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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

Magistrado ponente

Radicación n. 11001-02-04-000-2017-01716-01
(Aprobado en sesión de veintinueve de noviembre de dos mil diecisiete)

Bogotá, D. C., primero (01) de diciembre de dos mil


diecisiete (2017).

Decide la Corte la impugnación formulada frente al


fallo proferido el diecinueve de octubre de dos mil diecisiete
por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, en la acción de tutela promovida por Jorge Eliécer
Rueda Velásquez, contra la Sala de Casación Laboral de
esta Corporación; trámite al que se vinculó a la Sala Laboral
de Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Cali y al Juzgado Séptimo Laboral de Descongestión de
la misma ciudad, así como a las partes e intervinientes en el
proceso objeto de queja constitucional.

I. ANTECEDENTES

A. La pretensión

El accionante solicitó el amparo de los derechos


fundamentales a la seguridad social, igualdad, debido
proceso (principios de confianza legítima, seguridad jurídica
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y buena fe) y acceso a la administración de justicia, que


considera vulnerados por los accionados con ocasión de los
fallos emitidos en el juicio fuente del reclamo, dado que
absolvieron a EMCALI EICE ESP de reliquidar el monto de
la mesada pensional que le fue reconocida por vejez.

En consecuencia, pretende que se tutelen los derechos


fundamentales invocados, se declaren sin valor ni efecto los
pronunciamientos cuestionados para que, en su lugar, las
accionadas profieran una nueva decisión ajustada a la
legalidad. [Folios 1-10, c.1]

B. Los hechos

1. El 4 de abril de 2004, las Empresas


Municipales de Cali, EMCALI –E.I.C.E.- E.S.P. y
SINTRAEMCALI depositaron ante el Ministerio de Protección
Social la convención colectiva de trabajo, con vigencia entre
el 1 de enero de 2004 al 31 de diciembre de 2008.

2. Jorge Eliécer Rueda Velásquez demandó a


las Empresas Municipales de Cali, Emcali –E.I.C.E.- E.S.P.,
para que se reliquide el monto de su pensión de jubilación,
con el propósito de que se incluyeran las primas de
antigüedad y de vacaciones recibidas el 15 de junio de 2004,
junto con los incrementos y le cancelaran indexadas las
diferencias resultantes.

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3. EMCALI se opuso a las pretensiones y propuso


las excepciones de falta de jurisdicción y competencia,
prescripción, presunción de legalidad, pleito pendiente,
inexistencia del derecho y pago.

4. En sentencia de 30 de noviembre de 2007, el


Juzgado Séptimo Laboral de Descongestión del Circuito de
Cali declaró probadas las excepciones de inexistencia de la
obligación y de pago de lo no debido, por ende, negó las
pretensiones de la demanda.

5. La aludida decisión fue recurrida en apelación


por el promotor.

6. En fallo de 12 de marzo de 2009, la Sala Laboral


de Descongestión del Tribunal Superior de Cali, confirmó la
determinación de primer grado.

7. Inconforme, el actor propuso el recurso


extraordinario de casación.

8. La Sala de Casación Laboral de esta Corporación,


en providencia de 19 de julio de 2011, resolvió no casar la
sentencia impugnada, con fundamento en que el fallador de
segundo grado no incurrió en el desatino fáctico que le
señala el impugnante, pues el parágrafo transitorio del
artículo 28 convencional 2004 – 2008 aclaró que “las primas de
vacaciones, de antigüedad,…..factores de salario que dejaron de serlo y
que hayan sido pagados al trabajador <antes de la firma de la presente
convención colectiva de trabajo> sí constituirán factor de salario para
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todas las liquidaciones…” , por tanto, si la convención se firmó el

4 de mayo de 2004 y las primas de vacaciones y de


antigüedad le fueron pagadas en junio de 2004, es evidente
que estos rubros no hacen parte de la liquidación de la
pensión.

9. El accionante considera que se vulneraron los


derechos invocados con ocasión de los fallos emitidos en el
juicio cuestionado, toda vez que constituyen vía de hecho al
desconocer el precedente judicial sobre la materia, trazado
por la Corte Constitucional, a través de los
pronunciamientos SU-1185-2001 y SU-241-2015.

De igual manera, estimó que se le vulneró el derecho a


la igualdad, dado que, en otros casos, la Sala tomó
decisiones distintas con un tratamiento discriminatorio
frente a situaciones que se muestran sustancial y
fácticamente iguales.

C. El trámite de la primera instancia

1. Por auto del 9 de octubre de 2017, se admitió la


acción de tutela, se ordenó enterar a los accionados y
vincular a los intervinientes del proceso objeto de reclamo
constitucional. [Folios 52-53, c.1]

2. Dentro de la oportunidad concedida, la Sala de


Casación Laboral de esta Corporación solicitó negar la
salvaguarda deprecada, de un lado, en razón a que la

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sentencia de 19 de julio de 2011 se ajusta a derecho, y del


otro, porque la petición no atiende el principio de la
inmediatez, pues han transcurrido más de seis años desde
la emisión de la decisión cuestionada.

Por su parte, la Sala Laboral del Tribunal Superior de


Cali remitió copia de la sentencia emitida por la Sala de
Descongestión de esa Corporación, en la que se plasmaron
los fundamentos de derecho que soportaron la decisión
tomada, a los cuales se remitió para el ejercicio de su
derecho de contradicción y defensa.

Entre tanto, la empresa EMCALI E.I.C.E. E.S.P. pidió


negar el amparo, puesto que no se cumple con el
presupuesto de la inmediatez, ya que existe una tardanza
injustificada al impugnar las providencias judiciales en
mención, así que se torna improcedente la protección
constitucional implorada.

3. En sentencia de 19 de octubre de 2017, la Sala de


Casación Penal de esta Corporación denegó el amparo al
considerar que las decisiones censuradas no pueden ser
calificadas como arbitrarias o irracionales, en la medida en
que tienen como fundamento una acertada interpretación y
aplicación de la normatividad que consagra la prestación
social cuya inclusión como factor salarial pretendía el
reclamante, por consiguiente, cualquier inconformidad al
respecto puede activar el medio de control de reparación
directa ante la jurisdicción contencioso administrativa para

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que sea indemnizado por el menoscabo que el actor dice


haber percibido. [Folios 92-102, c.1]

4. Inconforme con esta determinación, el peticionario la


impugnó, para lo cual reiteró los argumentos expuestos en
su escrito inicial e hizo énfasis en que no se puede
desconocer el principio de favorabilidad en materia laboral,
previsto en el artículo 53 de la Constitución Política. [Folios
111-118, c.1]

II. CONSIDERACIONES

1. De manera invariable la jurisprudencia de esta Corte


ha señalado que, por regla general, la acción de tutela no
procede contra providencias judiciales y, por tanto, sólo en
forma excepcional resulta viable la prosperidad del amparo
para atacar tales decisiones cuando con ellas se causa
vulneración a los derechos fundamentales de los asociados.

