación Cre-Ser, el Programa de Desarrollo Personal de la
Corporación de Salud y Educación de la comuna de San Bernardo. En todos ellos fuimos gestando,
desde la teorización y sistematización a posteriori, este Modelo.

En Latinoamérica, por cierto, existen actualmente varias propuestas distintas para este
propósito de cambio, aprendizaje y desarrollo. En Chile podemos reconocer escuelas matrices
importantes como la de Adriana Schnake, Alejandro Celis, Rolando Toro, y la misma Sociedad
Chilena de Desarrollo Personal actualmente bajo la dirección de Clyde Michaelsen; En Ecuador la
Fundación Cre-Ser que dirige Yolanda Suárez, la Fundación Holística de Carlos Palacios y la
escuela integral de Vera Kohn; en Argentina la escuela de Daniel Taroppio, en Colombia la naciente
escuela de Dora Herrera. Son propuestas completas, algunas nacidas desde nuestro modelo y otras
diferentes a partir del enfoque de sus gestores. También se han desarrollado escuelas especializadas
en tan solo un área o método, como la escuela de Terapia Corporal, la Sociedad de PNL, o el rolfing
de Samy Frenk. Todos cual más, cual menos nos reconocemos dentro de un enfoque Humanístico-
Transpersonal y una metodología experiencial-interactiva. Todos adscribimos una forma de
trabajo que es el “taller” (workshop).

Desde luego este modelo y forma de trabajo nace a partir de mi formación en el Esalen
Institute de California (1977). La diferencia estriba en que el Instituto, por esos años, ofrecía

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simultáneamente y de manera no-orgánica estas áreas de trabajo, a través de sus talleres, programas
estadías y residencias. Dicha forma, además de demandar un alto costo económico no era, a mi
entender, ni sistemática ni continua ni integrada, en cuanto a formación. El modelo desarrollado,
entonces, por nosotros, en Chile y Latinoamérica, asume que la sistematización, organicidad,
continuidad e integración tanto en el proceso de cambio y desarrollo como en el de aprendizaje y
formación son necesarias. El orden es clave en el proceso y, en mi experiencia, este fluye de mejor
manera si pasa de lo corporal a lo emocional, de lo emocional a lo verbal y de aquí a lo meditativo;
mientras paralelamente va ocurriendo un proceso de inclusión, conocimiento, confrontación y
afecto en el plano interactivo y comunitario.

Principios, directrices y recursos.

Luego de años, nos ha sido posible seleccionar y desarrollar ciertos principios, directrices,
conceptos claves y recursos de trabajo. Estos están, desde luego, expresados en la historia de la
psicología humanística, de los grupos de encuentro y de la psicología transpersonal. De Rogers
aWilber, pasando por Maslow, Reich, Perls, Naranjo, Lowen, Feldenkrais, Selver, Rolf, Schutz,
Ichazo, Castaneda, Grof, Bateson, Satir, Stevens, Moreno, Watts y Kurtz, entre muchos más, ha
habido una nutrida literatura de sustento de este enfoque.

Pienso que los cinco principios expuestos por Ron Kurtz en “Psicoterapia centrada en el
Cuerpo” vienen a sintetizar cuarenta años de psicología humanístico-transpersonal en buena
medida. Ellos son:

Principio de Ampliación de la Conciencia.


Principio de Organicidad.
Principio Holístico.
Principio de No-Violencia
Principio de Universo Participatorio.

Una mañana, a fines de noviembre de 1977 durante mi formación como terapeuta Gestalt
en Esalen, Dick Price, nuestro Director y formador, nos sintetizó los principios y directrices que
nos había estado inculcando. Habló del principio de urgencia y del principio de lo obvio. El
principio de urgencia lo describió como “aquello que una persona está haciendo” y el de lo
obvio, como “aquello que percibimos”. Retroalimentar a una persona en sus necesidades y en la
relación de congruencia e incongruencia entre su lenguaje de contenido y relativo (verbal y no-
verbal) pasó a ser una de nuestras principales directrices. Se trataba de percibir lo que la persona
está haciendo. Otras directrices que enunció fueron: “Escuchar el propio cuerpo”, “Pasar de la
fantasía a la realidad” (es decir, el famoso ¡hazlo! o ¡do it!), “Hacer explícito lo implícito” y,
especialmente, “No presionar” y “Cerrar la Gestalt”.

