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Corporación de Asistencia Judicial R.M.

Centro de Atención Jurídico y Social LA FLORIDA


Domicilio y teléfono: Doctor Sótero del Río Nº 132, La Florida, 2817935
Correo electrónico: cajfamilialaflorida@gmail.com
MDLF

Juzgado: 2° Juzgado de Familia de Santiago


Parte a la que representa: Gina Ester Vaccaris Guzmán
Abogado: Jeannette Natalia Huerta Diaz
Rut: 15.452.410-K

EN LO PRINCIPAL: Deduce recurso de apelación en contra de sentencia


definitiva de primera instancia dictada en estos autos.-

S.J. DE FAMILIA DE SANTIAGO (2°)

Jeannette Natalia Huerta Díaz, abogado de la Corporación de Asistencia


Judicial, Centro de Atención Jurídico y Social La Florida, en representación de doña
Gina Ester Vaccaris Guzmán, chilena, dueña de casa, run 7.194.970-2, demandante
reconvencional en autos sobre Divorcio Unilateral, RIT N° C-7763-2011, caratulados
“Cisternas con Vaccaris”, a VS. respetuosamente digo:

Que, dentro de plazo legal, vengo en deducir recurso de apelación en contra de


sentencia definitiva de primera instancia dictada con fecha 11 de Mayo de 2012, por la
magistrado doña Pilar del Rosario Zamorano Moreno, y notificada a esta parte con
fecha 12 de Mayo de 2012, mediante correo electrónico, por cuanto dicha sentencia
acarrea grave perjuicio a mi parte, conforme los siguientes argumentos de hecho y de
derecho que a continuación paso a exponer:

Los Hechos

Con fecha 19 de diciembre de 2011, don José Joaquín Cisternas Soler interpone
demanda de divorcio unilateral en contra de doña Gina Ester Vaccaris Guzmán,
fundado en el artículo 55 de la Ley 19.947.

Con fecha 22 de febrero de 2012, esta parte contesta la demanda de divorcio


allanándose en lo principal y demandando reconvencionalmente una compensación
económica de $6.552.000.
Con fecha con fecha 11 de Mayo de 2012, el tribunal de SS dicta sentencia,
acogiendo la demanda de divorcio, y la reconvencional de compensación económica
interpuesta por esta parte.

La sentencia que se recurre, en su parte resolutiva, numeral II. En cuanto a la


demanda reconvencional de Compensación Económica expresa: “III. Que ha lugar a la
demanda de compensación económica, deducida por doña Gina Ester Vaccaris
Guzmán, cédula de identidad número 7.194.970-2, en contra de don José Joaquín
Cisternas Soler cédula de identidad número 6.973.008-6, ambos ya individualizados,
sólo en cuanto se condena a éste a pagar, a título de compensación económica en
favor de la primera, la suma equivalente a $3.500.000.- (tres millones quinientos
mil pesos), suma que se pagará mediante el traspaso de fondos por dicha suma
desde la cuenta de capitalización individual afecta al Decreto Ley 3.500, del año 1980,
de don José Joaquín Cisternas Soler cédula de identidad número 6.973.008-6, ya
individualizado, que mantiene, según la última información aportada al Tribunal, en la
AFP Provida, a la cuenta de capitalización de doña Gina Ester Vaccaris Guzmán, cédula
de identidad número 7.194.970-2 , que mantiene, según la última información
aportada al Tribunal, en la AFP Habitat.
En el evento que el monto antes indicado excediere del 50% de los fondos
acumulados en la cuenta de capitalización individual de don José Joaquín Cisternas
Soler cédula de identidad número 6.973.008-6, en el periodo que mediare entre el 3
de abril de 1979, fecha de celebración del matrimonio, y la fecha en que esta
sentencia quedare ejecutoriada, la AFP respectiva deberá efectuar el traspaso de los
fondos ordenado hasta el límite ya referido e informarlo al Tribunal dentro del plazo de
diez días hábiles desde que el traspaso de fondos se efectué, en el mismo caso, la
diferencia que resulte entre el monto establecido como compensación
económica y aquel que fuere traspasado a la cuenta de capitalización
individual de la recurrente, se dividirá en 8.- (ocho) cuotas mensuales en
pesos, iguales y sucesivas, equivalentes a la octava parte de dicha diferencia
cada una, pagaderas, dentro de los cinco primeros días de cada mes, a contar
del mes subsiguiente de que se efectuare el traspaso de fondos referido
anteriormente, mediante deposito que efectuara el demandado en una libreta
de ahorro a la vista del Banco Estado que al efecto deberá abrir la
demandante de compensación económica para este solo objeto, y cuyo
número deberá el demandado reconvencional requerir en este Tribunal.”