Pero en cualquier caso su eventual concesión estará


supeditada a la verificación de ciertas condiciones de
procedibilidad, entre las cuales se encuentra el
cumplimiento de los requisitos de subsidiaridad e
inmediatez.

En cuanto al cumplimiento de este último


presupuesto, advierte esta Sala, que aunque la acción se
dirige contra la sentencia dictada el 19 de julio de 2011 por
la Sala de Casación Laboral de la Corte, donde se le negó al

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accionante la pretensión de reliquidar su pensión con base


en lo normado en el artículo 48 de la Convención Colectiva
de Trabajo 2004-2008, suscrita entre EMCALI E.I.C.E.
E.S.P. y SINTRAEMCALI, en concordancia con el artículo
104 de la Convención Colectiva de Trabajo 2000-2003, lo
cierto es que por tratarse de un derecho pensional, el cual
tiene carácter imprescriptible e irrenunciable, su
vulneración siempre será actual, tal como lo estableció la
Corte Constitucional en la sentencia SU-1073 de 2012, al
señalar que:

«En lo que tiene que ver con el requisito de inmediatez, la


acción de tutela resulta procedente en todos los casos estudiados,
pues: (i) a pesar del paso del tiempo, es claro que conforme a la
jurisprudencia de esta Corporación, las mesadas pensionales son
imprescriptibles y (ii) la jurisprudencia constitucional ha referido
que esta característica hace que la vulneración tenga el carácter
de actual, incluso luego de pasados varios años de haberse
proferido la decisión judicial.

En cuanto a la imprescriptibilidad del derecho a la


indexación de la primera mesada pensional y su relación con el
requisito de la inmediatez, señaló la Corte Constitucional en
Sentencia T-042 de 2011 que la negativa a su reconocimiento “(…)
puede originar la vulneración, amenaza o desconocimiento de un
derecho que implica una prestación periódica, por lo que su
afectación, en caso de presentarse alguna, se habría mantenido
durante todo el tiempo, siendo soportada incluso hoy en día por
los extrabajadores y ahora pensionados de la accionada. Son
estas las razones que llevan a la Sala a concluir que la
vulneración señalada, en caso de presentarse, tiene un carácter
de actualidad, lo que confirma que en esta específica situación se
cumple con el requisito de la inmediatez y, por consiguiente, se
satisfacen los presupuestos exigidos para declarar procedente la
acción.”

En este sentido, se debe entender que los casos objeto de


análisis de la presente providencia, cumplen con este requisito
general de procedibilidad de la acción de tutela, puesto que todos
los accionantes tienen una pensión de vejez reconocida, y están
viendo negado su derecho a la indexación de su primera mesada
pensional. Es así como, tratándose de un derecho fundamental
imprescriptible, y habiendo cumplido los accionantes con el
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requisito de acudir previamente a la jurisdicción ordinaria, no


entrará a analizar la Corte el tiempo transcurrido entre las
decisiones que negaron el derecho a la indexación y la
presentación de la acción de tutela por parte de los accionantes,
pues en este caso se debe entender que la afectación al derecho
fundamental tiene un carácter de actualidad.»

Con fundamento en lo anterior, la Sala estima


satisfecho el requisito de procedibilidad de la acción a que
se ha hecho alusión y reconsidera el criterio que al respecto
se expuso en la sentencia de tutela dictada el 2 de octubre
de 2015, dentro del radicado 11001-02-04-000-2015-
01594-01 (STC13449-2015), por tratarse de un asunto de
análogas características al que es objeto de
pronunciamiento.

2. En relación con la prerrogativa superior a la


igualdad por vía de la aplicación del precedente
jurisprudencial, el máximo órgano de la justicia
constitucional ha precisado que cuando se resuelven casos
semejantes de manera disímil, se incurre en
desconocimiento a esa garantía fundamental:

«…La sentencia C-816 de 2011[37] recuerda la línea


jurisprudencial sobre la obligatoriedad de la jurisprudencia y los
límites de los órganos de cierre jurisdiccional. Retoma las
tensiones con la autonomía judicial y enfatiza en el respeto a la
igualdad como fundamento de la vinculatoriedad del
precedente. La sentencia T-918 de 2010[38]muestra un panorama
de la jurisprudencia vigente en esas materias y recuerda que, de
conformidad con los artículos 228 y 230 de la Constitución, los
jueces gozan de autonomía e independencia para el ejercicio de
sus funciones.

En ese sentido, la autonomía judicial en el proceso de


interpretación y aplicación del ordenamiento jurídico no es
absoluta, uno de sus principales límites se encuentra en el
derecho de toda persona a recibir el mismo tratamiento por parte
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de las autoridades judiciales[39] que supone igualdad en la


interpretación y en la aplicación de la ley.[40]En efecto, existe un
problema de relevancia constitucional “cuando en franco
desconocimiento del derecho a la igualdad, con base en la
prerrogativa de la autonomía e independencia de la función
judicial[41], los jueces adoptan decisiones disímiles frente a casos
semejantes[42]”.

Sobre el punto dijo la sentencia T-698 de 2004[43] que la


contradicción en sede judicial impacta gravemente la seguridad
jurídica, en tanto que
“[…] los fallos de las autoridades llamadas a asegurar la
protección de los derechos de las personas, o llamadas a definir
la interpretación normativa para casos concretos, delimitan parte
del engranaje del ordenamiento jurídico. De allí que, sentencias
contradictorias de las autoridades judiciales en circunstancias en
que aparentemente debería darse un trato igualitario, generan
indefinición en elementos del ordenamiento y favorecen la
contradicción o el desconocimiento del derecho a la igualdad de
los asociados.”

