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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Escuela de Estudios Políticos y Administrativos

La Acción y la Violencia en el Pensamiento Político de Hannah Arendt

EL REDIMENCIONAMIENTO DE LO
PÚBLICO (ENSAYO)

Bonilla, Gabriel.

Ciudad Universitaria, 14 de septiembre de 2015


El interés por el espacio público no es reciente, podría decirse que,
incluso, desde que existe el hombre la búsqueda de un espacio común, en el
cual desarrollarse y revelarse ante los demás como un ser único, ha existido.

En el presente ensayo, no pretendemos dar una respuesta absoluta a


las preguntas que nos plantearemos, por el contrario, las mismas son
colocadas al debate cada vez más arduo sobre este tema; preguntas como
¿qué es el espacio público? ¿Está cambiando? ¿Qué es la política? ¿Las
nuevas tecnologías han abierto nuevos escenarios y espacios para la
participación en lo público? ¿Qué es el poder? ¿La democracia se ha
transfigurado? Son preguntas que encuentran una multiplicidad de respuestas,
muchas de ellas contrapuestas; lo interesante de esta enorme gama de
respuestas y soluciones que tratan de dar a estas preguntas es que ninguna es
definitiva, y, por lo tanto, ninguna es correcta, pero tampoco equivocada, sino
que se encuentran en una discusión que cada día se hace más vigente,
cobrando una importancia que desde hace siglos no tenia. Estos temas, de una
relevancia tan definitiva para la configuración de la forma en que se actúa en
política, es decir, en la relación con los otros en busca del bien común, se
consideraban saldados desde hace mucho tiempo, se pensaba que las
explicaciones para los fenómenos del poder, y a la forma en que el mismo
tiende a conformar el espacio público, eran definitivas. Pero hemos podido
observar, desde hace unas décadas, y gracias a los amplios cambios que han
generado las plataformas 2.0, que todas estas antiguas respuestas se han
puesto en duda, y el estudio de estos temas, el repensarlos, ha dejado
resultados otrora impensables, han demostrado la complejidad de todos estos
fenómenos, complejidad que parte, en primer lugar, de la multiplicidad de
factores que influyen en el desarrollo de los mismos.

Ahora bien, en el intento que nos planteamos de dar luces con respecto
a estas preguntas, abordaremos las mismas, en primer lugar, desde la
perspectiva de Hannah Arendt, que como es bien sabido, considera que el
espacio público-político ha desaparecido en la Época Moderna debido a una
serie de factores que han influido en que la esfera pública, la más importante
para los griegos clásicos, haya sido relegada a un segundo estadio, siendo que
ahora en el pensamiento Moderno, según cree esta autora, son aspectos de la
esfera privada los que se han reificado y juegan el papel más importante dentro
de la <<política>>, si es que puede llamársele así, a partir de la sustitución del
espacio público por lo social. Si bien es cierto que la línea argumental de
Arendt es impecable, en el sentido que demuestra la sustitución del espacio
público, en este ensayo partimos de la creencia de que el espacio público se
está redimensionando, tomando la posición primigenia que le corresponde,
pero este espacio público-político, que creemos está emergiendo, se vale de la
utilización de las plataformas 2.0 que le permiten a los individuos poder
participar activamente en la toma de decisiones, y en los debates sobre los
asuntos públicos.

Sin embargo, es importante señalar con respecto a esto que, en primer


lugar, Arendt no pudo prever el desarrollo tan vertiginoso y profundo que
tendrían este tipo de plataformas, por lo que no pudo haber pensado en la
aparición de un nuevo espacio de interacción entre los hombres, fuera del
mundo físico, y que sin embargo les permitiera relacionarse como si lo
estuvieran. Y en segundo lugar, y aun más importante, es fundamental tener
claro que con la categoría de natalidad, fundamental en Arendt, y sus
implicaciones, es decir, la aparición de algo nuevo con cada nuevo hombre, la
posibilidad de nuevas acciones, impredecibles, que permitan trastocar el orden
establecido en pro de la creación de algo nuevo, Arendt arroja una idea central
que permite entender el porqué es posible este redimensionamiento del
espacio público, que al parecer está rompiendo con el orden hasta hoy día
establecido, redimensionamiento que parece estar siendo impulsado por los
llamados “nativos digitales”, o en otras palabras, por aquellos hombres que han
nacido dentro de la llamada “era 2.0” y que se sienten impulsados a participar
activamente en este nuevo espacio-público. Es importante notar, en el mismo
orden de ideas, que existe una amplia matriz de opinión que considera que
estas nuevas plataformas, no son nuevos espacios públicos que permiten el
desarrollo de un nuevo tipo de democracia, sino todo lo contrario.

