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de Oraciones de Liberación
¿Qué debemos hacer cuando sospechamos que algo sobrenatural nos está afectando
negativamente?
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Pero en 1972 el papa Paulo VI se preguntó públicamente cuál es era mayor
necesidad de la Iglesia en el momento.
Y la respuesta fue
“No se sorprenda por nuestra respuesta y no la tache de simplista o
supersticiosa: una de las mayores necesidades de la Iglesia es defenderse
contra el mal, que llamamos el diablo”.
Y luego explicó,
“Este asunto del diablo y de la influencia que puede ejercer en los individuos,
así como en las comunidades, sociedades o eventos enteros, es un capítulo
muy importante de la doctrina católica, que debe estudiarse nuevamente,
aunque se le presta poca atención hoy”.
Numerosos santos lucharon contra el demonio en foema física y está
documentado.
Incluso el padre Gabriele Amorth ha dicho que el demonio intentó la posesión
de la Madre Teresa de Calcuta cuando estaba enferma en un hospital y un
exorcista Indio tuvo que hacerle un exorcismo.
La Iglesia tiene 3 tipos de exorcismos.
El primero es el exorcismo litúrgico que se realiza en el bautismo.
El segundo es el exorcismo privado o simple, que puede ser realizado por los
fieles y al que nos estamos dedicando en este artículo, o sea las oraciones de
liberación.
Y el tercer exorcismo es el solemne, público o formal, que se realiza en base
al Ritual de Exorcismo, con la autorización del Obispo.
Los exorcistas dicen que la actividad básica del demonio es la tentación.
Y puede actuar más libremente a través del pecado.
O sea cuando encuentra a una víctima propensa a abrirle las puertas en cosas
cada vez más pesadas.
Pero también existe la posibilidad de que el diablo vaya tras de una persona y
constantemente la asedie para que caiga.
Veamos las formas concretas de los ataques.
TENTACIÓN
Básicamente la actividad principal del maligno es tentarnos para pecar.
Él influye en nuestros pensamientos con mensajes sutiles, que a primera vista
pueden aparecer inofensivos, pero rápidamente pueden conducir al pecado si
no los reprendemos.
Esto es lo que se llama Tentación y es la actividad ordinaria del maligno.
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La actividad extraordinaria incluye infestación, opresión, obsesión, ataques
físicos, dependencia diabólica y posesión diabólica.
INFESTACIÓN
La infestación sucede cuándo a una casa, un objeto, un animal, le suceden
fenómenos paranormales inexplicables.
Por ejemplo una lámpara se apaga y se enciende sola, o cuando se oyen ruidos
inexplicables permanentemente en una casa como pasos, o cuando
sistemáticamente se suceden cambios de lugar de las cosas.
Esto puede suceder como una brujería maleficio o maldición que te han hecho
o por estar en el radar del maligno por algo que has hecho, como por ejemplo
haber abierto una puerta al pecado.
Pero también puede que sea un alma del purgatorio que está tratando de llamar
tu atención para obtener oraciones y ser liberada del purgatorio. En este caso
no es el maligno quien actúa.
OPRESIÓN
La opresión puede tener varias manifestaciones, como una enfermedad,
alteración de las relaciones con otras personas, o invadir otras áreas de la vida
como las finanzas, el trabajo, etc.
La opresión espiritual se nota por extraños patrones de infortunio,
enfermedades inexplicables o repetidos problemas de relaciones.
OBSESIÓN
En la obsesión una persona es acosada en forma de pensamientos no deseados,
recurrentes, irracionales, que llevan al abatimiento o incluso en los casos más
graves, al intento de suicidio.
Un caso típico son las pesadillas. Por ejemplo una persona puede tener
pesadillas de ataques satánicos sexuales, de enfermedades graves, de
accidentes.
Esto necesita discernimiento porque la maldición que está detrás puede haber
sido producida en generaciones anteriores, y se ha venido arrastrando hasta la
tuya.
Estamos hablando en general de pecados graves, como algún asesinato, haber
participado activamente en grados importantes en la masonería o espiritismo,
abortos, etc.
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ATAQUES FÍSICOS
A veces los ataques físicos no están relacionados con maldiciones sino con la
santidad misma.
