Sei sulla pagina 1di 7

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES


FACULTAD DE ARTES ASAB
Asignatura: Música y Género
Presentado a: Daniel Leguizamón- Melissa Vargas
Estudiante: Sergio Alejandro Méndez
Código: 20161098045

Experiencia en un concierto de metal con una perspectiva de género.

El siguiente escrito plantea una reflexión acerca del papel de la mujer que conforma
agrupaciones de metal en Bogotá, a raíz de mi experiencia como espectador en un evento
donde participaron cuatro bandas conformadas por mujeres en su totalidad o parcialmente.
Se analizará desde unas categorías de estudio propias de la musicología de género y se
confrontara con mi experiencia personal cómo público e intérprete de esta práctica musical.

Siempre he tratado, y he visto cómo otros tratan, de validar o negar algún tipo de práctica
musical, debido a cómo nos vemos reflejados en ella. Es decir, mientras más nos
identifiquemos, encontrando una coherencia con nuestro pasado sonoro, más nos va a gustar.
Este proceso de afirmación es una construcción que va más allá del simple gusto, lleva
implícito todo un conjunto de relaciones de poder que crean un “producto paradigmático
ideologizado de los grupos dominantes de esa sociedad” (Piñero: 9).De esta manera, cuando
afirmamos una práctica musical, a su vez podemos estar validando un canon implícito en ella
que muchas veces corresponderá con un constructo social establecido.

Es innegable la presencia de varios tipos de “canon” en la música. El caso del metal en


Colombia no es la excepción. Si bien el concepto de metal cómo género musical no es propio
de este país, es decir que su desarrollo a gran escala no se dio en estas latitudes, con el paso
del tiempo fue instaurándose en las juventudes colombianas gracias a la llegada de discografía
importada de Estados Unidos y Europa durante la década los ochenta, dando paso a la
conformación de las primeras agrupaciones de metal en el país. A lo largo de estos años ha
crecido el movimiento de agrupaciones y público de metal, a su vez, se han establecido
modelos que definen algunas características, en una primera escala superficial, de lo que
significa conformar una agrupación y hacer parte del público en el metal.

Por consiguiente identificar algunas características de estos estereotipos, nos permitirá dar
algunas respuestas sobre la forma de entender esta práctica musical y la manera cómo se
percibe a la mujer dentro de ella, como intérprete y compositora. Serán tomados algunos
ejemplos de referencias personales previas y de la experiencia concreta en un concierto
realizado el 2 de marzo de 2019 en donde participaron las siguientes bandas: Lost secuences,
Poker, Holocynic e Inflixtión.

Antes de pasar a mi experiencia personal voy a tomar el tiempo de explicar la trayectoria de las
bandas con una reseña tomada de sus páginas de internet, que reflejan en gran medida sus
intereses, logros, y proyecciones como bandas:

Lost sequences es una agrupación Colombiana de Metal con influencias del Death metal
clásico y el Metalcore, creada en año 2015 en la ciudad de Bogotá. El concepto de la banda se
define por una introspección al pensamiento humano partiendo de temáticas sociales,
políticas, religiosas y culturales. Los procesos musicales de la banda parten de retomar los riffs
básicos del Death Metal con ritmos del Metal Core y otras variantes musicales. A partir del año
2016 la banda realiza sus primeras presentaciones en el circuito de Bogotá y para el año 2017
participan en importantes festivales locales como el FESTIVAL DE ROCK BARRIOS UNIDOS y el
FESTIVAL ROCK Y METAL de Suba. Para el Año 2018 graba su Primer Ep en la sala de
grabaciones de IMPULSO GROUP con tres temas y Finalmente la inclusión de un Bonus track
grabado en DECODE INC PRODUCCIONES.

Las Poker nacieron en el 2009 cuentan con dos producciones discográficas, han realizado dos
giras suramericanas por Argentina, Perú, Bolivia, Chile y Ecuador. Participaron en el Festival
Rock al Parque 2017 y en el Force Fest en México 2018. Su sello discográfico es Impulso Grupo
y sus influencias son: Rock and Roll, Metal y el Punk Clásico. Tienen alrededor de 7800
seguidores en su página oficial de Facebook.

