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Consentimiento informado
MERCEDES ALDEGUER Y ENRIQUE COS
Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Gregorio Marañón. Madrid.
Àxel Oliveres
Introducción
Puntos clave
A lo largo de la historia, en la relación médico-paciente se
han realizado procedimientos médicos con distintos grados El principal motivo que ha justificado la necesidad del CI
de participación del paciente, de acuerdo con las demandas ha sido proteger la elección autónoma.
y necesidades del médico y, posteriormente, del paciente, de
La información adecuada favorece una mejor aceptación
sus familiares y de la sociedad. Esto ha supuesto un cambio de la enfermedad y, por lo tanto, puede ejercer un efecto
en la cantidad y calidad de la información y, por tanto, el terapéutico.
aprendizaje de una nueva disciplina que no se enseñaba en
El derecho a la información de los enfermos ha sido subrayado
las facultades de medicina. La escasez de enseñanza previa por la Recomendación 779 (1976) de la Asamblea
en bioética, junto con la impregnación paternalista de la Parlamentaria del Consejo de Europa.
medicina hipocrática aprendida en las aulas y en los hospi-
Hay que distinguir entre las obligaciones judicialmente
tales de etapas anteriores son los motivos fundamentales
impuestas y el procedimiento de CI.
por los que algunos elementos de la práctica habitual, como
el consentimiento informado (CI), tienen todavía algunas “Ahora informamos, pero ¿lo estamos haciendo bien?”.
dificultades en su aplicación. Por todo esto, hoy día sigue J. Holland.
siendo tema de interés y de debate.
la enfermedad incluso de pronóstico grave y, por lo tanto, Según Bernstein3, los pacientes que reciben, por parte del
puede ejercer un efecto terapéutico. En un estudio realiza- médico, una adecuada información de su enfermedad y
do por Durá e Ibáñez1, en el que se evalúan las consecuen- tratamiento se sienten más satisfechos, controlan mejor su
cias de la información del diagnóstico de un cáncer de ma- enfermedad y cooperan más.
ma, se demuestra que las pacientes que recibieron una A pesar de todo lo anterior existen elementos de conflicto
información exhaustiva y escrita de su enfermedad tenían, en estos argumentos, como duda razonable sobre si la in-
al cabo de un mes, mayor inestabilidad y mayores altera- formación verdadera de malos pronósticos puede ejercer
ciones en su actividad y relaciones profesionales que las un efecto negativo o maleficente, el “dilema de decir o no
que disponían de menor información; sin embar- la verdad al paciente”. En contra de este argumento po-
go, a los cinco meses, presentaban un mejor demos decir que no se ha demostrado que el conoci-
ajuste psicológico en el terreno laboral, do- A través del diá- miento de la verdad sobre un mal pronóstico pro-
méstico, social, sexual y nivel de dependen- logo y a la luz de los co- duzca reacciones negativas en el paciente y, por lo
cia que las otras pacientes. nocimientos médicos, el pa- tanto, que con ello incurriéramos en maleficen-
Janis y Leventhal2, en la década de los ciente podrá participar en la cia. Por otro lado, la psicología cognitiva actual
toma de decisiones atendiendo
años sesenta, propusieron un modelo pa- a razones que atañen a la canti- defiende que los pacientes autorregulan su capa-
ra explicar las reacciones humanas ante dad y calidad de su vida, según cidad de procesar la información poniendo en
el estrés y establecieron una relación cur- sus apetencias, aspiraciones y marcha estrategias de comportamiento y negan-
vilínea entre el nivel de miedo despertado valores. Con esto estamos do la enfermedad para poder adaptar la informa-
y la probabilidad de defensas adaptativas protegiendo la elección ción proporcionada a sus esquemas mentales.
autónoma del pa-
ante el estrés. Los autores sugieren que el ciente. Cuando los familiares nos solicitan un “pacto de si-
afrontamiento de un evento amenazador será lencio” sobre la enfermedad del paciente, entra en jue-
óptimo cuando se active en el sujeto un nivel inter- go otro factor cultural: la falta de conocimientos que les
medio de miedo que le permita funcionar aunque esté in- indiquen pautas de comportamiento adecuadas. El pro-
tranquilo (work of worrying), una forma de preparación blema lo resuelven de la forma más fácil, de espaldas al
que hace posible adoptar acciones efectivas frente al factor paciente, y es en ese momento cuando solicitan la actitud
estresante, con mejor adaptación a la enfermedad si el pa- paternalista del médico. En el ámbito clínico el dilema se
ciente dispone de recursos suficientes y si se le ha propor- establecería entre autonomía, el deber del médico de faci-
cionado información adecuada para enfrentarse a ella. litar información para que el paciente decida, frente a no
Conocer un diagnóstico de una enfermedad maligna no maleficencia, el deseo de no agravar la situación al facilitar
elimina las reacciones negativas, incluso puede incremen- una información negativa.
