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conceptos psicoanalíticos
Osvaldo L. Delgado
(compilador)
Autores
Osvaldo L. Delgado, Kuky Mildiner, Silvia Pino,
Marisa Moretto, María de los Ángeles Córdoba,
Adriana Lafogiannis, Damasia Amadeo de Freda,
Mercedes Simonovich, Abigail losovich,
Griselda Enrico, Federico Giachetti,
Leticia Scharager y Natalia L. Contarbio
Comité Editorial
Constituido conforme la citada Resolución
1. Psicoanálisis. l. Mildiner, Kuky 11. Pino, Silvia 111. Delgado, Osvaldo, comp. IV.
Esquive!, Juan Ventura, ed. V. Pérez, Héctor O., ilus. VI. Maese, Gerardo L.L.,
prolog. VII. Título.
150.195
A Javier Aramburu,
por una transferencia de trabajo que perdura.
Realización del interior y tapas Héctor Osvaltlo P'érez
Corrección Vanina Muram
Establecimiento de los textos Silvia Pino
Revisión técnica general Juan Ventura Esquive!
© 2012
JCE Ediciones
Juan Carlos Esquive! - Editor
Av. Oliv~ra 1059, "B"
( 1416) Bu e nos Aires
Teléfono: 15-5247-8819
e-mail: jc_esquivel@yahoo.com
Impreso en la Argentina.
Hecho el depósito que marca la ley 11.723.
LA FOTocop ~
~'"'"AL 1.m~ii
ESUN_bELllD
1odas los derechos reservados.
lr'l ·¡--¡,¡ Prnhihirl:i In n~nrnrl11cción. total o narcial.
Índice
Prólogo
Gerardo L. L. Maeso ..............................................
· .............. 11
~r~
1. El superyó en el siglo XXI
Marie-Hélene Brousse ........................................................... 13
2. Construcción de los conceptos psicoanalíticos
Osvaldo Delgado .................................................................... 25
3. Síntoma-fantasía: la función de la palabra en
los comienzos
Silvia Pino y María de los Ángeles Córdoba ....................... 4 5
4. Síntoma-Castración: autoerotismo ampliado y
extraterritorialidad
Silvia Pino .............................................................................. 53
5. La agudeza del síntoma
Marisa Moretto ...................................................................... 61
6. El programa de la materia: un plan de trabajo.
Enfocado desde la perspectiva del síntoma como
funcionamiento
Kuky Mildiner ....................................................................... 65
7. La praxis lacaniana en el debate con los posfreudianos
María de los Ángeles Córdoba .............................................. 77
8. La construcción del caso clínico
Federico Giachetti ................................................................. 8 7
9. De la fantasía al síntoma: soldadura y heterogeneidad
Abigail Iosovich ..................................................................... 95
10. Síntoma, pulsión y fantasía
Adriana Lafogiannis ........................................................... 105
ll. Síntoma y entrada en análisis
Natalia Lorena Contarbio .................................................. l ll
Prólogo
12. El Edipo: Un pasaje del ser al tener
Mercedes Simonovich ....................................................... 11 7
Gerardo L. L. Maeso
13. Juanito: un caso ejemplar
Damasia Amadeo de Freda ............................................... 127
14. El Hombre de las Ratas: la satisfacción como obstáculo
Griselda Enrico y Leticia Scharager .................................. 133
on la conferencia "El superyó en el siglo XXI" se a·,~na publica-
Índice alfabético de los Autores ............................................... 141
C ción polémica que ubica en aquél una exigencia cf~g~~e, fuera del
sentido, que toma cuerpo en el ser hablante y exige "todos los saberes" y .
"un todo sobre el saber", que si se encarnan en los institutos de ense-
üanza convierten a estos en nombres del superyó.
En el primer trabajo de este texto se seüala que el psicoanálisis es
riguroso en el uso de sus conceptos, deviniendo sin embargo una disci-
plina abierta, que da respuesta al malestar en la cultura, creciente en
la Eurppa Central de fines del siglo XIX.
Se afirma a partir de Freud una vía pragmática que aleja a aquella
de todo sistema especulativo, haciendo del psicoanálisis el procesamien-
to de una experiencia que se vale de la observación, generando nociones
y conceptos que surgen a partir de las dificultades y fracasos, cuando
experimentamos la importancia de un saber no sabido y resistido con el
cual convivimos los seres hablantes, desentraüando algo de nuestra
naturaleza que oscurece las razones de nuestro discurso conciente.
Se destaca el papel decisivo que la aceptación del inconsciente tiene
en el desarrollo de la ciencia en tanto la intuición creadora se impone a
epistemólogos y filósofos que intentan a su pesar sostener un saber sin
sujeto. Desde este marco se pueden leer los trabajos que despliegan de
una manera clara y precisa la actualidad de un debate sobre la práctica
del psicoanálisis de orientación lacaniana.
Es así que, desde distintos recorridos, se retoman y discuten el sín-
toma como enigma a descifrar tal cual se presentó a Freud y que dio
origen al nacimiento del Sin embargo se intenta esclare-
cer al "sinthome" noción Jacaniana ligada al goce, que actualiza el
tro de lo real, verdadero invento de Lacan que le permitió responder a la
elucubración freudiana del concepto de inconsciente que mantenía aisla-
dos a lo imaginario y lo simbólico, registros enteramente diferentes sin
puntos comunes, que lo real anuda en el llamado nudo borromeo.
No menos importante es el trabajo sobre el fantasma fórmula de
goce donde se articulan el sujeto del significante y el objeto a verdade-
ra defensa frente a la inconsistencia del Otro que hace desfallecer su
1 2 Gerardo L. L. Maeso
"La psiquiatría inglesa y la guerra", que tiene que ver justamente con prehistoria y que, si los niños hoy en día tienen como animal fóbico, por
el superyó. Alí utiliza el término en el penúltimo párrafo que aparece ejemplo, al lobo, es porque son de la especie humana que en tiempos
como punto de capitón del texto entero bajo la fórmula "los poderes prehistóricos sí tenía miedo a los lobos y a los animales feroces, quedan-
oscuros del superyó", y analiza qué pasó durante la Segunda Guerra do en los genes algo del lobo inquietante de aquel período. Es una de-
con esta brújula: "el ascenso del superyó en relación con la moderni- mostración improbable.
dad". En especial, la Shoá manifiesta precisamente el desarrollo inten- La demostración de Lacan es a la vez, lógica y simple: el lobo quedó
so del superyó en la cultura. presente, ¿dónde?, en el lenguaje y en los discursos desde él siglo XV o
Les aconsejo este texto que sigue siendo muy interesante, especial- XIV, en los cuentos que se leen a los niños, en las que hacen
mente porque termina con una profecía. Lacan dice que todo lo que los padres. Entonces, esto sí es una demostración De este
hemos visto durante la Segunda Guerra .Mumlíal va a desarrollarse modo, Lac11n anuda el concepto de superyó con lo
aún más y que estos "poderes uscuros" van a crecer. La observación fundamental que Lacan hace en El Semi-
E;ntonces, cuando vudve €·n El Seminario l sobn· el superyó es a nario J propósito del superyó (;S la siguientl': vez,
propósito de una observación clínica muy famosa en la historia del laca- instancia de la y Pl d(o destruirla. una conjuncíón contra-
nismo, un texto clínico de Rosine Leforl, psicoanalista lacaniana muy dictoria entre enuncíar la de inmediato destruirla. Eso es lo fun-
conocidR que lR enseñanza d0 Lac¡¡n toda su vida. En ese damental su demostración para eso, utiliza un caso suyo. flay
momento era una joven practicante que hizo, en el seminario que dicta- casos de Lacan en los Seminarios. uno de estos estú aquL
ba la lectura clínica de un caso de un niño Les voy a resumir el caso: se trata ele un LacCln
autismo o pero si un nil1o muy ha hiendo hecho analíl ico que
debate clínico entre los asistentes con rElación intocado. el síntoma en
hace un desarrollo sobre el mano: dificultad de moverla ~Lacan no dice pero
problemas con la mano que le impedían muchas cosas. Lacan seüala
por este niüo está relacionada con el afocto de que le había llamado la atención un del cual el
modo rápido: el nuedo es un afecto que humamza. La primera marca de quejaba. Todo lo siendo de cultura
culturnlización y humamzación de este niño, llamado Robt:rto, es el habiendo vivido en un ambiente musulmana clásico no tenía ningún
miedo y viene con un único significante: "el lobo''. Es claro que este interés de saber acerca de su cultura musulmana estando totalmente
significante se ubica en el marco simbólico porque, como lo nota Lacan integrado a ella. Lacan menciona que tal iw!iferencia era para notar
en su comentario, "el lobo" no es para nada un animal que se pueda porque no era un rechazo ni se cCJmo rebelión.
encontrar en las afueras de París en el siglo Es como una de ba como un "(:So no tiene nada que ver conmigo".
que el entorno, el medio ambiente de un niño, no es el medio ambiente Al hacerle hablar sobre su infancia aparece un trauma. En su
en el sentido geográfico, sociológico, sino que es en lo simbólico donde historia de niño había ocurrido algo <cn su familia: su padre, alto
claram<mte "el lobo" tiene existencia. Lacan, demuestra así que es el funcionario, había sido rechazado de su puesto en ocasiones muy
orden simbólíco el mundo en el cual surge y se define el del in- dolorosas v él de nifio había escuchado conwntarios de los familiares
consciente. Después pregunta,. este lobo'!" y ,, d la hubiera
Aclaro que Lacan cambiará su definición lo simbólico tenido que
Seminarios lG 17, diferenciando emre simbolismo tar la nwno n i:;íúm1cn.
distinción que no aparece aún en El Seminario 1 De todos A de aquí, La can ddine el como un enunciado discor-
demostración sobre "el lobo" funciona muy porque dante decir. · es el enunciado discordante')
esclarece algo que había permanecido como un misterio para los "Tendrás la mano cortada", ul enuncú1do d,; Este enunciado
nalistas freudianos y, especialmente, para uno que se cle1licó trabajar relacionado con un traumatismo, con el vínculo de este niño coll su
sobre la fobia, John Baldwin, quien intenta explicar el miedo al lobo por padre en el final del Edipo, viene censurado.
el medio geográfico cambiante. Eso lo obliga a adoptar la hipótesis de De este modo, Lacan relaciona la escísión deutru del orden simbólico
que en la psicogénesis hay algo que continúa desde los tiempos ele la de lo que queda elaborado, dialectizado y lo que queda
9
Construcción de los psicoanalíticos
l 8
es el superyó. Entonces, define al superyó no como una instancia sino un superyó que no está organizado exactamente como el superyó neuró-
como un fenómeno de estructura del dispositivo analítico Y de la pala- tico, pero lo tiene. No es que el perverso goza sin superyó, más bien se
bra, como aquello que vuelve y vuelve y vuelve, siempre, al mismo dedica al superyó. Aparece a esta altura de la enseñanza de Lacan una
lugar de manera necesaria. Eso no es una instancia, es un fenómeno puntuación fundamental sobre el superyó: clínicamente no es una ins-
de es~ructura de la palabra relacionado con lo que se perdió al hablar, tancia psíquica, no es algo que tiene que ver únicamente con la ley, sino
con el objeto, con el modo fundamental de goce del sujeto. Aquí encon- que es algo que tiene que ver con la exigencia de goce de un ser hablan-
tramos de nuevo el hecho de que, incluso si el superyó parece del lado de te, del hecho de que habla.
lo simbólico una instancia de interdicción -la ley que interdicta-, la Se podría también ir un poquito más allá, hablar de la relación
otra cara es precisamente la repetición del modo fundamental de goce del s;1peryó actual coi: el más all,á del Padre, es deo.~,e la desco-
del sujeto. El tipo de funcionamiento que presenta, en acto, el modo de nex10n entre el superyo y la func10n Nombre ya que e1 superyó no es
goce privilegiado y a la vez insoportable al sujeto, eso es el supc,ryó. una función nombre.
Tercer punto fundamental: la relación del superyó con la perver- Voy a terminar de manera un poquito más personal.
sión. Con mucha frecuencia aparecen intervenc10nes de Lacan sobre El superyó se encarna, a mi parecer, bastante bien en la Universi-
el superyó en el debate sobre la Recordemos que, inicial- dad. Les propongo, entonces, la Universidad como uno de los nombnes
mente, las dos formas de la perversión son el masoquismo y el sadis- del superyó, en tanto, primero: un "todos los saberes" v "todo
mo. Les recuerdo que el sadismo ya está presente en la definición de sobre el saber", Se ubica como un meta-saber, es decir, un sabé:.r sobre
Freud que caracteriza al los al contrario del inconsciente que un saber no que
¿Cuál la relación del no un saber expuesto sino un saber acto.
el El punto que el discurso del cual participa discurso
universitario es un discurso organizado por el deber, no solamente los
una voz que la deberes que tenemos que rendir los profesores, sino que se manifiesta
perversión como , "tenemos No sólo del lado de lo ideal sino del de
la voz que le del otro para una acumulación sin sentido. Los saberes univernitarios son
gozar. Por eso, dice La can que no una seria. No es una dos, racionales, interesantes pero son sin sentido para un analista, para
perversión seria porque el masoquista pone en lugar de la voz, de la.voz quien el único sentido que puede tener el saber en un análisis viene de
suprema, sí se puede decir, la voz que incluso quisiera quitarle la vida, la división subjetiva, de los efeetos de verdad que se producen durante
pone en este lugar a una persona que, a nivel no tiene poder. la experiencia analítica. El saber de un análisis es un saber que nos
Es el caso, por ejemplo, del jefe de policía que va al burdel para elegir a toca, no simplemente que nos interesa. Un saber cuya consecuencia
la pobre pl!Ül como la voz que manda. Eso es un el masoquista será introducir en mí un deseo o cambiar algo en mi deseo.
jamás va a elegir, como portador de la voz, a alguien que sí tenga una El saber universitario como el que se encuentra en un buen artículo
verdadera posición de poder, el 1\linistro de por e.iemplo. En- académico sería, por ejemplo, un catálogo de todo lo que fue dicho sobre
tonces, I ,acan dice que es una lo que no es el el superyó o todo lo que dijo Lacan sobre el
mucho más serio porque l Ie intentado poner de manifiesto tipo de movimiento había en
todos los perversos el asegurar al Otro con el este recorrido. Un movimiento de la haciR el allí donde Lacan
en él la posibilidad de que en su clínica se dio cuenta de la de lo que fun-
Es imposible entender la función del si uno no entiende lo para un hablante. Eso un efecto de verdad en
que es la función del objeto a, realizada por la voz. de la articu- tanto nos toca. Generalmente en un artículo académico no así
lación significante, pero voz pura en tanto que instalada en el lugar clel además, en Francia -no sé si aquí en la Argentina--- uno tiene que to-
Otro de una manera perversa o no, diferencia clínica estructural entre mar partido de manera muy prudente_
el superyó en la neurosis y el superyó en la perversión. Esto también Es por eso que el saber universitario jamás mventa nada, todos los
implica un dato dínico fundamental: el perverso no es como lo piensa la inventos acumulados fueron hechos fuera de todo dispositivo institucional
opinión pública un tipo sin superyó, todo lo contrario. El perverso tiene académico. Einstein no encontró en ninguna Universidad la posibilidad
2 Con strucrT(Jn en n ('f'}J tos
ele pensar su teoría ele la relatividad. Está muy bien que la U ni versiclacl
venga luego a recoger, archivar, y es fundamental en tanto su lado agradables que hacer". Decían: "¡Pero está prohibido! ¡Usted tiene que
Babel, biblioteca inmensa, pero lo que está muy mal es que después con hacer los cursos!". No, dije, para nada y me fui, y nunca más regresé a
todos esos sabes iguales no tomamos parte. ese lugar. La respuesta que me dieron: "¡Pero usted tiene que ... ! ¡Ha-
La experiencia analítica está absolutamente del otro lado. No es una ble! ¡No importa que la escuchemos o no! ¡Hable!".