Holocynic fue creado en 2016 por Daniela Suárez (voz) y Erick Hernández (guitarra), luego
músicos con gustos e influencias relacionadas con el género se integran en el proyecto. La idea
de la banda es hacer Death Metal melódico, progresivo y técnico. Después de un año
trabajando en la composición e integración de la banda, y participar en varios eventos. En abril
del año 2018 sale a la luz el debut de Holocynic. Llega a participar en grandes eventos en la
ciudad, como el Festival de Metal Arapa de Puente Aranda y el Festival Usmetal.
Terminando el año 2018, la banda publica el single 'EXITIUM' que anticipa su primer álbum
para el segundo semestre del año 2019. La formación actual de Holocynic está conformada
por: Daniela Suarez (Voz), Erick Hernández (Líder de Guitarra), Jonathan Carnage ( Batería),
Eward Amaya (Guitarra) y Yoa Valencia (Bajo).

Inflixtion es una banda de metal nacional radicada en la ciudad de Bogotá, con más de 34
presentaciones acompañando a importantes bandas de la escena del metal, también han sido
invitados a numerosas entrevistas y revistas de metal. En sus show demuestra el poder del
arte hecho metal, haciendo evadir al público de su mundo exterior, Adoptando una puesta en
escena llena de energía, logrando así impregnar a los asistentes de nuestra esencia.

La primera inquietud que me surgió fue por la forma en que escuchamos a una agrupación, en
este caso mujeres en el metal. Encontré que siempre recurrimos al algún tipo de referencia
externa para comparar lo que estamos escuchando y asignarle ciertas categorías. La banda
Lost-secuences estaba tocando y siempre intente encontrar una relación con otras bandas
previas para dar sentido a su forma de tocar. La recepción musical puede analizarse en varios
niveles. “La recepción de la música es analizada por Citron de forma a histórica, es decir,
atendiendo al individuo de forma no contextualizada históricamente. Al tiempo, Citron aborda
la recepción musical referida, normalmente, a la recepción grupal, enmarcada en un
determinado contexto histórico.”(Piñero: 11). En consecuencia escuchaba en estos dos
sentidos, el primero en tiempo real, siguiendo cada riff de la guitarra, y en tiempo pasado
asignándole una relación de contexto histórico. Lo resumo de esta forma ya que la relación es
más compleja.

En efecto, la recepción musical tiene una profunda relación con los modelos y paradigmas
culturales establecidos. Estos influyen en gran medida con nuestra forma de percibir la música
validando o en mayor medida, rechazando. Por esto fue fácil encontrar comentarios y
miradas despectivas dentro del público y de otros músicos, que rechazaron, a tono de burla, la
forma de tocar de esta primera banda. -le falta fuerza, se quedó sin voz, se creen estrellitas-. Es
algo muy común en este tipo de eventos y más si son mujeres que tocan. Se critica desde una
perspectiva histórica acudiendo a modelos que establecen lo que sí debería ser una banda de
metal, cuando a su vez se ignora que existe una historia misógina dentro del género y son
pocas las bandas femeninas que se toman cómo referencias. Así pues se empieza a desdibujar
un modelo de agrupación de metal femenino que debería tener ciertas características
interpretativas y compositivas, tomadas de referencias de bandas masculinas. Por consiguiente
se defiende el “canon” establecido y se valida a lo “otro” (bandas de mujeres) en comparación
con este.

La siguiente inquietud que se presento fue durante la presentación de la banda Las Poker.
Tiene que ver con la manera como se entiende la profesionalidad, y el papel de la mujer en
espacios públicos. “La proyección pública que implica la profesionalidad y su carga indisoluble
de competitividad suponen un claro y serio conflicto con la propia definición de los espacios a
los que la mujer ha tenido acceso y en los que se ha desarrollado”(Piñero: 10).

