La mayor parte de la población mundial se convirtió en víctima de aquellos cuya
superioridad económica, tecnológica y, por tanto, militar era indiscutible incuestionable: las economías y estados de la Europa central y del noroeste, y los países colonizados por sus emigrantes. En el istmo de Panamá, la intromisión de las potencias desarrolladas fuera más directa, México, la víctima principal de la agresión norteamericana de 1847. Europa descubrió en esta región subdesarrollada productos dignos de importar como el guano del Perú, tabaco en Cuba, algodón en Brasil, café, nitratos de Perú. Con la inversión de capital extranjero comenzó a desarrollarse la infraestructura del continente: ferrocarriles, instalaciones portuarias, servicios públicos.
A partir de 1870, el positivismo de Auguste Comte penetró en Brasil, en menor
medida en México. En el tercer cuarto del S. XIX, América Latina tomó el camino de la “occidentalización”, en su forma burguesa y liberal con mayor ahínco. La India: los británicos se esforzaban por “occidentalizarlos”, pero los británicos abandonaron en el intento de occidentalizarlos por dos motivos: -los indios eran un pueblo sometido cuya función no consistía en competir con el capitalismo británico. Gran diferencia entre las formas de vida de los británicos con las formas de vida de los 190 millones de indios en 1871. La occidentalización originaría la jefatura, las ideologías y los programas de lucha de liberación de la India. La minoría occidentalizada vio en los británicos un ejemplo y el acceso a nuevas posibilidades. Entre los años 1857-1858 se produjo un gran levantamiento en el norte de las llanuras indias y que en la tradición histórica británica se conoce desde entonces como “insurrección británica”, provocó la caída de la vieja Compañía de las Indias Occidentales. La insurrección se reprimió con una carnicería, pero sirvió de aviso a los británicos. En la minoría selecta india surgiría la nueva clase media india: el producto de la sociedad colonial, a veces sus verdaderos,siervos. Egipto: principado independiente, predestinado a ser víctima como consecuencia de su riqueza agrícola y situación estratégica. Sería una economía de exportación agrícola de trigo y algodón al comercio capitalista. La posición de Egipto resultó ser crucial con la construcción del canal de Suez. Los británicos surgieron como nuevos gobernantes del país en la década de 1880.El árabe sustituyó al turco como idioma oficial, reforzando la poderosa posición de Egipto. China: protagonizó una de las mayores revoluciones del S. XIX, la insurrección de los Taiping en China (1850-1866), régimen de revolución social cuyo mayor apoyo radicaba en las masas populares y en el que dominaban las ideas de igualdad taoístas, budistas y cristianas. Quienes vivían en colonias conquistadas, dominadas o administradas por Occidente. no tenían mucha opción: sus conquistadores determinaban su suerte. Los gobernadores de China y Egipto rechazaron toda política de resistencia nacional y prefirieron depender de Occidente., que le mantenía en el poder. Estas políticas fracasaron, en Egipto se halló pronto bajo el control directo de sus conquistadores, China fue cada vez más un barco abandonado camino de la desintegración y puesto que los regímenes existentes y sus gobernantes habían optado por la independencia de Occidente, es improbable que las reformas nacionalistas hubieran logrado su propósito, ya que la revolución era la condición previa del éxito. Pero aún no se había llegado a ese momento.
Por eso lo que hoy se denomina Tercer Mundo o países subdesarrollados se
hallaban a merced de Occidente, son sus desvalidas víctimas. La occidentalización era la única solución, y si eso no solo significaba el aprendizaje y la imitación de lo extranjero, sino la aceptación de su alianza frente a las fuerzas locales del tradicionalismo, o sea, su dominio, entonces había que pagar el precio.
Es un error considerar a tales apasionados modernizadores a la luz de los
posteriores movimientos nacionalistas y tratarlos sencillamente de traidores y de agentes del imperialismo extranjero. Quizá creyeron que los extranjeros, al margen de su calidad de invencibles, les ayudarían a acabar con la sofocante opresión de la tradición y consecuentemente podrían crear a la larga una sociedad capaz de enfrentarse a Occidente. La minoría selecta mexicana de la década de 1860 era pro extranjera debido a que desesperaba de su país. Con todo, cualesquiera que fuesen las expectativas finales en el presente inmediato el resultado más obvio de la conquista occidental era la pérdida del viejo mundo sin ninguna ganancia de uno nuevo lo que daba una peculiar melancolía a la actual miseria del hindú y a los demás pueblos victimas de Occidente. Mientras que las ganancias eran difíciles de disentir en el tercer cuarto del siglo XIX, las perdidas eran demasiado evidentes. En el lado positivo estaban los barcos de vapor, los ferrocarriles y los telégrafos, los pequeños círculos de intelectuales de educación occidental, los grupos aún más reducidos de terratenientes y negociantes locales que amasaron enormes fortunas debido a su control de las fuentes de exportación y por disponer de los prestamos extranjeros, como los hacendados de América Latina o por su condición de intermediarios para los negocios extranjeros. Existía comunicación tanto material como cultural. En algunas regiones determinadas crecía la producción exportable, aunque todavía no a gran escala. En algunas áreas administradas directamente por el gobierno colonial y como puede ser demostrado el orden reemplazo al desorden público, la seguridad a la inseguridad.