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Para alumnos.
Primera Comunión y Confirmación
DuocUC
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INDICE
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ENFOQUE DE LA CATEQUESIS
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
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ESTRUCTURA DE TEMAS
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25 Celebración de las Primera Comunión. 20- 24
Término 27- 01
Preparación Exámenes 28- 03
Propuesta Celebración Confirmación 15 Diciembre
Período Exámenes Diciembre
Período Exámenes
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CONTENIDOS PRINCIPALES DE LOS ENCUENTROS
I. REUNION DE BIENVENIDA
IDEAS IMPORTANTES
- Crear un ambiente acogedor y animado.
- Una pequeña convivencia para compartir.
- Presentación de los monitores y grupos de catequesis.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Reunión participativa
- Motivación inicial: Acogida y bienvenida del coordinador.
- Dinámicas – juegos de integración y presentación
- Diálogo:
o ¿Qué esperan de la confirmación?
o ¿Qué ilusiones tenemos los monitores del grupo?
- Canto
- Oración final (Entrega de un signo).
b) Convivencia
- Dinámica de presentación.
- Mención de los grupos y horarios.
- Oración de despedida.
- Canto final.
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II. EL FIN DEL HOMBRE: DAR GLORIA A DIOS
IDEAS IMPORTANTES
- Dios crea al hombre para manifestar su bondad y amor.
- Conocer dónde encontramos las bases para nuestra doctrina cristiana.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Al nacer, formamos parte de una familia humana que nos da nombre y apellidos,
expresando la relación que nos une con nuestros padres y familiares. Nombre y apellidos
señalan a la persona de modo inconfundible, igual que son inconfundibles las huellas
dactilares. El Bautismo produce en nosotros un segundo nacimiento –esta vez a la vida
sobrenatural de la gracia-. Los bautizados somos y nos llamamos cristianos. Ese es
nuestro nombre; como aquellos primeros: (Pedro, Juan, Andrés…) nosotros también
somos discípulos de Cristo. Y, del mismo modo que estamos orgullosos de pertenecer a
nuestra familia, hemos de estarlo por pertenecer a la familia cristiana, dando pruebas
constantes, con el testimonio de las obras. Veamos qué significa ser cristiano.
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hombre ha sido creado por Dios, con la cooperación de sus padres. Por eso, a la
pregunta ¿de donde venimos?, se contesta: venimos de Dios.
Desde la misma raíz de la pregunta ¿de dónde venimos? Se desprende otra ¿Quiénes
somos? Dios no sólo ha creado al hombre, si no que está junto a él en todo tiempo y
lugar. Dios lo llama y le ayuda a buscarlo, quiere que lo conozca y lo ame. Sabemos que
hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y, por el bautismo, los cristianos
somos hechos hijos adoptivos de Dios, herederos de su gloria. Por lo tanto, si nos
preguntan quiénes somos, la respuesta es clara: soy hijo de Dios.
Ya sabiendo nuestro origen, quiénes somos, nos nace la siguiente pregunta ¿hacia dónde
vamos? Dios ha creado al hombre para manifestar y comunicar su bondad y amor, de
forma que pueda conocerle y amarle cada día más y así le sirva libremente en esta vida,
gozando después con Él para siempre en el cielo. Si nos preguntan a los cristianos hacia
dónde vamos, la respuesta también es clara: el cielo. Si no consiguiéramos esta meta,
nuestra vida sería un fracaso.
Ahora podemos responder de modo más explícito a esta pregunta que se debe hacer el
hombre: yo ¿para qué existo? Y tenemos que decir de modo absoluto: para dar gloria a
Dios, es decir, para manifestar la bondad y el amor del Creador. Dios no tiene otra razón
para crear. El hombre es objeto del amor de Dios, responde a Dios amándole. En eso
está la felicidad del hombre.
Para fundamentar más nuestras respuestas sobre la existencia del ser humano es bueno
conocer las enseñanzas de Jesucristo, ya que es nuestro Dios, nuestro Maestro, nuestro
Modelo. Sus enseñanzas nos muestran el camino para conocer y amar a Dios, para ser
felices en esta tierra y, después, eternamente en el cielo.
2. La Doctrina Cristiana
Lo primero que tenemos que conocer es las verdades de mi fe: quién es Dios, quién es
Jesucristo, quién creó el mundo, cuál es la vida eterna que nos espera, etc. Todas estas
cosas las conocemos al estudiar el Credo.
Si queremos saber cómo nos hacemos cristianos, cómo se nos manifiesta la misericordia
de Dios, como podemos acudir a Dios, etc. lo aprendemos al estudiar la oración y los
sacramentos.
También tenemos que saber qué cosas quiere Dios que hagamos para poder llegar al
Cielo. Esto lo sabemos al estudiar los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Santa
Iglesia.
¿Para qué nos sirve conocer la doctrina cristiana? Para ir conociendo cada día mejor lo
que Jesucristo enseñó y, de esta manera, poder seguirlo más de cerca.
Isaías 43,1-3
Hch 2,42
f) Conclusiones
Los seres humanos fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza. En esta creación,
Dios manifiesta su bondad y amor y así nosotros podemos amarle y conocer sus deseos
para cada una de nuestras vidas.
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Para conocer más las enseñanzas de Jesucristo, tenemos que conocer la doctrina
cristiana, la que está basada en el Credo, los Sacramentos y los Mandamientos de la Ley
de Dios y de la Santa Iglesia.
h) Oración Final
i) Despedida
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III. Dios sale al encuentro del Hombre: “La Revelación”
IDEAS IMPORTANTES
- Dios revela al hombre.
- Las fuentes de revelación.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
San Agustín es uno de los santos más notables que ha tenido la Iglesia y uno de los
hombres más sabios del cristianismo. Después de una vida apartada de Dios se bautizó,
llegando a ser obispo de Hipona, en el norte de África. Escribió mucho y tiene un libro
especialmente sugestivo: Las Confesiones, donde cuenta su conversión y proclama el
anhelo de Dios inscrito en el corazón de la criatura:
“Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza: grande es tu poder; y tu sabiduría no
tiene medida (…). Y el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte. Tú mismo
le inscritas a ello, haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza, porque nos hiciste,
Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”:
1. El deseo de Dios
Dios tiene un deseo que está inscrito en los corazones de los seres humanos, que han
sido creados por Dios y para Dios; Dios no deja de atraer al hombre hacia sí, y sólo en
Dios encuentra la paz, la verdad y la alegría, que no cesa de buscar: el hombre es un ser
religioso. Como decía San Pablo en Atenas, “en Dios vivimos, nos movemos y existimos”
(Hechos 17,28)
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El ser Humano puede olvidarse de Dios, e incluso rechazarlo o negar su existencia.
¿Motivos? La ignorancia, el rebelarse contra el mal que se sufre o se ve, los afanes del
mundo y de las riquezas, el mal ejemplo de algunos que se llaman cristianos, ideas
contrarias a la religión, y la actitud del pecador que -por miedo- se oculta a Dios y huye
ante su llamada. Ninguno de estos pretextos justifica el olvido o la negación de Dios.
Hechos 17, 28
f) Conclusiones
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g) Proyección de vida (concreciones para la vida)
Pensar en esta frase de San Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está
inquieto hasta que descanse en ti”
Leer cada día algo de la Biblia, comenzando por los cuatro evangelios.
h) Oración Final
i) Despedida
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IV. La respuesta del hombre a Dios: la Fe.
IDEAS IMPORTANTES
- Por la Fe podemos conocer muchas cosas acerca de Dios.
- ¿Qué es la Fe?
- La Fe es un regalo de Dios.
- Creer es algo razonable.
- Creer lo que la Iglesia nos enseña.
- La Fe es necesaria para salvarse.
- Credo: Resumen de las verdades que debemos creer.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial:
Señor no te veo
Señor no te veo, pero te siento. Diáfana es tu presencia. Misterio de amor a mis
aspiraciones más grandes. Estás más allá de cosas y también más acá. Te siento en mi
existencia, presente en todo mi ser. Me penetras, me rodeas, me amas. Vibras en mi
intimidad. Estás dentro de mí. Te siento como el amor en el corazón, como la sangre en
las venas, como la luz del día, como la oscuridad de la noche. Vivo sumergido en ti. ¡Soy
tuyo, Señor!, hazme “transparencia”, que los demás vean en mi, tu ser y tu amor.