tarlas, pero con el tiempo facilita la adaptación; podría- La falta de información directa del médico puede originar
mos decir que los pacientes aprenden a convivir mejor con una demanda de información a terceros, que podría ser
su enfermedad. errónea, imprecisa o ambigua y, por tanto, inadecuada pa-
Forma
La preocupación actual sobre el CI, es ¿cómo hacerlo para intervención quirúrgica de alto riesgo, pasando por los in-
hacerlo bien? El CI es un proceso que puede ser largo, termedios, como una determinación de anticuerpos frente
complejo y en ocasiones puede enfrentarnos a auténticos al VIH o una transfusión de sangre por poner sólo algunos
problemas éticos; además, el documento escrito debe refle- ejemplos. En todos los casos el paciente dará su consenti-
jar los puntos de discusión entre médico y paciente. Quere- miento verbal para la que la práctica médica se produzca;
mos mejorar la calidad de nuestro CI y nos preguntamos, además, en aquellos casos en que la ley lo contempla, el CI
como diría Holland5, “Ahora informamos, pero ¿lo estamos deberá obtenerse mediante un documento escrito.
haciendo bien?” Podemos decir que todavía existen puntos La cuantía de la información ha de ser continuada, lo más
de discusión en este campo entre los profesionales sanita- completa posible, y ha de responder a las preguntas del
rios, los pacientes, la sociedad civil y los jueces, que están paciente. El médico ha de informar sobre aquello que
inmersos en un cambio dinámico acorde con las necesi- considere más relevante para el paciente, por sus con-
dades del momento. Las publicaciones basadas en en- secuencias positivas y negativas, sin olvidar los valo-
cuestas sobre el CI, su comprensibilidad, análisis de La calidad del res. En este punto es en el que la práctica judicial
CI es el punto ac-
la ansiedad o grado de satisfacción que produce en tual de discusión de
ha puesto mayor énfasis al resaltar la calidad del
el paciente, entre otras preguntas, son el objetivo de profesionales de la CI. Los resultados de diversos litigios hacen creer
múltiples estudios que tratan de analizar la calidad sanidad, pacientes, que las exigencias en este punto son amplias, es-
del CI6-8, y el procedimiento de la gastroscopia es, gestores y jue- pecialmente en la información de los riesgos, las
concretamente, uno de los más analizados . 9-11 ces. consecuencias y las posibles alternativas existentes.
La forma del CI en el procedimiento verbal ha de ser Probablemente sea este el punto de discusión futura,
tan amplia y variable como el paciente y el médico requie- quizá por aspectos puramente legales.
ran para resolver sus dudas y con la duración que sea ne- Se ha de informar al paciente y, si éste lo aprueba, a sus
cesaria. En el procedimiento escrito la forma ideal es más familiares o allegados. El paciente, que será quien firme el
difícil de establecer, ha de ser un procedimiento renova- documento de CI, es quien debe aceptar el procedimien-
ble, con período de caducidad, específico para cada técni- to. En aquellos casos en los que el paciente no pueda leer
ca, pero quizá también para cada grupo asistencial, ya que o escribir, pero acepta el procedimiento, se realizará un CI
la experiencia influye en los resultados y en la elección del verbal ante un testigo que deberá firmar el documento es-
método entre distintas alternativas; la voluntad manifesta- crito. Cuando el paciente no sea competente, la acepta-
da ha de coincidir con la voluntad interna del sujeto (tabla
1). La elaboración del documento escrito es obligación y
responsabilidad del grupo que realiza el procedimiento. Tabla 1. Recomendaciones para la redacción
Sería conveniente que los documentos escritos de CI se de consentimiento informado
elaboren en el seno del servicio o equipo que atiende al
paciente, y es conveniente que sean refrendados por un
Frases cortas y directas
comité de expertos como los comités asistenciales de éti-
Palabras cortas
ca. Los documentos de CI elaborados por sociedades o Pocas o ninguna palabra técnica
grupos científicos pueden ofrecer modelos a sus asociados, Explicitar la capacidad de preguntar
sin carácter vinculante.
