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Nutrición y enfermedad de Alzheimer


Reina García Closas
Investigadora senior colaboradora. Grupo de Investigación en Nutrición Comunitaria. Parc Científic de Barcelona.
Campus Diagonal - Universitat de Barcelona. Torre D.

Resumen Abstract
La evidencia científica sugiere que la enfermedad de Scientific evidence suggests that inflammation and oxidative
Alzheimer (EA) tiene en común con otras patologías cróni- stress have a role in Alzheimer’s disease and cognitive decline,
cas, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, as well as in cardiovascular diseases or cancer. Recent studies
un estado de base proinflamatorio y prooxidante. Recientes indicate that adherence to the Mediterranean dietary pattern
estudios indican que una mayor adherencia al patrón tra- could prevent from Alzheimer’s disease. Basic and epidemiolo-
dicional de dieta mediterránea podría prevenir el riesgo de gic research suggests that antioxidant vitamins C and E,
EA. La investigación básica y epidemiológica sugiere que homocysteine-related vitamins B6, B12 and folic acid and spe-
las vitaminas antioxidantes (C y E), las vitaminas B6, B12 y cially omega-3 fatty acids, protect from Alzheimer’s disease.
el ácido fólico —implicadas en el metabolismo de la homo- However, there is a need of prospective studies with adequate
cisteína—, y especialmente los ácidos grasos omega-3, pro- control for confounding and bias. Future studies should moni-
tegen del riesgo de EA. Se requieren, no obstante, más inves- tor diet from pre-clinical and early disease stages or should be
tigaciones de tipo prospectivo con un adecuado control de undertaken in high risk groups, as in mild cognitive impair-
posibles sesgos y factores de confusión. Futuros estudios ment patients. In relation to nutritional supplements, present
deberían controlar la dieta desde fases preclínicas y en esta- evidence from controlled and randomized clinical trials do not
dios precoces de la enfermedad o realizarse en grupos de allow to make specific recommendations and new trials are
alto riesgo, como en pacientes diagnosticados de DCL. focusing on early-stage disease patients, evaluating different
En relación con los suplementos nutricionales, la eviden- doses, using a multi-nutrient approach and evaluating the effect
cia actual a partir de ensayos clínicos controlados y aleato- modification of the APOE-epsilon4 alleles.
rizados no permite realizar recomendaciones específicas, (Alzheimer. Real Invest Demenc. 2010;46:24-36)
dirigiéndose el enfoque de nuevos ensayos a estudiar el efec-
to de suplementos en estadios iniciales de la enfermedad,
evaluando diferentes dosis, utilizando simultáneamente múl-
tiples nutrientes y examinando el efecto modificador de los
alelos de la APOE-epsilon4.
(Alzheimer. Real Invest Demenc. 2010;46:24-36)

Recibido para su publicación: 22 de junio de 2010.


Aceptado para su publicación: 9 de julio de 2010.
Correspondencia: R. García Closas.
E-mail: reinagc@gmail.com

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Introducción ficación. Existe evidencia creciente que sugiere que


los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arte-
La enfermedad de Alzheimer (EA) es el tipo de demen- rial, hipercolesterolemia, diabetes, tabaquismo, seden-
cia más frecuente y su incidencia aumenta casi expo- tarismo, obesidad) contribuyen a los problemas cogni-
nencialmente con la edad1. El deterioro cognitivo leve tivos asociados a la edad así como a las dos formas más
(DCL) es una entidad propia, potencialmente reversi- frecuentes de demencia en la edad avanzada (EA y
ble, que progresa a EA en el 10-12% de los casos, y que demencia vascular)5,6.
demuestra la existencia de un continuum en los cam-
bios cognitivos asociados a la edad2. En España, la pre-
valencia de demencia y de EA en personas de 70 años La dieta como factor de riesgo
o mayores oscila, respectivamente, entre el 3,2 y el de enfermedad de Alzheimer
12,3% y entre el 2,6 y el 7,7%, según la región geo-
gráfica3. España es uno de los países que más rápida- La evidencia científica acumulada durante la última
mente está envejeciendo en el mundo, estimándose década muestra que, especialmente durante el desa-
que el porcentaje de individuos de 60 años o más se rrollo y el envejecimiento, los componentes de la
incrementará desde el 20% actual al 40% en el 2050, dieta influyen de modo relevante en las funciones cog-
por lo que es previsible, por tanto, un acusado aumen- nitivas e intelectuales, y pueden prevenir o retrasar
to de casos de EA. Teniendo en cuenta estos datos y el deterioro cognitivo (DC) asociado a la edad y la
el elevado coste sanitario, económico y social asocia- EA4,7-9. Cada vez es mayor la evidencia que sugiere
do a la EA, es fácil deducir que este trastorno consti- que un estado de base proinflamatorio y prooxidante,
tuye uno de los problemas de salud pública más impor- favorecido por una dieta inadecuada, es compartido
tantes a los que nos enfrentamos en el siglo XXI y que por el DC asociado a la edad, la EA y otras patologías
puede poner en peligro la sostenibilidad del actual fun- crónicas y degenerativas, como las enfermedades car-
cionamiento de los sistemas de salud. diovasculares y el cáncer, principales causas de mor-
La EA es una enfermedad neurodegenerativa carac- bimortalidad en los países desarrollados6,9,10.
terizada por la presencia de muerte neuronal, pérdida Los estudios epidemiológicos de base poblacional
de sinapsis y atrofia cerebral. La presencia de un deter- constatan que en las últimas décadas la dieta de la
minado número de placas de proteínas betaamiloide población española se está deteriorando y alejando pro-
y/o de ovillos neurofibrilares de proteínas tau hiper- gresivamente del patrón de dieta mediterránea11. Estos
fosforiladas es diagnóstica, aunque su papel en la muer- cambios contribuyen a la preocupante frecuencia de
te neuronal es controvertido4. El inicio de la EA es insi- déficit observada para ciertos nutrientes claves para la
dioso, las patologías subyacentes actúan durante los estructura y función cerebral, como los ácidos grasos
períodos de inducción y latencia de la enfermedad y, (AG) omega-3, el ácido fólico, los carotenoides o la
una vez instaurada, los tratamientos de los que se dis- vitamina E12. Además, y pese a vivir en una sociedad
pone actualmente (inhibidores de la acetilcolinestera- desarrollada, existe un riesgo de malnutrición espe-
sa, memantina) son sólo paliativos. Por ello, la pre- cialmente elevado en ciertos subgrupos de población
vención primaria y secundaria de esta enfermedad vulnerable, como los ancianos. Así, en nuestro país,
mediante el adecuado conocimiento de sus factores de hasta una cuarta parte de los individuos de edad igual
riesgo y su control es especialmente importante en el o superior a los 65 años está en riesgo de malnutrición,
manejo de la epidemia que se avecina. y un 4% presenta desnutrición franca13. Dada la idio-
Aunque la etiología de la EA no se conoce con exac- sincrasia de su patología, los pacientes con EA sue-
titud, se sabe que es una patología multifactorial, en len cambiar sus hábitos dietéticos, por lo que presentan
la que interaccionan factores de tipo genético con otros una prevalencia de malnutrición aún más preocupan-
ambientales y del estilo de vida susceptibles de modi- te que la de la población anciana en general (15-50%)4.