Así, es fundamental comprender que entiende Hannah Arendt por


espacio público. Este se define a lo largo de su obra en diversos sentidos, en
primer lugar, la idea de espacio público es utilizada por Arendt en el sentido
más evidente, tal como se utilizaba en la antigua Grecia, para diferenciar el
espacio que es común a todos de aquel espacio que es poseído en privado,
ambos espacio, el público y el privado, poseen características precisas que
permiten distinguirlos entre sí, de esta forma, el espacio privado se caracteriza
por una desigualdad absoluta entre los miembros que lo componen, y se
relaciona directamente con la estructura familiar, estructura jerárquica-desigual
por excelencia. Por su parte, el espacio público se caracteriza por relaciones de
completa igualdad entre los miembros que son parte del mismo, igualdad que
como muy bien señala Arendt en la condición humana parte de la desigualdad
presente en la esfera privada, y en contraposición con el espacio privado,
relacionado con la familia, el espacio público se relaciona con la polis. Además
de esto la esfera pública se caracteriza por la libertad existente dentro de ella,
libertad de la necesidad que, por el contrario, se encuentra presente en todas
las actividades que se desarrollan dentro de la esfera privada dedicada a
satisfacer estas necesidades de la vida del hombre.

En segundo lugar, es necesario hacer la distinción entre espacio público


y espacio público-político, en vista de que suelen ser considerados como lo
mismo, cuando en realidad son diferentes. El espacio público se manifiesta allí
en donde los hombres, iguales entre sí, se reúnen, escuchan y tienen un
espacio en el cual destacarse de los demás con el objetivo de sobrevivir a su
propia muerte. Por su parte, el espacio público-político solo se manifiesta allí en
donde se crea una ciudad, en donde se establecen leyes e instituciones que
sobreviven mucho más que los simples actos heroicos de hombres
particulares, y que, por lo tanto, pueden preservar los mismos a través de las
generaciones (Di Pego, 2006).

El desdibujamiento entre la esfera pública y la privada que se da debido


al auge de lo social, tema muy bien trabajado por Arendt en la condición
humana, término por subsumir a la esfera pública en el ámbito privado, el auge
de lo social que apoyado en la ciencia económica busco “normalizar” las
conductas de los hombres, termino por transformar, finalmente, al hombre de
un animal político, tal como lo definía Aristóteles, en un simple consumidor en
la sociedad de masas y de consumo característica del capitalismo moderno,
apartando así al hombre de la esfera pública caracterizada por estar
compuesta por una amplia heterogeneidad de opiniones gracias a la condición
humana de la acción, la pluralidad (Arendt, 2009). El auge de lo social, y la
irrupción del espacio privado en el espacio público, termino por confundir el tipo
de relaciones que se daban en cada uno de estos espacios, siendo que la
administración del hogar, es decir, el gobierno caracterizado por la desigualdad
fue lo que paso a determinar las relaciones en el espacio público, modificado
por el auge de lo social, transformando a la nación-estado en una especie de
súper familia.