experiencia superyoica sino que es una experiencia de deseo, en tanto Hay un montón de profesores que viven la enseñanza con esta exi-
conecta el objeto no con un Otro completo sino con la división propia del gencia. El sistema escolar y la Universidad manifiestan el lado super-
sujeto. Es esa la conexión entre los dos siempre, cada vez que se anima yoico de la relación con el saber, eso tenemos que saberlo, tenemos que
esta división hay deseo. funcionar de otra manera en este ámbito. Del superyó r~~-
Entonces, el ejemplo adecuado para hoy ele supi:ryó es precisamen-
~r~
te el lugar donde me encuentro hablándoles. Me pasó, tengo que reco- Intervención del público: Agradezco tu toma de posición dentro de
nocerlo. Antes de pensarlo no me animaba para nada a hablar de la Universidad: salir de la neutralidad, la objetividad y la exactitud.
psicoanálisis aquí. Es importante porque es una contradicción mía, si Desde ese lugar le pregunto, ¿cómo habitar la tensión entre lo que todos
se puede decir así, contradicción que he vivido toda mi carrera. Por los días los analistas sabemos desde la experiencia analizante y el dis-
un lado, totalmente comprometida con el psicoanálisis y, por otro, curso universitario en el XXI? Una de las formas del superyó del
docente no título de complemento sino docente; funcionaria de Esta- siglo XXI es más acumulación de saber, más títulos, más ... Hay un
do. Contradicción que he vivido elaborado: puede más que no necesariamente quiere decir saber, sin embargo, estamos
habitando esta tensión.
transmitir del en ln Universidad nu
mitir? ¿Qué fuera? Sabiendo. Ma
Brousse: No me trnbíern quedado como docente
que no había cierta dignidad en la transmisión de
con8truida como una que Hnplica el
que recordar que el curso de
de del como lo decidieron Freud
alumnos. en los años 20. , está dentro del marco
En este momento, estoy armando una revista académica de psicoaná-
__ hasta hoy, permite un cierto tipo de rela-
lisis con colegas de América del Norte y hemos pensado mucho qué tipo ción con el saber que no es la relación psicoanalítica pero que puede
de artículos podemos poner de manera decente y lógicamente adecuada auspiciar, acoger un trabajo sobre los textos que tiene su tradición y
en una revista académica de psicoanálisis. ¿qué se puede poner? Se pue- que nos conviene. Nos convie1w porque el inconsciente es un saber tex-
de poner el eje del psicoanálisis aplicado, el psicoanálisis aplicado a la tual, es un los métodos de textualidad contribuyen a la forma-
salud mental, a la cultura, a la economía, pero quizás un poquito más. ción de los analistas.
Venir a dar un curso de psicoanálisis es siempre algo que me movi- El problema es que la institución universitaria da diplomas y diplo-
liza el superyó, es decir, moviliza en mí el imperativo. Más teniendo en mas profesionales y, en nuestro caso, para nada la enseñanza del psi-
cuenta una experiencia interc>sante que les voy a contar. Además de mi coanálisis en In Universidad puede dar la autorización de funcionar
de funcionaria docente la Universidad. me habían como analista. lo que la puede dar la personal.
desde otra un Era dinero. y es una confr¡c¡rfj"',¡,;n bien "
a hablar a los estudiantes no les ínteresnlw nada: hablaban En o]
sin parar. Intenté y finalmente me a los
que no van a salir con el título de psicoanalista, van sa !ir
"¿Qué <estoy haciendo aquí?''. con un título de investigación en el campo del pero no un
No me gustaba, no tenía el deseo de transmitirles nada y a ellos no título profesional que se obtiene, a la vez, a partir de una formación
les interesa para nada, para ellos era sólo una materin. Decido: "¡Bue- teórica seria de lectura de textos ele trabajo de investigación clínica -
no, me voy!". Cierro todo y me fui sin decir una palabra. Los estudian- que sí se puede dar en la Universidad-. y de su análisis personal. Eso
tes asustados me impedían salir diciéndome: "Pero ... "; les dije: "No les va a ser lo que los va a movilizar como analistas en su acto.
interesa, entonces cuando es así prefiero irme, ya que teng·o cosas más Es un límite, un límite no es una contradicción pero hay que respe-
tarlo y, además, hay que promoverlo.
2 4 Construcción de los conceptos p~ir:_~analit~co_s _____ _
1
Freud, S. (1916-17), "Conferencia Nº 6. Premisas y técnica de la interpreta-
ción". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. XV, p. 19, Buenos Aires, 1991.
2 Freud. S. (1897). "Carta 69". En Ohrrrn CnmnlP.tn.~ Amnrrort.11 Vnl T n :iíll
2 6 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
------·---···----·--"·-----------------------~-~- ----- Osvaldo L. Delgado: 2. Construcción de los conceptos psicoanalíticos 2 7
"Y si miramos el asunto desde un ángulo psicológico, me sien- positivista de las ciencias: no se trata de una acumulación lineal de los
to inclinado a pensar que la investigación científica es imposi- hechos, experimentos, generalizaciones empíricas y teóricas.
ble sin fe en algunas ideas de una índole puramente especula· De acuerdo a lo postulado por Kuhn, la ciencia normal se asient::i
tiva (y a veces sumamente brumosas): fe desprovista entera- en el supuesto de que la comunidad científica sabe cómo es el mundo.
mente de garantías desde el punto ele vista de la ciencia y que Así, por ejemplo, es frecuente que la ciencia normal suprima noveda
en esta misma medida, es metafísica" 1º. des fundamentales porque necesariamente son subversivas en lo qus
resp0cta a los compromisos básicos. Así la ciencia nornrnl se extravfo
Pero inmediatanwnl pasa a que alcanza en Freud,
una y otra vez. y cuando ello ocurre y ya no pueden obviarse por má~'
como lo vert>mof' ('ll el punto V de Pste un extremado rigor. Se tiempo las anomalías, comienzan las investigaciones extraordinarias
trnt a de la "verificabilidad" la "falsahilidiHf' de las cnnstrncciones teó- que llevan a ctencm un nuevo conjunto de compromisos, una
ricas: cada enunciado científico debe SPr nueva base sobre la cual practicar la ciencia. Los extrrtordi·
no u psicológica. rmrios en los que cambios de
prnpmwr una diferenciaci('m t¡lll' tiene un gran valor para las revoluciones cien! ífícas.
nuestro campo de los emmcindos universales los Las nuevas teorías entraiian cambios en las rPglRs que rigen In
tenciales. A los enunciados que prPSlc!Üan E·n exclu"ivídml nombrPS uni- Nunca se de un aííadido lo que ya se conocí.a: su asimi
versales los llama "estrictos o a los que nombrnn un lación la reconstrucción ele la teoría y la reevaluación dr
una existencia, "existonciales" F;stos dos Pnuncindos tienen unn los hechos anteriores. un pniceso rc\'oluciunario que rara vez lleva'\
que la do un enunciado Pstrictamentc universal cabo una sola persona. dP un dí;ci ¡mm el otro.
a un en1mci11.do estrictanwnte l'xistf•nc:ial vicevec~n. 1 t Kuhn en su libro La 1'8/ruc!ura rle lus reuolucíones dR
En la elabornciém la introducción dPl conceptrJ cl0 pulsión cuenta de la funci{in qw.' en la investigación cifmtífica lo que
de muerte rmlícal fundamentnks dio Pn llamar
de todo lo construido lrnsín ese momento. pensar como un Un moclP!o qur· debe tenPr hi p'1rticularidrtd de
verdadero cambio ele paradigma. interno a su elaboración. Las conse- poder r;rticularse en condiciones nuevas o más riguro ·
cuencias teóricas y clínicns se expresaron en grandes debates en la sas. No se trata dP un modelo o patrón en la mera repetición. La carac
época de Freud. y las hallamos en el como fundamento terística esencial de los es que inducen diferentes taxono·
de diversas orientaciones. La de una taxonomía científica es establecer una par-
En el cont.rapunto que aquí rea ]izamos. entre la investignción en psi- tición del campo en clases naturales que sean proyectables. es decir.
coanúlisis y la producción del conocimien!o ha sido menester con cuya se puedan formular leyes, siendo capaz asimismo de
incluir en este punto el aporte de Kuhn respecto al concPpto de paradigma. soportar inducciones. Por consiguiente. un sistema taxonómico es una
La primera ruptura de Kuhn prc>dujo en HM 7 al descubrir las propuesta ontológica r¡u" aspira a dividir las entidades en categorías
con muchas caracterÍE'ticas comimes -unas conocidas otras por avori
que ef' inducida mediante la de
no de definicirmes. l'or lo t>into. es una cuestión
abierta que tal propuesta segmente el campo en ·~··"'k'""
entidades con vacíos entre ellos.
La de los mismos paradigmas induce no sólo un modo
8
común de seleccionar y afrontar los problemas, sino también el u~o
Miller, ,J. A. (2007), "Introducción a la Clínica Lacaniana. Conferencias en
común do un léxico:-· una taxonomía ontológica. cuyas relaciones ínter·
Espaiia", ELP.H.BA. cap. VI, Barcelona. 2007.
"Popper. K. R.: Ló¡óca de la invC'stigación científica, Madrid, 'l'ecnos, 2004. nas constituyen vercladoros conocimientos sintéticos a priori, que debe
10 Jb{d., p. 38. satisfacer el mundo p;ira que tal sistema pueda funcionar.
u IbüL, pp. füJ.90. Un paradigma ef' lo que comparten los miembros de una comunidad
'"Kuhn. T .. La estmrtu.m de las reno/ucíonrs cirntifícns. México D. F .. Fondo de científica, y a la invPrsa. unn comunidad científica está constituida por
Cultura 1;;comímíca. 200H. personas un
30 L:onstruccwn ae tos conceptos psicoanoniicos
En el prólogo a las Lecciones sobre pragamatismo, 21 Peirce afirma Por su parte, H.ichard Iforty en su artículo de "Deconstrucción y
que, en cuanto actitud filosófica, el método del pragmatismo es la lógica pragmatismo" 2G va a afirmar que el pragmatismo comienza a partir del
de la abducción ~o lógica de la conjetura-- que dirige la acción intelec- naturalismo darwiniano, ya que los seres humanos son sólo seres for-
tual. La abducción se trata de un proceso para formar hipótesis explica- tuitos de la evolución. En este punto comparten las sospechas nietzs-
tivas, y es la única operación lógica que introduce una idea nueva. cheanas sobre la mundanidad platónica y
Estas consideraciones las va a desplegar especialmente en el punto 3 de
la lección 7, llamado "Pragmatismo: lógica du abducción". ".. .la convicción de nietzscheana de que distinciones tales como
Para Peirc:e, la máxima del pragmatismo abarca la lógica entera cuerpo us. mente, y objetivo us. subjetivo deben refornrnlarse
del proceso abductivo. Radicalmente, el pragmatismo es la cuestión para limpiarlas de las presuposiciones platónicas y darles un
sustento naturalista". 27
de la abducción. El pragmatismo puede permitir toda clase de vuelo
de la imaginación, siempre y cuando ésta descienda sobre un efecto En otro texto del mismo libro Simon Critchley28 se pregunta si es
práctico posible. Pero a su vez, el pragmatismo como tal, implica la deconstructivo el pragmatismo, y si es pragmática la deconstrucción.
radicalidad del "efecto práctico". Se va a responder que el pragmático deconstruye la concepción episte-
En el capítulo VII del texto El concepto de filosofía en Wittgens- mológica de la verdad, y la reemplaza por el planteo que dice que la
tein, 22 K. T. Fann va a plantear que no se trata de preguntar por el verdad es lo que es bueno creer. A su vez la deconstrucción es pragmá-
significado sino por el uso que hacemos de él. Destaca que para el pri- tica en dos sentidos: primero, la deconstrucción de textos para detectar
mer Wittgenstein la función que tenía el lenguaje era representar he- lo que Derrida llama "la metafísica de la presencia"; segundo, en rela-
chos: de este modo, las palabras tienen referencias y las oraciones po- ción con la reducción del significado al uso.
S(3en sentido. Pero para el último el du una En este punto se hace necesario las diferencias entre Witt-
palabra es su uso en el lenguaje: genstein y Freud, en lugar y luego, entre el primero y Austin.
"Comprender una oración es estar preparado para uno de sus
usos. Si no podemos pensar ningún uso para ella, entonces no
21
la entendemos en absoluto". 23 Ibícl., p. 92.
25
Ibícl., p. 46.
26
19
Ibícl., p. 215. Rorty, R., "Notas sobre desconstrucción y pragmatismo". En Deconstrucción
20
Ibícl., p. 220. y pragmatismo, AA.VV., Paidós, Buenos Aires, 1998.
27
:lí Peirce, Ch. S., "Prólogo". En Lecciones sobre pragmatismo, op. cit. Ibícl., p. 40.
22 Fann. K. T., "El significado". En El concepto de filosofía en Wittgenstein,
28
Critchley, S., "Desconstrucción y pragmatismo. ¿Es Derrida un ironista
fl'.--,...~,..,..,.,..., 1\lf.....,..1 .... ~rl 1000 privado o un liberal público?". En Deconstrucción y pragmatismo, op. cit.
34 Construcción de los conceptos psicoanalíticos Osvaldo L. 2. Const.n1cción de los conceptos psicoanalíticos 3 5
Según lo planteado por Paul-Laurent Assoun en Freud y Wiltgenstein, 29 Austin estudia el lenguaje ordinario en sí mismo, con la perspectiva
ambos tomaron lo que constituye el síntoma en relación con el saber: de que ese estudio puede tener como consecuencia no buscada delibera-
Freud por la vía del inconsciente, mientras que Wittgenstein se ocupó damente, colaborar en la resolución de probk~mas filosóficos.
del lenguaje. Los dos rechazaron las tendencias a la síntesis, y reivindi .. Probablemente lo más original que aportó Austin es lo que llamó
caron el análisis incluso hasta ubicarse en analogía con la química. "expresiones realizativas" (perfonnative utterances). "Realizativo", es
Recordemos en este punto muy brevemente lo que nos dice Hegel un neologismo que deriva de "realizar", así como en la lengua inglesa
respecto al conocer analítico y el sintético en su Ciencia de la lógica: "performative" proviene del verbo to perform. Estas expresiones no des-
criben, no registran, no son ni verdaderas ni falsas, si.l!Je indican
"El conocer analítico es la primera premisa de todo el silogis-
precisamente que la emisión de una expresión realiza uria acción.
mo, es la referencia inmediata del concepto al objeto: por con-
El ejemplo paradigmático de esto en psicoanálisis es la comunica-
siguiente la identidad es la determinación que él reconoce
ción de la regla fundamental, ya que ésta es un dicho que implica un
como suya, y él es sólo el acto de recoger lo que existe.
acto, que funda una escena, y que implica la suposición del inconscien-
El conocer sintético procede hacia la comprensión de lo que
existe, es decir, procede a captar la multiplicidad de las deter .. te como dimensión ética.
minaciones en su unidad. Por consiguiente es la segunda pre- En Cómo se hace una tesis 33 Umberto Eco dice que la investigación
misa del silogismo, donde lo diferente como tal se halla rela- no necesariamente tiene que ser en torno a las ciencias naturales y
cionado. Por lo tanto, su meta es la necesidad en general". 3 º sobre bases cuantificativas exclusivamente, y plantea cuatro requisitos
para una investigación con vocación científica:
Para Freud, la cuestión de la síntesis atenta contra una clínica que
es del detalle no generalizable. Por eso, según Laurent-Assoun, el psi- 1. "La investigación versa sobre un objeto reconocible y definido de tal
coanálisis reivindica la descomposición (Zerlegung) y la desagregación modo que también sea reconocible por los demás". 34
(Zersetzung) y Wittgenstein representa: 2. "La investigación tiene que decir sobre este objeto cosas que todavía
no han sido dichas o bien revisar con óptica diferente las cosas que
"... un magnífico desafío a la racionalidad psicoanalítica, diri-
ya han sido dichas". 35
gida tanto a Freud, como al psicoanálisis, no por un filósofo
como cualquier otro, sino por un contemporáneo que él mismo 3. "La investigación tiene que ser útil a los demás". 36
se había entregado a una crítica del lenguaje al abordar la
4. "La investigación debe suministrar elementos para la verificación
filosofía como síntoma".ª 1
de las hipótesis que presenta, y por tanto tiene que suministrar los
Pero le reconoce a Freud una particularidad precisa que está en el elementos necesarios para su seguimiento público". 37
hueso mismo de la praxis psicoanalítica; precisamente que el tipo de
saber que produce el psicoanálisis es un saber con efectos. Hallamos en Freud la presencia de estos cuatro requisitos que plan-
Por otra parte, tal como lo hemos dicho. Wittgenstein se ocupa del tea Eco con la más absoluta rigurosidad. La peculiaridad de Freud es
lenguaje pero con como lo hace Austin. Mien- que se orienta siempre en relación con lÓ que Derrida llamará
tras opera sobre el un medio para alcanzar "un secreto coextensivo con la experiencia de la singularidad", 38 aque-
su objetivo, que --sintéticamente- es demostrar que los llo que permanece inaccesible y heterogéneo a todo totalitarismo.