Las decisiones judiciales contradictorias no sólo vulneran el


derecho a la igualdad, también comprometen los principios de
confianza legítima, seguridad jurídica y buena fe[44]. La
sentencia SU-120 de 2003[45], se refirió al asunto en cuanto a la
labor de unificación de jurisprudencia que ejerce la Corte
Suprema de Justicia que pretende dar consistencia al
ordenamiento jurídico y que debe ser considerada:

“i) como una muestra fehaciente de que todas las personas


son iguales ante la ley –porque las situaciones idénticas son
resueltas de la misma manera -, ii) como un presupuesto
indispensable en el ejercicio de la libertad individual - por cuanto
es la certeza de poder alcanzar una meta [sic] permite a los
hombres elaborar un proyecto de vida realizable y trabajar por
conseguirlo -, y iii) como la garantía de que las autoridades
judiciales actúan de buena fe –porque no asaltan a las partes con
decisiones intempestivas, sino que, en caso de tener que
modificar un planteamiento, siempre estarán presentes los
intereses particulares en litigio.”

(…)

De la recopilación anterior surge una síntesis de argumentos


que soportan el carácter vinculante del precedente judicial:

26.1.- el principio de igualdad es vinculante y exige que


supuestos fácticos iguales tengan la misma consecuencia jurídica;

26.2.- el principio de cosa juzgada contribuye a la seguridad


jurídica y a la previsibilidad de la interpretación, pues debe
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existir un grado de certeza razonable sobre las decisiones


futuras;

26.3.- La autonomía judicial no puede desconocer la


naturaleza reglada de la decisión judicial. Por eso debe armonizar
los conceptos centrales sobre el rol del poder judicial que se
encuentren involucrados;

26.4.- Los principios de buena fe y de confianza legítima


imponen a la administración la necesidad de otorgar a la
ciudadanía un grado de seguridad y consistencia en las
decisiones a fin de cumplir con el objetivo de lograr protección
jurídica; y
26.5.- Es necesario un mínimo de coherencia interna que de
racionalidad al sistema jurídico.[51]» (C.C. SU-241 de 2015).

Ahora bien, en torno al papel que cumple el Tribunal


de casación en la guarda de los derechos constitucionales
de quienes someten sus conflictos a la consideración de la
administración de justicia, la jurisprudencia constitucional
le ha reconocido un valor de altísima importancia, dada la
necesidad de que las personas tengan cierta certeza acerca
de que serán tratados de manera igualitaria en la resolución
de sus asuntos, siempre que éstos guarden simetría con
otros fallados con antelación:

« “El recurso de casación, en su base política y jurídica, tiene


por objeto velar por la recta y genuina aplicación e interpretación
de la ley, corrigiendo la infracción de la misma, y logrando en
esta misión, al ser ejercida por un mismo y sólo tribunal, la
uniformidad de la jurisprudencia. Esta finalidad de interés
público, el respeto de la ley, sobrepasa en importancia a aquella
otra de orden privado, cual es la reparación de los agravios que
se puede inferir a las partes con las resoluciones violatorias de la
ley. (C-252 de 2011)

De conformidad con esta comprensión, el recurso


extraordinario de casación no es “sólo un mecanismo procesal de
control de validez de las providencias judiciales, sino que se
constituye en un elemento esencial en la aplicación igualitaria de
la ley, en la defensa de la legalidad y en la garantía de la

1 M.P. Carlos Gaviria.


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vigencia de la Constitución, incluidos los derechos


fundamentales” .
2

Por eso, esta Corporación ha resaltado el deber que tienen


las diversas salas de casación de hacer realidad los derechos
fundamentales de los recurrentes a través de la superación de “la
concepción formalista de la administración de justicia vinculada
al simple propósito del respeto a la legalidad, por una concepción
más amplia y garantista, en la cual la justicia propende por el
efectivo amparo de los derechos de los asociados”3. Sobre el
nuevo paradigma de la casación como dispositivo de justicia
material

(…)

Del recuento anterior pueden extraerse varias conclusiones


sobre la jurisprudencia constitucional vigente en las materias
referidas en este caso: las convenciones colectivas son normas y
por tanto en su interpretación resulta aplicable el principio de
favorabilidad. Además, se configura una violación del derecho a
la igualdad si no se respeta el precedente o si los operadores
judiciales se alejan del mismo sin la suficiente motivación –que
debe ser explícita y razonada- ya sea que se trate del precedente
horizontal o del vertical. La generación y el acatamiento del
precedente ostentan particularidades en el caso de los órganos de
cierre, como la Corte Suprema de Justicia, por la relevancia
sistémica de sus funciones que también incluyen la
materialización de los derechos fundamentales. En efecto el
máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria debe aplicar los
principios de igualdad frente a la ley, buena fe y confianza
legítima a través de sus fallos; unificar la jurisprudencia en el
marco de sus competencias; dar seguridad jurídica a la
ciudadanía y velar por la efectividad de los derechos
fundamentales a través del conocimiento del recurso
extraordinario de casación.» (Sentencia SU -241 de 2015)

En esta materia, de manera más detallada, la Corte


Constitucional puntualizó lo siguiente, acerca de la
naturaleza jurídica de las Convenciones Colectivas de
Trabajo y la labor de interpretación de los Jueces, al
aplicarlas:

«Por tener la convención colectiva un claro contenido


regulador y constituir sus cláusulas derecho objetivo, la misma
2
Corte Constitucional, Sentencia C-372 de 2011 M.P. Jorge Ignacio Pretelt.
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Sentencia C-372 de 2011 M.P. Jorge Ignacio Pretelt.
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adquiere el carácter de fuente formal del derecho. No obstante,


por razón de su contenido, se considera que es una norma
jurídica de efecto restringido, aplicable tan sólo a las partes
firmantes del acuerdo y eventualmente a otros trabajadores de la
empresa. El alcance normativo de la convención colectiva, que se
proyecta al contenido propio de los contratos de trabajo, se
genera según la clase de sindicato que interviene en la
negociación, por tal motivo, puede ser de empresa, industria,
gremial o de oficios varios, siguiendo las definiciones que para el
efecto señala el artículo 356 del C.S.T, pero nunca va a tener un
alcance nacional, toda vez que este efecto se reserva para la ley.
Al tratarse de una norma jurídica, la convención se convierte en
fuente del derecho laboral, es decir, en el precepto regulador de
las relaciones laborales.

