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Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Iztapalapa

Maestría en Estudios Sociales, Línea de Procesos Políticos

Sistemas Políticos Comparados

Maestro: Dr. Alberto Escamilla Cadena

Ensayo:

“Jugadores con veto: ¿Cómo funcionan las instituciones políticas?”

Hecho por:

René López de la Torre

2183800368

Iztapalapa, Ciudad de México. Octubre 22 de 2018


Índice

Introducción ......................................................................................... 1

La teoría de los jugadores con veto ..................................................... 2

Análisis institucional: los regímenes no democrático, presidencial y


parlamentario. ..................................................................................... 9

Análisis práctico: gobiernos y parlamentos en diferentes contextos ...15

Conclusiones………………………………………………………………. 22
Introducción

George Tsebelis establece un objeto de estudio puntual: las instituciones políticas;


en este objeto se propone a establecer las dimensiones que hacen distinta la toma
de decisiones en las diferentes formas de gobierno y cuyo objetivo, a largo plazo,
es la formación de una teoría del análisis institucional más allá del análisis
tradicional de las variables del conjunto de los sistemas políticos.

Su principal postulado es que con el propósito de cambiar políticas (status quo) se


requiere un acuerdo entre diversos actores individuales o colectivos que son
llamados jugadores con veto, ya sean institucionales o partidarios. A partir de ello,
surgen los conceptos clave que serán explicados en las siguientes páginas como la
estabilidad política y los jugadores que son establecedores de agenda.

Con el conjunto de los tres elementos podemos comprender el resultado del proceso
de creación de una determinada política. Sin embargo, el punto estructural es
enfocado en la actividad y configuración de las variables tradicionales con los
jugadores con veto que, cabe mencionar, son estos últimos los que comprenden
mejor la dimensión de la estabilidad política.

Las políticas gubernamentales son, de hecho, el principal resultado de un sistema


político cuya aprobación e instrumentación son dadas a través de un proceso de
selección de preferencias (negociación) que, en términos reales, puede determinar
el grado de estabilidad política y que es, de hecho, la variable principal de todas en
su análisis definida por el tamaño del grupo ganador del status quo.

El problema radica, entonces, en la manera en que los jugadores con veto, a través
de una estructura institucional, pueden incidir, negociar y tomar decisiones de
cambio de políticas que inciden o no en la estabilidad política y el establecimiento
de agenda en diferentes contextos y sistemas políticos, a través de un análisis
político comparado.

Es entonces que las preguntas guía propuestas para el siguiente ensayo son:

1. ¿Cuál es la dinámica que conduce a que la propia presencia jugadores con


veto (individuales y colectivos) determinen el grado la estabilidad política y el
establecimiento de agenda?
2. En la práctica, ¿Cómo se configuran las tomas de decisiones con la
presencia de jugadores con veto en sistemas o regímenes diferentes?

Dichas preguntas serán respondidas a lo largo del presente ensayo y cuya


perspectiva permitirá generar una dimensión diferente en torno a la dinámica
estructural de formación de políticas en contextos políticos complejos.

1
La teoría de los jugadores con veto

En este apartado me propongo a establecer un contexto referente al marco


referencial y teórico que nos permita dilucidar, con mayor profundidad, los términos
y sujetos de estudio que Tsebelis ha denominado “jugadores con veto” y su propia
dinámica dentro de la toma de decisiones a través de diversos índices de análisis,
permitiendo a los mismos tener esa función preponderante.

En cualquier sistema político se considera la toma de decisiones como un proceso


que permite el establecimiento de preferencias y opiniones en acciones
gubernamentales concretas. En dicho proceso, podemos hacer referencia al
esquema de Easton de entrada-salida dentro del mismo que le otorga funcionalidad
al propio sistema como una obra de ingeniería política.

En este sistema interactúan diversos actores individuales y colectivos que actúan


dentro de dicho sistema para impulsar sus necesidades o preferencias en torno a la
toma de decisiones sobre los temas esenciales de la vida política, económica,
social, cultural, etc. de un país determinado. A todos esos actores les preocupa los
posibles resultados expresados en dicha toma de decisiones.

Para Tsebelis, entonces, los resultados políticos son determinados a través de dos
factores esenciales: las preferencias de los jugadores implicados y las instituciones
predominantes. Ambos se expresan, fundamentalmente, en que los resultados
originados dependerán de quien controle el poder político y la ubicación del status
quo, es decir, de la realidad actual.

Para llegar a este paso de análisis sobre la interacción entre actores y sus
posibilidades para ser jugadores con esa función de veto es importante establecer,
en primer lugar, quienes son los jugadores potenciales que forman parte de este
proceso:

 Jugadores individuales: Dichos jugadores son representados en una sola


persona o grupo político como lo es el Presidente de la República o un partido
político monolítico.
 Jugadores colectivos: Dicho jugador funciona en una dinámica colegiada o
de grupos conformados por individuos que comparten un interés común,
como lo es un parlamento y un partido político débil.

Cabe rescatar que en ambos tipos de jugadores persiste la presencia de los partidos
políticos, con la única salvedad de que varía en cuanto a su grado de fortaleza y
que esta depende de la fácil o difícil decisión que tienen en sus manos en cuanto a
sus preferencias. Dichos argumentos y explicaciones se desenvolverán en las
siguientes páginas.

2
Estos jugadores, en segundo lugar, tienen una variable más que les da
fundamentación jurídica en su accionar. Los jugadores de veto pueden estar
contemplados en la Constitución Política de un país (Presidente y las Cámaras del
Congreso) o expresados a través de la dinámica de la acción del sistema político
(partidos políticos que conforman una coalición de gobierno).

Al primer tipo de jugadores se les ha de denominar institucionales porque tienen su


fundamento jurídico en la propia ley fundamental del país, en cambio, al segundo
tipo de jugadores son denominados partidarios porque su origen está fundado en la
dinámica del juego político. En este sentido, deseo exponer un ejemplo práctico que
nos permita entender a ambos tipos de jugadores:

Tabla 1: Ejemplo de Jugadores con veto en México (caso práctico)

Tipo de jugador Jugadores Institucionales Jugadores Partidarios

El Presidente de la República, la
Jugador Cámara de Diputados y la
Cámara de Senadores

Dichos jugadores encuentran su


Su dinámica se expresa en
fundamentación jurídica en la
Dinámica de el control de un partido
Constitución Política de los
acción que le cohesivo y cuya legislación
Estados Unidos Mexicanos y
permite sea respaldada por dicho
cuya dinámica de iniciativa,
establecerse como partido o partidos que
análisis, aprobación y publicación
jugador con veto conforman una coalición de
de una reforma pasa por los tres
gobierno.
jugadores.