En la actualidad existe cierta preocupación porque la for-
ma escrita de CI, requisito legal ineludible, sustituya al
procedimiento verbal. Este punto de conflicto es al que, Tabla 2. Características fundamentales del proceso
en parte, se puede referir Katz12 al decir que “tanto los tri- de obtención del consentimiento informado
bunales como las instituciones han permitido que la idea
del CI se marchite en la viña”. Creemos que hay que dis-
tinguir entre las obligaciones impuestas judicialmente y el Informado y comprensible
procedimiento de CI. Debemos ser capaces de obtener un Información verbal y escrita
consentimiento que satisfaga las rigurosas exigencias de Lenguaje sencillo
las reglas sobre la autonomía. Adaptada a la comprensión del paciente
No es nuestra intención analizar detenidamente la calidad Bien estructurada
y la forma del CI, porque personas más expertas en el te- Dar un período de reflexión
ma ya han escrito muchos capítulos sobre esto. Tampoco Competente
es nuestra intención dar normas de cómo ha de ser un CI,
Representante legal en personas no competentes
sólo queremos mencionar algunos aspectos de carácter
práctico que se relacionan con la calidad del procedimien- Voluntario
to (tabla 2). Ausencia de control externo, sin coacción,
Se ha de informar de todos los procedimientos que se de- manipulación ni persuasión
sea realizar al paciente, desde los más banales, como una Auténtico
extracción de sangre, hasta los más importantes, como una
ción del procedimiento será la del responsable o tutor del pre de forma que no resulte perjudicial para el enfermo”, y en su
paciente; recurriremos a un experto en la materia cuando artículo 25 añade “y que puede ser legítimo no comunicar al en-
dudemos de la competencia del sujeto. Debe presumirse fermo un pronóstico grave o fatal”.
la capacidad en los mayores de 18 años (artículo 12 de la En el caso de renuncia al CI, el paciente rechaza el derecho a to-
Constitución) y en cuanto al menor, en España, el dere- mar decisiones autónomas en relación con el procedimiento pro-
cho ha limitado su capacidad de decidir y de obrar, y de- puesto, y delega en el médico la toma de decisiones. Los pacien-
berán ser sus representantes legales, habitualmente los pa- tes rechazan la información porque entienden que producirá en
dres, los que decidan por él. No obstante, en el artículo ellos angustia, temor y quizá rechazo a un procedimiento que el
162.1 de nuestro Código Civil (introducido por Ley médico cree que es necesario. Nuestra actitud ante esta situación
11/1981, de 13 de mayo) se contempla una capacidad, ca- será asegurarnos de que éste es el deseo del paciente y si persiste
lificada como suficiencia de juicio, que le permite partici- en su renuncia, el procedimiento es tan válido como el CI.
par en la toma de algunas decisiones civiles, dependiendo
de la edad y tipo de decisión. No obstante, el menor de
edad tiene derecho a recibir información médica sobre su
proceso y así se contempla en la Ley General de Sanidad,
Reflexión sobre el consentimiento
en la Convención de los Derechos del Niño adoptada por informado
la Asamblea de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1989, en su Ley 8/95 de 27 de julio de atención y pro- A la vez que se practicaba una medicina paternalista, el CI nace
tección a la infancia y a la adolescencia y en la Ley 1/1996 como necesidad de la medicina moderna y progresista de respetar
de 15 de enero de protección jurídica del menor. En algu- la autonomía del paciente. Sin dejar que madure esta idea, surge
nas circunstancias puede surgir algún conflicto entre el in- la necesidad legal del CI, lo que ha propiciado algunos vicios en
terés y las opiniones del menor y de sus tutores; en estos la forma. Es deseable que todas las partes cuiden el proceso; los
casos, cuando se trate de procedimientos de alto riesgo y gestores, los jueces y quizá también los pacientes han de conocer
cuando se dude de las condiciones de madurez del menor, las implicaciones que supone la introducción de una nueva estra-
será razonable consultar al juez; también lo haremos tegia para la cual quizá no se han proporcionado todos los recur-
cuando exista una toma de decisión maleficente. sos necesarios. Quisiéramos instar a los profesionales de la sani-
Existen algunas situaciones en las que por distintas circuns- dad a que, al igual que lo hacen en otros terrenos de la medicina,
tancias el CI puede ser omitido. Estas situaciones son: ur- se adapten al cambio que se ha producido en la relación médico-
gencia vital, riesgo de salud pública y privilegio terapéutico. paciente, y que aspectos relacionados con la bioética no constitu-
Otra forma que podríamos denominar como CI incompleto yan un motivo de inadaptación.
y que también merece ser mencionada es la renuncia al CI.
