Sei sulla pagina 1di 3

TEMA CÉLULA PAÍS AGOSTO 2019

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL CRISTIANO

Pídales a sus discípulos que busquen Mateo 5:13-16, y tan pronto lo tengan todos, solicíteles
que a la voz de tres lo lean al unísono.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve
más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del
mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y
se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.” (Mateo 5:13-16)

Pregúnteles características de la sal y de la luz (escuche sus intervenciones).

Decíamos el mes anterior que la gloria de Dios no es solo ver respuestas asombrosas en algo
que hemos venido pidiendo, la gloria de Dios se manifiesta en nuestra vida viviendo la obra
salvadora de la sanidad total, y se materializa completamente cuando nos volvemos
instrumentos de esa gloria, llevando el mensaje de salvación, y cumpliendo la gran comisión.
Por eso, como hijos de Dios y cómo célula, no podemos eludir nuestra responsabilidad ante la crisis social
que vive nuestro país.

Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre los apóstoles en el aposento alto, Él comenzó a
actuar “en” y “a través” de ellos y de la vida de muchos hombres y mujeres, haciendo señales
(Hechos 5:15-16), las cuales eran hechas por los apóstoles afuera, tal como el Señor las
ejecutó, en medio del pueblo.
(En esta instancia se divide la célula en cuatro y a cada grupo se le entrega uno de los siguientes 4
puntos, tendrán 15 minutos para estudiarlo y se les pide que escojan uno de cada grupo para luego
hacer la exposición a sus compañeros de lo aprendido)

1. Los apóstoles daban testimonio en medio del pueblo (2 Corintios 4:6)

(Hechos 246-47) Los discípulos tenían el favor de todo el pueblo; esto nos indica que ellos se mantenían en
medio de la población, pues como enviados debían estar con aquellos a quienes habían sido enviados. Las
señales eran hechas afuera, tal como el Señor los ejecutó, en medio del pueblo. Esto es muy distinto a lo que
sucede con muchos hijos de Dios hoy en día; se separan del mundo para mantenerse “puros”, pero no se
apartan de sus costumbres. Esto realmente es contradictorio.

Los apóstoles no se quedaban encerrados esperando que el Espíritu Santo los visitara: salían a enseñar y
predicar todos los días en el templo, en las calles, uno a uno y casa por casa; y en todos los sitios se
manifestaba el Espíritu Santo, eran revestidos de poder para enseñar y predicar la resurrección de Jesucristo
y Dios extendía su mano para hacer señales y prodigios (Hechos 4:29-30).

La iglesia manifestaba la unidad de Dios (Hechos 5:11-12), el pueblo la veía y muchos se añadían, esta se
manifestaba afuera, en la calle, en región de sombra de muerte.

2. Eran luz y sal en el mundo

La iglesia ha de estar donde el Señor estuvo, moviéndose en todas partes. Por lo tanto el cuerpo de Cristo no
es estático, no se enquista, no se enraíza en el mundo, se mueve literalmente por todas partes.
La cabeza ordena al cuerpo que es lo que tiene que hacer, cuando este no lo hace, sucede una “disfunción”, o
un defecto. Esto es lo que sucede muchas veces con la iglesia como cuerpo de Cristo (que es la Cabeza),
pues no le obedece, sino que hace lo que quiere; generando una iglesia defectuosa, discapacitada, y sufre de
minusvalía, pues le da miedo enfrentarse al mundo, no sabe desenvolverse en él, y prefiere quedarse
encerrada en un edificio, montando un espectáculo y tocando las campanas para que la gente venga.

La iglesia es la “sal” de la tierra, pero la sal para que de sabor tiene que ser dispersada y como luz debe
resplandecer en la oscuridad.

3. Hablaban con denuedo la palabra de Dios

Hechos 3:1-10 nos relatan la historia del cojo sanado a través de Pedro y Juan, un hecho muy notorio, pues
todo el mundo conocía a este hombre con su condición especial desde su nacimiento. Este testimonio público
les trajo a los apóstoles un enfrentamiento con los que representaban la autoridad civil, legal y religiosa de la
época (Efesios 4:1-8), personas altamente calificadas en todo lo que tenía que ver con la doctrina, pero
también eran los más incrédulos, que además detestaban a Pedro y a Juan.