Fuente: Elaboración propia.

Con este ejemplo, es posible entender que las características que definen a ambos
tipos de jugadores pueden determinar los resultados con miras a cambiar el statu
quo, es decir, el cambio de políticas. De esta dinámica se desprende el siguiente
concepto fundamental que establece Tsebelis y que ha denominado estabilidad
política.

La estabilidad política la denomina como aquella imposibilidad de una desviación


seria de dicho status quo y lo expresa con la siguiente formula y que me propongo,
de igual manera, a expresarla en un caso práctico:

“Una desviación importante del status quo resulta IMPOSIBLE cuando el conjunto
ganador es pequeño con distancias ideológicas importantes entre ellos y poseen
cohesión interna” (Tsebelis, 2006, p. 3)
3
Un ejemplo de ello es la Coalición “Por México al Frente” conformado por partidos
que tienen distancias ideológicas importantes (izquierda-derecha) y cuya intención
era la creación de un gobierno de coalición. Los temas presentados en torno a los
temas políticos, económicos y sociales hubieran llevado a un distanciamiento entre
ellos y lograrían una cohesión interna que llevaría, como consecuencia, a un voto
minoritario en cualquier propuesta.

Con ello es imperante aclarar que el conjunto ganador es el conjunto de resultados


que puede derrotar al statu quo de políticas y reemplazar a las existentes por otras;
la estabilidad política, por ende, es lo contrario representando la dificultad para
promover sobre la mesa la dificultad para efectuar cambios importantes en las
políticas gubernamentales.

Dicha dinámica tiene tres posibilidades de acción:

1. Cuanto más grande sea el conjunto ganador del statu quo, es más probable
que algún elemento que conforme el mismo asuma restricciones externas
adicionales.
2. Si el cambio del statu quo representa un costo de transacción importante,
dichos jugadores no emprenderán cambios sustanciales, manteniendo el
statu quo.
3. Si se emprende un cambio, el pequeño conjunto ganador del statu quo (una
cuestión mínima de triunfo) puede excluir grandes cambios.

A través de las proposiciones que nos arroja Tsebelis podemos establecer las
siguientes posibilidades y ejemplificando, nuevamente, con casos prácticos de
nuestro país para arrojar una mayor comprensión sobre el tema de la dinámica de
los jugadores con veto de carácter individual:

a) La adición de un nuevo jugador con veto aumenta la estabilidad


política o la deja igual

Ejemplo:

Si agregamos el criterio numérico, su adición puede aumentar o no la estabilidad


política, todo dependerá de la dinámica generada dentro del grupo que conformen
los jugadores en el establecimiento de políticas para cambiar dicho statu quo.

b) Si un nuevo jugador con veto se agrega a lo que se denomina núcleo


de unanimidad del conjunto de jugadores con veto previamente
existentes, este no tiene efecto sobre la estabilidad política
4
Ejemplo:

Con ambos preceptos podemos determinar que el aumentar la distancia entre dos
o más jugadores con veto, puede aumentar la estabilidad política, sin importar la
posición que tengan dichos jugadores en el cambio de políticas. De ello se
desprende que la dinámica que tengan dichos jugadores individuales determinará
en gran medida dichos resultados.

Sin embargo, si dicho jugador no afecta dicha estabilidad política o statu quo, no es
por el hecho de que se encuentre en contra de dicha coalición de jugadores, más
bien se ve bajo el efecto de la “regla de absorción” y que, a la par, nos permite
establecer que jugadores realmente tienen un peso determinado para ser
entendidos como jugadores con veto.

c) Al aumentar la distancia de los dos jugadores con veto que logremos


establecer en un determinado análisis, aumentará la estabilidad
política, sin importar su posición dentro del statu quo.

Ejemplo:

En este punto, por evidente que sea, considero que es importante retomarlo ya que
la misma propuesta que se haga en torno a un cambio de statu quo dependerá su
resultado en aquellas acciones que emprendan determinados jugadores con veto.
Dichas acciones se ven fundadas en un espectro ideológico y/o programático que
definirá, en muchos sentidos, el rumbo de la propuesta de cambio de la política.

En su conjunto, estos tres postulados que nos presenta el autor se complementan


con el hecho de que algunos actores políticos plantean propuestas a otros y que
dichos actores pueden aceptar o rechazar. Con ello, es imperante reconocer la
identidad precisa y las preferencias del establecedor de la agenda, a lo cual, nos
conduce a un último factor: el establecimiento de la agenda.

Una postura clara es que aquel jugador con veto que logra establecer eficazmente
su agenda tiene la ventaja de que puede considerar el conjunto ganador de los otros
como su restricción (quien se oponga) y seleccionar de éste el resultado que prefiera
que, como veremos posteriormente, a través de ciertas modificaciones a una
propuesta puede lograr su adhesión de aquellos que originalmente se le oponían.

En torno al establecimiento de la agenda contamos con tres posibles alternativas:

 La existencia de un solo jugador con veto, con lo cual, el establece la agenda


y no tiene ninguna oposición para obtener los resultados deseados.

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 Ante la presencia de mayores jugadores con veto, dicha importancia del
establecimiento de la agenda disminuye ya que tendremos, como
consecuencia, la imposibilidad de cambiar el statu quo.
 La importancia de establecer la agenda aumenta en la medida en que dicho
establecedor se encuentra ubicado en medio de los jugadores con veto
existentes, con los cuales, tendrá más poder para establecer su agenda.

Dicho establecimiento de la agenda podemos expresarlo en los siguientes ejemplos


del caso mexicano a partir del primero de septiembre de este año, antes de expresar
cuál es la dinámica que esta presenta cuando hablamos de jugadores colectivos:

1. Controla la mayor parte de las cámaras al interior del Congreso.

2. Quiere realizar reformar constitucionales y, cuya posible acción de cambio


de políticas, requiere de una mayoría calificada.

3. Para realizar una reforma, sin importar si es ley secundaria o constitucional,


requiere de plantear dicha propuesta a sus más cercanos o nada cercanos
pares de jugadores con veto.

Cabe mencionar que los ejemplos anteriores he decidido usarlos ya que, como
menciona el autor, es excepcional la situación de que jugadores con veto sean
personas y, en cambio, es más común ver la participación de jugadores con veto de
carácter colectivo, como lo son los comités, los partidos políticos o el propio
parlamento.

