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RESEÑA

PITA, Valeria Silvina. La casa de las locas: una historia social del Hospital de
Mujeres Dementes. Buenos Aires, 1852-1890. Rosario, Prohistoria Ediciones,
2012.

Valeria Pita es profesora de Historia y Licenciada en Trabajo Social por la


Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Realizó sus estudios de postgrado
en la misma casa, recibiendo el título de Doctora en Historia Especialista en
Historia Social Argentina y Latinoamericana con Perspectiva de Género, siglos XIX
y comienzos del XX. Ejerce la docencia en la Universidad de Buenos Aires, en la
carrera de Historia y en la de Sociología. Desde el año 2011 es miembro de la
Carrera de Investigador Científico del CONICET, donde se desempeña como
adjunta con sede en el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género.

La casa de las locas ofrece un recorrido por la historia del primer manicomio del
país. Este comienza en 1852 cuando la caída del rosismo permitió la
reoficialización de la Sociedad de Beneficencia y con ella la posibilidad de poner
en marcha nuevos proyectos que contemplaban la contención de los sectores
vulnerables de la sociedad, entre ellos el de fundar un hospital para mujeres
dementes. Anteriormente las “locas” que carecían de familiares y recursos
vagaban por la ciudad siendo, eventualmente, detenidas por la policía o enviadas
al Hospital de mujeres, también administrado por la Sociedad de Beneficencia. Y
termina en 1890 diez años después del pasaje del manicomio de la jurisdicción
estatal a la nacional (debido a la capitalización de la ciudad de Buenos Aires).

El libro discute con las ideas que intentan situar a la beneficencia pública por
fuera de la esfera estatal, considerando que, por el contrario, los atributos de la
estatidad se evidencian en sus agentes y en las vinculaciones articuladas con las
instituciones públicas. Sostiene que “la Sociedad de Beneficencia fue una agencia
estatal compuesta por mujeres de la elite porteña que, desde su fundación en

1
1823, estuvo bajo la órbita del Gobierno provincial y que luego, a partir de 1880,
fue sumada al organigrama del Estado nacional”1. Para probar esto la autora se
embarca en un análisis de las diferentes estrategias utilizadas por las damas de la
Sociedad para conseguir los fondos necesarios para lograr sus proyectos,
asimismo permite ver la dimensión política de del ejercicio de la beneficencia,
sosteniendo que fue de esta forma como las mujeres de la elite, lograron
insertarse en la política en una época en la cuales carecían de derechos,
aprovechando a su favor las características tradicionalmente atribuidas a su sexo
para tutelar sobre mujeres y niñas de las clases trabajadoras, pero también para
lograr salir airosas de los cambios políticos de la época. Para la autora, la
Convalecencia (como era llamado el hospicio por haber sido instalado en la
antigua quinta homónima) se transformó en un escenario privilegiado para indagar
cómo la elite porteña intentó redefinir los parámetros de exclusión social y, por
ende, la participación social en las instancias públicas. De esta forma el texto
discute también con la visión del médico como personaje principal en el
surgimiento organización de los manicomios mostrando los diferentes significados
atribuidos a la locura por la sociedad y por los profesionales de la medicina, que
distaban de formar un grupo homogéneo.

El trabajo se estructura en cuatro capítulos ordenados cronológicamente. El


primero analiza los orígenes del Hospital de Mujeres Dementes, en un período que
abarca desde la batalla de caseros en 1852, hasta la inauguración del hospital dos
años después. En este capítulo, distanciándose de las interpretaciones que
muestran el origen de los manicomios en la iniciativa privada, demuestra como el
hospital fue construido con la intención política de estas mujeres de romper con el
pasado “bárbaro” del rosismo, enmarcándose dentro de un programa más amplio
de reformas que intentaban iniciar el camino hacia la “civilización” dotando a la
provincia de instituciones públicas. Expone también como las mujeres de la
Sociedad supieron aprovechar sus vínculos familiares y políticos, así como incluir

1
PITA, Valeria Silvina. La casa de las locas: una historia social del Hospital de Mujeres Dementes. Buenos
Aires, 1852-1890. Rosario, Prohistoria Ediciones, 2012. P 16.

2
nuevas socias cuando fue necesario para lograr sus objetivos en un contexto
político cambiante.

El segundo capítulo abarca el lapso temporal que va desde la creación del


hospicio en 1854 hasta la fundación de una correccional para mujeres, llamada
Asilo de la Pobreza y el Trabajo, en 1873. En esa época todavía no estaban
definidos los límites de quienes debían ser admitidas en el hospital y muchas
mujeres acusadas de delitos eran remitidas por la policía a este para que purgaran
sus penas. Este capítulo estudia cómo fueron cambiando los significados políticos
y sociales del manicomio y como este se afianzó como un espacio de reclusión y
exclusión de la vida pública de cierto grupo de mujeres consideradas peligrosas,
pero también carentes de recursos. De la misma manera se hunde en la red de
relaciones tejidas por las señoras de la sociedad, y como lograron forjarse con su
trabajo un lugar en la política que les permitió, incluso, impugnar las leyes con las
que no acordaban y protestar, aunque no siempre con resultados positivos, ante la
derivación de internadas que no cumplían las condiciones necesarias para su
aceptación.