La precisión en la investigación y en la práctica clínica de Freud es Al mismo tiempo, Freud siempre da cuenta de las reglas que se
solidaria con su referencia a los detalles. Práctica clínica que no es una deducen tanto de la experiencia como de la investigación: incursiona
experiencia en bruto, sino efecto de un acto que produce un sitio (en el tanto en diversos problemas clínicos como en otros campos del saber,
sentido de Alain Badiou) apto para que se precipite el acontecimiento de establece nexos y análisis comparativos, sitúa las coincidencias y es
la experiencia del inconsciente. exhaustivo en las diferencias. Freud induce, deduce, utiliza asiduamente
Freud observa y ordena con precisión los problemas clínicos, formu- tanto la analogía como la abducción (que se presenta clanrnwnte en los
la los problemas con total rigurosidad, y los va reformulando a partir de h;
quiebres, saltos y especulaciorn,s), y se ocupa de legitimar utili~a.ción
la mencionada del detalle. de cada referencia conceptual que no provenga de los . s clm1cos,
Su construcción toma posición en el límite mismo del saber neuro- antes de avanzar en una nueva elucubración. D:sto lo orienta perma-
lógico-psiquiátrico, toma de posición que llama su "osada intromisión" nentemente en una interlocucíón con la cultura y la ciencia de su épo-
en la famosa carta a Homain Holland conocida como "Una perturba- ca. Ante ellas, a veces inventando un interlocutor da prue-
ción del recuerdo en . :J~J Pero siendo intrínseca la investi- ba de sus responde a las objeciones y valida sus argumentos.
gac10n la analítica, Freud llega a afirmar en su "Presen- Construye un método y da cuenta de todas sus fuentes medios.
tación autobiográfica"· En "Fragmentos de análisis de un caso de histeria" dice:
científica volvió convertirse en el interés "En vista de carácter incompleto de mis re:stiltados analític:os, no
otrn el du
dores que,
En los inicios de su y ele la construcción doctrinaria lo luz los
hallamos queriendo la naturaleza ele los síntomas con una He completado lo
orientación causa lista. Éste el camino que le que me eran familiares por otros análísis, pero, tal como lo
car la etiología y producir una nueva Adriana Ru- haría un concienzudo, (;n omitido
bistein en ''Freud y la investigación". Aunqlw Freud parte del hecho señalar dónde mi cC1nstrucción se yuxtapone a lo auténtico":'~'
clínico, no es un empirista:
En la misma perspectiva, en La interpretación de los sueños, va a
"Partiendo de ideas todavía imprecisas 'nos concentramos so- referirse a la cuestión de las necesarias investigaciones parciales, in-
bre su significación por medio de repetidas referencias al ma- vestigaciones de detalles. En la Segunda de las Conferencias ele Intro-
terial del que parecen derivadas, pero que en realidad les es ducción al Psicoanálisis nos dice:
subordinado'". 41
"En el trabajo científico es más promisorio el abordaje de lo
Esto lo lleva a producir conceptos que, a partir del real clínico, va que se tiene directamente frente a sí y ofrece un camino para
modificando, ampliando o sustituyendo. No se trata de un proceso li- su investigación. Si se Jo hace bien en profundidad, sin su-
neal sino que su camino que: ni s1 tiene suerte, es
ble, a consecuencia de la concatenación une todo todo
hipótesis edifica construcciones auxilíares que (. .. )que incluso un tan falto de dó acceso
retira si no se confirman"
al estudio de los
39
Freud, S. (1936), "'Carta a Romain Rolland (Una pc,1turbación del recuerdo en
la Acrópolis)". En Obras Amorrnrtu, Vol. XXII, Bw.:no8 Aires. 1991.
10
' Freud. S. (1825), "Presentación autobiográfica''. En Obms Completos, Amo-
rrortu, Vol. XX, p. 18, Buenos Aires, UJ9(J. 1:1Freud, S. (1905), ·'Fragmento ele análisis de un caso de histeria". En Obras
11
R~1bistein. A. ''Freud y la investigación"', En El Caldero de la Escuela, Nº 50, Completa~, Amorrortu, Vol. VII, p. 11, Buenos Aires, 1991.
EOL-Talleres Edigraf, p. 19, Buenm; Aires, H197. 11 Freud, S. (1915-17), ''Conforfl1cía Nº 2. Los actos fallidos". En Obras Coni-
tación''. En Obras Completas. Amorrortu. Vol. XVI. p. rn. Buenos Aires, 1991. 5" Ruiz, W. /1970), "Prólogo". En Ch. S. Peirce, Deducción, inducción e lúpótesis,
48
Lacan. J. (1974), Rmlío/onfo.y Teleuisión, p. 5·L Barcelona, Hl77. Aguilar, Buenos Aires, 1970.
Ti8e8n .T (1 q7J) r?nrliofrndrt "' t::.;1 f~_,-vo,.,..,l,..v-.,-. 10'7'7
C(jnstrucción de los concepto:s psicoanalíticos Osvaldo L. Delg;;do: '.!. Cunstntcciún fos rnnaptos psicoanalíticos 4 1
40
"Al comienzo yo había sustentado sólo de manera tentativa las abducción, en la medida en que sobre esa regla (la mayor par-
concepciones aquí desarrolladas, pero en el curso del tiempo han te ele las veces implícita, debido a que procede del trasfondo
adquirido tal poder sobre mí que ya no puedo pensar de otro modo". 54 experiencial y perceptual) se comienza a diseñar concepttwl-
mente la nueva Regla hipotética. Es decir, la regla (3) implíci-
Solamente en 1920, Freud dudó, retrocedió, vaciló respecto a su "bruja ta en el caso análogo (al que conocemos muy bien, precisa-
adivinante" que lo visitaba por las noches, vacilación que se produjo mente, porque se trata de un caso familiar), opera como em-
sólo con la introducción de la pulsión de muerte. brión o protohipótesis de la futura abducción explicativa (Paso
Esto no es evidente en Peirce: más bien pareciera que el proceso 2). Esta regla (3) del caso análogo nos acota el cam~c~c bús-
abductivo implica en sí la causa en tanto oculta. Peirce reconoce tanto queda de la regla que buscamos (R) y quu tíeneri-:llf"tnayor
regularidades dü la naturaleza, como ley o determinación, como una probabilidad de ser una buena hipótesis (Rh) (Paso 3).
causalidad sostenida en el azar o como un principio esencial en el En esta interprPtación, la abducción que pone la
fondo del universo. ción al alcance de:: nue8tra mente ha sído posiblP
La abcluccíón se orienta hacia la c:ontingH1cia causal. Milk,r, en la analogfa ha reducido drásticamen el campo
"Cómo sP inventan nuevos conceptos en se refiere al da y lP confiere la probabilidad que aporta la
concepto de causa en el la causa que funciona como tal en propia hwnana". fl?
tanto ésta permanece oculta. El desarrollo que J\Iiller hace ese texto es el siguiente:
El ejemplo que nos brinda
es una síntesis de su consentimiento".
Síguiendo Miller, podemos decir que, hay una Paso 1: (familiar)'! presunto
relación discontinua entre causa y efecto: entre una el otro está la del caso análogo'! caso presunto
Paso +
represión. La fijación no alcanza como antece:dtcnte causal, la repre·
sión nombra la elección que el citado está puesto Proto-hipótesis
en relación con "la elección forzada" "la insondable decisión del ser" de
"'!
Lacan. Se trata del objeto, y del sentido, en tanto este es privativo del
consentir del sujeto. Paso 3: Rasgo regla hipotética'! caso identificado= abducción
Decíamos que la abducción es una de las cuatro modalidades de
producción del conocimiento científico y fue descripta por primera vez Hemos dicho que en el surgimiento de la llamada ciencia moderna
por Aristóteles en los Primeros Analíticos. se produce un desgarramiento entre cultura humanista y cultura cien-
Sin embargo debemos destacar el gran aporte del Profesor Juan tífica. Es en ese desgarramiento donde se asentará el psicoanálisis.
Samaja, en lo que hace a la relación entre la analogía y la abducción. La relación entre la causa y el efecto no es simple, sino compleja,
Precisamente porque en el gran salto de Freud en 1920, la dimensión ya que el concepto de defensa nombra una elección. Esta elección ho-
abductiva no es sin la referencia analógica permanente. rada el determinismo.
famosa "Carta 69", es donde vemos unn operación radical que
''Siendo el caso la la un saber
trañada en su El concepto de abducción tal como está formulado
por el situar los "saltos" que Freud ahí
donde no deduce. no mduce y hace uso de la donde es visitado
51
' Freud, S. (1927-1931), ''El malestar en la cultura, y otras obras". En Obras por la "bruja adivinante" ··Saltos" que no implican excluir los modos
Cornpletas, Amorrortu, Vol. XXI. p. 115, Buenos Aires, 1991. precisos y rigurosos con los que Freud da cuenta de sus investigacio-
65
Miller, J .-A. (1987), "Cómo se inventan nuevos conceptos en psicoanálisis". nes y producción de saber.
En Introducción a la clínica lacaniana, Escuela Lacaniana de Psicoanálisis
Barcelona, 2007. '
56 Samaja, J., (2003), "Semiótica de la Ciencia. Los l\1étodos; las inferencias
57
Aristóteles, "Analíticos Primeros". En fratados ele lógica (Organon) II,
y los datos a la luz de la semiótica como lógica ampliada", p. 25. Inédito.
Gredos, Madrid, 2006.
Osva ldo L. Del¡:ado: Con stntccíón de los conre¡;tos 43
42 ------
Constrncción de lo.s conceptos psinHL?u! litir'os
___ .. -·-----
" -------- ---·" ---·------~----~---
1
Freud, S. (1896), "Manuscrito K. Las neuropsicosis de defensa", p. 262. En
Obras Completas, Amorrortu, Vol. I, Buenos Aíres, 1991.
2
Freud, S. (1893-1895), Estudios sobre la /ústeria. Cap. IL Historiales clíni-
cos, Punto 5: "Señorita Elizabeth Van R.". En Obras Completas, Amorrortu,
Vol. II, Buenos Aires, 1991.
46 Conslrncción de los conceptos psicoanalíticos S. Pino y M. A. Córdoba: 3. Síntoma-fantasía: la (nnción de la palabra... 4 7
-- -------------------------------~- -·----·---------------------------------------
el afecto, susceptible de falso enlace, como la fuente independiente cuando formula su nueva teoría en donde la fantasía va al mismo lugar
de desprendimiento de displacer, serán los antecedentes del con· lógico que tenía, en la elaboración previa, la vivencia sexual. El movi-
cepto de pulsión. miento conceptual va del trauma sexual infantil en el lugar de la cau-
Ya no hay relación directa entre causa y efecto. Entre la causa y el sa, a las fantasías como intentos de defenderse de la propia práctica
efecto Freud va a ubicar la defensa que denominará empeño voluntario, sexual, la masturbación infantil, para culminar en la fantasía como
ligada a la responsabilidad del sujeto. El no querer saber nada de ese soldadura. Las fantasías ensamblan dos campos heterógenos, el de la
pensamiento heterogéneo respecto del resto de los pensamientos, va a satisfacción autoerótica y el del deseo sexual dirigido a un objeto. En
estar ubicado entre causa y efecto. realidad la pulsión sexual es al inicio independiente de ~):!jeto y se
Freud avanza en su pregunta por la causa y en la carta del 21 de necesita de una soldadura entre ambos que está posibilita~'tr la fun-
septiembre de 1897, que le dirige a Fliess, va a decir "ya no creo más en ción de la fantasía en la vida anímica.
mi neurótica". 3 ¿Qué consecuencias se desprenden ele esto? Una nove- Freud hace un pasaje de la vivencia sexual infantil a la sexuali-
dosa producción de saber respecto de la causa del síntoma que formali- dad infantil. Se define por lo infantil en la causa del síntoma y le da
zará en "Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las valor universal; la práctica sexual infantil, la actividad autoerótica
neurosis", ocho aüos después. Su increencia en el relato de la histeria mecánica, se liga en la fantasía con un deseo edípico determinando
como un cambio de posición respecto del padre en el lugar de la causa. la vida sexual adulta.
Esta operación permite que la seducción patm·na como vivencia
traumática para encontrar ::u nn la teoría. tanto. al padre "Hemos pasado inadvertidamente del problema de la causación
de la psiconeurosis al ele su naturaleza, pero no debe olvidarse
con el desprendimiento sexual como acontc>cimient o de cuerpo. Esta
que en las neurosis el problema etiológico no es menos compli-
teoría la escuchaba de boca de las histéricas. pero mkm{rn estaba en el
cado que en el caso de cualquier otra causación patógena". 6
centro de su conceptualización era también su creencia en el padre
como causa. Freud deja caer aq1wllo que daba ctwnta de su posición Freud va a decir que el síntoma es la práctica sexual del neurótico:
respecto de su propio padre, y es enlonces que la carta a Fliess clel 15
de octubre de 1897~ formula por primera vez su teoría del Edipo. No "Si uno se sirve de este insustituible método de indagación, se
sólo deja de creer en la eficacia de lo acontecido sino que esta increencia entera que los síntomas figuran la práctica sexual de los en-
nombra el atravesamiento de algo de su propio complejo paterno, en el fermos. No sólo una buena parte de la sintomatología histéri-
marco de lo que se llamó su autoanálisis. ca brota directamente de las exteriorizaciones de un estado de
Esta afectación es lo que lo lleva a formular que excitación sexual; no sólo de una serie de zonas erógenas se
eleva la neurosis, por refuerzo de propiedades infantiles, has-
"... en· lo Inconsciente no existe un signo de realidad de suerte que ta significaciones genitales: aun los síntomas más complejos
no se puede distinguir la verdad de la ficción poblada con afecto". 5 se revelan como figuraciones convertidas de fantasías que tie-
nen por contenido una situación sexual. La neurosis no trata
Esta formulación de la realidad en tanto realidad psíquica reordena sino de la sexualidad reprimida de los enfermos". 7
la concentualización de la causa del síntoma. "l\lis
didad en la de ( J HOfí· La defensa. entonces, ya no opera sobre el recuerdo de la vivencia
1906), encontramos las consecuencias epistémicas de esta operación prematura sexual y traumática sino ante la sexualidad infantil en la
que la fantasía tiene un doble valor: por un lado, encubre la práctica
sexual masturbatoria y, por otro, revela un deseo.