(…)

La convención colectiva no pierde su carácter de fuente


formal de derecho y por lo tanto de norma jurídica, por el mero
hecho de ser aportada como prueba en un proceso judicial. Es
importante resaltar, que la finalidad de la prueba es verificar la
existencia de un acto jurídico, como lo es la convención
colectiva, pero una vez se ha probado y determinado la
existencia y contenido de este acto normativo, sus efectos
obligatorios y generales no son susceptibles de ser desconocidos
por las autoridades judiciales. Ahora bien, las autoridades
judiciales tienen el deber de interpretar y aplicar la convención
colectiva como norma jurídica, aun cuando la Constitución Política
les otorga autonomía en el ejercicio de estas funciones jurídicas.
No obstante, esa autonomía judicial no es absoluta, ya que se
encuentra limitada por los valores materiales del ordenamiento
jurídico, los principios generales del derecho y los derechos
fundamentales.

(…)

Es cierto que al juez de la causa le corresponde fijarle el


alcance a la norma que aplica, pero no puede hacerlo en oposición
a los valores, principios y derechos constitucionales, de manera
que, debiendo seleccionar entre dos o más entendimientos
posibles, debe forzosamente acoger aquél que en todo se ajuste a
la Carta política. La autonomía y libertad que se le reconoce a las
autoridades judiciales para interpretar y aplicar los textos
jurídicos, no puede entonces comprender, en ningún caso,
aquellas manifestaciones de autoridad que supongan un
desconocimiento de los derechos fundamentales de las personas.
Según lo ha expresado la propia jurisprudencia, toda trasgresión
a esta regla Superior en el curso de un proceso constituye una vía
de hecho judicial, la cual debe ser declarada por el juez
constitucional cuando no existan otros medios de impugnación

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para reparar esta clase de actuaciones ilegítimas, contrarias a los


postulados que orientan la Constitución Política.

(…)

Bajo el nuevo esquema constitucional, no es suficiente con


que los trabajadores gocen de los mismos derechos y
prerrogativas reconocidos en el ordenamiento jurídico, ni que sus
conflictos de orden laboral sean conocidos y fallados por unos
mismos jueces. También es imprescindible que en la aplicación de
las fuentes formales de derecho, reciban un tratamiento
igualitario y que, en caso de duda sobre el contenido de las
mismas, se opte por la interpretación que les resulte más
favorable. En consecuencia, ante las posibles dudas que pueden
surgir sobre el sentido y alcance de una norma convencional, y
frente a las diversas interpretaciones que de la misma se
formulen, es deber del juez priorizar aquella que interprete en
mejor medida los derechos laborales. Así, el hecho de que la Corte
Suprema de Justicia haya alterado el valor normativo de la
preceptiva convencional objeto de la litis, y sin un fundamento
razonable y válido hubiese modificado su propia jurisprudencia
en contravía de los intereses y derechos del demandante,
conlleva una flagrante violación de los principios de igualdad de
trato y favorabilidad en materia laboral. Si el derecho a la
igualdad exige como presupuesto de aplicación material, el que
las autoridades dispensen la misma protección y trato a quienes
se encuentren bajo idéntica situación de hecho, no cabe duda que
éste se transgrede cuando un mismo órgano judicial modifica sin
fundamento sólido el sentido de sus decisiones en casos que se
muestran sustancial y fácticamente iguales.» (Sentencia SU-
1185 de 2001)

3. En este asunto, se tiene que la queja fue interpuesta


por un ex trabajador de EMCALI E.I.C.E. ESP., empresa que
le reconoció el derecho a la pensión de jubilación a partir
del 1º de junio de 2005, sin tener en cuenta lo previsto en el
artículo 104 del anexo 1 de la Convención Colectiva de
Trabajo 2000-2003, por efecto del régimen de transición
previsto en el artículo 48 de la Convención Colectiva de
Trabajo 2004-2008, circunstancia que motivó la
interposición de la respectiva demanda laboral, resuelta de
manera adversa a sus pretensiones, pese a que en casos

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idénticos había prosperado. Todo lo anterior motivó la


presentación de la acción constitucional que nos ocupa.

Como sustento de su queja, el tutelante afirmó que sus


derechos fundamentales a la seguridad social, acceso a la
administración de justicia y debido proceso (principios de
favorabilidad, confianza legítima, seguridad jurídica y
buena fe), se encuentran vulnerados por las autoridades
judiciales que conocieron y fallaron su caso, toda vez que
interpretaron de manera desfavorable y restrictiva la
mencionada norma convencional (Art. 48), acudiendo a
reglas inaplicables e impertinentes para resolver su
solicitud, lo cual conllevó a que el monto mensual de su
pensión disminuyera significativamente, en menoscabo de
su derecho fundamental a ser tratado de manera igualitaria
por los Jueces de la República.

En ese sentido, censuró que en casos idénticos al suyo,


la judicatura resolviera favorablemente las súplicas de los
trabajadores, pero que ese criterio no se hiciera extensivo a
su proceso, cuando es evidente que la situación fáctica por
él planteada es semejante a la de los demandantes en los
procesos radicados con los Nos. 40897, 43852, 40893,
43394, 44196, 44118, 46606, 47437, 40254, 41881,
42515, 43923, 43860, 47219, 40029, 40217, 43260,
40890, 43305, 39168, 44965, 46607, 47519, 40223,
42548, 47394, 46605, 40880, 47435, 47604, 40904,
45921, 44117 y 37533, entre otros, cuyas súplicas fueron
acogidas.

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Particularmente, cuestionó la postura jurídica asumida


por la Corte Suprema de Justicia relativa a su carencia de
facultades para inmiscuirse en la interpretación que los
jueces de instancia hacen frente a una convención colectiva
de trabajo, por desconocer el precedente jurisprudencial
que la Corte Constitucional sentó sobre esa materia en la
sentencia SU-1185 de 2001, reiterada en la SU-241 de
2015, a través de las cuales estableció el deber del Tribunal
de casación, de velar porque la interpretación que los jueces
hagan a los mencionados convenios laborales, sea la más
favorable para el trabajador, pues ostentan el carácter de
fuentes formales de derecho una vez incorporadas al
proceso de acuerdo a las ritualidades correspondientes.

Pues bien, para la Sala es innegable la ostensible


violación al derecho fundamental a la igualdad del
accionante, toda vez que pese a encontrarse en una
situación idéntica a los señores Adolfo León García
Sandoval (Rad. 43852), Adolfo León Gómez Gómez (Rad.
44117), Alex Lehover López Laverde (Rad. 38.819), Alfredo
Ibarra Valencia (Rad. . 42283), Antonio Muñoz Molano,
(Rad. 40488), Arnulfo Tovar Ramírez (Rad. 40254), Aura del
Pilar Matta (Rad. 40890), Beatríz Salamanca Garrido (Rad.
37533), Daniel García Potes y Gustavo García Gil (SL10635-
2014), Diego Campo Velasco (Rad. 41881), Fabián Antonio
Sánchez Medina (Rad. 40029), Fabio Enrique Montaño
Lourido (Rad. 40223), Fredy Lasprilla (Rad. 47519), Gerardo
Alberto Quintero Rodríguez (Rad. 47219), Gloria Moreno

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Santos (Rad. 40893), Gustavo Adolfo Quintero Marín (Rad.