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La malnutrición, la pérdida de peso y la caquexia han dificultada cuanto más rígida sea ésta. Por otra parte,
mostrado ser factores asociados a disfunción cogniti- la fluidez de las membranas determina su capacidad
va, disminución de las actividades de la vida diaria y de excitabilidad y transmisión nerviosa15.
peor supervivencia en la EA en diversos estudios, y una Está firmemente establecido el papel de los AG de
adecuada intervención nutricional a nivel clínico pue- la dieta en el colesterol plasmático y la arteriosclero-
de ser crucial en el manejo de la enfermedad4,14. Por sis, asociada no sólo al riesgo de demencia vascular,
otra parte, existe evidencia creciente acerca del incre- sino también de EA. Los AGS (carnes y lácteos) son
mento del riesgo de DC y EA en individuos con obe- muy aterogénicos, incrementando el colesterol ligado
sidad, resistencia a la insulina, diabetes y síndrome a lipoproteínas de baja densidad (LDL) y disminuyen-
metabólico, todos ellos claramente asociados a la die- do el ligado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL)
ta y a una ingesta energética excesiva4,6,7. plasmáticas. Cabe destacar el carácter especialmente
A continuación, se presenta una revisión del estado aterogénico de los AG trans (alimentos procesados),
actual del conocimiento acerca del papel en la EA de obtenidos tras un proceso de hidrogenación parcial de
factores nutricionales específicos, particularmente lípi- AGPI. Los AGPI (aceites de semillas), y especialmente
dos, micronutrientes antioxidantes y vitaminas asocia- los AG monoinsaturados (AGMI) (aceite de oliva), pre-
das al metabolismo de la homocisteína, así como del vienen de la formación de placas de ateroma a través
patrón de dieta mediterránea y de la ingesta de suple- de su efecto sobre el metabolismo de las lipoproteínas
mentos nutricionales. Dicha revisión está basada en plasmáticas, la agregación plaquetaria y la presión arte-
artículos originales y en revisiones sistemáticas obte- rial15.
nidas a partir de las bases de datos informáticas Estudios experimentales en animales han demostra-
MEDLINE, Embase y Cochrane. do que una dieta hipercolesterolemiante incrementa
el depósito de proteína betaamiloide, mientras que una
Lípidos dieta rica en AGI mejora la memoria y el aprendizaje.
Estudios de cohortes prospectivos muestran que la
El 60% del peso seco del cerebro está constituido por hipercolesterolemia en edades medias de la vida se aso-
lípidos. El 50% de los AG de la materia gris son poliin- cia a un aumento del riesgo de EA en edades más avan-
saturados (AGPI), siendo el 30% del tipo de AG de zadas y algunos estudios prospectivos han mostrado un
cadena larga omega-3 (AG omega-3). Los lípidos de la efecto protector de las estatinas en el riesgo de EA6,7.
dieta determinan la composición y función de las mem- Se han publicado 5 estudios epidemiológicos de cohor-
branas celulares, su fluidez, los procesos inflamatorios, tes prospectivos sobre la ingesta de colesterol y de lípi-
la coagulabilidad sanguínea y la aterogenicidad. Todos dos según su grado de saturación, DC y EA (tabla 1).
ellos son factores que han sido implicados en la fun- Los tres estudios más importantes (CHAP Study,
ción cognitiva6,7,9. Rotterdam Study y el estudio de New York) muestran
Los AG y el colesterol tienen un papel relevante en que una ingesta elevada de AGS y AG trans incrementa
la regulación de las propiedades fisicoquímicas de la el riesgo de DC y demencia en ancianos, mientras que
membrana. A mayor proporción de colesterol y AG satu- una ingesta elevada de AGPI y AGMI protege. No obs-
rados (AGS) y menor proporción de AG insaturados tante, el Rotterdam Study, aunque muestra una rela-
(AGI), mayor rigidez y menores permeabilidad, plasti- ción directa entre lípidos totales, saturados y coleste-
cidad y fluidez presentarán las membranas. La fluidez rol a los 2 años de seguimiento, no la observa a más
de las membranas es fundamental para su función, pro- largo plazo. Por otra parte, el estudio de New York sugie-
piedad especialmente crítica en las células cerebrales. re que podría existir un efecto de modificación del gen
Ello se debe, en parte, a su elevada actividad depen- APOE-epsilon4 en la relación entre ingesta de lípidos
diente de neurotransmisores que actúan uniéndose a y riesgo de demencia. Cabe destacar que la proteína
los receptores de membrana, pues su unión se verá más producto del APOE-epsilon4 constituye el principal