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hombre a la Revelación divina es creer lo que nos ha dicho, apoyados en su autoridad
divina.
Cuando vamos a Misa, vemos que las personas que están allí, escuchan al sacerdote, se
arrodillan en la consagración, contestan las oraciones. Todos estos actos son movidos
por la fe: sin ella serían incompresibles y ridículos.
En muchos casos, la fe no sigue el crecimiento de la persona; las exigencias que van
presentando la vida y el ambiente social no obtienen la respuesta de la fe, que se quedó
en estado infantil por no cultivarla. Entonces, comienzan a asimilarse otros valores
tratando de encontrar respuesta a las preguntas y problemáticas personales y sociales.
La falta de profundización en el mensaje evangélico deja la fe como una semilla sin
cultivar, que no va a ser posible que dé frutos; sólo la cercanía de Dios puede romper el
alejamiento, y la experiencia de su amor, la indeferencia.
f) Conclusiones
h) Oración Final
i) Despedida
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V. Dios Padre, Todopoderoso
IDEAS IMPORTANTES
- Dios Padre
- El ser humano procede de Dios
- Dios tiene bondad con nosotros
- Dios nos crea para ser sus hijos
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Nacer y crecer fuera de una familia, la falta de identificación con nuestros padres, y el no
recibir el afecto que necesitamos, tiene consecuencias muy graves. Puede repercutir en
inseguridad, en rebeldía. Estas situaciones se están repitiendo cada vez más por la
desintegración de muchas familias
Dios hace todo lo posible para darse a conocer, de tal forma que la conciencia del pueblo
va madurando, poco a poco, para reconocer a su Creador. Dios manifiesta su paternidad
siempre con el sello de su Amor: al crear al mundo (Dt 32,6) o al crear la paternidad y la
maternidad en los seres humanos (Gn 1,27-28). Con Israel tiene una relación paterna del
todo particular: lo creó como pueblo y lo eligió libremente como su primogénito (Ex 4,22)
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en medio de muchos otros pueblos; con amor entrañable lo cuidó, especialmente durante
su infancia, le enseñó a caminar, lo tomaba en sus brazos y fue para él como quien
levanta un niño hasta sus mejillas o se inclina hasta él para darle de comer (Os 11); con
él estableció una alianza y le regaló la Ley como expresión de su voluntad divina y como
guía de su conducta. El amor misericordioso se manifiesta, muy especialmente, cuando
es llamado Padre de los pobres, protector del huérfano y de la viuda (Sal 68,6).
Pero además de presentarse como Padre, también se presenta con imágenes maternas a
favor de su pueblo: es como una madre que no olvida a su niño de pecho, ni deja de
querer al niño de sus entrañas (Is 49, 15). Es tan confiable y es tan reconfortante, que el
pueblo de Israel puede sentirse “como un niño en brazos de su madre”; hasta la imagen
femenina de los animales es utilizada para indicar el cuidado constante por sus hijos:
“Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina a sus pollitos, debajo de las
alas…” (Lc 13,34).
Así como Dios es omnipotente, todo poder, también el Hijo y el Espíritu Santo lo son ya
que la esencia divina es única y las tres personas son iguales en perfección.
Es muy necesaria la confesión de la omnipotencia de Dios especialmente frente al dolor y
el mal, que no entendemos y nos cuesta aceptar. Ante esto, es Dios, omnipotente y
clemente, quien está cerca con su Providencia para ayudarnos.
Y, cuando Dios considera que es el momento, envía a su Hijo Jesús al mundo para darse
a conocer de manera directa (Heb1, 1-4). Se manifiesta como un Padre amoroso al
presentarnos a su Hijo Único a quien ama sin límites (Mt 3,17). Por su parte, Jesús se
dirige a su Padre con un cariño exquisito, llamándole Papá (Mc 14,36; Rm 8,15; Gál 4,6).
Lc 11, 2-4
f) Conclusiones
Al principio, Dios se manifestó como Padre, de manera especial, con el pueblo de Israel,
a quien eligió libremente de entre los demás pueblos. La acción paterna y materna son
utilizadas por los autores sagrados para hablar del amor de Dios para con su hijo
primogénito, Israel.
En Jesucristo esta paternidad abarca a toda la humanidad: hemos sido hijos de Dios
gracias a Jesucristo.
Al estilo de Jesucristo y, con la fuerza del Espíritu Santo, debemos aprender a dirigir toda
nuestra vida hacia este Padre común.
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g) Proyección de Vida (concreciones para la vida)
La consecuencia directa de ser hijos de Dios es que nos convirtamos en una gran familia
de hermanos en Cristo. Por eso, la fraternidad es el proyecto de los hijos de Dios. ¿Cómo
podemos concretizarlo con los cercanos y los lejanos?
h) Oración Final
i) Despedida
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VI. Dios creó el cielo y la tierra
IDEAS IMPORTANTES
- Todo procede de Dios.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Por mucho tiempo los seres humanos se han preguntado: ¿de dónde procede el mundo?,
¿de dónde procede todo?, ¿Quién fijo las órbitas de los astros, que determinan el tiempo
de verano e invierno, la época de siembra y recolección, el día y la noche? ¿Quién dio
vida a las plantas y animales?, ¿Qué hubo al principio y qué acontecerá al final?
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Muchos que sufren preguntándose: ¿Quién hace temblar la tierra? ¿De dónde procede el
mal?, ¿triunfará el bien sobre el mal?, ¿de dónde vienen las enfermedades y la muerte?,
¿será la muerte más poderosa que la vida?
En todo el mundo, son las mismas cosas las que angustian a los hombres. En todas
partes, los sabios de los pueblos buscan una respuesta. Hablan del misterio de los
comienzos, de las obras de Dios y de su relación con el ser humano a través de la
historia.
También la Biblia nos ofrece el relato de los orígenes.
1. Dios es Eterno
Sólo Dios es propiamente eterno, es decir, no tiene principio ni fin. En Dios no hay pasado
ni futuro, sino un presente inmutable. Hubo un momento en que solamente existía Él;
pero quiso comunicarme esas cosas buenas; quiso crear el mundo y especialmente al
hombre, que está hecho a su imagen y semejanza. Dios pensó en todos los hombres, en
cada uno de nosotros, mucho antes de crearnos. No existíamos, y ya nos amaba. Y como
Dios amaba al hombre, le preparó un lugar muy bueno: el mundo creado con todas sus
maravillas, el mar, las montañas, los animales, las plantas, el cielo, etc.
Génesis 2, 4-25
f) Conclusiones
"En el principio, Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1). Con estas palabras solemnes
comienza la Sagrada Escritura. El Símbolo de la fe las recoge confesando a Dios Padre
Todopoderoso como "el Creador del cielo y de la tierra", "del universo visible e invisible".
Hablaremos, pues, primero del Creador, luego de su creación, finalmente de la caída del
pecado de la que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a levantarnos. (CEC 279)
h) Oración Final
i) Despedida
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VII. Creo en Jesucristo
IDEAS IMPORTANTES
- Jesucristo, hijo de Dios
- Jesucristo, el Mesías.
- Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Para poder conocer a una persona es necesario comunicarnos con ella y saber como
piensa o lo que ha hecho. Y para eso hay que vencer la desconfianza, el temor a no ser
acogidos o comprendidos.
Muchos de nosotros no tenemos relación con Jesús por que no el conocemos, no
sabemos quien es, es decir, podremos haber escuchado muchas cosas de Él, pero nos
invaden muchas dudas ¿quien es realmente Jesús? ¿Cómo que es Dios y es hombre? Y
muchas peguntas mas, que lo mas probable es que nos hagan desistir y mejor no hondar
en conocerle. Hoy es el día en que podemos saber cosa mas de Él y se nos darán
herramientas para poder conocerle.