En agosto del 2002, mis alumnos del Diplomado en Terapia Gestalt Integrativa, en Ecuador,
crearon un juego didáctico que reúne los principios, directrices y recursos habituales de nuestro
quehacer de “acompañantes”. Además de los principios del Hakomi quedaron expuestos, desde el
ámbito de la Terapia Gestalt:

Principio de Integración.
Principio Homeostático.
Principio Organísmico.
Principio Holístico.

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Principio de Congruencia.
Principio de Polaridad.
Principio de Actualidad
Principio de lo Obvio.
Principio de lo Urgente.

Al relacionar ambos listados de principios aparece de inmediato el aporte central que el


método Hakomi puede hacer al gestáltico: el principio de ampliación de la conciencia y el principio
de no-violencia. Y de estos dos, especialmente, el de no-violencia. Patricia Baumgardner en su
libro: “Terapia Gestalt” publicado el 1975 bajo el título: “Legacy from Fritz”; nos habla de cómo
aprendió de Fritz Perls la estrategia de la “hábil frustración”. Nos dice de lo imperativo de que ésta
estrategia sea usada en los momentos oportunos y agrega: “Fritz imita, ridiculiza y deforma la
conducta del paciente... Con su voz y su rostro Fritz muestra desprecio y repugnancia. La voz de
Fritz es suave, con un toque sutil de burla...Fritz es el maestro de la hábil frustración”(p.78).

Uno de los desafíos más interesantes y nutritivos que he tenido en este quehacer es el que
acarrea el concepto de “elegancia en terapia”. Joseph Zinker en “El Proceso Creativo en la Terapia
Guestáltica” refiriéndose al esencial tema del experimento dice: “Proceso elegante es aquel que
sigue un ritmo apropiado, tal que cada parte de la tarea sea fácilmente observada y asimilada por el
cliente. Asocio elegancia con claridad y lucidez de propósitos...el trabajo es suave, fluente y sin
prisa...como una sinfonía”.(p.126). El tema, para mí, en estos términos, es que la no-violencia es
más elegante que la estrategia de la frustración. Diverso autores comparten esta idea y también
comparten la idea de que es más difícil. Patricia Baumgardner atribuye su uso (a la estrategia de
frustración), en terapeutas novatos, a “un asunto de pragmatismo”.

La Terapia Gestalt, desde luego, superó el uso de esta estrategia, en sus años venideros,
aplicando, en su trabajo, una gran dosis de creatividad, sabiduría y amor. De ello dan cuenta, en sus
libros, por ejemplo tanto Zinker como Yontef. Y que decir de Kurtz y Johanson en “Revelación de
la Gracia. Psicoterapia en el Espíritu de el Tao-te-King”.

En síntesis, a los principios de Polaridad, Actualidad o Urgencia tan propios del meollo del
trabajo gestáltico hemos podido agregar, hoy, los principios de Ampliación de la Conciencia y de
No-Violencia para llegar a generar una forma de interacción claramente amorosa, respetuosa y de
mayor profundidad.

La terapia como conversación. Cambios paradigmáticos.

La terapia es una conversación, nos dice Kurtz, que pasó de ser una conversación “acerca
de algo” (terapia tradicional pre-60’), a una conversación con alguien que te invita a hacer y
experimentar, aquí y ahora, algo (terapia experiencial post-60’) para desembocar en los 90’ en una
conversación profunda consigo mismo, acompañado por alguien que te invita a establecer los
significados de esa conversación profunda (terapia transformacional post-90). Anteriormente a los
años 60’ y aún en muchos casos hoy, la terapia consistía en una conversación entre dos personas: el
terapeuta y el cliente, paciente o como fuese que se le llamase. Era una conversación acerca de algo
que le estaba sucediendo a esa persona. El cambio paradigmático que ofreció la Terapia Gestalt fue
“hacer algo” además, en vez de solamente conversar acerca de algo. Por ejemplo, contactar las
propias sensaciones y sentimientos del momento, imaginar lo posible, representar las partes de un
diálogo, expresar emociones, moverse, danzar, etc. A este cambio se le llama hoy, haber pasado de

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una terapia conversacional a otra experiencial. Si agregamos, al menos, el estado de ampliación de
la conciencia y la significación de la experiencia nos encontramos con la terapia transformacional
De modo que lo que sucede, en la relación participante / acompañante, actualmente, desde lo que
llamaré aquí el enfoque Gestalt-Hakomi, es una conversación que contiene cuatro conversaciones:

1. La conversación consciente entre el Participante y el Acompañante. (C1)


2. La conversación interna del Participante consigo mismo. (C2)
3. La conversación interna del Acompañante consigo mismo. (C3)
4. La conversación inconsciente entre el Participante y el Acompañante. (C4)

Algo así:

Participante C1 Acompañante

C2 C3

C4

Un segundo cambio paradigmático surgió de un hecho histórico y sus efectos: La segunda


guerra mundial. Al volver a casa los veteranos de guerra recibieron distintos beneficios. Uno de
ellos se refería a la atención y apoyo psicológico a que tenían derecho. Esta oferta chocó con un
hecho simple: ni había tantos terapeutas ni había tanto espacio/tiempo para dar esta atención y
apoyo. Una solución fue abrir el quehacer de la terapia a diversos profesionales que certificaran
haber recibido algún entrenamiento como terapeutas. Desde entonces hasta nuestros días la terapia
en Estados Unidos no es una profesión privativa de solo psiquiatras o psicólogos. Otra solución
vino del paso de la atención individual a otra de corte grupal., dada la influencia y aporte teórico, en
1947, de Kurt Lewin.

Un modelo experiencial-interactivo.

Cuando en 1951, Perls, Hefferline y Goodman definieron el estudio de la psicología como


“el estudio de la superficie de contacto de un organismo / ambiente”, la interacción pasó a ser
un aspecto clave de la terapia. Experienciación e interacción se constituyeron por los años 60, a
través de los talleres de fin de semana, en el modo propio de operar de la terapia en la costa oeste
de los Estados Unidos. La interacción grupal posee una fuerza terapéutica especial y no alcanzable
en la terapia individual; Lo que yo he llamado: “la fuerza de los pares”. Así fue cómo desde la
Terapia Gestalt de Fritz Perls y desde la Cultura de los Grupos de Encuentro de W. Schutz se
generó un modelo terapéutico y de desarrollo personal que denominaremos: “experiencial-
interactivo”. Confluyen, por lo tanto, en la relación participante / acompañante dos grandes Gestalt.

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1. La Gestalt Participante / acompañante donde el Participante es “figura” y el
Acompañante, “fondo”.
2. La Gestalt Comunidad de cambio y aprendizaje donde Participante / acompañante son
“figura” y el Grupo, “fondo”.

El aporte a la Gestalt del método Hakomi.

La terapia Gestalt con el aporte Hakomi y con los de su propio proceso de reflexión y
crecimiento es hoy una terapia (donde la palabra terapia es inadecuada) experiencial-
transformacional. A su base fenomenológica y existencial se agrega el aporte espiritual del taoísmo
y budismo zen (del que ya Fritz nos hablara). A su definición de “estudio de la superficie de
contacto de un organismo/ambiente”(p. 229) en el clásico “Gestalt Therapy” de Perls, Hefferline y
Goodman de 1951, podemos agregar hoy, el de la autocompresión profunda y amorosa de ese
propio organismo y ser. Y el concepto de “terapia” ha dado paso al de “comunidad humana de
aprendizaje de lo humano”.

El Principio de Ampliación de la Conciencia nos ha permitido una relación tanto del


participante consigo mismo, como del acompañante consigo mismo, y entre ambos, muy distinta.
Conversar con otro o consigo mismo en un estado de Conciencia Amplificada es muy distinto a
hacerlo desde un estado de Conciencia ordinaria o habitual. Esto exige, además, la generación de un
ambiente de confianza, comodidad, seguridad y protección establecido explícitamente en la
interacción participante / acompañante que nos ha hecho ( en el proceso de sistematización y
teorización de nuestro quehacer en conjunto con mis alumnos y colaboradores) acuñar la
afirmación: “cama cálida” en reemplazo de la incómoda “silla caliente” de Perls. En este estado e
interacción la llamada por Kurtz, “cooperación del inconsciente” surge con relativa facilidad. La
sinfonía comienza a ser audible.

Otro aspecto a considerar es que desde el enfoque gestáltico, proceso y forma son figura, y
fondo, contenido. Este ha sido uno de los mayores acierto de la Terapia Gestalt. La atención en la
voz, tanto del participante como del acompañante, constituyen un verdadero tratado central en
nuestro quehacer. Si agregamos a esto el aporte del método Hakomi en relación al contenido en
tanto observación de las creencias, temas centrales y hábitos que se deducen de la conversación
interna del participante da de resultas una alianza formidable para el aprendizaje y cambio tanto
del participante como de toda la comunidad en aprendizaje. En estos últimos años hemos
desarrollado una técnica que denominamos “Gestaltdrama”. Ella es la representación, por parte
del grupo, del mundo interno mostrado por el participante durante la “cama cálida”, para su mejor
comprensión y significación. Aquí la consideración metodológica de sus hábitos, creencias y temas
centrales manifestados, explícita o implícitamente, durante su conversación interna, resulta ser un
elemento de alto aprendizaje para todos; participante, acompañante y grupo.