46607), Harold Antonio Fiesco Arenas (Rad. 40904), Harold
Torijano Cárdenas (SL16274-2015), Humberto Domínguez
Escobar (Rad. 44116), Jairo Villegas García (Rad. 42515),
Janeth Cartagena Valencia (Rad. 43005), Jesús Albán
Zuluaga Sánchez (SL496-2013), Jesús William Carabalí
Hernández (Rad. 47604), Jorge Eliécer Arias Beltrán (Rad.
44965), Jorge Enrique Bolaños (Rad. 43260), José Angelino
Ospina Cardona (Rad. 43923), José Domingo Asprilla (Rad.
40897), José Gilberto Túquerrez Díaz (Rad. 42822), Julio
Enrique Jimenez Agudelo (Rad. 46605), Luis Eduardo
Benavidez (Rad. 47435), Luis Eduardo González Gómez
(Rad. 44113), Luis Fernando Vidal Perdomo (Rad. 40217),
Luis Hernando Mina (Rad. 39168), Luz Marina Ramírez
(Rad. 43921), Manuel Salvador Quijano (Rad. 47394),
Marco Antonio Aldana Olave (Rad. 45048), Marco Tulio
Arango Barona (Rad. 43261), María Helen Silva Gordillo
(Rad. 43394), María Nelma Higuita Duque (Rad. 44196),
María Teresa Molina De La Roche (Rad. 44118), Nancy
Gaviria Osorio (Rad. 47437), Pablo Miguel Mendoza
Campiño (Rad. 42548), Patricia Franco Gómez (Rad.
46606), Pedro Tomás Cortés (Rad. 44110), Ricardo Ramos
Cadena (Rad. 43860), Saúl Rios Arenas (Rad. 40880) y
Wilmario Parra Anduquia (Rad. 40218), su caso fue resuelto
de manera diversa, como consecuencia de la disparidad de
criterios que existió entre los jueces laborales al interpretar
y aplicar la convención colectiva del trabajo, situación que
no fue solucionada por parte de la Sala de Casación Laboral

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

de la Corte Suprema de Justicia al resolver el recurso


extraordinario del censor.

En efecto, tanto el tutelante como los demandantes en


los procesos laborales referenciados a espacio, fueron
trabajadores de Empresas Municipales de Cali – Emcali y a
todos ellos, les fue reconocido su derecho al régimen de
transición previsto en el artículo 48 de la Convención
Colectiva de Trabajo de 2004, que establecía que “el régimen
de transición de jubilación aplicable es el dispuesto por la convención
colectiva de trabajo entre EMCALI EICE ESP y SINTRAEMCALI el 9 de
marzo de 1999 (vigencia 1999-2000) conforme con el anexo 1
jubilaciones.”

A su turno, el artículo 104 de la Convención 1999-


2000, señaló: “EMCALI EICE ESP jubilará al personal que cumpla los
requisitos establecidos en la ley y la convención colectiva de Trabajo
vigente en EMCALI EICE ESP con el 90% del promedio de los salarios y
primas de toda especie devengados por el trabajador en el último año
de servicio.”

Con base en estas normas todos los ciudadanos


enlistados y el actor de esta súplica, invocaron la
reliquidación de su mesada pensional, toda vez que EMCALI
EICE ESP, al momento de reconocerles su derecho
pensional, liquidó las respectivas mesadas, sin incluir las
primas de antigüedad y vacaciones percibidas durante el
último año de servicios, con soporte en lo dispuesto en el
artículo 28 de la Convención Colectiva de 2004, del
siguiente tenor:

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

«…A partir de la firma de la presente Convención Colectiva


de Trabajo en EMCALI EICE ESP, constituyen salario no solo la
remuneración fija u ordinaria, sino todo lo que perciba el
trabajador en dinero o en especie y que implique retribución
ordinaria de servicios sea cual fuere la forma de remuneración
que se adopte.

Parágrafo Primero: A partir de la firma de la presente


Convención Colectiva de Trabajo la Prima de Vacaciones y la
Prima de Antigüedad no constituirán factor de salario.

Parágrafo Transitorio: Las primas de vacaciones, de


antigüedad, de continuidad y todos los demás factores de salario
que dejaron de serlo y que hayan sido pagados al trabajador
antes de la firma de la presente Convención Colectiva de trabajo
sí constituirán factor de salario para todas las liquidaciones que
se efectúen dentro del año inmediatamente siguiente a la fecha
en que se efectúe el pago.»

Los Jueces de primera y segunda instancia que


conocieron los procesos aludidos en precedencia acogieron
para la solución del asunto sometido a su consideración la
interpretación de los trabajadores, esto es, que al ser
beneficiarios del régimen de transición previsto en el
artículo 48 de la Convención de 2004, que establecía que el
régimen de jubilación para ellos era el previsto en la
Convención del 9 de marzo de 1999, debía darse aplicación
a lo previsto en el artículo 104 de la última recopilación
normativa, que contemplaba la inclusión como factor
salarial de “…los salarios y primas de toda especie devengados por
el trabajador en el último año de servicio”.

De ahí que las demandas laborales de dichas personas


fueron despachadas favorablemente por los jueces de
instancia y EMCALI EICE ESP se vio en la necesidad de
recurrir en casación las respectivas sentencias.

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

Para desatar los recursos, la Sala de Casación Laboral


de esta Corporación, de manera homogénea sostuvo que:

«…no es función suya en la esfera casacional fijar el sentido


de las convenciones colectivas, puesto que, no obstante la gran
importancia que tienen en las relaciones obrero patronales y en la
formación del Derecho del Trabajo, jamás pueden participar de las
características de las normas legales de alcance nacional y, por esa
misma razón, son las partes en primer término las llamadas a
determinar su sentido y alcance, por lo que, en tanto actúa como
tribunal de casación, lo único que puede hacer, y ello siempre y
cuando las características del desatino sean de tal envergadura
que puedan considerarse errores de hecho manifiestos, es corregir
la errada valoración como prueba de tales convenios normativos de
condiciones generales de trabajo en el ámbito de su aplicación.»