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d) Presentación del Tema
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Jesucristo venció la muerte, resucitó y subió al cielo. Como Dios, está en todas partes y
todo lo ve y lo oye. Jesucristo está en el cielo y en la Eucaristía. Podemos hablar con Él
de nuestras cosas y de sus cosas. Él nos escucha y nos habla, no con palabras, sino en
nuestro corazón. Tenemos que aprender de Jesús, porque con su vida, sus obras y sus
palabras, nos enseñó lo que tenemos que hacer para salvarnos y cómo lo tenemos que
hacer. El mismo ha dicho: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”
Juan 14,9
Juan 14,6
Mateo 28, 11 -15
f) Conclusiones
Los cristianos llamamos “Señor” no sólo a Dios Padre sino también a Jesucristo,
resucitado de entre los muertos. Confesamos que Jesús es el mismo Dios, proclamamos
que somos su pueblo y ponemos en él toda su fe. Decimos, al mismo tiempo, que
queremos servirnos unos a otros, tal como él encargó en la víspera de su Pasión:
“ustedes me llaman el Maestro y el Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el
Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a
otros”. (Juan 13,13-14)
Repite siempre, pero en especial en estos días, alguna frase que te recuerde que Jesús
está contigo. Busca alguna jaculatoria, (frases que usaban los santos para sentirse más
cerca de Jesús) y repítela en el día. Como por ejemplo: “Sagrado corazón de Jesús en
voz confió “
Leer, diariamente, unos versículos del evangelio, ojala el del mismo día, para conocer
más de Jesús.
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h) Oración Final
i) Despedida
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VIII. Jesucristo nació de Santa María Virgen
IDEAS IMPORTANTES
- María como Madre de Dios
- María, madre nuestra.
- Dogmas en relación con la Virgen
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
La madre desempeña un papel decisivo en la vida de cada persona. ¿Iba a ser esto
diferente en el caso de Jesús? Es verdad que él habla con más frecuencia del Padre que
está en los cielos e, incluso, en los escritos del Nuevo Testamento, raras veces se
menciona expresamente a María. Sin embargo, es lógico que nos preguntemos: ¿Qué
tipo de mujer fue la que dio la vida a Jesús y le acompañó?
Los cristianos veneran a María, la madre de su Señor: en cada iglesia se encuentra su
imagen. Muchas mujeres llevan su nombre, “Siempre Virgen”, “llena de gracia”, “esclava
del Señor”, todo su ser está orientado hacia la iglesia, que es la obra de su hijo. Es
modelo de la madre y “coopera con amor materno” a la acción del Espíritu Santo en el
corazón de los hombres (Lumen Gentium, 63). Nosotros nos dirigimos con frecuencia a
ella, como hijos suyos.
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2. Principales verdades y privilegios de María
El don más grande que Dios concedió a María Santísima es el de ser su Madre. Y, por
ser su madre, la llenó de gracia y de extraordinarios privilegios. Queremos conocer muy
bien a la Virgen y, por esto, conviene saber lo que Dios ha hecho en ella:
- La Inmaculada Concepción: Esta frase significa directamente que la Virgen no tuvo
pecado original; desde el mismo instante de su concepción y en atención a los méritos
de su Hijo Jesucristo, Dios la preservó inmune de la culpa original. Pero supone, al
mismo tiempo, que Dios la dotó de santidad enteramente singular, como lo expresó el
arcángel Gabriel al saludarla en el momento de la Anunciación: “Dios te salve, llena de
Gracia” (Lc 1,28)
- Siempre Virgen: es también una verdad de la fe católica que Maria fue siempre Virgen:
antes de engendrar a Cristo, en el nacimiento y después de nacer. Por eso llamamos
a María: “la Virgen”.
- La Asunción: María está en cuerpo y alma en el cielo. Otro gran privilegio de María es
que, después de terminar el curso de esta vida, fue llevada en cuerpo y alma al cielo.
- Otros privilegios de la Virgen: María es, también, Corredentora, pues fue asociada por
Cristo a la redención, del género humano. Es la Reina y Señora de todo lo creado,
como decimos en el quinto misterio el Rosario. Es Madre de la iglesia y medianera de
todas las gracias y, sobre todo, para nosotros, es nuestra madre.
Es una maravilla saber que Dios adornó a su madre con tantas gracias, queriendo que
fuera también Madre nuestra. Señalemos las razones de su maternidad con nosotros:
- Porque Jesucristo es nuestro hermano. San Pablo dice que Jesucristo es “el
primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8,29). Luego, si María es la Madre de
Jesús, nuestro hermano, con toda razón podemos llamarla -Él y nosotros- “Madre
nuestra”, aunque la maternidad con relación a Cristo sea física y natural, mientras que,
con relación a nosotros, es maternidad espiritual.
- Porque Jesucristo nos la dio como madre. Al pie de la cruz, Juan representaba a todos
los hombres cuando Jesucristo le entregó a María como madre. A Él, y a nosotros con
él, dijo: “ahí tienes a tu madre”. Desde aquel momento, todos los cristianos recibimos
a María en nuestra casa, en nuestro corazón, y la hemos de sentir como madre.
- Porque ella intercede por nosotros. Los cristianos de todos los tiempos, y también
nosotros, pedimos cosas a la Virgen, que está en cuerpo y alma en el Cielo. Ella está
allí, pero nos escucha, nos ayuda, nos quiere. Cada uno de nosotros podría contar
muchas cosas que Dios le ha concedido por intercesión de María, nuestra Madre.
Muchísimas otras nos las concede sin que lo sepamos. Ella nos ama como a hijos y
pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros.
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e) Iluminación desde la Palabra de Dios
Lucas 1, 26 -38
f) Conclusiones
La encarnación del Hijo de Dios se realizó cuando el Espíritu Santo se unió a las
purísimas entrañas de la Virgen María, en su cuerpo y alma, formando al Hijo de Dios; y,
con esta suerte, el que antes era sólo Dios, sin dejar de serlo, es también hombre.
La Santísima Virgen María es la Señora llena de gracia, concebida sin pecado, elegida
por Dios para ser la Madre de su Hijo y madre espiritual de todos los hombres.
María es madre espiritual de los hombres, porque es madre de Jesucristo, cabeza
espiritual de toda la humanidad.
Repasa o aprende bien el Ave María y rézalo diariamente para acercarte más a la Virgen.
h) Oración final
i) Despedida
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IX. Pasión y Muerte de Jesús
IDEAS IMPORTANTES
- Jesús salvador
- De qué nos redimió Jesús
- Cómo nos redimió
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Jesús nos muestra todo lo que padeció por amor a nosotros para salvarnos del pecado y
para dejar entre nosotros el perdón, la reconciliación. Pero hoy en día vemos que el
mundo sigue sin darse cuenta de todo esto, es decir, no hay muchas personas que vivan
su día a día pensando que alguien los ama tanto que entregó por ellos su vida, sufrió
dolores físicos muy grandes, para que ellos pudieran conocer la felicidad.
Las personas vivimos un tiempo donde nadie tiene tiempo para nada y menos tiempo
para los otros, es necesario correr para poder llegar a los lugares en que nos
desenvolvemos, trabajo, estudio, etc.
Si miramos en el metro, colectivo, bus, etc. nos encontramos con personas serias,
muchas veces tristes, como si no tuvieran una razón para vivir. Por eso, hoy es
importante que conozcamos que Cristo entregó su vida para darle un sentido a la nuestra
y que no es algo que nos hará felices por un rato, si no que felices por siempre.
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d) Presentación del tema
1. Jesucristo es el Salvador
Después del pecado de los primeros padres, Adán y Eva, el hombre necesitaba ser
redimido. Dios, en su infinito amor hacia los hombres, nos envió a su Hijo para que nos
salvara de nuestros pecados. Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre, que nos ha
salvado. Él y solo Él es el salvador, el redentor del hombre.
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Jesús llevó la cruz a cuestas, también, para darnos ejemplo y enseñarnos a amar el
sacrificio. Hemos de amar las cosas que nos cuestan, ofreciéndolas a Jesús y a buscar,
además, cosas que nos cuesten queriendo identificarnos con Él. La cruz esta presente no
sólo en los templos, sino en muchos otros lugares; es el símbolo del cristiano, que
recuerda la pasión y muerte del Señor.
f) Conclusiones
“La muerte de Jesús no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de
circunstancia” (CEC 599). Pertenece al misterioso designo de Dios “que tanto amó al
mundo que dio a su hijo único” (Jn 3,16) para que todos los hombres se salven. Esta
salvación nos viene por la pasión y resurrección del Señor. El que quiera entender cómo
Jesús pudo llegar a una muerte tan humillante en la cruz debe acudir al testimonio de los
evangelistas. Jesús quiso preparar a los apóstoles y les “presentó el sentido de su vida y
de su muerte a la luz del Siervo doliente. Después de su resurrección dio esta
interpelación de las Escrituras a los discípulos de Emaús, luego a los propios apóstoles”.