DEL AGRAVIO QUE LA SENTENCIA CAUSA A LA PARTE RECURRENTE:

Si bien, cabe hacer presente que la modalidad de pago, en cuanto al traspaso


de fondos fundadas en el artículo 80 del Decreto Ley 3.500 fue propuesta de forma
oportuna en la contestación de la demanda de divorcio, presentada con fecha 22 de
Febrero de 2012 “En caso de no existir acuerdo al respecto, esta parte también está
dispuesta a que el pago se realice según la modalidad señalada en el artículo 80 de la
Ley 20.255, el que establece lo siguiente: “ al considerar la situación en materia de
beneficios previsionales a que se refiere el artículo 62 de la ley 19.947, sobre
matrimonio civil, y ello origine total o parcialmente un menoscabo económico del que
resulte una compensación, el juez cualquiera haya sido el régimen patrimonial del
matrimonio, podrá ordenar el traspaso de fondos desde la cuenta de Capitalización
Individual afecta al D.L. 3.500, de 1980, del cónyuge que deba compensar a la cuenta
de capitalización del cónyuge compensado, o de no existir esta a una cuenta de
capitalización individual que se abra al efecto.”

Respecto de lo resuelto por SS, esta parte debe hacer presente que al tiempo
de contestar la demanda, se planteó como posibilidad de pago de la compensación
económica el traspaso de fondos desde la AFP del cónyuge compensador al fondo de la
demandante reconvencional, conforme lo dispuesto en el artículo 80 de la Ley 20.255,
siempre y cuando las partes no arribaran a un acuerdo en esta materia y en el
entendido de que SS aceptara íntegramente el monto solicitado por esta parte por
dicho concepto ( $6.552.000). En tal sentido, se debe precisar, al tenor del Segundo
Otrosí de la contestación de la demanda, que esta parte siempre prefirió el pago de la
compensación mediante la entrega de una suma de dinero u otros bienes equivalentes,
conforme las modalidades establecidas en los artículos 65 y 66 de la Ley 19.947,
dejando la primera enunciada como modalidad residual.

Al efecto, la forma de pago de la compensación económica establecida por SS


resulta ambigua, y no protege los intereses del cónyuge más débil conforme los
principios de esta institución y lo dispuesto en el artículo 66 de la Ley 19.994, en
tanto:
1. No se precisa un monto por el cual deba realizarse el traspaso
referido,
2. El “supuesto saldo”- en caso de existir- lo divide, indicando que
debe pagarse en el equivalente a la octava parte de dicha diferencia
en cuotas.
3. En relación con los artículos 65 y 66 de la Ley 19.947 el tribunal, al
disponer el pago en cuotas no señala conforme a cuál de estas dos
normas se ha fijado la compensación. Así, si entendiésemos que ha
sido decretada conforme lo dispuesto en el numeral 1° del artículo
65, no fija seguridades para su pago; y si asumimos que se ha
decretado conforme el artículo 66, por una parte, no fija las cuotas
respectivas en una unidad reajustable de acuerdo a lo ordenado por
el inciso primero, ni fija seguridades para su efectivo y oportuno
pago, según lo ordenado por el inciso segundo del mismo artículo.