Sin embargo, resulta ser más difícil la comprensión y el análisis de los jugadores
con veto colectivo ya que, parecería lógico, es más complicada la toma de
decisiones con una mayor presencia de jugadores con veto y, por ende, las
negociaciones que establezcan estos actores resulta más difícil y compleja en
materia política cuya resolución se plantea una mayoría calificada o simple.

Aunado a ello, las elecciones de dichos jugadores en un contexto de negociación


resultan ser ambiguas acorde a un dominio de la mayoría, es decir, ante el jugador
que le ha de proponer una serie de determinadas propuestas. Esto puede conducir,
en cierta forma, a que el establecedor de la agenda pueda generar elecciones
estructuradas y conducir a un determinado resultado.
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El conjunto de determinados problemas expresados anteriormente, nos permite
establecer que la propia estabilidad política o statu quo disminuye siempre y cuando
los actores que intervienen en el proceso de cambio de políticas logren un acuerdo
en común y se forme una mayoría calificada o simple. Todo ello en contraposición
de la dinámica de jugadores con veto individuales cuya decisión se hace por la regla
de unanimidad.

A pesar de la anterior afirmación, conviene hacer una distinción entre la mayoría


calificada o simple ya que los procesos y la interacción entre jugadores con veto
resultan ser diferentes:
*Mayoría Simple:

 La estabilidad política puede aumentar si se incrementa la cohesión de un


jugador con veto colectivo.
 El aumento del tamaño de un jugador con veto, tiende a aumentar la cohesión
de dicho jugador y, de igual manera, aumenta la estabilidad política.
*Mayoría Calificada:

 La estabilidad política puede disminuir conforme aumenta la cohesión de un


determinado jugador con veto colectivo.
 La estabilidad política puede aumentar si se aumenta el umbral de votación
para alcanzar la mayoría calificada.

En cuanto a la mayoría simple, en un proceso de negociación el elemento que


puede determinar el éxito o fracaso de un intento de cambio de política es la
cohesión que exista en un jugador con veto colectivo, es decir, si dicho jugador está
unido o fragmentado y, por ende, que se pueda permitir o no una concesión en
cuanto a la aplicación de una determinada medida.

Su contraparte, si se ha logrado tomar una decisión determinada es precisamente


el factor de la cohesión que ayuda a conformar las mayorías calificadas requeridas
para el cambio de políticas, sim embargo, si se establece una mayor cantidad de
votación requerida para lograr la mayoría calificada se complica el cambio de
políticas y el proceso de negociación se vuelve más complejo.

Dicho lo anterior, todo dicho proceso tiene impacto en el establecimiento de la


agenda. Los acuerdos que se tomen pueden ser vinculatorios a todos los jugadores
que participaron de el por un sentido de obligación que involucra a un sentir de la
reputación; dicha reputación es la que obliga a los actores involucrados a seguir con
los acuerdos e, incluso, poder romperlos acorde a sus propios intereses.

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En este proceso de negociación que implica el establecimiento de la agenda y la
toma de decisiones por parte de los jugadores colectivos con veto, podemos
establecer tres posibles resultados, acorde al autor:
1. Si un jugador colectivo tiene que escoger entre la propuesta “X” y “Y”, sin
posibilidad de que exista una alternativa “Z” y cuya mayoría se inclina por la
propuesta “Y”, dicho jugador se inclinará por la propuesta “Y”.
2. Cuando es más cohesivo un jugador con veto colectivo que tenga que decidir
por regla de mayoría = mayor la estabilidad política. Por el contrario, si es
más cohesivo por una decisión de mayoría calificada = menor la estabilidad
política.
3. Las propuestas de los jugadores colectivos deberán ser tales que no
impliquen que pueden ser derrotadas por otras alternativas, directa e
indirectamente hablando.

De igual manera, antes de proponer una conclusión breve de este apartado,


propondré una serie de ejemplos que permitan comprender, dentro del contexto
mexicano, los anteriores puntos:
Ejemplo 1:

Derogación de la Reforma Educativa

Mantener la Reforma Educativa

Revisar la Reforma Educativa y hacer


ajustes convenientes

Ejemplo 2:

Ejemplo 3: Reforma al Código Civil Federal para la adopción del


matrimonio entre personas del mismo sexo

Este apartado teórico nos da las bases suficientes para poder establecer inferencias
en los siguientes dos apartados prácticos, donde haré énfasis en las diferencias
entre los sistemas presidenciales y parlamentarios y la dinámica entre el gobierno y
el Congreso, usando algunos ejemplos del texto base como de otros sobre el caso
latinoamericano en su conjunto.

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Análisis institucional: los regímenes no democrático, presidencial y
parlamentario.

En la parte práctica de los anteriores análisis teóricos, el autor nos propone que una
variable agregada como es la teoría de jugadores con veto desafía distinciones
tradicionales entre los diversos regímenes políticos en el mundo. Esta variable
agregada nos permite conocer, con el conjunto de las variables tradicionales, las
interacciones entre el gobierno y el parlamento, así como reconocer quiénes son
jugadores con veto y bajo qué condiciones.

De igual manera, como he mencionado, este análisis práctico incluirá algunos casos
de nuestra región latinoamericana para lograr ejemplificar los postulados aquí
expresados. Es en este punto que haremos análisis de política comparada con
miras a establecer y clarificar ideas que tenemos en común al respecto sobre la
dinámica del poder entre diversos sistemas y regímenes políticos.

Antes de dicho análisis, es conveniente retomar los postulados teóricos acerca de


los regímenes democráticos, presidencial y parlamentario para establecer sus
diferencias y contextualizarlos, posteriormente, en casos prácticos.
Tabla 2: Definiciones en torno a la democracia

Democracia
Autor Postulado
Jean-Jacques Rousseau La democracia converge hacia el bien común, es decir, de la suma
de los deseos individuales podemos establecer el papel de la
voluntad general
Joseph Schumpeter Establece el termino competencia de la élite por el gobierno: es
el método democrático donde existe un arreglo institucional para
llegar a decisiones políticas a través del voto del pueblo que les
confiere poder de decisión
Anthony Downs Sigue la misma línea de Schumpeter a través de los modelos
subsecuentes de la democracia donde dicha competición de
élites conduce a la moderación
Giovanni Sartori A través de la tipología de sistemas de partido que él propone,
establece dentro del ámbito democrático a los sistemas de partido
moderado y extremistas, variando en la cantidad de partidos
presentes y su posición ideológica
Robert Dahl Concibe el término “poliarquía” a aquellos sistemas que se acercan
al ideal democrático con base en las ocho garantías institucionales
propuestas
Adam Przeworski Sigue el postulado de Schumpeter y establece que el hecho de
escoger, a través de las elecciones, a mandatarios no asegura una
racionalidad en las decisiones, igualdad ni representación.
Fuente: Elaboración propia a través de (Tsebelis, 2006, pp. 90-93)

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En dicho estudio, es importante recalcar que varios postulados siguen la misma
línea trazada por la definición de Schumpeter. Dicha definición encontrada en los
postulados de Downs, Dahl y Przeworski se puede establecer bajo el esquema de
responsabilidad del gobierno frente al pueblo a través de diversas acciones que
garantizan las condiciones mínimas del régimen democrático.