Ahora que ya tenemos claro que se entiende por espacio público, es


fundamental hacernos la pregunta ¿estamos gracias a las plataformas 2.0 en
presencia de un redimensionamiento del espacio público y público-político? Y
para esta interrogante es importante aclarar, nuevamente, que no existe una
respuesta definitiva, esto en vista de que, a pesar de que son muchos los que
defienden una respuesta positiva, son muchos también los que creen que las
plataformas 2.0 no generan un avance, al menos no en este campo. El primer
problema que nos encontramos para abordar esta pregunta, es un problema de
corte filosófico, es decir, para poder saber si estamos en presencia de un
redimensionamiento del espacio público, en primer lugar, deberíamos
preguntarnos qué es el espacio, discusión bastante compleja ya por sí sola, y
ampliamente trabajada por múltiples autores bastante reconocidos. ¿Es posible
considerar a las plataformas 2.0 como un nuevo espacio? La respuesta, desde
nuestra perspectiva, dejando a un lado las discusiones filosóficas sobre qué es
el espacio, y considerando al mismo desde la visión de Kant, es que si, las
nuevas plataformas 2.0 son, sin lugar a dudas, un nuevo espacio, si bien no es
físico, tridimensional, como al que estamos acostumbrados, si es un espacio
digital, con sus características propias, pero que cumple con la condición
fundamental de todo espacio, brindar un lugar para la interrelación de los
hombres entre si y de los hombres y el mundo1.

Las plataformas 2.0 y más precisamente las llamadas nuevas


tecnologías de la información y el conocimiento (NsTIC), han generado ya
desde hace tiempo, pero fundamentalmente en los últimos 20 años un enorme

1
Este tema, naturalmente, necesita un abordaje mucho más profundo, pero que no es el objetivo de
este ensayo y que requeriría mucho más que tan solo unas pocas páginas para su desenmarañamiento
adecuado
desarrollo de los espacios digitales, abriendo las puertas a la posibilidad de una
participación activa de los hombres en la esfera pública, claro está la esfera
pública a la que se hace referencia en este sentido, dista en muchos aspectos
de la idea de Arendt sobre este espacio, adicional a esto, hay muchos que
podrían criticar que el tipo de acción que se realiza en las plataformas 2.0, está
ampliamente alejada de la acción en sentido arendtiano, y muy probablemente
tienen razón; pero es importante recordar, a los que hacen estas críticas, que
hace 50 años estos espacios no existían, al menos no para el uso público, y
que en los pocos años en que estas plataformas se encuentran en contacto
con el mundo, han producido cambios profundos en diversos aspectos, tanto
en el social, como en el cultural, económico y político, en el sentido en el que
entendemos estos conceptos hoy en día, por lo tanto es imposible predecir qué
resultados habrá generado dentro de 50 años en el futuro, así como todos los
resultados de la acción.

Retomando la pregunta que nos apremia por el momento ¿estamos


gracias a las plataformas 2.0 en presencia de un redimensionamiento del
espacio público y público-político? Debemos responder que creemos que si, en
una etapa inicial, los cambios y transformaciones políticas, como es
atestiguado por la historia, no se dan de un día para otro, pero sin embargo,
gracias a las nuevas tecnologías podemos apreciar la construcción de un
nuevo tipo de espacio público, de una especie de polis virtual, esto un poco
partiendo de la idea de que la polis, como señala Hannah Arendt, no es un
lugar en especifico, el espacio público no está determinado por unas fronteras
especificas, sino donde quiera que los hombres se encuentren en comunidad, y
se revelen ante sus semejantes a través de la acción y del discurso, en este
sentido, las nuevas NsTIC y en especial las redes sociales han abierto
espacios para que tanto la acción y el discurso puedan llevarse a cabo, por
medios diferentes a los tradicionales.

Si bien es cierto, que todos estos mecanismos vinculados con la “red de


redes” aun presentan muchos desafíos, en especial si hablamos de la
construcción de un espacio público-político dentro de la misma, debido a que
se encuentra llena de una infinita cantidad de contenido basura, cuyo objetivo
principal es perpetuar los valores de la sociedad capitalista moderna, en
particular los del consumo, alejando o más bien colocando una pantalla entre
los hombres, en tanto ciudadanos, y los temas que de verdad importan, el
internet tiene la potencialidad, en manos de los hombres y sus acciones
impredecibles, para crear toda una gama de valores que suplanten a los
valores tradicionales, lo que ya es apreciable hoy en día.

