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TOMO XI. - NÚM.

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de empiria, empiria raci


pÓCRATES incorpora las
mente la historia de l
dicos y neumáticos hac
tre si, cada uno de los
cina hipocrática. GALENO
en un estadio superior
pues, a la Medicina e
tica : cada periodo es
HISTORIA DE LA M;EDICINA EN LOS AÑ O S guiar y «absorbido»-aU
superior. Niega DAMERO
DEL ROMANTICISMO máticcs sobre el pasado,
' por el pre necesario, y comba
sieran introducir la Mé ·
Profesor Dr. PEDRO LAIN ENTRALGO dice-escribe DAMEROW
Catedrático de, Historia de la Medicina en la Universidad de Madrid. co, un médico como H~
nacer su tiempo y Ja l
L9. Revolución francesa es a la vez término, triun- como en HERDER, SCHELLING y la «escuela histórica» ; mismo.» Todo lo aconte
fo y catástrofe de la Ilustración. No es extraño que o dialéctico y sistemático, como e~ HEGEL y en MARX; racional. El porvenir d
después de ella, con el Romanticismo, corriese un dila- o «mecánico» y «positivo», como en COMTE, es cosa autor no menos hegelia1
tado río de nostalgia histórica por toda la anchura ulterior a la común raíz de todos ellos. Lo decisivo pia del espíritu que se •
de Europa. Después de tan larga ascesis racionalista, es que durante la primera mitad del siglo pasado hay mismo ; o, con otras p
<mna cálida palpitación de ternura-escribe CROCE-- un general esfuerzo por comprender unitaria y evo- Psiquiatría es la tarea
dilató los pechos al abrazar la vieja religión, las vie- lutivamente «toda» Ja Historia; y que, frente al prag· que conoció y oyó a HEm
jas costumbres nacionales, regionales y locales; al en- matismo histórico de los ilustrados, para la nueva ao- durante el máximo auge
trar en las viejas casas, en los castillos y en las cate- titud «todo» lo histórico va a tener un sentido positi· obra admirándose de la
drales; al volver a cantar las viejas canciones y a vo en el «progreso» de la Humanidad. permite al historiador en
soñar las viejas leyendas». La historiografía y la vida Sería ocioso intentar aquí un diseño de las distintas tantos siglos. Podía hah
se llenan de estos sentimientos ; se escribe historia interpretaciones a que esa idea radical-la evolución escabel de historiador Il
sentimental y nostálgica, como si la felicidad hubiese histórica-ha sido sometida. Ahí están las casi qui· en el penúltimo párrafo d
residido alguna vez sobre la tierra-me<iievalismo ro- nientas páginas que TROELTSCH dedica al tema en Bis hierher ist das Be1
mántico, elogio del ancien régime, nostalgia russonia- Der Historismus und seine Probleme. Aquí me limita· aqui ha llegado la conc·
na de un feliz y antehistórico état de nature-, e se ré a estudiar el reflejo que cada una de enas ha te- M. B. LESSING (2) y 1!