Poker es una agrupación con una trayectoria mayor y ha tenido un nivel de visibilidad nacional
e internacional, más grande que muchas bandas de metal tanto de hombres cómo de mujeres.
Por consiguiente se le atribuye a este mayor nivel de visualización el hecho de ser mujer, se
cree que gracias a eso han logrado desenvolverse mejor dentro del medio y que si fueran
hombres no hubieran tenido este desenvolvimiento. A su vez no se reconoce su forma tocar
sea acorde, “profesionalmente”, con el nivel de visualización. Es decir, por un lado se
desconoce el trabajo musical de una banda y solo se atribuye su crecimiento a causa de
condición de género de manera despectiva. Por otro lado se le exige un nivel de competición
más alto acorde con este reconocimiento y en comparación con modelos que definen
musicalmente lo que una banda de alto nivel es.

En el concierto: La banda sube al escenario e inmediatamente personas del público se retiran


de lugar donde estaban viendo a la banda anterior y vuelven a sus sillas, muchos de ellos
músicos de otras bandas. Evidentemente no se reconoce el trabajo de esta banda, a pesar de
que todos la hemos escuchado, se piensa que no tienen un nivel musical de acuerdo con un
modelo de agrupación de metal internacional, aquel que crea un canon compositivo, y se
destaca por inventar el género en sus múltiples subgéneros. “se alza el mito del creador varón
blanco europeo que adquiere un estatus vinculado al concepto de Genio. La apropiación del
varón del concepto y proyección real de la creatividad musical dejará una vez más a la mujer
en el desierto de la exclusión “(Piñero :9).

La agrupación sufre un doble estigma, el primero por ser mujer, se desconoce su propuesta
como válida al adjudicarle a ésta el hecho de que son mujeres “bonitas”. He escuchado dicen
en comentarios de pasillo que la agrupación ha participado en festivales importantes porque
son más llamativas que una banda de hombres y que esto es lo que les ha permitido sobre
salir. En segunda estancia se le exige a esta banda que su música sea como la de bandas de
“metal de culto” (aquellas agrupaciones internacionales que marcaron hitos en la historia del
genero). Así también existe un mecanismo para invalidar su trabajo, al invalidarlo solo porque
no va acorde con los estereotipos musicales del género.

Es muy triste ver como el imaginario colectivo de una práctica musical que en teoría se
caracteriza por su capacidad crítica, refleja y afirma una actitud patriarcal, donde muchos
estereotipos son asumidos como propios sin espacio de reflexión. Por un lado se critica, y por
el otro se afirma aquello que se critica.

Por otro lado esta fue la única banda que llevo su propio ingeniero de sonido, tiene que ver
con la carga profesional que se le atribuye a la agrupación y de la cual tienen que dar
respuesta. En un ámbito musical competitivo la mayoría de las bandas tienden a estar en una
carrera y todas buscan llegar a un reconocimiento mayor “fama”, por ende es muy usual
dentro de las personas que forman parte de bandas, el rechazo y la indiferencia hacia las otras
bandas puesto que representan una amenaza, más si son mujeres, y son pocos los casos donde
no se ven comentarios despectivos, cada quien cree que su banda es la mejor. Aquí vuelven
estos paradigmas sociales que explican el porqué de nuestros comportamientos.

Al ser un figura pública se le exige a la mujer, en este caso, que responda de acuerdo a los
modelos establecidos de una banda de rock emergente, que para el caso colombiano al no
tener una industria propia, siempre se acude a las referencias exteriores. Ellas aparte de sufrir
el estigma de genero tienen que cumplir con unos parámetros establecidos, en otras
condiciones socio – económicas, reflejadas en el hecho de llevar un ingeniero de sonido. Ya
que los lugares en donde se toca metal en Bogotá carecen de ingenieros de sonido
profesionales que garanticen una buena mezcla de audio en vivo. Esto representa un costo
adicional ya que un ingeniero promedio tiene un valor entre cien mil y doscientos mil pesos. Y
es contradictorio ya que el pago a una agrupación por presentación en un bar promedio no
sube de los cien mil pesos.