La forma de cumplimiento fijada por el tribunal no repara íntegramente el


agravio sufrido por la cónyuge durante la vida en común, pues al tiempo de dictarse la
sentencia, el conflicto entre los cónyuges en el ámbito patrimonial perdura, toda vez
que al tenor de la prueba rendida en autos, ha quedado de manifiesto que el
demandado reconvencional posee una situación patrimonial mucho más ventajosa que
la de su cónyuge, en tanto es dueño de un inmueble y de un automóvil al término del
matrimonio.

El agravio que se constituye para la demandante reconvencional a partir de la


dictación de la sentencia definitiva, radica en haberle otorgado una compensación
económica- que si bien es ajustada medianamente a las pretensiones de ésta- es
dispuesta bajo una modalidad que la hace prácticamente indisponible en su totalidad,
pues doña Gina Vaccaris en la actualidad tiene 55 años, y dispone de un fondo
previsional acumulado cercano a los cinco millones de pesos desde el año 1985 al año
1991, de acuerdo al certificado de cotizaciones previsionales de AFP Habitat,
incorporado a estos autos. Así las cosas, al fondo acumulado por el demandado
reconvencional ($ 5.189.714), se debe restar el 50% que supuestamente debe
entregarse a la señora Vaccaris por traspaso de fondos ($ 2.594.857), y el saldo
restante ($905.143), debe dividirse en ocho cuotas iguales de $ 113.143.

Si se hace una proyección del monto de jubilación que la demandante


reconvencional recibiría al tiempo de alcanzar la edad legal para ello, vale decir, a los
60 años, con un fondo acumulado de cinco millones aproximadamente, resulta que
percibiría mensualmente por este concepto, un monto aproximado de $40.000. Si a
este fondo le sumamos los $ 2.594.857, que supuestamente recibiría de traspaso de
fondos, percibiría una pensión mensual de $60.000 aproximadamente (entendiendo
que el traspaso respectivo corresponde casi a la mitad de los fondos acumulados por la
cónyuge). De esta forma, la suma traspasada no será suficiente para que la parte
recurrente pueda cubrir sus expectativas de jubilación.

EL DERECHO

Fundamento el recurso en las siguientes disposiciones legales y doctrinarias:

En relación con el traspaso de fondos previsionales como forma de pago de la


compensación económica, el artículo 80 inciso segundo de la Ley 20.255 del año 2008
dispone que éste no podrá exceder del 50% de los recursos acumulados en la cuenta
de capitalización individual del cónyuge que debe compensar, respecto de los fondos
acumulados durante el matrimonio. Al efecto, según el profesor Álvaro Vidal Olivares
“…si bien la compensación económica se fija en el pasado, en las circunstancias en que
se desenvolvió la vida marital, la mirada preferentemente es hacia el futuro y que el
beneficio corrige la carencia producida por el divorcio o nulidad con la finalidad de
evitar un empeoramiento futuro del cónyuge acreedor. Y puede alcanzarse este
objetivo si la prestación cubre sus expectativas de jubilación y le permita, llegada la
edad, disfrutar de los fondos en forma de pensión, con independencia de su cuantía,
como si efectivamente hubiere desarrollado una actividad remunerada en la medida
que quería y podía.” “(…) si resalta la precaria o inexistente situación
previsional del cónyuge demandante, el juez debiere decretar como forma de
pago, no exclusiva necesariamente, el traspaso de los fondos de
capitalización individual dentro de los límites de la ley N°20.255; o si la edad
y el estado lo justifica, decretará la constitución de un derecho real sobre el
inmueble que sirve de residencia al cónyuge acreedor o, bien, su dación en
pago. La misma situación patrimonial determinara si se aplica o no la norma
del artículo 66, asimilando las cuotas en que se divide la compensación a los
alimentos debidos por ley.” (Revista Chilena de Derecho Privado, N°12, julio 2009:
Forma de pago y protección del derecho a la compensación económica por divorcio o
nulidad).