Porque grandes santos, como el Padre Pío o el Santo Cura de Ars fueron
sistemáticamente atacados en su físico por el maligno.
Los casos más extremos de ataque del maligno son la dependencia y la
posesión demoníaca.
POSESIÓN Y DEPENDENCIA
En la dependencia diabólica la persona ha hecho un pacto con el diablo
voluntariamente y es responsable de la elección.
En el caso de posesión el maligno toma el cuerpo de la persona (no el alma),
pero actúa sin el consentimiento de la víctima.
Aunque la víctima generalmente le ha abierto una puerta, por ejemplo jugando
a la Ouija.
Las interferencias demoníacas pueden ser manejadas por un ministerio de
liberación pero en los casos de dependencia y posesión demoníaca es
necesario utilizar el Rito del Exorcismo.
Para esto inevitablemente hay que recurrir a un sacerdote exorcista
especializado.
Ellos suelen tener un equipo de psicólogos, médicos y otros campos de
especialización para trabajar en la víctima.
Siempre es necesario evaluar psicológicamente a la persona para descartar una
causa natural de la aflicción antes de hacer una sesión de exorcismo.
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Estas maldiciones suceden cuando se abre una puerta y estas son algunas de
las puertas abiertas que permiten la maldición.
. La participación en las ciencias ocultas como la brujería o el satanismo
. En organizaciones que usan las ciencias ocultas de manera abierta o
encubierta, como: yoga, meditación trascendental, brujería blanca, brujería
negra, zen, budismo, hinduismo,
. En la Francmasonería y otras organizaciones fraternales que tienen rituales
secretos
. En la magia, la astrología, quiromancia, numerología, la adivinación la
canalización psíquica
. En religiones paganas como la Wica, la New age
. Jugar con tableros de Ouija, hacerse tatuajes, etc.
. Desobediencia y rebelión a la Palabra de Dios, maldición a Dios
. Perseguir pecados sexuales o perversiones
. Pecados ancestrales
. El suicidio
. Falta de perdón, amargura, resentimiento, enojo.
. Manipulación e intimidación con el propósito de dominar a otros
. Asesinato, aborto
. Chismes, denigrar a otros
Estos son los más generales, pero hay muchos más que se pueden encontrar en
la Biblia.
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El tema es si ha habido pecados grandes y si estos han sido perdonados o no
por Dios.
Uno debiera sospechar de una maldición generacional cuando las
circunstancias no cambian con la oración.
La oración no va a cambiar la situación, sino el arrepentimiento, pero siempre
es un auxilio para manejar estas situaciones.
¿Cuándo es que debemos sospechar de una maldición generacional?
Cuando las desgracias del mismo tipo siguen sucediendo repetidas veces y la
liberación o la sanación no se reciben.
Las manifestaciones comunes de maldiciones son las siguientes:
. Problemas financieros continuos y continua falta de prosperidad
. Enfermedades físicas o mentales crónicas
. Muertes prematuras
. Accidentes o lesiones múltiples o repetitivas, particularmente del mismo tipo
. Luchas o discusiones crónicas o problemas con las relaciones
interpersonales
. Problemas hereditarios físicos o emocionales
. Tormento crónico
. Mala alimentación o malos hábitos de sueño en bebés o niños
. Fallas comerciales, únicas o repetidas
. Incapacidad para concebir hijos o abortos múltiples
Todo lo que hemos hablado aquí son las manifestaciones más comunes,
pero la presencia de una maldición hay que discernir la a través del Espíritu.
Para todo esto puedes recurrir en primer instancia a oraciones liberación, aquí
hay una serie de oraciones de liberación que puedes utilizar.
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ORACIONES DE LIBERACIÓN
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Yo ahora coloco la cruz de Jesucristo entre mi y todas las generaciones en mi
árbol genealógico. Yo declaro en el nombre de Jesucristo que no va a haber
comunicación directa entre las generaciones. Toda comunicación será filtrada
por medio de. la preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
María inmaculada cúbreme en la luz, poder y fuerza de tu fe. Padre, por favor
envía los ángeles y santos para que me asistan. Gracias, Señor Jesús, por ser
mi sabiduría, mi justicia, mi santificación, mi redención. Yo me rindo al
ministerio de tu Espíritu Santo, y recibo tu verdad en cuanto a la sanación
intergeneracional.
