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TOMO XI. - NÚM. 163 MEDICAMENTA 281
d~ empiria, empiria racional y especulación ; como Hr- sión de la historia de la Medicina. Un signo muy típi-
!'(A:RATES incorpora las tres, en él comienza verdadera- co de.! nuevo sesgo es la estimación positiva de PARA·
mente la historia de la Medicina. Empíricos, metó- cELSo--recuérdese la enemiga de los médicos e historia-
dicos y neumáticos hacen progresar, aisladamente en- dores «ilustrados» contra él-y el paralelo que estable-
tre si, cada uno de los tres componentes de la Medi- ce entre su reforma de la Medicina y la religiosa de
cina hipocrática. GALENO representa una nueva unidad LUTERO.
en un estadio superior de la evolución, etc. Se ve, Sigue su camino, en múltiples trabajos, J. M. LEU·
~ues a la Medicina en continua progresión sistemá- POLDT (6). LEUPOLDT considera a la Humanidad como
~ca; cada período es l"igurosamente necesario, sin- un solo hombre en crecimiento-otra vez la vieja y
AÑOS gular y «absorbido>>-au/gehoben-por el siguiente y vivaz idea agustiniana-cuyas enfermedades son las
superior. Niega DAMEROW, la licitud de los juicios prag- epidemias. Distingue dos ciclos en la evolución orgá-
máticos sobre el pasado, en cuanto el pasado fué siem- nica de la Medicina, según una sugestión de KIESER :
pre necesario, y combate a los que en su tiempo qui- el greco-pagano y el germano-cristiano, ambos esca-
sieran introducir la Medicina hipocrática. «Si alguien samente relacionados entre si, y cada uno con creci-
jjce-escribe DAMEROW-que es un médico hipocráti- miento autónomo en su propio ámbito. PARACELSO es
co, un médico como HIPÓCRATES, sólo confiesa desco- venerado como el primero en comprender orgánica-
;:ocer su tiempo y la Historia, y desconocerse a si mente a la Naturaleza; lo cual, dice LEUPOLDT, solo
«escuela histórica»; podía acontecer en el espíritu de una ciencia germano-
HEGEL y en MARX: !ll.lsmo.» Todo lo acontecido es, en suma, necesario y
en COMTE, es co, racional. El porvenir de la Medicina lo ve nuestro cristiana. El Volksgeist rige, pues, las vicisitudes de
is ellos. Lo decisivo autor, no menos hegelianamente, en la Medicina pro- la Medicina, y hasta permite escribir una curiosa Po.
~!a del espíritu que se sabe a si mismo y es para si pular-Philosophie der Heilkunde. Al cosmopolitismo y
del siglo pasado hay
der unitaria y evo- mismo; o, con otras palabras, en la Psiquiatría. La la intemporalidad de la raison había de seguir esta
que, frente al prag- Psiquiatría es la tarea del médico futuro. DAMEROW, sumersión romántica en lo nacional-popular e his·
que conoció y oyó a HEGEL-era Privatdozent en Berlin tórico.
' para la nueva ao- durante el máximo auge del gran genio-, termina su
r un sentido positl- QurrzMANN (7) representa el remate critico de la
idad. obra admirándose de la sencillez con que el «Sistema» historiografía médica idealista. Siente, nos dice, «el
permite al historiador encerrar el inmenso trabajo de encanto inexpresable que hay en recoger, como en un
>eño de las distinta.e; ntos siglos. Podía haber escrito desde su modesto
adical-la evolución vaciado, la enLera totalidad (de la historia de la Me·
escabel de historiador médico, lo mismo que HEGEL dlcina) y en esculpir la imagen total de la ciencia
están las casi qul- :n el penúltimo párrafo de su Filosofía de la Historia : en un solo bloque marmóreo» ; pero en la revista
dedica al tema en Bis hierher ist das Bewusstseyn gekommen, «hasta critica a que somete a los diversos «sistemas», ningu-
e. Aquí me limita- aqui ha llegado la conciencia». no le parece hallarse a la altura de tan magno em-
una de ellas ha te- M. B. LESSING (2) y E. YsENSEE (3) continúan sin peño. Cree, incluso, que por el momento debe aban-
originalidad, copiándola literalmente muchas veces, la donarse la idea de realizarlo: está lejos todavía
e HECKER (1822-29),
der Medizin, dt' 1bra historiográfica de DAMEROW. En ellos, figuras epi- -dice-el rey de la historiografía que de ello sea ca-
de SPRENGEL, la úl- gonales, se hace patente el gran fallo de la hlstorio- paz; falta todavía mucha investigación de detalle.