construye el relato histórico con fines restauradores o nido en la historiografía médica. originalidad, copiándola l
contrarrevolucionarios. La Geschichte der Heilkunde, de HECKER (1822-291. bra historiográfica de D
Sería un error, no obstante, pensar que son la nos- y Ja Compendiase Geschichte der Medizin, de gonales, se hace patente
talgia y el afán restaurador las notas que mejor defi- ROHATZSCH (1839), son, a la zaga de SPRENGEL, la úl· grafía idealista : la hist
nen a la historiografía del período romántico. Una idea tima secuela de la historiografía pragmática de la toria» ; esto es, el sacri
cuasi-mágica ha penetrado en Jos espíiitus: la evolu- Medicina. Pero, ya antes, la decisiva influencia del a la mayor gloria del coi
ción. No es enteramente nueva. En cuanto el mundo idealismo romántico había dejado huellas visibles en HEGEL, con profunda, P~
y el hombre proceden de una creación, y existen se- el alma de los historiadores médicos. Las palabras nostaba a los filólogos c
gún ese modo de existir de las cosas contingentes que «evolución» y «Sistema» prenden fácilmente; cinco histórica. Si esto lo pu
llamamos tiempo, el hombre concibe a la Historia lustros van a ser testigos del afán médico · por com- -que para ser genio en
como una sucesiva madurez, una «evolucióm> desde prender sistemática y evolutivamente el curso hist.ó- ftlólog(}-, Ja postura es pe
aquella creación inicial hasta su último fin. Así han rico de la Medicina. También aquí han marcado SCHEL· do o tercer orden. La Pi
pensado casi siempre los autores cristianos, en oposi- LING y HEGEL su impronta cálida y ambiciosa. mediocres, privados del
ción a la idea helénica del «retornoii. Aun en los mo- l. Si no la más temprana, Ja más importante hue· 2. La consideración org
mentos en que la «razón» tuvo máxima prevalencia, lla del . evolucionismo idealista en la historiografia tórica, tan genuina cri
no olvidó el mundo europeo una noción tan metida médica es la de HEGEL. HEINRICH DAMEROW (1) es el Volksgeist como organis
en su inicial entraña. En HERDER hay una idea vita- médico que va a «hegelianizarn la historia de la Medi· HUMBOLDT, «escuela histó
lista y orgánica de la e"l:olución histórica a través de cina. DAMEROW entiende a la Medicina-a la vez cien· rifeos en Ja historiografí
los diversos «espíritus nacionales»; TURGOT, por su par- cia · y arte-como una manifestación parcial del fSpi· pJo KIESER, LEUPOLDT y,
te, habla de una serie histórica Antigüedad-Cristia- ritu en su evolución dialéctica, y se propone descubrt el crítico y ecléctico Qu
nismo-Tiempo moderno, progresiva de uno a otro tér- el orden racional y el sistema de esa evolución. DA· KIESER (5) es tal vez
mino. LESSING vuelve de modo laico a la idea medie- MEROW tiene «la inconmovible conciencia» de que la cos románticos y el más
val-pascaliana de la Historia como sucesiva educa- historia de la Medicina, «en su pasado, presente Y miento del hombre como
ción del hombre ; y ahí está, en fin, la genial síntesis entero porvenir, en modo alguno e& un caos o una el que las enfermedades
de Vrco entre la concepción cristiana de la Historia y cosa sometida al azar, sino un alto orden sujeto a plasias las considera e
el retorno circular-corsi e ricorsi-de los antiguos. ley». Quiere entender el pasado y el presente de la hombre, a los procesos
Con el siglo xxx, Ja idea de la evolución se pone en Iv1edicina, para que «de la unidad de ambos se des- dades «animales», etc. Es
el primer plano del pensamiento. Pero en la Historia ya arrolle un más alto futtu'O». La «fortuna» renacentista car a la historia de la Me
no se ve una progresiva peregrinación de seres con- h¡i. quedado convertida en «neresidad lógica».
orgánica, siquiera sea en
tingentes regida desde fuera de ella por una provi- DAMEROW cree descubrir una trina estructura en la cisa. En el Entwurf eine
dencia. divina, sino un despliegue de la divinidad mis- <dey» que preside esa evolución : habría tres épocas der Medizin, que encabez
ma, inmanente a la misma Historia. Que esta evolución fundamentales, cada una dividida en tres períodos. E: 6 izin, introduce la idea d
histórica sea unas veces de tipo organicista, vegetal, comienzo de ia Medicina lo constituye la conjunciór.

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TOMO XI. - NÚM. 163 MEDICAMENTA 281

d~ empiria, empiria racional y especulación ; como Hr- sión de la historia de la Medicina. Un signo muy típi-
!'(A:RATES incorpora las tres, en él comienza verdadera- co de.! nuevo sesgo es la estimación positiva de PARA·
mente la historia de la Medicina. Empíricos, metó- cELSo--recuérdese la enemiga de los médicos e historia-
dicos y neumáticos hacen progresar, aisladamente en- dores «ilustrados» contra él-y el paralelo que estable-
tre si, cada uno de los tres componentes de la Medi- ce entre su reforma de la Medicina y la religiosa de
cina hipocrática. GALENO representa una nueva unidad LUTERO.