Gloria, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, por los
siglos de los siglos, Amen.
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PLEGARIA DE LIBERACIÓN
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por
la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que
nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha
esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh
Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos:
Líbranos, oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos,
oh Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos,
oh Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto,
nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la
Virgen María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu
paz. Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
ORACIÓN DE LIBERACIÓN I
Señor, Dios nuestro, ayúdame a ser manso y humilde de corazón.
Dame la gracia de liberarme de todo egoísmo, de todo afán de ser considerado
más que los demás, de todo orgullo y prepotencia, especialmente con el más
débil.
Líbrame, Señor, de toda mala intención respecto de los demás.
Ayúdame a ser transparente en mis intenciones y auténtico en mis acciones.
Líbrame de todo aquello que me separa de Ti
Porque sólo Tú eres santo y fuente de auténtica libertad.
Enséñame a amar auténticamente, a hacer de mi trabajo un verdadero
apostolado; a construir con mi aporte un mundo más justo, más hermoso, más
digno de Ti
Amén
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ORACIÓN DE LIBERACIÓN II
Dios omnipotente,
que a los abandonados los haces habitar en tu casa,
y concedes la felicidad a los cautivos,
mira mi aflicción,
y ven en mi auxilio,
vence al enemigo inicuo,
de modo que superada la presencia del adversario,
mi libertad alcance su descanso
y restituido a la tranquila devoción
pueda confesar que eres admirable
y que concediste a tu pueblo la fuerza.
Por Cristo nuestro Señor. Amen
ORACIÓN DE AUTO-LIBERACIÓN
Padre Celestial: en el Nombre Todopoderoso de Nuestro SEÑOR Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo, por la intercesión de la Gloriosa Virgen María,
yo ato, encadeno y amordazo a todo espíritu de contaminación y los envío a
los Pies de Nuestro Señor Jesucristo sin ninguna clase de poder y sin derecho
a retorno. ¡Fuera en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo y nunca más
regresen, porque el Dueño de mi vida es Cristo Jesús, que con su Preciosa
Sangre me sana, me salva y me libera, y es para el bien mío, de todos los míos
y para gloria y alabanza del Padre Celestial!. AMÉN
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de Jesucristo, rompo el poder de toda maldición que se habló contra mi
persona. Cancelo la fuerza de toda predicción proferida en mi contra,
intencional o no, y que no fue pronunciada de acuerdo a las bendiciones
prometidas por Dios. Yo bendigo a todos los que me maldijeron. Yo perdono
a toda persona que me calumnió y que habló maldición en mi contra. En el
Nombre de Jesucristo yo ordeno que todo espíritu de maldición me deje
ahora.”
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café y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales.
Renuncio a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,
imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos, imágenes de santos mezcladas
con tierra de panteón, velas y veladoras de colores “curadas”, fetiches y
representaciones de mi persona de cualquier material y forma que se
encuentren enterrados o sean manipulados por mí mismo u otras personas.
Renuncio a toda forma equivocada de “medicina alternativa” que bajo
engaños haya ritualizado mi ser al demonio.
En el nombre de Jesús, renuncio a toda comida o bebida mezclada con brujería
que haya yo ingerido, y a todo lo que haya sido tirado, rociado o untado en mi
cuerpo, ropa, zapatos, casa, trabajo, negocio o cualquier pertenencia u objeto
que esté cercano a mí, que haya sido maldecido o consagrado al mal.
En el nombre de Jesucristo denuncio, renuncio y echo fuera de mí a todo
espíritu de traición, destrucción, muerte, esclavitud, ausencia de Dios, miseria,
mendicidad, soltería, infelicidad matrimonial, viudez, orfandad, amargura,
envejecimiento o muerte prematura, persecución, problemas con las leyes o la
justicia humana, esterilidad, humillación, rechazo, insomnio, deseos de
suicidio, aislamiento, locura, soledad, neurosis, depresión, obsesión, miedo,
angustia, debilidad, enfermedades crónicas, invalidez, ceguera, sordera,
mudez, falta de olfato, imposibilidad de saborear la comida, insensibilidad,
celos, inconformidad, incapacidad para vivir, conseguir o conservar un
trabajo, una pareja, un matrimonio o una familia.