El tercer capítulo abarca el período de 1873 hasta 1880, en este la mirada se


vuelca sobre el proceso de cambios que atravesó el hospicio luego de la salida de
las criminales recluidas en la casa por orden judicial. En este periodo ciertos
cambios, como la sanción de la ley de educación común, que sacaba a las
escuelas de la órbita de la Sociedad, obligaron a las damas a redefinir su papel y
su misión en la esfera pública. Además en esta etapa tomo relevancia la figura del
médico y sus conocimientos científicos para determinar las características que
debían reunir las mujeres para ser internadas, pero esto no significo que se
aceptaran sus resoluciones. El capítulo muestra las diferencias que se generaron
entre las damas de la caridad, los especialistas médicos y los funcionarios
públicos en la tarea de definir quiénes y en qué condiciones debían ser recluidas
en el hospicio. Se suceden así las historias de mujeres, reconstruidas a través de
archivos judiciales, que fueron internadas por diferentes razones y que suscitaron

3
discusiones entre doctores, jueces, policías y familiares acerca de la pertinencia o
no de su categorización como dementes

El capítulo cuatro se centra en el traspaso del manicomio de la órbita provincial


a la nacional, abarcando la década de 1880 a 1890. En esta época la Sociedad de
Beneficencia se transformó en una institución con un renovado aval político para el
ejercicio de la caridad pública que se fue consolidando en una alianza con el poder
nacional. En este capítulo se “pone en cuestión tanto que la Sociedad de
Beneficencia fue una agencia de caridad privada como que los médicos fueron los
voceros de una reforma sanitaria dominante y avanzada”. 2 Mostrando como las
relaciones entre las damas de la Sociedad y los médicos fueron mucho más
complejas e indeterminadas de los que se pensaba. Expone también la capacidad
de las socias para adaptarse a los cambios en el proceso de burocratización de
los trámites y del diálogo con los funcionarios para obtener los recursos
necesarios, compitiendo con ellos por la facultad de decidir sobre la contratación
del personal y la aceptación de internas.

La casa de las locas es un libro de historia social con perspectiva de género,


que intenta comprender el denso entramado de representaciones atribuido al
Hospital de Mujeres Dementes por diferentes actores sociales y como este fue
cambiando en el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX. Esto lo logra
mediante un trabajo empírico y utilizando un enorme corpus documental que
incluye documentos de la Sociedad de Beneficencia, archivos estatales, judiciales,
publicaciones periódicas, memorias y textos médicos de la época. Es interesante
el trabajo realizado con los archivos de los tribunales para intentar reconstruir las
diversas trayectorias de las mujeres recluidas en la casa de las locas. Inmigrantes,
enfermas, pobres y marginales, pero también mujeres sanas que fueron recluidas
por sus familiares con el objeto de apoderarse de sus bienes o deshacerse de
ellas. En un diálogo con la historia política confronta las ideas sobre los atributos
de estatidad, atribuyendo un lugar en la esfera pública a la sociedad de
beneficencia, que discute con las categorías tradicionales de la caridad como

2
Ibídem. P 167.

4
privada. Demuestra como la participación en la sociedad permitió a estas mujeres
hacerse un lugar en la política, hasta instalarse como un “cuarto poder con
polleras”. El análisis de las estrategias desplegadas por estas mujeres para influir
en la esfera pública, muestran que tan conscientes eran del papel que jugaban.
Cerrar filas a pesar de sus diferencias, mostrase como una asociación apolítica en
los periodos de incertidumbre y aprovechar sus contactos familiares y amistades
fueron formas de influir de manera sutil, aprovechando las características
tradicionalmente asociadas a sus sexo, tales como la abnegación, la bondad y la
sensibilidad hacia el sufrimiento. Estas virtudes les permitan actuar superando la
violencia o los intereses de los grupos políticos, de los que por ser mujeres eran
consideradas ajenas. “No obstante cuando las sanciones ideológicas de la
biología pasaron a tener poder de decisión sobre cuestiones de derecho y política,
las señores de la beneficencia travistieron en la práctica aquellos juicios […y…]
reconvirtieron las supuestas diferencias naturales en un renovada justificación que
las acreditó para tutelar a otras mujeres”3 y de esta manera legitimar su derecho a
actuar públicamente.

Desde el estudio acerca de las representaciones sobre la locura y el lugar


asignado por la sociedad a la casa de dementes dialoga también con la historia
sociocultural de la enfermedad. Al reinterpretar la experiencia de las socias de la
beneficencias, las internas los médicos y otros actores sociales que pasaron por la
convalecencia la investigación logro demostrar que pesar de la visión tradicional,
la palabra de los médicos fue mucho más discutida y las ideas que circulaban en
el campo científico menos homogéneas de lo que se pensaba. Sin embargo los
marcos de la ideología de la higiene fueron apropiados por las señoras y utilizados
para redefinir el rumbo que el manicomio debía tomar, pero sobre todo para hallas
justificaciones para solicitar presupuestos, nombramientos, reformas o negar la
admisión a alguna interna

En síntesis el trabajo no solo muestra las concepciones sobre política y


beneficencia pública de las señoras de la elite porteña en la segunda mitad del

3
Ibídem. P 211.

5
siglo XIX, sino mediante este análisis pone en entredicho las interpretaciones
sobre la estatidad de las instituciones sociales y el consenso medico sobre el
tratamiento de la demencia. Es un excelente ejemplo de como la perspectiva de
género puede servir no solo para conocer la historia de las mujeres, tantas veces
minimizada y relegada, sino para iluminar estudios sobre otros temas, permitiendo
un diálogo con otros campos del estudio de la historia.

Queda pendiente, tal como lo dice la autora, indagar sobre las representaciones
que las asiladas tuvieron sobre las mujeres de la caridad, sobre la demencia, y las
razones de la reclusión, sin embargo, debido a las características de marginales
de las mujeres que pasaron por esta institución son pocos los documentos que
pueden dar cuenta de sus experiencias.

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