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Lípidos y pescado
Autor Exposición Enfermedad n Seguimiento RR (IC) multivariante/resultados
(años)
Devore, 2009 Ingesta de pescado Demencia 5.395 9,6 Pescado: 0,9 (0,7-1,2); AG ω-3
(Rotterdam Study) y AG ω-3 NS
Barberger-Gateau, Ingesta de pescado, Demencia y EA 8.085 4 Pescado: 0,6 (0,4-0,99) EA; 0,6
2007 AG ω-3 y ω-6 (0,4-0,9) D sólo en APOE-ε4 (–)
(Three-City Study) AG ω-3: 0,5 (0,2-1,1); AG
ω-6/ω-3 alto: 2,1 (1,3-3,5)
Van Gelder, 2007 Ingesta de pescado DC 210 5 Pescado y EPA + DHA protectores
(The Zutphen Study) y EPA + DHA (tendencia lineal p = 0,01)
Schaefer, 2006 DHA pl. Demencia 899 9,1 0,53 (0,29-0,97)
(Framingham Study)
Laitinen, 2006 Ingesta de AG a Demencia 1.449 21 AGS: 2,4 (1,1-5,5); AGPI: 0,4
partir de lácteos (0,2-0,9) para cuartil 2 frente a 1,
y derivados sólo en APOE-ε4
Morris, 2006 Ingesta de Cu y AG DC 3.718 5,5 ↑ AGS y AG totales, ↑ Cu:
(CHAP Study) ↑ riesgo DC
Sofrizzi, 2006 Ingesta de AGPI DCL 278/ 2,6 0,6 (0,3-1,1)
(Italian Longitudinal 186
Study on Aging)
Solfrizzi, 2006 Ingesta de AGMI y DC 278/ 8,5 ↑ ingesta AGMI y AGPI => ↓ DC
(Italian Longitudinal AGPI 186/95
Study on Aging)
Raffaitin, 2006 Ingesta de pescado Demencia 8.085 4 0,6 (0,4-0,9), sólo en APOE-ε4 (–)
Morris, 2005 Ingesta de pescado DC 3.718 6 Protector (13% para
(CHAP Study) 2 raciones/sem respecto < 1/sem)
Morris, 2004 Ingesta de lípidos DC 2.560 6 AGS ↑ riesgo, AGMI y AGPI
(CHAP Study) protectores
Heude, 2003 AG eritrocitario DC 246 4 AGI ω-6: 1,59 (1,04-2,44); ω-3:
(EVA Study) 0,59 (0,38-0,93)
Morris, 2003 Ingesta de lípidos EA 815 3,9 AGS: 2,2 (1,1-4,7); AGT: 2,5
(CHAP Study) (1,0-6,2), AGPI ω-6: 0,3 (0,1-0,8);
AGMI: 0,8 (0,4-1,8)
para quintil 5 respecto de 1;
grasa vegetal protectora; grasa
total, animal y CT: NS
Morris, 2003 Ingesta de pescado EA 815 3,9 Pescado ≥ 1/sem: 0,4 (0,2-0,9);
(CHAP Study) y AG ω-3 AG ω-3 total: 0,4 (0,1-0,9); DHA:
0,3 (0,1-0,9); EPA: 0,9 (0,4-2,3)
Luchsinger, 2002 Ingesta E y lípidos EA 980 4 Energía: 2,27 (1,11-4,68)*
(WHICAP Study) Lípidos: 2,31(1,09-4,89)*
(*) en APOE-ε4
Barberger-Gateau, Ingesta de pescado Demencia y EA 1.416 7 Pescado > 1/sem: 0,7 (0,5-1,0)
2002 para demencia y EA
Tabla 1. Evidencia epidemiológica de los estudios de cohortes prospectivos sobre el efecto de nutrientes en el deterioro cognitivo,
demencia y enfermedad de Alzheimer.
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Lípidos y pescado
Autor Exposición Enfermedad n Seguimiento RR (IC) multivariante/resultados
(años)
Engelhart, 2002 Ingesta de AG Demencia 5.395 6 AG totales: 0,9 (0,8-1,1); AGS:
(Rotterdam Study) 0,9 (0,8-1,0); AG trans: 0,9
(0,8-1,1); CT: 0,9 (0.8-1,1); AGMI:
1,0 (0,8-1,1); AGPI: 1,0 (0,8-1,4);
AGPI ω-3: 1,1 (0,9-1,2); AGPI ω-6:
1,0 (0,8-1,4)
Kalmijn, 1997 Ingesta de pescado DC 476 3 Pescado: 0,4 (0,3-2,3); ω3: NS
(Rotterdam Study) y ÁG ω-3
Kalmijn, 1997 Ingesta de lípidos Demencia 5.386 2,1 AG totales: 2,4 (1,1-5,2), AGS:
(Rotterdam Study) 1,9 (0,9-4,0); CT: 1,7 (0,9-3,2);
pescado > 1/sem: 0,4 (0,2-0,9)
Vitaminas relacionadas con la homocisteína
Luchsinger, 2007 Ingesta de folato, EA 965 6,1 Folato: 0,5 (0,3-0,9); vit. B6 y
vit. B6 y B12 B12: NS
Morris, 2006 Ingesta de folato, EA 1.041 3,9 NS
(CHAP Study) vit. B6 y B12
Kado, 2005 Folato, vit. B6 y B12, DC 499 7 ↓ Folato: 1,6 (1,0-2,3)
Hci pl.
Morris, 2005 Ingesta de folato DC 3.718 6 Folato S, B12 S en edad avanzada
(CHAP Study) y vit. B12
Corrada, 2005 Ingesta de vit. E, C, EA 579 9,3 Folato: 0,1 (0,2-0,8);
(Baltimore Study) B6, B12, vit. E: 0,56 (0,3-1,06); vit. B6:
carotenoides, folato 0,4 (0,2-0,8); resto NS
Mooijaart, 2005 Hci, folato, vit. B12 pl. DC 599 4 NS
Tucker, 2005 Hci, folato, vit. B12 DC 321 3 Folato, vit. B6 y B12 pl. e ingesta
(Veterans Study) y B6 pl. e ingesta de protectores S; Hci Factor de
de B12 riesgo S
Ravaglia, 2005 Hci, folato, vit. B12 pl. EA 816 4 Hci: 2,08 (1,3-3,3) D; 2,1(1,2-3,8)
EA; ↓ folato: 1,87 (1,2-2,9) D;
1,98 (1,1-3,4) EA; vit. B12: NS
Luchsinger, 2004 Hci pl. EA 909 1,5 1,4 (0,8-2,4)
Teunissen, 2003 Hci, folato y DC 144 6 NS
vit. B12 pl.
Seshadri, 2002 Hci pl. Demencia 1.092 8 D: 1,4 (1,1-1,9); EA: 1,8 (1,3-2,5)
Wang, 2001 Folato y vit. B12 pl. EA 370 3 ↓ Folato y/o vit. B12: 2,1 (1,2-3,5)
Nutrientes antioxidantes
Akbaraly, 2007 Selenio pl. DC 1.389 9 Relación inversa S
Hu, 2006 β-caroteno pl. DC 455 7 0,11 (0,02-0,57) en APOE-ε4 (+);
0,89 NS en APOE-ε4 (–)
Maxwell, 2005 Supl. vit. E + C DC 894 5 0,51 (0,29-0,90)
y/o multivit.
Tabla 1. Evidencia epidemiológica de los estudios de cohortes prospectivos sobre el efecto de nutrientes en el deterioro cognitivo,
demencia y enfermedad de Alzheimer. Continuación
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Nutrientes antioxidantes
Autor Exposición Enfermedad n Seguimiento RR (IC) multivariante/resultados
(años)
Morris, 2005 Ingesta de vit. E, EA DC 1.041 6 Vit. E: 0,74 (0,62-0,88);
(CHAP Study) α-tocoferol o EA; α-tocoferol: 0,56 (0,32-0,98)
tocoferoles 3.718 para EA; vit. E y α- y γ-tocoferol :
individuales DC ↓ DC
Zandi, 2004 Supl vit. E y C EA 3.227 3 Vit. E + C: 0,36 (0,09-0,99); vit. E
o C: NS
Laurin, 2004 Ingesta de β-carteno, Demencia 2.459 6 NS
flavonoides, vit. E y C
Luchsinger, 2003 Ingesta y/o supl. de EA 980 4 NS
carotenos, vit. C y E
Gray, 2003 Supl. de vit. A, C, DC 2.082 7 0,71 (0,49-1,01)
E, Se, Zn
Grodstein, 2003 Supl. de vit. E y C DC 1.496 15 S para uso y tiempo uso
Engelhart, 2003 Ingesta de vit. C, E, EA 5.395 6 Vit. C: 0,8 (0,7-0,99); vit. E: 0,8
(Rotterdam Study) β-caroteno y (0,7-1,0); β-caroteno: 0,5
flavonoides (0,3-0,9); flavonoides: 0,5
(0,3-0,9), para un ↑ de 1 DE en la
ingesta
Morris, 2002 Ingesta de vit. E, C EA 815 3,9 Vit. E: 0,3 (0,1-0,9), sólo
(CHAP Study) y β-caroteno APOE-ε4 (–); supl. vit. E, ingesta
vit. C y β-caroteno: NS
Alimentos y patrones dietéticos
Scarmeas, 2009 DM DCL 1.393 4,5 T2: 0,83 (0,62-1,12)
(WHICAP) T3: 0,72 (0,52-1,00)
Scarmeas, 2009 DM DCL a EA 482 4,3 T2: 0,55 (0,34-0,90)
(WHICAP) T3: 0,52 (0,30-0,91)
Féart, 2009 DM DC (test 1.410 4,1 β = –0,006 (–0,01 - –0,0003)
(Three-City Study) MMSE) para 1 punto del score de DM
Féart, 2009 DM Demencia 1.410 4,1 T2: 0,97 (0,58-1,63)
(Three-City Study) T3: 0,92 (0,51-1,68)
Féart, 2009 DM EA 1.410 4,1 T2: 0,80 (0,43-1,46)
(Three-City Study) T3: 0,70 (0,34-1,43)
Scarmeas, 2007 DM Mortalidad 192 4,4 T2: 0,65 (0,38-1,09)
(WHICAP) por EA T3: 0,27 (0,10-0,69)
Barberger-Gateau, Frutas y verduras Demencia y EA 8.085 4 0,7 (0,5-0,97)
2007
(Three-City Study)
Scarmeas, 2006 DM EA 2.258 4 T2: 0,85 (0,63-1,16)
(WHICAP) T3: 0,60 (0,42-0,87)
Wengreen, 2006 Ingesta de fruta, DC 3.632 7 S, ↑ en ingesta mixta y APOE ε4 (–)
vegetales y pescado
Raffaitin, 2006 Ingesta de fruta Demencia 8.085 4 Fruta y vegetales: 0,7 (0,5-0,9)
y vegetales