Del tenor de esta opinión, se pretende establecer que los fondos previsionales
que hayan de traspasarse de una cuenta de capitalización a otra, deben ser suficientes
para cubrir las expectativas de jubilación del cónyuge beneficiario, que le permitan
vivir tal como si hubiera trabajado durante la vida en común, todo lo anterior en
concordancia con el espíritu de la legislación que crea esta institución de la
compensación económica, y que bien protege y sanciona los artículos 65 y 66 de la Ley
de Matrimonio Civil, en cuanto a la de protección del cónyuge más débil.

Así también lo expresa don Carlos Pizarro Wilson: “(…) la compensación


económica se asemeja al lucro cesante, entendido este, como las ganancias percibidas
en razón de un ilícito civil (…)” “ (…) Además se debe considerar la situación precaria
en que puede quedar alguno de los cónyuges al termino del matrimonio, en particular
la mujer que se ha consagrado a la familia y crianza de los hijos (…)” ( La
compensación económica en la nueva Ley de Matrimonio Civil chilena).

En el caso de la sentencia que se recurre, el tribunal a quo no ha tomado en


consideración la escasez de fondos de pensiones que posee la parte recurrente, al
disponer el traspaso de una suma tan exigua a su fondo de capitalización, el que a
todas luces no le permitirá tener una mejora previsional ostensible- ni siquiera
suficiente- para obtener una jubilación que satisfaga al menos sus necesidades básicas
de vida y supervivencia.
En consecuencia, y conforme lo expuesto por esta parte, el tribunal debe velar
por el principio de protección del cónyuge más débil, estableciendo modalidades de
pago de la compensación económica que se hagan posible su cumplimiento efectivo y
que saneen de forma segura y exigible el perjuicio sufrido por la mujer durante el
tiempo de la vida en común.

Respecto de las seguridades para el pago de la compensación económica que el


juez debe establecer en la sentencia al establecerla en cuotas, la Corte de Apelaciones
de Temuco se ha pronunciado señalando: “Que la compensación económica admite ser
pagada en alguna de las formas que indica el artículo 65 de la Ley 19.947 y para tales
efectos se declarará que el deudor gozará de plazo, con las seguridades que se
indicarán” (Recurso N° rol 150-2006 del 31 de julio de 2006, Corte de Apelaciones de
Temuco)

Por otra parte, la Corte de Apelaciones de Punta Arenas ha señalado, respecto


del artículo 65 de la Ley 19.947, en sentencia recaída en el recurso rol N° 33-2007 del
14 de abril de 2007, donde el sentenciador fija la compensación económica en cuotas y
las somete al artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil “ Se hace lugar a la demanda
reconvencional (…) solo en cuanto se obliga al demandado pagar a la demandante por
concepto de compensación económica y bajo el apercibimiento del artículo 66 de la Ley
de Matrimonio Civil, la suma de dinero de cinco millones de pesos, dividido en 10
cuotas de $500.000 cada una (..)”

El agravio sufrido por la parte recurrente, es subsanable únicamente con una


sentencia que disponga el pago de la compensación económica decretada por
$3.500.000 en cuotas mensuales reajustables conforme el artículo 66 de la Ley
19.947.

POR TANTO,

en mérito de lo expuesto, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en el artículo 67


N° 2 de la Ley N° 19.968 que Crea los Tribunales de Familia, en relación con los
artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, y demás pertinentes del
mismo cuerpo legal

RUEGO A US.: Se sirva tener por interpuesto el presente recurso de apelación en


contra de la sentencia definitiva de primera instancia dictada en estos autos con fecha
11 de Mayo de 2012, notificada a esta parte vía32 correo electrónico con fecha 12 de
Mayo de 2012, y concederlo a fin de que la I. Corte de Apelaciones de Santiago la
revoque y resuelva, concretamente, estableciendo una modalidad de pago respecto de
los $3.500.000. (tres millones quinientos mil pesos), decretados como compensación
económica, divididos en 35 cuotas iguales y sucesivas de $100.000 cada una,
reajustadas según el I.P.C, pagaderas los cinco primeros días de cada mes en cuenta
de ahorro que la demandante reconvencional deberá abrir para tal efecto, a contar del
mes siguiente en que la sentencia quede firme y ejecutoriada.

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