(CEC 601)
Jesús camina libremente hacia su muerte mientras anuncia el Reino de Dios. Se
encuentra con hombres que rechazan su mensaje y que, finalmente, lo matan. La
responsabilidad no es sólo de ellos, pues, en cierto modo, todos los hombres de todos los
tiempos son responsables de la muerte de Jesús: por sus heridas hemos sido salvados,
dice Isaías a propósito del Siervo doliente (Is. 53, 5), y todos nosotros podemos decir
como San Pablo: el hijo de Dios “me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal. 2, 20)
h) Oración final
i) Despedida
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X. Resurrección y Ascensión a los cielos
IDEAS IMPORTANTES
- La resurrección de Jesús
- La celebración de la Pascua
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
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2. La resurrección de Cristo es un hecho histórico
La resurrección de Cristo consiste en que su alma se volvió a unir al mismo cuerpo,
saliendo vivo y victorioso del sepulcro para nunca más morir.
Aunque el suceso no fue visto por los hombres, este milagro es un hecho histórico que
muchos testigos pudieron comprobar porque, el que antes había muerto, a los tres días
se les apareció vivo y con su mismo cuerpo, ahora glorificado.
A su vez, la resurrección de Cristo trasciende la historia porque este milagro, no
presenciado por hombres, es objeto de nuestra fe, atestiguado por los ángeles, por Cristo
y por la Escritura, siendo la confirmación de la divinidad de Jesús. La fuerza salvífica de
Jesús abarca a todos los seres humanos de la historia.
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e) Iluminación desde la Palabra de Dios
f) Conclusiones
h) Oración final
i) Despedida
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XI. Jesús volverá a juzgar a los vivos y a los muertos
IDEAS IMPORTANTES
- Qué es el juicio final
- Quién es quien nos enjuiciará
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Padre Nuestro.
Cuando hablamos de juicio, lo primero que se nos viene a la mente es el juicio en una
corte, en la cual se analiza si la persona es culpable o inocente, se les juzgan sus actos,
lo que es hecho, por otra persona, por un juez.
Para muchos la palabra juicio es sinónimo de angustia, ya que lo primero que se piensa
es en una condena, o en un juicio injusto. Esto es, por lo menos, lo que han compartido
las personas cuando se les habla de juicio.
La frase “Juicio Final” en nuestra sociedad tiene un concepto relacionado con el miedo, ya
que se piensa que Dios nos está vigilando y que cualquier cosa que hagamos El la
anotará y en el día del juicio final la sacará en cara.
(Camila, 19 años)
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juicio final revelara hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho, bueno
o malo, o haya dejado de hacer durante su vida terrena.
f) Conclusiones
Para vivir el juicio final, tenemos que tener en cuenta, que lo importante es amar a Dios,
vivir por amor a él y dar a todas las personas lo que necesitan: pan a los hambrientos,
agua a los sedientos, techo a los forasteros, vestido a quien no tiene con qué cubrirse,
compañía a los enfermos y los encarcelados. Todos los que hayan hecho esto lo han
hecho por Jesús, aun sin saberlo. Entonces el Señor les dirá: ¡Vengan, El Padre los
espera! ¡Verán lo felices que pueden ser las personas, viviendo en comunión con el
Padre, en el cielo!
Los otros, los que aborrecen voluntariamente a Dios, los que no hacen su voluntad, los
que se niegan, por indiferencia o dureza de corazón, a dar a los demás lo que van
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necesitando (pan a los hambrientos…) le niegan todo esto a Jesús, aunque no lo sepan.
Ellos mismos se han excluido de la comunión definitiva con Dios y se encuentran en un
estado definitivo de desgracia donde no habrá sino “llanto y rechinar de dientes” (Mateo
25, 30-46).
“Entonces se pondrá a la luz la conducta de cada uno y el secreto de los corazones.
Entonces será condenada la incredulidad que no ha considerado la gracia ofrecida por
Dios. La actitud respecto al prójimo revelara la acogida o el rechazo de la gracia y del
amor divino… pues el hijo no ha venido a juzgar sino para salvar y para dar la vida que
hay en él. Es por el rechazo en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a si mismo; es
tribuido según sus obras y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu
de amor”. (CIC 678 – 679)
h) Oración final
i) Despedida
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XII. Creo en el Espíritu Santo
IDEAS IMPORTANTES
- El Espíritu Santo es quien da la vida, desde antes de la creación, hasta ahora.
- El Espíritu Santo es quien se ha manifestado para capacitar al hombre y elegirlo para
una misión.
- La misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia.
- Símbolos con los que se conoce el Espíritu Santo.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
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Cuando un hombre o una mujer hablan de tal manera acerca de Dios que otros abrazan
la fe;
Cuando alguien sufre o da su vida por el evangelio;
Cuando una persona irradia paz o gozo, promueve la justicia o se entrega generosamente
al servicio de los demás;
Cuando el que cometió una injusticia repara los daños causados;
Cuando una persona amargada por el odio comienza a amar y a perdonar;
Cuando a quien pensaba sólo en sí mismo se le abren sus ojos para ver la desgracia
ajena;
Cuando una persona se compromete en el servicio a los demás y pide que sean
respetados…
"Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo" (1 Co 12, 3).
"Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!"
(Ga 4, 6). Este conocimiento de fe no es posible si no es por la acción del Espíritu Santo.
Para entrar en contacto con Cristo, es necesario, primeramente, haber sido atraído por el
Espíritu Santo. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Mediante el
Bautismo, primer sacramento de la fe, la Vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos
ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu Santo en la
Iglesia:
El Bautismo nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre, por medio de su Hijo,
en el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo, con su gracia, es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en
la vida nueva que es: "que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado,
Jesucristo" (Jn 17, 3). (cf CEC 683 ss)
Jesús resucitado se aparece a los apóstoles, sopla sobre ellos y les dice “Recibid el
Espíritu Santo” (Jn 20,22). Llena a sus discípulos del Don de Dios: este Don es el Espíritu
Santo mismo, que los introduce en una vida nueva cristiana.
En esto consiste la vida cristiana: el Espíritu Santo se nos ha dado (Rom 5,5) y nosotros
somos el templo de Dios, puesto que el Espíritu habita en nosotros (1Co 3,16). Por entrar
en nuestra vida, el Espíritu nos guía (cf. Gál 5, 16 – 25), y quien se deja guiar por el
Espíritu es verdadero hijo de Dios (Rom 8, 14).
40
El Espíritu vive en el corazón de cada uno de los creyentes y los integra en la Iglesia,
porque es igualmente el Espíritu quien guía a la Iglesia, desde su nacimiento hasta el fin
de los tiempos.
Romanos 5, 5
f) Conclusiones
Del CEC Nº 742 – 747:
742 "La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu
de su Hijo que clama: Abba, Padre" (Ga 4, 6).
743 Desde el comienzo y hasta de la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a
su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.
744 En la plenitud de los tiempos, el Espíritu Santo realiza en María todas las
preparaciones para la venida de Cristo al Pueblo de Dios. Mediante la acción del Espíritu
Santo en ella, el Padre da al mundo el Emmanuel, "Dios con nosotros" (Mt 1, 23).
41
745 El Hijo de Dios es consagrado Cristo (Mesías) mediante la Unción del Espíritu Santo
en su Encarnación (cf. Sal 2, 6-7).
747 El Espíritu Santo que Cristo, cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima
y santifica a la Iglesia. Ella es el sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad con
los hombres.
¿De qué manera concreta puedo dejar actuar al Espíritu Santo en mi?
h) Oración Final
i) Despedida
42
XIII. La Iglesia: comunidad de vida
IDEAS IMPORTANTES
- Qué es la Iglesia.
- Quién fundó la Iglesia.
- Quiénes constituyen la Iglesia.
- Sucesión Apostólica
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Es natural que en una comunidad que agrupa a personas muy diferentes se discuta e
incluso se dispute: unos se atienen a un maestro y otros escuchan a unos distintos (1Cor
3, 4-8). Unos piensan que los usos y las costumbres son muy importantes; otros creen
que son secundarias o extrañas. La diversidad de carismas y formas de vida es un
enriquecimiento para la comunidad y para toda la Iglesia, siempre que los cristianos no
olviden que no tienen más que un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios
Padre de todos (Ef. 4, 5-6)
Toda la Iglesia se siente afectada cuando algunas personas o algunos grupos discuten
sobre doctrinas y normas de vida y provocan, así, rupturas en el seno de la comunidad,
porque la Iglesia forma un solo cuerpo, movido por un solo Espíritu, por una misma
esperanza.