Tsebelis, como una crítica a su texto, no ahonda mayormente en las características


de los regímenes no democráticos más allá de las cuestiones de la selección de los
liderazgos y que carecen de representación. Sin embargo, siguiendo las críticas
realizadas a Dahl por ser demasiado formalista, los regímenes de corte autoritario
resultan ser aquellos donde contemplan más un mayor crecimiento económico.

Esta tesis dependerá de las variables que consideremos como pertinentes y, en


efecto, en varios países a lo largo del tiempo lograron altas tasas de crecimiento sin
ser un régimen democrático. Dicha situación cambió a partir de los años setenta
donde la economía debía de dar un cambio estructural para abrirse a las promesas
del libre mercado que es, de hecho, compatible con una visión democrática liberal.

Mientras tanto, desde la definición de Schumpeter, se han ampliado más los


postulados referentes a las condiciones mínimas de la democracia. La más
concurrente en dichos postulados se refiere a las elecciones, es decir, a la
posibilidad de que a través de un proceso de elección de representantes por parte
de la ciudadanía sea un proceso inclusivo, libre y apegada a la norma respectiva.

De ahí partimos la base para sostener que dichas definiciones plantean a la


democracia en un sentido minimalista o procedimental y de ahí que otros postulados
no planteados por el autor tengan con base en la esfera social y económica. Dichas
tesis comprenden a la democracia en un sentido más global y profundo a pesar de
que su requerimiento requiere, en primer lugar, las bases procedimentales.
Por último, el esquema planteado tiende a un juego político donde se gana y se
pierde posiciones evitando así el desmoronamiento del sistema. Es una
conservación pacifica donde aquellos jugadores que pierden pueden ganar en la
siguiente ocasión y/u ocupar lugares en otras posiciones que permitan tener una
representación política.

Ahora, dichas definiciones de la democracia, por otra parte, es necesario


complementarlas con las nociones básicas del presidencialismo y parlamentarismo.
Ambos tienen, con base en determinadas características, ser democráticos y cuya
relación esencial se establece en la relación existente entre el poder ejecutivo y el
poder legislativo.
De nueva cuenta, nos proponemos a establecer los diferentes postulados
enmarcando las diferentes entre ambos modelos sistémicos con base en los autores
citados:
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1. La independencia o interdependencia política de las ramas ejecutiva y
legislativa:

Dicha variable nos permite conocer si hay independencia o interdependencia entre


las ramas ejecutiva y legislativa en ambos sistemas. Stepan y Skach nos mencionan
que el régimen parlamentario puro en una democracia es de dependencia mutua,
ya que el jefe del ejecutivo debe su voto de confianza al parlamento que es, de
hecho, quien controla al propio líder de dicha rama.
Mientras tanto en el presidencialismo es un sistema de independencia mutua, donde
el ejecutivo tiene su mandato derivado de la elección popular con periodo fijo, al
igual que el poder legislativo. En ambos, dada esa circunstancia procede su ámbito
de legitimidad.

Hay otros autores como Bageot, Linz, Lijphart, Shugart y Carey que establecen que
dichos mecanismos son esenciales para la distinción entre el parlamentarismo y el
presidencialismo.
2. Estabilidad y fortaleza de los sistemas en la democracia:

El debate lo abrió Juan Linz al postular que el parlamentarismo imparte flexibilidad


al proceso político y el presidencialismo lo es muy regido. Esto establece en cuanto
a la posibilidad de que, ante la presencia de un problema surgido al interior de la
acción del gobierno, el parlamento puede retirarle el voto de confianza mientras que
en el presidencialismo no existe una solución de problemas entre ambas ramas.

Dicho postulado es criticado por Horowitz, quien menciona que la tesis de Linz es
un argumento en contra de la elección por pluralidad y en favor de las coaliciones
parlamentarias. Es en este punto donde el autor considera que Horowitz ha
introducido la variable fundamental del número de jugadores con veto con presencia
real en las decisiones políticas.
Lo anterior lo complementamos con la tesis de Shugart y Carey que mencionan que
los poderes presidenciales fuertes son más proclives a llevar al colapso. Es
comprensible dicha postura ya que podemos estar en presencia de la siguiente
posibilidad:
“Los regímenes con presidentes legislativamente fuertes tienen un jugador adicional
con veto, permitiendo aumentar la estabilidad política. Como resultado, el régimen
puede ser incapaz de aplicar cambios políticos lo que, a la postre, llevaría a su
colapso”

3. El papel del sistema de partidos y de los partidos políticos:


Se dice, con plena claridad, que los sistemas presidencialistas no pueden lidiar con
sistemas multipartidistas ante la posibilidad de que, desde la presencia de tres
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partidos en adelante, sea más difícil realizar cambios al statu quo y la estabilidad
política se mantendrá. Sin embargo, dicha variable es necesaria complementarla
con la cohesión interna que tengan dichos partidos.

Dichos partidos y su grado de cohesión varían en cada sistema: generalmente,


podemos coincidir en que los partidos políticos más cohesivos se dan en los
sistemas parlamentarios y no en presidenciales. La confianza y mantenerse dentro
del sistema gubernamental de decisiones y acciones políticas es lo que genera esa
cohesión partidaria al interior del parlamento.