en un estadio superior de la evolución, etc. Se ve, Sigue su camino, en múltiples trabajos, J. M. LEU·
~ues a la Medicina en continua progresión sistemá- POLDT (6). LEUPOLDT considera a la Humanidad como
~ca; cada período es l"igurosamente necesario, sin- un solo hombre en crecimiento-otra vez la vieja y
AÑOS gular y «absorbido>>-au/gehoben-por el siguiente y vivaz idea agustiniana-cuyas enfermedades son las
superior. Niega DAMEROW, la licitud de los juicios prag- epidemias. Distingue dos ciclos en la evolución orgá-
máticos sobre el pasado, en cuanto el pasado fué siem- nica de la Medicina, según una sugestión de KIESER :
pre necesario, y combate a los que en su tiempo qui- el greco-pagano y el germano-cristiano, ambos esca-
sieran introducir la Medicina hipocrática. «Si alguien samente relacionados entre si, y cada uno con creci-
jjce-escribe DAMEROW-que es un médico hipocráti- miento autónomo en su propio ámbito. PARACELSO es
co, un médico como HIPÓCRATES, sólo confiesa desco- venerado como el primero en comprender orgánica-
;:ocer su tiempo y la Historia, y desconocerse a si mente a la Naturaleza; lo cual, dice LEUPOLDT, solo
«escuela histórica»; podía acontecer en el espíritu de una ciencia germano-
HEGEL y en MARX: !ll.lsmo.» Todo lo acontecido es, en suma, necesario y
en COMTE, es co, racional. El porvenir de la Medicina lo ve nuestro cristiana. El Volksgeist rige, pues, las vicisitudes de
is ellos. Lo decisivo autor, no menos hegelianamente, en la Medicina pro- la Medicina, y hasta permite escribir una curiosa Po.
~!a del espíritu que se sabe a si mismo y es para si pular-Philosophie der Heilkunde. Al cosmopolitismo y
del siglo pasado hay
der unitaria y evo- mismo; o, con otras palabras, en la Psiquiatría. La la intemporalidad de la raison había de seguir esta
que, frente al prag- Psiquiatría es la tarea del médico futuro. DAMEROW, sumersión romántica en lo nacional-popular e his·
que conoció y oyó a HEGEL-era Privatdozent en Berlin tórico.
' para la nueva ao- durante el máximo auge del gran genio-, termina su
r un sentido positl- QurrzMANN (7) representa el remate critico de la
idad. obra admirándose de la sencillez con que el «Sistema» historiografía médica idealista. Siente, nos dice, «el
permite al historiador encerrar el inmenso trabajo de encanto inexpresable que hay en recoger, como en un
>eño de las distinta.e; ntos siglos. Podía haber escrito desde su modesto
adical-la evolución vaciado, la enLera totalidad (de la historia de la Me·
escabel de historiador médico, lo mismo que HEGEL dlcina) y en esculpir la imagen total de la ciencia
están las casi qul- :n el penúltimo párrafo de su Filosofía de la Historia : en un solo bloque marmóreo» ; pero en la revista
dedica al tema en Bis hierher ist das Bewusstseyn gekommen, «hasta critica a que somete a los diversos «sistemas», ningu-
e. Aquí me limita- aqui ha llegado la conciencia». no le parece hallarse a la altura de tan magno em-
una de ellas ha te- M. B. LESSING (2) y E. YsENSEE (3) continúan sin peño. Cree, incluso, que por el momento debe aban-
originalidad, copiándola literalmente muchas veces, la donarse la idea de realizarlo: está lejos todavía
e HECKER (1822-29),
der Medizin, dt' 1bra historiográfica de DAMEROW. En ellos, figuras epi- -dice-el rey de la historiografía que de ello sea ca-
de SPRENGEL, la úl- gonales, se hace patente el gran fallo de la hlstorio- paz; falta todavía mucha investigación de detalle.