Y adicionó a sus consideraciones:

«“En efecto, al pronunciarse sobre la interpretación de las


cláusulas convencionales a las que se alude en el cargo, la Sala
ha considerado que si el artículo 48 de ese convenio, que
consagra un régimen de transición, remite al régimen aplicable en
la convención colectiva suscrita el 9 de marzo de 1999, no
constituye una interpretación disparatada del precepto entender
que ello supone la aplicación, en su integridad, de las reglas
pensionales allí establecidas, incluyendo, desde luego, la
referente a los factores salariales. Así lo explicó en la sentencia
del 31 de agosto de 2010, radicación 43852, en la que dijo:

“Examinados los textos convencionales que se acusan de


erróneamente valorados, la Sala considera que el ad quem no
incurrió en un error manifiesto que permita quebrantar la decisión
de segunda instancia, pues en el parágrafo primero del artículo
28 convencional se estipuló que ‘A partir de la firma de la
presente Convención Colectiva de Trabajo la prima de vacaciones
y la primas de antigüedad no constituyen factor de salario’ sin
embargo, a continuación el parágrafo transitorio estableció que
‘las primas de vacaciones, de antigüedad, de continuidad y todos
los demás factores de salario que dejaron de serlo y que hayan
sido pagados al trabajador antes de la firma de la presente
Convención Colectiva de Trabajo, sí constituirán factor de salario
para todas las liquidaciones que se efectúen dentro del año
inmediatamente siguiente a la fecha en que se efectuó el pago’.
“Y el artículo 48 del acuerdo convencional, dispone:

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

‘Se establece un régimen de transición, exceptuado y


especial de jubilación para los trabajadores oficiales que tengan
contrato de trabajo con EMCALI EICE ESP al entrar en vigencia
esta Convención Colectiva de Trabajo en los siguientes términos:

‘A. El régimen de transición de jubilación aplicable es el


dispuesto por la Convención Colectiva de Trabajo suscrita entre
EMCALI EICE ESP y SINTRAEMCALI el 9 de marzo de 1.999
(vigencia 1999-2000) conforme al anexo No 1 Jubilaciones.

‘B. Son beneficiarios de éste régimen de transición los


trabajadores oficiales que adquieran el derecho a la jubilación y
cumplan con los requisitos y las condiciones de la Convención
(1999-2000) entre el 1° de enero de 2.003 y el 31 de diciembre de
2.007 inclusive, contenido en el anexo No 1 Jubilaciones’.

“De estas estipulaciones, se repite, no surge un desatino


fáctico ostensible si se considera que el actor se encontraba
amparado por el régimen de transición reseñado, y merecedor a
una pensión especial, pues cumplió los requisitos exigidos en el
artículo 48 convencional, beneficio de transición que señaló una
vigencia entre el 1 de enero de 2003 y 31 de diciembre de 2007,
en cuanto dispuso que la prestación se liquidará de conformidad
con el anexo 1; tampoco se podría entender que el citado artículo
y el 28 convencional deban ser armonizados con los artículos 32,
33 y 65 convencionales que señalan que las primas de
antigüedad y vacaciones no serán factor salarial, ni se tendrán
en cuenta al momento de la liquidación de prestaciones, porque
las citadas disposiciones, no chocan, menos descartan la
aplicación del régimen de transición arriba señalado, y de allí
que sea de recibo la apreciación que el sustanciador hizo de los
textos convencionales.” (Rad. 40218, 19 de julio de 2011)

Sin embargo, también hubo procesos, como el del


reclamante, que aunque presentaban idénticas aristas
fácticas, fueron decididos de manera adversa a lo pedido
por los trabajadores por los falladores cognoscentes,
situación que provocó la interposición de los
correspondientes recursos de casación, esta vez por parte
del extremo activo de cada litigio.

Concretamente, mediante sentencias dictadas los días


30 de noviembre de 2007 y 12 de marzo de 2009, por el
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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

Juzgado Séptimo Laboral de Descongestión de Cali y la Sala


Laboral de Descongestión del Tribunal Superior de ese
mismo Distrito Judicial, respectivamente, fue negada la
reliquidación de la mesada pensional al accionante, quien
demandaba el reconocimiento de las primas de antigüedad
y vacaciones pagadas dentro del último año de servicios,
como factor salarial para el cálculo de su mensualidad de
retiro.

Interpuesto y sustentado en término el recurso


extraordinario de casación, la homóloga Laboral lo resolvió
mediante fallo de julio 19 de 2011, a través del cual, pese a
que el asunto guardaba plena simetría con los auscultados
en las sentencias ya referenciadas, donde se habían acogido
las demandas de los trabajadores, consideró que la
interpretación de los juzgadores era razonable:

«…el fallador de segundo grado no incurrió en el desatino


fáctico que le señala el impugnante, pues como lo destaca el
sentenciador de alzada, partiendo de que el parágrafo transitorio
del artículo 28 convencional 2004 – 2008 aclaró que “las primas de
vacaciones, de antigüedad,…..factores de salario que dejaron de
serlo y que hayan sido pagados al trabajador <antes de la firma de
la presente convención colectiva de trabajo> sí constituirán factor
de salario para todas las liquidaciones…”; que la señalada
convención colectiva de trabajo se firmó el <4 de mayo de 2004>; y
que las primas de vacaciones y de antigüedad le fueron pagadas a
Rueda Velásquez en <junio de 2004>, la lectura que el ad quem le
imprimió a tal probanza coincide con el texto del parágrafo
transitorio del indicado artículo 28 convencional de marras
<vigencia 2004 – 2008>, que precisó que los rubros que dejaron de
constituir factor de salario, entre ellos las primas de vacaciones y
de antigüedad, continuarían siéndolo siempre que se hubieran
pagado “antes de la firma” de la convención para la vigencia 2004
– 2008, es evidente que éstos rubros no hacen parte de la
liquidación de la pensión del actor Rueda Velásquez, en tanto
Emcali y Sintraemcali, partes celebrantes de la convención colectiva
de trabajo de marras, acordaron tal parámetro -que tales primas

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

que dejaron de constituir factor desalario, lo serían siempre que se-


<hubieran pagado al trabajador antes de la firma de la convención
en comento>, firma que como se evidenció, ocurrió el 4 de mayo de
2004, en tanto que las primas [d]e vacaciones y de antigüedad se
pagaron a Rueda Velásquez en <junio de 2004>, amén de que tales
aserciones del fallador de apelación no fueron destruidas por la
censura.