- ¿Que es la Iglesia?
- ¿Qué piensas de la Iglesia?
1. ¿Qué es la Iglesia?
Jesús vino a la tierra para redimirnos y salvarnos, pero tenía que marcharse. Como la
redención que Él había conseguido para nosotros tenía que llegar a todos los hombres,
Cristo funda la Iglesia con la misión de continuar en la tierra su obra salvadora. La Iglesia,
por tanto, no es una invención humana, sino algo querido expresamente por Dios.
La palabra “Iglesia” significa “convocación”, término muy propio porque la Iglesia es el
nuevo pueblo de Dios convocado por la Palabra y constituido por la Gracia que se nos da
por los sacramentos; fundada por Cristo y regido por el Papa y los Obispos, que
conducen a los fieles cristianos a la salvación bajo la acción del Espíritu Santo.
43
2. ¿Cómo fundó, Jesucristo, la Iglesia?
En los Evangelios consta que Jesús quiso fundar la Iglesia. En efecto, El Señor comenzó
a predicar la Buena Nueva, es decir, la llegada del Reino de Dios prometido desde siglos
en la Escritura. Y, en parábolas, fue explicando la naturaleza de ese Reino. También
precisó que este Reino estaba estructurado jerárquicamente y, para eso, eligió a los doce
apóstoles:
- Elige a los doce apóstoles: Jesús elige a doce hombres que viven distintas realidades
para seguirle. Elige, por ejemplo, pescadores, doctores, cobradores de impuestos, etc.
- El Señor concedió gracias especiales a sus apóstoles: predicar, bautizar, perdonar los
pecados, consagrar el cuerpo de Cristo, gobernar la Iglesia junto con Pedro y bajo su
autoridad. Los apóstoles las transmitieron a sus sucesores, estos a los siguientes y así
hasta nuestros días. Los sucesores de los apóstoles son los obispos.
- Pedro recibió los dones supremos. De entre los apóstoles, Pedro fue constituido, por
Cristo, piedra o fundamento sobre el que edificaría su Iglesia, y le otorgó el primado
sobre toda la Iglesia. El sucesor de Pedro es el Papa.
- El día de Pentecostés el Espíritu Santo fortaleció la Iglesia. Cuando Jesús subió al
cielo, los apóstoles no sabían del todo cómo cumplir lo que El Señor les había
mandado. Al venir el Espíritu Santo iluminó sus inteligencias para saber lo que tenían
que hacer y fortaleció su corazón para que no tuvieran miedo a nada y a nadie. El
Espíritu Santo permanece en la Iglesia fortaleciéndola, ayudándola y asistiéndola
hasta el fin del mundo.
3. El misterio de la Iglesia
Podemos decir que Cristo edificó su Iglesia dotándola de características especiales, por lo
que es distinta de las demás sociedades que conocemos. La Iglesia es humana y divina
al mismo tiempo, visible e invisible a la vez. También jerárquica y carismática.
44
5. Las características del Pueblo de Dios (CEC N° 782)
El Pueblo de Dios tiene características que le distinguen claramente de todos los grupos
religiosos, étnicos, políticos o culturales de la historia:
– Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero El ha
adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza
elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1 P 2, 9).
– Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el
"nacimiento de arriba", "del agua y del Espíritu" (Jn 3, 3-5), es decir, por la fe en Cristo
y el Bautismo.
– Este pueblo tiene por jefe (cabeza) a Jesús, el Cristo (Ungido, Mesías): porque por la
misma Unción, el Espíritu Santo fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo
mesiánico".
– "La identidad de este Pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos
corazones habita el Espíritu Santo como en un templo".
– "Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo nos amó (cf. Jn 13,
34)". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (Rm 8,2; Ga 5, 25).
– Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo (cf. Mt 5, 13-16). "Es un germen
muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano".
– "Su destino es el Reino de Dios, que Él mismo comenzó en este mundo, que ha de ser
extendido hasta que Él mismo lo lleve también a su perfección" (LG 9).
f) Conclusiones
Reza con frecuencia por el Papa, los obispos y los sacerdotes. Sobre todo por el de la
sede; lo puedes hacer de modo especial en la Santa Misa.
h) Oración Final
i) Despedida.
46
XIV Comunión de los Santos
IDEAS IMPORTANTES
- Comunión de los Santos.
- Vivir la comunión de los santos.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Confesar que la iglesia es una “Santa” y “Católica” y que existe la “comunión de los
santos”, son actos de fe que se exigen mutuamente. La iglesia es la iglesia de Cristo.
Todos los que pertenecen a la iglesia están en comunión de fe y de amor con Cristo;
reciben todo de él, especialmente por medio de los sacramentos: reciben el sacramento
de su cuerpo y de su sangre, el perdón de los pecados, etc. El Espíritu de Cristo, que se
da a los creyentes, derrama el amor de Dios en sus corazones (Rom 5,5). Así, todos los
miembros de la iglesia participan, comulgan, en las “cosas santas”. (CEC 947 -948).
Pero existe otra comunión: la comunión de los miembros de la iglesia, que San Pablo
llama “santos”.
47
cuerpo y a la cabeza, se separa del cuerpo; se corrompería, quedaría muerta y no serviría
para nada. En consecuencia, hemos de esforzarnos por vivir siempre en gracia.
3. La reunión entre los santos del cielo, las almas del purgatorio y los fieles de la
tierra
La iglesia la formamos, no sólo los que por el bautismo pertenecemos a ella y estamos en
la tierra (iglesia militante) sino, también, los santos que están en el cielo (Iglesia
triunfante) y los que están purificando su alma en el purgatorio antes de entrar en el cielo
(Iglesia purgante). Estos son los tres estados de una única iglesia, unidos porque la única
cabeza es Cristo, siendo la gracia la vida que los anima.
f) Conclusiones
Hemos sido bautizados en el nombre del mismo Dios. Estamos habitados por el mismo
Espíritu. Tenemos fe en la misma Palabra. Compartimos la misma esperanza. Tenemos
48
la misma exigencia de amor. Compartimos el mismo pan eucarístico. Formamos una sola
Iglesia: Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo.
“Porque todos los que somos hijos de Dios y constituimos una sola familia en Cristo, al
unirnos en mutua caridad y en la misma alabanza de la Trinidad, secundamos la íntima
vocación de la iglesia”. (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 51)
h) Oración Final
i) Despedida
49
XV. El perdón de los pecados
IDEAS IMPORTANTES
Enviado por el Padre, la redención que Jesús realiza consiste en reconciliar al
mundo con Él, mediante la entrega de su vida en la cruz y su victoria sobre la
muerte.
Esta obra de Salvación la lleva a cabo por la misericordia y el perdón, que tiene la
misma característica del amor de Dios, la gratuidad.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Muchas veces, pareciera que se nos quiere ir formando sin considerar o sopesar lo que
vamos viviendo. Cada vez más, la rapidez de la vida diaria nos va llevando, en ocasiones,
a una superficialidad en la que no hay espacio para detenerse en nuestros errores,
nuestras faltas al amor, en nuestros pecados. Aunque la conciencia nos diga algo, cada
vez nos vamos acostumbrando a pasar de largo. Pero todo eso nos hace vivir
secándonos por dentro porque hay muchas cosas que, aunque queremos, no podemos
ocultar y nos causan dolor.
¿Cómo sueles actuar cuando te has equivocado, cuando has pecado? ¿Por qué?
¿Cómo te imaginas que reacciona Jesús cuando te has equivocado, cuando has pecado?
¿Por qué?
1. Somos pecadores
El hombre nace con el pecado original, heredado de los primeros padres, Adán y Eva.
Además, a lo largo de la vida todos pecamos: ofendemos a Dios porque no cumplimos lo
que Él nos pide; ofendemos también a nuestros hermanos, los hombres, y, con ello,
ofendemos a Dios. El hombre tiene una gran necesidad del perdón de Dios.
