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Jacinta Burijovich1
Presentación2
La investigación
4 Los casos seleccionados fueron: Municipios de la provincia de Córdoba: Cruz del Eje, Santa Rosa de
Río Primero, Jesús María, Monte Cristo, Villa Dolores, Malagueño Villa de Soto, Municipio de Malvinas
Argentinas, La Calera y Alta Gracia. Barrios de la ciudad de Córdoba: San Roque - La Tela, Ciudad de Mis
Sueños, Camino 60 cuadras, Villa El Libertador - Villa Angelelli, Barrio Comercial, y Colonia Lola.
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El concepto de buenas prácticas en salud | Jacinta Burijovich
5 En este punto, interesa introducir la crítica al concepto de buenas prácticas como recetas universales
que propone Acuña. Para este autor, “buenas prácticas, buenas experiencias ajenas pueden, efectivamente,
servir como importantes fuentes de aprendizaje. Sin embargo, también pueden confundir. Depende de las
propiedades del caso y su contexto. Hay experiencias que son trasladables de una sociedad a otra y otras
que no. El riesgo que se corre es que, ahora a través de recomendaciones basadas en `buenas prácticas´, se
reproduzcan los errores y costos de la receta universal. En este sentido surge una clara necesidad: el análisis
de buenas y de malas prácticas, así como de prácticas similares (buenas o malas) que produjeron resultados
disímiles. Necesitamos más teoría parsimoniosa, que explique por qué y qué variables tornan una experiencia
aplicable o no fuera de su matriz originaria” (Acuña, 2008: 6).
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otros, cómo y por qué se los percibe y define de una cierta manera, cuáles
fueron las diferencias entre los actores, por qué se eligieron ciertos cursos
de acción y formas de resolución, por qué se prefirieron ciertos criterios
valorativos, por qué se decidió continuar o no con la experiencia y cómo
incidió el contexto en el desarrollo de la práctica analizada. El objetivo de
conocimiento de esta reconstrucción es conocer la lógica que subyace y la
manera en que se tomaron las decisiones.
Como puede observarse, esta metodología se encuentra en las
antípodas de una teoría normativa que, conforme a enunciados causales de
las ciencias, prescribe cuáles son los cursos de acción más idóneos, eficaces
y eficientes y define los mejores procedimientos para solucionar problemas
sociales seleccionados científicamente.
Por el contrario, se trata de generar una visión de estrecha integración
y complementariedad entre la práctica y la reflexión sobre la base del
rechazo a toda visión unilateral, tanto del “conocimiento sin los actores”
como de “los actores sin conocimiento”. Por lo tanto, rompe con la expectativa
tecnocrática que promueve soluciones precisas y certeras.
El análisis de buenas prácticas se presenta como una visión integradora
de los procesos de gestión orientado tanto a dar cuenta de los contextos y
determinantes sociales y políticos, como a generar propuestas que tengan
un sustento reflexivo y analítico que supere la simple intuición de los
funcionarios o la expresión de intereses particularistas.
En lugar de ello, pasa a convertirse en un proceso que pretende
comprender la manera en que se confrontan intereses y valores, se encarnan
actores, se ponen en juego recursos de poder, se establecen alianzas, se
suscitan conflictos y se adoptan estrategias de acción individual y colectiva
orientadas a promover las posiciones sustentadas. Esta metodología
mantiene una orientación hacia la aplicación de conocimientos, la cual lo
distingue del investigador académico tradicional.
El análisis de las buenas prácticas desde una metodología cualitativa
considera la forma en que se toman las decisiones colectivas. Para pensar
la sistematización de buenas prácticas desde esta perspectiva es preciso
incluirlas en una orientación que impulsa la participación. Esto implica que
los grupos sociales que están siendo estudiados se involucran activamente
en los procesos de selección, definición, crítica, evaluación y transferencia
de “sus” buenas prácticas. Por lo tanto, el interés se traslada desde la
búsqueda de una intervención eficiente al propio proceso de investigación.
Este proceso se lleva adelante respetando algunos principios
metodológicos: no basta con declamar que todas las voces son incluidas
y toleradas sino que debe hacerse un esfuerzo sostenido y sistemático en
impulsar la inclusión de aquellas que son más débiles. Esto implica captar
la definición de la situación que efectúa el propio actor social y el significado
que le otorga al fenómeno que se está investigando.
Al incluir todas las voces, la investigación se transforma en un foro que
permite la presencia de perspectivas divergentes y promueve el debate, las
réplicas, el cruzamiento de la información.
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El concepto de buenas prácticas en salud | Jacinta Burijovich
Referencias Bibliográficas