Hay situaciones de urgencia vital que no permiten la de-
mora necesaria para realizar un CI adecuado del procedi- Bibliografía
miento. Sin embargo, en algunas ocasiones habrá tiempo
para informar al paciente sobre qué se le va a realizar y ob-
tener su aceptación verbal, lo que genera seguridad y tran-
quilidad en el paciente, tan necesarias en situaciones críti-
cas. No hay que escudarse en la existencia de situaciones
de urgencia para no realizar un CI, cuando la competencia ■ Metaanálisis
del paciente, la existencia de familiares o el factor tiempo ■ Ensayo clínico controlado
permiten realizarlo. En un estudio sobre CI llevado a cabo ■ Epidemiología
en pacientes de UCI, basado en la respuesta de médicos
intensivistas a un cuestionario, se afirma que sólo el 25% ■
1. Dura E, Ibáñez E. El dilema de informar al paciente de cáncer. Valencia: Nau Llibres, 1990.
2. Janis IL, Leventhal H. Psychological aspects of physical illness and hospital care. En: Wolman
de los médicos informaba siempre a sus pacientes13. B, editor. Handbook of Clinical Psychology. Nueva York: McGraw-Hill, 1965.
3. Bernstein L, Bernstein RS. Interviewing: a guide for health professionals. 3rd ed. Nueva
En determinadas circunstancias, la realización de un pro- York: Appleton, 1980.
cedimiento, aun sin CI, es importante por lo que pudiera 4. Beauchamp TL, Childress JF. Principios de ética biomédica. Barcelona: Masson, 1999;
p. 134-73.
implicar el hecho contrario sobre la sociedad o terceros. 5. Holland JC. Now we tell- But how well? J Clin Oncol, 1989;7:557-9.
En estas circunstancias estamos supeditando la beneficen- 6. Murphy MF, Docherty S, Greenfield P. Survey of the information given to patients
about blood transfusion and the need for consent before transfusion. Transfus Med
cia como bien común frente a la autonomía del individuo. 1997:287-8.
El privilegio terapéutico es un concepto, reliquia de la 7. Holland PV. Consent for transfusion: is it informed? Transfus Med Rev 1997;11:274-85.
8. Kay R, Siriwardena AK. The process of informed consent for urgent abdominal surgery.
medicina paternalista, que permite no informar al pacien- J Med Ethics;27:157-61.
te cuando hay fundadas sospechas de que la información 9. Denis B, Bottlaender J, Goineau J, Peter A, Weiss AM. Informed consent for gastroin-
testinal endoscopy: a patient-opinion survey. Gastroenterol Clin Biol 2002;26:675-9.
puede originarle un daño físico o psíquico, de tal forma, 10. Shepherd HA, Bowman D, Hancock B, Anglin J, Hewett D. Postal consent for upper
como diría Diego Gracia14, que entraría en un estado que gastrointestinal endoscopy. Gut 2000;46:37-9.
11. Parera de Cáceres A, González Asanza C, Menchén Fernández Pacheco, Senent Sán-
le incapacitaría para tomar decisiones, es decir, la misma chez C, Jiménez Alexandre P, Vaquero Martín, et al. Survey of informed consent in a
excepción de incapacidad pero diagnosticada a priori por gastrointestinal endoscopy unit. Gastroenterol Hepatol 2000;23:317-21.
12. Katz J. Disclosure and consent. En: Mulinsky A, Annas G, editors. Genetics and the
el médico. Incluso, como ya mencionamos anteriormente, Law II. Nueva York: Plenum Press, 1980; p. 122-8.
en el Código de Deontología del Consejo General de los 13. Vincent JL. Information in the ICU: are we being honest with our patients? The results
of a European questionnaire. Intensive Care Med 1998;24:1237-8.
Colegios Oficiales de Médicos de España de 1979, en su 14. Gracia Guillén D. ¿Privilegio terapéutico o excepción terapéutica? I Congreso nacional
artículo 22 establece que “el médico debe informar, siem- de Bioética. Madrid, 1996.