50
pecados te son perdonados” (Mt 9,2), dice al paralítico. Y a la mujer pecadora, que se
presenta en casa de Simón, le dice: “Tus pecados quedan perdonados”. (Lc 7, 48).
El sacramento de la penitencia
Siendo tan radical el efecto del bautismo, cabría pensar en una posterior inocencia
definitiva; sin embargo, la libertad del hombre es frágil y vuelve a necesitar el perdón.
Cristo conocía nuestra condición y dispuso otro medio de reconciliación para los que han
caído después del bautismo: el sacramento de la penitencia, que nos reconcilia con Dios
y con la Iglesia.
LC 2, 68-79
51
f) Conclusiones
En Jesús tenemos un Salvador que viene a nosotros como juez misericordioso, que
perdona siempre. Esto destierra el miedo y nos pone en la seguridad de no ser
rechazados por nuestros pecados.
Jesús deja el poder de perdonar los pecados, por el sacramento de la penitencia, a la
Iglesia, en los sacerdotes y obispos.
Nuestro testimonio de fe nace de la experiencia de ser perdonados.
La clave está en dejar que entre en nosotros el perdón, puesto que Jesús ya lo ha dado.
h) Oración Final
i) Despedida
52
XVI. Resurrección de los muertos y la vida Eterna
IDEAS IMPORTANTES
- La muerte para los cristianos.
- La vida eterna.
- Los estados del alma.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Todo ser humano un día morirá, y la experiencia de la muerte, que a todos alcanza, es
completamente cierta y segura. Diariamente, mueren muchas personas, con frecuencia
muy cercanas a nosotros: familiares, amigos, conocidos… mueren ricos y pobres,
famosos o gente desconocida, ancianos, jóvenes y, también, niños. Y hay que considerar
que sólo se vive y se muere una vez. Es una fantasía y un error, pensar en la
reencarnación después de la muerte. La muerte es la separación del alma y el cuerpo; el
final de la vida terrena.
53
Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo, Jesús, que es el Hijo de
Dios, sufrió también la muerte, propia de la condición humana, pero la asumió en un acto
de sometimiento total y libre a la voluntad del Padre. La obediencia de Jesús transformó
la maldición de la muerte en bendición. Por su muerte, abrió a todos los hombres la
posibilidad de la salvación.
La visión cristiana de la muerte se expresa, de modo privilegiado, en la liturgia de la
Iglesia cuando dice:”la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y,
al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”
(prefacio de difuntos)
3. A continuación de la muerte
En el tiempo de la muerte, el alma se separa del cuerpo. El alma no muere porque es
inmortal, y comparece inmediatamente delante de Dios para ser juzgada. Según la
sentencia del juicio, el alma va al cielo a gozar de la presencia de Dios, va al purgatorio si
necesita purificarse, o al infierno, en caso de que muera en pecado mortal y sin la gracia
de Dios. El Señor es misericordioso, pero también es justo; y por eso premia o castiga
conforme a las obras que la persona ha realizado durante su vida en la tierra.
7. Existe el infierno.
Jesucristo, que dice la verdad sin que pueda engañarse ni engañarnos porque es Dios,
nos habló de la existencia del infierno, en muchos pasajes del Evangelio. Al revelar el
misterio del juicio final, se manifiesta la sentencia que el Juez dictará sobre los malvados
sentados a su izquierda.
En el infierno no hay ningún descanso y no se termina nunca de sufrir porque es eterno.
Lo dijo el Señor: “Apártense de mi, malditos, váyanse al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles” (Mt 25,41).
54
La existencia del infierno y la eternidad de sus penas son una verdad de fe que debemos
creer firmemente.
Al infierno van los que mueren en pecado mortal, ya que en el momento del juicio, el
Señor condena, a los “malos”, al infierno. San Pablo nos muestra quiénes son los malos
que se van al infierno, son todos aquellos que se dejan llevar por las tentaciones de la
carne: fornicación, lujuria, idolatría, enemistades, envidias, homicidios… y afirma que ”los
que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios” (Gálatas 5, 19-21). En definitiva,
son todos los que, al morir, tienen el alma manchada por el pecado mortal.
i) Conclusiones
Esta es una invitación a creer en la resurrección de la carne pues ha sido, desde los
comienzos, un elemento esencial de la fe cristiana. Ya en el siglo III escribe Tertuliano:”
La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer
en ella”. Y San Pablo demanda a los cristianos de Corintio: “¿Cómo andan diciendo
algunos entre ustedes que no hay resurrección de los muertos? Si no hay resurrección de
los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación,
vana es nuestra fe… ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los
que durmieron” (1Corintio 15, 12- 14. 20)
k) Oración Final
Hacer una oración comunitaria, pidiendo por las almas que están en el purgatorio.
l) Despedida
55
XVII. Los Sacramentos
IDEAS IMPORTANTES
- Qué son los sacramentos
- Cuáles son los sacramentos
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Oración comunitaria. Invitar a los alumnos a que hagan peticiones a Dios según sus
necesidades, preocupaciones y personales.
57
La materia es la realidad o acción sensible, como el agua natural en el Bautismo, o los
actos del penitente en la confesión (contrición, confesión y satisfacción).
La forma son las palabras que, al hacerlo, se pronuncian y el ministro es quien administra
el sacramento.
f) Conclusiones
h) Oración Final
i) Despedida
58
XVIII. El Bautismo
IDEAS IMPORTANTES
- Qué es el bautismo
- Los frutos del bautismo.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
Padre nuestro
59
3. ¿Qué es el Bautismo?
Cuando Cristo envió a su Apóstoles por todo el mundo, les dijo: “Id, pues y haced
discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo” (Mt 28,19). “El que crea y sea bautizado, se salvará: pero el que no crea,
se condenará”. (Mc 16,16).
El bautismo es el sacramento instituido por Jesucristo, que nos hace discípulos suyos y
nos regenera a la vida de la gracia, mediante la ablución con agua natural y la invocación
de las tres personas divinas.
La materia de este sacramento es la ablución con agua natural, y la forma la componen
las palabras: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
60
f) Conclusiones
El bautismo establece una relación personal con cada una de la personas de la Santísima
Trinidad: El Espíritu Santo derrama en nosotros la gracia santificante que nos hace
“participes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1, 4). Esto significa que somos hijos
adoptivos de Dios en Cristo Jesús, que es el Hijo único del Padre. La gracia santificante
implica las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, gracias a las cuales podemos
conocer a Dios como él se conoce, amarlo como él se ama, y esperar vivir para siempre
en comunión con él, según su voluntad. La gracia implica, también, los dones del Espíritu
Santo, por los cuales nos hace vivir y actuar bajo su impulso (CEC1266). Así, el bautismo
nos asocia al sacerdocio de Cristo, a su misión de sacerdote, profeta y rey, es decir, nos
permite ofrecernos con Él al Padre, ser testigos del evangelio y consagrar el mundo a
Dios: es el sacerdocio común de los fieles.
h) Oración Final
i) Despedida
61
XIX. La Eucaristía
IDEAS IMPORTANTES
- Qué es la Eucaristía.
- Qué nombres recibe la Eucaristía.
- Cuándo empieza Jesucristo a estar en la Eucaristía y cómo está presente en ella.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Conversar qué es para nosotros la Eucaristía, o qué se nos viene a la mente cuando
hablamos de Eucaristía.
¿Qué importancia tiene, en mi vida, la Eucaristía? (La idea es que de esta pregunta ellos
puedan expresar qué entienden por Eucaristía y qué valor tiene para ellos, o si es,
simplemente, un rito más de la Iglesia)
62
- Santa Misa, porque cuando se despide a los fieles al terminar la liturgia eucarística, se
les envía (missio) para que cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana.
3. Institución de la Eucaristía
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo en la última Cena. Ya había anunciado a
los discípulos en Cafarnaun (cfr. Jn 6) que les daría a comer su cuerpo y su sangre, como
también había ido preparando la fe de los suyos con argumentos incontestables: el
milagro de Caná (convirtió el agua en vino) y la multiplicación de los panes, que ponía de
manifiesto el poder de Jesucristo. Así, al oír en la Ultima Cena: “Esto es mi cuerpo” (Lc
22,19), tendrían la firme convicción que era como El decía; al igual que el agua se había
convertido en vino por su palabra omnipotente y los panes crecieron hasta saciar a una
gran multitud.