Sin embargo, no siempre ha sido así y depende del contexto sobre el cual estemos
analizando un estudio de caso. De ello, se desprende que, dependiendo el tema a
analizar al interior de los parlamentos, puede existir unidad o división de un
determinado partido y reconocer el grado de influencia que tienen los líderes de un
partido y sus representantes.
d) Visibilidad de las decisiones políticas:
La visibilidad de los diferentes actores y su influencia está oculta en los sistemas
parlamentarios y está descubierta en los sistemas presidenciales. Esto se debe a
que el último opera bajo la transparencia en el proceso de decisiones mientras que
el primero se le otorga la secrecía de las deliberaciones que se realicen en un
consejo de ministros.
e) Provisión de bienes públicos:

Se refiere a la manera en que se distribuyen los recursos emanados del presupuesto


público con tendencias a un beneficio político partidario. Esto generaría, como
consecuencia y siguiendo la línea de Linz, una representación de intereses
especiales, intereses localizados y la presencia de redes clientelares en un sistema
presidencialista.
Sin embargo, cabe mencionar que la propia dinámica al interior de los congresos
puede que, a pesar de la ineficiencia en la formulación de dicho presupuesto,
expandir una coalición al interior del congreso y hacerla a prueba de los vetos que
mande el ejecutivo. Aunado a ello, el autor no hace mayor referencia a la relación
entre el poder ejecutivo y legislativo en la materia dentro del sistema parlamentario.
f) El establecimiento de la agenda:

En el presidencialismo se establece sobre el monto del presupuesto y sobre la


distribución del mismo; su control está en otras instancias institucionales y del poder
legislativo. En materia de finanzas, invariablemente, tiene el ejecutivo un predominio
sobre el legislativo en ambos sistemas, aunque, de igual manera, dependerá el tema
para establecer quien establece y controla la agenda.

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En general, los postulados anteriormente mencionados dictaminan que la
democracia sobrevive mejor bajo el parlamentarismo que bajo el presidencialismo,
sin embargo, es importante hacer énfasis que dependiendo del país y de su modelo
institucional que analicemos, nos permita establecer inferencias y no
generalizaciones ya que estas bases arrojarán mejores conclusiones.

En otro orden de ideas, complementando lo anterior, es importante establecer la


perspectiva de los jugadores con veto sobre el proceso de producción de leyes. Esta
perspectiva se realiza a través de las siguientes cuatro preguntas de análisis:

 ¿Cómo son seleccionados los jugadores con veto? (A)


 ¿Quiénes son los jugadores con veto? (B)
 ¿Quién controla la agenda legislativa? (C)
 Si son jugadores colectivos, ¿bajo qué reglas decide cada uno de ellos? (D)
Dichos análisis de presentan, brevemente, en el siguiente cuadro.
Tabla 2: Perspectiva de los jugadores con veto en diferentes sistemas
Pregunta R. Autoritario S. Presidencial S. Parlamentario

Su distinción se establece en cuanto a que dichos jugadores son decididos por


A competencia entre las élites, por votos o mediante algún otro proceso

Son divididos en dos tipos de jugadores: el jugador con veto institucional es


aquel que la propia constitución específica y cuyas propiedades pueden variar
B y el jugador con veto partidario que surge de la dinámica del propio juego
político, implicando un mayor número de partidos.
Ley hacendaría la controla el ejecutivo; las leyes no
hacendarias en un s. parlamentario el gobierno hace la
C N/A propuesta al parlamento y en los sistemas
presidenciales el parlamento hace la propuesta al
ejecutivo para aceptarla o vetarla.

Se menciona que los partidos más disciplinados son en


los sistemas parlamentarios que en los presidenciales,
D N/A
aunque varía conforme a la evidencia empírica de casos de
estudios.

Fuente: Elaboración propia con base en (Tsebelis, 2006, pp. 101-112)

Derivado de lo anterior, Tsebelis establece que, aunque puede haber similitudes


entre los regímenes no democrático, presidencial y parlamentario en cuanto al
número de jugadores con veto y las distancias ideológicas entre estos, hay
diferencias en el establecimiento de la agenda y la cohesión de los partidos
existentes en ambos sistemas.

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En cuanto al primer punto, depende si los jugadores con veto se eligen por la
competencia entre las elites, por el voto o mediante algún otro proceso. Con ello, se
infiere que la creencia de que en los regímenes autoritarios no necesariamente
cuenta con un solo jugador con veto y que dicha pregunta no contempla el aspecto
de la representación ni otras variables más profundas sobre el funcionamiento de
un jugador en el proceso de negociación de una nueva política.

Mientras tanto, en el segundo punto se vuelve a reafirmar el significado de jugadores


institucionales (contemplados en la ley fundamental) y los jugadores partidarios (su
origen está circunscrito en la dinámica del ejercicio político). Sus diferencias radican
en que el número de jugadores con veto puede cambiar en un país o que el mismo
país puede tener constelaciones de jugadores con veto.

En el tercer punto, partida para la diferenciación entre los sistemas presidencial y


parlamentario, dependerá si se trata de una ley referente a las finanzas y los temas
hacendarios (donde el ejecutivo es el que propone al congreso el presupuesto de
ingresos y egresos) o de una propuesta de ley donde varía el establecedor de la
agenda en los sistemas mencionados.

Cabe mencionar un elemento importante al respecto: el parlamento en un sistema


parlamentario es fuerte cuando se le propone una ley no financiera ya que el
congreso puede retirar el respaldo hacia el gobierno y sustituirlo. En cambio, si el
poder presidencial es fuerte es debido a sus decretos ejecutivos y el poder para
decidir asuntos sobre la política interna y externa del país.

Esta diferenciación permite establecer una generalización que debe constatarse en


casos prácticos ya que, como veremos en el siguiente apartado, no siempre resulta
así en todos los países. Mientras tanto, las facultades del parlamento y del
presidente en ambos sistemas determina en buena medida el grado de influencia
en el establecimiento de la agenda y su posterior resolución.

En cuanto al último punto, varia la disciplina de los partidos como jugadores con
veto si atendemos al voto personal que permite aumentar la estabilidad política al
no contar con un bloque unificado, pero, en los sistemas presidenciales, puede ser
benéfico al contar con una posibilidad de convencer a dicho grupo que vote a favor
de sus iniciativas y propuestas.

En general, las anteriores bases nos permitirán remontarnos al último aspecto del
presente ensayo donde pondremos en práctica, bajo el esquema de análisis de
política comparada, las variables presentadas. Con ello, veremos si se establecen
generalizaciones o es más importante el contexto que cada país ha moldeado en
su constitución y su práctica política sobre las actividades de los jugadores con veto
presentes en los países.