3
Freud, S. (1897), "Carta 69". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. I, p. 301,
Buenos Aires, 2003.
' Freud, S. (1897), "Carta 71". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. I, Bue-
1 6 Freud, S. (1905-1906), "Mis tesis sobre el papel ele la sexualidad en la
nos Aires, 2003. etiología de las neurosis". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. VII, p. 270,
5
Freucl, S. (1897), "Carta 69". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. I, p. 302, Buenos Aires, 1996.
Buenos Aires, 2003. 7
Ídem, p. 269.
4 8 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
~------------------~·--··----~~~---·~~-----~-.----·-----··---~~-----
8
Lacan, J. (1953), "Función y campo de la palabra y del lenguaje en Psicoaná- "Lacan, J. (1954-1955), El Seminario 2. El Yo en la Teoría de Freud y en la
lisis". Punto 1 "Palabra vacía y palabra plena en la realización psicoanalítci- Técnica psicoanalítica, capítulo 19 "La introducción del Gran Otro", p. 368.
ca del sujeto", p. 249. En Escritos I, Siglo XXI, Buenos Aires, 1991. Paidós, Buenos Aires, 1992.
10
Miller, J.-A., Recorrido de La.can, Manantial, Buenos Aires 1991.
S. Pino y M. A. Córdoba: 3. Síntoma-fantasía: la función de la palabra... 5 1
50 Construcción de los conceptos psicoanalíticos ----·-----··----~-·----~---·-·-···------------------~---
ofrece a la pulsión como otra satisfacción, y el carácter no influible de la satisface sus necesidades sin dilación. Entonces, la situación
moción singular del ello, la exigencia de satisfacción. que valora como 'peligro' y de la cual quiere resguardarse es
Freud presenta en este texto al síntoma como un sustituto, una la de la insatisfacción, el aumento de la tensión de necesidad,
satisfacción en lugar de otra, por la oposición del yo-defensa a la satis·· frente al cual es impotente" (Freud, S., 1926 [1925], p. 130).
facción pulsional. Para dar cuenta de esta sustitución parte de descri-
Freud sostiene a continuación que:
bir el mecanismo de la formación de síntoma; éste tiene por condición a
la represión primaria y, en un segundo tiempo lógico, el conflicto psí- " .. .la perturbación económica por el incremento de las magni-
quico entre la pulsión y el yo como la parte organizada del ello. La tudes de estímulo en espera de tramitación; este factor consti-
angustia do castración es señal de este conflicto y funciona como motor tuye, pues, el núcleo genuino del 'peligro'." (Freud, S., 192G
de la défonsa referente del síntoma. [1925], p. 130).
La iclea que Freud tiene del mecanismo psíquico va en la dirección
impresa por su teoría del conflicto peru, en paralelo a la descripción de La exigencia pulsional no es en sí misma un peligro. La idea de ''peli-
ubica el fundamento del síntoma en la de satisfacción, gro" el tratamif"rito qne produce la neurosis do la anulación de la
moción tmlsional del ello. De allí que afirme que: satisfacción por presentarse como l!nheimlich. La rnstración un con-
tenido psíquico que sostiene la teoría del confücto on Froud. La angustia
automática es que se opone a la síntesis y podemos hacer. apoya-
dos el texto la secuencia:
gustia traumática-extraterritorialidad del
p. 1 ~if"i). La de satisfacción de Ja moción pulswnal continúa en la
extraterritorialidad del síntoma es la nresencia no-ínfluíblü do la
Para clave la moción La lucha secundaria contra el síntoma es una conti-
en las neurosis traumáticas y la lucha
díciones económicas de una situación para la cual En la Addenda de síntonrn y angustia'" encontramos
contenido psíquico. Presenta al desvalimiento psíquico como un nom- un fragmento dedicado a la contrainvestidura desde el que interpreta
bre de lo imposible de representar. en distinto sentido el trabajo de la síntesis La reelaboración de
Freud debe construir en "Inhibición, síntoma angustia" los argu- "Recordar, repetir, reelaborar" (Durcharbeiten) deja de tener su funda-
mentos que hacen de la exigencia pubional un peligro y que justifican mento en el intento de tramitar lo perturbador para pasar a ser un
la puesta en marcha de la defensa. El argumento para la angustia- modo de satisfacción anudado a la fijación. La pulsión es un "peligro"
señal. es la separación de la madre en un primer momento y en la fase para el yo empujado a la compulsión a la síntesis.
fálica la angustia de castración con valor retroactivo. Lacan en su retorno a "Inhibición, síntoma y angustia" sostiene
"Así, la angustia se presenta como una neacción frente a la ausencia que la castración produce la anulación del goce a la vez que la reali-
del objeto; en este punto se nos imponen unas analogías: en efecto, tam- zación como otra satisfacción, el síntoma anudado al fantasma como
bién la angustia de castración tiene por contenido la separación rospec-
estimado erado la Freud un hilo que de
del 1915 hasta el final de su obra:
ración de la madre" (.Freud,
Es aquí donde podemos situar dos una, sin contenido a) "Los fragmentos de vida que fueron penosos" en "Recordar
psíquico y otra, que tiene por contenido la separación de la madre. Es repetir, reelaborar" (1915).
por eso que resulta revelador el párrafo siguiente: b) "La extraterritorialidad" del síntoma, en "Inhibición, síntoma y an-
gustia" (1925).
"La reflexión más somera nos lleva más allá de esa insisten-
cia en la pérdida de objeto. Cuando el niño añora la percepción c) El "fragmento de agresión libre", en "Análisis terminable e intermi-
de la madre, es sólo porque ya sabe, por experiencia, que ella nable" (1936).
6 l) Construcción de los conceptos p'3icuano.líticos
momentos de la conceptualización de la cura y a su vez los impases en Freud escribe inmediatamente después que "Análisis terminable e in-
la lógica de una cura que lo instan a interrogarse por lo asemántico. Ya terminable" (Freud, 1937), que ubica que ante lo imposible de recordar,
no se trata del arte de la interpretación, ni del vencimiento de la resis· aquello que nunca fue conciente, aquello que obedece a lo reprimido
tencia, sino de la resistencia al levantamiento de las resistencias, com· primordial, la convicción ele la construcción rinde lo mismo que el re-
pulsión a la repetición. cuerdo recuperado; es decir suple entonces una ausencia vía una fic-
Al tercer momento enunciado por Freud lo podemos pensar como ción. Pero algo muy importante es que si la construcción es aportada
aquel que alude a que el trauma es inherente a la estructura, es
pulsional: i;ero que aunque el analizante lo sospeche nada quiere
saber de esto y es respecto a este obstáculo que Freucl ubica modos
eso Lacan dirá que la construcción
posibilidad de que cuando el
.;¡,
por el analista su efecto puede ser la reacción terapéutica ~atíva. Por
del analizante, 1o
halle en comliciones de
íudica la
poeta
de resistencia como satisfacción del síntoma, en "Análisis termina· podrá atrás al partenai re analista como a una manifostación rPsi-
ble e interminable" ( J ~);)7¡, dual última de un anrilisis.
resistencias del ello parn Freud lo quP que, desde un planteo económico. ubica al
elaboración. Definidas l)ll "lnhíhíciún. síntoma trata del aforramümto a la necesidad de
derivadas ele la compulsión a la y clínicamente se manifiesta como reacción terapéutica
sión sino por la atracción que los dura al lazo alpartcnaire analista qup Fwucl define corno ese rwrsona_íe
ción entunces del extraño que al analizante crueles.
do como PÍ Dice Freud "Análisis tcnnínable P
rante el t analítico no
cias que las de una ftwrza que
la curación y a toda costa
cimiento. Aquí ubica Freud
devienen un pe11.gro nnsmo pnrn de las pulsiones de vida muerte como las respousableE> de imposibili-
IRmcmtable rle algunos anáfü;is, que amenazan al tar el principio del placer.
la situación analítica. La reacción terapéutica negativa es el modo clínico en el que ha-
Freud ubica a la viscosidad de la libido en "Análisis terminable e cia el fin del análisis se manifiestan estas resistencias como aferra-
interminable'' (1937). La refiere a aqtwllos análisis donde la cura es miento al padecer, último intento de ligarse partenaire analista,
lenta ya que los pacientes no pueden desasirse, no pw:den decidirse a justo cuando ya estaba por partir, el paciente empeora enfermando.
desasir investiduras libidinales de un objeto. FrPud ubica una fidelidad Conscientemente no se siente culpable sino Pnformo. se trata dPl
a las investiduras, fijeza que sná retomada justamente por Lacan al empeoramiento que acontece justo cuando ya estaba listo para arrn·
enfatizar "la fidelidad a la envoltura formal del sintoma", goce entonces glárselas sin el análisis.
Al incurable nivel de la estructura un análisis da la posibilidad al
de
de ser un obstáculo? Cuando se
que ratificación del proceso primario, ratificación en
para hallar los análisis cierto de rectificación. del sentido que afecta a la satisfacción como
que cuando efectivamente el analítico ha abú:rtcJ caminos nue- obstáculo. Un análisis no cura al sujeto de la pulsión, eso es imposi-
vos a la moción se obsen·a quP no se los empren· ble, y tampoco sería sostiene Freud, pero afecta al
de sin uirn nítida V>lcilación. der del factor cuantitativo de la intensidad pulsional. satisfacción neu-
algo inmutable, fijo petrificado, "'una suerte de . Si se rótica que intenta ligar, dar sentido, a lo imposible de ligar. A ese
trata de las resistencias del ello que son, como decíamos fantasmáticas, imposible de ligar Freud lo llama: fragmento de agresión libre, fuera
la herramienta para la elaboración será ya no la interpretación sino la de sentido e ineliminable. Delgado lo define a ese fragmento no ligado.
construcción. Es en "Construcciones en nsicoanálisis" (1937) texto que como lo incurable mismo.
6 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
Decimos que el psicoanálisis sólo pudo surgir después del surgimiento traumatiza, agujerea el discurso universal y da lugar a otra noción de
de las ciencias. Y así es. la causa- hasta el psicoanálisis de Lacan.
Se trata, entonces, del síntoma a lo largo de los desarrollos del psi-
"Freud permitió retomar las aporías de la Razón, pero soste-
niendo que la razón es una razón libidinal, criticando todo coanálisis. Desde su caracterización como cuerpo extraño, como prácti-
universal del Bien". 2 ca sexual del neurótico, como resolución curativa, en el caso Juanito
hasta llegar finalmente a:
Y entonces se tratará de las causas y del inconsciente.
"Para darse la cabeza contra la pared no hay que conocer los pla- "... el síntoma es indicio y sustituto de una satisfacci.µlsio-
nal interceptada, es un resultado del proceso represi~'r~'3
nos de la casa". Esta expresión, tan obvia, tomada de J. C. Milner
apunta de un modo claro a lo que nos concierne: ¿qué es lo que hace que Incluso con la segunda tópica -yo, ello y superyó- Freud dirá que
un muchacho joven, frente a un fracaso amoroso, llegue a su casa, se el núcleo del síntoma es la necesidad de castigo, la satisfacción ele la
dirija a su habitación y se dé la cabeza contra la pared y luego pase a necesidad de castigo.
repetir ese acto? ¿qué es lo que hace que Elizabeth Von R. padezca de El desarrollo del concepto se ha ido encontrando con obstáculos y
esa fatiga y dolores a[ andar? diferencias en la clínica. Es fundamental tomar en cuenta el valor ele la
Disfonía en la voz, hacerse dafio golpeándose, no poder caminar, transferencia y por lo tanto del lugar del analista en la clínica, para ir
dejar de conrnr hasta el límite de lo puor, quedar detenido frente a la situando dichos obstáculos. Freud nos habla de un síntoma neoformado
mirada de los otros. no podPr concentrarse en la beber has1a en relación a la persona del analista.
quedar inconsciente una y otra vez; inhibiciones, síntomas y angustias Lacan, en El Seminario 11. Los Cuatro Conceptos Fundamentales
que desde la época de Freud y en nuestros días ··con las Yariantes que del Psicoanálisis, explica el interés por el inconsciente que aparece
las épocas implican-- mueven a la pregunta acerca ele la causa y con- "en la experiencia". Así se puede entender muy bien su proposición del
ciernen al psicoanálisis de un modo particular. estatuto ético del inconsciente: el inconsciente no es, hay que produ-
Síntoma, goce y cuerpo arman nn nudo en la teoría psicoanalítica. cirlo y el analista forma parte, él mismo, de la producción del incons-
El sufrimiento que aparece indica la satisfacción libidinal en juego. ciente en cada paciente.
¿Cómo abordarlo? Pero no sólo los obstáculos transferenciales enriquecen y modifican
El psicoanálisis trabaja con la palabra. Las palabras hacen algo el concepto de síntoma, hay también un cambio de perspectiva en la
muy distinto que demostrar, las palabras perforan, las palabras emo- clínica de Lacan que está marcado por su trabajo a partir de la psicosis.
cionan, las palabras conmocionan, las palabras se inscriben y son inol- Es sabido que Freud no recomendaba trabajar con las psicosis. Mien-
vidables, y eso es porque la función de la palabra no está sólo ligada a la tras que la experiencia de las psicosis le ha permitido descubrir a La-
estructura del lenguaje, sino a la sustancia del goce. can que el síntoma es en sí mismo un modo de tratamiento, respecto de
Entonces surge la pregunta que debemos elucidar: ¿cómo es posible lo que no hay, y esto es lo que desarrolla en la segunda parte de su
intervenir con la palabra sobre lo real de un cuerpo? Dicho de otra enseñanza, cuando encuentra un síntoma nuevo, distinto del síntoma
forma, ¿de la nnalítica capaz de tener un efecto freudiano: el sinthoma joyceano, desarrollo que ubicamos en El Semi-
real? ¿un efecto nario 23. El Sinthome. Lacan se deja enseñar por las psicosis.
Real y goce son conceptos que no aparecen definidos en Freud. Por A partir de "un caso de locura" Lacan resalta como
eso el programa. lleva un recorrido que va desde la subversión freudia-
na y su teoría acerca del inconsciente, -lo qlw hace que podamos ubicar ".. .lo que llamamos un enfermo llega a veces más lejos que
la creación del psicoanálisis como un cambio de paradigma, aquel que lo que llamamos un hombre con buena salud. Se trata más
bien de saber por qué un hombre normal, llamado normal,
2
Laurent, E. (2007), Conferencia. de cla.u.sura de las VI Jornadas de la. ELP "La.
Experiencia. del Objeto en la Clínica Psicoana.lítica.. Cue1po y Causa'', celebra- 'Freud, S. (1926), «Inhibición, síntoma y angustia)). En Obras Completas,
3
das en Madrid el 10 y 11 de noviembre de 2007. Amorrortu, Vol. XX, p. 87, Buenos Aires, 1991.
no percibe que la palabra es un parásito, que la palabra es Lacan retomará de esta manera lo formulado respecto del síntoma
un revestimiento, que la palabra es la forma de cáncer que por Freud en "Inhibición, síntoma y angustia". Se tratará entonces de
aqueja al ser humano (... ) ciertamente Joyce nos permite ubicar el goce yendo más allá del sentido. Entonces, esta última tesis de
conjeturar algo ... "·1 Lacan subraya la necesidad de ir más allá de la función de la palabra
En la medida en que el fenómeno elemental, en tanto que manifiesta en el campo del lenguaje: el síntoma le obliga a introducir en el campo
el estado originario del sujeto en la lengua, es puesto al desnudo en la del lenguaje la instancia de la escritura, de la letra. Caracterizando al
psicosis, es pertinente pensar la neurosis a partir de la psicosis. Es sinthome, correlativo de una inscripción.