Nuestra sistematización y teorización.

La idea de “momentos” durante la interacción participante / acompañante nos ha permitido


desglosar cada proceso y, en consecuencia, ha facilitado nuestra sistematización y teorización. Estos
“momentos” podemos ordenarlos en etapas:

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1. Etapa de Interacción Participante / acompañante.
2. Etapa de Retroalimentación Grupal.
3. Etapa de Sistematización en Grupo.
4. Etapa de Teorización Colaborativa.

Y desde el Gestaltdrama podemos incorporar

5 Etapa de Construcción del Gestaltdrama


que implica establecimiento de los momentos, reconocimiento de los hábitos,
creencias y temas centrales, elaboración de la representación del mundo interno del
participante.

6, Etapa de Representación del Gestaltdrama


que implica su representación, la retroalimentación del participante, su
incorporación a la representación en diversos papeles y las modificaciones y
experimentaciones necesarias.

Ejemplos.

Ejemplo 1.

Manuel:

Momento 1. La demanda. Un cambio de ciudad (12 años), una ruptura, un sentimiento


de inseguridad.

Momento 2. La propuesta.

Momento 3. Crear un espacio de comodidad.

Momento 4. Ampliar la conciencia e incorporar la sensación.

Momento 5. Evocando una sensación a raíz de la sensación y emoción actual.

Momento 6. El relato en presente y su acompañamiento verbal y no-verbal.

Momento 7. Acompañar al niño interior.

Momento 8. La sonda: “Gracias. Me siento orgulloso de lo que hiciste y es un recurso


que me ha servido toda la vida”.

Momento 9 Cerrar el acompañamiento del niño interior.

Momento 10. Anclar la sonda dentro del relato.

Momento 11. Integrar lenguaje de contenido; “me siento orgulloso” y lenguaje


relativo; la sonrisa y la barbilla.

Momento 12. El relato de Guaranda (10 años) y la sonrisa abierta.

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Momento 13. Sonda de los pantalones.

Momento 14. Chequeo para el cierre. (alivio).

Momento 15. Retroalimentación.

Momento 16. Descanso

Teorización.

Ejemplo 2.

Marcela.

Momento 1. Ampliación de la Conciencia.

Momento 2. ¿Qué estás sintiendo?

Momento 3. Algo apretado en el abdomen.


La actriz en el escenario.

Momento 4. El recurso recursivo y las sondas.

Momento 5. “No me ayudes”.

Momento 6. La liberación de la pena y la rabia. Presión en el abdomen con respiración.

Momento 7. “Quiero empujarte”.


Hazlo.

Momento 8. Las habitaciones de la casa.


Habitación 1. El miedo a recibir

Momento 9. “Estoy consciente de que te he empujado por miedo a que no quieras


estar conmigo ni quedarte conmigo”
Silla vacía.

Momento 10. Integración y alivio.

Momento 11. Los títeres.


Chequeo.

Momento 12. Integración grupal y con Patty.

Momento 13. Retroalimentación grupal.

Teorización. Los recursos.

- representar

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- hacer sondas
- pasar de la fantasía a la realidad. Hazlo.
- Imaginería de la casa
- Uso de metáforas y analogías
- Silla vacía
- Liberación no-verbal
- Acompañamiento corporal.

Aquí podemos observar como la sistematización de los “momentos” nos permite,


simultáneamente, por una parte establecer el proceso del participante y por otra el quehacer
del acompañante.

Ejemplo 3.

Integración de sueño. María Leonor.

Momento 1. Narración del sueño.


Claves: bosque (paseo por), amigas acompañantes, boa le oprime el cuello,
abandono y descuido de amigas.

Momento 2. Personalizar la boa. “no quiero hacerte daño, sino sólo asustarte. La boa se
va.

Momento 3. Visualización de amigas.


Sentimiento de abandono y descuido.

Momento 4. Leo no puede gritar.


Sonda verbal para que las amigas se acerquen.
Liberación de llanto.