Tabla 1. Evidencia epidemiológica de los estudios de cohortes prospectivos sobre el efecto de nutrientes en el deterioro cognitivo,
demencia y enfermedad de Alzheimer. Continuación
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Alimentos y patrones dietéticos


Autor Exposición Enfermedad n Seguimiento RR (IC) multivariante/resultados
(años)
Morris, 2006 Ingesta de fruta DC 3.718 6 Vegetales: ↓ 38% quintil 5 frente
(CHAP Study) y vegetales a 1, p = 0,02; fruta: NS
Dai, 2006 (Kame Ingesta de zumos EA 1.589 6,3 0,24 (0,09-0,61), para ≥
Project Cohort) de fruta y verdura 3 zumos/sem respecto < 1/sem,
↑ en APOE-ε4 (–); ingesta de
vit. E, C o β-caroteno: NS
Tabla 1. Evidencia epidemiológica de los estudios de cohortes prospectivos sobre el efecto de nutrientes en el deterioro cognitivo,
demencia y enfermedad de Alzheimer. Continuación
AG: ácidos grasos; AGI: ácidos grasos insaturados; AGMI: ácidos grasos monoinsaturados; AGPI: ácidos grasos poliinsaturados; AGS: ácidos grasos
saturados; AGT: ácidos grasos trans; CT: colesterol total; D: demencia; DC: deterioro cognitivo; DCL: deterioro cognitivo leve; DE: desviación están-
dar; DHA: ácido docosohexaenoico; DM: dieta mediterránea; E: energía total; EA: enfermedad de Alzheimer; EPA: ácido eicosopentaenoico; Hci:
homocisteína; IC: intervalo de confianza; NS: asociación no significativa (p ≥ 0,05); pl.: plasmático; RR: riesgo relativo; S: asociación estadísticamente
significativa (p < 0,05); sem: semana; supl.: suplementos; vit.: vitamina.