7. La transustanciación
Ante la realidad sobrenatural del misterio eucarístico, es inevitable la pregunta; ¿Qué ha
sucedido? Porque antes era pan y vino, y cuando el sacerdote dice:”esto es mi cuerpo”,
“este es el cáliz de mi sangre”, aquello es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Es lo que nos
dice la fe y la Palabra de Dios, que no puede fallar. Efectivamente, por el poder divino
otorgado al sacerdote se ha producido un cambio, una conversión (y una conversión de
sustancias porque las apariencias externas no han cambiado), razón por la que, lo que
era sustancia de pan se ha convertido en sustancia de Cristo, en el cuerpo de Cristo.
63
8. Jesucristo está realmente presente en las formas consagradas y en cada una de
sus partes
Cuando el sacerdote consagra muchas formas creemos que Jesucristo está realmente
presente en todas y cada un a de ellas. También creemos que, si una forma se parte en
diversos trozos, Jesucristo está entero en cada uno de ellos. Por eso, el sacerdote recoge
cuidadosamente las partículas de las hostias consagradas, aunque sean muy pequeñas.
Lucas 22,19-ss
f) Conclusiones
El misterio de la Eucaristía se entiende mejor con los ojos del corazón, porque es fruto del
amor del Señor hacia nosotros. Se tenía que ir, pero quería quedarse, y lo que para los
hombres es imposible, lo pudo hacer Dios: es el Señor quien se quedó realmente
presente en la Eucaristía con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. En la Eucaristía se
contiene el verdadero Cuerpo de Jesucristo, es el mismo que nació de la Virgen y que
está sentado a la derecha del Dios Padre.
h) Oración Final
La idea de esta oración es que demos gracias a Jesús por su entrega, y que brote de
cada uno, quizás, una acción de Gracias a Jesús. Es bueno cuando las oraciones
comienzan a ser comunitarias porque todos empiezan a sentirse parte de algo y no solo
dirigidos.
(Si nos les gusta la oración pueden escoger la de algún Santo que hable de la entrega de
Jesús en la Eucaristía)
i) Despedida
65
XX. En la Sagrada Comunión se recibe a Jesucristo
IDEAS IMPORTANTES
- La importancia de la comunión como alimento espiritual.
- Los frutos de la comunión en nuestra vida.
- Nuestra disposición para recibir la Eucaristía.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
Te pedimos, Padre, que ilumines nuestra inteligencia con la luz del Espíritu Santo para
que podamos comprender y vivir con alegría tu entrega en la Eucaristía.
Ayúdanos a renacer cada vez que recibimos tu amor gratuito y, así, comprometernos con
nuestros hermanos y con nuestra Iglesia.
Mateo 26, 17 - 35
f) Conclusiones
Recibir la sagrada comunión es recibir al mismo Jesucristo bajo las especies de pan y
vino.
Los frutos de este sacramento son unirnos, a Cristo perdonar los pecados veniales y
preservar de los mortales, además de reforzar la unidad de la Iglesia.
Para recibir bien la Sagrada Comunión son necesarias tres cosas: estar en gracia de
Dios, guardar el ayuno eucarístico y saber a quién recibimos.
Haz el firme propósito de recibir siempre la comunión con las debidas disposiciones.
Quedarse unos minutos al terminar la misa, agradeciendo a Jesús por haberle recibido en
la comunión.
h) Oración Final
i) Despedida
68
XXI. El Sacramento de la Confirmación
IDEAS IMPORTANTES
- La Confirmación es un sacramento que nos aumenta la gracia del Espíritu Santo.
- El Espíritu Santo nos hace conocer a Jesús, nos fortalece para seguirle y ser testigos
suyos por todo el mundo.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
69
c) Dialoguemos (Preguntas que introducen al tema)
2. Es un sacramento
- La confirmación es, ante todo, una acción de Dios en nosotros. Una acción a través de
la cual Dios hace presente en nosotros su amor, su proximidad, su gracia, su vida
inagotable. A través de unos gestos, unas palabras, nosotros entramos en lo más
profundo de nuestra fe: Dios viene a nosotros.
- Es un sacramento de iniciación, es decir, uno de los tres sacramentos que constituyen
al creyente como cristiano completo. Y, dado el orden con que actualmente
acostumbran a celebrarse (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), es tercero y último
de dichos sacramentos. Por lo tanto, en la situación actual, mediante la Confirmación,
los que la reciben llegan a ser, ya, definitiva y plenamente, cristianos.
- Es el sacramento que confirma el bautismo: por el bautismo empezamos el camino
cristiano, recibimos el don de ser hijos de Dios, se nos dio el Espíritu de Jesús que
nos empuja en el camino de la fe y del amor. Ahora, solamente, es confirmado,
reforzado, llevado a plenitud, este Don que, entonces, se nos confirió.
- El Sacramento del Espíritu lo recibimos, ya, en el bautismo. Hoy, ese don se nos da
de modo más pleno, más total. Por eso será importante reflexionar sobre lo que el
Espíritu significa para el creyente. El Espíritu que movía a Jesús, el Espíritu que es
Dios mismo hecho fuerza, fuego, potencia transformadora y que se nos da a nosotros,
es Dios dentro de nosotros.
- Es el sacramento de la incorporación plena a la Iglesia. Por el bautismo, desde luego,
somos hechos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Pero ahora eso queda
confirmado, puesto en especial relieve. El hecho de que sea el Obispo (cabeza visible
de nuestra Iglesia diocesana, y signo de comunión con las demás Iglesias diocesanas
en la totalidad de la Iglesia de Jesucristo) el que administre el sacramento lo
manifiesta palpablemente. El confirma nuestra condición de cristianos y miembros de
la Iglesia.
70
venga a nosotros y nos haga plenamente cristianos, miembros plenos de la comunidad de
los cristianos.
Hechos 2, 1 -4
Galatas 5, 16- 26
Juan 14, 15- 17 / 20, 22
f) Conclusiones
Bajo el impulso del Espíritu Santo, los confirmados dicen “sí” a Cristo, declaran su
disposición a seguirle y su firme voluntad de jamás regenerar de su fe. Proclaman su
decisión de comprometerse con la Iglesia y ayudar a sus hermanos y hermanas.
Al igual que el bautismo, la confirmación imprime, también en el alma, un carácter
espiritual, un sello indeleble. Por eso, este sacramento sólo puede recibirse una sola vez.
Este carácter nos abre todavía más a la acción del Espíritu que habita en nosotros;
incrementa nuestra relación filial con el Padre; nos enraíza más profundamente en la
Iglesia; nos da la luz, fuerza y amor para vivir la vida de Jesús y dar testimonio de Él a
través de todo nuestro ser y actuar. Todos deben poder decir: este es un verdadero
cristiano, pues así habla y actúa. (CEC 1303)
71
h) Oración Final
72
XXII. El Sacramento del Matrimonio
IDEAS IMPORTANTES
- En el sacramento del matrimonio la pareja participa de una alianza del amor de Cristo
con la Iglesia, y es llamada a ser testigo del amor de Dios al mundo.
- El amor busca siempre el bien de la persona amada.
- Sólo un amor maduro y generoso puede ser fuente de felicidad y satisfacción.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración Inicial
73
c) Dialoguemos (Preguntas que introducen al tema)
Juan 2, 1-11
f) Conclusiones
El matrimonio es una unión para la vida. Jesús dice: “lo que Dios ha unido, que no lo
separe el hombre”. (MC 10, 9). Estas palabras son difíciles para muchos, porque no hay
garantía de que la relación tenga éxito: las personas pueden equivocarse, el amor puede
sucumbir en medio de las dificultades. Es posible que dos personas que se amaban no
lleguen a entenderse. No son capaces de dialogar entre sí; se hacen extraños el uno al
otro. En realidad, el sacramento del matrimonio no debe ser un simple recuerdo de los
tiempos felices. El sacramento recibido sigue siendo, cada día y hasta el fin, una fuente
de gracia a la cual se puede volver sin cesar para obtener la renovación del amor mutuo,
la fuerza del perdón, el apoyo en la prueba, el gozo de la felicidad.
Estimar en mucho este sacramento y ayudar a que las demás personas lo entiendan y
agradezcan a Dios.
Rezar por los matrimonios que conocemos, por nuestros padres, etc. Y, si están
separados, de igual manera
h) Oración Final
i) Despedida
75
TEMAS DE APOYO
76
I. ¿Quiénes somos la Iglesia?
IDEAS IMPORTANTES
- Quiénes pertenecen a la iglesia.