En este escenario tan hostil ¿Con qué armas contaban los apóstoles? ¿Su experiencia? ¿Su conocimiento?
No. Ellos no tenían un arma, sino a “una persona”, el Espíritu Santo, que les había sido dado. Ante las
circunstancias, estaban en desventaja, pero gracias a la promesa del Padre, el Espíritu Santo, eran mayoría.
Por eso Pedro no se defendió, porque su respaldo era el Espíritu de Dios, quien no nos pone a la defensiva
sino a dar testimonio. En lugar de concentrarse exclusivamente en la sanidad, se dedicó a compartirles de
Jesucristo (Hechos 4:10-12). Bajo la unción, Dios les dio denuedo (valentía, osadía para hablar y actuar),
entonces los gobernantes y sacerdotes tuvieron que reconocer que ellos habían estado con el Señor Jesús
(Hechos 4:13).
Cuando vivimos por gracia, asumimos el mandato de Dios, y por la llenura del Espíritu Santo nos volvemos
esforzados y valientes. El único testimonio creíble es el del Espíritu de Dios; solo si estamos llenos de Él, nos
pueden creer.

4. Les seguían las señales

Ante la rotunda evidencia de la sanidad de este cojo de nacimiento, los gobernantes y los ancianos no podían
decir nada en contra (Hechos 4:14-16).

Las señales siguen a los hombres y mujeres de fe (Marcos 16:17), a los que creen en Dios. La vida de
emociones nos lleva a seguir señales, pero la vida de fe lleva a que las señales nos sigan, ¿Cuál de estos dos
estilos de vida queremos vivir?

Miremos cuales son las características de las señales en la Biblia:


 Son incontrovertibles (Hechos 4:14), los más grandes incrédulos y señaladores no las pueden
controvertir, se quedan callados.
 Son manifiestas (Hechos 4:15-16). El testimonio de un hombre o mujer de fe no se queda en el marco
teórico, no se queda solo en las palabras, sino que se manifiesta con señal ante los incrédulos.
 Son hechas por los hombres y mujeres de fe: no se hacen por sí mismas, ellos entienden que son los
enviados del Señor Jesucristo.
 Son notorias (Hechos 4:16).
 Son innegables. Ante tal evidencia nadie podía decir nada (Hechos 4:16).

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

El Señor Jesús no iba a un lugar a hacer señales. Iba a enseñar, y las señales lo seguían siempre. Éstas se
llevaban a cabo no en un recinto cerrado o con sus discípulos, sino donde él estuviera. Como hijos de Dios,
apóstoles, nuestro parámetro es la vida del Señor y de sus discípulos; es decir, los cuatro evangelios y el libro
de los Hechos. Como ellos, estamos llamados a que las señales nos sigan y se manifiesten, no en un distrito,
ni en el grupo de cristianos, sino en un monte, a la orilla de un lago, en la calle, en la empresa, es decir, donde
vayamos. La vida en el Espíritu consiste en que las señales nos sigan allí donde somos esforzados y
valientes.

Reflexionemos:
 Frente a los cuatro puntos estudiados ¿Cómo esta nuestra vida?
 ¿Cuál será nuestra ruta de acción para asumir con mayor ahínco esa responsabilidad
social, teniendo el ejemplo de Jesús y los apóstoles?

Con base en los cuatro puntos estudiados, llevar a nuestros discípulos a orar al Señor para que
vivamos según su ejemplo y el de los apóstoles, para ser respuesta a la crisis social de
nuestros territorios y países. (canción sugerida, luz y Sal de FunKy
https://www.youtube.com/watch?v=oEigYARqj_Y)

Llevar, en esta semana, la palabra de Dios a otros, permitiendo que el Señor use nuestra vida
para que otros reciban respuestas de Dios a su vida (Como lo hizo Jesús con la mujer
Samaritana en Juan 4).

Potrebbero piacerti anche