transportador de colesterol en el cerebro. En definiti- observaciones, se consideró que los AG omega-3


va, aunque existe plausibilidad biológica y la evidencia podrían estar implicados en el DC asociado a la edad,
epidemiológica es muy sugestiva, se requieren más así como en patologías neuropsiquiátricas. Estudios en
estudios para determinar si la composición lipídica de roedores evidenciaron que la administración de AG
la dieta está asociada causalmente a la EA. omega-3 puede inhibir la formación de placas beta-
En numerosos estudios se ha demostrado que la com- amiloide, de su proteína precursora y de proteínas tau,
posición en AG de la dieta de las madres gestantes y así como proteger de la pérdida de dendritas4,6,7,17. No
lactantes y la composición de fórmulas de leche artifi- sólo la investigación básica, sino también la epide-
cial condicionan el desarrollo visual (retina) y neuro- miológica de tipo observacional, apoyan el papel de los
lógico del feto y del lactante, así como sus habilidades AG omega-3 en la EA, pues los estudios de cohortes
cerebrales, incluida la inteligencia7. Aunque el ácido prospectivos sobre ingesta y niveles plasmáticos de AG
docosohexaenoico (DHA C22:6) no es, estrictamente omega-3 y EA han sido consistentes en mostrar un efec-
hablando, un AG esencial, al poderse obtener a partir to protector (tabla 1).
del ácido esencial alfalinolénico (ALA), su síntesis El depósito anómalo de proteínas betaamiloide y tau
endógena es muy poco eficiente, pues sólo menos del en el cerebro de los pacientes con EA se asocia a una
10% se transforma en ácido eicosopentaenoico (EPA: inflamación crónica que daña irreversiblemente las
C20:5) y, de éste, sólo una pequeña proporción aca- neuronas. La dieta, según su composición en lípidos,
ba transformándose en DHA16, cantidad insuficiente puede mostrar efectos pro o antiinflamatorios. Así, los
para suplir las necesidades del organismo, especial- AG omega-3 reducen la síntesis de citocinas proin-
mente en el cerebro en desarrollo. En estudios expe- flamatorias, protrombóticas y vasoconstrictoras. De
rimentales preclínicos se ha mostrado que: a) la defi- hecho, las últimas líneas de investigación se centran
ciencia en ALA y DHA produce cambios fisicoquímicos en fármacos que inhiben la producción de prostaglan-
y fisiológicos en las membranas, alterando sus propie- dina E2 para frenar la inflamación crónica, aunque la
dades de fluidez y permeabilidad, e induciendo alte- forma más eficiente de inhibirla sería una adecuada
raciones neurosensoriales y del comportamiento y b) ingesta de AG omega-318.
la administración de DHA en ratones protege la inte- Tan importante es la ingesta absoluta de AG omega-3
gridad de las neuronas, mejora su excitabilidad y trans- como su aporte equilibrado en relación con el de AG
misión nerviosa, aumenta los niveles de neurotrans- omega-6. Ello se debe a que los AG omega-6 y ome-
misores y reduce el daño oxidativo6,7. En vista de estas ga-3 compiten entre sí los por las mismas enzimas de-

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saturasas y elongasas. Si la cantidad de ácido linoleico ta que incluya 2-3 raciones semanales de pescado gra-
(AG omega-6) presente en la dieta es elevada y des- so aporta aproximadamente 1,25 g de EPA + DHA
equilibrada respecto de la cantidad de AG omega-3, se (unos 180 mg/día). En España, uno de los países con
afecta el grado por el cual el ALA es convertido en EPA mayor consumo de pescado del mundo, la disponibi-
y DHA in vivo, de modo que el exceso relativo de áci- lidad media (valor que sobreestima la ingesta real) de
do linoleico puede disminuir la disponibilidad de EPA pescado es de 86 g/persona/día según el Ministerio
y DHA, favoreciendo la síntesis de eicosanoides proin- de Agricultura, Pesca y Alimentación, y la disponibi-
flamatorios. Dado el bajo nivel de conversión de ALA lidad de AG omega-3 y de EPA + DHA es de 952 y
a EPA, y de éste a DHA, se considera que la relación 438,5 mg/persona/día. La dieta consumida en la mayo-
AG omega-6/omega-3 no debería exceder de 4-6/1, y ría de los países occidentales aporta cantidades insu-
son deseables valores de incluso 2-3/1. La relación AG ficientes de AG omega-3, constituyendo la ingesta de
omega-6/omega-3 ha aumentado drásticamente desde ALA alrededor de un 50% de las IDR. Con el fin
un punto de vista histórico. En el Paleolítico era de 1/1, de alcanzar las recomendaciones de ingesta de EPA y
y a partir de la Revolución Industrial —con el auge de DHA y simultáneamente alcanzar la relación omega-
la industria de los aceites vegetales y del uso de cerea- 6/omega-3 recomendada, no sólo debería aumentar el
les para la alimentación de animales domésticos—, se consumo de pescado, sino que también debería
incrementó drásticamente, llegó a ser, en Estados disminuir el consumo de AG omega-6. La sustitución
Unidos, en 1985, de 12,4/1. de AGS y AG trans por AGMI (aceite de oliva) y AG
Las ingestas dietéticas recomendadas (IDR) actual- omega-3 (pescado azul) —fuentes principales de
mente establecidas para los AG omega-3 son dispa- AG en la dieta mediterránea tradicional— permitiría
res, especialmente en cuanto a recomendaciones espe- mejorar la relación omega-6/omega-3, al tiempo que
cíficas para DHA y EPA 15. El Comité Técnico en proteger frente a la inflamación y disminuir el estrés
Lípidos Dietéticos del International Life Sciences oxidativo15.
Institute (ILSI) concluyó en 2008 que existe cada vez
mayor evidencia acerca de los efectos beneficiosos del Vitaminas asociadas al metabolismo
EPA y DHA en el DC, aunque ésta no es suficiente de la homocisteína
como para apoyar un nivel de ingesta distinto al reco-
mendado para conseguir una disminución del riesgo La homocisteína es un aminoácido azufrado derivado
de enfermedad cardiovascular (250-500 mg/día). Las del metabolismo de la metionina, proteína de la dieta.
fuentes alimentarias más ricas en AG omega-3 son las Las vitaminas B6, B12 y ácido fólico son cofactores
algas, los pescados de aguas frías (atún, bonito, cazón implicados en su metabolismo, así como en procesos
o tiburón, salmón) y los pescados azules en general, de metilación esenciales para la síntesis de ácidos
con concentraciones de 1,0-5,5 g/100 g (pescado blan- nucleicos y ácido desoxirribonucleico (ADN) y para la
co y marisco: 0,3-0,7 g/100 g). Sólo los alimentos de función cerebral. El déficit de vitaminas B6, B12 y áci-
origen marino alimentados con fitoplacton son ricos do fólico se asocia a concentraciones plasmáticas ele-
en EPA y DHA, siendo el pescado de piscifactoría más vadas de homocisteína. A su vez, la hiperhomocistei-
pobre que el salvaje en AG omega-3. Los alimentos de nemia (homocisteína plasmática > 15 μmol/l) puede
origen vegetal no contienen EPA ni DHA. La segunda corregirse con una ingesta elevada de estas vitami-
fuente alimentaria más importante de AG omega-3 nas. Las fuentes más importantes de ácido fólico son
son los frutos secos, el aceite de linaza y las semillas las verduras de hoja verde, la vitamina B12 (cianoco-
de lino y calabaza, que contienen especialmente ALA. balamina) se encuentra exclusivamente en alimentos
Con el fin de cubrir las IDR de EPA y DHA, la mayo- de origen animal, y la vitamina B6 (piridoxina) está
ría de organismos internacionales recomiendan con- ampliamente distribuida en alimentos de origen ani-
sumir pescado dos veces por semana o más. Una die- mal, cereales integrales y germen de trigo8,9,15.