Frente a que el fallador de segundo grado “obvió y omitió


referirse o analizar el contenido del artículo 104 de ese Anexo 1”,
contrario a tal aseveración, el sentenciador de alzada una vez
historió el artículo 48 del acuerdo convencional 2004 – 2008 que
copió, precisó que era necesario clarificar que en el “literal a) del
mencionado artículo se expresa que el régimen de transición
aplicable” era el “dispuesto por la convención…1999 – 2000”,
conforme al “régimen de transición que según ese anexo sólo se
conservó en cuanto a los requisitos para adquirir el derecho a la
pensión”, pero que “nada se dijo sobre la forma como se debía
liquidar la pensión” y “menos se habla de factores salariales”, por
lo que en “cuanto a [e]ste tema necesariamente había que remitirse
al artículo 28 de la convención colectiva 2004 – 2008 [d]onde quedó
claramente consignada la intención de las partes relacionad[a] con
el tema de los factores salariales para todo tipo de liquidaciones”,
que “obviamente debe comprender la relativa a la pensión de
jubilación al no quedar exceptuada expresamente”. Así, no es que
el fallador de alzada omitiera al decir del impugnante, analizar el
señalado artículo 104 del anexo No.1, sino que consideró que por
parte alguna de tal normativa se refirió a la ”forma como se debía
liquidar la pensión” y “menos se habla de factores salariales”.

Resulta pertinente rememorar el pronunciamiento de esta


Sala de la Corte al decidir un asunto de similares características al
debatido, donde se discutía igual situación a la que plantea el
recurrente en el subjudice, en el que se dijo:

“…En el análisis del asunto concreto, resulta factible la


interpretación del ad quem de que el régimen de transición del
artículo 48 de la Convención… 2004 – 2008 remitió al Anexo N°.
1…para efectos de los requisitos de la pensión, los descuentos por
permisos o incapacidades, la continuidad entre el sueldo y la
pensión y el plazo del pago de ésta, por lo que, al no haber
regulación sobre la forma y factores de liquidación de la misma,
debía aplicarse el artículo 28 de la convención en mención, el cual
consagró, en primer lugar, qué se entendería como factor salarial a
partir de la fecha de su vigencia, en segunda medida, la exclusión
de las primas de antigüedad y de vacaciones como constitutivas
del salario y, en tercera instancia, que el carácter salarial de las
mismas se conservaría cuando se cumplieran dos condiciones, esto
era, que se hubiese pagado al trabajador con anterioridad a la
vigencia del texto convencional y que la liquidación se efectuara en
el año inmediatamente siguiente a la fecha del pago de aquellas.
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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

“Así mismo no es descabellado entender, como lo hizo el


Tribunal que, al no haberse configurado en el caso de la
demandante la primera condición citada para predicar el carácter
salarial de las primas de antigüedad y proporcional de vacaciones,
pues éstas fueron pagadas a aquella el 30 de noviembre de 2004,
es decir, con posterioridad al 4 de mayo de 2004, inicio de la
vigencia del texto convencional, era por lo que dichas primas
quedaban por fuera de la base salarial para la liquidación
pensional.

“De esta manera, aunque la apreciación del texto


convencional que propone la censura es igualmente válida, no
puede predicarse que el fallador de instancia hubiese cometido un
yerro fáctico de carácter evidente y trascendente en la decisión
recurrida, que permita desvirtuar la misma, dado que su
interpretación de la Convención Colectiva de Trabajo, vigente para
el período 2004 – 2008 resulta razonada y plausible, sin que la
misma vulnere el principio de favorabilidad como lo sostiene la
censura…” (Radicación 43005 del 20 de octubre de 2010). (Rad.
41119, 19 de julio de 2011).

Evidentemente, las dos interpretaciones expuestas son


contrarias y excluyentes entre sí, pues admiten, frente a
idénticos supuestos de hecho distintas soluciones de
derecho, cosa que está proscrita en nuestra Carta Política, tal
como ha sido reconocido por la jurisprudencia constitucional
desde tiempos inmemoriales:
«El principio de la igualdad es objetivo y no formal; él se
predica de la identidad de los
iguales y de la diferencia entre los desiguales. Se supera
así el concepto de la igualdad de la ley a partir de la generalidad
abstracta, por el concepto de la generalidad concreta, que
concluye con el principio según el cual no se permite regulación
diferente de supuestos iguales o análogos y prescribe diferente
normación a supuestos distintos. Con este concepto sólo se
autoriza un trato diferente si está razonablemente justificado. Se
supera también, con la igualdad material, el igualitarismo o
simple igualdad matemática. La igualdad material es la situación
objetiva concreta que prohíbe la arbitrariedad.

La igualdad de todas las personas ante la ley y las


autoridades, constituye un derecho constitucional
fundamental tanto por su consagración como tal en el Capítulo I,
Título II de la Constitución Nacional, como por su exaltación como

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

derecho de vigencia inmediata en el artículo 85 de la Carta


Política, y también por el valor trascendente que tiene para el
hombre, sobre todo dentro de una nación que persigue garantizar
a sus habitantes una vida convivente dentro de lineamientos
democráticos y participativos que aseguren un sistema político,
económico y social justo.» (C.C. Sentencia T-432 de 1992)

Como quedó expuesto en líneas anteriores, una de las


funciones de la Corte Suprema de Justicia en todas sus
Salas de Casación, al desatar las impugnaciones de su
competencia, es unificar la jurisprudencia y conjurar la
violación de garantías fundamentales cuando con sus
decisiones los jueces de instancia desconocen principios
rectores del derecho como, en materia laboral, el previsto en
el artículo 53 de la Constitución Nacional, desarrollado por
el artículo 21 del Código Sustantivo del Trabajo y que hace
alusión al deber de acoger la interpretación que resulte más
favorable para los intereses del trabajador, en caso de duda
o conflicto normativo.