¿Por qué? En el lenguaje, se trata de un signiJicantE· ét~~:siempre
allí que Miller encuentra una plataforma para invitarnos a tomar el
remite a otro por la vía de la significación. El sinthome, remite a un
sinthoma como punto de partida para orientarnos en la cura de los
significante letra que indica una coalescencia, una conexión real entre
sujetos neuróticos. En su texto "La interpretación al revés" (1987)
significante y cuerpo.
ubica un nuevo régimen de la interpretación, formulado así:
La palabra es primera respecto de la escritura y lo que la escritura
"Una práctica que en el sujeto apunta al sinthoma no inter- escribe no es otra cosa que lo que del goce se fija. Dicho en otros términos
preta a la manera del inconsciente". 5 el goce se fija al escribirse. Producir la letra de goce del síntoma, lo más
singular de un sujeto, eso es un trabajo que se realiza en el análisis.
En el mismo texto dirá que se trata de Lenguaje, la lengua y letra son conceptos que en su diferencia defi-
nen fuertemente esta clínica.
"... acompañar al sujeto neurótico hasta los significantes ver-
Ubicar el síntoma como funcionamiento entonces poder ubicar lo
daderamente elementales, a contracorriente de la interpreta-
más singular del su modo de g·oce, sinsentido que señala su lazo
ción que de ellos ha hecho el inconsciente".
al mundo y es fundamental para que la cura a su finalización.
Es entonces que la dirección de la cura implica una reformulación: Al10ra, pasaremos el texto del último módulo módulo que
"El sujeto ubica el síntoma como disfunción, el análisis permite encon- ubica al síntoma corno funcionamiento- titulado a una pre-
trarle una función a ese síntoma".G gunta de Marcel Ritter". Es un texto de Lacan y se trata de un extracto
Nos encontramos así con el último módulo de nuestro programa que importante de lo que aportó en una reunión en Estrasburgo el 26 de
habla del sinthoma como funcionamiento. enero de 1975 en respuesta a una pregunta del psicoanalista Marcel Ritter.
Ubicar esta nueva perspectiva, como decíamos, tomando el aporte Primero situemos la pregunta. Ésta se orienta a partir del concepto
ele la psicosis -la palabra pasa a ser parásito·- implica una nueva refor- "Unerhannte", ubicado especialmente en la Trawndeutung y que Ritter
traduce del alemán como lo no-reconocido. Este Unerhannte está arti-
mulación de varios términos, de donde resulta que el lenguaje se define
culado a la cuestión del ombligo del sueño.
com.o una elucubración de saber sobre lalengua y sirve a la comunica-
El ombligo es ese punto en el que el sueño es insondable, es decir, el
ción, mientras que lo que llamará ]alengua sirve a otras cosas que a la
punto en el que el sueño se encuentra lo mús cerca posible de lo
comunicación, tiene una finalidad de goce.
U nerkannte, de lo no reconocido. Ritter dice que:
Lalengua es anterior al ordenamiento grama Al
hablar de lalengua, ya no se trata del sentido, .cino dd goce. " .... parece ser un punto ligado por un único hilo al contenido
manifiesto, un punto dt" falla en la red"
'Lacan, J. (1975-76), El Seminario 23. El Sinthome, Cap. VI, p. 93, Paidós, "¿en este Unerkannte podemos ver lo real?, ¿un real no sim-
Buenos Aires, 2006. bolizado? ¿Algo ante lo que el sueño en tanto que red se detie-
'' Miller, J.-A. (1996), «La interpretación al revés)). [,;n Entonces, shh, Eolia, ne, no puede avanzar?"
Buenos Aires, 1996.
" Miller, J.-A. (1998), El part:enaire síntoma, Cap. 1, p. 26, Paidós, Buenos Y agrega otra pregunta: ¿de que real se trata?, ¿es lo real pulsional?
Aires. Nos detendremos aauí.
Mildiner: 6. El de la materia: un 7 1
70 Construcción de los conceptos psicocmulíticos
-·-~---~- --~-~------------ ··-·----------- ·---··------------ ·-----·-----------
-Trabaja también en estas clases la relación entre los partenaires se- Conclusiones
xuados especialmente a partir de la afirmación: "la mujer es un sín-
toma para el hombre".
Se podría decir que hay un primer eje que se declina a partir de la
-Dice también que "Freud no tenía de lo imaginario, de lo simbólico y
articulación S 1-S 2 -que corresponde al cifrado y desciframiento del in-
de lo real la noción que yo tengo( ... ) Sin embargo tenía a pesar de
consciente, así como se desarrolla en la interpretación del sueño.
todo una sospecha. Ya que lo que ha hecho no deja de relacionarse El ombligo del sueño indica un punto en donde el orden del sentido
con la ex-sistencia, y por lo tanto, de aproximarse al nudo".
encuentra un límite. Eso no indica que se termine la cadena significan-
te. Tampoco el fin del análisis implica un fin a la cadena 1~~ificante.
-Dirá que si bien Freud no era lacaniano "... nada impide suponerle
Hay un segundo momento en el que se inscribe algo qu'Ert~ del orden
mis tres HSI, para ver cómo ha salido del apuro. En el discurso de
del envés de la articulación 8 1 -8 2 , en el sentido de una disyunción, de
Freud el nudo se sostiene desde una cuarta consistencia que es la
'realidad psíquica', el complejo de Edipo''. una ruptura de conexión 8 111 8 2.
Ubicarlo en relación a lo Urverdrangt, con el desarrollo realizado,
-En la cuarta clase también pronuncia la frase que marca una nueva es un intento de ubicar el nudo bono meo allí y nos lleva a subrayar que
vuelta al tema de la función paterna y que dice: "Un padre no tiene el nombre de la represión primordial como "no hay relación sexual",
derecho al respeto, sino al amor, más que si el dicho respeto, el dicho esto es, que el goce no está programado en la especie humana. Hay allí
amor esta -no van a creerle a sus orejas- pere-versement orientado, una ausencia, un vacío. Por lo tanto, el deseo no sigue una norma uni-
es decir, hace de una mujer, el objeto a que causa su deseo''. versal. Implica una desviación de entrada.
Este punto ubicado como límite en el sueño de la inyección de Irma,
Hasta aquí el punteo que habrá que leer detenidamente de las clases su ombligo, marca un límite a la interpretación, esto indica que nos
de "El Seminario 22". acercamos a lo desarrollado del síntoma como funcionamiento, a lo que
deviene signo y resulta irreductible de cada uno.
Bibliografía
E
de
l recorrido propuesto en este artículo se centra en el contexto clíni-
co, epistémico y político df'l lacaniano a la altura
clas¡, dt: El Seminurio 1 l. Los Cllatro conceptos fun-
dumentales del psicoanálisis, clase que conocemos como La excomu-
nión (Lacan, 1964).
de Lacan
M. A. Córdoba:
" .la nosición en que estuve durante dos afios, la de saber que
respecto a mi estaban como
hasta de alumnos analizados y analizados aún
en análisis" (Lacan. J. 1964, p. 12).
París Podemos leer aquí una anticipación del discurso del amo, como dis-
Po(fomos decir que este acto el que <la comienzo a lo que será para curso del inconsciente:
gran parte ele la comunidad psicoanalítica "la i:·nseñanza de Lacan".
" .. .la verdad del sujeto en un objeto velado por naturaleza,
Se autoriza en los diez aüos que dictó sú seminario psicoana-
hacer surgir ese objeto es el elemento de lo cómico" (Lacan,
listas, abriendo una nueva napa y en un nuevo en la École
Normale Sup1hieure. J. 1964, p. 13).
La lectura que hace de contexto político de su lugar allí es el de
una exconninión mayor. De Pste modo se identifica con Baruch de -----~------------~---
Su lugar, tal como él mismo lo señala, ya no es nn Jugar que está del En tanto entiende el psicoanálisis como una praxis, para él, al igual
todo dentro, y no se sabe si está fuera. Es muy interesante, cuando que para Freud, los conceptos tienen valor operatorio, son conceptos
seguimos la lectura de la clase, el modo en que Lacan se nombra a sí para la clínica, se trata del uso, del quehacer del analista.
mismo en un lugar topológica mente novedoso, podríamos decir en la Pero hay algo ele esta definición de la praxis, tratar lo real mediante
torsión misma de la banda de Moebius. lo simbólico, que no le alcanza para dar cuenta de la clínica, ya que lo
real desborda el ordenamiento conceptual.
Los fundamentos del psicoanálisis. La enseñanza de Lacan Habrá un movimiento en la enseñanza lacaniana que va ele tratar lo
real mNliante lo simbólico, u l nudo Borromeo donde cada ~:stro tiene
Como ,;eüalamus, Lacan va mas allá de lo institucional, un lugar topológico y una importancia intrínseca a la relación con el
entramamfo esos acontecimientos con pregunta por el psicoanálisis y otro sin primacía ele uno sobre los demús.
sus fundamentots: En su última lacaniana implicará un pasaje ele
la realiclacl ! inscribir la con-
z¡Uté en en relación con su
lweota militar de la modo de goce para detener la maquinaria infernal anclada en la rela-
ahora el asunto: lots furnlamento::o del ción síntoma-fantasma.
Psicoanálisis
Lacan de este modo comienza a darle lugar a lo que en su última teórica de Lacan en su última enseüanza. Disyunción entre lo real del
enseifanza llamará su herejía, palabra que resuena en la topología de goce y la verdad como argumento.
Jos nudos HSI. En El Seminario 23. El Sínthome, dirá que ser hereje de
la buena manera es reconocer y hacer uso de lo más singular del modo La problemática de la construcción de los conceptos y la
de gozar de cada uno, la naturaleza del sinthome, dejando de lado el praxis lacaniana
para todos de las ortodoxias.
Los conceptos en psicoanálisis no son cerrados, Laca~e pregunta
p5,icoanálisis y ciencia si hay conceptos analíticos formados de una vez por todas';lf.~Gs concep-
tos freudianos sou fijos o en evolución.
Tal como dejamos dicho má,; arriba, los conceptos en la práctica ana-
Frcud conmueve; el estatuto de saber de la ciencia, postulando con la
lítica tienen valor operatorio, no se trata del concepto cerrado teórica-
existencia dPl incon.sciente p] saber no c;abido, un saber "a producirse"
mente fino de otra coc;a, de la clínica, del uso, del que-hacer del analista.
en la analítica.
Lacan lo dice de en El Seminario 4. La relación de
Desde el comienzo el psicoanálisic; no entra en continuidad con la objeto, Pn relación al caso ,Ju anito:
produce una ruptura, la subvierte. trabaja con lo que la cien-
como resto, como desecho: el " ... para nosotros en d análisis se trata
Lacan en introduce la nar de permitirle al niño
que remiten a que sea una investi- mficacíones de lac; este sistema está prPñado, no quedarse
dice en la solución provisional consistpnte para él Pn ser un pequeño
fóbico temeroso de los cahalloc;. Pero esta ecuación sólo puede
que io espec1!1co un resolvcrse según sus propias las de dctermi-
do, pero que Pste cambia con el curso de evolución de una ciencia: dtt una dial6ctica precisa no Je otra. No se puede
el ejemplo paradigmático de ec;to ps la física moderna. Entonces, es la empezar sin tener en cuenta el orden simbólico que cstn ecua-
praxis, la experiencia la que delimita un campo, pero esto no basta para ción está hecha para sostener." (Lacan, J. 1956-1957, p. 404).
definir una ciencia. Para Lacan lo decisivo será
En El Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psi-
"... la pureza de alma del operador (... ) En las ciencias (... ) coanálisis, hace alusión a la novela de Moliere Las mujeres sabias,
nadie se pregunta nada por el deseo del físico. Por ejemplo, tomando el síntoma de mudez de uno de los personajes, sosteniendo que
Oppcnheirner" (Lacan, J. 1964, pp. 17-8). no se trata de encontrar el rasgo diferencial de la teoría que explique el
síntoma, sino que debe dejarse que hable el síntoma.
La ciÉ>ncia intenta escribir lo real mediante lo simbólico, suponien-
el deseo del científico en los efectos "El análisis consiste justarnPnte en hacerla hablar. El sínto-
ma, es en el mutismo en el que se supone
t¡ue habla" (Lacan. J. 19G4. p. 19).
De este modo Lacan sitúa que hay una disyunción esencial entre
l;eoría y práctica. Hiancia siempre abierta, no hay complementariedad Bibliografía
entre una y otra. Lo real de la clínica desborda el ordenamiento concep-
Lual, nuestra concepción del concepto entraña que este se establece
Freud, S. (1895), "Proyecto ele una psicología para neurólogos". En Obras
siempre por aproximación al modo del cálculo infinitesimal, sólo me-
Completas, Amorrortu, Vol. I, Buenos Aires, 1996.
cliante un salto, un paso al límite, ese límite siempre es el saber incons-
Lacan, J. (1956-1957), El Seminario 4. La Relación ele Objeto Paidós
ciente, lo que está en juego en la producción conceptual es la relación Buenos Aires, 2008. ' '
que el que teoriza tiene con su propio inconsciente. Esto es lo que Lacan
pone a cuenta del deseo original, la invención del psicoanálisis en rela- ----(1962-1963), El Seminarw 10. La Angustia, Paiclós, ~.l·,1· os Aires,
ción a Freud como sujeto del inconsciente.
2006. ~•"-'
El psicoanálisis como tratamiento del padecimiento, del malestar --(1964-1965), El Seminario 11. Los Cuatro Conceptos F'unclamen-
tales del Psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2005.
por la palabra, en su origen deja afuera el campo del goce, podemos
--(1971), "El Seminario 22. R. S. l.". Inédito.
situar de este modo lo que Lacan llama "el pecado original". Algo no
--(1975-76), El Seminario 23. El Sinthome, Paidós, Buenos Aires
analizado en Freud, creía verdadera la interpretación de la marca, de 2006. ,
este modo queda fuera el goce de la letra.
La disyunción esencial entre significante y goce, exige diferen-· Miller,,J.-~.' y otros (1~96-1997), Los inclasificables de la clínica psi-
ciar la marca como contingencia del goce. en el cuerpo, de la inter-
coanalitica. Colecc10n del Instituto Clínico de Buenos Aires Paidós
Buenos Aires, 1995. ' '
pretación de esa marca.
Miller, señala la orientación de la praxis lacaniana, poder orientar-
se por el goce en el proceso simbólico:
Federico Giachetti
Sabemos que hay tipos clínicos, hay estruetura, pero esto no nos
dice nada de lo singular de cada caso.
En "Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los
Escritos" Lacan, en relación al término estructura y sentido, plantea
que a una misma estructura no corresponde un sentido único en tanto
este último nos habla de lo particular (debe leerse singular) y de que no
hay sentido común, por ejemplo en la histeria; una histeria no nos dice
nada de otra histeria:
"-"""--"-----------""---"~--"-----""-----~"----------
Imposible Necesario Contingente Los casos se ordenan a partir de la dirección ele la cura orientada por
el deseo del analista, ele lo particular (el tipo clínico, lo formalizable) a lo
es posible qu,~ sea -No es posíble que no - Es posible que no singular (lo que excede la formalización, lo real del goce).
sea posible. sea posible.
A continuación Laurent se propone hacer un recorrido sobre cómo
se pai·te).