El redimensionamiento de lo público, que se manifiesta, según creemos,


en el traslado del poder desde el Estado hacia las comunidades gracias a las
NsTIC, y el cambio de valores que esto trae aparejado (Hernández Muños,
2010), se hace evidente cada día más, a través de la creciente toma de
espacios por parte de los ciudadanos, además de su participación activa en las
discusiones relativas a los temas de la cosa pública. Este desarrollo de las
ideas comunitarias busca romper con la idea, arraigada desde hace tiempo, de
que los hombres deben igualarse, de alguna manera, en sus formas de pensar
y actuar, hecho que denuncia Arendt, idea que fue impulsada por la ciencia
económica y por el capitalismo en su afán de convertir a los hombres, más que
en hombres propiamente hablando, es decir, en ciudadanos, en consumidores
del enorme aparato productivo mundial; en este sentido y en su relación de la
democracia, forma de gobierno por excelencia para facilitar la discusión sobre
la cosa pública, es importante resaltar el hecho de que:

El desarrollo de las ideas comunitarias apunta […] al desarrollo de un


nuevo tipo de democracia que persigue el respeto e interacción entre lo múltiple,
es decir, entre el comportamiento ampliamente heterogéneo de los individuos, no
se trata ahora, como antes se hizo, de igualar el comportamiento de los individuos
en pro de la estabilidad democrática, ante la falsa premisa de que esta
homogeneidad contribuiría al mejor desarrollo de los individuos, por el contrario,
en este momento se busca privilegiar, o al menos debería hacerse, el respeto a la
heterogeneidad, a la multiplicidad de valores, como medio para dar respuesta a
una amplia gama de problemas que no se encuentran influidos por un solo
elemento, sino que por el contrario son problemas multifactoriales, que encuentran
su respuesta en la diversidad, en lo no común, sino en el ingenio y la inventiva.
(Bonilla Anchietta, 2015)2

Finalmente, creemos importante resaltar la categoría de nacimiento,


vinculada directamente con la acción, el nacimiento hecho que le permite al
hombre insertarse en el mundo y marcar diferencia entre él y cualquier otro

2
Ensayo realizado por el autor en el curso monográfico EL PODER EN LA COMUNIDAD. Análisis político
de su ética contemporánea, Dictado por el Dr. Eladio Hernández Muños en la Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos de la Universidad Central de Venezuela en el año 2015.
hombre es, según creemos, un concepto clave en la teoría de Arendt. A partir
de la categoría de natalidad y esta imprevisibilidad que se origina de las
acciones de los nuevos hombres, es que creemos que los pensamientos de
Arendt se encuentran vigentes aun en el rediseño del espacio público; es en los
llamados nativos digitales, esta nueva generación de hombres que ha nacido
en los tiempos de esta vorágine tecnológica, que no conoce el retroceso sino el
avance con respecto a estos temas, que se encuentra la semilla del
redimensionamiento de lo público, estos hombres sienten, como mencionamos
anteriormente, la necesidad creciente de participar activamente en la
construcción de la cosa pública, modificando los patrones de relacionamiento
establecidos hasta nuestros días, el impulso que ha sido llevado a cabo y que
ha demostrado haber generado resultados sigue avanzando, y las acciones
realizadas por los hombres con el objetivo de cambiar el sistema establecido ya
no pueden ser detenidas, y terminaran por generar, o eso esperamos, el
reposicionamiento del espacio público en su lugar de primigenia importancia;
pero como ya mencionamos, aun se presentan muchos retos y nadie puede
saber, aun, si podrán ser solventados y, claro está, todo esto que hemos
planteado aun se encuentra a discusión, y hoy más que nunca es un tema
abierto a las opiniones, por lo que sólo queda seguirnos preguntando si todo
este desarrollo y redimensionamiento del espacio público llegara a ser una
realidad tangible, para nosotros o para futuras generaciones, pero tenemos fe
en que así será.
Bibliografía
Arendt, H. (2009). La Condición Humana. Buenos Aires: PAIDOS.

Bonilla Anchietta, G. D. (2015). El Poder en la Comunidad. Plataformas 2.0


como herramientas de la Nueva Ciudadanía. Caracas, Venezuela.

Di Pego, A. (2006). PENSANDO EL ESPACIO PÚBLICO DESDE HANNAH


ARENDT. UN DIÁLOGO CON LAS PERSPECTIVAS FEMINISTAS. Questión ,
1 (11).

Hernández Muños, E. (2010). Democracia de ciudadanos hacia las


comunidades de conocimientos El impacto de las nuevas tecnologías digitales
en la transición política. Caracas, Venezuela: Departamento de Publicaciones
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Universidad Central de Venezuela.

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