Momento 5. ¿Qué sientes?


Estoy intensamente resentida.

Momento 6 Actriz en escenario que cierra la obra usando la palabra


“intensamente”.

Momento 7. Psicodrama. Leo usando la palabra “intensamente”, como grito,


tiene que tumbar a dos personas.

Momento 8 Retroalimentación grupal.

Momento 9 Descanso.

Momento 10 Teorización.

Hace un par de años, uno de mis alumnos ecuatorianos (Enrique Ponce) acuñó, para
describir mi modo de acompañar el trabajo de integración de sueños de un participante, la
sigla APPI. Significa: Actualizar-Personalizar-Polarizar-Integrar. De esta manera,

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además, resulta bastante efectivo enseñar Gestalt, usando el trabajo de integración de
sueños.

Ejemplo 4.

Vilma.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.


Contacto con la percepción del entorno
Contacto con las propias sensaciones.

Momento 2: Focalización en el frío de la mano derecha.


Focalización en una polaridad (el calor en la espalda bajo el hombro
derecho).

Momento 3: Contacto con “esta posición me paraliza”, “no me muevo para no perder el
control”, “Sentiría vergüenza, si me descontrolo”, “tenso mis muslos”.

Momento 4: Ligero acomodamiento y aparición de “angustia”. Llanto contenido.

Momento 5: Llanto, sonorización, presión abdominal.

Momento 6: Darse cuenta: “contengo el llanto y la risa”.


Evocación y recuerdo del funeral del abuelo.
Evocación de la risa, rabia y pena.

Momento 7: Silla vacía.


Diálogo con el abuelo. Expresión verbal de sentimientos contenidos.
Diálogo con el padre.

Momento 8: Integración con abuelo y padre. Aceptación de sentimientos. perdón,


comprensión.

Momento 9: Contacto con su nivel de “exigencia”.


Contacto con el grupo (opinión sobre el nivel de exigencia de cada
participante).

Momento 10: Estado de reposo o cierre.

Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Vilma. Luego, le propongo que se focalice en su percepción del
entorno y de su cuerpo, usando los canales auditivo, kinestésico y visual.
Vilma deriva a su sensación de frío en las manos. La propuesta es que se
focalice pormenorizadamente en esta sensación (recurso: focusing corporal
de Gendlin). Luego, bajo el recurso de uso de las polaridades, ella se
contacta con el calor de su espalda. Desde allí, deriva a lo incomodo y
paralizante de su posición. Uso el recurso de repetición y pausa, para un
mejor darse cuenta. Ante la invitación de cambio (recurso: haz lo que

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necesitas hacer), ella expone su temor y vergüenza al descontrol. En vez de
forzar la situación de cambio, le invito a que la acepte y se acomode
ligeramente. Es el momento en que empieza a llorar. Me acerco a ella, la
acompaño e invito a que libere su pena. Como tiene dificultades, le sugiero
que sonorice sus exhalaciones y le ayudo presionándole el abdomen. Llora
y luego ríe. Vilma expresa que lleva tiempo controlando el llanto y la risa.
Hace referencia a sus 17 años, cuando se rió en el funeral de su abuelo. Le
propongo que relate en presente ese momento y luego que lo represente
(tanto a sí misma como a su abuelo). Recurso: silla vacía. Viene un
momento de fuerte expresión verbal de sentimientos guardados de rabia,
pena e impotencia. Luego, la representación es repetida con el padre. Vilma
acepta la incapacidad del padre de expresarle verbalmente que la quiere.
Ante el recurso: “Hija, no se decirte que te quiero, pero te quiero mucho”
(sonda verbal, se emociona, llora y respìra profundo. Vilma se reconoce
similar a su padre. Le propongo que desde su edad actual converse con su
padre de 30 años. La relación es modificada. Vilma acepta la conducta del
padre a esa edad, la comprende y perdona. El proceso va llegando a su
cierre natural.

Ejemplo 5.

Isabel.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.


Contacto con la percepción del entorno
Contacto con las propias sensaciones e imágenes.

Momento 2: Imaginería de una casa de piso brillante, ventanas transparentes, techos


altos, vigas moradas y flores secas, hermosas en el suelo. Un lugar de
árboles con olor a maderas.

Momento 3: Personalización y diálogo de las partes.

Momento 4: Sorpresa y perplejidad ante lo descubierto. “Yo soy la que soy, te he


impactado y creo que podemos convivir amistosamente”

Momento 5: Expresa la frase a tres personas de su vida. Integra lo que siente.