-No cesa ele escribirse. - Cesa de no
fue variando la manera de pensar el caso clínico y construirlo a lo largo
lnsiste en escribir escribirse. -Cesa de escribirse. de la historia del psicoanálisis a partir ele cómo se pensaba la clínica en
aquello que resiste a cada momento. Tenemos con Freud, el relato ele caso, que~,_ª seguir el
ser escrito. -Implica produccíón -Psicoanálisis. modelo ele la novela goethiana. En el modo de armar stlFistoriales
de una escritura de observamos claramente que Freud estaba muy influido por la época,
-Hespuesta diferente
-El fantasma, ¿se una marca, por la literatura del romanticismo. Un claro ejemplo es la novela Las
a la respuesta
puede hacer una encuentro. desventuras del Joven Werther ele Goethe. Se puede apreciar como la
necesaria del
lecturn que no sea acontecimiento. Algo
fantasma.
estructura de sus historiales respondía a este movimiento. Todo el rela-
necesada? se escribe.
to ele Werther sobre su sufrimiento en relación a un amor no correspon-
-Hay neurosis, -Escena contíngente dido se asemeja a la expresión de los sentimientos de Dora.
repetición. que se vuelve
necesaria parn la "¿No soy aquel hombre que otras veces deleita-
-El sí1ltorna es la vida satisfacción. ba con los más puros una sensibilidad
sexuül del neurótico, que a cada paso creía descubrir un y cuyo corazón
satisfacción -Algo se fijo a nivel de abierto a un amor sin límites, era capaz de abrazar el mun-
sustituttva qut' la pulsión.
do entero? Este corazón (está ahora muerto, cerrado a to-
contingentemente.
SUStltdyt:-
das las mis ojos están y mis acerbos
su::,tirnc1ón c.k un no
dolores, que no tienen desahogo, llenan dL: prematuras arru-
hay" gas mi frente. ¡Cuánto sufro! He perdido ese don del cielo,
que por sí solo embellece mi vida, esa fuerza vivificante
que hacía crear mundos a mi dolor". Goethe, ,Johann Wolf-
Volvamos entonces a la frase del autor "Inscribir en la necesidad la gang von, 177 4, p. 90.
contingencia del caso", donde por contingencia entendemos lo más sin-
gular de cada sujeto, su modalidad ele goce, mientras que del lado nece- Esta era la época de hacer conciente lo inconsciente, ele las asociacio-
sario nos quedaría el tipo clínico, lo particular. Parafraseando a Miller nes, de la interpretación de los sueños.
en su último curso "Sutilezas analíticas" (2011), el goce no está progra- En los años 20, con la crisis de la interpretación, tenemos un sínto-
mado, no es genérico, va a depender de ese encuentro contingente. ma que resiste al develamiento del inconsciente en relación a la pulsión
de muerte, al masoquismo, a las resistencias estructurales, al más allá
En la construcción del apuntar hacia
eso, hacia lo más singular del su modalidad de goce, lo real y su del principio del "Hay que resiste a la Pode"
cambio de posición con respecto a un camino que va de lo necesario mos tomar como referente freudiano para ubicar este movimiento el tex-
de la neurosis a lo contingente del encuentro para cada to "El yo, y el ello", de Ul23, donde Freucl va a plantear la idea de que todo
Cabe tomar la distinción entre dos reales que hace Lacan en 1974 lo reprimido es inconsciente pero que no todo lo inconsciente es reprimido
en "El Seminario 21": un real que funciona y que permite un aborda- (secundariamente) sino que hay algo reprimido primordialmente que
je vía la lógica como ciencia ele lo real y sobre el cual se puede esta- nunca fue conciente. Paralelamente, ya no alcanza con la interpretación
blecer leyes y el real del psicoanálisis que no funciona, que escapa a como herramienta para la intervención, sino que se va a requerir de la
la ciencia, el real de la no relación sexual. Nos estamos refiriendo a construcción. Estamos en el marco de la primera Guerra Mundial.
Este giro teórico viene acompañado de un cambio en la manera de
este segundo real.
construir el caso clínico. Melanie Klein es pionera, con el modelo de
9 o Construcción de los conceptos psicoanalíticos Federico Giachetti: 8. La construcción del caso clínico
"El registro de experiencias", sesión por sesión. Interés en "epifanía" En "Reflexiones sobre la envoltura formal del síntoma" Miller va a
propia ele cada sesión, manifestación del inconsciente en su materiali- decir, refiriéndose a las dos caras del síntoma, la cara del sentido y el
dad y demostración del "saber hacer" del psicoanalista. Importa la "Uni- goce que porta, que:
dad ele la sección clínica".
Lacan reemplazará lo exhaustivo (del relato del caso freudiano) por la "... el término envoltura plantea la cuestión de lo envuelto: el
síntoma no es todo significante, y lo negativo evocado por esa
coherencia del nivel formal donde se establece el síntoma. Vaciamiento
envoltura formal del síntoma es que él envuelve goce, materia
ele lo literario, mayor formalización, logificación del inconsciente.
gozante" (1992, p. 15). ~,¡;,
V a a realizar una relectura de los historiales freuclianos elevándolos ~~,r,
al paradigma -un ejemplo que muestra las propiedades formales de la Entonces en la construcción del caso clínico de lo que se tiene
manifestación del inconsciente. que dar cuenta es justamente de cómo se trabajó el síntoma tenien-
Dicho trabajo podemos encontrarlo por ejemplo en el "Esquema R" do en cuenta que no sólo, el síntoma porta un significado a inter-
donde Lacan reduce el caso Schreber a un esquema, o en "InterYencio- pretar sino que porta goce; con el síntoma se goza y justamente se
nes sobre la transferencia" (Hl51) donde reduce el caso Dora a una trata de poder hacer algo con esto. Sino, como diría Lacan, el psi-
serie de inversiones dialécticas y desarrollos ele verdad, así como tam- coanálisis sería una estafa.
bién trabaja la neurosis obsesiva y ubica su en "La dinécción de Laurent enumera las condiciones para que haya caso clínico:
la cura y los de su comenta sobrC> un pacien-
te, en el cual el no ttn-o que ver con el análisis de "Un caso es un caso si testimonia acerca de la incidencia lógica
de un decir en el dispositivo de la cura y de su orientación hacia
dad sino con sobre su propio deseo. Ahí Lacan trabaja la
tratamiento de un problema real, de un problema libidinal, de
"combinatoria general" que podemos encontrar en la neurosis obsesi-
un problema de goce(. .. ) es preciso además que el sujeto reconoz-
va y sus laberintos.
ca la posición que ha tomado allí en esta partida jugada lógica-
Entonces decir Laurent: mente, como en todos los grande juego (Laurent, E., 2007, p. 9).
"El paradigma hace surgir la estructura e indica tanto el lu- ¿Cómo tocar este goce? ¿Cómo tocar algo de lo Real por medio de lo
gar del síntoma en una clase, como los elementos sustancia-
Simbólico? ¿De qué nos está hablando Laurent cuando se refiere a la
les en la vida de un sujeto que se repiten y que permutan, o
incidencia de un decir en la cura? Para pensar estos interrogantes tra-
incluso los modos de declinación en la repetición de lo mismo"
bajaremos a partir del apartado del texto de Laurent "Del malestar a la
(Laurent, E., 2007, p. 8).
mentira del caso", pensando a la mentira como punto de simbólico en lo
Se trata entonces de armar una coherencia lógica del síntoma y real, a diferencia de la angustia que podemos pensarla como punto de
ubicarlo en una clase de síntomas para luego efectuar una deconstruc- real en lo simbólico. Se trata de una operación de lectura sobre el senti-
ción, no para fijar nada. do. Todos padecemos de la significación -cadena de representantes psí-
Este movimiento implica la vpz pasa de la envoltura formal quicos-, como seres parlantes, ése es el modo en que el lenguaje habita
al problema del goce. gn este punto se el cuerpo. que se decir sobre lo real vamos a estar en el
nes de Freud en de análisis de n caso de histeria" terreno de la no hay correspondencia entre palabra y Real. El
padecimiento por las significaciones que portamos, ésa es la verdad
(1905) para dar cuenta de lo inalterable y de lo que cambia en rela-
mentirosa de cada uno.
ción al síntoma:
El malestar como punto real-tal como lo trabaja Freud en "El ma-
"... el síntoma se asemeja según la expresión del Evangelio a lestar en la cultura"- es irreductible, es lo incurable, lo que no se puede
un odre viejo que es llenado con vino nuevo" (p. 48), "... debajo reducir más. Se trata en la dirección de la cura del quiebre de un senti-
de todo en la estratificación cabe suponer un estímulo de tos do existente para el sujeto, siendo el paradigma de la intervención que
real, orgánicamente condicionado, vale decir, el grano de are- va en este sentido, el chiste, sobre todo el chiste disparate que recupera
na en torno al cual el molusco forma la perla" (p. 73). el valor de lo contingente como modo de encuentro con lo real. Interven-
ciones que no van por la vía del sentido sino del sinsentido. v aue nroducen
2 Construcción de los conceptos psicoanalíticos Federico Gíachetti: 8. La construcción del caso clínico
un efecto de sorpresa. Intervenciones al modo de la alucinación verbal, La construcción del caso implicaría dar cuenta de la decons-
como un S 1 que no hace cadena. trucción que se ha hecho en un análisis en el camino que va de la
¿Cómo pensar al lugar del analista? verdad mentirosa al malestar como punto irreductible donde la
Lacan se refiere a lo "poco que sabemos en materia de lo real", sin mentira hace signo.
embargo eso no deja sin recursos a un analista. El analista no se iden-
tifica al saber de la experiencia dejando operar de una manera adecua-
da al Sujeto supuesto al Saber para que pueda surgir la contingencia,
para que haya encuentro. El analista no interviene desde su saber sino
desde su propia posición, dejando operar el deseo del analista. Laurent
afirma que el analista parte del fuera del sentido. El inconsciente del
sujeto será el que se tendrá que poner a trabajar y el que comandará
el juego de asociaciones. El analista deberá poder escuchar esto, no
desde su propio inconsciente e intervenir desde otro lugar. Luego ten-
drá que teorizar sobre los efectos de su práctica; por eso Lacan en "El
Seminario 22" va a decirnos:
"El analista es al menos dos, el analista para tener efectos es
el analista que a esos 0fec:tos los teoriza" (1974, p. 7).
Abigail Iosovich
'~''·
~~r~&;'c-
"... estaba sentada en el suelo, en un rincón, chupándose el Es decir que mediante el fantasma se articulan dos elementos hete-
pulgar de la mano izquierda, mientras con la derecha daba rogéneos, la dimensión simbólica y la dimensión real, y agrega: "Hay
una alusión velada de esto en el texto de Freud cuando dice que se
9 8 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
"----- ----------··-·----~-----·-~ ·-----.. ----·--·-------------------
__ Ajiigai!"l9sov_i~h:9~_e_l_a_L':z11,!_cisía :i_Ls_!ntoma: ~()ldadu1~a y het!'.~'()_gene_~~d,__2__2
Adriana Lafogiannis
.~."'·
fWJ-'~,~,
En esta segunda fase hay presencia de placer; Freud dirá que el Bibliografía
niño se satisface justo en el tiempo donde no hay representación,
porque ésta fase nunca será conciente. En esta línea se puede pensar
lo que subraya Lacan acerca de que el fantasma, que a diferencia del Freud, S. (1893-1895), Estudios sobre la histeria. En Obras Comple-
síntoma, no se interpreta. tas, Amorrortu, Vol. II, Buenos Aires, 1991.
--(1950), "Fragmentos de la correspondencia con Fliess". En Obras
Completas, Amorrortu, Vol. I, Buenos Aires, 1989.
De la gramática freudiana al axioma lacaniano --(1906-1905), "Mi tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología
de las neurosis". En Obras Completas, Amorrortu, Vol. VII, Buenos
¿Qué es un axioma? Es lo que ordena un campo epistémico. Lacan Aires, 1996.
--(1919) '"Pegan a un niño'. Contribución al conocimiento de la géne-
intenta darle una lógica a la gramática freudiana de "Pegan a un niño",
sis de las perversiones sexuales". En Obras Completas, Amorrortu,
proponiendo el axioma del fantasma. Es necesario hacer una reducción
Vol. XVII, Buenos Aires, 1991.
de la gramática y esta operación está en relación con la compulsión.
Lacan, J. (1966-1967), "El Seminario 14. La lógica del fantasma". In-
Se puede pensar el fantasma como la máquina que transforma el
goce en placer. El fantasma fundamental no es objeto de interpretación; édito.
Miller, J.-A., (2009), "El axioma del fantasma". En Conferencias porte-
a diferencia de las formaciones del inconsciente que si son interpreta-
ñas, Tomo l, Paidós, Buenos Aires, 2009.
bles. Lacan no puso el acento en la sino en la es decir
en su valor de axioma, allí la importancia del fantasma para el
nálisís. El fantasma como no es válido sólo para el sujeto sino
que se presenta así en la práctica analítica, es decir que implica un
sistema lógico. Para Lacan el fantasma fundamental, está ligado a una
significación absoluta, una de todo.
Al final de su seminario "La lógica del fantasma" (Lacan, 1966-1967),
Lacan dice que tiene una significación de verdad que no hay que enten-
der como la verdad del sufrimiento sintomático sino como una signifi-
cación de verdad lógica. Verdad para el sujeto que no envía a otra signi-
ficación, por eso no es interpretable.
Miller (Mjller, 2009) dice con respecto al texto de Freud que se nece-
sitan dos cosas para hacer un fantasma: primero, un goce, es decir un
placer proveniente de una zona erógena y, segundo, lo que llama la
representación del deseo. Ambas se pueden encontrar en la fórmula $a
a. ¿Cómo puede ser que dos elementos heterogéneos se vinculen entre
sí? La respuesta es que no es suficiente pensar a la práctica analítica
en el campo del significante, sino también en el campo del objeto o, para
decirlo freudianamente, en el campo de lo pulsiona L
Entonces, así como para Freud la fantasía es la soldadura del deseo
inconsciente con una satisfacción pulsional, produciendo un tejido a
partir del cual el neurótico no se entera de la castración estructural;
para Lacan el fantasma, que también determina el síntoma, viene a
funcionar como tapón del deseo del Otro, de la falta en el Otro, algo de lo
que el neurótico no quiere saber.
11. Síntoma y entraCla en ana11s1s
de estar sin quedar ni abolido, ni excluido, tal cual el discurso capitalis- del analista: la de avalar o no una demanda de tratamiento. El acento
ta, al rechazar la castración, empuja al sujeto hacia el goce. Esta dis- está puesto en la decisión del analista, ni los patrones ni el universal que
tancia que también es un margen más bien permite "hacer legibles los contiene la estandarización de las prácticas globales de la subjetividad
síntomas de la época" (Aramburu, J., 2004, p. 303), como así también guían esa decisión, sino los principios que fundan su ética. Hay en esta
los efectos que el discurso capitalista imprime en cada subjetividad. decisión una posibilidad que se asienta en un "no" que el analista puede
Sostener los interrogantes que se nos abren sin que la prisa nos realizar, aunque este "no" tome la forma de un "no por ahora".
tiente a comprenderlos y al mismo tiempo sin renunciar a alojarlos y a Como Freud nos dice "tomar conocimiento del caso" (HH3, p. 126),
trabajarlos, no sólo significa no retroceder ante las que lo además de obedecer a una motivación diagnóstica, per , el aloja-
actual presentifica; también permite que el psicoanálisis continúe sien- miento del pedido inicial y la apertura del dispositivo an tico. En la
do actual. Ya que además de constituirse como una del apertura y cierre que conlleva cada entrevista así como en los interva-
síntoma, su eficacia radica precisamente en Lorno a la posibilidad de los que las dividen, en cada cita la palabra del paciente es citada, ya que
incidir sobre el goce por medio de la palaLra. A esta que la palabra es el único medio para la realización de la experiencia.
porta la palabra en potencia respecto de incidir sobre el goce, Eric Lau- En este tiempo inaugural hay un pedido o una demanda de parte de
rent la rescata en su texto "El caso, del malestar a la mentira". Para aquel que se dirige al analista; esta direccionalidad del pedido supone
referirse a la lógica de la construcción de un caso, dice allí: por un lado la constatación previa de una cierta falla de saber acerca
del sufrimiento y por otro lado, la adjudicación de saber al analista.