- Qué lugar ocupo dentro de la Iglesia.
DESARROLLO DE LA REUNIÓN
a) Oración inicial
c) Dialoguemos
Que cada uno responda quién conforma la Iglesia.
La comparación de la Iglesia con el cuerpo arroja un rayo de luz sobre la relación íntima
entre la Iglesia y Cristo. No está solamente reunida en torno a El: siempre está unificada
en El, en su Cuerpo. Tres aspectos de la Iglesia-Cuerpo de Cristo se han de resaltar más
específicamente: la unidad de todos los miembros entre sí por su unión con Cristo; Cristo,
Cabeza del Cuerpo y la Iglesia, Esposa de Cristo.
Los creyentes que responden a la Palabra de Dios y se hacen miembros del Cuerpo de
Cristo, quedan estrechamente unidos a Él: "La vida de Cristo se comunica a los
creyentes, que se unen a Cristo, muerto y glorificado, por medio de los sacramentos, de
una manera misteriosa, pero real" (LG 7). Esto es particularmente verdad en el caso del
Bautismo, por el cual nos unimos a la muerte y a la Resurrección de Cristo (cf. Rm 6, 4-5;
1 Co 12, 13), y en el caso de la Eucaristía, por la cual, "compartimos realmente el Cuerpo
del Señor, que nos eleva hasta la comunión con Él y entre nosotros" (LG 7).
La unidad del cuerpo no ha abolido la diversidad de los miembros: "En la construcción del
cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembros y de funciones. Es el mismo Espíritu
el que, según su riqueza y las necesidades de los ministerios, distribuye sus diversos
dones para el bien de la Iglesia". La unidad del Cuerpo místico produce y estimula, entre
los fieles, la caridad: "Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un
miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él" (LG 7). En fin, la unidad del
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Cuerpo místico sale victoriosa de todas las divisiones humanas: "En efecto, todos los
bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni
libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Ga 3, 27-28).
2. El Papa
El Romano Pontífice es el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo en la tierra y cabeza visible
de toda la Iglesia, con jurisdicción suprema sobre todos y cada uno de los pastores y
fieles.
3. Los Obispos
Por institución divina, los Obispos son sucesores de los Apóstoles que, en unión con el
Papa, apacientan el pueblo de Dios como maestros de la doctrina, sacerdotes del culto
sagrado y rectores de la grey que se les encomienda; generalmente, una pequeña
porción de la Iglesia denominada diócesis.
6. Los religiosos
Los religiosos son los fieles que viven apartados del mundo para profesar los consejos
evangélicos de pobreza, castidad y obediencia; con lo que proporcionan un admirable
testimonio de que el mundo no puede ser transformando ni ofrecido a Dios sin el espíritu
de las bienaventuranzas. De esta manera, contribuyen al bien de toda la Iglesia y a la
realización de su misión salvadora.
h) Oración Final
RITOS INICIALES
Saludo
Acto penitencial.
El Sacerdote invita a pedir perdón por los pecados y luego de un momento de silencio se
recita, todos juntos, la oración “Yo confieso”.
Todos: “Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado
mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. (Golpeándose el pecho) Por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa. (Prosigue) Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los
ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mi ante Dios, nuestro
Señor”.
Todos: Amén
Gloria
(Luego, si la Liturgia lo prescribe se canta o recita el Gloria)
Gloria a Dios en el cielo,
Y en la tierra paz a los hombres
Que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria, te alabamos,
Te bendecimos, te adoramos,
Te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre, todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo,
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Ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
Atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
Ten piedad de nosotros;
Porque sólo Tú eres Santo,
Sólo Tú Señor, Sólo Tú Altísimo, Jesucristo,
Con el Espíritu Santo
En la gloria de Dios Padre.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Segunda Lectura se hace igual que la Primera. (Sólo los domingos y fiestas)
Al Finalizar el evangelio:
Sacerdote: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús.
HOMILIA
Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe, como
expresión de nuestro asentimiento a la Palabra que nos ha sido proclamada:
Credo
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO
Conviene que los fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y
el vino para la celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las necesidades
de la Iglesia o de los pobres.
El sacerdote: se acerca al altar, toma la patena con el pan manteniéndola un poco elevada
sobre el altar, dice:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Todos:
El Señor reciba de tus manos
este sacrificio, para alabanza y
gloria de su nombre, para nuestro
bien y el de toda su santa Iglesia.
Sacerdote: con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
Todos: Amén.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
Todos cantamos:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
CONSAGRACIÓN
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Sacerdote:
De manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor
El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada,
Tomó pan, dándote gracias, lo repartió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva
y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los
pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
El gesto de alzar a Jesús en la Hostia y en el cáliz, recuerda lo que él dijo: “Cuando sea
levantado, atraeré a todos hacia mí” (Juan 12,32)
Todos:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Sacerdote: con las manos extendidas, dice: Puede ser esta plegaria u otra, pero la
estructura es siempre la misma (Acción de gracias)
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo consagre en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra
Y con el Papa ___ con nuestro Obispo ___ y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Todos: Amén
RITO DE LA COMUNIÓN
Todos:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Todos:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Todos: Amén
Sacerdote: hace una genuflexión, toma el pan consagrado y sosteniéndolo un poco elevado
sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Todos:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
Bastará para sanarme.
RITO DE CONCLUSION
Aquí tiene lugar la despedida.
Todos: Amén.
Al final de la Misa es bueno quedarse unos cinco minutos para agradecer y saborear el
misterio de amor infinito que hemos celebrado; Es el momento también de reposar en el
corazón la Palabra que el Señor nos ha dirigido y mirar con él cómo podemos poner en
práctica todo lo que nos ha dicho.
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III. La Eucaristía y sus momentos
Momento de la convocatoria
Aquí se trata de formar la “asamblea celebrante”, vale decir, dar a los presentes la conciencia
de que se han reunido como creyentes, como Iglesia.
Todos somos uno, eso es lo fundamental de una Asamblea.
¿Quién convoca? Es Dios Padre el que convoca a sus hijos. Lo hace alrededor de Cristo
como una familia de hermanos y todo esto por impulso del Espíritu Santo. Es así como este
primer momento tiene por finalidad constituir la Asamblea, congregarla, reunirla para la
escucha de la Palabra de Dios y la oración.
Lo importante es que cada vez que asistas a misa, tomes conciencia de lo que ocurre en
este momento de la convocatoria y te sientas parte de una Asamblea celebrante.
Momento de la palabra
Momento de la Eucaristía
Toda la celebración nos lleva a participar de la mesa, alimentarnos del Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo. Es el banquete pascual al que estas invitado tú, yo, la comunidad y toda la iglesia.
Momento de la misión
Este es el momento final, breve, sencillo pero muy significativo. La asamblea que se ha
reunido se dispersa. El sacerdote invoca sobre los fieles la fuerza y la bendición de Dios para
que continuemos viviendo en su presencia. De este modo, la asamblea convertida en Cuerpo
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de Cristo por la palabra y el Pan eucarístico, vuelvan a la vida y a la historia alabando y
bendiciendo a Dios.
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Examen de conciencia
Oración
¿Cómo ha sido, diariamente, mi tiempo personal con Dios, mi oración personal?
¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
Cuándo me da alguna enseñanza ¿la guardo en mi corazón y busco profundizarla?
¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo o es
mío?, ¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
¿He sido legalista (haciendo sólo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe en el Espíritu
entregándome con todo el corazón?
Obediencia
Busco conocer, en la oración, la voluntad de Dios para mi vida?
¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios "buenos" planes (mi voluntad)?
¿Le permito a Dios guiarme o le "entrego" los planes ya hechos, para que los bendiga?
Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores ¿en qué
instancias no han estado bajo el Señor?
Confesión
¿Rechazo el pecado aunque éste sea aceptable según la cultura?
¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?
¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido cambios?
¿Hice una confesión completa o escondí algo?
¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
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¿Guardo odios o enemistades? ¿Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias,
sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades?
¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos
compromisos?
¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo...?; ¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo
confidencialidad?
¿Busco la unidad en el Señor?
¿Soy servicial?
¿Soy atento sin ser curioso?
¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
¿Soy agradecido por el servicio de rutina que recibo?
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