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La homocisteína elevada es neurotóxica y puede ejer- observaron efectos de riesgo para la homocisteína (tabla 2).
cer efectos directos sobre la función cognitiva. Por otra La mayor limitación de los estudios publicados, que expli-
parte, la homocisteína tiene propiedades aterogénicas carían en parte la inconsistencia de los resultados, es el
y protrombóticas y es un factor independiente de ries- sesgo de confusión y la falta de poder estadístico.
go cardiovascular. El déficit de vitaminas B12 y ácido
fólico pueden alterar los procesos de metilación y los Micronutrientes antioxidantes
potenciales redox, promoviendo el flujo de calcio, la
acumulación de proteínas amiloides y tau, la apopto- Existe evidencia creciente a partir de estudios de labo-
sis y muerte neuronal8,9,15. ratorio y en animales que sugiere que la acumulación
La evidencia epidemiológica actual sobre el efecto de de radicales libres produce daño oxidativo que puede
la homocisteína y de las vitaminas asociadas a su metabo- influir en el deterioro cognitivo y la demencia7,9. Varios
lismo sobre la EA es todavía limitada. Ocho de 11 estu- marcadores de oxidación, incluida la peroxidación de
dios de cohortes mostraron efectos protectores significa- lípidos, proteínas y ADN, se han mostrado elevados en
tivos para las vitaminas B6, B12 y/o ácido fólico, y 3 de 7 el cerebro con EA y su acumulación parece un episo-

Estudio Intervención Resultado n Seguimiento RR (IC) multivariante/resultados


Vitaminas relacionadas con la homocisteína
Durga, 2007 800 μg de ácido fólico Función cognitiva 818 3 años Mejoría S en velocidad
procesamiento y sensimotora
Eussen, 2006 1.000 μg de vit. B12 Función cognitiva 195 24 sem NS
± 400 μg de ácido
fólico
McMahon, 500 μg de vit. B12 + Función cognitiva 276 2 años ↓ Hci en grupo de intervención
2006 1.000 μg de ácido fólico NS
+ 10 mg de vit. B6
Clarke, 2003 81 mg de AAS; 1.000 μg Función cognitiva 149 12 sem ↓ Hci en grupo de intervención
de vit. B12 + 2.000 μg de vit. B12 NS
ácido fólico; 500 mg
de vit. E + 200 mg de
vit. C
Bryan, 2002 15 μg de vit. B12 o Función cognitiva 211 35 días Mejoría S memoria
750 μg de ácido fólico
o 75 mg de vit. B6
Fioravanti, Ácido fólico Función cognitiva 30 60 días Mejoría S en memoria
1997 y atención, especialmente si
↑ déficit inicial de ácido fólico
Vitaminas antioxidantes
Kang, 2006 600 UI de vit. E a días Función cognitiva 6.377 4 años 0,92 (0,77-1,10)
alternos
Petersen, 2005 2.000 UI de vit. E EA 769 3 años 1,02 (0,74-1,41)
Sano, 1997 2.000 UI α-tocoferol Demencia 341 2 años Retraso S para tiempo de muerte,
institucionalización y demencia
Tabla 2. Evidencia epidemiológica de los ensayos clínicos aleatorizados sobre el efecto de vitaminas en el deterioro cognitivo, demen-
cia y enfermedad de Alzheimer.
AAS: ácido acetilsalicílico; EA: enfermedad de Alzheimer; Hci: homocisteína; IC: intervalo de confianza; NS: asociación no significativa (p ≥ 0,05);
RR: riesgo relativo; S: asociación estadísticamente significativa (p < 0,05); vit.: vitamina.