pragmática de la ¡¡rafía idealista : la historia como «filoso!fa de la his- Adscribiéndose todavía a las filas de la historiografía
tlsiva in:fiuencia del toria»; esto es, el sacrificio de la fuente documental idealista, QurrzMANN señala, en 1843, veintiséis años
~ la mayor gloria del conjunto sistemático. El propio después del Entwurf, de KIESER, el tránsito al perío-
huellas visibles en
HEGEL, con profunda, pero no íntegra razón (4), de- do filológico-crítico de la historia de la Medicina.
llicos. Las palabras
fácilmente ; cinco n0.1taba a los filólogos como enemigos de la ciencia En 1846 fundaba HENSCHEL la revista Janus. Zeits-
histórica. Si esto lo puede decir el genio filosófico chrift für Geschichte und Literatur der Medizin, ple-
médico por com-
nte el curso histó- -que para ser genio en acto ha de ser también algo namente dedicada a investigación minuciosa del dócu-
~Iólogo-, la postura es peligrosa en hombres de segun- mento histórico. Después de los «Ideólogos» viene la
an marcado SCHEL-
Y ambiciosa.
do o tercer orden. La prueba está en estos ensayos época de los filólogos y arqueólogos. Pero la obra ge-
lás importante hue- !llediocres, privados del mínimo rigor. nial, titánica a veces, de los filósofos de la Historia,
la historiografía 2. La consideración organísmica de la evolución his- no podia perderse como una voz en el desierto.
DAMEROW (1) es el tórica, tan genuina criatura del Romanticismo-el
istoria de la Medi- Volksgeist como organismo vivo: HERDER, SCHELLING, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
cina-a la vez cien- HUMBOLDT, «escuela histórica», etc.-tiene también co-
rlfeos en la historiografía médica. Sirvan como ejem- (1) Elemente der nachsten Zukuntt der Medizin, ent-
n parcial del f'Spi- wickelt aus der Vergangenheit und Gegenwart.
e propone descubrir plo KIESER, LEUPOLDT y, en una zona de transición,
1 crítico y ecléctico QUITZMANN,
(2) Handbuch der Geschichte cter Medizin, Berlín,
1838.
esa evolución. DA·
ciencia» de qne la KIESER (5) es tal vez el más genial de los médi- (3) Geschichte der Med. u. ihrer Hilfswiss., 1840.
cos románticos y el más consecuente en el entendí· (4) V. Ortega, La «Filosofía de la Historia», de Hegel, y
asado, presente y la historiologta. «Obr. compl.», II, pág. 1.447.
es un caos o una miento del hombre como un organismo evolutivo, en (5) System cter Medizin, mit einem Entwurf einer
to orden sujeto a el que las enfermedades son regresiones: a las neo· Philos. Gesch. der Mect., 2 vol. Halle, 1817.
p!P.sias las considera enfermedades «vegetales» del ((j) Allg. Gesch. a. Heilk.; Erlangen, 1825; Paieon
el presente de la oder Popularphil. der Heilk. u. ihr. Gesch., Er-
de ambos se des- hombre, a los procesos inflamatorios como enferme- langen, 1826; Gesch. der Gesundheit u. d.
¡tuna» renacentista dades «animales», etc. Es también el primero en apli- Krankht., Erlangen, 1842; Ueberblick über a.
:r.r a la historia de la Medicina la idea de la evolución Gesch. der. Mect., en el «System d. Med. d. Theo-
[id lógica». phrastu.s Paracelsus», de Preu, Berlin, 1838;
ia estructura en ln orgánica, siquiera sea en forma incipiente y poco pre- Die Gesch. et. Med. nach ihrer ob1ectiven u.
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' abría tres épocas clo:a. En el Entwurf einer philosophischen Geschichte subfectiven Seite. Berlín, 1863.
der Medizin, que encabeza su famoso System der Me- (7) Van den Mediz. Systemen u. ihr. Geschichtl.
n tres periodos. El Entwickl. Munlch, 1837. Gesch. der Med. in
uye la conjunción c'izin, introduce la idea del Volksgeist en la compren- ihrem gengenw. Zustande. Karlsruhe, 1843.
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