Las siguientes dos bandas me causaron aún más inquietud, Holocynic e Infliction. Ambas son
bandas conformadas por hombres pero las cantantes son mujeres. Holocynic tiene una
propuesta de corte progresivo, es claro cómo la propuesta tiene un mayor reto interpretativo
que las bandas anteriores pero no por ello son mejores. Independientemente de su nivel
musical fue demasiado evidente el rechazo a las bandas femeninas que tocarón, por creer que
ellos tocan mejor. Es una actitud, debo decirlo, que también he tenido. Creemos que por
hacer compases irregulares, modulaciones, solos virtuosos, estructuras más complejas,
nuestra música es mejor que otras bandas. Así seguimos afirmando modelos decimonónicos
de tradición occidental donde la música se vuelve una sumatoria de “innovaciones” y nuestros
criterios de composición corresponden con seguir imitando modelos.

Por consiguiente es la banda que trata de encajar con el modelo establecido de agrupación de
metal internacional, como en su biografía lo muestran, pero que no es crítica en sí misma, y
acude a la burla y el rechazo para legitimar su posición. Así como una banda de un nivel menor
suele tener desfases de tiempo, esta banda también sufría la misma situación a pesar de que
ellos tratan de demostrar un nivel superior. Es evidente también que el hecho de estudiar
música y comprender ciertos parámetros puede ser un arma de doble filo, siempre tendemos
a subestimar lo simple, pero la dificultad esta en hacer cosas complicadas de manera simple.

Por último la inquietud que tuve al ver a la banda Inflixtion, es acerca del performance
presente en todas las bandas pero muy evidente en esta, cómo lo muestran en su biografía.
Dentro de rock y el metal existen unos estereotipos muy marcados frente a como se debe ver
una banda, sea de hombres o mujeres. Se ha creado un modelo de performance en vivo que
corresponde con características propias del generó pero a su vez crea patrones y paradigmas.
Siempre se escucha -le falta puesta en escena- como queriendo llegar a un nivel determinado.
Se busca que el cantante anime a la gente, o sea muy irreverente, o mueva mucho la cabeza o
sea siempre alguien más, “otro”. Este otro es claramente definido por el mismo “canon” que
envuelve muchos elementos de la práctica. Por ende se les pide a estas mujeres un requisito
escénico, que hagan algo, para que se pueda validar su puesta en escena. Eso que se le pide no
se sabe bien que es y muchos caso se convierte en imitar lo que hace un hombre cantante de
metal.

Por consiguiente queremos parecernos a otros ignorando nuestro propio cuerpo, lo


acomodamos a los modelos establecidos para afirmarlos y así llenar las expectativas de
quienes nos ven. Todos afirman el modelo pero nadie lo cuestiona. Es paradójico en el caso del
rock donde algunas de los performance más representativos no fueron construidos a raíz de
otro. Kurt Cobain de Nirvana, nunca quiso imitar a otras bandas en su forma de tocar en vivo,
su relación era más personal. Pero este tipo de performance sí se convirtió en una tendencia,
un modelo a seguir, y se se esperar que una banda de rock con características similares a
Nirvana haga lo mismo en escena que ellos.

Esta definición del canon, su afirmación y reivindicación muestra evidentes problemáticas que
presentan las mujeres hoy en día en el mundo del metal en Bogotá. Las agrupaciones quieren
triunfar bajo el fantasma de la “estrella de rock” pero ignoran que eso es solo aquello que nos
vendió la industria musical, no es propio de la construcción histórica del género, pero muchas
bandas están defendiendo este estereotipo. En el caso de las mujeres en el metal es más
complejo todavía puesto que este modelo es tradicionalmente machista, se niega la
participación de la mujer, y cuando ellas participan existen criterios de sobra en el imaginario
popular para descalificarlas. Cuando dicen que una u otra banda no merece estar en ese
concierto, deja ver que ellas, las bandas femeninas, también tienen que lidiar con la
impotencia y la envidia de otras bandas que no reconocen en ellas aquellos modelos de
bandas que los identifican.