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dio precoz en el cerebro con DCL. Por otra parte, estu- vada de verduras, frutas, cereales y legumbres; inges-
dios in vitro muestran que los nutrientes antioxidantes ta elevada de AGI (especialmente AGMI proceden-
—vitaminas E y C, carotenoides, polifenoles y factores tes del aceite de oliva) y baja de AGS, resultado de
coenzimáticos de la superóxido dismutasa y glutatión una moderada ingesta de pescado y frutos secos, baja-
peroxidasa (Zn, Se, Mn)— pueden disminuir el daño moderada de lácteos y carnes blancas y baja de car-
neuronal, inhibiendo la formación de especies reacti- nes rojas y derivados, así como una ingesta modera-
vas de oxígeno, la peroxidación lipídica, la apoptosis, la da y regular de vino.
oxidación proteica, el daño a las membranas celulares Paradójicamente, hasta la fecha sólo dos estudios
y al ADN y la acumulación de proteína betaamiloi-
prospectivos han evaluado el efecto de la adherencia a
de4. La vitamina E —encargada de la defensa oxidati-
la dieta mediterránea en el riesgo de demencia y de EA
va a nivel de la membrana— parece ser el micronu-
(tabla 2), ambos utilizando el mismo método de cla-
triente más implicado. Su suplementación en roedores
sificación o score. El estudio realizado en la cohorte
ha mostrado efectos positivos en el aprendizaje y memo-
americana WHICAP mostró que una mayor adheren-
ria, y un menor daño oxidativo, inflamación y muerte
neuronal6. Estudios en animales con amiloidosis EA- cia a la dieta mediterránea se asociaba con una reduc-
like muestran que la intervención temprana mediante ción del riesgo de DCL19, EA20 y mortalidad en pacien-
la administración de vitamina E puede reducir signi- tes con EA14, independientemente de otros factores
ficativamente el depósito de proteína betaamiloide6. La de riesgo, y que la relación era dosis-respuesta signi-
evidencia aportada por los estudios epidemiológicos de ficativa. La magnitud del efecto era grande: los indivi-
cohortes prospectivos es limitada pero consistente, y duos situados en el tercil alto del score respecto del bajo
muestra efectos protectores significativos para la inges- presentaban una protección del 28, 40 y 73% para el
ta o niveles plasmáticos elevados de antioxidantes, espe- riesgo de DCL, EA y mortalidad por EA, respectiva-
cialmente vitamina E. Los estudios sugieren un efec- mente. Además, se observó que la progresión de dete-
to modulador del gen APOE-epsilon4 (tabla 2). rioro cognitivo leve a EA era un 48% inferior en los
sujetos con mayor adherencia al patrón de dieta medi-
Dieta mediterránea terránea19. El Three-City Study mostró que una mayor
adherencia al patrón de dieta mediterránea se asocia-
Estudios de cohortes prospectivos sugieren que una ba a una mejor función cognitiva, especialmente en
ingesta elevada de vegetales y frutas —principales fuen- sujetos que permanecieron libres de demencia a lo lar-
tes de antioxidantes de la dieta— y un consumo mode- go del tiempo, y sugirió que el efecto beneficioso se
rado de vino reducen el riesgo de demencia6 (tabla 2).
produciría sólo varios años antes del diagnóstico clíni-
El estudio de alimentos o nutrientes individuales res-
co de la enfermedad21. No obstante, en esta cohorte
pecto del estudio de patrones dietéticos tiene el incon-
no se encontró asociación entre la adherencia al patrón
veniente de ignorar la interacción existente entre
de dieta mediterránea y el riesgo de demencia o de EA.
ellos y la multidimensionalidad de la dieta en su efec-
Diferencias metodológicas podrían explicar la incon-
to sobre la salud y la enfermedad. Existe evidencia cla-
ra sobre el efecto protector de la dieta mediterránea sistencia de los resultados entre ambos estudios22. Cabe
sobre las enfermedades cardiovasculares, por lo que destacar que, en ambos estudios, la asociación entre
un efecto beneficioso sobre la demencia vascular o el el patrón de dieta mediterránea y el deterioro cogniti-
componente vascular de la EA es esperable. vo y EA no estaba mediada, al menos en gran parte,
El patrón de dieta mediterránea incluye la mayoría por los factores clásicos de riesgo cardiovascular. Otros
de componentes nutricionales potencialmente bene- mecanismos estarían así implicados, como podrían ser
ficiosos para prevenir o frenar el deterioro cognitivo, factores antioxidantes y antiinflamatorios presentes en
la demencia y otras patologías mentales: ingesta ele- la dieta mediterránea22.