Expresa la frase a una participante e integra lo que siente.
Se expresa la frase a sí misma, ante el espejo e integra lo que siente.

Momento 6: Estado de reposo o cierre.

Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Isabel. Luego, ella inicia su amplificación de conciencia desde
lo cual deriva a una imaginería (la casa, etc). Le propongo los recursos de:
relatar en presente, establecer las partes del paisaje, representar cada parte
(personalizando el lenguaje) y, luego, realizar cambios de fondo / figura.
Aquí, Isabel toma contacto con la frase: “Yo soy la que soy y...”. Desde esa
frase ella cierra el proceso con un fuerte y sólido sentimiento de identidad.

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Ejemplo 6.

Amalia.

Momento 1: Creación de un espacio y ambiente adecuado de trabajo.


Narración del sueño.
Narración en presente.
Personalización de partes del sueño

Momento 2: Silla vacía.


Personalización y diálogo de las partes.
Amalia - Madre.
Madre - Padre
Amalia - Padre

Momento 3: Contacto con emociones.


Pena, llanto.
Rabia.
Desinterés
Impotencia

Momento 4: Silla vacía.

Amalia Tato

Momento 5: Contacto con el grupo

Momento 6: Estado de reposo o cierre.

Teorización:
El proceso lo inicio con la creación de un ambiente adecuado para el
proceso de Isabel. Luego, ella inicia su narración del sueño, este se trae al
presente (cambiando la forma verbal) y se representan sus partes
( personalizando los pronombres). Amalia se va conectando con situaciones
familiares pasadas (situaciones pendientes). Inicia diálogos con los padres
(silla vacía). La situación pendiente de fondo es “mi hermano se fue” y sus
sentimientos al respecto. Finalmente, ella contacta estos sentimientos y
recuerdos y los integra a su percepción y presente.

En síntesis.

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Lo que hace que realmente podamos hablar de “comunidad humana de cambio,
aprendizaje y desarrollo humano” (en vez de terapia o terapia grupal) lo constituye el hecho
de que entre todos (participantes, acompañante, facilitadores) no sólo se vive el proceso
sino que se le sistematiza, teoriza y re-crea tanto en su aspecto práctico como teórico. La
teoría que surge es propia y singular de quienes estamos ahí, es elaborada con nuestros
propios constructos, conceptos, sentimiento y términos. Nos pertenece. Nuestro modelo, por
lo tanto, es un modelo colaborativo, horizontal, participatorio, democrático y, por
ende, sumamente crecedor.

Hoy en día, la integración de Gestalt, Focusing Corporal, Hakomi, PNL,


Psicodrama, Creatividad, Arte, Meditación y técnicas complementarias de trabajo corporal
y emocional es una realidad en el ámbito de los talleres de Desarrollo Personal. Al menos
así funcionan mis talleres. La Gestalt continua siendo, para mí, el alma mater que sostiene
este andamiaje mezcla de ciencia, artesanía y profunda humanidad.

Para finalizar, algunas grandes frases finales, de síntesis final de talleres, que he
escuchado o dicho:

“Será”, con un tono lacónico y aceptativo (Raúl Eberhard)

“Sí, pero no”, con una sonrisa jovial y cómplice (Nuno Uribe)

“Redondito”, acompañado de un gesto con ambas manos (Violeta Bauer)

“¡Me!”, alzando cejas y hombro y mirando hacia abajo (yo)

“Eso”, mirando al que sigue en la ronda (Todos)

Con un abrazo,

Pato Varas

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Bibliografía.

P. Baumgardner. “Terapia Gestalt”. Concepto, México 1982.

R. Kurtz. “Psicoterapia basada en el Cuerpo” Internet, sitio Hakomi.com.

R. Kurtz y G. Johanson. “Revelación de la Gracia”. Cuatro Vientos, Santiago. 1994.

F.Perls, R. Hefferline, P. Goodman. “Gestalt Therapy”. Dell, N. York. 1951.

P. Varas “Primeros Escritos. Mi Experiencia en Desarrollo Personal. Cre-Ser, Quito. 2002.

G. Yontef. “Proceso y Diálogo en Psicoterapia Gestáltica” Cuatro Vientos, Santiago. 1995.

J. Zinker. “El Proceso Creativo en La Terapia Guestáltica”. Paidos, México. 1991.

La Pachamama, 28 de Febrero de 2003.

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