En el nombre de Jesús denuncio, renuncio y echo fuera de mí todo espíritu de
alcoholismo o de cualquier otra adicción, de mal carácter, de falta de
memoria, de falta de control y dominio de mi ser, irrealidad, inconsciencia,
envidia, abandono, gula, suciedad, desorden, malos olores crónicos en mi
cuerpo, ropa o casa, de falta de fe, esperanza y caridad, de falta de interés en la
vida, de desprecio a la eucaristía y de aborrecimiento o flojera para tener vida
de oración. Corto, destruyo y nulifico los medios a través de los cuales fueron
hechos los daños antes mencionados, si fueron veladoras, fotos, ropa, tijeras,
agujas, fetiches, entierros, lo que haya sido.
Renuncio a lo que en forma consciente o inconsciente haya yo hecho o haya
sido hecho por otra persona en mi nombre para obtener poderes, dinero, éxito,
buena suerte o pretender saber el futuro, o bien para conseguir el amor y la
salud propios o ajenos, o tener dominio y control sobre personas, objetos,
animales, lugares, espíritus y fuerzas de la naturaleza.
Nulifico los efectos de cualquier práctica contraria al compromiso adquirido a
través de mi bautismo, de fidelidad y reconocimiento a Jesucristo como mi
único Salvador, a los Sacramentos, a la Virgen María y a la iglesia católica.
A lo que impida el ejercicio de mi sentido común, capacidad de juicio,
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entendimiento y voluntad.
Echo fuera de mí todo aquello con lo que haya intentado sustituir el amor y la
confianza de Jesús. Renuncio al rechazo de mis padres desde el instante de mi
concepción y durante mi vida en el seno materno. Renuncio al mal que me
causaron por intentar abortarme: con yerbas, sustancias químicas o con
objetos punzo cortantes. Renuncio a todo el rencor que tengo si fui dado en
adopción o abandonado sin haber conocido a mis padres biológicos o a
maldiciones recibidas durante mi gestación.
Nulifico por las llagas de Jesús todo mandato de fracaso, muerte en vida y
suicidio que hay en mí por estas causas, la incapacidad para aceptar el amor de
Dios, para aceptarme a mí mismo o a las personas, para estudiar, trabajar y ser
feliz.
Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, el respeto y la dignidad que
como templo del Espíritu Santo, necesita todo mi ser y que esté impidiendo
relacionarme con Dios, conmigo mismo (a), con mi entorno en una forma
sana, tener una familia unida y un trabajo digno y bien remunerado.
Porque Jesucristo se manifestó para deshacer las obras del diablo: habiendo
denunciado, renunciado y echado fuera de mí todos los espíritus del mal, los
envío atados y amordazados a los pies de la Santa Cruz y les prohíbo regresar.
Habiendo nulificado todos los efectos, causas y consecuencias, tomo
autoridad, en el nombre de Jesús, para que caigan todos los bloqueos, tinieblas
y barrer, las que satanás construyó a mi alrededor y le ordenó a todo ser
demoníaco que despojó a mi familia o a mí mismo (a), que nos devuelva, lo
que nos quitó.
Padre Santo, te lo ruego, sana toda mi vida, toda mi historia personal,
perdóname, ayúdame, libérame, bendíceme.
Padre Dios, acepto que Tú seas mi Padre, Jesucristo mi Hermano, la Virgen
María mi Madre, porque hoy, yo (di tu nombre completo) les pertenezco para
siempre.
A través de Tu Santo Espíritu, guíame para la reparación de todas las faltas
que cometí y enséñame a amar Tu Voluntad. Gracias Padre.
Amén, amén, amén.
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Fuentes:
http://catholicexchange.com/need-help-spiritual-warfare
http://feedproxy.google.com/~r/catholicex/~3/CSiud5e3HA8/litany-of-trust-
deliverance-prayer
https://www.bible-knowledge.com/testimony-generational-curse/
http://www.answers2prayer.org/bible_questions/Answers/deliverance/generati
onal.html
https://www.crisismagazine.com/2003/the-dark-backward-demons-in-the-real-
world-2
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