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Análisis práctico: gobiernos y parlamentos en diferentes contextos

En este último apartado de análisis sobre los jugadores con veto se hará mayor
énfasis en el establecimiento de la agenda dentro de los sistemas parlamentarios,
principalmente hablando, bajo premisas no tradicionales de análisis teórico y
empírico. Dichas variables o diferencias, con las cuales parto, son las siguientes:

 De carácter POSICIONAL: es decir, de la distancia ideológica entre el


gobierno y los partidos con representación el parlamento.
 En torno a las DISPOSICIONES INSTITUCIONALES: nos permite conocer
al gobierno que propone sus proyectos legislativos y hacer que dichos
proyectos sean discutidos y aprobados en el seno del parlamento.

En cuanto a las diferencias, es importante destacar que Tsebelis, siguiendo la


contralógica de las premisas básicas del análisis político, se enfoca su análisis en
las características de los gobiernos, el establecimiento de la agenda perteneciente
al gobierno y a las interacciones que existen entre el gobierno y el parlamento
implicando una serie de reglas del establecimiento de la agenda.

Siguiendo esta base, sobre la primera variable definida en torno a la posición de los
actores o jugadores con veto, se reconoce que en los sistemas parlamentarios es
el gobierno quien controla la agenda para los temas no financieros ya que su
capacidad de asociar un voto sobre un proyecto es, a la vez, una pregunta sobre la
confianza que tiene el parlamento sobre dicho gobierno.

Ante dicha situación, los miembros del partido que controle el gobierno se verán
obligados a aprobar dichas reformas y cuya consecuencia de no realizarlo implicaría
la caída de dicho gobierno, a pesar de la posibilidad de que existan restricciones en
la agenda propuesta o la realización de modificaciones dentro del parlamento para
que dicha agenda logre ser aprobada.

De ello se desprenden tres posibles configuraciones en torno a la relación entre el


gobierno y el parlamento:

1. Coaliciones de ganancia mínima: Es el caso más frecuente donde el


gobierno coincide con la mayoría en el parlamento y, por ende, no hay
desacuerdos importantes y cuyas excepciones radican en el grado de
fortaleza que tengan dichos partidos en el gobierno y su presencia en el
parlamento.
2. Coaliciones de tamaño exagerado: Se obtiene una gran mayoría más que
necesaria para aprobar proyectos de ley y su base reside tanto en términos
numéricos, pero también en la relación entre todos los socios que estén
implicados en dicha coalición. En síntesis, es una relación más débil ya que
no tienen que sostenerse los miembros minoritarios en cada situación y

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usualmente se utiliza para reformas que necesitan ser aprobadas por
mayoría calificada.
3. Gobiernos minoritarios: Son más comunes en sistemas multipartidistas y
en gobiernos de un solo partido que pueden establecer su agenda y tienen
la capacidad para ello. Sin embargo, dicha mayoría es simple que está
propensa a sufrir derrotas graves y cuyo remedio es su posición central
dentro del diálogo, propuesta y aprobación de las normas.

De ello podemos partir a las ventajas institucionales; dichas ventajas son más
esenciales en gobiernos que no tengan una mayoría estable en el parlamento y
harán uso frecuente del establecimiento de la agenda para mantener en
funcionamiento el gobierno. Un ejemplo de ello es el mecanismo de “combatir el
fuego con fuego”, donde la aprobación de una enmienda no resultaría una derrota
para el establecedor de la agenda.

Dichos preceptos debemos aplicarlos a los medios constitucionales del


establecimiento de la agenda. Los medios constitucionales pueden permitir al
gobierno controlar al parlamento en el establecimiento de la agenda o mediar la
intervención de ambos entes en la estructuración de dicha agenda; lo anterior,
reitero, depende del contexto constitucional que tenga cada país.

Es en este punto donde vincularé los ejemplos de Doering, a través de Tsebelis,


con los análisis propuestos de Escamilla Cadena y Sánchez Gayosso. Si bien es
cierto que el autor se enfoca en los sistemas parlamentarios, es impetuoso
compararlos con la región latinoamericana que es, en su mayoría, un sistema
presidencial, logrando así abarcar los dos modelos de sistema de gobierno.
a) Autoridad para determinar la agenda plenaria del parlamento
*El gobierno establece su propia agenda: Reino Unido e Irlanda.

*Reuniones de comités con el presidente, el gobierno tiene mayoría más grande


que su porción de asientos en la cámara: Francia y Grecia.

*Decisión por regla de mayoría en reunión de las comisiones con el presidente:


Luxemburgo, Portugal y Suiza.
*Consenso de los grupos de partidos buscando en la reunión del comité con el
presidente, pero la mayoría plenaria puede votar en contra: Austria, Bélgica,
Alemania, Noruega y España.
*Cámara no puede impugnar la decisión del presidente después de consultar a los
partidos: Dinamarca, Finlandia, Islandia y Suecia.
*La fragmentación del establecimiento de la agenda se da si no hay votación
unánime de los líderes partidarios: Italia.
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*Cámara determina la agenda: Holanda.

La mayor parte de los países europeos establece la agenda con base en que el
propio congreso haga modificaciones o tenga el ejecutivo que escuchar a los
partidos representados en el mismo. De ahí se parte que la postura que hace
Tsebelis es necesaria complementarla en un mecanismo de sistema de pesos y
contrapesos que, en la gran mayoría de los países, persiste al momento de dar a
conocer una iniciativa.
b) Proyectos de leyes hacendarias como prerrogativa del gobierno

Todos los países europeos analizados cuentan dicha prerrogativa perteneciente al


gobierno y, en el texto constitucional, se tienen expresados en varios de ellos los
límites o vedas a que el congreso pueda presentar proyectos sobre las leyes fiscales
o hacendarias como lo es Reino Unido, Francia, Irlanda, España y Portugal. En los
demás países se les confiere alguna participación dentro de las leyes económicas.

c) ¿Está restringida la etapa de un proyecto de ley en comités por una


decisión plenaria anterior?

La importancia de los comités depende si éstos consideran un proyecto antes o


después de presentar la iniciativa en el parlamento. Como resultado del análisis de
Doering, se considera que la mayoría de los países permiten a comités desempeñar
un papel considerablemente importante en el proceso legislativo.

d) Autoridad de comités para volver a redactar los proyectos de ley del


gobierno

Se desprende de esta variable la cuestión sobre qué texto tiene que analizar la
cámara, para lo cual se presentan las siguientes posibilidades:
*La cámara considera un proyecto de ley original del gobierno en enmiendas
agregadas: Dinamarca, Francia, Irlanda, Holanda y Reino Unido.