El papel de la mujer en estos espacios que poco a poco rompen los paradigmas, nos muestra
la importancia de su participación. Es una necesidad propia de nuestro momento histórico.
Deja ver los retos que tiene el colectivo, para superar estigmas del pasado, para reinventarse,
para dejar de defender ciertos patrones de comportamiento y realmente ser críticos. Las
mujeres como se creía antes en el metal, no son solo las novias de los músicos del género. Ellas
también son parte integral de la comunidad. Aparte de reivindicar su papel dentro del generó
tenemos que madurar la visión colectiva del mismo, deberían romperse aquellos moldes del
pasado para evitar aquellas afirmaciones de estos estereotipos.

Por otro lado, es difícil establecer en una primera escucha aquella característica compositiva, o
interpretativa que de indicios de lo femenino dentro del metal. Pero hay una actitud que
podría enmarcarse dentro de esta categoría, evidente en las bandas conformadas por mujeres
en su totalidad. Si bien, como he dicho antes, muchas de estas bandas sufren el estigma de
género dentro del medio, son rechazadas sin darles la posibilidad de escucha o son tomadas
en burla, para no reconocerlas, ellas siguen haciéndolo a pesar de esto. Su actitud ante el
constante rechazo es la de esforzarse más, pero no por llegar a agradarles a aquellos que los
desprecian, sino por el contrario en forma de defensa, para demostrarles precisamente que se
equivocan. Ellas crean sus propios medios y siguen su camino como una banda de hombres
pero además, como si fuera poco, luchan contra el machismo muy presente en el generó.
Esta actitud si se puede identificar fácilmente, como por ejemplo, las bandas que más se
apoyaron entre ellas, en el concierto, fueron precisamente las bandas femeninas, donde por
lo menos se escuchan y existe un aprecio mutuo.

No se trata de comparar y hacer un paralelo entre bandas masculinas y bandas femeninas, lo


que se busca es precisamente dejar de hacer lo. Es decir dejar de comparar unas con las otras,
validar una banda independiente de si son masculinas o femeninas, y sobre todo buscar
romper el canon patriarcal, que afirma un modelo de agrupación basado en esa idea
anacrónica de ser la mejor banda y tener el mayor éxito posible. Lo cual es contradictorio
dentro de una práctica musical que nace sin la intención de entrar en la industria del mercado
musical.

Este estudio de el “canon” desde la musicología de género , descritos como “el estudio del
Canon, de la producción musical estandarizada, en relación con la mujer, en relación con la
posición de exclusión que ésta ha sufrido -y sufre?- en distintos ámbitos del mundo musical”
(Piñero: 8). Permiten renovar mi mirada hacia la mujer con la que comparto intereses y gustos
musicales, puedo ver nuevas perspectivas más complejas que llevan una responsabilidad
mayor en mi diario vivir, me llevan a romper mis propios paradigmas, no solo frente al género,
sino mi forma de ver la música, liberándome de viejas ataduras pero dándome un mundo
nuevo de inquietudes con las cuales convivir.

Referencias Bibliográficas

De Música, C. D. S., & de Las Rozas, I. E. B. La transgresión de Euterpe: música y


género. Dossiers Feministes 7 No me arrepiento de nada: Mujeres y música, 45.

Cybergrafia:

https://www.facebook.com/pg/INFLIXTION/about/?ref=page_internal

https://pokersociety.bandcamp.com/?fbclid=IwAR2zqhEAcx8aJFeR0Is2vSBZCbjxJEI9_T3tDexm
anvWg7r5B5Me2fE-jdg

https://www.facebook.com/HOLOCYNIC.OFICIAL/

https://www.facebook.com/pg/lostsequences/about/?ref=page_internal

https://www.youtube.com/watch?v=HmJOSLJlhLE

https://www.youtube.com/watch?v=m0XZ3MCudNU

Potrebbero piacerti anche