¿A QUÉ PRECIO?

Ubicada en el extremo noroccidental de América Latina, rodeada por las

majestuosas montañas andinas, con páramos que producen el 85% del agua
potable, por su privilegiada condición geográfica Colombia es el tercer país
en variedad de especies animales en el mundo, con un sin fin de recursos
naturales como el petróleo, gas natural, carbón, minerales y cultivos
agrícolas, Además, es el único país sudamericano poseedor de dos líneas
costeras. Pero no hablaremos de la cantidad de recursos que tiene,
hablaremos de una problemática que afecta tanto a estos recursos como a la
comunidad Colombiana en general.
Desde tiempos ancestrales las comunidades que han habitado el territorio
nacional a lo largo de la historia, velan por defender los ecosistemas que en
la actualidad organizaciones con la finalidad de explotar los recursos no
respetan y vulneran de manera inconsciente, convirtiendo a estos defensores
y líderes ambientales en un blanco político y militar. Teniendo el estado la
mayor respondabilidad de esta problemática al no tener una política más
estricta de verificación y control con los entes dedicados a la explotación de
los recursos naturales. Por ello los grupos sociales que intentan proteger los
invaluables recursos de nuestro país están al pie de cañón, en el momento
de enfrentar a organizaciones legales e ilegales, la lucha por proteger el
medio ambiente y defender la tierra parece ser cada vez más letal

Lamentablemente al día de hoy vivimos una realidad tan dura de aceptar, ya

que Colombia es el segundo país donde más asesinan líderes ambientales,
desde el 2011 estudios calculan que en Colombia hay una tasa de impunidad
del 92%, la impunidad en Colombia a llegado a tal grado que la reincidencia
en las amenazas y los asesinatos, parecen heredarse de familia en familia y
de comunidad en comunidad lo cual a priori son datos aproximados debido a
que es muy dificil saber con certeza el nuemero exacto de amenazas y
victimas.

Estas victimas sociales son la piedra en el zapato para los interés de los
grupos armados que son el control sobre el territorio, la minería ilegal y rutas
del narcotráfico. Cuando asesinan a un líder ambiental y social, asesinan las
posibilidades de cambio de una comunidad porque los proyectos que dirigían
quedan en el aire, eliminando cualquier oposición, los jodidos más jodidos y
los señores de la guerra dueños de todo.
¿Y ahora con que saldrá el gobierno? Porque lo único que expresan es que
el índice de asesinato de líderes cada día es menor, que se ha reducido en
cifras del 35%, ¿no será que aquellos que manejan el gobiernos sobre líderes
sociales están manejando corruptamente este tema?, esto no es un juego,
amenazan a la comunidad y el gobierno tiene el deber de hacer algo, no más
mentiras, no más impunidad, no queremos ser el país con la segunda
posición a nivel mundial más peligroso para los defensores del medio
ambiente, la mitad de ellos indígenas que se oponen a la tala de bosques y
la minería.
¿Por qué? Porque no hay ni voluntad política ni capacidad. Estamos de
acuerdo que somos defensores cuando ellos dicen que los fiscales carecen
de una capacitación y recursos necesarios para investigar estos casos, Pero
que a la vez, y quizá más importante, existe una corrupción con intereses muy
fuertes, tanto políticos como empresariales, para obstaculizar esta
investigación. Para nosotros es claro que si ellos tienen probabilidad de
provocar un conflicto o provocar asesinatos, no deben insistir en desarrollarse
en estos esos escenarios, que para Colombia y para aquellos grupos que se
encargan de proteger lo que la vida les ha obsequiado.
A medida que nos precipitamos hacia el colapso climático, nunca ha sido más
importante apoyar a quienes intentan defender nuestro planeta