*Si dicho texto no es aceptado por el ministro pertinente, la cámara considera el


proyecto de ley original: Grecia.

*Los comités pueden presentar textos sustitutos, comparándolos con el texto


original: Austria, Luxemburgo y Portugal.

*Los comités están en libertad de redactar de nuevo el texto del gobierno: Bélgica,
Finlandia, Alemania, Islandia, Italia, Noruega, España, Suecia y Suiza.

Derivado de lo anterior, es posible establecer que, en 12 de los 18 países europeos


analizados, persiste cierto sistema de pesos y contrapesos y, por ende, la
involucración de jugadores con veto institucionales y partidarios. El hecho esencial
es que la propuesta enviada por el ejecutivo en la mayoría de los países está
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dependiendo de la actividad de los comités revisores, los cuales, tienen la potestad
de presentar textos sustitutos o de formar uno nuevo.
e) Control del calendario en los comités legislativos
De ello se desprenden cuatro posibilidades:
*Proyectos de ley son presentados a la comisión y que automáticamente constituyen
la agenda: Finlandia, Irlanda y Reino Unido.

*La autoridad directiva de la entidad plenaria con el derecho de revocación: Austria,


España, Grecia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal y España.
*Propios comités establecen su agenda, pero existe el derecho de revocación de la
parte de la plenaria: Bélgica, Alemania, Suiza.
*La cámara no remite los proyectos de ley a otros comités: Dinamarca, Islandia,
Holanda y Suecia.

Se hace énfasis en si el calendario de discusión es establecido por el comité


encargado del tema o por la entidad plenaria principal, además de la participación
de dicho comité en el proceso legislativo de elaboración de las leyes. Como hemos
de ver, en once de los dieciocho países europeos analizados existe una
preponderante participación de las comisiones en la elaboración de las leyes y, de
tal manera, en la formación de la agenda gubernamental.

f) Abreviar el debate antes de la votación final de un proyecto de ley en la


plenaria

En este punto se hace referencia a la forma de votación en el pleno del parlamento


y en los tiempos que el debate se pueda establecer antes de dicha votación.
Tenemos, de hecho, tres posibilidades al respecto:
*Limitación por adelante mediante voto mayoritario: Francia, Grecia, Irlanda y
Reino Unido.
*Organización por adelantado del debate mediante acuerdo mutuo entre partidos:
Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega,
Portugal, España y Suiza.
*Ninguna limitación por adelantado ni cierre: Finlandia, Holanda y Suecia.

En once de los dieciocho países de la región europea analizada presentan que para
que haya un debate o no entre partidos dentro del parlamento es necesario el
acuerdo entre los partidos representados en dicho órgano legislativo. Nuevamente
podría considerarse como un elemento de contrapeso a una aprobación rápida y sin
discusión de cualquier cambio al statu quo de la política.

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g) Vida máxima de un proyecto de ley pendiente de aprobación, después
de lo cual prescribe si no se adopta

Este último punto hace referencia en cuanto a la presencia del proyecto de ley
dentro del parlamento, a lo cual Tsebelis considera que cuanto más corta se la vida
de dicho proyecto si el parlamento no la adopta, más imperativo y fuerte es el
establecimiento de la agenda del gobierno; su duración varía de un país a otro y
cuyas posibilidades son las siguientes:
*Los proyectos de ley mueren al final de la sesión, es decir, de a 6 meses a un año:
Dinamarca, Islandia y Reino Unido.
*Los proyectos de ley expiran al final del término legislativo entre cuatro y cinco
años: Austria, Finlandia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Noruega y España.

*Los proyectos de ley expiran al final del periodo legislativo, pero pueden durar más:
Bélgica, Francia y Portugal.
*Los proyectos de ley nunca prescriben: Luxemburgo, Holanda, Suecia y Suiza.

Derivado de lo anterior, quince de dieciocho países contemplan una duración mayor


a la que establece formalmente los periodos de sesiones dentro del parlamento. De
esos quinces, sólo tres expresan que nunca expiran siempre y cuando no hayan
sido rechazados por una votación, lo cual, en términos reales, es interesante ver la
producción legislativa en estos casos y el desahogo de los asuntos pendientes.

En su conjunto, es el caso del Reino Unido que posee un mayor índice de control
de agenda de los países europeos analizados mientras que Holanda tiene un menor
índice de control de dicha agenda. Estos índices, en conjunto con los postulados de
Arend Lijphart sobre la duración del gobierno y el predominio ejecutivo, demuestran
que los ejecutivos que tienen bajo su mando la agenda de gobierno son los que
duran por más tiempo y tienen una predominancia sobre otros entes de decisión.

En términos generales, el análisis retomado por Tsebelis carece de un sustento


comparativo con respecto de los sistemas presidenciales. Es por ello que, a modo
de complemento, deseo utilizar los análisis de Escamilla Cadena y Sánchez
Gayosso donde se analiza las propias facultades del ejecutivo y sus tasas e índices
de aprobación de la agenda del presidente en los países latinoamericanos.
Dichas facultades son: de iniciativa exclusiva y preferente, el veto total, parcial y/o
de bolsillo, el decreto, el poder de bolsa, delegación legislativa, el poder de
convocatoria para referendum y los poderes de emergencia (Escamilla Cadena &
Sánchez Gayosso, 2016, pp. 113-114). Su análisis se concentra en el análisis de
las leyes fundamentales de la región y su posibilidad de ser aplicadas dichas
prerrogativas en el ejercicio del poder político.

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En dicho análisis, los presidentes o el poder ejecutivo que tienen menos poderes
son Argentina, Brasil, Bolivia, El Salvador, República Dominicana, Uruguay,
Venezuela y Guatemala, mientras que los más poderosos son Colombia, Perú,
Chile, México, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Honduras, Nicaragua y
Panamá.

Su análisis genera un resultado importante: mientras que Guatemala es el país que


tiene un poder más débil en comparación con los demás países de la región, es
Colombia quien tiene un poder más fuerte. Esta situación, claro está, que no implica
en la práctica que sean los países más fuertes en su ejecutivo y, por ende, que
dichos gobiernos no sufran crisis o problemas institucionales en su ejercicio.

Además, cabe mencionar que los poderes presidenciales en América Latina tienen
un derivado de presidencialismo democrático con resabios del viejo autoritarismo
anterior a la tercera ola democrática de los años setenta. Es en este sentido, que
varios de los poderes ejecutivos han tenido bloqueos en su agenda dentro del
congreso más no es una razón para su renuncia o destitución como en el sistema
parlamentario.