"Un caso no reduce exhibir la Pnvoltura formal Un caso También una decisión llevada cabo en el momento de la consulta;
es un caso si testimonia acerca de la incidencia de un decisión que involucra una acción en -el es una
decir en el dispositivo de la cura, y de su orientación hacia el praxis que de la del cuerpo-- en especial a las
tratamiento de un problema real, de un problema libídinal, de palabras, ya que no hay inicio sin sean dichas actuadas.
un problema de Hay también una por de aquel que se propone
como paciente respecto de sus síntomas y del sufrimiento concernido en
Un decir que designa precisamente la enunciación desde la cual los ellos, a pesar de esperar del analista que provenga la restitución de ese
dichos se modulan. Sabemos que para llegar o no a esa incidencia, los saber faltante y constatado anteriormente. Sin tratarse de la operato-
dichos tienen que hacerse presentes y desplegarse en cada encuentro ria del Sujeto supuesto al Saber, tenemos los tres términos que lo cons-
entre aquel que se dirige a pedir un tratamiento y el analista. El inicio tituyen: Sujeto-supuesto-Saber.
de un tratamiento analítico se desprende del pedido que alguien realiza En "Introducción al método psicoanalítico", Miller dice:
respecto de aquello que no funciona, que se desacomodó. El inicio se
desprende en el punto en que hay un umbral que delimita la entrada en " .. .la práctica de las entrevistas preliminares es consecuen-
análisis y en este sesgo no es el tiempo cronológico el que lo determina cia directa de cómo damos una estructura a las bienveni-
sino más bien el tiempo lógico que conlleva cada experiencia analítica. das" (1998, p. 18).
Freud, en unos de sus escritos técnicos, más precisamente, en
Desde el inicio, dar una estructura a las bienvenidas implica que el
"Sobre la iniciación del tratamiento", respecto de un
analista pedido inicial y oferte una estructura a la particular
de tratamiento, realizar entrevistas previas a modo de ensayo, reco-
bienvenida. La oferta reconoce la particularidad de cada demanda. Hay
nociendo allí un fin:
una particular bienvenida según cada demanda. El reconocer Y el ope-
"... tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el rar con la particularidad de cada quien, puesto que es desde "el caso por
psicoanálisis" (1913, p. 126). caso" que se plantea la intervención del psicoanálisis; es una evidencia
que merece desnaturalizarse. En nuestra actualidad, el avance de las
En este tiempo de ensayo ubica el comienzo del psicoanálisis y el prácticas universalizantes y estandarizadas como tratamientos al pa-
requerimiento que obedezca a las reglas del mismo. En este tiempo decer subjetivo, operan rechazando la particularidad, es decir, descono-
previo, preliminar, en el cual el inicio queda aplazado y al cual Lacan ha cen al semejante como aquel que es radicalmente diferente a uno. De
dado en llamar entrevistas preliminares, se halla en juego una decisión esta manera, no sólo callan al padecimiento sino que además lo fijan, lo
11 Construcción de los conceptos psicoanalíticos ______ --~ at¡¡_l ia Lo_i:~l_l.f\__ Contarbío_:__l: l. Sínto,::i<:_i:_J en1:7.~oda. en _a.nálisi¡;__ 11
-·-----·-·-~----·-----··-----~~-
anclan. Es un modo de petrificar la subjetividad y de reproducir una al entramado discursivo que el yo intenta mantener en su síntesis. Es
misma demanda que demanda asistencia, que es también decir: consu- un ~;a ber que se ha articulado de otra manera a la verdad, la cual
me asistencia, circuito garantido concomitante a la lógica dn 1 mercado. sic~mpre es verdad-mentirosa y medio dicha, pero principalmente es
Ahora bien, ¿qué es lo que implica darle una cita a la palabra? ¿Cómo un saber que se ha cernido en torno al sinsentido. Este saber es solida-
pensar el síntoma en la entrada en análisis? rio de la introducción del inconsciente en la experiencia, en términos
En una entrevista realizada a Lacan en 197[), en ocasión del dictado freudianos: la otra escena.
de una conferencia en la Universidad de Yale, en los Estados Unidos, Darle cita a la palabra supone que los dichos se hagan presentes, se
dice al respecto de las entrevistas preliminares: desplieguen precisarrwnte porque ellos son funcionales a~¡,sumento,
es decir: al sentí do. la posición del sujeto respecto de ~r&'Ue dice lo
"A los analizantes, se trnta de hacerlos entrar por la puerta, que delimita el lugar de la enunciación, entonces, equivocar los dichos,
que el análisis, sea un umbral, que haya para ellos una ver- (en el sentido de introducir el equívoco que supone la lógica significan-
dadera demanda. Esta demanda, ¿qué es de lo que quieren te), según cuán consistentes ellos se entramen en el discurso del pa-
desembarazarse? Un síntoma (... ) Trato que esta demanda ciente, es de la intervención del analista. Como así también di-
los obligue a hacer un esfuerzo ... Yo pongo el acento en la de-
mensionar su lugar en la transferencia ya que el lugar del analista
manda. Es necesario que algo empuje" (1975, p. 2).
evoca al Otro del analizante. Es precisamente por no serlo que esta
diferencia le permite hacer uso del lugar de supuesto al saber para
Me Íl1t0n,só este comentario qiw ! . nl propiciar, en palabrns de Freud: "un trabajo psíquico" (1912, p. 103).
costado de la porquP él delímitn la.e: condicione:" dé• pro- El en el inicio del análisis delimita un cierto franqueamien-
ducción del E'Íntoma analítico. en un tiempo anterior que este se to de lR posición del sujeto. Un franqueamiento que deviene en un cam-
produzca, es decir: antes de la entrada en análisis. Decir síntoma ana- bio o rectificación de la posición subjetiva.
lítico es t111n bién ubicar ese aspecto del síntoma que pone forma El paso o atravesamiento de ese umbral que ocasiona la entrada
en la transferencia, tal cual Freud descubr0 en torno a la neurosis en análisis, también conlleva una caída, una cesión del sentido abro·
artificial -de transferencia-. chado en el síntoma y por ende una cesión de goce en la economía
En este comentario Lacan aísla la deínanda dEd síntoma, la verdad libidinal del sujeto.
del saber y la posición del analista del analizante. Hay en primer lugar La puesta en forma del síntoma en transferencia, en lo que en él hay
una verdadera demanda (demanda analítica) que no queda subsumida de incipiente respecto de la envoltura formal del síntoma, es viabilizada
en la demanda inicial, es decir, requiere de cierta construcción. Puede porque también el síntoma es una formación de compromiso y su arti-
o no llegar·a producirse tras ese encuentro entre paciente y analista. culación al significante lo convierte en interpretable. De allí que el sín-
En segundo lugar, Lacan reconoce una ligadura existente entre la toma habla y la pulsión se satisface, muda.
demarida inicial y el padecimiento ubicado en el síntoma que es posi- Quedará en la cuenta del analizante subjetivizar el lugar que en
ble de ser tratado. al mismo tiempo in- tanto sujeto franqueó en ese momento de apertura al análisis. Será la
función del deseo del analista la que separe la transferencia de la repe-
º"º
de lo que
tición, cada vez, a lo largo de la travesía.
del anab-
li1 causa d0 l vacante al Sin demanda no hay síntoma, ni posibilidad que devenga lo singular
saber. El analista debe renunciar saber y al la transfe- que hay en cada quien que demanda. Sin apertura no hay cierre, como
rencia le Al quedar vacante el saber, esta pregunta es a su vez así también sin entrada no hay salida, ni cura que incluya lo incurable.
una incógnita que introduce en acto, cada vez que el saber es a produ-
cir del lado del paciente-analizante.
Este saber reprimido que el paciente ignora, ya que el sujeto por
estructura ignora la causa que lo divide, puede o no producirse. Es
importante aclarar que lejos de tratarse de un saber que se adiciona o
se acumula, es un saber que una vez producido. resta v desccomnlet.11
116 Con,·tntcción
Aramburu, J. (2004), "El deseo del analista", Tres Haches, Buenos Aires.
Delgado, O. (1999), Los bordes en la Clínica, JVE Editores, Buenos Mercedes Sim.onovich
Aires.
Freud, S. (1912), "Sobre la dinámica de la transferencia". En Obras
Completas, Amorrortu, VoL Buenos Aires, Hl79.
"Sobre la iniciación tratamiento". En Obras Completas, de y
Amorrortu, Vol. XII, Buenos 1991. bibliografía: "] nhíbíción,
J. "Entrevista ,Jacques Lacan en la Universidad de , 1 "Los tres del Edipo", Lecturas del Se-
Yale". En Scilicet Nº 6/7 del 24 de noviembre de de! Edípo", "Dos notas sobre el niño",
de Yale. el y por último ''Análisis de la
Laurent, E., "El caso, del malestar a la mentira". Texto publicado en la como referente clínico.
Revue de la Ecole de La Cause Freuclienne Nº 50, París En el capítulo IV de "Inhibición, síntoma y , 7 Freud traba-
J.-A. "Introducción al método con el caso ,Juanito para la lucha defensiva contra el
Buenos 1998. síntoma. Ubica en el caso una moción su sustituto-síntoma
y el motivo de la
Juanito no quiere andar por la calle porque siente fren-
te a los caballos. Lo que como una indeterminada
se transforma en
1
Freud, S. (1926 [1925]), "Inhibición, síntoma y angustia". En Obras Comple-
tas, Amorrortu, Cap. IV, Vol. XX, Buenos Aires, 1991.
"Lacan, J. (1957-1958), El Seminario 5. Las Formaciones del Inconsciente,
Paidós, Cap. X, Buenos Aires, 2006.
3
Miller, ,J.-A. (2000), "El tercer tiempo del Edipo". En Lecturas del Seminario
5, pp. 57-65,Colección del Instituto Clínico de Buenos Aires, Paidós, Buenos
Aíres. 2000.
·• Lacan, J. (1969), "Dos notas sobre el niüo". En Intervenciones y textos, Ma-
nantial, Buenos Aires, 1988.
5
Lacan, ,J., (1975), "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma". En Interven-
ciones .Y textos 2, Manantial, 1975.
6
Freud, S. (1909), ''Análisis de la fobia de un niüo de cinco aüos". En Obras
Completas, Amorrortu, Puntos I, lI y Ill, Vol. X, Buenos Aires, 1991.
7
Ídem, op. cit., p. l.
5
Ídem, op. cit.,.l, p. 199.
psicoa1v1Jit1.cos del 11
Freud da un paso más y enmarca el caso Pn el Edipo, lo dice en estos Este segundo caso le sirve para sostener su hipótesis de que la
términos: celos y hostilidad hacia el padre a quien el niño también representación d(c: ser devorado por el padre, es una expresión regresi-
ama, conflicto por ambivalencia. vamente rebajada de ser amado por el padre, eq el sentido del erotis-
La hipótesis freudiana es que la fobia intenta resolver este conflicto. mo genital. Aparece entonces la regresión como otro modo de defensa
Queda ubicada la moción pulsional reprimida: un impulso hostil del que dispone el yo.
hacia el padre. Impulso insoportable debido al conflicto por ambivalen- Lo que Freud ubica como impulso reprimido, tanto ep el caso Juani-
cia, material que Freud extrae del análisis. to como en el del Hombre de los Lobos, es un impulso hostil hacia el
Ante la por el caballo mordedor, Hans relata cómo vio padre que queda reprimido por transformación en lo cont-8: se teme
rodar un caballo un con había su venganza y por esto se transforma en el miecrt'f~ ser devo-
jugado los caballos. B~stas nrn nifestaciones sumadas a su anhelo de rado por ser mordido en los respectivamente; la formación
que el padre no regresara de un estaría entonces al servicio de la Pero Freud agrega que es-
Hans una moción dre rfosreo: ''Oiril:~ el nAtlre lastimase a la vez son manifestación regresiva de "ser amado
como el caballo el no habría solamente sino también una
asesina del complejo de Edipo. satísfacción pu lsional en juego.
llegamos dE~ la moción nsesína a la fobia? Recordemos el otro Una vez situado esto, señala otro impulso reprimido: el amoroso
componente del Edipo: el incesto. Este último acarrea el temor a la hacia el padre (igualmente castrador que el hostil, en un caso por
del adversario el estado de en el otro por nos dice el proceso
En este Freud diferencia recae sobre todos los componentes del Edipo, se reprime así
solamente seüala lo que Freud llama en "La disolución del comoleío de Edino" una "in-
clinación sin !O
mer paso de la articulación antes situada la retaliación la angus-
tia temor provoca. Freud dice que hasta todo parece cla- los dos principales del Edipo
ro, pero señala que hicieron falta dos sustituciones: padre por caballo el amor a la madre y el odio al padre. En consecuencia, Juanito se
y hostilidad por temor. aparta de la madre.
El Hombre de los Lobos reprime en cambio la disposición amorosa
"Por lo tanto hay algo que no está en orden, ya sea en nues- hacia el padre, el apartamento del Edipo es por premisa: si fuera objeto
tro modo de concebir la represión o en nuestra definición de amor del padre, debería estar castrado.
del síntoma''. 9 Las dos formas del Edipo (positivo y negativo) naufragan ante el
complejo de castración. Así, la idea que fue reprimida es la de el peli-
Se pregunta por la mutación del afecto, además de la del objeto y en
gro de ser castrado por el padre como castigo por una satisfacción
este punto necesita recurrir a otros casos.
prohibida en ambos casos. Leemos en esta prohibición un modo neu-
Se refiere al caso del Hombre de los Lobos. cuyo miedo era ser devo-
rótico de velar lo imposible.
rado por un lobo, y al de un joven norteamericano que no desarrolló
Freud agrega que la del yo y no del proceso repre-
zoofobia pero sí la fantasía masturbatoria de ser devorado por
sivo como había sostenido hasta entonces. Este viraje en el texto da a
un claro sustituto del padre, por un cuento escuchado en la
la par que ubica al miedo a la castración como un miedo real: la angus-
infancia. Ubica entonces que en el Hombre de los Lobos hay sustitución
tia causa la represión y no al revés.
del objeto (padre por lobo) y modificación a nivel de la pulsión (ser ama-
Hay angustia de castración y por ende hay represión: ésta es la
do por/ser devorado por) y que en el joven norteamericano no encontra-
nueva afirmación de Freud. Esto queda así ubicado luego de que Freud
mos sustituciones: allí donde no hay sustituciones la fantasía es mas-
-recurriendo a la agorafobia- pone en relación la tentación sexual
turb¡i.toria, algo de lo sexual no quedó inscrito como prohibido.
localizada en el Edipo y el miedo a la castración.
10
Freud, S. (1924). "La disolución del Complejo de Edipo". En Obras Comple-
9
Ídem, op. cit., 1, p. 97. tas, Amorrortu, Vol. XIX. Buenos Aires, 2003.