Siendo esto así, no cabe duda de la incursión de la


homóloga Laboral en el yerro atribuido por el tutelante, por
inaplicación del precedente jurisprudencial de la Corte
Constitucional –Sentencia T-1185 de 2001- que le imponía,
ante dos interpretaciones disímiles de una misma
Convención Colectiva de Trabajo, fijar la más favorable
como criterio regulador de la situación fáctica planteada en
los asuntos semejantes puestos a su consideración, en
tanto su carácter, una vez incorporada en legal forma al
proceso, no es el de una prueba, sino el de una fuente
formal de derecho llamada a orientar las relaciones
laborales cobijadas por ella.
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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

Así lo estableció la Corte Constitucional en un asunto


de similares características al que ahora nos ocupa, donde
la Sala de Casación Laboral se abstuvo de resolver de fondo
las controversias revisadas en sede de casación,
argumentando que no es su función fijar la interpretación
que los jueces deben realizar a determinado Convenio
Laboral, pues no se trata de una ley, sino de una prueba,
campo en el que el funcionario judicial cognoscente goza de
plena autonomía hermenéutica:

«Por tales razones, esta Corte considera fundamental


analizar la violación del derecho a la igualdad y referirse a la
generación y el acatamiento del precedente en el caso de los
órganos de cierre. Efectivamente el carácter complejo y sistémico
de la función de la Corte Suprema de Justicia como órgano de
cierre de su jurisdicción, en este caso de la jurisdicción ordinaria
en materia laboral, ostenta características especiales y de suma
importancia en nuestro ordenamiento. Como fue mencionado
previamente, este máximo tribunal debe aplicar los principios de
igualdad frente a la ley, buena fe y confianza legítima a través de
sus fallos; unificar la jurisprudencia en el marco de sus
competencias; dar seguridad jurídica a la ciudadanía y velar por
la efectividad de los derechos fundamentales a través del
conocimiento del recurso extraordinario de casación.

49.- A pesar de la evidente incoherencia jurisprudencial en


el Tribunal, no se ha unificado la jurisprudencia. En efecto, ante
las decisiones contradictorias de las diversas salas del Tribunal,
la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia no ha unificado
los criterios y se mantuvo en silencio sobre el tema cuando
conoció del recurso de casación presentado por el actor. Toda esta
situación tuvo como resultado la afectación de la seguridad
jurídica y la consecuente negación del derecho fundamental a la
igualdad frente a la ley del señor Pérez Arteta. Del mismo modo la
Sala Laboral vulneró los principios de buena fe y confianza
legítima ya que su actitud omisiva para la unificación de
jurisprudencia a través de la casación no contribuyó a la
seguridad jurídica ni a la efectividad de los derechos
fundamentales del señor Pérez Arteta.

En tal virtud, la Sala Laboral de la Corte Suprema de


Justicia vulneró los derechos del demandante al no otorgarle
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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

igualdad de trato jurídico. En efecto, las sentencias con los


radicados 42703 del 22 de enero de 20134 y 33475 del 4 de
junio de 20085 decidieron previamente casos similares en un
sentido distinto al de la sentencia de la Sala Laboral de la Corte
Suprema de Justicia, que ahora se estudia (fechada el 8 de mayo
de 2013) y que decidió la demanda del señor Pérez Arteta. En
estos dos casos la Corte Suprema acogió otro criterio
hermenéutico, distinto al aplicado al ahora demandante, a pesar
de que los sujetos se encontraban en circunstancias similares y
con base en ello otorgó un trato disímil a pesar de lo común de las
situaciones. Efectivamente el caso del actor en tutela y los
decididos en los procesos de casación de la referencia son
idénticos: (i) los tres casos se refieren a la aplicación de la
Convención colectiva de trabajo firmada entre SINTRATEL y la
Empresa Distrital de Telecomunicaciones de Barranquilla E.S.P.;
(ii) en las tres situaciones los demandantes pretendían el
reconocimiento del beneficio pensional contenido en la citada
Convención; (iii) los tres trabajadores laboraron en la Empresa el
tiempo de servicios requerido para aspirar a la obtención de la
pensión convencional de jubilación; (iv) ninguno de los
demandantes en estos tres procesos fue despedido por justa
causa; (v) los tres trabajadores cumplieron 50 años de edad
después de terminada la relación laboral.

Con todo, a pesar de que los tres sujetos se encontraban en


idéntica situación con respecto a los elementos relevantes, en dos
casos la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia resolvió a
favor de los peticionarios y en el caso del señor Pérez Arteta
decidió en contra de su pretensión. Este trato disímil no tiene
sustento alguno y parece demostrar que no existe un precedente
claro en la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia cuando
conoció el recurso de casación interpuesto por el señor Pérez
Arteta a pesar de haber fallado previamente casos similares en
sentido diferente.
Con todo, es importante reiterar que independientemente de
la aparente inexistencia de un precedente claro en la Sala Laboral
de la Corte Suprema de Justicia, la favorabilidad debe ser guía
de interpretación y entendimiento de las convenciones colectivas
y la única opción hermenéutica posible es aquella que favorezca
al trabajador.»

4. En ese orden, la protección invocada debe


prodigarse y en consecuencia, se revocará la sentencia
impugnada para en su lugar, ordenar a la Sala de Casación

4 M.P. Jorge Mauricio Burgos.


5 M.P. Luis Javier Osorio López.
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Laboral de la Corte Suprema de Justicia, que en el término


máximo de cuarenta y ocho (48) horas, deje sin efectos la
sentencia de casación dictada el 19 de julio de 2011 y
profiera un nuevo pronunciamiento a través del cual
resuelva el recurso extraordinario planteado por el tutelante
contra la sentencia de segunda instancia dictada por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali, con
observancia de las consideraciones expuestas en el cuerpo
de este fallo y en el precedente constitucional aplicable al
asunto.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
REVOCA la sentencia impugnada y en su lugar, dispone:

PRIMERO: CONCEDER la protección constitucional


invocada a los derechos fundamentales a la igualdad y
debido proceso del accionante.

SEGUNDO: ORDENAR a la Sala de Casación Laboral


de la Corte Suprema de Justicia, que en el término máximo
de cuarenta y ocho (48) horas, deje sin efectos la sentencia
de casación dictada el 19 de julio de 2011 y profiera un
nuevo pronunciamiento a través del cual resuelva el recurso
extraordinario planteado por el tutelante contra la sentencia
de segunda instancia dictada por el Tribunal Superior del

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Radicación n° 11001-02-04-000-2017-01716-01

Distrito Judicial de Cali, con observancia de las


consideraciones expuestas en el cuerpo de este fallo y en el
precedente constitucional aplicable al asunto.

TERCERO: COMUNÍQUESE telegráficamente lo aquí


resuelto a las partes; y, en oportunidad, remítase el
expediente a la Corte Constitucional, para su eventual
revisión.

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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