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Una observación interesante es el posible vínculo exis- En cuanto a la suplementación con AG omega-3, se
tente entre los AG omega-3 y la dieta mediterránea con han completado 8 ensayos clínicos27, de los cuales
la depresión y la EA. Una reciente revisión sugiere 6 han sido publicados. Tres de ellos presentaron un
que la depresión en edades avanzadas, el DCL y la tamaño muestral muy pequeño (n < 25). El primer
demencia podrían representar un continuum clínico, y ensayo basado en una muestra grande (n = 204)
que los síntomas depresivos podrían ser una manifesta- —el OmegaAD Study— mostró que la suplementa-
ción temprana más que un factor de riesgo de EA, con ción con 1.700 mg de DHA y 600 mg de EPA duran-
lo cual la condición neuropatológica subyacente sería te 6 meses en pacientes con EA leve-moderada no pro-
común a dichas patologías23. De hecho, existe plausibi- dujo diferencias entre grupo de intervención y placebo,
lidad biológica y evidencia epidemiológica que sugiere aunque en un subgrupo con DCL se observó un des-
que los AG omega-3 —junto con otros aspectos carac- censo significativo de la tasa de deterioro cognitivo27.
terísticos de la dieta mediterránea— protegen contra la Otro ensayo, que distribuyó aleatoriamente a 302 indi-
depresión24, y un reciente metaanálisis de ensayos clí- viduos en tres grupos: 1.800 mg/día de EPA + DHA,
nicos mostró que la suplementación con AG omega-3 400 mg/día de EPA + DHA y placebo, no mostró efec-
es eficaz en la reducción de síntomas depresivos25. tos significativos en la función cognitiva (test del Mini-
Mental State Examination [MMSE]) a los 6 meses de
Suplementos nutricionales seguimiento, aunque se observó una mejoría en la aten-
ción en los dos grupos de intervención27. Finalmente,
Hasta el momento se han realizado escasos ensayos clí- en el Older People And n-3 Long-chain polyunsatu-
nicos aleatorizados con suplementos nutricionales para rated fatty acids (OPAL) Study, 867 sujetos sanos fue-
el abordaje del deterioro cognitivo o la EA. Los ensa- ron distribuidos aleatoriamente, doble ciego, a recibir
yos con vitaminas E, B12, B6 y ácido fólico no han mos- cápsulas con 500 mg de DHA y 200 mg de EPA o acei-
trado claros efectos beneficiosos a nivel cognitivo. De te de oliva durante 24 meses28. El hecho de que la
los 6 ensayos sobre suplementación con ácido folico función cognitiva no se modificara en ninguno de los
y/o vitamina B12 y/o B6, la mitad mostró mejorías sig- dos grupos, las relativamente bajas dosis administra-
nificativas en la función cognitiva (tabla 2). La vita- das, y el excesivamente corto período de seguimien-
mina E en forma de suplementos sólo mostró un efec- to, podrían explicar la no detección de efectos bene-
to protector en uno de tres estudios. Cabe destacar que ficiosos. Los dos ensayos clínicos multicéntricos
los suplementos suelen contener alfatocoferol y no otras aleatorizados, doble ciego, más recientes presentaron
isoformas presentes en la dieta, sobre todo gammato- sus resultados preliminares en la 2009 International
coferol (frutos secos, cereales integrales, germen de Conference on Alzheimer’s Disease. El Memory
trigo y aceites vegetales); no obstante, la ingesta com- Impairment with DHA Study suplementó con DHA
binada de las isoformas existentes reduce más el estrés (900 mg/día) durante 6 meses a sujetos sin deterioro
oxidativo y la inflamación que el alfatocoferol sólo9. cognitivo, y el Alzheimer’s Disease Cooperative Study
Cabe señalar que los alimentos aportan fitoquímicos suplementó con DHA (2 g/día) a pacientes con EA
en combinaciones y proporciones idóneas, que interac- leve-moderada27.
cionan de modo complejo entre sí y que no equivalen En resumen, los ensayos clínicos realizados hasta
al aporte de los mismos por separado y en cantidades la fecha sobre los efectos de los AG omega-3 no han
no equiibradas en forma de suplementos. Al respecto, conseguido demostrar su eficacia en el tratamiento de
es interesante destacar el Souvenir Study, por ser el la EA. No obstante, sugieren un efecto beneficioso en
primer ensayo clínico sobre la eficacia de un suple- determinados subgrupos: a) en sujetos con cognición
mento multinutriente —basado en precursores fosfá- normal o en estadios precoces del deterioro cognitivo,
tidos y cofactores— en pacientes con EA26, y cuyo como DCL o EA leve y b) en sujetos en estadios avan-
aporte mostró una mejoría significativa en la memoria. zados, según su estado respecto del polimorfismo de

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la APOE-epsilon4, que actuaría como factor modifi- po B implicadas en el metabolismo de la homocisteí-


cador del efecto del DHA. Los resultados de estos estu- na, y especialmente, de AG omega-3.
dios han generado gran interés para seguir explorando Se requieren más investigaciones de tipo prospecti-
los potenciales efectos beneficiosos de la suplementa- vo con un adecuado control de posibles sesgos y fac-
ción con AG omega-3 para frenar o prevenir el dete- tores de confusión que afectan a la validez de muchos
rioro cognitivo. Un aspecto que debería investigarse es de los estudios publicados hasta la fecha. Éstos sen-
la relación AG omega-6/omega-3, pues una relación tarían las bases para la realización de metaananálisis y
demasiado alta podría anular el posible efecto positivo de ensayos clínicos controlados y aleatorizados bien
del aporte de AG omega-3, independientemente de diseñados, de adecuada duración y de elevado poder
la dosis absoluta de AG omega-3. estadístico, que pudieran aportar datos concluyentes
Entre los diversos ensayos clínicos en curso, cabe sobre los que poder realizar, si cabe, recomendaciones
destacar el Multidomain Alzheimer Preventive Trial específicas. Además, dado que la evidencia actual sugie-
(MAPT) Study, que, basándose en el carácter multi- re que la intervención nutricional podría ser más efec-
factorial de la EA, ha sido diseñado con el fin de eva- tiva en fases preclínicas y en estadios precoces de la
luar el potencial efecto sinérgico de varias interven- enfermedad, futuros estudios deberían monitorizar
ciones dietéticas y no dietéticas durante 3 años en 1.200 la dieta desde estas fases tempranas, o —con el fin de
pacientes mayores de 70 años con deterioro cognitivo29. hacerlos más eficientes— realizarse en grupos de alto
riesgo, como en pacientes con DCL.
Por último, en relación con los suplementos nutri-
Conclusiones cionales, la evidencia actual a partir de ensayos clínicos
controlados y aleatorizados no permite realizar todavía
En la actualidad, aunque empieza a haber amplia con-
recomendaciones específicas, dirigiéndose el enfoque
ciencia sobre la importancia de la nutrición en la pre-
de nuevos ensayos a estudiar el efecto de suplementos
vención y tratamiento de la enfemedades crónicas y
en estadios iniciales de la EA, evaluando diferentes
degenerativas, ésta todavía no se ha aplicado, en tér-
dosis, utilizando simultáneamente múltiples nutrien-
minos generales, en el ámbito clínico de la salud men-
tes que puedan tener un efecto positivo en la función
tal. No obstante, la evidencia actual sugiere que un
cognitiva, y evaluando el efecto modificador del gen de
estilo de vida sano —físico y mental—, así como la pro-
la APOE-epsilon4.
moción de hábitos dietéticos saludables y una mayor
adherencia al patrón tradicional de dieta mediterránea,
podrían constituir la mejor defensa frente a los cam-
bios del cerebro que envejece y prevenir el riesgo de Referencias bibliográficas
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que la evidencia al respecto es muy prometedora, toda-
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vía se requieren más estudios al respecto. versus the alternate hypotheses. J Pharmacol Exp Ther.
Por otra parte, la investigación básica y epidemioló- 2007;321:823-9.
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