1 o CONCt_']JtúS del
Es la segunda tópica freudiana la que implica el abandono de esa donde el niño pone al en de la madn:. para no quedar
hipótesis, que era sostenida desde la primera nosología, donde las neu- sometido al caprícho de última. Ante la suposición de que lo que
rosis de angustia junto con la neurastenia formaban parte del concento la madre desea es el falo, el niño se identifica a ese lugar, entrando
de neurosis. La afirmación frnudiana estaba basada en la 'de así en la significación fálica.
que la interrupción de la c1rnsada por la represión, produ- Lacan dice que en ese primer tiempo, es la existencia del orden
cía Si bien esto varía concepción metapsico- simbólico del cual la madre depende, lo que permito al niño cierto
l~gica q~e hay detrás. Freud advierte una contradicción: en ía ;epre- acceso al objeto de su deseo. Este objt•to el falo. La significación que
swn forma ck libido de la pulsión surg(' de la sustitución de Dl\1 por NP, E's aquélla que pr íbe al niño
del instaura como r ado d(· la
trata de cierto
fa lo) de un objeto
Los tres tiempos del Edipo " . .la posibilidad de estar castrado es esencial en la asunción
del hecho de tener el falo". 15
Lacan dice del niño que "su deseo es deseo clel deseo de la Para esto dd)erá intervenir el para que eficaz-
pero a la vez desc_ubre que "hay en ella deseo ele Otra cosa distinta que mente, dice Lacan que antes debe estar fuera del sujeto, constituido
satisfacer m1 prop10 deseo". Según Lacan es allí, en ése descubrimiento, como símbolo. Lacan agrega que, para prohibir las primeras manifes-
taci<mes del instinto sexnal en el con la madre es suficiente. Sin
1
Delgado, O., "Pulsión de muerte, angustia y síntoma", Cap. VII. Inédito.
.'.
H Lacarl, J. (19G9), "Dos notas sobre el niii.o". En Interuenciones y textos, Ma-
1
-.Lacan, J., (Hl75), '"Conferencia en Ginebra sobre el síntoma". Bn Interuen- nantial, p. 56, Buenos Aires, 1988.
cio_nes .Y textos 2, P. 127, Manantial, 1975. 15
11 Iclem op. cit. 2, Miller, J.-A. (19%-96), "l<;l Inconsciente Intérprete". En
Idem, op. cit. 2.
Frend1:01w Nº 1 p. 170, Paidós, Hl95.
Construcción dr Eí
embargo, el entra en juego como portador de 121 de la inter- En el caso de la niüa es diferente, no tendrá los títulos, pero sabrá
dicción del incesto, ya que prohíbe a la madre como objeto. Podría- dónde ir a buscarlos.
mos pensar que al prohibirla la señala como objeto de ese instinto
sexual que despierta en el niüo. Esto, según Lacan, es la entrada en Del ser al tener
el mundo de la palabra
A partir este desarrollo podría armar la secuencia:
" ... que somdP al deseo de cada cual al deseo del Otro". 16 deseo imposible de satísfecho. prohibición paterna que recae sobre
Esta prirnNa simholiznción, constituye a la nrnrlre como sujeto de- ese se!'íala un ()bjeto y fi
seante hacl? a la metáfora erna. nalmente identificación al Identificación que, al
Entonces. en d mer tiempo. el nífio se identifica al falo en ser al Ideal del yo, tiene el de u.na demanda de amor-y
tanto que de deseo ele la madre. Así introduce su demanda,
16
fdem, op. cit., 2. p. 194.
20
17
fdem, op. cit., 2, p. 194. fdem, op. cit., 2, p. 197.
21
18
Íd1?1n, op. cit:., 2, p. 19,1. Ídem, op. dt., 2, p. 193.
19
fde111, op. cit., p. 199. fdem, op. cit., 2, p. 193.
12 Construcción de los conceptos psicoanalíticos Mercedes Simonovich: 12. El del ser al tener 12
Desde esta perspectiva, la privación de la madre en el segundo Si Lacan se ve empujado a crear el concepto de metáfora paterna,
tiempo, conmueve al niño del lugar de ser el falo y lo conduce al allí dónde llega a la conclusión de que hay un momento en que el niño
tercer tiempo, aquel tiempo en el que tendrá cierto acceso a la posi- debe reconocer que no tiene aquello que en realidad tiene para acceder a
bilidad de tener el falo. una identificación sexuada; podemos decir que es precisamente en el
¿Por qué se hace necesaria una prohibición para transitar el camino paso del ser al tener, donde Lacan introduce este concepto. Lo que el
del ser al tener el falo? niño acepta es no ser el falo; ésta es la imposibilidad que, desde el Edipo,
Siguiendo a Lacan, podríamos encontrar una respuesta a esta pre- se lee como prohibición del incesto y del parricidio bajo amenaza de
gunta en la fobia de Juanito. Podemos suponer que, frente a la destitu- castración. Así la prohibición del incesto aparece justo ~lí donde hay
ción de Juanito del lugar de falo por el goce que aparece en su propio una imposibilidad estructural: ser el falo de la madre. ·;~;T;
cuerpo, él necesita una prohibición ya que:
23
Idem, op. cit., 3, p. 61.
13. Juanito: un caso ejemplar
apari~ ;de
1
1
Freud, S. (1909), "Análisis de la fobia de un niüo de cinco aüos". En Obras
Completas, Amorrortu, Vol. X, Buenos Aires, 1991.
128 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
A esta altura, Freud va a interpretar todo el desarrollo y la solución de 1909. A esta altura, y gracias a su estudio de otras fobias (ver el
de la fobia como la manera que tiene el niño de procesar y superar el Hombre de los lobos), Freud llega a la conclusión de que es la angustia
complejo de Edipo y la amenaza de castración, producto ele sus propios de castración -que surge en el yo-, lo que llama a la represión. La
deseos amorosos a la madre y hostiles hacia el padre. La fantasía del angustia pasa a ser la señal ante un peligro real que es la castración y
fontanero al final ele la fobia le confirma a Freucl el logro de la solución es esta angustia la que produce la represión.
ele dicho problema. Freud y el padre ele Juanito ven en esta fantasía la ¿Cómo piensa Lacan el caso Juanito? En El Seminario 4. La rela-
superación ele la amenaza de castración ya que ésta representaría la ción de objeto, de 1956-19673 , Lacan trabaja la fobia de Juanito respec-
obtención ele otro falo que sería utilizado en el futuro. to de los tres tiempos del Edipo. Considera que antes de ,Juani-
En "Inhibición, síntoma y angustia", u,xJo ele Hl:'.5, Freud ubica la to está en el primer tíempo del Edipo. Es decir, la se
aparición ele la fobia como la respuesta frente a un conflicto ele ambiva- sitúa para el niño respecto del falo imaginario que se es o no para la
lencia centrado en el padre. Sostiene en este texto que lo que se reprime madre. De ahí el interés de Juanito por el falo y su falta en todos los
es la hostilidad hacia el padre. Se pn,gunta, en prinrnr lugar, sobre la objetos. El hecho de que empiece de pronto a tener erecciones comple-
formacíón de la fobia en el de dicho impulso hostil. Freud dice allí jiza ya ese plano entre la el niño y el falo como
que siJuanito mostrara miedo o angustia frente al padre sería normal, objeto de deseo de la madre. lc~l acontecimiento del nacimiento de la
dado que es el objeto rival del niño respecto de la madre. Agrega ense- hermana contribuye a sacar a Ju anito de este circuito, ya que otm
guida que lo que hace que sea una neurosis es la sustitución del padre puede ocupar ese lugar de falo imaginario para la madre. El desprecio
por el caballo. Que al caballo corno sustituto para la formación de la madre por el falo real de ,J que él le ofrece cuando lo
del Freud lo por el retorno al totemismo: en la heren- toca, es también un factor de desplazamiento del niño de esta situa-
cia filogenétíca del hombre el animal representa al totémico. Luego ción de deseo respecto de la madre.
Freud dice que si es sólo el objeto el que se que Frente estos tres acontecimientos, t~rección del pene, nacimien-
Juanito tuviera una inclinación a maltratar a los caballos, con lo cual to de la hermana y del falo del niño es que se la
tampoco trataría de una neurosis. Lo que pensar a fobia aparición de la
como un sustituto de la hostilidad hacia el padre es entonces para Fnmcl Juanito, que debe reubicarse respecto de ser el falo imaginario de
la sustitución del objeto y la transformación del afocto. Freud agrega en la madre para pasar a tenerlo en el futuro para ofrecerlo a una mu-
este texto que en la fobia no sólo existe el·mecanismo de la represión, jer, debe pasar por el complejo de castración. Es decir, debe produ-
sino que también hay regresión. En el temor a que un caballo lo muer- cirse la intervención del padre, tanto para privar a la madre de ese
da se ve la regresión de la libido del estadio genital al estadio oral. objeto (el niño como falo), como para permitir la identificación del
Por otra parte, en esta transformación por el síntoma se suprime niño en tanto portador del falo. Es el paso al segundo y tercer tiempo
también la·tendencia cariñosa tanto al padre, cuyo cariño contribu- del Edipo lo que se ve afectado en ,Juanito y es por ello que la fobia
yó a la represión de la hostilidad, así como también la tendencia viene en su auxilio, dice Lacan.
cariñosa hacia la madre. En El Seminario 4. La relación de objeto, Lacan dice que el sínto-
Freud va a decir que el motivo de la represión hay que buscarlo ma de la fobia es el que permite desarrollar los fantasmas
en la elección del niño de la preservación de los genitales. Freud para atravesar el complejo de Edipo y el de castración, debido
dirá que por miedo a la castración reprime tfuanito la hostilidad al a que el padre no interviene ahí satisfactoríanrnnte. A esta altura de la
padre. Ser mordido por el caballo es finalmente la sustitución de enseñanza de Lacan la fobia tiene la función del mito, es decir, permite
ser castrado por el padre. desplegar los fantasmas inconscientes, es decir, subjetívar los proble-
Por otra parte, en este texto Freud rectifica su antigua concepción mas que se le plantean tempranamente al niño. Mediante la fobia el
de la angustia como transformación de la libido, presente en el historial niño interroga el problema del nacimiento (fantasía de la cigüeña), el la
2
Freud, S. (1926), "Inhibición, síntoma y angustia". En Obras Completas, ,¡ Lacan, J. (1956-1957), El Seminario 4. La relación de objeto, Paidós, Buenos
Amorrortu, Vol. XX, Buenos Aires, 1991. Aires, 2008.
1 ~o Construcción de los conceptos psicoanalíticos Damasia Amadeo de Freda: 13. Juanito: un caso e1e11wlar l'.H
castración de la madre (el tema de las bragas de la madre) y la castra- ya que en algún lugar ambos saben que no llegan a saturar con esa
ción en el nifio (fantasía del fontanero). presencia la castración de la madre. La madre desea el falo porque sabe
En esta época Lacan dice que el caballo de la fobia es el padre, pero que no lo tiene y el nifio ocupa durante un tiempo ese lugar de objeto
que es también la madre, el niño y el falo. Es decir, 17 realidad para el fálico de la madre, pero siempre en un movimiento que es de ausencia y
nifio queda punteada por este objeto cuyas distintas funciones van a de presencia, lo que facilita la salida de ese lugar. Cuando el nifio ocupa
permitirle a ,Juanito atravesar el complejo de Edipo y el complejo de el lugar de objeto del fantasma de la madre, ocupa un lugar que cierra
castración allí donde la intervención paterna no bastó por sí misma. en la madre la posibilidad de interrogarse respecto del deseo. Sabemos
Lacan centra la problemática, por un lado, en que la palabra del padre que el fantasma es una significación absoluta que tapo~l problema
no tiene valor para la madre de Juanito y, por otro, en que el de la castración, castrnción que es también lo que da lugt1Fal deseo. El
padre es demasiado contemplativo con el niño. En la observación vemos nifio, ubicado en este lugar, verá limitada su capacidad de movimiento
que ,Juanito no expresa en ningún momento temor al padre y más bien frente al deseo de la madre que se presentará también saturado por ese
parece demandarle esta función de interdicción. "Tienes que estar celo- objeto. Al mismo tiempo, ubicado en este lugar, el niño cierra todo acce-
so", le el en del proceso. so en la madre su verdad y por este hecho él estará expuesto a
En el final de la fobia. Lacan no ve, como sí Freud y el oadrn de un mayor soborno en su fantasma.
Juanito. un tlesenlace amr:nte satisfactorio del tercer tiem- En este sentido, podríamos pensar que Juanito no a ocupar del
po del es decir. el del en el que. una vez atravesado el todo ese lugar de objeto en el fantasma materno, sino más bien un lugar
identifica más flexible que el síntoma de la fobia ilustra. Él tiene la posibilidad de
que tiene el falo junto con la promesa que le hace al atravesar. por medio del síntoma, lo fallido de la intervención del
ner de él en el futuro. que, lo deja un poco a merced del capricho de la madre, con
Para Lacan. y la observación. en el fantasma del fontanero no el riesgo constante que muestra la observación de quedar atrapado en
es seguro al otro falo el del que le esa El síntoma de la fobia tiene una ya una
(,Juanito no dice que se lo cciloc21 de y Ja rdación de Juaníto con solución por sí pero también otra salida, ya que su inter-
"sus hijos para Lacan un enigma respecto de su futu- pretación en el análisis permite revelar la verdad que éste encubre.
ra posición en la SE'xualidad. En la "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma'', 5 Lacan centra el
En "Dos notas sobre d nifío". 4 Lacan habla del síntoma del nifio tema de la fobia de Juanito, ya no en el complejo de Edipo, sino en el
como pudi0·ndoselo pensar dE'sÜe dos ángulos: bien como respuesta a lo goce hétero que produce la erección del pene para el nifio. A esta altura
que hay de sintomático en la parental, y entonces el síntoma del Lacan rectifica completamente la noción freudiana del autoerotismo
niño representaría la verdad del síntoma de los padres, lo que facilita- infantil para decir que el nifio se ve amenazado, atemorizado por este
ría, por otra parte, el trabajo analítico con el nifio: o bien el síntoma del goce que no puede subjetivar como propio y que vive como ajeno. Lacan
nifio püede dominar la subjetividad ele la madre, ;;olviendo muy dificul- va a decir que el caballo
toso el trabajo analítico con el nifio. En este s0gundo caso, Pl nifio viene
a ocupar Pl del dt>l de Es decir. el niño "... que cae, que corcovea, que piafa, que va y viene, que tiene
cierto modo de deslizarse en los andenes"
vendrfo. a taponar ser la castrnción de madre.
esta altura de la enseílan7.n de Lacan. p<'nsiu entonces que el representa muy bien aquello que el niño tiene que enfrentar y sobre lo
síntonrn es una respuesta la castración del Otro no ya una alterna- cual no entiende nada. Es decir, el caballo ya no representa a los perso-
tiva a la amenaza de castración en el sujeto. najes del Edipo, sino la autonomía de los movimientos del pene que deja
Hay que pensar que el niño como falo de la. madre participa siempre perplejo a Juanito. Lacan dice allí que
de una dimensión de coartada, tanto para el nifio como para la madre,
5
1
Lacan, J. (1969), "Dos notas sobre el nifio". En Intervenciones y lextos, Ma- Lacan, J., (1975), "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma". En Interven-
nantial, Buei1os Aires. ciones y textos 2, Manantial, 1975.
1 2 Construcción de los conceptos psicoanalíticos
Hay algo 11llí que sucede para el rüfm en una dimPnsión desconocida, el dinero él". Una afirmación solemne anudada a una condición
interdícción dPl padn-, ¡{t;jando como resto la prohi- absurda, incumplible (en el lenguaje del pensar obsesivo la absurdi-
'~'""'H",, satisfacci<íu (placer) que ril sujeto abandona. Aho- dad significa ironía).
ra bien. puntuación fk Osvahlci "siempre hay
"Ahora bien. así. se había cometido el crimen, la blasfemia de él
una satisfacción pulsional", entonces de la renuncia trae aparejado contra las dos personas que le eran más caras, amada;
una satisfacción en misirni. Fn.ud esto un y la punición consistió en imponerse un
renuncia rnás intenso el pcllkr del jurnmPnto imposible de cumpliL. (Freud, pp.
per-
mite los ue,.,µ10"'" que