pragmática de la ¡¡rafía idealista : la historia como «filoso!fa de la his- Adscribiéndose todavía a las filas de la historiografía
tlsiva in:fiuencia del toria»; esto es, el sacrificio de la fuente documental idealista, QurrzMANN señala, en 1843, veintiséis años
~ la mayor gloria del conjunto sistemático. El propio después del Entwurf, de KIESER, el tránsito al perío-
huellas visibles en
HEGEL, con profunda, pero no íntegra razón (4), de- do filológico-crítico de la historia de la Medicina.
llicos. Las palabras
fácilmente ; cinco n0.1taba a los filólogos como enemigos de la ciencia En 1846 fundaba HENSCHEL la revista Janus. Zeits-
histórica. Si esto lo puede decir el genio filosófico chrift für Geschichte und Literatur der Medizin, ple-
médico por com-
nte el curso histó- -que para ser genio en acto ha de ser también algo namente dedicada a investigación minuciosa del dócu-
~Iólogo-, la postura es peligrosa en hombres de segun- mento histórico. Después de los «Ideólogos» viene la
an marcado SCHEL-
Y ambiciosa.
do o tercer orden. La prueba está en estos ensayos época de los filólogos y arqueólogos. Pero la obra ge-
lás importante hue- !llediocres, privados del mínimo rigor. nial, titánica a veces, de los filósofos de la Historia,
la historiografía 2. La consideración organísmica de la evolución his- no podia perderse como una voz en el desierto.
DAMEROW (1) es el tórica, tan genuina criatura del Romanticismo-el
istoria de la Medi- Volksgeist como organismo vivo: HERDER, SCHELLING, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
cina-a la vez cien- HUMBOLDT, «escuela histórica», etc.-tiene también co-
rlfeos en la historiografía médica. Sirvan como ejem- (1) Elemente der nachsten Zukuntt der Medizin, ent-
n parcial del f'Spi- wickelt aus der Vergangenheit und Gegenwart.
e propone descubrir plo KIESER, LEUPOLDT y, en una zona de transición,
1 crítico y ecléctico QUITZMANN,
(2) Handbuch der Geschichte cter Medizin, Berlín,
1838.
esa evolución. DA·
ciencia» de qne la KIESER (5) es tal vez el más genial de los médi- (3) Geschichte der Med. u. ihrer Hilfswiss., 1840.
cos románticos y el más consecuente en el entendí· (4) V. Ortega, La «Filosofía de la Historia», de Hegel, y
asado, presente y la historiologta. «Obr. compl.», II, pág. 1.447.
es un caos o una miento del hombre como un organismo evolutivo, en (5) System cter Medizin, mit einem Entwurf einer
to orden sujeto a el que las enfermedades son regresiones: a las neo· Philos. Gesch. der Mect., 2 vol. Halle, 1817.
p!P.sias las considera enfermedades «vegetales» del ((j) Allg. Gesch. a. Heilk.; Erlangen, 1825; Paieon
el presente de la oder Popularphil. der Heilk. u. ihr. Gesch., Er-
de ambos se des- hombre, a los procesos inflamatorios como enferme- langen, 1826; Gesch. der Gesundheit u. d.
¡tuna» renacentista dades «animales», etc. Es también el primero en apli- Krankht., Erlangen, 1842; Ueberblick über a.
:r.r a la historia de la Medicina la idea de la evolución Gesch. der. Mect., en el «System d. Med. d. Theo-
[id lógica». phrastu.s Paracelsus», de Preu, Berlin, 1838;
ia estructura en ln orgánica, siquiera sea en forma incipiente y poco pre- Die Gesch. et. Med. nach ihrer ob1ectiven u.

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' abría tres épocas clo:a. En el Entwurf einer philosophischen Geschichte subfectiven Seite. Berlín, 1863.
der Medizin, que encabeza su famoso System der Me- (7) Van den Mediz. Systemen u. ihr. Geschichtl.
n tres periodos. El Entwickl. Munlch, 1837. Gesch. der Med. in
uye la conjunción c'izin, introduce la idea del Volksgeist en la compren- ihrem gengenw. Zustande. Karlsruhe, 1843.
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