Esta breve comparación permite comprender, a grandes rasgos, cuáles son las
inferencias entre ambos sistemas y cuya respuesta que se le da en el presente
ensayo es la reflexión de comparación bajo el análisis de caso por caso para obtener
una radiografía completa sobre el ejercicio y la dinámica establecida entre el poder
ejecutivo y legislativo en ambos sistemas de gobierno.

A modo de conclusión del presente apartado y como una defensa del método de
Tsebelis, se compara la teoría de los jugadores con veto respecto a: a) el sistema
de partidos de Duverger y Sartori, b) El establecimiento de la agenda de Laver y
Shepsle y c) La interacción entre el legislativo y el ejecutivo en cuanto a la duración
del último en los sistemas parlamentarios.
a) El número de partidos en el parlamento:

Mientras que para Duverger el sistema de partidos de un determinado país fue el


resultado de la configuración del sistema electoral y para Sartori, a través de su
tipología, establece un modelo de pluralismo moderado y polarizado, ambos
planteamientos ignoran el proceso del papel del gobierno para promover una
legislación determinada.
b) La discreción ministerial:

Tanto la postura de Tsebelis como de Laver y Shepsle comparten el factor del


establecimiento de la agenda, sin embargo, difieren en cuanto a la identidad del que
establece dicha agenda. Dependiendo el contexto, puede ser el ministro o el propio

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jefe del ejecutivo quien establece dicha agenda y, con ello, varía el proceso de
análisis, discusión, negociación y aprobación de la agenda gubernamental.

c) ¿La duración del gobierno o el establecimiento de la agenda definen el


predominio del ejecutivo?:

Para Tsebelis, el predominio de la agenda del ejecutivo se debe a una cuestión


posicional o institucional de negociación con otros actores con veto que se ha
definido anteriormente. Sin embargo, Lijphart establece el término “predominio
ejecutivo” a través de la durabilidad del gabinete y del gobierno a través de los
acontecimientos que ocurren en dichos gobiernos durante su análisis.

Para el primero, el predominio del ejecutivo no reside esencialmente en cuanto a la


durabilidad sino en la capacidad del gobierno para hacer sus propuestas y que las
mismas sean aceptadas. Lijphart ve el aspecto en primera instancia mientras que
Tsebelis busca el fondo del por qué la durabilidad de dicho gobierno en un sistema
parlamentario.
En términos generales, lo que hemos visto en la totalidad de este apartado es la
dinámica en que los gobiernos interactúan con sus parlamentos, dando como
resultado una coalición de ganancia mínima, donde tanto en el parlamento como en
el propio gobierno son miembros del mismo partido y, por ende, no deben existir
grandes problemas.

Sin embargo, los gobiernos minoritarios tienen el problema de establecer una


negociación con otros jugadores con veto que pueden representar el sistema de
pesos y contrapesos de todo régimen democrático. Las coaliciones de tamaño
exagerado, por otro lado, puede hacer a un lado a aquellos partidos pequeños que
no sean necesarios pero cuyo aspecto esencial sería negativo para la misma
coalición.

De igual manera, vimos y contrastamos la dinámica que persiste entre el ejecutivo


y el parlamento con la presencia de diversos jugadores con veto y cuya dinámica
varía de país en país. No es posible, por ende, establecer generalizaciones para
determinar el predominio de uno a otro si no es un estudio profundo de caso por
caso para lograr una imagen más completa del análisis político requerido.

Finalmente, es necesario puntualizar que el análisis de Tsebelis ignora en muchos


aspectos al esquema presidencial y, a modo personal, ignora algunas variables del
parlamentarismo. En cuanto al primero, es un esquema donde la agenda de
gobierno la propone el ejecutivo, pero puede ser rechazada por el legislativo y este
último tener una mayor acción en cuanto a las propuestas alternativas; en cuanto al
segundo, dependerá de las circunstancias que rodean a gobernante que obtenga o
no el apoyo del parlamento.

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Conclusiones

El presente ensayo buscó establecer, de manera general y breve, los postulados de


Tsebelis que son, de hecho, contrarios a los postulados tradicionales de análisis
político en torno a la relación entre poderes y las diferencias de los sistemas no
democráticos, presidenciales y parlamentarios en los diferentes países que aporta
su texto y en comparación con la región latinoamericana.

La variable que el introduce son los jugadores con veto que son, de hecho, los que
pueden determinar el éxito o el fracaso de cualquier propuesta de cambio de
políticas gubernamentales (statu quo y estabilidad política). Dichos jugadores,
fundamentalmente, son partidos políticos o grupos políticos organizados que tienen
injerencia en el proceso de negociación y decisión políticas.

Cabe mencionar que las dinámicas de dichos jugadores con veto tienen una
importancia real en el establecimiento de la agenda y todo varía en la composición
que tengan dichos jugadores en el proceso de negociación de la misma. Pueden
dar pie al avance o al obstaculizar las propuestas del ejecutivo y más en
circunstancias donde se requiere una determinada mayoría para aprobar la
propuesta.

Dichos argumentos quedaron expresados en el primer apartado con los ejemplos


del caso mexicano para obtener una mayor claridad al respecto. Dicha dinámica, al
son de los casos presentados en el libro, demuestran que son diferentes los casos
en que los jugadores con veto tienen presencia real en la toma de decisiones entre
los diferentes tipos de regímenes.

La conclusión que se puede expresar en este caso es que, nuevamente, es


necesario revisar caso por caso para obtener generalizaciones o inferencias que
permitan comprender el fenómeno de los jugadores con veto con mayor eficacia y
eficiencia. Dicha dinámica, de igual manera, puede cambiar entre regímenes, pero,
a su vez, hay ciertas coincidencias que permiten corroborar lo anteriormente dicho.

Este texto, como conclusión particular, al intentar introducir la variable de jugadores


con veto y no complementarlo con los análisis tradicionales comete un error
fundamental: su postulado debe ser complementado con los análisis tradicionales
para expresar, con mayor profundidad, el porqué de las decisiones y la dinámica en
todos los sistemas de gobierno a nivel mundial.

Además, dicho texto resulta un poco ambiguo al intentar expresar, a través de un


lenguaje más técnico, las propuestas de los jugadores con veto. Dicho lenguaje
hace más complejo su entendimiento, sin embargo, al tener los ejemplos que
pudieran ser parte de sus postulados puede ser más comprensible a los ojos del
lector letrado e iletrado en materia política.

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